Las reuniones

de lo miércoles
Actas de la Sociedad
Psicoanalítica
de Viena

Tomo 1: 1906-1908
Herman Nunberg
y Ernst Federn
(compiladores)

3) /
2 f

Ediciones
Nueva Visión
Herman Nunberg y Ernst Federn (compiladores) : Las reuniones de los
miércoles. Actas de la Sociedad Psicoanalítica de Viena
Tomo l: 1906-1908
 Las reuniones de los miércoles
Colección Psicología Contemporánea
Dirigida por Jorge Rodríguez
Actas de la
Sociedad Psicoanalítica de Viena
Tomo I: 1906 -1908

Herman Nunberg y Ernst Federn

{compiladores)

Ediciones Nueva Visión

Ilucnos Aires
Título del original en alemán: Protokolle der Wiener Psychoanalytischen AGRADECIMIENTOS
V ereinigung
Intemational Universities Press, lnc., 1974
Traducción de Inés Pardal

Los compiladores desean agradecer a aquellas personas que han

hecho posible esta publicación:
El señor William Rosenweld, que concedió un préstamo para
llevar a cabo la labor de preparación.
Las familias de algunos participantes de las reuniones, que
nos proporcionaron datos biográficos; Walter Federn, Ph. D., que
contribuyó a brindar mayor precisión a nuestras referencias me-
diante la investigación en bibliotecas y en los archivos personales
de Paul Federn; Leo Kane, M. A., que fue nuestra fuente de in•
formación sobre las personalidades literarias de la época.
Vaya nuestro agradecimiento especial a la señora Lottie M.
Newman por su cuidadosa supervisión de la edición.

1
1

© 1979 por Ediciones Nueva Visión SAIC

Tucumán 3748, Buenos Aires, República Argentina
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en la Argentina/Printed in Argentina
Prohibida toda reproducción total o parcial
REFERENCIAS
Clai;e de las abreviaturas
C.P. Sigmund Freud, Collected Papers, Hogarth Press, Londres,
1924-1950, 5 volúmenes.
G.S. Sigmund Freud, Gesammelte Schriften, Internationaler psy-
cho~nalytischer Verlag, Viena, 1924-1934, 13 volúmenes.
G.W. Sigmund Freud, Gesammelte Werke, Imago Publishing
Company, Londres, 1940-1952, 17 volúmenes.
J. International Journal of Psycho-Analusis.
Jb. Jahrbuch für Psychoanalyse.
O.C. 'Sigmund Freud, Obras completas, Biblioteca Nueva, Ma-
drid, 1973, 3 volúmenes.
S.E. The Standard Edition of the Complete Psychological W orks
of Sigmund Freud, Hogarth Press, Londres, 1953, 24 volúmenes.
Yb. The Yearbook of Psychoanalysis, Intcrnational Universities
Press, Nueva York, 1945-1954, 10 volúmenes.
Z. Internationale Z eitschrift fiir Psychoanalyse.
Zb. Zentralblatt für Psychoanalyse.
INTRODUCCION
Cuando Freud dejó Viena en 1938, confió los manuscritos origi-
nales de las Actas de la Sociedad Psicoanalítica de Viena al
doctor Paul Federn, quien, desde que Freud cayera enfermo, se
había desempeñado como presidente intBrino de la asociación
que presidiera aquél. Muy pronto Federn seguiría a Freud en
el exilio y se llevaría las actas con él; de esa manera evitó que
los manuscritos fueran destruidos por los nazis, y aseguró su pu-
blicación ulterior.
El hecho de estar en posesión de las actas creó en F edem
un profundo sentido de responsabilidad, tanto hacia Freud como
hacia el psicoanálisis. Hablaba de ellas a menudo, y se tenía la
impresión de que, a su entender, era su dnber publicarlas tan
pronto como fuese posible. La mala salud, empero, así c"<:.mo la
falta de tiempo y de fondos, impidieron la concreción de sus
planes, y solo pudo publicar uno de los protocolos en Samiksa,
una revista psicoanalítica hindú. El deseo de asegurarse de que
el mundo entero tomara conocimiento de las actas llevó a Federn
a estipular como último deseo, en su testamento, la publicación
de los manuscritos tras su muerte; a tal efecto me encomendó
b compilación del material y dispuso que yo tomara, junto con
su hijo Ernst, las disposiciones pertinentes para su publicación.
Las actas se extienden desde 1906 hasta 1915, período du-
rante el cual Otto Rank ejerció funciones de secretario oficial
(rentado) de la Sociedad. En calidad de tal, se le asignó la
tarea de trascribir lo dicho durante las reuniones. Las actas co-
rrespondientes a ese período incluyen trascripciones del material
científico discutido durante las sesiones, así como listas de asis-
tencia a todas ellas. 1 En 1915 Rank debió dejar Viena para curn-
1 El manuscrito original consiste en dos partes: 1) los protocolos de las
reuniones cien tíficas trascriptos a mano en graneles hojas ele papd; 2) una
¡>t' (j11(·iia libreta negra con las listas do asistencia y comunicaciones.

10 Introducción
plir su servicio militar durante la Primera Guerra Mundial. Hay
algunos informes sobre las discusiones que tuvieron lugar durante
las reuniones efectuadas entre 1915 y 1918; no obstante, salvo el
protocolo de una reunión celebrada en noviembre de 1918, son
tan fragmentarios que resultan casi ininteligibles. Contamos asi-
mismo con actas de las reuniones efectuadas entre 1918 y fines
de 1933, las cuales, empero, no ofrecen un interés sustancial; solo
incluyen registros muy resumidos de los asuntos financieros, listas
de asistencia de miembros e invitados, y títulos abreviados de
los trabajos científicos presentados; no se trascriben las discusio-
nes científicas que tuvieron lugar en ellas.
Aunque el tono de las discusiones era muy dispar ( a veces
se caracterizaban por el orden y la lógica, otras por el acalora-
miento y la confusión), Rank llevó a cabo su tarea con profunda
comprensión de la materia, y haciendo gala de gran habilidad.
No tomaba notas taquigráficas sino que, más que intentar una
trascripción literal de todo lo que se decía, parece haber tomado
apuntes detallados de las discusiones que luego compilaría. En
su mayor parte, expresan con notable lucidez lo que se decía en
el curso de fas discusiones.
No obstante, algunas de las actas no son fáciles de com-
prender; ciertos trabajos se trascriben en forma demasiado resu-
mida, en tanto que otros solo se mencionan por su título. Algu-
nos oradores comentan parte de un trabajo del que no se ha
tomado nota, otros una parte distinta: de ahí que, a veces, las
actas sean difíciles de leer. Después de 1910 se hicieron más
breves; por fin, las abreviaturas y omisiones se tornaron tan abun-
dantes que el lector solo puede adivinar gran parte de lo que
se dijo en el curso de las discusiones. Hasta cierto punto, en
nuestras notas hemos tratado de explicar esas partes poco claras:
pero dichas notas se limitan al mínimo considerado indispensa-
ble para la comprensión del texto, ya que preferimos abstenernos
de influir en el juicio que pueda formarse el lector de estas actas.
A pesar de los obstáculos planteados, el lector cuidadoso se verá
recompensado al adquirir mayor conocimiento y comprensión de
los problemas que por ese entonces ocupaban al analista.
Las reuniones se iniciaron en 1902 con las llamadas Reunio-
nes Psicológicas de los miércoles en el propio departamento de
Freud; posteriormente se las conoció como Reuniones de los miér-
coles. El día miércoles quedó como tradicional día de reunión
cuando posteriormente, al trasformarse el difuso círculo origina-
El material consignado en la libreta negra se reproduce aq11I 1•11
li!,(<'ramc•nl<' condensada.
Introducción 11
rio en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, sus miembros si-
guieron reuniéndose con regularidad todos los miércoles a la
noche. No hay ningún registro de las reuniones efectuadas entre
1902 y 1906. En 1908, cuando se creó la Sociedad Psicoana-
lítica de Viena, las reunio~es se convirtieron en regla para la
sociedad. En 1910, el lugar de reunión fue trasladado del domi-
cilio privado de Freud al Doktoren Collegium ( Colegio de Mé-
dicos). Hasta 1908, todo aquel que asistiera a las reuniones tenía
obligación de pmticipar en las discusiones; desde entonces, la
participación fue voluntaria. 2
Los hombres reunidos en torno de Freud se interesaban por
la psicología en el sentido más amplio de la palabra. Insatisfe-
chos con lo que podía ofrecerles la psicología contemporánea,
buscaban nuevas ideas, nuevos principios rectores que les ayu-
daran a alcanzar una mayor comprensión del ser humano. Las
doctrinas de Freud parecían prometer dicha ayuda.
Es bien sabido que, desde un comienzo, las novedosas ideas
de Freud no tuvieron buena acogida en los círculos médicos:
fuertemente criticado por sus colegas, fue odiado y condenado
al ostracismo. Incluso algunos de sus viejos amigos lo abando-
naron. 3 De esa manera, se convirtió en un hombre solitario.
Pero, a la vez, era un hombre sociable, capaz de ser un gran
amigo, un amigo fiel. ( Las memorias de Ludwig Binswanger 4
constituyen un valioso testimonio en este sentido.) Le encantaba
rodearse de gente con quien pudiera comunicarse e intercambiar
ideas. La soledad a la que se veía impulsado ( como ocurre con
todos los grandes hombres que se anticipan a su época) le resul-
taba opresiva; frecuentemente diría que el analista no debe man-
tenerse aislado sino, por el contrario, asociarse con otros e inter-
cambiar ideas y experiencias con ellos. En una carta a su amigo
Wilhelm Fliess decía que éste era su "Publicum", su público. 5
Freud necesitaba una caja de resoriancia; cuando se dio cuenta
de que Fliess había dejado de compartir sus ideas, sufrió inten-
samente, y la amistad terminó por quebrarse.
2 Véase Freud, "Historia del movimiento psicoanalítico" (1914) [O.C.,
t. II, pp. 1895-1930].
3
En años posteriores, diría en broma que la gente solía tratarlo como una
pared recién pintada: nadie se atrevía a tocarlo. ( Información de Ludwig
Jekels.)
4
Erinnerungen an Sigmuncl Freud. Francke Verlag, Berna, 1956.
¡; Aus den Anfiingen der Psychoanalyse; Briefe an Wilhelm Fl;ess, Abhand-
lungen imd Notizen aus den Jahren 1887-1902. !mago Publishing Co., Ltd.;
Londres, 1950. S, Fischer Verlag, Francfort, 1962; edición corregida, 1975.
[1'he Origitis of Psychoanalysis. Letters, Drafts and Nol'es to W ·ilhelm Fliess
In, 11111 (1887-1902), Hasic Hooks, Nueva York, 1954.]
12 Introducción
Su gran necesidad de reconocimiento y amistad fue expre-
sada en un discurso pronunciado ante la B'nai B'rith, una con-
gregación filantrópica judía, en ocasión de su septuagésimo ani-
versario. 6 Freud recordó cuánto había significado para él la
cálida recepción que le brindaron y la oportunidad que allí se
le ofreció para entablar nuevos contactos humanos, en un mo-
mento en que colegas y amigos lo habían abandonado en razón
de sus descubrimientos.
Pocos años después de que concluyera su relación con Fliess,
Freud halló su nueva caja de resonancia en el Grupo de los miér-
coles. Asistió con regularidad a esas reuniones y, hasta caer en-
fermo, rara vez faltó a una sesión.
¿,Quiénes eran los hombres que integraban el Grupo de las
Reuniones de los miércoles, y por qué se convirtieron en psico-
analistas?
Por un lado, vemos un grupo de hombres en busca de ideas
nuevas y de un líder; por el otro, un hombre solitario que había
r ealizado importantes descubrimientos y deseaba compartirlos
con otros. De tal manera, y a sugerencia del doctor Wilhelm
Stekel, a quien Freud había tratado exitosamente, Freud convino
en realizar las reuniones semanales con el citado grupo. El ob-
jetivo de dichas reuniones era discutir problemas psicológicos.
Así se iniciaron las Reuniones de los miércoles.
El grupo era heterogéneo; se componía de médicos, educa-
dores, escritores, etc. Para decirlo en pocas palabras, sus miem-
bros eran una muestra representativa de la intelectualidad de
comienzos de siglo. Por diferentes que fuesen sus personalidades
y el medio del que provenían, se hallaban unidos, sin embargo,
en un común descontento por las condiciones que prevalecían
en la esfera de la psiquiatría, la educación y otros campos de
estudio de la mente humana.
Durante este período, todo un cúmulo de ideas se hallaba
en proceso de fermentación en muchas partes de Europa. Era
la época en que, en el campo de la psiquiatría, las ideas de la
Escuela de Nancy sobre el hipnotismo y las enseñanzas de Char-
cot se difundían desde Francia a toda Europa; en que Kraepelin,
desde Alemania, trataba de instaurar cierto orden en el terreno
de la psiquiatría, mientras que el suizo Eugen Bleuler se conver-
tía en líder de los psiquiatras, y Wundt ejercía su influencia
omnipresente en la psicología contemporánea. Era la época, asi-
mismo, en que la obra de Darwin dejaba su sello en el pensa-
miento científico, aunque en lo que respecta a la psiquiatría y
n "Discurso a los miembros de la Sociedad B'nai B'rith" (1926) ro.e.,
t. III , pp. 3229-3230.J
Introducció11 n
la psicología, Freud era -por lo que sé- el único que aplicaba
las teorías darwinianas.
Por ese entonces, la filosofía de Schopenhauer y Nietzsche
dejaba su sello en la mente de los intelectuales alemanes; las
novelas de Dostoievsky eran vastamente leídas; Strindberg había
escrito sus Confesiones de un loco; acababa de aparecer el Des-
pertar de primavera, de vVedekind; y se producían muchos otros
acontecimientos de importancia en la vida intelectual europea.
Así como el mundo en que vivían los hombres del Grupo de
los miércoles se hallaba desgarrado por una serie de conflictos,
otro tanto ocurría con ellos mismos. Hemos aprendido de nues-
tros análisis, que para superar los conflictos internos es necesario,
primero, descubrir sus raíces para así comprenderlos. Hemos
aprendido también que con frecuencia proyectamos nuestros pro-
pios conflictos en el mundo exterior. No sería arriesgado suponer
que la necesidad que sentían esos hombres de comprender y cu-
rar a sus congéneres era en gran medida reflejo de su propia
necesidad de recibir ayuda. Y por cierto, en las reuniones de la
Sociedad no solo discutieron los problemas de los demás sino
también sus propias dificultades; revelaron sus conflictos inter-
nos, confesaron sus actos masturbatorios, sus fantasías y sus re-
miniscencias sobre padres, amigos, esposas e hijos. Es cierto que
parecen haber sido neuróticos, pero no más que muchos otros
a quienes no se considera enfermos. Recuerdo los chistes que
circulaban entre nosotros, psiquiatras jóvenes, con respecto a
que los psiquiatras son esquizofrénicos que han elegido su pro-
fesión para curarse ellos mismos. En realidad, algunos de los
primeros psicoanalistas se habían sometido a tratamiento psico-
analítico por razones terapéuticas; otros emprendieron un auto-
análisis, si no se consideraban lo bastante enfermos como para
solicitar la ayuda de otro. Desde la fecha de publicación de las
cartas de Freud a Fliess, 7 ha dejado de ser un secreto que Freud
mismo tuvo una neurosis que logró superar mediante el auto-
análisis, hazaña hercúlea si consideramos las circunstancias en
q ue este análisis fue llevado a cabo.
En cierta oportunidad, cuando se discutían las aptitudes re-
queridas para aplicar un tratamiento psicoanalítico, Freud ob-
servó que, curiosamente, los neuróticos resultaban ser buenos
psicólogos en la práctica. Cabe señalar, entre paréntesis, que el
hombre que tiene un verdadero interés por la psicología proyecta
su preocupación inconsciente o preconsciente por su propia psi-
quis en la psicología de los demás. No obstante, los puntos cie-
gos determinados por sus propios conflictos interfieren la capa-
1 Los orígenes del 1>sícoa11álisís (loe. cit .)
14 I ntroducció 11
ciclad de ese hombre para comprender cabalmente a otro. A fin
de eliminar tales puntos débiles en la comprensión que el ana-
lista alcanza del paciente, Freud sugirió desde un comienzo, y
tal como lo demuestran estas actas, que los propios analistas se
sometieran a análisis. Ello demuestra con claridad que, poco
después de iniciada su labor, Freud ya se había dado cuenta de
que no solo el médico puede influir en el paciente, sino éste en
aquél. Cuando los conflictos del paciente coinciden con los del
médico, éste puede no verlos, interpretarlos erróneamente, o iden-
tificarse con el paciente. Este fenómeno, perteneciente a la es-
fera de lo que luego se denominaría contratrasferencia, constituyó
uno de los primeros temas de discusión de la Sociedad. 8
Vemos, por consiguiente, que los miembros del Grupo de
los miércoles, a fin de satisfacer su necesidad de ayudar a sus
congéneres, debían, por sobre todo, entenderse a sí mismos. Al
analizar sus problemas íntimos entre sí, esperaban poder ayudar
a sus pacientes, así ~orno ayudarse a sí mismos. Dicha esperanza,
que surgía de su fe en el análisis, los unía en su devoción hacia
Freud; al identificarse con él como líder, se convirtieron en pio-
neros del análisis.
Desde un comienzo integraron un grupo casi armonioso.
Cada miembro demostraba profundo interés por el tema discu-
tido: un caso clínico, la vida y obra de un poeta o artista, el
problema de un maestro, un alumno, un criminal. Se leían tra-
bajos, se hacían reseñas de libros y artículos de revistas, se dis-
cutían los temas más variados: biología, psicología animal, psi-
quiatría, sociología, mitología, religión, arte y literatura, educación
y criminología; incluso los experimentos psicogalvánicos y de aso-
ciación. Cabe mencionar que los miembros tomaban en préstamo
los protocolos de las reuniones, los estudiaban, y luego los de-
volvían. El secretario consignaba escrupulosamente esos prés-
tamos.
El lector debe recordar que las discusiones de los primeros
años tomaban como base, en gran medida, los primeros trabajos
de Freud, y que los participantes todavía no habían adquirido
experiencia analítica. En consecuencia, hallamos muchas conje-
turas, muchas declaraciones prematuras, etc. Además, no debe
olvidarse que gran parte de las discusiones tenían un carácter
espontáneo, como respuesta no elaborada a los trabajos que
habían sido leídos esa misma noche. Por consiguiente, no todos
8 En el Congreso de Budapest de 1918 presenté una moc10n a los efec-
tos de que los futuros psicoanalistas tuvieran que someterse a análisis. La
moción fue rechazada porque Rank y Tausk se opusieron enérgicamenlr.
Recién en 1926, en el Congreso de Bad Homburg, se adoptó esa r<·~¡l11.
Introducci6n 15
los comentarios que se escuchan se caracterizan por su lógica
y coherencia.
A través de las discusiones los participantes no solo se esti-
mulaban entre sí, sino que estimulaban al mismo Freud. Adler,
por ejemplo, acentuó desde un comienzo la importancia de la
agresión en la esfera psíquica. Freud aceptó la idea, y a partir
de entonces le prestó mayor atención; no obstante, solo muy pos-
teriormente incluyó la pulsión agresiva en su teoría de las pul-
siones, en el trabajo titulado "Las pulsiones y sus destinos" ( 1915).
Su teoría de las pulsiones cobró su forma final en Más allá del
principio de placer ( 1920).
En el curso de esas discusiones tuvo lugar un proceso de
toma y daca. Naturalmente, Freud daba más de lo que los otros
podían recibir. Por supuesto, existía una tremenda brecha entre
la comprensión del psicoanálisis alcanzada por los discípulos y
la del propio maestro. Cuando aquéllos eran meros principian-
tes, Freud ya había sentado las bases de su monumental edificio.
Los convidados se reunían en torno de una rica mesa, pero no
todos podían digerir lo que se les ofrecía. No obstante, si bien
era todavía poco lo que sabían del psicoanálisis, estaban ansiosos
por aprender. Y aprendían rápidamente: escuchaban trasporta-
dos siempre que Freud hablaba, trataban de absorber cada pa-
labra que decía, y hacían causa común con él. Sin duda, tal
devoción por Freud y sus ideas exigía gran valor en esa époc:i,
ya que el psicoanalista era objeto de pullas y duras críticas que
a menudo lo condenaban al ostracismo. Algunos miembros se
mostraban reacios a publicar artículos psicoanalíticos; otros lo
hacían con un seudónimo.
A pesar de todas las dificultades, esos primeros seguidores
de Freud no vacilaban en considerarse sus discípulos y, por un
tiempo, trabajaron en armonía con él. Pero esa armonía no du-
raría mucho. Como en todo grupo humano, también aquí la am-
bivalencia comenzó a ejercer una influencia negativa. Tal vez
ello explique el hecho de que algunos de esos hombres, a pesar
de la atracción que en ellos ejercía la psicología profunda y su
devoción por Freud, todavía tenían resistencias, precisamente en
relación con lo que, en forma consciente, estaban tratando de
aprender ( situación que, por otra parte, aún hoy ocurre con al-
gunos analistas y grupos de análisis) .
Algunos miembros de la Sociedad no podían por cierto
enfrentar el Inconsciente tal como lo revelaba el psicoanálisis.
Como observó Freud en cie1ta oportunidad, tras la lectura de
un trabajo de Paul Schildcr, no podían respirar la atmósfera so-
rocanlc <l e las oscuras profundidades, de las "alcantarillas", por
decirlo asi, sino que anhelaban lomar un baño de sol en la lumi-
16 Introducci6n
nosa superficie. Por supuesto, todos preferiríamos respirar aire
puro, si al psicoanalista le fuera posible entregarse a una psico-
logía de superficie. Como era de esperar, los que preferían este
tipo de psicología pronto abandonaron totalmente el psicoanálisis.
Dentro de la Sociedad misma, por otra parte, se formaron fac-
ciones y se desarrollaron rivalidades, acompañadas por disputas
sobre la prioridad de ideas y por una actitud competitiva que
incluso llegó a manifestarse en relación con el propio Freud.
Algunos, por ejemplo, procuraban introducir en el curso de las
discusiones ideas extrañas que chocaban con los conceptos bisi-
cos del psicoanálisis. Las razones para introducir dichos elemen-
tos eran múltiples, aunque la principal de ellas, no obstante, era
la resistencia al psicoanálisis, apoyada en predilecciones perso-
nales de índole filosófica, y en la ambición. Estos miembros pro-
curaron imponer al grupo sus propias ideas y, al hacerlo, obs-
taculizaron el progreso de la labor realizada por la Sociedad.
Finalmente, debieron presentar su renuncia.
La eliminación de algunos miembros no debilitó la Socie-
dad. Por el contrario, día a día contaba con mayor número de
integrantes, y las discusiones se hicieron más sustanciosas y me-
jor organizadas: era fácil seguir el desarrollo de ciertas ideas y
ver de qué manera, lentamente, cobraban forma definida. Evi-
dentemente, la renuncia de los miembros disidentes dio mayor
coherencia al grupo. Por otra parte, en esa atmósfera de mayor
armonía comenzaba a crecer paulatinamente la estatura de cier-
tas personalidades.
Como dijimos antes, la variedad de temas enfocados en las
reuniones era muy amplia. Las discusiones, en ciertas oportuni-
dades, se tornaron apasionadas, confusas y difíciles de controlar.
Empero, Freud nunca perdió el control del grupo en su conjunto,
y resultó ser un conductor magistral. Supo tratar a estos hombres
inteligentes pero exaltados con incomparable superioridad. Lo-
gró siempre instaurar orden en medio del caos, y calmar a los
espíritus excitados. Muchas veces, con una simple observación,
una mera palabra, lograba señalar el aspecto esencial de un pro-
blema y aclararlo completamente. Aun brindando a todo el mun-
do plena libertad para expresar sus opiniones, no permitía que
la discusión se saliera de sus cauces. Guiaba a los participantes
con admirable destreza, y siempre se mantenía objetivo; elogiaba
cuando el elogio era merecido, desaprobaba cuando la crítica era
necesaria. Fue así como criticó severamente a Rank por la ma-
nera en que presentaba su material, pero alabó su contenido;
elogió a Adler por sus contribuciones a la psicología del yo, pero
lo criticó señalando que la psicología adleriana era más una psi-
cología de lo consciente que de lo inconsciente. Es cierto q uc
I ntroclucci6n 17
en determinados casos Freud demostró ser un crítico muy acerbo,
pero en términos generales era tolerante y generoso, paciente y
comprensivo. Trataba de actuar como mediador en los conflic-
tos de ideas y personalidades, y se mostraba extremadamente to-
lerante para con las convicciones e ideas de los demás. Su pa-
ciencia y tolerancia, sin embargo, tenían ciertos límites. Mientras
no estuvo totalmente seguro de que las ideas divergentes ame-
nazaban sus doctrinas básicas, no interfirió ni se opuso a ellas;
se volvió inexorable solo cuando le resultó evidente que el edi-
ficio de su análisis estaba siendo amenazado.
El mejor ejemplo de su paciencia y tolerancia se dio en el
caso de Alfred Adler. Como miembro del grupo, Adler comenzó,
lenta pero sistemáticamente, a promoc;onar sus propias ideas,
que, por fin, demostraron contradecir los conceptos freudianos
básicos. No obstante, durante largo tiempo Freud dio a Adler
un trato muy deferente, e incluso lo nombró presidente de la
Sociedad ( cargo que Adler mantendría hasta la ruptura final) .
Por un lado, Adler subrayó en demasía las bases biológicas
de la neurosis al sostener que dicha enfermedad es resultado de
un intento por superar psíquicamente la inferioridad de algún
órgano. Por otro lado, también acentuó exageradamente el signi-
ficado de lo social, es decir, del factor externo como causa de la
neurosis. Como era socialdemócrata, parece que intentó conciliar
la doctrina marxista de la lucha de clases con sus propias ideas
sobre el conflicto psíquico. Sostiene Adler que el conflicto psí-
quico, interno, es análogo al conflicto social, externo, entre los
desposeídos y la clase dirigente. Según él, lo inferior, lo débil,
es el factor femenino, en tanto que lo superior, lo fuerte, es el
factor masculino. Según postula, la neurosis tiene lugar cuando
un individuo protesta contra la inferioridad de un órgano me-
diante una superación psíquica del funcionamiento deficiente de
dicho órgano. "Quiero ser hombre", es el leitmotiv de toda neu-
rosis: Adler lo denomina protesta masculina. Por un lado, de esa
manera sexualiza el proceso de represión sustituyendo el conflicto
psíquico por el concepto de protesta masculina, que implica, por
supuesto, que todo el conflicto es una lucha entre la parte homo-
sexual de la personalidad y la parte heterosexual. Por otro lado,
desexualiza la pulsión sexual porque no ve en la protesta mascu-
lina el intento de ayudar al hombre a safüfacer sus ansias de
satisfacción sexual, sino sus ansias de poder.
La doctrina adleriana siguió desarrollándose con muchas ra-
mificaciones, pero no podemos proporcionar aquí información
detallada sobre ella. No obstante, esta breve descripción con-
densada debería bastar para demostrar su incompatibilidad con
la psicología frcudian ::t . Los discípulos de Frcud esperaban qu e
18 lntroducci6n
éste tomara una posición sobre dichas cuestiones; sin embargo,
durante largo tiempo Freud se mantuvo en silencio mientras la
mayoría de los miembros del grupo denunciaban las innovacio-
nes de Adler. Por fin, Adler y sus continuadores presentaron su
renuncia. En épocas posteriores, cuando los discípulos de Freud
le señalaron las desviaciones de Jung y Rank, Freud se comportó
de manera similar; evidentemente, para él era muy difícil dejar
de lado a alguien que alguna vez había elegido como amigo.
Las cartas a Fliess nos revelan lo que la ruptura con éste signi-
ficó para él. Las actas, asimismo, demuestran cuánto tiempo de-
bió pasar antes de que Freud se decidiera a romper con Adler,
aun cuando este último no tenía con él una relac:ón tan estrecha
como Fliess.
Las ideas desviacionistas de Jung no se discutían mayor-
mente en el seno del grupo, dado que aquél no se contaba entre
sus miembros y solo iba a Viena en raras oportunidades. Por con-
siguiente, en las actas hay pocos indicios de la reacción persona 1
de Freud ante la defección de Jung. Empero, el hecho de que
hubiera elegido a Jung como su sucesor, lo nombrara presidente
de la Asociación Psicoanalítica Internacional y director del Jahr-
buch, nos daría la pauta de lo que Freud debe haber sentido
cuando Jung lo abandonó, aun cuando no supiéramos por otras
fuentes cuánto sufrió. Sin lugar a dudas, Freud favoreció a Jun~
y el grupo suizo, con lo cual provocó los celos del grupo de Viena,
que se sintió herido. Pero sería erróneo atribuir ese resentimiento
( como lo hace Jones en la biografía de Freud) 0 al sentimiento
de inferioridad del judío que ve antisemitismo por doquier.
La separación de Rank, que tuvo lugar mucho despu{s <le
1915, fue tal vez la más difícil de soportar para Freud, quien sen-
tía gran simpatía por él y tenía en muy alta estima su capacidad.
Freud lo había nombrado director de !mago y de la Interrwtio-
nale Zeitschrift für Psychoanalyse y, por la correspondench que
Jessie Taft publicó en su biografía de Rank, 1 º sabemos que
Freud veía en él al sucesor que continuaría desarrollanJo sus
ideas.
En todos los casos mencionados Freud rompió la relación
existente, a pesar de la amistad personal, cuando llegó a con-
vencerse de que los postulados básicos del psicoanáfüi:; estaban
en juego. Aparentemente, Freud entendía que era su deber pro-
teger el psicoanálisis, tal como un padre protegería a su hijo, y
difundir la verdad tal como él la veía.
o Vida y obra de Sigmund Freud, 3 vol., Basic Books, Nueva York, 1953-
1957.
1 1 ~ De Los orígcne.1 del pslcoanálisís, Alianza Editorial, Madrid, 1975.
0 Jessie Taft, Otto Rank, Julian Press, Nueva York, 1958.
1ntroducci6n 19
Adviértase que digo "tal como él la veía", es decir, tal como
veía lo que estaba sucediendo en la mente humana. Durante mu-
chos años tuve ocasión de observar a Freud en el curso de las
discusiones desarrolladas en el seno de la Sociedad. Cuando las
observaciones de determinado orador despertaban en él un inte-
rés especial, o cuando procuraba dejar bien en claro sus puntos
de vista, levantaba la cabeza y miraba un punto del espacio con
una intensidad y una concentración extremas, como si viera allí
algo en particular. 11 Esa tendencia a ver lo que estaba pensando
se refleja en sus escritos, que contienen numerosos elementos pic-
tóricos, aun cuando tratan conceptos altamente teóricos. Si sus
doctrinas fueron consideradas especulaciones fantásticas por al-
gunos, puede decirse en su descargo que primero miraba y luego
creía, y no lo inverso. Solo un hombre dotado de una visión se-
mejante podía descubrir y ver las leyes que rigen el ir,trincado
laberinto de la mente humana. Creo que subestimó en gran me-
dida su propio talento cuando, en una carta a Fliess, dijo que
poseía una "deplorable percepción espacial". 12
Sus adeptos no podían ver todo lo que él v;:iía: no estaban
dotados de su visión. Además, no lograban seguirh completamen-
te. Para la época en que se inició la redacción de estas actas, en
] 906, Freud ya había escrito muchos artículos importantes y la
mayoría de sus obras fundamentales, como Estudios sobre la his-
teria ( en colaboración con Breuer [1895]), La interpretación ele
los sueños (1900), seguida al poco tiempo por la Psiropatologia
de la vida cotidiana ( 1901), Tres ensayos sobre una teoría se-
xual ( 1905) y El chiste y su relación con lo inconsciente ( 1905).
No todos los participantes de las discusiones, empero, estaban
totalmente familiarizados con estas obras, lo que puede explicar
muchos malentendidos. Por otra parte, algunos de ellos, corno
ya se señaló, se debían a resistencias, como las que todos tene-
mos contra nuestro inconsciente reprimido. Por cierto, el insight
psicoanalítico solo podía asimilarse mediante una constante lucha
psíquica, tal como la que observamos diariamente en nuestra
labor con los pacientes.
Como lo revela el estudio de las actas, los miembros del
grupo veían en el psicoanálisis mucho más que una psicopatolo-
gía y un método para tratar a los enfermos. Sabían que el hom-
bre es tanto un ser social como una entidad biológica, y recono-
cían que las relaciones del hombre con su ambiente se expresan
11 Expresión que refleja intensamente el grabado de Pollack, en el cual
Jo'reud está sentado detrás de su escritorio, rodeado de su colección de
ohjrtos de arle anti¡.,ri1os.
20 Introduccí6n
tanto en su conducta como en las obras artísticas y literarias, en
la religión y las instituciones sociales. Por consiguiente, pensa-
ban que era necesario ocuparse, no solo del ser humano enfermo,
sino también de literatura, religión, filosofía, antropología, socio-
logía, etc. De hecho, se realizaron muchos debates sobre la inter-
acción de los factores biológicos, sociales e históricos en el
desarrollo del individuo y de la humanidad.
En esos primeros años era difícil obtener material clínico
adecuado para un estudio ps;coanalítico; pero ese material podía
obtenerse con facilidad en fuentes no clínicas, lo cual p osible-
mente explique el hecho sorprendente de que en un comienzo,
e incluso posteriormente, se discutieron más bien problemas de
arte, literatura, mitología, religión y educación que problemas
psiquiátricos propiamente dichos.
Entre las numerosas discusiones llevadas a cabo, muchas
también versaron, por supuesto, sobre la teoría psicoanalítica.
No obstante, en ese entonces los participantes se preocupaban
más por el significado de lo inconsciente que por su interpreta-
ción teórica. Aunque a veces Freud se entregaba a especulacio-
nes teóricas -siempre, por supuesto, verificadas sobre la base
del material clínico disponible-, no alentaba a sus discípulos a
que hicieran lo mismo que él. Por ejemplo, una vez que yo dis-
cutía con Tausk la naturaleza de la atención, Freud nos inte-
rrumpió, observando que esos problemas eran demasiado "difí-
ciles". Cuando hoy leemos su Proyecto ( 1895) en Los orígenes
del psicoanálisis, donde encara el mismo problema, comprende-
mos por qué aconsejaba cautela.
Y, sin embargo, en diversas ocasiones, y por diferentes crí-
ticos, Freud fue criticado por entregarse en demasía a las especu-
laciones y pasar por alto la experiencia clínica, del mismo modo
que fue criticado por exagerar la importancia de la sexualidad,
no prestar atención a las pulsiones agresivas, ignorar que el hom-
bre posee un yo y que en él influyen factores sociológicos: en
suma, por no reconocer más que los factores b ;ológicos que in-
tervienen en la mente humana, soslayando los ideológicos, et-
cétera.
Estas actas presentan un cuadro muy diferente. Si bien es
cierto que durante el período que cubren, el análisis parece ha-
b erse basado exclusivamente en la teoría de la libido, el lector
atento se dará cuenta de que esa impresión es errónea; ya por ese
entonces no solo se discutían las pulsiones sexuales o de vida,
sino también las pulsiones ag.resivas o de muerte. Además, Freud
acentuó reiteradamente el contraste entre pulsiones libidinales
y pulsiones del yo, y destacó el hecho de que la represión <'S
Introducción 21
una función del yo, como la subl'mación y el sentimiento de
culpa. Freud señaló en muchas ocasiones que no le gustaba verse
obligado a formular nuevos conceptos hasta tanto no hubieran
madurado en su mente. Los conceptos en cuestión eran tan im-
portantes que debía verlos con claridad en su propia mente an-
tes de poder trasmitirlos in extenso a terceros.
Tal vez con mayor claridad que sus libros y ensayos, las dis-
cusiones desarrolladas en el seno de la Sociedad revelan el mé-
todo de trabajo intelectual de Freud. Lo que primeramente salta
a la vista es la observación científica meticulosa, tal como cua-
dra al hombre que durante años enteros escudriña en busca de
datos a través de la lente del microscopio; la observación .com-
binada con una fantasía sin límites pero controlada, a la vez, por
el espíritu crítico, y con la necesidad de sistematizar, de integrar
las cosas y de verlas en sus relaciones de causalidad. Freud no
era un pensador que se dejara llevar por sus deseos: por el con-
trario, investigaba cuidadosamente el complejo material que le
sometían sus discípulos, hasta poder ver qué había de real tras
la fachada. Una vez que había vislumbrado la verdad, no acep-
tab a componendas.
Naturalmente, con el curso de los años Freud desarrolló y
modificó sus conceptos, mientras seguía trabajando constante-
mente en sus descubrimientos. Por tal razón, se lo acusó de ser
inconsecuente y confuso. Esas modificaciones, no obstante, fue-
ron resultado legítimo de la creciente experiencia y el conoci-
miento cada vez más profundo de la actividad de la mente
humana. En las trascripciones de las actas puede verse con cla-
ridad en qué momentos Freud introducía problemas nuevos. Con
rnuy pocas excepciones, nadie captó por ese entonces toda su
significaci{m. Dichos problemas se cristalizaron gradualmente en
las muchas obras que publicó en el período 1911-1923, entre las
cuales pueden citarse: "Introducción al narcisismo" ( 1914), los
trabajos sobre "Metapsicología" ( 1911-1917), "Más allá del prin-
cipio de placer" ( 1920), "Psicología de las masas y análisis del
yo" ( 1921), "El 'yo' y el 'ello"' ( 1923). La discusión de estos tra-
bajos tuvo lugar en las reuniones de la Sociedad; no obstante,
no hay registro de dichas discusiones después de 1915.
Las actas demuestran que la Sociedad atravesó una etapa
ele reiterados cambios. A partir del oscuro grupo originario se
clesarrolló la conocida e influyente Sociedad Vienesa y la Aso-
ciación Psicoanalítica Internacional. En el curso de dicha evo-
1nción algunos miembros renunciaron, pero la mayoría de ellos
permanecieron leales a la Sociedad hasta su disolución en 1938,
e:uando Hitler ocupó Austria. Sin embargo, de los miembros orí-
 22 Introducci6n
ginarios de las Reuniones de los miércoles, solo Federo, Hitsch-
mann y Sadger permanecieron hasta el final. Todos ellos evolu-
cionaron gradualmente y, cada uno a su manera, contribuyeron
al desarrollo del psicoanálisis. Con la muerte de Federo en 1952
y la de Hitschmann en 1957, desaparecieron todos los pioneros
del movimiento.
No consideramos apropiado explayarnos sobre los miembros
de la Sociedad. Las actas hablan por sí solas y creemos que el
lector podrá formarse su propia opinión. Consideraciones aná-
logas nos guiaron en nuestra tarea de publicar las actas. Tenía-
mos dos opciones al respecto: seleccionar, en el material exis-
tente, lo que nos parecía más importante, o publicar todo el
material tal como fue conservado, sin discriminar entre las inter-
venciones importantes y las que parecían desprovistas de interés.
Por las razones que expondremos a continuación, decidimos
publicar todo el material. 13 En primer lugar, queríamos que el
lector viera por sí mismo de qué manera esos hombres se in-
fluían mutuamente, cómo aceptaban o rechazaban las sugeren-
cias que se les formulaban, y en qué medida, en ciertas oportu-
nidades, se dejaban dominar por influencias, emociones y pre-
juicios ajenos al psicoanálisis. Deseábamos que el lector fuera
testigo de las luchas que se desarrollaron en el seno de la Socie-
dad de Viena y que ayudaron a sus miembros a superar resis-
tencias y a preparar el terreno para alcanzar su madurez como
psicoanalistas. En segundo término, creemos imposible propor-
cionar un pan::irarna exacto de la relación existente entre Freud
y sus discípulos sin presentar el material en su integridad. La
13 Como mencionamos antes, Federn publicó un protocolo en Samiksa
( 1947, 1, pp. 305-311), con el título de "Profesor Freud: Los comienzos
dd análisis de un caso". En esa publicación, Federn se mostró selectivo,
citando solamente a algunos de los participantes de la discusión, y omi-
tiendo las intervenciones ele otros. Su transcripción del protocolo, por lo
tanto, es incompleta. En la presente obra ofrecemos una reproducción com-
pleta de cada protocolo. Los únicos cambios que hemos introducido son los
siguientes:
l. Uniformamos el título de "Presentación", aunque había diferencias en
el original ( por ejemplo, Conferencia, Veladas de conferencias, etc.).
2. Hemos insertado en forma uniforme el título de "Comunicaciones", aun-
que en algunos casos no aparecía en el manuscrito original.
3. Hemos hecho preceder siempre la lista de asistencia de la mención
"Presentes", aun cuando en el manuscrito original había ligeras variaciones
en las palabras empleadas.
4. No seguimos siempre la división por párrafos del manuscrito original.
5. Siempre que agregamos algo que no aparecía en el manuscrito original,
se indica claramente en el texto mediante el uso de corchetes.
6. Hemos numerado las actas en forma consecutiva, en vez ele comenzar
cada año con el número l.
lntroducci6n 23
figura de Freud se destaca de sus discípulos como encarnación
de un ideal inasequible, conduciéndolos a través del laberinto
de la teoría y la técnica psicoanalíticas. Sin duda, intentan se-
guirlo e identificarse con él; sin embargo, esa identificación solo
fue posible hasta cierto punto, ya que el maestro estaba tan por
encima de sus discípulos que a veces era difícil seguirlo.
Las actas también poseen importancia histórica, ya que arro-
jan luz sobre la evolución del psicoanálisis y nos permiten vis-
lumbrar cómo y en qué momento Freud comenzó a emerger de
su aislamiento y volvió a tomar contacto con el mundo exterior.
Por ende, es nuestra esperanza que la publicación de los proto-
colos contribuya a aclarar de qué manera el psicoanálisis alcanzó
su madurez, se difundió y evolucionó. Por otra parte, las actas
tienen valor por una razón adicional, tal vez más importante:
incluso hoy, y fundamentalmente por las observaciones de Freud,
es mucho lo que se puede aprender sobre la teoría y la técnica
cJd psicoanálisis.
Para concluir, creernos que no hay mejor manera de ilustrar
lo que esas reuniones significaron para sus participantes, que
citar las palabras de dos de esos miembros: el primero de ellos
es Lou Andreas-Salomé, amiga de Nietzsche y de Rilke, escritora
y filósofa que, en sus años de madurez, se convirtió en devota
adepta de Freud. Invitada a las reuniones de la Sociedad de
Viena durante el año académico 1912-1913, después de la última
sesión a la que asistió escribió en su diario la siguiente anotación:
"Poco faltó para que levantara la mano y pidiera per-
miso para hablar, porque quería decir lo siguiente: Señores:
nunca tuve el deseo de participar en las discusiones; dejo a
ustedes la tarea de discutir por mí; no obstante, lo que yo
misma quiero es dar las gracias. Dar las gracias al psico-
análisis, especialmente por exigir algo más que el trabajo
solitario ante una mesa de trabajo y, por lo tanto, por ha-
berme traído aquí, a esta especie de hermandad. En efecto,
lo que hace del psicoanálisis una fuerza tan plena de vida
no es una vaga combinación de ciencia y sectarismo, sino
el hecho de que haya erigido en principio vital el principio su-
premo de todo esfuerzo científico: la honestidad. Este es el
principio que aplica constantemente, incluso en la realidad
más individual; de esta manera, somete la vida al conoci-
miento, así como, por otra parte, el psicoanálisis ha vitali-
zado los conocimientos estrechos y marchitos de la psicología
académica, sentando así las bases de sus importantes reali-
zaciones científicas. Por esta misma razón, dentro de este
círculo y más allá de él, se producen divisiones y disputas,
más difíciles de solucionar que cualesquiera otras, sin poner
24 lntrod11cclo11
en peligro la continuidad de resultados y métodos... No
obstante, es hermoso a la vez ver enfrentados a los hombres
en una honesta contienda. Y lo es cumplir mi parte como
mujer expresándoles mi gratitud. Quisiera agradecer todas
estas veladas, incluso las que fueron tediosas, agradecer a
quien las presidió y les brindó su tiempo." 14
El segundo participante es Max Graf, eximio musicólogo y
profesor en la Academia Vienesa de Música, que era miembro
permanente de la Sociedad. En su prefacio a Richard W agner
im "Fliegenden Holliinder": Ein Beitrag zur Psychologie künstle-
rischen Schaffens [Richard Wagner en "El holandés errante".
Una contribución a la psicología de la creación mtística], 15 de-
cía lo siguiente:
"Con este pequeño libro, desearía mantener vivo el es-
píritu de las discusiones sobre problemas psicológicos lleva-
das a cabo dentro de una pequeña sociedad que, durante
varios años, se reunía todas las semanas en el cálido y hos-
pitalario hogar del profesor Freud. Ante ese grupo de ami-
gos que se impusieron la tarea de verificar, en muchos con-
textos diferentes, las ideas y conceptos freudianos, di una
conferencia sobre El holandés errante, de Richard Wagner.
El presente trabajo surgió de dicha conferencia. Las ideas
que desarrollo aquí son el resultado del ininterrumpido in-
tercambio de ideas con el profesor Freud, y de las numero-
sas sugerencias recogidas en el curso de las conversaciones
que mantuvimos en su casa, sugerenc;as que, con el correr
de los años, fueron madurando poco a poco. Este artículo
es, pues, el fruto de un largo intercambio de ideas y pensa-
mientos; y me sería imposible distinguir entre las que sur-
gieron gracias a la orientación del profesor Freud, y las que
deben atribuirse a la crítica de mis colegas. Por consiguiente,
dedico este estud io a la memoria de esas horas estimulantes
y llenas de interés que consagramos al esfuerzo intelectual
en nuestro círculo de amigos."
Herman Nunberg
Nueva York, mayo de 1959
14 In der Schule bei Frettd. Tagebuch eines ]ahres, 1912/ 1913. [Estu-
diando con Freud. Diario de un año, 1912/1913], Max Niehans Verlag,
Zurich, 1958.
15 Schriften zur angewondten Seelenkunde, 9, 1911.
NOTAS SOBRE LOS MIEMBROS DE LA SOCIEDAD
PSICOLOGICA DE LOS MIERCOLES POR LA NOCHE
ALFRED AnLER, doctor en Medicina ( 1870-1937), se unió a Freud
<'n 1902. Desempeñó un papel destacado en el Grupo de los
miércoles, y en 1910 llegó a ser presidente de la Sociedad Psico-
analítica de Viena. Los hechos relativos a su desavenencia con
Frcud son bien conocidos en la actualidad, pero la lectura de
las actas permite, como ningún otro testimonio, observar clara
y objetivamente el desarrollo gradual de las diferencias entre
ambos y el drama que desencadenarían. En las actas quedan
registradas para siempre las contribuciones de Adler, al igual que
sus deficiencias y la unilatcral;dad de su pensamiento. Adler era
socialista y miembro del Partido Socialdemócrata austríaco; en
aíios posteriores, sus opin;ones políticas influyeron en gran me-
d ida en su enfoque científico. En relación con una selección re-
presentativa de los trabajos de Adlcr, véase The Individual Psy-
f' /i ology of Alfred Adler, compilación de Heinz y Rowina Ansba-
<'hcr, Basic Books, Nueva York, 1956.
D AVID BACH, Ph. D. (1874-1947), era críticc> musical del Arbeiter
1/,('itung [El diario de los trabajadores], de Viena, periódico so-
ciald emócrata. Organizó los primeros conciertos para obreros en
Viena, y fue presentado a Freud por Adler.
AcrnED BAss, doctor en Mcd'cina, era médico clínico en Viena.
<~orno BRECHER, doctor en Medicina, ejercía su profesión en Me-
ran, Tirol del Sur ( por ese entonces perteneciente a Austria, aun-
e¡ 11 c en la actualidad es territorio italiano), y, si bien asistía en
1orma periódica a las reuniones, no efectuó contribución alguna.
'\noLF DEuTSCH, doctor en Medicina, especializado en fisiotera-
l>ia. Era íntimo amigo de Federn y miembro destacado de la
Francmásonería de Viena. Desapareció durante la Segunda Guc-
1 ra Mundial.
26 Notas sobre los miembros
PAUL FEDERN, doctor en Medicina (1871-1950), fue presentado
a Freud en 1902 por Hermann Nothnagel, profesor de medicina
interna eri la Universidad de Viena y uno de los contados miem-
bros de la Facultad de Medicina que apoyaba a Freud. Fedem
fue leal a Freud durante toda su vida. Cuando éste cayó en-
fermo, designó a Federn como representante suyo en la Socie-
dad; en 1924, Federn fue nombrado vicepresidente de la Sociedad
Psicoanalítica de Viena, cargo que ocupó hasta que los nazis
disolviero? la Sociedad en 1938. Además de su labor original
sobre temas estrictamente psicoanalíticos, escribió numerosos tra-
bajos donde aplicó los conocimientos psicoanalíticos a la medi-
cina, la psiquiatría, las ciencias sociales y la educación. Para una
selección de sus escritos, véase Ego Psychology and the Psy-
choses, compilación de P. Federn y E. Weiss, Basic Books, Nueva
York, 1950.
PHILIPP FREY, maestro de escuela, autor de un libro titulado Der
Kampf der Geschlechter [La lucha de los sexos], que fue publi-
dado por Wiener Verlag en 1904. En 1905 efectuó una reseña
de El chiste y su relación con lo inconsciente, de Freud, para
la Oesterreichische Revue; en 1907 publicó un trabajo titulado
"Selbstmord und Gewohnheit" [Suicidio y hábito] en el oscuro
"Jahrbuch des modernen Menschen [Anuario del hombre mo-
derno], 3, pp. 170-177.
MAx GRAF, Ph. D. (1875-1958), eminente musicólogo y escritor,
era amigo personal de Freud.
AooLF HAUTLER era un erudito interesado en la aplicación del
psicoanálisis a problemas filosóficos y, en especial, estéticos.
Huco HELLER (1870-1923), editor y dueño de una librería, fue
el primer editor de Imago y la Internationale Zeitschrift für Psy-
choanalyse. Su establecimiento era lugar de reunión de los inte-
lectuales y artistas liberales de Viena. Dio su apoyo a muchos
poetas y escritores jóvenes.
EouARD H1TSCHMANN, doctor en Medicina (1871-1958), había
practicado con éxito la medicina interna; presentado por Fetlern,
se unió al grupo en 1905. Su Freuds Neurosenlehre [Teoría
freudiana de las neurosis] ( Deuticke, Leipzig y Viena, 1911)
constituye la primera presentación sistemática de las doctrinas
psicoanalíticas. De una inquebrantable lealtad hacia Freud,
Hitschmann desempeñó un importante papel en el movimiento
psicoanalítico. En 1923 fue nombrado director de la clínica psi-
coanalítica que acababa de instalarse en Viena, cargo que ocupó
hasta que la Sociedad fue disuelta por los nazis. Emigró a los
Notas solJre los miembros Zl
Estados Unidos y se estableció en Boston, Mass. Hitschmann
realizó muchas contribuciones clínicas al psicoanálisis, pero tam-
bién dedicó buena parte de su talento en la aplicación del psico-
análisis al estudio biográfico de hombres célebres. Para una se-
lección de sus escritos, véase Great Men [Grandes hombres]
International Universities Press, Nueva York, 1957. Era un
hombre extraordinariamente espiritual e ingenioso.
EowIN HoLLERUNG, doctor en Medicina, era cirujano en el anti-
guo ejército austrohúngaro.
ALBERT JoACHIM, doctor en Medicina, era director de un sana-
torio en Rekawinkel, por aquel entonces una de las mejores ins-
tituciones privadas para enfermos mentales, situado en las cerca-
nías de Viena.
!\lAx KAHANE, doctor en Medicina, era un médico joven que se
contaba entre los cuatro primeros miembros del grupo. Junto
con Alfred Adler, Alfred Bass y Julius Baum, compiló el Medi-
zinisches Handlexikon für praktische A.rzte rDiccionario médico
para el médico clínico] (Urban & Schwarzenberg, Viena, 1908).
T uvo a su cargo la reedición de la traducción de Freud del libro
de Bernheim titulado Hypnotisme, suggestion, psychothérapie.
Etudes nouvelles, París, 1892 [Hipnotismo, sugestión, psicotera-
pia. Nuevos estudios].
ALFRED MEISL, doctor en Medicina, era médico clínico en Gum-
pendorf, un suburbio de Viena. Publicó una serie de trabajos
en los que exponía las teorías de Freud.
Orro RANK ( 1884-1939) fue, hasta su defección, el discípulo fa-
vorito de Freud. Su desacuerdo con Freud no se refleja en estas
actas porque su defección fue posterior a la Primera Guerra
Mundial. Algunos trabajos de Rank, corno Der Mythos der Ge-
1,urt des Helden [El mito del nacimiento del héroe], (1909) o Das
1nzestmotiv, in Dichtung und Sage; Grandzüge einer Psychologie
des dichterischen Schaffens [El motivo del incesto en la poesía
!/ la leyenda; f undarnentos de una psicología de la creación poé-
tica ] (1912), son clásicos del psicoanálisis. En relación con la
biografía de Rank, véase Otto Rank, de Jessie Taft, Julian Press,
Nueva York, 1958.
HuooLF REITLER, doctor en Medicina (1865-1917), era un desta-
cado médico de Viena cuando se unió a Freud en 1902. En un
artículo necrológico sin firma (probablemente producto de la
pluma de Freud) , publicado en el Internationale Zeitschrift, se
lo describe como uno de los primeros y más importantes pioneros
28 Notas sobre los miembros Notas sobre los miembros 29

del psicoanálisis, que merece ocupar un sitio de honor en la his- unió a la Sociedad de los miércoles. No obstante según el relato
toria del movimiento psicoanalítico. Reitler era un terapeuta muy que el propio Urbantschitsch hizo a los compiladores, el hecho
exitoso, así como un hombre refinado, artísticamente dotado, a de que fuera adepto de Freud y lo apoyara en sus publicaciones
quien le encantaba dibujar y componer canciones. A los 49 años llegó a amenazar la existencia financiera del sanatorio que diri-
fue atacado por una enfermedad que provocó su muerte tres gía; en consecuencia, se sintió obligado a separarse oficialmente
años después. de la Sociedad. Freud se mostró muy comprensivo y siguió man-
teniendo buenas relaciones personales con él. En fecha posterior,
IsmoR SADGER, doctor en Medicina, pertenece al grupo de los Urbantschitsch volvió a adherirse a la Sociedad.
pioneros más dotados del psicoanálisis. Es poco lo que se conoce
acerca de su vida privada. Debido a dificultades personales, se FruTZ WITTELS, doctor en Medicina ( 1880-1950), hombre de gran
aisló cada vez más con el paso de los años, y finalmente desapa- talento y escritor fecundo, ingenioso y dotatlo, se unió a la So-
reció durante la Segunda Guerra Mundial. Sus contribuciones ciedad de los miércoles en 1907. Uno de sus libros, Die sexuelle
al estudio de las perversiones, en particular la homosexualidad, Not [La penuria sexual] ( C. W. Stern, Viena, 1907), provocó
son muy destacadas. Escribió un número considerable de pato- grandes controversias. Escribió también una novela a clef que
grafías. involucraba al famoso ensayista y autor satírico Karl Kraus; esta
novela contribuyó a su separación transitoria de Freud. Renunció
MAXIMILIAN STEINER, doctor en Medicina (1874-1942), era es- a la Sociedad en 1910. En 1925, a pesar de la oposición de algu-
pecialista en enfermedades venéreas y de la piel. Su libro Die nos miembros, volvió a ser admitido. Lamentablemente, había es-
psychischen Storungen der mannlíchen Potenz fTrastornos psí- crito una biografía de Freud que provocó grandes críticas, justi-
quicos de la potencia sexual masculina] ( Deuticke, Viena, 1913) ficadas por cierto. No obstante, Freud le dio su apoyo y
se cuenta entre las pocas obras prologadas por Freud. Practicó recomendó que fuese admitido nuevamente; sentía afecto por
y enseñó el psicoanálisis y continuó haciéndolo tras emigrar a Wittels, y valoraba la riqueza de sus ideas.
Inglaterra en 1938.
\VrLI-IELM STEKEL, doctor en Medicina ( 1868-1940), fue uno de
los cuatro primeros miembros del grupo. Poseía un notable don
para la comprensión de símbolos, don que se reflejó especial-
mente en su libro Die Sprache des Traumes. Eine Darstellung
der Symbolik und Deutung des Traumes in ihren Beziehungen
::::ur Kranken und gesunden Seele für Aertze und Ps1¡chologen
f El lenguaje de los sueños]. ( Bergmann, Munich, Wiesbaden,
J m1). Escritor fecundo, contribuyó a la difusión del psicoanálisis.
Freud prologó su libro N ervose Angstzustande und ihre Behard-
lung [Los estados de angustia neuróticos y su tratamiento l, 1908
( Paul, Trench, Trubner, Londres, 1923), lo cual, corno dijimos
anteriormente, significaba ser merecedor de una rara distinción.
Stekel también se alejó de Freud poco después de Adler, pero
por razones totalmente diferentes, corno se revela en los siguien-
tes volúmenes de las actas. Aunque nunca llegó a fundar una
nueva escuela psicoanalítica, contaba ( y todavía cuenta) con
cierto número de adeptos. The Autobiography of Wilhelm Stekel
fue publicada en 1950 (Liveright, Nueva York).

RuooLF VON URBANTSCHITSCH, doctor en Medicina ( 1879-?),

hijo de un eminente profesor de otorrinolaringología en la Uni-
V<'rsidad de Viena, era médico y a la vez propietario y clir<'clor
del Collagc Sanitariurn, muy ele moda <'11 esa é'pcwl. li:11 IDOD se'
 HEUNION CIENTIFICA DEL 10 DE OCTUBRE DE 1906

Sodcdad Psicológica de los miércoles; reunión en la casa del

profesor Freud.
Quinto año: 1906/1907.
La primera reunión tuvo lugar el 3 de octubre de 1906. En
p1 imer término se discutieron algunos asuntos formales.
Número de miembros presentes: 17

l'rof. Dr. Sigmund Freud IX. Berggasse 19

1>1 Alfred Adler II. Czerningasse 7
U, , D. J. Bach VII. Wimbergergasse 7
XIII. 5 Hüttelbergstr. 61 [tachado]
n, Alfred Bass VI. Mariahilferstrasse 105
1Ji Adolf Deutsch I. Spiegelgasse 4
1>1 . Paul Federn I. Riemergasse 1
l 'lidipp Frey I. Schottenring 32
1>, Mnx Graf III. 2 Untere Viaduktg. 35 [tachado]
IX. 2 Fuchsthallerg. 8
1111~(0 Ilcller I. Bauernmarkt 3
\dnlf THiutler XVIII. Herbeckstrasse 98
XVIII. Wallriessstr. 43 [tachado]
1), l•:dnard Hitschmann I. Gonzagagasse 16
l 11 l•:dwin Hollerung VIII. Josefstadterstr. 24
IV. Favoritenstr. 70
111 1'vlax Kahane I. Bauernmarkt 9
i 11 Alfrcd Meisl VI. Gumpendorferstr. 77
i lfln Hank
IX. Simondenkg. 6
( l >1 Maximilian) Steiner [insertado en lápiz]
1h H11dolf Rcitlcr I. Dorotheerg. 6
l '1, Wilhelm Stekel II. Kastellerg. 2
1), . llugo) Schwcrdtner linsertado en lápiz]
32
21-11-1906 Dr. Isidor Sadger IX. Lichtensteinstr. 15
13- 3-1907 Dr. Guido Brecher Isin dirección]
27- 3-1907 Dr. Fritz Wittels IX. Garnisong. 13
XVIII. Hofstattgasse 19 [tachado]
Acta l
10 de octubre ele 1906 33
les asigne la tarea permanente de efectuar las recensiones de las
publicaciones recientes referentes al trabajo de la Sociedad. Se
rechaza la moción, argumentándose que en realidad cada miem-
bro debe hacerse cargo de dichas recensiones.

A continuación comienza la conferencia.

El profesor Dr. Freud preside las reuniones; Otto Hank se dc-
st.:mpeña como secretario rentado. Por regla general, las reunio-
nc:, ticr,en lugar todos los miérc0les po, la noche, a las vcint·c:
y tremta, en la casa del profesor !:<'rcud. La presentación de tra-
bajos comienza a las veintiuna horas. El orden de los oradores en
la discusión se establece por sorteo.
La primera reunión científica tuvo lugar el 10 de octubre.
Presentes: Prof. Dr. Freud, Dr. Adler, Dr. [Adolf] Deutsch, 1
Dr. Federn, Frey, Dr. Hitschmann, Dr. Kahane, Rank, Dr. Reitla-.
COMUNICACIONES
El profesor FREun lamenta no poder leer en esta reunión su pre-
facio a la serie proyectada con el título de Contribucione,; a la
psicología aplicada, 2 ya que se halla ausente el señor Heller, en
cuyo poder se encuentra el manuscrito: Freud invita a los pre-
sentes a colaborar en esa empresa, pero aclara que, a desl!echo
de su anterior decisión, no puede concederles ningún ascendien-
te en la compilación de la serie ni en la aceptación o rechazo
de las colaboraciones.
El doctor ADLER propone que a dos o tres miembros que
estén adecuadamente versados en la bibliografía especializada se
1 Hemos agregado el nombre de pila, Adolf, a fin de evitar confusiones
con el doctor Felix Deutsch, que integró la Sociedad en fecha muy pos-
terior.
Hiiutler, cuyas palabras se citan posteriormente, fue omitido en la lista
de participantes.
Según la propia presentación que Freud efectuó en "Historia del movi -
miento psicoanalítico" ( 1914) [O.C., t. II, pp. 1895-1930], la primera
de esta serie de monografías, cuyo título en alemán era Schri~en zur ange-
wandten Seelenkunde, fue "Der Wahn und die Triiume in W. Jensens 'Gra-
diva'" ( Heller, Viena, 1907) ["El delirio y los sueños en la 'Gradiva' de
Jensen", O.C., t. 11, pp. 1285-1336]. Posteriormente, Deuticke [Leipzig y
Viena] se hizo cargo de la publicación de esa serie. El prefacio al que
hace referencia Freud apareció en su "Anuncio" [Anzeige], al final de
la primera edición de su "Gradiva". No fue incluido en la segunda edi-
ción publicada por Deuticke, ni reimpreso en los Gesammelte Schri~en
[Internationaler psychoanalytischer Verlag, Viena] o Gesammelte Werke
[Imago Pub!. Co., Londres]. Fue pubücado por primera vez, nuevamente,
en una traducción de Henry A. Bunker, en el Bull. Amer. Psychoanal. Assn.,
18.52, 8 , pp. 214-215.
PRESENTACIÓN
El drama del incesto y sus complicaciones (manuscrito)
ÜRADOR: ÜITO RANK .
No se transcribe el trabajo, ya que será publicado próximamente
en forma de libro. 3
DISCUSIÓN
FREY critica el carácter indefinido y fragmentario del trabajo de
Rank, que, más que un ensayo, es un mero extracto de su ma-
nuscrito. Además considera que el tema no se desarrolla de
acuerdo con un esquema lógico: Rank se limita a presentar de-
talles aislados.
Por otra parte, Frey observa que el trabajo tiende a inter-
pretar todo según el método de Freud, y que, en consecuencia,
el material presentado ha dado lugar a excesos en sus interpreta-
ciones. E~ opinión de Frey, algunos de los hechos que Rank in-
terpreta simbólicamente pueden comprenderse mejor en un nivel
puramente fáctico; por ejemplo, no alcanza a entender por qué
en el poema de Hartmann 4 las cadenas que impiden huir a Gre-
gorius se interpretan como una proyección psíquica de la inhi-
bición provocada por tendenc'as exhibicionistas ( Freud), o por
qué el hecho de que Edipo se apoderara del c'nturón y la espada
de Layo ha de interpretarse como símbolo de castración del pa-
dre y de posesión de la madre, especialmente teniendo en cuen-
ta que Edipo no sabía que el hombre a quien le quitó la espada
:: El libro fue publicado con el título de Das Inzestmotiv in dichtung
1111d Sage; Gnmdziige einer Psuchologie deg dichterischen Sclwffens [El
1110/ivo del incesto en la poesía y la leyenda: fundamentos de una psico-
logía de la creación noética], D euticke, Viena, 1912, 2'-' edición aumen-
tada y corregida, 1926. En el prefacio, Rank menciona que ya en 1906
li.1hía presentado las icleaE- fundamentales y los principales puntos de vista
d( su concepción antP ese círculo íntimo que posteriormente se convertí-
, ía en la Sm.:iC'dacl Psicoanalítica de Viena. Añade que, más que las
dificultacks externas, sus inhibiciones internas causaron la demora en su
p11hlicaciú11.
llartmann von ckr A uc ( 1170-1210), poeta alC'm:111.

34
(castrándolo) era su progenitor. Rank tendría que darse por sa-
tisfecho haciendo plausible lo que es probable. 5
Por último, Frey critica el uso incorrecto del concepto de
represión: buen'l parte de lo que Rank denomina "represión" es,
en realidad, una forma de refinamiento [Verfeinerung]: no obs-
tante, no toda forma de refinamiento es represión.
REITLER aduce que el trabajo no era lo bastante exhaustivo
como para brindar una clara idea de su alcance; entiende que ha-
bría sido interesante efectuar una investigación más profunda del
papel que cumple la penitencia en las leyendas de los santos, ya
que aquélla guarda estrecha relación con la histeria. Debería in-
vertirse la gradación postulada por Rank, según la cual la repre-
sión es muy poco intensa en el sueño, lo es algo más en el mito,
y alcanza su intensidad máxima en el drama ( el arte) . Como
ejemplo de odio paterno menciona a Dios Padre, que mató a
Su Hijo Jesús ( aunque indirectamente), a ese Hijo que, junto
con Dios Padre, forma parte de la Trinidad. Finalmente, Reitler
hace referencia a las alusiones incestuosas contenidas en las can-
ciones de estudiantes.
(A.) DEUTSCH cede la palabra al siguiente participante, ya
que Reitler se ha anticipado a expresar cuanto él tenía que dec;r.
HAUTLER efectúa también un comentario crítico del traba-
jo presentado: a su entender, los aspectos esenciales no han sido
subrayados suficientemente; además, el trabajo carece de una es-
tructura unificada. Aunque el trabajo de Rank no se proponía
hacer una compilación de todos los c1sos de incesto literarios,
Hautler, no obstante, ha recibido esa impresión. A su modo de
ver, sólo puede hablarse de represión cuando se trata de indivi-
duos, pero no de la vida psíquica de una nación, sobre la cuai
todavía es muy poco lo que sabemos. Otro punto con el que 110
está de acuerdo es la tesis según la cual siempre existe una rela-
ción entre la vida privada del creador ( poetas, etc.) y su mate-
rial: el incesto siempre es eficaz como material, y puede conver-
tirse gradualmente en un requisito meramente extrínseco. Final-
10 <i<' oct11IJ/'c d<• 1906 35
Acta 1
ll1TSCllMANN considera que el trabajo de Rank no es m:is
que una prolongación bastante superflua del descubrimiento dei
complejo de Edipo por parte de Freud. El amor entre pariente,,
no siempr~ tiene raíces incestuosas; puede ser simplemente fami-
1iar ( por ejemplo, el amor paterno). El incesto es algo patoló-
gico; de ahí que ejerza tal fas cinación sobre los poetas. 7 No obs-
tante, Hitschmann admite que el inconsc;ente influye tanto en
la elección del material, como en el interés del público. Para con-
cluir, advierte contra el riesgo de enfocar temas tan amplios des-
de un ángulo rebuscado, y prevé un triste fin para el orador
si éste sigue excluyendo otros puntos de vista.
FEDERN dice qúe, en primer lugar, la argumentación de
Uitschmann le merece objeciones. Considera que el trabajo de
Hank es una contribución importante, y la ubicuidad de las ten-
dencias incestuosas 8 mencionadas lo dejó atónito. Lo que haría
falta es Bosquejar el desarrollo histórico ( filogenético) del in-
cesto, tanto en la familia primitiva como en la individual. Supone
ciuc la prohibición del incesto fue consecuencia de la evolución
de la célula familiar. n Observa, asimismo, que el incesto entr0
padre e hija no estaba prohibido en forma tan estricta como el
incesto entre madre e hijo; por consiguiente, aparece con menor
frecuencia como tema literario. Desde un punto de vista médico,
Fcdern considera a las Euménides como alucinaciones, no como
p1oyecciones "paranoicas" de pulsiones inconscientes. También
"h¡eta la interpretación que ve en el negro y el blanco el incons-
C'iente y lo consciente. No es posible considerar que los deseos
de castración se dirigen exclusivamente contra el padre: en tiem-
pos primitivos se dirigían contra cualquier hombre odiado. La
t'Onquista del poder supremo fue el motivo principal de la cas-
i ración de Cronos por Zeus. Federn no admite que la escena de
la "nariz" en el sótano de Auerbach (Fausto) represente la re-
presión de una escena más antigua y más grosera. 10
1 En esa primera etapa aun Hitschmann no alcanza a comprender cabal-

mente, observa que hubo un exceso de "interpretación". 6
5 Interesa advertir que algunos de los primeros discípulos de Freud no
lograron captar la naturaleza del inconsciente, y que confundían los conte-
nidos conscientes e inconscientes.
6 En esa primera época, se repite constantemente la misma situación:
los participantes se quejan de que hay un exceso de interpretación y de que
el complejo de Edipo no es una realidad para ellos; en otras palabras,
tienen fuertes resistencias. La negativa a aceptar la i:ealidad del com•
plejo de Edipo lleva, por un lado, a la posición de Jung, quien consideraba
qne el complejo ele Eclipo era irreal, un mero símbolo; y, por el otro, a
Adler, 11uien sostenía que tocios los conflictos son ficciones q1,c• <·mnascaran
la prol!'sla 111a1·(·11 li11a y todo lo qu<' <'·sta implica.
111(•nte la sexualidad. Por otra parte, aparentemente se encuentra todavía
l>ajo la influencia de la tesis de Lombroso, para quien el genio y el Joco
M' clan la mano.
En el curso de la discusión ( con la sola excepción de Freucl), Reitler,
F,·dern y Adler son los únicos que juzgan favorablemente el trabajo y, en
11pariencia, toman en serio el complejo de Edipo y el incesto.
11 Por ese entonces, es decir, incluso antes de la publicación de Totem y
111hú, ele Freud [1912-1913], Federn ya veía en la prohibición del incesto
1111 producto ele la evolución histórica.
10 Goethe, Fau.sto, Parte l. Al final de la escena, Mefistófeles, como por
, 11 to de magia, hec hiza a un grupo de bebedores, quienes se toman de las
nnriccs y levantan sus cuchillos, imaginando aferrarse a un parral.
 /\<'I// I
36
FREUD comienza criticando las fallas del orador: dice que
Rank no logra mantenerse dentro de los límites del terna, ni sabe
delinearlo con claridad; por ejemplo, era innecesario rastrear la
existencia de tendencias exhibicionistas en algunos aspectos Je
la obra de Hartmann, ya que ello no guarda relación con el tema
principal que se está tratando. De manera análoga, los mitos de
Orestes y Clitemnestra podrían haberse omitido, si bien la rela-
ción que guardan con el tema central de la discusión fue esta-
blecida con gran habilidad.
La segunda falla del orador estriba, según Freud, en su inca-
pacidad para presentar con claridad sus ideas y resultados: se <la
por satisfecho cuando él mismo entiende el problema. Debería
esbozar brevemente los resultados más importantes de sus inves-
tigaciones y utilizar algunos ejemplos para demostrarlos. Freud
piensa en el siguiente esquema: Edipo debería ser presentac1o
como núcleo y modelo; así, el método de presentación ensayado
y verificado consistiría, por un lado, en agrupar el material en
torno de ese núcleo, y, por el otro, en desarrollar progresivamen-
te el tema desde ese núcleo hasta sus últimas ramificaciones. Es
cierto que cuanto más nos alejamos del núcleo, más inciertas se
tornan las interpretaciones, y detenerse en el momento oportuno
es cuestión de habilidad y gusto personal. Tampoco puede enfo-
carse todo desde un punto de vista único, ya que el material se
relaciona también con otros temas que deben tenerse en cuenta.
Freud propugna también el empleo correcto del vocablo re-
presión; en algunos casos Rank utiliza ese término para designar
lo que en realidad es un desplazamiento o una atenuación [Mil-
derung]. Freud subraya la frecuencia del incesto entre los "dio-
ses", y añade que todo lo que sería prohibido después, para ter-
minar siendo santificado, originariamente era permitido, y luego
~e renunció a ello. De ahí el doble significado de la palabra
sacer. 11
Es demasiado generoso, afirma, equiparar la recuperación
de Orestes a una cura psicológica; 12 seguramente también inter-
vinieron otros factores, como la introducción del culto de Apok.
A.DLER sostiene, para comenzar, que debería modificarse el
título del artículo, el cual tendría que indicar que el trab:ijo hace
referencia al descubrimiento de un núcleo; y manifiesta que Rank
debería darse por satisfecho con descubrir dicho núcleo, abste-
11 Sac-er significa sagrado y maldito a la vez. Varios años después, en
1910, Freud trató el tema más detalladamente en su trabajo "über den
Gcgensinn der Urworte" ["El sentido antitético de las palabras primiti-
vas", O.C., t. II, pp. 1620-1624], donde hace la recensión de un opúsculo
con el mismo título de Karl Abel.
12 Véase Las Euménides, de Esquilo.
JO de oct111Jre de 1906
37
niéndose de proporcionar interpretaciones detalladas. Según
Adler, el trabajo es importante en la medida en que confirma
experiencias obtenidas a partir de las psiconeurosis; los princi-
piantes podrían aprender mucho de su lectura. Asimismo, da al-
gunos ejemplos tomados de su propia práctica profesional que
confirman los descubrimientos de Rank; para apoyar la interpre-
tación según la cual el acto de apoderarse del cinturón es un
símbolo sexual, menciona a una paciente suya que, durante un
ataque de histeria, se desprendió del cinturón. La interpretación
arrojó luz sobre el significado sexual de dicho acto. Con respecto
al paroxismo en medio del cual Orestes se arranca el dedo de
un mordisco, 13 y a la interpretación sexual del síntoma, Adler
relata un caso análogo de histeria, en el que una paciente suya,
al despertar una noche a causa de un sueño, descubrió que se
había mordido el dedo hasta hacerlo sangrar. El análisis reveló
que el dedo significaba el pene ( como en el caso de Orestes),
y la parapraxia sugiere que se trata de una defensa contra la
perversión oral. Para corroborar el simbolismo sexual de la ser-
piente, Adler cita un ejemplo tornado de la psicología de las
neurosis: una de sus pacientes le dijo que entre ella y su padre
existía un lazo que tenía en parte la forma de una serpiente, y
c•n parte la de un ave. A pedido de Adler hizo un croquis de
c•sa imagen, el cual reveló en forma inequívoca que se trataba
ele un pene. Añade Adler que los niños suelen llamar "serpiente"
al órgano genital, expresión empleada muy comúnmente en ese
s<'ntido. ( Al respecto, FREUD observa que en las pinturas medie-
vales los diablos suelen ser representados con un miembro en
forma de serpiente.) En cuanto a la interpretación de Rank so-
bre las enfermedades de la piel (lepra) corno defensa contra las
1C'ndcncias exhibicionistas ( Hartmann von der Aue: Der arme
/J ('Ínrich), Adler sostiene que las erupciones son frecuentes en
los sueños, así como en los casos de histeria, y cita el sueño de
11 na exhibicionista del sexo femenino (histérica), en el que una
:1111iga o prima suya se desnuda; la mujer tenía un absceso en el
rwc·ho. Luego menc:ona el significado simbólico de la nariz como
or~ano sexual, tanto en el sueño como en la neurosis, añadiendo
q11<' dicho simbolismo todavía no le resulta claro. (Respecto de
111 afirmación de Adler sobre las "erupciones", FREUD comenta que
, ll as ofrecen al niño la mejor oportuni'd ad para desnudarse.)
1,1 l<'~O, Adlcr procede a criticar el intento superficial de explicar
1 1 <'rimen: decir que todo ado criminal tiene raíces sexuales no
, , pi ica absolutamente nada. En los mitos y leyendas sucede frc-
1
1 El ¡x1saje se refiere a la Periegesis de Pausanias, una descripción de
< '11·1·ia,
ohra citada por Rank.
38 Acta 1
10 de octubre de 1906 39
cuentemente que los padres tengan conciencia de las tendencias
criminales del hijo, pero eso debe atribuirse a los instintos del
padre; éste se había referido a los senos de ·cierta dama alemana
poeta, que pone en el mito aquello de lo cual él mismo tiene
tildándolos de "piadosos" [fromm] y había criticado su vestido,
conciencia. Para concluir, dice Adler que el uso frecuente de ma-
terial incestuoso es prueba del interés especial que reviste, tanto que los dejaba al descubierto. La paciente le hizo señalar al pa-
para el poeta como para el público. dre que a él no le hubiera importado ver los pechos de la mujer,
KAHANE menciona como ejemplo de incesto la obra de Sha- si hubieran sido menos piadosos (pechos piadosos: en forma de
11.espeare, Pericles, príncipe de Tiro. En su opinión, Rank va de- pera: pomme au poire). KAHANE agrega: "Piadosos porque de
masiado lejos en algunas de sus interpretaciones; Kahane tiene noche caen de rodillas".
la impresión de hallarse ante una banda elástica estirada en de-
masía. En particular, hace referencia al afecto de los padres por
sus hijos, y llama la atención sobre la envidia sexual de los pro-
genitores y su hostilidad hacia la sexualidad de los hijos. Cier-
tamente, la prohibición de masturbarse y tener relaciones sexua-
les normales, impuesta por los padres tanto a los niños como a
las nifias, no tiene su origen en una cuestión de moral sino en
la envidia sexual. A Kahane solo le parece importante la relación
entre madre e hijo. Finalmente, hace referencia a una de las ob-
servaciones de Federn, en el sentido de que, en las regiones meri-
dionales, las madres pierden más pronto su juventud y dejan de
ser deseables para sus hijos: Kahane cree que esto obliga a los
poetas a hacer más viejos a los hijos y más jóvenes a las madres.14
A continuación, FREUD relata un caso que ejemplifica la con-
moción que produce el trauma sexual: durante una semana y me-
dia había estado tratando a una mujer histérica; en la primera
~·esión, la paciente le relató una escena exhibicionista que había
tenido lugar cuando contaba 4 afios, momento en que se había
desvestido frente a su hermano, quien se indignó mucho. Poste-
riormente había mantenido una relación casi incestuosa con ese
mismo hermano. Cuando ella cumplió 11 años, tomaron la cos-
tumbre de mostrarse el cuerpo mutuamente, observando así los
progresos alcanzados en su desarrollo. Entre los 11 y los 14 años,
la jovencita tuvo relaciones físicas íntimas con el hermano, exclu-
yendo el empleo de las manos: se acostaban uno sobre otro, in-
tentando realizar el acto sexual. Todos éstos son recuerdos cons-
cientes de la paciente. Durante una sesión en la cual no hacía
muchos progresos, comenzó a hablar de hechos cotidianos. Co-
mentó que descollaba en el arte de extirpar granitos, y que le
gustaba con pasión cultivar fruta, en especial manzanas. Entre
otras cosas, habló de una experiencia que había tenido con su

11 ~lalentendido digno de mencwn: la madre no es deseable a causa

de sn juventud y belleza reales; para el inconsciente, la madre siempre es
lw1rnosa y deseable. El hi jo d esea esa imago inconsciente e infanlil de su
111:icln·.

2
REUNION CIENTIFICA DEL 17 DE OCTUBRE DE 1906
Presentes: Freud, Adler, Bass, [A.] Deutsch, Federo, Heller, Ho-
llerung, Hiiutler, Meisl, Stekel ( más tarde), Bach, Graf, Rank.
COMUNICACIONES
FREUD informa que se publicó una recensión detallada de la Se-
xualtheorie [Tres ensayos sobre una teoría sexual] ( 1905) en
el Jahrbuch fiir sexuelle Zwischenstufen, volumen VIII; 1 y que
[ Havelock] Ellis, en el quinto volumen de sus Studies in the psy-
chology of sex [Estudios sobre la psicología del sexo], que aca-
baba de publicarse, expresa puntos de vista que en muchos casos
se asemejan a los nuestros, en particular con respecto al simbo-
lismo.
Freud anuncia a los miembros que el 12 de noviembre dará
una disertación sobre la abstinencia sexual ante la Sozialwissen-
schaftlicher Bildungsverein ( Sociedad para la educación en cien-
cias sociales ) .
Freud da lectura a la introducción a su colección Contribu-
ciones a la psicología aplicada. 2
ADLER anuncia que en breve presentará un trabajo sobre el
tema: "Esquema de una teoría de bs neurosis".
H;\UTLER anuncia para fines de noviembre un trabajo sobre
"Los poseídos, de Dostoievski". Con anterioridad ya se habían
programado una recensión de Hitschmann sobre el libro de Bleu-
ler titulado Afectividad, sugestionabilidad y paranoia 3 y una de
Hollerung sobre el Mneme de Semon. 4
1 [Y earbook of Sexual Anomalies - Anuario de anomalías sexuales] ( lite-
ralmente: ... ele las fases sexuales intermedias); compilador: doctor Mag-
1ms Ilirschfeld; publicado en \,Viesbaden.
Véase nota 2, acta l.
:i Affcklioiliit, .'i 11ggcstibililiil 1111d I'aranoia, IIalle, Marhol<l, 1906.
4 Vfosr rl acta G, H'tmibn <'Í<'cluada el l 4 de novi('mhrr dt' H>06.
l'i de oct11/Jrc de 1906 41
f 11tESENTACIÓN
El drama del incesto y sus complicaciones (manuscrito)
Parte 11: La relación incestuosa entre hermanos
OnADOR: Orro RANK
No se transcribe el trabajo, ya que pronto será publicado en for-
ma de libro.
RANK comienza por responder a la discusión de la sesión
anterior. Según él, la mayoría de las objeciones planteadas no
l<·nían relación con el contenido sino con la forma de su diser-
tación; empero, fallas tales son inherentes a la naturaleza de su
l raba jo. Su objetivo fundamental era demostrar la corresponden-
<'ia de ciertos fenómenos propios del mito y el arte con fenóme-
nos desencadenados en las psiconeurosis. No obstante, no hay
qne abrumar al lector con esos nuevos descubrimientos sino par-
! ir de la base generalmente aceptada hoy en día ( en este caso,
1:i investigación en el campo de la historia literaria) y, desde
11 lií, conducirlo hasta la frontera misma del psicoanálisis, sin per-
dc•r de vista que cruzar esa frontera es una empresa arriesgada.
I•:n consecuencia, el trabajo mencionado es, por un lado, una com-
pilación de la mayoría de los casos de incesto registrados en la
lit C'ratura; y, por el otro, contiene tentativas audaces de interprc-
lación. Ya tuvo bastantes dificultades para conectar ambos extre-
111os en el libro, y era evidente que no podía hacerlo dentro de
los límites impuestos por la concisión de un artículo. Ese dua-
lismo, sin embargo, ha sido el blanco principal de las objecio-
11<'S. A continuación, Rank examina sucintamente algunas de esas
objeciones, y afirma que las reiteradas protestas contra el uso
1•1Tóneo del término "represión" se debían a un malentendido;
,·1 no se refería a la represión voluntaria sino a lo que, en su
/'sicología de la sexualidad, denominó represión "involuntaria",
lndor esencial en el desarrollo normal del individuo. 5 Rank pro-
l'ura refutar la objeción de Federn -según la cual la lucha entre
1·1 padre y el hijo en los mitos e historias de las familias reales
1·on suma frecuencia solo tiene por objeto el poder- trayendo a
t't>lación sus propios argumentos, según los cuales el motivo de
c•sa pugna por el poder solo encubre el motivo sexual más pro-
111nclo.
• Por ese entonces, Rank no distinguía entre represión y supresión. La
11•1u·t•si6n es un proceso inconsciente, en tanto que la supresión es un
pio¡·eso consciente o, más bien, preconscienle.
42 Acta 2
En respuesta a la observación de Adler sobre el crimen,
Rank añade su propia explicación del infanticidio, el asesinato
del cónyuge y el doble suicidio. 6
A continuación da lectura a la segunda parte de su diser-
tación.
DISCUSIÓN
GRAF considera que la interpretación del material, en la me-
dida en que lo conoce, le parece correcta, pero entiende que no
puede formarse una opinión sobre la parte del material con la
cual no está familiarizado. Menciona su propio intento de ras-
trear, en el Tasso de Goethe, el velado amor del poeta por su
hermana Cornelia, y explica que se basó en el hecho de que la
hermana bienamada de Tasso también se llamaba Cornelia, y que
el héroe de Goethe rechazó a Eleonora como objeto sexual. Lue-
go habla del amor de Wagner por su hermana menor; de niño,
el músico había tenido sueños de angustia: por la noche, de pron-
to se despertaba dando gritos y clamando por su hermana. Graf
no logró esclarecer la misteriosa oscuridad que envolvía las fi-
guras de Erda 7 y Kundry, 8 pero supone que detrás de la crea-
ción de esos personajes hay impulsos inconscientes reprimidos.
AoLER comienza por elogiar la manera cuidadosa en que
Rank compiló el material y el desarrollo lógico de la idea cen-
tral, que tendía a revelar la presencia de todos los impulsos
infantiles y sexuales que aparecen en el material. En términos
generales, el trabajo no le merece reparo alguno y considera in-
justificadas las críticas de que Rank ha ido demasiado lejos. Vuel-
ve una vez más al tema del crimen, observando que tiene la
impresión de que el orador deseaba situar el crimen en todas
sus formas, dentro del ámbito del incesto ( con lo cual, por su-
puesto, él no está de acuerdo). Advierte luego que los descubri-
mientos de Rank deberían estimular a los miembros de la Socie-
dad a persistir en sus posiciones.
La impresión general que le produce el libro lo lleva a pen-
sar dos cosas: primero, que hasta el momento se ha sobrevalo-
rado la importancia del arte para el desarrollo ( cultural y espi-
ritual) de un pueblo. Ciertas investigaciones, como las llevadas
a cabo por Rank, no estimulan el 'd esarrollo del arte; y, de pro-
seguirse con ellas, incluso podrían resultar peligrosas para la
mentalidad del pueblo (Volksgei.st). Si aflorara demasiado ma-
6 La explicación no se registra en las actas.
7 En El anillo de los Nibelungos.
H En Parsifal.
17 de octubre de 1906 43
lcrial al nivel consciente, la creatividad de los artistas resultaría
inhibida. El artista sería incapaz de crear, lo cual, por supuesto,
entrañaría la destrucción del arte. Por otra parte, la pérdida
sufrida en ese terreno podría tener su compensación en los pro-
gresos realizados en otros campos, como posible resultado de la
expansión de la esfera de la conciencia. 9
El segundo pensamiento expresado por Adler atañe a su
aprensión por la estabilidad de la familia. La toma de concien-
cia ética del ser humano no es suficiente para proteger a los
lújos de las tendencias incestuosas; trátase de determinar si la
educación lograría salvar a la familia de la desintegración ( en
d dualismo existente entre la conciencia de los padres y las ten-
dencias inconscientes de los hijos), de modo que pueda preser-
varse la unidad familiar como una especie de célula pedagógica.
En relación con estas ideas, Adler cita un intento suyo, reali-
zado muchos años atrás, por estudiar la psicología del hombre
político: había tratado de demostrar que la postura que sustenta
el político ( especialmente en cuestiones de reforma y asuntos
similares) se encuentra arraigada en motivaciones personales.
Adler cree, por ejemplo, que los políticos que tienen ideas socia-
les y propugnan la disolución de la familia tienen una vaga
intuición de la existencia de tendencias incestuosas. 10
Para concluir, Adler lamenta no haber podido seguir el curso
de su idea favorita y demostrar que las tendencias incestuosas
tienen raíces orgánicas; por el momento se limitará a establecer
que el examen médico de los poetas ha revelado, en cada caso
individual, la existencia de una precocidad anormal. La causa,
no obstante, no se ha revelado claramente en forma inmediata.
Como ejemplo, refiere que ha logrado demostrar que Jean Paul 11
era enurético. 12
o Algunos pacientes, artistas creadores, expresan con frecuencia ideas se-
mejantes en las fases ele resistencia.
111 Por ser un socialdemócrata activo, Adler se interesaba en la psicología
dd político y el reformador.
11 Jean Paul, seudónimo de Johann-Paul Friedrich Richter (1763-1825),
destacado escritor y satírico alemán de la época romántica.
12 iVemos aquí el preanuncio do la troría de la inferioridad orgánica de
Adler, base de su Psicología Indivicl11nl , c¡11c <ksarrollaría en años poslC'·
,,ores.

3 D1scus16N
REUNION CIENTIFICA DEL 24 DE OCTUBRE DE 1006
Presentes: Freud, Bach, [A.] Deutsch, Federn, Graf, Heller, Hit-
schmann, Hautler, Kahane, Meisl, Rank, Stekel, Adler ( sólo al co-
mienzo, hasta las 9,15 horas aproximadamente).
COMUNICACIONES
STEKEL informa que, por sugerencia de Hirschfeld, 1 también en
Viena se proyecta crear una comisión científico-humanitaria con
el fin de combatir el párrafo sobre "homosexualidad" incluido
en el Código Penal. Se informa además que Freud ha sido ob-
jeto de un ataque a raíz del asunto Fliess 2 en el último número
del Waage. •
AnLER señala que Prévost 4 hace una delicada observación
de tipo psicológico en una de sus novelas, L'autre [ El otro] : el
médico le dice a una paciente que la mejor manera de curar
una enfermedad como la suya es hablar con ella de las intimi-
dades de su vida conyugal. 5 MEISL anuncia una conferencia so-
bre el "Significado de las fantasías sexuales", STEKEL, otra sobre
"La psicología de la discusión", y GRAF, sobre "El arte y la vida".
1 El doctor Magnus Hirschfeld ( 1868-1935), renombrado sexólogo y
psicólogo alemán, luchó en favor de la abolición de la p ersecución legal
de los perversos. (Véanse también las actas 47 y 48.)
!l Stekel hace referencia a la rencilla literaria que describe Ernst Kris en
su Introducción a la correspondencia de Freud y Fliess ( véase Los orígenes
del psicoanálisis). Véase también E. Jones, Vida y obra de Sigmund Freud,
Nova, Buenos Aires, 1960.
3 Waage [Balanza] , revista mensual publicada en Viena.
4 Marce] Prévost ( 1862-1941), autor francés de novelas sobre la burguesía.
5 Por aqu el entonces, quienes rodeaban a Freud se sentían muy satisfe-
chos cuando hallaban corroboradas las ideas de aquél en el mundo exterior
a su cí r(' 11 lo.
'!-1 de octubre de 1906 45
Trabajo de Rank: El drama del incesto (segunda parte)
F111mn comienza expresando la satisfacción que en general le ha
producido la conferencia y menciona los puntos en que la inter-
1>rdación le parece especialmente lograda. Al respecto, elogia
,·s pccíficamente el análisis de Grillparzer 6 y cita un caso similar
, , traído de la práctica profesional: cierta vez, Stekel había tra-
1.t do a un joven inteligente, profesor de colegio secundario, que
,•,Jaba poseído de una singular pasión por uno de sus alumnos;
1·,111Linuamente se preocupaba por él, temía perderlo, etc. El pro-
1,·sor había tenido un hermano menor que murió a los catorce
.i 11os, el cual, favorito de los padres, se había interpuesto en el
, .t rnino del hermano mayor, desarrollándose así un típico odio
1r.t lC'rnal. Al morir el muchacho se produjo un cambio en el her-
11111 110 mayor: trasfirió sus sentimientos apasionados [hostiles] por
, 1 hermano menor hacia un joven alumno, a la manera de una
, 1, ·f<·nsa. Amaba al alumno y, en cierto modo, compensaba así
t 1 :t mor que había negado a su hermano. El diagnóstico de Stekel
r.i· vio confirmado de manera curiosa: como mencionarnos antes,
, 1 hermano muerto había sido el favorito de la madre; y, en
, i, ·rta op ortunidad, cuando el joven alumno visitó la famffa, la
11111 d rc observó: "¡Qué extraño, se parece tanto a mi Carlos!"
A continuación, Freud menciona que en su colaboración al
l I I ,ro de Lowenfeld 7 él mismo había distinguido la represión cons-
' 1c•11 tc de la represión orgánica (inconsciente), distinción que
IL111k había presentado corno un descubrimiento nuevo. Freud
li. d,ía denominado "defensa" a la represión consciente, y "repre-
1,11i" a la inconsciente. 8
En el terreno literario Freud menciona una novela corta de
e_' F. Meyer, Die Richterin,9 cuyo terna central es el amor entre
!11 1111ano y hermana; al final de la historia se descubre que los
, I, •~ 1>crsonajes principales no son, en realidad, hermanos; enton-
,.,, .~<' casan. Este mecanismo, cuyo propósito es anular las con-
' 11, 1011C's penosas que imperan en la propia generación, resulta
I', l•,anz Grillparzer (1791-1872), gran dramaturgo austríaco.
'l\ lt-inc Ansichten über die Rolle der Sexualitat in der Atiologie der
ll\,i,·1 11 os<•", en Sexttalleben und Nervenleiden, comp. L. Ll:iwenfeld, Berg-
111.11 111, Wi t•shaclen, 1906, 4~ edición ["Mis opiniones acerca del papel de la
, 11.r l11l :1 d <' n la etiología de las neurosis" , O.C., t. II, pp. 1238-1241] . No
1, l,•, l,1 111 <', <·l trabajo ele Frcud fu e escrito con anterimidad, en 1905.
l•:11 la actu alidad utilizamos los términos "supresión" y "represión"
lt" ¡,,·, 1ivnmr·ntP.
1' 1 :omnd Fcrclinand Mcyer ( 1825-1898) , famoso poeta suizo. Die Rich-
li ,/ 11 La muj!'r juez.

46 Acta 3
con frecuencia eficaz en las novelas familiares de los neuróticos. 10
Las fantasías de infidelidad de la madre, por ejemplo, tienen por
objeto aflojar los vínculos entre hermano y hermana. En la vid a
de Meyer, el amor por una hermana desempeñó un papel impor-
tante y fue la causa principal de su infelicidad conyugal; muchos
de sus poemas irle amor más hermosos están dirigidos a su her-
mana.
Freud corrobora la afirmación de Rank en el sentido de que
los celos ( de tipo paranoide) tienen su raíz en las enemistades
infantiles. Cierta vez tuvo oportunidad de examinar a una mujer
que padecía celos paranoides, cuyo marido era histérico. En el
curso 'd e la entrevista, la mujer se reprochó su destructiva pasión;
pero así era su carácter, dijo. Aun de niña había experimentado
esos sentimientos cada vez que su padre besaba a una de sus
hermanas (posteriormente, su matrimonio terminó en divorcio). 11
Respecto de las relaciones incestuosas entre los dioses grie-
gos (Urano, Cronos, etc.), Freud señala que en realidad no se
puede tomar como ejemplo a esos ilustres personajes, ya que po-
dría muy bien objetarse que ningún otro tipo de relación [sexual ]
les hubiera sido posible.
Respecto de la creencia de que los hechos pueden ocurrir co-
mo conseéuencia de un deseo ( el hermano de Grillparzer, etc.),
Freud trae a colación una novela corta de Alfred Berger, 12 El
doctor Max Gaspari, en la cual aparece retratado un personaje
que representa en cierto modo la anulación del inconsc:ente: un
hombre que lo entiende todo y es incapaz de forjarse ilusiones.
Finalmente contrae matrimonio. Un día, su esposa hace una ex-
cursión al Rax 13 con su consentimiento, y perece accidental-
mente. El marido cree ser culpable de su muerte, porque en el
momento preciso del accidente él estaba pensando en ella y en
su muerte. Al final de la novela el hombre sube al Rax, donde
halla el cuerpo de la mujer y termina arrojándose al abismo.
Freud señala que en este caso la idea obsesiva se proyecta, por
10 La expres1on "novela familiar", mencionada al pasar, aparece por
primera vez en estas actas. Freud se explayó sobre el tema en la obra de
Hank Der Mythus von der Geburt des Helden [El mito del nacimiento del
héroe], Leipzig y Viena, Deuticke, 1909.
11 Posteriormente, Freud reconoció en los celos paranoides una proyec-
ción de la homosexualidad del sujeto. Véase "über einige neurotische Me-
chanismen bei Eifersucht, Paranoia und Homosexualitat", z., 1922, 8, pp.
249-258 ["Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y
la homosexualidad" O.C., t. III, pp. 2611-2618].
1~ Alfred Freiherr von Berger ( 1853-1912), autor austríaco; en determ1-
nndo momento fue director del Burgtheatcr de Viena.
13 Montnfia do gran altura, en las ccrcan¡as do Vil'nn .
2 I de oct111Jrc de 1906 47
nsí decirlo, en la conciencia. 14 En cuanto a la relación existente
l'nlrc la elección del tema y la propia vida del poeta, Freud ob-
Sl' rva ( tal como ya le ha dicho a Rank en privado) que cuando
t ' ll la obra de un poeta aparece el odio por un hermano y el amor
por una hermana sin que existan circunstancias análogas en su
, ida, debe investigarse si en esa familia hubo algún niño que
11 mrió cuando tenía corta edad. La supresión [de los propios
smtimientos del futuro poeta vinculados a la muerte de un her-
111ano menor] en una etapa temprana de su existencia podría
llevar a la trasformación de sus sentimientos en poesía.
La lucha de dos hermanos por el amor de una hermana es
un tema que también encontramos en los astros. Esta coinciden-
cia abre una interesante perspectiva para la astronomía. Las cons-
1elaciones de "Los gemelos" y "La virgen" están una al lado de
ol ra en el cielo. Sus nombres son de origen babilonio, pero la
111itología griega también representó una relación similar en Cás-
lor, Pollux y Helena. Winkler, 111 interesado en la interpretación
d(' las constelaciones, cree que representan una fijación de las
r<'laciones humanas ( entre hermanos y hermana) en el cielo. Al
r<·specto, Winkler también hace referencia a la relación existente
1·11tre Absalón, Amón y Thamar.
La aparición relativamente rara del tema del incesto en las
obras de Shakespeare se vincula, según Freud, al hecho de que
l.t mayoría de ellas son adaptaciones de textos antiguos, los cua-
l1·s, por consiguiente, no son en realidad producto de su propia
111ventiva.
Por último, Freud cita un caso tomado de su propia práctica
¡,rofesional, característico de la relación existente entre hermano
\ hermana: de niña, una joven paciente suya se había exhibido
1r('nte a su hermano; posteriormente, siempre se dirigían uno a
ni ro empleando el formal "Sie", 16 y, cosa rara, se llamaban "Mon-
\ it•ur" y "Madame". Mientras el hermano estudiaba en una uni-
11·rsidad extranjera, enviaba las cartas a su hermana a la oficina
d1· correos, no a su casa. Habían comenzado a emplear el Sie
1ormal cuando concluyeron sus relaciones físicas.
IIrrscHMANN, ausente en la reunión anterior, pregunta si
llnnk tomó en cuenta los casos de incesto que aparecen en los
dramas de Ibsen. En relación con la observación de Adler, tam-
1,1t'·n expresa el temor de que un mayor conocimiento de los pro-
1 1·sos psíquicos pueda inhibir la creatividad.
11 Actualmente diríamos, tal vez, que la idea obsesiva se volvió consciente
, 11 la proyección.
tn llugo Winkler ( 1853-1913), orientalista alemán.
111 Sle es el apelativo formal, por contraste con el familiar Du.
48 Acta 3
Hitschmann observa luego que no debería sobrestimarse la
importancia del incesto en sí; debería considerárselo simplemente
como un fenómeno que forma parte de la totalidad de las nece-
sidades sexuales. La libido trata de hallar satisfacción por el ca-
mino de la menor resistencia: el hijo, por ejemplo, desea a la
madre porque su vagina está a su alcance, o porque es la pri-
mera mujer que ha conocido, etc. Lo mismo sucede con las re-
laciones sexuales con la sirvienta, cuya vagina está a su alcance.
( HELLER pregunta entonces por qué se considera que el incesto
es contrario a las leyes de la naturaleza.) 17
HAUTLER comienza por elogiar el cuidadoso trabajo de Rank,
diciendo que aplicar las teorías freudianas a otros campos y des-
cubrir las ramificaciones de la sexualidad en la literatura y la
mitología es una empresa que merece el mayor estímulo. No obs-
tante, se opone en forma categórica al pesimismo de Rank, quien
ve en esas tendencias incestuosas un peligro, por un lado como
fuente de graves enfermedades y, por el otro ( cuando llegan al
plano consciente), como un obstáculo para la productividad in-
telectual.
En las primeras etapas de la sexualidad las tendencias inces-
tuosas tienen, según Freud, gran importancia porque señalan el
camino a la elección del objeto sexual. Ellas son, por paradójico
que parezca, normales: solo producen enfermedad si llegan a
fijarse.
Hautler dice tener la impresión de que las tendencias inces-
tuosas están en la base de toda sublimación; a través de estas
tendencias, por así decirlo, se adquiere el mecanismo de subli-
mación. En apoyo de su tesis menciona que en aquellas naciones
donde los niños son separados de sus padres a temprana edad
( por ejemplo, en Esparta), las pulsiones psíquicas y la vida afec-
tiva están muy atrasadas con relación a otras naciones. En mu-
chas personas, toda la moral se funda en la sublimación de sus
tendencias incestuosas; al respecto, menciona como ejemplo la
moral basada en la veneración de los padres. 18
Hautler rechaza categóricamente la tesis según la cual la
creatividad artística puede debilitarse: jamás el campo de la con-
ciencia llegará a ser tan vasto como para menoscabar el poder
de imaginación de un individuo normal. Muchas cosas seguirán
siendo siempre oscuras para la mente humana, razón por la cual
nunca dejará de existir una de las fuerzas motoras de la creación
literaria. La producción literaria solo podría cesar si se extin-
17 Freud responde a este interrogante en Totem y Tabú ( 1912-1913),
o.e., t. n, pp. 1745-1850.
IS Véase S. Freud, Totem y tabú, publicado en fecha muy posterior, C'll
1912-1913.
'' I <I<' oct11fn·e de 1906 49
(lli<'ran todas las energías sexuales. (Si ello ocurriera, no solo
\1gnificaría la muerte del arte, sino el fin de muchas otras em-
pn·sas humanas.) Mientras la humanidad sea capaz de emitir un
j11kio, seguirá habiendo poetas.
FEDERN cita varias obras literarias adicionales que tienen te-
111,ts incestuosos: una novela de Anzengruber titulada Der Schand-
//1·,·k, 10 cuyo tema es el amor entre hermano y hermana. E. T. A.
1loffrnann trata el tema del incesto en muchas de sus obras,
1·111110, por ejemplo, el Elixieren des Teufels. 20 También recuerda
111l>C'r hallado material análogo en la obra de Korner. 21 Federn
1 11 ;1 l ncgo la historia 22 de una madre que mantenía relaciones
,1 ,11alcs con su hijo para protegerlo contra las influencias noci-
,~ de la vida sexual. (Varios miembros mencionan una novela
1111 In de Lynkeus 23 y Mutter, 24 de Bahr.) En la novela de
1 j . David titulada Im Frühschein 2 " se d::t un caso de incesto
, 111 ,~ciente entre hermano y hermana; el mismo David conside-
1 d1;1 <'Sa novela su mejor obra. Por sus conversaciones personales
11111 David, Federn supo que, siendo muy pequeño, aquél tenía
, 111i111 icntos eróticos hacia su hermana, e incluso había dormido
111 In misma cama con ella. No tenía deseos de contraer matri-
111111iio, probablemente debido a esa relación. Respecto a la ob-
, 1, ,l<'iún de Freud sobre Urano, Cronos y otros dioses, Federn
111 1cl1· que otro tanto podría decirse de Caín y Abel: no tenían
li11, 1·<'t11C'dio que casarse con la hermana.
1 l.111lwig Anzengruber (1839-1889), autor y dramaturgo austríaco. Der
1'
, /,,,11d/l<'ck: La mancha.
'1 Jo:. T. A. Hoffmann (1776-1822), famoso escritor romántico alemán. Eli-
11 11 ,fos Teufels: Los elixires del diablo.
1lll'odor Korner (1791-1813), poeta alemán.
Nl,•l.1· Tttfverson y su madre, del escritor danés Gustav af Geijerstam
;h l'>O!l).
111•.1 f Popper-Lynkeus ( 1838-1921), destacado ingeniero electricista
m!111io1, f11<' además un escritor que se dedicó a la filosofía social. Sus
i 111N ll1i1~ importantes son Phantasien eines Realísten [Fantasías de un
w1l1,1 •I y Allgerneine Niihrpflicht [donde preconiza la obligación, para el
i .1111 111. d,· hrinclar alimento a todo el pueblo como solución a los proble-
11111~ ,1 ,,.,,il1•s 1. Frcucl refiere en un breve artículo titulado "Josef Popper-
¡ ,,,,¡-, '" 1111d clie Theorie des Traumes" (1923) ["Josef Popper-Lynkeus
1,t l111d11 onírica", O.C., t. III, pp. 2628-2629), que Popper-Lynkeus des-
111 ,, 1o'1 ' 111 censura onírica" sin conocer La interpretación de los sueños.
l 1111,I l1·1111i11a su ensayo con las siguientes palabras: "Lo que me permitió
11 N• 111 ,, 11 la C'ausa de la deformación onírica, fue, según creo, mi coraje
,11111ol, 1·11 l'oppc•r, en cambio, fueron la pureza, el amor a la verdad y la
lli11i!iol1: ,•tím que lo animaban".
i ii't 111111111 Bahr ( 1863-1934), periodista, escritor y dramaturgo austría-
~11111,·r: madre.
1 1>11vid ( 1859-1906), poeta austríaco, autor de muchas novelas
1111,. 1111 F11il1sc/,ein: Al amanecer.
50 Acta 3
En opinión de Federn, es arbitraria la tesis de Rank según
la cual el motivo del matricidio ( especialmente en la mitología
griega) se encuentra en las tendencias incestuosas; también se
opone a explicar todo fratricidio por el amor incestuoso a una
hermana. Además de las tendencias incestuosas el matricidio )
el fratricidio pueden tener otras causas. A su juicio, el hecho
de que las Erinias solo castigaran el asesinato "incestuoso", y no
el incesto en sí, parece demostrar que éste no se consideraba
nefas 26 en esa época.
Federn cree que en nuestros días el incesto con la madre
no ocurre casi nunca y que el incesto con la hermana es muy
raro. En general, las tendencias incestuosas ya no son actual-
mente objeto de represión; o bien no se forman en absoluto, o
bien han sido abortadas, por así decirlo. 21 La pintura de tales
inclinaciones ha sido reemplazada en gran parte por la de los
celos.
Federn agrega que posiblemente el incesto era un hecho
raro en el comienzo de la evolución cultural del hombre, y es
muy probable que solo apareciera con el nacimiento del indivi-
dualismo. El incesto no existe ni en el mundo vegetal ni en el
mundo animal ( con excepción de los animales domésticos) . ( Esta
observación de Federn es enérgicamente objetada por FREUD,
STEKEL, HELLER y otros.) No hay por qué temer efectos perjudi-
ciales si estas tendencias se vuelven conscientes: al artista le
queda todavía un abundante caudal de emociones inconscientes
de distinta índole.
Por último, Federn objeta la afirmación de Rank en el sen-
tido de que todas las virtudes no son sino vicios "reprimidos";
sin duda, existen también virtudes positivas.
HELLER expone sus dudas sobre la permanencia, la "necesi-
dad teleológica ( como él la denomina) de la actual actitud
hacia el incesto. En términos generales, la actitud moral hacia
cuestiones sexuales se tornará menos severa; la idea de "paraíso
e infierno", actualmente asociada a las cuestiones sexuales, no
tiene razón de existir, y la apreciación moral del incesto está
sujeta a cambio.
Heller comparte la opinión de que, al revelarse esas tenden-
cias, el poeta se ve despojado del uso de ese motivo; como ya
no se halla implícito el sentido de culpa trágica, el motivo pierde
su carácter trágico. Sin embargo, la desaparición de un motivo
no significa la muerte del arte.
26 Nefas: crimen.
27 Fedem desea expresar evidentemente que, en el curso del desarrolJo
nonnal, las tendencias incestuosas son asimiladas ,por el yo y sublimadas.
•>. ( ele oltubre de 1906 51
El incesto entre hermanos y hermanas es muy común en las
l.11nilias que viven en ambientes promiscuos y en los distritos
111incros.
STEKEL estima que el libro examinado es un trabajo dili-
•,1•11lc, pero pueril: en él todo se observa con los lentes de la teo-
11.i frcudiana, pero sin ir más allá de Freud. Además, objeta la
1111·scntación de la conferencia: le resulta muy difícil tener que
wgnir los . extractos del manuscrito y le parece más estimulante
1111a conferencia pronunciada libremente.
En contraposición con Federn, Stekel subraya la frecuencia
,I, 1 incesto ( especialmente entre hermanos). Como ejemplos,
pi ll'clc citar dos casos tomados de su propia práctica profesional.
1,;1 primero de ellos es el de un hombre que sufría de insomnio
11, rvioso": siguiendo a Freud, Stekel rastreó su erigen en las
1111Tsidades sexuales insatisfechas. El hombre compartía un de-
l' 11 lamcnto con su hermana, que manejaba la casa. Frecuente-
"' 111(' soñaba con ella. Fracasaron sus intentos por consumar el
, lo sexual con prostitutas. Stekcl le aconsejó que abandonara
, ••.c ' l l<'p:trtamento compartido. 28
En el segund, caso, el hermano se aprovechó del cariño que
111 piraba a la hermana para obtener ventajas materiales. Una
logrado su objetivo, dirigió su afecto hacia otras mujeres; la
l11 ·1111ana volcó entonces sus sentimientos incestuosos en el padre
, \ igualito a papá") . Stekel considera que en las neurosis la
11 pn •si{m" no es consciente, como lo cree Rank de acuerdo con
11, 1ul, sino inconsciente. 2n
lll'l'iriéndose al análisis de Grillparzer, cuyo punto d e par-
111 c•s el hermano Straubinger,30 Stekel observa que Karl posi-
1111 1111·11Lc haya querido ver a su hermano, el poeta, reducido a
1 ¡ 1·1111dición de obrero. Stekel relata uno de sus propios sueños,
1¡,¡ 1 l11vo cuando contaba 16 o 17 años, y cuyo contenido era el
11tn~lo cc>n la madre; el sueño lo deprimió mucho por aquel en-
1,¡¡11·1•,\. H.ccucrd:1 también dos sueños de conten;do homosexual.
l•: 11 1·sl<· caso no se trata de un incesto real, sino sencillamente de
11 .1 1," incestuosas.
l 11'11([ siempre había afirmado que en las neurosis la represión es
,111·,1 i1 •11t,•. O la observación ele Stekel fue transcripta en forma incorrec-
" 1111 1•11tC'nclió bien a Freuel.
11, 111iano Strauhinger es el nombre de un joven artesano ambulante.
1 1 11''1111,1110 ele Crillparzer, Karl, era un homhre pertmbaelo y asocial que
1 ·1, 1 "1 po<'I« sPrios problemas y preocupaciones. Durante la permanen-
ol, <:rillpar7<'r ,•n Londres ( 18.3 6), Karl se acusó falsamente ele haber
111, llolo 1111 as!'sinalo; ello nurn('ntó las dific11ltacles d!' Grillpnrzcr, el más
11111,· , IHsi('o a11sl1íaco, q11i('11 <'staha <'n ('011flicto constnntc con PI r(•gi-
1;, 11 i, 1t·1·io11a1io d<· l\lC'lt1•rnich.
52 Acta 3
KAHANE cree que no debe pasarse por alto el punto de vista
socioeconómico cuando se consideran las causas del incesto. Es
posible que el incesto haya sufrido un cambio en la etapa de
transición de la vida nómade a la vida rural. En la vida nómade
el deseo de mantener intacto el rebaño puede haber llevado al
casamiento entre hermanos y hermanas; en la vida rural, por el
contrario, ello no acrecentaría los bienes.
MEisL no está de acuerdo con el argumento de Rank según
el cual las obras literarias parecen corroborar la existencia gene-
ral de los impulsos sexuales infantiles.
Los postulados de Rank tienen bases demasiado frágiles;
Rank elimina o modifica todo aquello que no se ajusta a sus pro-
pósitos. Por ejemplo, si un poeta en cuya obra el odio fraterno
desempeña un papel importante no tenía hermanos, Rank su-
pone que se forjó un hermano imaginario. 31 O si alguien no dio
muerte a su hermano, Rank supone que la represión tuvo éxito.
Estas son fallas que merecen criticarse. En una publicación de
este tipo, Meisl ve un peligro 1) para la psicología como ciencia;
2) para las teorías de Freud. La gente aprovecharía las falencias
de la obra de Rank para repudiar también las teorías de Freud.
Meisl manifiesta, además, su desacuerdo con la interpreta-
ción "incestuosa" del hecho de que la hermana "manejara la casa"
del hermano: sin duda eso se debe a otros motivos. Y cuando
un poeta canta a su amada en un poema de amor llamándola su
madre o su hermana, sencillamente quiere expresar el deseo de
que todo el amor de que la mujer es capaz se concentre en él.
Interpretar que las cartas de Schiller a su hermana revelan ten-
dencias incestuosas es, según Meisl, más que audaz. 32
GRAF aconseja cautela en la interpretación de la creación
artística. Solo cuando ciertos motivos están elaborados con mu-
cha precisión y se repiten frecuentemente es posible vincularlos
a la vida sexual. La interpretación de la obra de Goethe sería
tarea fácil, en vista de la enorme cantidad de material autobio-
gráfico disponible. En cuanto a Schiller, Graf señala que en su
obra hay un motivo particularmente marcado: el del odio al pa-
dre, que se manifiesta como odio a los tiranos. En su opinión,
la tentativa de Rank de demostrar que casi toda la gama de las
tendencias incestuosas está presente en Schiller, no es muy con-
vincente.
31 Rank tenía presente probablemente que cuando no se produce una ex-
periencia de satis.facción adecuada aparece una típica fantasía de sati ,faC'
ción, hecho que el psicoanálisis confirmó en una etapa posterior d e su
evolución.
32 ¡Otro ejemplo que clC'mueslra la resistencia al psicoanúlisis en un hom-
bre' c111<' :tC'l'ptaba las doctrinas ¡)sic•oanalíti cas!
l-1 <fl' octubre de 1906
53
1A. ¡ DEUTSCH considera significativo que los poetas utilicen
11111 lanla frecuencia el tema del incesto en sus obras de juventud
l11Tho ya destacado por Rank en su trabajo). Ese tema abarca
l11dil 1a gama que va desde las formas más simples de las ten-
' 1, 1l<'ias incestuosas hasta el incesto real; debemos incluir, por
, J• 111plo, el caso de un hermano que espía a la hermana mien-
1, 11 \ <'·sla se desviste. En cuanto a la técnica aplicada en el tra-
11,IJ., de Rank, Deutsch dice preferir, en vez de un tratamiento
1 11111ol6gico, un esfuerzo por cristalizar ciertas fórmulas y agrupar
1 111:tl('rial en consonancia con ellas.
IIAcn menciona un cuento de Grimm, Allerleirauh, que co-
111i, 11za con un acto incestuoso, y también hace referencia a la
11,,,·,· la corta de Keller, 33 Frau Regel Amrein und ihr ]üngster, 34
11\·t> l('ma es la relación entre madre e hijo. Se encontró el re-
t , ,ti,· j)('riodístico que impulsó a Keller a escribir dicha novela
1111, 11lras era estudiante en Berlín: un muchacho de 14 años
1, tl,1 ,1 atacado al amante de su madre con una barra de hierro.
11:!1' 11 también ve en Der grüne Heinrich 35 una pintura encubierta
111 111 relación madre-hijo; con toda seguridad, Agnes y Judith
111 ll('rmanas. El amor de madre e hija por el mismo hombre
, 11 11 I 1111yc uno de los temas del fragmento dramático Therese,
i, 1 1,:,,il1·r. Según Bach, solo los artistas que han tenido una re-
1,; i,'111 s(' rnejante crean este tipo de relatos; 3 c tales relatos no tie-
111 11 por qué emanar directamente de experiencias incestuosas
i11 111lor. Al respecto, haciendo referencia al odio fraterno en
i /11,11,t von Messína, 37 Bach subraya que Schiller no tenía her-
111o11111•,, y comenta que mantuvo una relación muy peculiar con
111 liP1111ana de su esposa; el hecho de que contrajera matrimonio
111 l.1 q11c sería su esposa dejó atónitos a todos.
1
1,11 los músicos, la cuestión es más compleja aún; en Cosí
11 f11fl1 • de Mozart hay un intercambio de esposas, lo cual, una
111.'1 s, recuerda un episodio de Der grüne Heinrich que tiene
11 1·11 Munich, en el cual, durante una cuadrilla, los bailarines
r, 11111,ian su pareja.
1( 1 N"' declara que solo puede dar una respuesta muy sucinta
,,11 1111a de las observaciones. En principio, no renuncia a su
!i1\ 1, 11ú11 de que el arte perecería si el inconsciente se volviera
,11\1 i, 1111•. I>or contraposición a Hiiutler, afirma que, de sus
, ,111111 i1 •d Kcller (1819-1890), famoso escritor suizo.
! r,, ,,·1111m 1/egel Amrein !J su hiio menor.
I k1 w 1111<' lfieínrich, novela de Gottfried Keller.
! 'r,11:,, 111<·0111prensible, a menos que supongamos que Bach dijo "ningu-
l.11 11111 ~1·11H'jan te ... " en vez de "una relación semejante" [ausgespro-
lr,M \ , t1111/111is].
I 11 ,1111 /11 de /\fcssina, el<' Schilkr.
 1
/ d<· octubre de 1906 55
54 Acta 3
Cabe señalar que el soñante menciona a toda la familia,
contemporáneos, son los artistas quienes alcanzan el grado má- ,•xc·<·plo a la madre; si se invierte la frase "todos los demás en-
ximo cte conciencia en su obra, y que, por consiguiente, es en l 1i111", de modo que signifique que él es el único que entra, el relato
ellos donde se produce esa transición. A la observación de Federn • obra sentido: se trata entonces de la vagina materna, el lugar
en el sentido de que las relaciones incestuosas son ineludibles en doude ya había estado una vez.
el caso de Caín y Abel, Rank replica que sin duda esos mitos
fueron creación de períodos culturales muy posteriores, que pro-
yectaron en ellos los sentimientos incestuosos propios de estos
últimos. ( Aparentemente, esta opinión también refutaría la obje-
ción de Freud sobre Urano y Cronos.)
A la observación de Hitschmann sobre las tendencias inces-
tuosas, Rank añade que él mismo tuvo ideas análogas: así como
en sus investigaciones había descubierto que no existe la homo-
sexualidad, tampoco hay tendencias "incestuosas"; todo esto debe
considerarse en relación con el sujeto, no como hecho objetivo 38
En los niños neuróticos de lo que da en llamarse las buenas fa-
milias, las · personas que se hacen cargo de los niños suelen ocu-
par el lugar de !os padres: nodriza, aya, doncella, cocinera, go-
bernanta, maestra o maestro, valet, cochero, preceptor. No es
cierto que la pasión sexual del niño recaiga en la madre por ser
la madre, sino porque es la primera persona ligada con las pri-
meras y más poderos:is experiencias "sexuales" ( mamar, etc.);
este es el punto del cual debería partir una investigación sobre
la etiología del incesto.
Rerrnenctose a Ia observación "económica" de Kahane, Rank
da ejemplos tomados de leyendas, en los que el incesto entre
hermano y hermana es motivado a veces por el deseo de conser-
var el patrimonio. (No obstante, a mi entender, y al igual que
todos los "motivos económicos", se trata de un motivo disfrazado,
destinado a encubrir las raíces sexuales. Rank. 39 )
En respuesta a h observac:ón de Federn, en el sentido ele
que el fratricidio podría tener otros motivos que los de carácter
incestuoso, Rank dice que en casi todas las cosas pueden recons-
truirse los rudimentos de las tendencias incestuosas.
Al final de la reunión, FREun menciona una forma larvada
del sueño del incesto con la madre. El soñante cuenta que él y
su familia ( padre, hermanos y hermanas) se encuentran frente
a la entrada de una casa. El padre y los demás entran y suben
por un estrecho corredor. Finalmente, también entra él. R<'-
cuerda vagamente haber estado antes allí.

38 Declaraciones muy audaces, por cierto. Resulta interesante ver tan l('lll
prano los signos de la posterior defección de Rank. Véase Jessie Taft,
Otto nank. - A Bio{!,ra¡¡hical Study, Julian Press, N11C'va York, 1958.
:i¡¡ Hank ¡x1rrcc haber agrC'gado esta ohseivaciún d('Sp11i·s d<· la
ni 1(•visar el ncll1.

