Universidad Austral de Chile

Facultad de Filosofía y Humanidades

Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Mundo Antiguo

Trabajo de Investigación
Mundo Antiguo: Religión en
las familias de la antigua
Grecia y Roma

Alumna: Claudia Lobos Zúñiga

Profesor: Ricardo Molina
Fecha: 01 de Diciembre, 2017
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Facultad de Filosofía y Humanidades
Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Mundo Antiguo

Introducción
Durante muchos años, se han realizado investigaciones sobre cultura y sociedad de
las antiguas civilizaciones en los diferentes aspectos de sus vidas, como lo son el económico,
social, político y el religioso.

En el presente trabajo de investigación se abordará el aspecto religioso, orientado

principalmente en las creencias religiosas al interior de la familia.

Según una definición de la RAE señala que la religión es: “Conjunto de creencias o dogmas
acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales
para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el
sacrificio para darle culto”.

Es complejo establecer para la sociedad antigua el concepto de religión ya que no existía en

los términos antiguos, y tiende a confundirse muchas veces con la mitología, por la estrecha
relación que entre los conceptos se establece. Se debe destacar que la religión griega y romana
estaba más cercana a ser un conjunto de cultos que un cuerpo de doctrinas.

Teniendo en cuenta aquella definición este informe tiene como objetivo central conocer
las principales creencias religiosas que existían dentro de las familias de los griegos y
romanos, además comprender la influencia que estas creencias tuvieron sobre las conductas
familiares.
La motivación por investigar acerca de la religión dentro de las familias del mundo antiguo,
nace en el descubrimiento propio a través de la lectura de creencias que van más allá de las
que se conocen comúnmente para esta época, la mitología griega que refiere a ciertos dioses
como Zeus, Atenea, Poseidón, entre otros, en el caso de Grecia, y Júpiter, Juno, Minerva,
etc. en el caso de Roma, las cuales por muchos años se ha presentado como la cara más visible
de las creencias antiguas, sin embargo, el valor que tenía la familia y los cultos realizados
dentro de ella, también forman parte fundamental de sus creencias religiosas.

El interés por los cultos y los ritos familiares presentes en las épocas antiguas pueden ayudar
a comprender a una civilización, ya que las creencias y la práctica de ellas han influido
totalmente en el desarrollo y la forma de vida de las civilizaciones, partiendo por la familia,
ya que éstas creencias influyen directamente o indirectamente en sus comportamientos lo
cual es fundamental a la hora de comprender las organizaciones políticas, las relaciones
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sociales, las instituciones, etc. Fustel de Coulanges señala que: “Hay que estudiar ante todo
las creencias de esos pueblos. Las instituciones y creencias que encontramos en las bellas
épocas de Grecia y Roma solo son el desenvolvimiento de creencias e instituciones
anteriores, y es necesario buscar sus raíces en tiempos muy remotos” (2003, p. 5).

La religión no es un tema fácil de comprender ni de abordar, ya que refiere a una serie de

creencias y prácticas rituales que siguen cierto patrón en común. Para los casos de Grecia y
Roma, no existía un libro sagrado o una gran iglesia ante las cuales seguir las ordenes, sino
que se basaban en ritos de conocimiento público y otros heredados dentro de la familia, donde
adoptaban características propias del grupo familiar.

La religión de los griegos y romanos era similar, ya que las creencias griegas fueron
absorbidas por los romanos producto de la conquista en la península de los Balcanes y los
permanentes contactos culturales, pese a esto igual se encontraban mínimas diferencias.

“Griegos y Romanos profesaron el culto de los muertos y el del

hogar, antigua religión que no buscaba sus dioses en la naturaleza física,
sino en el hombre mismo, y que tenía por objeto de adoración al ser invisible
que mora en nosotros, a la fuerza moral y pensante que anima y gobierna
nuestro cuerpo” (Fustel de Coulanges, 2003, p. 26).

