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Migraciones artísticas, diversificación de los espacios de circulación

Al hablar de migraciones artísticas, nos referimos a la noción de ser artista


y como esta ha ido cambiando en la historia, en un primer momento la revisión
histórica nos permite hacer un breve repaso y darle sentido al texto aunque el
principal objetivo es analizar la forma que tienen los artistas para vincularse al
mercado laboral.

La noción de artista en la actualidad es diferente a la de unas décadas


previas y esa incluso era distinta a la de siglos anteriores, ese cambio se debe
en parte a la facilidad que tienen los artistas para desempeñar diversas
labores y aplicar sus conocimientos a distintos propósitos y campos; definir en
la actualidad quien es un artista tal vez sea una tarea compleja, el texto
continuó revisa el cambio que se ha venido dando en sus quehaceres, así
como en los sitios que atestiguan o sustentan el consumo de sus creaciones,
desde pinturas rupestres, ruinas de antiguas civilizaciones, las ostentosas
catedrales y castillos hasta llegar a nuestro días donde museos, galerías
espacios públicos y plataformas virtuales, se emplazan distintas facetas de
esta profesión, finalmente observamos que rol podría estar desempeñando en
la actualidad.

La necesidad de dar cuenta del contexto ha sido un factor vinculante a


través de las épocas y culturas. en las pinturas sobre las rocas y cavernas, de
distintas partes del mundo vemos la necesidad de un grupo de personas por
expresar una experiencia estética, sensible o impulso creativo, aunque pensar
en quienes las realizaron esas remotas pinturas eran artistas sería un poco
apresurado y más con la dificultad para determinar la categorización que se les
daba o el papel que tenían en sus comunidades, sin embargo dejaron su
huella y nos permitieron conocer un aspecto de estas sociedades, ahora bien
este tipo de expresiones se tornaron más complejas, cuando el hombre dejo el
nomadismo y se emplazó en urbes. Fue en esas ciudades primigenias donde el
papel de estos creativos empezó a tomar mayor relevancia sobre todo a la hora
de dejar un legado, toma mayor relevancia el Patrón que en si quien diseña o
construía sus monumentos, motivo por el cual la autoría de esta época
difícilmente se le atribuyera a un individuo, también se debe que esta época
este tipo trabajos se realizaba en grandes grupos que se ocupaban de
diferentes labores que oscilaban entre la arquitectura, la escultura, la pintura, la
cerámica e incluso la cantería.

Estos grupos de trabajo, variaron durante la edad media el trabajo se fue


especializando, surgieron los talleres principalmente en monasterios, o
abadías, es en estos sitios donde los hacedores se instruían bajo una línea de
aprendizaje jerárquico y gremial. los aprendices ingresaban principalmente
durante la adolescencia con el ideal de aprender de los maestros y mantener
dicha tradición; las miniaturas, la arquitectura, la pintura, la escultura,
protagonizaron la producción artística de esta época; cortes reales y las
catedrales fueron los principales espacios de exhibición, mas, esto determino
que el consumo de las imágenes estuviera limitado, los motivos religiosos y el
elitismo distanciaron a el espectador de las imágenes que se producían
proporcionándole un aura sacra o de superioridad frente al público.

Llegado el renacimiento hablar de autoría tiene mayor relevancia, los


créditos de las obras se hacían a nombre de esos talleres de ciudades
importantes o grandes maestros, artistas que desarrollaron formidables
habilidades técnicas en campos como la pintura, la escultura en algunos casos
la arquitectura o la ingeniería, este tipo de habilidades llevaron a considerar
que el intérprete ya no era un simple un artesano, y se empezó a hablar de los
artistas quienes poseían casi que un genio divino, sin duda una excelente
campaña de marketing que llevo a estos creativos a posicionarse al lado de
dirigentes de la iglesia, los nobles y la realeza.

La modernidad trajo consigo diversos cambios: la reforma luterana, el


descubrimiento de américa, la aparición de la clase burguesa y en general el
todo un movimiento humanista posibilito que los individuos se pensaran como
constructores de un nuevo orden social, caracterizado por una apertura del
conocimiento, este movimiento racionalista también incidió en el campo
artístico, los cambios fueron importantes, el aura de intérprete que tenían los
artistas se volvió un poco más flexible, los motivos religiosos ahora competían
con motivos de la vida cotidiana, este perfil un poco más de comunicador esto
atrajo a un público burgués, que pronto se fueron organizando en sociedades
donde las discusiones en torno a la experiencia estética y consolidó nuevos
consumidores ilustrados y lectores.