4
REUNION CIENTIFICA DEL 31 DE OCTUBRE DE 1906
Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Fedem, Frey, Stekel,
Hitschmann, Kahane, Hollerung, Rank.
COMUNICACIONES
FREUD informa que se ha publicado el tratado de Jung sobre la
histeria, los sueños y las asociaciones. 1
HoLLERUNG menciona una conferencia sobre la memoria pro-
nunciada por Urbantschitsch ante la Sociedad de Filosofía?
Urbantschitsch demostró en un experimento que los sonidos de
un diapasón ( según que sean altos o bajos) ejercen una influen-
cia en la memoria (la capacidad de reproducir) de los sujetos.
FREY anuncia un trabajo sobre la poesía neurasténica e idí-
lica y un breve artículo ( que se presentará como suplemento a
otro artículo) sobre la megalomanía de las personas normales.
PRESENTACIÓN
Recensión deJ. libro de Bleuler: Afectividad, sugestionabilidad
y paranoia 3
ÜRADOR: HITSCHMANN
HITSCHMANN: Bleuler comienza por subrayar el hecho, recono-
cido incluso por la "psiquiatría", de que la mente humana s11
1 Assoziation, Traum und hysterisches Symptom [Asociación, sueño y sín•
toma histérico] en los Diagnostische Assoziationsstudien del mismo autrn
[Estudios diagnósticos de las asociaciones], Barth, Leipzig, 1906, vol. JI
2 El doctor Victor Urbantschitsch, otólogo vienés, era el padre del docto,
Rudolf Urbantschitsch, que fue uno de los primeros discípulos de Fre11d,
El trabajo citado probablemente sea el ensayo "über Sinnesempfindunf.(t'll
und Gedachtnisbilder" ["Sobre las percepciones sensoriales y las irnágcnt·•
mnémicas"), publicado en Pliigers Archiv, 1905.
3 E ugen Bleuler ( 1857-1939), gran psiquiatra suizo. El título original ti,
b obra es Affectivitat, SuggestibiliWt und Paranoia, Marhold, Halle, 1900
11 <f,, octubre de 1906 57
, 111<-rrna según formas típicas, lo que da pie a suponer que la
1111·11te humana tiene una estructura simple.
En su libro, Bleuler procura echar luz sobre la paranoia, esa
, , d t·rmcdad tan misteriosa. De acuerdo con Kraepelin, 4 la pa-
1.i 11oia se desarrolla bajo la forma de un delirio perman~nte e
111t•o11movfule; en la paranoia combinatoria, la enfermedad se
1,.,q en una interpretación errónea de impresiones falsas; la pa-
, 111oia fantástica está basada, simplemente, en ilusiones senso-
, 11dt ·s. Según Bleuler, no obstante, su base es un afecto crónico
, 11, o origen se remonta a una experiencia realmente vivida; ese
d, do se convierte en punto de partida del delirio. Además,
1 ~i~t1· una predisposición de la que nada sabemos todavía, y cier-
1
1,,s 1·xpenencías que también predisponen al individuo, las cua-
l, ,, 1·n opinión de Bleuler, y en conformidad con Freud, tienen
, l.1dón con la vida sexual de aquél.
Biculer reemplaza los indefinidos conceptos de sentimiento,
, 11 <;11ción, etc., por el concepto de afectividad; e incluye dentro
ti, i'·sle todo lo relacionado con los sentimientos de placer y dis-
pl II t·r. Por otra parte, subraya la importancia del afecto para
l.1 , ida psíquica: el afecto inhibe o estimula las asociaciones. En
1 11t·íio de deseo y la histeria de deseo, afirma, es solo la emo-
i 1/,11 , l'l afecto, lo que permite realizar el deseo. No obstante, el
1d,, lo deriva de toda la constelación psíquica del individuo.
111, 1il1·r distingue diferentes tipos de represión, según las reac-
, 1,1111·s de los individuos ante los afectos. Además, el hecho de
¡i11 so lo centremos nuestra atención en asuntos que revisten in-
11 1, , para nosotros también se debe a la afectividad. Al exami-
11·11 l,1 relación entre afectos e instintos, Bleuler llega a la con-
111 11111 de que hay un único instinto, el instinto sexual. En las
,, 1, mis, los afectos alcanzan un grado anormal de intensidad.
l ,1 1 11l1·ctividad está más cerca de la volición y de las pulsiones;
, , ,,11da, afecto e ünpulso [Strebung] son una misma cosa.
11:11 opinión de Bleuler, la sugestionabilidad es una de las
'" 11iil,·slaciones de la afectividad. En la hipnosis predomina el
11, 111 que consiste en "someterse a una fuerte impresión"." En
1, 1, ,¡ 111i11aclas circunstancias, no obstante, puede también darse
ill !I. 1, 11dcncia primaria a rechazar las influencias externas ( em-
1•; ·1i11,1111icnto) . Bkuler considera, por otra parte, que los sueños
1, , 11 •11 li zac ión de deseos son producto de la autosugestión.
1·,,,11 1'.ra1•¡wlin ( 1856-1926), cminC'nle psiquiatra alemán, profesor de
¡111.11, 1;1 1•11 l\l1111ich, autor de un traiado whre psir¡11iatría.
11, o·\lll lllan cra la sugcslionahiliclacl parc·t·t· hasacla <'11 pulsioncs pasi-
111.i,oc111ist;1s, y <'11 !'I dl's<'o 111• so111t·lt •1s1· 11 111 :uiloriclad .

58
En el capítulo "Paranoia", Bleuler da varios ejemplos, cada
uno de los cuales demuestra el vínculo existente entre el afecto
"vivido" y un complejo definido de ideas. La tendencia a asimi-
lar nuevas experiencias es inherente a todo complejo de repre-
sentaciones. Bleuler postula algunos de esos complejos, como,
por ejemplo, el afán de progresar, que puede transformarse en
delirio persecutorio en caso de existir otras personas que obstru-
yen el camino; la confianza en sí mismo, que puede conducir a
la megalomanía; el deseo de ser amado, que puede conve1tirse
en paranoia erótica. Sin embargo, no puede explicar la natura-
leza de la paranoia, ni definir con mayor exactitud [el concepto
de] "predisposición".
DISCUSIÓN
ADLER destaca en primer lugar que el libro de Bleuler no per-
mite al psiquiatra alcanzar una mayor comprensión de la mate-
ria. Un estudio de la paranoia debe comenzar en el punto en
que se originan la idea fija y las alucinaciones. Freud ha demos-
trado en sus trabajos que los hechos psíquicos deben investigarse
desde un punto de vista psíquico y con los medios de la psico-
logía. Bleuler combina los puntos de vista fisiológico y psico-
lógico.
FREUD dice estar de acuerdo con los argumentos de Adler,
excepto en un aspecto. Si bien es cierto que el libro de Bleuler
es flojo, contiene una idea sumamente original, a saber, que el
origen de la enfermedad reside en un afecto; en vano se busca-
ría esta idea en toda la bibliografía sobre la paranoia. La "afec-
tividad" es un mero término que nada explica, como lo dijo
Hitschmann en su recensión. En general Bleuler tiene excesivo
respeto por las palabras; el modo en que emplea el término "com-
plejo" es un ejemplo. Freud señala que Bleuler acepta solo a
medias sus ideas [las de Freud]; por ejemplo, no comprende
nada de cuestiones sexuales. Es cierto que Bleuler hace hincapié
en el afecto de "dejarse impresionar", pero no ve que se trata
de un "afecto sexual", cuyas raíces son el componente sadomaso-
quista de la pulsión sexual. 0
Al examinar el mecanismo de la paranoia, Bleuler no men-
ciona la represión. La deformación de los recuerdos en la para-
noia es selectiva (por lo tanto, también es producto de la repre-
sión). Freud supone que la paranoia es esencialmente el resul-
n Pr<'toz alusión dt' Frcud al ~ignificado sexual de la l1ipnosis tal como
s1• rcfll'ja 1•11 In lrnnsf1•n•uc;ia ,
11 <I<· octubre de 1906 59
Acta 4
1111 lo ele influencias sexuales perfectamente definidas. Por otra
¡i.1lle·, debe dilucidarse el origen del afecto y la idea delirante.
1•: 11 <"nanto a la representación excesiva, la idea sobrevalorada,7
11'1, ·11cl señala que esas ideas han adquirido fuerza excesiva de-
l,ido a la represión. Una represión de este tipo, por ejemplo, es
l.1 tt'presión que consiste en el acceso a la conciencia del sen-
1ri 11 1<·nto contrario. 8 Dichas reacciones caracterizan al parvenu.
1:!: lo s síntonias reactivos también aparecen acompañados de mu-
1
c 11,1, ideas paranoides: el término más adecuado para designar
, ·~ 11· mccaüismo es el de mecanismo de proyección.u Es un me-
1·1 1111s1110 frecuente en la vida normal, y debemos proceder a par-
1i1· de• esos ejemplos normales. El mecanismo de la paranoia es
" •l;il ivamente claro, pero todavía quedan por investigar los pro-
' ,",os que conducen a la paranoia.
HANK comienza por decir que, en realidad, no hay ninguna
11l.1l'ión entre él y el trabajo de Bleuler. También él tiene la im-
p1, ·, ic'm de que el afecto desempeña un papel fundamental en todos
¡,,,, procesos psíquicos ( sean normales o patológicos), en tanto
ip1, • la "representación" queda en segundo plano; el ser humano
, 11 :-- 11 totalidad, con todo su pasado, se encuentra, por así de-
. 11 lo, atado a su afecto. En relación con una observación de
llli 11kr sobre la conversión, Rank plantea el problema de la
11 ll11raleza, condiciones, causas y mecanismo de la conversión.
1 l•'111o;uo responde haciendo referencia a Adler y señala que las
1111 111isas de la conversión deben buscarse en la sexualidad y que
c 11111 vinculadas a las zonas erógenas.)
STEKEL no está satisfecho del carácter "objetivo" que ha
,L1d11 llitschmann a su recensión, a la que le faltaría un toque
¡" ·,1111.11. La persona normal también tiene afectos p ci derosos,
1·1, >1\ sobrevaloradas, etc.; pero, a diferencia de lo que ocurre
l1i11 e·I paranoico, puede corregirlo y equilibrarlo. El paranoico
11 f 111 ·1H'ntra en el estado en que caemos todos mientras soñamos;
1 11 l.1 paranoia, el inconsciente impregna la existencia toda del
111!1\lcluo despierto.
StC'kel procura hallar fórmulas concisas que expliquen las
li, 1 isas psiconeurosis, sobre la base del "conflicto psíquico" in-
\1 il111:ntclo; cree que la neurastenia, por ejemplo, podría explicarse
111110 rC'sultado de un conflicto entre una potencia sexual enferma
1'1 ,·nnt·<·pto de "idea sobrevalorada [überwertige Idee] tuvo su origen
, ,·I p~iquialra Car! Wernicke ( 1848-1905).
\, 111,ilmrnte este proceso recibiría el nombre de contracatexia.
1 ,, 1•xprcsión "mecanismo de proyección" fue introducida por Freud con
111, duddad en sus "Further Remarks on the Defense Neuro-Psychoses"
:~ ,11 vas aportaciones a las ncuropsicosis de defensa"] (1896) (C.P., 1:
'1:_, lli~).
60
y una poderosa pulsión sexual, en tanto que la histeria se origina
en el conflicto entre los deseos y la aversión que despierta el
sexo. En el caso de la hipocondría, la pulsión sexual entra en
conflicto con la angustia, mientras que en la paranoia dicha pul-
sión está, hasta cierto punto, sublimada. ( Esa sublimación se
pone claramente de manifiesto en el delirio que consiste en to-
marse por un inventor.)
Por fin, Stekel expresa su opinión de que no hay que espe-
rar nada nuevo importante de Bleuler; el último libro del citado
autor, Unbewusste Gemeinheiten, 10 le ofrece razones adicionales
que confirman su juicio.
No obstante, Stekel menciona, como notable descubrimiento,
la importancia que asigna Bleuler al aspecto afectivo de l_a su-
gestión: lo que se sugiere (trasfiere) no es la representación sino
el afecto.
HoLLERUNG no encuentra ningún elemento de interés en las
argumentaciones de Bleuler, y dice que éste no proporciona de-
finiciones precisas de los conceptos ( por ejemplo, el concepto do
voluntad). Además, le pregunta a Freud si el punto de vista de
Bleuler sobre la censura psíquica como resultado de la educación
social concuerda con sus propias ideas. (FREUD responde que no:
la censura es, en primer lugar, producto de la represión sexual
orgánica; la educación social tiene una importancia secundaria.)
FEDERN afirma que no puede haber pensamiento sin conte-
nido afectivo, sea en el niño o en el hombre primitivo; por con-
siguiente, en la paranoia la regresión de la intelectualidad a la
afectividad podría verse como un componente infantil. Sería in-
teresante determinar, asimismo, a qué estratos sociales pertene-
cen los paranoicos. ( FREUD observa que esa neurosis específica
afecta a todos los estratos.)
Finalmente, Federn destaca que sería interesante establecer
en qué circunstancias actúa el afecto, es decir, determinar si deb<'
poseer una intensidad definida, o si cierta predisposición conco-
mitante ( cuando el afecto es relativamente normal) bastaría para
provocar la paranoia.
HnscnMANN sostiene, en relación con las observaciones el<·
Federn, que él también tiene la impresión de que en la para-
noia el afecto es débil: por así decirlo, tendría una intensidad
normal. Asimismo, considera deseable definir con precisión e 1
concepto de paranoia.
FREUD puntualiza, en sus observaciones finales, que los retar-
dados mentales suelen tener predisposición a la paranoia, pcrn
que, por otra parte, también hay personas muy dotadas y bri
in [llfcu¡uindcules inconscientes], Munich, Rcinharclt, 1!)0.'>.
Acta 4 11 r/1 • oc·f 11/Jre de 1906 61
ll.111lt'S entre las víctimas de este trastorno. Llama además la
1ilc•11c·i6n hacia cierta inervación oftálmica en los pacientes para-
11oil'Os ( cosa que confirma SrnKEL): en este estado, la parte ~u-
p,·1ior del ojo queda al descubierto. 11
A fin de demostrar el efecto embotador de la inhibición
,1, ·diva, Freud relata que cierto día una de sus pacientes se mos-
1111 totalmente falta de entendimiento, mientras que al día si-
1• 11ic·nte reveló poseer un alto nivel de inteligencia.
En relación con la observación de Bleuler en el sentido de
, p 1< • 1os niños y los histéricos son caracterológicamente similares,
pm cuanto en determinado momento se muestran empecinados,
1 s11sceptibles d e aceptar influencias en el momento siguiente,
l '11·11d añade otra explicación: ambos son accesibles para los se-
1
11·, amados, e inaccesibles para quienes ellos no aman. Vemos
1,i que la- ineducabilidad de los niños "malos" se explica por el
111lo('rotismo; si el niño encuentra "amor" en sí mismo, no nece-
11i1 C'l amor de padres y maestros. La capacidad de aceptar in-
1l11C"11cias es asimismo la fuente última do la capacidad para
, 11horar un juicio: la afirmación de un juicio por parte de la
I" 1\ona amada es la fuente de aquél. Resulta evidente que la fe
d, , iva del amor. La capacidad para elaborar un juicio indepen-
d1, 11IC', sin embargo, solo se adquiere cuando el ser humano co-
1111, •11za a cuestionar la autoridad paterna. 12
11 mirada penetrante del paranoico .
' l .11
1 :11111púrese
con Freud: "La función del 1mc10 se hace posible por la
11 "' 11111 dC'l símbolo de la negación que permite al pensamiento un primer
111111 de• independencia de los resultados de la represión y con ello tam-
¡1 d11 la compulsión del principio del placer" ("Die Verneinung", 1925)
u 11,·;.:ación", o.e.,
t. 1u, pp. 2ss1.28RCJ 1.

5
REUNION CIENTIFICA DEL 7 DE NOVIEMBRE DE 1906
Presentes: Freud, Adler, Bass, [A.] Deutsch, Federn, Heller,
Hitschmann, Hollerung, Hautler, Rank, Reitler, Stekel, Kahane.
PRESENTACIÓN
Sobre las bases [orgánicas] de las neurosis
ÜRADOR: DOCTOR ALFRED ADLER
D ebido a que el libro de Adler será publicado a la brevedad,
1 I'" rlir del órgano se desarrollan las correspondientes zonas del
no trascribiremos detalladamente su trabajo.
ADLER explica en primer término que su nuevo trabajo toma
como punto de partida el resultado de sus investigaciones acer-
ca de la "fisiología y patología de las zonas erógenas", resultado
sobre el cual informó el año pasado.
Adler destaca que ciertos fenómenos morfológicos de defi-
ciencia, característicos de una inferioridad primaria, pueden oh·
servarse en caso de inferioridad orgánica. Por otra parte, la infe-
rioridad de un órgano puede enmascararse de manera tal quo
aquél, no obstante, funciona satisfactoriamente, o incluso en for-
ma excesiva. Ese aumento de eficiencia en un órgano (inferior)
no proviene, sin embargo, del órgano mismo, sino, más bien,
del segmento nervioso responsable de la función acrecentada d!'l
órgano. La inferioridad de un solo órgano es muy rara; en In
mayoría de los casos, la inferioridad afecta en forma concurrenh
a dos o más órganos. El órgano asociado con mayor frecuend1,
a otro órgano inferior, es el sexual. Ello se debe en parte a ti,
herencia. Adler puntualiza que no está hablando de los fenónll'
nos vinculados con la enfermedad, ya que un individuo pued
ser perfectamente sano a pesar de tener un órgano inferior. Ailu
1 Studien iiber die Minderwertigkieit von Organen [Estudios sobre la 111/
rioridacl de los órganos], Urban & Schwarzenberg, Viena , ] 907.
, 111· 11oviembre de 1906 63
1l1 •, sin embargo, que la inferioridad de un órgano puede esta-
1il1 ·1·1·rsc con absoluta certeza sólo cuando presenta numerosos
111l omas mórbidos. Los llamados "defectos infantiles", que apa-
11 ·c·(· n en el órgano durante el período de desarrollo, también
11 11 característicos del órgano inferior. Adler, por ejemplo, des-
' 1d ,rió graves alteraciones en la estructura del ojo relacionadas
, 1111 la acromatopsia, el estrabismo, etc. Esos fenómenos pueden
111 ndu cirse_ con mayor o menor intensidad en los miembros de
1111,1 misma familia.
Adler ve una tercera característica de la inferioridad orgá-
11 11 ., en una anomalía de los reflejos (acompañada de una sen-
11, il iclad intensificada de las zonas erógenas) . Como ejemplo,
111, 11(' iona sus observaciones sobre el reflejo palatolaríngeo, y
,11,·c· que ha logrado distinguir tres formas de ese reflejo: un
" 1l(· jo deficiente, uno hiperactivo ( antes del contacto, por ejem-
pl 1,) y uno normal. Así como los "defectos infantiles" pue-
,1 , 11 rastrearse en el árbol genealógico ( se ha comprobado su
11(1l'ler hereditario), también se demostró que las anomalías de
!11~ rdlejos son hereditarias.
Adler pasa luego a enfocar el tema principal de la discusión:
11•1d ,ro y, por intermedio de ellas se establecen los fundamentos
11,i l., psiquis ["wie es ni.imlich vom Organ aus zu einer Ausbil-
/11,,.: der dazugehorigen Gehirnpartien und damit zur Grundle-
1111•: der Psyche kommt"]. Por un lado, afirma que el desarrollo
11111lológico y funcional más elevado de un órgan'.) es conse-
11, tt <' ia de la asimilación de estímulos externos; por otro lado,
111tl 1i(·n puede ser resultado del esfuerzo que implica lograr que
1111 111 gano inferior sea capaz de cumplir su función. Ello se con-
l,· 11 t> mediante una compensación; la inferioridad del órgano es
111¡H·11sada por una mayor actividad cerebral. Primero, el ór-
1111 1 inferior, mucho más vulnerable que uno normal, atrae cons-
f, 11tl1 •111cntc la atención del individuo; por lo general, lo que
1, pin ta esa atención es una lesión insignificante en el órgano
I•d, , 1or. La represión orgánica ( Freud) aplicada a ese órgano
1111 , tior también contribuye a centrar en él el interés de la
p· l,¡111 s.
l 111 rece existir una relación directa entre esa actividad inten-
1f1, id a clel sistema nervioso central en la infancia y el desarro-
lf,, tl1 • defectos infantiles. En los neuróticos, los defectos de la
11L1111·1a parecen ser la regla, y el esfuerzo destinado a compen-
,,111\ signa la vida íntegra del individuo. En realidad, el defecto
111,,111 ti no es sino la manifestación visibl e de la lucha del indi-
1,11111 por lograr que un órgano inferior sm snsccptiblc de adap-
,, 11111 (·11ltural. J.a p<'rsislcncia del Írn<'aso infantil <'S consccucn-

Acta 5
64
cia del interés dirigido hacia el órgano inferior. Toda la activi-
dad del niño se orienta hacia la obtención de placer; esas sensa-
ciones de placer conectan al individuo con el mundo externo.
En el desarrollo normal y pleno, la búsqueda del placer se aban-
dona gradualmente en favor de intereses de tipo cultural; el ór-
gano inferior, no obstante, continúa esforzándose por obtener
placer, y hace de ello un hábito. Las exigencias externas intensi-
ficadas también desenmascaran la inferioridad del órgano. El
órgano normal tiene una superestructura psíquica que correspon-
de a la actividad cerebral incrementada cuando el órgano es
inferior. La armonía entre las actividades física y psíquica ( el
paralelismo psicofísico en el verdadero sentido de la palabra),
caracteriza el desarrollo del niño normal. La "sobrecompensa-
ción" suele producir una sobrevaloración del órgano, y, por con-
siguiente, también de la estructura psicomotora. Cuando la infe-
rioridad del cerebro hace imposible tal sobrecompensación, el
proceso se detiene a mitad de camino y puede considerarse una
"represión frustrada".
Adler menciona al pasar que algunos defectos infantiles ( co-
mo el parpadeo, los vómitos, etc.) no son sino reflejos que se
vuelven manifiestos.
Según Adler, la causa principal de la precocidad sexual po-
dría deberse a la inferioridad orgánica y la presencia de defec-
tos infantiles, por cuanto la inferioridad de cualquier órgano
está acompañada de una inferioridad del órgano sexual.
Adler proporciona sólo algunas indicaciones sobre el "con-
tenido" de la superestructura psicomotora: los sentimientos, el re-
cuerdo y la memoria son parte de ella, así como el sentido crí-
tico, la comprensión de las relaciones entre las cosas y cierto
componente de la elección de una profesión. Como ejemplos de
funciones sobrevaloradas menciona las alucinaciones, la intuición
y la introspección ( la comprensión de las relaciones existentes
entre los hechos psíquicos). Cie1ta sublimación de los actos re-
flejos representa otro grupo de funciones psíquicas: los afectos,
por ejemplo, emanan de la superestructura psíquica del reflejo
orgánico ( la aversión, la angustia, pero también la libido y la
compulsión mental).
Cada órgano tiene su memoria; ésta es función de la super-
estructura psicomotora. El tipo de memoria que deriva de un
órgano inferior será la predominante. En los casos de precociclaJ
sexual hay dos centros predominantes; en el curso del desarrollo
cultural, predomina el centro no sexual. La superestructura no se-
xual sc arroga el papel predominante; a partir de ese punto, hay
un camino que conduce a lo inconscicnle (a la s<'xualidad).
7 ele ,wviemhre de 1906 65
Finalmente, Adlcr da varios ejemplos de personajes célebres
para ilustrar las funciones sobrevaloradas de órganos inferiores:
lkcthovcn [que era sordo]; Mozart, del cual se decía que tenía
orejas deformes; Schumann, que adolecía de un tipo de psicosis
que comenzó con alucinaciones auditivas. Adler menciona tam-
bién una familia a la que tuvo ocasión de observar, y que sufría
ele un trastorno auditivo hereditario; algunos miembros de dicha
1 1milia llegaron a ser músicos destacados. En esa misma familia
lambién hubo casos de neurosis y de precocidad.
( FREUD señala que Lenbach 2 era ciego de un ojo.)
Adler menciona el caso de un músico analizado por él, cuyos
pabellones auriculares tenían forma diferente. D e niñe> había su-
! rido la perforación de la membrana del tímpano. Su primer
11·cuerdo musical data de sus cuatro años: mientras se encon-
1raba en la cama con la hija adulta del maestro de escuela, oía
.i éste tocar el violín en el cuarto contiguo. Cada etapa de su
,·volución artística coincidió con experiencias sexuales.
Adler ha podido demostrar con frecuencia [la existencia de]
d,-fectos del habla en cantantes, actores y oradores (Demóstenes,
\ loisés). La elección de una profesión está determinada por las
,·, igencias de los órganos inferiores; los cocineros, por ejemplo,
'.ill'len tener anomalías del reflejo palatal (pero lo mismo ocurre
, on los obesos, de quienes puede decirse que su única ocupación
1 rnlsiste en comer). "
1>1scus1ÓN
l l1rscHMANN señala que siempre propugnó la búsqueda de "fac-
1lll"l'S orgánicos" como trasfondo de las neurosis. Debe asignarse
.1 1 justo valor tanto a la psiquis como al cuerpo. En su trabajo,
\dlcr pasa por alto datos estadísticos que, por supuesto, son
111dispensables para encarar tales temas. Como argumento en
, 1111lra de la exposición de Adler, señala Hitschmann que la in-
1,·rioridad orgánica no necesariamente redunda en una neurosis;
, ll ',', no obstante, que detrás de las llamadas enfermedades ner-
' iosas se oculta la enfermedad real de algún órgano; ello ocurre
, ,pc•cialmente en el cas:i del corazón ( donde, por otra parte, la
11,·11rosis también puede determinar cambios orgánicos secunda-
' 1, is) . En su opinión, las investigaciones sobre el reflejo faríngeo
IH fü'Cn escaso valor a la luz de lo que informan publicaciones
11·1·1cntcs sobre el tema. • Finalmente, le merecen objeción algu-
l•'ranz von Lenbach ( 1863-1904), pintor alemán.
1,a psicología aclleriana toma este punto ele partida. Posteriormente que-
, l.11 ,1 <'n claro ele qué manera Acller se desvía ele Freucl.
1 Sin duda Ililschmann hace referencia a \V. Baumann, "Sobre el reflejo
p,d.ila l", i\f iinch. mecl. " 'schr. , 53, 1906.
66 Acta 5
nos de los ejemplos de Adler, a los que no considera concluyen-
tes (por ejemplo, los casos de Schumann, Mozart y Lenbach; no
es sorprendente, afirma, que un músico como Schumann pade-
ciera de alucinaciones auditivas). También hay muchos músicos
ciegos. Acepta, no obstante, que la lucha de un órgano inferior
por alcanzar eficiencia cultural í Kulturfiihigkeit] conduce, en
cierto modo, a la evolución mental.
FREUD critica a Hitschmann y su punto de vista "raciona-
lista".
Atribuye gran importancia al trabajo de Adler, que a él
mismo le ha permitido avanzar un paso más en sus propios tra-
bajos. A juzgar por su impresión inmediata, gran parte de lo
que Adler ha dicho puede ser exacto. r.
Freud identifica dos ideas básicas que considera significati-
vas y fértiles: 1) el concepto de compensación, según el cual
una inferioridad orgánica es compensada por una actividad ce-
rebral sobrevalorada, r. y 2) la idea de que la represión se efectúa
mediante la formación de una superestructura psíquica. A él se
le había ocurrido ya una formulación análoga. 7
Por lo demás, aduce que, con respecto a las personas exage-
radamente egotistas, ambiciosas, etc., el análisis descubre graves
defectos orgánicos como causa más profunda; por ejemplo, ha
descubierto la existencia de hipospadia en un joven sumamente
ambicioso, mientras que una mujer de excepcionales dotes inte-
lectuales tenía una desviación en la columna vertebral. Conoció
también casos de mujeres muy mortificadas por la prominencia
de ]os labios vaginales internos; todo el desarrollo de dichas mu-
jeres tendía a compensar ese defecto.
Asimismo, considera interesante y significativo el hecho, se-
ñalado ya por Adler, de que la actividad del niño tiende a pro-
curarse placer libremente, cosa a la que posteriormente renun-
cia. Desearía proponerle a Adler una idea que se le ocurrió en
relación con las investigaciones de Ehrenfels: 8 la neurosis debe
~ Con estas observaciones, Freud reconoce el estímulo que le brindaban
las discusiones del grupo. Advertimos, reiteradamente, que no escatimaba
su aprobación ni sus elogios.
6 Parece ser que Freud tenía in mente lo que luego se describiría como
sobrecompensación de una "herida" narcisista, aunque aquí emplea un len-
guaje "anatómico".
7 Freud se refiere tal vez al postulado según el cual la represión es ejer-
cida por el yo.
8 Christian Freiherr von Ehrenfels ( 1895-1936) , filósofo austríaco y pro-
fesor de la Universidad de Praga. Su Sexualethik [Etica sexual] fue publi-
cada en 1907. Pronunció dos conferencias como invitado de la Sociedad
de Viena ; los protocolos de esas dos reuniones figurarán en el volumen 11
de las Actas.
7 de noviembre de 1906 67
ras trearse en la desproporción entre la predisposición constitu-
cfonal del individuo y las exigencias que la cultura plantea al
individuo. 9 El deterioro que frecuentemente se observa en fa-
milias oriundas del campo que se trasladan a la ciudad también
entra dentro de esta categoría.
La idea de hacer derivar los afectos de los reflejos le parece
acertada.
Adler ha citado ejemplos de la mitología alemana en los que
el apogeo del héroe está precedido por una juventud (infancia)
sombría. Freud trae a colación el cuento del patito feo que se
convierte en cisne.
Por último, Freud desea expresar una objeción importante
que, sin embargo, solo tiene relación con el aspecto formal del
trabajo de Adler: la elección del término inferioridad, que no le
agrada, no demuestra mayor originalidad; tal vez sería preferible
hablar de cierta variabilidad de los órganos.
FEDERN dice que el trabajo le resulta interesante. Cree que
convendría analizar la superioridad o la inferioridad de las per-
sonas de acuerdo con sus aptitudes particulares. Es indudable
que una parte de la neurosis se origina en una predisposición
orgánica, pero debe especificarse cuál es esa parte.
Federn no está de acuerdo con la tesis de Adler según la
cual la memoria del órgano inferior es la que predomina; en su
opinión, es más probable que la memoria predominante sea la
de un órgano sano.
El primer indicio de inferioridad de un órgano es quizás
el hecho de que la capacidad de distinción del órgano se desa-
rrolla lentamente. Federn conoció a un individuo que adolecía
de acromatopsia durante la infancia, pero que luego se volvió
totalmente normal.
La forma en que Adler explica el talento de Beethoven le
recuerda la teoría de Lombroso; 10 la predisposición a la enfer-
medad es mucho mayor en el genio y su enfermedad tiene un
carácter más patente.
Por otra parte, Federn sugiere que la inferioridad de cier-
tas partes del aparato vestibular también puede desempeñar un
papel en los trastornos neuróticos, y menciona a personas que
son incapaces de bailar, saltar, zambullirse, etc. Una constitución
inferior de la musculatura, unida a una predisposición neurótica,
9 Es posible que Freud se refiera a lo que posteriormente denominaría
"serie etiológica complementaria", con lo cual entiende que la constitución
y las experiencias externas se complementan entre sí.
10 Cesare Lombroso ( 1836-1909), psiquiatra y criminólogo italiano, trató
lle demostrar que el genio, la locura y el crimen tienen las mismas raíces
orgánicas.
68 Acta 5
puede conducir a la abulia. Una musculatura fuerte brinda al
niño experiencias de triunfo. Federn analiza por separado la
musculatura de la faringe, los intestinos, los órganos genitales
( ¿enuresis?) y señala, en particular, la "neurosis cardíaca de la
pubertad". Una de las causas principales de todo tipo de infe-
rioridad puede estar relacionada con las anomalías vasculares.
En relación con la observación de Freud, Federn subraya el
hecho de que nunca es conveniente que una familia modifique
repentinamente su forma de vida.
REITLER admite que el trabajo de Adler le merece una opi-
nión desfavorable. Al respecto, debe especificar dos razones prin-
cipales, una de las cuales atañe a un elemento nuevo, en tanto
que la otra es bien conocida para nosotros: en el niño, el goce
de los placeres orgánicos gradualmente deja el paso a la activi-
dad cultural. La idea nueva es que un órgano inferior puede
tornarse sobrevalorado por una actividad cerebral compensatoria.
Adler no proporciona ninguna prueba de ello. Dicha sobrevalo-
ración podría ser una realidad para el artista, pero incluso esto
no puede establecerse con seguridad. Ningún síntoma histérico
puede afectar a un órgano a menos que haya ya un locus minoris
resistentiae; sin embargo, por contraposición a lo que afirma
Adler, el factor determinante es la psiquis, que se apodera de
dicho locus minoris resistentiae.
Por último, Reitler observa que, a su entender, Adler atri-
buye excesiva importancia a la herencia.
H;(UTLER señala que, en el trabajo examinado, vuelve a apa-
recer la idea favorita de Adler: la de polarización. Al considerar
cómo se desarrolla un órgano inferior por medio de la C'.)mpen-
sación hasta alcanzar un grado superior de eficiencia, debe pri-
mero tenerse en cuenta el aspecto subrayado por Freud, en el
sentido de que cualquier limitación de la capacidad del indivi-
duo tiene importancia para la génesis de las neurosis. Más que
"inferior", Hautler diría "propenso a la variación". La variabili-
dad potencial puede concebirse en función de una cantidad de
energía: un órgano dotado de esa energía potencial es normal
cuando no es propenso a la variación; no obstante, si es propenso
a ella, parte de esa energía se disipa en el proceso de variación.
STEKEL no alcanza a vislumbrar ninguna contribución nueva
en el trabajo de Adler que, en su opinión, se limita a parafrasear
las ideas freudianas en términos orgánicos. Además, la confc
rencia ha sido sumamente tediosa. Adler tendría que haber in
troducido su teoría comenzando por exponer casos tomados ck
la práctica. Stekel puede citar el caso de un gran pianista qu<·.
a los 3 años, se tendía en el piso para escuchar a alguien q,w
tocaba el piano en la habitación de abajo; a los cinco años to
de 11ovie1nbre de 1906 69
mba el piano, y a los siete componía. En el citado ejemplo, la
"sobrccompensación" tendría que haberse producido a una edad
i11crcíblementc precoz, lo cual, por supuesto, es imposible.
Stckcl se ve obligado a contradecir totalmente la tesis de
e¡ uc en la histeria debe haber un componente orgánico de pre-
disposición para que se desarrolle un síntoma. 11 Al respecto cita
d caso de un mozo de café que repentinamente se vio afectado
de "parálisis" histérica en la mano como "castigo de Dios" por
un apretón de manos "prohibido".
HoLLERUNG elogia el trabajo de Adler, aunque hay un as-
p<'clo que describiría como una incongruencia: lo que se trasmite
IIC'reditariamente entra en confücto, por así decirlo, con las con-
diciones sociales. En la persona normal es posible 1úvelar esa
111congruencia. Si no puede lograrse esa nivelación, el desarrollo
wrá anormal. Lo que se hereda, no obstante, es a menudo
ntúvico.
RANK manifiesta no sentirse capacitado para discutir los as-
p<'ctos médicos del trabajo. Fundamentalmente, a él le interesa
lo que Adler ha dejado establecido respecto del artista: la expli-
1·:tción de Adler sobre la actividad artística "sensualista" le pa-
1, •ce muy plausible y exacta en lo que atañe al pintor, al músico,
dt'. No obstante, el asunto se complica cuando se trata del
¡ ,neta; en su caso, la superestructura psíquica reviste primordial
1111portancia. Finalmente, Rank declara que en su libro sobre el
111<·csto llegó a conclusiones similares a las de Adler, aunque to-
111ando un punto de partida diferente. En los poetas pudo des-
1·11hrir que las enfermedades de la piel y los trastornos visuales
,•r:m diferentes formas de defensa contra el exhibicionismo; en
l.1ks casos, resulta evidente la relación entre la superestructura
psíquica y el órgano, ya que, a causa de su predisposición, esos
pn<'las están expuestos fácilmente a enfermedades reales de los
11¡os o de la piel.
lIELLER considera que el trabajo de Adler representa un
,1 pmtc intelectual de magnitud; sus aspectos intuitivos le parecen
11111 y plausibles, y ve en él la continuación y el complemento de
1, ~ ideas de Freud. Entre los pintores que ha conocido, recuerda
1 11111chos que sufrían perturbaciones ópticas o defectos visuales.
l 111 médico de Munich diagnosticó trastornos orgánicos de la
\ is la en el 70 % de los estudiantes de Stuck. u
11 Ih•fcrencia al supuesto freudiano según el cual los síntomas de la his-
t, da d<' conversión solo se desarrollan sobre la base de una facilitación
1_1 1g.111it'a.
1 •1 l•ranz von Stuck ( 1863-1928), pintor y escultor, profesor de la Aca-
1 k111i:t d<' Munich, mirrnhro drstacado del grupo de artistas autodenomi-
, ,1 1d11s S,·c·,•sionislas.
70 Acta 5

BAss comienza por agradecer al conferenciante el estímulo (l

que en muchos sentidos le ha brindado su trabajo, y pone a dis-
posición de Adler material propio. Por su parte, conoce a un HEUNION CIENTIFICA DEL 14 DE NOVIEMBRE DE 1906
músico a quien en su infancia se le perforaron ambos tímpanos;
no podía soportar el sonido de los cobres, y eyaculaba cada vez
que los oía.
También puede dar ejemplos para ilustrar el carácter here-
ditario de los defectos infantiles. Él mismo, por ejemplo, parpa-
deaba involuntariamente de los 9 a los 10 años. Su propio hijo
era excesivamente sensible a la luz hasta los 2 años: el súbito
resplandor de un fósforo en una habitación oscura lo hacía estor-
nudar. Posteriormente esa sensibilidad desapareció.
Recientemente, Bass examinó a un paciente de 28 años que
medía más de un metro ochenta, pero cuyos órganos genitales
eran los de un adolescente de 14 años, carentes de vello púbico. l'resentes: Freud, Adler, Federn (llegó tarde), Graf (tarde),
11 ilschmann, Hollerung, Kahane, Meisl, Rank.
Nunca había mantenido relaciones sexuales, y se sentía profun-
damente deprimido por sus órganos genitales. Asimismo advertía
( ;01\CUNICACIONES
que, desde hacía algún tiempo, su memoria disminuía. (AnLER
señala que el gigantismo es frecuente en las personas que tienen Fimuo propone que el doctor Isidor Sadger sea aceptado como
órganos genitales pequeños.) 111i<·mbro de la Sociedad y solicita una definición sobre este
FREUD observa que las cocineras suelen estar sujetas a tras- p11nlo para el miércoles siguiente.
tornos psiconeuróticos ( especialmente la paranoia), y que las
buenas cocineras siempre tienen alguna anomalía grave. ( Men- l'ttESENTACIÓN
ciona a su propia cocinera, que siempre cocinaba particularmente
llt'(•cnsión del libro de Semon: La Mneme como principio de
bien cuando era inminente una recaída.)
1 1•11servación en los procesos de cambio de la vida orgánica 1
ADLER señala, para concluir, que sus puntos de vista han
sido confirmados por el hecho de que se encuentran las mismas ( )JIADOR: CIRUJANO MAYOR GENERAL HOLLERUNG
leyes en todo el campo de la patología.
En relación con el problema de la elección profesional, l'1 •11icndo en cuenta las dificultades que presenta cualquier in-
añade que muchos médicos han padecido enfermedades durante t, 1110 por suministrar una explicación sucinta del sistema de
la infancia. •.,.11,on, se recomienda la lectura del libro.

1l1M ;USIÓN

l l11scnMANN considera que Semon no hace otra cosa que acuñar

1 ornhlos nuevos para describir asuntos ya conocidos, y en su
11p111i6n la obra no tiene mucho valor.
FEDERN también estima que el libro, en términos generales,
,·u 11n fracaso, y señala que Semon está en contradicción con la
1
11 IC"hard Semon ( 1859-1918), zoólogo alemán, propugnó una nueva doc-
1, 1o11l psicolamarckiana según la cual un estímulo establecido puede modi-
11, ,11 11n organismo en forma permanente, dejando en él una marca. Las
1¡1,111 ·11s transmitidas por la hC'rencia y adquiridas individualmente forman
1 ,. 1·011j11nlo la mneme. El Líl11lo original del libro es Die Mneme als er-
/.,,//1•,u/cs Prinzíp im 1\'cchscl ch!s or¡.¡miíscl1e11 Geschehem ( Engelmann,
l.1'111111{, 1904).
 Acta 6
72
obra de Darwin y Nageli, 2 al negar la trasmisión hereditaria de
los caracteres adquiridos. Además, no está de acuerdo con la
declaración de Semon según la cual los engramas solo pueden
adquirirse por medio de impresiones conscientes.
ADLER señala la desafortunada elección de términos nuevos
y critica la forma ociosa en que Semon juega c:m conceptos cuyo
significado no aclara. A la pregunta de si los caracteres adqui-
ridos son hereditarios, Semon responde: "Solo si alcanzaron cierta
intensidad en la serie de los antepasados". En opinión de Adler,
la inferioridad orgánica desempeña un papel importante en la
herencia. La adquisición de un rasgo nunca es accidental, sino
que se relaciona con la constitución total del órgano.
MEISL considera que los miembros del grupo no evalúan
como corresponde la labor de Semon, porque no la juzgan con
objetividad. Él mismo puede proporcionar dos ejemplos ilustra-
tivos de la manera en que se "desencadenan los engramas" [ ec-
foria]. Justo antes de quedarse dormido, se imagina con fre-
cuencia a uno de sus amigos, a quien ve entonces con toda
claridad. Luego, concentrándose intensamente, también logra
oírlo. En cada una de esas oportunidades siente curiosidad por
lo que la persona habrá de decir, pero después tiene la sensa-
ción de que ya ha oído antes sus palabras. Se trata, dice, de un
caso en que un engrama óptica desencadena un engrama auditivo.
Como segundo ejemplo cita a Helen Keller, que una vez
escribió un cuento de hadas, "Los elfos de la helada", sin tener
conciencia de gue varios años antes le habían leído el cuento
original en el que basó su historia. Meisl ve en ello algo aná-
logo a los recuerdos (sexuales) infantiles, que en un principio
se graban inconscientemente, y solo con posterioridad afloran
como recuerdos conscientes. En sus obras de imaginación, el
poeta también utiliza sus recuerdos inconscientes de la infancia,
pero lo hace sin tener conciencia de que están ligados a sus
propias experiencias pasadas.
FREUD dice que lo único que le ha enseñado el libro de
Semon es que memoria en griego se dice mneme. El libro es
característico de esos seudocientíficos que imitan la exactitud y
creen haber logrado algo por el mero hecho de que manejan nú-
meros y conceptos. La idea de Hering, 3 que configura el punto
de partida de Semon, es ingeniosa y sutil; pero todo el trabajo de
Semon le merece el juicio opuesto: solo la person'.l que tiene
cosas nuevas que decir está autorizada a acuñ'.lr términos nuevos.
~ Karl Wilhelm von Nageli ( 1817-91), botánico suizo.
:1 Ewald Ilering ( 1834-1918), fisiólogo y psicólogo alemán. En 1870 es-
cribió über das Gediichtnis als eine allgemeine Funktion der organis-ierten
M aterle [Sobre la memoria como fttncí6n general de la materia organizada].
/,/ <I<' 1wvíem.úre ele 190G 73
FrC'nd elige un ejemplo entre muchos: el intento de Semon
¡1111 vincular la periodicidad a la memoria ha fracasado lamenta-
l1l1 ·111<'nlc. Por su parte, no ve ninguna relación real entre el ex-
111 1i111cnto de Urbantschitsch,4 sobre el cual habló Hollerung, y
,.¡ libro de Semon. El experimento de Urbantschitsch consistía
, 11 liacC'r escribir al azar las letras de una palabra y luego pe-
di, 11· al sujeto del experimento que mirara y reprodujera las
1, 1rns. El sujeto las reprodujo en el orden que realmente tenían
,·11 la palabra, aunque no se le había dicho cuál era ésta.
En ese sentido, Freud brinda un ejemplo sumamente ins-
1111<'1 ivo, tomado de su propia experiencia. Entre los recuerdos
11¡¡1~ tempranos de una paciente cuyo nivel de inteligencia era
11 L,livamente bajo, figuraba una escena con su hermano. La
¡i,11 ·i<"nle solo podía recordar que su hermano le quería mostrar
il1•.o, y que la sacó a rastras de la habitación. Luego caía un
1, 11111 sobre la escena. Freud le dijo a la paciente que la parte
, ,,,•111·ial de esa escena le vendría a la mente en una sola pala-
1,, 11 . Como eso no dio ningún resultado, le dijo ( a fin de salir al
, 1 111 111·1llro de su crítica) que la palabra surgiría letra por letra
~ q11c, cada vez que él presionara con su mano, se le aparecería
1111.1 de ellas. 5 De esa manera vinieron a la mente de la mujer
d t,•z II once letras. (No estaba muy segura de una.) Luego, bajo
L, pr<'sión de la mano de Freud, la paciente ordenó las letras:
¡,11111<·ro colocó las vocales; luego, las consonantes. La palabra
1, \lill:mtc era medchnfogl [Miidchenvogel: niña-pájaro].
lkspccto de fHellen] Keller, Freud afirma que Meisl está
, 11 lo cierto al señalar cierta similitud í entre su falta de concien-
' 111 / y el remanente inconsciente de los recuerdos infantiles. Es
olll il'il que las impresiones fuertes se mantengan en el plano de
l,1 111consciente: pero es fácil que así suceda en el caso de los
11, 11<'rdos. La memoria tiene efectos más poderosos que la per-
'' ¡ll'i(m.
1[oLLERUNG explica que, en realidad, Semon tiene el mismo
p1111lo ele vista que Darwin. El "engrama" no es otra cosa que
1 l11<'onsciente; Semon se limita a evitar el uso de este término.
4 V, ·,1sc e>I acta 4 del 31 de octubre de 1906.
1•:11 esta etapa del desarrollo del psicoanálisis, Freud utilizaba la técnica
11, 1 ,,vo\'ar recuerdos e ideas en sus pacientl's presionando con su mano Ja
111•111, • d<' {stos.

7 ,¡111m (no social) que concierne al sentimiento que uno tiene
REUNION CIENTIFICA DEL 21 DE NOVIEMBRE DE 1906
Presentes: Freud, Adler, fA.] Deutsch, Federn, Frey, Hitsch-
mann, Kahane, Rank, Reitler, Stekel.
COMUNICACIONES
1 Como ejemplos, cita al apoderado de una füma del Quai 3
El doctor I. Sadger es admitido en la Sociedad por unanimidad
( sobre lo cual se notifica el 22 de noviembre de 1906). Hautler
delega su voto en Adler, y Bass en Kahane. Frey inscribe al
señor Otto Soyka 1 como candidato a la Sociedad.
Frey toma prestadas las Actas 1 a 4 inclusive; Deutsch se
lleva la 5; nadie solicita la número 6.
PRESENTACIÓN
Sobre la megalomanía de la persona normal
ÜRADOR: PHILIPP FREY
FREY subraya en primer lugar que hay personas que parecen
normales desde el punto de vista social, pero que no se las puede
considerar del todo normales desde el punto de vista psicológico:
sus almas tienen, por decirlo así, marcas "feas". Freud ha diri-
gido su atención hacia esas personas seminormales, y ha demos-
trado ( en su Psicopatología de la vida cotidiana) que aun el
individuo "normal" no está enteramente libre de ciertas manifes-
taciones del inconsciente (suprimido) : se dan en él las mismas
manifestaciones que hallamos, con mayor intensidad, en los casos
patológicos. La aparente contradicción del título debe enten-
derse en este sentido. Esta forma de anomalía puramente psí-
1 Otto Soyka, nacido en 1882, escritor austríaco, publicó en 1906 un es-
tudio sobre filosofía moral: Jenseits der Sittlichkeitsgrenzen [Más allá de
las fronteras de la moral] .
'I el,• uoviembre de 1906 75
d,· su propio valor es muy frecuente. En muchos casos la ten-
,1, 111'ia a la megalomanía (suficiencia) resulta ser una forma de
, ,1111p<'nsaci6n de un sentimiento de inferioridad.
Frey menciona a Hjalmar (en El pato salvaje, de lbsen),
1111 hombre cuyos deseos de trabajar y fuerza de voluntad son
111,•riorcs a lo normal, quien se entrega a la ilusión mística de
,·1 un inventor destinado a realizar grandes obras. Esa ilusión
11, fortalece en su lucha por la vida.
Frey señala que es especialmente esa clase de gente la que,
, , ,lomda en una posición intermedia entre el poder real y la
11 l ,11rdinaci6n, llega gradualmente a un estado de presunción.
l 'i,·11,stiiberhebung] 2 •
Frey menciona el sentido de clase, la suficiencia profesional,
l I pr<'sunci6n de los funcionarios de menor jerarquía y otros. En
, .1•,os como éstos, el individuo sobrestima su profesión así como
11 propio desempeño en esa esfera.
, f11,• se considera irreemplazable, al ujier inflado de vanidad, al
11 ~,·nto que se cree más importante que el capitán, etc. ( Añade
11 ll'J;O la presunción religiosa.)
Aunque psicológicamente anormales, esas personas tienen un
,•11111portamiento normal desde el punto de vista social, en la me-
dld1t <'n que controlan sus ideas delirantes en el momento opor-
111110 c impiden que se manifiesten en circunstancias en que po-
dd1111 perjudicarlos; pero siempre que, en apariencia, no corren
1il 11gt'in riesgo al dar rienda suelta a su megalomanía ( por ejem-
plo, <'nando tratan con subordinados o se entregan a sus fanta-
'·"), ]a despliegan libremente.
Este fenómeno compensatorio no se produce en las personas
•1111• <·ncuentran verdaderas satisfacciones en su vida y su trabajo.
Para concluir, Frey menciona la megalomanía de ciertas
111111,•siones. Un uniforme ( o cualquier otra forma específica de
'\, ... , imcnta) 4 parece provocar una suerte de "intoxicación" en
L, ,, ¡H'rsonas normales. La megalomanía de los psiquiatras entra-
1L1 <kntro de la misma categoría.
Nunca se han dado tantos casos de existencias semipatoló-
¡•, I, 11s como en la actualidad, por lo cual merecerían ser objeto
,I, · ,·studios más intensivos.
S,•ll,stüberhebung ha sido traducida, según los casos, como presunción,
r111i11•hnienlo, suficiencia, etcétera.
n l•:I "Franz Joseph Quai" era antiguamente un famoso barrio comercial
iln Vkna.
4 l'or <'jemplo, el uniforme militar, esprcialmenle en Austria y Alemania.
76 Acta 7
DISCUSIÓN
KAHANE advierte que Frey omitió toda menc10n de la megalo-
manía de los poetas, actores y artistas. Asimismo, llama la aten-
ción hacia la megalomanía de las naciones, el chauvinismo, y
menciona el caso del "pueblo elegido" que es impulsado hacia
esa glorificación compensatoria debido a presiones externas fero-
ces y continuas.
El origen de la megalomanía reside en un verdadero senti-
miento de insignificancia. En su opinión, la megalomanía tiene
mayores probabilidades de desarrollarse en las personas que en-
frentan el peligro real de verse desvalorizadas; por ejemplo, el
actor temeroso de perder el favor del público o de caer en el
olvido. La lucha por afirmar una posición social también pre-
para el terreno para la megalomanía.
En ciertas tribus primitivas, el nombre de la tribu es la
misma palabra que designa al ser humano; ello sugiere que los
miembros de otras tribus no son seres humanos.
Kahane entiende que en los poetas y artistas la megaloma-
nía surge por la falta de auténtico control de su trabajo creador;
en este terreno sencillamente no existe un juicio absoluto e in-
cuestiona ble.
STEKEL dice que ha comenzado a escribir una pieza titulada
El insaciable, que trata del mismo tema. Atribuye la frecuencia
creciente de este fenómeno en nuestra época al hecho de que el
respeto por el individuo es cada vez menor. Según él, la mega-
lomanía del subalterno nace de su identificación con su superior.
Evidentemente, la megalomanía tiene raíces sexuales, y la "in-
significancia" en la esfera sexual puede provocar con frecuencia
la presunción desplegada hacia el mundo exterior ( maridos do-
minados por las esposas, personas cuya principal ocupación con-
siste en crear y fomentar las actividades de toda clase de clubes,
etcétera).
HrTSCHMANN señala que el sentimiento de poder mágico y
creador eleva al poeta por encima de los demás; en ello el poeta
realmente difiere por completo del hombre medio. Comenta que
a menudo aparece cierta dosis de vanidad u orgullo profesional
destinada a ocultar el sentimiento de vergüenza asociado con
determinadas actividades. (Por ejemplo, la prostituta de Resu-
rrección, de Tolstoi, no se avergüenza en absoluto de su profe-
sión.) La persona en cuestión necesita, por decirlo así, una anli-
toxina contra el sentimiento de vergüenza.
Luego, Hitschmann se refiere al deseo constante de sentirse
cómodo y eliminar lo que resulta desagradable; la facultad de
hacerse ilusiones tiene relación con cslc rasgo humano.
'I d1· 11ovie111bre de 1906 77
Todo aquello que aumenta la confianza en sí mismo es fa-
\ 111111,I<· a la vida; todo lo que la disminuye, es enemigo de ella
{, 1 11.~<·<·lismo, el suicidio, el hastío de vivir como en W erther, 5
1 de •sal icnto, el pesimismo, etc.).
1 A. 1 DEUTSCH señala un elemento siempre presente en la
, 111 dngía de la megalomanía: el individuo que obedece todas las
1, ·•l. 1s y preceptos se siente con derecho a juzgar con severidad
1 ,¡1tíc·11<·s no hacen otro tanto; en él, esta presunción se produce
, 11st a de las represiones que exige la estricta observación de
l., ~ 1, Y<'S. o
F111mD observa que la megalomanía de las mujeres, que Frey
111 1111•11<·iona, es por cierto muy interesante. Frey se refirió su-
1 l,11 111w11lc al origen de la megalomanía y Deutsch amplió su
, , 11 •11 < ·ia; las fantasías ( sueños diurnos) de la gente joven son
11 l1u ·11t<·. Ocurre que, posteriormente, la megalomanía toma un
,, 11 l1 ·r diferente, en la medida en que puede ser refutada fácil-
11¡1· 111, , por la lógica. Por lo tanto, dichas personas recurren a la
' '"""111:1('ión para realizar sus deseos de adolescentes. Esto guarda
11 111 1,111 <'On el carácter inmortal de los deseos humanos ( el no-
i11 1111 IC'rto que vuelve en busca de la novia, etc.): los deseos
11 1 111 ilc •s vuelven una y otra vez, solo que bajo formas diferen-
1•\ ta compulsión a satisfacer en la imaginación las fantasías
11 J' 1111 td<'za de la pubertad ( si la vida no ha permitido reali-
1il 111, ), se agrega a la influencia de represiones y renuncias
i 11111 •,c·h) para generar la presunción.
11',c ,11d menciona, en particular, la megalomanía de los hom-
111 1-; ,11 , <·i<'ncia cuya obra no está a tono con sus propias expec-
111 t 1\·; " . r<"cmplazan entonces sus propias falencias por una exa-
i I l.1 pn·sunción. La megalomanía, que es un atributo corriente
1, , 1«·, ,11·1islas, tiene sus raíces en el hecho de que, en la esfera
1, 1 111 le\ 110 todo individuo capaz es valorado y respetado como
1., l/' 1fa c·11 olra profesión.
l•:11 e·1 campo del arte solo los muy grandes reciben honores;
1•1, ' e is11 mente, los más presuntuosos son aquellos artistas que
11,111 e p l<'dado en el camino.
1 1 1t1<"galomanía de los jóvenes, su arrogancia, no es una
11111,1 1lc •li11iliva y auténtica de megalomanía; en ellos se descu-
1111 1 , ¡111 . tras la caparazón de arrogancia, hay una disminución
1, , l 1 , 11111'ianza en sí mismos, una inestabilidad interior.
1. 1 111<"galomanía encuentra un poderoso alimento en ese
1it1 -1ile1 d<· autocrotismo que todo el mundo ha conservado en
ill' •L, cl1· Corthc.
11111, 111 11 i11i11l<'ligiblc rn la fo1ma ('n que ha siclo transcrita. Probable-
11, , 1 >, 111sd, quiso dl'c:ir " ... <'n c·ompcnsación por las rcpr<'sioncs ... "
78 Acta 7
mayor o menor medida. 7 En relación con el concepto de "pato-
lógico", Freud comenta que no solo las desviaciones de lo nor-
mal se dan en esa esfera, sino también aquello que tiene la pro-
piedad de ser inútil en la vida. No obstante, incluso las neurosis
cumplen un propósito en un sentido muy especial, y, solo en ese
sentido, no deben ser tildadas de patológicas. La resistencia a la
terapia se aferra a ese elemento de utilidad.
REITLER observa, en relación con la referencia de Freud al
autoerotismo como fuente de la megalomanía, que las personas
que han podido superar la masturbación de la pubertad por la
propia fuerza de voluntad manifiestan gran confianza en sí mis-
mas (FREUD lo interrumpe para incluir la masturbación infantil
en este contexto); podría decirse que tienen algo de que sentirse
orgullosas.
En su opinión, el sentimiento de potencia desempeña un pa-
pel importante en la megalomanía; considera que los eunucos,
por ejemplo, nunca manifiestan rasgos de megalomanía: n o pue-
den ser otra cosa que sirvientes.
Reitler menciona el poema de Schiller Miinnerwiirde, 8 como
claro ejemplo de la relación existente entre la sexualidad y la
confianza en sí mismo.
En el actor, dice Reitler, el componente sexual es evidente.
Por decirlo así, actuar es una prostitución sublimada ( vergüenza
de la profesión) .
RANK observa que el desdén por la propia profesión es mu-
cho más común que la estima o la sobrevaloración de aquélla;
es en cierto modo la otra cara de la moneda. Ante la observa-
ción de Frey en el sentido de que, si intentáramos "abrirle los
ojos", debilitaríamos a esa gente en su lucha por la vida, Rank
objeta que, precisamente, no es posible abrirle los ojos: ello es
justamente parte de su delirio. En opinión de Rank, el hecho de
que el uso de una vestimenta específica ( uniforme, etc.) aumente
la confianza en sí mismo se explica por la conciencia del efecto
que produce esa clase de vestimenta en el sexo opuesto. Respecto
del chauvinismo de los pueblos ( Kahane), Rank señala que los
griegos y los romanos calificaban de bárbaros a todos los demás
pueblos.
FEDERN afirma que lo opuesto a la exagerada confianza en
sí mismo y a la megalomanía, o sea la modestia y la convicción
de ser absolutamente insignificante, con frecuencia no es más
7 Años después, Freud hubiera dicho que la megalomanía se nutre del
narcisismo.
8 Miinnerwiirde: dignidad viril.
) I rl,· 1,oviembre de 1906 79
•1111 • megalomanía disfrazada. (De manera análoga, el pesimismo,
, 11 la mayoría de los casos, oculta el sentimiento opuesto.)
FnEY hace notar que la megalomanía de los artistas se debe
1 111 falta de todo patrón para medir sus realizaciones. Menciona
1 i II iismo la presunción de los clérigos, que se oculta tras una
11 1.1wara de humildad y de devoción por el Señor, y la rnegalo-
11 111111:t de las mujeres, que es de índole sexual.
El profesor FREUD relata el caso sumamente ilustrativo de
11 11;1 1>ara11oia exquisita. Trátase de una paciente de unos 32 años,
, 11 vo propio padre decía que, incluso de niña, no era completa-
'"' 111 <· normal. La mujer provenía de una familia rica y aristo-
, 1,il Í<'a , p ero había tornado la decisión de casarse únicamente con
1111 hombre pobre. A los 28 años aproximadamente, y a despecho
, I, las objeciones paternas, contrajo matrimonio con un hombre
, d11 m do y buen mozo, de 30 años. En cinco años de matrimonio
111\ 11 tres hijos; el menor tiene diez meses. Durante la segunda
11til 11 d del embarazo, comenzó a cambiar: se puso celosa de su
11 111 ido, y los celos resultaron ser de carácter patológico, puesto
'I''" <·ran enteramente inmotivados. No obstante, la mujer estaba
, 1111 V<"ncida de la infidelidad del esposo. Al principio, sus sospe-
1li11~ no tenían por objeto ninguna persona en particular. Solo
1, •111,1 la idea de que su marido le era infiel, pero luego comenzó
1 11 ·<·ogcr experiencias individuales y dejar que se arraigasen en
11 11u·nle; la niñera fue la primera persona acusada.
Frcud señala que, en este caso, ciertas motivaciones que por
111 g1·11cral están ocultas salen a relucir con claridad. La mujer
l.1 dos "argumentos" que fundamentarían sus celos: el marido
l.111 buen mozo que debe resultar atractivo a todas las mujeres
v l.1 jovencita acusada es tan bonita y agradable, a los ojos d e
i I pnd cnte misma, que debe parecerle igualmente agradable al
111.i 11clo.
1k boca de criados y otras personas comenzó a oír rumores
I'" dl'sacreditaban a su marido, en torno de los cuales elaboró
li II lo 1111 sistema delirante que se manifestaba en el hecho de que
l I paciente hablaba con la gente en voz baja. 9 Por ejemplo,
1id111t ras el marido hablaba con otras personas en un tono de
\•111 11alnral, la mujer oía la conversación en voz baja ( era el hilo
d, \ II S propios pensamientos inconscientes).
Un médico a quien consultaron aconsejó la separación tran-
¡¡lf III ia de marido y mujer. No obstante, durante las cuatro se-
i1111111 s de ausencia del marido, el estado de la paciente se agravó.
! 11111t ·11zó a escribir cartas a jóvenes conocidos suyos, invitándo-
1 1~,, 1·1 original, "[ ... ] y as[ desarrolló lodo un sistema delirante, cuya
1,\ ,ii,·u consistía en [ .. . )"
80 Acta 7
los a su casa e insinuando que sería muy amable con ellos, etc.
Además, procuró, por métodos cuestionables, trabar contacto con
hombres en la calle. Cuando sus padres le pidieron explicacio-
nes, respondió: "Si mi marido me es infiel, yo también tengo el
derecho de serle infiel". 10
Es evidente que la mujer oculta sus propios deseos suprimi-
dos de infidelidad tras la apariencia de la supuesta infidelidad
de su marido: necesita de la infidelidad de él para justificar la
suya propia.
A su regreso, el maiido hizo un relato muy franco de su
vida conyugal. Aun antes de la aparición de esa "manía" había
observado ciertas peculiaridades en su esposa; por ejemplo, cuan-
do la llevaba de paseo en la época de su noviazgo, ella trope-
zaba frecuentemente ( como por inadvertencia) en la calle con
los hombres. Al comienzo de su vida de casados la mujer se com-
portó en forma normal y fueron muy felices juntos. Entre el na-
cimiento del segundo y el tercer hijo, el marido había practicado
el coitus interruptus, cosa que era para él fuente de gran tensión.
Antes de la aparíción de los celos ( alrededor del tercer mes del
embarazo), el marido había advertido en ella un aumento con-
siderable de sus deseos sexuales. 11
Freud añade que se trata de un caso de ninfomanía, dond 8
la paranoia es secundaria; pero la manía se caracteriza por la
suspensión de las represiones y, por tal razón, la paranoia es tan
clara en este caso.
El incremento del deseo libidinal de la paciente se mani-
fiesta en el hecho de que al marido le resulta imposible satisfa-
cerla sexualmente mientras que antes era capaz de tener una
satisfacción normal.
Ultimamente han salido a relucir deseos perversos en la mu-
jer: exige que el marido la masturbe, la mire desde abajo y tenga
con ella coito anal. El atribuye esos deseos a las lecturas de su
esposa, que en los últimos tiempos ha estado leyendo novelas
francesas, en las que ocurren esas cosas.
A partir de entonces, se volvió impúdica tanto en su lenguaje
como en su conducta. Perdió toda inhibición ( incluso en pre-
sencia de los criados); se masturbaba en presencia del marido;
le planteaba sus exigencias sexuales a cualquier hora del día y,
cuando él se negaba a satisfacer sus deseos, ella le reprochaba
10 Posteriormente, Freud demostró que los celos patológicos se basan en
la proyección y, de hecho, constituyen una forma de paranoia. Véase "So·
bre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homo-
sexualidad" ( 1922), O.C., t. III, pp. 2611-2618.
11 Inmediatamente antes de la aparición de la esquizofrenia se produc1•
nn aumento de la libido.
) I c/1• 11oviembre de 1906 81
1 pu• 110 fuera capaz de brindarle lo que necesitaba y declaró que
11 l1adan falta otros hombres. Ocasionalmente, la mujer expresó
11 d<"seo de dar a luz a un niño moreno: él le había dado solo
l,qos rubios.
Observamos, pues, que la mujer adquirió su paranoia para
111 •, lif'icar sus deseos reprimidos. Sin embargo, el papel principal
111 d< "S<'mpeña la ninfomanía. La paciente crea el sistema deli-
¡ 1111<' para superar sus inhibiciones psíquicas.
Sobre la base de este caso, Freud extrae dos elementos ge-
"'· iitl<'s que había estado vislumbrando durante un tiempo:
1. Las ideas paranoides se forman a partir de las estructu-
ras psíquicas que se han desmoronado [abgetragen l - El
sistema delirante se elabora sobre la base de la vergüen-
za, etcétera.
2. En la paranoia se produce un desarrollo regresivo de la
vida sexual, lo cual no ocurre en el caso de otras neu-
rosis.
ÁOLER dice que le ha sorprendido hasta qué punto las cosas
1. il>an al descubierto en tres casos de paranoia que tuvo oca-
1,·111 de observar: las impresiones infantiles rnormalmente re-
¡,11,11idas] se manifestaban con toda claridad. 12 Esto revela la
1111,, iori<lad del sistema sexual; 1 3 las formaciones psíquicas son
, i i11;1 ·raciones compensatorias [ Kompensationssteigerungen]. Por
t> I 11, parte, Adler procura encuadrar el caso citado por Freud
1J.' 111 rn de su pro pi o esquema.
111•: ITLER menciona el caso de una mujer paranoide que lo
!! 11•/1 ele haberla atacado sexualmente, mientras que en una
111" a Freud se quejaba del discípulo de éste ( Reitler) y des-
1 " d >il el hecho de que era impotente. La mujer era virgen; su
,11111do no podía lograr una erección, y eJh tenía órganos geni-
1d, •, i11fantiles (un útero infantil, etc.). Trátase de un caso de
111, rioridad del órgano sexual combinada con neurosis, todo lo
1 11 d parece corroborar la teoría de Adler.
lll-illcr señala que siempre le ha parecido que, en la para-
11111,,, la megalomanía es un síntoma piimario.
Fm:un comenta que el caso que acaba de citar contribuye
1 , plicar dos rasgos característicos de la paranoia:
.1. La incurabilidad de la paranoia mediante la psicoterapia.
11:I
l<•xto alemán dice: Ein Zutageliegen der infantilen Eindrücke.
1i 1,:, ,d<·tll('mPnlc,
Adler no sabía ( y por aquel entonces no podía saberlo)
1111 , 1 11Htlcrial i11fontil es fácilmente asequible en la paranoia a causa del
l,·, 1111111111ami<'nlo el(' las r('pr('SiOt1('S,
82
2. El hecho de que las producciones patológicas se vuelven
totalmente conscientes y adquieren pleno valor de reali-
dad en la paranoia, mientras que en la histeria, por ejem-
plo, se mantienen en un plano inconsciente ( aparecen
en las fantasías) e ingresan al plano consciente sólo en
forma disfrazada.
ad. l. En la paranoia, como se ha mencionado anteriormente,
Acta 7 I d1· 11ooiembre de 1906
83
Un niño que no deja de masturbarse, a pesar de las cons-
t 111f1 •sadvertencias de la madre, es expulsado de la escuela. En
11 l111~ar pinta todo el día con entusiasmo. Luego se descubre
111, t•n la escuela solía masturbarse con un compañero de la
111,11u•ra siguiente: cruzaban sus miembros uno sobre otro, y los
f111f11l>an contra la pared hasta que se producía la eyaculación:
1 , ·m llamaban ªpintar".

se produce un desarrollo regresivo de la libido, que va del amor El segundo caso es el de un niño que, al liberarse del hábito
objetal al autoerotismo. d, 111 masturbación ("tocar"), comenzó a tocar el piano en forma
/;11, 11siva.
En el tratamiento de las neurosis uno se apodera de la parte
flotante de la libido del paciente y la trasfiere a su propia per-
sona. La traducción del material inconsciente al plano cons-
ciente se realiza con ayuda de dicha trasferencia. La cura, por
lo tanto, se efectúa por medio de un amor consciente. En la
histeria y la neurosis obsesiva, parte de la libido es móvil, y el
tratamiento puede comenzar con esta parte. Esto no es posible
en la paranoia a causa de la regresión al autoerotismo. El mé-
dico no encuentra fe, porque no encuentra amor. El paciente,
al igual que el niño, solo cree a quien ama. 14
ad. 2. Freud explica de la siguiente manera el hecho de que
las producciones de la paranoia se tornan obsesivamente cons-
cientes: el amor autoerótico, que vuelve a despertarse plena-
mente en el paranoico, desemboca en la conciencia y, como da-
mos crédito a lo que contiene el yo ( todo hombre se cree a sí
mismo), esas ideas pasan a formar parte del yo consciente. 15
Freud sospecha que también en los casos de hipocondría, y
a veces en la vejez, se produce una regresión de la libido, simi-
lar a la que se observa en la paranoia.
En las neurosis, la constipación suele estar provocada por
fantasías de embarazo; en tales casos, toda defecación es enton-
ces celebrada como un parto. Freud menciona que cierta ve
vio un caso de manía: la paciente lo condujo hasta un montón
de heces que se encontraba en su habitación, y le dijo: "Este
es mi hijo".
Freud relata dos casos en apoyo del hecho de que el niño
asocia a las palabras otras ideas que el adulto y también que
&tribuye mucho mayor significación a las palabras.

14 Posteriormente Freud distinguió entre neurosis de trasferencia y ncu

rosis narcisistas.
15 Estas observaciones sobre la paranoia contienen el germen de la con-
cepción posterior de Freud sobre las enfermedades mentales, en especial
la esquizofrenia, y sobre los caracteres de tipo narcisista. Hoy agregaríamos
<1ue la obsesiva conciencia de sí en la paranoia también se debe al dominio
del ello sobre el yo.

8 ! 1 l1111<'S y, por otra, permite explicar mejor ciertos puntos. El
REUNION CIENTIFICA DEL 28 DE NOVIEMBRE DE 1906
Presentes: Freud, Adler, Bass, Federn, Frey, Kahane, Sadger,
Stekel. 1
COMUNICACIONES
FREUD da lectura a una carta de Jung (Zurich) enviada junto con
2 , 11111 <'Oll Kochel, cuando contaba quin::e años) . 5 Es cierto que
una respuesta al artículo de Gustav Aschaffenburg.
FREY devuelve las actas 1 a 4.
PRESENTACIÓN
Lenau y Sophie Lowenthal 3
ÜRADOR: DOCTOR l. SADGER
El orador, haciendo referencia a la última publicación ( de Cas-
tle) 4 sobre Lena u y Sophie Léiwenthal, declara que él mismo
publicó un estudio patográfico sobre Lenau unos doce años atrás.
1 Graf y Rank, cuyas contribuciones se trascriben posteriormente, fuero n
omitidos en la lista de participantes.
~ Gustav Aschaffenburg ( 1866-1944), profesor de psiquiatría en Colonia
y director, desde 1904, de una revista de publicación mensual consagrada
a la psicología criminal y la reforma del Código Penal, publicó El cri111<•11
y la lucha contra él y otros artículos. No sabernos a qué artículo se hat·••
referencia aquí.
3 El trabajo de Sadger apareció corno Número 6 de los Schri~en zur ang,·
wandten Seelenkunde [Aportes a la psicología aplicada], con el título d,•
Aus dem Liebesleben Nikolaus Lenaus [De la vida amorosa de Niko/11 11.,
Lenau], Deuticke, Leipzig y Viena, 1909. Lenau (1802-1850) fue uno d,•
los más grandes poetas austríacos. Murió en un hospicio de alienados.
4 Eduard Castle (1875-1959), profesor de historia de la literatura en 111
Universidad de Viena, publicó una edición de las obras de Lenau, la hin
grafía de Lenau escrita por A. Schurs (véase 11ota 8) y el libro que "'
menciona aquí, titulado Lenau wul die Familie Lüwentlwl [Lenau y /11
/omílic1 Liiwent/111/], t·n l 906.
ti,· 11mJiembre ele 1906 85
11 1111<·vo material, por una parte, confirma sus anteriores postu-
1
, .. 1d11r investiga las relaciones de Lenau con Sophie tomando tres
11111111s de referencia:
1
1. m carácter de sus relaciones.
1\ .Sn influencia en la enfermedad y muerte de Lenau.
1 Su influencia en su desarrollo caracterológico y espiri-
tual [geistig].
illf. l. Sadger bosqueja los hechos conocidos acerca de esa
, l.11 i,'111, y menciona que hay pruebas de que Lenau y Sophie
111111,1 tuvieron relaciones sexuales. No obstante, estuvieron a
¡,11,1111 d<' tenerlas: ella le permitió que la besara y la abrazara,
,1 L1 llevó en sus brazos, etc. En sus esquelas amorosas y sus
, ,i r ii11\, Lenau a veces daba el paso final hacia la consumación].
1111, i_'1111siguicnte, Sadger cree que la anestesia sexual de Sophie
l 11,11 1 e•I coito] determinó que las relaciones fueran platónicas;
1111 ¡11u·d1• culparse a Lenau por ello.
1
111pl 1ic era histérica ( característica ya evidente durante su
!,! 1111.1 rnujer llena de erotismo, pero sentía aversión por el acto
11 ,d Después del nacimiento de su hijo (la relación con Le-
11 , hizo más íntima durante ese embarazo), obligó a su ma-
di 1 1 pllncr fin a sus relaciones sexuales con ella ( que por aquel
111111 1 1·\ tenía 26 años). Sadger cree que esa anestesia explica
1d ,i,'. 11 la convicción de Léiwenthal acerca de la fidelidad de
I 1 ~jlli.~:t.
;¡/ , '2. Quedó establecido que Lenau murió de una parálisis
111 ;1 il. c•nícrmedad que solo puede desarrollarse sobre la base
11 , 1!11 1 1111'ccción luética. Con toda probabilidad, había contraído
11111 ,111l< ·s de su relación con Sophie. Su posterior estado de
,!111 11111 maníaca permite llegar a la conclusión de que Lenau
In i,1 cl 1· una grave tara hereditaria; no obstante, ni él ni S0-
lil11 ¡111 •s<·nlan los signos de una neurosis de angustia. Obvia-
il P, , '11 Lena u prevalecía la neurosis hereditaria; en Sophie,
l,hl, 1i;1. El orador llega a la conclusión d e que la relación
il 1111pl11<' 110 ejerció mayor influencia en la muerte de Lenau.
11' :1. El orador menciona en primer lugar la hipocondría
1 , 11 111: aclviértanse sus cavilaciones nocturnas ( ideas obsesi-
l '111 <'jcmplo, a partir de los 27 años se sintió obsesionado
l 1 1d, ·11 ele que había perdido su pureza moral. Tal vez esto
1d w1:, lliil,·r von Kiichel (18001877), abogado, nalmalista y musicÓ·
l 1il111 pr:'t<·liC'anH'nlc con1pron11•tido C'On Sophic von Klcyle (luego
1ilh.il) , IH'tO rompi6 t•I compro 111irn 1•11 íonna rep<'nlina.
86 Acta 8
estaba vinculado a una joven (Berta) con la cual Lenau había
tenido una aventura amorosa a los 20 años. La joven lo engañó
en varias ocasiones, y posteriormente Lenau llegó a considerarla
indigna de él.
Sadger procede a examinar la relación de Lenau con su ma-
dre; era su hijo favorito (lo cual, en parte, puede deberse al
hecho de que su nacimiento había sido difícil). Su madre estaba
literalmente enamorada de él. Era una mujer sumamente apa-
sionada y con ciertos ribetes patológicos, que quiso morir cuando
falleció su marido, y que, además, le había dicho a su hijo que
ella no lo sobreviviría: si él muriera, ella se mataría ( envenenán-
dose). En los sueños de Lenau, la muerte de la madre era un
tema recurrente. Una "voluntad de morir juntos" análoga apare-
ció en su relación con Sophie, en quien encontró una amante y
una madre ( como él mismo le dijo).
Desde los seis años, Lenau se había sentido acosado por el
temor a la muerte. Cuando Sophie lo abandonó, intentó suici-
darse. Este deseo de morir, según Sadger, guardaba cierta rela-
ción con la esperanza de satisfacer en el otro mundo sus apasio-
nados deseos, esperanza que Sophie hizo despertar en él. Sadgcr
subraya el hecho de que, por lo general, el melancólico no co-
noce otro castigo que la muerte, incluso por faltas insignificantes.
Considera que ello proviene de impresiones infantiles, es decir,
de la amenaza de que era objeto el niño cuando le decían que
moriría si desobedecía. La enfermedad mental de Lenau se ma-
nifestó por primera vez en sus sospechas de que los Reinbeck 0
se proponían denunciarlo como asesino. Sophie le había dicho
en cierta oportunidad que si él recibía una carta muy alegre de
ella, ese sería un signo de que ella moriría pronto. Tal carta,
efectivamente, llegó a manos de Lenau; creyó que la joven es-
taba muerta y que él era la causa de esa muerte; por lo tanto,
un asesino. Al día siguiente de recibir la carta, Lenau tuvo su
primer ataque delirante. Sostenía que después de la carta alegre
no había recibido ninguna otra de Sophie, lo cual hacía verosímil
su muerte, aunque ello de ninguna manera fuese corroborado
por los hechos. En las alucinaciones de Lenau se reitera la idea
de que debe matarse porque ha violado las leyes morales.
Con la aparición de la locura se manifestaron tendencias
homosexuales. Se sintió atraído por jóvenes jardineros, por mo-
zos de cuadra, etc. Sophie dijo que se había enamorado de Anas-
6 Georg von Reinbeck ( 1766-1849), escritor alemán y profesor de litera-
tura alemana en Stuttgart. Su casa era centro de reunión de hombres <l1•
letras, entre los cuales Lenau era el más famoso. Aquél fue huésped habi-
tual del profesor entre 1833 y 1844, época en que sufrió su primer colapso
mcutal en la casa de Rcinbcck.
", t!1· 11ovicmbre de 1906 87
l l\111s Gri.in; 7 Schurz 8 informa que estaba enamorado de su mé-
il1111 Schelling. Al analizar las raíces infantiles de las tendencias
l111111oscxualcs de Lenau, el orador menciona la amistad del jo-
1 , ,,, a los 14 años, con un pope soltero de quien se decía que
,pu•da mucho a los niños. Probablemente fue ese hombre quien
rm,·,ió a Lenau a tocar el violín. Asimismo, un recuerdo relativo
11 , 11 padre ( cuando el niño contaba 5 años) quizá se encuadre
l 1111l>i6n dentro de este contexto. El padre, que estaba muy en-
!,, 111<>, saltó de la cama para darle una bofetada al hijo que había
lwd,o una travesura; en esa ocasión, es posible que Lenau haya
\ 1,lo los órganos genitales del progenitor.
1)1\CUSIÓN
FREun subraya que, según L. A. Frankl, n Lenau ha sido un
1111,11, ista toda su vida, hecho que debe tenerse en cuenta. Freud
, 11111dde con la opinión de Sadger, en el sentido de que no se
, 1w11cntran signos de neurosis de angustia ni en Lenau ni en
,11plii c, a causa de la presencia de otros fenómenos neuróticos.
1'111 lo general, una mujer histérica tolera perfectamente las rela-
' 1,11ws sexuales incompletas. La neurosis de angustia aparece,
, 11 su forma más clara, en la persona normal. 10
En opinión de Freud, debe evitarse el término "neurosis he-
,, d,taria" [Belastungsneurose], empleado por el orador, ya que
'" 1 traduce lo esencial de un conjunto determinado de síntomas.
Tampoco cabe hablar de una locura "circular" en el caso de
1 , 11au, ya que eso es sobrestimar injustificadamente la forma
, I, la enfermedad. El término "circular" no traduce la naturaleza
, I, la enfermedad, sino únicamente su carácter formal. ( Freud
d., 1111 ejemplo que ilustra este aspecto de la cuestión.) Freud
1 1111sidcra acertado explicar la castidad de las relaciones de Le-
11.111 con Sophie por la relación de éste con su madre. Pero no
, I, lwmos hacernos una idea demasiado simplista de dicha rela-
' 11111; en la mayoría de los casos reviste la forma de una ternura
, q·c•siva. Sin embargo, no podemos dejar de hacer hincapié en
, 1 li('cho de que es la madre quien enseña al niño a amar; en
,d11111a instancia, la manera en que se trata a un niño tiene im-
<:rnf von Auersperg ( 1806-1876), poeta austríaco.
/\ . Schurz: Lenaus Leben, grosstenteils aus des Dichters eigenen Briefen
11 , l vida de Lenau, según las cartas del poeta fundamentalmente], 1855.
' l.. A. Frankl Ritter von Hochwart ( 1810-1894), poeta austríaco y pro-
1, ,,,1,· de estética, publicó una biografía de Lenau titulada Lenau und Sophie
l.11 11 ,1•111/wl; Tagebuch und Briefe c~es Dichters [Lenau y Sophie Lowenthal;
1!l11r/11 y cartas del poeta], Stuttgart, 1891.
'' /\fi, mación coherente con la <'Ont·1•pci6n de Frcud sobre la neurosis de
11¡:11stia, a la que se mantuvo fit'I d11rnnll' toda s11 vida.
 Ac'la 8
88
porlancia decisiva para su vida amorosa. Los enamorados, por
ejemplo, se llaman entre sí por los nombres cariñosos con quo
los llamaban en la infancia. El ser humano se vuelve infantil
cuando está enamorado. Freud quiere demostrar esto más deta-
lladamente en un estudio que tiene en proyecto sobre la vida
amorosa del hombre. 11 El ensayo, además, enfocará las condi-
ciones del amor. Se dice que el amor es irracional, pero su as-
pecto irracional puede rastrearse en fuentes infantiles: la com-
pulsión que lleva a amar es infantil. Esa condición del amor
halla muy bella expresión en el \Verther de Goethe, cuando el
joven Werther entra a la habitación e inmediatamente queda
prendado de la criada. La ve enmantecando rodajas de pan, y
esa escena le trae el recuerdo de su madre.
Freud cita también dos casos patológicos: un invitado a
quien la joven de la casa le muestra un álbum de familia hace
una observación poco halagüeña sobre el retrato de su hermana:
le parece mucho más hermoso el retrato de ella. Desde ese ins-
tante, la joven se enamora de él. La condición necesaria para
amar era, en su caso, que la prefirieran a la hermana.
En otro caso, una joven se enamoró repentinamente de un
hombre casado. Había visto a ese hombre jugar con una niñita,
lo cual, evidentemente, había activado recuerdos de su infancia,
cuando ella jugaba con su propio padre.
Freud menciona que L enau tocaba el violín hasta caer en
éxtasis y recuerda al respecto una idea frecuentemente explo-
tada por los caricaturistas: representar el violín como una mujer
y el arco como un pene.
Freud cree que Sadger sobrestima las impresiones acciden-
tales cuando conjetura que las tendencias homosexuales de Lc-
nau han sido estimuladas por la vista de los órganos genitales
de su padre cuando saltó de la cama.
STEKEL: Aunque la interpretación de Sadger parece estar
bien fundada, se puede pensar también en otra explicación. L<'·
nau era onanista y probablemente su potencia sexual no era muy
grande. Sea como fuere, hay algo que resulta sospechoso: co-
noció a una joven, se enamoró, se comprometió y finalmcnll'
rompió la relación. Practicaba una sueite de actividad onanisln
11 S. Freud, Beitriige zur Psychologie des Liebeslebens: l. "über ei111·11
besonderen Typus der Objektwahl beim Manne" (1910; G.W., t. 8, pp. (16
y ss.; Studienausgabe, t. 5, pp. 185 y ss.); 2. "über die allgemeinste Emi,
drigung des Liebeslebens" ( 1912; G. W., t. 8, pp. 78 y ss.; Studienausgo/11•,
t. 5, p. 211 y ss.). ["Contribuciones a la psicología del amor. l. Sobre 1111
tipo especial de la elección de objeto en el hombre" (1910) (O.C., t. 11,
pp. 1625-1630). "11. Sobre una degradación general de la vida erólim"
(1912) (O.C., t. 11, pp. 1710-1717). "111. El tabú de la virginidad" (1918)
(O.C., l. 111, pp. 2444-2453).
,1,. ll()(iÍ('/11"/'e de 190a 89
1111 111 s mujeres. Su poesía pesimista, como toda poesía, tiene
1d1d1°r masturbatorio. Stekcl lo ha experimentado en sí mismo.
1,:1 hecho de que pueda practicarse el coitus interruptus sin
1¡i11 • \(' desarrolle una neurosis de angustia se explica, según
ll'lt1 1, por la ausencia de "conflicto psíquico" (por ejemplo, uno
dr 111\ <"Ónyuges desea otro objeto sexual). 12
F1m1mN acota que tal vez Lenau nunca deseó el coito; mu-
! 111" 011anistas no encuentran placer en él. Federn no considera
,11,. l11yC'ntcs las pruebas destinadas a demostrar la presencia de
1~¡·,11s patológicos en la madre de Lenau.
<:11AF señala la notable similitud existente entre la relación
11 l ,1•11au con Sophie y la de Richard Wagncr con Mathilde
W, ·•,1 •11clonk. 13
11 \NK observa que el temor que tenía Lenau de perder la
li111.1 ele Sophie, a lo cual se refirió el orador, solo puede inter-
¡;1, li11w como temor al fracaso sexual (impotencia). Casi todos
1 ¡iol'las encuentran una relación entre el amor y la muerte
' 111 '11('11 tendencias incestuosas); por consiguiente, los sueños
1, , 1,1 ·11au sobre la muerte de su madre serían sueños en que el
!111 11ido sexual está disfrazado. Tocar el violín es una activi-
111.! 1 j<·rcida con los dedos y, en ese sentido, característica del
1111111,la.
-\01.ER: Respecto de la anestesia [sexuall de Sophie, Adler
1i1111 1 eonocer casos similares. Por un lado, la anestesia es una
,11 111lía de virtud; por el otro, sin embargo, incita a menudo a
,11q111rlarse con ligereza. Menciona, como ejemplo, la anestesia
1, l.1~ prostitutas (Mesalinas). La masturbación de Lenau debe
l11d11 1 <·stado precedida por hechos de la primera infancia vincu-
11, 111•, t'On la actividad de los órganos ( zonas erógenas); lamenta
p11 111> se haya brindado información sobre la constitución orgá-
. 1 cl1· Lcnau. Según opinión de Adler, la ausencia de síntomas
111g11stia se explica, en los poetas, por el hecho de que esos
,t111111ns no se expresan directamente, sino por medio de una
1, , ¡111,ieión. En los poemas de Lenau hay muchas escenas im-
l•i• 'l1,1das de angustia.
1
1:11 respuesta a las observaciones d e Freud, Adler subraya
¡¡11 para Lenau, una relación sexual con Sophie habría signifi-
1
1
1.d11 .,<·rlc infiel a su madre. El miedo a la muerte es una ca-
, 1, 1i,t ica frecuente en los neuróticos; en realidad, implica un
111111 1I<' por haber deseado la muerte de otra persona. Tal vez
11.111 haya deseado la muerte de su padre.
1), ,.d1• 1111 comi('nzo Slckel se opuso a las ideas de Freud sobre las cau-
d, l,1 11\'urosis ele angustia.
1 111lorn casacla con O. \Vcscndonk; amiga íntima de Richard \Vagner,
lli, 1•11 ~ 11 cvolutión artística.
11
90 Acta 8

FREY ve en el juego intelectual de Sophie con Lenau, el sus-

tituto de una auténtica gratificación para ella. Su animada co- 1\1 llNION CIENTIFICA DEL 5 DE DICIEMBRE DE 1906
rrespondencia demuestra que sabía cómo cautivarlo continua-
mente por medio de intereses intelectuales. Freud da lectura a
una carta de Lenau, fechada en noviembre de 1836, en la cual
Lenau se revela como un sagaz "psicoanalista" de sus propios
estados de ánimo.
SADGER responde, para concluir, a los diversos comentarios
efectuados. En relación con el onanismo de Lenau, que ha sido
puesto en evidencia durante la discusión en varias oportunida-
des, Sadger cuestiona la confiabilidad de las aseveraciones de
Frankl. En apoyo del concepto de "neurosis hereditaria", re-
cuerda a su auditorio que determinados fenómenos no pueden
explicarse mediante argumentos de índole psicosexual. / ,, s1•11tes: Freud, Adler, Bach, Federn, Hautler, Hitschmann,
Los sueños diurnos y nocturnos de Lenau no parecen corro- l l11lkrung, Kahane, Meisl, Rank, Reitler, Sadger, Stekel.
borar la suposición de que fuese un onanista, ya que tienen relación
con el acto sexual, y esos sueños no se dan en los onanistas. Por f '.1 1~1UNICACIONES
otra parte, el onanismo es considerado frecuentemente un sín-
1 11 11d menciona el libro de Bloch Das Sexualleben in unserer
toma de histeria ( además del acto sexual normal). A menudo 1
, 11 1in seinen Beziehungen zur modernen Kultur] que acaba
se lo utiliza como medio de obtener independencia de los demás,
por ejemplo en el caso del individuo que se siente rechazado 11, publicarse, y dice que es una compilación.
por los padres. Finalmente, cuando Sadger menciona que Lenau "' 11 hay reunión el 12 de diciembre de 1906.
jugaba con la locura y, a la vez, la temía, FREUD le hace notar ~ 11 hay reunión el 19 de diciembre de 1906.
que ese rasgo es precisamente un estigma de la masturbación. No hay reunión el 26 de diciembre de 1906.
, 11- mero de 1907: reunión de índole social.
No hay reunión el 9 de enero de 1907.
~ ,1 hay reunión el 16 de enero de 1907.

l '111 \ENTACIÓN
2
llc:c·t·nsión del folleto de Stekel: Las causas de la nerviosidad

C )111\DOR: HITSCHMANN

1,, 11 opinión de Hitschmann, la definición misma de Stekel sobre

l., 111'rviosidad -un estado en que el individuo reacciona en forma
111111 mal ante los estímulos externos e internos- resulta insufi-
' w11te. En el postulado de Stekel, según el cual las neurosis se
11.i\,lll exclusivamente en conflictos psíquicos, Hitschmann ve una
, 1111tra<licción con las ideas de Freud.

1 lvan Bloch (1872-1922), médico alemán, autor de Das Sextuzlleben in

11111,·rcr Zeít [La vida sexual en nuestra época].
I >le Ursachen der Nervositiit, Paul Kepler, Viena, 1907. En el original
, 1·111plca el término "Nervosifül", q11e es análogo, en este contexto, a "neu-
1u,1\". Lo hemos tnHluciclo sil'mpn• <.:omo "nerviosidad".
92 Acta 9
Stekel considera que lo que distingue al individuo sano del
individuo nervioso es que en el primero los complejos de repre-
sentaciones son conscientes y que en el neurótico no lo son. En
toda neurosis pueden detectarse dos condiciones: el conflicto psí-
quico y los complejos de representaciones inconscientes, cada
uno de los cuales actúa como determinante del otro.
El segundo capítulo trata de la naturaleza y el efecto de
la represión, que se produce sin intervención de la conciencia.
La energía que se gasta al olvidar un hecho retorna luego como
enfermedad. El deseo y la aversión sexuales generan el conflicto
que da origen a la neurosis. En este punto, Hitschmann subraya
la contradicción manifiesta del trabajo de Stekel: en ningún mo-
mento se reconoce el factor sexual, pero se hace hincapié en él
como causa frecuente de nerviosidad.
El siguiente capítulo trata de la prevenci,ón de la nerviosidad:
el goce, en cualquiera de sus formas, es la mejor medicina con-
tra aquélla.
Respecto de la "represión", Hitschmann observa que quizás
el niño aprende a "reprimir" en relación con cuestiones sexuales,
y que posteriormente emplea el mismo mecanismo en la neurosis.
El desarrollo sexual de la psiquis juvenil puede ser análogo al
desarrollo ulterior. Una psiquis de determinada naturaleza evo-
luciona en un sentido en la juventud y en otro en la madurez. ~
Hitschmann recapitula brevemente sus objeciones al trabajo
considerado: Stekel no establece con claridad en qué medida una
sexualidad patológica es el factor causal de la nerviosidad; además,
los conflictos que Stekel considera responsables de las neurosis
posiblemente no son suficientes para causarlas; y, por último,
pasa por alto la predisposición y los factores constitucionales.
D1scus1ÓN
FEDERN trata de disculpar ciertos aspectos inadecuados del folleto
señalando que fue escrito con vistas a su difusión masiva. Oca-
sionalmente, un conflicto psicológico bastaría para desencadenar
una neurosis; no obstante, en la mayoría de los casos la neurosis
se origina en cambios extremadamente complejos. La supresión
impuesta por otros también puede causar nerviosidad al igual
que la propia supresión. F edern supone que la causa de la nervio-
sidad de Grillparzer no es la que sugiere Stekel. A fin de pro-
3 Las do~ últimas oraciones deben de haber sido trascritas incorrecta
mente. Como el desanollo sexual en la pubertad implica revivir la sexua
lidad infantil, la primera oración debería decir: "El desarrollo posterior
pucd<' S<'r análogo al desarrollo sexual de la psiquis juvenil". La segunda
orac·ibn c·ontraclic<' a la primera.
:; de diciemhre de 1906 93
I< gcrsc contra la nerviosidad, la persona normal no debe desear
sq~uir hasta el fin el curso de sus pensamientos. En la vida
ps;quica normal se da un proceso mediante el cual las impresio-
11cs abortan ( se olvidan). Por último, Federn repite el consejo
d1• Goethe: no se debe reflexionar sobre sí mismo.
HAUTLER subraya que no todo conflicto psíquico provoca
1t<"rviosidad. Con referencia a los argumentos de Adler, Hau-
1kr comenta que la herencia determina que el conflicto psíquico
p11cda ser ·tolerado o no. Toda enfermedad nerviosa es cuestión
d,· una sumatoria.
REITLER describe el folleto de Stekel como "síntoma neu-
rnlico": el autor da rienda suelta a una oleada de "asexualidad".
11,•iller cuestiona el supuesto de Stekel acerca de la base pura-
1111·nte psíquica de la neurosis: en todos los casos de histeria que
1mló, Reitler descubrió cambios orgánicos del sistema cerebral;
111 sífilis era particularmente frecuente en las familias de los pa-
1l,·1ltes. Reitler desestima la definición de Stekel sobre la natu-
1 1l<•za de la nerviosidad, objetando que las reacciones de los neu-
111/ icos solo son aparentemente anormales. En su definición de
1 1 conciencia, Stekel no hace hincapié en la esfera emocional,
.i la que sin duda pertenece la conciencia. En la mayoría de los
, j,•mplos de Stekel, Reitler descubre que tanto el análisis como
l.1 solución son inadecuados. El título del folleto debería ser "Las
1 111sas precipitantes de la nerviosidad".
KAHANE caracteriza a la masturbación infantil como fuente
,I,, lodos los conflictos psíquicos. La actitud del hombre hacia la
11111slnrbación es el componente sexual que determina su dispo-
1, i<'>n a la neurosis. Ello es bien evidente en los casos de neu-
111\is obsesiva, la cual configura la forma más pura de pskosis. 4
ll• ·,¡wcto de la "terapia" de la neurosis, Kahane desearía expre-
11 su opinión en forma de metáfora: el ser humano siente la
11,·1 ·,·sidad de reaccionar contra todas sus inhibiciones, de conver-
1i 1"' <·n un cerdo. La mejor forma de protección contra toda neu-
i U ,I\ es, precisamente, caer de las alturas que impone la ética:
,111v1•rlirse en un cerdo.
FnEUD está totalmente de acuerdo con la evaluación que ha-
1 11 ilschmann del folleto de Stekel. Es cierto que la vulgariza-
1111 1·s tremendamente difícil y que algunas interpretaciones
11111was son inevitables; no obstante, el folleto de Stekel lo lleva
l pl,111lcar dos objeciones fundamentales: 1) en relación con el
i111·1·pto ele "causa", no existe causa, o, más bien, la causa. 2)
lí•I ,•I s1• ha circunscripto arbitrariamente a la concepción popu-
1\il'()sis" es sin eluda 1111 !'rror <kl !'ncar~aclo de confeccionar las actas.
94 Acta 9
lar de la sexualidad, e ignora por completo su significado más
amplio: e! de la sexualidad infantil. Esta última debe tenerse
en cuenta siempre.
Asimismo, Stekel debería evitar las definiciones y referirse
en cambio a los fenómenos. Respecto de la definición de la ner-
viosidad, Freud comunica una observación: todo aquel que haya
llegado a comprender el mecanismo de la psicosis no puede ya
definir con precisión las fronteras entre la salud y la enferme-
dad; por lo tanto, parece totalmente natural que el individuo
enfermo reaccione ante ciertas impresiones de manera que re-
sulta anormal para el lego. ( Reitler está totalmente en lo cierto
al declarar que la persona nerviosa solo parece reaccionar en for-
ma anormal.)
Freud proporciona luego una breve reseña del desarrollo
histórico [ de la comprensión] de la etiología de la neurosis, y
demuestra que Stekel ha quedado detenido en el punto de vista
de los Estudios. 5 Su "conflicto psíquico" corresponde a lo que en
los Estudios se denomina represión; no obstante, esto no basta
desde el punto de vista terapéutico ni teórico. De esta manera
llegamos al tema del sexo ( la segunda etapa, por decirlo así). Los
factores sexuales generan el conflicto psíquico; y el conflicto que
surge en la vida cotidiana [der gewohnliche Konflilct] debe tam-
bién combinarse con el conflicto sexual. Sin embargo, el conflic-
to sexual también es trivial, y, de esta manera, llegamos a la se-
xualidad infantil como nueva fuerza determinante. Finalmente,
es preciso volver a la constitución, es decir, a la constitución se-
xual del individuo.
Sabemos, por ejemplo, que en los conflictos entre subordi-
nados y superiores ( conflictos que Stekel considera responsables
de la aparición de los fenómenos nerviosos), el componente ho-
mosexual desempeña el papel principal; dicho conflicto es, en el
fondo [causado por] una pena de amor.
Tampoco es cierto que la represión sea la causa de la neu-
rosis; su causa es, más bien, el fracaso de la represión. Freud
amplía el comentario de Hitschmann -según el cual el método
de la represión se aprende en el terreno de la sexualidad y se
transfiere a experiencias posteriores- afirmando que es particu-
larmente en la esfera de las cuestiones sexuales donde la repre-
sión, en principio, no tiene éxito.
Como resultado de sus experiencias, Freud señala que los
neuróticos trasfieren sus perversiones a un material que aparen-
temente no guarda relación alguna con ellas solo si ese material
" Estudios sobre la histeria (en colaboración con Josef Breucr) (1895),
o .e., t. 1, pp. 39-138.
, d1• diciembre de 1906 95
,11 l<tuicre un valor sexual (simbolismo). Dos clases de seres hu-
1111,nos se hallan relativamente exentos de toda neurosis: los pro-
1, •larios y los príncipes. 6
SADGER no puede confirmar la presencia frecuente de sífilis
, 11 el contexto familiar de los neuróticos. Por otra parte, men-
11011a la difusión de las perturbaciones nerviosas ( especialmente
1 , neurosis obsesiva y la histeria) entre los judíos polacos.
STEKEL admite haber escrito el folleto en un estado de grave
clq)l'esión · psíquica: se obligó a sí mismo a escribirlo, y también
,,1 lo considera falto de valor. Su tema en realidad es: ¿Cuándo
ll1•va a la neurosis el conflicto psíquico? ¿Qué clase de personas
•.,. vuelven nerviosas? Sus argumentos pretendían hacer referen-
1 ia exclusivamente a los síntomas nerviosos y no a la histeria, la
11curosis Óbsesiva, etc. Por otra parte, no desconoce el papel de
la sexualidad como factor activo en las neurosis.
Doctor REITLER: 7 el trabajo del doctor Stekel que estamos
discutiendo, da la impresión de configurar un "síntoma neuróti-
co": sería ·interesante descubrir dónde se encuentra el "conflicto
psíquico" en este caso. Es probable que una ola momentánea de
tsexualidad haya perturbado al autor y esa perturbación se haya
expresado como "síntoma" en el folleto que está en consideración.
Pasando al contenido del trabajo, tomamos nota incidental-
mente de que en su introducción ( p. 6) Stekel se declara dua-
1ista. Asegura que no hay cambios orgánicos en la base de las
neurosis f~mcionales; que nunca será posible demostrar esos cam-
bios; y, finalmente, que las "enfermedades de la mente" remiten
pura y exclusivamente a causas "psíquicas".
Sobre la base de mi propio punto de vista mecanicista, con-
sidero necesario que, en nuestro círculo, quede refutada esa con-
cepción mística del tipo "ignorabimus" aun más cuando las in-
vestigaciones de Freud no tienen absolutamente nada que ver
con los problemas metafísicos. ( ¡Pero esto es una mera digre-
sión!)
Para el lector reviste mucho mayor importancia la definición
de "nerviosidad" proporcionada en los párrafos siguientes. El
doctor Stekel considera que la nerviosidad es ese estado en que
el individuo "reacciona de manera anormal" ante estímulos ex-
ternos e internos, cosa que es totalmente falsa.
6 Tal declaración solo puede explicarse por el hecho de que en esa época
ni los proletarios ni los· príncipes se sometían a tratamiento psicoanalítico;
cuando después de la Primera Guerra Mundial cambió la situación, pronto
se advirtió que la neurosis era una enfermedad común a todas las clases
sociales.
7 La intervención de Reitlcr se adjuntó a las actas en forma ele suple-
meuto mecanografiado.
96 Acta 9
Precisamente a partir de los conocimientos difundidos por
Freud sabemos que el neurótico reacciona en forma totalmente
normal: ocurre, tan sólo, que las causas de las reacciones que
parecen anormales no son del todo evidentes. Cuando descubri-
mos esas causas por medio del psicoanálisis, nos vemos obliga-
dos a admitir que todas las reacciones del neurótico son entera-
mente plausibles, por más raras y grotescas que parezcan; en-
tonces podemos entender muy bien por qué alguien estalla en
cólera y otro cae en un estado de estupor melancólico. En una
palabra, las reacciones "anormales" son en realidad totalmente
"normales".
Por consiguiente, la definición tendría que ser: "Considera-
mos que la nerviosidad es ese estado en que el individuo reac-
ciona en forma aparentemente anormal ante los estímulos exter-
nos e internos".
En el capítulo titulado "Cultura y nerviosidad" hallo perfec-
tamente válida la observación de Stekel en el sentido de que
no puede ser accidental el hecho de que, precisamente en los Es-
tados Unidos, la neurastenia prevalezca en tan gran medida. Al
respecto, podríamos añadir que las exageraciones puritanas pro-
pias de esa forma de vida deben interpretarse probablemente
como consecuencia de los instintos criminales originarios de los
primeros inmigrantes y sus descendientes; ello implica en cierto
sentido, la "transformación en lo contrario acompañada de una
tendencia a la exageración", como sabemos a partir del psico-
análisis.
El autor se explaya en una prolongada polémica contra la
doctrina de las "taras hereditarias".
En relación con un grupo determinado de psiconeurosis -la
histeria-, yo, por mi parte, puedo afirmar categóricamente que
la presencia de la sífilis pudo demostrarse en los progenitores <l<'
los pacientes en todos los casos graves que he podido observar. H
Más adelante ( p. 19), Stekel se vuelve con razón en contra
del movimiento desatado en favor de una abstinencia exagerada,
la cual puede provocar dolorosos conflictos psíquicos en algunas
personas a las que les resulta difícil renunciar a un consumo mo-
derado de alcohol. Según Stekel, la manera más certera de ca
racterizar al hombre moderno consistiría en describirlo como un
ser "acosado por la angustia". "A causa de una superabundancia
8 Por aquel entonces, había en Viena muy pocas familias de clase mcdi11
que no padecieran de sífilis. Paul Federn, médico de cabecera de las nw
jores familias vienesas de clase media ( al igual que Reitlcr), contó cirrl 11
vez que los hijos de una familia fueron a consultarlo, uno por uno, y Ir
imploraron que no dijera nada a los hermanos sobre sus enfe1mcdad1·N
venéreas.
;/,• tfíd<•m,/Jre de 1906 97
11,J n·st ricciones higiénicas, destinadas a preservar su vida, deja
1;111 1•0111plclo de vivir; precisamente la angustia es lo que lo en-
In 111:1", afirma el autor. (No es posible coincidir con estos últi-
ti1,.,~ argumentos.)
1,a angustia hipocondríaca no es, ciertamente, consecuencia
11, pn •ccptos higiénicos exagerados. El neurótico no se enferma
, 1, l,idn a su angustia"; ocurre exactamente lo contrario: como
11 "«·nfcrmo", es víctima de sus sentimientos de angustia, que
1••1·•·c·1a en la esfera que está más a su alcance.
1
1:11 realidad, de ninguna manera teme las consecuencias de
1,¡ 111<·olina, del alcohol, o de todo tipo de infecciones (la sífilis
l. 1 gonorrea en especial) . En todos estos casos el psicoanálisis
11,,.,, 11hrc, como base real de la angustia:
1 ) que se trata de personas cuya libido no está plenamente
11• lc •c•lm;
'!) que los sentimientos de angustia que expresan tienen su
111 i¡:1111 <'n el miedo a las consecuencias de una actividad sexual
11111111:tl (masturbación, coitus interruptus, etc.); miedo que esas
1r 1'\ot1:ts simplemente han trasferido a una esfera "inccente", la
ilrt l I higiene, en la cual no tienen nada que reprocharse. 9
l•:11 la página 20, el autor, habitualmente tan cuidadoso de
11 , ,1ilo, ha cometido un lapsus estilístico. Escribe: "Freud,
11/1111,li<•ndo nueva vida a una antigua superstición, atribuye a la
n11, iliclad el pap2l principal en la etiología de la neurosis". Muy
¡,,111,:ililemente, el doctor Stekel no se proponía expresar, p or
111, din ele esas palabras, la idea de que los resultados de las in-
1il',nC'Íoncs de Freud simplemente equivalían a reflotar una
111 i.1;11:t "superstición" enmascarada por nuevos ropajes científi-
l1or consiguiente, la frase puede pasar por un lapsus estilís-
l lr11, 110 obstante, el autor manifiesta que "debe desviarse algo
1 , .11nino que Freud ha trazado en forma tan trabajosa y sagaz".
1'111 SLckel, el factor decisivo en la etiología de la neurosis no
11111 vita sexualis ano1mal sino el "conflicto psíquico".
"Solo cuando dos corrientes luchan por adquirir predominio
, 11111 ·slro interior, solo cuando las emociones conscientes e in-
" .e i<·nlcs pugnan entre sí, solo cuando una proporción signi-
111 111 \ a de nuestras energías debe gastarse en la supresión e
1il.il1l<'i{m de los conflictos psíquicos, solo entonces puede desa-
' .. ll ,1w una neurosis", escribe Stekel.
Sl<·kd cita como ejemplos al onanista que resuelve mante-
lH, ., <'aslo y, en medio de su lucha, gasta "enormes cantidades
, 1l!'rgfa", lo que lo pone "nervioso"; el "trabajador de cuello
'\ntl,os puntos C'S lún dirigidos C"Onlra el enfoque de Stekel acerca de la
11111:-1\nd11a l , c¡ue con tradi e<' la c·onc·<·pci(m fremliana.
98 Acta 9
duro", que se ve obligado a permanecer sentado en una oficina,
en contra de su voluntad; y el oficial que debe mantenerse en
silencio, en estado de alerta, mientras su superior lo reprende,
aunque le gustaría "decirle unas cuantas verdades". La elección
de estos tres ejemplos es lamentable, por cuanto en cada uno de
estos casos el "conflicto psíquico" tiene lugar en la esfera cons-
ciente, mientras que en la página 21 el doctor Stekel califica de
patógena la lucha entre "sentimientos ( probablemente quiera
decir "deseos" o "pulsiones") conscientes e inconscientes".
En realidad, un conflicto consciente puede hacer infeliz al
individuo, pero nunca enfermark,.
El doctor Stekel continúa diciendo: "Una conciencia vigo-
rosa sería el mejor remedio contra la nerviosidad. Por 'concien-
cia' entiendo la suma total de todas las inhibiciones que se han
insertado entre nuestros instintos y nuestras ideas morales".
Sin duda alguna, dicha definición es incorrecta. Lo impor-
tante no es la "suma de inhibiciones" sino, más bien, la manera
en que el individuo aplica esas inhibiciones en relación con sus
pulsiones inmorales. Es esa relación entre las inhibiciones y las
pulsiones lo que produce el sentimiento que llamamos "concien-
cia", y no un factor único per se, tal como '1a suma de inhibi-
ciones" de que habla el doctor Stekel.
En la página 25, el doctor Stekel acusa a la "represión'' de
ser la "causa de numerosas enfermedades nerviosas", y sostiene:
"La energía utilizada para olvidar ciertos hechos y fantasías no
se pierde: vuelve en forma de enfermedad, angustia neurótica,
neurosis obsesiva, o en alguna otra forma".
Estas consideraciones prácticamente podrían dar lugar a la
creencia de que la "represión" puede equipararse a la "fuerza
vital" y la neurosis a la "fuerza elástica". 10 Además, esta com-
paración de naturaleza excesivamente física es totalmente inad-
misible, por la sencilla razón de que la fuerza que se gasta en
el trabajo de represión no vuelve ciertamente a aparecer "en otra
forma" como neurosis, sino que aparece, precisamente, en la
misma forma que antes, o sea, como resistencia del paciente -en
el tratamiento psicoanalítico- contra la posibilidad de adquirir
conciencia de la representación displacentera y, por consiguiente,
reprimida.
Finalmente, cabe destacar que una "represión" en sí, y mien-
tras se lleve a cabo usque ad finem, nunca genera ningún tipo
de neurosis; solo las represiones que fracasan tienen un efecto
patógeno.
10 Es difícil saber qué tenía en mente el autor cuando distinguió enlr!'
"energía vital" [lebende Kraft] y "fuerza elástica" [SpannkraftJ .
, ,I,· didembre de 1906 99
A continuación, en el folleto de Stekel se describen casos
11 yo tratamiento psicológico, por analogía con la tan conocida
pi11tma - concierto", que consiste en ejecutar un cuadro al óleo
!' 11 d i<'z minutos, podría calificarse de "análisis - concierto".
1,:1 primer caso se refiere a un hombre que sufría de agora-
11111111; Stekel, probablemente por error, la incluye en la esfera
, 1, la neurastenia.
Si una persona sin experiencia psicoanalítica lee la entre-
11•,111 del médico con el paciente, tal como la describe Stekel,
1, , lamente tendrá la impresión de que todo el trabajo psico-
f, , 11 péutico es increíblemente sencillo, y que en circunstancias
11,orables puede efectuárse una cura en una sola sesión, con
1111;1 rapidez fantástica.
Lamentablemente, no obstante, la simplicidad y la rapidez
, d<'ben enteramente al hecho de que el doctor Stekel no hizo
1d 1\olutamente nada por descubrir las causas más profundas de
1, c•nfcrmedad. Por ejemplo, el doctor Stekel sospecha, entre
, ,11 ,1s cosas, "que puede estar frente a un caso de homosexuali-
, liH 1; sin embargo, el paciente, que confiesa todo con franqueza,
1,, 11i<'ga decididamente".
1Y el doctor Stekel se da por satisfecho con esto! Es evi-
,1, 111<' que incluso el paciente ideal, aquel que "confiesa todo"
, 1111 la mayor franqueza posible, no puede responder afirmativa-
11 1e•11Lc a la pregunta sobre sus posibles relaciones homosexuales,
, 11<'i1lamente porque el paciente mismo no tiene idea de su per-
, n sión ( a menos, por supuesto, que se trate de un individuo
111.111ificstamente invertido). Ha reprimido en gran parte su pul-
i1111 sexual anormal y ha trasformado en "síntoma" la parte que
1111 <'Scapado a la represión.
Ahora bien, si Stekel considera que el tema ha quedado
11i11tndo en razón de la negativa enteramente natural del pa-
' f,·11tc, ello solo testimonia que, en este análisis, Stekel se ha
11111,tenido totalmente en el plano psíquico "superficial", y que
, le han escapado por completo todos los determinantes más
p1of11ndos. Las cosas no podrían darse de otra manera en una
11 L1 sesión.
Por lo tanto, el doctor Stekel descubre, como causa de la
11.:nrn fobia del paciente ( un cajero), la "represión del pensa-
11ii1 ·11lo de desaparecer con una gran cantidad de dinero". En
, ,111s<•cucncia, recomienda como terapia que se evite todo "con-
fltdo psíquico". Y dice al paciente, a modo de consejo: "No veo
p ilrtt usted más cura que cambiar su puesto de cajero por otro
qcw podrá darle más trabajo, pero le provocará menos tentacio-
111 •\". Al seguir el consejo, el paciente, según el informe presen-
1.Hlo por su familia al doctor Sl<'kel, se curó cn seis meses.
100 Acta 9
No cabe duda que la psicoterapia cuyos principios enseñara
Freud puede obtener resultados infinitamente mejores que los
alcanzados por el doctor Stekel en una sola entrevista. La psico-
terapia, encarada correctamente, no cura eliminando los "con-
flictos psíquicos" del paciente: en casi todos los casos, esto no
sería posible. En consecuencia, la gran mayoría de los casos
serían incurables a priori por el método de Stekel. La psicote-
rapia propiamente dicha, muy por el contrario, alcanza resultados
positivos a pesar de los conflictos existentes, logrando que se
hagan totalmente conscientes una serie de representaciones pe-
nosas cuya represión no ha sido del todo satisfactoria. De esta
manera, se le permite al paciente establecer un compromiso cla-
ramente consciente entre sus pulsiones mal suprimidas y las exi-
gencias que plantea el mundo exterior. Pero todo compromiso
implica un renunciamiento mayor o menor; el paciente curado
de esta manera, quizá con toda razón, se sienta infeliz: pero ya
no será un neurótico.
Por último, la "cura definitiva" del caso de Stekel que nos
ocupa debe cuestionarse seriamente: el doctor Stekel no ha hecho
más que descubrir la razón por la cual el individuo fóbico sufre
específicamente de agorafobia.
La desconfianza de sí mismo ( deficientemente suprimida)
que sentía el cajero, causada por el temor de escaparse con d
dinero que le habían confiado, era el factor determinante, tal
como lo descubrió el autor en forma absolutamente correcta.
Por lo tanto, era conveniente que el paciente dirigiera exclusiva-
mente su angustia hacia la esfera de la locomoción, porque d<'
esa manera podría protegerse de sí mismo, imposibilitando así
su huida.
Una vez que el doctor Stekel le explicó ese mecanismo psí -
qu;co, y que, además, él renunció a su puesto de cajero, entoncc•s
la angustia dirigida hacia la locomoción perdió su significado
para el paciente; pero, con toda seguridad, no había sido curado
de su fobia. Es cierto que desapareció su agorafobia, pero no
cabe duda de que sus sentimientos de angustia deben de habcrsP
a
asociado otra esfera: el síntoma fue extirpado, la neurosis pcr
maneció.
La situación no mejora en el segundo ejemplo de cura psico
analítica rápida. En este caso, la paciente era una mujer q111•
declaró que "no podía estar en una habitación a menos que hu
biese otra persona con ella. Y esa p ersona no podía ser un clc-s
conocido, sino un pariente cercano de su marido. Ultimamcnl1•
había insistido en que el esposo permaneciera siempre con ella".
El doctor Stekcl descubrió que el marido no tenía una gra11
potencia sexual ; y sospechó, probahkrncnte en forma c:lrrecta.
, d, · diciembre de 1906 101
, p11 • <·sa mujer sexualmente insatisfecha se abandonaba a fanta-
1," do adulterio. A fin de defenderse de ellas, deseaba obsesiva-
1111 1111• la presencia constante de su marido, o, al menos, de un
11111 111hro de la familia de aquél: de esta manera aseguraba su
¡ 11opia fidelidad conyugal. Después de darle esa explicación, el
,1 ,l11clo de la paciente "mejoró considerablemente, sus trastornos
d1 ~.i parecieron casi por completo", según cree el autor. ¡Y todo
, ll o c·n el curso de una sola sesión!
l•: n este caso, el análisis, una vez más, ha rozado la superfi-
,w del problema y no ha logrado dilucidar las razones que de-
l, 1111i11aron que la idea obsesiva se centrase en el deseo de no
111 1111:mccer desprotegida y sola frente a sus fantasías sexuales.
I' 11 11 hién en este caso solo se explica y quizá se elimina un sín-
t,1 111.1 neurótico, pero de ninguna manera se llega a descubrir
111~ rníccs profundas de la neurosis, y menos aún a curarla.
l ,o mismo ocurre mutatis mutandis en el tercer caso anali-
1do, en el cual, según se dice, el conflicto patógeno, aunque
l11l.il111ente consciente, entre "la piedad" y "los pecados sexuales"
f111 rn rado y resuelto nada menos que por el confesor del pa-
, I, 111c'.
El cuarto caso es sumamente interesante. Según Stekel,
··,.x 1s1ía un conflicto psíquico casi insoluble"; y, lleno de resigna-
; l,'11 1, <·1 autor declara: "Como es obvio, ni siquiera un psicotera-
111•111.1 puede ser de gran ayuda en este caso".
Decididamente no estamos de acuerdo con esa resignación.
\ 11111 p1 c las condiciones externas no varíen, una psicoterapia au-
1, 11l im y profunda tendría que conseguir su objetivo allí donde
1111 n 11(1lisis superficial fracasaría.
Afortunadamente para el paciente del quinto y último caso,
1111.1 v<·z más las circunstancias externas pudieron modificarse:
,,li111 vo un traslado y "pronto se convirtió en un hombre comple-
l 111 w11l <' sano".
Siguiendo las enseñanzas del profesor Freud, consideramos .
,w, 1·snrio hacer hincapié una vez más en el hecho de que los
111•,, il iorcs triviales de la vida social solo parecen ser la causa de
l 1 1w11rosis. En el mejor de los casos, determinan la forma de los
111/ 0 111as neuróticos. Pero las verdaderas raíces de la enferme-
¡! 1d so n mu cho más profundas e, invariablemente, hay en ellas
ilµ¡'111 vínculo con la vida sexual, cuyas anormalidad es no han
ii li1 r<'prirnidas adecuadamente por el neurótico.
1,:1 hecho de que Stekel simplemente ignore la existencia de
os vín culos profundos con la sexualidad (lo cual, después de
l,¡d,,, <'S algo que él conoce muy bien); que incluso los niegue
11 lon11a explícita y desee r('eonocer como causa de la enferme-
,L,d solo d conflicto C(ll<' S<' c·i<·rnc' sohre la superfi cie psíquica,
102 Acta 9
IO
son aspectos que, sin duda, justifican la op1mon expresada en
pn comienzo, en el sentido de que todo el trabajo examinado HEUNION CIENTIFICA DEL 23 DE ENERO DE 1907
debe considerarse como un solo síntoma neurótico de defensa
contra la propia pulsión sexual del autor.
Considerado en su conjunto, el trabajo tendría algún mérito
si se corrigieran todos los errores que contiene, incluso en el tí-
tulo. En vez de Las causas de la nerviosidad sería más apropiado
hablar de Las causas de algunos síntomas neur6ticos.

l'r1·sentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Hitschmann,

l lollcrung, Kahane, Meisl, Rank, Reitler, Sadger, Stekel.
1,: 1 señor Eitingon, de la clínica de Bleuler, asiste como invitado. 1

1 :, >MUNICACIONES

lw han anunciado los siguientes trabajos ( a ser presentados) :

1'111-:uo: Sobre el libro de Moebius, Die Hoffnungslosigkeit der
1

l\1¡cholog!e [El estado desesperado de la psicología].