GRECIA
Grecia surgió al este del mediterráneo, en el sur de la península Balcánica,
expandiéndose por las islas del mar egeo y jónico, las costas de la actual Turquía y el
mediterráneo occidental (ver anexo 1). La península de los Balcanes está compuesta por
valles separados por montañas, por lo cual Grecia no fue un territorio totalmente unificado;
cada isla y cada valle correspondían a estados independientes, pero compartían la lengua, las
creencias y pertenecieron a la misma civilización.

Desde los tiempos más antiguos, las tribus fundadoras de la civilización griega
establecieron una serie de creencias diversas, de las cuales ninguna fue eliminada; estas
creencias comenzaron a acumularse, según Montanelli1: “Cada nuevo conquistador degolló
un determinado número de mortales, pero con los inmortales no quiso líos y los adoptó, o
por lo menos los dejó sobrevivir” (1959, p. 53) esta serie de creencias, fue la que le dio la
característica de politeísta a la religión en Grecia.

1
Indro Montanelli: Periodista, escritor e historiador italiano. (1901-2009)
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La religión griega también se caracterizó por tener desde tempranos tiempos una
cosmogonía acerca del surgimiento del mundo, esto se ve reflejado en una serie de mitos que
emanan directamente desde las creencias griegas referidas a la creación, desde allí surgen
una serie de Dioses, Titanes, héroes y semidioses.

Con la instauración de la aristocracia como clase dominante surge una necesidad de

parte de ellos de explicar relaciones de parentesco con los dioses con el fin de justificar su
superioridad, ampliando de esta forma las creencias.

“Se formaron dos religiones: la de los conquistadores, que constituían la aristocracia

dominante, con sus castillos y palacios, que rezaban mirando al cielo; y la del pueblo
dominado, en sus chozas de adobe y paja, que rezaban mirando la tierra” (Montanelli, 1961,
p. 54). En Grecia el culto era de dos tipos. El público, incluía al panhelénico y el que rendía
a los dioses protectores cada ciudad, mientras que el privado era aquel que se celebraba en el
hogar donde la familia participaba. Pese a las diferencias entre la sociedad, todos tenían sus
ritos familiares.

RELIGION FAMILIAR GRIEGA

En el caso de los griegos, similar a los romanos, la familia constituía una base de la
sociedad, a ella le denominaban oikos, palabra que incluía la casa, los bienes que tenían, y
la composición del grupo familiar. Según Aristóteles2: “La asociación natural y permanente
es la familia; la asociación de muchas familias es el pueblo; la asociación de muchos pueblos
forma un estado completo” (Política, 1,1) por lo cual la familia tenía un papel fundamental
en la sociedad, al igual que sus creencias religiosas privadas que se practicaban dentro del
hogar. El hogar era muy importante frente a la realización de sacrificios y oraciones, una
tradición que se mantuvo por muchos años, distintas ceremonias se celebraban en torno a la
familia.

La familia griega estaba compuesta por el padre, la madre, los hijos, e incluso los
esclavos. La importancia de cada miembro era diferente, se encontraban ordenados
jerárquicamente, siendo el padre (basileus), la cabeza de la familia, el tutor de su esposa, y
el patrón de sus esclavos; tenía poder sobre la mujer, los hijos, los esclavos y los bienes
familiares, también tenía el poder sobre la vida y la muerte, ya que además de ser el sumo
sacerdote, también tenía la justicia de su familia en sus manos.
El padre controlaba la admisión o salida de nuevos miembros, un ejemplo de admisión
sería a través de la adopción, y de salida, el matrimonio, donde la hija que se casaba

2
Lógico, filósofo y científico de la antigua Grecia. (384 a.C- 322 a.C)
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renunciaba a la religión familiar para tomar la del marido, y era ‘expulsada’ de la familia.
Era el tutor de su esposa, y el patrón de sus esclavos.
El padre estaba encargado de la religión familiar, presidia el culto doméstico, en el
cual se realizaban sacrificios, plegarias y ofrendas. Tenían una habitación reservada para
ellos llamada andrón, donde servían banquetes y hacían sus reuniones.