Immanuel Kant, por ejemplo, considero una universalidad de la experiencia


estética, y que a la vez es siempre subjetiva. Como elemento importante a la
hora de determinar la identidad de la clase burguesa, y la institucionalización
de algunas prácticas artísticas en salones y centros, el artista cambio de la
noción de genio creativo y formalizando un poco más los estándares de su
formación, se divide entre “virtuoso” y el “amateur”, individuos en continua
autoperfeccionamiento, el debate estético converge a los cambios sociales,
políticos y económicos. Muestra de ello se da en el coleccionismo practica que
proporcionaba estatus y a la vez permitía la interlocución con artistas,
amateurs, marchantes de arte y otros coleccionistas.

El arte se fue popularizando y ganando otros lugares en la sociedad a


través de festividades religiosas, mercadillos y otras ferias que acabaron por
hacerse tradicionales esta popularización, permito el desarrollo de los salones
(exposiciones o certámenes de arte), donde la discusión estética toma mayor
fuerza y vio nacer a la crítica en arte esto fue importante en la época porque ya
no solo era el artista quien determinaba que se entendía por artístico o fijaba
los parámetros de apreciación, el salón parisino donde los académicos tenían
el ideal que el objetivo del arte era educar, más adelante los movimientos
revolucionarios, cambiarían esto.

Como dice Patricia Mainardi en su libro The End of the Salon: Art and
the State in The Early Third Republic, cuando el gobierno revolucionario
francés le quita a la Academia de Artes el control del Salón y lo abrió
para que artistas independientes pudieran participar. Esto hace que el
Salón empiece a verse como una tienda en donde los pequeños
productores venden sus productos. (Mainardi, 1993, pág. 41).
Los académicos veían que estos salones se habían convertido en bazares
y es en este contexto en que las pequeñas galerías surgen en el Siglo XVIII,
como sitios que se especializaron en mostrar obras de manera más cómoda,
sobre todo para la clase alta quienes preferían asistir a estas reuniones en
especial por la posibilidad de comprar arte como en la comodidad de sus
casas.

Para 1880 las galerías pequeñas eran el sitio de congregación a la hora de


comercializar arte remplazando a los salones, las obras prestaron más atención
a la inocuidad del espacio donde se presentaban, nace el concepto del cubo
blanco, así mismo paso en los museos, estos espacios rígidos más que acercar
el arte al espectador, presentaban las obras aisladas la una de la otra, los
muros blancos de la galería añadieron un aura de eternidad a lo que
mostraban. Esto se ve reforzado por el trabajo de los curadores que al limitar la
información solo a lo esencial mantuvieron el aura de superioridad del arte, la
legitimación de las obras de arte, y a los artistas el cubo blanco se daba por el
dialogo que mantenían curadores, críticos, galerías y museos, finalmente estos
espacios fueron tomando más fuerza.

Es llegado el siglo XX, donde la validación de las obras de arte y las


discusiones alrededor de la experiencia estética ya no solo se daba en salones,
galerías, museos o en la academia pasaron a un ambiente más informal entre
cafés y noches bohemias, el artista ahora se especializa sobre una técnica en
particular, un genio un tanto autónomo, que ya no servía a un patrón y abría el
panorama a la experimentación, esto llevo a una forma más amplia de
categorizar la labor del artista; la reunión de pintores, músicos, poetas,
escultores, escritores, fotógrafos gestan nuevos movimientos donde el arte
pasa de una tradición racionalista a ocuparse más de los sentidos y el
concepto. la masificación de la fotografía y los distintos manifiestos
vanguardistas, permiten pensar que el arte podría ir más allá de los limites
representativos. Y generar una relación más directa entre artista y espectador,
esta permitió la desacralización de los espacios expositivos tradicionales dio
como resultados un cambio de paradigmas en la circulación de productos
artísticos, y su consumo “Mientras los teóricos e historiadores exaltan la
autonomía del arte, las prácticas del mercado y de la comunicación masiva -
incluidos a veces los museos- fomentan la dependencia de los bienes artísticos
de procesos extra estéticos. (García Canclini, 1990,32)