',1 hKEL: Psicopatología del vagabundo, y Psicopatología de la
,l,·111entia praecox, de Jung.
\num: El análisis de una idea obsesiva.
1 :11AF: Cartas de Wagner a su familia. El arte y la vida.
~l1,:1sL : El hambre y el amor (Continuación: La homosexua-
lidad) .
111 rscnMANN: Torless 2

l\1ax Eitingon había terminado sus estudios de medicina, pero todavía

1111 había rendido el examen correspondiente al doctorado; por consiguiente,
, J,, aplica el apelativo de "señor".
Su presencia en la reunión fue particularmente importante ya que, en
, l, ·,to sentido, marcó el comienzo de una nueva era en la historia del mo-
. l111wnto psicoanalítico. Eitingon fue el primer interesado en acudir direc-
1 11111 •11te a Freud desde el extranjero con el propósito de aprender cuanto
l111'1 <l posible sobre el psicoanálisis en sus propias fuentes; fue enviado a
\ t,·11a por el famoso Bleuler, director de Burgholzli, la clínica psiquiátrica
1

,1, Z1irich, para ver qué podía aprender de Freud un psiquiatra. El visi-
t,1111<• planteó una serie de cuestiones que tenía preparadas, y que se con-
til, ,,nron en dicha reunión y la siguiente; sin embargo, sería erróneo creer
""' ' l'Sas cuestiones se plantearon por primera vez en ocasión de la visita
,1, 1•:it ingon; ya habían sido discutidas antes, y volvieron a discutirse en
,,,1•,t, •riorcs oportunidades. De hecho, algunas siguen siendo objeto de dis-
111Nll111.
/)/1· Verwirrungen des Zoglings Torless [Las confesiones del estudiante
1,.,1,,,,1·1, ele H. Musil, 1906.
104 Acta 10
REITLER: Frühlings Erwachen. 3
BAcH: Jean Paul y Schu:¡:nann.
STEKEL: Psicología de la discusión.
Actas tomadas en préstamo: [A.] Deutsch: 5; Sadger: 8.
PRESENTACIÓN
El hambre y el amor
ÜRADOR: DOCTOR ALFRED MEISL
El presente trabajo guarda relación con las investigaciones pu-
blicadas anteriormente. 4 En este artículo ( hasta el momento
fragmentario) , Meisl procura trazar un paralelo entre la pulsión
de nutrición y la de reproducción y, tomando como base los des-
cubrimientos de Freud y las doctrinas psicofísicas, obtener nue-
vos puntos de vista para comprender los procesos psíquicos y
físicos de esas dos pulsiones. Puesto que el orador anuncia que
el h·abajo será publicado en el futuro inmediato, no lo trascribi-
mos en detalle. 5
DISCUSIÓN
STEKEL critica que Meisl se reserve la prioridad de sus ideas.
Según advierte, mdie querrá aplicar las escasas ideas nuevas
de Meisl; y todo lo restante, según dice, es viejo ya y se conoce
de antiguo. Stckel sospecha que por detrás de la hipótesis de
Meisl sobre un "componente asexual 6 del instinto de conserva-
ción de la especie" están las represiones personales del orador.
Lo que Meisl llama "deseo ligado al apetito sexual" es simple-
mente el "placer preliminar" de Freud. En términos generales,
Meisl tendría que haberse ceñido con mayor rigor a la Teoría
sexual, con lo cual podría haberse ahorrado unos cuantos elemen-
tos hipotéticos en su argumentación. 7 En consecuencia, Stekel
3 [Despertar de primavera], de Frank Wedekind.
4 Meisl publicó varios estudios sobre la función psíquica. Dos de ellos,
"Das psychische Trauma" ["El trauma psíquico"] (\Viener klinische Rund.
schau, t. 20, pp. 225,-246, 1906) y "Der Traum" ["El sueño"] (Wiener
klinische Rundschau, t. 21, pp. 3-6, 1907), son mencionados y resumidos
por Abraham en Jahrbuch fiir psychoanalytische und psychopathologische
Forschungen, t. 1, pp. 584-85, 1909.
5 "Hunger und Liebe; analytische Studien über die Elemente der psy-
chischen Funktion" ["El hambre y el amor: estudios analíticos de los ele-
mentos de la función psíquica"], Wiener klinische Rundschau, t. 21, 1907.
6 En el original dice sexuelle [sexual]; no obstante, todo el contexto in-
dica que se trata ele un error, y que debe decir "asexual".
7 He aquí un ejemplo del cariz personal que ocasionalmente adquirían
los debates, tal como se señaló en la Introducción. Freud menciona este
23 de enero de 1907 105
srñala la omisión de toda referencia al origen común de ambas
pulsiones y su contra parte común, el asco ( Freud).
Con respecto a la psicología de las razas de Meisl, Stekel
observa que los biólogos modernos han descartado totalmente el
<'Oncepto de raza; por sobre todo, desea subrayar que no está
de acuerdo con los argumentos del orador y que, además, no ha
adquirido ningún conocimiento nuevo a partir de ellos. Ni si-
quiera la diferenciación que efectúa Meisl entre perversos en el
pensamiento y perversos en la acción es nueva: todo neurótico
( Lodo hombre, en realidad) es perverso en el pensamiento. Freud
ha dicho que la neurosis es el negativo de la perversión.
KAHANE no se une a Stekel en sus acerbas críticas: en su
opinión, la obra examinada merece respeto, aun cuando resucite
algunos puntos de vista que ya habíamos dejado de lado. Meisl
sigue un camino equivocado al tratar de amalgamar la psicolo-
gía con la fisiología, y los conceptos que toma como punto de
partida son demasiado indefinidos; pero gran parte de lo que
dice es válido. En general, Kahane describiría el trabajo presen-
lttdo como un exponente de una "psicología superficial": la in-
vestigación debe ir más allá de los hechos, y buscar sus causas;
los problemas no son tan simples como imagina Meisl. Por
<·jcmplo, en relación con el fetichismo Meisl todavía sostiene la
lroría de Binet, que hoy es insostenible. 8 Entre cien personas
que reciben la misma impresión, solo hay una que se convierte
<'n fetichista; de ahí que las razones deben buscarse en el indi-
l11·cho en su "Historia del movimiento psicoanalítico" ( 1914) O.C., t. II,
pp, 1895-1932.
H Alfred Binet ( 1857-1911), psicólogo experimental francés. En sus Tres
,·11sayos para una teoría sexual (1905), Freud escribe: "En la elección del
1, ·liche se demuestra -como Binet fue el primero en afirmar y ha sido con-
Íírmado después por numerosas pruebas- la influencia continuada de una
i11! imidación sexual experimentada, la mayor parte de las veces, en la pri-
111Na infancia". En 1920 añadió a su observación la siguiente nota: "La
Investigación psicoanalítica, profundizando más en el estudio de la cuestión,
JH'rmite, sin embargo, oponer algunas objeciones a los asertos de Binet.
Todas las observaciones realizadas en este sector coinciden en que cuando
,.( fetiche hace su primera aparición se muestra ya dueño del interés sexual,
sin que las circunstancias concomitantes nos expliquen cómo ha llegado
n ello. Además las 'tempranas' impresiones sexuales de que aquí se habfa
N<>n todas posteriores a los cuatro o los cinco años del sujeto, y para el psi-
Po:tnálisis es muy dudoso que en tales épocas puedan constituirse ya nuevas
íljnciones patológicas. Lo exacto es que detrás de los primeros recuerdos
11•lntivos a la aparición del fetiche, yace una fase superada y olvidada de
lil <'volución sexual que ha sido sustituida, como por un 'recuerdo encubri-
dor', por el fetiche, el cual no es sino un residuo o un precipitado suyo.
l ,11 evolución hacia el fetichismo de esta fase, que coincide con los primeros
unos de In infancia, as[ como la <'ll'cción del fetiche, son determinadas por
In <·011~-titnci(m del s11j<'to".

106 Acta 10
viduo mismo, y no en los fenómenos concomitantes. En ese sen-
tido, esperaba que Meisl diera el paso que lo llevaría del dua-
lismo de la vida pulsional a un "monismo", a la pulsión única
que es la fuente de todas las demás. ( En su opinión, trátase de
la pulsión de autoconservación.) Llegados a este punto, posible-
mente hubiéramos tenido que volver a la esfera de la embriolo-
gía, que enseña que los órganos sexuales se desarrollan a partir
de los intestinos primarios. Meisl cree que ha descubierto el
modo de combinar los puntos de vista fisiológicos con las ideas
de Freud, pero su método resulta estéril.
REITLER se inclina a creer, sobre la base de las experiencias
que ha realizado en el terreno de la masturbación prepuberal,
que los individuos que se masturban alimentando fantasías sobre
el sexo opuesto tienden a volverse altruistas posteriormente, en
tanto que ocurre lo contrario con los que experimentan sensacio-
nes puramente autoeróticas [Empfindungen]. Al igual que Ka-
hane, dice Reitler que habría que hacer referencia al "monismo"
de las pulsiones. Evidentemente, Meisl no ha prestado atención
al hecho de que Freud ya mencionó que el aparato digestivo
es una zona erógena.
SADGER considera que el componente asexual del instinto de
conservación de la especie es simplemente una forma de "sexua-
lidad" desplazada y modificada. En relación con la preferencia
por ciertas comidas, no debe olvidarse que a menudo ha sido
trasmitida por padres y hermanos: se trata de una forma de ero-
tismo que las personas trasfieren a los alimentos. Por regla ge-
neral, el psicoanálisis demuestra que el fetichismo se origina en
experiencias sexuales anteriores a la edad de cuatro años. En
relación con los efectos de la hipnosis ( que Meisl también men-
ciona cuando se refiere al fetichismo), solo puede afirmarse qu<'
son insignificantes y de corta duración. Un homosexual qu<'
Schrenck-Notzing 9 había sometido a tratamiento hipnótico tuvo
una recaída tras un breve lapso: inicialmente, se había enamo-
rado del mismo Schrenck-Notzing, que es un hombre de aspecto
imponente.
El señor EmNGON ( invitado de la clínica de Bleuler) ob-
serva que el deseo intenso de tener un hijo no siempre es expre-
sión de la sexualidad insatisfecha de la mujer. El "componente
asexual del instinto de conservación de la especie" sería, a su
entender, una sublimación o una elaboración del component<'
sexual.
En lo que respecta a los judíos ( tema que también discute
Meisl), no cree en la preservación de la pureza de las razas;
9 Médico y parapsicólogo alC'mán ( 1862· 1929).
',I ,f<, enero de 1907 107
d« ·~ p11és de todo, solo hay limitadas posibilidades de elección
1\\'nhlmoglichkeiten].
En relación con el fetichismo, el señor Eitingon se pregunta
In influencia del trauma sexual tiene tanta importancia en to-
1l,1~ las perversiones. Asimismo, pregunta de qué manera pue-
111•11 explicarse los frecuentes ataques que los hombres de edad
111111dcn contra niñas de corta edad: ¿No hay también implícito
, 11 <"llo un factor infantil?
( MEISL, tratando de dilucidar el problema, hace referencia
,1 s11 capítulo "La homosexualidad", que no se incluyó en el tra-
1lil jo presentado esa noche. Según él, esos actos de agresión se
, 11111cten a causa del ''hambre de estímulos",)
STEKEL hace referencia al hecho de que en los dementes no
,t • dan ciertas inhibiciones. Por otra parte, todo individuo siente
111 necesidad de satisfacer, no solo sus propios deseos, sino tam-
1,lt'·n los de su pareja; el hombre de cierta edad ( que no cree ser
, •11 paz de satisfacer esos deseos) elige, en consecuencia, un objeto
1wxpcrto en dichas cuestiones.
FREUD dice que, en general, está de acuerdo con las críticas
1• lns anticríticas. En cuanto a Stekel, decididamente ha ido de-
111:tsiado lejos en sus críticas. Resulta gratificante que, en esta
11porlunidad, Meisl se haya abstenido de traer a colación sus teo-
1li1s favoritas; elogia su preocupación por la vida pulsional (la
1111í s importante, a la vez que la más oscura de las esferas) , y
tl1c·<· que posiblemente puedan hacerse ciertos descubrimientos
11 partir de una comparación del hambre con el amor. La com-
pnración, no obstante, se ve dificultada por las complicaciones
, p1< ' tienen lugar en el terreno de la vida sexual. Deben subra-
111 rsc en forma específica tres de las circunstancias que oscure-
' 11 11 Ítriibende l el panorama:
l. En la pulsión sexual del ser humano existe un período
, 11 • latencia; no hay fenómeno comparable en el hambre. La sa-
l 1\ Iacción sexual se demora hasta la pubertad; es cierto, no obs-
1.i nt c, que hay momentos precursores a una edad más temprana.
l•:rn aparición demorada de la satisfacción sexual, por contraste
, ·011 la satisfacción del hambre, explica que no nos sea posible
lnnnarnos una idea de la pulsión sexual que no esté deformada.
1•:11 el caso de los animales ( donde no hay período de latencia)
111 situación es menos compleja.
2. Nos falta un importante punto de comparación: no co-
11occmos los órganos de la sexualidad. Las glándulas seminales
mio preparan la sustancia sexual, pero no "preparan", por de-
«irlo así, la pulsión.
3. La polaridad que conocemos en la pulsión sexual en for-
11m ele biscxualídad no existe en la pulsión de nutrición.
 108 Acta 10
Por consiguiente, la comparac10n del hambre con el amor
será infructuosa hasta que no sepamos algo más sobre la pulsión
sexual, hasta que no hayamos resuelto el enigma de los órganos
sexuales, el enigma de la bisexualidad y el enigma de los cam-
bios a que está sujeta la pulsión durante el período de latencia.
Freud añade luego algunas observaciones sobre los puntos
principales que ha tratado. La diferenciación entre perversos en
la acción y perversos en el p ensamiento fue introducida ya por
Krafft-Ebing. 10 Un elemento característico de las personas que
se entregan a fantasías perversas es, no solo su aversión a llevar-
las a cabo, sino además su absoluta incapacidad de hacerlo. El
hecho de poner entre paréntesis la realidad ( como en el teatro)
es, en ·muchos de esos casos, condición necesaria para la elabo-
ración de esas fantasías.
No se puede ( como lo hace Meisl) equiparar la masturba-
ción a la producción del reflejo relativo. 11
Freud no considera afortunada la idea de restringir el em-
pleo del término libido solo para el "hambre sexual" ( en tanto que
j Meisl denomina "apetito sexual" a la otra clase de hambre); esta
diferenciación puede ser adecuada para la escala del hambre,
pero en realidad hay dos escalas en la libido. En el esquema de
Meisl, el estado de enamoramiento ( al que podríamos denomi-
nar psicosis normal) parece haber sido ignorado.
- Meisl ve una importante diferencia en el hecho de que el
apetito solo se desarrolla sobre la base de ciertas experiencias,
en tanto que el apetito sexual aparece con anterioridad a cual-
quier experiencia. En este sentido, Freud observa que hay una
situación en la cual incluso el apetito sexual solo se desarrolla
a partir de experiencias: la de la joven criada en forma conven-
cional ( es decir, "bien educada"); ésta inicia la vida conyugal
sin haber tenido prácticamente ninguna experiencia sexual, y
solo durante su vida de casada desarrolla su apetito sexual ( cosa
que casi nunca ocurre en el caso del varón). Es evidente de qué
manera la bisexualidad complica aquí toda comparación.
En relación con el componente asexual del instinto de con-
servación de la especie, Freud observa que efectivamente fue
un error negar el componente sexual de las pulsiones altruistas,
pero que, por otra parte, debemos preguntarnos si dichas pulsio-
nes solo incluyen ese componente o si el componente sexual es
uno entre otros.
lO R. Krafft-Ebing ( 1840-1903), profesor de psiquiatría en la Universidad
de Viena; fue uno de los maestros de Freud.
11 Frase que resulta incomprensible sin conocer el trabajo de Meisl.
'1 rl, · <'11ero de 1907 109
Frcu<l dice que en la Teoría Sexual ha quedado un punto
i1 11darar. La vida amorosa del ser humano se divide en dos
l11•,1•s: la autoerótica y la del amor objetal. Encontrar el objeto,
111 ol>slante, en verdad significa reencontrarlo. Se plantea aquí
111 11H·s tión de que el primer objeto tal vez no sea erótico. Con
1111111 probabilidad, el amor del niño está condicionado por su
, 1, 111 ·ndcncia. Nuestra cultura está basada en tres factores que
1111•: <l ifcrencian de los animales: la postura erguida, el desam-
p,11 o del recién nacido y el período de latencia de la pulsión
,.. 11 :11; est as características son las que hacen de nosotros seres
11 1111 1:tnos. La pulsión de nutrición pone al niño en contacto con
11 ~ primeros objetos: la madre o la nodriza. Pero la pulsión de
11111 ri ción incluye el elemento erótico rist mit dabeil : las dos pul-
111111·s convergen en este punto. El componente asexual aparece
11 111pre junto con el erótico. Sin embargo, nos faltan los medios
1,.1 rn resolver esta cuestión, que trasciende los límites de nuestras
11111alcs experiencias y entra en el campo de la "metafísica".
l ,a mujer sexualmente satisfecha no difiere de la insatisfecha
111 s11s deseos de tener un hijo. La sexualidad debe ser entendida
, 11 s11 sentido más amplio. La relación con el niño gratifica as-
111 ·1 ·I os de la necesidad sexual que el hombre nunca podría satis-
l1tc•c•r. En relación con su hijo, la mujer es esencialmente activa
( .-•nsa que no podría ocurrir con el hombre). En este sentido, se
,l 1 1111a correspondencia entre el "hombre enfermo" y el niño.
l '11 r olra parte, la mujer alimenta ya en la infancia un poderoso
, l,•sc·o: el de ser madre ( es decir, ser grande como papá y mamá,
ol, •sc·o del que posiblemente derive la megalomanía). La reali-
ll' i{m de este deseo es, en consecuencia, indispensable para la
, 11111plcta satisfacción de la mujer.
Frcud considera que la explicación de Meisl sobre las carac-
1, ds l icas raciales de los judíos es incorrecta. La selección natural
, 11 la elección del objeto sexual desempeña un papel poco im-
¡1111l:mte en los seres humanos.
Fetichismo: Las experiencias en el campo del psicoanálisis
1111s permiten sustentar la tesis de que lo que parece simple es
,·1 n·s ultado de varios componentes (por ejemplo, la predilección
, 11 alguien por tener relaciones sexuales con una mujer embara-
111':t no puede remitir, simplemente, al hecho de que deba su
1111111c•ra experiencia de excitación sexual a una mujer en ese es-
1 1clo ) . Tampoco puede explicarse de manera tan simple el caso
dn 1111 hombre que solía atacar niñitas (ejemplo de Meisl); mu-
' !,os hombres han tenido su primera experiencia de excitación
,,, '\ 11al ( tal como sostiene el hombre del caso relatado por Meisl)
, 111llldo niños, mientras jugaban con niñitas de su edad. ¿Por qué
lii.s <kmás permiten a la niiía crecer con ellos, pero no el hombre
 110
Acta 10
de nuestro caso? Para él, ella sigue siendo pequeña. Cabe supo-
ner la existencia de un factor adicional de fijación.
Hay muchas razones que pueden explicar la predilección
que experimentan los hombres de edad por las niñitas. Por el
momento, Freud solo desea examinar una de ellas: la libido de
todos nosotros posiblemente ha sido estimulada por niñas peque-
ñas. Puede verse una analogía entre la conducta de una nación
y la conducta de los hombres de edad: mientras la nación es
joven, no se interesa por su genealogía; otro tanto puede decirse
respecto de la humanidad; cuanto más crece, más avanza en sus
conocimientos de los tiempos primitivos. Lo mismo ocurre en el
caso del individuo: durante su vejez, se ocupa intencionalmente
de sus recuerdos conscientes de la infancia. A esto podemos atri-
buir la reaparición tardía de impresiones infantiles. 12
FEDERN declara estar en general de acuerdo con los argu-
mentos de Meisl, quien por fin se abstuvo de insistir en su manía
del aprovisionamiento de sangre. En su opinión, la tentativa de
Meisl no carece de valor. A partir de la observación de sí mismo,
' puede informar que siente el hambre solamente en la faringe.
'
De manera análoga, la sensación de apetito sexual puede locali-
zarse en la epidermis. Ha podido observar que su propio hijo,
de trece meses, manifiesta aversiones por ciertos alimentos, que
corresponden a las aversiones maternas. Esto nos permite inferir
la existencia de la herencia ( la idiosincrasia del ser humano) .
Federo supone que en la elección sexual entran en juego facto-
res similares.
Cuanto más afectuosamente tratemos a un niño, más al-
truista será en la edad adulta. 13
ADLER también se siente obligado a formular una crítica:
una investigación de carácter tan fundamental solo tiene valor
si se basa en gran número de experiencias. Tal como lo hiciera
ya en ocasiones anteriores, debe reprochar a Meisl que plantee
teóricamente problemas que solo pueden resolverse en la prác-
tica. Los casos individuales citados por Meisl no nos proporcio-
nan un panorama claro de los hechos: no tienen valor para
nosotros.
Dentro de los límites de nuestra discusión, es imposible
hacer una crítica exhaustiva. Adler desea, por consiguiente, en-
focar algunos aspectos:
Meisl supone que el mundo se origina en los reflejos de la
atención y de la asociación disponible que se agrega a ese re-
12 En la demencia senil se olvidan las experiencias recientes, mientras que
se reviven y recrean experiencias del pasado remoto.
1a Supuesto que, con el trascurso del tiempo, resultó ser falso.
·>:J ,te enero de 1907 111
t kjo.14 Pero, en verdad, si vuelve a la excitación originaria ten-
dría que renunciar totalmente a la asociación.
El asco no puede describirse sencillamente con una paráfra-
~is (tal como lo hace Meisl) como la falta de aquello que no
l'Orresponde a la fantasía. El asco es más bien un factor de la
\ icla pulsional inconsciente y aparece como defensa contra algo
originariamente deseado. Se ha soslayado toda referencia a la
1t·oría de la sexualidad de Freud ( y a las zonas erógenas en par-
1i<'ular). Meisl parece haber hallado en esta teoría que la ana-
logía de las dos pulsiones se explica por una pulsión primaria
d1• obtención de placer ( el propio Adler procuró explicar esto
t• n su trabajo).
El altruismo es frecuente en personas que han sido suma-
111cnte sádicas en la infancia, pero que han reprimido su sadismo.
HITSCHMANN señala que la diferencia característica entre
ambas pulsiones reside en que no es posible vivir sin satisfacer
., una, mientras que no puede decirse otro tanto respecto de la
otra.
Al tratar de derivar todas las pulsiones de una sola, origina-
, ia, tal vez podríamos descubrir que la fuerza vital [ Lebenskra~]
t•s la suma de todas las pulsiones. Ocurre que la materia ani-
1nada y la inanimada difieren entre sí solo en que la fuerza vital
t·s inherente a la primera.
El deseo de abrazar a la pareja no está presente en la pul-
si(m de nutrición.
El hecho de que se recuerden las primeras experiencias tal
vez pueda explicarse en razón de que la satisfacción no es cons-
1ante en el indíviduo; éste desarrolla un gusto cada vez más re-
15
fi nado en la elección de alimentos y objetos de amor.
HoLLERUNG elogia el trabajo de Meisl, considerándolo inte-
n•sante y estimulante. Es probable que el altruismo no sea pro-
ducto de factores sexuales exclusivamente. Tal vez podríamos
t·ncontrar una analogía en la psicología animal: las hormigas
obreras ( así como las abejas obreras) cuyos órganos sexuales
t•slán atrofiados, manifiestan una especie de "altruismo".
RANK hace referencia al intento que hizo, en la primera
parte de su Psicología sexual, 16 de demostrar la raíz monista del
hambre y el amor. En relación con el componente asexual del
111stinto de conservación de la especie, observa que posiblemente
!'vl<"isl haya confundido asexual con antisexual. En los ejemplos
11 Sin conocer el trabajo de Meisl, es imposible comprender esta frase.
1 n Es d iHcil comprender qué quiso decir Hitschmann.
111 J) er Kiin stler; Ansiitze :w ciner Sexualpsychologie [El artista: comien-
·0.1· d,• 111w psicología scxua/1 , l) ('lkr, Viena y Leipzig, 1907.
 112 Acta JO

del componente asexual que Meisl eligió ( esprit de corps, amis- 11

tad, etc.), la homosexualidad ( aversión por el sexo opuesto) de-
111".UNION CIENTIFICA DEL 30 DE ENERO DE 1907
sempeña el papel predominante. La teoría de que el "hambre"
impulsa a la prostituta a ejercer su trabajo y al hombre a reali-
zar actos homosexuales es enteramente superficial. En la actua-
lidad ya hemos dejado de atribuir un papel decisivo en dichos
asuntos al factor social.
MEISL hace referencia, en sus observaciones finales, a la con-
tinuación de su trabajo, donde se aclaran algunos de los mal-
entendidos. Por el momento se limitará a replicar a algunos de
los comentarios:
En relación con la importancia de la membrana mucosa oral,
no está de acuerdo con Reitler, y señala que hay dos tipos de
sensaciones placenteras relativas a esa zona. Un sector consi-
derable de la población mundial (los chinos y los habitantes de l'11w<'ntes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Hollerung, Ka-
Indochina) no conocen el beso nuestro: la membrana mucosa Reitler, Rank, Sadger, Stekel, el señor Eitingon como in-
11111<•,

ele la nariz desempeña este papel erótico. ' 1lndo.

Con respecto a los ataques efectuados por dementes, Meisl

explica que esos individuos, después de haberse entregado a toda
1111 clase de placeres, buscan compulsivamente solo ciertos placeres
peculiares.
Asimismo, replica a la observación de Freud de que no co-
nocemos los órganos de la sexualidad, afirmando que tampoco
conocemos un órgano con el cual sintamos hambre: es cierto que
la sensación de hambre emana de la pared interna del estómago,
pero no la proyectamos allí.
Las objeciones de Freud en el sentido de que en el hambre
no hay implícita ninguna polaridad, carecen de importancia:
para nosotros, el objeto sexual es lo mismo que la comida para
los hambrientos. En el apetito sexual, la concentración en el
objeto dura más tiempo que la del hambre en los alimentos,
situación que Meisl ha tenido en cuenta. La siguiente parte de
su trabajo trata del desarrollo del apetito sexual normal; tam-
bién se analiza el estado de enamoramiento.
Meisl se siente muy feliz ele ver que Freud admite la posi-
bilidad de un componente asexual en el instinto de conservación
de la especie. Por otra parte, a él mismo no le cabe ninguna
duda de que en ese instinto cumplen una función ciertos com-
ponentes homosexuales o sexuales.
1.;1iología y terapia de las neurosis
11.11 d curso de la última reunión, el señor Eitingon, de la clínica
, I, Blculer, planteó los siguientes interrogantes sobre la etiología
,, 11·rapia de las neurosis:
l. ¿Qué otros factores deben entrar en funcionamiento, ade-
11111s de los mecanismos conocidos por nosotros, para que se
f, 11111e una neurosis? ( ¿En qué consiste la predisposición a la his-
1, ria?) ¿Deben tenerse en cuenta, quizás, algunos factores so-
' 1,il<'s? 1
2. ¿Cuál es la esencia de la terapia? ¿Está dirigida o . no
, 1111t ra el síntoma? ¿Se reemplaza el síntoma por otra cosa ( se-
1• 1111 la formulación de Jung, un complejo sustituye a otro), o
,,ilo se lo "extirpa", como se expresó Freud al trazar una analo-
J'i,1 con la escultura y la pintura? ¿Cuál es el papel de la tras-
¡, l('llCia?
3. ¿En qué se convierte la histeria después de un trata-
11111 ·nlo psicoanalítico?
La discusión de esta noche tiene por objeto contestar estas
1111 ·~untas.

1 A1111quc fue ésta la primera vez que alguien que no era miembro del
¡111po planteó y formuló el problema referente a la elección de la neurosis,
, .. l,11 sdialar que la cuestión ya había sido encarada, en una u otra forma,
, 11 11·1111ionrs prrcr<lrnles; no ohstantr, nunca fu e formulada con tanta pre-
1

1 h illlll,
 114 Acta 11
DISCUSIÓN
HoLLERUNG propone, en respuesta a la primera pregunta, una
modificación de la clasificación etiológica elaborada por Freud
en "Crítica de la neurosis de angustia". 2 Freud distingue la
causa específica, la causa concurrente y la causa auxiliar; Holle-
rung desearía reemplazar el término "causa" por "condición". Lo
que denominamos causa es, en su opinión, una serie dada de
condiciones: si una sola de esas condiciones falta, la causa no
puede aparecer. Las conclusiones lógicas, respecto de la tera-
pia, saltan a la vista. En relación con un pasaje de los Estudios
[sobre la histeria], puntualiza que no existe una terapia causal,
sino solamente una terapia profiláctica; esto es válido para cual-
quier tipo de terapia.
El señor ErrINGON observa que tales generalizaciones pri-
van a las tesis de Freud de su aspecto más específico e impor-
tante. Además, no puede aceptar ese pesimismo médico.
RANK dice que no puede responder a ninguno de estos inte-
rrogantes basándose en la experiencia. Simplemente, desearía
hacer una observación que concierne, por decirlo así, a la esfera
intermedia entre esos interrogantes. Entre la enfermedad y la
cura, entre el síntoma y su resolución, se extiende lo que podría
llamarse la vida normal del paciente: allí aparecen en primer
plano sus instintos sociales, religiosos, artísticos, y a partir de allí
podemos comenzar, aun cuando en realidad no hayamos practi-
cado la psicoterapia.
FEDERN observa, en relación con la predisposición a la neu-
rosis, que hay personas que en cierto modo son inmunes a esta
enfermedad. Con frecuencia están dadas todas las condiciones
que predisponen a la neurosis, y sin embargo el individuo no se
vuelve neurótico; por otra parte, un miembro de una familia per-
fectamente sana puede desarrollar una neurosis. F edern supone
que las enfermedades infecciosas padecidas en la infancia tam-
bién pueden constituir un factor que predispone el sistema ner-
vioso a la neurosis. No obstante, las vicisitudes de la existencia
del individuo constituyen un importante factor precipitante. Ade-
más, cierta cobardía (huida neurótica) y una disposición a la
angustia ( disposición que puede tener origen sexual) parecen
ser factores de la aparición de las neurosis. Federn descubrió
que el individuo afectado de una neurosis grave desciende siem-
pre de un matrimonio infeliz; incluso podría intentarse demos-
trar cierta similitud entre los conflictos del niño y los de sus
padres. 3
2 (1895) "Crítica de la neurosis de angustia", O.C., t. 1, pp. 199-208.
3 Fedem da pruebas aquí de una profunda intuición.
O di' c11ero de 1907 115
Por lo que atañe a la terapia, en casos de menor importancia
1, ,., r<'sultados son, en términos generales, satisfactorios. El éxito
,1, pt'llde de la juventud del paciente. La terapia protege al in-
d lvicluo de graves neurosis ulteriores.
El señor E1TINGON observa que sus preguntas eran de índole
1• ,•11<·ral: no se propuso indagar los determinantes específicos de
, ida síntoma. Asimismo, desea preguntar si es absolutamente
111 ·1·,·sario dar por sentada cierta predisposición. ¿No deberíamos
·'IJ>Oncr un sistema de estigmas como base de las neurosis? ¿No
p11dría decirse que el análisis impide el desarrollo de ulteriores
, 111Prmedades neuróticas? ¿Por qué las mujeres son más propen-
n~ a la neurosis? ¿La frecuencia de la neurosis es mayor entre
1, ,~ judíos? ( La mayoría de los participantes responden afirmati-
v11111c'nte a esta pregunta. SADGER agrega que tuvo ocasión de
111,scrvar muchos casos de neurosis obsesiva -impotencia, ona-
11i ~mo- entre los judíos polacos.)
REITLER especifica, refiriéndose a los descubrimientos de
l•',r ud, que la histeria se caracteriza por un aumento de la libido
111 ·rvcrsa ligado a una defensa contra la sexualidad. En todas las
111 \IC'fias puede observarse que las zonas erógenas son más im-
11orlantes que la zona sexual. 4 Asimismo se puede comprobar un
d1·~arrollo específico de lo que Freud denominó pulsiones par-
' i:il es. En la histeria la defensa contra la sexualidad (represión)
liil fracasado. En todos los casos que trató, Reitler pudo demos-
t rn r la presencia de sífilis en la ascendencia de los pacientes
,·omo factor etiológico. También desea referirse a la tenacidad
itlC'rC'mentada fde los recuerdos l, 5 factor que Freud toca apenas
('l 'r'oría sexual). Para los histéricos, los recuerdos son más impor-
L111LC's que los hechos recientes. Reitler tiende a suponer que,
,•11 la histeria, la sexualidad infantil se ha fijado tan profunda-
11wntc que pasa a la vida adulta del individuo como recuerdo.
lk firiéndose una vez más a la Teoría sexual, Reitler ve en la
d,·hilidad del órgano genital la predisposición constitucional a la
1,islcria; ello explica, además, el predominio de las zonas eróge-
11ns. Las triviales experiencias cotidianas nunca pueden desen-
<"ll clcnar un síntoma, a menos que, en un nivel más profundo,
1•stén ligadas con factores sexuales.
En lo que respecta a la técnica terapéutica, Reitler dice que
w comienza por los síntomas, pero que éstos desaparecen solo
<'11ando la neurosis se cura totalmente. En cuanto a los resulta-
dos obtenidos en los casos de histeria, afirma que por lo general
1
Evidentemente, Reitler no se refiere a la zona "sexual" sino a la "ge-
nitnl".
1Ilaftbarkeit] de los rC'cuer<los.
 116 Acta 11
se exige demasiado de la terapia; no pueden soslayarse las con-
diciones desfavorables en que vive el paciente. No cabe duda
de que la terapia sirve como medio de protección contra la reci-
diva de la enfermedad.
El señor ErrINGON acota que sus preguntas sobre los facto-
res sociales se tornan superfluas por cierto si se culpa a la sexua-
lidad por todo. Se pregunta si p odríamos curar a un paciente
extirpando el motivo de su enfermedad. ¿Qué lo protegería en-
tonces de un resurgimiento de la enfermedad, si aparece un
nuevo y poderoso motivo?
(STEKEL responde: el conocimiento. REITLER está de acuerdo.)
ADLER: Los mecanismos que observamos en las neurosis son
los mismos que vemos en la persona normal. Nuestra pregunta
era precisamente: "¿Qué factores adicionales son necesarios para
producir una neurosis?"
La histeria, por sobre todo, puede ser considerada desde
muchos ángulos. Adler subraya en particular la incongruencia 0
de la constelación psíquica, y desde este punto de vista pued<'
i reconocerse un fortalecimiento y un debilitamiento por compa-
ración con la psiquis normal: el fortalecimiento consiste en el
carácter alucinatorio del histérico ( hasta cierto punto, esta carac-
terística también se encuentra en el individuo normal y en d
genio; en el histérico, no obstante, se intensifica). El debilila-
miento se manifiesta básicamente como una deficiencia en la
esfera de la introspección.
La terapia consiste primordialmente en fortalecer ciertas es-
feras psíquicas por medio de una especie de entrenamiento psí-
quico. Las cualidades psíquicas del histérico se desarrollan du-
rante el tratamiento. El paciente sorprende por sus ideas y su
descubrimiento de asociaciones, lo que a veces deja atónito al
médico. Durante el tratamiento, y también después de él, do-
mina un material que antes le era totalmente extraño. Al aumen-
tar su comprensión, el paciente obtiene la tranquilidad mental
que tanta falta le hace. De ciego juguete de las circunstancias,
se convierte en alguien que combate o padece conscientemenlt •
su destino.
En la práctica, realmente no tiene imp8rtancia saber si ln
terapia ataca el síntoma. El paciente habla de lo que le preocupn
más. En la descripción de sus síntomas, al igual que cuanclo
habla de otra cosa, afloran al primer plano las mismas fuerza~
pulsionales, solo que el síntoma muestra con claridad esas fuer
zas pulsionales, convirtiéndose de esta manera en el hilo cond111·
o No está del todo claro qué quiso decir Adler por "incongruencia".
congruencia respecto a qué?
1 ,/, , 1·1¡<·ro ele 1907 117
,r q11t• lleva al núcleo de la neurosis. En el curso del tratamiento
p11, il1•11 desaparecer una serie de síntomas superficiales; en cam-
1il!I , ,t ra serie de síntomas -que pueden haber sido esclarecidos
1 tl1111•11Lc- no desaparecen hasta que el paciente adquiere la
111,tl,•1.a psíquica necesaria para hallar diferentes vías por las
n,tl,·.~ <':tnalizar sus energías pulsionales.
li:11 cuanto a la sustitución de un complejo por otro, Adler
111 p111•dc verla como posible si se crea otra vía de escape para
! ti, .. 1rrollo neurótico de la vida pulsional (por ejemplo, la pin-
111,¡1, la música o la psicología).
1,:1 interés del paciente por el método puede ser muy promi-
11111 pn ra el éxito terapéutico. Adler considera que la trasferencia
,, tl1osa fundamentalmente como herramienta terapéutica: gra-
1 ,·lla los numerosos elementos desagradables resultan acep-
11k~ para el paciente.
lí: ,, relación con la histeria pura, debemos convencernos de
jlH pttt'dc curarse. Dado que Adler cree en una etiología basa-
111 , 11 In inferioridad de un órgano, no puede esperar que el pa-
1,11,, S<' vuelva totalmente normal después del tratamiento.
11:11 realidad, las circunstancias sociales del paciente pueden
l1iiitl111 su cura completa; un factor que aparece reiteradamente
111 discordia entre sus padres. No obstante, en los padres ya
1 t\' l11lnioridades que solo difieren en la forma. Tal vez no se
1110,1111111<'n en una neurosis, ni siquiera en enfermedad. Aun así,
11, 11 produciéndose peculiaridades a las que el otro progenitor
ptll'dc resignarse, y como resultado se producen desacuerdos.
1
1:11 la formación de los síntomas neuróticos participan órga-
1~ •111n, de esta manera, procuran obtener placer. No todo de-
1111, de la fortaleza o debilidad de la libido, pero sí, en gran
d1il,1 , ele la manera en que el individuo tolera esa libido.
1,:, rtNCON dice que buena parte de la exposición de Adler si-
¡¡¡ 1 ', i1·11Clo ambigua e incomprensible para él: prefiere esperar
1p.11 iC'iÓn de su libro.
', 11,KEL afirma, en primer término, que deb erá descartarse
1 l 1,,ilicación habitual de las neurosis. La Escuela de Dubois 7
h, , 11110cc síntomas nerviosos. Dubois trata de reforzar el com-
1111 dl'I yo por medio de complejos ético-filosóficos. Lo que
1d11, ·t· la neurosis es el conflicto psíquico entre la vida pulsio-
1 \' l:is representaciones inhibitorias: si vamos más allá de este
¡illil'lo, entramos en el terreno de la sexualidad. La relación
,lt1I ii,·1{m-pulsi6n regula el estado de salud del individuo.
11,,11111~, JJrofcsor de ncurologia <'n la Universidad ele Berna, Suiza, fue
1 1" 1dor do una psicoterapia hasaclti <'n la persuasión del paciente.
 118 Alta 11
En el criminal predomina la vida pulsional; en el neurótico,
la inhibición.
Considerando las neurosis aisladamente, podemos observar
que la neurastenia es la tragedia de la impotencia relativa; Ja
potencia sexual entra en conflicto con el deseo sexual. Por tal
razón, solo los hombres se convierten en neurasténicos: en las
mujeres no se da ese tipo de impotencia. La histeria es la lucha
entre el deseo sexual y la aversión sexual; en esta enfermedad,
la vida pulsional y la inhibición se contraponen con fuerza. En
el hipocondríaco, la pulsión sexual choca con la pulsión de auto,
conservación ( angustia sexual). El hipocondríaco trasfiere sus
inhibiciones de la esfera ética a la somática.
En opinión de Stekel, el problema consistente en determi·
nar qué tipo de personas se vuelven neuróticas tiene esta res-
puesta: la neurosis se produce por la cantidad de inhibiciones.
Considera Stekel que el impedimento surgido del medio cir-
cundante es el factor más importante (y no el impedimento que
,,,
surge de los órganos) . Los procesos órgánicos no tienen nada
que ver con las neurosis. Los factores sociales desempeñan un
papel importante, como lo demuestra la nerviosidad de los ju -
díos rusos. Las epidemias de histeria también demuestran la au-
sencia de determinantes orgánicos; sencillamente, en todas ellai·
están presentes las mismas represiones.
La tarea primordial de la terapia consiste en reconstruir lo
que es individual llevándolo al plano de lo que es humano en
general. 8 Es necesario que el paciente aprenda a conocer el m<·
canismo de la represión y se convierta en su propio terapeuta.
SADGER comienza refiriéndose a la psicoterapia. Los fracas<,~
terapéuticos son, en parte, culpa del médico, y en parte culpa
del paciente. Son culpa del médico si no se produce la trasferc11
cía ( que debe aparecer después de la segunda o tercera sesión).
o si el médico deja de proporcionar una explicación al pacicnl<•
en el momento oportuno.
El fracaso es culpa del paciente si tiene algún motivo pnrn
no querer recuperar la salud, o si algún obstáculo externo s1·
opone a su recuperación. Si no está presente ninguno de estos
contramotivos, se produce la llamada curación; pero el individuo
"nervioso" subsiste.
Sadger enfoca luego la distinción que establece entre los
conceptos de degeneración y de predisposición hereditaria. A fin
8 El original dice: "Die Hauptaufgabe der Therapie sei das Individuelfo
íns allgemein M enschliche aufzubauen". Stekel parece hacer referencia n
la idea de Freud según la cual la terapia psicoanalítica trasfo1ma el suf1 i
miento neurótico en sufrimiento humano común.
/() d,· mero de 1907 119
íl, ol>t(•ncr un cuadro amplio de los síntomas de predisposición
li, 1t•ditaria, ha efectuado un estudio de los caracteres patológicos
o1 1111" los poetas. Todos los síntomas de predisposición heredita-
1l I i·ondl~cen al yo, a la esfera de las sensaciones corporales, en
111110 que en las enfermedades degenerativas (imbecilidad) los
, , 111 ros de asociación están enfermos.
1)cspués de curada la histeria, subsiste el cuadro de predis-
p11•, lt'ión hereditaria. La "constitución sexual" que Freud encon-
111, 1·n los neuróticos también apunta, fundamentalmente, a la
, ,1, ·ra de las sensaciones corporales. Los individuos llamados nor-
1111d1·s muestran con frecuencia síntomas histéricos cuando caen
111v1·mente enfermos. Una causa de la "nerviosidad" es el hecho
d, , que desde la emigración no hemos recibido sangre nueva (la
l 11 \I ia rubia de Nietzsche).
La histeria es la neurosis del amor por excelencia. Las mu-
j,;11·s neuróticas son las más deseadas. Una herida grave en la
, ·•.lna sexual ( por lo común de naturaleza homosexual) es el
, 11111icnzo de la neurosis. Después del análisis, el paciente sigue
, 1111 huena salud porque el síntoma neurótico solo puede produ-
' l1s1· inconscientemente; pero esta vía de escape ha sido bloquea-
d11 ( a menos que el paciente oculte algo). La terapia no se diri-
1'« ' ('Ontra síntomas aislados porque todos los síntomas crónicos
, ¾11)1\ interrelacionados. Solo hay un medio de reemplazar los
111111plejos: todos los síntomas deben trasferirse al terapeuta.
La predisposición de los judíos a la neurosis obsesiva está
1dacionada quizá con su hábito de cavilar, que los caracteriza
, le •scle hace miles de años ( estudio del Talmud, etc.).
KAHANE introduce sus observaciones afirmando que la psi-
q11is solo puede comprenderse en forma alegórica: todo lo psí-
q,iico no es más que una alegoría. Si consideramos la psiquis
e orno un órgano, podríamos comparar las neurosis, por decirlo
,~í, con las enfermedades metabólicas y decir que son producto
dc •I metabolismo psíquico intermedio.
La Anlage psíquica se da de una vez para siempre. La psi-
lf II is vive gracias a las cargas [ de energía l [Ladungen] que re-
' d,c. La primera carga es sin duda el afecto de angustia sentido
cl11rante el pasaje a través de los órganos genitales matemos (dis-
rll'a). Las primeras cargas placenteras son, probablemente, la pri-
111<'ra inspiración de aire y la succión del pecho materno. La asi-
111ilación completa de estas cargas es la condición de la salud.
Si, en una forma u otra, quedan residuos, se acumulan donde no
1·orresponde y se desarrolla una neurosis; por lo tanto, los pro-
<·t•sos psíquicos concomitantes no se ajustan a los procesos somá-
1icos, como ocurriría en el caso de una persona normal. El histé-
dco emplea residuos psíquicos para catectizar lo somático; hay

120 Acta 11
también, por decirlo así, heces psíquicas, y las neurosis podrían
compararse con la constipación (autointoxicación). Un buen re-
medio para esto consiste en una suerte de gimnasia psíquica. De
tanto en tanto es preciso sacudirse las inhibiciones acumuladas
y regresar al nivel primario de la vida pulsional; esta posibilidad
les está negada a las mujeres.
Para continuar con la metáfora del metabolismo, podría de-
cirse que la psicoterapia es una cura de agua mineral ( como, por
ejemplo, en el caso de la gota). Los depósitos se lavan con ayu·
da de los poderosos complejos introducidos.
[A.] DEUTSCH desearía plantear nuevamente el interrogante
referido a la predisposición neurótica. Los análisis de las perso-
nas sanas podrían esclarecer las razones por las cuales algunas
caen enfermas y otras no.
FREUD declara que la primera pregunta que plantea Eitingon
también contiene otro interrogante: ¿Qué factores deben inter-
~
venir, además de los mecanismos conocidos, para producir en un
caso una histeria, en otro una neurosis obsesiva, etc.? El compo-
nente sexual de la vida psíquica tiene mayor relación con el ori-
,¡ gen de las neurosis que todos los demás factores. Esta afirma-
ción solo puede demostrarse en la medida en que cualquier pro·
ceso psicológico pueda ser demostrado. La pregunta del señor
Eitingon delata el repudio teórico de la etiología sexual de la
neurosis, repudio que no siempre mantuvo la Escuela de Zurich.
Por medio de la sexualidad se establece la relación íntima entre
psiquis y rnma. 9 De ahí que la respuesta al interrogante plan-
teado debe ser que la constitución psicosexual es el factor adi-
cional que contribuye a la producción de la neurosis. Todavía
no puede afirmarse categóricamente que eso sea todo. Es posi-
ble que no haya que añadir nada nuevo a la constitución psico-
sexual y los mecanismos ya mencionados.
El problema debe considerarse desde el punto de vista <le]
neurótico: éste no está tan enfermo como nos parece a nosotros.
Parte de su sufrimiento surge del hecho de que entra en con-
flicto con nosotros ( ésta es la causa de la mayoría de las "rabie-
tas"). Sólo está enfermo en la medida en que sufre: es ahí donde
la terapia tiene sus limitaciones. La terapia puede curar al neu-
n Freud expresó posteriormente la idea de que la pulsión es un vínculo
entre psiquis y soma de la siguiente manera: lo que percibimos como em-
puje es el representante psíquico de una pulsión, no la pulsión misma.
La pulsión no puede definirse en témúnos psicológicos. Es en el com
ponente somático de la pulsión donde tendríamos que buscar la raíz so-
mática de las neurosis, especialmente de la histeria, con su tendencia a
h convers ión.
'fl ,/,, t: 11('/'0 de 1907 121
ít l i, o solo en la medida en que sufre; 10 en la medida en que no
1tl 11. la terapia es ineficaz. En la mayoría de los casos, no obs-
l '. 1111,•, se encuentra tal elemento de rechazo. 11
l'osiblemente todos nosotros seamos algo neuróticos. En las
1 J¡, 1111slancias actuales, incluso existe una histeria beneficiosa,
¡¡11 las correspondientes ventajas derivadas de la conversión. Las
1 ·111•,i,kraciones prácticas determinan realmente que un individuo
, 1 mracterizado como enfermo. La diferencia real entre una
11il, 1111cdad leve y una grave reside tan solo en la localización,
l I l11pografía del síntoma. 12 En la medida en que el elemento
1 1111li'igico obtiene una vía de descarga en actividades insignifi-
, 111l1 ·s, el hombre está "sano". Pero si ese elemento ataca funcio-
11, , <'S<'nciales para la existencia, entonces se lo considera enfer-
¡, 1, 1 De esta manera, la enfermedad se desarrolla a través de
1111 111nemento cuantitativo. El mantenimiento de las represiones
11 LL histeria requiere cierto gasto de energía psíquica; en con-
1111 ·ncia, · 1a mayor parte de las fuerzas psíquicas es utilizada
,,.11;1 inhibir. El efecto psicológico de la cura es conseguir que
tli, l1as energías queden en condiciones de ser libremente utiliza-
d.1~.111 Al paciente se le devuelve la salud por medios cuantita-
11, os. 14
El problema de la elección de una neurosis ( ¿qué factores
, 1H'l'Íficos determinan el desarrollo de cada forma de neurosis?),
, 1111figura el terreno acerca del cual menos sabemos. Debe supo-
111 1S<' una combinación de la constitución psicosexual con otras
, 1111slituciones ( como ocurre, por ejemplo, con las dotes motoras
, ', ¡wdficas del a1tista: el lenguaje, la visión, el tacto). 15
Un segundo aspecto es el de las enfermedades regresivas:
¡111t'slo que las funciones sexuales normales tienen lugar a través
1,, Esto es lo que ongma las mayores dificultades encontradas en los aná-
11 .i·; didácticos, dificultades a las que yo (Herman Nunberg) hice refe-
11'1ll'ia en "Carácter y neurosis" (Principles of psychoanalysis, International
1 111vt•rsities Press, Nueva York, 1955, capítulo X) (Neurosenlehre, Hans
ll11' 1cr, Berna y Stuttgart, 1959, p. 377).
1 1 El beneficio secundario de la enfermedad parece ser la causa de este
11 ·1!tazo.
1' lloy diríamos que se trata de saber si el síntoma afecta al superyó
,1 ti yo.
Aclualmente agregaríamos: a disposición del yo.
11 Ya por aquel enlonces, Freud afirmó que el factor cuantitativo desem-
111·11a d papel principal, tanto en la enfermedad como en la cura (hecho
pu• subrayó repetidas veces). Por mi parte, me explayé sobre estos pro.
1,I, mas en un trabajo que titulé "La fuerza y la debilidad del yo" ( 1939)
, 11 l'raclice and theoru of Psuchoanalysis, lnternational Universities Press,
'\,11,·va York, 1961, 2~ edición, así como en "Evaluation of the Results of
l\yc hoanalylic Trcalmcnt", J., 35, pp. 2-7, 1954.
1'' El problema no ha siclo rt'S11<"llo l1asta la fecha.
122 Acta 11 i(/ rf1• <'IIC/'0 de 1907 123

de cierto desarrollo, debe suponerse que en esta esfera también 1 .1, vicisitudes de la trasferencia determinan el éxito del trata-
se producen ciertos procesos de regresión ( como en todo caso en
11111 •11lo. Lo único que aún le falta a nuestro método es autori-
que se hallan involucrados procesos evolutivos). En la histeria se , l.1d , d elemento de sugestión debe agregarse desde afuera. Pero,
produce una regresión de esta índole, que va de la función re- 11111 así, la necesidad de liberación del inconsciente hace la mitad
productora a sus componentes. La neurosis obsesiva, a su vez, ,_1, <"amino·. 20 El neurótico no vuelve a. caer enfermo porque he-
guarda una relación más estrecha con las tendencias perversas. """ vuelto conscientes los contenidos infantiles inconscientes ( el
Las neurosis obsesivas se dan en personas del más elevado desa- 111 1o facto~ en la formación de síntomas, además de la repre-
rrollo moral (Zola, amante fanático de la verdad, era un neu- 11111), 21
rótico obsesivo). La moralidad se desarrolla a expensas de las El interrogante referido a la necesidad de elaborar o no una
perversiones; lo que la produce es su supresión. 16 La suposición , ,·,wología específica de las neurosis debe responderse en forma
de Jung en el sentido de que las influencias tóxicas son decisivas 1111higua: sí y no. Si la psicología generalmente aceptada fuera
para la elección de una neurosis es prematura. 17 , 11111•cta, no habría necesidad de que existiera una psicología es-
La terapia es impotente en lo que concierne al síntoma ais- ¡11Tial de las neurosis. Tal como están las cosas, es necesaria. 22
lado. La meta de la técnica ( tal como ha dicho Sadger) es hacer
que el paciente líaga todo por sí mismo. La labor del terapeuta
consiste siempre en eliminar las resistencias. 18
La naturaleza de la terapia puede caracterizarse de diversas
maneras: 1) la terapia llena las lagunas de la memoria ( produ-
cidas por la represión) ; 2) elimina las resistencias; 3) reemplaza
lo inconsciente por lo consciente. Todo esto, en realidad, equi-
vale a una misma cosa. Solo hay un poder que puede eliminar
las resistencias: la trasferencia. El paciente se ve compelido a
abandonar sus resistencias por amor a nosotros. Nuestras curas
son curas de amor. Por consiguiente, a nosotros solo nos resta lle-
var a cabo la tarea de eliminar las resistencias personales ( que
se oponen a la trasferencia) . En la medida en que la trasfe-
rencia existe,· en esa medida podrá producirse una cura: es lla-
mativa la analogía con las curas hipnóticas. Ocurre tan solo que,
en el psicoanálisis, el poder de la trasferencia se utiliza para pro-
ducir un cambio permanente en el paciente, en tanto que la 11
En efecto, una de las tendencias del inconsciente es la de modificar su
hipnosis no es nada más que un juego de manos [Kunststück] .1 !1 , •,t.1do, es decir, volverse consciente. La terapia parece descansar en esta
, 11,didad de la vida pulsional inconsciente.
1 El síntoma se forma como transacción entre las fuerzas reprimidas ( el
l1l!'Onsciente infantil) y las represoras (el yo o el preconsciente). No es
16 En alemán, la orac10n es ambigua: puede querer decir "la moral se
desarrolla a expensas <le las perversiones mediante su supresión", o bien
, -i,· el lugar apropiado para examinar en forma detallada este proceso tan
,11,nplejo.
"la moral se desarrolla a expensas de las perversiones, cuya supresión logra
Esta fue una ele las discusiones más importantes desarrolladas en la
a su vez". En la actualidad diríamos: la moral se forma bajo la influencia
',11cicdad de Viena. Todos los oradores dijeron algunas verdades, pero la
del superyó. Esto no contradice las afirmaciones de Freu<l en el curso dC'
, 1111tribución <le Freucl contenía el núcleo de sus posteriores concepciones
la discusión, ya que la formación del superyó a pa1tir del yo es, en parle,
·.11hrc la etiología, la dinámica y la terapia de las neurosis. La resolución
una reacción contra el sadismo.
,1, . las resistencias y la trasferencia, que compara con la hipnosis, desem-
17 Vber die Psychologie der Dementia Praecox [Sobre la psicología de la
p6,an, segt'm él, el principal papel en la cura. El problema fundamental
demencia precoz], Marhold, Halle, 1907.
1 8 Incluso en aquel entonces el tratamiento no se dirigía al síntoma como
pl:inteado por Eitingon, concerniente a la elección de una neurosis, no ha
11,dlado respuesta hasta la fecha. Freucl volvió sobre el problema en el
tal sino a la personalidad global, así como a la superación de las resistencias.
t,ahajo titulado "La disposición a la neurosis obsesiva: una aportación al
10 Véanse "Psicología ele las masas y análisis del yo" ( 1921), O.C., t. III,
prnhkma de la elección de nC'urosis" (1913) O.e,, t. II, pp. 1738-1743,
pp. 2563-2609, y H. Nunberg, "Transference and Reality", J., 32, pp. 1-9,
,·11 d cual muestra la c:ont, ih11,·ión específica del yo a la formación del
1951.
,í11toma.

12
REUNION CIENTIFICA DEL 6 DE FEBRERO DE 1907
Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Frey, Hitschmann,
Kahane, Rank, Reitler, Sadger, Stekel.
FREY toma en préstamo el acta 11 y el suplemento de Reitler al
acta 9, con la advertencia de que se las pasará a Hitschmann.
PRESENTACIÓN
STEKEL hace la recensión de dos libros:
La psicopatolo~ía del vagabundo, estudio clínico, por el doctor
K. Wilmanns. 1
La psicología de fa demencia precoz, Ensayo, por el doctor C. C.
Jung 2
El libro de Wihnanns incluye cuarenta y un casos de demencia
precoz, con los historiales completos. Sus conclusiones fueron
extraídas de ese material. La obra tiene el mérito de poner el,·
manifiesto y recalcar el sufrimiento de las personas que son oh
jeto de los métodos de tratamiento más absurdos porque los m{•
dicos de hospicios y cárceles tienen un conocimiento deficientP
de los problemas psiquiátricos. Por otra parte, la obra caree<·
de lo que sería más interesante para nosotros: la psicología. E11
cada caso, Stekel echa de menos un análisis de la motivación
psicológica profunda, del afecto oculto detrás del cuadro glob,tl
de la enfermedad y de la transición de la salud a la enfermedad.
Jung efectuó un intento en este sentido, demostrando qrn·
las respuestas aparentemente sin sentido de los pacientes aquC'
jados de demencia están estrictamente determinadas ( de acu('r
l Zur Psychopathologie des Landstreichers, Leipzig, 1906.
2 über die Psychologie der Dementia Praecox, ' -hold, IIaJle, 1907. Tra-
ducción al inglés publicada por Nervous cnd ,1,,, ,Visease Monogra¡1/1.\
1909.
li rfl' / l'{Jl'el'O de 1907 125
do t'On los mecanismos freudianos). Por medio de sus "sínto-
3
11111s", los pacientes compensan las privaciones que la vida les ha
l111pucsto.
Wilmanns hace frecuentes referencias a una vida sexual anor-
111al en sus casos, pero solo en forma de tímidas insinuaciones.
Informa que los pacientes han cometido en su juventud nume-
rosos delitos sexuales que los hicieron entrar en conflicto con
la ley.
Stekel cree poder conjeturar la génesis de uno de esos casos,
n.fcrente a un joven que agredió a su madre (para Stekel, se
1rataría del negativo del amor del joven por su madre). Piensa
que la pulsión de huida ( deserción del ejército, vagabundeo)
1i('nc una motivación psicológica más profunda de lo que su-
pone Wilmanns.
La presentación de Jung deja un problema sin resolver: por
qué una persona se vuelve histérica y otra demente. 4 Jung sale
del paso suponiendo la presencia de una toxina en la demencia
precoz. Stekel desearía postular otra hipótesis: puesto que el ce-
rebro humano continúa creciendo durante casi toda la vida (hasta
los sesenta años) en proporción a su actividad mental, y puesto
que, además, la represión también debe considerarse una forma
de actividad mental, cabría suponer que se establece una pre-
disposición a contraer dicha enfermedad ( demencia precoz)
cuando el cerebro, durante su período de crecimiento, se en-
cuentra con una base craneana rígida. 5 En las personas que tie-
nen una predisposición peculiar, suelen darse casos de metopis-
mo: la sutura frontal no se ha cerrado en el curso del crecimien-
lo ( Buschen, Cerebro y cultura) . 6 Por consiguiente, en primer
lugar, deben efectuarse mediciones craneanas de los paranoicos
y compilarse casos de metopismo.
DISCUSIÓN
ADLER se asombra de que sean tan pocos los aspectos generales
que se desprenden del abundante material de que disponía Wil-
3 1Tung es el primero que procuró descubrir el significado oculto en el
"sin-sentido" de los esquizofrénicos; su libro es un verdadero hito en la
historia de la esquizofrenia; baste recordar que en los historiales de casos
de esa época se registraban habitualmente observaciones tales como: el pa-
ciente dice tonterías, material sin sentido, etcétera.
4 El problema fue abordado en la reunión anterior y volverá a ser enca-
rado reiteradamente.
La fantasía de Stekel parece no tener límites.
" Georg Buschen, fallecido en 1904. Gehirn und Kultur: Grenzfragen eles
Nerven- und Seelenlebens [Cerebro y cultura: problemas límites ele la vida
nerviosa y mental], Bergmann, Wiesbaden, 1906.
 126 Acta 12
manns, y lamenta que él mismo tenga muy poco material a su dis-
posición. Con respecto a dos interrogantes planteados, a saber có-
mo se forma el síntoma de vagabundeo y cómo está vinculado a la
realización de deseos, desea llamar la atención sobre dos aspectos:
l. Al modificar su ambiente, el vagabundo crea la misma
situación que el histérico al huir del mundo: una forma de esca-
par del medio circundante.
2. Un caso observado por Adler podría dar la respuesta al
problema de saber qué parte de la vida pulsional es responsable
del vagabundeo ( no se trata de un vagabundo en el verdadero
sentido de la palabra, aunque se asemeja mucho a él; su vagan-
cia tiene un carácter pulsional). El hombre en cuestión es inte-
Hgente, bien educado; de tanto en tanto vagabundea por las ca-
lles sin destino fijo, y solo se calma después de hacer precisa-
mente lo que quería evitar: visitar a una prostituta. Durante ese
deambular sin rumbo no llevaba dinero consigo, pero con regu-
laridad tomaba algo en préstamo de algún conocido.
(FEDERN interviene, para preguntar si había robado algo.
'·11 ADLER replica que, de haber robado, la analogía sería por cierto
1 equívoca.)
l~ De acuerdo con lo que ha observado, los delincuentes juve-
niles comienzan por vagabundear. Hay también un grupo de
hombres, los gitanos, que son vagabundos típicos (los gitanos sue-
len desertar del ejército). ( HrrscHMANN menciona a los nómades
en general.)
Respecto a las crueldades cometidas por los médicos y en-
fermeros, hay entre ellos muchos sádicos cuya crueldad se ceba
en sus víctimas indefensas.
Parte de la hipótesis de Stekel le resulta particularmente atra-
yente: la referida a los signos de degeneración craneana. En opi-
nión de Adler desempeñan un papel importante ( metopismo,
estigma de inferioridad). No obstante, no puede aceptar todas
las relaciones causales vislumbradas en su hipótesis.
RANK ve cierta relación entre los viajes efectuados por mu-
chos grandes poetas, a la manera de una huida, y el "vagabun-
deo". Son bien conocidas las correrías de Kleist 7 por Alemania
y Francia. También la huida de Stuttgart de Schiller, que debe
de haber tenido motivaciones más profundas (inconscientes) que
las conocidas por los historiadores de la literatura, podría enfo-
carse desde esa misma perspectiva. El primer viaje de Goethe a
7 Heinrich von Kleist ( 1777-1811) fue primero soldado profesional, re-
nunció al ejército para dedicarse al estudio de la filosofía; desilusionado,
viajó por Francia y Suiza. Durante sus viaies descubrió su vocación, y se
convirtió en notable autor de prosa y teatro. Terminó suicidándose.
O d, · /<'hrero de 1907 12:!
1t11lia fue una huida, así como la huida de Wagner desde Dres-
""· <·1 viaje de Hebbel 8 a Hamburgo (y su posterior sed de via-
l 11) y probablemente, el viaje de Shakespeare a Londres. Para
11111d1os poetas (Hebbel, Kleist), su vocación poética comienza
,·1111 un viaje (huida), al igual que la neurosis en el vagabundo.
l'l'lo observamos que en la mayoría de los poetas esa huida es
11•11l111ente un modo de emanciparse de sus familias (padres y
11• •rrnanos, principalmente). Para Shakespeare, no se trataba de
, 11 mnciparse del padre, la madre y los hermanos, sino de la fa-
111il ia que él mismo había formado: su esposa y su hijo (no obs-
111 11( <', se trata de un mero desplazamiento). Lo mismo ocurre
, 11 el caso de Wagner. ¿No sería concebible que el motivo de
111 pasión del vagabundo sea un deseo similar de emanciparse
d, • la familia? Podría describirse el aspecto neurótico del vaga-
l111 ndeo aplicando en forma algo racionalista la tesis de Freud
·,q..(Ún la cual la defensa es el correlato psíquico de la huida;
por consiguiente, podríamos decir que en el vagabundo el me-
' ,111ismo se invierte, por decirlo así, y la defensa psíquica vuel-
\1' a expresarse en forma de huida; es decir, como defensa mo-
l I iz. Tal vez sea esto lo que Adler denominó huida del medio
, 1rcundante.
KAHANE puntualiza que el tema del día corresponde esen-
' 1almente al terreno de la sociología. El vagabundeo no es un
l'l)t1Cepto absoluto, sino que debe interpretarse de una nueva
111nnera a la luz de las condiciones imperantes en nuestra cultu-
1i1. Trasladado a un desierto, por ejemplo, el vagabundo perde-
1In de inmediato su carácter criminal; estaría haciendo tan solo
In que todo el mundo hace. El vagabundeo no siempre se asocia
,·on la psicosis. En cierto sentido, todos nosotros "vagabundea-
111os", nuestras vacaciones no son otra cosa. Kahane puntualiza
1111cvamente que también para nosotros constituye una necesidad
11 handonar nuestras inhibiciones culturales en forma rápida y
11 ·pentina. Con referencia a los gitanos, plantea la cuestión del
•·arácter hereditario del vagabundeo: tal vez el vagabundo esté
111ás cerca que nosotros de los pueblos nómades.
FEDERN menciona en primer término a dos grandes poetas
"vagabundos": Byron y Béranger. n El auténtico vagabundo se
mracteriza por su falta de apego al hogar. El aspecto neurótico
rPside en la incapacidad del vagabundo de adaptar su vida pul-
H Friedrich Hebbel ( 1813-1863), importante autor alemán de prosa, poe-
~lll y teatro, fundador del drama psicológico. Su primera obra teatral,
/rulith, desempeña un papel en el trabajo de Wittels, registrado en el acta
número 19.
11 PicrrC' Jean de Dé·ra11gC'r (17801857) . poC'ta popular francé-s.
 Acta 12
128
sional a nuestras condiciones sociales. Federn hace una diferencia-
ción entre los vagabundos sintomáticos ( el caso citado por Adler)
y los vagabundos que podríamos calificar de esenciales. El va-
gabundo auténtico carece de hogar, en tanto que el vagabundo
sintomático podría ser descrito como alguien que busca constan-
temente un hogar. Federn conoce un caso de vagabundeo sinto-
mático de ese tipo: el de un hombre que, por las razones
más triviales, cambia constantemente de domicilio.
Federn pregunta si las enfermedades infecciosas pueden
ejercer alguna influencia en la etiología de la demencia precoz.
Él mismo ha advertido la aparición de demencia precoz después
dr:· una corea. Después de todo, podría tratarse de una enfer-
medad tóxica.
En vista de las acusaciones de Stekel, desearía defender en
cierto roo.do a los médicos de los hospicios y cárceles; respecto
de la imposibilidad de influir en los pacientes, remite a las Ta-
10
gebuchbliitter eines sibirischen Striiflings, de Melschin.
Federn se muestra sumamente escéptico acerca de la hipó-
tesis de Stekel. Entre otras cosas, señala que los hidrocefálicos
también pueden ser gente muy dotada, como Helmholtz y Gauss.
FREUD considera que la demencia precoz no es más que una
1~
denomin:ición moderna ( Kraepelin) . Él mismo diagnosticó una
paranoia en el caso analizado por Jung. Los síntomas de la d<'-
mencia precoz no incluyen la demencia, ni son "precoces". El tér-
mino engloba lo que en otros tiempos se conocía con el nombro
de heb cfrenia ( cuya característica es la imbecilidad precoz), y n
todo ello se añade un grupo perteneciente a la paranoia. Sería
preferible hablar de paranoia en todos los casos en los que se ma
nifiesta en alguna medida. 11
El tema del vagabundo es primordialmente de orden socio
lógico. El tratamiento insensato de que es objeto esa gente c11
las cárceles ( en la medida en que son dementes) solo es un as
pecto del general incumplimiento del deber en la asistencia n
los pobres. Si existiera una terapia aplicable a esos estados ( el<·
mencia precoz, etc.), el confinamiento en la cárcel sería u11
crimen.
Un profano, R. M. Meyner, declaró en cierta oportunida<l
( en el semanario vienés Die Zeit) que para una persona nm
10 L. Melschin (P. J. Jakubowitsch) (1860-1911). [Páginas del diario
ele u:n convicto en Siberia], Insel Verlag, Leipzig, 1904.
11 Bleuler designó todos esos grupos con el término "esquizofrenias". l ,11
elección del término no es afortunada, ya que, tal como lo señaló Frc11d,
el yo de los neuróticos también está disociado, aunque en menor mcdidu
que el yo de los esquizofrénicos.
ti "" fl'l,rero de 1907 129
111.il era imposible emitir un discurso totalmente carente de sen-
1ido y que, mediante desplazamientos y sustituciones, podía des-
' 1d II irsc el verdadero significado oculto de esas palabras. Eso es
111 q11c hizo Jung: descubrió el sentido oculto de los discursos
11 s<·nlido de sus pacientes. La mayor parte del cambio [ distor-
1'111 / se debe a los mecanismos de [realización de] deseo y de
1, •pn·s ión. El paranoico huye de la vida en la enfennedad. Tiene
l11 l•,:tr una represión de lo real [des Realen], como en todas las
11, •11rosis y psicosis.
Muchas veces es imposible formular un diagnóstico correcto
il <'<>mienzo de la enfermedad. El cuadro clínico es el mismo en
1111l<'hos casos. Freud menciona el caso de una mujer a la que
1, 11 <'> ( con escaso resultado) como histérica. Algún tiempo des-
1111, ·s <le interrumpido el tratamiento, comenzó a tener alucina-
' li1111·s, veía espíritus y cosas parecidas; padecía de una evidente
I'·, m noia espiritualista. Obviamente, la paranoia estaba latente ya
,1 <'<>rnicnzo, pero no pudo reconocérsela en su etapa inicial.
Frcud no considera que la hipótesis de Stekel sea la más
q11m:imada a la verdad. Entre una respuesta que pueda sus-
1, 11larsc en nuestros actuales conocimientos y la de Stekel, cree
,pin elche de haber toda una serie de eslabones.
Hank tocó el núcleo del problema cuando intentó explicar
l I l111ida de los vagabundos por el factor que es común en la
l1111d1t de los poetas.
Una vez más, Freud nos recuerda su división de la vida
11,1orosa en amor objetal y autoerotismo, y, además, la retrogre-
11111 mencionada antes ( regresión de la libido), la cual también
l1111d(· en la paranoia. El vagabundo que huye tiene un motivo
l111ilar: huir de sus pulsiones, del amor objetal.
l ,a histeria, por otra parte, se distingue de la paranoia por
l 1 11<·<·ntuación exagerada del objeto. La histeria es un estado
1111moso excesivo. Cuando aislamos al paciente de su hogar como
111• dida terapéutica, hacemos por él lo que el vagabundo hace
11111 sí mismo. El histérico ( por contraste con el paranoico) se
i1:ilL1 atado al hogar y a la persona; se siente angustiado cuando
,, 11parla del hogar un poco más de lo habitual. El histérico exa-
,., ,., d amor objeta! y, por lo tanto, se vuelve incapaz de mo-
' llimrsc: se produce en él una fijación. El vagabundo, por otra
11,1111', se arranca de su objeto.
( En relación con el sonambulismo, ADLER sugiere que correr
111 actividad autoerótica del vagabundo.)
Frcud se inclina por explicar la tendencia a ver "simulación"
1, 11 toclo l basándose en la psicología general del funcionario
¡,1d,li<'o. Como en el funcionario la tentación de simular es muy
 130 Acta 12 (/ <I<' [<'brero de 1907
131
grande pues le pagan un sueldo fijo aunque su rendimiento sea El descontento con el ambiente es, en su opinión, primor-
insuficiente, siempre está excesivamente dispuesto a considerar dntl mentc una forma de insatisfacción consigo mismo, una suer-
que todos los demás también son simuladores. 1, · ele• estado hipocondríaco.
El hecho de que no haya naturalezas violentas (asesinos) ( FREUD observa que si es cierto que la neurosis de angustia
entre los vagabundos (dementes) revela una insuficiencia del e'\ el equivalente somático de la histeria, también debe existir
amor obj<:tal (no odian a su prójimo porque tampoco lo aman). 1111 estado somático que guarde una relación análoga con la para-
SADGER considera que la demencia precoz es una psicosis 1111 ia; tal es el caso de la hipocondría. En ese estado también se
"de moda", a la cual le atribuyen muchas cosas que en realidad r1rncluce una vuelta de la libido al yo del sujeto, vuelta a la cual
pertenecen a la esfera de las taras hereditarias. En el vagabun- ,·mrcsponden siempre transformaciones en sensaciones displa-
deo -la necesidad apremiante de deambular sin rumbo- tam- ' , 11lcras. )1 4
bién hay síntomas de taras hereditarias. La aversión a establecer [A.] DEUTSCH menciona la amistad (homosexual) entre los
vínculos 12 es uno de esos síntomas; tal individuo ( como Lena u, pod as Rimbaud y Verlaine. Un día ambos desaparecieron de sus
por ejemplo) no puede soportar lazos permanentes, su propio yo 11111-{arcs, vagabundearon juntos durante años enteros, y de pron-
es reacio a ello. Sadger relaciona el tipo de huida que a menudo 111, huyeron uno de otro, para volver a reunirse posteriormente.
se observa en las mujeres histéricas con las tendencias infantiles SrEKEr. cita un caso de demencia precoz consecutivo a un
a alarmar, llamar la atención, etc. Por lo general, dichas mujeres 11 ·11matismo complicado con corea.
no se van muy lejos, de modo que es posible hacerlas volver El factor más importante en los casos de vagabundeo es el
fácilmente y calmarlas con caricias, como a un niño. 11 111igo que impulsa al vagabundo a huir. Finalmente, Stekel
" Sadger tampoco puede aceptar la hipótesis de la toxina, de
Jung, ni la teoría craneana de Stekel.
,,·,1ala la similitud entre la neurosis de angustia y la enfermedad
, 1,• Basedow.
Entre el personal de enfermería la homosexualidad desem-
~ peña un papel muy importante, además del sadismo: el oficio de
enfermero es tí-picamente homosexual. A menudo los neuróticos
tambié'n" arihelan ser internados, llevados por un deseo homo-
sexual. 1
HrrsCHMANN en primer lugar remite al libro Denkwürdig-
keiten eines Arbeiters, 13 en el cual el autor pinta el retrato del
vagabundo típico ( sin demencia precoz). El libro no contiene
ningún pormenor erótico, pero al leerlo se tiene la impresión
de que el hombre se masturba.
Para nosotros, viajar tiene siempre el carácter de una con-
quista. Pero no es posible convertirse en héroe hasta que no s<'
haya dominado el amor por la madre. A menudo, el hogar rC'-
presenta también una inhibición erótica. En el vagabundo debe
tenerse en cuenta la complejidad de las fuerzas que tal vez no
le permiten abandonar su medio una vez que está atrapado en él.
La elección del vagabundeo, además, revela una profunda falta
de cultura, que debe estar basada en graves defectos.
Para poder distinguir la paranoia y la demencia precoz,
Hitschmann carece de datos sobre la edad de los pacientes en
los casos citados.

12 [Assoziationswiderwille]. Compárese con el acta n{m1ero 22.

J:l Karl F ischer, Denkwürdigkeiten und Erinnerungen eines Arbeiters [M<' ·
11
morías II recuerdos de 1m obrero] , L eipzig, 1904-1905, tres volúmenes. 1,:qa idea c:ristalizó c·on mayor c:laridacl en posteriorC's obras dr Frrnd .

13
REUNION CIENTIFICA DEL 13 DE FEBRERO DE 1907
Presentes: Freud, Adler, Federo, Heller, Hitschmann, Kahane,
Reitler, Rank, Sadger.
Hitschmann devuelve el acta 11 y el suplemento de Reitler
t al acta 9.
PRESENTACIÓN
1
Despertar de primavera, ,de ,vedekind
• ORADOR: DOCTOR REITLER
Reitler comienza con una caracterización de los tres personajes
principales: Moritz Stiefel, que permanece detenido en, el estadio
de la sexualidad infantil ( autoerotismo); su amigo Melchior Ga-
bor, que ha superado la sexualidad infantil para alcanzar el esta-
1 Frank Wedekind ( 1864-1918) tituló su obra Fr-ühlingserwachen, Eine
K.indertragodie [Tragedia de niños], y, por cierto, se mostró menos preocu-
pado por los individuos que por las grandes y pequeñas tragedias de los
adolescentes que despiertan al sexo sin conocimiento ni orientación alguna,
interpretados erróneamente y desdeñados por padres y maestros. El argu-
mento es simple: el estudiante Melchior y Wendla, de catorce años, hallan
respuesta a sus preguntas en una granja. Wendla queda embarazada, Y
antes de morir, como consecuencia de un aborto, le pregunta a la madre,
que nada puede hacer: "¿Por qué no me hablaste nunca de estas cosas?"
Moritz, amigo de Melchior, se suicida porque ha tenido malas notas
en la escuela. El perturbado padre, revisando la habitación de Moritz, halla
un escrito obsceno sobre el coito; la letra le resulta desconocida, y luego
,Jescubre que es de Melchior. Melchior es expulsado de la escuela y, al
huir de sus padres, que quieren enviarlo a un reformatorio, llega a un ce-
menterio. Mientras lee la inscripción en la tumba de Wendla, repentina-
mente ve a Moritz, que se ha levantado de su turnba y se le acerca llevando
la cabeza en sus manos. Moritz procura tentar a su amigo vivo para que
se una a él en el reino de la muerte, pero entonces aparece "el hombre
enmascarado" [der ver-mummte Herr], obliga al fantasma a volver a su
tumba y lleva a Melchior consigo. El '"hombre enmascarado" personifica
1n vida; y a él dedica la obra su autor.
13 de febrero de 1907 133
dio de la sexualidad normal ( coito con Wendla), y Wendla, que ·
tiene notorias tendencias masoquistas. Desde la primera escena, ·
Wendla revela su temor al despertar de la sexualidad (ideas de
muerte, etc.).
Reitler procede a analizar toda la obra, escen~ por escena,
dando sobre la marcha sus interpretaciones, demuestra, por ejem·
plo, de qué manera Wedekind vincula su incipiente ateísmo y
la pérdida simultánea de la autoridad parental con el cono~
cimiento de la actividad sexual de ellos. Reitler señala que el
hecho de llevar un diario es una forma de descarga psíquica.
Reitler interpreta la historia de la reina sin cabeza (María)
y del rey con dos cabezas que le da un~ a la reina, como repre·
sentación simbólica de la bisexualidad.
En la última escena, Reitler interpreta el fantasma de Moritz
como el representante del deseo de volver a la sexualidad infan-
til, en tanto que el hombre enmascarado representa la sexualidad
del adulto. Ambos personajes son meras proyecciones de la lucha
desencaden,ada en el alma de Melchior.
Desde el punto de vista de la teoría de la sexualidad, no se
puede reprochar nada a Wedekind excepto, quizás, que no haya
subrayado suficientemente la importancia [para el desarrollo ul·
terior] de las zonas erógenas en la vida presexual.
Comentando el modo en que trabaja Wedekind, Reitler se
refiere a la observación del profesor Freud según la cual Jensen.,
en su Gradiva, hace una descripción, correcta desde el punto de
vista clínico, del desarrollo de una idea delirante; a la pregunta
que Freud le había formulado al respecto, Jensen respondió que
había procedido por intuición, sin conocer el cuadro clínico ni
el mecanismo de las ideas delirantes. No se puede presuponer
que Wedekind también carecía de información.
DISCUSIÓN
FREUD califica de meritoria la pieza de Wedekind; no es una
obra de arte, pero es válida como documento de la historia de
la civilización. Cabe suponer que Wedekind ha alcanzado una
profunda comprensión de la sexualidad, como lo demuestra la
presencia constante de alusiones sexuales en los diálogos desarro-
llados abiertamente. Pero, al igual que en el caso de Jensen, no
se justificaría suponer una inten.ción consciente en Wedekind:
una persona puede producir el más hermoso acto sintomático sin
lcn.er conocimiento alguno del concepto de síntoma ni de su natu-
raleza. Freud menciona un lapsus linguae extraído de W allen-
.\ leins Lager, 2 que evidentemente Schiller no habría podido cxpli-
El pasaj(' 111cncionado se encuentra en el drama Die Piccolomini ( Acto I,
EsC'<'ll:l 5), y no en \Vallensteíns Lager. Max Pic('olomini, (·oron¡•I e hijo,
 .134 Acta 13
al finalizar la entrevista entre Questenberg y Octavio ( y
t:'ctT;
Max), Octavio dice "Vamos". Cuando Questenberg pregunta
-¿A dónde?", Octavio le responde: "A casa de ella", para corre-
girse de inmediato, diciendo: "A casa de él". Mientras hablaba
Questenberg se le había ocurrido que el viaje de Max con la
princesa había sido concertado con el único propósito de hacer
que él se enamorase de ella, con lo cual quedaría unido al par-
tido de Wallenstein: por eso dice "A casa de ella" cuando se
dispone a ir al encuentro del general. (Piensa en la intriga con
la princesa.) La motivación implícita en el lapsus se expresa luego
en la escena entre padre e hijo.
Las teorías sexuales de los niños constituyen un tema digno
de un estudio aparte: nos referimos aquí a la manera en que los
niños descubren la sexualidad normal. En todas sus concepcio-
nes erróneas hay siempre una base de verdad.
Al considerar el sueño en que el n,iño ve piernas cubiertas
por medias de malla parándose sobre la cátedra, debemos recor-
~
dar que, para él, la escuela es en parte un medio d estinado a
mantenerlo apartado de todo lo que sea sexualidad. Detrás de
!la tiranía escolar ve a la mujer.
De modo igualmente justificado, los diarios íntimos pueden
-ser considerados un medio de represión [tanto como de expre-
-sión]. Por esa época, Freud tenía un paciente que llevaba su
oiario con el mayor celo. Ahora que ese diario puede exami-
narse a la luz del psicoanálisis, descubrimos que lo esencial, el
material inconsciente de los primeros años de la infancia, está
omitido constantemente.
En cuanto al ateísmo, la fe en Dios coincide gen,eralmente
con la fe en el padre. Freud menciona el caso de una paciente
que perdió la fe en Dios al perder la fe en su padre.
Los malos tratos que reciben los niños encerrados en una
bolsa le recuerdan cómo se suele castigar la masturbación.
Freud considera que Wedekind da pruebas de aguda obser-
vación cuando pinta el deseo de amor objetal sin elección de
objeto en Melchior y Wendla, quienes no están enamorados uno
de otro. El hecho de que Wendla, la masoquista, no sea azotada
por sus padres, demuestra también que Wedekin,cl no cae en el
,del jefe de los enemigos de Wallenstein en la corte imperial austríaca,
:acaba de acompañar a la hija de este último en un viaje. En una conver-
sación con su padre, exalta lleno de entusiasmo las ventajas de la paz, lo
<·ual le parece sospechoso al conde Piccolomini, ya que su hijo era un nr-
«diente soldado. Schiller hace aquí uso del hecho de que la corte imperial
:acusó a Wallcnstein de negociar la paz con el enemigo y, por consiguicnt(',
decidió asesinarlo. Freud cita ese ejemplo en su "Psicopalología de la vída
,oti<liana", (1!)01) ro .e., t. J, ])]). 755-91] ].
13 ele febrero de 1907 135
estereotipo habitual de hacerla azotar en la infancia. En cam-
bio, Wendla se queja de que no le hayan pegado bastante: los
niños castigados con severidad no se convierten en masoquistas_
Freud entiende que la interpretación de Reitler sobre la
fan,tasía de la reina sin cabeza es incorrecta. En ese sentido,,
desea mencionar algunos elementos: el origen poético [ de la fan-
tasía] anuncia cuál será el destino de Moritz, quien aparece,.
posteriormente, como una persona "que no tiene cabeza".:? AJ.
suicidarse da curso a una antigua fantasía suya (lo cual, como
puntualizara Adler en cierta ocasión, se repite en todos los sui-
cidas). La fuente orgánica de la fantasía es el anonimato de la
mujer fantaseada: el protagonista es aún demasiado tímido, por
decirlo así, para amar a una mujer específica. Con frecuencia
las mujeres se entregan a fantasías que giran en torno de hom.-
bres sin cabeza (máscaras). La fantasía del rey de dos cabezas
recuerda las fantasías sexuales de Platón. 4 Por último, un indi-
viduo que "no tiene cabeza" no puede aprender nada y Moritz,
precisamente, se siente torturado por su incapacidad de aprender.
El carácter sin,iestramente humorístico de la última escena
responde a una cabal necesidad poética. El humor de esta es-
cena sólo significa que, en el fondo, todo esto no es más que
ima puerilidad. Los dos personajes deben interpretarse como dos
corrientes en el alma del niño: la tentación del suicidio y la
tentación ele vivir. Pero también es cierto que el suicidio cons-
tituye el punto culminante del autoerotismo negativo: en este
sentido, es correcta la interpretación de Reitler. El negativo de
la autosatisfacción es el suicidio.
El interrogatorio al cual es sometido el hombre enmascarado
no es un simple recurso humorístico; oculta ideas más profun-
das: el demonio de la vida es a la vez el diablo ( el inconsciente);
en cierto modo, la vida es sometida a examen. El interrogatorio
caracteriza ]os estados de angustia. Al sufrir un ataque de an-
gustia, por ejemplo, el individuo comienza a examinarse a sí mis-
mo, supuestamente para descubrir si todavía está en sus cabales~
El examen al que se somete Edipo también tiene relación con
la angustia: detrás de la Esfinge acecha la angustia (Esfinge sig-
11 El texto alemán dice: " ... die poetische Quelle sei der H inweis auf
scin spiiteres Schiksal; Moritz selb~ trete ia dann als 'kopflose', Person
auf". El significado parece ser el siguiente: la fantasía de la reina sin ca-
hcza tiene dos fuentes, una fuente poética en la previsión del poeta res-
pecto del destino ulterior de Moritz, y una fuente orgánica en el anonimalo
de la mujer fantaseada.
~ La creencia platónica en la bisexualidad del hombre se expresa <'n cJ
c·apílulo "El origen del género humano y el nacimienlo del amor", de T!-1
IHmquc/c.

Acta 13
136
nifica estrangulador). 5 La pregunta que configura la base de
todos esos exámenes es, probablemente, la pregunta suscitada
por la curiosidad sexual del niño: ¿de dónde vienen los niños?
La Esfinge formula la pregunta a la inversa: ¿qué es lo que
viene? 6 Respuesta: el hombre. Muchos casos de neurosis comien-
zan con este interrogante.
Freud da lectura a una carta escrita por una niña de once
años a su tía, a quien le pide que le informe de dónde vienen
los niños. Esta niña tuvo una grave neurosis obsesiva a los
23 años.
RANK sostien~ que Wedekind es un notorio ejemplo de la
teoría de la inferioridad y sobrecompensación de Adler. Con
toda seguridad, Wedekind sufría de una inferioridad del sistema
genital; basta hacer referencia a su indudable enuresis, que pue-
de probarse por los síntomas: el incendiario en una de las pri-
meras novelas cortas de Wedekind ("Der Brand von Egliswyl")
7
ya resulta sumamente sospechoso, pero la escena pisse-en-lit en
una de sus últimas obras teatrales ( La caja de Pandara) es una
1
prueba definitiva. Rank está seguro de que podrían encontrarse
otros pasajes en apoyo de esta tesis. Reitler ya ha mencionado
la masturbación ( solitaria y mutua), así como las emision~s y
los sueños con polución (Despertar de primavera). Asimismo,
¡, menciona la relación homosexual entre los dos muchachos, que
11 se inicia en la viña. También hay un sueño con polución en
Rabbi Esra. Posteriormente, la homosexualidad [auténtica] apa-
rece con toda claridad en muchos de sus poemas. Surgen pruebas
de su inferioridad genital a raíz de testimonios circunstanciales:
enuresis, emisiones, masturbación ( solitaria y mutua) ; de esa
manera se ha llegado a la homosexualidad. Un segundo órgano
inferior es la boca: Wedekind es bien conocido como gran beh<'
dor ( enuresis), su rostro está totalmente afeitado, 8 y en sus obras
(como "Der Brand von Egliswyl" y muchos de sus poemas) hay
expresiones de una pronunciada perversión oral.
La prevalencia de la boca se manifiesta en el hecho de q1u•
Wedekind llegó a ser orador (actor) y cantante.
11 Según Robert Graves (The Greek Myths, Penguin Books, Baltimore, Hlfírí,
<los vol.), la pregunta que plantea la Esfinge es: ¿Qué criatura con \11111
sola voz a veces posee dos pies, a veces tres, a veces cuatro, y es n1i1~
débil cuanto más pies tiene? Edipo responde: El hombre, porque gat,•11
en cuatro patas cuando es. un bebé, se mantiene erguido sobre sus .lm
pies cuando es joven, y se apoya en un bastón cuando es viejo.
f; En el inconsciente, la causalidad solo puede ser representada por 111111
secuencia. El d esarrollo del hombre se expresa· por una serie ele pNso1111
que comienza con el bebé y termina con el anciano: cada uno <le 1·llo•
genC'r::t el siguiente.
' En franc{•s, en el original alemán.
8 Por 1'nlo11C'1'S, en Europa los homhn•s solian 1kvnr harba.
13 de febrero de 1907 1:rl
Rank considera que el simbolismo sexual de Wedekind es
inconsciente en su mayor parte.
KAllANE puntualiza que la obra de Wedekind es una crítica
de la sociedad y que es necesario defen,der a la sociedad contra
tales análisis. Como lo demostró Freud, toda civilización se basa
efectivamente en la represión sexual. La educación debe seg11it
necesariamente ese camino, aun cuando algunos perezcan en ef.
proceso. Esta es, por decirlo así, la piedra de toque que la SO-'
ciedad ofrece al individuo. Además, no solo debe buscarse al
poeta en su obra, tal como hace Rank. A su ~u.tender, Wedekind
no trabajaba conscientemente; su obra está demasiado lograda.
En cuanto a la reina sin cabeza, Kahane señala que la cabeza
simboliza el pene, y que el pene del niño es, en cierto modo, un
pene sin cabeza todavía. Tal vez ello implica, asimismo, el hecho
de que no se puede mirar el rostro de la persona con la que se
ha realizado el acto sexual. Por añadidura, la cabeza (la razón)
es una traba para la sexualidad (inhibición).
Examen: los onanistas que creen estar perdiendo la memo-
ria se examinan a sí mismos con frecuencia. Edipo personifica
quizás al hombre cuyo autoerotismo no lo ha agotado hasta el
punto de no poder responder ya a la pregunta.
SADGER interpreta el traje blanco de Wendla ( en la primera
escena) como una mortaja ( morir: deseo sexual insatisfecho).
Llama la atención hacia el cambio que provoca en los niños la
información sexual: si dicha información procede de los padres,
aumenta su admiración por ellos, en especial por la madre, que
"sin duda sufrió y se atormentó". En cambio, si es un tercero
(criada u otros) quien proporciona la información, el niño piensa:
cómo se habrá divertido.
Cabe subrayar, asimismo, que Wendla no tiene padre; solo
ha conocido el amor homosexual por la madre, y envidia a su
amiga, que es azotada por el padre. Su deseo de recibir ese cas- .
tigo es, por consiguiente, un deseo de heterosexualidad. 9 El látigo
es un, símbolo del pene ( puntiagudo y flexible). 1En consecuen-
cia, lo que desea es una caricia de un padre. Etiología del maso-
quismo: primero acariciar.
La falta de cabeza hace referencia al pene (la cabeza tam-
bién significa el trasero). La reina sin cabeza es asimismo la
madre "reprimida" ("Reina de Corazones"). Por último, Sadger
señala un hecho característico: después del suicidio de Moritz, su
padre pretende que no es hijo suyo. De esta manera se defiende
contra un hecho desagradable. (FREun: En eso reside su con-
suelo.)
o Los golpes como prueba ele amor. Véase S. Freud, "Pegan a un niño".
ro.e., t. m, pp. 2465-2480J.
 Acta 13 13 ele febrero ele 1907 139
138

lI.ELLER también opina que Wedekind no realizó su obra
movido por intenciones conscientes, como sostiene Reitler. Por
,otra parte, no está de acuerdo con la afirmación de Kahane según
la cual la lucha sexual es un medio de se'llección social. Existe
:sin du<la una gradación entre el hecho de perecer por algo y
llegar a dominarlo. Son pocos los hombres que salen de esa
etapa sin sufrir alguna herida, y no siempre son los peores los
que perecen.
FEDERN subraya que, de todos los grandes psicólogos entre
los escritores modernos (Dostoievsky, Musset, Jacobsen, etc.),
Wedekind es el único que ha reconocido la importancia de la
sexualidad infantil. Tal vez sea un signo de la época, que parece
estar madura para ello. La obra de Wedekind cumple un papel
en la curación de la humanidad de los tormentos de la sexua-
li<la<l. Por otra parte, el tipo de educación que impartimos ( con
sus enérgicos preceptos morales, etc.) cumple un propósito loable
en la medida en que protege al niño de la sexualidad y sus tor-
mentos durante un período prolongado. Por otra parte, las pode-
rosas tendencias a la crueldad inherentes a la humanidad son
refrenadas por nuestra educación judea-cristiana. A pesar de ello,
es indudable que nuestra educación moral debe modificarse.
AnLER dice que nunca ha considerado a Wedekind un poeta
sino un hombre sumamC'lnte ingenioso. Cuando escribió Desper-
tar de primavera vivía en Zurich, en compañía licenciosa, y se
t lo consideraba un depravado. Cuando le preguntaban qué hacía,
~ solía responder: "Estoy pereciendo". En ese estado de ánimo halló
la solución de sus problemas. En él, no es el material reprimido
lo que encuentra expresión poética: él lo sabe todo.
Por ejemplo, también pinta a la masoquista Wendla como
una sádica que satisface sus crueles impulsos haciendo obras de
caridad.
El hecho de que Melchior se burle de las actividades carita-
tivas de Wendla revela un sutil sentido de observación. En ful
seducción [de una mujer] es importante para el hombre com'-·
batir la actitud moral de la mujer. Al recordar la época en que
él mismo iba a la escuela, Hitschmann señala que un niño dotado
de una sexualidad normal era expulsado ( como en Wedekind).
Durante el acto sexual, Melchior dice que no ama a Wendla y
que ella tampoco lo ama: aquí, el sexo y el amor están sepa-
rados. Por último, Hitschmann se pregunta de dónde viene el
W eltschmerz del onanista.
REITLER declara que mantiene su interpretación original de
la escena final ( autoerotismo-sexualidad normal), ante lo cual,.
FREUD observa, en relación con el concepto de autoerotis-
mo, que Havelock Ellis utiliza ese término únicamente cuando
una sola persona está implicada (lo emplea, por ejemplo, tam-
bién cuando se trata de síntomas histéricos), en tanto que Freud.
lo emplea cuando no hay objeto (por ejemplo, Freud no consi-
deraría como autoeróticos a quienes se masturban Inirando imá-
genes [ Hil deronanisten] ) .
1

El parlamento de Wendla sobre los vestidos cortos o largos

revela su deseo de ser desnudada.
La reina sin cabeza contiene el germen de una idPa para-
noide. Por contraposición con lo que piensa Rank, Wedekind
no es un ejemplo típico de la teoría de Adler.
H1TSCHMANN señala que el propio Wedekind vivió la mayo-
ría de las experiencias que pinta. Está muy lejos de haber puesto
en su obra toda la moral y la intención que se quiere ver en ella.
Sin cabeza: la mujer adquiere una cabeza por mediación
del hombre. La analogía con la bolsa es evidente; aquí tambi611
están, separados el cuerpo y la cabeza del niño. Fingir ser igno-
rante in sexualibus [en asuntos sexuales] es un signo de histeria:
detrás de esta ignorancia se oculta el placer de oír hablar de taks
cosas. Es dudoso que el niño sienta las tendencias sádicas ck
sus padres. ( AnLER: Wedekind lo sabe, precisamente.)

14
REUNION CIENTIFICA DEL 20 DE FEBRERO DE 1907
Presentes: Freud, Adler, Bach, [A.l Deutsch, Federn, Heller,
Hautler, Hitschmann, Hollerung, Kahane, Meisl, Rank, Reitler,
Sadger, Stekel.
Pru:sENTACIÓN
El profesor FREUD habla sobre:
La desesperanza de toda psicología, de Moebius 1
El pesimismo del título parece estar relacionado, desde el punto
de vista psicológico, con la circunstancia de que Moebius escribió
11
este libro poco antes de su muerte. Trátase de una obra impor-
tante, que reviste especial interés para nosotros porque Moebius,
siguiendo un camino diferente, llega a conclusiones con las que
hemos estado familiarizados desde hace tiempo. No obstante,
Freud no está de acuerdo con todas las conclusiones a que arriba
el autor. Para él, el hecho de que Moebius pudiera, durante toda
su vida, pasar por alto las teorías freudianas, especialmente te-
niendo en cuenta que las conocía ( como lo indica un pasaje del
prefacio a la traducción del libro de Sancti sobre los sueños), 2
constituye un enigma psicológico insoluble; pero luego, en su
último libro, sostiene puntos de vista que, en muchos sentidos,
son similares a los de Freud. Por otra parte, el libro constituye
una respuesta a la "Assoziationstatigkeit und Bewusstsein" ["Ac-
tividad asociativa y conciencia"], de Bleuler. 3
1 Pie Hoffnungslosigkeit aller Psychologie, Marhold, Halle, 1906. Paul
Moebius ( 1853-1907), neurólogo y psiquiatra alemán.
2 Sante de Sancti ( 1862-1935;, médico italiano, autor de investigaciones
sobre los sueños.
3 El título correcto es: "Bewusstsein und Assoziationen" ["Conciencia y
asociaciones"], en Diagnostische Assoziationsstudien, comp. C. G. Jung,
Barth, Lcipzig, 1906.
20 de febrero de 1907 141
Freud da lectura a algunos pasajes del libro de Moebius
que revisten especial interés para nosotros y añade algunos co-
mentarios.
Moebius afirma, por ejemplo, que nuestros órganos de los
sentidos están estructurados solamente para la percepción del
mundo exterior, y no para la introspección. Es totalmente co-
rrecto, sostiene Freud, postular que la función a la cual está li-
gada la conciencia 4 se adapta únicamente a la percepción su-
perficial, en tanto que nada se percibe de los procesos interiores
de pensamiento. Solo en forma tardía, y por medio de un truco
fKunstgriff], por decirlo así, aprendemos a dirigir nuestra aten-
ción hacia los procesos interiores, los cuales afloran a nuestra
conciencia asociándose con representaciones verbales. La per-
cepción de nuestros procesos de p ensamiento solo se efectúa con
ayuda de las palabras. Moebius declara, asimismo, que todo lo
que sabemos en psicología se halla depositado en el lenguaje;
actualmente es necesario elaborar una psicología totalmente
nueva basada en la percepción de sí mismo y el empleo del
lenguaje.
Moebius parte desde lo más simple: la psicología animal.
Al observar la vida animal, se imponen a su mente dos puntos:
la vida psíquica del animal se basa en el instinto, y, en gran
parte, sigue su curso en forma inconsciente. El profesor Freud
observa que, partiendo de los fenómenos psíquicos más comple-
jos (los fenómenos patológicos), él también ha llegado a las mis-
mas conclusiones.
Moebius compara después la psicología animal con la psico-
logía humana y descubre que se han sobrevalorado las activida-
des lógicas del ser humano, en detrimento de las inconscientes.
La mayor parte de los procesos psíquicos son inconscientes.
Freud señala que este hecho no necesitaba ser descubierto, pues
todos sabemos por experiencia que la mayoría de los procesos
psíquicos son inconscientes.
Moebius agrega que, en realidad, podríamos suponer la exis-
tencia de tantas pulsiones como fines o aptitudes hay. Sin em-
bargo, nos damos por satisfechos suponiendo la existencia de dos
pulsiones fundamentales en el hombre: la pulsión de nutrición
o autoconservación, y la pulsión sexual. La angustia ( el miedo)
es la manifestación más importante de la vida pulsional. Tradu-
cido en lenguaje racional, el miedo significa: "No quiero morir".
Para completar este punto de vista, por cierto correcto, el profe-
4 Es improbable que Freud haya dicho realmente "la función a la cual
está ligada la conciencia . .. ", Las ideas que expresó aquí ya fueron formu-
ladas con suma claridad en el capítulo teórico de La ínterpretaci6n de los
sue,íos ( 1900), donde afirma que la función del sistema Cs es la percepción.
 142
Acta 14
sor Freud sugiere que se contraponga la angustia no neurótica
( el miedo), que es una manifestación de la pulsión de vida, a
la angustia neurótica, expresión de una perturbación y de una
amenaza de la pulsión sexual. r.
Moebius establece una distinción precisa entre las emocio-
nes y las pulsiones, pero no sabe a ciencia cierta cómo clasificar
las emociones. Sea como fuere, es evidP-nte que emanan de re-
presentaciones conscientes. 6
Moebius denomina "carácter" a la relación de fuerzas exis-
tente entre las pulsiones. Freud observa, en ese sentido, que de-
bería también tomarse en cuenta la localización de las pulsiones. 7
Moebius llega a la conclusión de que la esencia de nuestro
ser debe mantenérsenos oculta, idea a la que se opone Freud,
alegando los procesos tanto generales como individuales del de-
sarrollo; el adulto tiene mayor conocimiento de su vida interior
que el niño; en nosotros se desarrolla un proceso dirigido a re-
velarnos nuestra vida psíquica interior. ( Esto es lo que hacemos,
en pequeña escala, en el campo de la psicoterapia.) Dicho pro-
ceso podría denominarse la conquista del inconsciente. 8
Moebius procede a examinar el concepto de inconsciente, al
que define exactamente de la misma manera en que lo hemos
hecho hasta el presente. Pasa luego a considerar un aspecto de
la actividad psíquica tras otro, y demuestra en qué reducida pro-
t porción son conscientes. ( Señala asimismo que los duendes de
los cuentos de hadas simbolizan el trabajo del inconsciente.)
Moebius distingue luego entre un inconsciente relativo ( que pue-
de hacerse consciente temporariamente) y un inconsciente abso-
luto ( al que asigna las pulsiones, por ejemplo) . Al respecto,
Freud menciona su propia diferenciación del inconsciente y del
preconsciente. ! Esos factores personales, sin embargo, nunca pueden ex-
5
Esta observación nos permite inferir que ya en aquel entonces Freud
pensaba (aunque con vaguedad) que la angustia es una reacción contra
una exigencia pulsional que no puede o no debe satisfacerse de inmediato.
Este concepto fue posteriormente formulado con claridad en Inhibición,
~íntoma y angustia (1926) [O.C., t. III, pp. 2833-2883].
6
Es probable que Rank haya consignado incorrectamente esta frase pues,
según Freud, las emociones y los afectos son sensaciones y cambios que se
producen en la inervación y son percibidos por la conciencia.
7 Esta observación, tal como está registrada no es del todo clara: no esta-
blece a qué hace referencia la relación de fuerzas de la pulsión; tampoco
determina si se trata de la relación entre la fuerza pulsional y el yo. ¿Es
posible que al hablar de la localización de las pulsiones, Freud concibiera
ya el carácter en función de la "estructura psíquica"?
8
Empleando la terminología de El yo y el ello, publicada en fecha mny
posterior ( 1923) podría afirmarse que, en el curso del tratamiento, el ello
es conquistado por el yo. Freud dice: "Allí donde estaba el ello, estará el
yo" ( "Wo Es war, sol! lch werden").
20 de febrero de 1907 ]1.3
Es evidente entonces que en el triste título de su obra, Moc-
bius solo hace referencia a la psicología empírica, que se detiene
ante el inconsciente.
Moebius plantea después un problema superfluo y total-
mente injustificado: cómo es posible que existan los procesos
inconscientes (pregunta que, evidentemente, podría formularse
de igual manera en relación con los procesos conscientes) .
Finalmente, Moebius va tan lejos como para enunciar la te-
sis siguiente: Puesto que los procesos inconscientes no tienen
acceso a nue_stra conciencia, se produce una de las dos alterna-
tivas: o bien entran en una conciencia extraña, o bien no entran
en ninguna. Moebius opta por la primera. El profesor Freud
dice que la forma en que Moebius plantea el problema le resulta
ininteligible, y que depende por completo del uso que él hace
de la insólita frase: "Entrar en la conciencia". Los procesos psí-
quicos son esencialmente inconscientes; el hecho de ser o de
volverse consciente no es un atributo necesario de la vida psí-
quica. 9 Pero, por detrás de la pregunta de Moebius, se oculta
el supuesto de que la vida psíquica es consciente ( supuesto del
que no ha podido liberarse) . Con dicha hipótesis se derrumba
todo su razonamiento.
Por último, Moebius profesa una especie de "monismo idea-
lista" al representar la vida psíquica como lo que es verdade-
ramente imperecedero y esencial. El profesor Freud considera
insuficiente tal punto de vista, y halla su explicación en los sen-
timientos personales de Moebius: así como el presentimiento de
la muerte se deja entrever en la "desesperanza" del título, el fi-
nal del libro revela la esperanza en la eternidad de una vida
futura.
cluirse por completo. Habría que ser completamente normal
para proporcionar un cuadro absolutamente objetivo; caso con-
trario, siempre resulta distorsionado.
DISCUSIÓN
KAHANE, sin conocer el libro de Moebius, cuenta que una idea
se impuso a su mente, en el sentido de que la psiquis debe ser
la continuación de algo que ya existe, que está dado espacial-
mente fuera del individuo, y temporalmente, antes de él. En la
psiquis hay muchos más elementos heredados que adquiridos.
La conciencia ( el grado, la acuidad de la conciencia) es resul-
tado del propio trabajo independiente del individuo, realizado
n Tesis casi idéntica a la postulada en la última ohra ele Frcu<l, Esquenui
del psicoanálisis ( 1938) íO.C., t. III, pp. 2729-274]1.
 144 Acta N
por medio del material heredado. Es preciso volver a la concep-
ción y al desarrollo embrionario, y (por extraño que pueda pa-
recer) decidirse por una "psicología del embrión". Los procesos
inconscientes de la existencia ya están preparados en este pe-
ríodo. El inconsciente ha sido heredado en el curso de infinitas
series de desarrollo. La Anlage completa del adulto ya está dada
en el niño. (Podría decirse que ya en la cuna Goethe era plena-
mente "Goethe".) Moebius estaba en lo cierto al tomar como
punto de partida la psicología animal; pero en realidad habría
que considerar las formas más primitivas de la vida animal. La
psiquis más simple depende hasta tal punto de las "cargas" ex-
ternas que solo funciona mientras recibe esas "cargas"; la psiquis
más compleja no depende tanto de ellas. La asimilación incom-
pleta de las cargas da origen al pensamiento abstracto, también
ligado al embotamiento de los órganos sensoriales. Un ser do-
tado de órganos sensoriales muy agudos no tendrá una vida psí-
quica superior. Debemos llegar a la conclusión de que algunos
animales más evolucionados ( los perros) son capaces de alcanzar
un funcionamiento psíquico complejo debido a su inteligencia.
Debe suponerse una estratificación del inconsciente: un in-
t consciente capaz de volverse consciente, que es el motor de los
procesos psíquicos, y, detrás de él, un inconsciente "eterno".
i 1
Kahane resuelve el problema de por qué Moebius no tomó
en cuenta las doctrinas de Freud, afirmando que sencillamente
1
i las ignoró: es la defensa del hombre que encuentra que sus pro-
pios descubrimientos ya fueron hechos por un predecesor. Solo
hay dos posibilidades en relación con las doctrinas de Freud:
adherirse a ellas o ignorarlas.
STEKEL señala que, en una recensión inédita del libro de
Moebius, había cuestionado la desesperanza inherente a toda psi-
cología y aceptado esta triste perspectiva solo en relación con la
psicología académica. Hay muchos otros puntos en el libro que
despiertan oposición, como, por ejemplo, la definición del carác-
ter; Stekel ve su esencia en la relación existente entre las ideas
inhibitorias y las pulsiones. Al incluir la evolución animal en la
discusión, vuelve a plantearse el viejo problema: en qué etapa
se inicia la conciencia. Tal vez deba admitirse que toda célula
posee cierta forma de conciencia ( tal como lo hace Haeckel) .10
El error, no obstante, estriba en que debemos pensar de acuerdo
con lineamientos antropomórficos. El perro posee una represen-
tación verbal: piensa con las palabras que ha aprendido del
hombre.
Jo Ernst Ilacckel ( 1834-1919), biólogo alemán y continuador de Darwin.
20 <fr febrero ele 1907 [,t.'>
HoLLERUNC señala que Moebius, en su primer trabajo titu-
lado "Acerca de las tres formas del pensamiento" ( de comienzos
de la década del 90), compartía totalmente la visión panteísta
de Fechner. 11 Tal vez haya sido el primer médico que adoptó
un punto de vista psicológico. Moebius prestó especial atención
al lenguaje.
En la parte final, filosófica, de su última obra, Moebius pro-
fesa una suerte de monismo. Entonces, sin embargo, la psiquis
y el soma deberían concebirse también como una unidad que,
enfocada desde diferentes puntos de vista ( el introspectivo y el
objetivo), solo en apariencia muestra aspectos diferentes.
HITSCHMANN lamenta que se sepa poco o nada sobre la per-
sona de Moebius. Sus escritos, sin embargo, nos brindan algunas
informaciones sobre él. Aparentemente, pertenecía al tipo de los
"represores de mujeres" [Weiber-Verdriinger]; escribió un libro
sobre la imbecilidad fisiológica de la mujer; 12 nunca se casó, le
gustaban los perros, etc. En muchos aspectos, Moebius se ase-
meja a Schopenhauer, a quien veneraba. Como él, posee una
visión igualmente pesimista que se expresa, entre otras, en la
opinión de que todos los hombres son "degenerados". Su tesis
de la "desesperanza" proviene en parte de allí, pero, además,
está vinculada con sus sufrimientos. Moebius da la impresión
( en sus críticas, por ejemplo) de ser un hombre desgarrado por
sus afectos, incapaz de conocerse a sí mismo. Nunca habría des-
cubierto que su panfleto en contra de las mujeres provenía de
un afecto inconsciente. Su ignorancia de las doctrinas de Freud
no parece haber sido un acto consciente, sino, más bien, el re-
sultado de una aversión instintiva (represión).
Hitschmann considera que Moebius dio un paso adelante al
ampliar el contenido del inconsciente y no ver en él -a diferen-
cia de nosotros- solo lo sexual. 13
No es admisible, sino con reservas, extraer conclusiones so-
bre el ser humano a partir de la observación de los animales.
En parte, las argumentaciones de Kahane no son nuevas.
Valdría la pena analizar las ideas verbales y el pensamiento de
los sordomudos, lo cual podría ser muy instructivo desde el punto
de vista psicológico.
Por último, cabe preguntarse adónde llevará la expansión
de la conciencia. ¿No se podría esperar que provoque una trans-
I l Gustav Fechncr (1801-1887), psicólogo experimental alemán.
12 Este libro, über den physiologischen Schwachsinn eles vVeibes, era muy
conocido en su época y fu e muy discutido.
1a Frcud nunca luvo semejante concrpción del inconscicnlc.
 Acta 14
146
formación radical de la poesía? Después de todo, el teatro de-
pende esencialmente del concepto de responsabilidad [personal),
concepto que debería dejarse de lado. En Ibsen, ya se está po-
14
niendo en duda.
14 Esta afirmación es falsa. Véase el análisis que hace Freud de Bo.mu
slwlm en "Einige Charactertypen aus der psychoanalytischen Arbcit" ( 1111 fl)
G.W., t. 10, pp. 380-389; Studienausgab,e, t. 10, pp. 244-251. l "Vn1111•
lipos de carácter descubiertos en la labor analítica", O.C., l. III, pp. 2-\1:1
2428) .
15
REUNION CIENTIFICA DEL 27 DE FEBRERO DE 1907
Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Hautler, Kahane,
Sadger, Stekel [Rank].
COMUNICACIONES
El profesor FREUD informa que el doctor Guido Brecher, médico
(interno) de Bad Gastein, 1 solicitó ser aceptado como miembro
de la Sociedad; su solicitud será discutida en la próxima reunión.
El profesor Freud informa además que el doctor Bresler, di-
rector de la Psychiatrisch-neurologischen W ochenschri~, lo ha
invitado a codirigir una nueva revista: Theologisch-psychiatrische
Grenzfragen. Freud ha aceptado la invitación y ha enviado una
colaboración para el primer número. 2
CONTINUACIÓN DE LA DISCUSIÓN DE LA REUNIÓN ANTERIOR
(Moebius : La desesperanza de toda psicología)
Antes de comenzar el debate, el profesor FREUD comenta la so-
lución insólitamente clara de un ataque histérico. La paciente
<'s una joven inteligente que sufre una grave histeria ("ausen-
c·ias") . El ataque, acompañado de convulsiones leves, por lo ge-
neral comienza cuando la joven se angustia y exclama: "¡Oh!
¡Qué terrible opresión siento!" Puesto que con frecuencia tuvo
11taqucs cuando viajaba en tranvía, durante los cuales se dirigía
<'<>n complacencia a algún desconocido, es lógico pensar en una
1:mtasía de prostitución. La paciente es de tipo visual: cuando
1 Had Gastein es una estación termal de Austria. El doctor Guido Bre-
'111'1' se trasladó posteriormente a Merano.
"Zwangshandlungen und Religionsübung", Zeitschrift für Religionspsy-
, lwlogie, 1907, l. 1, pp. 4-12 [''Los actos obsesivos y las prácticas religio-
,.is", o.e., t. n, pp. 1337-13421. ·
 Acta I5
148
en el curso de una sesión de psicoterapia tiene la mente en
blanco, mira el empapelado, donde ve dibujos y figuras; por
ejemplo, vio a un hombre que apretujaba a dos niños pequeños
hasta matarlos. En esa ocasión, la imagen no pudo ser interpre-
tada. Posteriormente, le vino a la mente el recuerdo de una
experiencia infantil: cuando ella y sus hermanitos eran pequeños,
la madre solía preguntar: "¿Quién quiere que lo apriete hasta
morir?" Cuando uno de ellos se ofrecía, la madre levantaba al
niño en brazos y lo estrechaba con fuerza contra su cuerpo. A la
paciente no le agradaba ese tipo de caricias; contaba cinco años
cuando se produjeron por última vez. En cierta oportunidad,
cuando la gobernanta preguntó a la madre por qué hacía eso,
qué satisfacción obtenía, la señora rió. La paciente pensaba que
la experiencia debía provocar a la madre una excitación sensual,
pues los niños presionaban los pies contra las partes genitales
de la madre; pero es más probable que la propia niña sintiera
una presión en sus órganos genitales cuando la abrazaban, y que
eso la excitara. (La joven se había masturbado apretando fuerte-
mente los muslos.) Esos abrazos terminaron por provocarle mu-
cho temor, y por esta razón perdía el aliento. Esto es lo que re-
petía durante sus ataques. El hecho de perder el aliento es, por
supuesto, la "represión". (Durante el acto sexual, la mujer solo
1 se queja del peso del hombre, de la presión ejercida por él, cuan-
1 do no está excitada.) En sus orígenes, por consiguiente, esta ex-
' que guarda silencio total al respecto. En su espíritu, existe un
3
periencia infantil tiene como base el amor por la madre.
Más adelante, también se encontró una explicación para la
fantasía de prostitución: la paciente dijo que se había sentido
muy complacida al aclararse la causa de sus ataques; y agregó
que su hermano solía anhelar fervientemente esos abrazos, mien-
tras que ella los temía. No obstante, como la madre prometía a
los niños cinco centavos por vez, ella también se sometía a ellos:
así, ya por aquel entonces brindaba placer sexual a cambio <l<'
dinero. En este caso, la prostitución 4 puede reducirse a su ex-
presión más elemental. "
La imagen que la paciente había visto en el empapelado
provenía también de esa experiencia infantil, como pudo demos-
trarse; pero la mujer (la madre) se trasformaba en hombre ( cam
3 Véase "Generalidades sobre el ataque histérico" (1909) O.e., t . 11 ,
pp. 1358-1360.
-t El original dice: "Der V orwurf der Prostitution . .. ", literalmente, la in
culpación, el reproche, la acusación de prostitución, o, posiblemente, In
vergüenza inherente a la prostitución.
5 Trátase de un excelente ejemplo de sobredetcnninación de un sintom11.
27 de febrero de 1907 149
bio de sexo; se volvía irreconocible). 6 Poco antes de que cesa-
ran aquellos abrazos, la paciente había comenzado a dar mues-
tras de exhibicionismo.
DISCUSIÓN (continuación)
STEKEL repite que, en su opinión, la manera en que Moebius ha
pasado por alto 7 a Freud es indecorosa. Moebius procuraba
siempre causar sensación con sus obras, que eran verdaderas
bombas ("Acerca de lo patológico en Goethe"; La imbecilidad
fisiológica de lru mujeres), 8 y el libro que se estaba discutiendo
era su última bomba. Lo que Moebius dice sobre las pulsiones
como primum movens tiene valor, pero Stekel advierte que no
se hace referencia a los pares de pulsiones ( Adler), tales como
el par hambre-asco. En cuanto a los recuerdos, tampoco se men-
ciona a Freud. Según Moebius, el niño pequeño es indiferente
al sexo opuesto ( afirmación que prueba que, en lo que atañe al
desarrollo sexual, Moebius comparte el punto de vista académico,
según el cual la vida sexual no comienza hasta la pubertad.)
Moebius no puede explicar el instinto; a su entender, es sen-
cillamente una reminiscencia [Erinnerung] del inconsciente. 9
Stekel sintetiza su opinión: la obra contiene pasajes magní-
ficos, pero el título puede inducir a error, ya que solo hace refe-
rencia a la psicología académica. Por otra parte, no es un trabajo
honesto; en cierto sentido, Moebius es un adepto de Freud, aun-
compromiso entre diferentes corrientes psíquicas.
ADLER solo ha leído parte del libro, y lamenta que el destino
no haya permitido a Moebius desarrollar ulteriormente su pen-
samiento según los lineamientos indicados en su obra. Las "bom-
bas" que le gustaba arrojar habrían podido dar lugar tal vez a
un acto revolucionario en el campo de la psiquiatría. Varios pa-
sajes de su obra parecen indicar su familiaridad con los escritos
de Freud. Como filósofo, además, se hace merecedor de re-
conocimiento por atribuir tan poca importancia a la psicología
G En el síntoma, la experiencia traumática se repite en forma distorsio-
nada. Véanse Estudios sobre la histeria ( 1895) [O.e., t. I, pp. 39-168] y
"Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad" ( 1908) [O.e., t. II,
pp. 1349-1353], especialmente la siguiente frase: "l) El síntoma histérico
C'S el símbolo mnémico de ciertas impresiones y experiencias eficaces ( trau-
máticas)" p. 1351.
7 "Vorbeireden", literalmente, pasar por alto al hablar, mirar a otro lado.
8 Títulos originales en alemán: "über das Pathologische bei Goethe" y
Uher den physiologíschen Schwachsínn des Weíbes.
o Tal como eslá registrada, la frase resulta ininteligible. Tal vez significa
q 11c el instinto refleja el inconsciente.
 150 Acta 15
asociacionista. Los fenómenos de la psicología siguen un curso
paralelo al de la vida pulsional: son las formas externas de ma-
nifestación adaptadas a nuestros órganos de los sentidos. El si-
guiente paso que Moebius hubiera debido dar (y que Adler dio)
era retroceder de la pulsión al órgano. Con respecto a las "emo-
ciones", Moebius no logró elaborar una concepción tan profunda
como en el campo de las pulsiones. Adler dice que las emocio-
nes son esa faceta de nuestra vida pulsional que se adapta a
nuestra facultad de percepción. Moebius establece una distinción
demasiado categórica entre pulsión y emoción.
En varios aspectos, y en especial en lo concerniente a la filo-
sofía ( imperativo categórico), no podemos menos que coincidir
plenamente con Moebius. Es absurdo discutir si los animales
tienen alma o no. Si todo se reduce a ser una expresión percep-
tible de la vida pulsional, entonces ello se aplica tanto a los ani-
males como al hombre. Es en la esfera de las pulsiones donde
debemos seguir ahondando.
[A.] DEUTSCH comienza citando un pasaje del libro donde
Moebius afirma que, en su opinión, el concepto de inconsciente
en sí carece de sentido. Deutsch ha pasado por la misma expe-
riencia; en consecuencia, ha llegado a presuponer la existencia
de estratificaciones ( Kahane). No puede confirmar de manera
coherente el postulado de Moebius según el cual el inconsciento
siempre es "salvador". 10
1 Deutsch se pregunta, asimismo, si redefiniendo una serie de
conceptos no se podría corregir la idea de antropomorfismo,
fuente permanente de error. Moebius se equivoca al suponer qu<'
[las partes] disociadas o los derivados de las pulsiones primarias
son pulsiones independientes.
SADGER considera que el libro examinado es el más impor-
tante que ha escrito Moebius: era un pensador claro, que seguía
hasta el fin el curso de sus pensamientos. Asimismo, poseía gran
destreza lingüística y se encontraba entre los contados neurólo-
gos que a la vez eran psicólogos.
Sadger pasa a mencionar luego cinco recensiones de Mo<·
bius sobre los trabajos de Freud (ninguna, empero, referida al
libro sobre los sueños o la teoría sexual), publicadas en Schmidt
sche Jahrbücher. Es cierto que las recensiones no son entusias
tas, pero demuestran comprensión. 11
10 Incomprensible si no se conoce la obra ele Moebius.
11 En realidad, Moebius también había reseñado la Interpretaci6n de lo,
sueños de Freud, en Schmidts Jahrbuch, 1901, 269 (3), 271; así como 111
Psícopatología de la vida cotidiana, de Freud, en Schmúl.ts Jahrbiich, l !)().1,
282 (1), 104. (Cf. Alexander Grinstein: The Index of Psychomwlytic Wrl
tings, 3, 1393. International Universities Prf'SS, Nueva · York, ] 958).
27 de febrero de 1907 151
El orador observa que, tal vez, tenemos tendencia a so-
brestimar la importancia de las doctrinas freudianas para la
psicología, es decir, la importancia del factor sexual para la psi-
cología, para el inconsciente. 12 Existe también un inconsciente
no sexual, como lo demuestra la psicología de la vida cotidiana,
en la cual, por lo tanto, no podemos penetrar muy profunda-
mente. Hay gran cantidad de estados "inconscientes" que los
resultados actuales del psicoanálisis no pueden dilucidar. 13 Moe-
bius trata de salvar la brecha considerando las demás pulsiones
como independientes de la pulsión sexual: ocurre que solo pode-
mos descubrir el inconsciente cuando está ligado a la sexualidad
y solo en la medida en que está ligado a la sexualidad.
Hay cosas que no podemos dilucidar; por ejemplo, qué es
la percepción, cómo se produce el pensamiento, cómo la volun-
tad se tra!-forma en acción; de ahí la visión desesperanzada de
Moebius respecto de toda psicología. Su mérito, por consiguiente,
es puramente crítico y negativo; no es poca hazaña haber enun-
ciado por primera vez algo que era evidente por sí mismo.
En relación con las citas de la Odisea sobre las sombras
bebedoras de sangre, Moebius puede muy bien haberlas tomado
independientemente de Homero.
HAUTLER entiende que el panpsiquismo, que ocupa un lugar
tan importante al final del libro, se anuncia ya en algunos pasa-
jes anteriores; por decirlo así, impregna toda la forma de pensar
de Moebius. Por ejemplo, la polémica de Moebius contra Dar-
win, en la cual se opone a la tesis de la fecundidad del azar, es
esencialmente producto de una concepción según la cual el mun-
do fue creado conforme a un plan inteligente [Intelligenzwelt-
plan l. Su concepción del carácter implica una visión similar.
Su visión del mundo como cosmos y de cada ser humano
como ente relacionado con ese gran cosmos lo ha llevado a adop-
tar ese enfoque "desesperanzado"; en todo ser humano hay tantas
cosas que nunca pueden volverse conscientes y que, no obstante,
influyen profundamente en el continuo desarrollo que Moebius
visualiza en cada individuo, que por necesidad debe llegar a una
conclusión desesperanzada sobre la psicología. La psicología se
ocupa del individuo ya constituido, pero no de lo cósmico, ya
que nuestra inteligencia solo puede reconocer aquello que es de
la misma naturaleza que ella. Moebius habría debido decir:
2
1 Aquí resulta evidente cuántas dudas abrigaban en aquella época los
discípulos de Freud, y cuántas dificultades tenían aún para comprender
las ideas freudianas.
rn Por aquel entonces, Freud ya había postulado los tres estados de la
vida psíquica: consciente, preconsciente e inconsciente. Evidentemente, Sad-
g1•r no lo entendió.
 152 Acta 15
"Hay demasiado pasado en nosotros para que alguna vez poda-
mos comprender ese pasado con nuestra inteligencia, especial-
mente por cuanto ésta constituye el factor más reciente y hete-
rogéneo".14
En relación con el problema de saber qué surge primero, la
idea o la materia, la decisión de Moebius en favor de la idea se
atiene a la exigencia de una lógica que procura vislumbrar la
totalidad. 15
Moebius, como tantos, comprendió mal el imperativo cate-
górico de Kant; éste no postuló una ley moral para el individuo,
sino que se limitó a puntualizar que el hombre siente un man-
dato, un imperativo cuando actúa.
No podemos escapar del antropomorfismo ( [A.] Deutsch):
no podemos salir de nuestra psiquis.
RANK descubre cierta correspondencia ( en parte contrastan-
te) entre el libro que escribió hace dos años (El artista: elemen-
tos de una psicología de la sexualidad) y el libro de Moebius. En
cierto sentido, su obra puede entenderse como una refutación
del libro de Moebius. Donde Moebius ve motivos para deses-
perar, Rank encuentra razones para sentirse esperanzado.
La correspondencia solo es válida para las cuestiones funda-
mentales; al igual que Moebius, él también ha tomado al animal
1
como punto de partida; pero, tal como lo exigía Kahane, comenzó
1 por el organismo más primitivo. A semejanza de Moebius, Rank
•1 se dio cuenta de que primero tenía que estudiar la vida pulsio-
nal; 16 pero, a diferencia de aquél, intentó desarrollar un monismo
de la vida pulsional. Descubrió que en primer lugar se encuen-
tra la pulsión que nos lleva a evitar el displacer ( pulsión de
vida); la pulsión que nos impulsa a obtener placer ( pulsión se-
xual) es su consecuencia. Hay diferentes "pulsiones de vida"
que dependen de condiciones externas. No obstante, toda pul-
sión de vida puede trasformarse en pulsión sexual ( en sentido
freudiano), como puede verse en las perversiones cuyo objeto
son los excrementos [coprofilia]. La aparente variedad y multi-
plicidad de las pulsiones es atribuible a esa mutabilidad de las
contadas pulsiones fundamentales existentes. Este concepto de
mutación permite comprender el desarrollo de lo "psíquico y lo
cultural" a partir de las pulsiones.
Sea como fuere, la vida pulsional no es tan inaccesible como
lo piensa Moebius. En su obra se refirió en particular a la con-
H Difícil de entender, probablemente porque el acta está demasiado con-
densada.
15 Incomprensible.
16 El original dice: " ... sei auch er zuerst auf das Triebleben gekom-
mcn".
27 de febrero t1e 1907 153
quista del inconsciente mencionada por el profesor Freud la vez
pasada, y a la decadencia que amenaza a la poesía en el curso
de su desarrollo. De haber vivido más tiempo, Moebius se habría
convertido probablemente en adepto de Freud.
FEDERN no ve en la última obra de Moebius ningún cambio
de enfoque que hubiera podido estar determinado por la pre-
monición de su muerte: el autor adopta la misma postura que
en sus escritos anteriores. En lo que atañe al inconsciente y al
hecho de que haya ignorado a Freud, Moebius no se interesaba
en descubrir el inconsciente: para él, el inconsciente no es sino
otra prueba de la necesidad de adoptar un punto de vista meta-
físico. La conclusión a que llega en su obra estaba determinada
de antemano, y el nuevo libro solo sirve para reafirmar sus opi-
niones anteriores: trátase de ese tipo de libros que siempre apa-
recen tras el descubrimiento de un principio nuevo, suponiendo
explicarlo todo mediante dicho principio; ahí reside su falla
mayor.
Moebius presupone la existencia de pulsiones especiales en
relación con la dotación de cada individuo; en ese sentido, po-
dríamos preguntarnos si en el curso del desarrollo no surgen
nuevas pulsiones ( el amor por la belleza, la búsqueda de la
verdad).
También podría considerarse si existe algo así como una
percepción interior. La idea es la experiencia sensorial de un
proceso interior. Nuestra conciencia no depende exclusivamente
del lenguaje. Las emociones son algo bien definido: sabemos
tanto sobre ellas como sobre el rojo o el blanco.
El profesor FREUD responde, uno por vez, a cada participante
de la discusión.
En primer término, no está de acuerdo con la dura crítica
de Stekel a Moebius. En su opinión, Stekel sobrestima sus mé-
ritos (los de Freud), aspecto sobre el cual resulta pertinente el
comentario de Sadg~r; por ejemplo, el tema de la memoria está
lejos de quedar agotado por las pocas observaciones que Freud
ha hecho al respecto. Ni él mismo ni ningún otro ha encarado
todavía en su totalidad el problema del recuerdo y el olvido.
Freud no considera que el hecho de que Moebius pase por
alto sus doctrinas implique la intención voluntaria de ocultar que
conocía su obra, sino que Moebius no tomó posición respecto
del movimiento psicoanalítico en su conjunto.
No se justifica la objeción de Adler a la categórica distin-
ción que establece Moebius entre emociones y pulsiones. El in-
tento de Moebius en el sentido de elaborar una nueva psicología
elemental dentro de los límites de un opúsculo tan breve estaba,
por supuesto, condenado al fracaso. Sin embargo, si quisiéramos
154 Acta 15
crear dicha psicología elemental ( una metapsicología que ignore
la diferencia entre consciente e inconsciente) ,17 tendríamos que
hacer una distinción categórica entre pulsiones y emociones. En
primer lugar, deberíamos establecer que la pulsión es un con-
cepto, un término que se refiere a la influencia dinámica o per-
turbadora que las necesidades orgánicas (estructurales) ejercen
sobre los procesos psíquicos. La pulsión configura un puente quo
une lo orgánico con lo psíquico. Las emociones, no obstante,
pertenecen enteramente al plano psíquico. La conciencia ( el
sentido interior) está regulada por dos extremos de un proceso
que forma un gran arco: las percepciones y las emociones. Todo
lo demás no entra en el significado del término conciencia. La
representación esquemática de este aparato psíquico sería la si-
guiente:
percepciones emociones (afectos)
conciencia
( La pulsión significa la dependencia de este esquema res-
pecto de la estructura orgánica.) 18
La psiquis es excitada por estímulos externos, y [los cam-
bios provocados en la conciencia por] esas excitaciones son [lo
que llamamos] percepciones. 19 Debemos sustituir los movimien-
tos ( del extremo motor) por los afectos en el otro extremo; los
afectos (=emociones) son de naturaleza motora: son descargas
internas. Los estímulos externos suscitan en nosotros emociones
( se trata de un proceso secretorio y centrífugo; véase La inter-
pretación de los sueños) : esto es todo lo que abarca el mundo
psíquico ( un penitente hindú encajaría en el esquema).
El sistema nervioso actúa como intermediario entre nosotros
y el mundo externo: las percepciones despiertan emociones, y
17 A partir de esta observación sobre la rnetapsicología, podernos dedu-
cir que Freud ya consideraba el aparato psíquico desde varios puntos de
vista, hecho que resulta cada vez más claro en sus escritos posteriores.
18 La concepción dinámica de la pulsión aparece claramente en este pa·
saje. La pulsión tiene un origen orgánico y, corno tal, es inconsciente. Las.
emociones y percepciones son conscientes, pero dependen de la estructura
orgánica, tal corno la pulsión. En la obra posterior de Freud, esta concep-
ción se torna cada vez más clara.
l!l El original dice" .. . tmcl diese Anregttngen siru:l die Walimel11nr111gc11 ''
(" ... y l'Slas cxcitacionc>s son las pcrcc>pcionC's") .
Zl de febrero de 1907 155
éstas son acciones internas. Por lo tanto, esos procesos internos
actúan como un nuevo aparato sensorial que sirve para generar
funciones motoras. Dichas acciones [que i,nfluyen] sobre el mun-
do externo se efectúan automáticamente; no las percibimos. Solo
percibimos los cambios que se producen en el mundo externo.
Es preciso llenar con algún elemento positivo la laguna que dejó
?vioebius. 20
Para responder al interrogante planteado por Deutsch, deci-
mos que no es necesario superar el antropomorfismo; nuestra
comprensión se extiende tan lejos como nuestro antropomorfismo.
Cuando nos preguntamos qué es el inconsciente, es primordial
no presuponer que el psiquismo es consciente. El inconsciente
es el psiquismo ( que no es idéntico al proceso consciente). Solo
podemos tratar de comprender la naturaleza del inconsciente en
función de sus procesos. 21
El comentario de Sadger, en el sentido de que no debe so-
brestimarse la utilidad de los resultados del psicoanálisis p~ra la
psicología porque esos resultados solo enfocan la sexualidad, no
tiene validez cuando sabemos que el psicoanálisis no nos revela
los rasgos patológicos sino los rasgos normales de la psiquis. Es
cierto, no obstante, que para poder llegar a las conclusiones ne-
cesarias se requiere cierta dosis de práctica y reflexión. El ma-
terial sexual no es más que el contenido. Los mecanismos son
totalmente independientes de él. El psicoanálisis es la principal
fuente de conocimiento de los procesos psíquicos normales.
Fedem capta la esencia del libro cuando dice que Moebius
utilizó el inconsciente como simple puntal de su W eltanschauung.
Hautler: si el imperativo categórico no se redujera a la ob-
-servación de que el hombre posee una conciencia, el trabajo
realizado por Kant no tendría valor alguno.
Rank: la "pulsión" que nos lleva a buscar el placer no es,
por cierto, una pulsiqn primaria. Originariamente, las pulsiones
carecen de intención, el "placer", la intención, solo se agrega en
h psiquis. 22
El punto de vista de Moebius sobre la singularidad o plu-
•ralidad de las pulsiones es totalmente correcto, ya que el autor
acepta el uso lingüístico. (Plural de pulsión.) [Moebius habla
<le las pulsiones más que de Ía pulsión.]
'20 Ese "elemento positivo" es evidentemente el incc,nsciente, corno Freud
'lo demuestra con claridad en "Esquema del psicoanálisis" (1938) [0.C.,
t. III, pp. 2729-2741]. Véase también "Proyecto de una psicología para
neurólogos" ( 1895) [O.C., t. I, pp. 209-276].
:!l El inconsciente no es asequible a la observación directa; sólo puede
inforírselo, como Freud lo ha subrayado en numerosas ocasiones.
.2 2 La pulsión es 01 gánica; el placer, la intención y el deseo son psíquicos.
156 Acta 15

La neurosis obsesiva es particularmente adecuada para arro- 16

jar luz sobre la naturaleza de las producciones y los procesos REUNION CIENTIFICA DEL 6 DE MARZO DE 1907
intelectuales. El análisis de la neurosis obsesiva nos revela de
qué manera está estructurado el aparato psíquico en sus estratos
superiores. 23

Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Graf, Hautler,

Heller, Hollerung, Kahane, Sadger, Stekel, Rank.
Los doctores Jung y Binswanger, de Zurich, asisten como invi-
tados. 1 El doctor Sadger toma en préstamo el acta número 15,
que devuelve el 20 de marzo.