En el caso de la madre, tenía el rol de parir a los hijos y encargarse del cuidado de
ellos, además de gobernar y mantener el orden de su casa, de la cual apenas podía salir,
excepcionalmente a fiestas y funerales, en las primeras épocas, pasaba mayor cantidad de
tiempo en un lugar de la casa destinado para ella, las hijas y los sirvientes; ese lugar recibía
el nombre de gineceo.

En la siguiente cita, Jenofonte3 describe el rol de la mujer de la siguiente manera: “Tu

obligación será recogerte en casa, despachar a los esclavos ocupados (…) recibir lo que se
traiga, distribuir lo que se ha de gastar, prever lo que debe quedar sobrante y velar para que
el presupuesto del año no se malgaste en un mes” (Económico, VII, 35- 36).

Dentro de sus creencias familiares, ya se había establecido el matrimonio, los cuales

eran concertados por los padres de familia, aquí según algunos historiadores, se hacía entrega
de la dote4.

El rito matrimonial para las mujeres se establecía que debía realizarse a los 15 años,
mientras que los hombres, a los 30; siendo el celibato5, al igual que en Roma, mal visto, por
la creencia de que el hombre le pertenecía a la familia, y la importancia que significaba la
descendencia, la cual se encargaba de mantener el culto a los antepasados, el cual se extinguía
en el caso de no haber ningún heredero. La ley en Atenas encargaba al primer magistrado de
que ninguna familia se extinguiera, mientras que en Esparta, la legislación de Licurgo se
castigaba con severa pena a los hombres que no se casaban.

Platón decía que: “si alguien se obstina en la desobediencia, y se mantiene ajeno e

insolidario con la ciudad llegando a soltero a los treinta y cinco años, pagará una multa cada
año (…) Quedan asimismo excluidos de todos los honores que debían tributarles los más
jóvenes”(Leyes, VI, 774).

3
Jenofonte fue un historiador, militar y filósofo de la Antigua Grecia. Como historiador, Jenofonte fue un
cronista de su tiempo, finales del siglo V e inicios del IV a
4
Un ‘patrimonio’ que la familia de la novia, otorga al novio
5
Personas que no se casan ni tienen pareja sexual
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La ceremonia del matrimonio, tenía una gran importancia, para la cual seleccionaban
una fecha cuidadosa, y desde aquellos años ya existía la petición de mano. Se hacía un baño
purificatorio y en el ritual se practicaban sacrificios, para posteriormente celebrar con un
banquete.

El rito del matrimonio en Grecia y Roma era prácticamente igual. En ambas

civilizaciones, se celebraba primero en la casa de la novia, presidido por el basileus, posterior
a esta se celebraba en el camino de la casa de la novia a la del novio, también simulaba un
‘secuestro’, donde la novia daba una pequeña ‘batalla’ pero finalmente era ingresada a la casa
del novio, esta simulación se realizaba con el fin de creer que son los dioses mismos quienes
la introducen en la casa. En la casa del novio se realizaba el tercer ritual, presidido también
por el basileus, allí la mujer adoptaba las creencias y el culto de los antepasados de la familia
de su esposo, renunciando para siempre a la de su padre.
Esta religión le enseña al hombre la importancia del compromiso, más allá de una
relación sexual y un afecto pasajero. Las creencias no admitían la poligamia y sólo la religión
podía desunir lo que había unido.

El divorcio estaba permitido por la falta de descendencia y adulterio, siendo siempre

el hombre quien tenía más facilidades frente a esto. En el caso de disolver el matrimonio, la
mujer debía renunciar a la religión de su esposo, pronunciando unas palabras que la desataban
a ella.
En cuanto a los nacimientos, el padre podía impedir la concepción de un hijo, y
ordenar realizar un aborto. Frente al nacimiento, se realizaba un rito de bienvenida o
iniciación por medio del cual le permitían pertenecer a las creencias religiosas del hogar, a
los niños se les ponía una corona de olivo o laurel, mientras que las niñas usaban una madeja
de lana, había un reconocimiento del hijo, en Grecia el noveno día, mediante el cual se le
atribuía la religión, el padre lo aceptaba y lo delegaba por medio de una ceremonia de
purificación a la que los griegos llamaban anfidromía.