A finales de este siglo los dispositivos expositivos van cambiando como lo


hacen los objetos obra, ante la presencia de elementos cotidianos y la apertura
de la instalación fuera del cubo blanco, se consigue que el artista pierda la
soberanía y la obra ya no sea autónoma, sino que entra en un diálogo con una
comunidad temporal conformada por los que entran en contacto con la pieza.
Ante la pregunta, ¿Por qué algo es arte? Encontramos en la semiología una
apreciación donde la función estética de algo solo se activa en un determinado
contexto social y circunstancia, no es un valor intrínseco del objeto ni una
cualidad real. Esta emancipación del objeto abre el panorama cultural, sin
embargo, determinar lo que se considera arte y lo que no, también va ligado a
su utilidad, El cubo blanco recibe varias críticas por estar tan alejado de la
realidad del arte y los contextos en los que este se producía características
difíciles de distinguir en una obra alienada en paredes blancas

La teoría del arte dio origen a posturas como la de Bourriaud sobre las
estéticas relacionales quien hablaba del arte como una experiencia relacional
independiente de la época o el objeto artístico, esta teoría del arte permitió
cuestionarse la materialidad del arte, “el significado se construye colectiva o
socialmente, entregado al público, aquel que entra en contacto con la obra, sea
como espectador o co-creador, no solo es reconocido sino que es alentado a
actuar”.(Bourriaud, 2008, pág. 7). La obra de arte cambia su lugar de
contemplación por el de la interacción, por otra parte, el activismo social y
político de finales del siglo XX nos lleva a la estética dialógica una nueva forma
de entender la experiencia sensible.

va más allá que el arte relacional en el sentido en que esta analiza las
obras que no le temen a la desmaterialización y para las que el diálogo
que se hace con la comunidad es lo que realmente importa para su
obra” (Kester, 2004, pág. 9).
Si bien estos diálogos y reconocimientos de comunidades nos recuerdan a
los tradicionales salones del siglo XVII, estas obras se piensan como espacios
autónomos que van más allá de los muros de las galerías para abordar las
intersubjetividades y el activismo político y social, ya sólo son independientes
de un poder superior (la galería o el museo), Kester(2004), propone que este
género del arte contemporáneo ayuda a cambiar las identidades
aparentemente fijas, explorar distintos puntos de vista, permite a los
participantes salirse de la retórica tradicional y en este sentido tiene el potencial
para producir nuevas maneras de ver el mundo y un entendimiento que va más
allá de los limites sociales o políticos.

Con las teorías vistas anteriormente, es claro que lo que conocemos hoy como
arte ha visto muchas transformaciones y vaivenes, el artista no es ajeno a ellas
como ya sea artesano trabajando para un jefe, como genio trabajando de
manera autónoma, como profesional formado por créditos académicos… ¿pero
actualmente cual es rol que se aboca cumplir?, esta respuesta es un poco
compleja de responder, desde mi experiencia y la de muchos compañeros veo
que las universidades se han encargado titular artistas y creativos en grandes
cantidades, sin embargo la idea de ingresar a los grandes mercados del arte
(subastas y agencias, colecciones), es reducida, esto ha abierto nuevas formas
de abordar su profesión como vimos en las estéticas dialógicas o el arte
relacional, el artista consigue llevar a acabó reflexiones estéticas y estudios
alrededor de lo sensible, esto nos permite entender que ya no solo se hable
de un hacedor o un comunicador, sino de un creativo multiplaforma, innovador
que puede generar redes o es muy versátil lo cual le permite actuar en
distintos campos .

Mientras filósofos y sociólogos como Habermas, Bourdieu y Becker ven


en el desarrollo autónomo de los campos artísticos y científicos la clave
explicativa de su estructura contemporánea, e influyen en la
investigación con esta pista metodológica, los practicantes del arte
basan la reflexión sobre su trabajo en el descentramiento de los campos,
en las dependencias inesquivables, del mercado y las industrias
culturales. Asi aparece no sólo en las obras, sino en el trabajo de
museógrafos, organizadores de exposiciones internacionales y bienales,
directores de revistas, que hallan en las interacciones de lo artístico con
lo extra-artistico un núcleo fundamental de lo que hay que pensar y
exhibir. (Garcia Canclini, 1990, pag.62.)