PRESENTACIÓN

Un caso p sicoanalítico
ÜRADOR: AnLER

El paciente es un joven estudiante ruso proveniente de una ta-

milia adinerada, que se presenta con un problema de tartamudez.
Desde los seis años se ha sometido a diversos tratamientos para
curar sus nervios.
Durante su infancia tuvo dolores de cabeza, pavor nocturno
e insomnio, y después de la pubertad padeció ataques de melan-
colía, miedo al contacto físico y fuertes palpitaciones. Recuerda
que a los cuatro años se le dijo que, de recién nacido, había sido
amamantado por la madre durante pocos días solamente; que
luego fue destetado y alimentado con mamadera. Durante un
largo período padeció una inflamación intestinal. En términos
generales, el paciente parece tener un aparato digestivo inferior.
De niño se chupaba el pulgar y era muy afecto a las golosinas.
Entre los siete y los diez años se volvió muy frugal en sus nece-
sidades; comenzó a ser mezquino y desarrolló aversión por la
comida. Con lo demás era generoso. Pasaba por ser un chico
malo e insoportable. Era el "orador" de la familia ( [inclinado a]
los discursos, etc.). La comida y los recuerdos sexuales le daban
náuseas. Los borborigmos, la dentadura deficiente (por la posi-
2.1 Aquí Freud hace referencia ev:den temen te a !:is form ac iones reacti-
vas, las medidas de pro[eceión ( prccau<:ioncs) , las dudas, las especulacio
JJ<'s y las nnn ifcstae ioncs de la concie ncia. Presentes por primera vez en la Sociedad d e Viena.
158 Acta 16
ción de los dientes) y las hemorroides eran otros indicios de que
tenía un aparato digestivo inferior.
El análisis reveló tendencias al sadismo y al exhibicionismo
fuertemente suprimidas. 2 El exhibicionismo [era] un rasgo fa-
miliar. Con frecuencia el paciente dormía en la cama de su pa-
dre, y en esas ocasiones el progenitor le hablaba de sus infideli-
dades a la madre ( exhibicionismo mental).
Existía rivalidad con el hermano menor. Tiene un recuerdo
que data de la época en que contaba tres ( o cuatro) años: cuan-
do los hermanos estaban en la cama, jugaban con sus órganos
genitales. El paciente hizo comparaciones y descubrió que el
pene de su hermano era más grande que el suyo.
En sus relatos, el padre surge como un gigante capaz de
vencer todas las dificultades. Al preguntársele si no había com-
parado su pene con el del padre, respondió: "Mi padre ... ; ¡oh!
el suyo es tan enorme" ( quiere decir que es imposible hacer
comparaciones). También le preocupaba el hecho de que su
vello púbico creciera más lentamente que el de su hermano.
[También hubo] juegos en que se desvestía con otros niños;
metía la mano bajo las faldas de su gobernanta; recordaba esce-
nas en que se disfrazaba de niña ( así como sueños de esta ín-
dole) ; huellas de enuresis, cuyo recuerdo surgió cuando mencionó
un establecimiento de baños de propiedad de su padre. Pre-
guntó por las diferencias externas entre los sexos cuando vio
cierto cuadro en un museo.
Adler analiza luego la compulsión del paciente, vinculada
con el acto de bañarse.
La compulsión: Cuando se bañaba tenía que sumergirse y
tenía que permanecer bajo el agua hasta que hubiese contado
hasta 3, 7 o 49 ( o las tres cifras juntas). Muchas veces estuvo
a punto de ahogarse. Explica ese acto diciendo que se había
criado en circunstancias difíciles. ( Siendo judío, había estudiado
en un colegio antisemita; en términos generales, su "complejo
;udío" era muy marcado.) Pensaba que si soportaba esa práctica,
podría también superar las dificultades de la existencia.
Asociaciones: 3 es el número sagrado; contamos 1, 2, 3 cuan-
do tomamos impulso para saltar; 7 es el número sagrado de los
judíos; 7 X 7 = 49, el jubileo judío.
Asociaciones relativas al baño: Sumergido en el agua, quizás
tenía sus palpitaciones habituales; también las tenía cuando an-
daba en bicicleta por Berlín, a la vista de otros. Explicación:
porque los pantalones pueden caerse muy fácilmente cuando uno
2 Por aquel entonces no se distinguía a{m claramente entre "supresión"
y "rcprcsi6n".
6 de marzo ele 1907 1.59
anda en bicicleta. El paciente se muestra inclinado a mantener
siempre puestos los pantalones. Cuando tiene relaciones sexuales
con jovencitas suele dejárselos puestos. A veces, incluso los deja
abotonados. En Rusia, cuenta, la gente se baña sin pantalones;
algunos se cubren entonces los órganos genitales con la mano,
cosa que también ha hecho el paciente. ¿Por qué? "Tal vez por-
que soy judío".
Se sumergía en el agua para no ver. Si enfocamos el asunto
en su totalidad, dice el paciente, se asemeja a un bautismo.
Adler señala brevemente que ese acto compulsivo tiene el
carácter de un compromiso. Prevé que el paciente dejará de
tartamudear cuando se vea liberado de sus cargas psíquicas.
DISCUSIÓN
En relación con los defectos de la infancia, FEDERN se pregunta
si al ser humano no podría ahorrársele un ulterior desarrollo des-
favorable modificando los factores causales. Sería interesante
observar en qué medida tales síntomas de enfermedad podrían
desaparecer en forma espontánea. Evidentemente, no puede in-
ferirse la inferioridad de un órgano a partir de una inflamación
intestinal.
La necesidad obsesiva de permanecer vestido p:Jdría vincu-
larse al miedo a ensuciar los pantalones. ( Federn conoce un caso
de esa índole.)
La afición excesiva a las golosinas, ¿no es [signo de] un fac-
tor sexual reprimido? La manía de hacer discursos tiene relación
con el exhibicionismo.
HELLER pregunta en qué medida la necesidad obsesiva de
permanecer vestido tiene relación con el exhibicionismo.
HAUTLER cree que no se ha explicado suficientemente el
significado de los números y su determinación. La inmersión
puede también remitir a los juegos infantiles: mientras se bañan,
los niños más timoratos a menudo son forzados por sus compa-
ñeros de juego a permanecer debajo del agua. La inmersión vo-
luntaria sería una reacción.
GRAF señala que la mezquindad y la prodigalidad coexisten
en el paciente. Juego infantil: inmersión competitiva; contar pa-
ra ver quién puede resistir más tiempo bajo el agua. La afición
a las golosinas podría remitir a una fuerte acentuación de la zona
oral, y es análoga al hábito de fumar.
SADGER considera que ninguno de los síntomas ha sido expli-
cado plenamente. Además, piensa que se ha dado excesiva im-
portancia a la inferioridad orgánica. Mucho más simple sería
explicar las náuseas del paciente por una identificación con la
160 Acta 16
madre ( que sufría de vómitos histéricos), que atribuirlas a una
inferioridad orgánica. Su pasión por disfrazarse, así como por
dormir con el padre, están en concordancia con su identificación
con la madre.
En cuanto al hecho de comer golosinas a hurtadillas, los
objetos son la mayoría de las veces símbolos sexuales sustituti-
vos; particularmente, en el caso de la fruta (cleptomanía).
Uno de sus pacientes recuerda haber sido destetado a los
seis meses, y haber reaccionado con vómitos.
El exhibicionismo se remonta a la primera infancia, a las
caricias prodigadas al bebé cuando lo fajan y desfajan. De ma-
nera análoga, las ideas masoquistas pueden remitir a menudo al
desamparo del bebé.
Antisemitismo: uno de sus pacientes, cuyo padre es antise-
mita, tiene ideas antisemitas contra él ( Sadger); en esto imita
al padre. El paciente había experimentado un amor homosexual
por un judío ( sin ser correspondido). Ahora desea que su mé-
dico judío sea el judío que lo hace objeto de un amor homose-
xual. A la vez, hace una trasferencia del padre al médico.
STEKEL considera que la elección del caso no es la más apro-
piada. Además, Adler ha soslayado varios aspectos: por ejemplo,
Stekel piensa que el paciente se sumergía primordialmente para
no ser visto. El significado del número 3 tal vez pueda determi-
narse en virtud de que el paciente comenzó a jugar con sus
órganos genitales cuando tenía tres años.
Considera el tartamudeo como un síntoma histérico ( cuan-
do el tartamudo está solo, no tartamudea).
Dos casos: Un predicador judío tuvo un día que interrumpir
de pronto su prédica. Es un hombre "santo"; sin embargo, sus
fantasías son sumamente voluptuosas. De niño, se mostró intri-
gado por un pasaje de un libro talmúdico que pertenecía a su
padre, donde las letras del nombre Jehová eran interpretadas
como símbolos sexuales. Había reprimido ese recuerdo, que emer-
gió posteriormente. Interrumpió su sermón cuando estaba a pun-
to de pronunciar ese nombre. Una vez curado, le obsequió a
Stekel un cofre que contenía juegos 3 ( un gesto homosexual).
El segundo caso es el de un niño que creía que cuando se
masturbaba los demás podían saberlo por sus ojeras azules. Cuan-
do se convenció de que no era así, se vio libre de su tartamudez.
RANK piensa que los números 7 y 49 ( el pequeño y gran
jubileo) representan el pene pequeño y el grande. La repug-
a El original dice: " .. . samtliche Spiele . .. " ( "todos los juegos"; ¿todos
uqu(~llos ele los que el paciente hahía hablado?).
6 de marzo de 1907 161
nancia que le inspira la comida ( que la madre le ordenaba co-
mer) es una venganza contra la madre que no lo amamantó.
FREun dice, al comentar las anteriores observaciones, que
tal vez el 3 represente el pene cristiano, el 7 el pequeño pene
judío, y el 49 el gran pene judío. El pene judío más pequeño
está representado en la compulsión por el número más grande.
Por supuesto, esto no agota la cuestión de la determinación. Su-
cede lo mismo que en los sueños con números, donde todo está
determinado, hasta el menor detalle, y nada es casual. Como
prueba de la exactitud de la determinación psíquica, relata va-
rios actos compulsivos de una paciente suya. (No se los registra
en el acta porque pronto aparecerán en una publicación.) 4 En
ese caso, la única tarea que debió encarar el médico fue la de
eliminar una y otra vez las resistencias. Entonces se hizo súbi-
tamente claro para la paciente el significado de estos actos.
En lo que se refiere a la doctrina de Adler de la inferioridad,
ciertamente ha enriquecido nuestro conocimiento de los funda-
mentos orgánicos de la neurosis. No obstante, el desarrollo del
paciente no concuerda con la concepción de Adler; el paciente
fue un "orador", y solo después comenzó a tartamudear. El habla
forma parte del exhibicionismo, en tanto que la tartamudez es
un síntoma de supresión. El rasgo característico de la neurosis
obsesiva es que el síntoma se origina en el impulso destinado a
la supresión. 5
Las observaciones de Sadger sobre el exhibicionismo cons-
tituyen un rico aporte. No obstante, un recuerdo del sexto mes
de vida n_o merece crédito: los recuerdos comienzan a ser dignos
de confianza al año y medio o al año y tres cuartos. De cual-
quier modo, no tenemos verdaderos recuerdos de nuestra primera
infancia. Todos son elaborados posteriormente [nachtriiglich]. 6
Por eso, el individuo toma los propios recuerdos de su infancia y
los entremezcla con el material obtenido a partir de la observa-
ción de niños pequeños. 7 Siempre que enfocamos una fantasía
ele la primera infancia, se nos plantea el problema de determi-
nar en qué momento se formó esa fantasía.
La avaricia y la prodigalidad son un par de opuestos; se
los encuentra siempre juntos, pe~o en esferas diferentes. De ahí
4 Véase el ensayo titulado "Los actos obsesivos y las prácticas religiosas"
( 1907), mencionado en el acta número 15 (n. 2).
5 Posteriormente esto se denominó "formación reactiva" en la neurosis
obsestva.
6 Evidentemente, Freud quiso decir que no existen recuerdos de la pri-
mera infancia que no estén adulterados.
7 Véase "Historia de una neurosis infantil ( Caso del 'Hombre de los
lobos')" (1914 [19181 ) , o.e., t. II, pp. 1941-2009.

162 Acta 16
que la prodigalidad de ese paciente no sea una forma de repre-
sión de su avaricia.
[A.] DEurSCH no considera que el análisis sea incompleto:
Adler ha descrito sus características fundamentales. Pregunta si
el paciente no experimentó un sentimiento de triunfo con el nú-
mero 49. Las palabras que el maestro le gritó al niño podrían ser
significativas en relación con la tartamudez, que apareció tras di-
cha escena. ( AnLER: el maestro [era un] antisemita.) El hecho de
fajar a los bebés aparentemente no ejerce influencia alguna en
la formación masoquista ( Sadger), porque los niños ingleses, a
quienes nunca se faja, suelen convertirse en masoquistas.
KAHANE define la idea obsesiva como la fachada de un com-
plejo psíquico coherente que surge en la conciencia. Arraigado
profundamente en el inconsciente, es un complejo alimentado
por el material que aportan la religión y la sexualidad. La inmer-
sión del paciente tal vez podría interpretarse simbólicamente co-
mo un retorno al agua: desea comenzar una nueva vida. Allí
podría también hallarse la raíz de la tartamudez: al igual que
la vida una vez que comienza, la palabra, una vez pronunciada,
no puede anularse.
HOLLERUNG formula preguntas sobre la actividad sexual del
paciente.
El doctor BrnswANGER pregunta si el paciente no experi-
mentaba sensaciones voluptuosas ( sadomasoquistas) durante la
inmersión.
El doctor JuNc observa que no puede efectuar una crítica
detallada porque recién está comenzando a familiarizarse 8 con
las ideas de Freud. Jung ve las cosas de manera diferente. Freud
ve desde adentro; él, desde afuera. En la elección de números,
si bien admite que las constelaciones emocionales ejercen una
poderosa influencia, debe también tenerse en cuenta el valor de
frecuencia de ciertos números. Durante sus experimentos de aso-
ciación, aprendió a observar la elección repetida de números que
indican frecuencia (por ejemplo, número de hijos, de miembros
de la familia, etc.).
La tendencia a disfrazarse es un misterio para Jung.
La crítica dirigida contra la doctrina de la inferioridad or-
gánica la parece demasiado dura; en su opinión, es una idea bri-
llante, y no se justifica que la critiquemos porque carecemos de
experiencia suficiente.
8
El original dice,: " ... an den Freudschen Ideen heraufzuklettern"; lite-
ralmente : " . . . trepar a la cima", "escalar", que también en alemán es una
forma ins6lita dC' decirlo.
(; el e marzo de 1907 163
AnLER enfoca sucintamente algunos detalles: el exhibicionis-
mo deriva de la escoptofilia.
En relación con la aparición de la avaricia, relata lo siguien-
te: el paciente sufría de inflamación intestinal y no se le per-
mitía comer ciertos alimentos; este es el origen de las privacio-
nes que se impuso posteriormente. Padecía también de defeca-
ciones involuntarias. Cuando se sentía sexualmente excitado, no
podía retener sus heces (por ejemplo, cuando hablaba con una
joven que le gustaba mucho). Su temor a los exámenes ( temor
a las evacuaciones involuntarias) también tiene relación con
esto. n
Adler se ve obligado a rechazar la interpretación de Stekel
sobre la tartamudez.
Actividad sexual del paciente: a los diecisiete años tuvo oca-
sionalmente relaciones sexuales con prostitutas, tras emborrachar-
se ( eyaculación precoz). Era impotente con su novia, circuns-
tancia a la cual contribuían tanto su exhibicionismo reprimido
como su avaricia (la joven era pobre). Ahora, una vez que se le
ha dado la explicación, puede realizar un coito normal.
Los números de frecuencia son los preferidos porque tienen
un doble significado.
La interpretación del pene pequeño y del grande es total-
mente correcta. En un sueño numérico del paciente, aparece la
constelación 27,03. Asociaciones: 7~ ( en vez de 27): 7 al cua-
drado es igual a 49 y, en lenguaje matemático, 7 > 3; 7 es ma-
yor que 3.
Los recuerdos de la infancia son en realidad construcciones,
y esto está corroborado por el hecho de que nos vemos en ellos.
El paciente se abstiene de efectuar actos de generosidad
cuando tiene hambre: de ahí se desprende que su tendencia a la
prodigalidad está alimentada por una avaricia suprimida. Cabe
presuponer que la "locura del agua" [Brunnenkoller], los estados
nerviosos durante las curas de adelgazamiento, se basan en aso-
ciaciones similares. ( Adler cono.ce a un paciente que monta en
cólera contra su suegro cada vez que tiene hambre, porque aquél
lo había estafado con la dote.)
Las sensaciones de voluptuosidad experimentadas durante
las inmersiones se explican por , la constitución enurética, que
también nos explica la elección del lugar del acto compulsivo.
El acto de disfrazarse tiene relación con el notorio componente
homosexual.
O Aparentemente todavía no se sabía que el neur6tico obsesivo pasa, a
través de la regresi6n, a la fase anal-sádica del desarrollo de la libido y
que la tartamudez se basa e 1,1 una fijación anal.
 164 Acta 16
DISCUSIÓN LIBRE
El profesor FREUD subraya la relación de la avaricia y la prodi-
galidad con la acentuación de la zona anal. Estas personas se dis-
tinguen en su vida adulta por rasgos de carácter específicos: son
ordenadas, limpias y escrupulosas, obstinadas y llenas de pe-
culiaridades en todas las cuestiones de dinero. 10
Finalmente, cabe señalar que los contenidos de los síntomas
tienen la naturaleza de un compromiso: es como si el paciente
dijera: "Quiero ser bautizado 11 -pero el pene judío sigue sien-
do el más grande-. ( En consecuencia, sigo siendo judío.)"
10 Véase el "Carácter y el erotismo anal", (1908), O.C., t. II, pp. 1354-
1357.
11 Ser "bautizado" equivale a ser sumergido en el agua y salir nueva-
mente a flote ( también, expresión simbólica del renacer) . Además, tiene
el significado de purificarse, que es característico del rechazo de la ana-
lidad en la neurosis obsesiva.
17
REUNION CIENTIFICA DEL 20 DE MARZO DE 1907 1
Presentes: Freud, Adler, Federn, Hautler, Hitschmann, Kahane,
Rank, Stekel (parte de la noche), Sadger, Brecher.
COMUNICACIONES
El doctor SADGER propone la candidatura de su sobrino, el doctor
Fritz Wittels. El doctor Brecher presenta su renuncia.
Hitschmann toma prestada el acta número 16.
PRESENTACIÓN
El misticismo y el conocimiento de la naturaleza
ÜRADOR: HAUTLER
El conocimiento de la naturaleza tiene raíces místicas: la ten-
dencia mística y la tendencia que incita a comprender la natu-
raleza suelen coexistir, con frecuencia coexisten en el mismo indi-
viduo ( como en el caso de algunos románticos). Sin embargo
esas tendencias existen primordialmente en tres grandes épocas
de la historia de la civilización: la civilización griega del siglo
VI o VII, el Renacimiento y la . época de los románticos ( Sche-
lling en particular). 2 Esa coexistencia permite inferir una rela-
ción estrecha entre ambas tendencias. Los aspectos esenciales del
misticismo son los siguientes:
l. La tendencia a la unidad [Vereinheitlichung] ( el senti-
miento de unidad que liga al homb~e con Dios, a Dios con la na-
turaleza, al hombre con la naturaleza). Esa tendencia a unificar
todos los aspectos de la vida, ese rechazo a aceptar una realidad
1 La reumon del 13 de marzo no se realizó por indisposición del pro-
fesor Freud. [Nota en el manuscrito original.]
2 Fricdrich Wilhelm Sc;hrlli!ig ( 1775-1854), filósofo alemán.
166 Acta 17
múltiple y variada solo es posible en el caso de una vida emocio-
nal patológicamente intensificada ( similar a un estado báquico).
La unificación se logra, como en el sueño y la neurosis, por me-
dio de la representación visual. Ese sentimiento de unidad se
proyecta luego en la naturaleza y se transforma en comprensión
de la naturaleza. Tales, 3 el primer filósofo de la naturaleza, bus-
ca ya la unificación de todo, y dice: "Todo es Uno", A partir de
entonces nunca se abandonó ese principio en la ciencia europea;
pero, al igual que los principios ulteriores, nunca fue descubierto
en forma empírica y no puede ser demostrado por la lógica. De-
terminado más bien por la experiencia interna, se lo proyectó en
la naturaleza.
2. El sentimiento de los contrarios. Cuando el místico des-
pierta de su estado de beatitud y vuelve a la sobria realidad, se
siente compelido a establecer una relación entre esos opuestos, lo
cual lo induce a construir un mundo sobre la base de dos sensa-
ciones contrarias, como ya lo hiciera Anaximandro. 4 Según esta
teoría, el mundo se origina en lo "caliente" y lo "frío". Desde en-
tonces, ese principio de los contrarios no ha desaparecido de la
ciencia, e incluso puede encontrárselo en el principio de la elec-
tricidad positiva y negativa. Dicho principio se proyecta también
de la vida emocional hacia la naturaleza. Lo mismo ocurre con:
3. El concepto de infinito, introducido por Heráclito. 5 Este
concepto, que debía adquirir tanta importancia en el campo de la
ciencia, proviene también de la vida emocional, del sentimiento
religioso de lo sublime según el cual Dios es aquello que no
tiene límites.
Estos tres principios del conocimiento de la naturaleza fue-
ron, de ese modo, traspuestos a la ciencia desde la esfera de
las emociones humanas, y volcados al conocimiento. Con el auge
del misticismo, por consiguiente, se produce una expansión para-
lela de la conciencia; y puesto que el misticismo solo se origina
en una vida emocional intensificada anormalmente, el desarrollo
del intelecto debe ser considerado como un síntoma patológico.
Según Hautler, la causalidad, concepto de suma importancia
para el conocimiento de la naturaleza, fue aprendida a partir de
compulsio~es religiosas: la ceremonia religiosa es la escuela del
concepto de causalidad: allí, el hombre aprende que cada falta
es seguida de una consecuencia. Por consiguiente, tampoco este
3 Tales de Mileto ( 640-546 a.c.).
4 Filósofo naturalista griego ( 611-547 a.C.).
5 Filósofo griego ( 554-475 a.C.).
20 de marzo de 1907 167
principio configura un descubrimiento empírico, sino que ha sido
descubierto por analogía y luego aplicado a la naturaleza.
Por último, el concepto de armonía, que supera todos los
contrarios, fue introducido por Pitágoras 6 ( y proviene de las re-
giones órficas) .
También la predilección de los griegos por el logos, la pala-
bra, tiene aún hoy efectos devastadores en la ciencia. Por medio
de la palabra, los griegos confieren un carácter antropomórfico
·a la naturafeza. Un hecho característico de esta idolatría de la
palabra es que la filosofía griega de la naturaleza haya nacido
tras difundirse el conocimiento de la escritura, y el misticismo
del Renacimiento tras la invención de la imprenta.
D1scus1óN
HrrscHMANN acota que el tema tratado le resulta demasiado es-
pecializado. Por otra parte, las filosofías de la naturaleza más
recientes se compadecen más con su modo de pensar; con fre-
cuencia, vemos que grandes científicos se consagran a algún tipo
de filosofía mística, como contrapeso a su preocupación constan-
te por el mundo material. Swedenborg, 7 que había recibido
una formación técnica, llegó a ser uno de los más grandes mís-
ticos. Mach 8 cuenta que la idea del monismo se le ocurrió mien-
tras daba un paseo un hermoso domingo por la mañana. El hecho
de que esa imagen del mundo derivase de un estado puramente
emocional siempre le ha parecido a Hitschmann la mayor obje-
ción que pueda hacerse a tal visión del mundo.
El sentimiento de no ser más que uno con el mundo tam-
bién es suscitado por el primer amor. La música puede asimis-
mo provocar un estado de ánimo similar, desconectado de la
realidad.
AnLER puntualiza que toda vVeltanschauung está impregna-
da de sentimientos sumamente personales. Sin embargo, no está
de acuerdo con la opinión de Hautler, en el sentido de que siem-
pre hay implícito un estado de excitación. La comprensión filo-
sófica del mundo, implica más bien un proceso similar al de la
elección de una profesión: el mundo se impregna de los anhelos
y deseos más íntimos del individuo. Deben agregarse otros fac-
tores más profundos, ya que también otras personas se han en-
contrado en la situación descrita por Hautler. Posiblemente sería
provechoso investigar para qué tipo de personas los números
G Filósofo ( alrededor dP 5 1O n. C. ) .
7 Cicntífi c.:o, filósofo y lt'Úfo).(o Nllt ' ( 'O (1688-1772) .
~ E1nst ~1.t<'h ( 18'3G- J!Jl(l) , lt •.l rn y p sieóloi,:o t111sttÍ ,1to.
 168
Acta 17
desempeñan un papel tan importante (personas cuyo sentido del
ritmo está especialmente desarrollado) .
Debe atribuirse gran importancia a la idea del desarrollo
intelectual como síntoma patológico.
El empleo de las patas traseras como pies debe haber influi-
do enormemente en el desarrollo de la inteligencia en ciertos
monos.
FREUD observa que en la metafísica nos encontramos con
una proyección de las percepciones denominadas endopsíquicas.
Por otra parte, el naturalista puede, por medio de la práctica,
haber aguzado sus facultades de observación hasta tal punto que
le es posible aplicarlas al mundo exterior. Pero el segmento del
mundo exterior que puede comprender sigue siendo relativamen-
te pequeño. El resto -"piensa"- es como soy yo; o sea que ve
el resto del mundo bajo el aspecto del antropomorfismo. Reem-
plaza por lo tanto ese resto por una oscura percepción de sus
propios procesos psíquicos. Para estudiar el problema del origen
psicológico de los conceptos filosóficos, debemos volver primero
a los filósofos de la antigüedad, entre los cuales dichos conceptos
todavía son nuevos. Pero incluso allí el problema se nos escapa
de las manos; por consiguiente, debemos estudiarlo en relación
con un tema más reducido, más tangible, más accesible, como es
el caso de los delirios. Los delirios son también los productos
combinados de una actividad, productos de naturaleza sistemá-
tica: con estas formaciones los pacientes enmascaran sus sínto-
mas. Los pacientes creen que los síntomas derivan directamente
de los delirios. Dichos delirios, de los cuales hay varios tipos,
pueden considerarse análogos a los grandes sistemas [filosóficos].
Además de los delirios conocidos por la psiquiatría, denominados
"delirios confusionales", los cuales deben traducirse [al lenguaje
común], pueden distinguirse otros dos tipos de delirio: 1) deli-
rios de angustia y 2) delirios obsesivos.
l. Los primeros son sistemas conscientes de pensamiento me-
diante los cuales los pacientes tratan de justificar [o racionali-
zar] su angustia y comprenderla. Estos delirios representan me-
ras proyecciones. Configuran la trasposición de un cierto número
de pulsiones psíquicas provenientes del inconsciente desconoci-
do, a una esfera conocida y consciente, en la que se manifiestan
los síntomas. En un caso de angustia locomotora, por ejemplo,
el paciente justifica su incapacidad de caminar por un sistema
lógico de condiciones. Este tipo de delirio es un medio de tras-
portar [Transportmittel] los motivos y pulsiones de la esfera se-
xual a la esfera de la locomoción. Un ejemplo de este sistema,
20 de marzo de 1907 169
extraído de la ciencia, es la psicología de Wernicke, 0 que po-
dríamos denominar delirante. W ernicke trasfirió su anatomía
del cerebro directamente al campo de la psicología.
2. Por medio de una compleja actividad psíquica, dichos de-
lirios se convierten en el reflejo de los procesos que tienen lugar
en el inconsciente. La vida psíquica del niño es importante para
el conocimiento psicológico de los conceptos filosóficos. Debe
observarse durante qué años el niño sienta las bases de una
ley moral y cuándo comienza a aplicarla al mundo externo
( por ejemplo, justicia, causalidad, etc.). En el curso de las ob-
servaciones, se descubre que esto ocurre en relación con situa-
ciones comunes de la existencia cotidiana. No obstante, cuando
tomamos en cuenta el factor infantil, debemos dejar de lado la
idea, más humorística que probable, de que Tales, para quien
todo se origina a partir del agua, sufría de enuresis, y de que
Heráclito, a raíz de sus alucinaciones auditivas y su sentido del
orden, era un erótico anal.
La elevada valoración de la palabra parece implicar que
las percepciones solo pueden tornarse conscientes si se les da un
nombre. 10
FEDERN sospecha que los estados de éxtasis no son descono-
cidos para el orador. En consecuencia, comprende fácilmente la
oposición que aquél suscita en quienes no conocen el éxtasis. El
orador nos ha recordado que conocimientos que en la actualidad
nos parecen evidentes, fueron adquiridos con esfuerzo.
El éxtasis parece ser la condición para que se realizaran los
grandes descubrimientos. La reducción del campo de las repre-
sentaciones unida con el sentimiento de placer producido por el
éxtasis, hace que el individuo extático experimente un yo por
completo diferente: de ahí proviene su sentimiento de unidad
con Dios. 11
RANK observa que algún día tal vez se pueda establecer la
etiología específica de las actividades mentales, así como el pro-
9 Karl W ernicke (1848-1905), profesor de psiquiatría en Bres1au y Ila11e,
Alemania. Fue uno de los primeros que contribuyeron a 1a teoría de la
afasia. Introdujo el concepto de "idea prevalente", o sea de una idea pre-
dominante, excesivamente acentuada, subyacente a ciertos trastornos men-
tales ( alucinaciones, delirio).
10 Estas ideas ya fueron formuladas en la parte teórica de La interpre-
taci6n de los sueños ( 1900); vuelven a aparecer en los trabajos meta psico-
lógicos de Freud.
11 Véase también Helene D eutsch, "über Zufriedenheit, Glück und Ex-
tase" ["Sobre la satisfacción, la felicidad y el éxtasis"] ( 1927) Z., t. 13, pp.
410 y ss; y los trabajos el e F cdern sobre la sensación yoica en lchpsr,cholo-
gie wul die Psychosen [Lo 7isicologío del yo u las psicosis], Hans Iluber,
Berna y Slullgarl, 19,5G.
170 Acta 17
20 de marzo de 1907 171
fesor Freud ha establecido la etiología específica de las "enfer-
medades mentales" ( histeria, neurosis obsesiva, etc.). Se tiene la El sentimiento de "armonía" aparece cuando el niño ha asu-
impresión inevitable de que el filósofo, por ejemplo, es el ona- mido el rol del padre.
nista típico (por analogía con el neurótico obsesivo cuya neuro- lCAHANE piensa que las sensaciones materiales en la esfera
sis remite también a la masturbación infantil). El filosofar posee sexual pueden haber constituido el punto de partida de ciertos
un carácter decididamente autoerótico. En cambio, el escritor ( en conceptos filosóficos; el concepto de orden, por ejemplo, podría
particular el dramaturgo), corresponde exactamente al histérico: provenir del fenómeno de la menstruación, la expansión del yo,
ambos están muy próximos al amor objetal. La postura del mís- de la erección, etc. El hecho de que solo al hombre [y no a la
tico se hallaría entonces a mitad de camino entre ambos, aunque mujer] le está dado indagar el mundo se debe tal vez a que el
mucho más cerca de la neurosis. La aspiración mística de Faus- fenómeno psíquico del éxtasis acompaña a los procesos físicos
to es, de hecho, autoerotismo refinado [veredelt]; se cura en de la sexualidad únicamente en el hombre.
cuanto consigue una mujer. Los fenómenos psíquicos que aparecen en la prepubertad
BRECHER solo plantea una cuestión: de qué manera la me- pueden ser decisivos en este sentido. La prepubertad es en cierto
tapsicología se relaciona con la psicología practicada común- modo el período filosófico en la vida de todo ser humano, y po-
mente por los filósofos. Pregunta si, por ejemplo, la necesidad dría verse una analogía entre dicho período y la época de la
de causalidad proviene exclusivamente de factores inconscientes. filosofía de la naturaleza de los griegos.14 En el curso de su
HAUTLER repite que la ley científica de la causalidad fue to- desarrollo psíquico, todo individuo debe tal vez pasar por todas
mada de la vida religiosa, que asocia la culpa y el castigo. las etapas de desarrollo de la especie entera.
FREUD: la religión correspondería entonces a la neurosis ob-
sesiva y el sistema filosófico al delirio. l!!
SADGER supone que el acto de filosofar tiene sus raíces más
profundas en la pregunta del niño sobre la naturaleza de los
órganos genitales del sexo opuesto; es decir, respectivamente, del
padre y de la madre.
( El profesor FREUD interviene para decir que la pregunta
se limita al origen de los niños, puesto que el niño todavía no
sabe nada sobre la diferencia de los órganos genitales; presupone
que todo el mundo tiene órganos genitales idénticos a los suyos.)
SADGER cree que ha descubierto esto en el curso de sus aná-
lisis. Además, la idea de la unidad del mundo proviene del de-
seo de ocupar el lugar del padre.
El estado extático puede asimilarse, según dice, al estado
emocional alcanzado durante el coito ( véase el éxtasis de los
monjes y las monjas; los órganos genitales de Jesús y María). 13
El sentimiento de los contrarios surge de la desproporción exis-
tente entre una sexualidad excesiva [übermass] y la vida real.
Las leyes religiosas son, en última instancia, preceptos im-
partidos por el padre. Principio de causalidad: para el niño, hay
un individuo que es la causa de todas las cosas y todas las per-
sonas, y ese hombre es el padre.

12 Véanse Freud, "Los actos obsesivos y las prácticas religiosas", ( 1907)

O.C., t. 11, pp. 1337-1342; y "Totem y Tabú" (1912-3), id., ibid., pp.
1745-1850.
J 3 Esta referencia es oscura. 11 En El nifio de cinco II dlt•:z: años ( Paidós, Buenos Aires, 1965), A.
Gt'scll tambifo ohs<'rvu lus tc•rnlc•11<·ins filosóficas del niiio prcpúber.

18
REUNION CIENTIFICA DEL 27 DE MARZO DE 1907
Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Hitschmann,
Reitler, Sadger, Stekel, Rank íKahane].
COMUNICACIONES
El profesor FREUD anuncia que el próximo otoño se publicará
la segunda edición aumentada de Psicopatología de Ia vida coti-
diana,1 y que se acaba de publicar El artista; elementos de una
psicología de la sexualidad. 2
El doctor Wittels es elegido miembro de la Sociedad por
unanimidad.
El doctor KAHANE anuncia que durante el semestre estival
no podrá asistir con regularidad a las reuniones del miércoles
por la noche, ya que está dirigiendo la edición de la "Enciclo-
pedia" [Diccionario médico]. Se resuelve fijar una cuota cuyo
monto se establecerá en la primera sesión de mayo.
El doctor STEKEL anuncia un trabajo sobre la "Neurosis de
angustia" para el 17 de abril.
[A.] Deutsch toma prestada el acta número 17.
PRESENTACIÓN
El sonambulismo
ORADOR: DOCTOR SADGER
SADGER menciona la creencia popular según la cual el sonámbulo
se encuentra bajo la influencia de la luna. Las obras científicas
no ofrecen casi ninguna explicación de este fenómeno. En la
1 Zur Psychopathologie des Alltagslebens ( 1901), Karger, Berlín, 2~ edi-
<ión, 1907. [O.C., t. I, pp. 755-932].
2 Der Kiinstler: Ansiitze zu einer Sexualpsychologie, Ilugo Ileller, Vie-
na y Leipzig, 1907.
27 de marzo de 1907 173
literatura, los únicos sonámbulos que Sadger conoce son Lady
Macbeth, El príncipe de Homburg, 3 "María", de Otto Ludwig 4
y Lene Tarn, en Jorn Uhl. 5
A continuación, tomando como base dos casos de psicoaná-
lisis, el orador procede a examinar el estrecho parentesco exis-
tente entre el sonambulismo y la vida onírica. Subraya que siem-
pre está implícita la realización de deseos, que, en su mayor
parte, son de índole sexual ( actos exhibicionistas, relaciones ho-
mosexuales con los padres o los maestros, etc.). Los actos con-
cretos realizados mientras se duerme se originan exclusivamente
en deseos sexuales.
En uno de los dos casos considerados, quedó en claro que
la niñita fingía dormir a fin de cometer una serie de actos sexua-
les que habitualmente estaban prohibidos. ( El culto de María,
en forma similar, se basa en el deseo de gozar del placer sin
sentirse culpable.) La niña también solía hablar en sueños, pero
sin revelar ningún secreto sexual. La pequeña amaba a su ma-
dre con un amor homosexual; durante largo tiempo había dor-
mido en el lecho de sus padres. Su sonambulismo expresaba el
deseo de treparse al lecho de sus padres.
En el estado de sonambulismo desempeña un papel impor-
tante una potente fuente de luz (luna: luz natural) . La paciente
dice: "La luz me llama hacia mi madre mientras estoy incons-
ciente". Trátase de una paciente enurética. Otro factor impor-
tante es el hábito que tienen algunos padres de acercar una lám-
para al niño que duerme ( especialmente cuando está enfermo)
para cerciorarse de que está dormido.
El segundo caso concierne a un hombre joven, neurótico ob-
sesivo, que está enamorado del padre. Durante su infancia la
madre había practicado juegos sexuales con él. En su neurosis,
la satisfacción nocturna de nece~idades excrementicias también
desempeña un papel, así como su inclinación homosexual ( al
igual que en el primer caso) .
A la vez, el paciente satisface sus tendencias exhibicionistas
acercándose al padre en camisón. También en este caso los epi-
sodios de sonambulismo resultan ser manifestaciones de su deseo
de trepar al lecho del padre ( de los progenitores). Identifica la
luna con su padre, porque su madre le había dicho que la luna
era el padre que miraba hacia abajo para ver si el niño dormía
como debía. Cuando la luna brilla en la habitación, el niño
3 Der Prlnz POII JTomlmrg, de Ileinrich von Kleist.
4 Escritor nl,•111{111 (181:318fl5).
tí Obra do C11Nlav F1c11sscn (1863-1945) , escritor alemán.

174 Acta 18
piensa que el padre se acerca con una lámpara para ver si está
durmiendo, y finge hacerlo.
En su relato "María", Otto Ludwig muestra claramente que
el sonambulismo de la joven expresa sus deseos insatisfechos de
amor. La "mujer blanca" representa a la virgen en camisón. El
sonambulismo de la niña se origina en el deseo de gozar del pla-
cer sexual sin sentirse culpable. Kleist trata un tema similar en
la Marquise van O. (las mujeres histéricas abrigan con frecuen-
cia la fantasía de que el médico ha abusado sexualmente de ellas
mientras estaban desmayadas). En el caso de Lady Macbeth, el
cuadro clínico está distorsionado en función de las exigencias
dramática~.
DISCUSIÓN
HrrscHMANN considera que Sadger no ha logrado explicar el fe-
nómeno del sonambulismo.
FEDERN destaca, además de la importancia de la luna como
fuente de luz para el sonámbulo, la influencia que generalmente
ejerce en los procesos sexuales: la cópula de los peces tiene lu-
gar durante la luna llena; los protozoarios también copulan en
esa fase.
lCAHANE observa que el sonambulismo es una etapa transi-
toria, por así decirlo, entre los sueños motores, o sea los actos
realizados en el sueño, y los actos reales de la vida de vigilia.
RANK duda que puedan extraerse conclusiones generales del
análisis de dos casos individuales. Además, señala la similitud
de la conducta del sonámbulo y los actos sintomáticos.
FREUD encuentra que el orador ha rozado apenas el fondo
del problema. La realización de deseos sexuales es característica,
no solo del sonambulismo, sino de todas las manifestaciones neu-
róticas. Sadger está en lo cierto al ver cierta relación entre el
sonambulismo y los sueños; pero lo desconcertante es que la
parálisis de la motilidad, característica del sueño, puede anu-
larse en el sonambulismo, sin que la vida del sueño se interrumpa.
El sonambulismo aparece con frecuencia en la infancia y
desaparece en años posteriores. Debe actuarse con cautela, y no
aceptar las declaraciones de los pacientes como material cientí-
fico plenamente válido ( como ocurre en el primer análisis). Por
el contrario, deben estudiarse en forma crítica, ya que presentan
una imagen deformada, compuesta de fantasía y realidad. La
fantasía llena las lagunas de la memoria en forma plausible y
a menudo muy hábil. También las personas normales proyectan
sus fantasías en el pasado, tal como ocurre, por ejemplo, en los
enamorados, que no pueden tolerar la idea de que su estado
27 de 111m·zo de 1907 l75
actual sea nuevo y que pronto se convencen de que hace tiempo
que se conocían. También el histérico, en quien la seducción,
por ejemplo, no desempeña ningún papel en la etiología de su
enfermedad y que ha tenido una infancia autoerótica, hace lo
mismo cuando trasforma el autoerotismo de su infancia en amor
objeta!, por medio de fantasías más apropiadas a su actual modo
ele pensar. El historiador procede en forma similar cuando pro-
yecta en el pasado las ideas de su propia época. 6
Otto Ludwig tocó el fondo del problema y proporcionó la
única explicación válida del sonambulismo en su relato "María".
La joven, sonámbula, entra en una alcoba y se acuesta en una
cama que se encuentra precisamente en el sitio donde solía estar
su cuna. Este es el factor esencial del sonambulismo, según
Freud: el deseo de dormir donde se ha dormido en la infancia.
En el primer análisis, la madre sonámbula de la paciente
no puede encontrar la cama ( ni la bacinilla) porque se encuen-
tra bajo la influencia del antiguo recuerdo que la sugestiona.
Su conducta puede comprenderse si se toma en cuenta el lugar.
El deseo de que la lleven a la cama de los padres es solo una
causa secundaria; el fenómeno esencial consiste en ir a la cama.
El caso de Lady Macbeth no es de sonambulismo corriente,
sino más bien de un delirio nocturno. El primer caso es carac-
terístico en el sentido de que las personas que hablan en sueños
nunca traicionan su secreto: lo que dicen no es más que un sus-
tituto de lo que callan (la gente que habla mucho tiene un se-
creto). Lady Macbeth, sin embargo, y por raro que parezca,
traiciona el secreto; pero en realidad no es el suyo propio el
secreto de la Lady, ya que en todo representa el papel de su
marido. Solamente delata algo que tiene cierta relación con su
propio secreto.
SrEKEL hace hincapié en que la exposición ha sido muy esti-
mulante. Menciona un libro ( Lagerlof) 7 en el que los amantes
se encuentran uno a otro en estado de sonambulismo. Tratando
de explicar el fenómeno, observa que el dormir se trasforma en
estado de autohipnosis en el momento en que comienza el so-
nambulismo. El deseo se vuelve tan intenso que puede inducir
una especie de hipnosis.
Stekel ha descubierto que en ciertas pacientes, la luna sim-
boliza a veces los testículos.
G Freud expresa ideas similares sobre la fantasía en "Lecciones introduc-
torias al psicoanálisis" (1916-17), [O.C., t. II, pp. 2123-24()2); en "El
hombre de los lobos", (Historia de una neurosis infantil), ( 1914 [1918)),
id., ibid., pp. 1941-2009, y en otros trabajos.
7 La leyenda de la casa solari'ega, de Selma Lagerlof (1858-1940), fa-
mosa escritora suC'ca.
176 Acta 18

Por otra parte, no debe desestimarse el significado biológico 19

que la luna tiene para el hombre ( fases lunares) . REUNION CIENTIFICA DEL 10 DE ABRIL DE 1907 1
REITLER cree que todavía no puede darse una explicación
del fenómeno que sea válida en términos generales.
Trepar al lecho de los padres no es exactamente lo mismo
que el simple deseo de dormir, sino el deseo de vivir una expe-
riencia.
Hace algunos años tuvo oportunidad de observar a una niña
enurética de ocho o nueve años. Por la noche, sin despertarse,
se sentaba en la bacinilla. Solía pasar de su habitación a la de
sus hermanos o padres, a fin de utilizar la bacinilla de los her-
manos o la del padre. A la mañana siguiente se sentía compe-
lida a lavarse el ano y la parte posterior de los muslos hasta que
sangraban, para purificar esas partes evitando toda posible con- Presentes: Freud, Adler, Bach, [A.] Deutsch, Federn, Graf,
taminación por el uso de las bacinillas "masculinas". Heller, Hollerung, Hitschmann, Rank, Reitler, Sadger, Stekel,
El caso de una niñita de cinco años ( que, es cierto, solo fue Wittels.
observada superficialmente) contradice la explicación del profe-
sor Freud, ya que en la historia de su infancia no se descubre COMUNICACIONES
ningún cambio de lugar.
AnLER comparte la opinión de Kahane en el sentido de que El profesor FREUD informa acerca de un curioso ensayo de un
el sonambulismo puede compararse con los sueños motores. 8 tal doctor Bezzola, de Zurich. 2 Asimismo, menciona una recen-
Esta comparación permite al psicoanálisis acceder al fenómeno. sión de El artista, de Rank, publicada en el Tag. 3
No debe descartarse la posibilidad de que el sonambulismo de AnLER llama la atención de los participantes hacia un ensayo
los niños y el de los adultos pueda diferir. El sonambulismo no de Friedmann sobre las ideas obsesivas 4 ( en uno de los últimos
siempre se origina en la infancia. La inhibición de la motilidad números de Monatsschri~ für Psychiatrie und Neurologie [21,
no desaparece completamente en el sonambulismo. En los niños, 1907]).
la fuente del sonambulismo se encuentra en las sensaciones de STEKEL menciona un artículo del Zeitschrift für fortschritt-
placer que procuran al comienzo los órganos del movimiento. liche Arzte. 5
Las personas que sueñan con arriesgados actos motores en Hitschmann devuelve el acta número 14. [A.] Deutsch de-
realidad han llevado a cabo tales hazañas en la infancia. Son vuelve las actas números 5, 6 y 17.
personas que tienen impulsos motores originariamente más fuer-
tes [que el término medio]. El hecho de que el sonámbulo no
solo se acuesta sino que también se levanta contradice la expli-
cación de Freud.

SUPLEMENTOS
HrrscHMANN observa que el estado de sonambulismo no es un
verdadero dormir; se asemeja más bien al estado hipnótico o his-
térico ( tal vez a la double conscience) . 0
STEKEL: El sonámbulo va en busca del objeto sexual.
s Literalmente: comparable a las sensaciones motoras soñadas.
o En francés en el original alemán [doble conciencia].
J3.,,
I La reumon del 3 de abril no se realizó, a causa de las vacaciones. [No-
ta del manuscrito original.]
~ "Zur Analyse psychotraumatischer Symptome" ["Contribución al análi-
sis de los síntomas psicotraumáticos"], Journal für Psychiatrie und l\'eu--
rologie, 1907.
3 Periódico vienés.
•t "übPr cliP Abgrenzung und die Grundlagen der Zwangsvorstellungen"
["Sobre la delimitación y las bases de las ideas obsesivas"].
ti Revista para m(·clicos progresistas.
178 Acta 19
PRESENTACIÓN
Ta.tiana Leontiev 6
ÜRADOR: DOCTOR \i\7ITTELS
El orador se propone establecer las profundas motivaciones del
acto cometido por Tatiana Leontiev. Para el psicólogo no existen
las llamadas "heroínas". Lamentablemente, no es posible aplicar
la técnica psicoanalítica en este caso, pero la comparación de
Leontiev con otras mujeres de la historia y la literatura que co-
metieron atentados puede revelar la existencia de algunos rasgos
típicos.
En el libro de los Jueces, capítulo 4, se relata de qué ma-
nera Jael da muerte al comandante Sissera: invita al fugitivo a
su tienda y lo cubre con un manto, pero él la envía afuera, para
que evite la entrada de intrusos. Luego la mujer le da muerte
hundiéndole una estaca en la sien con un martillo ímientras el
hombre duerme]. Evidentemente, esperaba que él la requiriera
sexualmente, y vengó de este modo su amor desdeñado. La es-
taca es un símbolo del pene.
El caso de Judith es similar: decapita a Holofernes con una
espada ( símbolo sexual aún menos apropiado que la estaca).
Dícese que el padre de Judith, un general, ha dado muerte a los
paganos porque habían desnudado las partes sexuales femeninas.
Probablemente, también Judith corrió esa suerte. Es muy posible
que Judith pensara, al igual que en otros tiempos todas las mu-
jeres de las ciudades sitiadas, que tarde o temprano sería vio-
lada ( Holofernes, además, lo había anunciado con toda claridad) .
Por consiguiente, para ella era perfectamente natural anticiparse
al hecho y, al satisfacer el grito de la carne, realizar también una
hazaña gloriosa. Lo que ha sido liberado de la represión invaria-
blemente busca satisfacción bajo la máscara de un motivo ideo-
lógico. Judith también es rechazada por Holofernes, y esto pro-
voca su cólera. Hebbel 7 no sigue aquí el relato tradicional; en
su obra, Judith cede ante Holofernes antes de darle muerte. Ade-
más, en el drama de Hebbel la viuda es una virgen, lo que él
explica de manera curiosa: Judith estaba casada con Manasés,
pero la noche de bodas el marido fue incapaz de tener relaciones
sexuales ( N estroy; impotencia) . 8 El orador se muestra inclinado
6 Revolucionaria rusa que intentó asesinar a un alto funcionario del go-
bierno zarista llamado Durnovo. Se lo suponía en Suiza por aquel entonces.
7 Wittels hace aquí referencia al drama Judith, de Hebbel.
8 Johann Nepomuk Nestroy ( 1801-62) el destacado escritor satírico vie-
nés, escribió una parodia del drama de Hebbel titulada Juclith y Holofer-
nes. En ambas piezas, Judith describe cómo su marido, la noche de bodas,
10 de abril de 1907 I79
a aplicar a Judith lo que ésta dice de Manasés. Tal vez sea vir-
gen porque durante el acto que piensa cometer debe correr san-
gre. Cuando su padre la conducía a la boda, la hija alzó los ojos
hacia él y le dijo: "Ciertamente, Manasés tiene un aspecto total-
mente distinto". Aquí aparece por primera vez la importancia
del padre; podemos suponer que en todos estos casos la primera
inclinación sexual de la joven por el padre cumple un papel im-
portante, ya que ese amor siempre es rechazado.
En relación con el tema tratado, también cabe mencionar
a Juana de Arco. Aunque no había cometido un atentado, era
una heroína. Oía voces, le gustaba vestir ropas de hombre y dor-
mía en el mismo lecho con otras jóvenes.
Finalmente, Carlota Corday entra también dentro de esta
categoría. Estaba enamorada de un joven que debía ir a la gue-
rra. La Corday asesinó a Marat y, después del asesinato, se dijo
que habría sido mejor haber dado muerte a Robespierre. La jo-
ven llevaba puesto un hermoso vestido que le habían confeccio-
nado especialmente ( caso contrario, no habría sido admitida);
de manera análoga, Leontiev se puso un hermoso vestido nuevo
antes de cometer el asesinato; y Judith pidió a Dios que la
hiciera hermosa.
La represión se ha vuelto más intensa con el trascurso del
tiempo, pero el simbolismo es más trasparente. En la Biblia se
trata todavía de un clavo; en el caso de Carlota Corday, de un
puñal con mango de ébano con su vaina; en el caso de Leontiev,
de un revólver Browning. El revólver es un símbolo reconocido
del órgano genital masculino. Carlota Corday, durante el juicio,
liizo a un lado el puñal con horror. Leontiev, a quien le pregun-
taron si ese revólver era su arma, respondió: "Sí, si no la han
cambiado". Desde el punto de vista psicológico, efectivamente
era otro revólver en el momento del crimen.
El padre de Leontiev vivía en Varsovia. La joven había per-
manecido largo tiempo en Suiza con su madre. Madre e hija no
se querían ( celos a causa del padre).
Durnovo y Müller 9 no se parecían en absoluto. Cuando
Leontiev debió enfrentarse al hecho, y, en particular, cuando se
le señalaron las diferencias en el corte del cabello y la barba,
dijo que el cabello y la barba podían cambiarse. Esta idea se
encuentra con frecuencia en los paranoicos. Müller, a quien dio
muerte, era, por decirlo así, el primero que había llegado. La
joven también se imaginaba que Dumovo se había alojado en el
<1 1• pronto no pudo moverse. En el drama d e Ilebbel, Judith dice que Ma-
11as<'.•s es insano; Nt'stroy, en su obra, insinúa que es impotente.
11 l\li,ll<'r ('nt 1111a víctima i11o<·t·11te a la que mató en V<'Z de Dnrnovo.
180 Acta 19
hotel bajo el nombre supuesto de Müller. Las escenas que hizo
cuando la desnudaron 10 y le tomaron fotos ( se dice que escupió
en la cara al juez de instrucción) tal vez puedan explicarse por
su deseo de pasar por virgen.
Por último, el orador manifiesta su antipatía personal por
Leontiev y todas las histéricas.
DISCUSIÓN
STEKEL observa que, con su actitud, el orador ha proyectado el
displacentero conocimiento que posee de su propia e insignifi-
cante histeria sobre una categoría de individuos totalmente ino-
fensivos. Cabe destacar que los grandes hechos solo se realizan
bajo una gran compulsión psíquica capaz de estrechar hasta tal
punto el campo de la conciencia. Con toda razón, el orador se-
ñala la gran importancia del simbolismo ( típico de los sueños).
Tampoco quedan dudas sobre el papel que desempeña el amor
al padre.
BACH cree que todo puede explicarse en forma mucho más
fácil. La enfermedad mental de Leontiev era una maniobra de-
fensiva: su conducta ante el juez de instrucción tenía por objeto
provocar sevicias, que forman parte del rol de mártir del revolu-
cionario ruso.
Por lo general son las hijas de los generales quienes llevan
a cabo ese tipo de actos seudorrevolucionarios. La discusión de-
bería haber enfocado a los auténticos revolucionarios rusos que
expresan la patología latente en la atmósfera de todo un período
y una clase social, y no [simplemente] a individuos aislados que,
por supuesto, están atados a las condiciones éticas y sexuales de
esta clase.
La historia bíblica de Judith fue inventada posteriormente
y, claro está, presenta a Judith como una heroína pura e in-
maculada.
AnLER halla ingeniosos los argumentos, pero inaplicables al
caso de Leontiev. Una p ersona realmente familiarizada con las
circunstancias no podría ser llevada a extraer esas conclusiones
erróneas. Tampoco podemos aceptar la opinión de Wittels en el
sentido de que, en un caso real, la ideología puede disociarse
totalmente de lo que llamamos vida emocional o ambiente. Es
cierto que la ideología no explica todo; pero se puede explicar
la ideología.
El simbolismo del revólver es correcto en sí, pero no cumple
ninguna funcíón en el caso de Leontiev. El revólver es sencilla-
10 Anl<'s d('] juicio, fu e r<'gislrada para comprohar si ocultaba armas.
JO de abril de 1907 181
mente el arma más moderna y digna de confianza. No solo Leon-
tiev, sino toda la colonia rusa, creían que Müller era Durnovo.
La ropa de la joven se explica por el lugar del heclio, un hotel
de moda. Las mujeres rusas frecuentemente se distancian de la
madre, etcétera.
Por sobre todo, cabe advertir la actitud ascética hacia la vida
que tiene la mayoría de los revolucionarios (hombres y muje-
res). Leontiev pertenecía a una secta que menospreciaba y re-
primía toda actividad sexual. En Rusia, la supresión ejercida
desde arriba había llevado a un desencadenamiento de sadismo.
Por regla general, los revolucionarios son benévolos, caritativos
y modestos; pero de tanto en tanto irrumpe su sadismo. En el
fondo ese desencadenamiento se debe a la represión de la se-
xualidad.
HoLLERUNG dice que las conclusiones del orador son bas-
tante temerarias. Su investigación no ha arrojado resultados. En
cuanto al resto, está de acuerdo con las consideraciones de Adler
sobre el sadismo.
HrrsCHMANN desaprueba la superficialidad de la exposición,
la sobrestimación del simbolismo y la definición del problema
en términos de compulsión. Lo que él esperaba era una explica-
ción de los actos heroicos en general, una respuesta al problema
de las raíces del heroísmo en el individuo. El acto del revolu-
cionario es una especie de suicidio. Ciertamente, la abstinencia
y el ascetismo son factores que contribuyen a explicarlo.
SADGER apoya el punto de vista de Wittels acerca de la im-
portancia y el significado del simbolismo. Asimismo, menciona
el análisis de una estudiante rusa que también "lamentaba" no
haber sido violada ( esperaba el acto sexual).
Manasés no logra realizar el acto sexual por una fantasía
relativa a su madre.
El material es insuficiente para proporcionar una explicación
psicológica del acto de Leontiev.
GRAF también hace referencia a la pobreza del material.
En la mayoría de los casos no se puede menos que admirar la
precisión con que se realizan esos atentados. Leontiev, sin em-
bargo, es, por decirlo así, una asesina sin talento: su acto es re-
sultado de una compulsión de imitación, pero sin tener ningún
talento. Los frecuentes atentados criminales cometidos por mu-
jeres tienen su contraparte en la epidemia masiva de suicidios
C'nlrc el sexo femenino. La teoría del ascetismo no siempre es
aplicable.
IfoLLEn ddicndc a Witlcls contra la objeción que formula
Bach sohrc el simbolismo del rcvólvC'r: el orador, según dice, no
 10 de afJril de 1907 183
182 Acta 19
bién ve el error de quienes, totalmente compenetrados con el
ha explicado el acto en virtud de una sublimación, sino por me- modo de pensar freudiano, ignoran todo otro punto de vista.
dios directos. RANK considera que la relación con el padre es el factor

FREUD destaca que el orador, en forma ingeniosa ( y reve-

más importante. Indirectamente, ello también puede demostrarse
lando complejos personales) ha dicho algo muy serio. Ha ex- en el caso Leontiev, ya que ella induce a las dos hijas de un ge-
puesto la psicología del asesino de manera muy justa; en opinión neral ruso a asesinar al padre.
de Wittels, es el erotismo suprimido lo que pone el arma en Hay elementos similares en el [Wilhelm] Tell de Schiller,
manos de esas mujeres. Todo acto de odio tiene su origen en donde el odio al padre, que está por detrás del asesinato de
tendencias eróticas. El amor desdeñado, en particulú, hace po- Gessler, irrumpe en un lugar completamente distinto: en la es-
sible la trasformación; 11 se apodera, especialmente, del compo- cena del parricidio. También la decapitación (Judith) habla a
nente sádico ( Adler). Por lo general, el objeto de esas emocio- favor del padre, cuyo anonimato (defensa) se logra de esta ma-
nes es el padre, como lo corrobora la observación de Bach según nera. ( Cf. la reina sin cabeza en Despertar de primavera, de
la cual con frecuencia las mujeres en cuestión son hijas de ge- \V edekind.)
nerales. \,VrrrELS reitera, en conclusión, que la sexualidad de la mu-
Las conclusiones prácticas constituyen la parte cuestionable jer impregna todo lo que ella hace y siente. De ahí que el acto
del trabajo. No debe condenarse tan duramente a los asesinos analizado tampoco pueda explicarse por motivos ideológicos. No
ni se los debe desenmascarar a causa de sus motivos inconscien- debemos sobrestimar nuestro pequeño fragmento de conciencia.
tes: la dureza de semejante juicio provocaría aversión. Se re-
quiere, más bien, cierto grado de tolerancia hacia las emociones
ocultas; el motivo inconsciente merece indulgencia.
La concepción de \i\littels sobre el simbolismo es muy justa,
en tanto que las objeciones elevadas contra ella no son válidas.
Ocurre que generalmente buscamos las motivaciones inconscien-
tes de actos que también tienen una motivación consciente. En
un caso, el simbolismo es evidente; en el otro, debe ser descu-
bierto. Tal vez no sea casual que el instrumento que da la vida
y el que causa la muerte tengan la misma forma.
Ambos extremos se hallan presentes en el carácter del histé-
rico: hay en él una desunión de los contrarios que en la persona
normal están unidos en proporciones adecuadas. 12
Con respecto a lo sucedido entre Judith y Holofernes, Hebbel
se limita a restablecer la situación original, que en la tradición
bíblica había sido atenuada ( Bach) . Buscando un efecto de con-
traste más fuerte, desplaza el motivo del amor desdeñado a otro
personaje, el de Manasés. La fantasía materna que Sadger saca
a relucir en Manasés solo tiene sentido a la luz de la teoría de
la impotencia psíquica.
FEDERN comenta que, a los lapsus de la lengua y de la mano,
debemos ahora agregar los de las armas de fuego. Critica la su-
perficialidad del diagnóstico, carente de fundamentos: en él tam-

11 Freud habla aquí de la trasformación del amor en odio. Posterior-

mente repudia la idea, y separa las dos pulsiones, amor y odio, diciendo
que no pueden trasformarse una en otro.
1 2 Esa "desunión de los contrarios", ¿podría contener el germen del con-
cepto de "desunión de las pulsiones", formulado mucho después?

20
REUNION CIENTIFICA DEL 17 DE ABRIL DE 1907
Presentes: Freud, Adler, Bach, Federn, Hitschmann, Rank, Sad-
ger, Stekel, Wittels.
COMUNICACIONES
RIKLIN ofrece, para su publicación en las Contribuciones [a la
psicología aplicada], un trabajo sobre los cuentos de hadas. 1
En el Congreso de Psicología y Psicoterapia que se celebrará
en Amsterdam en septiembre de 1907 se presentará un informe
sobre las modernas teorías de la histeria. Freud se ha excusado
de hacerlo; Jung y Aschaffenburg 2 presentarán el informe.
Se resuelve reclamar a los miembros por escrito las cuotas
vencidas.
PRESENTACIÓN
Jean Paul 3
ÜRADOR: DOCTOR BACH
El doctor Bach hace referencia al ensayo de Moebius sobre
Schumann, 4 en el cual se demuestra que el compositor sufría de
1 Dr. Frank Riklin ( 1878-1938), psiquiatra suizo, por aquel entonces asis-
tente de Bleuler. El artículo citado fue publicado en 1908 con el título d e
Wunscherfüllung und Symbolik in Marchen" [Realización de deseos y
simbolismo en el cuerpo de hadas], Heller, Viena y Leipzig.
2 Psiquiatra alemán. Compárese con Acta NQ 8, nota 2.
3 Johann Paul Friedrich Richter, llamado Jean Paul (1763-1825), famo -
so escritor alemán. Su padre fue maestro de escuela, organista y, poste-
riormente, pastor. La obra de Jean Paul, original y de características muy
pecubares, ejerció gran influencia en el mundo literario y artístico de la
época.
4
La patografía sobre el compositor Robert Schumann (1810-1856) se
publicó en 1906 con el título Vber Robert Schumanns Krankheit, C. Mar-
hold, IIallc.
17 de abril de 1907 185
clemencia precoz. Moebius escribe que la mus1ca de Schumann
es tan "nerviosa" como el compositor mismo. El orador no com-
parte esa opinión. A su juicio, la música de Schumann es la tí-
pica y soñolienta música de salón alemana.
En términos generales, es difícil y sumamente arriesgado
extraer conclusiones sobre el carácter de un compositor tomando
su música como base; ello es más factible cuando se dispone de
un texto [escrito por el compositor para su música], como en el
caso de Wagner. Los gustos literarios del compositor también
podrían darnos la pauta de su personalidad. Existe una carta de
Schumann, de su época de estudiante, que escapó a la atención
de Moebius: ella deja en claro que Schumann se entregaba ve-
hementemente a la lectura de las obras de Jean Paul; escribe
que tiene miedo de perder la razón en esa ocupación.
La obra de Jean Paul siempre ejerció, y sigue ejerciendo,
una poderosa influencia en los músicos en general. El mismo
Jean Paul tenía un gran sentido musical; su corazón desbordante
anhelaba la música. Tal vez .ello deba atribuirse a sus esfuerzos
por ocultar todo lo posible su ser más íntimo, y a su temor de
delatarlo demasiado.
En este sentido, la forma ampulosa, exuberante y extraña de
sus obras es notable. Jean Paul siempre cuenta historias sobre
sí mismo, por miedo de que alguien procure adivinar sus secre-
tos, y despliega la locuacidad propia de quienes tienen algo que
ocultar. Bach deja pendiente el problema de saber si este disi-
mulo y este temor están ligados con la constitución enurética
de J ean Paul ( Adler).
En sus breves cuentos humorísticos, no obstante, se atreve
a decir abiertamente algunas cosas para las que busca un disfraz
espiritualista en sus obras más serias. Aparentemente, no consi-
dera que esas pequeñas flaquezas humanas sean motivo de ver-
güenza en las gentes de clase baja, sobre las que escribe princi-
palmente en sus cuentos ( los actos repulsivos de Katzenberger
y su asco, basado puramente en la imaginación 5 ).
Sus héroes mueren de "superamor": son incapaces de gozar
de una auténtica relación amorosa. Jean Paul dice: "El primer
beso es la tumba del amor". Sus mujeres son enfermas de los
nervios, toman veneno, etc. Las tumbas desempeñan un papel
importante en sus novelas: con frecuencia describe la suprema
felicidad que se alcanza después de la muerte, la mayoría de las
veces en relación directa con escenas eróticas.
li Dr. Katzenbcrgers fül(lrrcisc [El viaje del Dr. Katzenberger a una esta-
l'iú n el<' a!{11as tl', nuil, ·s 1, 1800.

186
Jean l'aul tenía siempre cuatro o cinco relaciones amorosas
a la vez, y muchas damas de la más rancia alcurnia ( a las que
llamaba Titánides) lo idolatraban, entre ellas Charlotte von
Kalb 6 y Frau von Stein. 7 Finalmente contrajo matrimonio con
una joven llamada Rosinette. El matrimonio solo fue feliz al co-
mienzo: luego el autor se separó de su esposa porque, según sos-
tenía, le planteaba excesivas exigencias. A los 14 años su esposa
había tratado de suicidarse, debido a su amor por una actriz.
Jean Paul detestaba todo tipo de especulación: filosofar era
para él una aborrecible manera de ocuparse de sí mismo. Él fue
quien habló del "onanismo de la razón pura e impura". 8
Datos biográficos: su madre, Rosina, pasaba inadvertida,
y él la trataba con desdén. Tratábase de una de esas mujeres
cuya existencia, según la expresión de Jean Paul, "se malgasta
entre el lavado, la cocina y la costura". Su padre, que era sacer-
dote, creía en los espíritus, e infundió en sus hijos la creencia
en espíritus y fantasmas. Jean Paul era el favorito del padre, y
dormía en la misma habitación que él. A menudo el niño tenía
que esperar largo rato hasta que su padre regresaba al hogar
de noche: solo, en la habitación oscura, se sentía atormentado
por los sueños y la angustia.
Posteriormente entabló amistades breves y apasionadas [sch-
warmerische] y sus amigos tuvieron una influencia decisiva en
su destino. Su hermano menor se suicidó cuando era muy jo-
ven. Su hermano Samuel tomó un mal camino (robaba, huyó
del hogar, etc.); su hermano Adam sentía un impulso imperioso
al vagabundeo [Wandertrieb] ( fue barbero y soldado). Al mis-
mo Jean Paul le gustaba mucho viajar a pie: por esta razón se
escapó en el curso de un viaje con la Berlepsch. !l
Su primer amor fue una lechera mucho mayor que él, que
tenía marcas de viruela; todas las mujeres que amó eran mucho
mayores que él.
Bebía cerveza [en exceso] y se dice que era bastante avaro.
Su hijo se entregó al misticismo y murió joven.
Jean Paul vivió hasta los 62 años. Su enfermedad empezó
con trastornos gástricos, que fueron seguidos de fiebre intermi-
6 Charlotte von Kalb ( 1761-1843), amiga de Schiller y posteriormente
de Holderlin.
7 matrimonio de Siebenkiis, abogado de los pobres].
Charlotte von Stein (1742-1827), amiga d e Coethe en \Veimar, ejerc ió
gran influencia en su vida y obra.
8 Alusión a la "razón pura" de Kant.
9 ci.d a las anomalías psíquicas.
Emilie von Berlcpsch ( 1757-1831), escritora, se divorci<'i ele su mariclo
para casarse con Jcan Panl , pero a {,ltimo momento (·1 la ah:rnclonó.
17 de ab1'1l de 19<)7 187
Acta 20
lente, erupción cutánea y finalmente hidropesía. Además, quedó
ciego.
Sus sueños se hicieron famosos.
DISCUSIÓN
FREUD destaca que el orador ha ofrecido ideas estimulantes en
abundancia. Jean Paul es una naturaleza compleja, un santo sin-
gular. Parece ser uno de esos seres que no pasan del onanismo
psíquico. Este fenómeno es muy importante para comprender
a los artistas y se expresa en la decepción física que por lo ge-
neral éstos causan a sus mujeres. En Siebenkiis, 10 única obra de
Jean Paul que Freud conoce, es muy evidente la aversión por
las esposas. La amistad entre hombres es más valorada que el
matrimonio. Sería interesante investigar la relación entre sus
obras y la edad a la que las escribió.
HnscHMANN, interesado él mismo en las patografías, 11 aco-
ge complacido la empresa de Bach, pero entiende que solo un
médico posee suficiente conocimiento de la naturaleza humana
para llevar a buen fin de manera satisfactoria semejante tarea.
La decepción física que el poeta causa a las mujeres ( mien-
tras que, por otra parte, les brinda satisfacción intelectual) tal
vez esté representada simbólicamente en Dr. Katzenbergers Ba-
d ereise, donde la joven protagonista, aunque llena de entusiasmo
por el poeta, se casa con el soldado.
WrrrELS nunca logró leer un libro de Jean Paul.
La mujer ideal que los hombres ( especialmente los alema-
nes) se han forjado se convierte en fuente de sufrimiento para
ellos, ya que no pueden hallarla en la vida real. Es muy com-
prensible que esa imagen ideológica no perdure más allá del
primer beso, y que el hombre quede desconcertado cuando se
enfrenta con una mujer real.
Con las mujeres de más edad, como las prefería Jean Paul,
esa actitud respetuosa cobra algún ·sentido, a raíz del sentimiento
maternal que ellas personifican.
La embriaguez alcohólica debe considerarse como sustituto
y reemplazante de la embriaguez sexual.
FEDERN afirma que para comprender el carácter de Jean
Paul, debemos compenetrarnos con el espíritu de su época. El
carácter desnaturalizado [Unnatur] puede explicarse por la in-
1º Tod tmd Hochzeit des Armenadvokaten Siebenkiis [La muerte y el
11 El tém1ino "patografía" fue creado por Moebius; designa la biografía
<s<' rita desde el punto ele vista médico, que asigna una importancia espe-
 188 Acta 20
completa integración de una enorme estimulación intelectual. El
alto grado de represión sexual de las mujeres ( es decir, su desa-
rrollo sexual insuficiente) posiblemente haya contribuido a forjar
esa "imagen ideál". En algunos pacientes se descubren deseos
horribles, similares a los que Bach encontró en el viaje de Katzen-
berger.
STEKEL puntualiza que, al leer una descripción de la juven-
tud de Jean Paul, tuvo la impresión de que el poeta era sexual-
mente precoz. Su personalidad solo puede entenderse si se la
considera desde el punto de vista de la neurosis. Jean Paul dor-
mía en la misma habitación que sus padres, y es ahí donde debe
buscarse el origen de su posterior angustia [Angstmeirei]. Sus
juegos con la idea de la muerte y de las tumbas también provie-
nen de esa angustia. Era incapaz de encariñarse con una mujer,
y fue así como terminó por contraer matrimonio con la primera
que se le cruzó en el camino (como ocurrió en el caso de Goethe).
Como todo neurótico, es bisexual; de ahí el carácter evidente del
componente homosexual. Sería temerario inferir la posibilidad
de eyaculación precoz ( cosa que sospechó Bach, contrariamente
a Freud, que habló de onanismo psíquico).
SADGER lamenta que el orador no haya revelado relaciones
más profundas. Algunos rasgos son síntomas hereditarios, por
ejemplo, la tendencia al vagabundeo íWandertrieb] ( Kleist, Karl,
el hermano de Grillparzer, etc.) y el alcoholismo.
Sus pronunciadas tendencias homosexuales probablemente
derivan de la época en que dormía con el padre; su desdén por
la madre también tiene sus raíces en la homosexualidad. El fan-
tasma blanco, o el espíritu, puede ser el padre, la madre o la
hermana en camisón.
RANK solo conoce, aparte de Schmelzle 12 ( Adler), otra línea
de Jean Paul que hablaría de una constitución enurética: "La
luz tiene un efecto excitante sobre los órganos genitales". Tal
vez su desdén por la madre como en el caso de Byron, pueda
haberse desarrollado como reacción contra el amor que sentía
por ella originariamente. En los poemas ad mentulam de Ca-
tulo, 13 hallamos una designación simbólica similar a la que Jean
Paul dio a su finca, a la que denominó Mittelspitz [punto medio].
AnLER señala que las conclusiones solo son válidas para no-
soh'os: desde nuestro punto de vista, la mayor parte de esas con-
clusiones son correctas. El amor por una mujer mayor aparece,
12 Des Feldpredigers Schmelzle Reí.se nach Flatz ( 1809) [El viaje del
capellán del ejército Schmelzle a Fliitz].
1
3 El más grande de los poetas latinos (84-54 a.C.). Mentula también
significa pene.
17 de abril de 1907 189
por lo general, en aquellos casos en que se ha reprimido el amor
por la madre. El amor por la madre asume a veces, como dijo
Rank, formas peculiares: el niño simplemente anhela una madre,
tal vez debido a los malos tratos recibidos, o por alguna otra
razón.
Adler cree que Jean Paul puede haber sufrido una nefritis
hereditaria. 14
La pérdida de la vista es una enfermedad profesional de
los músicos; el músico ciego ciertamente configura un tipo.
BACH destaca, en respuesta a algunas objeciones, que no era
su interés buscar más interpretaciones; 15 lo que le interesaba era
explicar, a partir de la contextura psíquica de Jean Paul, la forma
que revisten sus obras.
DISCUSIÓN LIBRE
A la aserción de Sadger, según la cual las personas que tienen
taras hereditarias manifiestan una necesidad anormal de estimu-
lantes, FEDERN replica que los degenerados hacen muchas cosas
que son perjudiciales para ellos, en tanto que las personas nor-
males las evitan.
FREUD confirma la interpretación de Sadger, para quien el
origen psicosexual de la creencia en los fantasmas está dado por
la aparición del visitante nocturno que viene a mirar al niño
( masturbación, enuresis, etc.).
Al examinar las patografías debemos cuidarnos de no cla-
sificar el material según los tipos encuadrados dentro de la psi-
cología de las neurosis; hay otros tipos que, por decirlo así, están
mejor equipados para sobrevivir. La psicología de las neurosis
sólo puede utilizarse para esclarecer el material patográfico. Cada
caso debe ser encarado en forma individual. Nuestra manera de
presentar los casos resulta concluyente desde el momento en que
Lomamos en cuenta el más íntimo detalle. 16
La relación con la madre dese~peña un papel preponderante
en la etiología solo en:
1) Los individuos que ya en la pubertad comenzaron a efec-
tuar una peculiar separación de sus objetos sexuales. Por un
lado, colocan a la mujer en un pedestal tan alto que no se atre-
ven a pensar en ella en relación con el goce sexual. Por el otro,
11 ¡Una nueva alusión a la inferiorjdad orgánica!
1~ En el original figura Andeutungen que significa literalmente, indicacio-
11<'S,signos, alusiones.
111 En sus escritos posteriores Freud desarrolló más en detalle la idea de
que, si se desea aprender algo sobre la creación artística, el artista indivi-
dua 1, rnús bien que los artistas ('ll general, debe ser objeto de investigación.
190
abren en cie1to modo una cuenta separada para la mujer común:
en ella buscan el goce sexual. Si finalmente convergen ambas ac-
titudes, pueden surgir conflictos diversos: o bien esos hombres
subliman a la prostituta, o bien se desilusionan del objeto supe-
rior y entonces se vuelven misóginos. 17
2) Los individuos que revelan una extraña mezcla de fide-
lidad e infidelidad. Siempre están en busca de la mujer salva-
dora, redentora ( Wagner), y la buscan en toda clase de mujeres.
3) Los individuos que se interesan solamente por las muje-
res que pertenecen a otros hombres. La mujer libre no los atrae.
Se puede deducir que la relación con la madre predomina
en la etiología solamente para los individuos que presentan esas
tres características.
Wagner es un caso exquisito [al respecto] . Ninguna de estas
condiciones llega a darse en Jean Paul.
La explicación de Rank tampoco parece válida. Todo efecto
psíquico, como bien sabemos, puede haberse originado de dos
maneras totalmente distintas: en forma directa o como reacción.
La simple observación no permite advinar cómo se originó; por
ende, debemos actuar con suma cautela al extraer conclusiones.
Es dudoso que la enuresis se deba a una inferioridad de los
riñones ( Adler) ; más bien, parece ser el resultado de tempranas
estimulaciones sexuales y, en consecuencia, configura una infe-
rioridad sexual.
Finalmente, el profesor Freud relata el caso de un muchacho
de 17 años al que vio recientemente en Gorlitz. Desde los 12 años
había estado separado de los padres e internado en diversas ins-
tituciones, debido a los horribles gritos que lanzaba. El caso esta-
ba diagnosticado como demencia precoz.
De niño, el paciente era de una turbulencia indomable y
con sus gritos trataba de obtener la satisfacción de sus deseos.
Siempre había sido alimentado, criado, cuidado y educado por
su madre, y trataba al padre con desdén. Entre los 10 y los 11
años recibió información sexual de sus compañeros de escuela.
De ese momento data su profunda hostilidad hacia los padres:
había descubierto la infidelidad de la madre, por decirlo así, e
incluso en la institución donde estaba internado no quería tener
nada que ver con ella. Cuando el padre lo visitaba, el niño le
Acta 20
17 de abríl de 1907 191
decía que si estuviera en su lugar él se avergonzaría de hacer
tal cosa, y preferiría "cortárselo" él mismo.
El paciente da la impresión de tener una inteligencia supe-
rior. Oye voces ( supuestamente la de su abuela, a la que vio una
sola vez cuando tenía un año y medio: la mujer murió poco
tiempo después. El pequeño quedó impresionado por esa prime-
ra experiencia de muerte) .
En medio de sus ataques el muchacho grita, aúlla, escupe y
pasa dos dedos a lo largo de una estría vertical del panel de la
puerta, mientras cuenta; de esta manera representa una serie de
actos sexuales ( el hecho de contar) ; imita la eyaculación t~scu-
piendo. A la vez, tiene alucinaciones. Evidentemente, se trata
de un ataque de histeria. A los 9 años el paciente comenzó a
refrenar su turbulencia por medio de la compulsión. Entonces,
la histeria se injertó en esa neurosis obsesiva 18 por la razón si-
guiente: en respuesta a la explicación de su ataque, el muchacho
replica que eso le da lo mismo, que no le importa en lo má~ mí-
nimo: es un temperamento muy orgulloso. Él mismo dice que
sus órganos genitales están poco desarrollados; en efecto, tiene
órganos genitales infantiles. Su orgullo no tolera que su descu-
brimiento lo deprima; dice entonces que todo el asunto lo deja
perfectamente indiferente. No obstante, ello solo es posible si des-
plaza el afecto suprimido. Para poder fingir esta indiferencia frcn-
le al médico, debe primero librarse del afecto en el ataque. Es
por ello que tuvo un ataque cuando se le anunció la segunda vi-
sita del profesor Freud. Después del ataque, pudo seguir repre-
sentando la comedia de la indiferencia.
La fantasía del coito remite a los padres, en cuya alcoba
durmió hasta los 10 años. En la representación del acto sexual
también influye el hecho de que, de acuerdo con su relato, en la
escuela los muchachos hacían una "pantomima" del coito.

17 Freud estudió esta idea de manera más exhaustiva en sus trabajos:

"über einen besonderen Typus der Objektwahl beim Manne" ["Sobre un
tipo especial de la elección de objeto en el hombre" ( 1910), O.C., t. II,
pp. 1625-1630]; "über die allgemeinste Emiedrigung des Liebeslebens"
( 1912) ["Sobre una degradación general de la vida erótica", id. ibid.,
pp. 1710-1717, y "über libidinéise Typen" (1931) ["Sobre los tipos libi-
dinales", i<l., III, pp. 3074-3076].
18 En varias oportunidades Freud destacó en sus escritos que un tipo
,·~pccífico de neurosis puede injertarse en otro; que una neurosis puede
reemplazar a otra en forma regresiva; y que, a la inversa, incluso una psicosis
pnt'dt' curarse transformándose en neurosis, por lo común en neurosis oh-
~l' sh ·a .

21
REUNION CIENTIFICA DEL 24 DE ABRIL DE 1907
Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Fedem, Frey, Hitsch-
mann, Rank, Reitler, Sadger, Stekel, Wittels, Graf, Heller.
PRESENTACIÓN
Psico]o -ría y patología de la neurosis de angustin
ÜRADOR: DOCTOR STEKEL
El orador toma como punto de partida el sueño de una paciente
en el que se daba una clara fusión de la muerte y la sexualidad;
en él aparece un hombre que es a la vez Eros y Tanatos. Stekel
propone la tesis de que toda angustia es temor a la muerte ( las
formas menores de transición hacia la normalidad son: pánico
a aparecer en escena, vértigo, miedo de hablar, etc.) En opinión
de Freud, la neurosis de angustia es provocada por el coitus inte-
rruptus; ve el origen de la angustia en la desviación de la exci-
tación sexual somática de la esfera psíquica. Stekel subraya que,
en contraposición con ese punto de vista, está convencido de que
en la neurosis de angustia ( como en cualquier otra neurosis) el
conflicto psíquico es esencial. En este caso, el conflicto se da
entre la excitación sexual y el rechazo de la sexualidad. El deseo
más débil se convierte en angustia. Puesto que la angustia puede
surgir en algunos estados tóxicos, debe tenerse en cuenta la po-
sibilidad de que algunas toxinas contribuyan a la formación de
estados de angustia. Stekel hace referencia a la enfermedad de
Basedow [hipertiroidismo], que en realidad corresponde a una
intensificación de la neurosis de angustia. En consecuencia, cabe
suponer la existencia de una relación más estrecha entre la neu-
rosis de angustia y la glándula tiroides ( creencia popular: veri-
fi car la virginidad de una jovencita tocándole el cuello - Calulo).
2-l ele abril de 1907 193
Fliess 1 interpreta la angustia como un sentimiento sexual: en su
opinión, es la parte de la libido que corresponde al sexo opuesto.
Para demostrar la gran importancia del conflicto psíquico en
la formación de la neurosis de angustia, Stekel examina detalla-
damente varios casos.
En el primero de ellos fue posible establecer tres componen-
tes de la neurosis:
coitus interruptus;
conflicto psíquico ( mala conciencia);
representación de la muerte de una persona querida.
Esta proyección de la idea de muerte en el cónyuge o en
los hijos es particularmente frecuente.
En el segundo caso mencionado salen a relucir aspectos si-
milares. La interpretación de los sueños revela ideas de adulterio,
el deseo de muerte del marido, etcétera.
En el tercer caso citado, el problema reside en la impoten-
cia (relativa) del marido ( es difícil excitar a la esposa) .
En el cuarto caso, el temor de la paciente de que su infide-
lidad se descubra es el componente más importante. Por otra
parte, reaparecen los factores ya conocidos: coitus interruptus,
conflicto psíquico, ideas de muerte; además, la representación,
que también cumple una función en otros casos, de un pene gi-
gantesco, y que remite a una fantasía de una escena infantil.
Simbolismo sexual de los sueños: el hombre como nodriza;
niño pequeño y niño grande: pene fláccido y en estado de erec-
ción; niña pequeña = vagina, niño pequeño = pene; agente de
policía: en el caso de parejas casadas, un cónyuge que vigila al
otro (infidelidad).
En todos los casos mencionados, la angustia siempre es un
síntoma neurótico originado por una representación (sexual)
penosa.
La angustia como tal debe examinarse desde el punto de
vista de la vida pulsional. No existen pulsiones aisladas: la pul-
~ión sexual, por ejemplo, siempre está acompañada de dos pul-
siones: la pulsión de vida y la pulsión de muerte. La pulsión de
vida y la pulsión sexual a menudo se consideran idénticas ( sich
a usleben). 2 Cuanto más poderosa es la pulsión de vida, más
1 Wilhelm Fliess (1858-1918), médico alemán especializado en nariz y
ga rganta, autor de la teoría de los períodos fue, durante muchos años,
íntimo amigo de Freud. Véanse Los orígenes del psicoanálisis, Alianza Edi-
torial, Madrid, 1975.
:.i Sich ausleben significa vivir de acuerdo con los propios deseos, llevar
1111n vida consagrada al placrr (sensual); la traducción literal sería "ago-
t:11s<' en la vida", agotar las propias fuerzas vitales.
 Acta 21
194
desarrollado está el sentimiento de angustia. 3 El coito, tal como
lo demostró Swoboda,4 es sin lugar a dudas una muerte par-
cial. La neurosis de angustia consiste en la interacción de la
pulsión de vida y la de muerte. Stekel resume: la neurosis de
angustia no se debe exclusivamente al coitus interruptus, sino
que [en su etiología] también debe tomarse en cuenta el con-
flicto psíquico.
DISCUSIÓN
REITLER dice que no puede admitir la concepción puramente so-
mática de la neurosis de angustia. Los casos que presenta Stekel,
no obstante, no son concluyentes, ya que no son ejemplo'> de
simples neurosis, y menos aún de neurosis de angustia típicas,
sino más bien, de casos de histeria acompañados de angustia.
Tal vez ni siquiera exista la histeria sin angustia. La compulsión
y la angustia están también estrechamente ligadas. En la histe-
ria, la neurosis obsesiva y la neurosis de angustia, los mecanismos
son hasta cierto punto idénticos: si el afecto separado no se con-
vierte en manifestación somática, se transforma en angustia o en
compulsión. Detrás de todo acto compulsivo puede descubrirse
la angustia. Como ésta busca un objeto, genera la idea obsesiva
o el acto compulsivo. La angustia es algo decididamente psíqui-·
co: no es una desviación de lo psíquico ( Freud), sino hacia lo
psíquico. Además, la satisfacción de la pulsión sexual en el hom-
bre no consiste de ningún modo en vaciar las vesículas seminales.
como dice Freud. Reitler duda de que la representación de la
muerte de una persona amada cumpla siempre tal rol.
Tomando como base un manuscrito que se propone publi-
car, Reitler comunica un caso de un supuesto "lapsus de la ma-
no" [Vergreifen] 5 , acompañado de sentimientos de angustia.
FEDERN señala que no hay pruebas para ciertos puntos ( es-
pecialmente en relación con la interpretación del simbolismo se-
xual). La tesis de que la fobia tiene como base una idea sexual
reprimida probablemente no pueda sostenerse tal como está for-
s Adviértase que en aquella época ya se hablaba de pulsiones de vida
y de muerte, aunque en forma vaga. Esta teoría de las pulsiones fue elabo-
rada mucho después por Freud, en Más allá del principio del placer (1920) .
[O.C., t. III, pp. 2507-2541].
4 Herman Swoboda, filósofo y biólogo vienés que en 1904 publicó el
opúsculo titulado Die Perioden <les mensclilicl1en Organism us in ihrer psy-
chologischen u.nd biologisclien Be<leu.tung [Los veríodos del organismo 1w-
mano en su significación psicológica y biológica]. Véase la introducción
de Ernst K.ris a Los orígenes <lel psicoanálisis, cit.
1i El original dice "ein Fall von oormeintlicl1em Vergreifen", que literal-
mente si~nifica "aferrar mal", "tocar mal".
24 de abril de 1907 195
mulada. Por otra parte, tampoco resulta comprensible la expli-
cación de Freud en el sentido de que la sexualidad insatisfecha
se trasforma en angustia. En opinión de Federn, la mujer siem-
pre siente angustia antes del acto sexual ( y no solo antes del
primero); esa angustia permanece cuando el coito no es normal,
en tanto que desaparece cuando las relaciones sexuales son nor-
males.
La pulsión de muerte no tiene nada de primario; es más
bien una huida ante la angustia. El deseo de morir es, en reali-
dad, una consecuencia del miedo a la muerte.
HrrscHMANN dice que en lo que le concierne, la exposición
<le Stekel ha tenido como efecto sembrar una confusión total en
lo que sabía anteriormente. Freud ha descrito la neurosis de an-
gustia como un estado casi puramente físico ligado a una angus-
tia sin contenido específico.
Hitschmann no puede comprender la pulsión de muerte y,
en general, critica algunos puntos que, a su entender, han sido
tratados superficialmente. Para él, la neurosis de angustia tiene
causas complejas: un corazón vulnerable, por ejemplo, clesempe-
ña un papel relevante; para quienes sufren del corazón, es muy
importante obtener una completa satisfacción sexual.
FREY está de acuerdo, en términos generales, con Hitsch-
mann: él, personalmente, sufre de una afección cardíaca, y siente
angustia siempre que, en estado de erección, reprime una eya-
culación.
Stekel trató de dilucidar el aspecto psíquico de la neurosis
ele angustia; pero en su teoría no se menciona el vínculo men-
tal 6 existente entre lo psíquico y lo somático. Es probable que
las objeciones que ha encontrado la "pulsión de muerte" se de-
han, simplemente, a la desafortunada elección del término: el
C'oncepto en sí no carece de valor ( por ejemplo, perderse en el
1rcnesí del juego como forma de ' rehuir los ataques de angustia).
Pero la pulsión de muerte de ninguna manera es primaria, y tie-
n<' una base patológica. Los ejemplos que cita Stekel son casos
de histeria.
AnLER acoge con agrado el trabajo de Stekel, como una ten-
laliva a tomar en cuenta, en forma más exhaustiva, los factores
orgánicos de las neurosis. Hasta el presente, probablemente no
ha sido posible aún descubrir una base puramente orgánica de
la neurosis de angustia. El brillante resumen de sus interpreta-
1·ioncs de sueños es digno de encomio, aunque Stekel ha ido de-
111asiado lejos en alguna de sus conclusiones, ya que todavía
110 contamos con los medios de verificarlas. La neurosis de an-
6 El original 11i(·1· "tfay ,w/,~11/W I spiril11al 1 8111ul"'.
196 Acta 21
gustia se encuentra en todos los casos de disminución física, la
mayoría de las veces con alteraciones cardíacas, afecciones de
los órganos genitales y dolencias gastrointestinales. Las personas
completamente normales no pueden en realidad tener una neu-
rosis de angustia.
No hay por qué ir tan lejos como Freud, que sitúa la angus-
tia en el proceso del nacimiento, pero es cierto que el origen de
la angustia puede rastrearse en la infancia. La ausencia de an-
gustia en el niño tal vez solo pueda ser garantizada satisfaciendo
en alguna medida su necesidad de amor.
WrrrELS señala que, a partir de su propia experiencia, tiene
poco y nada que decir sobre la neurosis de angustia; además, es
una verdad tan antigua como el mundo que la pulsión de muerte
acompaña al amor. Wittels no está seguro de que la angustia sea
siempre el temor a la muerte; la angustia no se relaciona con
algo específico sino que, más bien, es un sentimiento primario.
La angustia dio origen probablemente al primer filósofo.
La angustia de los niños puede muy bien tener relación con
lo que Adler llamó adaptación al medio. Pero esa adaptación
coincide con el descubrimiento del yo í Ichfindung 1. Buena par-
te de la angustia infantil tiene su explicación filosófica.
SADGER comienza por objetar la confusión de los conceptos
que Stekel procuró crear. En los casos de pura neurosis de an-
gustia, la angustia puede eliminarse sin necesidad de psicoaná-
lisis, por medio de relaciones sexuales normales.
La angustia es siempre una repetición tardía de los prime-
ros años de vida del niño. En muchos casos, la primera angustia
del niño se origina en el hecho de haber oído el coito de los
padres: el niño cree que sus padres están luchando ( matan a la
madre), y dicha creencia genera angustia. Además, las práctisas
educacionales incorrectas también suelen contribuir a la forma-
ción de una angustia neurótica; por ejemplo, la amenaza paterna
de echar al niño de la casa ( lo que equivale a quitarle su amor).
Sadger observa de paso que los síntomas histérico-compul-
sivos más graves hacen irrupción por motivos homosexuales.
Se ve en la obligación de refutar la observación de Adler
en el sentido de que un individuo normal no puede tener una
neurosis de angustia. En general, esas personas gozan de notoria
buena salud. En la mayoría de los casos el histérico no se ve
dañado por el coitus interruptus, ya que la neurosis más impor-
tante anula a la de menor significación.
En su opinión, la parte más valiosa de la exposición de Ste-
kel es la aplicación de las ideas de Jung al psiconálisis.
( Suplemento de la conferencia: Cuando el paciente mani-
fiesta una gran resistencia a las interpretaciones y se niega a
24 de aúril de 1007 197
hablar, Stekel le proporciona una palabra-estímulo -de preferen-
cia tomada del sueño del paciente- y hace que el paciente diga
rápidamente todas las palabras que le vienen a la mente como
reacción a esa palabra. Luego analiza esas palabras individual-
mente, por medio de las asociaciones que han suscitado. De este
modo adquieren sentido una serie de palabras aparentemente
desprovistas de él.) 7
FREUD considera correctos los análisis de sueños y halla úti-
les las innovaciones técnicas. Por su parte, él mismo ha modificado
su técnica hasta el punto que, cuando el paciente no quiere ha-
blar, deja de lado el material y procura primero eliminar las re-
sistencias.
Los pacientes permanecen en silencio en dos situaciones:
cuando no quieren aceptar el simbolismo sexual, o cuando la
trasferencia presenta un obstáculo. 8
Freud no puede menos que compartir la opinión de quie-
nes caracterizan los ejemplos presentados por Stekel como casos
de histeria en que la angustia desempeña un papel prepon-
derante.
Asimismo, coincide con Sadger en que, por regla general,
las personas que no despiertan sospecha alguna de la existencia
<le una neurosis ( especialmente los hombres) tienen las neuro-
sis de angustia más interesantes.
En vista de que los casos citados por Stekel deben diagnos-
ticarse como casos de histeria, resulta insostenible la psicología
de la neurosis de angustia que Stekel deseaba presentar. A lo
sumo, puede tratarse de una psicología de la angustia en la his-
teria. El problema de la angustia es el problema fundamental
y más delicado de la teoría de la neurosis. La angustia neurótica
surge, como contraparte de la angustia ante la vida, a partir de una
amenaza a la pulsión sexual, así como la angustia común tiene
su origen en una amenaza a la pulsión de vida. 9 Podría justifi-
carse la hipótesis de una angustia puramente somática. La an-
gustia es un fenómeno com,,::uesto de manifestaciones fisiológicas
7 Véase C. G. Jung, Diagnostische Assoziationsstudien: Beitriige zur ex-
perimentellen Psyclwpathologie, ·Barth, Leipzig, 1906. Llevados a cabo en
la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Zurich bajo la dirección de
C. G. Jung, la práctica demostró que la técnica del psicoanálisis no obtuvo
mayor provecho con la aplicación del experimento de asociación de Jung.
8 E5tas observaciones d emuestran que Freud comenzó muy temprano a
analizar las resistencias. En esta ocasión formula ideas ya expresadas en
MlS primeros escritos ( por ejemplo, en el "Proyecto de una psicología para
neu rólogos" inc luiclo <'n una de sus cartas a Fliess).
0 Por aquel entonces, e incluso anteriormente, Freud ya había supuesto
dos ca11sas ck n11g11slia: las pnlsioncs S<'xualcs y la pulsión ele autocon-
Sl' ' vac iú n.
198 Acta 21 24 de abril de 1907 199

a las que se suman sensaciones psíquicas, pero no puede deter- Ieee con tanta frecuencia porque la angustia ligada a los com-
minarse su origen mediante la simple observación. Por consi- plejos sexuales es reemplazada, en la conciencia, por el temor
guiente, no es exacto sostener que toda angustia debe provenir a la muerte, que deriva de la pulsión de vida.
de lo psíquico; al separar la angustia común ( ante la vida) de La angustia infantil, que es casi universal, se ve acentuada
la angustia neurótica, es igualmente insostenible afirmar que toda por la circunstancia de que en el niño coinciden las dos fuen-
angustia es temor a la muerte. tes de angustia: ocurre que el niño ama solamente al objeto que
El punto de vista de Fliess difiere del de Freud. Fliess sos- satisface su pulsión de autoconservación ( de ese modo halla el
tiene, por ejemplo, que la angustia del hombre es su libido fe- objeto). Por consiguiente, si lo amenazan con la pérdida del ob-
menina reprimida. La concepción de Freud se encuentra -en jeto ( medida educativa muy difundida), se abre el camino a
parte- en su teoría de la sexualidad, según la cual la libido es ambas fuentes de angustia.
masculina; cabe añadir, pues, que la angustia es femenina. En vista de la hora avanzada, Rank se limita a criticar la
Probablemente sea cierto que existe cierta relación con la forma en que se presentó el material. El trabajo, especialmente
enfermedad de Basedow, pero las suposiciones de Stekel no per- la primera parte, fue leído con excesiva rapidez.
miten dilucidarla. La teoría química, en particular, a la que, por STEKEL, para terminar, rechaza la objeción de que los suyos
otra parte, no vale la pena asignarle demasiada importancia, debe son casos mixtos, afirmando que precisamente aquellos casos que
dejarse para un futuro lejano. anteriormente se consideraban como de pura angustia, al investi-
El problema es saber por qué hay histerias con gran dosis gárselos más de cerca, resultan estar determinados psíquicamente.
de angustia e histerias sin angustia alguna. La diferencia entre No existen casos puros de neurosis de angustia.
la pura histeria de conversión y otras formas de histeria reside
en el hecho de que la excitación de la angustia puede o no estar
ligada psíquicamente. Cuando la angustia se utiliza para la
inervación física, se desarrolla una histeria sin angustia; en cam-
bio, la angustia ligada psíquicamente produce una histeria acom-
pañada de fobias. 1º
Reitler está en lo cierto cuando dice que detrás de la com-
pulsión se oculta la angustia. También en este caso la angustia
está ligada psíquicamente, es decir que está inhibida por cierta
constelación psíquica: la formación reactiva.U En ausencia de
esa formación [reactiva] y cuando la angustia está ligada a una
representación definida, se produce una histeria con angustia.
La angustia histérica está ligada en el inconsciente, a ciertas re-
presentaciones y es luego traspuesta, en la conciencia, a otras re-
presentaciones.12
Finalmente, también puede suceder que la angustia no esté
de ninguna manera ligada por elementos psíquicos. Hay tam-
bién casos mixtos en que una parte de la angustia está ligada,
mientras que otra parte no lo está. El temor a la muerte preva-

10 Véase "Análisis fragmentario de una histeria ( caso Dora)" ( 1901).

[O.e., t. I, pp. 933-1002; y "Análisis de la fobia de un niño de cinco años,
(caso 'Juanito')", id., 11, pp. 1365-1440.]
11 Véase "Análisis de un caso de neurosis obsesiva ( caso 'el hombre de
las ratas')" ( 1909) [icl., ibicl., pp. 1441-1486].
12 Proceso estrechamente vinculado a la represión. Véanse los ensayos
mctapsicológicos de Freud y su "Inhibición, síntoma y angustia" ( 1925
l 1926)) [O.e., t. III, pp. 2833-2883].

22
REUNION CIENTIFICA DEL 1Q DE MAYO DE 1907
Presentes: Freud, Adler, Federn, Frey, Heller, Rank, Reitler, Sad-
ger, Stekel, Wittels.
COMUNICACIONES
RANK rinde cuentas de los gastos. Cinco miembros no han abo-
nado todavía su cuota para la primera compra de material:
Bass, Frey, Hollerung, Meisl y Reitler ( Frey y Reitler cancelan
su deuda en el momento.) Los gastos de porte hasta el 19 de
mayo de 1907 suman 7,30 Kronen. De acuerdo con la resolución
adoptada, cada miembro paga 0,50 Kr., lo cual hace un total de
10,00 Kr. El excedente de 2,70 Kr. es acreditado al presupuesto
del año siguiente. Todos los presentes abonan la cuota de
0,50 Kr.; 9 X 0,50 = 4,50 Kr. 1
FREY toma prestadas las actas números 13 a 20.
WrrrELs anuncia un trabajo sobre "La gran cortesana".
PRESENTACIÓN
Discusión sobre la degeneración abierta por el doctor Sadger
SADGER desea, en primer lugar ( aunque más no sea en conside-
ración del sentido puramente literal de los términos), distinguir
entre los conceptos de deficiencia 2 hereditaria y degeneración,3
reservando este último para el atraso mental y la imbecilidad.
En las neurosis, no obstante, frecuentemente advertimos ciertos
síntomas que no pueden dilucidarse por medio del psicoanálisis
y que deben atribuirse a alguna "tara hereditaria" (las fobias
graves y las ideas obsesivas, en especial, deben haberse desarro-
1 Por aquel entonces, cuatro Kronen equivalían a un dólar.
2 Belastttng, literalmente carga, estorbo. En las actas ha sido traducido
como tara, deficiencia, debilidad hereditaria.
;¡ fa1larttmg.
J() ile rnayo de 1907 201
Hado en un terreno ya preparado por una fuerte predisposición
hereditaria) .
Los síntomas físicos de "deficiencia hereditaria" han sido
adecuadamente descriptos en la bibliografía especializada; pero
no ocurre lo mismo en el caso de los síntomas psíquicos, que a
menudo fueron considerados como trastornos del carácter. En
un estudio sobre varios poetas afectados de graves taras heredi-
tarias, Sadger estableció que los siguientes síntomas eran típicos
de una deficiencia hereditaria:
l. Estado de depresión, fuera de toda proporción con las
circunstancias reales; profunda melancolía que alterna con ale-
gría exuberante, síntoma que aparece a veces en la infancia, pern
con mayor frecuencia en la pubertad; deseo de morir, que puede
llegar al suicidio.
2. Aversión a todo apego [Assoziationswiilerwillen], es de-
cir a toda relación perdurable con el propio yo.
a. Oscilación entre una ciencia y otra, entre una profesión y
otra ( temor a ocupar un cargo, a tener una ocupación regular);
diversos trabajos emprendidos sin finalidad precisa; sed ilimitada
de libertad, gue lleva a:
b. una tendencia patológica a deambular [Wanilertrieb];
son los gitanos natos, los viajeros que parten a América, etc.
Schubart, 4 por ejemplo, experimentaba la necesidad patológica
de viajar.
La aversión a apegarse a alguien o algo se manifiesta, por
ejemplo, en los actores y los navegantes que emprenden viajes
alrededor del mundo.
Son características de esa aversión: la tendencia cada vez
mayor a evitar a la gente, la forma de hablar apresurada ( trope-
zando con las propias palabras), la incapacidad de ser fiel a una
pasión (los que adolecen de UI)a grave tara hereditaria suelen
ser los peores maridos, no pueden amar a la misma persona en
forma permanente); un sentido del orden deficiente (por ejem-
plo, en asuntos de dinero, etc.).
3. Despreocupación y tensión anormales; las personas con
taras hereditarias casi siempre viven situaciones extremas; la va-
nidad, el orgullo, la confianza en sí mismos son muy pronuncia-
das, así como la hipersensibilidad.
4. Emotividad e impresionabilidad excesivas; en el plano
fisiológico esto se manifiesta en una tendencia a palidecer, a
sonrojarse, etc., necesidad anormal de ciertos excitantes ( alcohol,
4. Christian Frie<lrich Daniel Schubart (1739-1791), poeta y compositor
alemán. En sus poemas politicos fustigó el despotismo y el oscurantismo
y <'icrció una grn 11 1111l1w11c ia sohrc Sc:l1iller.
 Acta 22
202
tabaco, café), o intolerancia a ellos; reacciones anormales del sis-
tema nervioso central ante los estímulos fisiológicos normales.
Por lo general, esto se combina con una deficiencia hereditaria
en la esfera sexual (lo que Freud denomina constitución sexual).
En relación con la base anatómica, podemos decir que las
deficiencias hereditarias son una enfermedad en la esfera de las
sensaciones corporales, en tanto que la imbecilidad es una enfer-
medad de los centros de asociación.
Por último, Sadger desea proponer dos conceptos nuevos: la
neurosis hereditaria [ Belastungsneurose] y la psicosis heredita-
ria. Buena parte de los casos que se conocen con el nombre de
demencia precoz podrían calificarse más bien de psicosis here-
ditaria.
DISCUSIÓN
REITLER no ve ninguna razón para distinguir entre los dos con-
ceptos, ni siquiera en consideración del sentido literal que tienen
esos términos en alemán y francés ( dégénérer). Es muy posible
que otros llamen "degeneración" a lo que Sadger denomina "de-
ficiencia hereditaria".
Según Moebius, no deberíamos calificar de degenerados a to-
dos aquellos que difieren del tipo medio de la gran masa, sino
solamente a los individuos que manifiestan cierta disonancia en
su conducta psíquica. En su Teoría sexual, Freud postula dos
factores fundamentales que determinan la degeneración: un nú-
mero considerable de graves desviaciones de la norma, y pertur-
baciones de fa conducta social.
Tal vez tengamos que admitir que la anomalía psíquica es
hereditaria. Los poetas no constituyen un material digno de con-
fianza porque no podemos obtener ninguna información sobre su
vita sexualis. 5 El psicoanálisis podría probablemente elucidar
muchos síntomas de "deficiencia hereditaria" (la huida, los cam-
bios de domicilio son tal vez la búsqueda de un objeto de amor
adecuado, etc.).
FREUD define con precisión su posición antes de pasar a dis-
cutir las consideraciones de Sadger. Freud no hace distinciones
entre la degeneración o deterioro y la deficiencia hereditaria.
Puede demostrarse el empleo de tres fuentes en la observa-
ción [ de pacientes] a fin de determinar el concepto de degene-
ración:
5 A pesar de ello, Sadger utilizó abundantemente las biografías de los
poetas para profundizar sus conocimientos de la vida psíquica. En esa
época era tan escaso el material clínico disponible que, en compensación,
se utilizaba material biográfico, literario o artístico.
IP de nuiyo de 1007 203
l. El estado de enfermedad de los padres también apare-
ce en sus hijos; degeneración hereditaria.
2. Las desviaciones de lo que se considera normal, que se
producen en la mayoría de las personas.
3. Ciertas desviaciones nocivas que se producen en algunas
personas.
ad l. No se objeta el hecho de limitar el concepto de dege-
neración a una sola familia, pero [hay que oponerse] a su ex-
tensión y generalización.
ad 2 y 3. Se trata de algo lamentable y perjudicial, que
despoja de valor al concepto. Pero el concepto debe descartarse
por completo en consideración de su significado histórico: impli-
ca, en efecto, que existió realmente una generación perfecta
cuyos descendientes han degenerado gradualmente. Esto no es
cierto: nunca existieron hombres semejantes y no somos más de-
generados que nuestros antepasados de hace cien o mil años.
Los signos de degeneración no son síntomas sino trastornos
del carácter, y no tenemos derecho a subsumirlos en un cuadro
clínico. No tenemos la más remota idea de la formación del ca-
rácter: los síntomas se producen como resultado de lo reprimido,
pero el carácter está determinado por las fuerzas represoras. 6
No conocemos el material psíquico que debe tenerse en cuenta
al analizar el problema del significado de la degeneración.
En general, la postura ingeniosa e independiente de Sadger
merece aprobación, aun cuando se planteen ciertas dudas en
tomo de algunos puntos. Es acertado destacar el estado de de-
piesión y la aversión a todo apego; empero, hay otros elemen-
tos ( excitantes, fuertes, etc.) que no merecen destacarse espe-
cialmente. Las peculiaridades de las personas que adolecen de
una "tara hereditaria" tal vez puedan derivar, no de las experien-
cias individuales sino, en todo caso, de la constitución psicose-
xual. En cuanto a las taras hereditarias que Sadger supone que
son fundamentales, en las neuros,is obsesivas, fobias, etc., solo po-
demos decir que lo que caracteriza al degenerado es la inclina-
ción a esos fenómenos. Además, cabe señalar que los neuróticos
obsesivos manifiestan, en muchos aspectos, una conducta total-
mente opuesta a la de los degenerados. Hay que tomar con re-
servas el intento de Sadger de situar la base anatómica respec-
tivamente en una enfermedad de la esfera de las sensaciones cor-
porales y en una enfermedad de la esfera de la asociación. Esto
6 En la actualidad se diría: el síntoma es producido por el fracaso de la
represión y constituye una formación de compromiso, mientras que el ca-
rácter es producto de la represión lograda y de la asimilación de lo repri-
mido por el yo.
 204 Acta 22
resulta superfluo, y no tiene valor para la comprens10n teórica
de las neurosis. De igual modo, deben rechazarse los nuevos
conceptos de neurosis y psicosis hereditarias.
SrnKEL afirma que Sadger ha confundido causa con efecto.
Lo que estamos analizando son las neurosis, y el concepto de
deficiencia hereditaria ha sido concebido [en un esfuerzo por
hallar] la causa de las neurosis. La única deficiencia que puede
aceptarse como válida es la que postula Freud, o sea la del me-
dio. (Véanse dos casos en que dos hermanos y dos hermanas mos-
traron síntomas similares surgidos del mismo trauma sexual.)
La aversión a todo apego solo tiene que ver con las rela-
ciones · permanentes, ya que el individuo en cuestión busca de
continuo otras nuevas.
La depresión es común en los onanistas ( autocrítica, etc.).
La huida ante el yo corresponde a la búsqueda de un ideal se-
xual. Es imposible aplicar el psicoanálisis a las biografías de los
poetas, pero resulta muy fecundo aplicarlo a sus obras.
~. FREY puntualiza que él, por su parte, con frecuencia ha sido
testigo [en tales casos 1 de un miedo a cambiar de lugar. El valor
positivo del trabajo de Sadger podría expresarse de la siguiente
manera: puede elaborarse la imagen del filisteo a partir de la
negación de las características de la constitución psicofísica que
Sadger atribuye a la persona que tiene una tara hereditaria.
El individuo normal solo existe como ideal ( el hombre na-
tural de Rousseau).
WITTELS, desde el punto de vista artístico, considera que los
conceptos de deficiencia y degeneración hereditaria son hostiles
al arte y a la vida. No es mera coincidencia que haya sido Freud
quien también logró demoler la supuesta verdad de la dege-
neración.
ADLER objeta que no se haya definido con precisión el con-
cepto de deficiencia hereditaria, y encuentra que Sadger se ha
limitado a reagrupar la sintomatología de los así llamados en-
fermos mentales. Aparte de su compilación un tanto arbitraria, no
halla sino una serie de "síntomas" bien conocidos. La depre-
sión, por ejemplo, es uno de los síntomas más comunes de todo
tipo de psicosis y neurosis. La única contribución original es el
concepto de aversión a toda relación perdurable; dicha aversión,
no obstante, es de entrada accesible al psicoanálisis y demuestra
tener varios determinantes.
Los fenómenos degenerativos no son característicos del indi-
viduo como un todo, sino que corresponden a órganos determi-
nados, y aparentemente, como también lo supone Sadger, están
ligados a una dolencia de la esfera de las sensaciones somáticas.
19 de »wyo de 1907 205
HELLER puede afirmar, sobre la base de su experiencia per-
sonal, que los fenómenos opuestos mencionados por varios par-
ticipantes de la discusión ( por ejemplo, la tendencia a cambiar
constaritemente de domicilio, y, en otras oportunidades, el temor
de hacerlo) coexisten con frecuencia en un mismo individuo.
RANK sospecha que puede haberse cometido una injusticia
con los artistas disecados por Sadger, al aplicárseles el diagnós-
tico de degeneración o deficiencia hereditaria, y que muchas per-
sonas de quienes no se conocen "síntomas" ni "actos sintomáti-
cos" (probablemente revelarían, tras un examen más detenido,
sufrir igualmente de deficiencias hereditarias) .
FEDERN destaca la importancia de todo el problema y, a di-
ferencia de Freud, considera absolutamente necesario encarar el
problema ahora, a pesar de que nuestros conocimientos en ese
campo son insuficientes.
Se plantea el problema de saber qué enfermedades ya están
presentes en la célula germinal, y cuáles aparecen solo en el cur-
so de su desarrollo. Adler fue el primero que trató de resolver
el problema.
Es probable que los estigmas menores de la degeneración se
encuentren más bien en la esfera somática. Para estudiar la de-
generación, debemos remontarnos al atavismo, ya que la mayo-
ría de los síntomas somáticos son atávicos. Este punto de vista,
no obstante, no es válido para la esfera psíquica. El mejor modo
de caracterizar la inferioridad podría consistir en aplicar esta
fórmula: inhibiciones demasiado débiles contra fuertes impulsos
(normales) .
Federn estaría dispuesto a aceptar el concepto de neurosis
hereditaria.
SADGER esperaba que se plantearía mayor número de obje-
ciones. Los últimos fenómenos que mencionó, tan conocidos para
algunos de los miembros, fueron tomados de la psiquiatría ge-
neral: ha elegido a los poetas porque configuran casos extremos
en los que incluso el profano puede reconocer características pa-
tológicas.
Existe deficiencia hereditaria sin degeneración, pero no pue-
de haber degeneración sin deficiencia hereditaria. Sadger pone
en duda la explicación psicosexual de los síntomas de dicha de-
ficiencia. Las personas que tienen graves taras hereditarias casi
no presentan síntomas, en especial síntomas crónicos; en efecto,
otras impresiones no afectan al individuo con graves taras here-
ditarias y los trastornos neuróticos que no obstante pueden apa-
recer entran dentro de la categoría de las neurosis hereditarias.
(Lenau, por ejemplo, no lnvo una neurosis de angustia a pesar
ele ht cxcil,l('ión conli 1111a111<·nl<' frnstracla.)
 206
Acta 22

Las familias de los individuos afectados por graves taras he- 23

reditarias se extinguen a la tercera o cuarta generación, a lo su-
mo; aparentemente, la única función del genio es promover el REUNION CIENTIFICA DEL 8 DE MAYO DE 1907
progreso cultural, en tanto que la especie es regenerada por
la masa.
No se trata simplemente de una cuestión de peculiaridades
del carácter, sino de un alto grado de desarrollo [hochgradige
Abwicklu11g] de un tipo que mejor podría calificarse de normal
o seminormal. 7
Las obras de los poetas no pueden utilizarse para la inves-
tigación psicológica, porque no se conocen el grado y el tipo
de idealización (deformación).

Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federo, Hitschmann,

Rank, Sadger, Wittels, Stekel (parte de la noche).

PRESENTACIÓN
Walter Calé 1
ÜRADOR: DOCTOR [A.] DEUTSCH
El doctor DEUTSCH habla del joven poeta Walter Calé, que se
ha suicidado recientemente. El caso es digno de estudio porque
en él puede mostrarse el problema sexual y su influencia en la
vida de un individuo. En la sucinta biografía que precede a la
colección de sus escritos póstumos ( S. Fischer, Berlín, 1907), no
. dice nada al respecto. Con frecuencia las aseveraciones del autor
de la biografía llegan incluso a contradecir lo que el poeta ha
dicho sobre sí mismo.
Deutsch hace un breve resumen de las circunstancias exter-
nas de la vida de Calé ( gimnasio, estudios de Derecho), a la
que puso fin a los 23 años. Además de esos conflictos externos,
el poeta debe haber tenido profundas dudas interiores. Desde
este punto de vista, Deutsch trata de reconstruir el curso de su
vida. La reserva y la timidez que muchos observaron en él
es característica de todos los jóvenes autoeróticos replegados en
sí mismos; otro tanto puede decirse en relación con su "nerviosi-
dad" y melancolía. Comenzó a escribir entre los 14 y los 15 años.
A los 18 años escribió el drama de Artus, Klíngsor, cuyo tema es
característico de su personalidad: Klingsor se castra para llegar
al poder. Calé reitera que "es un niño" y siente como un niñ0;
asimismo, en forma repetida e inconfundible revela la persisten-
da de sus impresiones infantiles.
7
Ininteligible.
J88I 1904.
 208
Acta 23
Las obras de Calé hablan por sí mismas, y crean la atmós-
fera de un sueño de angustia. Casi todos sus poemas están diri-
gidos a su hermana, y traicionan su profundo amor por ella.
( Deutsch cita pasajes de los poemas y del diario.) Es imposible
determinar si ese amor incestuoso no pasó de la esfera del senti-
miento o si realmente llegó a consumarse. No obstante, algunos
versos en los que habla de culpa y expiación nos llevarían a sos-
pechar que se consumó el incesto.
El poeta expresa reiteradamente el miedo de que su herma-
na se una a otro hombre. De su obra no surge si tuvo alguna
relación con otra mujer, aunque es posible que haya deseado
refugiarse en el amor de otra mujer. En su búsqueda de una
salida, tal vez la idea de una relación homosexual le haya pasa-
do vagamente por la mente (Franciscus). Su desarrollo sexual,
pues, podría resumirse aproximadamente del siguiente modo: el
amor de ese niño, tan precoz y necesitado de afecto, probable-
mente se dirigió primero a la madre, y luego fue trasferido a b.
hermana. No se sabe a ciencia cierta, pero no es improbable que
se haya consumado el acto incestuoso. El joven no halló ninguna
salida para el conflicto inherente a ese amor: no encontró refu-
gio en otra mujer ni la salvación en un amor homosexual. Enton-
ces eligió el suicidio.
DISCUSIÓN
ADLER no cree que el caso merezca ser tomado seriamente en
cuenta: cuanto vemos en él es que Calé insiste mucho en su amor '
por la hermana, característica propia de gran número de poetas
jóvenes. Inferir un acto incestuoso es prácticamente inadmisible;
de haber ocurrido dicho acto, los sentimientos concomitantes no
habrían hallado expresión poética. En tales casos estamos, más
bien, frente a ideas y fantasías incestuosas que siempre tratan
de hallar una forma de expresión apropiada.
SADGER destaca que el retrato de Calé revela algunos sínto-
mas de taras hereditarias, síntomas que existen también en otros
poetas: tendencias a rehuir a la gente, miedo a fa publicidad, al-
ternancia de la melancolía y la exaltación, aversión a toda re-
lación perdurable, etc. Es dudoso que el suicidio sea un síntoma
de tara hereditaria. Sea como fuere, la tendencia al suicidio efec-
tivamente entra en la categoría de las taras hereditarias graves
( el doble suicidio de Kleist). Quemar sus papeles, como lo hi-
cieron Calé y otros poetas, es un acto que también puede atri-
buirse a una tara hereditaria, en la medida en que expresa una
aversión a las relaciones perdurables.
8 de 11wuo de 1907 209
En relación con el problema sexual, no deja de llamar la
atención que Calé hable tan abiertamente de su amor por la
hermana. Probablemente, hay alguna otra cosa, más profunda,
oculta detrás de todo ello; presumiblemente, su amor por su ma-·
dre. Algo similar ocurre en el caso de Goethe, en quien el amor
por la madre (,= Frau von Stein) también se oculta tras la fa-
chada del amor por la hermana. Consideradas desde esta pers-
pectiva, las tendencias homosexuales de Calé se remontan al
padre. Invariablemente, los padres son los primeros objetos dr~
amor.
HITSCHMANN subraya que, evidentemente, Calé era un indi-
viduo insólito y unilateral; pero no hay que insistir excesivamente
en esas características para demostrar el aspecto patológico de
su personalidad, ya que, al fin y al cabo, debemos contentarnos
con hacer algunas conjeturas. Hitschmann quiere destacar sola-
mente la importancia de la abstinencia, que sin duda también
<lcsempeñó un papel en la vida de Calé. (Al respecto, cita un
pasaje referente a la lucha contra el mundo sexual, al que con-
sidera perverso.) Deutsch no ha dilucidado el suicidio.
FEDERN aconseja actuar con cautela en lo que atañe a los
"casos de incesto". Calé demuestra que una relación de esta Ín-
dole puede hacer que una persona sea incapaz de vivir, incluso
si no hay una tara hereditaria. Nuestra experiencia, sin embargo,
no es lo bastante amplia todavía como para permitirnos inferir
tales relaciones a partir de las obras de los creadores (Rank).
Con respecto al suicidio, Sadger se equivoca. En ciertas
épocas no se consideraba anormal poner fin a la propia existen-
cia por medio del suicidio (Sófocles), y los individuos que se
matan debido a penas de amor de ningún modo son degenerados.
FREUD retoma un punto anterior, efectuando una rectifica-
ción: los conceptos de degeneración, superioridad e inferioridad
no configuran distinciones anatómicas sino intelectuales. De las
propuestas postuladas por Sadger la vez pasada, solo el concepto
de aversión a todo apego es nuevo. El diagnóstico de deficien-
cia hereditaria no tiene ningún valor, y en el caso de Calé es
además totalmente arbitrario.
Freud confirma la influencia de la madre en el caso de
Goethe, a la que hizo referencia Sadger: esa influencia se ex-
presa con toda claridad en sus posteriores relaciones amorosas.
W crther se enamora de Lotte a primera vista cuando la ve un-
tando manteca en el pan: el cuadro le trae a la mente la imagen
de su madre distribuyendo alimentos entre los niños. ( El pro-
verbio: "El camino al corazón pasa por el estómago" remite al
h<'cho ele que la madre es, simultáneamente, la proveedora de
alimento y la p<'rsona amacla.) Estas condiciones para el amor
 210 Acta 23 24
REUNION CIENTIFICA DEL 15 DE MAYO DE 1907 1
son comunes a todo el mundo, y se remontan a la vida infantil.
Se elige el camino del amor ( es decir, de la psicosis normal) a
fin de evitar otros caminos que conducirían a neurosis más gra-
ves. Las historias de los matrimonios son sumamente interesan-
tes: muchos se casan para castigarse a sí mismos, etcétera.
En relación con el caso de Calé, la mayoría de las objecio-
nes que se plantearon son justificadas. Es muy probable, tal
como ya dio a entender Federn, que estén involucradas relacio-
nes de amor infantil que posteriormente se sublimaron en ansias
de amor. En lo que respecta al amor por la madre que se oculta
tras el evidente amor por la hermana, sin duda, la fantasía real
y actual del poeta se refiere exclusivamente a su hermana. En Presentes: Freud, Adler, Graf, Hitschmann, Rank, Reitler, Wittels
otros casos se puede descubrir a la madre en tales fantasías. [Federn].
Calé, que delira respecto de esas emociones, muestra en el plano
mental un reflejo de la disociación de los componentes sexuales. 2 CoMUNICACIONES
El suicidio de Calé recuerda a Freud el caso de un joven FREUD da lectura a la respuesta de Wilhelm Jensen a "El delirio
que se pegó un tiro porque no podía soportar el embarazo de
y los sueños en la 'Gradiva' de W. Jensen", que Freud le había
su hermana ( ¡que no estuviera embarazada de él!). En este
caso, la presencia del complejo de la hermana se ve confirmada enviado. 2
por un detalle ( el embarazo). Deutsch no ha presentado nin-
I'' guna prueba de que exista este tipo de vínculo en el caso de
Calé.
RANK piensa que sin ninguna duda puede descartarse la su-
posición del incesto. Como ocasionalmente señalara Freud, esas
emociones ( especialmente en los poetas) por lo general son de
carácter extraordinariamente sutil. El tratamiento poético del
tema por parte del único poeta de quien se dice que cometió
incesto ( Byron), difiere totalmente del de otros poetas (Manfred, 1 No se ha conservado el acta de la siguiente reunión, efectuada el 29
Caín). Manfred presenta directamente la neurosis, con represión de mayo de 1907 ( última reunión científica de la temporada). Solo se
y ataque [Anfall]. ( En Caín, FREUD señala la interesante elec- encontraron el registro de asistencia y el título del trabajo de Wittels.
" Presentes: Freud, Adler, Federn, Frey, Hautler, Heller, Hitschmann,
ción de la única situación en la cual se permite el incesto y no
Kahane, Rank, Stekel, Wittels.
constituye un crimen, y demuestra cómo todo el complejo del FREY devuelve las actas 13-20".
incesto pasa a segundo plano, mientras que el complejo del ase- El 29 de mayo W ittels presentó un trabajo titulado "La gran cortesana",
sinato y la muerte del hermano pasa a primer plano.) <¡ue evidentemente continuaba su anterior trabajo, "Las mujeres médicas".
l'ara algunos progresistas de la época, la cortesana [Hetiire] encarnaba el
Rank concluye afirmando que el suicidio, en la mayoría de ideal, la quintaesencia de la femineidad; en consecuencia, el tema corres-
los casos en que es cometido por gente joven, debe considerarse pond ía así a la lucha por la igualdad sexual de la mujer. La idealización
una búsqueda malograda del objeto sexual. de la cortesana probablemente se basaba en una idea errónea de su con-
[A.] DEUTSCH destaca, para concluir, que tenía conciencia d ición en la antigua Grecia. Sea como fuere, ese ideal tenía por contra-
parte la protesta de las jóvenes de clase media contra el matrimonio de
de pisar terreno poco firme al efectuar sus sugerencias; pero en
interés, que los reformadores sociales y las feministas consideraban como
realidad el material a su disposición es demasiado escaso. una prostitución legalizada: mientras la prostitución existiera, argüían, era
preferibl e la d e las cortesanas que la del matrimonio.
Véase acta 1, nota 2.
Las cartas de Jensen a Freud fueron publicadas en Psa. Bewegung, 1929,
[, pp. 207-211 . Para una descripción de la forma en que reaccionó Jen-
2 Rank debe haber cometido algún error al registrar esta frase que re- sen untC' el artículo ele Frcud , véaS<' la nota de Strachcy a la traducción
sulta poco comprensible. ingl('sa d('I articulo el(' FrC'ucl <' 11 S.J~., 9, p . 4.
 212 Acta 24
DISCUSIÓN SOBRE EL ENSAYO DE WI'ITELS
Las mujeres médicas 3
FEDERN hace un comentario en el sentido de que Wittels no exa-
mina la cuestión esencial del deseo de estudiar en las mujeres.
3 El ensayo de Wittels apareció en el periódico Die Fackel [La antor-
cha], vol. 9, NQ 225, 3 de mayo de 1907, con el seudónimo de Avicena,
nombre del gran médico y filósofo árabe (980-1037). El director de Die
Fackel era Karl Kraus (1874-1936), uno de los escritores satíricos más no-
tabl es de su época, quien emprendió una cruzada contra la hipocresía
de la sociedad de clase media de esos tiempos. Las mujeres eran conside-
radas como esclavas explotadas por la clase media y sus miembros del
sexo masculino, o como las peligrosas representantes de la burguesía. Las
mujeres demoníacas de Frank Wedekind y la glorificación de las prosti-
tutas por Peter Altenberg son ejemplos de esas concepciones opuestas. Pe-
ter Altenberg ( 1859-1919) fue un distinguido moralista y escritor.
A fin de facilitar la mejor comprensión del debate siguiente, anexamos
un breve resumen del ensayo de Wittels titulado "Las mujeres médicas".
Wittels distingue entre las profesiones que la sociedad impone a las mu-
jeres, como la docencia, y la profesión de médica, que es elegida volun-
111 tariamente. Las primeras, según Wittels, son consecuencia de las condi-
ciones sociales que impiden que una mujer siga su verdadera vocación
111 (la de atraer a los hombres). La última debe atribuirse a sus propios
deseos.
Una mujer estudia medicina con el objeto de superar a las otras mujeres.
,, '
·I
Cuanto más histérica sea, mejor estudiante será, ya que la histérica puede
desviar su pulsión sexual del fin sexual. Puede ser tan inmoral como
desee sin tener que sentirse avergonzada. Los hombres que se autotitu1an
feministas, pero que en realidad son masoquistas, posiblemente aprueben
que una mujer estudie medicina; pero el estudiante medio relativamente
normal, no ve en su colega d~l sexo femenino otra cosa que una prostituta.
Mientras la mujer es estudiante de medicina, no hace daño a nadie más
que a sí misma; pero, una vez que se gradúa de médica, se convierte en
un peligro para los demás. Las pacientes no confían en ella; las enferme-
ras no la quieren, y un hombre enfermo nunca podría someterse a una
revisación médica efectuada por una mujer sin, a la vez, alentar ideas
sexuales.
Wittels cita dos ejemplos extremos para demostrar que la mujer médica
es un absurdo: 1) la mujer psiquiatra, por ser mujer, nunca podrá entender
los secretos psicológicos del hombre; 2) la mujer médica en el servicio de-
salud pública, cargo que en el futuro podría estar abierto para ella. Nunca
debería permitírsele que se convierta en superior de sus colegas hom-
bres: siempre abusaría de su poder. Los halagos podrían incitarla fácil-
mente a conceder favores injustificados, y se sentiría inclinada a tratar a
las pacientes como rivales.
En ningún momento Wittels vislumbra la posibilidad de que una mujer
médica pueda estar casada y llevar una vida familiar normal.
Wittels resume lo expuesto diciendo que la histeria es la base del deseo
que impulsa a una mujer a estudiar medicina, así como es la base de la
lucha de las mujeres por obtener igualdad de derechos. La supresión del
"principio femenino" ha anulado a la "verdadera mujer" conocida en la
antigua Grecia.
J.5 de mayo de 1907 213
El autor está totalmente equivocado si cree que la · sexuali-
dad es la única pulsión del ser humano: al examinar los estudios
realizados por las mujeres debe tenerse en cuenta la importancia
del trabajo y el problema de conferir sentido a la existencia por
medio del trabajo. La necesidad de trabajar no se halla arrai-
gada exclusivamente en las condiciones sociales, sino que es uno
de los instintos del hombre que han aparecido en un p eríodo
tardío de la evolución humana.
Para contrarrestar la postura unilateral de Wittels, Federn
llama la atención hacia la perversidad lasciva de muchos médi-
cos de sexo masculino y la explotación sexual de que hacen ob-
jeto a gran número de mujeres. Es inadmisible reprochar preci-
samente a las mujeres que, al estudiar medicina, den rienda
suelta a su sexualidad. Es un punto de vista mojigato. No obs-
tante, estaríamos de acuerdo con Wittels en que no se debe per-
mitir que las mujeres manipulen públicamente los órganos geni-
tales masculinos.
Por último, Federn menciona una serie de detalles que ca-
racterizan la visión distorsionada de Wittels.
Sin entrar en detalles, GRAF subraya la intensa afectividad
que colorea la discusión de ese tema sociopsicológico en Wittels.
En su opinión, la desproporcionada afectividad manifiesta es
consecuencia de la ira que provoca en Wittels el hecho de que
las mujeres estudien en vez de tener relaciones sexuales. En
realidad, las realizaciones de los hombres también tienen su ori-
gen en fuentes sensuales; el problema reside, simplemente, en
determinar si el estudio es nocivo para la mujer. Graf cree que
lo es.
En relación con la profesión médica en particular, considera
Graf que la mujer nunca efectuará aportes de igual importancia
que el hombre, puesto que carece de la gran influencia personal
y el poder de sugestión que, además del conocimiento, es indis-
pensable en un médico competente. Incluso en la actualidad el
médico no puede dejar totalmente de lado ese elemento de sa-
cerdocio (los primeros médicos eran sacerdotes); y la autoridad
del médico, que en cierto sentido es continuación de la autori-
dad paterna, desempeña un importante papel en el tratamiento
y la cura del enfermo. La mujer médica, que carece de esa au-
toridad, está más calificada para actuar como sustituto de la
madre, es decir, para ser enfermera.
REITLER se inclinaría a aceptar la mayor parte de las consi-
deraciones de Wittels, en la medida en que conciernen al cono-
cimiento psicológico.
No obstante, tiende a rechazar algunos detalles, como el
odio injustificado por la histeria o la aseveración <le que todas
214 Acta 24
esas mujeres simplemente andan a la caza de un hombre. La
mayoría de las mujeres que estudian medicina sin estar compe-
lidas por alguna necesidad han renunciado, en su mayor parte,
a los hombres (porque han reconocido sus propios defectos fí-
sicos).
HrrscHMANN puntualiza que en realidad no conocemos a las
"mujeres médicas", sino solamente a las estudiantes. Conocemos
a las que constituyen una vanguardia, con las cuales no hemos
hallado aún formas apropiadas de interacción social, pero mere-
cen ser tratadas con consideración precisamente porque su situa-
ción es muy expuesta.
Cuando Wittels les reprocha su histeria, amplía ese con-
cepto de manera totalmente ilegítima, trasponiendo los límites
admisibles. Los amplios conocimientos que esas mujeres reciben
constituyen, más bien, una verdadera profilaxis de la histeria.
Además de la histeria, por otra parte, Wittels les reprocha
sus defectos físicos, juicio estético que no debería utilizarse en
su contra, aunque debe admitirse que la mayoría de las estu-
diantes del sexo femenino son feas, y verdaderas amazonas ( sin
senos).
Wittels las acusa no solo de rechazar la sexualidad, sino
también de agresión sexual ( incitar a los hombres), lo que es
un disparate desde el punto de vista de la lógica.
Asimismo, la represión sexual que tanto desagrada a Wittels
en las mujeres es una característica de las jóvenes "bien educa-
das" que Wittels no dejaría de apreciar en sus propias hijas. El
rechazo de la sexualidad en la mujer surge de las difíciles con-
diciones de su vida sexual; después de todo, ella pertenece a la
tribu de esas Asra que quedan embarazadas cuando aman. 4
Debe reconocerse, sin embargo, que las experiencias eróticas
son parte del desarrollo de una personalidad plena. Por otra
parte, tampoco debe sobrevalorarse la sexualidad en la medida
en que lo hace Wittels, o enfocar el mundo desde la "V ogel-
perspektive" 5 y abarcarlo todo en la fórmula coito ergo sum.
El principio femenino es tener hijos; pero se trata del prin-
c1p10 de la especie. No todo es necesariamente actu: algunas
cosas son meramente potentia.
4 Alusión al famoso poema de Heinrich Heine, "Der Asra", que finaliza
con los versos: Und mein Stamm sind jene Asra, welche sterben, weoo sie
lieben [Y esos Asra son mi tribu que deben perecer cuando aman].
5 V ogelperspektive es un juego de palabras intraducible. V ogeln, e n la
jerga popular vienesa, significa tener relaciones sexuales; pero V ogel es
también el plural de Vogel (pájaro). Vogelperspektive significa tanto "a
vuelo d e pájaro" como "desde la perspectiva del acto sexual".
15 de mayo de 1907 215
El peligro de ser atrapado por uno de esos "monstruos",
que Wittels ve como amenaza para algunos estudiantes del sexo
masculino, no es tan grave a la postre, y el destino de ese joven
sigue siendo preferible al de tantos otros que malgastan su ju-
ventud con prostitutas. Incluso la conducta relativamente libre
de las estudiantes de sexo femenino ( según parece, son promis-
cuas) es preferible a la engañosa hipocresía de muchas virgo
taeta ( Gersuny). 6
Al finalizar el artículo de Wittels queda bien en claro que
sus puntos de vista se basan en el ideal de la mujer griega, la
cortesana, ideal que es ajeno a nosotros en la actualidad. Todo
esto está más cerca de la Griechengasse que de Grecia. Wittels
se ha entusiasmado con una era presifilítica, y ahora quiere pro-
ducir "das übermensch". 7
FREUD comienza expresando su agrado por el artículo origi-
nal, lleno de sagacidad e ingenio. Por otra parte, sin embargo,
halla en él algunas semiverdades ( o cua1tos de verdad).
En primer lugar, debe reprochársele a Wittels su falta de
cortesía en el sentido más elevado de la palabra; la mujer, a
c¡uien la civilización ha asignado la carga más pesada ( especial-
mente en lo que se refiere a la reproducción), debe ser juzgada
t·on tolerancia y generosidad en esferas donde ha quedado reza-
gada respecto del hombre.
Además, falta en el artículo sentido de justicia, ya que la
actitud del autor solo demuestra escepticismo hacia todo lo nue-
vo, en tanto que no discute lo que es antiguo, aun cuando es
<'O ndenable. Es un hecho que los actos indecorosos no han sido
introducidos por las mujeres en la profesión médica, sino que
han existido desde hace muchísimo tiempo.
Wittels está totalmente en lo cierto al señalar que la sexua-
lidad es el móvil de los estudios; solo que soslaya toda diferen-
<' ia entre la sexualidad sublimada y la sexualidad en estado bruto,
que para él son equivalentes. Pero el desplazamiento de la
M ·xualidad hacia la sed de saber está en la base de toda empresa
d1• investigación.
11 Conocido pediatra vienés.
1 ,llitschmann, conocido por su ingenio mordaz, evidentemente no podía
nhstcncrse de hacer un juego de palabras tras otro. La Griechengasse era
11111t calle de Viena donde se ejercía la prostitución.
1°:11 alemán, der Mensch ( con el artículo masculino) significa "el ser hu-
11 11 mo" . Das Mensch (con artículo neutro) es una expresión peyorativa
dn In jerga popular austríaca que designa una mujer que no está bien vista
11 una prostituta. Das Uebermensch connota pues una "superprostituta",
111w11tras q11e der Uebermen.sch (el superhombre ) es el célebre término
, H·ado J)Or Nietzsche.
 216
Acta 24
Wittels representa un punto de vista juvenil: el de un joven
que comienza por entusiasmarse con las mujeres y no se atreve
a atribuir esas mismas emociones humanas a las jovencitas. Solo
en forma gradual aprende a reconocer que la mujer no tiene
aversi6n por la sexualidad, pero siempre que halla a la mujer
"en falta", se lo reprocha. Muy pronto se vuelve mis6gino. Des-
precia a la mujer ( tal como, en forma inconsciente, había des-
preciado a su madre). El artículo también procura exponer lo
que alguna vez fuera un objeto venerado. 8
En opini6n de Freud, es verdad que la mujer no gana nada
con estudiar y que eso, en términos generales, no mejorará su
suerte. Además, la mujer no puede igualar al hombre en cuanto
a la sublimaci6n de la sexualidad.
El ideal de la cortesana rH etiire l no tiene cabida en nues-
tra cultura. Nos esforzamos por descubrir la sexualidad pero,
una vez descubierta, exigimos que se tome conciencia de toda
esa represi6n de la sexualidad y que se aprenda a subordinarla
a las necesidades culturales. Reemplazamos la represi6n por una
supresi6n normal. 9 El problema sexual no puede resolverse sin
tener en cuenta el problema social; y quien prefiere la abstinen-
cia a las lamentables condiciones sexuales imperantes, no prac-
tica esa abstinencia sin protestas.
- El sentimiento del pecado que se opone a la sexualidad se
halla muy difundido, e incluso quienes son libres sexualmente
5ienten que son grandes pecadores.
Una mujer que, como la cortesana, no es digna de confianza
en la esfera de la sexualidad, nada vale, es una simple Hader-
lump. 10
RANK deja de lado el ensayo de Wittels para señalar una
de las fuentes infantiles de los estudios de medicina. También
en este caso desempeña el papel primordial el problema de sa-
ber de d6nde vienen los niños (Freud). El estudiante de medi-
cina resuelve el problema en la vida real: es, por así decirlo, el
individuo menos neur6tico. El fil6sofo lo resuelve por medio de
la defensa (neurosis obsesiva), al ampliar el problema: De d6nde
vienen el hombre y el mundo. El te6logo le da respuesta diciendo:
"Proceden de Dios", etcétera.
8 Véase el ensayo de Freud titulado "Sobre una degradación general
de la vida erótica" ( 1912), 0.C., Biblioteca Nueva, Madrid, 1973, t. 11,
pp. 1710-1717.
9 1·• Véase acta número 19.
Represión significa olvidar las representaciones pero mantener el afecto,
que a veces se vincula con una representación sustitutiva. Suprimir signi-
fica mantener la representación, aunque dominando o controlando el afecto.
J n En la jerga popular vienesa sign ifica "bribona", "p[cara".
lS ele 1/W!JO ele 1907 217
Refiriéndose a los comentarios de Freud sobre la misoginia,
dice que la opini6n de Wittels, según la cual toa.o lo que hace
la mujer es de naturaleza sexual ( véase especialmente Leon-
tiev), 11 es mera manifestaci6n reactiva de una etapa anterior
clel desarrollo, en que el autor consideraba a la mujer un ser
asexuado.
AnLER encuentra que Wittels se limita a decir cosas ya co-
uocidas, pero haciendo un uso abusivo de una terminología me-
nos conocida. Es bien sabido que a las mujeres que estudian
medicina se les plantean limitaciones: se efectuó una encuesta
cuyos resultados sugirieron la necesidad de organizar cursos es-
peciales para estudiantes del sexo femenino, en relación con las
enfermedades de los 6rganos genitales.
La impresi6n que le produjo el artículo de Wittels podría
resumirse de la siguiente manera: Wittels levanta las faldas de
las estudiantes mujeres y dice: "Tienen 6rganos genitales feme-
ninos". Pero no se trata de una característica exclusiva de las
estudiantes.
Wittels ha revelado, en parte, nuestro secreto: que el arte
de la medicina trabaja con energías sexuales. Existe el peligro
de que las masas lo interpreten erróneamente, de la misma ma-
nera como ,vittels se ha formado una idea err6nea al respecto.
Freud acaba de subrayar que los componentes inconscientes
1de la vida mental] merecen cierto grado de consideración y
lolerancia. 12
WnTELS se siente tan afectado por una palabra que ha em-
pleado Freud (la cortesana es una Haderlump), que por el mo-
mento no puede responder detalladamente a las objeciones que
se le plantean.
Su objetivo era presentar una W eltanschauung que hiciera
justicia a la diferencia fundamental existente entre el hombre
y la mujer, diferencia que todavía no ha sido comprendida en-
Lcramente.
Tomando como punto de partida el caso de la gran corte-
sana que da rienda suelta a su sexualidad en todos sus aspectos,
lia llegado a tener una pobre opini6n de su contraparte, la es-
l udiante, que mutila toda pulsi6n sexual. Le resulta imposible
lmcr en más alta estima a la mujer que no escucha el llamado
dd período. 13
11
Véase acla número 19.
1:i Las actas de esta reunión son las últimas del año 1906-1907.
Como se especifi cara anteriormente, hubo una reunión científica el 29
d<· mayo de 1907, de la cnal no se conservó el protocolo. Solo se conser-
varn11 las sig11 i<"11l('S a11olat·io11<'~:
218 Acta 24

2.5
1
REUNION CIENTIFICA DEL 9 DE OCTUBRE DE 1907

Presentes: Freud, Adlcr, (A.] Deutsch, Federn, Graf, Heller,

Ilitschmann, Hollerung, Rank, Reitler, Steiner, Sadger, Schwerdt-
uer, Stekel, Wittels.

COMUNICACIONES

El doctor Fedem propone que el doctor Hans Abels (pediatra)

sea aceptado como miembro.
El profesor Freud, el doctor Schwerdtner y el doctor Steiner
pagan su cuota.
Sadger toma prestada el acta 24 ( devuelta el 16 de octubre)
Trabajos anunciados:
Adler: F mgmento del análisis de un caso de paranoia
Stekel: [Sin título]
"Se celebró una reumon de camaradería la noche del 19 de junio de Freud: Iniciación de la historia de un caso
1907, a la que asistieron Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Frey, Heller,
Sadger: (Para enero) K. F. Meyer
Hitschmann, Rank, Stekel y Wittels.
"Otra reunión de camaradería y reunión final se celebró el 3 de julio
2
de 1907. Los presentes eran Freud, [A.] Deutsch, Federn, Bass, Hautler, APÉNDICE
Hitschmann, Stekel, Wittels. Roma, 22 de septiembre de 1907
"Comunicaciones: Hitschmann propone que el año venidero se institu-
yan días especiales dedicados a la lectura de recensiones. Rank anuncia la
renuncia de Meisl.
Estimado colega:
"Freud anuncia la disolución de la Sociedad, programada para el otoño, Deseo informarle que a comienzos de este nuevo año de
y la constitución de una nueva sociedad inmediatamente después [ véase trabajo es mi propósito disolver la pequeña Sociedad que acos-
en el acta nQ 25 la carta de Freud, redactada en Roma el 22 de septiembre
de 1907].
tumbra reunirse todos los miércoles por la noche en mi casa, para
"Federn toma en préstamo las actas 1-5. reconstituirla de inmediato. Una breve esquela enviada antes
"Contabilidad: El doctor Hollerung no pagó todavía la cuota corres- del 1Q de octubre a nuestro secretario, Otto Rank, IX, Simondenk-
pondiente al segundo semestre de 1907. Contribuciones para compras de gasse, n9 8, Viena, bastará para renovar su tarjeta de socio; si
material, de la suma de Kr. 1,36, de Meisl, Hollerung y Bass. Contribu-
ción de Kr. 0,50 de parte de Bach, Brecher, Hliutler, Kahane. Se le de-
vuelven Kr. 0,86 a Graf (se había cometido un error). Los gastos de porte
desde el 11 de mayo hasta fin de año fueron de Kr. 2,70, saldados con un Primera reunión del nuevo año de trabajo.
!l La carta siguiente se hallaba anexada al acta número 25. La traducción
crédito de Kr. 2,70.
castellana fu e tomada do Enwst Joncs: Vida II Obra ele Sigmun<l Freud,
"Tomadas en préstamo: Federn, actas. Reitler: Das mustrierte fran-
züsisclie Witzblatt [Hevista cómica fnmcesa ilu..strada]. SadgC'r : Acta R." Nova, Ducnos Aires, 1060.
 221
220 Acta 25 IJ de oct11/Jre ele 1907

para esa fecha no tenemos noticias suyas, estimaremos que no PRESENTACIÓN

desea renovarla. No es necesario decirle cuán complacido estaré Los equivalentes somáticos de la angustia y su diagnóstico
de volver a contarlo entre nosotros. diferencial
Permítaseme exponer las razones de un cambio que tal vez
le parezca superfluo. Lo único que hacemos es tomar en cuenta ÜRADOR: DOCTOR STEINER
5
los cambios naturales que se producen en el curso de las rela- STEKEL hace referencia a los trabajos de Hecker, que fue el
ciones humanas pensando que para alguno que otro miembro de primero en centrar la atención en los equivalentes de la angus-
nuestro grupo su pertenencia al mismo no significa ya lo que tia, aunque no asignaba a ésta ninguna motivación psicológica.
significaba un año antes, sea porque ha disminuido su interés Después de Hecker, Freud, en su trabajo sobre la neurosis de
por el tema, porque su tiempo libre y forma de vida no le per- angustia, destacó la importancia de los equivalentes de la an-
miten ya asistir a nuestras reuniones, o, en fin, porque razones gustia. 6 Posteriormente, Fliess 7 demostró en términos numéri-
personales lo apartan de nosotros. Presumiblemente, seguirá sien- cos la relación existente entre la angustia y sus equivalentes.
do miembro de nuestra sociedad por temor de que su renuncia Según Stekel, los equivalentes más frecuentes de la angustia son
pueda considerarse un acto inamistoso. Considerando todos esos los siguientes:
casos, hemos querido disolver y reconstituir la Sociedad, a fin síntomas cardíacos ( palpitaciones, etc.)
de devolverle a cada uno su libertad de acción y posibilitarle su síntomas respiratorios ( nerviosos, es decir el asma sexual)
alejamiento de la Sociedad sin perturbar de ninguna manera sus síntomas estomacales ( singultus, vómitos, dolores, diarrea ner-
relaciones con los miembros de nuestro grupo. Asimismo, debe- viosa, tenesmo, espasmos de la faringe, etc.)
mos tener en cuenta que en el curso de los años hemos asumido síntomas de la vejiga ( enuresis)
¡ijj11 obligaciones financieras, tales como el nombramiento de un se- síntomas cutáneos ( solo en casos aislados)
cretario, compromisos que no se habían encarado en un comienzo. síntomas musculares (espasmos)
Si tras esta explicación está usted de acuerdo en reconstituir síntomas de los nervios periféricos ( parestesias y neuralgias) .
la Sociedad de esta manera, probablemente aprobará que el mis- Stekel presenta a continuación una serie de casos seleccio-
mo procedimiento se aplique a intervalos regulares, digamos cada nados entre sus propios pacientes, con el objeto de demostrar,
tres años. entre otras cosas, que, en determinadas condiciones. los equiva-
Reciba, estimado colega, la seguridad de mi consideración lentes pueden fijarse en una zona er6gena.
y mis cordiales saludos,
[firmado] Dr. Freud r, 1 E wald Hecker, psiquiatra alemán.
" Véase Freud: "über die Berechtigung, von der Neurasthenie einen bes-
timmten Symptomenkomplex als 'Angstneurose' abzutrunnen" (1895) ["La
Lista de miembros para el período 1907/ 1908
11eurastenia y la neurosis de angustia. Sobre la justificación de separar de
la neurastenia cierto complejo de síntomas a título de 'neurosis de angus-
Prof. Dr. Sigm. Freud Otto Rank l ia' ", O.C., t. I, pp. 183-198]. En dicho ensayo, Freud cita el trabajo de
Dr. Alfred Adler Dr. Rudolf Reitler llccker sobre "Estados de angustia enmascarados y abortados en la neu-
Dr. D. I. Bach Dr. Maxim Steiner 1·astenia" ["über larvirte und abortive Angstzustande bei Neurasthenie",
Dr. Alfred Bass Dr. Isidor Sadger Zentralblatt für Nervenheílkunde, diciembre de 1893], y dice: "Damos a
Dr. Adolf Deutsch Dr. Hugo Schwerdtner c•ste complejo de síntomas el nombre de 'neurosis de angustia' por la cir-
1·1mstancia de que todos sus componentes pueden ser agrupados en torno
Dr. Paul Federn Dr. Wilhelm Stekel n uno principal, que es la angustia. En un principio creímos original esta
Dr. Max Graf Dr. Fritz Wittels i11lcrpretación nuestra de los síntomas de la neurosis de angustia; pero un
Hugo Heller Dr. Rudolf Urbantschitsch 3 dia cayó en nuestras manos una interesante conferencia de Hecker en la
Adolf Hautler Dr. Hans Abels c¡ue hallamos clara y cumplidamente igual teoría" ( p. 183).
Dr. Eduard Hitschmann El doctor Wilhelm Fliess es el amigo a quien se dirigieron las cartas
Dr. Albert Joachim 4
publicadas por Marie Bonapalte, Anua Freud y Ernst Kris baio el título
Dr. Edwin Hollerung d1• Los orígenes del psicoanálisis [Aus den An.fiingen der Psychoanalyse].
Stckel hace referencia a dos libros de Fliess: Der Ablauf des Lebens [El
rnrsu de la vido] y Dcr J\11//Jan des Le/Jens [La estmclttra de la vida],
3 Desde el 15 de enero de 1908.
4 Desde el 12 de febrero de 1908. p11hlica<los c•11 H)OO.
 222 Acta 2.5
Caso 1: Un hombre que durante algún tiempo se mantuvo
en abstinencia sexual debido a su impotencia psíquica, experi-
menta una violenta sensación de quemadura y perforación alre-
dedor de los ojos. A partir de la información recogida en una
enciclopedia, llega a creer que tiene agujeros alrededor de los
ojos. Prefiere tener relaciones sexuales con mujeres mayores
( pensamientos incestuosos: origen de la impotencia psíquica).
Una mañana, su casera lo besó en la frente mientras él estaba en
la cama. Tuvo relaciones sexuales con ella, y desde entonces se
siente bien. Cuando se lo interrogó al respecto, respondió que
la mujer lo había besado tal como su madre solía hacerlo.
Caso 2 ( no se trata de un equivalente puro) : Una señora
se despierta por la mañana con violentos dolores en la nuca, vér-
tigo y sentimientos de angustia. Los dolores no desaparecen, a
pesar de que se le aplica todo tipo de tratamientos; a las inyec-
ciones de morfina administradas por la tarde, sigue una noche
de insomnio; dice que le pica la nariz ( antiguo proverbio: Cuan-
do pica la nariz, habrá pelea). La mujer tiene un marido débil
( coitus interruptus); además, una relación con un elegante joven
111'.: que primero la besó en la nuca y luego la mordió en el mismo
sitio durante el coito. Como los dolores de la mujer no se cal-
maban, el marido hizo · venir al joven y éste prometió volver si
la enferma no mejoraba. Poco antes de este ataque él había roto
con ella (pelea).
Caso 3: Un hombre sufre de fuertes dolores estomacales
después de ingerir el almuerzo. Los dolores se calman solamente
cuando se introduce el dedo en la garganta para vomitar. Ante-
riormente, había tenido ataques de angustia. Por la noche, cuan-
do come en casa, no sufre ningún dolor. Su esposa, según dice,
es una puta: no tiene relaciones sexuales con ella porque lo
engaña abiertamente. No obstante, de noche, supuestamente
cuando el hombre está medio dormido, tiene relaciones sexuales
con ella. Anteriormente también tenía relaciones sexuales con
ella al mediodía ( quizá fellatio: dedo en la boca). Aparente-
mente, también, la vinculación particular en tales casos de infi-
delidad del cónyuge se debe a una satisfacción perversa.
A continuación, Stekel menciona un caso de espasmo farín-
geo, otro de diarrea nerviosa, y un tercero de parálisis de la
mano. En relación con estos casos, hace algunas observaciones
de fondo sobre el desarrollo de la angustia y de sus equivalentes.
Todo el ataque de angustia puede ser un equivalente del coito
( Fliess). El hecho de oír ruidos confusos durante la relación
sexual de los padres genera a menudo en el niño sentimientos
de angustia provenientes del inconsciente. La angustia es la
contribución del inconsciente a la excitación sexual. Toda exci-
() de octubre de 1907 223
tación sexual en la que se reprime la libido se convierte en an-
gustia. Los equivalentes se originan en parte por medio de la
conversión, y en parte como consecuencia de la libido suprimida
que se ha desviado de su fin.
DISCUSIÓN
GRAF se limita a señalar que la hermana de Goethe sufría de
urticaria facial siempre que quería asistir a un baile.
[A.] DEurSCH relata el caso de una jovencita que vivió una
aventura de amor platónico, y cuyo considerable talento artístico
<'n varios campos ( canto, piano, pintura), desapareció al poco
tiempo. Aparentemente, de esa manera estaba diciendo: "Mi
vida no vale nada, ya que no puedo cumplir su único fin".
Pregunta luego Deutsch qué significado tenía la diarrea para
ese viajante de comercio ( en la casa, con su esposa, tenía dia-
rrea; mientras viajaba, cuando podía tener relaciones sexuales
con otras mujeres, no). STEKEL: La diarrea era un sustituto del
coito.
REITLER sospecha que Stekel interpreta los síntomas que
acompañan a la angustia como equivalentes de ésta; no cree que
se trate de una caracterización válida. El equivalente debe ser
reversible (a= b; b = a).
HITSCHMANN acota que el trabajo presentado no le ha en-
señado nada nuevo. Stekel proporcionó algunos ejemplos inte-
resantes, aunque no todos tienen relación con el tema. En el
Caso 1, Hitschmann no ve ninguna "angustia". La picazón de
la nariz en el Caso 2 podría haber sido producida por la inyec-
dón de morfina. En tales casos, no pueden excluirse totalmente
las afecciones orgánicas ( por ejemplo, el dolor en la nuca). En
1·special, no deben pasarse por alto las afecciones cardíacas.
STEINER aporta un recuerdo personal: en una época en que
vivía en la abstinencia, conoció a la esposa de un amigo que era
impotente debido a una grave enfermedad. Al principio no se
nc•crcó a la mujer, porque temió no tener éxito. Luego comenzó
a sufrir de insomnio, malestares físicos ( especialmente intestina-
ks) y espasmos estomacales. En cuanto inició una relación ín-
1ima con la mujer, mejoró totalmente; pero siempre que ella
partía de viaje, reaparecían sus malestares.
En el Caso 1, el beso en la frente es, evidentemente, un
n•cuerdo de la infancia. Las madres suelen besar a sus hijos
para calmar los dolores.
AoLER subraya que el trabajo presentado revela todas las
wntajas y desventajas de la forma de trabajar de Stekel. Ven-
l11jas: reúne muchos datos y pruebas y los organiza en torno de
1111 elemento central. D<'svc·ntajas: se permite hacer digresiones
224 Acta 25
que no todos aceptan, y se da por satisfecho -con nacer algunas
conjeturas que a menudo están lejos de agotar el material.
El Caso 1 es una idea obsesiva. Pero esto no cambia en
nada la concepción de Stekel, ya que la idea obsesiva también
es un equivalente de la angustia. Da lo mismo que descubramos
la fuente de la angustia en la angustia misma o en su equiva-
lente. Lo cierto es que la localización de los equivalentes no ha
sido demostrada: su elección no solo está determinada por los
acontecimientos, sino, más bien, por todo el desarrollo y la cons-
titución de la persona. La mayoría de los equivalentes se con-
centran en un órgano inferior [literalmente: buscan un órgano
inferior].
El síntoma de la mano paralizada requiere un análisis más
profundo; Adler lo ha encontrado con frecuencia en las soltero-
nas ( y no, como dice Stekel, en esposas insatisfechas), en quie-
nes guarda estrecha relación con la masturbación.
FEDERN advierte la discrepancia entre el título y el conte-
nido del trabajo de Stekel. El título debería ser: resolución de
los síntomas de sexualidad reprimida. El trabajo enfoca el pro-
blema básico de la etiología de la neurosis; pero Stekel no ha
demostrado nuevas conexiones. Lo que presenta son equivalen-
tes de la satisfacción sexual frustrada. Una investigación precisa
podría determinar si, en lugar de la angustia, puede sentirse re-
pulsión sin angustia, dolor sin angustia, sentimientos de desa-
grado sin angustia y sensación de hambre sin angustia.
Refiriéndose a la definición de angustia que da Stekel, Fe-
dero señala que las otras funciones sexuales no son ni más ni
menos inconscientes que la angustia. Esta última es, simple-
mente, una sensación local del corazón. Tal vez el componente
de angustia presente durante el acto sexual no sea más que una
sensación del corazón.
Hay también equivalentes crónicos de la angustia, de natu-
raleza neurótica, que son consecuencia de los afectos de angustia
de la infancia ( por ejemplo, la postura encorvada).
ScHWERDTNER relata el caso de un cantante que siempre se
había mantenido en buen estado físico, pero que en los últimos
tiempos ha pasado por estados de angustia ( ronquera, etc.). An-
teriormente había vivido muchas aventuras, pero desde que con-
trajo matrimonio permaneció fiel a su esposa. Ahora ella está
embarazada, y el marido no halla satisfacción con la mujer.
RANK dice que él tampoco recogió la impresión de que el
Caso 1 implicara un equivalente de la angustia: lo considera,
simplemente, como un síntoma neurótico. No está seguro de que
la idea obsesiva deba considerarse un equivalente de la angustia,
como sugiere Adler. La vinculación con una pareja perversa
fJ ele octubre de 1901 225
tiene raíces mucho más profundas que el mero temor a las difi-
cultades de hallar nueva pareja. Los dos miembros de la pareja
están unidos, entre otras cosas, por un sentimiento de gratitud,
de profundidad e intensidad tal como no se encuentra en nin·
guna otra relación. Ese sentimiento de gratitud probablemente
tenga relación con los sentimientos de felicidad que produce en
<'l perverso la satisfacción de su perversión. (FREUD: La felici-
dad es la satisfacción desinhibida de la perversión.)
WrITELS deplora que la teoría de los equivalentes de la an·
gustia haya provocado cierta confusión. Esta teoría nos remite
al punto de vista anterior, en que todo era considerado neuras-
tcnia. Ahora se habla de "equivalentes de la angustia", en vez
de dividir las neurosis actuales, tal como lo hizo Freud, en neu·
rosis con angustia y sin angustia, y remitirlas a las perturbacio·
ncs sexuales propias de cada caso particular.
Stekel no ha demostrado que dichos equivalentes tengan re-
lación con la angustia.
SADGER subraya que solo puede hablarse de equivalentes de
la angustia si los síntomas se dan aisladamente ( sin angustia).
Con frecuencia, sin embargo, observamos casos de neurosis obse-
~ivas con síntomas de angustia o equivalentes de ésta. Desde el
punto de vista de la terapia, el factor decisivo es que la angustia
pura desaparece una vez que las perturbaciones actuales de la
~<'xualidad se suprimen, lo que no ocurre en la angustia mixta.
Sadger examina luego las diversas fuentes ( químicas, es de-
<'i r, sexuales y tóxicas, etc.) de la angustia. La angustia de los
histéricos y de los neuróticos obsesivos es el miedo de perder el
,1 11,or ( el amor de los padres).
Los niños que han estado expuestos a actos sexuales reali-
·,.nclos a oscuras tienen miedo a la oscuridad.
El hecho de oír el coito, mencionado por Stekel, provoca
.i 11gustia en el niño, porque cree que los padres están luchando;
¡wro el pequeño no ha decidido todavía por quién habrá de to-
11mr partido en esa lucha.
FREUD subraya, en primer lugar, que la angustia es el pro-
1,l<·ma fundamental en todas las neurosis.
Para comenzar, debe reprocharse a Stekel el uso impreciso
d, · la terminología. En el artículo ( de Freud) sobre la neurosis
, 1, · angustia, no se habla de los equivalentes de la angustia sino
d, ·1 ataque 8 de angustia. En vez del ataque de angustia, se pro-
l•:11 <'l trabajo "Sobre la justificación de separar de la neurastenia cierto
, 11111plt•jo de síntomas a título de 'neurosis de angustia'" ( 1894), Frcucl
,1,.,,: "Jlay, en consecuencia, ataques de angustia rudimentarios y equiva-
1, 11/l's <id afrH¡11c de 1111g11stio , lo<los ellos, probablemente, ele igual signifi-
226
<lucen ataques en los que solo quedan rastros de angustia. La
angustia es reemplazada por uno o varios síntomas que, en otros
casos, sol9 aparecen unidos a la angustia. El malentendido en
que incurre Stekel explica muchas de las objeciones a que dan
lugar sus casos y su caracterización de los síntomas como equi-
valentes de angustia. Todo lo que es neurótico es un equiva-
lente de angustia, ya que todos los síntomas provienen de la
libido, y ésta puede trasformarse en angustia. 0
En realidad hay que plantearse por qué algunas personas,
en vez de sufrir un ataque de angustia, tienen síntomas somáti-
cos que no reconocen como angustia, y que también engañan al
médico.
Por una cuestión de principios, Freud rechaza las generali-
zaciones de Stekel. Él mismo solo califica de neurosis de angus-
tia aquellos casos en que el mecanismo no es psíquico. Si el
mecanismo es psíquico, dichos casos entran dentro de la catego-
ría de histerias.
Pueden distinguirse dos tipos de histerias:
1) aquéllas en que la libido reprimida se manifiesta como
síntoma físico ( histeria de conversión), y
2) aquéllas en que la libido reprimida aparece como angus-
tia vinculada con toda clase de elementos (histeria de angustia).
Los casos de Stekel son histerias de angustia. La neurosis
de angustia es, por así decirlo, el basamento somático de la his-
teria. La histeria implica un desvío por la esfera psíquica. La
neurosis de angustia solo presenta unos pocos cuadros clínicos
típicos; la variabilidad es psíquica.
Frecuentemente la terminología nos induce a error. La com-
pulsión se encuentra en todas partes. 10 El término neurosis
compulsiva no tiene nada que ver con esto; y otro tanto ocurre
con la angustia, que también es omnipresente.
Los equivalentes típicos de la angustia se manifie~tan por
intermedio de los órganos que participan más en el acto sexual
( órganos respiratorios, etc.), pero que no son, por esa razón, ne-
cesariamente inferiores ( Adler) .
c:ac10n, que muestran una gran riqueza de formas, hasta ahora poco estu.
diadas" ( op. cit., p. 185, bastardillas de Freud).
9
Esa era la concepción teórica de la angustia en aquella época. Poste-
riormente ( 1926) dicha teoría fue modificada.
1° La compulsión proviene del inconsciente, es decir del ello. Posterior-
mente, Freud expresará esta idea, así como sus concepciones sobre la an-
gustia, con mayor claridad, Véanse "Lo siniestro" ( 1919) [O.C., t. 111,
pp. 2483-2506], e "Inhibición, síntoma y angustia" ( 1925 [1926]) [Id.,
ibid., pp. 2833-2883].
Acta 25
~) de octubre de 1907 227
Al extraer sus conclusiones teóricas, Stekel fusiona los des-
C'ubrimientos de Freud con una teoría de Fliess (la angustia es
la excitación sexual del sexo opuesto), lo que da como resultado
una definición completamente inadecuada: la angustia es la exci-
tación sexual proveniente del inconsciente. Esto es abusar de
las palabras.
El Caso 3 es una histeria pura.
El Caso 1 no es, como cree Adler, una idea obsesiva; el sín-
toma solo puede ser caracterizado como una idea delirante his-
l 6rica de origen hipocondríaco.
Sadger sobrestima la importancia del trauma sexual; el mie-
do de los niños cuando están en la oscuridad, es decir la angustia
neurótica de los niños, es de carácter primario. Es el deseo
\ Sehnsucht] de contar con la presencia del ser amado ( véase
"Tres ensayos para una teoría sexual" (1905), O.C., t. II, nota
702, p. 1226). 11 Esta es la raíz común de la angustia, tanto neu-
rótica como fisiológica.
El caso descripto por Deutsch es frecuente en las mujeres
que practican la abstinencia. El hecho de que la abstinencia
arruine a muchas mujeres tiene una profunda relación con el
problema de la emancipación femenina: una escultora pierde su
destreza cuando enfrenta la tarea de modelar el cuerpo mascu-
lino; una jovencita a quien el profesor abraza cuando lleva a
('abo un buen trabajo, se vuelve incapaz de realizar la menor
larca.
STEKEL, para concluir, hace referencia a un trabajo suyo re-
<'i6n publicado, y señala que no existen casos puros de neurosis
de angustia. 12
11 Tres ensayos para uru1 teoría sexual ( 1905). La nota al pie de página
a la que hace referencia Freud es la siguiente: "La explicación del origen
d(' la angustia infantil me fue dada por un niño de tres años, al cual oí
d!'mandar un día, hallándose en un cuarto oscuro: '¡Tía, háblame! Tengo
111iedo de estar en un cuarto tan oscuro'. La tía contestó: '¿Y qué te im-
porta que te hable? De todas maneras, no me ves.' 'No es así -respondió
,·1 niiío-; cuando alguien me habla parece que hay luz.' Así, pues, no se
ilrnstaba por la oscuridad, sino porque echaba de menos a una persona
11 111acla, y podía prometer tranqnilizarse en cuanto recibiera una prueba de
lit prC'scncia de la misma.'' (Nota 702, p . 1226.)
1~ Stekcl prohablcmente hace referencia a su trabajo titulado "Nervose
\11~stznsfand<' und ihre IlC'handlung" ["Los estados d e angustia ncmótica
v ~11 tratamiento" 1, Med. Klin., 1907, 3, pp. 1039-1040, 1064-1067 ( 1907) .
l•:I trabajo S(' ¡111hlid, ('tl forma d<· libro, con 1111 prefacio d<' Fre11cl, ,·11 1908.

26
REUNION CIENTIFICA DEL 16 DE OCTUBRE DE 1907
Presentes: Freud, Adler, íA.] Deutsch, Hitschmann, Schwerdt-
ner, Sadger, Steiner, Stekel, Wittels, Federn, Rank.
El doctor Hans Abels 1 es aceptado como miembro de la
Sociedad por unanimidad.
[A.] Deutsch y Stekel pagan su cuota.
PRESENTACIÓN
Sobre la impotencia funcional
ÜRADOR: DOCTOR STEINER
:::i:
.. STEINER presenta su trabajo señalando que está destinado a los
legos. Trata del tipo de impotencia que, de acuerdo con el esta-
do actual de nuestros conocimientos, carece de toda base orgá-
¡~ nica. Este tipo de impotencia es el síntoma de una neurosis
general, en la mayoría de los casos el más importante. La anam-
nesis indica masturbación, excitación sexual frustrada o una
combinación de ambas. Sin embargo, esos factores, de por sí,
no ofrecen una explicación adecuada; como se presentan con
suma frecuencia, debe de haber otros factores adicionales.
Debe existir cierta predisposición a esa enfermedad. Por lo
tanto, Steiner distingue:
l. Impotencia innata
2. Impotencia adquirida
a) en la infancia
b) a una edad más avanzada
ad 1. En el primer caso, existe una inferioridad hereditaria
( por lo general de naturaleza sifilítica) que se manifiesta en toda
la conducta: escasa vivacidad durante la infancia, rasgos feme-
1 El dnr lor Al)f'ls, pPdiatra y amigo dC'l do ctor FC'd<'rn , ahanclon,'¡ la So
ciedad al cabo de pocas reuniones.
16 de octubre de 1907 229
ninos, timidez; enuresis prolongada; torpeza durante la juven-
tud; pubertad prolongada; masturbación. Estos individuos co-
mienzan tarde y bajo coerción a tener relaciones sexuales; pero
luego recaen nuevamente en la masturbación, con todos los fe-
nómenos que la acompañan ( polución, etc.). Antes del matrimo-
nio, o después del coito conyugal insatisfactorio, buscan el con-
sejo del médico.
ad 2a. Este grupo es el que más nos interesa. Casi todos
los pacientes pertenecientes a él carecían de hermanas o, por lo
menos, cuando se criaron no tenían ninguna hermana de apro-
ximadamente la misma edad. Por consiguiente, en su vida poste-
rior nunca pudieron establecer una relación adecuada con una
mujer. El acto sexual, de por sí, nunca les basta: se agotan en
formas frustrantes de excitación.
ad 2b. Esta forma puede tener causas diversas: influencias
externas, temor a una infección, sentido de la ética mal enten-
dido, falta de oportunidades, temor a la fecundación, etcétera.
El diagnóstico de todos estos estados es muy simple: falta
de erección o erecciones insuficientes, especialmente en contacto
con las mujeres; eyaculación precoz.
El pronóstico está determinado por la etiología. Steiner men-
ciona dos casos tratados con psicoterapia.
Uno de ellos es el de un hombre de 38 años que nunca había
tenido relaciones sexuales. En el curso de su tratamiento salió a
relucir su amor reprimido por la madre.
A veces la impotencia es solo relativa; considérese, por ejem-
plo, el caso de un hombre que es impotente con su joven esposa,
mientras que es muy potente con su cocinera ( una mujer muy
rnérgica).
Por último, cabe mencionar el tratamiento local.
DISCUSIÓN
SADGER: ad 1. Posiblemente se trate de los verdaderos homo-
sexuales.
ad 2. En este grupo encontramos primordialmente, la neu-
rosis compulsiva ( como en el ejemplo del hombre con su cocine-
ra). De acuerdo con la experiencia de Sadger, todos los judíos
polacos a quienes tuvo oportunidad de ver en Grafenberg 2 eran
onanistas y neuróticos obsesivos, y las tres cuartas partes de ellos
<'ran impotentes. La impotencia psíquica es síntoma de neurosis
obsesiva.
ScnwERDTNER cita un caso que, a su entender, es típico: el
do un hombre cuya excitación era demasiado intensa y por ello
:1 Eslnci6n l<'rmal ('n la Silesia austriaca, doml c SaclgC'r ejercía su profesión.
 230 Acta 26
no lograba la erección. Tal vez el cerebro ejerza una influencia
inhibitoria sobre el centro que controla la erección.
[A.J Dm.JTSCH cita un caso de impotencia causado por el te-
mor de fecundar.
WrrrELS afirma que los integrantes del grupo 1 no pueden
ser impotentes únicamente por causas de índole funcional, ya que
la inferioridad de la personalidad total implicaría, necesariamen-
te, la inferioridad de los órganos sexuales.
La impotencia relativa (incapacidad de satisfacer a la mu-
jer) puede superarse por medio de la práctica, o por medio de
un acto sexual prolongado. El hecho de satisfacer a la mujer pro-
duce alivio psíquico.
Wittels menciona una observación de Reimann 3 según la
cual el hombre que dice no poder realizar el acto sexual sin par-
ticipar psíquicamente ( por ejemplo, con una prostituta) es un
caso patológico.
El hombre debe estar enamorado; caso contrario no puede
realizar el acto sexual.
Las hermanas no sirven de ayuda cuando existe una predis-
posición neurótica: en ese caso, el individuo se vuelve neurótico
o impotente como resultado de sus sentimientos incestuosos.
El alcohol es un buen remedio para la impotencia psíquica.
RANK señala que no se han dilucidado los casos en que la
".I
impotencia solo se da en relación con determinados objetos se-
xuales. El hecho de estar enamorado no es explicación suficiente,
ya que las raíces del enamoramiento mismo son mucho más pro-
fundas; debe buscárselas en el rechazo de la sexualidad ísic J.
Tal rechazo es una causa frecuente de impotencia, igual que el
asco que provoca la prostitución.
FEDERN reprocha al orador que haya confundido, en forma
injustificada, la impotencia funcional con la psíquica. Deben ex-
duirse los casos que tienen una causa local, ya que no son de
origen psíquico; con frecuencia se deben, sencillamente, a una
,deficiencia muscular.
Federo duda de que la falta de hermanas sea causa suficien-
te de impotencia, y menciona casos que contradicen la asevera-
c:ón de Steiner.
Se inclinaría por calificar de "impotencia presenil" al tercero
,de los casos.
HrrscHMANN relata el caso de un médico que se sintió tan
asqueado por su primera visita a una prostituta que ese recuerdo
1lcgó a convertirse en obstáculo durante sus posteriores relacio-
3
Emil Reim.ann, profesor de psiquiatría forense en la Universid ad de
Viena.
16 de octu/Jre de 1907 231
nes sexuales. Su impotencia se manifestó en una época en que
tenía a su disposición buen número de mujeres. Estaba enamo-
rado del ama de llaves de su madre, y más adelante tuvo una
relación exitosa con ella.
Es bien sabido que el hombre puede volverse impotente
cuando está demasiado excitado por una mujer, o ella le inspira
un respeto muy profundo ( Reigen, • de Schnitzler, y un poema.
de Goethe ) .
Hitschmann deplora q uc no se mencione para nada la im-
potencia psíquica de las mujeres. Es fácil entender que, en mu-
chos casos, la ausencia de un preámbulo psíquico ( esperar hasta
que la necesidad exija satisfacción) causa impotencia psíquica.
En el caso de los homosexuales, no se puede hablar de im-
potencia psíquica porque son potentes con los jovencitos.
El hecho de no tener ninguna hermana ejerce, por cierto,
una poderosa influencia en todo el desarrollo de un hombre.
FREUD, en respuesta a algunas de las objeciones planteadas,
subraya, en primer término, que el orador solo quería brindar
pautas iniciales de orientación para el médico clínico.
La objeción de Hitschmann referente a los homosexuales,
por ejemplo, no es válida, ya que esa disposición solo se torna
manifiesta en un período tardío de la existencia.
Siempre debe haber toda una serie de causas y varias condi-
ciones deben cumplirse siempre simultáneamente. El hecho de
no tener ninguna hermana efectivamente parece ser un factor de
influencia. Hallamos una analogía en aquellas personas cuyas ten-
dencias homosexuales se ven reforzadas cuando el equilibrio en
la elección de objeto es perturbado por la muerte de uno de los
progenitores ( esto es válido tanto para los hombres como para
las mujeres).
Desde el punto de vista psicológico debemos, por supuesto,
elaborar una clasificación diferente de la de Steiner. El factor
principal [ de la impotencia psíquica] es que se trata de indivi-
duos cuya actividad sexual no puede prescindir del componente
psíquico, en quienes predomina la vida imaginaria [V orstellungs-
leben l o, en términos más generales, cuya actividad sexual es de
tipo femenino. Todos nosotros, como seres civilizados que somos,
tenemos cierta tendencia a la impotencia psíquica. 5
En lo que atañe al mecanismo, cabe postular tres posibili-
dades:
4 Arthur Schnitzler ( 1862-1931), gran dramaturgo y poeta austríaco que
poseía profundas dotes psicológicas.
Vfose Freud, "La moral sexual cultural y la nerviosidad mod erna"
( 1908) , o .e., t. n , pp. 12,191201.
 232 Acta 26 J(i de octubre de 100 233

l. Cuando existen fuertes (contra) representaciones inhibi- No ha hallado el motivo de la hermana en su material; sin
torias (inconscientes) que se oponen a la actividad sexual. embargo, probablemente desempeñe algún papel.
Fundamentalmente, homosexualidad, estar enamorado, etc. 6 La impotencia psíquica frecuentemente deriva de la rela-·
2. Cuando la libido no está disponible porque está ligada a ción sexual con mujeres a las que uno no ama realmente.
representaciones inconscientes (reprimida). Este es el mecanismo STEINER, refiriéndose a Freud, llega a la conclusión de que
típico de todas las parálisis psíquicas. Una mujer histérica, por el hombre civilizado es siempre, en cierta medida, impotente.
ejemplo, no puede hablar cuando inconscientemente surge en ella En la base de muchos casos de impotencia hay un exceso de li-
la idea de que le gustaría que la besaran. bido: la potencia es normal, pero la libido es excesiva.
3. Cuando se ha tenido una excitación excesiva; detrás de
esto está el contraste entre la imaginación y la p ercepción. Cuando
uno anticipa algo con gran placer, es muy difícil desviar el inte-
rés de la imaginación a la realidad. 7
Podría darse como ejemplo las grandes desilusiones que con
frecuencia se sufren durante la noche de bodas.
En los grupos 2 y 3 hay en realidad un solo mecanismo, que
está basado en la fijación y en la movilidad obstaculizada de la
libido.
El poema de Goethe: fijación en la amada ausente.
A Sadger: por regla general, los neuróticos obsesivos no son
impotentes, sino que habitualmente llevan una vida sexual "nor-
mal". No obstante, para ellos esa vida sexual no es normal, por-
que el sadismo suprimido es la causa más frecu ente de las ideas
::::::ti!! obsesivas.
En las mujeres, todos los síntomas neuróticos son fundamen-
talmente obstáculos para su capacidad de amar. De ahí que en
realidad tendrían que tener todos sus síntomas en los órganos ge-
nitales. Las zonas erógenas, sin embargo, son responsables de la
gran variedad de síntomas que, en esencia, no son nada más que
una impotencia sexual desplazada a otra esfera. La impotencia
psíquica es, por consiguiente, el síntoma fundamental de todos
los neuróticos. R
ADLER señala el papel que tiene la condición orgánica en
todos bs casos, incluyendo los de impotencia psíquica; se la pue-
de demostrar en todos estos casos, ya sea en su forma pura o
por el desvío de la vida psíquica. En muchos casos, el órgano
<;rea o selecciona la rexperiencia] psíquica.

~ Freud parece estar refiriéndose a los casos en que hay una disociación
entre el amor sensual y la ternura.
• " .. . das Interesse auf den anderen W eg :w zieli cn, das von der Wirk-
l ic/1keit aúgelenkt wurde". Literalmente: " ... desviar por otro cauce el in-
terés qu e se había apartado de la realidad".
" Véase Frcud: "Aportaciones a la psicología d e la vida eróti ca", S.E.,
1 910, 191 2, 1918, 11 , pp. 16:-! .. 208.

27
REUNION CIENTIFICA DEL 23 DE OCTUBRE DE 1907
Presentes: Freud, Abels, Adler, Federn, Hitschmann, Rank, Rei-
tler, Sadger, Schwerdtner, Steiner, Stekel.
Adler, Federn, Hitschmann, Reitler y Sadger pagan su cuota.
Stekel toma en préstamo Archiv. N<? 24 (Friedmann, Mün-
chener Allgemeine). 1
Reitler toma en préstamo el acta número 2 ( devuelta el 30
,,, de octubre).
,1
,1m•il
;II
,,,
~,, 1 PRESENTACIÓN
;!11;~1
El sueño
ÜRADOR: DOCI'OR SCHWERDTNER
En toda la bibliografía especializada no se proporciona una defi-
nición satisfactoria del sueño. Las opiniones acerca del tema va-
rían considerablemente. El orador examina brevemente varias
teorías (fisiológicas) sobre el sueño, de las cuales la más común-
mente aceptada sostiene que el sueño es el resultado de la acu-
mulación de sustancias productoras de fatiga. De acuerdo con
esta teoría, el sueño es producto del agotamiento de la energía
nerviosa, etcétera.
El orador resume luego sucintamente las críticas que le me-
recen todas esas teorías, demostrando las falencias de la tesis
citada, con ejemplos tomados de la vida cotidiana.
La observación objetiva demuestra que el sueño cumple el
propósito de integrar 2 nuevas impresiones e ideas recogidas du-
rante el día. Dormir implica realizar un trabajo complementario
de apercepción. El cerebro desea estar solo; por consiguiente,
1 No pudo establecerse lo que esto significa.
!! En el original decía "Einordmmg", que, literalmente, significa "clasifi-
car'~, ºordenarn.
23 de octubre de 1907 235
cualquier perturbación despoja al sueño de su carácter vivifí~
cante. Por su capacidad de poner en orden las cosas, el sueño
purifica la memoria ( en el lenguaje popular, "aconsejarse con la.
almohada"). [En el sueño] el hombre medio se convierte en ar -·
lista genial.
Durante el sueño, las representaciones se desarrollan sin reS'"-
tricciones [ungeniert]; tal es el estado simbolizado como el Sab-
bat de las Brujas. El sueño es uno de los medios más importan-
tes de la psicoterapia individual, el arte es el segundo ( Rank).
En su conjunto, la creación artística es análoga al estado de sue-
ño, especialmente en la medida en que la conciencia queda oscu-
recida casi por completo; la diferencia es que en el artista hay
una idea rectora que domina su conciencia con gran energía. El
"trance artístico", por ende, no es sino un estado más maduro,
más claro, pero en esencia idéntico: de ahí que en el sueño se
haga lo mismo que, por ejemplo, al componer un poema.
En lo que respecta al orador, siempre duerme sin soñar, pero
durante el día ha experimentado la necesidad de componer poe-
mas. Si no cediera a ese impulso, no podría dormir.
El orador compara en detalle ambos estados y cita nume-
rosas analogías entre ellos ( también confirmadas por Soren Kier-
kegaard.) 3 En realidad, el artista no tendría por qué tener nece-
sidad de dormir: la labor creadora, puramente intuitiva, no solo
no provoca fatiga sino que resulta vivificante, por consiguiente,
el sueño no configura una pausa destinada a restaurar las ener-
gías nerviosas gastadas, sino más bien un aislamiento de los sen-
tidos, que permitirá elaborar [aufarbeiten] lo reprimido.
Por último, el orador examina desde el punto de vista de
su teoría los efectos de los soporíferos.
Solo se convierte en morfinómano el individuo que necesita
psicológicamente la morfina. La morfina actúa como soporífero
simplemente porque, al paralizar la percepción, permite a quien
la ingiere aislarse de los estímulos sensoriales, como la luz, los:
ruidos, etcétera.
Para concluir, el orador expone los siguientes principios:
El sueño es ese estado en que el cerebro no recibe estímulos-
del mundo exterior y en el que, por lo tanto, la cristalización psí-
quica puede desarrollarse sin interrupción.
El sueño es indispensable para preservar un funcionamiento
psíquico óptimo ( es por ello que solo los animales superiores
d ucrmcn: los mastines y los animales del zoológico sueñan).
n Filósofo d tm(·s ( l 8J 3 J 855).
 236
Acta 27
La duración del sueño es ilimitada: cuanto más tiempo se
dedique al sueño normal, mejor será el funcionamiento de la
memoria.
El sueño y la hipnosis son idénticos.
DISCUSIÓN
ABELS entiende que no está criticando el enfoque psicológico del
orador por el mero hecho de adherirse al principio fisiológico se-
gún el cual el sueño sirve para reconstituir las energías gastadas.
A continuación, trata de refutar algunas de las objeciones del
orador a la teoría fisiológica.
El dormir sin sueños, advierte Abels, también puede produ-
cirse a raíz de un gran agotamiento físico.
SADGER no puede dar una opinión concluyente, sino simple-
mente ofrecer algunos pensamientos e ideas. Cree que las dos
teorías no son tan inconciliables como parece; solo hay un re-
constituyente del funcionamiento psíquico: el sueño, que es en-
tonces un proceso eminentemente psíquico.
El verano pasado, el Neue Freie Presse 4 publicó un artículo
5
de Lindau en que éste describe cómo compuso su primera obra
teatral: había trabajado sin interrupción durante treinta y seis
horas, sin sentir cansancio, hambre ni sed. Luego durmió ocho
horas seguidas.
Es bien sabido que los enfermos mentales no necesitan dor-
mir, en tanto que los poetas ( Goethe, por ejemplo) tienen gran
necesidad de dormir durante sus períodos más productivos.
El orador no mencionó los efectos que la satisfacción o insa-
tisfacción de la pulsión sexual tienen sobre el sueño.
En relación con el problema del dormir sin sueños, debe te-
nerse en cuenta que tal vez soñamos sin tener conciencia de ello.
STEINER considera que la función del sueño es restaurar el
calor corporal consumido durante el día, y brinda varios ejem-
plos en apoyo de su tesis.
REITLER no halló ningún elemento nuevo en el trabajo pre-
sentado, ya que, después de todo, la relación entre el sueño y el
inconsciente constituye el tema de la Interpretación de los sueños.
Está de acuerdo con la explicación de la adicción a la mor-
fina.
En opinión de HnscHMANN, el examen del sueño se ha efec-
tuado de manera demasiado personal: también debe tomarse en
cuenta el sueño de los niños, los animales y los seres humanos
(sanos) que llevan una existencia tranquila, así como las difc-
4
Neue Freie Presse, diario vienés comparable al New York Times.
6
Paul Lindau ( 18,39-1919), director y autor dramático alC'mán.
2."J de octubre de 1907 237
rC'ncias raciales y otros factores. Resulta inadmisible explicar el
sueño meramente en términos de represión y de neurosis ( mien-
tras que, por añadidura, se omite el elemento sexual) y presuponer
que un individuo se volvería histérico si no durmiera. Después
dn todo, la expresión familiar "aconsejarse con la almohada" no
es algo real sobre lo cual pueda basarse una teoría, sino una
~imple superstición.
RANK supone que el sueño puede cumplir todos los fines
fundamentales e individuales mencionados, más otros que no co-
nocemos todavía. Partiendo de esa suposición, la comparación
<'On el arte también se modifica, en el sentido de que el arte,
.isimismo, tampoco cumple un solo propósito, el que se ha men-
cionado -aunque probablemente sea el más importante-, sino
otros propósitos que por el momento tienen menor interés para
11osotros.
Sea como fuere, reviste gran interés psicológico el hecho de
que el orador, que padece perturbaciones del sueño ( en el sen-
t iclo más amplio, ya que dice que tal vez nadie ha dormido tanto
C'Omo él), haya propuesto una teoría del sueño.
ADLER subraya el hecho de que Schwerdtner trata de demos-
! rar qué sucede en nosotros mientras dormimos, lo cual no es lo
mismo que pregw1tarse qué es el sueño. El orador, erróneamente,
1,a identificado la naturaleza del sueño con el sueño en sí.
Sin embargo, su trabajo debe valorarse como un avance res-
pecto de todo lo que se sabía hasta la fecha. No puede refutarse
w punto de vista sobre la integración de las ideas ( durante el
sueño). Las teorías teleológicas, en cambio, son las menos im-
11ortantes.
Adler sugiere que cada participante comunique sus experien-
C'ias personales sobre el sueño.
Muchas personas se quedan dormidas de inmediato ( cosa
que parece ser hereditaria); otras requieren mucho tiempo, etc.
Todo esto puede muy bien estar relacionado con la naturaleza
del sueño.
No es cierto que solo las criaturas más evolucionadas duer-
111an; el sueño es un fenómeno que ya aparece en la célula.
FREUD destaca el hecho de que el orador ha presentado un
trabajo muy estimulante; sin embargo, debemos abstenernos de
proponer definiciones en lo que concierne a los fenómenos
psíquicos.
Deberíamos comenzar por la génesis biológica dei sueño. En
primer lugar, el sueño tiene relación con la alternancia de la luz
y la oscuridad ( cuerpos celestes, etc.). Luego, ya en un plano
111divid11al, debe c·o11siclcrarsc el sueño del bebé, para quien es

238 Acta 27
el estado natural, del cual solo lo arrancan sus necesidades físicas.
Pero en cuanto aquéllas están satisfechas vuelve a quedarse dor-
mido: de esta manera, el bebé prolonga su estado fetal. 6
Graduaimente, cuando el pequeño comienza a aprovechar la
oscuridad para dormir, esas dos condiciones se fusionan. Aparen-
temente, la fatiga no cumple ningún papel en el sueño del bebé.
Posteriormente aparecen ciertos factores secundarios, ante los
cuales el punto de vista teleológico no puede rechazarse en for-
ma tan categórica. En un momento más tardío de esta secuencia
aparecen aquellas funciones que, según el orador, constituyen el
objetivo del sueño: el aislamiento respecto del mundo externo.
Este punto de vista posee considerable valor y, por lo tanto, debe
apoyarse.
En un breve ensayo, Floumoy 7 clasificó el sueño entre los
mecanismos de defensa, lo cual coincidiría totalmente con el pun-
to de vista del orador. De esa manera, tiene lugar una inversión:
mientras que inicialmente el mundo despierta al bebé de su sue-
ño, más tarde es el mundo el que lo hace dormir.
Partiendo de la teoría de los sueños, podemos llegar también
a la concepción de Schwerdtner. Estamos familiarizados con el
importante papel desempeñado por material reciente, y con el
1111
1
11
hecho de que, detrás de ese material, se oculta el pasado. Ese ma-
terial reciente es precisamente lo que se elabora durante el sue-
1
,.,
·11:
~
1 ño, 8 proceso que Schwerdtner adscribe, en forma errónea, al
1r inconsciente ( tiene lugar, simplemente, en la esfera psíquica).
De esta manera, el sueño se utiliza para proteger a la psiquis
para que ésta pueda cumplir [erledigen] sus funciones.
G Ideas que Freud siguió desarrollando, y finalmente lo llevaron a afir-
mar que con el nacimiento también "nace" la tendencia instintiva de dor
mir (la pulsión que tiende al retorno al seno materno). Véase Freud:
Esqlli31na del psicoanálisis (1938), O.C., t. III, pp. 2729-2741.
7 Theodore Flournoy ( 1854-1920), psicólogo suizo, profesor de psicología
en la Universidad de Ginebra, famoso autor de obras sobre el misticismo
) la religión. Sin embargo, en es.te caso Freud confunde a Flournoy con
el psicólogo suizo Édouard Claparede ( 1873-1910). Flournoy y Clapa-
rede codirigían los Archives de Psychologie. El pasaje al que se refiere
Freud se encuentra en el artículo de Claparcde titulado "Esquisse d'une
théorie biologique du sommeil" ["Esquema de una teoría biológica del
sueño"], publicado en el cuarto volumen de los Archives (1905): "Le som-
meil est une fonction de défense, un instinct qui a pour but, en frappant
!'animal d'inertie, de l'ernpecher de parvenir au stade d'épuisement: ce
n'est pas parce que nous sornmes intoxiqués, ou épuisés, que no11s dormn,1s,
mais nous dormons pour ne pas l'etre". ["El sueño es una función de
defensa, un instinto que tiene por objeto, al sumir en la inercia al animal,
impedir que alcance el estadio de agotamiento: no dormimos porque es-
temos intoxicados o agotados, sino para no llegar a estarlo".]
8 Expresado en otros términos, durante el suefio el material recientC',
vinculado con el inconsciente, se elabora en el preconsciC'nte.
239
!.'l d<• oct11/Jr<' de W07
Dos puntos relacionados con el problema del sueño se nos
han vuelto accesibles a esta altura.
A partir de la interpretación de los sueños, hemos obtenido
1·1l'rto conocimiento de las condiciones psíquicas imperantes
nii('ntras el ser humano duerme; el estado de sueño se caracte-
1iza por un debilitamiento de las catexias ( de la censura psí-
quica).º
El hecho de quedarse dormido, no obstante, ya es problema
11parte. Flournoy 10 lo describe como acto voluntario, como for-
111:t de autosugestión, lo que concuerda con la teoría que consi-
d<'ra el sueño como una defensa contra el mundo externo.
Freud no propugna las teorías fisiológicas en boga, porque
•,on limitadas y vagas. No obstante, la influencia de los productos
, 11• la fatiga no puede rechazarse totalmente; pero ello nos lleva
.1 la teoría del deseo de dormir, q_ue es algo distinto del sueño.
'l'ambién existe la posibilidad de que el cuerpo utilice los pro-
d11ctos del sueño 11 como señal para quedarse dormido.
Es totalmente exacto afirmar que sólo se convierte en mor-
l i116mano aquel individuo que procura compensar una deficien-
da psíquica por medio de la droga.
Un mecanismo que podría explicar el estado de sueño es la
1·ircunstancia de que las catexias que operan en un estadio
111(ts avanzado de la vida psíquica son más lábiles; circunstancia
q110 tal vez se utiliza de manera tal que solo el yo secundario ( en
11 sentido que le asigna Meynert) 12 duerme. En realidad, muchos
l'qados patológicos ( además de la senilidad) provocan la desapa-
1ll'iÓn de numerosas catexias más tardías, y de esa manera, por
d1·<'irlo así, dejan al descubierto el yo primario.
El problema de saber si existe un sueño sin sueños es ocioso.
:->oííar significa tomar conciencia de un contenido de sueño [ ei-
111 ·n Trauminhaldt]. No obstante, si se entiende el soñar como la
11dividad inconsciente, que no produce necesariamente un sue-
110, debe responderse afirmativamente al problema de saber si
,oúamos todas las noches. Tenemos pensamientos de sueño todas
l.1s noches, pero no todas las noches tenemos un contenido de
\1 ll'ÍÍO. 13
FEDERN desearía dividir el trabajo en dos partes: lo que es-
«iihió el orador en la embriaguez del "gourmand de sueño" y lo
11 l•'.s decir que se reducen las resistencias del yo.
1 11 En realidad, también aquí se trata de Claparede.
11 ProhablC'mente, Freud quiso decir los productos de la fatiga.
1
.: Thcodor Meynert (1833-1892), profesor de psiquiatría en la U11iversi-
d11d de Viena. uno ele los maestros de Freud.
1
• Aspvcración que parC'cC'rla rdntar las actuales teorías sobre los sueños
1•11 hlnnco", invisibles.
 240 Acta 27
que escribió el médico sobrio y pensante. Schwerdtner tuvo el
mérito de subrayar que el verdadero objetivo del sueño solo se
alcanza en el sueño sin sueños ( Heiterethey, 14 esa sana criatu-
ra de la naturaleza, no sueña). La teoría de Schwerdtner según
la cual el sueño sirve para integrar las ideas es solo una hipóte-
sis; también integramos ideas en el estado de vigilia. Las ideas
no se elaboran y combinan mientras dormimos, sino que más
bien se disocian (por consiguiente, no se realiza ningún trabajo).
Dormir significa muchas cosas: por cierto, también implica
procesos fisiológicos, aunque Federo no pueda defender las teo-
rías fisiológicas.
Existe el sueño sin sueños, como puede deducirse de la falta
de sentido del tiempo en los sueños.
Una paciente a la que se le quitó la morfina sufrió de in-
somnio durante veintinueve días ( finalmente, el insomnio fue cu-
rado mediante sugestión coercitiva). En consecuencia, también
debe haber alguna compensación [Ausgleich] de las excitaciones
en el estado de vigilia.
Para concluir, ScHWERDTNER responde a cada una de las ob-
jeciones que se le plantearon: la fatiga física no puede cumplir
lj
un papel tan importante porque, de ser así, siempre produciría
sueño, lo cual no ocurre. Muchas veces, el exceso de fatiga im-
pide dormir ( Abels). En el caso de Lindau, los efectos tóxicos
también pueden haber desempeñado un papel. La pulsión se-
xual se encuentra entre los estímulos que deben evitarse, y por
tal razón no se la mencionó por separado ( Sadger). La integra-
'" ción de ideas durante el estado de reposo se realiza en forma
totalmente distinta que en el estado de vigilia. En el proceso de
integración las ideas deben "disociarse" ( Federn).
Finalmente, el orador dice que se ha esforzado por arrojar
alguna luz sobre lo que los fisiólogos soslayaron.
H Personaje central de la novela del mismo nombre de Otto Ludwig.
28
REUNION CIENTIFICA DEL 30 DE OCTUBRE DE 1907
Presentes: Todos los miembros, salvo Hautler.
Hollerung abona su cuota.
[A.] Deutsch toma en préstamo el acta número 3 (que de-
vuelve el 11 de diciembre de 1907).
PRESENTACIÓN
Comienzo de un caso clínico
ÜRADoR: PROFESOR FREUD
REUNION CIENTIFICA DEL 6 DE NOVIEMBRE DE 1907
Presentes: Freud, Abels, Adler, Federn, Graf, Hautler, Hitsch-
mann, Hollerung, Rank, Reitler, Sadger, Schwerdtner, Stekel,
Steiner, Wittels.
Hautler anuncia un trabajo sobre el opúsculo de Hellpach 1
titulado Geistige Epidemien [Epidemias mentales].
Federn devuelve las actas 1-5, del año anterior, y toma en
préstamo las números 6, 7, 9, 10 y 11.
PRESENTACIÓN
Comienzo de un caso clínico 2
ÜRADOR: PROFESOR FREUD
Trátase de un caso muy ilustrativo de neurosis obsesiva (pensa-
miento obsesivo) : el de un joven de 29 años (abogado). Según
1 Wilhelm Hellpach (1877-1955), psicólogo y político alemán. El opúsculo
Geistige Epúlemien se publicó en 1906.
2 Las dos reuniones correspondientes al 30 de octubre y al 6 de noviem-
bre, en que Freud presentó este trabajo, se registran juntas. Paul Federo
publicó este protocolo ( con ciertas modificaciones), junto con sus anota-
c·ioncs, en Samiksa, Indian ]ottrnal for Psuchoanalusis, 1947, 1, pp. 305-311
 242 Acta 28
el paciente, su enfermedad data de 1903, aunque en realidad
apareció en su infancia.
Se siente acosado por el temor de que pueda ocurrirles algo
a dos personas a quienes quiere mucho. ( Esta imprecisión de la
expresión, este ocultamiento del contenido es característico de
la neurosis obsesiva.)
Esas dos personas son el padre del paciente y una señora
a la que admira.
Durante años se abstuvo de toda relación sexual; la mastur-
hación desempeñó un papel insignificante; primer coito a los
26 años.
A continuación Freud hace una exposición detallada de las
primeras sesiones de análisis.
La técnica analítica ha cambiado hasta tal punto que el psi-
coanalista ya no trata de extraer el material que le interesa sino
que permite al paciente seguir el curso natural y espontáneo de
su pensamiento?i
En este caso, el conflicto básico reside, en términos genera-
les, en la lucha del paciente entre su inclinación hacia el hombre
IH¡
rasí como el Yb., 1948, 4, pp. 14-20]. Hemos incluido las anotaciones de
Paul Federn, que aparecen en el texto como notas al pie de página entre
corchetes, con las iniciales P. F.
Freud presentó la historia de este caso en el primer Congreso Psico-
analítico de Salzburgo, en 1908. Luego apareció, en 1909, en el Jahrbuch
für psychoanalytische und psychopathologische Forschungen, l, pp. 357-421,
con el título "Bemerkungen über einen Fall von Zwangsneurose" [i'Análisis
de un caso de neurosis obsesiva" ( 1909), o.e., t. 11, pp. 1441-1486]. El
caso se hizo famoso bajo el título de "El hombre de las ratas". Como
la publicación del trabajo era inminente cuando se trascribieron estas ac-
tas, no se lo registró en detalle. Obviamente, Rank decidió sintetizar muy
brevemente el trabajo de Freud y unir en una sola acta el material
de ambas reuniones.
;¡ [Observación de interés histórico, ya que fue efectuada en 1907. -
P. F.].
Tenemos aquí, por primera vez, el informe de un análisis que fue lle-
vado a cabo por medio de asociaciones libres. Freud hace referencia a esta
modificación de la técnica psicoanalítica en su Autobiografúz ( 1925) :
" [ ... ] es ya tiempo de que dediquemos atención a las modificaciones
que poco a poco han ido introduciéndose en la técnica del procedimiento
analítico. El vencimiento de la resistencia por mtdio de la presión ejer-
cida sobre el enfermo fue un primer método [ ... ] . Hubimos, pues,
de sustituirlo por otro método, contrario en cierto sentido. En lugar de
llevar al paciente a manifestar algo relacionado con un tema determinado,
lo invitamos ahora a abandonarse a la asociación libre ... " [O.e., t. III,
p. 2780].
En "Esquema del Psicoanálisis" [ ( 1924) O.e.; id., pp. 2731-2732)
Freud refiere que se le ocurrió la idea de reemplazar la hipnosis por el
método de asociación libre.
:10 de octubre !/ (i ti,, 11oviom/Jre de 1907 213
y su inclinación hacia la mujer ( es más fuerte su inclinación ha-
cia el hombre).
Ha reprimido deseos de muerte contra su padre (las ideas
obsesivas son, en realidad, deseos obsesivos).
El caso muestra, con especial claridad, algo que nunca falta
en los estados de neurosis obsesiva: sentimientos reprimidos que
son malos, agresivos, hostiles. y crueles ( deseos sádicos y asesi-
nos). 4 Este componente de crueldad podría con justicia denomi-
narse "masculino"; no obstante, está igualmente presente en las
mujeres. De ahí que la relación existente entre la sexualidad y la
neurosis permite extraer una conclusión teórica: el inconsciente
dd hombre de ninguna manera puede ser fundamentalmente di-
ferente del de la mujer. 5 La neurosis siempre se desarrolla a ex-
pensas de pulsiones activas reprimidas. 6
DISCUSIÓN
STEKEL subraya que la confianza del paciente es el factor
esencial del tratamiento. El analista debe cuidar de no convertir
w técnica en una rutina: no todos los casos siguen las pautas
clcl que ha sido presentado. Deben tenerse en cuenta los rasgos
individuales. Stekel, en sus análisis, espera para descubrir las co-
nexiones más profundas, hasta adquirir plena autoridad sobre el
paciente.
Con respecto al caso presentado, cree que el paciente, de
niño, probablemente vio al padre como rival ante la gobernanta
( no, como dijo Rank, 7 ante la madre).
SADGER se pregunta si la compulsión que llevó al paciente a
enviar por correo el pago de su pequeña deuda no se debía, fun-
damentalmente, a tendencias homosexuales.
Hallamos aquí la primera indicación de la posterior tesis de Freud se-
~ún la cual, en lo que se refiere a la participación de las pulsiones, la
nnalidad y el sadismo constituyen la base de la neurosis obsesiva. Esta
id <'a todavía no había sido expresada en "Obsesiones y fobias. Su meca-
11ismo psíquico y su etiología" ( 1895) [O.e., t. I, pp. 178-182).
[Observación dirigida contra la concepción ele Rank, según la cual el
inconsciente del hombre es su femineidad, y el ele la mujer, su masculini-
dad. P. F.]
[En años posteriores, Freud modificó este punto de vista, admitiencio
q11 e las tendencias masoquistas reprimidas también desempeñan un papel
importante en la neurosis. No obstante, como una de las fuentes del m;,-
soquismo es siempre el sadismo trasformado en su contrario, otra la femi-
ll<' iclacl , y una tercera un vínculo biológico entre el dolor y la sexualidad,
,·l cambio de opinión es solo parcial. P. F.]
Aparc'nlcm<'nlc, Rank había hablado primero, sin registrar sus observa-
<,io11cs por S<'parado. Véase más ahajo. ·

244 Acta 28
En respuesta a la observación de Stekel en el sentido de
que algunos pacientes insisten en ser hipnotizados, Sadger afirma
que ese deseo tiene íntima relación con su carácter homosexual
y masoquista. 8
HITSCHMANN señala que la avaricia desempeña un papel des-
tacado en la compulsión que llevó al paciente a reembolsar su
pequeña deuda por correo. No se ha demostrado que el paciente
sea homosexual. Su neurosis obsesiva también podría haberse
producido de la siguiente manera: además de las experiencias
que todos los niños tienen, ya en sus primeros años de vida pue-
de haber desarrollado un mecanismo de pensamiento obsesivo;
ambos factores, al actuar conjuntamente, han producido la neu-
rosis.
ScHWERDTNER formula dos preguntas:
l. ¿Por qué, en algunos casos, las pulsiones sádicas son in-
satisfactoriamente reprimidas, mientras que en otros son subli-
madas?
2. ¿Por qué deseamos experimentar solamente sentimientos
unificados (y no, por ejemplo, afecto y aversión al mismo tiem-
,., po) hacia personas muy cercanas y queridas? 9
RANK ( contradiciendo a Stekel) reitera su opinión en el sen-
tido de que todos los factores conocidos apuntan con claridad
1!JI
,~,1
¡,,t¡
al amor del paciente por su madre, aun cuando todavía no se
11, ha hecho ninguna referencia directa al respecto en el material
analítico. En este caso, la lucha entre [lo que lo impulsa hacia]
el hombre y [lo que lo impulsa hacia] la mujer se condensa en
una lucha entre el amor por el padre y el amor por la madre.
'"
1111
Todos esos "casos de incesto" se complican por los factores ho-
mosexuales. Las inclinaciones homosexuales ( y solo éstas están
implicadas) quedan demostradas no solo por las indicaciones ine-
quívocas en el material analítico sino también por el modo en
que el paciente, en sus fantasías, identifica al padre con la mu-
jer amada. Ha torturado analmente a ambos, y trata a la mujer
como trataría a un hombre.
FEDERN pregunta si tenemos derecho de llamar a la crueldad
una cualidad específicamente masculina. 1 0
8 Ca!;i todos los pacientes desean ser hipnotizados. Sadger parece haber
percibido en forma intuitiva que el deseo d e someterse a una cura hipnó-
tica tiene sus raíces en una actitud pasiva y masoquista.
n Interrogantes de importancia que hasta la focha no han 1·ecibido una
respuesta satisfactoria.
10 Federn plantea aquí un interrogante que hasta la fecha tampoco ha
recibido res.puesta, acerca de cuáles son los criterios para considerar que
un rasgo es masculino o femenino. Véase Paul Federn: "Beitrii.ge zur Ana-
lyse des Sadismus und Masochism.us. l. Die Quellen des mfonlichen Sa-
dismus" ["Aportes al análisis del sadismo y el masoquismo. l. Las fuentes
30 de octubre y 6 de 11ovie111bre de 1907
245
No debemos asignar demasiada importancia a un trauma
único, sino decir, más bien, que cada trauma sexual implica un
trauma crónico. , ,.
GRAF también desea saber por qué la represión es satisfac-
toria en una persona y no lo es en otra.
ADLER duda de que el psicoanálisis pueda ser enseñado o
aprendido.
En muchos casos, deben dejarse sin explicar bastantes cosas;
es importante ocupar algunas de las posiciones del enemigo, por-
que su rendición garantiza la victoria; pero no hay por qué aba-
12
tir al enemigo hasta el último hombre.
Por otra parte, no debemos ocultar importantes conexiones
una vez que el paciente las ha descubierto. Las reglas que Stekel
establece entran en el terreno de la "psicodiplomacia".
En cuanto al presente caso, Adler está seguro de que se des-
cubrirán sus condiciones orgánicas. Cree estar ante un caso de
autoerotismo muy fuerte, que todavía no ha sido reemplazado por
la heterosexualidad. La avaricia también deriva de pulsiones au-
toeróticas ( zona anal) . En el psicoanálisis ha y más de un cami-
no a seguir. u
del sadismo masculino"], Z., 1913, 1, pp. 29-49. "Il. Die libidinosen Quellen
des Masochismus" ["Las fuentes libidinales del masoquismo"], Z., 1914, 2,
pp. 105-130.
Véanse también Freud: "Tres ensayos para una teoría sexual" (1905)
1O.C., t. II, pp. 1169-1237]; "Algunas consecuencias psíquicas de la dife-
rencia sexual anatómica" ( 1925) [ibid., t. III, pp. 2896-2903]; "Pegan a
un nmo. Aportación al conociIIlJiento de la génesis de las perversiones
sexuales" ( 1919) [ibid., pp. 2465-2480]; "Sobre la sexualidad femenina"
(1931) [ibid., pp. 3077-3089]; "Compendio del psicoanálisis" (1938)
[ibid., pp. 3379-3418]; Herrnan Nunberg, Problems of Bisexuality as Re-
flected in Circuncision ( 1947) [Problemas de la bisexualidad tales como
los refleja la circuncisión], International Universities Press, Nueva York,
1961.
11 En la trascripción por él publicada, Federn reformuló dicha oración
del siguiente modo: "Cree, además, que el hecho particular no es traumá-
tico debido a su importancia inmediata sino porque cada hecho crea un
deterioro crónico, y dichos deterioros se acumulan creando un trauma per-
durable".
13 [En 1907, la época en que se pronunciaron estas palabras, la termino-
logía de la guerra y el combate todavía no era tan común como en la
actualidad. Dichas observaciones, por consiguiente, tienen la señal especí-
fica de la psicología individual. P. F.]
13 La futura desviación de Adler no solo se anuncia por el acento que
pone continuamente en la base orgánica de todo síntoma, sino también,
como en el caso ele su última observación, por la tendencia a hallar su
propio camino en el tcrrt'nO cll' la técnica,. tendencia de la que todavía no
s,· daha cuenla probahl¡•111¡•11t1• 1wr n<111cl rntonccs.
 246
STEINER afirma que también otros niños han vivido expe-
riencias similares.
El odio por los padres se origina en los castigos sufridos
( por mojarse y ensuciarse). Debernos suponer que existe cierta
predisposición, una inferioridad ( pero no en el sentido en que
la entiende Adler).
La mujer también es cruel, por lo cual esta pulsión no pue-
de considerarse una cualidad específicamente masculina.
El hombre neurótico tiene rasgos femeninos.
El profesor FREun responde a los oradores según el orden
en gue han hablado:
Está de acuerdo con la crítica que Adler formula a Stekel.
En el caso de Stekel, la historia que refiere el paciente, en el
sentido de que el padre castigó a los hijos y luego los hizo orinar
en su presencia, llevaba el sello de la fantasía. 15 En el caso de la
neurosis, si el paciente recuerda esa supuesta experiencia con
tanta claridad debernos preguntamos dónde está lo inconsciente,
lo reprimido.
l)lllf¡ ¡ Suplemento del análisis: Dado que el paciente tenía deseos
1111,, / de muerte con respecto a su padre ya antes de cumplir los ocho
l'fl
:~w
1
años, era natural averiguar si en esa época, o antes, había muerto
-r11I
1
algún miembro de la familia. Efectivamente: cuando el paciente
1111 ¡ contaba tres años y medio o cuatro, murió su hermana.
Sus recuerdos infantiles más tempranos son:
Acta 28
:io de octubre y 6 de novíembre de 1907 247
La explicación de Hitschmann sobre la neurosis obsesiva re-
1lcja un punto de vista puramente personal: las condiciones rea-
l<·s son mucho más complejas. Es cierto que la avaricia desem-
1wña un papel importante en la vida del paciente, pero no con-
figura una característica primaria; anteriormente, el paciente era
111uy generoso y manirroto.
14
El interrogante que plantean Schwerdtner y Graf tiene su
origen, en cierta medida, en su injustificada desilusión por los
logros del psicoanálisis. No tenemos derecho a suponer que ha-
bremos de descubrir la diferencia entre el enfermo y el ser nor-
111al porqtie, al menos cualitativamente, 16 no existe esa diferencia.
En el neurótico, la actividad precoz es seguida de períodos
<le represión ( o sea lo opuesto).
En general, el ser humano no puede tolerar la coexistencia
de ideas y sentimientos opuestos; esa tendencia a luchar por
la unificación es lo que denominamos carácter. 17 Pero los afectos
111volucrados sólo son tan intensos en relación con las personas
q 11e nos son familiares ( Schwerdtner).
Un odio tan intenso por el padre -como el del caso expues-
lo- sólo puede surgir si el padre ha perturbado la sexualidad
d<'l niño.
Rank probablemente está en lo cierto al suponer que los
< lcseos incestuosos por la madre desempeñan cierto papel, aun-

l. Que habían llevado a la cama a su hermana.
2. Que él se había dirigido a su padre para averiguar qué
¡111111 sucedía.
3. Que su madre lloraba y su padre se inclinaba sobre ella.
La hermana era tres o cuatro años mayor que él. Había ad-
vertido la diferencia de los sexos por primera vez a través de ella,
cuando el paciente contaba unos tres años.
14 [Esta observación anuncia la idea de que la crueldad, así como la des-
trucción, se originan en una pulsión independiente, que no difiere en hom-
bres y mujeres. Posteriormente, Freud desarrolló esta teoría hablando de
una dualidad de pulsiones: Eros y Tanatos. P. F.].
1
5 [En aquella época Freud ya sabía que las fantasías también ejercen
una acción patógena, aunque no en la misma medida que los traumas
reales. Por tal razón, Freud se valía a veces de testigos y diarios íntimos
para determinar si el material analítico que hallaba consistía en fantasías
del paciente o en experiencias reales. Cuando finalmente descubrió que
ciertas fantasías que de ninguna manera podían haber sido experimentadas
en la realidad determinaban la neurosis del paciente, tanto en su forma
general como en la de un síntoma singular, llegó a la conclusión de que
todos debemos tener algunas fantasías típicas heredadas que, posterior-
mente, se trasforman en recuerdos de supuestas experiencias reales. P. F.J
que la relación se complica por la presencia de cuatro hermanas
( dos mayores y dos menores que el paciente).
La observación de Federn era pertinente: ya a esa temprana
,•ciad, el paciente demostraba claras inclinaciones heterosexuales,
y su posterior homosexualidad se da en agudo contraste con
<'llas. Los análisis de tres homosexuales declarados, que hubieran
•, ido pasibles de una acción legal, revelan la existencia de una
11'iación muy precoz con una mujer, que luego fue reprimida. 18
'\ la inversa, todos los Don Juanes y Casanovas tendían más, en
\11 temprana infancia, a la homosexualidad.
111 Freud sostuvo siempre que no existe una diferencia cualitativa entre
I," hombres sanos y los enfermos. No obstante, existen diferencias cuanti-
1,il ,vas en la distribución de la energía, que todavía no podernos medir.
1 1 En la actualidad expresaríamos esta idea diciendo: "El yo no puede
1111,•rar la coexistencia de ideas y sentimientos opuestos". Nunberg amplía
1·s111 idea en su artículo "The Synthetic Function of the Ego" ["La función
"1 ,Mlica del yo" ( 1930)]. Practice and Theory of Psyclwanalysis, Internatio-
11al Universilies Press, Nueva York, 1961.
1' En casi todos los análisis de homosexuales salieron a relucir las rnis-
111.ts <·ondiciones.
248 Acta 28
La clasificación de las pulsiones en masculinas y femeninas
es cuestión de convención. En ningún caso está permitido califi-
19
car a alguien de homosexual o heterosexual según su objeto.
En respuesta a Adler, Freud dice que no cabe ninguna duda
de que el método psicoanalítico puede aprenderse. Será posible
aprenderlo una vez que se establezcan reglas ya verificadas que
pongan freno a la arbitrariedad de los psicoanalistas indivi-
duales. 20
En algunos casos basta brindar una solución parcial con fines
terapéuticos, pero ello de ninguna manera delimita las posibili-
dades teóricas. En otros casos, no obstante, es necesario, por ra-
zones terapéuticas, proseguir el análisis hasta el fin. 21
A Steiner: No deben subestimarse las experiencias vividas
por comparación con los factores constitucionales.
Los neuróticos trasforman la actividad en pasividad, de mo-
do que el hombre neurótico, en efecto, podría ser calificado de
femenino. 22
19 [Con esta observación, Freud subraya la importancia de la homose-
xualidad sujeto y rechaza la homosexualidad objeto. Posteriormente, por Jo
que sé, adoptó la opinión de Ferenczi, en el sentido de que existen ambos
tipos de homosexualidad. Aun así, empero, Freud se atuvo a la opinión
de que el factor primordial es la calidad de la pulsión, mientras que la
elección del objeto depende de experiencias infantiles, resistencias y des-
plazamientos. P.F.]
20 Esta opinión condujo posteriormente a la fundación de institutos psico-
analíticos.
21 [En varias oportunidades, Freud rechazó la idea del análisis de corta
duración. Una vez dijo que el análisis ha renunciado a curar "cito, tuto et
iucunde". No obstante, por razones prácticas llegó a aceptarlo, especial-
mente cuando se trataba de curar a un paciente de un síntoma predomi-
nante como, por ejemplo, en casos de impotencia psíquica. P.F.]
22 Cada una de las respuestas de Freud a los participantes de las discu-
siones fue recogida, elaborada y reformulada, en sus trabajos posteriores.
''!)
llli:CTNION CIENTIFIGA DEL 13 DE NOVIEMBRE DE 1907
í A.] Deutsch, Federn, Hitschmann, Rank, Sad-
l' r1•sentes: Freud,
gt•r, Schwerdtner, Stekel, Wittels.
Cc>l\IUNICACIONES
1,:1 orofesor Freud comunica a los restantes miembros la renuncia
.1, ·1 doctor Abels.
l '111-:~ENTACIÓN
1,a enfermedad venérea
1 hlADOR: DOCTOR \VITTELS 1
1)1 sCUSIÓN
l l 1TSCHMANN desea, primeramente, poner en evidencia las raíces
I'' •rscmales [ del trabajo de vVittels l. Hay tres factores que frus-
11.111 la sexualidad de Wittels: la concepción, la castidad de las
1 si ndiantesde medicina y la sífilis; por eso los combate.
La sífilis es, de los tres, el que presenta mayores peligros.
Los genios ( Nietzsche, etc.) contraen la sífilis debido a su
1111prudencia sexual". Si se ha dado un caso de sífilis en una
l.1111ilia, sus miembros tienden a adoptar una actitud anormal-
111<·11lc casta, que ejerce una influencia mutiladora en el desarro-
1111 psíquico de la prole.
En el fondo, tanto la histeria como la neurastenia deberían
2
d, ·norn :narse enfermedades venéreas.
1,:1 trabajo de Wittels no está registrado en el acta, y aparentemente
1111 1111• publicado en ninguna otra parte.
111tschmann, aparentemente, hace referencia a una observación de Freucl
r 11 ,,1 s1•nlido de que la sífilis se da con frecuencia en los antepasados de
p.1111•11t1•s hi slÍ'ri<'OS.

250 Acta 29
Hitschmann opina que habría que instituir un serv1c10 pú-
blico para la distribución de pesarios a fin de disminuir el peli-
gro de la concepción.
STEKEL sugiere que, en la frase "miedo de que crezca toda
una generación de neurasténicos", la palabra "neurasténico' de-
bería ser reemplazada por "histérico", ya que la neurastenia es
muy rara en comparación con la histeria. Además, aconseja a
Wittels suavizar su terrorífica descripción inicial de la sífilis, en
consideración a los lectores impresionables.
Stekel cree que la ternura y el afecto excesivos de los padres
son principalmente responsables de la relación existente entre la
sífilis y la neurosis.
FREUD: Con respecto a la relación existente entre la sífilis y
la Reforma, Freud observa que en la época del Renacimiento la
Iglesia Católica estaba al borde de la disolución; fueron dos far-
tores los que la salvaron: la sífilis y Lutero. En su obra El con-
cilio del amor, Panizza 3 expresa claramente la idea de que la
aparición de la sífilis sirvió para fortalecer a la Iglesia Católica.
Rectificando una afirmación de Wittels, señala que la sífilis no
fue considerada de inmediato algo despreciable, que debe ocul-
tarse a los ojos de los demás, sino algún tiempo después de su
aparición.
Desde el punto de vista psicológico, es muy dudoso que el
placer no sea un sentimiento positivo de por sí, sino tan solo una
forma de liberarse del displacer. El placer es un proceso psico-
lógico muy específico. No obstante, es cierto que, cuanto mayor
ha sido la tensión, mayor es el placer; pero la tensión no siem-
pre es desagradable.
El efecto perjudicial de la masturbación se debe fundamen-
talmente a que se produce un corto circuito: el atajo que se toma
entre el deseo y su realización. Como consecuencia, el individuo
deja de esforzarse y el mundo exterior pierde importancia para
él. Otro resultado nocivo de la masturbación, igualmente impor-
tante, reside en la cantidad de energía consumida por la lucha
interior. 4
También puede considerarse que la gonorrea posee un as-
pecto positivo: mediante la esterilización de las mujeres, hace
que para cierta cantidad de hombres sea posible una vida sexual
normal.
SADGER puntualiza que el motivo principal que lleva a la
masturbación no es el miedo a la infección. ¿Qué decir entonces
3 Oskar Panizza ( 1853-1921), escritor y dramaturgo alemán.
4 Véase la discusión sobre la masturbación en el volumen II de c~las
actas.
251
t:I de noviembre de 1907
ti,• la masturbación del niño pequeño? Sadger se pregunta si el
p11dor no puede brindar una suerte de placer anticipado, ya que
.111111cnta el placer del hombre y por lo tanto el propio [¿de la
11111jer?l. El desprecio que inspiran las madres solteras se debe
.1 la atracción sexual que las vírgenes ejercen sobre los hombres.
FEDERN observa que, si comparamos el primer ensayo de
Willcls con el trabajo de hoy, podemos ver con claridad la in-
ll11mcia pedagógica de Freud. Debería suavizarse el comienzo
,h·l trabajo. Federn no comparte la visión pesimista de Wittels
11·spccto del placer. La lucha de los animales no sirve para pro-
\·oc·ar displacer. Las personas de constitución vigorosa pueden
11111y bien abstenerse de la actividad sexual sin sufrir consecuen-
' 1as dañinas. No cree que los niños deberían recibir la informa-
' ión que propone Wittels, pero sí los adolescentes vai·ones.
RANK opina que debería haberse señalado el carácter ma-
,oq uista de todo el movimiento cristiano, en particular en sus
1·0111icnzos. La relación existente entre la creación artística y
,.¡ acto sexual no es tan simple y trivial como la describe Wit-
lt'ls ( cuando no tiene relaciones sexuales, compone poemas).
°"il'hwcrdtner también vio en esa relación algo demasiado simple
, 11:mdo, algún tiempo atrás, afirmó que el hombre ( el artista)
q I I<' sueña (crea) durante el día no sueña mientras duerme:
l 1:hase de un criterio demasiado racionalista y matemático. Al
111alizar las causas de la masturbación, Wittels sobrestima los
111dores externos ( timidez, inaccesibilidad del objeto, etc.) en
t!c ·smcdro de los internos, más significativos. No recomienda dar
1111'ormación sexual a los niños, ya que la ignorancia o el cono-
1111licnto a medias en este terreno es uno de los motivos princi-
p11 les del ansia de saber en el niño.
( FEDERN considera que dicha opinión deriva de una inter-
prdación errónea de las ideas de Freud.)
ScnwERDTNER comienza por elogiar el estilo brillante y en-
' ,111lador de Wittels, que hace olvidar la causa que éste defiende.
La educación sexual es a todas luces recomendable, pero en
lmma totalmente distinta a la que propugnan u objetan Rank
} F<'<lcrn. No hay por qué trasmitir información de la manera
,·11 que imaginan, como si se tratara de tirar abajo una barrera;
pm el contrario, la información debe suministrarse gradual-
11wnlc. "
I·:~ sorprendente ver con qué rapidez los hombres aquí reunidos extraen
, 1111t'iccsiones prúcticas de conocimientos que acaban d e adquirir y que
.,p1 ·11as si han digerido, y cuún ans iosos están de aplicarlos a la vida coti-
,ll,111tl. Todav¡a 110 se ha n·s111·llo t·l ¡)rohlcma referente a la educación sexual
d • los niccos .
 252
Acta 29

La creación artística depende directamente de la vida se- :10

xual. Kierkegaard ha descrito el placer que proporciona la as-
cesis. HEUNION CIENTIFICA DEL 20 DE NOVIEMBRE DE 1907
WrrrELS denuncia, en sus observaciones finales, la arrogan-
cia que como psicólogos revelan algunos de los señores presentes
( Hitschmann, Stekel), quienes en forma reiterada pasan por alto
los hechos y solo se interesan por los aspectos teórico-psicoló-
gicos.
No es posible lograr que la gente entienda la relación exis-
tente entre la sexualidad y la creación poética, salvo por el me-
dio escogido por \Vittels. La prevención de las enfermedades
venéreas es más importante que el ansia de saber del niño.
Wittels está dispuesto a atenuar el comienzo de su trabajo.
FREun menciona que la impotencia desempeña cierto papel
en la exigencia de que la mujer sea virgen: el hombre quiere l'resentes: Freud, Adler, Federn, Hitschmann, Sadger, Schwerdt-
una mujer que no pueda hacer comparaciones respecto de su 1wr, Stekel, vVittels, Rank.
potencia sexual. 0 Sadger toma en préstamo el Archiv n° 25.

l 'IIESENTACIÓN

Anfüsis de un caso de histeria de angustia

0HADOR: DOCTOR STEKEL
1,:1 análisis será publicado con todos sus detalles. 1
El paciente es un cantor litúrgico que sufre de neurosis pro-
f,,sional. En ciertas condiciones ( que, según pudo establecerse
11 IIcriormente, estaban estrictamente determinadas), era incapaz
d, , proseguir con su oración: debía detenerse en determinados
puntos y saltar ciertos pasajes. En esos momentos sufría ataques
1!,, angustia.

El paciente está descontento de su profesión; aquellas per-

~onas cuya neurosis tiene relación con su profesión se caracteri-
:a II por buscar una forma de huir de ella. 2
Otra característica de todas las neurosis de angustia es el
dt·seo de que el cónyuge muera, deseo que intensifica en grado
,11mo los sentimientos de culpa de esas personas.
El paciente ha tratado de ayudarse a sí mismo apelando a
¡wnsamientos placenteros mientras cumplía con sus deberes; ima-
ginaba escenas de personas desnudándose y actos sexuales con
11111jcrcs.

1 E~l<' análisis constituye el capítulo 22 ( "Una neurosis profesional")

,l,,t lihro de Stekel titulado Nervose Angstzustiinde und hire Behandlung,
tJ, han & Schwarzenberg, Viena, 1908. [Los estados de angustia neurótica
6 Véase "El tabt', de la virginidad" ( 1917 r19181) [O.C., t. III, pp. 2444-
f/ .m tratamiento].
2453). El trabajo fu e, lddo por primera vez como conrnnicación a la So-
cicclacl de Vi rnn, t'n l9 l 7. 1111 t•rpsn observar q111' p] ~i~nificnclo ele la n<'urosis profesional sr eles-
' 111, i<', d< ·sc lt• m1 1v lC'111pra11 0.
 254
Acta 30
El análisis reveló que los "ataques" de este hombre guarda-
ban íntima relación con sus actividades masturbatorias, y que los
pasajes de las plegarias en los que tenía que interrumpirse esta-
ban vinculados con sus sentimientos de culpa.
DISCUSIÓN
HrrscHMANN afirma que la coherencia del material presentado
por Stekel ha llegado a convencerlo casi totalmente.
SADGER cree que el origen del deseo de muerte del cónyuge
está en la homosexualidad; ésta desempeña un papel mucho
mayor de lo que generalmente se cree en la etiología de la
neurosis.
FREUD se suma a los elogios de que es merecedor Stekel
como analista; éste sabe realmente [cómo presentar] lo esencial
de un caso íStekel verstehe das Elementarmachen]. Su enfoque
de la neurosis profesional es irreprochable. El hombre trasfiere
sus fantasías sexuales a su profesión (Gradiva), 3 y en regla ge-
neral utiliza un componente sexual en su profesión (La béte
humaine ). En la medida en que este componente no excede de-
terminados límites, actúa como un factor estimulante. Sin em-
bargo, si el componente sexual excede estos límites, ese factor
estimulante se convierte en factor de inhibición, es decir, la re-
presión sexual se trasfiere entonces a la profesión.
La neurosis profesional de los actores es sumamente intere-
sante, porque esclarece en forma significativa las condiciones
para ser actor. Si la identificación del actor [con el personaje]
va demasiado lejos ( de manera que trae a su memoria recuerdos
relacionados con su yo real), se convierte entonces en un
elemento perturbador, inhibitorio. Un trastorno de este tipo, oca-
sionado por un complejo relativo a su propia persona, fue lo que
produjo una pérdida de memoria en la actriz Kathi Frank. Cuan-
do estaba representando el papel de María Estuardo, no pudo
continuar su parlamento en el lugar donde habría tenido que
decir: "Soy mejor que mi reputación". 4
Al oír el relato de un análisis como éste, nos sorprende la
monotonía de todas estas cuestiones. Casi invariablemente, las
mismas condiciones producen idéntico material psíquico.
Críticas: Los sueños no han sido interpretados con preci-
sión. En el contenido del primer sueño, Stekel pasó por alto el
3 Véase "El delirio y los sueños en la 'Gradiva' de W. Jensen" de Freud,
(1907), [O.C., t. II, pp. 1285-13361.
4
Los actores y otros profesionales del arte escénico se ven, además, fre-
cuentemente perturbados por la rnpresión insatisfactoria de exageradas ten
dt•ncias exhibicionistas.
20 de 11oviembre de 1907 255
laclor sádico, que también explica la inhibición que se produjo
c·n el pasaje de Deborah. La interpretación que da Stekel de
c•stc sueño es incompleta, pero pueden hacerse conjeturas sobre
su significado: contiene acusaciones contra las dos personas que
C':tusan el infortunio del paciente: su abuelo y su esposa. Ambos
lo han empujado al onanismo: se masturba porque no está satis-
fecho ni con su profesión ( que su abuelo le hizo elegir) ni con su
1•sposa. Este sentimiento de ira existe en todos los sádicos in-
<'onscientes, y remite a la prohibición de masturbarse dictada en
la infancia. Trátase del típico complejo de castración ( que tam-
bién halla expresión en el cuento de hadas de Pulgarcito y el
o~ro) .5
El sueño acerca de la señora de Konig fReina] es un sueño
111alcrno disfrazado: el "lugar de nacimiento" mencionado en él
,•s la vagina de la madre. La cólera suprimida provoca, en regla
1•,1 ·ncral, angustia. 6
A Sadger: solo en apariencia el componente homosexual está
,.,, un plano superficial. En realidad pertenece a un nivel más
profundo y, por consiguiente, se halla más cerca del autoerotismo
, ¡1H' de la heterosexualidad. La diferencia relativa al objeto, sin
,•111bargo, no tiene importancia cuando se considera el mecanismo
, 11 su conjunto.
RANK plantea el problema de la relación existente entre la
ilc·cción de una profesión y la neurosis. Estamos acostumbrados
1'11csto que Rank no registró el relato del análisis en sí y sintetizó en
l,11111:1 muy esquemática el resto del trabajo, no es posible entender los dc-
t,ill, ·s ele esta discusión.
El primer sueño, tal como se registra en el trabajo publicado por Stekel,
c·l siguiente: "'Mi abuelo, que había muerto hace mucho tiempo. . . lo
11 v hablé con él de distintos temas. No sé cuáles eran. Creo que sobre
, 1 water-closet. También estaba allí mi esposa. Luego soñé que, durante
111~ días de la semana, llevaba a cabo una función más prolongada, cosa
qun nunca debería haber hecho, y me sentía angustiado.' Como comple-
11w11lo agrega: 'Mi abuelo estaba arreglando algo en el water-closet. Que-
1l., hacer alguna reparación. Había cuatro picos [Schnabel] en el water-
/1111 ·1. y era en ellos donde quería arreglar algo' ".
11•:l segundo sueño es el siguiente: "Quería alquilar un departamento
, 11 ,·asa de una tal señora Konig. Pero no pude conseguirlo. Me lo promc-
11111111 para una fecha posterior. El lugar no es donde resido en la actuali-
,l,111 , sino el lugar donde nací".
11 1•:11 l'Sla frase, Freud expresa ya la tesis de que la ira -es decir, el odio
\' l., 11grc•si6n- suprimida [reprimida l es uno de l9s factores que provocan
l 1 111g11stia. Obviamente procuraba dejar bien en claro que no solo la libido
,. p1 illlicla provoca la angustia. Pero habrían de pasar muchos años antes
,1, q111' Frcud pudiera reformubr su teoría de la angustia en Inhibición,
'"'"""' u angustia, publicada por primera vez en alemán en 1926. ¡Ver-
,111l,•111111t·11 l<', 11n largo pC'ríoclo ele latPncial
256 Acta 30
a considerar la elección de una profesión como un acto determi-
nado psíquicamente cuyo fin, precisamente, es la abreacción de
la sexualidad ( considérese el caso de los artistas que, después
de todo, se protegen de la neurosis) . Por lo tanto, cabe inferir
que la neurosis solo se forma cuando la persona se ha visto obli-
gada a adoptar una determinada profesión. La respuesta al pro-
blema es que a las personas aquejadas de una neurosis profesio-
nal no les agrada su profesión; en realidad, lo que ganan [con la
neurosis] es la posibilidad de librarse de su profesión ( Freud) .
Además es inexacto decir que en esas personas se produce una
abreacción de su sexualidad; cabe afirmar, más bien, que la man-
tienen a distancia [la evitan].
ADLER cree que, fuera de las interpretaciones aceptables de
Stekel, no hay material suficiente para explicar los rasgos esen-
ciales del paciente. La represión descubierta por el análisis es
superficial y reciente; la percepción de ciertas conexiones de im-
portancia secundaria, correspondientes al pasado inmediato, quizá
sea suficiente para curar al paciente. Hasta poco tiempo antes
de iniciar el tratamiento, el paciente tenía relaciones sexuales de
un tipo anormal, que de por sí podían muy bien producir una
neurosis de angustia. Stekel ha alcanzado resultados casi tan im-
portantes discutiendo sobre higiene sexual como por medio de
su análisis fragmentario. En el caso de una neurosis de angustia
también se puede llevar a cabo en forma satisfactoria un tipo de
psicoanálisis que contenga exactamente los mismos elementos.
WrrrELS halla muy estimulante el trabajo de Stekel, aunque
algunas cosas se encadenan con demasiada facilidad para ser
concluyentes. Los análisis de los sueños no podrán convencer al
lego. El paciente que tenía una amiga en cada puerto, es en
realidad todo lo contrario a un Don Juan. El Don Juan mascu-
lino solo trabaja con su cerebro; el Don Juan femenino se satis-
face consigo mismo, y para ese fin utiliza a un hombre. El fin
del Don Juan nunca es la masturbación, sino la homosexualidad.
ScHWERDTNER observa que el hecho de olvidar el nombre en
el último sueño también podría significar que el paciente deseaba
convertirse en otra persona.
STEKEL tiene conciencia de que ha presentado un análisis
incompleto; el tratamiento duró, en total, seis semanas; el caso
fue dilucidado totalmente con posterioridad.
El profesor FREUD refiere luego algunos detalles de su ex-
periencia profesional y de la literatura.
El neurótico obsesivo, a quien ya conocemos a partir de su
análisis, 7 ha desarrollado una técnica específica para poder decir
Véase el acta número 28.
257
20 de noviembre de 1907
plegarias eficaces y evitar que su compulsión a contradecirlas las
perturbe o anule. Procura que sus plegarias sean lo más bre-
ves posible ( a menudo una sola palabra, la primera) y luego las
aísla ( para impedir que el pensamiento siguiente se encadene
con ellas) . Posteriormente empleó solo las letras iniciales de cada
plegaria y formó con ellas una breve fórmula ( de conjuración).
Esta fórmula, que utiliza cuando comienza a masturbarse, es
Glej(i) samen. Gl, según dijo, proviene de la primera palabra
de una plegaria: Glückliche ( = beglücke) [felices (=haz feli-
ces ) ] ; l proviene de la palabra alle [todos]; i (i ), de fetzt und
immer íahora y siempre] ; amen es la fórmula final. El paciente
dice haber olvidado el origen de la e y la s. Esto permite adi-
vinar que la dama a quien admira, y cuyo nombre no había men-
cionado hasta ese momento, se llama Gisela. Las plegarias for-
man un anagrama del nombre de su amada: Gisela.
S-amen significa, sencillamente, que se masturba con la ima-
gen mental de su amada; quiere unir su semen con su amada. 8
Viene también al caso mencionar aquí el sueño de un far-
macéutico porque demuestra, una vez más, que el complejo
sexual subyace al complejo profesional.
El problema de la relación existente entre las creaciones del
escritor y su vida personal fue planteado en relación con la
Gradiva, pero quedó sin resolver. Por ese entonces, el escritor
mismo respondió que no sabía cómo había llegado a escribir la
Gradiva. Jung ha llamado la atención sobre dos novelas cortas
anteriores de Jensen, "El paraguas rojo" y "Una casa gótica", pu-
blicadas bajo el título general de übermachte [Los poderes su-
periores]. Ambas tienen muchas similitudes -incluso de detalle-
con la Gradiva, y constituyen las etapas preliminares para una
solución del problema de la Gradiva. Sobre esta base puede de-
lerminarse a ciencia cierta la experiencia que impulsó al poeta,
por tres medios diferentes, a buscar la clave de esa impresión,
lan significativa para él. 9 Sería interesante que el escritor, tal
como lo pretende, no hubiera en absoluto tenido conciencia de
ello.
H En Inhibici6n, síntoma y angustia (1926) [O.C., t. III, pp. 2833-2883],
11reud describe el aislamiento como forma de mecanismo de defensa ca-
racterístico de la neurosis obsesiva. El ejemplo demuestra que el neurótico
obsesivo no solo aísla pensamientos, recuerdos, experiencias y palabras, sino
también letras tomadas una por una, que luego condensa.
n Un proceso sem ejante tien e lugar en el soñante que trata de resolver
11n problema en varios sn<'iios sucC'sivos de una misma noche.