En el caso de quienes no tenían hijos, podían adoptar, esto también tenía un rito,
mediante un acto que lo expulsaba de la religión de donde nació y lo incluyera a la otra. El
hijo adoptivo podía volver a su religión antigua, solo si dejaba un hijo en su lugar.

El ritual de la sepultura, y posterior culto a los antepasados se dice que comienza

cuando Frixos, posterior a salir de Grecia hasta cólquida fallece, y desea volver a Grecia, lo
cual le manifiesta a Pelias a través de una aparición, donde le solicita que transporte su alma,
la cual sentía una necesidad del suelo de su patria, de la tumba familiar, pero ligada a los
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restos corporales, no podía separarse sin ellos de la cólquida” (Fustel de Coulanges, 2003, p.
9).
Este rito contaba con sus propias reglas, entre ellas, el requisito de que para que el
alma permaneciera en la morada subterránea, el cuerpo debía estar recubierto de tierra,
también dentro de la realización de ritos tradicionales se debían pronunciar formulas,
pensaban que encerraban el alma en la tumba. Como costumbre para finalizar las ceremonias
llamaban a los muertos tres veces por el nombre, deseándole el bien para su próxima vida
bajo tierra.

Los echaban muchas veces con vestidos, vasos, armas ya que se creía que tenían
necesidades, se derramaba vino sobre la tumba para calmar la sed, y alimentos para que no
pasaran hambre. Se asesinaban esclavos y caballos pensando que les servirían al muerto
como lo habían hecho durante sus vidas.

Se rodeaba la tumba de guirnaldas, hierbas y flores que se depositaban, también

alimentos, como tortas, frutas y sal, y se derramaba leche, vino y sangre. La comida
depositada era especialmente para el muerto, el sepulcro contaba con orificios los cuales
permitían que ingresaran los alimentos. Solo había unos pasos que separan la casa de la
tumba, en la tradición se hacían oraciones en la mañana, en la noche y en las horas de
comidas. La religión del hogar y los antepasados unían a las familias.

Se pensaba que sin una digna sepultura, “el alma que carecía de sepulcro estaba
condenada a atormentar a los vivos, ser un fantasma o larva, no recibía jamás las ofrendas y
los alimentos que le hacían falta, atormentaba a los vivos, les enviaba enfermedades, les
asolaba las cosechas, les espantaba con apariciones lúgubres para advertirles que le dieran
sepultura al cuerpo” (Fustel de Coulanges, 2003, p. 9).

En las ciudades antiguas la ley castigaba a los culpables con la privación de sepultura,
lo cual se consideraba terrible, ya que se castigaba al alma casi por la eternidad. Según
algunos afirman, a los vivos les atemorizaba más la falta del rito que la muerte, ya que el rito
caracterizaba la felicidad eterna y el reposo.

Las tumbas eran los templos de los muertos, ante ella se establecía un altar para los
sacrificios, entre los griegos existía ante cada tumba un lugar destinado a cocinar la carne de
las victimas destinadas al sacrificio.

Por otro lado, la idea de propiedad privada estaba relacionada a la religión debido a
la rendición de cultos a los antepasados. El recinto privado frente a los cultos buscaba
proteger a los dioses, lo cual también impidió, de cierto modo la vida en comunidad, según
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ellos mismos la religión les enseño a construir sus casas, donde ponían muros para aislar y
defender el hogar de los profanos. Se debía conservar una distancia, ya que era mal visto que
alguien no perteneciente a la familia se enterara de sus ritos privados.

Platón en un tratado de leyes no permitía vender los campos familiares, en Esparta

también estaba prohibido vender las tierras. Las leyes de Solón castigaban vender la
propiedad familiar con la perdida de los derechos ciudadanos. No había una ley que separara
a la familia de sus tierras, ni si quiera por castigo.