31
REUNION CIENTIFICA DEL 27 DE NOVIEMBRE DE 1907
Presentes: Freud, Adler, Federn, Graf, Hitschmann, Rank, Sad-
ger, Steiner, Stekel, Wittels.
El profesor Freud menciona un breve trabajo del doctor
Abraham, 1 Berlín, W. Schoneberger Ufer 22.
Sadger devuelve el acta número 25.
PRESENTACIÓN
Dos casos de histeria de angustia
ÜRADOR: DOCTOR STEKEL
Ambos casos serán publicados en detalle.
El primer caso 2 es el de un tipógrafo de 24 años que desea
liberarse de sus múltiples trastornos nerviosos por medio de la
hipnosis. Trátase de un onanista que, por lo general, se masturba
predominantemente con fantasías sádicas ( pegándole a niños p e-
queños en las nalgas desnudas). Él mismo hace remontar sus ten-
dencias sádicas al hábito que tenía el padre de pegarles a él y
a sus dos hermanas en las nalgas, y obligarlos luego a orinar
frente a él.
El paciente se siente atraído por su hermana. Sus sueños
son simples, como ocurre por lo general con los sueños de los
1 Es la primera vez que se menciona en las Actas al psiconanalista Ka rl
Abraham. El ensayo al que se refiere Freucl podría ser "Ueber die Bedeu-
tung sexueller jungendtraumen für die Symptomatologie der dementia prae-
cox", [El significado de los traumas sexuales de la juventud para la sinto-
matología de la demencia precoz] o bien "Das Erleiden sexueller Traunwn
als Form infantiler Sexualbetatigung" [Los traumas sexuales como forma
de actividad sexual infantil). Ambos artículos se publicaron en 1907 en
el Zentralblatt für Nervenheilkunde und Psychiatrie.
:.! Véase el capítulo 23 del libro de Stekcl, titulado Nervüse Angstz~im-
de und ihre Behan<llrmg, 1908 1Los estados de angustia neurótica y ~11
tratamiento 1.
0 7 de 11ovie111bre d1· 1!)07 259
•,;',clicos y los neuróticos obsesivos, ya que son mera continuación
<le la idea obsesiva. Este caso es también una contribución a la
psicología del castigo corporal de los niños: aquí, las tendencias
s:,dicas del padre aparecen sin ningún disfraz ético.
El segundo caso 3 concierne a una famosa cantante de con-
<" icrtos que súbitamente perdió la voz. Creyendo que padecía
11na enfermedad orgánica ( cáncer de laringe; su padre había
muerto de cáncer del recto), consultó a un médico. Trátase de
1111 caso de neurosis profesional: la paciente tenía motivos psí-
q nicos definidos para perder la voz. Esos motivos guardaban
<·s trecha relación con el ulterior ejercicio de su profesión. El
momento en que le falló la voz por primera vez también era sig-
11ificativo, y había estado estrictamente determinado desde el
punto de vista psíquico. Tras varias semanas de tratamiento psi-
coanalítico, recobró totalmente la voz.
l)rscusróN
l~l profesor FREUD comienza por elogiar la habilidad de Stekel
para el psicoanálisis, y añade luego algunas observaciones críti-
cas. Tal vez sea muy conveniente elaborar para uso propio, tal
('Orno Stekel lo ha hecho en el caso que nos ocupa, un psicoaná-
1isis abreviado aplicable a casos muy benignos. 4
En relación con la escena del padre, que según el paciente
recordaba, había tenido lugar cuando contaba cinco años, Freud
dice que este "recuerdo" lleva el sello de la fantasía; probable-
mente ésta se desarrolló cuando uno de los niños orinó después
de uno de esos castigos.
La "angustia por los lugares comerciales" [Geschiiftsangst]
( lemor a entrar a un comercio, tienda, etc.) , manifestada por el
paciente, como toda angustia de esa índole, tiene relación con
d placer erótico anteriormente obtenido mientras hacía sus "ne-
gocios grandes y pequeños".
En cuanto al segundo caso, debe objetarse la técnica, que
no tiene nada de clásica y no puede ser recomendada. Las aso-
daciones, al igual que las ideas a las que el paciente da libre
c:urso, arrojan muchos resultados carentes de valor. 5 Sencilla-
:, "Neurosis profesional de una cantante", cap. 24 del libro de Stekel
(loe. cit.).
1
Freud no se oponía a una forma breve de terapia psicoanalítica a condi-
!"ión de que se aplicara solamente a casos benignos. Véase su conferencia
1·n el Congreso de Budapest, en setiembre de 1918, y publicada con el
lÍtnlo ele " Wege cler psychoanalytischen Therapie", en 1919 [Los caminos
de la terapia psicoanalítica", o .e., t., 111, pp. 2457-2462].
Heferencia a asociaciones pro,oc:adas por palabras inductoras (Jung).
Vfase el acta 21, nota 7.
260 1kta ;Jl
mente, no es cierto que al comienzo mismo del tratamiento al
paciente no le venga nada a la mente ( de modo que uno está
obligado a aplicar la técnica de las asociaciones [Jung]), si lo
alentamos primero a contar su historia. Las primeras ideas que
en este sentido acuden a su mente siempre conciernen a su re-
lación con el médico [ en la situación analítica].
Es totalmente correcto considerar al caballo como símbolo
del acto sexual ( el gran pene); no obstante, el factor esencial es
el ritmo que sentimos y oímos al cabalgar.
El sueño en el cual se arrancan los capullos blancos signi-
fica: he perdido mi inocencia a causa de la masturbación ( arran-
car: típico). 6
La explicación del síntoma, los motivos de la enfermedad,
han sido reconocidos y presentados correctamente. Pero Stekel
no ha demostrado el mecanismo con claridad: la identificación
con su rival (Oda) ante su amante. Ese mecanismo es una com-
binación de autocastigo y venganza. En la escena con Oda, la
paciente experimenta el impulso de saltarle a la garganta; pero
su tendencia al autocastigo hace que le falle la voz. Reprime su
sed de venganza hacia la rival, pero en lugar de esto ella misma
adquiere un síntoma. Es evidente su amor por el padre. De
niña, ella era el tercero que se interponía entre el padre y la
madre; y ahora llega Oda y se interpone como tercera en dis-
cordia en su relación amorosa. No puede llevar a cabo la ven-
ganza contra la rival, porque ve en ella su propia imagen ( como
Hamlet, que no puede cumplir su venganza por la misma razón).
Ahora se siente como una madre ( compárese su declaración de
que siempre se siente madre con los hombres). Oda, la baila-
rina, despierta en ella el recuerdo de su madre. Su madre tenía
piernas hermosas, y, en el curso de la neurosis, ella también se
comporta como una bailarina (identificación) . Oda halló fea su
voz, y desde entonces la paciente adquirió esa voz desagradable.
Cabe suponer que la madre también tenía una fea voz.
Los rasgos predominantes de la paciente son:
1) el carácter anal ( frecuentemente combinado con tenden-
cias sadomasoquistas);
2) las tendencias sádicas;
3) las tendencias homosexuales.
De esa manera, ella trae a sus relaciones con los hombres
una libido ya restringida.
6 Arrancar: "sich einen abreissen" significa masturbarse en dialecto
vienés.
27 <f 1• IIOVÍ/'11,lm• tf1• 1/)() 2(j I
Cabe deducir, as1m1smo, que tenía recuerdos infantiles re-
f crcnles a la flatulencia. Esas voces anales han provocado tal
vez el desagrado del padre, y su actual falta de voz indicaría
entonces la correspondiente realización de deseos.
Los análisis aportan ligeras ventajas adicionales: a partir de
ellos, nos enteramos de lo que realmente sucede en el mundo,
obtenemos una auténtica imagen de éste. Los análisis son docu-
mentos histórico-culturales de suma importancia. 7
FEDERN declara que tanto este caso como el del cantor litúr-
gico son casos de elección errónea de la profesión. Una joven
que, como esta paciente, está tan empeñada en preservar su de-
coro, simplemente no puede trabajar como artista.
La forma más simple de histeria en los hombres, la impo-
lencia, corresponde a la anestesia en las mujeres. La anestesia
sexual está ligada a la masturbación precoz.
(El profesor FREUD plantea aquí una cuestión teórica: si
en tales personas la zona genital se atrofia tan prematuramente,
si el rechazo genital se produce tan temprano porque las otras
perversiones son muy intensas, o si, a la inversa, las perversiones
pueden adquirir tanta intensidad porque el rechazo genital se
establece en un período muy temprano.)
FEDERN: La fantasía de la paciente, que había vivido antes
como un hombre joven, la caracteriza de inmediato como les-
biana. Sobre la base de un caso cabalmente investigado, puede
suponerse que las lesbianas han tenido en la infancia una expe-
riencia repugnante relativa al pene. (STEKEL asevera que tal ex-
periencia es típica de los que sufren de histeria de angustia. En
lres pacientes histéricas encontró pezones atrofiados.)
WrrrELS sospecha que la paciente le mintió a Stekel. Cree
que gran parte del material que ella comunicó son fantasías.
AnLER hace referencia, en primer término, al trabajo del
profesor Freud que comenta el punto de vista de Abraham sobre
d trauma, y observa que él ha tenido experiencias que contra-
dicen ese punto de vista: individuos no neuróticos que han man-
tenido en secreto sus traumas sexuales. Una clasificación basada
1 En su Interpmtaci6n de los sueños (1900), donde por primera vez Freud
formula con precisión el complejo de Edipo, hace referencia a una tra-
i.w<lia griega de más de dos mil años de antigüedad, tragedia que era a su
Vf'Z resultado de un largo desarrollo histórico. El complejo de E'd ipo es,
1·11 realidad, un precipitado de ese desarrollo, pero no se trata de algo
11111crlo: sigue vivo hoy en día, aunque inconscientemente. Parece que Freud,
ya por la época de esta acta (1907), pensaba en la relación existente
1•11lrc el desarrollo psicológico filogenético y el desarrollo ontogenético.
'J'otem y Tabú fue publicado mucho después (1912-1913).
262 Acta 31
'7 de noviembre de 1907 263
en el hecho de comunicar o callar algún problema secreto es
superficial. En relación con el número de traumas, no debemos STEKEL desea contraponer la neurosis del maestro que re-
sobrestimar el trauma: la constitución elige su trauma sexual. 8 d1aza toda innovación a la neurosis del alumno, que se le ha
Sobre la base del primer caso examinado, se tiene la impre- r<'prochado con tanta frecuencia. Aplica el método experimental
sión de que el sadismo es heredado, y, por ende, también todas de asociación para superar las pausas. 10
las cualidades psíquicas o los procesos mentales. A Hitschmann: El éxito solo se debe a la elucidación de las
En los casos de carácter anal, también puede demostrarse represiones, lo cual no hubiera podido alcanzarse sin recurrir al
c¡ue ciertas cualidades psíquicas estaban presentes en los ante- psicoanálisis.
pasados. Esto es cierto para todos los órganos inferiores. En el
segundo caso, además, el carácter enurético es bastante marcado.
La inferioridad de los pechos, que también se encuentra en la
madre ( la paciente tiene pechos poco desarrollados y no fue
amamantada por la madre), tiene relación con todo el desarrollo
psíquico de la persona. En muchos casos, la aversión de los niños
por la madre se debe al hecho de que ella no los amamantó.º
SADGER no puede confirmar la tesis de que los sueños de los
neuróticos obsesivos son simples. Por detrás del amor de la pa-
ciente por el músico P. está su amor homosexual: ella lo llama
"mamá"; y en su relación con él puede desempeñar el papel del
hombre. El temor de ella de entrar en habitaciones donde hay
mujeres reunidas indica también una tendencia ( respectivamente
una aversión) homosexual.
GRAF considera que sus objeciones al método de Stekel que-
dan refutadas por el éxito de éste. Conoce muchos casos en que
cantantes mujeres, satisfechas de su vida conyugal, abandonaron
su carrera, para reanudarla posteriormente. Sabe también que
grandes cantantes hombres viven en la abstinencia cuando salen
de gira.
La producción artística de los niños comienza con la pri-
mera represión.
H1TSCHMANN sostiene que los buenos resultados obtenidos
no son prueba de que el análisis sea correcto. En forma satírica,
expresa sus dudas acerca de todo lo que se dijo. Cuanto más
breve y simple parece ser una cosa, más sospechas despierta.
La seguridad que hubiera podido inspirarle un médico tal
vez habría tenido los mismos efectos benéficos que la influencia
de Stekel.

8 Véanse las observaciones de Freud sobre las fantasías infantiles en "Lec-

ciones introductorias al psicoanálisis" (1916-1917). [O.C., t. 11, pp. 2123-
111 Referencia a los Diagnostisc11e Assoziationsstudien, publicados bajo la
2402.)
dirección de C. G. Jung ( 1906). Véase el acta l. Por aquel entonces, el
9 Una de las afirmaciones arbitrarias que hallamos en estas Actas, enun-
experimento de asociación se aplicaba con frecuencia, tanto como hoy en
ciada no solo por Acller sino también por otros miembros. No obstante,
día se utilizan otros métodos, l'n parte porque el terapeuta no dominaba
Adler es el más consecuente al respecto.
en · mC'clida suficiente In tfrnil';I psit'o,11ialítica, y l'll parll' para ayudar a
racionalizar las r(•sistencias.

32
REUNION CIENTIFICA DEL 4 DE DICIEMBRE DE 1907
Presentes: Freud, Federn, Graf, Hitschmann, Rank, Sadger,
Schwerdtner, Steiner, Stekel, Wittels.
COMUNICACIONES
El profesor Freud trasmite la sugerencia de Jung de celebrar
durante la primavera un congreso de todos los "adeptos" ( tal
vez en Salzburgo).
Federn devuelve las actas 6 a 9 ( no la 8).
PRESENTACIÓN
Konrad Ferdinand Meyer
ÜRADOR: DOCTOR SADGER
El trabajo ha de aparecer próximamente en la colección de
Lowenfeld; por consiguiente, no se proporciona aquí ningún re-
sumen detallado. 1 Solo se mencionarán algunos de los puntos
principales. Hay dos factores que influyeron decisivamente en
el desarrollo del poeta: la herencia y el erotismo. En realidad,
durante toda su vida sufrió por su amor no correspondido hacia
sn madre. Solo tras la muerte de ésta, y cuando, a la vez, ob-
tuvo independencia económica, pudo desplegar su talento como
escritor.
DISCUSIÓN
GRAF observa que Meyer jamás le gustó particularmente, y que
nunca le prestó demasiada atención. En el retrato de Stauffer-
1 "Konrad Ferdinand Meyer. Eine pathographisch-psychologische Studie"
["Konrad Ferdinand Meyer. Estudio patográfico-psicológico"], en Grenzfra-
gen des Nerven-und Seelenlebens, Serie 59, Bergmann, Wiesbaden, 1908.
Konrad F(•rdinand Meyer ( 1825-1898), famoso poeta y novelista suizo.
I <ll' dicicmlm: <I,· 11)() 2(J5
lkrn 2 [ de McycrJ, los rasgos que expresan la alegría de VlVH
siempre le impresionaron más que los patológicos. Cabe esperar
qnc del estudio psicológico de un poeta podamos aprender algo
de la relación entre su personalidad y su obra. Sadger no prestó
suficiente atención a este punto fundamental.
Durante la última psicosis de Meyer, su inmersión en siglos
remotos constituye en él el núcleo de la creación.
Sadger presupone demasiados síntomas hereditarios. Graf se
inclinaría más bien por describir como intensa vida interior lo
que Sadger denomina "aversión a todo apego". Además, Sad-
1,!;Cr se ha mostrado muy negligente en la justificación de sus
hipótesis y tesis. Graf duda seriamente de que exista la posibi-
1idad de que un hombre de 63 años desarrolle una histeria; tam-
bién duda de que solo la muerte de la madre haya convertido
a Meyer en poeta. Un estudio psicológico de los poetas también
debería permitir descubrir los rasgos típicos de los artistas que
comienzan a producir en una etapa muy tardía de su existencia.
ScHWERDTNER destaca que Sadger solo ha presentado una
biografía detallada del poeta, en tanto que un estudio global de
sus trabajos ( incluso, quizá, sin una biografía detallada), podría
proporcionar un conocimiento más cabal de la naturaleza del
poeta. No todas las afirmaciones de Sadger han sido demostra-
clas. Hay algunas contradicciones llamativas, y no se necesita
recurrir a la "herencia" para explicar todos los fenómenos.
STEKEL se siente horrorizado y teme que ese trabajo sea per-
judicial para nuestra causa. Sadger posee una fórmula mediante
la cual desea explicar la psicología de todos los escritores [lite-
ralmente: "almas poéticas"]; pero la cuestión no es tan sencilla:
lo que se está aplicando es una psicología superficial. Stekel cri-
l ica asimismo la tesis de la deficiencia hereditaria. La expresión
"aversión a todo apego" no tiene sentido: esos individuos tie-
nen un gran complejo, que les preocupa constantemente. La an-
1ropofobia denota la masturbación; por esta razón, Meyer nunca
se sintió a gusto en su hogar. Existe una relación entre la tardía
apaiición de su creatividad y el despertar también tardío de su
potencia sexual, como puede inferirse a partir de su matrimonio
a una edad relativamente tardía ( 50 años). La enfermedad que
lo aquejaba a esa edad avanzada ( con disminución de su poten-
cia sexual) era, muy probablemente, una neurosis de angustia.
Cabe sospechar que durante su primera "psicosis" Meyer intentó
suicidarse. Sadger debió haber indicado la relación con la madre
una sola vez y discretamente, y no acentuarla de manera exage-
rada. Se debería profundizar el estudio de las obras y demostrar
~ Karl Stauffer-Bcrn ( 1857-1891), famoso grabador y pintor suizo.
 266 &ta 32
su relación con la vida del poeta. Mucho más fructífero que las
investigaciones de Sadger hubiera sido comparar la nueva y la
vieja edición de sus poemas, prestando atención especial a lo
que el poeta suprimió en la nueva edición ( dato esencial para
el psicólogo). Finalmente, apela a la conciencia de Sadger para
que no publique su ensayo en su forma actual.
RANK advierte que nuestro círculo está familiarizado con la
"psicología familiar" de los poetas ( su relación con padres y her-
manos), y que estamos justificados al presuponerla cuando no
hay prueba de lo contrario; no obstante, para el público en ge-
neral, Sadger debería presentar sus argumentos acompañados de
pruebas más fundadas y convincentes. La propia experiencia ge-
neral de Rank confirmaría algunas de las afirmaciones menos
importantes de Sadger: el hecho de que Meyer escriba "para su
hermana" es un rasgo general de los poetas. Todo poeta escribe
primordialmente ( es decir, en forma inconsciente) para sí, pero
siempre piensa ( es decir, conscientemente) en una o varias per-
sonas queridas.
FEDERN está indignado. Sadger no ha dicho una sola pala-
bra sobre el desarrollo sexual del poeta, sencillamente porque
nada se sabe al respecto; por lo tanto, no se puede escribir tam-
poco una patografía. ]\foyer debe haber tenido experiencias se-
xuales significativas. Una persona neurótica reconoció en sus
'
IU
obras la relación incestuosa que Meyer tuvo con su hermana.
10 Probablemente J\1eyer era onanista, y se avergonzaba de ello
frente a su madre.
STEINER declara que J\1eyer solo le interesa como paciente.
En su caso, hay realmente una tara hereditaria. La descripción
de su juventud es típica de un onanista; asimismo, también pa-
rece haber sido impotente por razones psicológicas. Por ser de
naturaleza pasiva, probablemente no causó mayor impresión en
las mujeres. En términos generales, parece haber sido neurótico
tanto en su infancia como en su madurez.
WITTELS comienza por recriminar las explosiones de cólera
e indignación de Stekel y Federn, a las que considera entera-
mente fuera de lugar. La relación existente entre la potencia
sexual y la creación literaria no es tan sencilla como imagina
Stekel. El concepto de "aversión a todo apego" es totalmente
claro, y las objeciones planteadas son meras sutilezas verbales.
El profesor FREUD desearía, en primer lugar, aconsejar mo-
deración: el celo de Sadger es en todo caso digno de elogio,
aunque lamentablemente lo gasta con suma frecuencia en temas
estériles. En términos generales, su propio juicio [ el de Freud]
no se aparta mucho de los expresados por los participantes. No
es ésta la manera correcta de escribir patografías; Graf ha mos-
4 de diciembre de 1907 267
t rado el camino al sugerir que el punto de partida fuesen las
obras. Sadger tiene una manera de trabajar rígidamente esta-
blecida, para la cual emplea un esquema de dos caras: las taras
hereditarias y la moderna psicología erótica. Toda la vida es
C'nfocada entonces a la luz de ese esquema.
La investigación de Sadger no le ha aclarado nada. El enig-
ma de esa personalidad sigue sin resolver; pero en realidad no
hay absolutamente ninguna necesidad de escribir tales patogra-
fías: éstas solo pueden perjudicar las teorías vigentes, y no se
aprende una palabra sobre el tema.
Cuando se conocen muy bien los mecanismos psíquicos, en-
tonces puede investigarse el componente patológico, pero solo
como fenómeno residual. Por otra parte, Meyer no es un ejem-
plo bien elegido de "aversión a todo apego'': poseía una sólida
relación con toda la gama de ideas del Renacimiento.
Parte de la evolución juvenil de Meyer ha sido bien inter-
pretada: el fracaso en su juventud se origina en el desafío del
c1ue hizo objeto a su madre.
Al tratar de reconstruir el carácter de Meyer, vemos clara-
mente sus rasgos anales, como, por ejemplo, su empecinamiento
( su amor por la limpieza, tal como se manifiesta cuando de niño
gritaba "¡Límpienme!", es una sobrecompensación). Además,
contrajo matrimonio con una joven inmensamente rica y más
tarde fue sentenciado a pagar una multa elevada por evasión de
impuestos. Esta faceta de su personalidad, no obstante, no se
trasluce en sus obras. Meyer demuestra profundo conocimiento
de los procesos psicológicos. Su poema "Am Himmelstor" [A las
puertas del cielo l, por ejemplo, revela todo el secreto de su neu-
rosis obsesiva. Su amor por la hermana se trasluce claramente
en su vida emocional, especialmente en Die Richtering [La mu-
jer juez] , novela corta donde el peligro de incesto es "barrido"
( al final de la· novela resulta que los protagonistas no eran her-
manos).
HrTSCHMANN halla varios puntos ilógicos en la expos1c1on
de Sadger. No hay necesidad de buscar siempre explicaciones
tan inverosímiles sobre todas las cosas. La necesidad apremiante
de viajar, por ejemplo, no tiene por qué ser patológica; se sabe
que los suizos son grandes viajeros.
Valdría la pena investigar qué efecto tiene en el hijo el
hecho de que la madre sea viuda cuando lo cría, y si, en tal caso,
los hijos no tienden a permanecer solteros.
No toda relación del niño es erótica: también hay otros ele-
mentos.
Muchos elementos parecen indicar la masturbación: el mal
aliento como una especie do delirio que consiste en creer que se
268 Acta 32

llama la atención, es típico de ella. Por regla general, la gente :m

vacila bastante antes de aventurarse en la profesión de escritor. HEUNION CIENTIFICA DEL 11 DE DICIEMBRE DE 1907
Por otra parte, puede muy bien haber ocurrido que Meyer haya
escrito mucho antes de su primera publicación, pero destruyera
buena parte de esas obras.
En regla general, también se renuncia a las ventajas mate-
riales ( los cuidados que la madre de Meyer prodiga al imbécil);
ocurre lo mismo que en las novelas, donde los personajes tam-
bién viven del aire.
SADGER, en sus palabras finales, subraya el hecho de que
esperaba aprender más que lo que realmente ha aprendido; es-
peraba que la discusión fuera constn.ictiva e instructiva para él,
pero lo único que ha recibido son algunas invectivas. Tras re-
chazar los insultos personales -contra los cuales, según dice, no Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Graf, Hitsch-
hay argumento posible-, encara las objeciones a su trabajo en sí rnann, Hollerung, Rank, Sadger, Schwerdtner, Steiner, Stekel,
y aclara sus puntos de vista. No es posible deducir con precisión Wittels.
las experiencias reales de un poeta basándose en sus obras, por- [A.] Deutsch devuelve el acta número 3.
que no hay nada que permita distinguir en ellas lo real de lo Sadger toma en préstamo el acta 22 ( que devuelve el 19 de
ilusorio; no se sabe dónde termina la verdad y dónde comienza mero de 1908) .
la imaginación poética. Por consiguiente, el método que consiste
en tomar como punto de partida la obra de un poeta no es digno PRESENTACIÓN
de confianza.
Metodología de la psicología de los poetas 1
El concepto de tara hereditaria fue aplicado primordial-
mente a los fenómenos excesivos [das U ebermiissige] .3 ÜRADOR: DOGl'OR GRAF

El debate de la semana pasada actuó como estímulo para la

discusión de esta noche. El trabajo de Sadger despertó un recha-
zo tan decidido y prácticamente unánime que parece deseable
discutir el método de [estudiar] la psicología de los poetas. A
mi entender, las fallas del trabajo no eran superficiales, sino de
carácter esencial. La base íntegra de las reflexiones de Sadger
era cuestionable.
¿Con qué objeto se estudia la psicología de los poetas? ¿No
es posible definir determinados límites del método? En mi opi-
nión, es deseable aclarar estos interrogantes; por consiguiente, he
sugerido esta discusión.
Saben ustedes que se ha puesto de moda indagar en la psi-
cología del artista. Algunas investigaciones recientes han propor-

L El manuscrito de este trabajo estaba adjunto al acta original. Como se

trata de la reproducción de una obra inédita, hemos tratado de entablar
3 Con frecuencia, las críticas eran severas, no solo respecto de Sadger
contacto con el señor Graf para obtener su autorización, pero no recibimos
sino de todos los integrantes del círculo. Más adelante Sadger sería objeto
ele críticas más ásperas aún. Se granjeó la enemistad de muchos, aunque respuesta. No obstante, estamos seguros ele qnc no habría deja<lo de con-
ctdl'r tal a11lorizaci(m si 1111<'slrn solicil11d h11hi<•ra ll<'J.(:1<10 a sus manos.
sns m<'.•ritos en el campo del psicoanálisis son consi<lerahles.

270 Acta 33
donado instrumentos adecuados a tal fin. Lombroso 2 ha seña-
lado las raíces patológicas de la creación en el campo de las le-
tras, aun cuando lo haya hecho en forma distorsionada y propia
de un aficionado. La escuela psicológica francesa ha acuñado cier-
tos conceptos de moda, tales como el de dégenéré supérieur, que
pueden aplicarse a algunos artistas. De esta manera, hemos co-
menzado a componer análisis de poetas sobre la base de expe-
riencias patológicas.
El profesor Freud ha efectuado nuevos descubrimientos psi-
cológicos, que han arrojado luz sobre la vía que conduce al in-
consciente y, de ese modo, ha promovido notoriamente los cono-
cimientos relativos a la psiquis del poeta. Sus puntos de vista
fundamentales, no obstante, no son los de un neuropatólogo, sino
los de una persona que conoce el alma humana. Ello significa
que conoce varios agrupamientos de elementos pertenecientes a
los planos consciente e inconsciente, y ha demostrado que ambos
se superponen en distintas posiciones; 3 además, ha demostrado
que la enfermedad psíquica no es sino una variante de la de-
nominada salud psíquica. Como psicólogo que es, ha erigido una
estructura psicológica unificada. Lo que el profesor Freud apren-
dió de los enfermos le ha permitido comprender a los sanos. Así
como las perversiones solo son partes escindidas de la pulsión
sexual normal, 4 de la cual son componentes, de h misma manera
las enfermedades mentales constituyen una disociación de los ele-
mentos psíquicos de la persona sana.
Lombroso enfoca a los poetas de la misma manera en que
enfoca un tipo particularmente interesante de criminal. Los psi-
cólogos franceses no ven más que un neurótico en el poeta. El
profesor Freud se interesa por el alma humana, el organismo psí-
quico. Los dos primeros, por lo tanto, pueden escribir "patogra-
fías"; el profesor Freud escribe análisis psicológicos, y toda per-
sona que posea un interés analítico por los poetas debe decidir
si desea escribir una historia clínica o una exposición psicoana-
lítica. Pero no debe, como lo ha hecho Sadger, confundir cons-
tantemente ambos métodos entre sí.
Por consiguiente hablaré ahora del método psicoanalítico y
su aplicación en el caso de los artistas. Permítaseme efectuar un
comentario preliminar.
2 Cesare Lombroso: Genio y locura (1887), El hombre de genio (edición
alemana, 1888; edición inglesa, 1891), y Nuevos estudios sobre el genio
( edición alemana, 1902).
s Graf probablemente quiso decir que el sistema Cs. se superpone al sis-
tema Pes., y este último al sistema les. Tal concepción llevó a caracte-
rizar a la psicología psicoanalítica como "psicología profunda".
4 Por ese entonces, se creía aún que la estructura de las perversiones era
simple.
271
11 de dicicml,re de 1907
He descubierto que muchas personas que se valen de esta
técnica abrigan la ilusión de que el solo hecho de conocerla les
permitirá explorar más profundamente que los demás biógrafos
d alma del poeta (ilusión que también se delata en las palabras
acertadas pero fáciles de inducir a error de nuestro amigo Ka-
hane, que distingue entre "psicólogos de las profundidades" y
"psicólogos de las superficies". Desearía observar, no obstante,
c:tue un psicólogo de las profundidades puede ser superficial,
y un psicólogo de las superficies, profundo). Obras tales como
el Michelangelo, de Grimm, 5 o Experiencia y literatura, de Dil-
they,6 son brillantes biografías, verdaderos estudios psicológicos,
aqn cuando sus autores no hayan aplicado la técnica de Freud;
una mente mediocre que trabaje con la técnica de Freud obten-
drá por cierto resultados menos profundos. Puede revelarse una
mentalidad filosófica profunda aun cuando en el enfoque de los
temas se aplique la dialéctica de la filosofía medieval; por com-
paración, puede producirse una obra totalmente chata, aun cuan-
do se esté muy versado en todas las modernas ideas filosóficas.
El factor decisivo es la capacidad intelectual con que se encara
una tarea. La técnica de Freud, en sí, no hace más inteligente o
profunda a la persona que la aplica; su valor reside en que pro-
porciona a quien conoce la psiquis un instrumento nuevo y muy
fino, aunque también muy frágil, para explorar el inconsciente.
Empero, a un simple remendón de almas no le será de utilidad.
Por consiguiente, creo que no todo el mundo está capacitado
para estudiar la psicología de los artistas, vale decir la psicolo-
gía de las almas más complejas y sensibles, y todo aquél que
emprenda semejante tarea deberá preguntarse primero si está ca-
pacitado para ello; es decir, si sabe de qué manera surgen del
inconsciente los pensamientos y las imágenes, y cómo se tras-
forman en material consciente. En una palabra, solamente aque-
lla persona que posea inclinaciones artísticas deberá intentar una
aproximación al artista. Este es el alfa de la psicología de los
artistas.
La segunda pregunta a la que se debe responder es: ¿Cuál
será el punto de partida de mis reflexiones? ¿El artista? ¿Su obra?
Aparentemente, sería más sencillo partir del artista. Son mu-
chos los artistas que han hablado de sí mismos. Sus contempo-
ráneos han registrado sus impresiones, conversaciones, etc. ¿No
basta todo eso para aprender algo sobre el artista? Los relatos
de contemporáneos ciertamente son valiosos, pero siempre sub-
jetivos, y por lo tanto están falseados. En sus autobiografías, sin
'' llcrman Grimm ( 1828-1901), historiador alemán de arte y literatura.
,; Wilhelm l)illh('y ( 18:1:1 1911), fil ,,sofo alemán.
 272
Acta 33
embargo, los artistas siempre hablan pensando en la posteridad,
retocan, y cuando uno de ellos, como Rousseau, promete decirlo
todo sobre sí mismo, incluso sus faltas y sus vicios, es el más men-
tiroso de todos.
Una observación más: toda la creación artística está arraiga-
da en lo reprimido. Pero lo reprimido ofrece resistencias cuando
el autor de la autobiografía se dispone a relatar sus experiencias
más importantes. Precisamente por esta razón las preguntas más
significativas quedan sin respuesta. El artista solo supera sus inhi-
biciones psíquicas mediante la creación, y quienquiera desee co-
nocer al poeta debe buscarlo en su obra. Un psicólogo de las
superficies dijo: "Wer den Dichter will verstehen, muss in Dich-
ters Lande gehen" ["Para entender al poeta, debe penetrarse en
la tierra del poeta''] .
Probablemente cuanto más habla el poeta sobre sí mismo,
más tiene que ocultar. ¡Cuán poco sabríamos de los poetas si no
conociéramos su obra! Los poetas trágicos de Grecia, por otra
parte, son para nosotros personalidades poéticas í Dichterische
Personlichkeiten] familiares, y, no obstante, sabemos poco o nada
de su vida. Shakespeare se salva de recibir el tratamiento psico-
patobiográfico por el mero hecho de que sólo existen contados
documentos suyos y algunas firmas. En cambio, desde el punto
de vista psicoanalítico, es mucho lo que puede decirse sobre él.
Poseemos cuatro volúmenes de sus obras: ¿Es realmente muy
poco para conocerlo, cuando los psicoanalistas pueden extraer
. conclusiones importantes y sólidas sobre el ser humano a partir
de unas breves palabras, el movimiento de una mano, incluso
una bragueta desabrochada? Para ser franco, al músico que no
puede discernir un retrato psicológico de Mozart en una de sus
sinfonías le aconsejaría que abandonara la música, ya que, o bien
es sordo a la música, o lo es al lenguaje del alma. Todo aquél
que tiene sensibilidad de artista estará de acuerdo conmigo.
Volvamos, pues, a la obra.
Pero, ¿cómo hemos de proceder? Por mi parte, he hallado
un expediente que me ha resultado útil para mi uso personal:
partir de los motivos que llamó típicos, vale decir, los motivos
poéticos recurrentes en las obras del artista.
En la obra de Shakespeare, la figura de Hamlet, por ejem-
plo, es típica, y vuelve a enconh·ársela en la figura de Ricardo
II, Enrique IV y el melancólico Jacques. 7 La figura es siempre
la misma, y algunos elementos poco comprensibles en Hamlet se
me han aclarado a través de las otras obras.
1 As Y ou Like It ( Como gustéis).
273
11 de diciembre de 1907
Considérese, por otra parte, el odio del hijo por el padre co-
mo tema rector en los Rauber, 8 tema que también se halla pre-
sente en Kabale und Liebe. 9 En Don Carlos, el tema tiene una
nueva y significativa motivación ( el odio que siente el hijo por
el padre, porque éste le ha robado a su madre) Posteriormente
el tema se trasforma en odio al opresor, el tirano (Wilhelm Tell).
En la obra de Goethe, la figura típica es un hombre débil
que abandona a su amada y luego está abrumado por el remor-
dimiento (Weislingen, Clavigo, Fausto).
Los cuadros de Rafael y las obras de Miguel Angel revelan
motivos típicos.
En Richard Wagner, el Holandés, Wotan y Amfortas son
una sola misma figura. En El holandés errante, Senta deja a su
prometido para seguir al Holandés; en La walkiria, en Tristán, la
esposa abandona al marido para seguir al amante, un alma afín.
Solo entonces el motivo adquiere toda su significación.
El hombre desesperado, desgarrado por la discordia y redi-
mido por el amor de una mujer, es el motivo dominante en to-
das las obras de Wagner.
Los temas fundamentales de las creaciones del poeta revelan
los mecanismos más íntimos de su psiquis. Allí, nos encontramos
en el centro mismo del inconsciente. Reviste especial interés ob-
servar de qué manera esos motivos típicos quedan velados en
las obras, y cómo son tratados desde ángulos siempre nuevos
( cosa que ya he mencionado antes). Algo similar ocurre en los
mitos. Ustedes conocen Turandot, de Schiller. Los pretendientes
que cortejan a Turandot deben resolver enigmas; si fracasan, son
condenados a muerte. Se trata de un tema universal de la lite-
ratura, que encontramos no sólo entre los griegos sino también
en los pueblos orientales. Aquí, el tema presenta una variación:
los pretendientes no deben resolver enigmas, sino resultar victo-
riosos en el enfrentamiento con él [el padre J en carreras y otras
!lides]. En un· autor de leyendas, encontramos la forma original
de ésta: el padre está enamorado de la hija, o tiene una relación
con ella; para apartar a sus rivales, les impone pruebas mortales.
Tal es el motivo original, que en Turandot fue mitigado ya por
una era más humanitaria. Como todos podrán ver, se trata de
un motivo universal de la humanidad. Incluso hoy en día, hay
padres (enamorados) que tratan de guardarse para sí a sus hijas,
tratando con dureza a sus pretendientes.
También es importante comparar personalidades afines en-
tre poetas y artistas, para establecer tipos de artistas. Richard
8 En la obra de Schilkr Los bandidos.
0 Intriga !/ amor, d(· S( ·l1ill1·1 .
2.74 Acta 33
Wagner y Eurípides, Beethoven y Miguel Angel, Rafael y Mo-
zart son personalidades afines, idénticas. Lo que tal vez sea oscuro
en uno se torna claro en el otro. El misterio de los cuadernos de
Beethoven no me resultó inteligible hasta que supe cómo traba-
jaba Miguel Angel.
El proceso creador de todos los artistas encierra caracterís-
ticas afines, y el objetivo último de los análisis de artistas, a mi
entender, es alcanzar por fin una "teoría de la creación artística".
Sin duda, los análisis de artistas que presentan rasgos pato-
lógicos ( en el sentido corriente de la palabra) también ofrecen
contribuciones valiosas. Pero debemos dejar bien en claro que los
más grandes artistas ( en virtud de su misteriosa fuerza produc-
tiva, del espíritu vital que anima todas sus creaciones) parecen
ser hombres sanos, por cuanto la enfermedad configura una inhi-
bición de la fuerza productiva, una depresión del espíritu vital
[Lebensgefiihle].
Son estos casos normales pues, los que deberán analizarse
en primer término; todos los demás configuran variantes. Los
genios de segunda categoría en quienes se revelan rasgos patoló-
gicos producen poco, o solo tras largos intervalos: su proceso
creador se transforma, destruye, inhibe por la enfermedad. El
análisis puramente médico, la patografía, contribuye poco y nada
al conocimiento del proceso de creación poética, ya que solo en-
cara esas inhibiciones y no las fuerzas creadoras positivas. No
basta enfocar solamente esos cambios psíquicos; también, con la
sensibilidad del artista, deben examinarse las fuerzas creadoras.
Si el alfa de mi discurso era que debemos estar artística-
mente dotados para realizar análisis de artistas, la omega es tam-
bién la misma. No sé si podríamos analizar correctamente a un
neurótico tonto desde un punto de vista puramente clínico,
pero solo podrá comprender el organismo extremadamente com-
plejo y sensible que es el poeta quien ante todo esté dotado para
el arte. La técnica del profesor Freud no puede desentrañar por
sí sola los misterios de la creación artística, a menos que se la
aplique con la sensibilidad artística del profesor Freud.
DISCUSIÓN
AnLER encuentra muchas ideas estimulantes y valiosas en la diser-
tación de Graf. Sin embargo, no cree que, por el momento, pue-
da establecerse ningún tipo de reglas para el estudio de la psi-
cología de los aitistas. Cabe también hacer otras sugerencias, que
serían igualmente importantes. Por ejemplo, debería estudiarse
con especial cuidado la obra inicial del poeta ( en relación, por
supuesto, con su obra posterior). Esta técnica permite descubrir
275
11 de diciembre de 1907
,·icrtas condiciones fundamentales de la constitución y el desarro-
llo de las predisposiciones caracterológicas.
Tal vez sería aconsejable soslayar los dones artísticos y, apli-
<·ando exclusivamente la técnica freudiana, hacer un bosquejo
\imple que refleje las corrientes psíquicas en los poetas.
ScHWERDTNER está de acuerdo con las argumentaciones de
Craf: solo contados poetas pueden ser objeto de una patografía,
mientras que pueden escribirse psicoanálisis sobre la mayoría de
l'llos. Las cartas de los artistas deben considerarse parte de su
obra.
El profesor FREUD, ya en la última reunión, ha subrayado
que en principio está de acuerdo con Graf; ahora desea ampliar
~us apreciaciones partiendo de un ángulo específico.
Todo poeta que muestra tendencias anormales puede ser
objeto de una patografía; pero ésta no puede enseñar nada nue-
vo. El psicoanálisis, en cambio, proporciona información sobre
d proceso creador, y merece ocupar un sitio superior al de la
patografía.
El método a seguir para realizar el psicoanálisis de los poe-
tas cuenta con unos pocos puntos de referencia y presupuestos:
La relación entre la creación literaria y la vida del poeta.
Primera proposición ( tomada de "El poeta y el sueño diur-
no") 10 : la producción literaria obedece por lo general al mismo
mecanismo que el sueño diurno: los "motivos dominantes" (Graf)
son los deseos que predominan a lo largo de la vida del poeta
(Freud).
Freud se encuentra en condiciones de añadir una Segunda
proposición: el principio de trasposición de los elementos, ele es-
pecial significación para el análisis de mitos y leyendas. La re-
lación existente entre los contenidos de la conciencia y del in-
consciente: los elementos son los mismos, pero su orden cambia
de muchas maneras.
Tercera proposición: la definición de los tipos según la su-
gestión de Graf.
Cuarta proposición: especial importancia a las obras de ju-
ventud del poeta, como sugirió Adler.
Por medio de estos recursos podemos tratar de extraer ele
las obras algunas conclusiones acerca del proceso de creación
artística.
lú "Der Dichter und das Phantasieren" fue presentado por primera vez
el 6 de diciembre de 1907, y publicado posteriormente en la Neue Revue,
I, 10, 1908, pp. 716-724. [Vers. cast. "El poeta y los sueños diurnos",
t9os, o.e .. t. n. pp. 1343-1348.l

276 Acta 33
La tesis de Graf, en el sentido de que la creación literaria
emana de lo reprimido, es cuestionable. Confunde "inconscien-
te" con "reprimido", que por cierto no es lo mismo. 11
La Gradiva es un excelente ejemplo de motivo típico. El
tema de las dos novelas cortas de Jensen, sobre las cuales ha lla-
mado la atención Jung (El paraguas rojo y En la casa gótica),
es el amor por un pariente cercano: una prima o una media her-
mana. La base de todo el asunto, por lo tanto, es la relación de
Jensen con una compañerita de juegos, quizás una hermana. Es
posible que los hechos hayan ocurrido del modo siguiente: el
escritor recibió una impresión profunda, que dejó tras ella un de-
seo insatisfecho ( tal vez la pérdida de esa compañera de jue-
gos). La vista del bajorrelieve, que le recuerda a la hermana,
reaviva de pronto ese deseo. El escritor reacciona de diversas ma-
neras ante dicha experiencia. Las tres novelas cortas pueden ser
reemplazadas por tres fórmulas:
La primera novela puede traducirse así: "Ya no puedo amar
a nadie, desde que la he perdido" ( tal vez se refiere al enfria-
miento de sus relaciones conyugales) .
La segunda: "Aun cuando estuviese viva, tendría que per-
derla entregándola como esposa a otro hombre". Aquí da la prue-
ba de que no son hermanos.
La tercera: "La volveré a ver", en el sentido de un consuelo.
Creencia en la resurrección.
Esa compañera de juegos ( a quien en su fantasía puede ha-
ber elevado a la categoría de hermana, porque en realidad no
tenía ninguna hermana; o que realmente puede haber sido su
hermana) era, muy probablemente, una niña enfermiza. Esa en-
fermedad, posiblemente una deformidad de los pies, puede ha-
berse borrado y trasfigurado por la fantasía. La vista del bajo-
rrelieve le reveló que ese defecto también podía ser reinterpre-
tado como una cualidad superior.
La solución tal vez sea demasiado simple; pero aun así, po-
dría ser cierta en una forma más compleja. La persona en cues-
tión puede haber sido su propia hija, etcétera.
Shakespeare es tema apropiado para el método psicológico,
aun más desde que Brandes 12 ha preparado el terreno en ese
sentido. En Hamlet, los vínculos con la vida personal del poeta
11 Freud distingue dos clases de inconsciente,: el inconsciente primario,
que nunca fue consciente, y el que se volvió inconsciente por efecto de
h represión.
12 Georg Brandes ( 1824-1927), famoso historiador de literatura danés, es-
cribió un estudio muy difundido con el título de vVílliam Shakes¡1eare,
('11 ]897.
277
11 de diciembre de 1907
son evidentes: dicha obra es la reacción ante la muerte de su
padre y de su hijo.
El período de amargura hace sospechar que padeció una
<'nfermedad venérea (Timón de Atenas). Macbeth testimonia lo
c¡ue puede hacer un poeta con una obra de circunstancia.
WTITELS se opone a esta forma de escribir biografías de los
poetas. Es muy grande la tentación que nos llevaría a consultar
d diccionario no escrito de significados inconscientes que tene-
rnos en la cabeza. Sería más fructífero aplicar las doctrinas de
Freud a la vida misma, para que la gente entienda que tiene
necesidades sexuales insatisfechas. En la actualidad, las psicolo-
gías de los poetas no son útiles ni para las teorías freudianas ni
para la gente.
SADGER está en contra del método propuesto por Graf: él
mismo escribe patografías por puro interés médico, y no con el
fin de arrojar luz sobre el proceso de creación artística ( que ni
siquiera la interpretación psicoanalítica puede explicar) . El mé-
todo de Graf no es sino el antiquísimo método de los historiado-
res literarios que comparan la vida y la obra del creador, enrique-
cido por la llave que Freud ha puesto en nuestras manos. En la
última reunión ya puntualizó cuán difícil y riesgoso era inferir
[las circunstancias de] la vida de un poeta a partir de sus obras.
El método de Graf tampoco resuelve el enigmático proble-
ma de saber cómo el inconsciente del poeta se vuelve de pronto
preconsciente.
Después de criticar los principios en que se basa la tesis,
Sadger plantea algunas objeciones a ciertas aseveraciones de
Graf; por ejemplo, que los escritores de segundo orden revelan
características patológicas con mayor frecuencia que los grandes
escritores; como prueba en sentido contrario, menciona a Kleist,
Grillparzer y otros.
Llega a la conclusión de que el método puramente psico-
analítico no explica absolutamente nada.
FEDERN desearía hacer una sugerencia en relación con la pri-
mera proposición del Profesor: el hecho de que las ensoñacio-
nes diurnas artísticas conservan en medida mucho mayor las ca-
racterísticas de un juego, brinda al artista ventajas respecto de
quien sueña despierto. El tema de la ambición y el tema del jue-
go tal vez podrían situarse en una categoría superior: la de la
sed de poder y el deseo de dominación. El poeta puede represen-
tar a sus personajes como le parezca. Lo que Graf denomina
"energía vital acrecentada" es una forma superior de la capacidad
de hacer que el inconsciente realice un trabajo psíquico. El in-
consciente trabaja co1Tcc·t,rnwnle ( nunca incorrectamente) en un
278 Acta 33
plano más elevado de correspondencia con el mundo externo
[Aussenweltentsprechung] .13 El poeta está a la vanguardia del
desarrollo general, y de ninguna manera es un fenómeno de de-
generación.
A pesar de lo que cree Sadger, el poeta nunca se siente inhi-
bido por las leyes de la creación artística, que nunca constituyen
una inhibición, sino un análogo de sus aptitudes artísticas.
HrrscHMANN comenta que primero deberían buscarse las
características específicas de todo gran poeta, para luego inves-
tigarse por qué un individuo creador decide expresarse precisa-
mente en esa forma artística particular. ( GRAF declara que la
respuesta a esta pregunta se halla en la teoría de las zonas eró-
genas.) Brandes demuestra que en ciertos momentos de íla vida
de] Shakespeare aparecen (periódicamente) figuras similares en
su obra, observación digna de atención.
RANI( señala en primer término, que Graf ha definido agu-
damente el punto de vista de todos los que estudiamos la vida
psíquica de los poetas sobre la base del método del Profesor
Freud. Las divergencias personales e individuales han sido ex-
presadas µor varios miembros.
Por el momento, no nos interesan de ninguna manera las ex-
periencias del poeta ( su vida exterior) sino solamente el modo
en que esas experiencias son elaboradas [y absorbidas 1 ( su vida
interior).
El profesor FREUD critica a Sadger por haber introducido
en la discusión el problema mucho más grande y vasto de la
relación existente entre lo consciente y lo inconsciente. Trátasc
de un problema que solo la teoría puede resolver.
GRAF dirige sus observaciones finales a Sadger en particular,
el único que planteó críticas serias. En primer lugar, defiende
a los historiadores de la literatura, que nos proporcionan en cier-
to modo los "restos diurnos". El interrogante de Sadger, sobre la
manera de poder explicar la psiquis del poeta a partir de sus
obras, que están distorsionadas, queda contestado al respondér-
sele que la ciencia no está destinada a explicar nada sino, más
bien, a proporcionar descripciones sin lagunas.
H Uno de los pasajes prácticamente ininteligibles, probablemente porc1t1e
Rank condensó en exceso las observaciones de Federn.
!34
HEUNION CIENTIFICA DEL 18 DE DICIEMBRE DE 1907
Presentes: Freud, Adler, Graf, Federn, Hitschmann, Hollcrung,
Sadger, Schwerdtner, Steiner, Stekel, Wittels, Reitler, Rank.
El doctor Abraham, de Berlín, asiste en carácter de invitado.
COMUNICACIONES
El doctor Wittels propone que el doctor Rudolf Urbant-
schitsch sea aceptado como nuevo miembro.
Federn, Graf, Hitschmann, Hollerung, Sadger, Schwerdtner,
Steiner, Stekel, Wittels y Bass (por intermedio ele Federn) con-
tribuyen con 2 Kronen cada uno como regalo de Año Nuevo
para la mucama.
Graf y Bass (por intermedio de Federn) abonan su contri-
bución correspondiente al primer semestre.
Adler y H~iutler abonan 2 Kronen como contribución de Año
Nuevo.
DISCUSIÓN SOBRE LOS TRAUMAS SEXUALES Y LA EDUCACIÓN SEXUAL
HITSCHMANN destaca en primer término que, de acuerdo con la
concepción actual de Freud, el trauma sexual, a causa de su fre-
cuencia, ya no se considera de importancia tan decisiva como
antes en la etiología de las neurosis. Por lo general se admite
la necesidad de proporcionar información sexual, con la reserva
de que ella no debe herir el sentido del pudor. Para ser precisos,
tal información debe proporcionarse en tres etapas de la exis-
tencia:
l. Cuando los niños comienzan a preguntar por su origen
( entre los 8 y los 10 años) .1
2. Poco tiempo después, en forma más específica.
1 En la actualidad sahrmos q11<' los niños comienzan a preguntar de
dónde vienen los bebés a 1111:t <·dnd orncho más temprana.
 280
Acta 3.J
3. En la pubertad (de los 16 a los 17 años aproximadamente).
debería informarse a los jóvenes sobre los peligros relativos a las
mlaciones_ sexuales y a las medidas de protección que deben
tornarse.
Dicha información, no obstante, no puede brindar protección
contra los traumas infantiles; además, es prácticamente imposi-
ble hacer comprender todo ( por ejemplo, las perversiones) .
Por añadidura, también debemos tomar en cuenta que la
prohibición demasiado estricta de practicar la masturbación, por
ejemplo, puede tener efectos tan perjudiciales como un trauma,
en el sentido de que puede actuar, por decirlo así, como un
trauma invertido. La anestesia de las mujeres puede guardar re-
lación con esto.
FEDERN también subraya que la educación sexual no puede
brindar protección conh·a los primeros traumas infantiles. El
trauma es la condición y, a la vez, la razón de esa primera infor-
mación. Cuando el niño normal sufre un trauma, investiga, y
pronto se tranquiliza; pero el niño que está predispuesto a la
neurosis se retrae y oculta. El prerrequisito para que se den los
graves efectos de un trauma es el aislamiento psíquico continua-
do. El horror puede, tal vez, ser terreno fértil para el desarrollo
de una neurosis; el horror que causa el pene erecto, en particu-
lar, es un factor determinante de las neurosis relacionadas con
el acto sexual.
SADGER hace referencia a la ignorancia de la mayoría de los
padres, que a su vez requieren información y, por lo tanto, son
incapaces de educar sexualmente a sus hijos. Las mentiras rela-
tivas a las cuestiones sexuales socavan la autoridad paterna y el
amor por los padres. Con frecuencia, el odio a los progenitores
proviene de una educación sexual falsa proporcionada durante
los primeros años de vida del niño.
Los traumas más significativos y graves se infligen al bebé
a raíz de una desmedida demostración de afecto. Por otra parte,
la nodriza no puede menos que provocar cierto grado de exci-
tación sexual en él: si, por ejemplo, la sexualidad ha despertado
a través de un trauma, las fantasías que se asocian con él son
de gran importancia.
GRAF pregunta por qué los traumas infantiles pueden dar
como resultado neurosis graves en un individuo, en tanto que
pueden no ejercer efecto alguno en otro. Asimismo, desea saber
en qué medida la información sexual puede atenuar o impedir
consecuencias nefastas. La información sexual completa tal vez
sea más peligrosa que la información "natural" que, por regla
general, se va adquiriendo gradualmente.
18 de diciembre de 1907 281
REITLER, contradiciendo a Hitschmann, afirma que los casos
1lagrantes de trauma llevan efectivamente a la neurosis. Hitsch-
11umn ha pasado por alto las fantasías que Sadger destacó pos-
l eriormente. Resulta problemático determinar si la información
l'n sí no actúa como trauma; sea como fuere, debemos comenzar
a suministrarla mucho antes de la pubertad.
W1TTELS destaca que el factor esencial no reside en el trau-
ma sino en la constitución; de esta última, no obstante, no sabe-
rnos nada. Un niño normal no se preocupa por las experiencias
sexuales: debe dejarse en paz al pequeño, y preocuparse por él
lo menos posible.
La información que recibe de boca de los niños de la mis-
ma edad es mucho más útil, ya que los padres son incapaces de
hablar sin rodeos.
El doctor ABRAHAM asume una postura escéptica con res-
pecto a 1~ opinión de que los traumas pueden evitarse por medio
de la información sexual: ello no ayuda a los niños predispuestos
al trauma, y los demás no sufren traumas. En primer lugar, la
información debe proporcionarse a los padres que, caso contra-
rio, suscitarían traumas sexuales en sus hijos.
Lo importante es comenzar a proporcionar información se-
xual tan pronto como sea posible; por su parte, empero, no con-
fía en que la información brindada en el marco de la escuela sea
útil. La ternura de la madre es necesaria para el hijo.
El profesor FREUD formula las preguntas fundamentales
pertinentes a la discusión de hoy: se trata de saber si es posi-
ble, a partir de la información sexual, obtener una especie de
vacunación preventiva contra los traumas.
Posición de los traumas en la etiología de las neurosis: los
síntomas surgen de fantasías modeladas sobre la base de expe-
nencias de satisfacción. Los traumas sexuales ocupan un lugar
primordial entr~ dichas experiencias de satisfacción. 2 Como, por
un lado, no era muy probable que esos traumas ocurrieran en
realidad, y, por el otro, se encontraban traumas similares en todos
los individuos, nos vimos obligados a llegar a la conclusión de
que no tenían importancia en la etiología de las neurosis. 3 En
este sentido, el ensayo de Abraham 4 representa un avance: en
~ Freud expresa aquí una idea que posterio1mente fo1muló con mayor
claridad en el caso del Hombre de los lobos. Véase "Historia de una neu-
rosis infantil" (1918) [O.C., t. II, pp. 1941-2009].
3 Posteriormente, Freucl enunció en fo1ma algo diferente el significado
d el trauma en el cksan ollo clC' la neurosis: existe una relación complemen-
taria entre los factor<·s t'l iolc1gicos; es decir que cuanto más fuerte es el
trauma, mits dóhil p11 t•d1 • st•r la pr<•disposición constitucional, y viceversa.
1 Ví·as<' t'l ac·la :11 , 11ola 1

282 Acta 34
él demuestra que los propios niños van en busca de sus traumas.
Si bien los traumas no tienen importancia como factor etiológico,
determinan, no obstante, la forma de la neurosis, en caso de que
ésta aparezca; y determinan su forma porque procuran al niño
las antigu·a s fantasías de satisfacción. ( En determinadas circuns-
tancias, el trauma puede, para algunos niños, asumir incluso un
significado etiológico.)
A Sadger debemos responderle que la estimulación que re-
cibe el bebé no pertenece a la categoría de los traumas.
El factor de represión ejerce considerable influencia en la
serie de cuestiones planteadas; la reacción del niño, su actividad
sexual o su neurosis depende de la represión.
Cuando se exige abstinencia sexual durante un período pro-
longado, los traumas sexuales infantiles adquieren importancia.
Dado que los efectos de los traumas infantiles solo aparecen en
un período más tardío de la vida ( en la pubertad), puede con-
trarrestárselos eficazmente por medio de la información. La me-
jor manera de neutralizar los traumas sexuales sería emprender
una reforma social que permita cierto grado de libeitad sexual. ú
El trauma infligido por medio de la prohibición ( Hitsch-
mann) es el más significativo de todos, porque favorece el fac-
tor de represión. Los niños deben percibir los hechos de la vida
sexual de la misma manera que las demás cosas de la vida. La
precocidad es tan perjudicial porque el niño está totalmente des-
valido frente a una fuerte excitación sexual; no posee los medios
intelectuales requeridos para dominar ese sentimiento. La edu-
cación desvía por completo las aptitudes intelectuales de todo lo
relacionado con el tema sexual; en consecuencia, el trauma plan-
tea exigencias intelectuales insuperables. El niño, por consiguien-
te, debe reprimir esa excitación. Es muy probable que la infor-
mación pueda contrarrestar los efectos de dichos traumas; em-
pero, esa· información no debe suministrarse en forma objetiva
[con desapego], sino que el niño debe sentir cierto grado ( apro-
piado) de excitación sexual que no debemos temer.
A pesar de todas estas precauciones, lograremos limitar la
gravedad excesiva de las neurosis, pero no evitarlas por comple-
to, ya que, por razones constitucionales, algunos individuos reac-
cionan de diferentes formas. Sin duda, la información puede lo-
grar buenos resultados, pero no constituye una panacea.
AnLER destaca que tiende a estar de acuerdo con quienes se
oponen a- la información sexual sistemática suministrada a los
niños. Dicha información impide que el niño, en forma indepcn-
5 En ningún momento Freud enunció con precisión lo que enlenclia pm
283
18 de diciembre de 1907
diente, se esfuerce por tomar contacto con el mundo exterior,
~ofoca su afán inquisitivo, su sed de saber. Los traumas infanti-
les solo tienen importancia en relación con la inferioridad de los
órganos. Los traumas no solo son buscados, sino que necesaria-
mente se producen a partir de la colisión del individuo con la
tivilización en que se encuentra. A menudo, el hecho de experi-
mentar traumas es inherente al carácter de la persona.
STEINER se muestra sorprendido de que, hasta ese momento,
nadie haya mencionado la utilidad de los traumas sexuales. La
vida no nos proporciona otro tipo de información sexual que la
obtenida a través de los traumas; en realidad, éstos no nos per-
judican. Una "neurosis de información" se ha apoderado de los
hombres. La mejor información es la que se obtiene espontánea-
mente, como ocurre en el campo.
STEKEL observa que no sabemos qué es un trauma sexual; en
determinadas circunstancias, una experiencia se convierte en
trauma; en otras, no. La constitución del individuo no influye en
ello. El medio es más importante que la constitución. El niño
hereda la sexualidad. Stekel niega que sea posible preparar psi-
<'Ológicamente al niño para un trauma; dichas cuestiones deben
dejarse al azar. No obstante, no debemos introducir en la mente
clcl niño la idea de pecado, etcétera.
RAKK trata de resumir el tema mediante un aforismo: los
traumas son la educación natural. La educación (artificial) re-
clamada no es recomendable por muchas razones: en primer lu-
gar, debe tenerse en cuenta la psicología de los padres ( o de
otros educadores), luego, hay que preguntarse cómo sería la nue-
va generación producto de tal educación, y es muy dudoso que
la comparación redunde en favor de los que han sido "educa-
dos"; sospechamos que dicha educación podría destruir un ta-
lento superior ( "genial", según interpretamos este término). Por
otra parte, esa nueva raza de hombres sería menos vital y mucho
más sobria; esto no quiere decir que la educación carezca por
completo de valor. Ciertamente, deberíamos mostrarnos más cau-
telosos de lo que hemos sido hasta la fecha, y tratar por todos
los medios de no dañar a los niños; de ese modo les seremos
6
más útiles.
" El problema de la educaci:'in sexual de los niños no ha sido resuelto
todavía. Debe n recogerse y analizarse experiencias nrncho más amplias
antes de dar respuesta definitiva a esta cuestión.

35
REUNION CIENTIFICA DEL 8 DE ENERO DE 1908
Presentes: Federn, Heller, Hitschmann, Rank, Reitler, Sadger,
Schwerdtner, Steiner, Stekel, Wittels, el profesor Freud.
COMUNICACIONES
fA.J Deutsch y Heller abonan 2 Kronen en concepto de contri-
bución de Año Nuevo.
Hitschmann devuelve Archiv 21; Sadger, las actas 8 y 22.
El doctor Rudolf Urbantschitsch es aceptado como miem-
bro por el voto unánime de los presentes.
PRESENTACIÓN
Al borde de la psicosis
ÜRADOR: DOCTOR STEKEL
STEKEL presenta dos casos de psicosis que habrán de publicarse
en su libro sobre la histeria de angustia. 1 En dichos casos ha
logrado ver el reverso de la psicosis: el factor subyacente es un
motivo ª!Doroso ligado a graves conflictos psíquicos, que desen-
cadena toda la enfermedad.
D1scusIÓN
HrrsCI-IMANN observa que la disertación de Stekel es una com-
pilación de varias conferencias que ha dado con anterioridad. En
un comienzo, el conflicto psíquico aparecía siempre en primer
plano; posteriormente, todo era una vez más exquisitamente se-
xual. Se plantea un interrogante: ¿No hay estados que provoquen
depresión de manera primaria? En los casos presentados por Stc-
1 Publicados en el capítulo 24 de Nervose Angstzustiinde und ilire Be,
handlung. Véanse las actas 30 y 31.
8 de enero de 1908 2tJ5
kel, las consecuencias de la depresión no guardan proporción al-
guna con las experiencias vividas. No se llevó a cabo un análisis
profundo de los factores, sino más bien una especie de terapia
por sugestión.
SADGER niega que se haya efectuado algún tipo de diluci-
dación psicoanalítica. Stekel ha alcanzado resultados satisfacto-
rios gracias a su conocimiento de las relaciones familiares, que
adquirió durante los muchos años que fue médico de cabecera
de esa familia, y con ayuda de la información sobre los pacien-
tes obtenida de otras personas. Para resolver casos de este tipo
debería aplicarse algo parecido al psicoanálisis. La conferencia
no le ha enseñado nada nuevo a Sadger, ni desde el punto de
vista diagnóstico, ni desde el terapéutico. Con toda seguridad
hay muchos elementos que se remontan a la infancia: en su psi-
cosis, la paciente lleva a cabo lo que no se atrevió a hacer ante-
riormente ( por ejemplo, pegar a la madre).
Probablemente hay algo muy específico que causó los típi-
cos síntomas de melancolía ( empobrecimiento, etc.), como ya
indicara Hitschmann refiriéndose a la uniformidad del cuadro
psicótico.
RANK pone en duda que los conflictos psíquicos revelados
sean suficientes para desencadenar una psicosis, como Stekel pa-
rece pensar. El efecto de las interpretaciones formuladas, tal
como las describe Stekel, también es cuestionable. Decir las co-
sas al paciente de una manera directa no puede ejercer en reali-
dad un efecto profundo.
FEDERN responde a Rank que conflictos psicóticos de tal
gravedad bastan para volver neurótica a una persona. Los efec-
tos de la interpretación directa son evidentes en el llanto rde la
paciente], al que hizo referencia Stekel. El llanto debe interpre-
tarse como una poderosa abreacción. La típica queja -"Soy una
pobre mujer", etc.- se trasfiere de la esfera psíquica a la mate-
rial: pobre mujer equivale a mujer desgraciada.
Las neurosis desarrolladas en las personas que han cuidado
a un enfermo, con el agotamiento concomitante, no siempre son
causadas por el deseo de muerte y la defensa contra él, como
cree Stekel. Todavía no sabemos en qué medida los afectos ejer-
cen un efecto tóxico (los animales perseguidos por sabuesos tie-
nen mejor sabor).
Resulta valioso demostrar, como lo ha hecho Stekel, que al-
gunas personas reaccionan con una psicosis ante afectos muy
intensos.
WITTELS se inclinaría por asociar los típicos síntomas de
miedo a la pobreza, particularmente frecuentes en las mujeres
melancólicas, al pap<'I peculiar que desempeña la propiedad en
 286 Acta 3.5
la vida sexual de la mujer. Aparentemente, detrás de ese síntoma
hay un deseo. Cuando todavía estaban sanas, estas mujeres pue-
den haber comprendido que la restricción de su sexualidad tenía
que ver con la propiedad. En la psicosis, ello se expresa por
medio de un deseo opuesto.
ScHWERDTNER cree que Stekel, que como médico de la fami-
lia podía obtener mucha información en estos casos, ha hecho
una contribución valiosa, ya que conocemos muy poco acerca de
las psicosis. Él también, por contraste con Rank, debe destacar
la importancia de los conflictos psíquicos: entiende que pueden
ser significativos en todas las psicosis. El cerebro, debilitado por
toxinas y, por ende, menos capaz de resistencia, incluso frente
a los afectos normales, ya no posee el poder de resistencia nece-
sario para lograr el equilibrio.
El profesor FREun, después de hacer algunas observaciones
tangenciales, comienza por señalar el hecho de que los fenóme-
nos morbosos, en los casos de Stekel, guardan proporción con los
acontecimientos de la vida de los pacientes.
Debe refutarse la afirmación de que las neurosis consecuti-
vas al cuidado de un enfermo siempre entrañan un deseo d<'
muerte reprimido. En muchas ocasiones, otra explicación es po-
sible; especialmente en los casos en que una hija cuida a su
padre ( como en el caso publicado en los Estudios), 2 el problema
se centra en la tentación de ver a! paciente desnudo ( voyeuris-
mo). Cuando un hermano es cuidado por la hermana, al duelo
por su muerte se mezcla a menudo un sentimiento de pesar:
qué lástima que ese hermoso pene sea enterrado con él. Con-
cuerda con esta tendencia una antigua costumbre japonesa según
la cual la viuda guardaba el pene embalsamado del marido.
Cabe defender a Stekel de la crítica que se le hace, en <'I
sentido de haber pasado por alto el factor orgánico (somático);
ocurre, sencillamente, que en el curso de nuestras discusiones ele
jamos de lado ese factor cuando investigarnos los factores psico
lógicos. Stekel quería demostrar las interioridades psicológicas
de las psicosis; por supuesto, ellas, por sí solas, no llegan a pro-
vocar una psicosis.
Puede prescindirse de la referencia de Hitschmann al cuadro
homogéneo [einheitliche] 3 de las psicosis y sus causas específicas,
haciendo una comparación con las neurosis, que son igualmenll•
pobres en sus manifestaciones pero ricas en motivos psicóticos.
2
Breuer y Freud, Estudios sobre la histeria (1895) [O.e., t. III, pp. 3!J
168).
3
Probablemente se trate de un error. Freud hace referencia a la rnisn111
observación de Sadger y sin duda quiere decir "einfürmig" ["monótono,
uniforme" J.
8 de enero de 1908 287
Stekel tenía razón de examinar primero la actitud del indi-
viduo hacia las condiciones reales; luego, queda todavía por exa-
minar la vasta esfera de la fantasía y, finalmente, el factor pato-
lógico en su totalidad.
El miedo a la pobreza es un síntoma muy complicado: en
esencia la melancolía es una carencia de libido libremente
<lisponible; en este sentido, los pacientes tienen razón cuando
clicen ser pobres: son pobres en libido.
La descripción clásica de todos los melancólicos indica que
son indiferentes a todo, que ya no les importa nada de nadie. 4
Pueden encontrarse explicaciones similares para otros estereo-
tipos.
Freud quisiera sugerir a Stekel que no incluya los casos de
psicosis exquisita en el libro sobre la histeria de angustia.
Stekel es pasible de críticas por dos razones: su presenta-
ción de los casos fue incorrecta, y ha mezclado todo. Al respecto,
debemos adherirnos a la crítica de Hitschmann, quien desea
saber con precisión si la solución encontrada por Stekel es segura.
La objeción planteada en el sentido de que en los casos ci-
lados no se efectuó ningún análisis plantea el problema referente
ll la técnica aplicable al tratamiento de las psicosis. No puede
aplicarse a ellas la técnica practicada hasta el momento. Nada
podemos aprender acerca de las psicosis; solo podemos aplicar lo
que hemos aprendido y lo que sabemos a partir de nuestra ex-
periencia. Debemos esforzarnos por adquirir suficiente experien-
cia, de manera que, cuando nos traen la historia de un paciente,
podamos tener una idea clara de sus complejos y experiencias.
l•'.n las psicosis debemos, después de un tiempo, 5 enfrentar al
paciente directamente con todo esto.
También es necesario ( cosa que Stekel omitió hacer) inves-
1igar el ~ecanismo psíquico. En el primer caso, Stekel no ha
lomado en cuenta que la represión es el pre-requisito necesario
de la compulsión. Cuando estudiamos las condiciones de vida
dd psicótico, debemos subrayar la equivalencia, e incluso la pre-
1•minencia de la fantasía. Parece ser cierto que, en ambos ca-
6
1 Posteriormente, Freud atribuyó bases más amplias al conflicto patoló-
~¡ic·o en la melancolía. Vio el origen de la inhibición, del sentimiento de
111lpa y del empobrecimiento del yo en el retiro de la libido del objeto
111nhivalentemente amado y en una identificación con él. Véase el análisis
d1·l suicidio en el acta número 104 (vol. II) y en "Duelo y melancolía"
( IU17) [O.e., t. 11, pp. 2091-2100).
• Indicios de importancia para la técnica aplicable al tratamiento de las
p~icosis. En 11na do las r<•1111ioncs siguientes, Freud se vuelve más explícito.
11 Ya por aquel 1·11toncTs Fr1·11d sospcchnha q11c cn lns psicosis <'1 <'llo clo-
1,111i.1 al yo.
288 Acta 35
sos, la psicosis estaba relacionada con una llamarada de libido que
ocurre antes de la menopausia. 7
STEKEL, al concluir, dice que le alarma la falta de compren-
sión que encontró esta noche. No es culpa de él que no haya
podido descubrir nada más acerca del caso. Asimismo, se ve
obligado a rechazar las dudas de Rank.
7 También esta aseverac10n fue confirmada por posteriores observaciones,
las cuales demostraron que se produce un gran incremento de la libido
inmediatamente antes de desencadenarse la enfermedad ( véase Freud, "Ob-
servaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia ('Dementia paranoi-
des') autobiográficamente descripto" ( caso "Schreber") [O.C., t. II, pp.
1487-1526] y Nunberg, "Der Verlauf des Libidokonfliktes in einem Falle
von Schizophrenie" ( 1921) ["The Course of the Libidinal Conflict in a
Case of Schizophrenia", Practice ami Theory of Psychoanalysis, Internatio-
nal Universities Press, Nueva York, segunda edición, 1961] .
36
REUNION CIENTIFICA DEL 15 DE ENERO DE 1908
Presentes: Freud, Adler ( llegó alrededor de las veintitrés horas),
Federn, Graf, Hautler, Heller, Hitschmann, Rank, Reitler, Sadger,
Schwerdtner, Steiner, Stekel, Urbantschitsch, Wittels.
PRESENTACIÓN
Mis años de desarrollo hasta el matrimonio
ORADOR: DOCTOR URBANTSCHITSCH
Con ayuda de notas tomadas de su diario, el orador describe su
desarrollo sexual hasta el momento de contraer matrimonio.
Di:scus1ÓN
STEKEL comienza por agradecer al orador sus francas considera-
ciones. Le parecen sumamente valiosas porque ponen a nuestra
disposición un material que, en el caso de los neuróticos, debe-
mos extraer con gran esfuerzo. Además, confirman sus propios
puntos de vista respecto del carácter inofensivo de la masturba-
ción; lo único perjudicial es la lucha contra la masturbación y
las ideas delirantes vinculadas con ella. El sentimiento de culpa
provocado por la masturbación está en el centro de la mayoría
ele las neurosis. El orador se ha recuperado gracias a la mas-
turbación.
Su relato demuestra también hasta dónde puede llegar la
represión. El paciente ha reprimido sus conocimientos sexuales,
tal como suelen hacerlo las jóvenes neuróticas; de ahí su larga
ignorancia en materia sexual.
Desde un comienzo, el orador se perfiló como una natura-
lrza extremadamente erótica. Este erotismo probablemente fue
despertado por el tempestuoso afecto de su madre. Debido a
que se chupaba el dedo con mucha intensidad, reveló posterior-
mente• tendencias a la fellatio.

290
HAUTLER destaca, como rasgo típico del orador, la facilidad
con la cual éste puede abandonar algunas fuentes de placer ( es
decir, cambiarlas por otras). Tal capacidad es, en realidad, prue-
ba de salud, e indica una gran energía latente.
Como explicación de la primera escena que recuerda el ora-
dor ( la de la gobernanta y el padre, que quería llevarlo ante la
madre), Hautlcr sospecha que el orador estaba celoso del padre.
El orador no ha prestado mayor atención al aspecto cultural
de la homosexualidad; sería particularmente interesante estudiar
la influencia de las pulsiones eróticas sobre la actividad artística.
Asimismo, valdría la pena determinar si su fase religiosa surgió
a raíz de alguna carencia, necesidad, depresión, o tuvo su punto
ele partida en la abundancia.
El profesor FREUD dice que el deseo del orador de apren-
der algo nuevo sobre sí mismo a cambio de su relato, solo puede
realizarse en escasa medida. Lo que él puede hacer es rectificar
un punto sobre el cual la memoria del orador lo engaña: su ma-
dre era histérica. 1
Cab ~ suponer que el orador era uno de esos niños que aman
al padre y a la madre por igual ( influencia que resulta evidente
en el curso posterior de su vida) . Desde el comienzo hay una
catectización relativamente igual del objeto sexual masculino y
femenino.
Sin efectuar un análisis, es imposible dilucidar los recuerdos
de la infancia, ya que dichos recuerdos son incorrectamente en-
focados por el propio individuo.
Hay un punto que puede dilucidarse: cabe suponer que con
la llegada de la pubcitad, tal como la describe Urbantschitsch
( a los 11 años), la sensualidad que renace catectiza las mismas
vías que había tomado anteriormente. Ahora, su primer fin
es el exhibicionismo frente a las mujeres, y solo posteriormente
frente a los hombres. Se trata de una repetición del hecho dC'
desvestirse frente a la madre y la gobernanta en la temprana
infancia. Cada poderoso impulso homosexual ulterior está pre-
cedido por un período de afecto muy intenso por una mujer. En
general, esta afirmación es válida: si un individuo demuestra
propensión anormal por un sexo, hallamos tras ella una tenden-
cia anterior al sexo opuesto, que ha sido superada con esfuerzo.
Durante el primer período del desarrollo sexual del orador
se descubre cierto grado de represión de la atracción por una
mujer. El relato del orador demuestra con claridad cuánto daño
puede causar la falta de educación sexual.
1 El doctor Urbantschitsch provenía tle u1ia cono(·ida <' il11slr<' fo111ili<1
<le aristócratas vieneses (v(•asc' <'I acta '1, nota 2).
291
f,5 de e11ero de 1908
Acta 36
Cabe mencionar también que, en los círculos aristocráticos,
la gente joven goza de un margen mucho más amplio de libertad
en su actividad sexual. De este modo se evitan muchas ocasiones
que darían lugar a la represión. A pesar de la opinión de Stekel,
Freud no está convencido del carácter inofensivo de la mastur-
bación.
La fantasía que tuvo el orador a los 17 años ( tener un hijo
de su amigo) es un rasgo netamente femenino. Esto demuestra
hasta qué punto un hombre está capacitado para percibir lo que
siente una mujer, y viceversa. No se puede comprender toda
nna serie de síntomas histéricos ( especialmente en los hombres)
sin tomar en cuenta este factor; la bisexualidad de los síntomas
2
histéricos tiene gran importancia.
HrrscHMANN destaca que sería muy interesante saber en qué
se convierte un hombre con semejante juventud.
Asombra que la historia del orador esté desprovista de pre-
ocupaciones "filosóficas"; nunca se plantea problemas. Ello pue-
de explicar su falta de interés por los problemas teóricos. Asi-
mismo, resulta llamativo que la abundancia de traumas sexuales
no haya tenido consecuencias neuróticas.
El efecto nocivo de la masturbación en este caso solo guarda
relación con la esfera somática. La masturbación casi siempre
fue llevada a cabo por otros; en consecuencia, la ausencia de un
objeto exterior prácticamente no desempeña papel alguno en
este caso.
La historia revela, una vez más, que el temprano desarrollo
ele un ario difiere del de un judío.
El paciente contrajo matrimonio con su primer amor román-
tico, no con su primer amor sexual.
ScHWERDTNER observa que resulta muy interesante oír la
historia clínica de un individuo sano.
El predominio transitorio del componente homosexual quizá
~olo haya sido un fenómeno accidental, provocado por la fre-
cuente compañía de hombres jóvenes.
HELLER subraya el carácter perjudicial de la masturbación,
como ha podido observar durante los primeros años de su desa-
rrollo. Siempre que el orador insertaba la observación "Esto ha
sido asexual", él I Heller] podía reconocer una fuerte tendencia
erótica. Parece extraño que el orador no haya sentido necesidad
ele buscar más información sobre asuntos sexuales durante un
tiempo tan prolongado.
Vóasc Fre11cl, " C<'n<'raliclacles sobre C'l ataque histérico" ( 1909) 1O.C.,
t. 11 , pp . J358t :3HOI.
292 Acta 36 15 de enero de Jf)OH 293

SADGER se muestra sorprendido por la práctica desinhibida RANK expresa su admiración por las confesiones francas e
de todo tipo de perversiones sexuales. El robo del chocolate en instructivas del orador. Es notable su larga y persistente igno-
la infancia tiene origen sexual ( el chocolate significa con fre- rancia en materia de sexualidad. No obstante, y a diferencia de
cuencia las heces) . Stekel, no considera dicha ignorancia como represión de lo que
Su devoción religiosa nació a consecuencia de su amor homo- una vez se percibiera, sino como el hecho de no querer percibir
sexual por un sacerdote. lo que se ofrecía, es decir como una defensa ( una especie de
Es cuestionable que el orador sea realmente tan sano como alucinación negativa) .
se ha afirmado. URBANTSCHITSCH objeta la referencia a su "homosexualidad"
El desarrollo diferente de los semitas tiene relación con la y a su perversión. En su opinión, mientras un individuo es to-
sobrevaloración de la vida familiar. da vía sexualmente inmaduro, da lo mismo que su actividad se-
GRAF considera que sería deseable añadir ciertos elementos xual se ejerza con un hombre o con una mujer.
complementarios al trabajo presentado; por ejemplo, sometiendo El chupeteo no lo indujo a la fellatio, ya que en esta última
la historia de su vida a un estudio psicoanalítico. cumplía un papel pasivo.
Sobre la base del relato, cabría suponer que el orador pa- Siempre amó más a su madre que a su padre.
dece de una histeria grave, tal como lo indica la magnitud de Es alternativamente sádico y masoquista. Tiene una especie
la represión, la huida ante las mujeres y otros aspectos. de sadismo psíquico.
( HELLER interviene para señalar que en este caso la repre-
sión ha tenido éxito.)
El profesor FREUD lo confirma y agrega que, en este caso,
la represión no encuentra obstáculos; no hay traumas y, por con-
siguiente, el orador debe mantenerse sano. Los requisitos de la
teoría se cumplen aquí en forma clásica. 3
FEDERN relata el caso de un voyeur del sexo masculino que,
durante toda su vida, solo había experimentado placer cuando
las mujeres se desvestían frente a él, porque tenía una fijación
materna.
Hoy hemos visto un ejemplo clásico de la manera en que
un individuo con toda clase de fuertes predisposiciones sexuales
se convierte necesariamente en un ser normal, ya que no están
presentes dos condiciones propias de la anormalidad: estaba do-
tado de un sentido del pudor muy acentuado, que bastó para
hacerlo reprimir durante tanto tiempo; y, por otra parte, me-
diante otras actividades, dominó sus pulsiones sexuales, que de
lo contrario podrían haberse vuelto dañinas. Todo el tiempo
Sadger habló de perversiones, que no son tales sino inhibiciones
del desarrollo.
STEINER llama la atención sobre la herencia, sobre el hecho
de que el orador es de buena familia. Su carácter femenino se
revela constantemente en el placer que le procuran las ocupa-
ciones pasivas. Su actividad sexual es normal, adaptada a su
carácter.

:i Esto significa que la repres10n ha sido satisfactoria y, por consiguicnlr,

no se produce ninguna neurosis.
 37 22 ele enero de 1908 295

REUNION CIENTIFICA DEL 22 DE ENERO DE 1908
Presentes: Freud, Adler, Bass, Federn, Graf, Hitschmann, Holle-
rung, Rank, Sadger, Steiner, Urbantschitsch, ,vittels.
COMUNICACIONES
Adler solicita que se postergue una semana la presentación de
su trabajo "Una contribución al problema de la paranoia", pre-
vista para hoy a la noche.
debemos preguntarnos: "¿Cuándo fue real esto?", en el de la
neurosis obsesiva la pregunta debe ser: "¿Cuándo fue específico
esto?"
En el neurótico obsesivo, el exceso de ternura se combina
con el odio; esas dos corrientes que operan en él deben hallar
una vía de descarga simultánea o sucesivamente. 4
La primera resolución [de los síntomas] concernía al signi-
(icado de los lentes [Zwicker l en toda la historia. Partía del
desplazamiento de palabras: Zwicker-Kneifer ú ( reproche, en el
sentido de haber desertado [ausgekniffen]; es un Kneifer).
La segunda resolución, que gira en torno de la palabra clave
"Dick", hacía referencia a la relación existente entre el deseo
de no ser gordo [dick] y los celos que sentía por su rival, cuyo
nombre era "Dick".

DrscusIÓN GENERAL

Se dedica la velada a la discusión general de temas varios.

EL DOCTOR WTITELS da lectura a un folleto sobre los psi-
quiatras vieneses titulado El psiquiatra normal. Luego se discute
si es oportuno o no publicar dicho folleto. EL PROFESOR FREUD
sintetiza los resultados de la discusión pidiendo al autor que se
abstenga de publicar el folleto en su forma actual, al menos por
el momento. 1
HTI"SCIIMANN informa brevemente sobre un caso de coitus
interruptus y sus consecuencias en una mujer.
El profesor FREUD, haciendo referencia a sus conferencias
sobre "La in:ciación de un caso clínico", ·2 relata la interesant<'
resolución de dos síntomas en el curso del tratamiento de esl<'
neurótico obsesivo, y añade unas breves observaciones generales
sobre la neurosis obsesiva:
En la neurosis obsesiva el desplazamiento se produce en for-
ma distinta que en la histeria: trátase de un desplazamiento
Lacia la generalización. 3 Mientras que en el caso de la histeria

Aparentemente, \Vittels no publicó este arl ícu 1o.
:! Véase el acta 28.
:i Débese a esta técnica deformanle que el cuadro clínico ele la ncuro~i\
obsesiva sea tan confuso al comienzo.
1 El exceso de ternura se da como sobrecompensación del odio, lo cual,
una vez más, contribuye a confundir todo el cuadro clínico.
r, Zwicker significa "lentes" y viene de "zwicken" ( tomar con pinzas).
"Knc ifcr" ("lc;ntc's") significa también "persona cobarde" y viene de
"k n<'iÍ<'n" ( lomar <·011 pi11zns) , q11<' lamihil•n quiere d ecir "desertar". "Aus-
k11<'ifr11" si¡~11iÍi<·11 a 111 V<"r. "t·vn dirs<·" y "dc•st'rlnr".

38
REUNION CIENTIFICA DEL 29 DE ENERO DE 1908
Presentes: Freud, Adler, Federo, Hitschmann, Rank, Reitler,
Sadger, Steiner, Stekel, Wittels.
CoMUNICACIONES
El profesor Freud comunica los planes del primer Congreso que
será celebrado en Salzburgo. 0
El doctor Wittels propone que sea aceptado como miembro
el doctor Albert Joachim, director de una institución para enfer-
mos mentales de Rekawinkel. 1
Urbantschitsch, Schwerdtner y Heller se excusan.
Wittels toma en préstamo Archiv NQ 14 y Stekel devuelve
el Nº 24.
PRESENTACIÓN
Una contribución al problema de la paranoia
ÜRADOR: DOCTOR ADLER
AnLER toma como punto de partida un breve análisis que no se
desarrolló en forma continuada, y que se interrumpió demasiado
pronto. Al respecto, plantea varias cuestiones para su discusión.
Dejando de lado las consideraciones de Jung sobre la de-
mencia precoz 2 y las conocidas argumentaciones de Freud, exa-
mina la importancia del trauma refiriéndose al trabajo de Bleuler
sobre la afectividad y la paranoia. ª
0
El Primer Congreso Internacional de Psicoanálisis se reunió en la cii1
dad de Salzburgo el 27 de abril de 1908.
1 Hekawinkel es una aldea cerca de Viena.
!! Véase el acta 12.
s Eugen Bleuler, Affektivitat, Suggestibilitat, Paranoia ( 1906) IA/fect/
(Jify, Suggestibility, Paranoia, Stale Ilospitals Press, Ulica, N11<'va York,
19121 .
29 de enero de 1908 297
Es importante, en primer lugar, seguir el curso de las mani-
festaciones de la predisposición del carácter. Otra de las tareas
consiste en investigar la manera en que la represión actúa en la
paranoia, y cómo es anulada durante la crisis [Anfall] (la para-
noia toda es en realidad una crisis continua) . 4
Adler proporciona luego un resumen del curso que sigue la
represión en la neurosis obsesiva, la histeria y la paranoia, sub-
rayando especialmente la íntima relación existente entre la re-
presión y el miedo (angustia) .
En la neurosis obsesiva la crisis es fortuita y provocada por
un hecho en particular. En esa ocasión la predisposición caracte-
rológica reprimida irrumpe y se expresa por medio de la crisis
o el temor, o por ambos. El neurótico obsesivo maneja, por de-
cirlo así, el ataque dentro de sí mismo.
En la histeria, la represión se manifiesta esencialmente de
manera similar. También en este caso la crisis es la expresión
de una pulsión reprimida (la predisposición caracterológica) o
bien de la represión ligada al miedo. El histérico descarga su
crisis sobre el mundo externo.
En la paranoia, la represión de la predisposición del carác-
ter va muchísimo más lejos. La predisposición del carácter se
manifiesta principalmente en forma de su contrario, o, como es
característico en la paranoia, en forma altamente sublimada ( po-
líticos, artistas) .
La abolición [Aufhebung] de la represión puede, durante
algún tiempo, ser precedida por el miedo.
En la neurosis obsesiva prevalece el miedo.
En la histeria, la crisis reemplaza al miedo.
En la paranoia, la represión es abolida tan completamente
que el paranoico no siente miedo, y expresa sus ideas delirantes
sin experimentar ningún temor. Este hecho es sumamente im-
portante para entender la paranoia. El paranoico consigue hacer
irrumpir sus pulsiones ( predisposición del carácter) modificando
1•1 medio circundante (FREUD: proyecta hacia afuera sus impulsos
inconscientes). 5 Ello explica las ideas delirantes, así como las
ilusiones (que desempeñan un papel relevante en la paranoia)
y alucinaciones. (Adler no desea examinar aquí la cuestión plan-
l<'ada por muchos autores, en el sentido de determinar si son las
nlucinaciones o las ideas delirantes las que configuran el factor
primario.)
Adler procede luego a examinar la raíz sexual de la para-
uoia, o sea los impulsos sexuales inconscientes que tienen rela-
1 Es difícil entender qué quería decir Adler.
1 La corrección de Freud es muy importante: el paranoico proyecta.
298 Acta 38
ci6n con otras predisposiciones primarias del carácter del indi-
viduo. Por su parte, se inclinaría a pensar que la diferencia
<>ntre los tres tipos de neurosis depende de la interacción de las
diversas predisposiciones del carácter, incluida la predisposición
sexual, y de las relaciones que se establecen entre ellas. 6
Después de esas consideraciones teóricas preliminares, Adler
procede a presentar el caso.
El paciente ( de 32 años) vino a consultarlo quejándose de
que alguien lo hacía espiar.
Un trozo de su historia: unos meses antes, el paciente ha
dejado el negocio de su padre, después que este último lo acusó
de robo. Describe al padre como un hombre pendenciero, intra-
table, que se granjeó el odio de la madre del paciente, hasta que
terminó por abandonarlo.
Poco antes, un amigo le birló una mujer con la cual mante-
nía una relación platónica.
No puede decir quién lo hace espiar, pero sosp2cha que es
la amante del padre, que tiene 66 años.
El paciente comenzó a masturbarse tarde ( a los 22 años)
y luego tuvo relaciones sexuales con prostitutas, lo que le as-
queaba. Solo podía efectuar el coito cuando la prostituta perma-
necía vestida; caso contrario, temía sentir náuseas. A veces el
coito se malograba ( ejaculatio praecox); ahora, hac'.:! varios meses
que no tiene relaciones sexuales.
Posteriormente llegó a echarle la culpa de todo al diputado
socialdemócrata fen el Parlamento austríaco], Pernerstorfer, di-
rector literario del Arbeiter Zeitung. Según el paciente, aquél
utiliza abusivamente sus escritos, y hace que alguien lo espíe; él
es la causa de todas sus desgracias.
Adler llama la atención del paciente hacia el hecho de que
él, un librepensador, se comporte como un creyente, atribuyendo
la culpa de todo lo que le sucede a un solo ser.
A continuación, Adler menciona sucintamente los análisis de
los sueños del paciente. El primer sueño, un sueño de polución
( una prostituta le toma el pene en la mano y él eyacula), lo
llevó a revivir un recuerdo de la infancia: en una fiesta a la que
había asistido cuando tenía siete años, un hombre le tocó los
6 Es preciso señalar que Adler confunde la predisposición del caráckr
con la predisposición pulsional. La dificultad para comprender a Adlcr
se debe aparentemente al hecho de que no había comprendido bien t'I
concepto de represión y por cons.i guiente confundía lo reprimido co11
el agente represor. La neurosis no es una consecuencia de la represió11,
sino que se desarrolla cuando lo rep1imido amenaza con hacer irrupció11.
Lo reprimido no es la predisposición del carácter sino la pulsión, el ello.
Los rasgos de carácter pertenecen al yo.
299
29 de enero de 1908
pantalones cerca del pene. En ambos casos, aparece en primer
plano un elemento importante: tocar los órganos genitales con
la mano.
Durante la última sesión salió a relucir un sueño que tra-
taba de deseos exhibicionistas, de la contemplación de un cuerpo•
de mujer desnudo ("el ambiente otoñal" del sueño indica que se-
trata de una mujer de cierta edad). El paciente ve también una·
tropa de soldados con quepis franceses: convertirse en soldado
se asocia con los deseos de una vida sexual más libre.
Adler se abstiene de buscar una relación entre el escaso ma-
terial a su alcance y los problemas planteados al comienzo; se
limita a rozar brevemente el problema más importante.
En la paranoia, entre las pulsiones sujetas a supresión la
pulsión exhibicionista ocupa e1 primer lugar. Las ideas deliran-
tes del paranoico ( especialmente el delirio de autorreferencia
[Beachtungswahn], así como el delirio de persecución y el deli-
rio de grandeza) pueden rastrearse en los impulsos exhibicionis-
tas. Para consolidarse, la paranoia requiere el apoyo de la pul-
sión exhibicionista. Las ideas persecutorias pueden rastrearse en
un exhibicionismo reprimido. 7 " El paciente se libera de la re-
presión y deja en libertad sus pulsiones mediante una nueva in-
terpretación del mundo externo. º 0 En sus ideas delirantes, él
es el objeto que puede ser visto por todos. En los delirios en que
cree oír y ser oído intervienen factores análogos. De todo esto
se desprende que en la paranoia enfrentamos una superestructura
0
psíquica de los órganos visuales y auditivos, " " de la "inferio-
ridad" de esos dos órganos. En los paranoicos, Adler ha obser-
vado a menudo un parpadeo ocasional, alto grado de miopía y
refracción desigual en ambos ojos.
El hecho de que se acentúe el exhibicionismo como elemento·
propio de la paranoia no implica en absoluto negar la importan-
da de los otros componentes de la pulsión sexual, especialmente
el del sadismo.
1 En el protocolo original se hicieron correcciones con lápiz en los Jugares
que señalamos con asteriscos:
0 el cual es liberado.
0 0 en la que principalmente pone en primer plano lo que presenta interés
c' ll relación con el exhibicionismo.
0 0 0 que se han vuelto defectuosos.
Este protocolo <'S <·1 único que consigna el nombre y la dirección de
Adlcr en la prinw,11 p(lgina; probablemente le fue enviado para su co-

300 Acta 38
DISCUSIÓN
HrrscHMANN considera que el tema es demasiado difícil y poco
familiar ( especialmente la parte teórica) para entrar en una dis-
cusión detallada sin preparación previa.
En lo que respecta al caso en sí, no se mencionan las carac-
terísticas que, según ha aprendido, son típicas de la paranoia.
En ningún momento el paciente va más allá de sus delirios neu-
rasténicos de autorreferencia; en el caso presentado no hay un
sistema delirante.
Además, no contamos con información procedente de la fa-
milia del paciente: un enfermo mental solo puede ser juzgado
sobre la base de lo que dicen de él quienes lo rodean. 8
SADGER observa que los delirios de autorreferencia, de
persecución y de grandeza también se encuentran en el análisis
de los histéricos y de las personas normales. Es lo que ocurre, por
ejemplo, en el caso de Goethe ( en Dichtung und W ahrhe it),
cuyas primeras ideas de autorreferencia aparecen con las pri-
meras experiencias sexuales. Además, después de una riña con
sus compañeros se empecinó en escuchar a escondidas sus cuchi-
cheos y se enteró de que no creían que fuera el hijo de su padre;
entonces concibió la idea de ser el hijo de un príncipe. 0
Por lo tanto, lo único característico de la paranoia es la fija-
ción y el carácter incorregible de las ideas delirantes. Adler no
ha podido explicar estos factores.
Es dudoso que un trauma reciente desempeñe un papel tan
importante como el que le asignan Bleuler y, después de él,
Adler. No es exacto que el paranoico esté a cubierto del miedo;
los paranoicos cometen los crímenes más horrendos, lo que no
harían si no sintieran miedo.
En la demencia paranoide está ausente el afecto, como lo
ha descrito Adler.
Asimismo, Adler no logra dilucidar por qué el paciente pue-
de tener relaciones sexuales con prostitutas solo cuando están
vestidas.
8 Trátase de una observación válida, ya que el esquizofrénico es efectiva-
mente muy narcisista y difícilmente accesible a la influencia de otros. Por
consiguiente, debernos esforzarnos por saber todo lo posible acerca de él
por intermedio de sus familiares, relaciones, etc., tal como se hace en C'l
tratamiento de los niños. D e esta manera, y con ayuda <le una larga v
cuidadosa observación, a veces se puede entablar contacto con el pacicutl'
en un momento determinado e incluso establecer una relación con él. l .a
moderna terapia <le la esquizofrenia procura valerse <le estos proce<limi<'nlos.
i) Hallamos aquí la idea <le "novela familiar" que Frcu<l C'lahoró C'n 100!)
en el libro de Rank E/ mif'o del nacimiento drl héroe. Compárc'S<' ton c•I
acta 3. nota 10.
30l
29 de enero de 1908
No deja de ser llamativo el hecho de que el padre del pa-
ciente lo haya acusado de robo y que, a su vez, el paciente eleve
la misma acusación contra el director del periódico. Quizás haya
tenido lugar una trasferencia homosexual a partir del padre.
La predilección del paciente por los niños pequeños y el
miedo que le inspiran están vinculados probablemente con su
1:elación con sus hermanas menores.
La prostituta que en el sueño sostiene su pene en la mano
representa sin duda a la madre en una escena infantil. Es pro-
b:1ble que el paciente quisiera ocupar el lugar del padre ante la
madre. Las habituales ideas de grandeza remiten por lo general
al padre.
Las consideraciones teóricas no están fundamentadas por el
material presentado por Adler. Las ideas delirantes no tienen
obligatoriamente una base exhibicionista, y la hipótesis de una
superestructura de los órganos visuales y auditivos no está fun-
damentada.
RANK comenta, en primer término, la afirmación de que el
paranoico se muestra más interesado y activo en sus intentos ar-
tísticos [que en otros campos]. Piensa que ello se aplica más
bien a las personas con predisposición histérica, ya que, fuera
de otras causas más profundas, el paranoico pierde pronto su ca-
pacidad para cumplir las exigencias artísticas.
La identificación de Pernerstorfer con el padre del paciente
es muy clara, y si el paciente se mostró tan impresionado por la
explicación relativa a la fe en Dios es porque dicha identifica-
ción va mucho más lejos ( Dios = padre, etc.). También se ve
su relación con la madre.
Si la paranoia, crisis continua, se basa principalmente en
el exhibicionismo, la crisis histérica (momentánea) también con-
siste, después de todo, en mostrarse, exhibirse.
Cabe advertir que en esta historia, así como en las demás
historias de casos, hay muchísimos elementos "normales".
FEDERN pide disculpas por el carácter fragmentario de sus
observaciones, puntualizando su escaso conocimiento de la para-
noia. Las diversas críticas planteadas en el curso de la discusión
no conciernen a Adler, quien solo quería esbozar una línea de
pensamiento. La paranoia es una enfermedad particularmente
c·gocéntrica, y toda persona que posea una exagerada conciencia
de sí misma tiene un pasado exhibicionista.
Las observaciones de Adler que se refieren a la relación en-
l re el exhibicionismo y la paranoia son muy plausibles. La falta
ele inteligencia del paranoico está de acuerdo con la teoría de la
s11pcrcstrnclura fornH1lada por Adlcr, ya que el mundo exterior
w p<'rcih<' por nwdio de· la vista y e1 oído.

302
El profesor FREuo lamenta no poder examinar el aspecto
más importante del caso ( el problema de la elecci6n de la neu-
rosis), ya que está a punto de resolver ese problema y no desea
anticiparse a una comunicaci6n posterior dando indicaciones de-
masiado incompletas o demasiado detalladas.
A fin de obviar cualquier malentendido, sería útil hablar de
"angustia" ( carente de objeto) en vez de "miedo" ( que siempre
tiene un objeto). Probablemente, Adler quiso decir angustia.
303
29 ele enero de I908
Acta 38
explicar el carácter específico de las neurosis partiendo de pul-
~iones particulares.
En apoyo de los postulados de Adler, Freud puede citar su
análisis de un paciente paranoide cuyo delirio de autorreferen-
cia estaba alimentado por sus recuerdos de infancia exhibicio-
nistas. Empero, Adler parece ir demasiado lejos cuando también
relaciona los delirios de persecuci6n y de grandeza con el exhi-
bicionismo. Estas formas aparecen en la paranoia, pero no son
generadas por ella.
11

La cuesti6n de la primacía de las alucinaciones o de las
ideas delirantes deja de tener importancia con la introducci6n
del inconsciente. Los autores [que han escrito sobre el tema]
solo toman en cuenta lo que ingresa primero en la conciencia
mientras que cada uno de esos elementos surge de todo el pro-
ceso sin que haya ninguna relaci6n entre ellos; en determinado
momento, las alucinaciones aparecen primero; en otro, las ideas
delirantes. Unas no son la causa de las otras, como tampoco un
sueño es la causa de una psicosis. Evidentemente, el sueño es
solo una manifestaci6n de la totalidad del proceso.
Adler realiza una contribuci6n novedosa en relaci6n con dos
puntos:
l. La observaci6n según la cual el paranoico no desarrolla
angustia, la cual es, ciertamente, una característica importante
de la paranoia. Pero ello solo es característico de la paranoia
cr6nica pura. No obstante, debe objetarse a Adler en un detalle:
los estados de angustia más intensos no se encuentran en la neu-
rosis obsesiva, donde la angustia se halla en gran medida ligada
psíquicamente, sino en la histeria.
La segunda característica metapsicol6gica de la paranoia es
el mecanismo de proyecci6n: el paranoico "arroja" afuera sus
trasformaciones internas. De esta manera, se forman primero las
ilusiones y después las distorsiones de la memoria, como correc-
tamente observa Adler.
En relaci6n con la historia clínica, el caso puede interpre-
tarse en funci6n de un retiro del afecto homosexual hacia el
padre y su trasferencia a Pernerstorfer ( Sadger). 10 La vieja
"novela familiar" que configura la esencia de todas las neurosis
también se expresa en este caso ( las sospechas del paciente en
el sentido de que h amante de su padre hace que lo espíen, etc.).
2. El segundo descubrimiento de importancia es el hecho
de que el delirio de autorreferencia puede rastrearse en la pul-
si6n escoptofílica. En general, no obstante, no resulta factible
in Solo posteriormente, en 1911, Freud formuló sn troría sohrc la base
homosexual de la paranoia en "Observacionrs psicoanalíticas sohrr 1111 caso
de paranoia (dementia varanoides) autobiográficamcnte d(•scripto".
Como confirmaci6n de que se hallan implícitas superes-
tructuras del 6rgano de la vista, cabe mencionar el movimiento
anormal de los ojos [Augenmimik] que ha observado en los pa-
ranoicos; no obstante, estaría inclinado a considerarlo una mani-
fcstaci6n de la modificaci6n secundaria de la inervación. (ADLER:
¿Por qué precisamente los ojos?)
También cabría aventurar la sugerencia de que el paciente
puede haber tenido fantasías napole6nicas (los soldados con
quepis franceses, la revolución, las columnas, etc.).
La paranoia puede estudiarse muy bien en los casos no mór-
bidos. Mientras está solo, se considera paranoico al reformador
( en los últimos tiempos, Richard Wagner). El hecho de que
tenga adeptos evita que el individuo sea declarado enfermo. Por
ejemplo, la fundación de la religión cristiana es una paranoia
de doce hombres (la visión de la resurrección, cte.). Si la reli-
gión cristiana no hubiese encontrado tantos adherentes, cierta-
mente habría sido juzgada como la fantasía mórbida de un pu-
12
ñado de hombres.
El trauma reciente es muy importante ( a despecho de las
observaciones de Sadger); en este caso, se trata de la acusación
del padre.
STEKEL dice que ha venido con grandes expectativas, pero
que se marcha desilusionado. Al presentar sus trabajos, Adler
comete el error técnico de partir de abstracciones q_ue no pode-
mos aprehender de inmediato. Por tal razón, Stekel no puede
participar de la discusión de las tesis teóricas.
Adler sigue un camino err6neo en el análisis: pasa por alto
una conexión importante. El delirio del paranoico representa
11 Ciertamente, los delirios de autorreferencia, de persecución y gran-
deza tienen raíces diferentes. Las ideas de autorreferencia configuran una
reacción contra el exhibicionismo; el delirio d e grandeza es una reacción
contra el retiro de la libido de un objeto de amor y su absorción por el
yo; el delirio de persecución aparece como reacción contra la homosexua-
lidad.
~ Véase Fr<'ml , "Los actos obsesivos y las prácticas religiosas" ( 1907 \
1
¡o.e., t. n, PP· 11:37-1442].

304 Acta 38
una realización de deseos; el paranoico se refugia en la enfcr-
medad. Por consiguiente, no experimenta angustia. Sus ideas
deben interpretarse simbólicamente.
Espía= pene: el paciente se ve rodeado de penes, y no
tiene por qué tener miedo de ello. Los soldados (bayoneta al-
zada) tienen el mismo significado.
En el sueño, el otoño representa la relación del paciente con
la madre; las ideas incestuosas conectadas con ella son evidentes.
El neurótico tiene dos posibilidades de aproximarse a la
madre:
1) si no es el hijo de su padre;
2) si la madre es una ramera que todo el mundo (y, por con-
siguiente, también él) puede poseer.
La predilección por los niños es la predilección por los ór-
ganos genitales.
En el paciente pueden observarse dos poderosas corrientes:
el afecto por la madre y la tendencia homosexual hacia el padre.
Todo su delirio consiste en la irrupción del deseo inconsciente
de tener tantos penes alrededor suyo ( componente homosexual).
Los neuróticos son muy devotos, o bien ateos. La rebelión
contra Dios y el emp erador es una rebelión contra el padre.
Esto demuestra que la actitud política está profundamente arrai-
gada en las experiencias personales.
Rousseau, que era paranoico, fue un gran masoquista en
su juventud. Dicha circunstancia es típica del delirio de perse-
.,
CUClOn.
vVnTELS confirma, basándose en su propia experiencia, que
los paranoicos no muestran angustia frente a las cosas más horri-
p ilantes. Una paciente, por ejemplo, le dijo con toda calma que
él iba a atravesarla con un puñal. El pensamiento inconsciente
que es subyacente a esto, por supuesto, difícilmente pueda pro-
vocar angustia en la paciente. En cambio, otra paciente contó,
presa de violenta emoción, que por todas partes la gente le gri-
taba que era una puta. (FREUD: En este caso hay afecto porque
no hay deformación.)
El exhibicionismo está presente en todas las psicosis. Los pa-
cientes hospitalizados se masturban frente a los médicos.
El hecho de que el paciente de Adler reconociera el despla-
zamiento efectuado a partir de la figura del padre conh·adice el
diagnóstico de paranoia, ya que el paciente paranoide no se
corrige.
HrTSCHMANN agrega que los defectos de la vista y el oído
provocan desconfianza (los sordos, por ejemplo, son muy eles-
305
•>o ele enero de 1908
e on(iados). Estas cuestiones, sin embargo, deberían ser confir-
11 melas mediante estudios estadísticos completos.
Al comienzo de la paranoia, la decepción desempeña un pa-
p<·l importante: la decepción en cuanto a las ambiciones ( como
predisposición caracterológica reprimida) en el hombre, la decep-
C"iÓn sexual en la mujer.
ADLER hace algunas observaciones finales y responde en pri-
111cr término a Wittels, diciendo que los paranoicos se corrigen
111 comienzo y también al final. Solo puede hablarse de incorre-
gibilidad si se excluye toda consideración psicoanalítica, y esto
plantea también el problema de saber si la paranoia es curable.
En su opinión, la respuesta no es necesariamente negativa.
Es evidente que el exhibicionismo está presente en todas
las neurosis y psicosis; ¿qué otra cosa aflora, si no son las predis-
posiciones primarias?
Luego, Adler refuta brevemente las observaciones de Stekel
y agradece a Federn por estar de acuerdo con su punto de vista.
Algunas de las interpretaciones sugeridas son justas, muchas son
probables, pero algunas carecen totalmente de fundamento.
Finalmente, sintetiza en pocas palabras sus objetivos al pre-
sentar el trabajo:
1) demostrar la importancia del exhibicionismo y de la su-
perestructura psíquica de los ojos y el oído en la paranoia;
2) mostrar el tipo de represión que se realiza en el período
preparanoide, y de qué manera es levantada la represión duran-
te la enfermedad. No se puede negar que debe producirse un
13
hecho reciente para que se desencadene tal proceso.
13 Es natural que las opiniones sobre la paranoia, problema poco conocido
en esa época, fuesen divergentes. No obstante, esos hombres presentían
el significado oculto de la esquizofrenia y sus mecanismos, presentimientos
que luego se confinnaron en parte y que, hasta cierto punlo, fueron formu-
lados con mayor precisión. (Véanse los trabajos de Freud , Jung, Karl Lan-
dauer, N unbcr~, M. Kalan y otros.)

39
REUNION CIENTIFICA DEL 5 DE FEBRERO DE 1908
Presentes: Freud, Adler, Bass, [A.] Deutsch, F edern, Graf, He-
ller, Hitschmann, Hollerung, Rank, Reitler, Sadger, Stciner, Ste-
kel, Wittels, Urbantschitsch.
COMUNICACIONES
Adler y Federn presentan mociones y propuestas relativas a la
reorganización de las reuniones.
Archivos tomados en préstamo: Wittels, N9 14; fA.] Deutsch,
N° 30; Hitschmann, N9 24.
Urbantschitsch anuncia la presentación de un informe lno
se consigna el título].
Federn anuncia su trabajo titulado "El sentimiento de culpa
sexual".
ÜRDEN DEL DÍA
l. Mociones relativas a la reorganización de las reuniones
Doctores Adler y Federn
2. Informe introductorio sobre la anestesia sexual
D octor Hitschmann
MOCIONES RELATIVAS A LA REORGANIZACIÓN DE LAS REUNIONES
ADLER presenta varias mociones y propuestas respecto de la reor-
ganización de las reuniones de la sociedad.
l. Supresión de la urna y, con ella, abolición de la obligación
de hablar; en su reemplazo, se adopta un sistema de participa -
ción voluntaria en la discusión. 1
1 H asta ese momento, todos los miembros tenían obligación d e participar
en la discusión. La "nrna" contenía trozos de papel con los nombres d<·
los miembros, y las personas cuyos nombres eran extraídos al aza r clel>ia11
.'í ele f e /Jrero de 1908 3(]1
2. Cada quince días se dará lectura a los trabajos presentados.
l~n el ínterin, las reuniones estarán consagradas a continuar la
discusión del último trabajo presentado y a la recensión de libros
e informes. Esta propuesta facilitará una preparación y elabora-
ción más cabal de los trabajos, así como una discusión seria y
totalmente objetiva. La discusión se llevará a cabo del modo si-
guiente: el orador, o uno d e sus colegas, o el profesor, sintetiza-
rán, con miras a su discusión, los problemas más importantes re-
lativos al tema tratado.
3. Para la admisión de nuevos miembros, la votación será se-
neta y se tomarán las decisiones por mayoría de votos.
FEDERN presenta una moción adicional:
4. Abolición del "comunismo intelectual". Ninguna idea podrá
ser utilizada sin autorización de su autor; caso contrario, la libre
discusión [de los propios puntos de vista] se vería obstaculizada.
Por otra parte, los miembros que presenten algo nuevo podrán
r<'visar el acta. 2
Queda abierto el debate sobre estas propuestas.
STEKEL rechaza las observaciones personales de Federn y
pasa a analizar las propuestas una tras otra.
ad l. Está de acuerdo.
ad 2. Duda que el interés por una discusión se mantenga
1 ivo después de un lapso de ocho días; no se deberían dictar re-
glas específicas al respecto. Aprueba la idea de hacer recensio-
11cs de libros e informes.
ad 3. Está a favor del voto secreto. No obstante, las deci-
siones no deberían tomarse por simple mayoría; tres votos nega-
1ivos podrían ser suficientes para rechazar la incorporación de
1111 aspirante.
HITSCHMANN
ad l. Está de acuerdo, si bien el empleo de la urna tiene
1111 atractivo psicológico.
ad 2. Propone elegir oradores suplentes. Los miembros que
~<· hayan preparado deberían hablar primero. Deberían cesar las
partidas intempestivas después de la presentación del trabajo [y
l1.1c.;cr uso ele la palabra. Federn, al comentar dicha regla años después,
el ijo que su propósito era evitar que unos pocos miembros monopolizaran
111 <liscusión; asimismo, constituía una importante medida ele autodisciplina.
Si n embargo, no alcanzó los efectos deseados, ya que muchos miembros
111 1·fo rían abandonar la reunión prematurament e, para no tener que parti-
d pa r en la discusi ón.
Medida tendiente a redu cir las fri cciones entre los mi embros que s
1c•11saban mut11:tnH'11t <· el e robarse las id ea~, pl:tl-( iarsc•, e td tera.
 308
Acta 39
antes de la discusión] . La discusión sólo podrá posponerse en
caso de necesidad, pero no regularmente.
ad 3. Está a favor de los informes y del voto secreto.
ad 4. Solo el tacto podrá controlar esta situación.
SADGER
ad l. Está de acuerdo. Ello impediría automáticamente las
partidas apresuradas tras la lectura del trabajo.
ad 2. Está en contra de la postergación de las discusiones.
Si se ha 8:nunciado un número suficiente de informes y recensio-
nes, podría dedicárselcs toda la velada.
ad 3. No deb ería proponerse ningún candidato que no sea
conocido por dos o tres de los miembros.
ad 4. Todo trabajo que no haya sido puesto explícitamente•
a disposición de todos debería considerarse de propiedad del
autor.
5. Sadger presenta la siguiente moción. Los ataques y las in-
tromisiones p ersonales serán reprimidas de inmediato por el pre-
sidente, al que se le habrá conferido tal poder. 3
WnTELS defiende a Stekel contra los ataques personales <l<•
que ha sido objeto y que han ido demasiado lejos. Él mismo
lWittels J, es incapaz de escribir sin utilizar las ideas del pro-
fesor y no siempre cita sus fuentes.
FEDERN apoya la moción 5, ya que en ese sentido se siente
culpable. _Debería proseguirse la discusión de los temas impor-
tantes. Podría hacerse también la recensión de libros más anti-
guos. No fue su intención ofender a Stekel.
ad 3. Está a favor del voto secreto y de una mayoría d<·
dos tercios.
[A.] DEUTSCH presenta otra moción:
6. Para facilitar una mejor preparación, siempre deberán
anunciarse simultáneamente dos trabajos.
ad 3. Las personas propuestas como miembros deberán ser
invitadas a asistir a la reunión un día prefijado de cada mes, a
fin de conocerlas.
BAss
ad 2. Está totalmente de acuerdo en instituir la recensión
de libros.
3
L as discusiones, peleas y desavenencias se hicieron cada vez más fn•-
cuentes, hasta que finalmente Adler, y luego Stekel, renunciaron . "En ad<· -
lante, podremos trabajar en paz y sin ser perturbados", dijo Frcud cua ndo
yo [II. N.] lo vi por primera vez, poco después de la ren unc ia de Stck<"I.
5 de febrero de 1908 309
ad 3. El miembro patrocinante deberá dar los nombres de
los aspirantes solamente al Profesor, que entonces los dará a co-
nocer. Uno o dos miembros informarán sobre el aspirante.
REITLER está de acuerdo con todas las mociones, salvo la nú-
mero 5.
SADGER responde a Reitler:
ad 3. No considera que tal información sea suficiente para
juzgar el carácter de una p ersona.
HELLER está de acuerdo con este punto. El patrocinante de-
bería responder de su candidato.
ad 4. Este punto no puede regularse mediante resolucio-
nes; es cuestión de tacto personal. Además, semejante resolución
restringiría las actividades literarias.
WITTELS propone cerrar el debate; se acepta la moción. Los
miembros que se han anunciado pueden tomar la palabra.
GRAF: Las propuestas de reorganización surgen de un sen-
timiento de malestar: ya no somos el grupo que éramos antes.
Aunque todavía somos huéspedes del Profesor, estamos por cons-
tituir una ·sociedad. Por este motivo, presenta la siguiente moción:
7. Trasladar a otro sitio las reuniones, realizadas hasta ese
momento en el departamento del Profesor.
PROFESOR FREUD
ad 5. Se opone. Le resulta penoso reconvenir a alguien. Si
la situación es tal que esos señores no pueden tolerarse, que na-
die expre~a su verdadera opinión científica, etc., entonces no
puede menos que cerrar el negocio.
Esperaba ( y sigue esperando) que al alcanzarse un saber
psicológico más profundo se superarían las dificultades en el
trato personal. Hará uso de la autoridad que se le asigna en la
moción 5 solamente cuando algunos asistentes molesten al ora-
dor con su conversación.
Espera cierto grado de seriedad y franqueza de parte de
los miembros, y agradece a los dos patrocinantes de las mocio-
nes la manera franca en que han enfocado esos temas penosos.
8. Por último, propone que se elija una comisión para elabo-
rar las tres primeras propuestas, que son de orden puramente
tfonico, y para resumir las propuestas en forma práctica y pre-
S<'ntarlas en la siguiente reunión.
No obstante, la discusión sobre el "comunismo intelectual"
debería proseguir ahora, y, por consiguiente, anularse el cierre
cid debaté.
Sus propios puntos de vista sobre esta cuestión son los mis-
111os ele siempre; en su opinión, no deben introducirse modifica-

310 Acta 39
ciones esenciales. Está totalmente de acuerdo con los puntos de
vista de Heller. Además, cada participante podría especificar él
mismo de qué manera desea que se traten sus ideas. Él, personal-
mente, cede los derechos de todo lo que dice. 4
Se acepta la moción 8 y se elige una comisión de cincu
miembros compuesta por Adler, Federn, Graf, Hitschmann y
Wittels.
DEBATE SOBRE EL "COMUNISMO INTELECI'UAL"
STEKEL entiende que se justifica la protección de la propiedad
intelectual, aunque muchas de las ideas expuestas "están en el
aire". El mismo ha considerado su deber difundir las ideas del
profesor; si al hacerlo ha cometido ocasionalmente un desliz, dice
un pater peccavi: no sucederá nuevamente. Renunciará a ese tipo
de literatura, y procurará no ocasionar fricciones.
Una vez que Federn retira su moción 4, ADLER aborda ese
punto y lo discute a fondo. Esa propuesta no tenía por objeto
ejercer control sobre cada detalle, sino prevenir las reticencias en
la discusión. Empero, también era su intención abolir el "comu-
nismo" respecto de los problemas planteados y sus soluciones. Por
supuesto, esto se aplica exclusivamente a los temas importantes
sobre los que alguien ha elegido trabajar.
URBANTSCHITSCH desea que se apliquen reglas estrictas res-
pecto de la admisión de nuevos miembros En lo que respecta al
"comunismo intelectual", todo es cuestión de tacto personal.
Por último, se somete a votación la moción de Adler sobre
la abolición del "comunismo intelectual", según la enmienda d(•
lil
Steiner:
"Todo lo que es presentado en este círculo y está sujeto n
propiedad intelectual puede ser utilizado libremente mientras el
autor no reivindique expresamente su propiedad".
Aprobado por unanimidad. 5
Fin de la reunión de trabajo. Punto 2 del orden del día.
PRESENTACIÓN
Sobre la anestesia sexual
ÜRADOR: DOCTOR HITSCHMANN
En vista de que el tema de la impotencia psíquica ha sido discu-
tido recientemente en el grupo, 0 el orador soslayará la anestesia
masculina y se centrará en la anestesia femenina.
4 1111/hologischer tmd hygienischer Beziehung [La vida sexual de la rnuier
Esto es característico de la auténtica generosidad de Freud.
5 1111 sus aspectos fisiológico, patológico e higiénico], Urban & Schwarzenberg,
Las disputas sobre cuestiones de prioridad agotaban el tiempo y lus
energías del círculo.
o Cf. acta 26.
, de febrero de 1908 311
Ya a partir de la clefinición, nos encontramos con puntos de
, isla diferentes. Algunos denominan anestesia la ausencia com-
pleta de toda sensación sexual de la libido, que no puede ser
wintegrada al individuo. Esos casos se diferencian de aquellos
, •11 que existen sentimientos sexuales, pero ninguna sensación du-
11tnte el acto sexual propiamente dicho. Hitschmann no efectua-
' i't tal distinción.
Aparentemente, existen .casos reales de anestesia, que con
11 ccucncia se combinan con la aplasia de los órganos genitales
.V los estigmas de degeneración grave. La anestesia sexual (falta
lotal de placer durante el acto sexual) se da con suma frecuen-
1·ia ( de acuerdo con una estadística, afecta a un tercio de !a!-'
111ujcres alemanas). Esas personas, no obstante, conocen el pla-
,·,·r en otros aspectos. Este estado, en vista de su pronunciada
1rccuencia, es de tipo fisiológico, y a menudo desaparece en el
, 11rso de la vida conyugal.
Fuera de la primera forma, que es temporaria, existe
2) una forma ocasional que está vinculada a problemas psí-
,¡11icos: la cuestión reside en el tipo de hombre que necesita la
111t1jer.
En la tercera forma, de carácter relativo, la culpa es del
hombre: la mujer no puede llegar al orgasmo con un hombre en
particular, mientras que otro puede satisfacerla.
El orador presenta, a modo de prueba, dos casos tomados de
,11 propia experiencia, y luego se refiere brevemente a los efectos
1 IP la anestesia sexual. La anestesia total no tiene consecuencias
directas.
Chrobak 7 solo encontró casos de anestesia total en pacientes
,·on órganos inferiores.
Una de las consecuencias es el aumento de la esterilidad ( se-
g(m Kisch, 8 el 38 % de todas las mujeres que sufren de aneste-
,ia son estériles).
La anestesia parcial, según se dice, también es causa de cn-
1, ·rmedades.
Otro efecto es la neurastenia sexual, que se da con frecuen-
' ia en las mujeres que experimentan excitación sexual pero no
11htienen satisfacción; esas mujeres también pueden contraer neu-
1osis de angustia ( Freud) .
' Rudolf Chrobak (1834-1910) era el famoso ginecólogo ele la Universi-
dncl de Viena a quien Freud menciona en "Historia del movimiento psico-
11 rtalítico" (1914) íO.C., t. II, pp. 1895-19301.
" E. Heinrich Kisch, Das Geschlechtsleben des Weibes in physiologischer,
Ví<·na, 1904; 2~ edición revisada, 1907.
312
:; de febrero de 1908 313
En relación con el cuadro psicológico de la anestesia, las mu-
jeres que padecen de auténtica anestesia presentan anomalías Cabe mencionar, as1m1smo, que algunos pueblos primitivos
psíquicas. tratan de excitar a la mujer por medio de estimulantes ( anillos
Otras despliegan desde jovencitas una conducta notoriamen- estimulantes).
te altruista y cuando se entregan a un hombre, lo hacen exclusi- El informe concluye con la descripción de otro caso.
vamente por consideración a él; en cierto modo, se sacrifican. Resumen de los principales puntos discutidos:
Tienen numerosas amistades platónicas y siempre están rodeadas l. Definición.
de un círculo de amigos, etc. (Rabel Varnhagen ° puede haber 2. Cuadro psíquico.
pertenecido a este tipo de mujer.) 3. Efectos ( en parte, orgánicos: esterilidad, etc.; ner\'iosos:
Otras mujeres que padecen anestesia son impulsadas al adul- histeria de angustia, etc.) .
terio cuando no hallan satisfacción con el marido. Es comprensi- 4. Causas.
ble también que una mujer que sufre de anestesia durante el 5. Profilaxis y terapia.
coito, busque otros tipos de relación sexual. 6. Material casuístico.
El orador procede luego a examinar la relación existente en- 7. Anestesia masculina.
tre la histeria y la anestesia. Esta última es un estado psíquica- 8. Distinción entre la anestesia debida a causas puramente
mente adquirido. La represión frustrada de experiencias sexuales orgánicas y anestesia psíquica.
es también probablemente, la causa de la anestesia ( así como
de la histeria). Además de los factores anatómicos ( a propósito,
téngase en cuenta que la anestesia guarda tan poca relación con
los ovarios como la libido masculina con los testículos), deben
tenerse en cuenta otros factores causales: "la debilidad constitu-
cional de la zona genital" ( Freud) y la excesiva masturbación
del clítoris ( Freud: U na teoría sexual) . Ello nos hace presupo-
ner un período de latencia durante el cual, normalmente, y con
toda probabilidad, todas las jovenc:tas padecen de anestesia. En
dichos casos intervienen factores psíquicos ( no locales), entre los
cuales también puede cumplir un papel el trauma de la prohibi-
ción. El prolongado amor por los padres puede igualmente pro-
vocar la anestesia ( Freud), lo mismo ocurre en los noviazgos
muy largos. Otro factor es el predominio de tendencias homo-
sexuales.
Con respecto a la profilaxis y la terapia, es muy importante
la educación sexual. Asimismo, es conveniente que el hombre
que contrae matrimonio goce de toda su potencia sexual y que
proceda con cuidado y delicadeza. La virginidad absoluta no e~
la condición ideal.
El verdadero remedio consiste en someter el clítoris a cier-
tas fricciones; entonces se ayudará a la mujer a obtener satisfac-
ción a partir de otras zonas.
En ciertos casos está indicado el tratamiento psicológico.