El culto y la propiedad eran dependientes. La religión domestica era propietaria de

varón en varón igual que la propiedad. El heredero (hijo primogénito) no tiene que aceptar
ni rechazar la herencia, le corresponde, ya que fue concebido con el fin de rendir culto a los
antepasados. El parentesco estaba establecido por la religión, el derecho ateniense prohibió
el derecho de testar, hasta Solón quien permitió esto a quienes no tenían hijos. En el caso de
Esparta se ignoró el testamento.

Grecia conservó durante muchos años éstas tradiciones tomadas desde sus tribus, de
las cuales posteriormente fueron absorbidas por los romanos.

ROMA
La civilización surgida a orillas del río Tiber, tuvo una explosiva expansión, sus
conquistas unieron el mundo mediterráneo, llegando a tener dominio sobre Europa, Asia y
África (ver anexo 2). El intercambio cultural dado provocó que se adoptaran una serie de
creencias las cuales fueron modificándose a través del tiempo.

Las creencias de los romanos, provenían principalmente de los griegos y de los etruscos,
sin embargo, se dice que los Romanos eran supersticiosos, lo cual les dio el carácter de
politeístas, que les permitió adoptar una gran cantidad de creencias provenientes de otros
lugares con los cuales tuvieron intercambios culturales producto de su expansión.
Contaban con muchas deidades, a tal punto que se ha calculado que los seres que
consideraban como divinos eran aproximadamente unos 30.000. En Roma habían varios
tipos de sacerdocios, adivinadores, entre otras personas que velaban por mantener y cuidar
los templos para la celebración de los sacrificios y ritos.
La religión romana estaba dividida en dos partes, la religión pública y la privada. Los
cultos también tenían una división, se pueden clasificar en cultos populares (sacra
popularia), Cultos públicos (sacra publica o prop público) y los cultos domésticos (sacra
familiaria).
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La familia romana (ver anexo 4), tenía una composición igual a la de la familia griega,
cada integrante tenía su rol.

RELIGION FAMILIAR
La religión familiar de los romanos veneraba y recordaba a sus antepasados, las
divinidades domésticas eran consideradas privadas y alabadas en cada familia, todas las
familias tenían dioses y antepasados ante los cuales rendían cultos y realizaban ritos. En cada
hogar se encontraba el templo familiar, donde había un altar llamado lararium (ver anexo 3),
donde se encontraba permanentemente encendido el fuego, al igual que en Grecia.

La creencia que integra al fuego no se puede considerar insignificante, ya que al fuego

se le rendía un especial culto, se veía como algo divino, se creía poderoso, incluso se hacían
oraciones para alcanzar los anhelos humano, el fuego era visto como puro y casto, pero
también como un ser mortal ya que concebía deberes y permitía que se realizaran.

Fustel de Coulanges afirma: “La religión distinguía entre los arboles las especies que
podían emplearse en este uso y las que no” (2003, p. 159), había un día en el año (para los
romanos el 1 de mayo) donde debían apagar su fuego, y encender uno nuevo, presidiendo
algunos ritos.
El fuego representaba la providencia de la familia. Se describe en La Ciudad Antigua,
que el culto era sencillo, la primera regla era que siempre hubiese fuego en el altar, ya que
si se extinguía representaba que un dios dejaba de existir, a ciertas horas del día se colocaban
en el hogar hierbas secas y maderas, el dios se manifestaba en una llama brillante. Se le
ofrecía al Dios leña, y se derramaba vino de Grecia, aceite, incienso y la grasa de sus víctimas.
El Dios recibía estas ofrendas satisfecho y radiante, e iluminaba.

La religión del fuego sagrado data de antes de la existencia de la civilización griega

y romana, cuando las tribus tuvieron la separación comenzaron a tener sus propios dioses,
pero se conservó el rito como parte de la religión primitiva.