9 Rahel Varnhagen ( 1771-1833) era la esposa de un estadista y escritor

alemán. Se hizo famosa por sus cartas y la influencia que ejerció en hom-
bres famosos de su época.

40
REUNION CIENTIFICA DEL 12 DE FEBRERO DE 1908
Presentes: Freud, Adler, Bass, 1A. l Deutsch, Federn, C:ru
Heller, Hitschmann, Rank, Reitler, Sadger, Schwerdtner, St<'i111
Urbantschitsch, Wittels.
El doctor Joachim es admitido I como miembro J.
ÜRDEN DEL DÍA
l. Discusión sohre la anestesia sexual
2.
Resolución concerniente a la organización de las reunio11 1 •
DISCUSIÓN SOBRE LA ANESTESIA SEXUAL
ADLER puntualiza que es muy difícil hablar sobre la an<'sl1•1il
sin haber recogido experiencia suficiente a partir de los an(1II
Por su parte, solo ha realizado un análisis de ese tipo; si11 c•1
bargo, la paciente no lo consultó porque padecía de arn·slc
sino por los dolores histéricos que sufría en la zona hcp:'111
El análisis reveló su intensa aversión por el marido. mi<·ull
que no padecía anestesia con su amante.
Hay muchas mujeres anestésicas, pero que no sufren
presiones ni represiones que valga la pena mencionar;
decirse que son anestésicas por elección consciente: en fon
totalmente consciente, se resisten al hombre y sus caricias. Atll
recuerda la creencia popular según la cual las mujeres aiw~I
cas no aman a su marido.
Debemos ser muy escépticos respecto del segundo ~1·11
mencionado por Hitschmann: el de las mujeres que ap11rc•11I
mente aman a sus maridos. Muchas mujeres ni siquiera sul
si los aman o no ( cosa que a menudo surge de los análi\l
hombres). Probablemente sean ésos los casos de muj<'l'C'.\ e¡
fácilmente se dejan incitar al adulterio, a pesar del amor '11
sienten por el mar·do.
12 de febrero de 1908 315
Adler no sabe nada sobre el material reprimido y, por lo
lrmto, no está en condiciones de confirmar los puntos de vista
de Hitschmann, que sin embargo comparte.
Sería interesante investigar las experiencias de violación.
Muchas mujeres, debido a un impulso sádico que despertó en
determinado momento de su existencia, padecen anestesia toda
,u vida; no obstante, como sucede a veces, esos impulsos sádicos
desaparecen con el tiempo, cuando nada los alimenta o son erra-
dicados. (Menciona un caso de éstos.)
El tratamiento psicoanalítico de la anestesia es muy exitoso
l'llando tratamos casos de esa índole, o cuando se trata de rela-
l'iones sexuales con otros hombres; pero difícilmente pueda re-
·.olverse si la culpa es del hombre. Ello también se aplica a los
l1ombres que sufren de impotencia psíquica con su esposa.
Las mujeres recién están comenzando a tener una vida inde-
¡l<'ndiente, lejos de su familia, y a desarrollar su propio carácter;
t:iks aspiraciones pueden constituir una barrera para la completa
l11sión en el acto sexual. A esto se debe tal vez la frecuencia
particularmente alta de anestesia en nuestra época. 1
rA. l DEUTSCH presenta dos casos, sobre los cuales, sin em-
11argo, no puede afirmar nada en forma concluyente. El primero
d1 • ellos es el de una mujer que sufría de anestesia con su se-
1.11ndo marido.
El segundo caso era el de una mujer que sufría de anestesia
f1,1nsitoria, a pesar <le que era feliz en su matrimonio. Después
.J,• cada menstruación pasa por un período de anestesia que dura
1111 par de semanas. No fue posible establecer a ciencia cierta si
,llo se debía al temor de quedar embarazada, ya que sabía que
l.1•, probabilidades de concebir son mayores inmediatamente des-
¡i11{·s de la menstruación.
URBANTSCHITSCH lamenta no haber asistido a la exposición
d, • 1Iitschmann. En su opinión, la anestesia auténtica solo puede
d 11sc cuando se han producido modificaciones físicas patológi-
f:1'; en ese caso tiene carácter permanente, mientras que en to-
d, 1, los d_emás es transitoria. Las anestesias transitorias aparecen
1111111<10 hay aversión. Cita el caso de una prostituta que solo cx-
¡u rimentaba placer I era "estésica"] con su amante. Cuando el
11111samiento se desvía hacia otro objeto también puede produ-
11 ,1• anestesia ( cita el caso de una mujer que padeció anestesia
111.1 vez porque estaba preocupada por el vestido de fiesta que
11, 1 aba puesto durante el coito). Es bien sabido que el temor
t .1111 todo derecho p11('dc verse en Adler al prim,er discípulo de Frcud
111, procuró eslablrt·<·r 11 11a relación entre el psicoanálisis y las ciencias
: 1.,l,•s.
 316 Acta 40
de [tener J hijos, así como el sentimiento de vergüenza, pueden
provocar la anestesia. La anestesia después de la menstruación
puede deberse al hecho de que la sensación de placer depende
del estado de humedad de la vagina.
FEDERN, que tiene bastante experiencia en la materia, pre-
senta varios casos.
Algunos casos de anestesia transitoria ( por ejemplo, después
de la menstruación) tienen relación con la periodicidad de toda
existencia; trátase de un problema fisiológico que no corresponde
discutir aquí.
Desde el punto de vista freudiano, la anestesia es un pro-
blema fundamental ( como la angustia).
Cuando una mujer tiene motivos para rehuir la sexualidad,
puede normalmente correr el peligro de convertirse en una "sol-
terona"; en el otro extremo de la escala se encuentra la represión
bien lograda (la mujer que es anestésica "por elección conscien-
te" - Adler). Entre ambos extremos hay una cantidad inmensa
de fases intermedias: las conversiones y todos los grados de la
histeria.
Existe una segunda escala, paralela a la primera: como re-
sultado de la represión de la pulsión sexual, surge todo tipo de
perversiones.
La anestesia en el hombre tiene un carácter menos equívoco.
En las mujeres, el destino individual desempeña un mayor papel.
Las anestesias determinadas por el azar o el destino pueden cu-
rarse modificando las condiciones de vida externas. La principal
causa de esas "anestesias de destino" es la incapacidad del hom-
bre para satisfacer a la mujer.
Con respecto al resto de los casos, Federo está de acuerdo
con los puntos de vista de Hitschmann y Adler.
Los impulsos fuertemente sádicos o lesbianos también pue-
den provocar la anestesia.
Paralelismo entre hombres y mujeres: hay hombres que su-
fren de impotencia sexual, es decir, que no tienen eyaculación
ni orgasmo; hay otros que realizan el coito normal, pero son anes-
tésicos. En forma concomitante, debe de haber mujeres quo
sienten placer pero no llegan al orgasmo, y otras que no sienten
nada durante el coito.
Federo agrega a sus casos el de un hombre cuyo pene era,
sencillamente, demasiado corto. Menciona también otros ca
sos: dos mujeres, que luego sufrieron de anestesia permancnt<·,
habían sido violadas por el hombre amado ( una de ellas, des
pués de su matrimonio), y dos hermanas que sufrí:m de anestesia
permanente.
12 de febrero de 1908 317
SADGER duda de que exista un estado de anestesia absoluta-
mente congénita; con toda facilidad podrían encontrarse razones
confirmatorias de sus dudas en la vida de una serie de persona-
jes históricos famosos, de quienes se dice que padecían de anes-
tesia absoluta: Newton, Kant, Leonardo, la hermana de Goethe.
En la mayoría de estos casos puede demostrarse que hubo una
temprana represión sexual. El único interrogante que cabe for-
mular es: ¿Cómo se produjo la represión? Tal vez deba presu-
ponerse una sensibilidad debilitada de la esfera sexual. En el
caso de los hombres, debe prestarse atención a ciertas profesio-
nes: matemáticos, naturalistas, artistas.
La anestesia adquirida puede ser general o parcial; cabe dis-
tinguir aquí dos grupos: las personas que solo sufren de aneste-
sia durante el acto sexual (la mayor parte de las mujeres pueden
ser llevadas al goce sexual por ciertas formas de estímulo), y
las personas que solo sufren de anestesia con una persona de-
terminada.
Menciona luego varios casos tomados de su práctica analí-
tica: una mujer rechazaba el coito, probablemente a causa de
que tenía flujos, provenientes de la masturbación infantil; tres
hermanas sufrían de anestesia con los hombres que amaban.
En síntesis, Sadger señala que el problema es insoluble mien-
tras no se haya analizado un número suficiente de esta clase de
casos. No existe anestesia absoluta, sino anestesia relativa; ésta
puede ser parcial, es decir, producirse solo en el coito, o con
una persona en especial.
FREUD dice que solo hará unas breves observaciones sobre
l completo y concienzudo informe de Hitschmann.
La anestesia es un síntoma tan frecuente, que por fuerza lo
atribuimos a gran variedad de causas. El campo de la anestesia
es trasversal al de las neurosis, pero no coincide con él. No to-
dos los individuos que sufren de anestesia son neuróticos; por
d momento, no obstante, nadie tiene la última palabra. 2
En las mujeres, la anestesia debe considerarse, esencialmente,
1111 producto de la civilización ( caso contrario, aparece con poca
frecuencia), un efecto de las influencias educacionales: se deb<>
ni hombre 3 ( objetos sexuales inadecuados) o directamente a los
,.fcctos de la educación. Gran cantidad de mujeres que sufrC'n
ele anestesia han sido jóvenes demasiado bien educadas; la re-
presión de la sexualidad no solo ha cumplido su propósito, sino
~ Aparentemente, Freud pensaba en un factor biológico. Véase también
l., nota 5.
~ Evidentemente, Rank abrevió demasiado la discusión en este Jugar, de
111odo que es difícil comprender lo qne quiso decir Freud.
318 Acta 10
que ha ido mucho más allá de sus intenciones. La anestesia dis-
minuye con el paso de los años.
Un segundo punto de vista concierne a la infidelidad. Si so
concede la satisfacción sexual a la mujer, no deben exagerarst•
las exigencias de fidelidad conyugal. Otro medio de evitar la
neurosis y someterse a las exigencias de la civilización es la d<'
formación del carácter [Verderbung des Charakters, literalmen-
te: arruinar, echar a perder el carácter]. Todas las rarezas y
manías de la gente son sustitutos de neurosis. El indivicl110
puede elegir entre tres caminos: la neurosis, la trasgresión de las
4
reglas ( infidelidad, etc.) o la virtud y las rarezas de carácter.
Gran cantidad de personas elige el tercer camino. Las mujer<'s
dotadas de encanto y atractivo adquieren y mantienen esas cua
lidades por medio de la libertad sexual.
Conducta psíquica de las mujeres que sufren de anestesia:
las que aman a su marido y sufren de anestesia por otras razo
nes (físicas) son sumamente exigentes y tienen grandes neccsi
da des [ de pruebas de amor]; constantemente exigen galanterías
y atenciones, en tanto que la mujer que está físicamente satisft'
cha no hace tales reclamos.
Cabe distinguir también distintos grados de anestesia: nm
chas mujeres no son anestésicas sino que experimentan cicrtm1
sensaciones, que pueden intensificarse. La anestesia total prohn
blemente se da muy rara vez. Algunas mujeres no saben si su
fren de anestesia o no. 5
Como la anestesia puede interpretarse solo en el sentido tic,
una ausencia de sensaciones placenteras, cabe preguntarse si
una mujer puede experimentar placer sensual sin descarga, o
llegar a la descarga sin experimentar placer sensual.
Las mujeres que tienen muchos amantes son seres ancst{·sl
cos que buscan una y otra vez al hombre que pueda satislu
cerlas.
No deben subestimarse las influencias accidentales: po
ejemplo, no sabemos de ningún caso de anestesia sexual en 111
mujeres que ejercen el poder.
Observaciones sobre un caso: tres hermanas, de las c1111lc•
4 En otras palabras: las exigencias sexuales pueden ser manejada•: 1111
medio de una represión sexual insatisfactoria , es decir, por la nc•mos1,¡ o
mediante la rebelión contra las reglas sociales (infidelidad); o por ,1·1111
mientos de culpa y modificaciones del carácter.
i Posteriormente, Freud parece haber pensado que, en primera i11sl;1111-t,,
las mujeres rechazan la relaci,ín sexual como tal. VéasC' "El tabú ele 1,, v11
ginidad" (1918) [O.C., t. III, pp. 2441-21531.
12 ele febrero de 1908 319
una era una histérica aguda, la otra absolutamente sana pero
ramera rH aderlump l , ): la tercera totalmente anestésica.
Para terminar, Freud desearía sugerir la introducción de
una disc'plina que florecía en la Antigüedad, a saber la institu-
eión de una academia de amor donde se enseñase el ars amandi.
BASS subraya especialmente la importancia de la etiología
social, que Adler ha tratado ligeramente: la anestesia es una en-
fermedad de la burguesía, de la clase donde la elección de ma-
rido no está determinada por la selección natural sino por fac-
tores sociales y econ6micos, donde la educación de las jóvenes
apunta directamente a la represión y la virginidad y ( al menos
<'11 teoría) la monogamia son una exigencia estricta. Las cos-
tumbres sexuales más libres de la población campesina redun-
dan en un porcentaje considerablemente menor de individuos
que sufren de anestesia.
La periodicidad ( Federn, 1A. l Deutsch) del hombre y de
la mujer debería coincidir del modo más favorable posible.
Los casos de graves deficiencias orgánicas, intervenciones
quirúrgicas, etc. ( Urbantschitsch), no entran dentro del tema
tratado.
El uso de la fuerza durante la noche de bodas y los traumas
psicosexuales en particular ( actitudes que puedan herir la sensi-
bilidad sexual, etc.) desempeñan un papel importante.
La terapia debe apuntar, antes que nada, al aspecto social.
Informes de casos: cinco casos; una joven rechazó una ocasión
de tener relaciones sexuales y desde entonces sufre de anestesia;
t 'll un segundo caso, una joven atisbaba los ruidos del coito;
lnego se entregó a una masturbación excesiva y continua que
posteriormente provocó una anestesia en su vida conyugal. En
olro caso, el coitus interruptus había suscitado graves perturba-
dones en los cónyuges; para impedir la concepción, la mujer se
anestesió artificialmente y terminó por sufrir una verdadera anes-
l<·sia. Otra mujer no amaba a su hijo sino al compañerito de
juegos de éste; detrás de ello tal vez se escondía un amor por
1•1 padre del niñito.
Todas las pacientes citadas, excepto una, tienen hijos.
STEINER comienza introduciendo algunos puntos de vista ge-
ll('l'ales: establece un paralelismo entre la anestesia y la impo-
1, •ncia funcional en los hombres, y luego aplica la clasificación
que estableció para esta última a la anestesia en las mujeres.
Sqzún dicha clasificación, existe una anestesia congénita y total.
A menudo Sl' encuentra una anestesia de tipo fisiológico en
l.ts mujcn•s r<'C'i{•n casadas.

320
Las mujeres anestésicas frecuentemente desarrollan algún ta -
lento [sic/], en especial el musical. ( RANK menciona el caso do
O
la esposa de Robert Schumann en este sentido.)
El hombre más casto es el hombre que está satisfecho S('
xualmente.
Presentación de casos: un caso en que un ataque sexual en
la infancia desempeñó un papel significativo; el caso de una jo
ven que rechazaba el más leve contacto físico y la menor inicia
tiva de los hombres. (SADGER: ¡Histeria!)
El tipo de anestesia adquirida como consecuencia de influcn
cias posteriores es más accesible a la terapia, en tanto que la
anestesia derivada de factores congénitos tendrá el pronóstico
más desfavorable.
Muchos tipos de anestesias parciales o adquiridas en un pe
ríodo posterior de la existencia, pueden eliminarse mediante 111
estimulación normal.
REITLER solo desea añadir unas breves observaciones a esu
exhaustiva discusión. No cree que la impotencia psíquica en 1011
hombres sea el equivalente de la anestesia [en las mujeres]; d(•
hemos centrar más nuestra atención en la bisexualidad y en 1011
órganos análogos ( pene •= clítoris). La anestesia total es muy
rara, y se basa en la aplasia.
Es difícil determinar si las mujeres pueden tener una des
carga sin experimentar sensaciones sexuales; en los hombres, 110
hay duda de que esto es posible ( mediante la masturbación
típica). Es posible que la descarga normal siempre esté acom
pañada de placer. La anestesia masculina es frecuente en 1011
onanistas, ya que durante el coito no experimentan la excitaci6n
más intensa que les brinda la masturbación.
Como ejemplo ilustrativo de la anestesia en mujeres lice11
ciosas, menciona un caso de anestesia combinada con aplasia d(•I
clítoris; la mujer en cuestión exigía al marido las hazañas sexua
les más desmedidas. La contraparte de este [tipo de caso l ('~
aquél en que el pene del marido es demasiado corto o [el hom
bre sufre de] eyaculación precoz.
Reitler menciona el caso de otra mujer que sentía plat·(•1
solo cuando el pene del hombre estaba fláccido, condición qw•
aparentemente se remontaba a una experiencia infantil (intento
de realizar el acto sexual con un hermano más joven).
HITSCHMANN, en sus observaciones finales, subraya que c•I
stuprum o la brutalidad en la noche de bodas fueron menciona
dos con relativa frecuencia en el curso de la discusión.
r. El ejemplo es totalmente inadecuado , ya cine la pianista Clara Schum111111
fu e una famosa niña prodigio.
12 de febrero de 1908 321
Acta 40
Como medida terapéutica, los médicos recomiendan a me-
nudo practicar el coito a tergo o en posición decúbita, o con la
mujer encima del hombre.
Refiriéndose a la observación del profesor Freud sobre la
"rareza" de la gente, Hitschmann está convencido de que buena
parte de la inquietud nerviosa propia de nuestra época se debe
a la falta de satisfacción sexual ( prohibición de tener hijos).
De acuerdo con la tesis de Adler en el sentido de que las
mujeres que sufren de anestesia tienen partos dHíciles, parece
probable que tengan algo que ver ciertas anomalías ( inferiori-
dades) ( a lo que AnLER observa que dichas anomalías pueden
encontrarse con facilidad en la familia de los pacientes o en los
pacientes mismos).
MEMORANDUM
La comisión integrada por los doctores Adler, Hitschmann, Wit-
tels, Federn y Graf (los dos últimos no aparecieron), designada
en la reunión del 5 de febrero de 1908 con el fin de formular
mociones sobre los cambios de procedimientos discutidos en esa
reunión, somete a votación de los miembros las siguientes reso-
luciones:
I. Se suprime la urna; queda abolida la obligación de ha-
blar; la discusión se desarrolla según las reglas en curso en las
sociedades científicas, es decir, cada uno habla siempre que pida
la palabra; el presidente puede hacer uso de la palabra sin anun-
ciarse previamente. El orador tiene derecho a efectuar las ob-
servaciones finales , aunque puede renunciar a dicha prerrogativa.
Motivos: Es indudable que el temor de hacer uso de la
palabra incitaba a algunos miembros a abandonar precipitada-
mente las reuniones ( cuando no a abstenerse de asistir a ellas)
después de la exposición del orador; ello va en detrimento de
la dignidad y la labor cumplida por nuestra Sociedad. Además,
la obligación de hablar puede fácilmente incitar a quienes no
tienen nada que decir, a entregarse a invectivas personales. Por
otra parte, quienes tienen algo que decir ganan tiempo para dis-
cutir con más conocimiento de causa y pueden tomar la palabra
varias veces.
11. Algunas reuniones deberán dedicarse específicamente a
efectuar recensiones de libros y a1tículos; con ese fin, se elegirá
a un miembro que todos los miércoles, antes de la conferencia,
presentará brevemente los autores y títulos de la bibliografía
especializada publicada recientemente (libros y revistas). En
esa lista los miembros eligen por mayoría relativa los temas que
consideran suficientemente importantes para una exposición mi-
322 Acta 40
nuciosa. Los encargados de la reseña serán siempre voluntarios,
elegidos en cada ocasión. La frecuencia de las reuniones dedi-
cadas a las recensiones dependerá, por un lado, de la cantidad
de bibliografía acumulada y, por el otro, del número de trabajos
anunciados; no obstante, en principio tendrán lugar una vez
por mes.
En el curso de esas reuniones también se presentará mate-
rial de casos clínicos.
Resulta superfluo dar los motivos por los cuales es necesario
dedicar ciertas reuniones a las recensiones. El procedimiento in-
dicado parece ser el más conveniente: se elige a uno de los
miembros para que comunique en pocas palabras la información
relativa a la semana; antes de cada reunión, de ser posible, se
le informará de cualquier material bibliográfico que haya podido
escapar a su atención. Por regla general, solo deberá enumerar
autores y títulos, y con ese fin deberá consultar con regularidad
una revista médica importante, preferiblemente la Münchner
medizinische W ochenschrift, en busca de referencias bibliográ-
ficas. Esto le permitirá indicar en pocas palabras el contenido
de las obras. En el caso de que ningún miembro se ofrezca para
efectuar la recensión del material deseado, deberá renunciarse a
ello: no se ejercerá ningún tipo de coerción.
III. La presentación de cada trabajo deberá anunciarse por
lo menos con dos semanas de anticipación, a fin de que los
miembros cuenten con un mínimo de quince días para preparar
eventuales informes sobre un mismo tema. Para colaborar en la
ejecución de esa resolución y completar continuamente el pro-
grama, el secretario contará con un adjunto que, además, orga-
nizará las reuniones dedicadas a las recensiones.
Motivos: El objetivo que se persigue con esta resolución es
facilitar la preparación más completa del orador y los partici-
pantes de la discusión. Cada año disponemos de un promedio
de veinticinco a treinta reuniones, seis a ocho de las cuales se
dedicarán a las recensiones; algunos trabajos, junto con su dis-
cusión, requieren dos o más reuniones. En la actualidad somos
veinte miembros, cada uno de los cuales, en opinión de esta co-
misión, debería presentar por lo menos un trabajo por año; te-
niendo en cuenta todo esto, el programa anual puede cumplirse
con facilidad. Con respecto a la presentación de un trabajo anual
por cada miembro, no se formuló ninguna moción especial por-
que se cree que la obligación moral tiene suficiente peso.
IV. Se considerará como renunciante al miembro que falte
a las reuniones cuatro veces seguidas sin ninguna excusa.
Esta moción está justificada por la dignidad de la Sociedad
y su modo de funcionamiento.
12 de febrero de 1908 323
V. Los nuevos miembros serán aceptados de acuerdo con
las reglas observadas hasta la fecha.
Motivos: Habiendo considerado cuidadosamente todas las su-
gerencias formuladas, la comisión ha decidido volver al antiguo
procedimiento porque parece ser el más sencillo y equitable.
Los errores que se han cometido y a los que se hizo referencia
durante la reunión de la semana pasada no han perjudicado por
el momento a la Sociedad; además, ninguna regla de votación
podrá obviarlos por completo. Por diversas razones, la comisión
no cree aconsejable introducir por ahora requisitos de admisión
más estrictos, en particular porque, siendo esta asamblea un paso
intermedio entre un grupo invitado por el profesor Freud y una
sociedad, las personas que son aceptables para el Profesor tam-
bién deben serlo para los demás. En oposición a esta moción
de la comisión, el doctor Adler presenta por separado una pro-
puesta, que él mismo defenderá. Sugiere celebrar encuentros
mensuales en otro lugar ( por ejemplo, un pequeño auditorio de
la Universidad), encuentros a los que serán admitidas por ma-
yoría de dos tercios todas las personas que presenten su candi-
datura. Entre ellas, se elegirían los miembros de la Sociedad de
los Miércoles, más restringida, conforme al procedimiento puesto
en práctica hasta la fecha.
Además de estas propuestas, la comisión formula las siguien-
tes opiniones de la asamblea: por razones históricas, no es de-
seable el cambio de lugar de reunión. Todos los miembros asig-
nan tal valor al lugar, así como al carácter de las reuniones, que
desean introducir la menor cantidad de cambios posibles.
Es imposible controlar totalmente, mediante reglas y regla-
mentos, el "mal humor en el imperio" que se ha manifestado
últimamente; no obstante, es de esperar que en adelante bas-
tarán las buenas intenciones para impedir toda fricción en el
futuro. 7
Teniendo en cuenta lo expuesto, la comisión recomienda
aceptar sin discusión las cinco mociones presentadas y hacer
llegar copia de este memorandum a todos los miembros de la
Sociedad.
Ü'RGANIZACIÓN DE LAS REUNIONES
ad I: HITSCHMANN presenta una moción minoritaria pidien-
do que se mantenga la urna pero que se anule la obligación de
hablar; toda persona cuyo nombre se extraiga de la urna podrá
7 No conoc<'mos la causa del "malhumor t-n el imperio" J "Hcicl1 .rnerdros-
S1~nheit" 1 al q11<' se hace referencia <'n esta r<'solución.
324 Acta 40
negarse a hacer uso de la palabra. Los oradores previstos para
hacer una exposición sobre el mismo tema que el orador princi-
pal tomarán la palabra antes que los nombres sean extraídos do
la urna.
Después que Wittels se pronuncia por la abolición de la
urna y Heller por su conservación, se aprueba la moción de
H itschmann.
ad 11: Por sugerencia del profesor Freud se elige una comi-
sión integrada por tres miembros ( Freud, Adler, Hitschmann)
que tendrá a su cargo la instrumentación de esta moción. Las
recensiones bibliográficas deberían asignarse a una persona de-
terminada. De acuerdo con una modificación introducida por
Freud, las recensiones se presentarán una vez por mes.
ad 111: Se elige al doctor Hitschmann para supervisar la or-
ganización de conferencias ("El látigo").
ad IV: Se acepta la moción, aunque atenuada por una en-
mienda del profesor Freud: al miembro que haya estado ausenl<'
cuatro veces consecutivas sin justificar sus inasistencias, se k
preguntará si desea renunciar.
ad V: Moción aceptada.
La moción minoritaria de Adler suscita una viva discusión,
al cabo de la cual Adler retira su moción y recomienda se acept<'
una propuesta del profesor Freud: se formará un círculo más
grande con total independencia del círculo de los miércoles, y
de ninguna manera afectará la composición y el modo de tra-
bajo de este último. Moción aceptada.
41
REUNION CIENTIFICA DEL 19 DE FEBRERO DE 1908
Presentes: Freud, Adler, Bass, (A.] Deutsch, Federn, Hitschmann,
Hollerung, Rank, Reitler, Steiner, Sadger, Stekel, Wittels. Ur-
bantschitsch, Joachim.
Stekel toma en préstamo Archiv Nº 30.
PRESENTACIÓN
La naturaleza del símbolo 1
ÜRADOR: DOCTOR JüACHIM
DISCUSIÓN
ADLER observa que el orador consideró el problema desde un
punto de vista al que no estamos acostumbrados. Joachim subor-
dina los otros fenómenos al simbolismo. En lo que atañe al ori-
gen del símbolo, Adler está totalmente de acuerdo con el orador,
que -como él- toma como punto de partida las sensaciones y
la actividad inicial de los órganos; también él hace remontar
a los órganos los fenómenos relevantes de la vida psíquica. En
los órganos inferiores, que luchan por alcanzar cierto grado de
perfección, encontramos frecuentemente una mayor actividad
simbólica. 2
El presunto engaño provocado por el mundo exterior, que
el orador mismo ha experimentado, puede deberse, como en
casos similares, a una desconfianza intensificada, que también
desempeña un papel importante en la paranoia. En este caso
también debemos remontarnos al órgano del cual surgen esos
t No conocernos el texto de este trabajo.
~ Scherner y otros habían afirmado hace ya tiempo que las sensaciones
orgánicas producen símbolos psíquicos ( véase Freud, Introducción a La
interp11etación ele los St1eños). Es interesante seguir los esfuerzos de Adler
por reducir toda la psicología a una forma única.
 326
Acta 41
fenómenos: el ojo. El habla vacilante de los paranoicos también
está vinculada con esa desconfianza. Las "fórmulas" de los pa-
ranoicos son símbolos en el sentido freudiano; detrás de ellas se
oculta otro significado.
Las ideas de Joachim sobre el défa vu pueden probable-
mente confirmarse ( la sensación experimentada durante un sueño
de haber tenido ya ese sueño es un caso similar). Se trata de
personas que tienen una mayor facultad de presentir las cosas,
que ya han elaborado determinadas situaciones antes de enfren-
tarlas. Es fácil ver el camino que lleva de allí a la telepatía.
La "intensificación de la nostalgia" es mucho más compli-
cada; en estos casos puede tratarse de manifestaciones de re-
presión.
En el discurso sobre el ritmo, etc., hay, en opinión de Adler,
un poco de extravagancia literaria.
.En síntesis, la conferencia de Joachim le ha gustado mucho
porque aborda, con un enfoque diferente, procesos que diaria-
mente atrapan nuestra atención.
FEDERN se limita a hacer una crítica. En su opinión, la con-
ferencia de Joachim no aporta nada nuevo ni constructivo, por
más que contiene cierto número de observaciones profundas y
ha exigido mucho trabajo. El orador no ha hecho más que repe-
tir con otras palabras las ideas de Freud, ampliando arbitraria-
mente el sentido conceptual del término "símbolo". Se ha con-
fundido símbolo con medios de expresión.
El simbolismo solo comienza con el lenguaje, y surge de la
imposibilidad de reproducir adecuadamente los detalles del mun-
do exterior. En el lenguaje, la multiplicidad de los significados
hace posible la formación de símbolos.
El segundo error del orador estriba en que siempre relaciona
los símbolos con los contenidos de la personalidad [Personlich-
lceitsinhalt]. Una gran cantidad de símbolos provienen de la in -
terrelación de dos elementos en el mundo exterior.
No es factible vincular la paranoia exclusivamente con la
impotencia.
Federn se ve obligado a refutar las observaciones del orador
sobre el ritmo: todo eso es una expresión del ritmo interior.
BAss añade, como complemento, el significado del símbolo
como deseo. Como realización de deseos, el símbolo establee<·
una armonía entre el mundo del intelecto y el mundo de los
afectos, de los sentimientos. Por consiguiente, comparlc la opi
nión de Fedem según la cual la formación de un símbolo es
posible solo cuando el individuo toma conciencia de cierta dis-
crepancia entre sus pensamientos y sus scnlimicnlos, es decir,
19 de febrero de 1908 327
cuando comienza a repnm1r. La función del símbolo es liberar
material reprimido y reemplazarlo por algo inofensivo.
Luego señala el papel que los símbolos desempeñan en la
vida del pueblo, y que en las leyendas, mitos y sagas se realizan
simbólicamente vehementes deseos del alma popular.
Otro factor en la creación de símbolos es el deseo de comu-
nicarse con el mundo exterior más allá de lo que puede trasmi-
tirse conscientemente en el lenguaje. El símbolo es el puente
que supera la imposibilidad de agotar con palabras todo el con-
tenido del pensamiento. Podría formularse la siguiente ecuación;
Palabra: pensamiento = conciencia: inconsciente. Por consi-
guiente, la elección del símbolo será tanto más feliz cuanto ma-
yor sea el contacto que el símbolo establezca entre el inconsciente
de su creador y el inconsciente del destinatario.
El profesor FnEun observa que habría sido más instructivo
tomar como punto de partida el caso particular para llegar a
una formulación general. En el trabajo se omitió mencionar el
símbolo, que es el precipitado de un desarrollo histórico y de-
sempeña un papel importante.
El significado simbólico de los números es de origen astral.
El recuerdo de infancia de Joachim, coincidente con el que
fue relatado por Wittels, que se refiere al engaño provocado por
el mundo exterior (el descubrimiento kantiano de la cosa en sí),
puede analizarse del siguiente modo, igual que todos los juicios
de naturaleza endopsíquica basados en la percepción; es preciso:
1) reducir lo general a lo particular ( neurosis obsesiva);
2) asignar a ese sentido particular un significado sexual.
Cuando se aplican estas reglas, el fenómeno resulta ser la
reacción del niño a la fábula de la cigüeña. Darse vuelta repen-
tinamente es una técnica aparentemente ideada para sorprender
1 m acto sexual.
El déja vu en el sueño remite a un dé¡c} vu que se ha pro-
ducido en la vigilia. ( En el sueño, la aparición de una región
donde ya se ha estado antes significa los órganos genitales de
la madre.) La explicación del déja vu está incluida en la se-
gunda edición de la Psicopatología de la vida cotidiana; el indi-
viduo ha pasado realmente por esa experiencia, pero en la fan-
tasía.
La aplicación de la teoría de Adler a este caso resulta muy
forzada. Por otra parte, nuestro interés se centra en el camino
r en la formación, en el desarrollo]' no en la meta final.
El habla vacilante de los paranoicos responde al hecho de
que, hallándose en proceso de reconstituir todo su yo, remodelan
sus recuerdos y trasforman el mundo externo porque ellos mis-
 328 Acta 41
mos están cambiando. 3 Por consiguiente, también deben trasfor-
mar su lenguaje; el paranoico busca sus palabras (vacila) porque
se comporta como un creador. 4 La esencia de la paranoia con-
siste en el retiro de la libido de los objetos ( el coleccionista sigue
el camino opuesto, al dirigir su excedente de libido a lo inani-
mado: amor por los objetos).
SADGER: La formación de símbolos es sumamente pronun-
ciada en la infancia, en especial en los futuros neuróticos. Las
personas sanas retienen su simbolismo inconsciente en los sueños.
El simbolismo consciente solo aparece en gran escala en la his-
teria y en la neurosis obsesiva. Se elige el símbolo porque las
cuestiones sexuales son objetables, aunque, por otra parte, el sím-
bolo ofrece la oportunidad de entregarse a ellas con placer.
STEKEL soslaya la parte abstracta del trabajo y enfoca su
lado práctico: sus propias experiencias no confirman la tesis se-
gún la cual la capacidad de elaborar símbolos disminuye en los
casos de melancolía. Por el contrario, puede citar casos de me-
lancolía en que una representación simbólica domina el cuadro;
y otro tanto ocurre en los casos de paranoia.
En un trabajo anterior ya había procurado explicar el dé¡d
vu: experimentamos un proceso en forma inconsciente; si de•
pronto se torna consciente para nosotros, la representación per-
cibida inconscientemente nos impresiona corno algo que ya he-
mos experimentado antes.
vVITTELS, último participante de la discusión, procura defi-
nir las posturas de los distintos miembros frente al orador; com-
prueba que, en general, se han subestimado las consideraciones
metafísicas. En su opinión, la explicación de Joachim es una feli:..
continuación de los sistemas de Kant y Schopenhauer, y dicho
método es el más sublime que jamás haya producido la mento
humana.
JoACHIM, en sus observaciones finales, protesta ante todo
contra la sobrestimación de que ha sido objeto por parte clu
Wittels.
A Adler: la desconfianza es un síntoma que no es una causa
3
Esta idea anuncia ya la tesis según la cual la sintomatología de la <'N
quizofrenia constituye en gran parte un intento por reconstruir el mundo
real.
4
Véanse S. Freud, "Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de parn •
noia ( Dementia paranoides) autobiográficamente descrito" ( Caso Schrel><'r)
(1911) [O.C., t. II, pp. 1487-1528]. Nunberg, "Der Verlauf des Libido
konfliktes in einem Fall von Schizophrenie" ( 1921) [El curso del c1111
flicto libidinal en un C<MO de esquizofrenia] y "Die synthetische Funktlon
dP.s Ich" (1931) [La función sintética del yo].
19 de febrero de 1908 329
sino un efecto. Lo mismo ocurre con la facultad de prever las
cosas.
A Federn: el lenguaje en sí es puro simbolismo y no hubiera
podido constituirse si la técnica del simbolismo no estuviera ya
desarrollada.
En respuesta a Stekel, subraya las diferentes maneras de
comprender el concepto de melancolía.
El problema de la relación entre el símbolo y el lenguaje
depende enteramente de lo que entendemos por símbolo.
AnLER observa que debemos al orador mayor reconocimiento
del que le ha concedido Wittels. Totalmente en concordancia
con el pensamiento moderno, Joachim ha basado su trabajo en
las sensaciones; de ahí que no debe inscribirse en la línea de
desarrollo de la metafísica sino en la de Avenarius y Mach. 5
Adler destaca una vez más que el simbolismo está relacio-
nado con el órgano inferior, relación que explica especialmente
los tipos de símbolo. El problema de la relación entre el simbo-
lismo y el lenguaje se resuelve de la misma manera: alguien que
haya tenido dificultades relativas al desarrollo del lenguaje, cier-
tamente considerará el simbolismo del lenguaje como el único
posible. 0
HrrscHMANN, de acuerdo con las propuestas de la comisión,
informa sobre la organización técnica de las reuniones dedicadas
a las recensiones.
Se consultará con regularidad una serie de publicaciones
periódicas francesas e inglesas sobre las enfermedades nerviosas
y mentales, así como revistas de psicología y el Zeitschri~ für
Sexualwissenscha~.
3 Richard Heinrich Ludwig Avenarius (1843-1896), filósofo alemán, pro-
fesor de filosofía en Zurich, uno de los principales representantes de la
scuela positivista. Procuró elaborar una concepción natural del mundo
desde el punto de vista d e la "experiencia pura", por lo que denominó
"empiriocriticismo" a su doctrina. Según él, debe excluirse toda metafísica;
la realidad debe aprehenderse tal como es, no afectada aún por el contraste
Pntre lo somático y lo psíquico, contraste que sólo se desarrolla mediante
la "introyección". Avenarius apunta sobre todo a describir la penetrante
relación de dependencia entre el individuo y su mundo circundante. Puntos
de vista biológicos y fisiológicos ocupan un lugar predominante.
Ernst Mach ( 1838-1916), físico y filósofo, profesor de filosofía en la
Universidad de Viena. Según Mach, la tarea de la filosofía consiste en
unificar los diferentes campos del saber; todo conocimiento se basa exclu-
sivamente en la experiencia; rechazaba todo tipo de metafísica.
o Freud sostenía que el problema de los símbolos no es ele índole psico -
nnnlílica. El ps icoanúlisis empl ea los símbolos en la inl <' rprclación de
ciertos J:HO<' l' ~US L),:iko l/ig in,• incons<'it'11lt•s.
330 Acta 41
42
Por otra parte, también hay planes para cultivar disciplinas
afines: pedagogía, medicina genitourinaria, sociología, filosofía, REUNION CIENTIFICA DEL 26 DE FEBRERO DE 1908
y las belles-lettres, prestando atención especial a las biografías
y patografías.
Además, se harán recensiones de libros sugeridos y seleccio
nados por los miembros, con miras a que sean objeto de una
exposición. Cada uno de los miembros podrá dar un infornH'
sobre los artículos encontrados en las publicaciones periódicas,
sin necesidad de anunciarlo con antelación.
El material casuístico se presentará en las reuniones dcdi
cadas a las recensiones.
Los Archivos serán completados con una biblioteca, que SC'
financiará con ayuda de un fondo destinado a la compra d1•
libros. Presentes: Freud, Adler, [A.] Deutsch, Federn, Heller, Rank,
La comisión central de literatura está integrada por los si Steiner, Sadger, Schwerdtner, Stekel, Urbantschitsch, Joachim.
guientes miembros: el profesor Freud y los doctores Adlcr y íA. l Deutsch devuelve Archiv Nº 30. 1
Hitschmann. Hitschmann se disculpa; por intermedio de Federn, anuncia
Las publicaciones periódicas a consultar se distribuirán de• un trabajo sobre "La neurastenia como enfermedad de las glán-
acuerdo ~on las diversas disciplinas: dulas sanguíneas".
Bibliografía genitourinaria Steincr
PRESENTACIÓN
pedagógica Adler
sociológica Adler, Bass La importancia del reflejo psico 5alvánico 2
filosófica y psicológica Hitschmann, Joachi111,
ÜRADOR: DOCTOR URBANTSCHITSCH
Hautler
Lo esencial del tema que habrá de discutirse y fundamentarse
Belles-lettres ( biografías, etc.) rA.] Dcutsch, Sadg('I.
se desprende del siguiente enunciado:
Reitler, (Bach), ITd
ler Si se conecta un organismo humano con una corriente galvá-
1 iica equipada con un galvanómetro, pueden descubrirse fenó-
Bibliografía científica sobre la sexualidad U rbantschitsch menos psíquicos en el sujeto por medio de las oscilaciones del
en lengua francesa Stekel galvanómetro.
en lengua inglesa Federn Féré 3 fue el primero que investigó la influencia de los fe-
nómenos psíquicos sobre las variaciones de la resistencia eléc-
l rica. En 1904, el ingeniero E. K. Müller realizó experimentos
sobre las variaciones de la resistencia del cuerpo a la corriente
galvánica; Müller hizo conocer ese fenómeno a Veraguth; éste,

1 Obviamente, se trata de un error. Stekel había tomado en pré~larno

i \1·chiv N9 30. Son frecuentes los errores de menor importancia. En la me-
dida de lo posible, investigamos las contradicciones d el original y pudimos
11,solver la mayoría de ellas ( cf. la introducción).
~ El manuscrito de este trabajo se incluye en el protocolo original; está
, ·~crilo a mano.
:i Charles Sarnson Féré (1852-1907), profesor extraordinario de 1~curolo-
gía en Zurich.
 332
Acta
a su vez, llamó la atención de Jung al respecto, 4 quien informó
a Binswanger.
El estado actual de la bibliografía especializada sobre la
materia abre perspectivas en tres direcciones diferentes:
1) la electro biología;
2) la neurología y la neuroanatomía (en el sentido estricto do
los términos);
3) la psicología experimental, que reviste una importancia
específica para nosotros.
No me explayaré demasiado sobre los dos primeros campos
porque, a pesar de la abundante bibliografía descriptiva sobro
el tema, todavía no se ha podido romper la cáscara ridícula-
mente delgada del problema.
l. El fen6meno electrobiol6gico
Este campo está dominado por dos cuestiones básicas no resuci-
tas, Se conecta al sujeto experimental con un circuito galvánico;
la corriente circula a través del cuerpo con regularidad. Do
pronto, la aguja del galvanómetro salta; el sujeto acaba de pcn
sar en un amor del pasado; la aguja desciende lentamente cuando
el sujeto vuelve a pensar en su esposa, con quien está casado
desde hace años.
¿Qué aumentó en realidad la intensidad de la corriente gal
vánica, mientras que el verdadero conductor de la corriento
galvánica, el elemento galvánico, se mantenía constante? ¿S"
trata de cambios de resistencia en el cuerpo humano o de varia
ciones de la fuerza electromotriz?
Aunque algunos autores (Semmel 5 y Fürstenau, 1905) opl
nan que _las contracciones musculares y los consiguientes cam
bios de contacto en los electrodos producen la variación de In
corriente, la mayoría de los investigadores se inclinan a supon<·r,
o por lo menos no ponen en duda, que las oscilaciones de In
4
Díagnostische Assoziationsstudien, compilado por C. G. Jung, Ambrosi11N
Barth, Leipzig, 1906. Además de las obras fundamentales de Jung y 1311•11
ler, la serie contenía las siguientes publicaciones: L. Binswanger, "0 111•1
das Verhalten des psychogalvanischen Phanomens beim Assoziationsex¡wol
rr,ent" ["La reacción de los fenómenos psicogalvánicos en el experiuw nto
de asociación"]; y H. Nunberg: "über kiirperliche Begleiterscheinungm
assoziativer Vorgange" ["Fenómenos físicos que acompañan los proc1·so•
:,rnciativos"]. Los citados trabajos hacen referencia en forma exhauslfv11
a la obra de Féré y Veraguth, así como a Jung-Peterson,: "Invesligacio111•N
psicofísicas con el galvanómetro y el neumógrafo en individuos normull'N
y enfermos", Brain, 30, 1907.
Citado erróneamente en el original. Debería decir Sommer.
•>6 de febrero de 1908 333
,·orriente son causadas por la actividad más o menos intensifi-
l'ada de las glándulas cutáneas.
Aunque me aventuraría a anticipar aquí un problema mu-
dio mayor, echo de menos en toda la bibliografía pertinente al-
~unos experimentos realizados con sustancias que provoquen la
1ranspiración o reduzcan la secreción, como la pilacarpina o la
nlropina ( experimentos que ciertamente podrían refutar o fun-
1lamentar estas aseveraciones) .
Se han mencionado también como posibles causas de las
oscilaciones de la corriente, los cambios involuntarios del con-
1acto de la mano o el pie con los electrodos cuando surgen los
.ifectos; aunque dichos cambios de contacto podrían considerar-
S<' a su vez como expresión inconsciente de un afecto, mi propia
,·xperiencia me permite descartar tal influencia. Yo mismo ob-
snvé este fenómeno años atrás, en el denominado baño de cua-
l ro celdas, en el que las extremidades no entran en contacto con
los electrodos y el agua es el único conductor estable. No puedo
1·ntender por qué ese aparato, tan simple y práctico, nunca fue
11Lilizado para estas investigaciones.
Se descubrió finalmente que la palma de las manos y la
planta de los pies eran las únicas zonas corporales que producen
d fenómeno psicogalvánico. Concluimos así con el punto l.
2. Consideraciones específicamente neurol6gicas
En este campo, la importancia del reflejo psicogalvánico reside
en que es un medio de registrar objetivamente los trastornos sen-
soriales. La sensibilidad del individuo para los estímulos exógenos
puede verse alterada, sea hacia la anestesia, sea hacia la hiper-
<•stesia. Si dicho individuo es puesto en contacto con la corriente
v se estimulan las respectivas zonas corporales, la curva del estí-
rnulo es nula o se verá considerablemente reducida si el estímulo
incide en partes anestésicas del cuerpo, en tanto que ascenderá
si aquél toca partes hiperestésicas. Citaré a continuación dos
1·jcmplos tomados de los escritos de Veraguth:
"l. Parálisis traumática del plexo braquial inferior. El dedo
meñique es insensible a la corriente farádica. Se conecta al pa-
<'icnte con el circuito galvanométrico; se aplican corrientes fará-
dicas alternativamente al meñique insensible y al índice de la
rnisma mano, normalmente sensible. Cuando este último es esti-
111ulado, el galvanómetro oscila; cuando se estimula el dedo insen-
sible, el galvanómetro no registra ninguna variación.
"2. Neuralgia en la zona del trigémino. Mientras el pacien-
te está conectado al circuito, se presiona con los dedos, alterna-
! ivamente, en los puntos de Valleix del lado afectado y en los
 334 Acta 42
puntos correspondientes del lado normal de la cara. La presión
sobre el punto doloroso provoca desviaciones galvanométricas de
12 a 15 milímetros en la escala, en tanto que la misma presión
en los puntos sanos correspondientes provoca desviaciones de 2
a 3 milímetros."
Debido a sus implicaciones prácticas, podemos destacar que
el reflejo psicogalvánico nos proporciona una herramienta obje-
tiva para verificar las indicaciones de las víctimas de accidentes
sobre el dolor y las anestesias. En este sentido, también cabe
señalar que la estimulación de zonas insensibilizadas por efecto
de la histeria provoca las mismas oscilaciones galvanométricas que
la estimulación de las partes sanas del cuerpo. Este descubri-
miento resulta significativo tanto para la teoría de la anestesia
histérica, como para la histeria en general.
Consideraremos a continuación:
3. El campo de la psicología experimental
Veraguth, Jung y Binswanger trabajan intensamente en este
campo.
Lamentablemente, no puedo examinar por separado los re-
sultados de cada uno de los autores mencionados, ya que al ela-
borar el material bibliográfico correspondiente a ellos descubrí
que los experimentos son interdependientes y se relacionan en
alto grado.
Sea como fuere, merece citarse a Veraguth como el autén-
tico iniciador de toda esta línea de pensamiento; y, en este con-
texto, no considero como tal a quien descubre hechos, con fre-
cuencia accidentalmente, sino al primero que los evalúa de manera
consciente. ( Caso contrario debería citarse a Vigoroux [1879] y
Féré [1888] en primer término.)
Veraguth denominó "fenómeno psicogalvánico" a su promi-
sorio descubrimiento.
a. Los sujetos de los experimentos eran médicos, estudian-
tes y enfermeros de ambos sexos y pacientes ( mentalmente sanos,
con demencia precoz [Jung] e histéricos).
b. El aparato empleado en los experimentos es una pila
Bunsen, de 1,5 voltios; los electrodos consisten en finas placas
de cobre en las que se apoyan las manos; un espejo galvanomé-
trico Deprez-d'Arsonval muy sensible forma parte del circuito
eléctrico; las oscilaciones del galvanómetro son llevadas rápida-
mente al punto de reposo por medio de un "shunt" [resistencia
en derivación].
Sobre una escala situada a 1 m, aproximadamente, del gal-
vanómetro se encuentra una lámpara que arroja un rayo de luz.
335
26 <le febrero <le 1908
vertical sobre el espejo galvanométrico. El espejo refleja ese rayo
de luz en una escala de celuloide dividida en milímetros. Las o~-
cilaciones del espejo y, por consiguiente, las de la fuerza de la co-
rriente se miden por los movimientos del rayo de luz.
Si se registran las asociaciones de los sujetos de experimenta-
ción, el rayo de luz se desplazará más o menos lejos en la escala
con prácticamente cualquier reacción; se detiene por un momento
en el punto máximo y luego vuelve al punto de partida ( amplitud
galvánica) .
c. Los estímulos aplicados a los sujetos eran en un princi-
pio táctiles, acústicos y ópticos, y se manifesta han por medio de
una curva de estimulación si el estímulo estaba acompañado dt'
un afecto ( aun cuando solo se tratase del afecto de atención) . Si
el sujeto está dedicado a leer algo carente de interés, se origina
una curva de reposo; ésta se transforma en curva de estimulación
cuando el material de lectura despierta el interés del sujeto. El
material de lectura que no despierta interés, la suma de número~
relativamente simples, la actividad mental puramente intelectual
e incluso los sentimientos de baja intensidad no producen nin-
guna desviación del galvanómetro ( de ahí que se produzcn la
curva de reposo) .
El efecto de anticipación, en cambio, aparece claramenté en
la denominada oscilación de anticipación.
d. Al prepararse para el experimento de asociación, el su-
jeto recibe las siguientes instrucciones: "Le diremos algunas pa-
labras, y usted, sin reflexionar mucho, deberá responder con otra
palabra, cualquiera que le pase por la cabeza; por ejemplo, yo
digo la palabra 'jardín' y en ese momento usted recuerda, diga-
mos, un juego de bolos; entonces usted debe decir de inmediato
esa palabra, con toda claridad".
e. En nuestro ejemplo, "jardín" sería la palabra inductora,
"juego de bolos" la palabra inducida, y el tiempo trascurrido en-
tre el momento en que se pronuncia la palabra inductora y la
palabra súrgida como reacción se denomina tiempo de reacción.
Se considera amplitud a la distancia máxima recorrida por el
rayo de luz en la escala, en dirección positiva. En cuanto la osci-
lación positiva disminuye nuevamente -es decir, se vuelve nega-
tiva-, se anotan los puntos iniciales y terminales de la distancia
recorrida. El tiempo de reacción se mide por medio de un reloj
que indica los quintos de segundo; cuando se pronuncia la pala-
bra inductora y la palabra inducida, el tiempo de reacción se
determina apretando un botón en el reloj, y luego se anota en
la curva. Término medio, pueden representarse gráficamente al-
rededor de cien asociaciones en un lapso de treinta a cuarcnla
minutos.
 ~ A~4
f. En cuanto concluye un experimento, se lo reproduce; <·s
decir, se pide al sujeto que repita la primera palabra inducida
por cada palabra inductora. En los casos en que el sujeto 110
recuerda la palabra inducida o debe pensar largamente antes do
encontrarla, estamos (las más de las veces) frente a una pertur
bación causada por un complejo de representación de tono emo
cional.
g. Con no poca frecuencia sucede que, antes de decirso
una nueva palabra inductora, la oscilación negativa que ya 1111
comenzado se revierte, volviéndose positiva, o que la aguja dc•I
galvanómetro permanece inmóvil. Esto es resultado de la per-
sistencia o la aparición de una emoción; no obstante, la curva
nueva siempre se estima a partir del punto culminante de la pn•
cedente. Por consiguiente, es muy importante distinguir cuida-
dosamente la altura absoluta de la amplitud galvanornétrica y la
altura relativa de cada experimento de reacción considerado ais-
ladamente. Veremos que a partir de esta distinción se puede lle •
gar a conclusiones significativas.
h. Para cada reacción se dan las siguientes categorías:
Palabra inductora Amplitud
Palabra inducida
absoluta en cm
Tiempo en 115 seg Amplitud
Reproducción
para cada reacción
en mm
Ejemplo: palabra inductora: cabeza
amplitud absoluta: 14 cm
palabra inducida: mano
tiempo: 9
amplitud relativa: 15 mm
reproducción: normal
Después del experimento de reproducción se procede al análisis.
l. La velocidad del experimento depende de la oscilación
negativa que sigue a la positiva ( si efectivamente aparece una
oscilación negativa); en una palabra, hasta que la oscilación S<•
detiene.
El tiempo que transcurre entre la aparición del proceso psí
quico y su manifestación galvánica (para decirlo con precisión,
entre el momento en que se pronuncia la palabra inductora y
el momento en que aparece la oscilación de la corriente) reprC'-
senta el período de latencia ( varía entre 1,5 y 5 segundos).
Corno dije antes, determinados movimientos del cuerpo in
fluyen en la amplitud galvanom6lrica; por <'jcmplo, los movimie11
26 de febrero de 1908 337
tos de los brazos, la mayor presión ejercida sobre los electrodos,
cte. Sin embargo, no deben sobrestimarse dichos factores.
Respecto de la influencia de la respiración en este fenóme-
no, el profesor Peterson y Jung informan, en un trabajo conjun-
to, que a pesar de los numerosos experimentos realizados, toda-
vía no han podido alcanzar resultados concluyentes. Descubrie-
ron, no obstante, que la curva afectiva ascendente del galvanó-
metro está acompañada de inspiraciones menos numerosas pero
más profundas. Las curvas respiratoria y galvanométrica arrojan,
en general, resultados contradictorios. Las amplitudes inusuales
de la curva galvanométrica corresponden con bastante frecuen-
cia a curvas respiratorias regulares y viceversa. Pero la abundan-
cia de excitación, la atención anticipatoria y la tensión nerviosa
producen variaciones de la curva neumográfica en la medida en
que las inspiraciones se reducen inicialmente. "Sin embargo -se-
ñala Jung-, no debemos olvidar que la respiración es un instru-
mento de la conciencia que, a diferencia de la curva galvanomé-
trica, puede controlarse a voluntad." La inspiración muy profun-
da puede afectar la fuerza de la corriente. Lo mismo ocurre con
la risa, la tos, los suspiros; estos últimos, sin embargo, influyen
sobre todo debido al tono emocional que les es inherente.
El hecho de que los suspiros sin las emociones concomitantes
no afecten la fuerza de la corriente se desprende de los experi-
mentos llevados a cabo por Jung y Peterson, quienes pidieron a
sus sujetos que inspiraran profundamente varias veces seguidas.
En uno de estos casos, las amplitudes excesivamente grandes pro-
ducidas por profundas inspiraciones eran causadas por el hecho
de que las últimas reavivaban en el sujeto el temor de ser tu-
berculoso.
La repetición sistemática del mismo estímulo demuestra que
el fenómeno psicogalvánico no está tan influido por la percep-
ción del estímulo como por el tono emocional asociado a él. Si,
mediante la repetición frecuente, puede reducirse el tono emo-
cional de una sensación -como, por ejemplo, el pinchazo de un
alfiler-, ya no habrá oscilación de la corriente. Lo que se ha
dicho sobre las sensaciones también se aplica a las representa-
ciones, como ha quedado demostrado por el trabajo de Veraguth,
por Jung y Peterson, que reiteraron los experimentos de Vera-
guth, y por el trabajo de Binswanger.
Creo que les he presentado los aspectos esenciales de di-
chas experiencias. A fin de facilitar la discusión y la comprensión,
ilustraré un experimento de asociación por medio de una curva
que he copiado a grandes rasgos. [La curva se adjunta al ma-
nuscrito 1,
 ~ A~
Desearía añadir algunos breves ejemplos referidos a un pn
ciente que padecía de histeria traumática: pertenecen a V(•rn
guth, quien escribe:
"La mayoría de los neuróticos presentan anomalías en 111
esfera de la afectividad; no sufren tanto por una intensidad afc·,·
tiva anormal como por el curso anormal de los afectos. Hasta fo
fecha no poseíamos un método objetivo para registrar esos 1>ro
cesos psíquicos, y por medio de los siguientes ejemplos descadn
corroborar la tesis de que el reflejo psicogalvánico puede, hasln
cierto punto, llenar esa laguna.
"En el curso de sus penosas experiencias a raíz de un pl<•ito
por responsabilidad civil, un neurótico aquejado de histeria tra11
mática padeció grandes injusticias a manos de su superior A. y
del director B. El l 9 de agosto de 1905 se sentía particularm<'111!
mal; ese mismo día se asustó al sufrir una violenta hemorragi11
nasal; durante los momentos peores los doctores X e Y cuidaron
de él. Durante el semestre del invierno 1906-1907, sometí sc•l11
veces al paciente al mismo experimento de asociación; mientra~
se hallaba conectado al circuito pronuncié, a intervalos difcrc•11
tes, y entre una serie de cien palabras indiferentes y siempre,
idénticas las siguientes palabras inductoras, también idéntica
'El superior A, el director B, 19 de agosto, hemorragia nasal, c•I
doctor X y el doctor Y'. Durante los seis meses las palabras con
tonalidad emocional eran seguidas en cada experimento, de gra11
des desviaciones galvánicas, en tanto que las cien palabras indl
ferentes no producían ninguna desviación, o producían dcsvi11
ciones considerablemente menores ( sea como fuere, ninguna q uc•
permaneciera constante durante la repetición de los cxp<'ri
mentos).
"Como contraparte, esbozaré el experimento llevado a cal,o
con un arquitecto sano, experimento que inicié cierto día, dc·s
pués que sufriera un contratiempo en su profesión. Las palabras
con tonalidad emocional, que diseminé en la serie de palahras
indiferentes, eran: 'el contratista X, reclamo, pizarra, piso, mu<·
bles'. El experimento fue repetido diariamente. La primera ve··
las palabras con tonalidad emocional se distinguieron por OS<'i
laciones galvanométricas muy fuertes pero, las veces siguicn t( •s,
la elevación de la curva disminuyó y, después de varios días, ya
no era posible discernir dichas palabras por las reacciones ga 1
vanométricas.
"Comparando los dos experimentos, desearía demosh·ar q111•
con el reflejo psicogalvánico no solo tenemos un medio apropia
do de registrar automáticamente un afecto, sino también de ras
trear su realidad subjetiva en el individuo. El afecto estudiado
en el sujeto normal del segundo experimento presenta una cmva
11
(; de febrero de 1908 339
dc•scendente en un lapso de pocos días, mientras que los afectos
ligados al accidente del paciente que padecía de histeria trau-
111álica presentan una curva en meseta, que persiste durante
1,1cses.
"No parece necesario subrayar en particular que esos descu-
lirimientos de la psicología experimental son significativos para
lit neurología, ya que el problema de los factores psíquicos en
lit génesis de la neurosis funcional ha pasado a ocupar actuahnen-
11• el primer plano de las investigaciones."
En su capítulo sobre la demencia precoz, Jung y Peterson
demuestran, por medio del reflejo psicogalvánico, que esos pa-
1·icntes experimentan más sentimientos normales de lo que se
•,11pone en general; son muy contados los pacientes que no tienen
11inguna capacidad para sentir.
Tras esta exposición, que lamentablemente no es exhaustiva
11i completa, debo señalar a ustedes, con gran placer y satisfac-
c·ión, que es imposible estudiar la bibliografía especializada sin
ver citado a nuestro venerado maestro, el profesor Freud, prác-
licamente en cada página. 0 ¡Nuestra lenta y pesada Austria de-
bería tomar ejemplo y avergonzarse de que el camino que lleva
11 la victoria pase por el extranjero!
l)ISCUSIÓN
STEINER agrega a la conferencia el acta del experimento relativo
t la desviación de la aguja magnética por la volición, en el cual
lomó parte cuando era alumno de Exner. 6
STEKEL comienza por destacar que la psicología experimen-
1al no se cuenta entre sus predilectas, ni cree que pueda extraerse
111ayor provecho de ese campo. Sin embargo, el citado reflejo gal-
vanométrico no es blanco de sus críticas, ya que aparentemente
resulta útil para descub1ir si un individuo finge, y para estudiar
la neurosis traumática. Cabe preguntarse, por supuesto, si el mé-
lodo en sí mismo no es también pasible de errores.
Respecto de las asociaciones, él mismo ha abandonado ya
d método de proporcionar palabras inductoras a sus pacientes.
Por último, agradece al orador por su informe, tan breve
como preciso.
El profesor FREun se une a este elogio del orador.
Su propia actitud hacia el experimento de asociación es am-
bigua: por una parte, resulta sumamente valioso, ya que permi-
• "Siempre en términos de la máxima estima y admiración." [Nota de
Urhantschilsch .J
11 Sigmund Ex,wr ( 1846-1926), afamado fisiólogo.
 340 A 341
tió que Jung se acercara a nosotros, y atrajera hacia el psicc
lisis a círculos más amplios. Por otra parte, trátase de un m
rudimentario, muy inferior al psicoanálisis; cuando el expcrl
to de asociación diagnóstica haya cumplido su función
material de enseñanza, probablemente perderá todo valor. 7
Resulta gratificante saber que la innovación de Stekcl (
consistía en decir palabras inductoras durante el análisis)
fracasado. Cuando en el curso del análisis algo es incomp
ble o se llega a un punto muerto, la técnica [psicoanalíticn J
no busca los complejos, sino que encara las resistencias. 8
palabras aisladas que pasan por la cabeza del paciente a m
do están muy deformadas y son difíciles de explicar ( varia1
labras sucesivas que comienzan con la misma letra signifl
diccionario) .
En la perseveración, se trata de palabras sustitutivas o
labras que son el resultado de la condensación. Baste reco
que también para los niños una palabra tiene varios signifien
hecho que resulta muy evidente en la desintegración del le11~11
propia de la demencia precoz (Jung). 9
El método asociativo no es aconsejable cuando se quier<' el
cubrir algo nuevo; simplemente, ha confirmado lo que el psi
análisis ya descubrió. Constituye un expediente útil solo en IHJI
llos casos que son inaccesibles al psicoanálisis: el caso de• 1,
dementes. La mera demostración de que los pacientes dem1•11
experimentan sentimientos normales es un importante result11
de este método. i 0
Como anticipo de la velada dedicada a las recensio11
Freud se referirá a un artículo bibliográfico. Recientement<•,
Frankfurter Zeitung informó sobre el trabajo de un tal señor v,
der Pforten, 11 quien sostiene que el efecto de las corrientes 1·1
tricas de alto voltaje puede ser modificado considerablcnll'n
por la actitud de atención del individuo. Se trata de un h1•1•
significativo, en la medida en que arroja luz sobre la psko
nesis de la neurosis traumática, que él [Freud] no se atrevcrln
7
Palabras ciertamente proféticas.
8 11 'primidos de los neuróticos reaccionan como complejos cons-
Esta observación demuestra que, ya en 1908, la técnica analítica 1•11f
caba primordialmente las resistencias.
0
De esta manera, la sustitución y condensación de palabras en el srn•n,
y en la esquizofrenia se remontan, por medio de la regresión, al proc·,
primario del ello inconsciente, a la formación infantil de palabras, y 1111
vez puedan darnos la pauta de la génesis del lenguaje.
10
La mejor evaluación del experimento de asociación.
11 Otto, Freiherr von der Pforten, químico alemán y autor de "Eh•k1r1 ,1
tiit und das Problem der Aufmerksamkeit" ["La electricidad y el prohll'IIIA
de la atención"], Naturwissenschaffliche Wochenschriff, 1908, vol. 23.
¡/,• febrero de 1908
,lil'llr en términos puramente psicológicos. La enfermedad sur-
1
1 1I vez porque la persona no espera el trauma. Si lo teme, su
>', 111 estará probablemente atenuado; pero si lo toma por sor-
, 1, de modo que no tiene tiempo de adaptarse a él psicoló-
1111cnte, aparece una neurosis traumática. 12
SADGER presenta material clínico relativo a la neurosis trau-
1lm que demuestra lo contrario.
STEKEL también duda de que esta teoría ingeniosamente ela-
,1 .ida sea correcta.
JoACHIM se pregunta si en algunos casos el efecto no podría
1 iu<lirecto; vale decir que los afectos provocan un tono mus-
il 11· y eso es lo que pone de manifiesto la reacción psíquica;
"l11so en este caso, no obstante, el experimento no dejaría de
111·1· valor. Cuando hay una atención sostenida, enfocada hacia
"1 11l>jeto, es inevitable cierto grado de tono muscular.
ADLER dice que Dubois-Reymond 13 es el autor del experi-
11 1110 que implica la desviación de la aguja magnética; este ex-
, 1Illlento fue despojado posteriormente de su carácter milagro-
' pued~ explicarse por corrientes termoeléctricas que aparecen
,1110 consecuencia del aumento de presión.
Adler no se siente capaz de comprender las relaciones de
111, <·xperimentos descritos con la moderna teoría de la electrici-
i 1d; probablemente haya que aceptar la opinión de Joachim
, 'I\Ún la cual se trata de reacciones que son derivaciones lejanas
11ulirectas]. Respecto de la importancia del reflejo galvánico,
1 11 •11d lo ha caracterizado de una manera muy apropiada.
En cuanto a la neurosis traumática, no cree que las cosas
, 111 tan simples como las describe Freud; se trata sin duda de
111dividuos predispuestos. Los análisis efectuados revelan que és-
111 \ ya tenían una predisposición a la angustia [desencadena-
111i1•nto de la neurosis traumática]. En su opinión, siempre hay
, l1•rla predisposición a la angustia.
FEDERN pide al orador información sobre varios detalles téc-
1111 ·os. Es importante la observación en el sentido de que el pa-
' ll'11Le histérico reacciona con un reflejo normal a [la estimulación
,lt •1 la zona insensible. Habría que investigar si los complejos
' 11 •nles.
1' Idea que luego se desarrolló con mayor profundidad, en un intento
por comprender la neurosis traumática, y que halló plena confirmación en
l11s soldados heridos durante la Primera Guerra Mundial, que se hallaban
, 11 1·stado de shock. Véanse Freud, "Más allá del principio de placer" ( 1920)
1 o.e., t. 111, pp. 2507-2541], e "Inhibición, síntoma y angustia" ( 1926)
1 o.e., id., pp. 2833-2883].
111 Emil Dubois-Reymond ( 1818-1896), famoso fisiólo go alemán.
 342 Acta 4.

Con referencia a los trastornos del habla y la desintegraci(m

del lenguaje, Federn observa que la afasia deja huellas profunda11. 43
En la neurosis traumática, parece ser que la angustia descm
peña un papel menos importante que la anticipación y el valor. REUN!ON CIENTIFICA DEL 4 DE MARZO DE 1908
Los experimentos son valiosos en la medida en que permi
ten al médico independizarse del paciente; por lo tanto pueden
contribuir en determinadas ocasiones a revelar el verdadero esta-
do de cosas.

Presentes: Freud, Adler, í A. l Deutsch, Federn, Graf, Heller,

Hitschmann, Rank, Reitler, Sadger, Steiner, Schwerdtner, Stekel,
Joachim, Wittels.
Bass y Urbantschitsch se excusan.
Recensiones y presentación de casos.

BREVES RECENSIONES BIBLIOGRÁFICAS Y PRESENTACIÓN DE CASOS

POR TODOS LOS MIEMBROS PRESENTES

Breves recensiones bibliográ-ficas

En relación con el informe de Friedlander, 1 Adler menciona el

acta de una reunión que se celebró en Francfort del Meno, don-
de Friedlander dijo lo mismo que en su informe, mientras que
A.uerbach, que tiene algún conocimiento de nuestras ideas, adop-
tó una postura opuesta a Aschaffenburg. 2
Adler cita un trabajo de Orszanski, profesor en Kharkov, so-
bre "La génesis y naturaleza de la histeria", publicado en la Folia
Neurobiológica (y que había sido presentado en el Congreso
Internacional [de Psiquiatría y Neurología] de Amsterdam en
1907). El autor busca la raíz de la histeria en las anomalías del
desarrollo de los órganos sexuales.
Adler ha podido leer un resumen de la obra de un psiquia-
tra inglés que realiza una curiosa clasificación de las neurosis;
denomina a una de ellas neurosis de avaricia.

1 Se trata probablemente del psiquiatra Adolf Albrecht Friedlander ( 1870-

1919), enconado adversario de Freud y del psicoanálisis.
:l Custuv A~ch11H1 ·11hmi:t, adversario de Freud, profesor de psiquiatría en
Colonia. V(•a,1• Al'l11 ll, nota 2.

344 Acta ,l.'I
Por último, cita una recensión de Bumke sobre Mitma1111
[sic]. 3
Libros: Paul Albrecht, Fritz Reuters Krankheit [La enfl'r
medad de Fritz Reuter l ( Marhold, Halle, 1907). 4
íL. von] Szollossy, Mann und Weib. [Zwei grundlege,111,
Naturprinzipien.] Eine sexualphilosophische Untersuchung I El
hombre y la mujer. [Dos principios fundamentales de la natural,
za.] Estudio sobre la filosoffa de la sexualidad], (Würzburg, 1908)
[Theodor] Ziehen, Das Gedi:ichtnis [La memoria] 5 (Hirsl'h
wald, Berlín, 1908).
Max Kassowitz, Welt, Leben, Seele. [Ein System der nal11r
philosophie ingemeinfasslicher Darstellung] [El mundo, la vid,,,
el alma. Un sistema de filosofía de la naturaleza, al alcance ti
todos. l ( Extractos de biología general), ( Viena, 1908).
Zeitschrifr für angewandte Psychologie: der Menschenken111
[Revista de psicología aplicada: El conocedor de hombres], \V 1
gand, Leipzig. 6
RANK da lectura a un pasaje de una carta que Schiller csc·rl
bió a Korner el 1° de diciembre de 1788, en el cual caractcri1.11
con mucha exactitud la naturaleza y el significado de la asod11
ción libre en el sentido freudiano. 7
Libros: rAlfredl Roche, Moderne Analyse psychischer Er
scheinungen [ Análisis moderno de los fenómenos psíquicos l. (Je•
na, 1907) 8
3
Ostwald Bumke (1879-1950), psiquiatra alemán, profesor en varias 11111
versidades alemanas, fue uno de los más acerbos adversarios de Frencl. El
informe al que se hace referencia es probablemente una reseña de A. Mulh
mann, Psychiatrisch-theologische Grenzfragen [Problemas límites de psi<¡u/11
tría y teología], Marhold, Halle, 1907, o de Zur Psychologie and Thcm¡,/f
neurotíscher Symptome. Eine Studie auf Gru~l dJer Neurosenlehre Fri•,11/
rSobre la psicología y la terapia de los síntomas neuróticos. Estudio bo.w1,l11
en la teoría freudiana de las neurosis], Marhold, Halle, 1907. A. M11lh
mann fue uno de los primeros adeptos de Freud.
4 Fritz Reuter ( 1810-1874), famoso poeta y humorista que escribía 1•11
el dialecto bajo-alemán.
' Theodor Ziehen ( 1862-1950), filósofo, psicólogo y psiquiatra ah·1111111
La memoria era un discurso que Ziehen pronunció en ocasión de la 1·1111
memoración de la fundación de la Academia de Medicina Militar K11IN1•1
Wilhelm, en Berlín, el 2 de diciembre de 1907.
o Der Menschenkenner: Monatsschrift für praktische Psychologie r...11
vista mensual de psicología práctica], F. Dunstrey y Magdalene Th11111111
Kintzel (comp.); vol. I, abril 1908-marzo 1909; luego se suspendió ""
publicación.
Probablemente se trate del pasaje sobre el cual habló Rank en d ( :1111
greso de Salzburgo. Véase E. Jones, Vida y obra de Sigmiiml Frcud.
~ Alfred Erich Iloche ( 1865-1943), profesor ele psiquiatda en Frih111 g11,
adversario de Fr(•ud. El libro, puhlica(lo ('11 Jcna en Hl07, ('Slá hasnclo 1·11
3,15
,1 de marzo d<' 1908
HrrscHMANN señala, en este contexto, la profunda visión psi-
t'Ológica revelada por Nietzsche en "Zur Genealogie der Moral"
!"Sobre la genealogía de la moral"] ( Sección 3 de El ideal ascé-
1ico), y propone que esta obra sea objeto de una recensión y una
discusión.
En la Zeitschrifr für die gesamte Strafrechswissenschafr [Re-
oista de la ciencia del derecho penal] (Volumen 27, p. 601,
l907), Karl Heilbronner escribe un artículo sobre "Los funda-
mentos del establecimiento de los hechos por medio del diagnós-
l ico psicológico", en el cual expresa sus dudas acerca de los expe-
rimentos de Jung.
Cabe mencionar un ensayo de M. Rosenfeld, "Psychische
Storungen bei der vasomotorischen Neurose" ["Trastornos psí-
quicos en las neurosis vasomotoras"] .9
Libros: [Willy] Hellpach, Geistige Epidemien [Epidemias
mentales] (Rütten & Loning, Francfort, 1907).
10
Ehreñfels, Sexual-Ethik [Ética sexual] .
Stoll, Das Geschlechtsleben in der Volkerpsychologie [La
11
vida sexual en la psicología de los pueblos] ( Leipzig, 1890) .
STEKEL menciona en primer término la novela Edele Fran-
gen, de Otto Gysae, 12 en la cual el héroe resuelve el conflicto
ocasionado por los pensamientos incestuosos respecto de la her-
mana contrayendo matrimonio con una prima.
Para presentar el libro de Emil Lucka, Die Phantasie [La
imaginación], 13 Stekel da lectura a varios pasajes del capítulo
sobre los fundamentos de la caracterología.
Por último, señala la interpretación de Adler sobre "Zwei
Traume einer Prostituierten" ["Dos sueños de una prostituta"], en
la Zeitschrifr für Sexualwissenschafr [Revista para el estudio de
la sexualidad], NQ 2, 1908.
Entre los libros que tratan de la psicología del genio, men-
ciona una obra del psiquiatra Sommer, de Giessen; además, Die
Entwicklungsgeschichte des Talentes und Genies [Historia del
desarrollo del talento y del genio], de Reibmayr, estudio socio-
lógico que Stekel ofrece para su recensión.
un trabajo leído en el Congreso de Naturalistas y Médicos Alemanes cele-
lJrado en Dresde, el 16 de noviembre de 1905.
o Zentralblatt für Nervenheillwnde und Psychiatrie, vol. 31, 1908.
10 Christian Freiherr von Ehrenfels ( 1859-1932), profesor austríaco de
filosofía en la Universidad de Praga. Véase Acta 2, nota 8.
11 Otto Stoll, profesor de etnopsicología en Zurich.
12 Otto Gysae ( 1877-1947), escritor alemán.
13 Emil Lucka ( 1877-1941), escritor y filósofo austriaco.
346 Acta 4,1
FEDERN menciona dos recensiones elogiosas de [Havelock 1
Ellis sobre libros de Freud publicadas en Brain; 14 además, 1111
trabajo de Johns, 15 en la misma revista, en el que el autor ~os
tiene que las recidivas de los enfermos mentales dependen de l11 N
condiciones sociales.
Merece mencionarse un trabajo de Boltan, 16 referente a 111
relación entre la parálisis progresiva postsifilítica y la demencia
senil; según Boltan, sólo son afectados de parálisis aquellos in
dividuos que, si no tuvieran sífilis, se volverían dementes.
[A.] DEUTSCH hace una breve recensión de la obra de íHcin
rich] Mann, H erzogin von Assy ( 1903), y de la novela de Gin:r.
key, Jakobus und die Frauen [Jacobus y las mujeres] (1908). 1
y relata una anécdota sobre Wagner para demostrar que el amor
se aproxima mucho al estado de éxtasis.
HELLER propone que se haga una recensión del drama de,
Gerhart Hauptmann, Kaiser Karls Geisel [El rehén del empcrn
dor Carlos l , (1908) .
El profesor FREUD menciona brevemente la obra de [Lml
wig] Lowenfeld titulada Homosexualitiit und Strafgesetz [La ho
mosexualidad y el código penal], que merece ser objeto de \11111
recensión detallada. En su obra, Lowenfeld presenta en for11111
entusiasta los puntos de vista freudianos sobre la homosexuall
dad. ( Véase el ataque de Bloch en el segundo número de Zl'if
schrift für Sexualwissenschaft.)
Presentación de casos
RANK intenta demostrar que la inferioridad de los ojos dn
Schiller ( miopía, parpadeo, inflamación, herencia) fue una d
las raíces de su Guillermo Tell, haciendo referencia al mito <1111
14 Aparentemente, Rank trascribió incorrectamente las indicaciones d
Fedem. Haveloek Ellis hizo ·1a reseña de la Sammlung kleiner Schrl/lt111
zur N,eurosenlehre y de la Psicopatología de la vida cotidiana. Ambas 11
eensiones no se publicaron en Brain, sino en el Journal of Mental Scic11n'#
vol. 53, 1907, pp. 172-173 y 830-832.
l5 Los trabajos atribuidos a Robert Jones (no Johns) son sin ducln lo,
artículos de J. F. Sutherland, publicados en Joumal of Mental Scic,w,· .,
"Recidivism regarded from the Environmental and Psychopathological S11111d
points", vol. 52, 1906, y "Prevalence and Significance of lnsanity a1111111
the Authors of the Different Crimes", vol. 53, 1907.
16 Joseph Shaw Bolton publicó en Jau.mal of Mental Sciences un trnl,nlo
titulado "Amentia and Dementia: a Clinico-Pathological Study. Par l. 111
Dementia" (vol. 51, 1905; vol. 52, 1906; vol. 53, 1907; vol. 54, JOOH)
El autor sostiene que, sin infección sifilítica previa, los pacientes snf oirl1111
una alienación temporaria o bien una demencia no progresiva.
17 Franz Karl Ginzkey, escritor austríaco, autor de numerosos relatos lii
tóricos hreves.
347
4 de marzo de 1908
arquero ciego y a algunos pasajes característicos en la obra ho-
mónima. Esto lleva a una larga discusión.
STEKEL considera lamentable que se recurra continuamente
a la teoría de la inferioridad. El mito del arquero ciego de nin-
guna manera prueba que la doctrina sea correcta, ya que no
sabemos si el arquero era ciego de nacimiento o quedó ciego pos-
teriormente, ni cuál es la causa de su ceguera. Stekel considera
más apropiado interpretar la figura del arquero ciego como el
Dios Amor: la flecha lanzada es un "flechazo" de amor que
incluso un ciego puede lanzar. El niño ( el hijo de Tell) simbo-
liza los órganos genitales: y la manzana es también un conocido
símbolo sexual.
HrTSCHMANN encuentra paradójica y forzada la explicación
de Rank, y entiende que la cuestión de la inferioridad está traí-
da por los pelos.
ADLER cree que la repulsa que encuentra la teoría de la in-
ferioridad solo puede explicarse por el hecho de que no es com-
prendida; la inserción de la superestructura 18 en Schiller no es
evidentemente el motivo determinante de su obra; no obstante,
opina que no puede haber dramaturgo que no posea un aparato
visual inferior: el dramaturgo crea una escena mentalmente y
debe verla tal como posteriormente será representada en el esce-
nario. Las apariciones de fantasmas ( Shakespeare) constituyen
una transición menor hacia la neurosis.
GRAF declara que no conoce el libro de Adler, pero entien-
de que es preciso precaverse contra la aplicación de dicha teo-
ría allí donde no corresponde. Incluso una persona muy com-
prensiva escucharía la interpretación de Rank con cierta dosis de
incredulidad. El mito de Tell está íntimamente relacionado con
el de La Odisea; originariamente, detrás de Ulises estaba Apolo,
el dios del Sol, que regresa en el período del solsticio de invierno.
Tal vez puedan admitirse ciertos vestigios de una "inferiori-
dad visual" en la escena de Melchthal.
Contrariamente a Adler, Graf no puede imaginar a un poe-
ta que no posea un aparato visual perfectamente organizado; el
poeta piensa con los ojos. Los poetas más importantes poseen un
órgano visual muy sensible; es más probable que sólo los poetas
de segunda categoría, los introvertidos ( como Novalis), 19 ten-
gan una vista débil.
FEDERN también encuentra objetable la explicación de Rank:
puede ser que la elección del tiro esté relacionada con la infe-
rioridad, pero las pruebas en ese sentido no son concluyentes.
1n En el original dice "Das Hineinlegen des Vberbattes bei Schiller .. . ",
.cuyo significado es oscuro.
rn Noval is ( J772-1801), famoso representante del romanlici~mo alemán.
 348
Acta ,/.1
El profesor FREun destaca que, desde el punto de vista <111
la mitología comparativa en que se basa la interpretación <111
Rank, pueden descartarse una serie de objeciones. La mitologíu
comparativa solo se preocupa por el tema, pero en modo alg111111
tiene en cuenta las trasposiciones. La interpretación de Rank 1·~
una confirmación mitológica particularmente hermosa del prin
cipio de Adler y tan cierta como pocas interpretaciones lo son.
El mito del arquero es muy antiguo, y está ligado a la consldn
ción de Sagitario; su significado psicológico puede considerars,,
tan importante como el significado astral. Lo único objetablc 1·~
el método de Stekel.
FEDERN informa sobre la resolución de un grave síntoma pn•
dominante en un paciente histérico; éste sufría dolores estonin
cales que desaparecieron cuando recordó que de niño, en llllll
época en que se masturbaba con frecuencia, tragaba su propio
semen porque había oído decir que la pérdida de semen era 110
civa para el organismo.
STEINER relata dos casos de impotencia. El paciente del pd
mer caso, un hombre de 34 años, se volvió impotente de pro11to
por razones desconocidas; cuando se le aconsejó que mantuvkrn
relaciones sexuales con la mujer a quien estaba cortejando, SI'
curó de su impotencia así como de su rechazo de la sexualidad.
El segundo caso es el de un hombre que viene manteniendo
una relación desde hace diez años; tiene relaciones sexuales cada
dos semanas, está cansado de esa relación, y desearía iniciar ot rn
con una joven. -Estados de angustia-. Otro paciente le sugi<·n·
que la agorafobia puede tener relación con la sensación de int ro
ducir un pene demasiado pequeño en un agujero demasiado
grande.
En todos los casos, o bien el paciente no tenía hermanas, ,;
bien había entre ambos una diferencia de edad de diez años.
Para ilustrar la tesis anticipada en una reunión anterior s1•
gún la cual los histéricos son peligros-os, WrrrELS relata dos irn·I
dentes que se produ_jeron recientemente. Un perro mordió en 111
nariz a uña actriz que quiso besarlo. Está también el caso dc·l
coronel von Goeben, que tomó en serio las veleidades histériC'as
de Frau von Schi:inebeck. Ambos casos demuestran que el clu,
que entre la realidad y una vida gobernada por la fantasía ti<·11t•
tristes resultados.
(RANI< observa que el caso Goeben es muy similar al de 1111
amor por la madre: veneración de la mujer liviana como si fu<'na
una santa; asesinato del marido para conquistarla). 20
20 La lectura de esta acta resulta muy insatisfactoria por la falta el,•
detailes aclaratorios.
•t de marzo de 1908 349
HrrsCHMANN relata el caso de una joven que sufría de pal-
pitaciones cardíacas. Un enamorado platónico se había arrojado
sobre ella mientras estaba acostada en un sofá; según la joven,
debe de haberle lastimado en la zona del corazón. Este hombre
desempeñó un papel significativo en su juventud.
La joven tuvo que abandonar el piano porque tenía dolores
<'n la mano; luego, por medio de la asociación, se dio cuenta de
que ésa era la mano que el hombre una vez había tomado brus-
camente entre las suyas, veinticinco años atrás.
HELLER informa lo que observó en su hijo como contribu-
ción al problema de la sexualidad infantil: de tanto en tanto el
niño se despierta de noche, lleno de temor, habla de diversas
cosas y por fin dice que no estuvo jugando con su pene (hábito
al que renunció meses atrás).
STEKEL relata un caso en que las primeras palabras de un
sueño contienen prácticamente toda la solución. El paciente sue-
ña que tiene la vaga sensación de participar en cierto modo en
el asesinato de Frau van Biedermann. Asociaciones: Lucrezia, de
Musaus. 21 Lucrecia Borgia, que tenía relaciones incestuosas con
el padre y el hermano. El padre del paciente es un "Biedermann"
íbieder Mann = hombre honesto l. Luego asocia un cuento de
hadas de Grimm, "El pájaro de Fitcher" ( casi idéntico a "Barba
Azul"), en que el mago busca una virgen que obedezca la prohi-
bición ( de entrar en determinada habitación, lo cual acarrea
toda clase de consecuencias). Después, las dos hermanas mayo-
res transgreden la prohibición y son asesinadas (desfloradas),
mientras que la tercera encuentra la manera de eludirla: tras-
grede la prohibición sin que la descubran ( se masturba). Aquí,
el p;1ciente tenía la sensación de que había asesinado, es decir,
desflorado, a su hermana cuando todavía era niño.
El segundo caso es la contraparte del que comunicó Federo;
trátase de un paciente que sueña con perros, perros apalea-
dos, etc. No obtiene ningún placer de las mujeres; en la actuali-
dad mantiene una relación, pero es relativamente impotente. De
niño tenía un perro que lo masturbaba y lo lamía. Actualmente
su deseo [ de ese tipo de satisfacción] es inconsciente. El castigo
con el cual sueña se origina en la primera impresión que tuvo
del coito de los padres como de una lucha. (FREUD: concepción
sádica del coito.)
El profesor FREUD observa que la primera parte de la in-
terpretación del mito [cuento de hadas] probablemente sea co-
:: 1 Jol1:11111 t.. ,,1 i\11"11\l M11s;i11 ~ ( 173:3- 1787), <"Scrilor al<"mún.

350 Acta
rrecta; posteriormente, empero, el cuento de hadas puede rdc_,
rirse a la masturbación tanto como al acto de entregarse; tal vt•
buscara una joven que no se masturbara.
Contribución al problema de la telepatía, que Adler pronu•
tió explicar racionalmente. Un hombre prevé importantes acon
tecimientos, en especial muertes; por supuesto, se trata de 1111
neurótico obsesivo.
l. Visión profética. Tiene una aventura con una costur<'rn
que trabaja en casas de familia; mientras la ayuda a escribir su
respuesta a un aviso, le pregunta cuánto pide como jornal diario;
ella responde 1,60 y él le sugiere que eleve la cantidad a 2 Kro
nen, cosa que hace. La mujer debe comenzar a trabajar un dlu
determinado en los alrededores de Viena, ya que su empleadorn
acepta pagar ese jornal, y la invita a acudir a ese lugar. El pa
ciente dice que mientras leía la carta de invitación, vio con cla
Iidad el número 1,20. El día en que supuestamente la joven
debía comenzar su trabajo, lo sorprende en Viena y le dice qtw,
a su llegada, la mujer le había ofrecido 1,20 Kronen, cifra q11u
ella rechazó. El hombre rechaza la hipótesis de que su memoria
lo engañaba y que, probablemente, había visto el número 1,60.
Posteriormente, la joven acepta trabajar allí y toda la historio
resulta ser falsa: no había estado en ese lugar aquel día. Por
consiguiente, lo que él había anticipado proféticamente, no era
cierto.
( AnLER puntualiza que, por lo general, los hechos de eso
tipo resultan ser una estafa. Probablemente, la joven había es-
peculado con las tendencias telepáticas del hombre.)
PROFESOR FREUD: El hombre no le había dicho nada a ella
de su visión; luego se descubrió que había visto la cifra 1,60, y
no la de 1,20, que era la del jornal mínimo.
2. El mismo paciente ve una mañana a un anciano en <·I
tranvía y, tomándolo erróneamente por el padre de una señora
a la que conoce, se dirige a él y le pregunta por la salud do
ésta. Dos días después, la madre le pregunta si ya sabe que la
señora está enferma, a lo que responde negativamente. El mismo
día se entera, por boca de un amigo, que esa señora había sido
enterrada esa misma mañana. Calcula que debe de haber muerto
más o menos en el momento en que hablaba con el anciano a
quien tomaba por el padre. El paciente da la siguiente explica-
ción: nunca lee íntegramente el periódico sino que se contenta
con ojearlo, y siempre por la noche. La víspera del día en quo
abordó al anciano, probablemente vio en forma fugaz el aviso
fúnebre ( donde el nombre estaba impreso en negrita) y lo pcr
cibió inconscientemente.
4 de marzo de 1908 351
Otro caso se refiere a una señora de cierta edad que oca-
sionalmente manifiesta un temor infantil por su hijo de 20 años.
Cuando el joven permanece largo rato en el cuarto de baño
( hábito familiar hereditario), la madre va ansiosamente a llamar
a la puerta para convencerse de que se siente bien. El hermano
mayor de ese joven se había enterado, por boca del padre, de
las circunstancias que rodearon el nacimiento del niño. Durante
su embarazo la madre hizo todos los esfuerzos posibles para im-
pedir que el niño naciera, para matarlo. En ese momento solo
quería abortar [abortieren]; actualmente teme que su hijo muera
en el cuarto de baño [Abort].
'E se hijo menor, cuya vida entera está dedicada a actos y
pensamientos altruistas, tiene una historia peculiar, al igual que
su hermano mayor, que es un egoísta. Su excesiva generosidr.d
está destinada a expiar alguna culpa. A los cinco años había
hecho un pacto con el diablo, en cuyo nombre hizo muchas tra-
vesuras (lanzó un perro sobre la gente, etc.); posteriormente
expió esos actos en forma compulsiva. El sadismo ocupa un
lugar importante en la prehistoria de su generosidad actual.
El hermano mayor, por el contrario, tenía fantasías de bon-
dad y caridad en su niñez ( a los 10, 11 años) , mientras que e~os
intereses altruistas le son totalmente ajenos en el presente. En
el mundo imaginario en que reinaba, había casas de comida pú-
blicas, donde todo el mundo era alimentado. Hoy, esas tenden-
cias se han debilitado considerablemente. Probablemente esos
impulsos se desvanecen a causa de su aparición prematura, como
22
ocurre con los impulsos heterosexuales en el homosexual.
22 Esto significa que los impulsos que afloran prematuramente ( es decir,
los impulsos demasiado poderosos para que el yo pueda dominarlos) son
reprimidos con ayuda de formaciones reactivas ( trasfom1ación en lo con·
lrario). Muchos homoseiniales tuvieron fuertes vínculos heterosexuales en
su primera infancia. Posteriormente, en su artículo sobre "La disposición
a la neurosis obsesiva: una aportación al problema de la elección de neu-
rosis" (1913) (O.C., t. II, pp. 1738-1744), Freud escribe que uno de los
factores que determinan la elección de la neurosis es la discrepancia entre
el desarrollo del yo y el de las pulsiones.

44
REUNION CIENTIFICA DEL 11 DE MARZO DE 1908
Presentes: Freud, Adler, Bass, [A.] Deutsch, Graf, Hitschmann,
Joachim, Rank, Sadger, Stekel, Urbantschitsch, Wittels.
Reitler, Federn y Steiner envían sus excusas.
Se aprueba la moción de Adler, relativa a la creación de 1111
fondo destinado a la biblioteca; se forma una comisión para cla
borar los detalles.
Stekel y Bass abonan su cuota.
PRESENTACIÓN
La posición nah1ral de las mujeres
ÜRADOR: DOCTOR WITTELS
Paitiendo del problem:t de la menstruación, que encierra 1·1
de la femineidad, el orador examina el significado del perlo
do menstrual entre los pueblos primitivos, en los mitos y las
costumbres populares ( según Plinio, 1 los anillos se empañan <'11
la época de la menstruación; cuando una mujer que menstrúa
pisa una reja de arado, ésta pierde el filo, etc.) ; menciona có1110
conciben este fenómeno los animales ( especialmente las aves y
los perros; según Brehm, 2 los canarios prefieren a los seres huma
nos del sexo opuesto). A continuación, Wittels analiza brcv1 ·
mente las teorías científicas sobre la menstruación. La teoría d,•
Pflüger, 3 según la cual el óvulo madura todos los meses, Íllc•
refutada experimentalmente, y en la actualidad la menstruaciú11
se explica por una secreción interna: la mujer se libera de sus
tandas tóxicas una vez por mes. Los partidarios de la teoría do
1 Plinio el Viejo (Caius Plinius Secundus) (23-79 de la era cristiano),
uaturalista latino.
~ Alfred Brehm ( 1829-1884), famoso naturalista alemán, director <111
Brehms Tierleben, tratado de zoología descriptiva.
3 Eduard Pflüger ( 1829-1910), fisiólogo alemán.
11 de marzo de 1908 353
la bisexualidad niegan la importancia de la menstruación; ase-
guran que tanto la mujer como el hombre tienen un período
menstrual, y que éste no es el único que se produce en la vida
orgánica. La mujer, por su parte, desprecia la menstruac.ión, se
siente mortificada por ella y la mantiene en secreto. Las mujeres
no deberían desprenderse del cinturón de las Cárites. 4
El orador discute luego el tema desde el punto de vista de
la biología genealógica darwiniana y esboza la historia evolutiva
de la humanidad, cuyo origen se remonta al período glacial. (Por
una serie de razones, esta fecha no puede ser exacta.)
El hombre se diferencia del animal por dos aspectos bási-
cos: sus pulsiones sexuales, particularmente las del hombre, no
están sujetas a periodicidad ( la época de celo de los animales) ;
el instinto· sexual de los animales está exclusivamente al servicio
de la procreación, mientras que en el hombre existe un propósito
adicional: la obtención de placer. Esta forma de obtener placer
requiere, además ee cierto grado de inteligencia, circunstancias
externas particularmente favorables (paraíso) que no existieron
hasta la era terciaria.
Otras importantes características del proceso de hominiza-
ción se relacionan con la vida amorosa; por ejemplo, la postura
erecta del hombre, que puede haber tenido su origen en un mero
acto de exhibicionismo primitivo, a saber, que el individuo está
dispuesto a tener relaciones sexuales. El problema de la desnu-
dez, que hasta el momento no ha sido resuelto, tal vez podría
explicarse por la intensidad de los sentimientos sexuales en el
período en que el hombre comenzó a evolucionar; el hombre
puede haberse despojado de su pelambre para poder abrazar
con más ardor. La evolución de la humanidad, por consiguiente,
sería en parte mérito de la mujer (hazaña ciertamente pasiva,
porque le bastaba con ser mujer). Pronto, no obstante, la fecun-
didad se convirtió en un impedimento, ya que ocasionaba una
pérdida de tiempo que debía restársele al goce del amor. Parte
de la libido femenina se sublimó, desviándose hacia la materni-
dad; de ahí que la libido femenina haya disminuido en compa-
ración con la del hombre. Se produjo una penuria f Not] de
mujeres, la primera penuria tal vez que experimentó el hombre
( así corno la mujer fue tal vez la primera posesión valorada por
el hombre). D e este modo, también el hombre se vio obligado
a sublimar parte de su sexualidad para poder gozar de ella; in-
ventó entonces la sexualidad sublimada: el erotismo ( el canto,
la danza, la música). El lenguaje oral probablemente se originó
en el canto, y tal vez haya servido para trasmitir en forma más
E n 1.t miltilog ía g ri <'ga, diosa~ d C' la h <'llC'za, la g rac ia y ('] ('n canto .

354 Acta 4
enfática que la música un mensaje de amor a la mujer. El ori
gen de las perversiones también debe ubicarse en ese período
primitivo, ya que éstas se desarrollaron para restringir la fecundi -
dad excesiva.
La mujer también puede haber sido la causa de la religión
primitiva; era un ser venerado que originariamente ocupaba unn
posición de soberana, rol en el cual aún hoy se siente feliz. Ocu
rrc que la mujer, por contraste con el hombre, que es eterna
mente cambiante, es la creación más conservadora.
El período glacial puso fin a ese magnífico estado natural, y
la dura lucha por la vida redujo el valor del amor para los pocos
sobrevivientes. El infortunio enseñó al hombre a creer también
en dioses maléficos; por otra parte, al inventar el fuego y <·1
hacha se convirtió en un ser similar a los integrantes de los pu<'
Llos primitivos que aún existen en la actualidad. La mujer se•
vio obligada a trabajar, pero como no era muy productiva cum
plicndo esta función, era despreciada y considerada la encarna
ción del mal ( como ocurre en la religión, donde los dioses ado
rados al principio se convierten luego en fuerzas hostiles). A 111
mujer no se le exigía castidad ni fidelidad: se la dejaba en po
sesión de su libertad interior; y, al haber perdido su status (!.,
amante, volvió a recuperarlo como madre. El hombre comenzó
a vivir en liordas. El amor entre camaradas puede haber tenido
como modelo el amor materno. La mujer fue objeto de venera
ción hasta la invención de la propiedad; y, al querer legar sus
bienes a su prole, el hombre encerró a la mujer en la cárC'd
de la monogamia. El hombre necesita hijos para sí; él mismo,
por así decirlo, da a luz a los hijos (los partos del homhn·)
rcouvade]. Pero entonces, cuando el hijo tuvo un padre, la 11111
jer debió abandonar su posición de madre. No obstante, la muje·1
trasgredía con frecuencia las reglas de esa nueva civilizaci(m.
Ya no necesita ser hermosa sino casta; ya no basta que brinde•
placer, también debe ser fiel; debe adornarse. El resultado de•
este estado de cosas es la maldita civilización actual, en que 111\
mujeres deploran no haber nacido hombres y tratan de s<'rl11
(movimiento feminista). La gente no aprecia esas aspiracio111 •\
insensatas y absurdas así como no las aprecian las mujeres.
DISCUSIÓN
BAss no considera válida la afirmación de que el valor sexual d,
la mujer disminuye en tiempos de penuria; por el contrario, 1·11
la actualidad podemos observar que precisamente esos cslralm
ele la población cuya existencia es más dura son los que más ~· ·
abandonan al placer sexual, porque para ellos es un susl it 11111
de los d emás placC'rC's de la vida.
355
11 de marzo de 1908
SADGER, que no sabe si el orador ha hablado en serio, señala
una serie de errores derivados de la afirmación según la cual la
edad de oro se basa en la sexualidad. El profesor Karsch ha
demostrado la existencia de perversiones en animales salvajes.¡¡
[A.] DEUTSCH cree que la hipótesis referente a la desnudez
no carece totalmente de fundamentos. Las mujeres cuyos órga-
nos sexuales tienen una anomalía presentan hipertricosis.
STEKEL describe el trabajo del doctor Wittels como fantasía
poética. Wittels tiende a trasponer sus experiencias personales
a tiempos remotos ( novelas históricas). Stekel critica luego al-
gunos detalles. Según Darwin, puede probarse la pilosidad así
como su ausencia; como en la actualidad se prefieren los seres
peludos, de acuerdo con el principio de selección natural debió
producirse un período en que prevalecía la pilosidad.
URBANTSCHITSCH observa que el trabajo es una hipótesis,
pero una hipótesis genial. Hay varios puntos cuyo estudio vale
la pena profundizar.
Según Bolsche,6 la causa de la desnudez reside en el hecho
de vestirse.
HrTSCHMANN comienza por analizar las fuentes psicológicas
del trabajo de Wittels; el orador parece luchar contra una serie
de obstáculos que considera penosos y un impedimento para su
vida sexual: el embarazo, la mujer que se ha vuelto inaccesible
a raíz de la educación recibida, la sífilis y la menstruación, fe-
nómeno por otra parte insignificante, que ha descrito vívida-
mente. Todo ello puede caracterizarse como fantasías de un jo-
ven reaccionario. Wittels ha soslayado casi por completo lo
esencial: el factor económico. El único pasaje donde enfoca la
situación económica de las jóvenes indica, simplemente, que de-
sea casarse.
Por otra parte, ha dicho cosas muy lindas. El período de
gestación es un principio importante, que desempeña un papel
significativo. Resulta difícil explicar la coexistencia de la poli-
gamia y la escasez de mujeres. Es improbable que la mujer, en
un principio, haya cumplido la función de diosa; contribuyó,
más bien, a crear el concepto de Dios .
El profesor FREUD comienza por expresar el placer que le ha
causado la conferencia; la ha encontrado divertida y estimu-
lante. Se trata, por supuesto, de una fantasía, p ero los linea-
r. F erdinand Karsch: Piiderastie und Tribadie bei den Tie ren. Auf Grund
cler Literatur Zusammengestellt, M. Spohr, Leipzig, 1900. [Pederastia y
t rihad isrno en los animale·s. Compilación.], reimpreso del Jahrbuch fiir
.1exuelle Zwischenstufen.
" Wilh C'lm nolsch e ( 1861-1939), escritor alemán, autor de muchas obra~
d,· d if11 ~i«'1 11 rn h, ,· l'Ít' ncias nat11raks ; anliC'nlC' clarwinista .
 Acta ,I ~
356
mientos que acostumbramos seguir en el terreno de la cicndn
se prolongan aquí en la dirección correcta. Algunos puntos nw
recen destacarse porque superan el ámbito de la fantasía; por
ejemplo, la idea de que la evolución de la humanidad debe ha
berse producido en un período de abundancia en que la libido
estaba libre de trabas; asimismo, el hecho de que el hombn•
comenzó a recurrir a las perversiones en esa época.
La distinción esencial entre el hombre y el animal se esta
blece en forma acertada, como contraste entre la permancncin
de la libido humana y la periodicidad de la libido animal. Los
detalles del proceso de la evolución humana sufren la influentin
de la sexualidad en mucho mayor medida de lo que general
mente se cree; en cuanto a los factores económicos, se sobres
tima su importancia potencial.
Se puede responder a la objeción de Bass diciendo que <·11
las circunstancias descritas por el orador, es la estima de la mu
jer, el erotismo, lo que se ha debilitado. En un ensayo sobre la
esclavitud de la mujer, John Stuart Mill omitió el hecho de que•
aquélla no puede ganarse la vida y criar hijos al mismo tiempo. 7
Las mujeres, como grupo, nada ganan con los modernos moví
mientos feministas; en el mejor de los casos, solo extraen prow
cho algunas mujeres aisladas.
AnLER observa que, si se buscara bien, podrían hallarse al
gunas ideas estimulantes en el trabajo de Wittels. Wittels habría
debido preocuparse más por el presente y, quizá, por el futurn:
en cambio, como es un reaccionario, fue a buscar las fallas c·11
el pasado más remoto. Las diferencias fundamentales entre la
posición de Adler y la del orador y el profesor son las siguic•11
tes: mientras que por lo general se da por sentado que el man·o
de las actuales posiciones de hombres y mujeres es constante•,
los socialistas suponen que el marco familiar está tambaleándose•
en la actualidad, y que se debilitará cada vez más en el futuro.
La mujer no permitirá que la maternidad le impida abrazar
una profesión; o bien la maternidad seguirá siendo un obstáculo
para algunas, o bien perderá lo que hace de ella una pcnosn
obligación.
Respecto de la posición erecta, la forma que ha tomado e·l
pie es un signo de degeneración : las piernas son brazos dcgcne•
rados. El exhibicionismo quizás haya aparecido posteriormcnl<',
como un fenómeno suplementario.
7 John Stuart Mill ( 1806-1873) , eminente filósofo y economista inHh
En este pasaje, Freud se refiere a la obra de Mill Subiection of Wo111,·11
[Servidumbre de las mujeres], que Freud tradujo para la ediciém el(• l:1 ,
obras de Mili, realizada por 111eodor Gompertz (1880). Véase E. Jo11t•s,
Vida y obra de Sigmtmd Freucl, Pai<lós, Buenos Aires, 1964.
351
11 de marzo de 1908
El análisis del matriarcado fue demasiado sucinto: el pa-
triarcado suplantó al matriarcado mediante el derecho sucesorio.
En sus estudios, Karl Marx demuestra que todo se convierte en
propiedad bajo el dominio de la posesión. La mujer también se
convierte en una posesión; este es el origen de su destino. Por
consiguiente, se debe empezar por abolir a la mujer como pro-
piedad. 8
Por último, Adler da lectura a un relato de Carl Ewald,
9
"Adan y Eva", extraído de Cuentos de hadas del presente.
JoACHIM se limita a efectuar algunas apreciaciones críticas;
quienes evaluaron el trabajo de Wittels, cometieron el error de
aislar un eslabón de la cadena. El hecho de que las piernas se
desarrollaron como consecuencia de un proceso de degeneración
no es una causa, sino un efecto; lo mismo ocurre con el derecho
sucesorio.
s Es interesante advertir de qué manera atraían la atención de Adler los
aspectos políticos y sociales del problema, en tanto que Freud solo lo en-
focaba en térrrúnos psicológicos y antropológicos. Adler hace referencia a
la doctrina marxista según la cual los modos de producción predominantes
en una sociedad determinan las condiciones políticas, sociales y culturales.
Por consiguiente, Marx considera que, en la sociedad capitalista, la mujer
también se convierte en propiedad privada. Por aquel entonces, los matri-
monios de interés eran muy comunes en la burguesía, y la nobleza utilizaba
con toda naturalidad el matrimonio con fines políticos y económicos, cir-
cunstancias que ciertamente prestaban apoyo a la teoría ele Marx. Aparen-
temente, Rank condensó la intervención de Adler hasta el punto de vol•
verla casi ininteligible. Adler ha debido decir aproximadamente lo siguiente:
"Así como bajo el dominio de la propiedad privada, todo se convierte en
propiedad privada, lo mismo ocurre con la mujer. Primero, es propiedad
del padre, y luego del marido. Esto determina su destino. Por consiguientr,
se debe empezar por abandonar la idea de que la mujer es una propiedad."
Las ideas <le Marx robre el tema fueron por lo general mal entendidas:
se consideraba que los marxistas favorecían la socialización de las mujeres.
En aquella época, esas ideas eran discutidas con frecuencia en los círculos
cultivados de Viena, y, por supuesto, los miembros de las Reuniones de lo~
miércoles las conocían muy bien. Cabe mencionar aquí que Freud t·1,1
íntimo amigo de la familia Eckstein (E. Jones, en su biografía ele Fr!'ud,
menciona solamente a Emma Eckstein). Las dos familias pasaron j1111t11 ~
sus vacaciones ele verano durante muchos años. Fritz Eckstein, <lestac:1cl11
filósofo, era amigo de Anton Bruckner y Rugo \Volf, así como de F1 <' lid
En años posteriores fue uno de los amigos con quienes Freucl solía j11¡,,:1 ,
a las cartas. Gustav Eckstcin y Therese Schlesinger, una herm:ma rnt•11111
miembro del Parlamento, eran ya en esa época dirigentes destacados d , 1
partido Socialdemócrata. Por consiguiente, Freucl estaba tan familiariz:icl11
como Adler con las ideas socialistas de la época, ~-i bien Freud, co1110 \11
afirma Jones, nunca perteneció a un partido político.
g Carl Ewald (1856-1908), escritor danés conocido por sus historias ,k
animaks r<'laliva~ a h historia de la evolncibn,
358 Acta 44

HrrscHMANN cita otro libro, El hombre como cuadrúpedo,

ele Ernst Klotz. 10
La práctica del coito por delante ha creado condiciones
poco favorables para el estímulo del clítoris; Hitschmann se pre-
gunta si eso no tendrá importancia en el caso de la anestesia.
El profesor FREUD menciona un artículo de Schroeder, "La
erotogénesis de la religión", 11 publicado en la Zeitschri~ für
Religionspsychologíe. En ese artículo, el autor afirma que los
órganos genitales fueron los primeros dioses, y que el senti-
miento religioso deriva del éxtasis del acto sexual.
WrrrnLs comienza por responder a Adler. Cita una tesis
de Paracelso sobre la diferencia fundamental entre el hombre y
la mujer. La diferenciación de los sexos aumenta a medida que
ascendemos en la escala animal. La menstruación es la diferen-
cia más importante entre el hombre y la mujer.
Es imposible ser freudiano y socialdemócrata a la vez: de
ahí las contradicciones de Adler. El pie es un órgano degene-
rado con relación a la mano, pero de ninguna otra manera.
Exhibicionismo con posición erecta: el pene de los mamí-
feros superiores 12 permanece oculto; la exhibición, que se hace
cada vez más evidente, desempeña un papel importante en la
biología de los mamíferos superiores. La explicación de Bolschc
sobre la falta de pilosidad debe considerarse frustrada. Según
Exner, los pelos que cubren el mons venerís sirven para reducir
la fricción. 1 3
lO Ernst Klotz, pintor, agregó a s.u libro el suLtílulo de "Eü1c anaiomisclw
Entdeckung samt neuer Erklürung d er bisher falsch geseh cnen mcnscli-
lichen Fortpflanzungsorgane" LUn d escubrimiento anatómico y un::t nueva
explicación de los órganos reproductores humanos, hasta ::ihora crrcmc·,1-
m ente interpretados], Wiegand, L cipzig, 1908.
11 Theodor Schroeder publicó en 1907 un trabajo en inglés titulado "Tlw
Erotogenesis of Religion", en Alienist ancl Neurologist ( 1907, 28, p. 330),
que apareció en su versión alemana en Zeitschri~ für Religionsps¡¡c/wlogi<".
,·ol. I, nQ 11, marzo de 1908.
12 Los argumentos de \Vitteh indican que "superiores" debe ser un c·rro,
de trascripción y que quería decir " inferiores".
J:l A pesar de las críticas ásperas e incluso p enosas desd(' el punlo d• ·
vista personal, en esa época reinaba un clima de tolerancia. \Viuels le gus
t,iha a Frcud por la riqueza ele sus ideas, aunque mnc.:has cll' cll:1s l<'11Í,111
rn/1, de fant::tsí.t c¡ut' de pensamiento científi co.
45
REUNION CIENTIFICA DEL 1<.> DE ABRIL DE 1908'
Presentes: Freud, Adler, Federn, Graf, Heller, Hitschmann, Hol-
lerung, Sadger, Steiner, Stekel, Rank.
Sadger, Steiner y Adler pagan su cuota.
Sadger toma en préstamo Archiv nQ 34.
Bass, [A.] Deutsch, Wittels y Reitler se excusan por no
asistir.
Adler propone la creación de un fondo destinado a la bi-
1
blioteca y a fundar una biblioteca para la Sociedad.
LECTURA Y DISCUSIÓN
Nietzsche: "El ideal ascético"
Tercera parte de 1a "Genealogía ele 1a morar'
El doctor HrTSCHMANN, antes de leer el pasaje de Nietzsche,
pronuncia algunas palabras introductorias: como hizo Moebius
con la psicología, podríamos elegir como tema de discusión el
estado desesperado de toda filosofía, tomando como punto de
partida el carácter relativo de esta última. Un sistema filosófico
es producto ele un impulso interior y no difiere mucho de una
obra artística.
En realidad, Nietzsche no puede ser llamado filósofo; es
más bien un moralista, aunque se distingue por una sagacidad
poco común.
No conocemos los hechos más importantes de su vida. Se-
gún Moebius, su madre padecía una tara hereditaria; y el hecho
de que Nietzsche estuviera constantemente rodeado de mujeres
influyó poderosamente en su desarrollo. En el relato sobre 1a
adolescencia de Nietzsche, su hermana revela que ya a los 13
1 Frase tachada en el manu;crito original. Sin <'mbargo, en su biografía
do l•'n•ud (/oc. cit.) Jones relata que en esa (,p<wa se· creó una biblioteca..