El paterfamilias o padre del hogar era el encargado de dirigir los cultos del hogar. Las
familias se organizaban similarmente a las griegas. Dentro de las creencias romanas se
pueden establecer diversos tipos de divinidades, como los siguientes:
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Lares
Al comienzo solo existía un dios protector del hogar, conocido como Lar, con el paso del
tiempo fueron dos. La representación a estos dioses era a través de figuras, que tenían un
plato en la mano, en el altar tenían el hogar de la casa, aquí se le presentaban ofrendas. En
los acontecimientos más importantes como matrimonios, defunciones, bodas, se les
celebraba de manera especial, agradeciendo. Una vez al mes se quemaba un incienso y se
realizaba una libación de vino en su honor.

Manes
Manes significa ‘buenos’, y representaban las almas de los antepasados. Los romanos tenían
respeto y aprecio por los antepasados, les rendían culto con el fin de obtener la protección y
evitar que se convirtieran en larvas o lémures, a los que les consideraban espíritus malignos.
Se realizaban fiestas específicas en honor a ellos y se les ofrecían sencillas ofrendas, las
cuales jamás podían ser olvidadas para que no vinieran a reclamar y sus almas descansaran
tranquilas. El día del nacimiento del fallecido se le presentaba una ofrenda, en la cual se le
presentaban flores y alimentos, con el fin de conmemorar dicha fecha.

Penates
La naturaleza de los penates suele confundirse con los lares, sin embargo, los penates son
divinidades del hogar que están encargados de sustentar cotidianamente la salud de la familia
y en generar su bienestar. Antes de iniciar cada comida, todos reunidos en torno a la mesa,
en este momento el paterfamilias, arrojaba al fuego una parte de los alimentos, siendo usuales
la sal y la harina. Las ciudades tenían sus penates particulares, también habían protectores
menores, como por ejemplo del suelo, de la hacienda, etc.

Genio
El genio era el dios personal de cada hombre, se le representaba con una forma de serpiente,
bajo su protección se encontraba la unión sexual y el matrimonio. Se le rendía culto el día de
cumpleaños de cada integrante familiar, presentando ante él una ofrenda sencilla, por ejemplo
incienso, vino, pasteles. Cuando realizaban una oración o juramento frente al genio, se
tocaban la frente ya que les estaba ‘consagrada’ de manera particular. El genio estaba a nivel
privado, y también público ya que las ciudades también tenían un genio.

A todos los dioses que formaban parte del hogar, y frente a los antepasados se llevaban a
cabo una serie de ritos y oraciones, los cuales eran igual de importantes que para los griegos.
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Se celebraban fiestas religiosas cuando se consideraba oportuno, por ejemplo las bodas,
el nacimiento o integración de algún miembro a la familia6, el dies natalis, el dies lustricus,
la solemnitas togae purae, las Feriae denicales o los nueve días posteriores a la muerte de
una persona, los Feralia, Carnaria, entre otras.

La comida era un acto religioso muy importante, ya que a través de la comida entraban en
comunión, era una ceremonia santa donde se consagraban oraciones al iniciar y concluir la
comida.

El padre podía enseñar costumbres religiosas solo a sus hijos. Como los griegos, en
las familias romanas no compartían el patrimonio (propiedad sagrada) de su propia religión,
se cree que este era heredado al primogénito quien se encargaría de continuar el culto a los
antepasados. El parentesco sanguíneo no era predominante, sino, el religioso, pero fue
escuchado tras el debilitamiento de la religión, y legalizado.

Estaba prohibida también la venta de la propiedad, la cual años más tarde se

permitiría a través de un acto religioso.

El derecho doméstico se basaba plenamente en la religión, ya que bajo la creencia de

que los antepasados se mantuvieran felices dependía de sus sucesores, se estableció la regla
de que todas las familias debían perpetuarse siempre, ya que todos estaban interesados en
asegurar su descendencia para tener una mortalidad dichosa.

El culto a los antepasados, se realizaba al igual que en Grecia, y a las mujeres no se les rendía
culto: “Depositada en la tumba no recibirá un culto especial. En la muerte y en la vida sólo
figura como un miembro de su esposo” (Fustel de Coulanges, 2003, p. 78), pese a ello las
mujeres eran importantes (su presencia) en los cultos, entre os griegos era una desgracia que
la mujer no estuviera y en roma el sacerdote perdía el sacerdocio cuando quedaba viudo.
Frente a las tumbas de los antepasados, también tenían su propia culina, donde preparaban
alimentos para satisfacer a sus muertos.

Las creencias antiguas, principalmente en Roma fueron un factor determinante en la

construcción de la sociedad, lo cual se puede ver claramente en el desarrollo del derecho
doméstico. Al igual que en el caso de los griegos, se debe tener muy presente que las
creencias religiosas fueron evolucionando y desenvolviéndose en sus propios contextos.

6
Esto incluye a los esclavos, quienes también tenían un rito de iniciación mediante el cual adoptaban las
creencias domésticas.
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Conclusiones
Las creencias religiosas a nivel general siempre han sido influyentes sobre el
comportamiento humano, ya que los actos que realizan van de acuerdo a las creencias que se
tienen. De la religión nacen otras instituciones, que adoptan características propias de las
creencias.

A través de este informe se permite conocer una cierta parte de las creencias
desarrolladas en la antigua Grecia y Roma, que permiten comprender que estas creencias
transcendieron más allá de un ámbito religioso, lo cual se puede evidenciar a través del
derecho, ya que con leyes se dejó un registro de costumbres y reglas que se debían adoptar,
y guardan directamente relación con las creencias. Los griegos y romanos desarrollaron su
vida en torno a sus convicciones, muchas de las actividades realizadas tenían relación con
los dioses públicos y privados.

En base a las creencias adoptadas por cada familia, se construyeron reglas, un claro
ejemplo de esto es el derecho de propiedad, donde como se mencionó anteriormente sólo el
hombre podía encargarse de continuar con el culto familiar, siendo de mucha preocupación
para las familias la posible extinción de su genealogía. Se puede concluir que incluso los
roles de la familia estaban establecidos por las creencias, donde el padre tenía todo el poder
sobre los miembros de su familia.

Es interesante señalar que la religión doméstica representa una antigüedad enorme, Fustel de
Coulanges, en su texto de La ciudad antigua manifiesta que:

“Esta religión de los muertos parece ser la más antigua que haya existido entre esta raza
de hombres. Antes de concebir y de adorar a Indra o a Zeus, el hombre adoró a los
muertos (…) La muerte fue el primer misterio, y puso al hombre en camino de los demás
misterios. Le hizo elevar su pensamiento de lo visible o lo invisible, de lo transitorio a lo
eterno, de lo humano a lo divino” (2003, p. 162)
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La religión familiar fue progresando con el tiempo, adoptando nuevas características,

sin embargo, también sufrió un debilitamiento en sus tradiciones; en el caso de Roma, el
triunfo del catolicismo como religión oficial durante el imperio romano se puede considerar
como la principal causa, pese a que hay tradiciones que hasta el día de hoy se puede
considerar que no han desaparecido, ya que la importancia de la familia, de las oraciones y
ritos se puede ver también en otras religiones.

En Grecia, a finales del Siglo XX nace un movimiento llamado Dodecateísmo, el cual

se centra en mantener las creencias y prácticas dejadas por la cultura de las civilizaciones
antiguas. De este modo, se puede tener una visión de la importancia que representó y que en
la actualidad también representa la influencia de las creencias sobre la vida de las personas.

En la actualidad existe una gran diversidad de religiones, sin embargo las creencias
desarrolladas por los griegos y romanos, no son menos importantes, ya que tenían una gran
complejidad, y gran influencia dentro de la vida cotidiana. En mi opinión personal, no se
deben juzgar las creencias antiguas por más ridículas que puedan parecer en el presente, ya
que cada historia es hija de su tiempo.
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