360 Acta 4,5
años planteó el problema que dominaría toda su vida -el origen
y desarrollo de la moral-, y que escribió un artículo sobre el
origen del mal.
En Nietzsche, como en \,Vinckelmann 2 y tantos otros, se
amalgaman el amor por la filología, una predilección por la an-
tigüedad (arte) y una poderosa inclinación por la amistad ( in-
versión).
Existe un notorio contraste entre su conducta en la vida
cotidiana y el tema principal de sus obras: 3 mientras que en
la vida real siempre se mostraba triste y sombrío, sus obras re-
zuman gozo ('1a ciencia gozosa"), júbilo y danza dionisíacos.
A despecho de su retrato, que nos hace suponer que Nietzsche
era fino, delicado y compasivo ( tal como efectivamente se ha
dicho de él), en sus escritos alaba y defiende la crueldad y la
venganza ("la bestia rubia"). La Genealogía de la moral tam-
bién está dedicada a la defensa de esos instintos. Nietzsche es-
.cribió esa obra voluminosa en veinte días, esto es, con patológica
rapidez.
Hitschmann resume luego el contenido de las dos primeras
secciones de la Genealogía de la moral: "El bien y el mal", "Lo
bueno y lo malo" y "Culpa, conciencia culpable y temas afines",
antes de dar lectura a la tercera sección: "¿Cuál es el sentido
de los ideales ascéticos?" (Parágrafos 5 a 9 inclusive.)
Hitschmann analiza entonces brevemente lo que ha leído.
Interesa observar que Nietzsche descubre el factor fundamental
en la psicología de otros, mientras que él mismo no logra adver-
tir que sus propios ideales corresponden a sus deseos insatisfe-
chos. Al criticar e interpretar psicológicamente el ideal ascético,
al preconizar una vida sin obligaciones, regida únicamente por
los propios deseos, repudia las circunstancias en q_ue se vio for-
zado a vivir. Se puede decir que la vida de Nietzsche fue ascé-
tica; su tendencia al ascetismo y a la abstinencia sexual está
ligada a su admiración por Schopenhauer ( no sabemos que
haya tenido ninguna relación [sexuall con una mujer, salvo oca-
sionales visitas a prostitutas). Cuando reconoció que le había
hecho trampa a la vida, y que se hizo trampa a sí mismo, re-
chazó el ideal ascético. Observamos así que las opin;ones subje-
tivas de un filósofo pueden estar determinadas por sus rasgos
y experiencias personales, como lo ilustra muy bien este trabajo.
Desde nuestro punto de vista, la parálisis que padecía, con
sus complicaciones, no es el factor de mayor interés; por el con-
" Johann Joachim Winckelmann ( 1717.. 1768), famoso arque6logo akmán.
s Nuestros pacientes muestran con frecuencia un contraste similar enlr<'
.sn vida rrnl y s11s fantasías.
361
19 de abril de 1908
trario, constituye un obstáculo, ya que sin ella los procesos purá-
mente psíquicos se pondrían en evidencia con mayor claridad·..
Por último, debemos plantear una pregunta general: ¿Qué
lleva al hombre a seguir siendo filósofo?
DrscusróN
STEINER desea tan solo expresar sus dudas de que el ideal ascé-
tico sea realmente lo óptimo para un filósofo.
SADGER puntualiza que el filósofo nato es, por vocación, un
neurótico obsesivo: si el castigo es lo más importante para él,.
se convierte en jurista; si lo es la especulación, se hace filósofo ..
Como se sabe, Schopenhauer fue un neurótico obsesivo. En lo·
que atañe a Nietzsche, todavía no se puede tratar el tema, ya.-
que aún no se han publicado los datos más importantes. Su ma-
dre no padecía de taras hereditarias, sí algunos parientes, pera
Nietzsche es sin duda el ejemplo típico de un sujeto con estigJ
mas hereditarios. Además, hay en él un fuerte elemento de his-
teria; los estados epileptoides sin pérdida de conciencia, que él
mismo dice haber sufrido durante su infancia, eran sin duda sín-
tomas histéricos. Su relación con la familia es importante: su
"moral de amo" ["Herrenmoral"] puede asociarse al hecho de
que era el único hombre [Herr] de ia familia. Cuando alcanz6
la edad que tenía su padre en el momento de su muerte, temi6
morir de la misma enfermedad; la identificación con su padre
puede haber tenido una motivación homosexual.
AnLER comienza por destacar que, entre todos los grandes
filósofos que ·nan dejado un legado a la posteridad, Nietzsche
es el que más se acerca a nuestro modo de pensar. En una oca-
sión Adler procuró establecer una línea directa que partía de
Schopenhauer, pasaba por Marx y Mach, y culminaba en Freud.
En esa época omitió a Nietzsche. Invoca argumentos que se
oponen a la atribución de la filosofía a una sola neurosis: el
filósofo es demasiado complejo y la técnica de la actividad filo-
sófica guarda relación intrínseca con algo totalmente distinto.
No obstante, es posible localizar un sistema filosófico, es decir,
especificar el pU:~to en que el filósofo inicia el mecanismo de
su pensamiento. Hegel, 4 por ejemplo, comienza donde está im-
plicada la represión, donde la tesis se trasforma en antítesis.
La obra de Nietzsche contiene, casi en cada página, observacio-
nes que recuerdan las que hace el paciente cuando la terapia
ha avanzado mucho y él está en condiciones de analizar las co-
4 Cl'Orl-( Wilhelm Friedrich Hegel ( 1770-1831), uno de los más im-
portn11tt•s fi1/1soíos nkmanC's.
 362
Acta 15
rrientes subterráneas de su pensamiento. De esa manera, pudo
descubrir entre las múltiples expresiones de la civilización. la
pulsión originaria, esa pulsión que, trasformada por la civiliza-
ción, se convierte, en la mente del filósofo, en el ideal ascético
como resultado de un proceso de condensación. Adler siempre
se ha sentido asombrado por la ausencia de cierto número de
ideas culturales en los paralíticos; sus pulsiones, anteriormenlc
inconscientes, no reprimidas, han alcanzado cierto grado de li-
bertad, circunstancia que explica los bruscos cambios de humor
a que están expuestos. A causa de cambios orgánicos, los para-
líticos no pueden trasformar en su contrario los procesos psíqui-
cos originados en las pulsiones.
GRAF comienza por elogiar la observación de Hitschmann
en el sentido de que es filósofo quien continúa pensando y es-
peculando más allá de la pubertad. Nietzsche no es un buen
ejemplo para establecer las condiciones necesarias para conver-
tirse en filósofo; no es filósofo en el sentido en que lo eran Pla-
tón, Aristóteles y otros. Sus obras, escritas bajo la influencia de
los moral~stas franceses, son una forma de autocura. A partir de
su naturaleza débil, Nietzsche supo forjarse ideales vigorosos.
Su person~lidad no es enteramente característica del filósofo; su
evolución no sigue una línea recta, como la de muchos otros pen-
sadores e investigadores; tampoco se produjo un viraje repen-
tino en mitad de su vida ( como, por ejemplo, en el caso de Wag-
ner). El desarrollo de Nietzsche sigue una línea tres veces que-
brada: abandona la filología cuando se convierte en adepto de
\,Vagner y Schopenhauer; a esa altura de su vida debe de haber
irrumpido algún elemento que quizá sea consecuencia de su re-
chazo y represión de la sexualidad, como consecuencia de su
infección.
La filosofía posteriormente desarrollada por Nietzsche tiene
sus raíces en su lucha contra la enfermedad por medio del auto-
análisis.
FEDERN dice que Nietzsche está tan cerca de nosotros que
sólo podemos preguntarnos qué es lo que pudo haber escapado
a su consideración. Intuitivamente, se anticipó a ciertas ideas
de Freud; fue el primero que descubrió la importancia de la
abreacción, de la represión, de la huida en la enfermedad, de las
pulsiones sexuales, tanto normales como sádicas. Su filosofía se
ha formado en contraste directo con su propia existencia. Fedcrn
sabe de fuente segura que Nietzsche mantuvo relaciones homo-
sexuales en ciertos períodos de su vida y que contrajo la sífilis
en un prostíbulo de homosexuales de Génova.
Todo el problema de Nietzsche proviene de su conflicto in-
fantil. Si bien descubrió las condiciones reinantes en la infancia
l{) de abril de 1908 ;J(i~I
de la humanidad, nunca reconoció las condiciones de su p1 opl,1
infancia. El problema de Nietzsche no puede enfocarse psh-11
analíticamente. .
El análisis de dos filósofos (pacientes) reveló que 111 1, :11
dencia a querer comprender el mundo prescindiendo d('] ¡11c,pl11
yo apareció muy pronto y se fortaleció con la represión d, 1 1ft
pulsiones sexuales.
Cabe mencionar que Otto Weininger 5 también debió l111 •IH11
con la supresión del sadismo ( ideas de crimen sexual); su lihfi
demuestra que era una persona con elevado sentido de 1a l:1lt•I!
El profesor FREUD subraya ante todo su propia n·l11t1U11
singular con la filosofía, cuya naturaleza abstracta le n·~ult
tan desagradable que ha renunciado a estudiarla. No co1101·1• 111
obra de Nietzsche; sus ocasionales intentos de leerla fueron "º'º
cados por un exceso de interés. A pesar de las similitudes 11111
muchos han señalado entre él y Nietzsche, puede asegurar 1111
las ideas de Nietzsche no han ejercido influencia alguna c•n 1111
obra. Para demostrar cuán compleja, y a veces peculiar, pnml
ser la génesis de las ideas nuevas, relata en esta oportu11icl111l
cómo nació su idea de la etiología sexual_ de las neurosis: 11·1•
grandes médicos, Breuer, Charcot y Chrobak, habían exprcsnilo
esa idea en su presencia; no obstante, solo recordó el hecho po
teriormente, cuando, enfrentado al repudio [general] procuro
justificar su idea. 0
Nietzsche no reconoció ni el infantilismo ni el mecanismo
de desplazamiento.
Hitschmann, muy atinadamente, ha planteado algunos pro
blemas interesantes: 1) el que concierne a la psicología de Nictz
sche, en su condición de hombre; 2) ¿,qué factores de la consti-
tución psicosexual hacen al filósofo? 3) la cuestión que se refiere
a la determinación subjetiva de los sistemas filosóficos, aparen-
temente tan objetivos.
Simplemente, desea agregar algunas observaciones: la her-
mana de Nietzsche le recuerda esos pacientes que se preparan
[ en cada sesión de análisis] para evitar que algún hecho impre-
visto pueda ponerse de manifiesto.
5 Otto \,Veininger ( 1880-1903), escritor vienés que terminó suicidándose.
Su libro Geschlecht und Charakter [Sexo y carácter], desempeñó un im-
portante papel en el conflicto desencadenado entre Freud y Wilhelm Fliess.
Fliess acusó a Freud de haber "entregado" a Weininger sus ideas sobre la
bisexualidad. Emst Kris discute este asunto detalladamente en su Intro-
ducción a los Orígenes del Psicoanálisis.
o Frcud menciona esto en "Ilistoria d el movimiento psicoanalítico" ( 1914)
1o.e .. 1. 11, pp. 1895-19301.
364 Acta 45

A los 13 años, Nietzsche se planteó ya el problema del ori- 46

gen del mal, coincidiendo así con otros grandes pensadores y REUNION CIENTIFICA DEL 8 DE ABRIL DE 1908
descubridores que también se fijaron la tarea de su vida alrede-
dor de esa edad: el hombre que descifró los jeroglíficos se asig-
nó a los 11 años la tarea que resolvería veinticinco años después.
SADGER: Ostwald. 7 Nombra a algunos químicos y físicos
[que se fijaron las metas de su existencia cuando tenían corta
edad].
GRAF cita a Schliemann, 8 cuyo interés por lo que sería la
pasión de su vida despertó a los 7 años.
ADLER menciona a Mayer, 9 que a los 8 años se planteó el
problema de la conservación de la energía.
FREUD: Algún día debería investigarse de qué manera las
impresiones infantiles influyen no sólo en las enfermedades ulte- Presentes: Freud, Adler, Bach, [A.l Deutsch, Federn, Graf, 111·
riores, sino también en las grandes realizaciones. ller, Hitschmann, Hollerung, Joachim, Sadger, Steiner, Stchl,
Las ideas de Adler acerca de los paralíticos pueden apli- Wittels, Rank.
Se acepta la moción concerniente a la biblioteca: la cuotu
carse también al caso de Maupassant. 10
RANK: Cuando leemos a Nietzsche tenemos la impresión de mensual se eleva por el momento de 1 a 2 Kronen; rendición <k
que la pulsión sádica (masoquista) y su supresión desempeñan cuentas semestral, la comisión decide sobre la adquisición de los
el papel preponderante en su vida. Esta supresión explica ( co- libros sugeridos. Contacto con la Wiener klinische Rundschau
mo en el neurótico obsesivo), por una parte, su delicadeza, cor- para ejemplares destinados a información. Se propone la sus
tesía y mesura, pero, por otra, también su glorificación de la cripción a las siguientes revistas:
crueldad y del espíritu de venganza. Sus ideas sobre el origen Sexualwissenscha~ [Ciencia sexual]
del mal constituyen una justificación contra los reproches que se Sexualprobleme [ Problemas sexuales1
dirige a sí mismo ( Kant también habló del mal radical). El én-
Literarisches Zentralblatt [ Revista central de literatura l
Politisch-Anthropologische Revue [Revista político-antropo-
fasis puesto en la zona oral (la serpiente en la boca de Zaratus-
tra y los sueños de sapos) concuerda con su sadismo. Su re- 1
lógicaArchiv
lación con Wagner se entiende mejor cuando conocemos su amor
f iir Rassenbiologie l Archivos de biología de las razas l
por Cósima. 11
El he cho de que, a diferencia de otros filósofos, no explo- RESENCIONES Y PRESENTACIÓN DE CASOS l'OR TODOS
rara el mundo exterior sino a sí mismo es una manifestación de LOS MIEMBROS PRESENTES
un desarrollo que invirtió la trasferencia original desde el mundo
interno hacia el externo. Resenciones
STEKEL se inclina a ver una especie de confesión en el hecho FEDERN informa acerca de su magra selección de artículos pro-
de que Nietzsche mencionara el lupulino y el alcanfor. La pul- venientes de revistas inglesas: en Brain, un artículo puramente
sión filosófica surge del deseo de conocimiento sexual: el enig- casuístico ( veinte casos de histeria); luego, un trabajo de D ...
ma sexual se convierte en el enigma del mundo (desplazamiento). [?1, que considera las psicosis de angustia como enfermedades
del período involutivo; finalmente, un informe de la Société de
7 Wilhelm Ostwald ( 1853-1932), químico alemán autor de breves bio- Neurologie de París sobre casos de histeria, informe donde el
grafías de hombres de ciencia.
s Heinrich Schliemann (1822-1890), arqueólogo alemán. Primero tuvo
diagnóstico de la histeria no se basa en los estigmas; los sínto
éxito en los negocios, luego se retiró de sus actividades y realizó el sueño mas, según dice el informe, pueden eliminarse por medio ele la
de su infancia: encontrar la Troya de Homero.
li Julius Robert Mayer ( 1814-1878), médico y físico alemán.
persuasión. 1
1° Cuy de Maupassant ( 1850-1893), gran novelista francés, maestro del - El r< prrscntante de la "t~rapi:i. persuasiva" era Paul Dubois, profesor <le
c1o1ento. 1 1

u La esposa de Wagncr. psi< ·o\01:l:t ,•11 Hl'rna.


366 Acta 4fi
STEKEL encontró, en el Journal Médical, de Bruselas, un lar-
go artículo sobre la epilepsia en el que se describen varias for-
mas de aura. Según este artículo, se suele hacer un uso abusivo
del término "epilepsia". En general se trata de casos de histeria,
como en el de Dostoievski ( SADcER menciona también a Edgar
Allan Poe). Teniendo esto en cuenta, debería prestarse mayor
atención al aura epiléptica. Los Archives ele psychologie inclu-
yen un trabajo del suizo A. Maeder 2 sobre la interpretación de
varios sueños; el artículo aclara el significado etimológico y etno-
lógico de ciertos símbolos ( serpiente, casa, etc.).
E. Claparede, en un trabajo sobre la histeria publicado en
otra parte, sostiene el punto de vista freudiano (defensa). ::i
Entre los libros menciona Las confesiones de un loco, de
Strindberg, donde el autor cuenta la historia de su onanismo in-
fantil y los conflictos psíquicos resultantes. Dicen que su madre
sufría de crisis de histeria. El autor veía en cada mujer algo de
su madre. Odiaba a su madrastra, pero tras ese odio se percibe
claramente su deseo reprimido. Cuatro años antes Strindberg
había sucumbido repentinamente a ataques de angustia y deli-
rios persecutorios; se consideraba un pecador, quería hacer pe-
nitencia, etcétera.
[A.] DEUTSCH cita dos pasajes del cuento de Gustav Wied
titulado Recuerdos de infancia: 4
«Consejo a padres y madres: Considera erróneo, e inclusú
perjudicial, que se deje a los niños al cuidado de criadas que
los visten y desvisten, los lavan, los bañan, y los acuestan en la
cama. En su cuento deseaba relatar lo que él mismo había expe-
rimentado: la niñera, una vieja criada, cordial, fiel y temerosa
de Dios, se sentaba por la noche junto a su lecho y le enseñaba
a recitar los Salmos y decir el Padre Nuestro. El niño tenía las
manos juntas sobre la frazada, y él y la criada cantaban y reza-
ban en voz alta y clara, pero las manos de ella estaban debajo
de la frazada, acariciando su cuerpo, hasta que Gunnar, temblo-
roso y febril, le echó los brazos al cuello y le mordió la mejilla ...
2
Alphonse 11aeder: "Essai d'interprétation de quelques reves" ["Intento
ele interpretación de algunos sueños"], Archives de psychologie, 1907, 6,
pp. 354-375. Joven psiquiatra y psicoanalista de grandes condiciones, Mae-
der consideraba los sueños como profecías; muy pronto abandonó el psico-
análisis.
3 Edouard Claparede ( 1873-1940), profesor de psicología en Ginebra.
No se adhirió al psicoanálisis en su ulterior desarrollo. El trabajo al que
se hace referencia es "Quelques mots sur la définition de l'hystérie" ["Al-
gunas observaciones sobre la definición de la histeria"], Archives de psy-
chologie, 7, p. 169, 1908.
4 Gustav Wied ( 1858-1914) , escritor danés.
8 de abril de WOH :1<1
»¡Es esto lo q uc c1 ucría contar como advertencia, para rcvc ·
lar cuánto daño le habían hecho a él. .. y a muchos otros! Mu-
chas veces le habían contado historias similares de la infancia;
y todas esas personas continúan sufriendo, en mayor o menor
grado, las consecuencias de las lascivas caricias que habían re-
cibido de criadas, maestras y viejas tías disipadas.»
Sueño
«Y estaba de pie en el jardín de la mansión de sus padres,
con una navaja abierta en la mano. Frente a él, recostado contra
un árbol, estaba su padre, también armado con un cuchillo filo-
so. Pero entre ambos, como un símbolo de paz, estaba la madre.
Y Gunnar alzó el cuchillo y cubrió al padre de heridas, incluso
en los brazos y las manos; pero siempre que el anciano trataba
de lanzarse encima de él, la madre interponía su cuerpo entre
ambos, como una barrera protectora. De pronto, la mujer se dejó
caer de rodillas, extenuada, y clamó piedad una y otra vez. Pero
padre e hijo se atacaron con los cuchillos, hiriéndose brazos, p0-
cho, cuello y manos. Y Gunnar vio fluir la sangre de sus heridas.
Entonces perdió su cuchillo, quiso gritar pidiendo ayuda, estiró
los brazos implorante y se dejó caer al suelo. Y allí yació un rato,
inconsciente, con los ojos cerrados. Y entonces, de pronto, sintió
una paz reconfortante y tranquilizadora que, como un bálsa-
mo, impregnaba su cuerpo: debe de haber sido su madre, arro-
dillada a su lado, que colocaba sus manos suaves sobre las heri-
das que el padre le había infligido. Y él, agradecido, le llevó
las manos al cuello y le ofreció los labios en un beso. Pero en-
tonces vio dos ojos relampagueantes, grises como el acero, que
lanzaban destellos bajo sus cabellos negros como el cuervo. Una
boca roja como la sangre succionaba la suya. Un cuerpo, suave
y flexible, se apretaba contra el suyo. Y mientras se inclinaba,
temblando de voluptuosidad, corno en un abrazo, oyó la voz de
Bruce cerca de su oído, que murmuraba: "Mi glorioso pequeño,
es así como quiero tenerte ... " [Descubierto entre las páginas
del acta del 8 de abril de 1908.] »
STEINER informa sobre un artículo de Knochenhauer publi-
cado en la Zeitschri~ für Bekampfung der Geschlechtskrankhei-
ten: "Familienleben und Prostitution bei aussereurop'i ischen Vol-
kern" ["La vida familiar y la prostitución en los pueblos no
europeos"]. La esencia del artículo es que los salvajes son en rea-
lidad mejores que nosotros.
IlITSCIIMANN llama la atención de los presentes hacia varias
 368 Acta -1~
recensiones de Nacke 5 en el Archiv für Kríminal-Anthropologit' ·
una sobre "Sexuelle Perversitaten bei Tieren" ["Perversiones se•
xuales en los animales"] ( ninguna, salvo la masturbación), otra
sobre "Erotische Tatowierung" ["Tatuajes eróticos"], y, adt•
más, una reseña de la Anthropophyteia O de Krauss.
En la bibliografía especializada se encuentran por todas par
tes recensiones de la [Psícopatología de la] Vida cotidiana y 111
Demencia precoz, de Jung. La Monatsschrift, 7 de Ziehen, inclu
ye el informe de Jung presentado en el Congreso de Amsterda,11,
y también un trabajo sobre los sueños sexuales contrastantes, N
en el cual Nacke llega a la conclusión de que personas muy d<'
centes pueden tener sueños indecentes. Incluso la gente normal
puede tener sueños homosexuales.
Libros
[Georg] Lomer, Liebe und Psychose [Amor y psicosis] (Wiesba-
den, 1907).
[Siegfried] Weinberg, Ober den Einfluss der Geschlechtsfunktio-
nen auf die weibliche Kriminalitiit [Sobre la influencia de la
función sexual en la criminalidad femenina]. ( Halle, 1907.)
BAcH descubrió un trabajo de Fliess sobre la proporción d<'
nacimientos de varones y mujeres O en un reciente número ck
Margen (6 de abril de 1908).
5 landl rHistoria de la moral pública en Rusia]. ( Berlín, 1907.)
Paul Nacke, psiquiatra alemán. "Perversiones sexuales en los animales"
apareció en Sexualbiologie, Robert Müller (comp.), Berlín, 1907; "Tatua
ies eróticos" es un trabajo de Lüdecke que apareció en Anthi•opophyteia.
"Exhibicionismo y superstición" fue publicado en F. S. Krauss: Da.1·
Geschlechtsleben in Glauben, Sitte, ttnd Brauch der Japaner [Vida sextuil
en la religión, la mo-ral y Úls costumbres de los iaponeses], Leipzig, 1907.
Niicke no hizo ninguna resei'ía de la Anthropophyteia de Krauss, pero sí
de la Psicopatología de la vida cotú:liana, de Freud ( en Archiv für Krími-
11al-Anthropologie und Kriminalistik, 1908, 29, pp. 303-304), y del libro
Dementia Praecox, de Jung.
6
Friedrich Salomo Krauss ( 1859-1938), folklorista y etnólogo alemán,
director de Anthropophyteia; ]ahrbücher fü1'. folkloristische Erhebungen w1d
Forschungen zur Entwicklungsgeschichte der geschlechtlichen Moral [An-
thropophyteia; Anuarios de investigaciones folklóricas e investigación en
la histo-ria del desarrollo de la moral sexual]. Véase la ca,ta de Freud ( 20
de junio de 1910) a Krauss, G.W. t. 8, pp. 224-225.
7 Ziehen, Monatsschrift für Psychiatrie und Neurologie, 1908, t. 23 ( 4),
p. 310 y ss. El trabajo de Jung se titulaba "Die Freudsche HysterielhPo-
rie" f"La teoría freudiana de la histeria"].
8
El título completo del ensayo era: "Kontrast-Traume und speziell sc-
xuelle Kontrast-Triiume ["Suei'íos de contraste y suei'íos de constraste esp<'-
cíficamente sexuales"], Archiv für Kriminal-Anthropologie und Krími1w-
listik, 1907, t. 28, pp. 1-19.
9
El trabajo se titulaba "Der Knabeni.iberschuss" ["Exceso ele varones" J.
3(>/)
8 de abril de 1908
WITTELS informa acerca de las cartas de Nietzsche sobre su
hermana, recientemente publicadas, en las cuales el filósofo ha
bla de ella de manera muy desfavorable. En el Berliner Tageblatt,
Wittels mismo, tomando como base las doctrinas de Freud, ha
intentado reivindicar a la hermana de Nietzsche: tal vez ella
mienta, no en forma consciente, sino por factores infantiles. En
la hostilidad de Schopenhauer hacia su madre, que se refleja en
su filosofía sobre las mujeres, halla una analogía con la relación
de Nietzsche con su hermana.
RANK lee en voz alta las cartas de Nietzsche que acaban de
mencionarse. La conducta de la hermana está motivada induda-
blemente por sus celos hacia Lou, el amor de su hermano. 10
Libros
Monographien über die seelische Entwicklung des Kindes íMo-
nografías sobre el desarrollo psíquico del niño], N9 1 compila-
das por Clara y William Stern.
Dr. M. Hirsch, Die Kindersprache: eine psychologische und
sprachtheoretische Untersuchung [El lenguaje del niño: estudio
psicológico y lingüístico]. (Leipzig, 1907.)
Max Verworn, Zur Psychologie der primitiven Kunst íContribu-
ción a la psicología del arte primitivo]. Conferencia (Jena, 1908.)
íBernhard] Stern, Geschichte der offentlichen Sittlichkeit in Russ-
Dr. íHeinrich] Stadelman, Die Stellung der Psychopathologie :wr
Kunst. Ein Versuch [Psicopatología y arte. Ensayo]. (Munich,
1908.)
[Otto zur] Strassen, Die neuere Tierpsychologie [Psicología ani-
mal moderna]. Conferencia. ( Leipzig, 1908.)
Cesare Lombroso, Neue Verbrecherstudien fNuevos estudios de
criminales l. (Halle, 1907.)
[Willy] Hellpach, Prostitution und Prostituierte [Prostitución y
prostitutas l. ( Berlín, 1905, 1907.)
[Jules] Lachelier, Psychologie et métaphysique. Le fondement de
l'induction [Psicología y metafísica. La base de la inducción.]
(París, 1907; Leipzig, 1908.)
Franz Chyle, Der Selbstmord [als Spelwlation des modernen Ver-
brechertums] [El suicidio [como especulación de los modernos
criminales]]. ( Viena, 1908.)
10 Lou Andreas-Salomé ( 1861-1937) fue una de las primeras adeptas de
Freud. Véase la Introducción a· este volumen. Véase también Freud, "Lou
Andn•as-Salomé" (Necrológicas), G.W., 1937, t. 16, p. 270. [O.C., t. III,
p. :1:1:lR. I
370 Acta 46
jErich] Wulffcn, Psychologíe des Verbrechers. lEin Ilandbuch
fiir Juristen, A1tzte, Piidagogcn und Gebildete aller Stiinde]. [Psi-
cología del criminal. Manual para juristas, médicos, pedagogos
y hombres cultivados de toda condición]. ( Cross Liehterfelclc
Ost, 1908.)
[Franz Ludwig von] Neugebauer, [Hermaphroditismus beim
M enschen l rEl hermafroditi~mo en el hombre]. ( Leipzig, 1908.)
Paul Kronthal, Nerven und Seele rNervios y alma]. (Jena, 1908.)
Sarah Bernhardt, Mein Doppelleben, Memoiren [Mi doble vida,
memorias l. ( Leipzig, 1908; París, 1907.)
rMax l Hofler, Die volksmedizinische Organotherapie und ihr
Verhiiltnis zum Kultopfer [La organoterapia en la medicina po-
pular y su relación con el sacrificio religioso]. ( Stuttgart, 1908.)
1 Herman] Swoboda, "Die Motive des Duells" [Los motivos del
duelo], Oesterreichische Rundschau.
HELLER menciona el diálogo entre dos caballos, de rRudolf]
Kassner [en "Die beiden Schwatzer"J ["Los dos chismosos"] Oes-
terreichische Rundschau.
El profesor FREUD informa sobre la respuesta de Jung y
Bleuler 11 a una crítica de Ernst Meyer, en la cual les reprocha
haber retomado la tesis de la etiología puramente psíquica de
las neurosis, que se había descartado hacía tiempo. La crítica
no es del todo injustificada, porque se quedaron a mitad de
camino, y Bleuler, en particular, no está de acuerdo con la etio-
logía sexual: de haberlo estado, se habría ahorrado ese reproche.
En el último número del Archiv fiir Psychiatrie und Nerven-
krankheiten, Robert Tomson publicó un trabajo en el cual no se
revela ningún progreso; 12 invoca como autoridad a Oswald
Bumke.
Alphonse Maeder publicó, en los Archives de psychologie,
nuevos "Aportes a la psicopatología de la vida cotidiana", que
revelan sus conocimientos y habilidad en este terreno.
FEDERN a fin de evitar la confusión terminológica reinante,
sugiere dar un nuevo nombre a las neurosis y llamarlas enfer-
medades de las pulsiones y de los afectos. 13
11 Bleuler y Jung, "Komplexe und Krankheitsursache bei Dementia Prac-
cox" r"Complejos y causas de la enfermedad de la demencia precoz" J,
Zentralblatt für Nervenheilkund.e una Psychiatrie, 1908, t. 31, pp. 220-276.
1~ "Zur Klinik und Aetiologie der Zwangsercheinungen: über Zwangs-
halluzinationen und über die Beziehungen der Zwangsvorstellungen z11r
Hysterie" [Consideraciones clínicas y etiológicas sobre los síntomas obsc
sivos, las alucinaciones obsesivas y las relaciones entre las representaciones
obsesivas y la histeria].
13 La variedad de intereses que tenía el grupo es realmente digna do
admiración, así como el tiempo y las energías que dedicaba a la discusió11
de libros y artículos.
8 de abril de 1908 371
Presentación de casos
FEDERN relata su observación de un caso de impotencia psíquica
relativa; el significado de la enuresis nocturna ( nunca diurna)
del paciente se estableció a través de su historia; la enuresis per-
sistió hasta los 14 años, y fue reemplazada por el primer acto
masturbatorio. El paciente tiene erecciones por la mañana, en el
curso de las cuales orina con el pene erecto. Esto puede ser
continuación de la enuresis, o uno de sus factores condicionantes.
Un segundo caso se refiere a una grave neurosis de angus-
tia; el paciente era incapaz de viajar por determinada línea de
tranvía (la línea O). Después de haber podido consumar el acto
sexual, desapareció el síntoma. La O, como símbolo de la vagina,
representaba para él la vergüenza por sus fracasos sexuales.
ADLER nos previene contra posibles exageraciones en la inter-
pretación de los símbolos; por ejemplo, en sus casos, rara vez
encontró que los cuchillos fueran símbolos del pene. De manera
análoga, el revólver no siempre parece simbolizar el pene, como
nos lo harían suponer nuestras ideas preconcebidas. En uno de
los casos que él trató, el revólver era el símbolo del ano; en
efecto, éste tiene muchas características que concuerdan con el
revólver.
FREun replica que los símbolos más comunes se utilizan cir-
cunstancialmente de diferente modo í símbolos adaptados indivi-
dualmente l; además, los objetos más insólitos pueden utilizarse
ocasionalmente como símbolos. El significado del revólver como
símbolo anal. que nunca encontró todavía, es tan llamativo como
plausible ( schiessen, scheissen; 14 función, etc.). No obstante, pue-
de tratarse de una trasferencia secundaria.
JoACHIM, que leyó el libro de Adler, ló presenta un ejemplo
de inferioridad orgánica segmenta! tomado de su propia familia:
se trata de una peculiar afección de la pierna izquierda que
sufren varios miembros ele su familia.
GRAF cita un ejemplo de la determinación en la elección de
los nombres. Su hijo se llama Herbert; su hija, Hanna. De estu-
diante, estuvo enamorado de una prima llamada Hedwig: los
nombres de sus dos hijos empiezan con H, letra que, cuando era
estudiante, escribía por todas partes, orgulloso de la belleza del
trazo ( también había pensado llamar a su hijo Harry o Hans).
Luego relata dos casos de telepatía que le conciernen. Cier-
to día, después de su casamiento, pensó con gran intensidad en
14 Schiessen: tirar, disparar; scheissen: cagar.
15 Studie über Minderwertigkeit von Organen, Urhan & Schw:1xzenhrrg,
Vi1•11:1, 1907. [Estticlios sobre la Íli/crioridad orgá11irnl.
 372
Acta 46
su amor de juventud, su prima, y varias veces creyó verla en la
calle. Después de un tiempo, su madre le dijo que ese día, efec-
tivamente, la prima de Trieste había estado en Viena. El segundo
incidente se relacionaba con su actual esposa; cierto día, duran-
te la época en que estaban comprometidos, él rompió bruscamen-
te el compromiso, y no se vieron durante cuatro semanas. Al
cabo de ese lapso, mientras estaba en una fiesta muy divertida,
lo embargó el deseo de ver a su novia, y le escribió. Al día si-
guiente recibió una carta de ella: las cartas se habían cruzado.
( HITSCHMANN lo explica diciendo que los individuos que se
atraen mutuamente tienen un ritmo similar.)
RANK relata que Bruckner, 16 durante la mayor parte de su
vida se abstuvo de toda relación con mujeres y se entregaba a
la masturbación; a los 40 años enfermó: sentía una necesidad
compulsiva de contar; a raíz de una enfermedad del oído, que
dificultaba su audición, fue sometido a electroterapia.
STEINER cita el caso de un hombre que padecía de neurosis
de angustia y diabetes. La vagina de su esposa era demasiado
ancha; después de seguir el consejo de tomar una mujer más
joven, desaparecieron la angustia y la diabetes. Un segundo caso
es el de un hombre impotente, cuya incapacidad de practicar el
coito estaba acompañada de intensos dolores de cabeza. Duran-
te su infancia había manifestado fuertes tendencias sádicas.
Cuando le dijeron que sus jaquecas eran el castigo por los do-
lores que había infligido a las mujeres, desapareció el síntoma.
Además, Steiner quiere llamar la atención hacia las eczc-
mas que aparecen de pronto durante la primavera en personas
con escasa actividad sexual ("ausschlagen"). 17 A continuación,
describe detalladamente sus primeros intentos por psicoanalizar
a una joven histérica, caso que confirmó, de modo totalmente
convincente, todo lo que había aprendido en teoría. En esencia,
la joven está dominada por la idea de perder la virginidad.
HITSCHMANN cuenta el caso de un joven pianista que lleva
los cabellos largos; de niño lloraba cuando le cortaban el pelo.
Las dos hijas mayores de una familia en la cual el padre
es neurasténico y la madre una histérica curada, sufren ele dolo~
res faciales; el hijo menor tiene órganos sexuales atrofiados.
Dos sueños de desnudez: uno, el de un pintor que sostiene
tener ese sueño solo cuando se destapa; volvió ahora a tener esl<'
sueño un día antes de la inauguración de una muestra ele sus
obras ( pánico de presentarse en público). El segundo caso es
el de una hermosa mujer que, la víspera de su primer recital,
IG
Anton Bruckner (1824-1896), compositor austríaco.
1
7 Ausschla~r:n significa rechazar. Der Ausschlag significa crupci(m.
8 de abra de 1908 ,ll,1
sueña que está desnuda en el escenario y que el público In pld1
una canción que ella no conoce. Llegado el momento, n·td1111·11
te cantó mal.
Dos personas que muestran rasgos sádicos en la vida coti
diana (pegan a las mujeres mientras las halagan) y comen co11
voracidad . Habría que determinar si existe alguna relación entre
la zona oral y el sadismo.
Experiencia personal: asistió a un concierto durante el cual
saludó a una joven que conocía. Cuando se fue, antes del final,
tuvo la sensación de haber sido descortés con ella. Sueño: cami-
na por la calle con la misma joven; su compañero de clase,
Zimmermann, camina adelante y lanza una sonora ventosidad,
la joven pregunta a Hitschmann si el causante no habrá sido él.
Entonces se despertó con el deseo de lanzar ventosidades.
STEKEL, refiriéndose a la observación de Steiner, subraya que
con no poca frecuencia la diabetes está acompañada de angustia.
Intoxicación de los órganos sexuales en la neurosis de angustia.
El profesor FREUD relata cómo se resolvió la idea de las
ratas en el paciente que sufría de neurosis obsesiva; 18 la idea
de las ratas significa:
l. Pagos en cuotas (cifras). El paciente admite que no
distingue enh·e Ratten [ratas 1 y Raten [pagos en cuotas l ,
2. Identificación con el padre, que también estuvo en el
ejército, donde contrajo una deuda de juego; un amigo le prestó
d dinero para pagarla, pero probablemente el padre nunca se
lo reembolsó, porque era una "Spielratte" [rata jugadora].
3. Un tipo muy especial de "Ratten": Heiraten [contraer
matrimonio].
Algunas indicaciones relativas a las características más im-
portantes para la comprensión de los ataques de histeria, que
pueden considerarse como la representación de una situación
sexual fantaseada.
l. Al representar la situación, la paciente desempeña tanto
el papel masculino, como el femenino (publicado).
2. La inervación se trasforma en su contrario, proceso que
en muchos aspectos se asemeja a la deformación onírica; por
ejemplo, la paciente cruza las manos en la espalda: lo contrario
del abrazo. El arco en el gran ataque de histeria: el cuerpo se
arquea hacia afuera, las piernas se juntan estrechamente; es la
posición opuesta a la que adopta el cuerpo durante el coito,
1~. Ví·as<' <·n el acta 28, el análisis del I lomhr<' d<' las ralas .
 374
Acta 4fl
en que el cuerpo está arqueado hacia adentro y las piernas MJ
separan.
3.Inversión de la secuencia ( también conocida a parl 11
de la Interpretación de los sueños). Por ejemplo, primero 1111
ataque espasmódico con los habituales actos de tragar, ech:11
espuma por la boca, movimientos típicos, etc., lo que reprcscu111
el coito; luego, la paciente comienza a pronunciar palabras <·11
riñosas; finalmente se sienta tranquilamente y se pone, digamm,
a leer. Al invertir la secuencia, se obtiene un intento de M'
ducción q·ue culmina en el coito.
ad l. Esto es análogo a la condensación del sueño.
ad 2 y 3. Esto es análogo a la deformación del sueño.
La complicación que entraña el hecho que la paciente pre·
senta tendencias epilépticas en sus posteriores ataques puede <·x
plicarse por la sugestión médica: la paciente fue interrogadu
precisamente acerca de esos síntomas. Se trata, pues, de manl
festaciones de resistencia que expresan desconfianza hacia el mi·
dico, quien, según ella, no logra entenderla de ninguna manera.
47
REUNION CIENTIFICA DEL 15 DE ABRIL DE 1908
Presentes: Freud, Adler, ( Bass), Hitschmann, Hollerung, Joa-
chim, Rank, Sadger, Schwerdtner, Steiner, Stekel, Wittels.
DISCUSIÓN DE LA PROPUESTA DEL DOCTOR HIRSCHFELD SOBRE LA
CONFECCIÓN CONJUNTA DE UN CUESTIOr>iARIO
El profesor FREUD informa g uc el doctor Magnus Hirschfeld
propuso la confección conjunta de cuestionarios con el fin de in-
vestigar la pulsión sexual. Por su parte, acepta la propuesta y la
somete a consideración de la Sociedad, a fin de considerar si
sus miembros desean participar. Debe discutirse si la propuesta
será aceptada y, de ser así, de qué manera debe ponerse en
práctica.
STEKEL se opone a trabajar juntamente con Hirschfeld, por
razones tanto personales como objetivas.
SADGER, en principio, acepta la propuesta. Hirschfeld deberá
emplear los cuestionarios en su propio. nombre, en tanto que
los demás miembros colaborarán en forma anónima.
ADLER está a favor de la propuesta. Piensa que por ese me-
dio podría aprenderse más de lo que parece a primera vista, y
el método no le merece ninguna objeción.
HrrsCHMANN también opina que no debería rechazarse la
propuesta de Hirschfeld. El valor de los cuestionarios es in-
dudable.
STEINER acoge la sugerencia con simpatía; también RANK,
que propone, además, enviar los cuestionarios en varios idiomas.
WITTELS tiene cierta prevención contra Berlín.
El profesor FREUD señala que, además de los puntos de
vista de Hirschfeld, podríamos tomar en cuenta los factores in-
fantiles, etiológicos y orgánicos; el cuestionario nos daría una idea
bastante aproximada de lo que se conserva en el recuerdo del
individuo normal. No debe molestarse a todo el mundo con el
 :J76 Acta ,fl

envío de los cuestionarios; sólo deben ser enviados a quie1ws

estén dispuestos a contestarlos. 48
Por mayoría de votos queda aprobada la participación dt
REUNION CIENTIFICA DEL 22 DE ABRIL DE 1908
los miembros en el proyecto, según la moción presentada. J.11
Sociedad, que en esta ocasión hará su aparición pública por pri
mera vez, se denominará Sociedad psicoanalítica ( decisión toma
da por mayoría de votos). 1 Con respecto a las preguntas y los
principales puntos de vista enunciados, el profesor Freud propo
ne que la siguiente reunión se dedique íntegramente a la forrnu
!ación definitiva de aquéllas; se solicita a cada miembro que pre
pare preguntas, formulaciones y puntos de vista; luego se discu
tirán esos cuestionarios confeccionados individualmente. St•
aprueba la moción.
El doctor HITSCHMANN asume la responsabilidad específi
ca de redactar un cuestionario basado en el modelo presentado Presentes: Freud, Adler, Bach, Brecher, rA. l Deutsch, Federn,
por Hirschfeld.
Frey, Graf, [Heller, Joachim, Rank, Reitler, Sadger].
Los principales puntos de interés podrían ser:
l. Condiciones familiares. DISCUSIÓN DEL CUESTIONARIO DE HmsCI-IFELD
2. Desarrollo de la sexualidad en la infancia y
3. después de la pubertad. HITSCHMANN presenta a consideración de los miembros un
cuestionario provisional, proporcionando sucintamente las razo-
Podrían incluirse preguntas sobre: nes de su composición; se trata de un estudio estadístico de la
vida sexual de la gente sana y enferma. El médico debe llenar
Ad. l. Padres y hermanos: una parte del cuestionario, porque no pueden dejarse de lado
Edad, sitio entre los hermanos. los aspectos orgánicos de la condición sexual. Al respecto, debe
Muertes prematuras.
prestarse atención especial a las anomalías del desarrollo. Podría
Métodos de crianza.
aprenderse al mismo tiempo todo tipo de cosas, por ejemplo,
Personas que crían al niño.
.sobre el físico sexual. Toda persona que responda al cuestionario
Ad. 2. ¿Cuándo comienzan sus recuerdos? debe diferenciar con precisión lo que ha experimentado personal-
¿Su primer recuerdo? mente de lo que sabe de oídas .
¿Cuándo adquieren continuidad sus recuerdos? Hitschmann da lectura al cuestionario, que luego es objeto
¿Qué malos hábitos o defectos infantiles tenía usted o sus .cJe discusión.
hermanos? FEDERN sugiere que se confeccionen dos formularios distin-
De be asignarse importancia a: tos, para hombres y mujeres. Preguntas: longitud del miembro
el don de imitación sexual; ¿recibió educación sexual libre o puritana?, ¿experimentó
la imaginación placer durante el primer coito?, c1.sentimientos de culpabilidad?
el sueño, etcétera. BRECHER: c1.A qué edad se produjo la diferenciación entre el
.amor sublimado y la sexualidad primitiva? La misma pregunta,
respecto de la sexualidad y la procreación. Prostitución y enfer-
medades venéreas. Forma de alimentación ( mamadera - alcohol,
·café). Manifestaciones psíquicas: precocidad, curiosidad. ¿Con-
sideraban al niño bueno o malo?
1 El grupo que rodeaba a Freud se presentó en público por primera vez
SADGER: Ereccfones durante la pubertad. Pataletas. Observa-
como "Sociedad psicoanalítica" el 15 de abril de 1908, en ocasión del cut·s- ,ción del coito entre adultos:
tionario de Hirschfeld. RmTLER: Conducta frente a la muerte: cuándo apareció el
rniC'clo a la mncrlc. Ncc<'siclacl intensa ele hacC'r 11rC'guntas.
 378 22 ele ahril de 1908 379
Acta 4H

HELLER:Crueldad hacía los anímales. c) Primeras experiencias se-

RANK: Anomalías de los órganos de los sentidos; dienl<'s.
Actividades artísticas. Imaginación. Deportes favoritos.
JoACHIM: Impulso a coleccionar objetos. Preferencias alimc11
tarias. Impotencia.
El profesor FREUD considera que, en el cuestionario gcrn·
rnl, la homosexualidad solo debe mencionarse casualmente; po
dría enviarse un segundo cuestionario a los sujetos que revclc11
ser homosexuales.
Él mismo elaborará un cuestionario sobre la base de las
sugerencias efectuadas.
CuESTIONARIO PREPARADo POR HITSC.HMANN 1
º Distíngase Jo que ha sido experimentado personalmente el,·
lo que se sabe de oídas."
I. Condición física Fisonomía sexual: Organos
( a ser llenada exclusivamen- sexuales, en especial anorna
te por el médico) lías del desarrollo ( posible
mente incluyendo el ano, et
cétera).
II. Antepasados a) Abuelos: profesión, ci 11
( Predisposición hereditaria) dad o campo; anomalías
sexuales; número de hi
jos; neurosis, psicosis, etc·.
b) Padres: datos pertine11
tes a su vida sexual ¿Qu{·
fue heredado? ¿Organo.s
inferiores?
Matrimonio: ¿A q u{•
edad? ¿Por amor? ¿Ar
monioso? Vida familiar,
º ¿agradable? " ¿Muertes
prematuras, son afectuo
sos uno con otro? Profr
s10n, características.
¿Neurosis? Etcétera.
IlI. Autoobservaci6n en la
a) Primer recuerdo.
primera infancia b) Cuándo comienzan los
( Infantilidad) recuerdos continuos.
xuales, curiosidad - satis-
facción, información se-
xual, seducciones.
"Teorías sexuales infan-
tiles."
Padres: Caricias. ¿Preferencias por el padre o la madre? ¿Por
quér ("Novela familiar"). ¿Aversión, celos hacia uno de los
pa<lrcsr "Ser llevado a la cama." Palizas. " Mirar como espec-
tador. " Sentimientos sexuales cr-Ólicos en rebción con el amor
del niño por sus padres.
Personas que crían al niño: " ¿Nodriza? " Métodos utilizados
en la crianza. 0 Dormir juntos. 0
Hermanos: Edad, secuencia, sexo. ¿Preferencia especial?
¿Odior Sus anormalidades: defectos infantiles, peculiarida-
des." Franqueza sexual."
Compañeros de juego: d) Defectos infantiles ( chuparse el
dedo, erotismo anal, etc.)," rozarse las nalgas," enuresis, mas-
turbación (dónde)," morderse las uñas, pavor nocturnus, ro-
zarse las nalgas. " 2
Pervc rsión. Inversión. Fetiche.:; " Exhibicionismo."
1II. [de ·¡ Ultimas años de la ¿Autorreproche por incesto?
infancia: ¿Represión del incesto? " Acce-
sibilidad a la educación." Ver-
güenza. Asco.
Peculiaridades: comida, "besos
precoces," don de imitación,
ingenio, " masoquismo, " sadis-
mo, voyeurismo, mentiras, etcé-
tera.
0
" I. Infancia Pavor 11octurnus. Angustias in-
fantiles y afines. Morderse las
uñas ( dormir solo, quedarse
dormido). " Sentimientos reli-
giosos. "
Amistades con compañeros de
clase, amor por los maestros.
IV. Pubertad: Toma de conciencia de ésta.
Afectos despertados. Primera

Rozarse las nalgas [ wét:wn] está tachado en este sitio y aparece encima
Este cuestionario está escrito a mano y con tinta. Los pasajes y !:is de "eroti~rno anal".
palabras marcadas con asteriscos al comi enzo y al final fu eron agregada, :i Tachado en el original.
con lúpiz.
 380 Acta 48
polución. En las mujeres, pri-
meras sensaciones localizadas,
primera menstruación.
Masturbación (¿mutua?). ¿Co11
qué frecuencia, cómo, dónde?
¿Qué fantasías? ¿Compulsiva?
0
Amenazas, 0 amonestacion<'s,
prohibiciones. ( Grado de sev<·
ridad, ascetismo.)
Sueños diurnos, masturbació11
mental. Sueños O (típicos). 0
¿Angustia pubertaria, lucha con
sigo mismo, posible abstinen
cia? ¿Consecuencias? Sublima
ción ( arte, religiosidad, con(e
sión).
Escuela - sexo. Traba;o mental·
sexo. Amistades. Aversi6n hacia
el sexo. Educación sexual. D<'
presión. (Suicidio.) Moralista.
Filósofo. Intereses.
Primeros besos. Seducción. As
co. Falta de sentimientos amo
rosos, frigidez, anestesia.
Primer coito O ( ¿sentimientos
de culpa?). ° Coitos subsiguic11
tes. ¿Satisfacción?
Contrectación. Detumescencia. 1
Prostitución. 0 Deportes. 0 U so
de preservativos.
Grado y amplitud de los cono
cimientos sexuales en esa época.
0
¿No pudieron satisfacerse so
lamente por falta de dinero? "
Fobia a la sífilis. Infeccion<'s.
Relaciones amorosas ( ¿similares
4 ··contrectación" y "detumescencia" son conceptos introducidos po,
Moll, que nunca alcanzaron aceptación general. Por "pulsión de co11
trectación" Mol! entendía una especie de complemento de la pulsión ~t·
xual, específicamente el impulso que lleva a tocar y abrazar a la pan•j:1
sexual. Atribuía también a esta pulsión la trasformación <le la pnlsit't11
sexual en un factor psíquico y mental. La "pulsión de detum escencia" d,•.
signa, a grandes rasgos, la necesidad de relajamiento de la excitacit'tn ,~,··
nital mediante el contacto físieo .
22 de abril de 1908 381
a las de los padres?) ¿Compul-
sión sexual? Poluciones. Excita-
ción frustrada.
Reflejo genitonasal. Reflejo uro-
genital. Reflejos anales.
Inversi6n (véase el cuestionario
de Hirschfeld)
" ¿Neurosis? "
V. Estado adulto actual ( vida Noche de bodas. Desfloración.
conyugal, hijos). Anestesia. Malthusianismo. 5
Potencia sexual. Vida conyugal.
Perversiones. Detalles. ¿Posible
abstinencia sexual? Consecuen-
cias.
Lugar ........... Fecha ..... .
CUESTIONARIO N9 . . . . . G
En interés de la investigación científica y la mejor comprensión
de las personas con tendencias anormales, les pedimos que se
tomen la molestia y el tiempo necesario para responder las pre-
guntas siguientes con tanta precisión y veracidad como sea po-
sible. Pueden ustedes contar con nuestra absoluta discreción.
Nombre, domicilio, sexo, edad, raza, profesión, estado civil.
Toda persona que se sienta reacia a firmar con su nombre
completo el cuestionario ya contestado puede marcarlo con un
número y, en forma simultánea, enviarnos este número junto con
la correspondiente dirección en sobre aparte. Llamamos su aten-
ción muy especialmente sobre el hecho de que las informaciones
que usted proporcione están protegidas por el secreto profesio-
nal. Rogamos escribir al margen las respuestas breves y las otras
en hoja aparte. Agradeceríamos adjuntar una fotografía.
El malthusianismo, en este contexto, significa control de la reproduc-
ción. Malthus era un clérigo inglés, autor de trabajos sobre política demo-
gráfica. Su "An Essay on the Principie of Population or a View of Its Past
and Present Effects on Human Happiness" ( 1803) ejerció gran influencia
Pn las ideas relacionadas con esos problemas.
6 Cuestionario elaborado por el doctor Magnus Hirschfeld, cuarenta años
antes de que Kinsey iniciara sus amplios estudios estadísticos sobre la vida
sexual humana.
El cuestionario consiste en varias hoias impresas. Las preguntas se en-
cuentran en la columna de la izquierda; la columna de la derecha queda
en l1l nnco. En el cuestionario adjunto a esta acta, la columna de la de-
recha ,·onlirM varias notas a lápiz, probablemente de Ilitschmann (a juzgar
por l.1 1 1rn) No n'proclncimos dichas notas.
 382 Acta 18
A. Herencia
l. Por lo que usted sabe, ¿se han dado casos de amor homo-
sexual o tendencias similares en sus padres, abuelos u otros
miembros de su familia?
2. ¿Alguno de ellos ha padecido trastornos nerviosos o mentales,
como convulsiones, histeria, debilidad mental, melancolía, o ta-
ras morales, alcoholismo, sífilis, hernia, gota, o desarrollo físico
defectuoso, etc., o alguna otra peculiaridad digna de mención?
3. ¿Ha habido casos de suicidio en su familia? De ser así, ¿por
qué razones?
4. ¿De qué murieron sus padres? Si todavía viven, ¿están sanos?
5. ¿Eran parientes carnales sus padres o sus abuelos?
6. ¿Qué diferencia de edad había entre su padre y su madre?
¿A qué edad contrajeron matrimonio? ¿Qué edad tenían cuando
nació usted? ¿Su vida conyugal era feliz o no? ¿Se casaron por
amor o por razones de índole externa ( continuación de una an-
tigua familia, intereses financieros, etc.)?
7. ¿Se parece usted más a su padre o a su madre?
8a. ¿Hay entre sus hermanos o primos hermanos personas que
presenten anomalías sexuales?
b. ¿Hay en la familia miembros del sexo masculino que tengan
aspecto femenino, o miembros del sexo femenino con apariencia
masculina? ( Si ocurre esto en el caso de parientes que no sean
hermanos, indique si son familiares por parte de la madre o del
padre.)
9. ¿Deseaba su madre con intensidad un hijo del sexo opuesto
al de usted? ¿Es usted el hijo mayor, el menor, o está en el me-
dio de los otros? ¿Cuántas hermanas y hermanos tiene? ¿Cuál
es la secuencia y edad de sus hermanos ( por ejemplo, hermano,
hermano. hermana, yo, hermano)? Si algunos de ellos son homo-
sexuales o bisexuales, enumérelos por orden de nacimiento.
B. Infancia
10. ¿Aprendió usted a caminar y hablar a una edad normal?
¿Cómo fue su primera y su segunda dentición?
ll. ¿Sufrió usted alguna vez de meningitis, lesiones craneanas,
jaquecas, convulsiones, corea, estrabismo, enuresis o anomalías
dentales? ¿Era ansioso y se asustaba fácilmente?
12. ¿Se mordía las uñas o se hurgaba la nariz? ¿Tenía tenden-
cia a mentir, vagabundear, desobedecer, robar, llorar fácilmente'?
¿Se masturbaba? ¿Con qué fantasías? ¿Cuándo comenzó? ¿Qué
lo llevó a ello?
22 de abril de 1908 383
13. ¿Prefería jugar con niños o niñas? ¿Prefería juegos de va-
rones, como soldaditos, caballitos de madera, arrojar bolas d<·
nieve, pelear, etc., o juegos de niñas, como jugar con muñecas,
cocinar, hacer crochet y tejer? ¿Oyó alguna vez observaciones
del siguiente tenor: "Esta niña es un verdadero varón", o "Este
chico es una niña"? ¿Tenía usted la impresión de ser diferente
de los demás niños? ¿Tenía aspecto muy femenino o masculino,
respectivamente, antes de la pubertad?
14. ¿Qué clase de educación recibió? ¿Lo educaron junto con
muchos otros niños en pensionados, conventos, escuelas militares,
o lo educaron en su casa sus padres o parientes? ¿,Cómo era la
vida en las instituciones? ¿Se producían incidentes de seducción
sexual? ¿De qué manera? ¿Por parte de sus pares, o de indivi-
duos mayores o menores, y de qué sexo?
15. ¿Cuáles eran sus aptitudes intelectuales? ¿Qué materias le
interesaban más en la escuela?
16. .i.Tuvo usted amistades apasionadas en la escuela ( con actos
sexuales o sin ellos). o una veneración insólitamente grande por
algún adulto? ¿Quién?
17. ¿Cuándo y cómo aparecieron los primeros impulsos sexuales?
18. ¿Cuándo alcanzó la madurez sexual? ¿Cuándo y cómo se
desarrollaron su voz, su barba, sus senos? ¿Advirtió ( si es hom-
bre) que se le hinchaban los pechos al comienzo de la pubertad
( madurez sexual)?
C. Estado actual
l. Características y condiciones físicas
19. ¿Cuáles son las características de su figura; en especial, la
amplitud de sus caderas?
20. ¿Son las líneas de su cuerpo más bien angulosas o redon-
deadas, delgadas o gruesas?
21. ¿Son los antebrazos y muslos más bien redondeados o chatos?
22. ¿Sus manos y pies son grandes o pequeños, las manos más
bien suaves o fuertes?
23. ¿Las carnes son blandas y llenas, o firmes y duras?
24. ¿Son sus músculos fuertes o poco desarrollados?
25. ¿Tiene preferencia por la actividad muscular vigorosa con
tendencia a movimientos en6rgicos y rápidos, o más bien tran-
quilos y ondulantes? ¿Le a.grada la marcha, el baile, etc.? ¿Le
agradaba el atletismo? ¿,Se inl<'r<'saha por la gimnasia, los dc-
port<·s. la natación?

384 Acta 48
26. ¿Su paso es corto, lento, vacilante, saltarín, bamboleante, o
firme, largo, rápido, solemne? ¿Mueve inconscientemente los
hombros o las caderas mientras camina, o el torso permancc<'
inmóvil, erguido o inclinado hacia adelante?
27. ¿Sabe silbar?
28. ¿Es el color de su piel (la del rostro y la del cuerpo) más
bien blanco, delicado, puro, u oscuro e impuro?
29. ¿Es áspera o lisa la piel de su cuerpo?
30a. ¿Sus pechos son llenos, redondos, carnosos, o chatos y del-
gados? ¿Los pezones y la aréola son especialmente grandes?
b. ¿Tiene usted alguna malformación externa de los órganos
genitales? Por ejemplo ( en el hombre): fimosis (prepucio estre-
cho), hipospadias ( apertura anormal del orificio uretral), crip-
torquidia ( testículos sin descender), varicoceles, testículos escin-
didos, etc.; o ( en la mujer) clítoris hipertrofiado (particular-
mente grande), vagina demasiado estrecha, labios de la vulva
colgantes.
31. ¿Es densa su mata de pelo? ¿Son muy velludos su pecho y
su cuerpo? ¿De qué color es su pelo, cómo lo usa, partido con
una raya, lacio, ondulado o en desorden?
32. ¿Su barba es blanda, rala o tupida?
33. ¿Se ruboriza o palidece con facilidad?
34. ¿Es poco o muy sensible al dolor?
35. ¿Son sus orejas grandes, salientes, o pequeñas, delicadas?
36. ¿Es su mirada tranquila o inquieta, muy suave, tierna, o re -
vela alguna otra peculiaridad?
37. ¿Su rostro tiene una expresión más bien masculina o feme -
nina? ( Se ruega enviar una fotografía.)
38. ¿Cómo es la estructura de su laringe? ¿La nuez es saliente
( poco, mucho) , o nada saliente?
39. ¿Su voz es aguda o grave, fuerte o suave, simple o afectada'r'
40. ¿Tiene marcada tendencia a hablar o cantar con voz de fal
sete o de bajo?
41. ¿Sufre algún trastorno del sistema nervioso, como vértigo,
jaqueca, insomnio, temblores, lasitud excesiva, etc.? ¿Es zurdo'r'
II. Características y aptitudes mentales
42. ¿Tiene un modo de ser suave o duro, más bien femenino
o masculino?
43. ¿Es muy sensible a la alegría y al dolor? ¿Llora con facili
dad (sentimentalidad)? ¿Tiene tendencia a los ataques mórhi
dos de risa y llanto? ¿Es capaz de entusiasmarse, o se dcprimt •
fácilm ente?
44. El deseo de tener una familia , un hijo propio, ¿,es in<'xislclll<',
22 de abril de 1908
.'385
débil o intenso? ¿Sería capaz de tener relaciones sexuales nor-
males con el único propósito de tener un hijo? ¿No retrocedería
ante los dolores del parto con tal de tener un hijo?
45. ¿Es religioso? ¿Tiene mucha necesidad de amor, afecto?
¿,Es amable, cariñoso, bueno, capaz de sacrificarse, filántropo?
,i_Tiene tendencias a la melancolía, a la nostalgia, a la excitabili-
dad, la vehemencia, la cólera?
46. ¿Tiene grandes aspiraciones, ambiciones? ¿Es dado a mani-
festar exageradamente su personalidad? ,i_Es sensible a la admi-
ración y las alabanzas? ¿Tiene tendencia a llamar la atención?
47. ¿Es propenso a los chismes y la charlatanería, a la excesiva
desconfianza, a la malicia? ¿Tiene tendencia a la superstición
y la fe exaltada en los milagros?
48. ¿Tiene sed de aventuras, tendencia a la excentricidad, al
vagabundeo, al despilfarro, a coleccionar cosas? ¿Es usted pro-
penso a tener una conducta indecente, provocativa, a la inmo-
ralidad? ¿El orden es importante para usted, o lo tiene sin cui-
dado?
49. ¿Tiene un temperamento tranquilo y estable, o es víctima
de caprichos y estados de ánimo cambiantes? ¿Es rencoroso e
implacable, o tiende más bien al perdón y la magnanimidad?
50. ¿Su voluntad es fuerte o débil? ¿Es constante o inconstante,
miedoso o valiente?
51. ¿Prefiere usted el bienestar a una vida sencilla, el trabajo
físico e intelectual al ocio? ¿Qué hábitos tiene con respecto a la
bebida y el tabaco? ¿Tolera grandes o pequeñas cantidades de
alcohol?
52. ¿Es superficial o profunda su educación intelectual? ¿Cómo
son su memoria, su atención, su imaginación?
53. ¿Sus aptitudes intelectuales se orientan hacia la productivi-
dad y la creación de cosas nuevas o simplemente a reproducir
y comprender los sentimientos de los demás; a examinar y a juz-
gar o a ser receptivo ( es decir, sus aptitudes intelectuales son
más bien productivas o reproductivas, críticas o receptivas)?
54. ¿Posee mayor aptitud para la matemática y los problemas
abstractos, o más bien dotes literarias y artísticas; talento para
la música, la pintura; predilección por la plástica, por ejemplo
las estatuas griegas?
55. ¿Le gustaría ser actor?
56. ¿Cuáles son los personajes míticos e históricos ( de la histo-
ria contemporánea inclusive) que le interesan más? ¿Quiénes
son sus personajes ideales?
57. ¿Le agradan o desagradan las ocupaciones femeninas, como
cocinar, limpiar, coser, o · 1as ocupaciones masculinas, como los
deportes, la caza, el tiro, la lucha? ¿Qué temas le interesan en
 386 Acta 48
especial (por ejemplo, la política, la moda, el teatro, los caballos,
las flores, etc.)? ¿Lee y estudia mucho? ¿Qué clase de material
de le2tura prefiere ( obras científicas, poesía, literatura, etc.)?
58. ¿Qué profesiones le atraen?
59. ¿Ocupa la ropa un lugar importante en su pensamiento?
¿Prefiere ropas sencillas o llamativas, ajustadas o sueltas, cuellos
altos o abiertos? ¿Tiene predilección o aversión manifiesta por
las joyas?
60. ¿Siente una necesidad irresistible de usar ropas propias del
sexo opuesto? ¿Siente gran afición por los accesorios propios del
sexo opuesto, como aros, pulseras, medias largas, abanicos, per-
fumes, polvo, cosméticos; o sombreros masculinos, cuellos, botas,
pantalones? ¿Siente predilección por algún color?
61. ¿En general, goza usted de popularidad o no? ¿Le interesa
la interacción social o prefiere estar solo?
62. ¿Se ha ganado méritos o ha realizado cosas importantes?
63. ¿Cómo es su letra? ¿Grande, firme, definida, o pequeña,
delgada, delicada? ( Se agradecerá la inclusión de muestras de
su letra.)
III. Pulsi6n sexual
64. ¿A qué edad aparecieron en usted tendencias sexuales defi-
nidas?
G5a. ¿La pulsión sexual se orientaba hacia los hombres o hacia
las mujeres?
b. ¿Era la misma antes, durante y después de la madurez, o
hubo cambios?
66. ¿La pulsión sexual se extiende a ambos sexos en el mismo
grado o hay una diferencia? Si es así, ¿en qué medida?
67. ¿Puede usted tener relaciones sexuales con personas de un
sexo exclusivamente, o también con personas del otro sexo? Si
usted puede tener relaciones sexuales con personas de su sexo
y del sexo opuesto, ¿necesita imaginar una persona de su sexo
cuando tiene relaciones con una persona del sexo opuesto? ¿Sien-
te indiferencia, asco u odio hacia un sexo, o aversión hacia el
coito normal? ¿Intentó practicarlo y luego se sintió cansado, ago-
tado, insatisfecho?
68. ¿Se relacionaban sus sueños de amor con personas del mismo
sexo que usted o del sexo opuesto?
69. En el teatro, el circo, los museos, ¿le interesaban más las
mujeres o los hombres?
70. ¿Es usted muy libre en sus relaciones no sexuales con per-
sonas del sexo opuesto? ¿Siente más pudor frente a las mujeres
o los hombres?
22 de abril de 1908 3Er!
71. ¿Su amor se orienta hacia personas más jóvenes o de más
edad que usted, o hacia personas de su misma edad, o la edad
le es indiferente? ¿Cuáles son, aproximadamente, los límites de
edad superiores e inferiores de las personas que lo atraen? ¿Ad-
virtió algún cambio en la dirección de sus pulsiones antes, du-
rante y después de la pubertad, o siempre ha sido igual? Si su
amor se dirige a una persona del mismo sexo, tenga a bien indi-
car si se trata de personas cuyo aspecto y carácter se asemejan
a los del sexo opuesto ( es decir, jóvenes de sexo masculino y fe-
menino que presentan rasgos masculinos), o si se trata de per-
sonas que son representantes típicos de su sexo, es decir hombres
fuertes y auténticamente masculinos, o mujeres delicadas, autén-
ticamente femeninas.
72. ¿Se siente más atraído por personas cultas o simples, amables
o rudas, delicadas o fuertes? ¿Tiene preferencia por ciertas pro-
fesiones, como las de artista, actor, prostituta, cualquiera que
implique el uso de uniforme, los militares en especial? ¿Ama a
las personas a quienes puede educar ( en el sentido más amplio
del término)? ¿Posee inclinaciones pedagógicas manifiestas?
¿Sobre qué impresiones se basa la atracción que ejercen en
usted ciertas personas del sexo que le atrae?
a. Percepciones visuales, es decir belleza, 1°) del rostro, 2°) del
cuerpo.
b. Percepciones auditivas, es decir, ¿la voz de la persona que
le gusta tiene especial atracción para usted?
c. Percepciones táctiles. Por ejemplo, ¿le resulta particularmente
atractiva la musculatura del hombre, dura y tensa al tacto, o la
piel suave y sedosa de las mujeres?
d. Percepciones olfativas. ¿Lo excita el olor de la traspiración
de ciertas personas? ¿El olor de ciertos lugares del cuerpo ( cuá-
les) tiene especial importancia?
e. ¿O cree que la atracción es un fenómeno puramente o en
gran parte psíquico, que se basa en cualidades del carácter, la
voluntad, el intelecto, etc.?
73. ¿Tiene amistades o uniones de larga duración, como un ma-
trimonio, o sus relaciones fueron efímeras, cambiantes? (Sería
deseable que incluyera aquí su historia sexual; preferiblemente
escribirla en hoja aparte.) ¿Tuvo usted ataques violentos de
celos?
74. ¿De qué manera se efectuó el acto sexual? ¿El deseo era de
tipo más bien masculino y aclivo, o femenino y pasivo? ¿,Deseó
ser hombre o mujer? ¿Qué tipo ele actividad siente usted que·
es normal? ·
75. ¿Hasta qué punto su pulsi611 :wxual es fuerte y controlable?
· ,il ,a c-onsidcra irreprimible a la lar~a'i' ¿En qué medida suprimió
 389
388 Acta 48 22 de abril de 1908

87. ¿Cuántos homosexuales conoce en su lugar de residencia, y

sus impulsos, hasta qué punto se entregó a ellos, hasta qué punto
cuántos en total? ¿En qué cifra estima la cantidad de homo-
los reemplazó por la autosatisfacción? ¿Qué tipo de relación
sexual le dio la sensación de fuerza y bienestar? sexuales; por qué razones?
88. ¿Cree que en un país donde las actividades homosexuales
76. ¿Una amistad íntima y de carácter permanente implica ne-
están penadas por la ley, esas actividades son menos frecuentes?
cesariamente para usted relaciones sexuales, o la alegría que le
¿Ha observado mayor cantidad de personas con tendencias ho-
producen la belleza física y las dotes intelectuales y morales le
mosexuales en determinados pueblos, razas, clases? ¿_O la distri-
bastan en tales uniones?
77. ¿Alguna vez se sintió atraído por personas inmaduras, sexual- bución le parece igual?
89. ¿Tiene una opinión formada de la función natural de los
mente inmaduras? De ser así, ¿satisfizo esa tendencia?
sentimientos homosexuales? ¿Cuál?
78. ¿Alguna vez advirtió en usted mismo una inclinación hacia
90. Otras observaciones.
otras anormalidades sexuales, consistentes, por ejemplo, en hacer
sufrir (sadismo), sufrir (masoquismo), tener una pasión por de- Se ruega enviar las respuestas a
terminados objetos, como botas de alguna clase especial, pañue- Doctor M. Hirschfeld, Charlottenburg,
los, o por ciertas partes del cuerpo, como las manos, los pies, las Berlinerstrasse 104.
trenzas, los lunares (fetichismo)? ¿Siente el impulso irreprimible
Nota: De ser posible, le recomendamos que consulte a un mé-
de mostrar sus órganos genitales (exhibicionismo) o cosa aná- dico competente para someterse a una revisación física ( laringe,
loga? ¿Alguna vez se sintió sexualmente excitado por animales? medidas de la pelvis, contornos femeninos y masculinos, signos
¿Alguna vez dio satisfacción a esas tendencias desviadas?
79. ¿Se casó? ¿Por qué razones? ¿Qué tipo de vida conyugal posibles de degeneración, etc.).
llevó? ¿Tuvo hijos? ¿Los ama? ¿Ha notado en ellos ciertas pre-
disposiciones sexuales específicas (homosexuales, por ejemplo)?
80. ¿Cuándo y en qué ocasión descubrió su propia naturaleza?
81. ¿Puede atribuir una causa a la desviación de sus sentimien-
tos respecto de la norma? ¿Cree que son congénitos o adquiri-
dos, por ejemplo como consecuencia de una seducción o de un
acontecimiento determinado, como la enfermedad de su esposa,
el asco, etc.? Además, ¿cuáles son -según los rubros a) a e) de
la pregunta 72- las impresiones que le hacen un efecto repul-
sivo en el sexo que no lo atrae?
82. ¿Ha luchado intensamente contra su predisposición? ¿Por
qué medios, y cuál fue el resultado? ¿Se sometió a hipnosis; con
qué resultado? ¿Se sintió muy desdichado? ¿Estaba cansado de
vivir, intentó suicidarse?
&3. ¿Tuvo conflictos (disgustos) con su familia, las autoridades,
dificultades con chantajistas, o problemas de otra clase? ¿Sus
tendencias lo hicieron entrar en conflicto con las ideas religiosas
o sociales que le inculcaron?
84. ¿Qué opinión le merece su estado sexual? ¿Se cree usted
inocente o culpable, natural o anormal, sano o enfermo?
85. ¿Desearía, si fuera posible, modificar su naturaleza, o está
satisfecho de su actual disposición sexual?
86. ¿La mayoría de sus conocidos son personas con tendencias
sexuales normales u homosexuales? ¿Con quiénes se siente más
cómodo? ¿Disfruta de la interacción social con señoras? ¿Qué
indicios le permiten reconocer a los homosexual es?
 391
27 de abril de 1908

13 h.: Almuerzo en el Hotel Bristol.

Tarde: Si el tiempo es bueno, los participantes darán un pa-
49
seo juntos. "
EL CONGRESO DE SALZBURGO DEL 27 DE ABRIL DE 1908 1 Por la noche: Reunión en el Hotel Bristol.
l. Discusión de los trabajos. "
2. Dr. Stein - Budapest: ¿De qué manera la libido liberada por
el análisis puede canalizarse por vías terapéuticamente pro-·
picias?"
3. Dr. Ferenczi - Budapest: ¿Qué indicaciones prácticas para la
educación infantil se desprenden de las experiencias freu-
dianas?
4. Problemas administrativos.

LISTA DE PRESENTES
PROGRAMA DE LA REUNIÓN DE SALZBURGO
Nombre Lugar de
Dirección e-¡--,
26-27 de abril de 1908. residencia
W. Schoneberger
.26 de abril: Llegada por la noche a Salzburgo. lli. Karl Abraham Berlín
Ufer 22
Reunión informal en el Hotel Bristol.
Viena II. Czerningasse T
Se reservan habitaciones en · el Hotel Bristol, para Dr. Alfred Adler
Munich Mannhardtstrasse 3·,
los señores que han anunciado su asistencia. Dr. [?] Arend part. [planta baja 1
'27 de abril: 8 hs. Sesión ( el lugar será anunciado la noche
Munich Glückstrasse 3
del 26). Dr. i? ?J
Viena VIL Wimbergergasse T
Dr. D. J. Bach
Breitenau
TRABAJOS Dr. H. B. Bertschinger Shaffhausen
Zurich Burgholzli
l. Prof. Dr. S. Freud - Viena: Presentación de casos. Prof. Dr. Bleuler
.2. Dr. E. Jones - Londres: La racionalización en la vida coti- Dr. Guido Brecher Gastein-
diana. Meran
:3. Dr. Sadger - Viena: Contribución a la etiología de la psyco- Dr. A. A. Brill Nueva York Hospital, Central
Islip
pathia sexualis.
4. Dr. Morton Prince - Boston: Experiments showing Psycho- Ginebra 11, Champel
Ed. Claparede Dolderstrasse 78
galvanic Reactions from the Subconsciousness in a case of M. Eitingon Zurich
Viena I. Riemergasse 1
Multiple Personality. 2 " Dr. Paul Federn
Budapest VII. Elisabethring 54-
Dr. Riklin - Zurich - Rheinau: Sobre determinados problemas Dr. S. Ferenczi
en la interpretación de los mitos. Viena IX. Berggasse 19
Prof. Dr. S. Freud
5. Dr. Abraham - Berlín: Diferencias psicosexuales entre la de- Dr. Otto Cross y Sra. act. Munich Mandelstrasse ld
mencia precoz y la histeria. l. Gonzagagasse 16
Dr. Eduard Hitschmann Viena
6. Dr. Stekel - Viena: Sobre la histeria de angustia. Viena IV. Favoritenstrasse 70
Dr. Edwin Holferung
7. Dr. Adler - Viena: El sadismo en la vida y en la neurosis. Dr. Ludwig Jekels Bistrai cerca
8. Dr. Jung - Zurich: Sobre la demencia precoz. de Bielitz
Cada orador dispone de media hora para hablar. La discu- (Austria)
:sión tendrá lugar por la noche. Zurich Burgholzli
Doz. Dr. C. G. Jung
Londres 13 Hartey (Harley 1,
Dr. Emest Janes
Strcct, W.
re Programa impreso, adjunto a las actas.
:!! Las líneas marcadas con un asterisco fueron tachadas en el original.
 392
Acta 49

Nombre Lugar de Dirección

residencia
Est. med. Paul Klem- Viena 50
l. Tuchlauben 7
perer REUNION CIENTIFICA DEL 6 DE MAYO DE 1908
Prof. Dr. Leopold Ko- Viena l. Biberstrasse 11
nigstein
Dr. Hans Konigstein Viena l. Biberstrasse 11
Dr. A. Lowenfeld Munich
Dr. A. Ludwig Munich Franz Josefstrasse 13
Otto Rank Viena IX. Simondenkgasse 8
Dr. Rudolf Reitler Baden cerca
de Viena Franzenstrasse 17
Dr. Franz Riklin Rheinau-
Zurich
Dr. J. Sadger Viena IX. Liechtenstein-
strasse 15 Presentes: Freud, Adler, Bass, [A.] Deutsch, Federn, Brecher,
Dr. Hugo Schwerdtner Viena l. W eihburggasse 4 Graf, Hitschmann, Reitler, Rank, Sadger, Steiner, Stekel, Wittels,
Dr. A. Stegmann Dresde Moscniskystrasse 18 el doctor Jones, de Londres, y el doctor Brill, de Nueva York ( en
Dr. F. Stein Budapest IV. Semmelweissgasse 11 carácter de invitados).
Dr. Maxim. Steiner Viena I. Rotenturmstrasse 19
Dr. Wilh. Stekel PRESENTACIÓN
Viena II. Kastellezgasse 2
Dr. Warda Blankenburg Algunas observaciones sobre Ja génesis de la impotencia psíquica
( Thuringia)
Dr. Fritz Wittels Viena l. Graben 13 ORADOR: DOCTOR STEKEL
Prof. Ehrismann (y Sra.) Zurich
Refiriéndose a la clasificación de Steiner, Stekel comienza por
examinar la impotencia que aparece a una edad relativamente
avanzada. Las razones de su aparición son inconscientes: un hom-
bre se figura que es impotente, y esa idea lo vuelve impotente.
Como resultado de la abstinencia, se produce una neurosis de
angustia: la angustia liberada se asocia a la representación. Todo
el proceso entraña una perpetua interacción entre la pufsión y la
inhibición; en tales casos, el médico puede realizar milagros.
A continuación, Stekel habla de la impotencia que puede
rastrearse en la infancia ísic!]. Por su parte, nunca ha visto un
caso de impotencia congénita; todas esas personas tienen erec-
ciones cuando no están con una mujer. Dichos casos configuran
una mezcla de histeria de angustia y neurosis obsesiva; el aná-
lisis invariablemente revela que la primera agresión sexual fue
seguida de una acción que determinó que el recuerdo se aso-
ciara en forma permanente con el displacer. A fin de demostrar
su tesis, Stekel presenta varios casos.
Todos los casos de impotencia psíquica contienen un acen-
tuado componente homosexual derivado de la violenta represión
de precoces ideas incestuosas; esos individuos huyen del incesto
refugiándose en la homosexualidad. En relación con las mujeres,
Íl'<'<'u<·nlcmenlc cxpcrimcnlan un scnlimi<'nlo fralC'rnal o filial.

394 Acta 50
A menudo se llega a un compromiso con los deseos inces-
tuosos, contrayendo matrimonio con una pariente lejana.
Por último, Stekel resume los aspectos más importantes de
:su trabajo leyendo las cuatro tesis expuestas en su libro (p. 200). 1
DISCUSIÓN
REITLER considera que las conclusiones de Stekel tienen un ca-
rácter demasiado general. En muchos casos de impotencia se
halla presente el componente homosexual. En la conferencia
pronunciada en Salzburgo, Sadger pasó por alto los tres grupos
.de homosexuales que Freud distingue en su Teoría sexual.
RrrscHMANN remite a su exposición sobre la anestesia en las
mujeres, 2 en la que también él pudo citar sueños homosexuales.
En cuanto a lo demás, Stekel ha ido demasiado lejos en sus con-
clusiones; las cuatro tesis expuestas no pueden basarse en un
puñado de casos. Los análisis de Stekel no son exactos ni exhaus-
tivos.
El doctor BmLL, de Nueva York, se pregunta si las ereccio-
nes matinales son realmente tan importantes para el pronóstico,
como lo cree Stekel; en sus pacientes son causadas por el exceso
de bebida ingerida la noche anterior.
( STEKEL considera que lo importante es que se produzcan
erecciones.)
STEINER pone en duda la importancia de las erecciones ma-
tinales en relación con el pronóstico, y hace referencia al hecho
de que los pacientes con trastornos de próstata tienen erecciones
que de nada sirven. Por lo demás, todos los otros factores men-
,c ionados por Stekel desempeñan un papel importante, aun cuan-
do su clasificación deberá modificarse.
t El libro de Stekel se titulaba Nervose Angstzusti:iruúe und ihre Behan-
lung [Estados de angustia nerviosa y su tratamiento], Urban & Schwar-
zenberg, Berlín-Viena, 1908. El profesor Freud escribió un prefacio.
Las cuatro tesis son:
l) En todos los casos puede demostrarse la existencia de una idea inces-
tuosa.
2) El sentimiento de culpa actúa como inhibición. Dicho sentimiento de
culpa es en realidad el remordimiento por la masturbación y la mala con-
ciencia provocada por las fantasías incestuosas [compárese con las actas
39 y 401.
3) El recuerdo de la primera agresión sexual es, por varias razones, dis-
placentero. Ello es particularmente cierto si la agresión fue castigada con
az.otes.
4) Un definido componente homosexual disminuye la energía de la pulsión
l1eteroscxual.
:.! Compárese con las actas 39 y 40.
6 de mayo de 1908 395
WrITELS confirma la exactitud de los cuatro aspectos citado>
por Stekel, a juzgar por uno de sus casos.
A.'DLER subraya su actitud crítica hacia los postulados de Stc'-
kel; éste no ha demostrado por qué un recuerdo reprimido pro-
duce una inhibición muscular cuando hay intención de realizar
el acto sexual. Stekel hubiera podido remitir todos los síntomas
a las pulsiones originarias. Si durante el acto sexual un homhr<'
siente la necesidad de gemir, de expresar dolor, de amenazar al
padre y al hermano con un cuchillo; si, además, tiene fobia hacia
la sífilis -fobia que está presente en la mayoría de los casos clc-
impotencia-, todos esos factores indican la acumulación de va-
rios impulsos que desembocan en la pulsión de agresión y sns
trasformaciones. Dicha pulsión está destinada a tener la últim(l'.
palabra en el problema de la impotencia psíquica; pertenecen,
también a este campo, la vuelta de la pulsión de agresión con
tra sí mismo, el deseo de estar acostado debajo, una parte con
siderable del componente exhibicionista (idea del pene pe<l't<'·
ño; mujeres). Todas las personas tienen ideas incestuosas y ho
mosexuales, pero en los neuróticos están muy acentuadas; dicha"'
ideas se originan en un desarrollo intenso y precoz de la pu1-
sión sexual. Los recuerdos de tono displacentero de la primera
agresión, no desempeñan un papel importante, o tal vez s6k,,
sean importantes en individuos que, debido a una excitación se-
xual insatisfecha, se vuelven agresivos.
El doctor JoNES, de Londres, confirma las conclusiones de
Stekel, especialmente en los casos en que la primera experiencia
sexual provoca displacer. Como punto de vista fundamental, sub.-
raya la importancia de las influencias psíquicas en los procesos;
físicos.
BAss, que posee poca experiencia en el tema tratado, solo
puede mencionar un caso de impotencia psíquica; ésta apareció-
después de muchos años de vida conyugal y fue provocada pm
la intervención de una segunda mujer.
FEDERN se inclina a coincidir con Stekel respecto de la im
portancia de la vejiga llena.
En muchos casos, pensamientos que no necesariamente so111
inconscientes conducen a la impotencia.
Federn puede confirmar que las cuatro condiciones funcla
mentales están presentes efectivamente en la mayoría de los ca
sos. La masturbación mutua desempeña tal vez un papel de im
portancia. En los casos que trató, Federn encontró que la p11l
sión sexual era débil.
BREc~ se basa en dos casos ( que, no obstante, no pudo
tratar hasta el final), para confirmar la presencia de todos los.
frnómcnos que se dan en la neurosis, y, en especial, los pensa-
 397
396 Acta 50 6 ele mayo de 1908

parte, se acostumbró a considerar los casos de impotencia psí-

mientos incestuosos. Una vez más, formula la misma pregunta quica como neurosis obsesivas. La impotencia psíquica es en ge-
que Federn: si no hay casos en que la impotencia puede consi- neral el síntoma principal de la neurosis (analogía: la anestesia
derarse normal. (PROFESOR FREun: La impotencia sexual consiste en las mujeres). Debemos preguntarnos cómo es posible que
eh no querer [realizar el acto sexual].)
haya aún otros síntomas; esto es un enigma.
El hermano de un hombre impotente sufría de neurosis ob- Sea como fuere, Freud pone en guardia contra las publica-
sesiva: también hubo agresiones contra la madre. ciones dogmáticas y apresuradas, y aconseja esperar para ver si,
El profesor FREUD comienza por objetar la recaída de Ste- a pesar de todo, no podría tratarse de un factor orgánico adi-
kel en una psicología superficial. Los hombres que en su madu- cional.
rez se vuelven impotentes en determinada ocasión y luego siguen Tendremos que volver a examinar el problema de la elec-3
siendo impotentes, lo son la segunda vez y las veces subsiguien- ción de neurosis y llevar a cabo una investigación sistemática.
tes, no por temor de que se repita la incapacidad inicial, sino SADGER advierte que la idea de la madre como prostituta
porque siguen operando las mismas razones que provocaron la surge con frecuencia en los hombres que posteriormente man-
impotencia inicial. tienen relaciones con mujeres a las que podría tildarse de pros-
Las dificultades con que tropieza el estudio detallado de las titutas. Las severas amenazas proferidas respecto a las conse-
neurosis fueron señaladas con precisión por Adler: cuencias de la masturbación constituyen un factor adicional que
contribuye a provocar la impotencia psíquica. Los métodos físi-
l. No debe olvidarse que los factores accidentales se unen cos son eficaces debido al amor que el paciente siente por el
a factores constitucionales ( factores psíquicos y orgánicos), y
médico. .
que es muy difícil discriminarlos. STEKEL no está de acuerdo con Steiner. Los casos de la pri-
2. En todas las neurosis, al igual que en el caso de las mera categoría pertenecen también a la tercera. Por otra parte,
personas normales, todos los factores se dan siempre juntos. La la clasificación de la impotencia psíquica es cuestión de gusto;
investigación tendrá por objeto descubrir en qué reside el uso como dijera antes, es una mezcla de histeria de angustia y neu-
patológico de esos factores. rosis obsesiva.
La debilidad de la pulsión sexual es un punto de vista que
debe tenerse en cuenta.
3. Existe también el problema de la elección de la neu-
rosis. Con respecto a los casos de impotencia psíquica, Stekel
subraya el hecho de que la primera actividad sexual infantil ha
estado asociada con el displacer. Si se demostrara que ello fue una
causa accidental, el problema de la impotencia quedaría resuel-
to. Las experiencias de Freud relativas a la impotencia psíquica
tienden a favorecer la postura de Stekel. Hay también ciertos de-
talles que encajan en todo esto: por lo general se trata de per-
sonas que no soportan la vista de la vagina; seducción por per-
sonas feas y viejas, etc. No obstante, Stekel concibe la etiología
de la impotencia psíquica en forma demasiado limitada.
Freud está de acuerdo con Adler en lo que atañe al caso
especial que ha citado, pero se ve obligado a contradecirlo en
el plano general: no se puede considerar que las neurosis depen-
dan de las pulsiones, porque todas las pulsiones intervienen en
todas las neurosis. Puede confirmar, en cambio, que la impoten-
cia psíquica se origina en una inhibición de la pulsión de agre-
3 La elección de la neurosis es un problema que aparece conslantcnwn\O
sión. Muchos hombres impotentes fueron, en su juventud, neu-
róticos obsesivos que practicaban rituales compulsivos. Por su en las discusiones.
 51
REUNION CIENTIFICA DEL 13 DE MAYO DE 1908
Presentes: Freud, Adler, Bach, Brecher, Federn, Hautler, Hitsch-
mann, Hollerung, Joachim, Rank, Stekel, Urbantschitsch.
[A.] Deutsch, Sadger, Steiner, Schwerdtner y Wittels están
ausentes con aviso.
RECENSIONES Y PRESENTACIÓN DE CASOS
Recensiones
El secretario enumera las publicaciones recientes ( [la informa-
ción recogida del] Literarisches Zentralblatt). Asimismo:
Dr. [Julian] Marcuse, Die sexuelle Frage und das Christentum
[El problema sexual y el cristianismo], W erner Klinckhandt
( Leipzig, 1908).
fMax] Meyerfeld, "Byron und seine Schwester" ["Byron y su
hermana"], Neue Rundschau (mayo de 1908).
íDr. Richard] Bolte, "Assoziationspsychologie und Assoziations-
experiment" ["Psicología asociacionista y experimento de asocia-
ciones"], Die Umschau, t. XII, 4.
[Dr. Leopold] Lauer, "Nervosifat und moderne Kultur" ["La
nerviosidad y la civilización moderna"], Die Umschau, t. XII, 7.
[?] Walter, "Zur Geschichte der sexuellen Padagogik" ["Aporte
a la historia de la pedagogía sexual"], Allgemeine Rundschau,
t. V, 5, comp. por Kausen [Dr. Armin Kausen].
[Hans] Gross, "Mnemotechnik im Unterbewusstsein" ["Mecanis-
mos de la memoria en el subconsciente"], Archiv für Krimino-
logie, t. XXXIX, l.
fPaul l Nacke, "Beitrage zu den sexuellen Traumen" ["Aportes
a los sueños sexuales"], Archiv für Kriminologie, t. XXIX, 4.
Woltar í Oskar Woltar], "über das sogenannte neurasthenischc
Vorstadium der Psychosen" ["Sobre los denominados estados ncu-
13 de mayo de 1908 am>
rasténicos prodrómicos de las psicosis"], Wiener klinische Wo-
chenschrift, t. XXI, 4.
STEKEL señala que el último libro de Strindberg [Un libro
azul] contiene un interesante capítulo sobre la "Lógica en la
neurastenia".
HITSCHMANN menciona un trabajo del doctor B. Risch (Eich-
berg) publicado en Allgemeine Zeitschrift für Psychologie [All-
gemeine Zeitschrift für Psychiatrie und psychischgerichtliche Me-
dizin, 1908), "Beitrag zum Verstandnis der psychogenen Zus-
tande" [Aporte a la comprensión de los estados psicógenos], que
se acerca bastante a la concepción de Freud, ya que el autor
considera que la causa de todos estos fenómenos es de índole
sexual.
Hitschmann efectúa después una detallada recensión de un
traba jo ( ya mencionado en una ocasión anterior) del ruso Dro-
bin [B. A. Drobniy J: "Chronische Prostatitis als Ursache der
Neurasthenie" ["Prostatitis crónica como causa de la neuraste-
nia"], (San Petersburgo, 1907).
Luego informa sobre el discurso de Ziehen 1 sobre la me-
moria, un trabajo en inglés de Pierce sobre la actividad cerebral
inconsciente resumido en la Zeitschrift für Psychologie und Phy-
siologie der Sinnesorgane); 2 y un ensayo de [Ernst] Neumann
(Arch. ges. Psychol.) (t. 9, 1907) sobre las sensaciones viscera-
les, los sueños y los recuerdos oníricos peculiares.
A continuación, cita un trabajo de Binet 3 sobre la grafolo-
gía. Respecto de un caso publicado ( Neurol . ... ) , Hitschmann
procura comprender mejor la psicología del vegetarianismo. El
caso se refería a un niño de 10 años que se comportaba de ma-
nera agresiva contra su padre, era vegetariano y quería dejarse
morir de hambre. Hitschmann conoce a tres parejas de vcgeta-
1'ianos, las tres sin hijos; dos de las esposas son anestésicas. De-
jando de lado la esperanza de que, cambiando su forma de vida,
recibirían la bendición de tener hijos, la insatisfacción de esa
gente con toda su situación desempeña un papel: son personas
que quieren cambiar por completo. El simbolismo de la "carne"
también tiene importancia en este caso (personas que se consi-
deran lascivas).
1 Ziehen, profesor de psiquiatría en Berlín. Véase el acta 43, nota 7. Por
algún tiempo fue el principal psiquiatra de Alemania.
2 A. H. Pierce "Should wc Still Retain the Expression 'Unconscious Ce-
rebration' to Designate Ccrtain Proccsses Connected with Mental Lifc?"
(¿Seguiremos utilizando la expresión 'cerebración inconsciente' para desig-
nar ciertos procesos relacionados ron la vida mental?), Journal of Philo-
sophy, Psychology mul Scíentl/ic M ctlwds, Nueva York, 1906.
a Vfaso el acta 10, nota 8.
400 Acta 51 13 de mayo de 1908 401

El profesor FREun agrega, como raíz más profunda, la pre- (la angustia inclusive), sus gradaciones ( que llegan hasta el sui-
disposición sádica, elemento que confirma Adler. El profesor cidio) y sus manifestaciones artísticas. Como confirmación de
Freud relata el primer recuerdo de un vegetariano que no había su tesis, menciona tres casos de artistas en quienes esa pulsión
comido carne desde su infancia; su padre le había dicho a un desempeñó un papel importante.
visitante: "Cuidado, que muerde".
l. Un escultor con disposición eminentemente sádica, con
HITSCHMANN añade, por último, que sospecha la existencia
una vida amorosa masoquista, que da rienda suelta a su sadismo
de sífilis en todos los vegetarianos.
en el arte. Todo ello probablemente se remonte a la succión del
BACH da lectura a algunos pasajes de [Zur] Diiitetik der
Seele [La dietética del alma], de Freuchtersleben,4 que ya anun- pecho materno, y el placer concomitante a la toma de posesión.
cian algunas de las concepciones de Adler. 2. Un pasaje de una carta de Wilhelm Busch 6 en el cual
éste subraya el componente voluptuoso de la pulsión sádica.
Presentación de casos 3. Un sueño de muerte de Segantini 7 y su representación
artística.
URBANTSCHITSCH relata un sueño suyo, que no pudo inter-
pretar cabalmente, y formula varias preguntas de índole teórica ADLER contesta a la mención de Rank del vínculo existente
y práctica, a las que responde el profesor Freud. entre el sadismo y la angustia y observa que no recuerda haberlo
HnscHMANN informa sobre el caso de una señora que con- leído en el libro de Rank; desearía verificarlo y, si hubiere lugar,
sultó a un ginecólogo porque había sufrido un achicamiento de rectificarse. Reivindica [e.orno descubrimiento propio] haber se-
la vulva. Poco después relató un sueño: nuevamente poseía el parado el sadismo de la sexualidad y haberlo colocado por enci-
estuche de joyas que había tenido en su juventud. ma de todas las demás pulsiones. 8
HoLLERUNG informa sobre la desaparición gradual de un
síntoma en una paciente que sufría de una histeria grave acom-
pañada de agorafobia.
ADLER relata el caso de una mujer que en primavera tenía
vómitos y eructos por la mañana muy temprano. Después de va-
rias sesiones, resultó evidente que se trataba de un caso de ava-
ricia; la avaricia, pues, puede disimularse tras los vómitos.
FEDERN informa sobre un caso de impotencia psíquica en el
que no pudo demostrarse que la primera actividad sexual hubie-
ra sido displacentera. La primera actividad consistió en una mas-
turbación mutua; el paciente tuvo su primera eyaculación con
el pene fláccido, lo que probablemente tenga importancia.
RANK señala, refiriéndose al ejemplo citado por Adler, que
hace mucho tiempo tuvo ocasión de observar un caso que de-
mostraba la relación existente entre la avaricia y los vómitos. Se
inclinaría por postular dicha relación en todas las funciones ex-
crementicias; sabe de casos en que la emisión de orina o de se-
men se relacionaba con la avaricia. Entiende que en este sentido,
también debería mencionarse la prostitución.
Hace referencia a su libro, 5 en el que atribuye gran impor-
tancia a la pulsión sadomasoquista en todas sus trasformaciones
6 Wilhelm Busch (1832-1903), gran humorista alemán.
7 Ciovanni Segantini (1858-1899), pintor italiano. Karl Abraham publi-
" Conde von Feuchtersleben (1806-1849), médico, poeta y filósofo aus- có un ensayo sobre él en 1911, al que calificó de "ensayo psicoanalítico";
tríaco. en este trabajo hace varias referencias a Rank.
¡¡ Der Künstbgr; Ansi:itze su einer Sexualpsychologie [El artista, elementos s Vemos aquí un ejemplo ele las qm•n •llas de prioridad que t•stuvieron a
de 111ui vsicología sexual], IIcllcr, Viena, 1907. punto el<· resquebrajar la Sociedad.

52
REUNION CIENTIFICA DEL 27 DE MAYO DE 1908 1
Presentes: Freud, Adler, Federn, Hautler, Hitschmann, Holle-
rung, Rank, Joachim, Steiner, Stekel, Wittels.
RECENSIONES Y PRESENTACIÓN DE CASOS
STEKEL menciona un trabajo de íA.J Schmiergold y P. Provotelle
sobre "Freuds Abwehrneuropsychosen" [Las psiconeurosis de de-
frnsa en Freud], publicado en el Archiv für Psychologie ( 1908,
N9 7/8). 2 Asimismo, cita el ensayo de Sadger sobre el narci-
sismo en "Grenzfragen der Medizin und Technik" [Problemas
fronterizos de medicina y técnica] . 3
Luego, Stekel elogia la agudeza psicológica de Heinrich
Mann y menciona algunos ejemplos tomados de la colección de
novelas cortas tituladas Stürmische Morgen [Mañanas tormen-
tosas] para demostrar su profunda comprensión de los procesos
psíquicos inconscientes.
FEDERN cita dos trabajos ingleses sobre el inconsciente.
HoLLERUNG da lectura a un pasaje de un trabajo de Paul
Magnin, publicado en la Revue de l'hypnotísme et de psycholo-
gie physiologique ( abril de 1908, N9 10), en el cual el autor
1 No se halló ningún protocolo de la reuruon anterior, efectuada el 20
de mayo; no obstante, y según una nota, en dicha fecha se realizó una
reunión.
2 "La méthode psychoanalytique et les 'Abwehrneuropsychosen' ele
Freud", Joumal de Neurologie, 13, 1908. El trabajo hace referencia a los
artículos de Freud: "Las neuropsicosis de defensa ( 1894) [O.C., t. I,
pp. 169-177] y "Nuevas observaciones sobre las neuropsicosis de defensa"
( 1896) [id., ibicl., pp. 286-298].
3 Probablemente se trata del trabajo de Sadger, "Psychiatrisch-Ncurolo-
gisches in psychoanalytischer Beleuchtung" ["Cuestiones ncuropsiquiátricas
a la luz del psicoanálisis"], Zentralblatt für das Gesamtgebiet cler Meclizin
urul ihre Grenzgebiete, NQ 7 /8, 1908.
27 de mayo de 1908 ¡J(),'J
examina las teorías de Freud y afirma que, en realidad, eran
propiedad intelectual de Charcot. 4
STEINER se refiere a un trabajo de O., en el que éste llama
la atención sobre la hinchazón de los pezones, que sería un nue-
vo signo de masturbación en los adolescentes varones.
AnLER sostiene que se trata de una antigua creencia poco
digna de confianza.
STEKEL señala el antagonismo existente entre las glándulas
sexuales y las mamarias.
HrrsCHMANN también ha advertido hinchazón de los pezo-
nes en los casos de albuminuria en la pubertad ( ¡relación con
la masturbación!); en general, debemos analizar continuamente
la relación existente entre las glándulas y las neurosis ( enferme-
dad de Basedow, neurosis de angustia, neurastenia y próstata) ;
aparentemente, cumple una función importante.
STEINER informa sobre un caso de impotencia.
STEKEL habla de una nueva forma de angustia larvada: un
hombre sufre de intensas depresiones, que en realidad son an-
gustia: temor de sí mismo ( tiene intensas ideas incestuosas) .
El profesor FREUD sostiene que no se trata de una nueva
forma de angustia; la depresión es un síntoma aparte.
AnLER también cree que la suposición de Stekel es injusti-
ficada. Lo que interviene en el citado caso es la pulsión de agre-
sión vuelta en contra del sujeto: sus distintas formas de expre-
sión son la angustia, la depresión, el decaimiento anímico, etc.,
todas las cuales pueden darse juntas en algunos casos.
El profesor FREUD relata algunas experiencias de su prác-
tica profesional.
En primer término, la eritrofobia implica un sentimiento su-
primido de vergüenza; se trata de individuos onanistas que ini-
cialmente se sentían avergonzados al enfrentar a sus padres a
causa de su conocimiento de las cuestiones sexuales; el rubor
es frecuente durante los primeros años, y desaparece a los 17 o
18 años. La eritrofobia tardía se produce en personas que fue-
ron sifilíticas y que ahora tienen vergüenza de la sífilis [ como
tenían vergüenza de la masturbación]. La segunda raíz -jun-
to al sentimiento de vergüenza inconsciente- es la ira suprimida. 5
4 "Aucune des définitions actuelles de l'hystérie n'est légitime" ["Ninguna
de las actuales definiciones de la histeria es legítima"].
5 Observación muy importante, por cuanto llama la atención hacia el
·0mponente agresivo en la eritrofobia. Dicha agresión se trasforma fre-
cuentemente en ideas persecutorias; ele hecho, a menudo la erilrofobia es
una paranoia larvada.

404 Acta 52
ADLER añade que originariamente la ira se dirigía, como era
de esperar, contra el padre; en el período posluético se expresa
mediante el deseo de contaminar a todo el mundo ( ideas que al in-
dividuo !¡e le ocurren mientras se hace atender por el pelu-
quero, etc.).
El profesor FREUD señala que estas personas sufren ataques
[de rubor] principalmente en la peluquería.
A continuación, el profesor Freud relata el sueño de una
mujer que sufría de histeria de angustia; sobrelleva un matrimo-
nio desgraciado con un hombre masoquista cuyo dialecto amo-
roso no puede entender. La mujer deberá interrumpir el trata-
miento a corto plazo, a causa de las vacaciones de verano, y
sueña con los lugares donde habrá de pasar el verano. Es de
noche; la clara luz de la luna brilla sobre el lago cercano a su
casa; camina por la playa y se arroja al agua en el preciso lugar
donde se refleja la luna.
Interpretación: El día anterior la mujer había relatado cier-
tos recuerdos de Leipzig, donde ella había espiado a un hombre
( "la lune" 6 ) mientras paseaba con una amiga por el rosedal. El
sueño, por ende, debe considerarse como un sueño de dar a luz,
si tenemos en cuenta la teoría sexual infantil según la cual los
niños nacen por el ano, y el mecanismo de inversión ("arrojarse
adentro" en vez de "sacar afuera"). La paciente dice que siente
que ha ~elto a nacer como resultado del tratamiento, y desea
que el profesor Freud vaya donde ella esté durante el verano,
para continuar la cura. El sueño, por supuesto, tiene un signifi-
cado adicional, sutil y más profundo (trasferencia) .
STEKEL afirma gue la "luna" simboliza, casi siempre, el pene
( que aumenta y disminuye de tamaño).
FEDERN también conoce la luna como símbolo de potencia
creciente y decreciente.
W1rrELS comenta que, en los cuentos árabes, a menudo se
compara a las jóvenes con la luna; tal vez ello tenga relación
con la preferencia de los musulmanes por las mujeres corpu-
lentas.
El profesor FREUD destaca el hecho de que debe observarse
estrictamente la diferencia entre símbolos constantes y ocasio-
nales. 7
6 En francés en el original.
7 Freud señala que hay dos tipos de símbolos: los que se emplean en
general, y habitualmente poseen el mismo significado ( por así decirlo,
son atemporales), y los que son creados por el individuo en determinadas
ocasiones. Freud expuso esta idea en varios de sus escritos, como, por ejem-
plo, en Lecciones introductorias al psicoanálisis (1916-1917) ¡o.e., t,.
11, pp. 2123-2272].
405
27 de mayo de 1908
AnLER relata, en este contexto, el sueño de una paciente que
se caracteriza por su avaricia, que soñó que el rey y la reina
habían ido a residir con ella en su departamento y que vivían
juntos en forma muy íntima (la mujer es húngara). En este caso,
el rey representa el rey de los naipes [Kartenkonig].
El profesor FREUD informa luego sobre un caso de obse-
sión amorosa: un hombre es incapaz de liberarse de una relación
amorosa. Cuando se descubre el modelo infantil ( la madre), la
obsesión desaparece. Recuerdo infantil de este hombre: de pe-
queño, se bañaba junto a la madre en la misma bañera. Toda-
vía puede verlo todo con claridad, incluso cada detalle de la
decoración con la sola excepción del cuerpo de la madre ( des-
plazamiento) .
A continuación, el profesor Freud relata la interpretación de
un ataque de histeria durante el cual una joven desgarró rápi-
damente su delantal. Todo el tiempo, antes y después del ata-
que, su pensamiento estaba centrado en los órganos genitales
femeninos. La paciente considera a la madre su rival. Por fin se
descubre que en un diccionario había aprendido la expresión
"delantal hotentote" ( es decir ensanchamiento de los labio5 va-
ginales menores) . En relación con esta interpretación, empleó
las palabras: "Offen gestan den .. .'' [ con doble sentido en ale-
mán: "admitido francamente" y "que permanece abierto"], que
se refieren evidentemente a los órganos genitales de su madre,
con respecto a la cual ella era superior porque tenía órganos ge·
nitales cerrados. Por otra parte, sin embargo, teme las posibles
consecuencias de la masturbación ( delantal hotentote). En vez
de masturbarse se arranca el delantal. El sentido de su
ataque es el deseo suprimido de mirar, y ver si la masturbación
le ha hecho daño. Cuando tenía 4 años se exhibió ante su
hermano.
Por último, el profesor Freud cita [fragmentos] del análi-
sis de un homosexual latente. El caso confirma la afirmación de
Sadger, también expresada en el libro de Stekel, según la cual
la homosexualidad se arraiga solo después de cierto lapso, y la
libido se traspone entonces. de la mujer al hombre. El análisi., de-
muestra de qué manera se efectúa esa trasposición. El paciente
siempre ha preferido a los muchachos. Inicialmente quería mu-
cho a su madre. En su presencia, aquélla solía alabar a otros
muchachos por su superioridad física y mental, lo que lo hacía
sentirse furioso con ellos ( aunque, por otra parte, le inspiraba
cierta simpatía por ellos). Cómo consecuencia de la supresión de
su amor por la madre, trasformó su rabia hacia los jóvenes en sim-
pat la por ellos; su amor, pues, es un amor nacido de los celos y el
406 Acta 52
odio y, por consiguiente, fácilmente se torna en acritud, 8 con lo
que se delata su carácter original.
STEKEL presenta el caso de un homosexual activo que tenía
pensamientos incestuosos relacionados con la madre. Trauma gra-
ve con una hermana mayor y exhibicionismo ante una hermana
menor a los seis años. Luego se volcó a la religión: idea de pe-
cado, represión. En un comienzo traspuso su amor a su herm1-
no, a quien anteriormente había odiado como si se tratase de
un rival.
El profesor FREUD enuncia de este modo el mecanismo de
trasposición: con la represión de un objeto, se produce la in-
versión del afecto ligado al otro objeto. 9
a Posteriormente, Freud describió ese tipo específico de homosexualidad
en su trabajo titulado "Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos,
la paranoia y la homosexualidad", (1922) [O.C., t. III, pp. 2611-2618).
n Véase nota 8.
53
REUNION CIENTIFICA DEL 3 DE JUNIO DE 1908 1
Presentes: Freud, Adler, Bass, lA,] Deutsch, Federn, Graf, He-
ller, Hitschmann, Hollerung, Rank, Stekel, Wittels, Joachim.
PRESENTACIÓN
El sadismo en la vida y en la neurosis 2
ÜRADOR: DOCTOR AoLER
D1scus1ÓN
HrrscHMANN señala que Adler ha reconocido, con razón, que la
nueva psicología debe proceder de las pulsiones. En consecuen-
cia, los caracteres y las acciones deben definirse en función de
esas pulsiones. Ya no se considera que el símbolo sea exclusiva-
mente producto de la mente, sino que también deriva de la pul-
sión. Es cierto que la concepción adleriana sobre la pulsión es
1 10 de junio: reunión social informal efectuada en el "Schutzengel" del
Hohen Warte [ un suburbio de Viena].
2 Trabajo publicado con el título de "Der Aggressionstrieb im Leben und
in der Neurose" ["La pulsión agresiva en la vida y en la neurosis"l, en
Fortschritte der Medizin, N? 19, 1908.
Karl Abraham, en su "Bericht über die osterreichische und deutsche psy-
choanalytische Literatur bis zum Jahre 1909" ["Informe sobre la biblio-
grafía psicoanalítica austríaca y alemana publicada hasta el año 1909"]
(lb., 1909, 1, pp. 575-594) sintetizaba el trabajo del modo siguiente:
"Toda pulsión deriva de una actividad orgánica. Los órganos inferiores se
distinguen por una pulsión especialmente poderosa. Los órganos inferiores
desempeñan un papel importante en la génesis de las neurosis.
"El sadismo se basa en el 'entrecruzamiento' de la pulsión agresiva y la pul-
sión sexual. La pulsión agresiva ( como todas las demás pu lsiones) puede
ingresar en la conciencia en forma pura o sublimada, o transformarse en su
contrario a consecuencia del efecto inhibitorio de otra pulsión, o puede
volverse contra el sujeto, o desplazarse hacia otro fin. El autor cfrclúa una
revision sucinta de las manifrstacion<'s y el sign ificado ele <·sas fo, m:1s d<•
1i1· p11lsi611 agresiva, tan to en C'l individuo sa no ('OlllO c·n c•I rn•múti<'o."

408 Acta 53
nueva, en el sentido de que asigna una pulsión a cada órgano;
ello, no obstante, solo sería legítimo si la pulsión fuera definida
como una actividad. 3 En general, el enfoque de Adler no mo-
difica mayormente lo que habíamos supuesto en forma implícita.
Los postulados de Adler no han sido demostrados. Por otra
parte, Hitschmann tampoco puede hacerse a la idea de una tras-
formación de las pulsiones en su contrario: después de todo, no
puede reducirse todo a este único punto de vista.
HoLLERUNG se muestra complacido por el hecho de que se
haya encarado el problema de las pulsiones. El término "pulsión
agresiva" es un pleonasmo: el concepto de pulsión implica agre-
sión, una agresión contra el mundo exterior. 4 A su entender, con-
vendría reemplazar el término "pulsión" por el de "reacción". La
trasformación en lo contrario no es una segunda pulsión sino,
más bien, la incapacidad de reaccionar ante el mundo exterior.
En opinión de STEKEL, las consideraciones de Adler no apor-
tan nada nuevo desde el punto de vista práctico, ni tienen valor
para el análisis. Todo está dicho ya en los escritos de Freud.
Con el término "neurosis de defensa", Freud ha indicado que
todas las neurosis se basan en la pulsión de defensa ísic/]. Ade-
más rel concepto del sublimación también fue introducido por
Freud.
Las teorías de AnLER no pueden ser probadas.
La pulsión de defecación no existe; se trata de un reflejo,
y lo demás es falso. En resumidas cuentas, es peligroso querer
reducir todo a un solo punto.
El profesor FREUD manifiesta estar en un todo de acuerdo
con el estudio sobre la inferioridad orgánica. Adler ha pasado
rápidamente por la psicología para establecer una relación con
la medicina. "
El trabajo presentado esta noche se encuentra aún en el
límite de lo psíquico y lo somático: la vida pulsional.
Freu,d está de acuerdo con la mayoría de las postulaciones
de Adler, por una razón definida: lo que Adler denomina pul-
sión agresiva es nuestra libido.
Debe criticarse a Adler el hecho de que confunda dos ele-
mentos: ante todo, amalgama la pulsión agresiva con el sadismo
3 Es sorprendente que Hitschmann haga esta restricción; toda pulsión im-
plica una actividad.
~ En la medida en que el fin de la pulsión es activo.
5 Bastardillas del compilador. La observación indica que, a pesar de sn
aprecio por Acller, Freucl comenzaba a abrigar ciertas dudas sobre sus inno-
vaciones.
3 de junio de 1908 ,/()/)
( el sadismo es una forma específica de la pulsión agresiva que
está ligada al sufrimiento infligido a otros).
La pulsión es lo que pone inquieto al individuo ( una nece-
sidad insatisfecha) ; la pulsión entraña: la necesidad, la posibi-
lidad de obtener placer, y algo activo (la libido). 6 Esta última,
no obstante, no puede separarse de la posibilidad de obtener
placer.
Sobre esta base también queda clara la concepción de Adler
de la angustia. Concebíamos la angustia como una fase de la
libido insatisfecha. 7 Para Adler, la angustia es una fase en la
que la pulsión agresiva trasformada se vuelve contra el sujeto.
Basar la represión en la pulsión de mirar es también una
wertc de encubrimiento. Las fuerzas impulsoras de la represión
( la represión es un proceso de supresión insuficiente que solo
concierne a los procesos sexuales y está determinado por el de-
sarrollo infantil) son las otras fuerzas de la civilización, entre las
cuales los órganos de los sentidos, por supuesto, desempeñan un
papel relevante. 8
En cuanto al resto, la descripción que hace Adler de la vida
pulsional contiene muchas observaciones justas y valiosas. Adler
solo ha tomado en cuenta las pulsiones desde el punto de vista
de la psicología de la normalidad; no presta atención a lo pato-
lógico. Ha intentado explicar la enfermedad en función de la
psicología de la normalidad. Este era el punto de vista aplicado
en los Estudios sobre la histeria, punto de vista al cual Hellpach
se adhiere todavía.
FEDERN subraya que, contrariamente a lo que ha dicho el
profesor, reemplazar la "pulsión agresiva" por la "libido" no co-
rresponde a las intenciones de Adler. Desde el punto de vista
de Adler, lo que vuelve agresivo al niño es la frustración de
las diversas maneras de procurarse placer.
La "libido" de Rank era una cosa mística, cuyo poderoso
efecto formativo y diferenciador era incomprensible. Adler ha
evitado utilizar ese término; puso en claro la vaga expresión de
Rank y explicó su sentido específico. Tras comparar brevemente
los enfoques opuestos de Freud y Adler, Federn define su pro-
pia postura acerca de los puntos de vista de Adler: cree que éste
6 Freud siempre consideró la libido como una fuerza activa.
7 Esta es todavía la primera concepción de la angustia, que Freud mo-
dificó posteriormente.
8 El significado de este pasaje no está claro. Aquí, como en muchos otros
pasajes, Rank condensó y abrevió hasta tal punto lo que decían los par-
ticipantes en las discusiones -y especialmente Frcud-, que su sentido
resulta casi ininteligible.
410 Acta 53

se equivocó al abandonar tan rápido la significación primaria de

las pulsiones sexuales. 9 INDICE
Es una falacia inferir la existencia de un órgano inferior a
partir de la presencia de una potente pulsión. De esa manera
se confunden inferioridad absoluta y relativa. La trasformación
de la pulsión agresiva en su contrario es, en su opinión, una
grave exageración.
[A.] Dm.rrsCH entiende por agresión lo que se halla conte-
nido en cada pulsión y es su esencia; constituye un agregado a
la libido.
AnLER, en sus palabras finales, aborda los puntos más impor-
tantes; es natural que haya similitudes entre sus puntos de vista
y los de Freud; él mismo, en la introducción, habló ele esa fuen-
te original [Mutterboden]. A propósito, la neurosis de defensa
no es el punto exacto en que se aparta de la concepción freudiana.
Agradecimientos 7
No debe partirse del punto de vista del desarrollo, según Referencias
el cual el órgano necesariamente está ligado a la agresión; la 8
Introducción 9
actividad orgánica primaria no es agresiva. En el trabajo de Notas sobre los miembros de la Sociedad Psicológica de los
Rank no se menciona la pulsión orgánica. Adler defendió la con- miércoles por la noche 25
cepción de la libido en el artista antes que Rank, en el trabajo
l Reunión científica del 10 de octubre de 1906 31
que este último ha citado; en él Adler asigna dos funciones a Comunicaciones
cada órgano: la cultural y la sexual, que debe ser suprimida. 32
Presentación
Posteriormente abandonó ese punto de vista. Ouo Rank: El drama del incesto y sus complicaciones 33
En Rank, la libido no es idéntica a la pulsión agresiva. Rank Discusión 33
separa esta última de la libido.
2 Reunión científica del 17 de octubre de 1906 40
El sadismo y el masoquismo son fenómenos complejos en Comunicaciones
los cuales se combinan sexualidad y agresión. Esta última no 40
Presentación
siempre tiene que ser cruel. Otto Rank: El drama del incesto y sus complicaciones
Adler da un ejemplo de represión. Un paciente dice: "Veo Pmte II: La relación incestuosa entre hermanos 41
lo que pasa en la mente de otra persona, pero ella no ve lo que Discusión
42
pasa en la mía". Aquí es donde se instala la represión [sic!]. ~ Reunión científica del 24 de octubre de 1906
A continuación se desarrolla un largo debate sobre la iden- Comunicaciones
44
44
tidad o diferencia existente entre la pulsión agresiva de Adler y Discusión sobre el trabajo de Rank: El drama del incesto 45
nuestra libido.
4 Reunión científica del 31 de octubre de 1906 56
Comunicaciones
Presentación 56
Hitschmann: Recensión del libro de Blculer: Afecti-
vidad, sugestionabilidad y paranoia 56
Discusión
58
.5 Reunión científica del 7 de noviembre ele 1906 62
Presentación
Alfred Adler: Sobre las bases I orgánicas J de las
9 Federn parece haber sido uno de los primeros que señalaron b tenden -
neurosis 62
cia de Adler a abandonar la idea de l::t importancia de la sexualidad en
Discusión 65
la neurosis.
6 Reunión científica del f.f di' ,wvi(•mbr<' de 19()(i 71
· Comunicaciones 71
 Presentación 15 Reunión científica del 2:/ de febrero de 1907 l 11
Hollerung: Recensión del libro de Semon: La M neme Comunicaciones 111
corno principio de conservación en los procesos Continuación de la discusión de la reunión anterior:
de cambio de la vida orgánica 71 La desesperanza de toda psicología, de Moebius 1'1
Discusión 71 Discusión ( continuación) 1'1!)

7 Reunión científica del 21 de noviembre de 1906 74 16 Reunión científica del 6 de marzo de 1907 157
Comunicaciones 74 Presentación
Presentación Adler: Un caso psicoanalítico 157
Philipp Frey: Sobre la megalomanía de la persona Discusión 159
normal 74 Discusión libre 164
Discusión 76 17 Reunwn científica del 20 de marzo de 1907 165
Comunicaciones 165
8 Reunión científica del 28 de nornembre de 1fXJ6 84
Presentación
Comunicaciones 84 Ifautler: El misticismo y el conocimiento de la
Presentación naturaleza 165
I. Sadger: Lenau y Sophie Lowenthal 84
Discusión 167
Discusión 87
18 Reunión científica del 2:/ de marzo de 1907 172
S Reunión científica del 5 de diciembre de 1906 91 Comunicaciones 172
Comunicaciones 91 Presentación
Presentación Sadgcr: El sonannbulismo 172
Hitschmann: Recensión del folleto de Stekel: Las Discusión 174
causas de la nerviosidad 91 Suplementos 176
Discusión 92
19 Reunión científica del 10 de abril de 1907 177
10 Reunión científica del 23 de enero de 19(!1 103 Comunicaciones 177
Comunicaciones 103 Presenlación
Presentación Willels: Tatiana Leontiev 178
Alfred Meisl: El hambre y el amor 104 Discusión 180
Discusión 104
20 Reunión científica del 17 de abril de 19(!1 184
11 Reunión científica del 30 de enero de 1907 113 Comunicaciones 184
Etiología y terapia de las neurosis 113 Prescnlación
Discusión 114 Bach: ]ean Paul 184
Discusión 187
12 Reunión científica del 6 de febrero de 1907 124 Discusión libre 189
Presentación
Stekel hace la recensión de dos libros: La psicopato- 21 Reunión científica del 24 de abril de ID(J1 192
logía del vagabundo, estudio clínico, de K. Prcscnlación
SLekcl: Psicología y patología de la neurosis de
Wilmanns, y La psicología de la demencia pre-
angustia 192
coz. Ensayo, de C. G. Jung 124
Discusión 194
Discusión 125
22 Reunión científica del 19 de mayo de Jf)(f! 200
13 Reunión científica del 13 de febrero de 1907 132
Presentación Comunicaciones 200
Reitler: Despertar de primavera, de W edekind 132
Prns('ntación
Discusión 133 Disrnsión sobre la degeneración abierta por el
dol'lor Sadgcr 200
14 Reunión científica del 20 de febrero de 1907 140 Discusióu 202
Presentación
El profesor Freud habla sobre La desesperanza de 23 Reunión cí,·1111/ Í('(I del 8 de rrwyo de 1907 207
toda psicología, de Mocbius 140 Prescnlaci{ll 1
Discusió n l •.J:3 [A.\ Dt•11hl'l1 : \\la/ter Caf<! 207
 :¡;¡ ll ,• 1111 /0 11 cie11tífica del 11 de diciemúre ele 1907 269
Discusión 208 l 111 ",< ·111:tC'ión
<:iaf' : Metodología de la psicología d e los poetas 269
24 Reunión científ íca del 15 de mayo de 1907 211 1>i~c.•usil>11 274
Comunicaciones 211
Discusión sobre el ensayo de Wittels: Las mu;eres :11 11 , 11 11 /ri11 <'ientíf ica del 18 de diciembre de 1907 279
médicas 212 C,1111111 111·acio ncs 279
~ Reunión científica del 9 de octubre de 1907 219 l"> isl'm11'i1 1 ~obre los traumas sexuales y la educación
M.'.\' 1l il f 279
Comunicaciones 219
Apéndice
Carta de Freud a los miembros de la Sociedad 219
:r, 11, 1111 /11 11 <'Í<'11tífica del 8 de enero de 1908 284
1 '. 11111111111· t<'ioncs 284
Presentación
1111 ,;, 11l o11 ic'>11
Stekel: Los equivalentes somáticos de la angustia
H111-,· 1: Al borde de la psicosis 284
y su diagnóstico diferencial 221
Discusión 223 f> l•.,·11':il111 284

26 Reunión científica del 16 de octubre de 1907 228 :Hi 11, 1111/1 111 , i<· 11tífica del 15 de enero de 1908 289
Presentación 1111 ·. 1·111 11 ic', 11
Steiner: Sobre la impotencia funcional 228 1fil 11 11il sC'hitsch: Mis años de desarrollo hasta el
Discusión 229 11 w t rimonio 289
289
27 Reunión científica del 23 de octubre de 1907 234
Presentación :¡7 /ln111 M 11 , /1· 11t ífica del 22 de enero de 1908 294
Schwerdtner: El sueño 234 C11 111111 iic IIto nes 294
Discusión P h!' 11 ~it 111 1:1·11(•ral 294
236
2S Reunión científica del 30 de octubre de 19(!1 241 :m ll t1 1111 i,111 , J,·11 tífica del 29 de enero de 1908 296
Presentación ( !1111 ¡1111 i1 •; 11 IO ll ('S 296
Freud: Comienzo de un caso clínico 241 1·.-.·~1'1il111l111 1
Reunión científica del 6 de noviembre de 1907 241 \ dk1 : 1f11a contribución al problenw de la paranoia 296
Presentación fl i1.1·111M111 300
Freud: Comienzo de un caso clínico 241
Discusión 243 :m /11 1111 /,!;; 1 /,-11 1, fica del 5 de febrero de 1908 306
C '111111111Í1 •; i1_'Í<l ll('S 306
29 Reunión científica del 13 de noviembre de 1907 249 cir1l1 111 ,11,I dí, 1 306
Comunicaciones 249 11 ·l. 11ivas a la reorganización de las reuniones 306
Presentación
1d11 1• c•I "comunismo intelectual" 310
Wittels: La enfermedad venérea 249 l'1 d,, il! 11t'i1' t1 1
Discusión 249 11 11 ;, !111 11 11111 : Sobre la anestesia sexual 310
30 Reunión científica del 20 de noviembre de 19(!1 253
Presentación ,1(1 /1 11 1111 /1!;1t'/r-111, firn del 12 de febrero de 1908 314
e1rcl, ·i1 ild cl i,, 314
Stekel: Análisis de un caso de histeria de angustia 253 1
Discusión 254
Oi~, 11 ~Í! J11 11il111 · la an estesia sexual 314
Mí ' llH ii11111l11111 321
31 Reunión científica del 27 de noviembre de 1907 258 01 1(11 il l;¡1111'111 de· las reuniones 323
Presentación
Stekel: Dos casos de histeria de angustia 258 "1 11/1/ /rn clel 19 de febrero de 1908 325
Discusión 259
l ,n 11aturaleza del símbolo 325
32 Reunión científica del 4 de diciembre de 1907 264
325
Comunicaciones 264
Presentación
Sadger: Konrad Ferdinand Meyer 264 " 11 /1/1, ·a del 26 de febrero de 1908 331
Discusión 264
 Urbantschitsch: La importancia del reflejo
psicogalvánico 331
Discusión 339
43 Reunión científica del 4 de marzo de 1908 343
Breves recensiones bibliográficas y presentación de casos
por todos los miembros presentes 343
44 Reunión científica del 11 de marzo de 1908 352
Presentación
Wittels: La posición natural de las mujeres 352
Discusión 354
45 Reunión científica del 19 de abril de 1908 359
Lectura y discusión
Nietzsche: El ideal ascético. Tercera parte de la
"Genealogía de la moral" 359
Discusión 361
46 Reunión científica del 8 de abril de 1908 365
Recensiones y presentación de casos por todos los
miembros presentes 365
47 Reunión científica del 15 de abril de 1908 375
Discusión de la propuesta del doctor Hirschfeld sobre la
confección conjunta de un cuestionario 375

48 Reunión científica del 22 de abril de 1908 377

Discusión del cuestionario de Hirschfeld 377
Cuestionario preparado por Hitschmann 378
49 El congreso de Salzburgo del Z1 de abril de 1908 390
Programa de la reunión de Salzburgo 390
Tra~m 390
Lista de presentes 391
50 Reunión científica del 6 de mayo de 1908 393
Presentación
Stekel: Algunas observaciones sobre la génesis de la
impotencia psíquica 393
Discusión 394
5] Reunión científica del 13 de mayo de 1908 398
Recensiones y presentación de casos 398
52 Reunión científica del Z1 de mayo de 1908 402
Recensiones y presentación de casos 402
5'J Reunión científica del 3 de junio de 1908 407
Presentación
Adler: El sadismo en la vida y en la neurosis 407
Discusión 407

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Santo Domingo S.A., Santo Domingo 2739, Buenos Aires, R. Argentina
Este es el primero de una serie de cuatro vo-
lúmenes que transcribirán en su totalidad las
Actas de la Sociedad Psicoanalítica de Viena
desde 1906 hasta 1918. La obra permitirá al lec-
tor seguir la evolución que transformó al grupo
de asistentes a las " reuniones de los miércoles"
-un conjunto heterogéneo de intelectuales de
distintas discipiinas que se reunían semanal-
mente en casa de Freud- en una sociedad de
psic_oanalistas. Pero, a pesar de su valor indis-
cuti ble como crónica del ~acimiento y posterior
desarrollo del psicoanáli,gis, la importancia de
las Actas no es meramente histórica. Como lo
señal~ el Dr. Nunberg en su introducción, las
discusiones desarrolladas en el seno de la So-
ciedad revelan, quizá con mayor claridad que
sus libros y ensayos, el método de trabajo inte-
lectual de Freud. Muestran también cómo los
hombres que participan en ellas -Freud, Adler,
Deutsch, Rank, Stekel, Steiner, entre otros- se
influían mutuamente, cómo aceptaban o recha-
zaban las sugerencias que se les formulaban.
Pero además de su valor documental, las Actas
son importantes por una razón adicional: por-
que a través de su lectura es mucho lo que aún
hoy podemos aprender sobre la teoría y la téc-
nica del pslcoanálisis.