Como dice Canclini, las distintas labores que se desprenden de la industria de


las artes se debe a cierta institucionalización e instrumentalización del artista
que causo una nueva forma en la que este trabaja, crece, intercambia,
colabora, como piensa sobre sí mismo y como los otros piensan sobre él.
Además de estas nuevas nociones de artista que ha cambiado, la autonomía
del campo artístico, basada en criterios estéticos fijados por artistas y críticos,
vino disminuyendo desde mediados de siglo, ahora los agentes, empresarios y
pequeños grupos que administraban y determinaban lo que se podría
considerar artístico, .

El modelo profesional sigue siendo el modelo predominante. Pero hemos


entrado en una nueva transición marcada por el triunfo final del mercado
y sus valores, la eliminación de los últimos vestigios de la protección y
mediación. En las artes, como en la clase media, el profesional está
dando paso al emprendedor, o más específicamente al “entrepreneur”: el
“auto-empleado” (ese oximorón solapado), el ser emprendedor.
(Deresiwicz, 2015)

Deresiwicz (2015), refiere que la noción de artista ahora puede desaparecer


ante el triunfo de las dinámicas del mercado y no solo del mercado del arte sino
de todo el modelo capitalista y neo liberal, de esto también podemos revisarlo
en el texto de Lucas Ospina “¿de qué vive un artista?” donde nos relata de
distintas actividades económicas que desarrollan artistas, yo puedo hablar en
primera persona, no solo por mi formación en artes, tiempo donde me di cuenta
que para mí y algunos colegas la duda ¿cómo vivir del arte? Era la pregunta
del millón de dólares. en mi trabajo de grado de hecho pude investigar un poco
más a fondo, encontrando que no solo era una preocupación de los
profesionales en arte, sino de los espacios de circulación pues a falta de
públicos o apoyos gubernamentales, que ampliaban sus rangos de acción. Las
galerías ahora también espacios de formación o creación, los museos tiendas
de suvenires y mechardising o plataformas de concursos, las academias salían
a los espacios públicos, por ejemplo.

Finalmente La noción de empresa ahora aparece la mentalidad de los artistas,


gestores culturales, curadores, académicos, algunos por que como dice
Deresiwicz y Ospina se proyectan emprendedores, se gestionan como una
corporación y otros poco se presentan a cuanta convocatoria aparezca sin
reflexionar en que este tipo de plataformas median de alguna forma la
producción artística, y bueno muchos profesionales como sería lógico se
emplean por lo general en actividades extra artísticas, ya sea como asistentes,
diseñadores, copy o publicistas, docentes, gestores de contenidos o lo que sea
que permita llenar la nevera, una larga lista de cargos que modelan un tipo de
producción creativa, que llega a convertir el producir en una experiencia, e
incluso la experiencia estética o sensible se convierte en algo que se
empaqueta, ya sea en el espacio público, en la red, en plataformas curadas o
publicitadas, las producciones fetichizadas, tuiteadas, atendidas y el time line
descualquieriza la producción artística la relevancia o aura trascendencia se
pierde y en cada scroll algo nuevo está de moda. La noción de lo artístico ya no
pertenece ni al artista ni al crítico, menos al espectador es determinado por
mediado por la corporación, el empleador o el cliente, la experiencia artística
ahora se mide en el récord de la hoja de vida las millas de participación en
exposiciones son cambiadas por meses de experiencia.
Bibliografia:

Bourriaud, N. (2008). Estética relacional. Buenos Aires: Adriana Hidalgo


Editora.

William Deresiwicz, (2017/11/07), La muerte del Artista, y el nacimiento del


Emprendedor Creativo, Esfera Pública, Recuperado de:
http://esferapublica.org/nfblog/la-muerte-del-artista-nacimiento-del-
emprendedor-creativo/

Garcia Canclini Nestor, 1990, Culturas hibridas Estrategias para entrar y salir
de la modernidad, Grijalbo

Gutiérrez Turbay Valentina, (2016), Trabajo de grado: Salir del Cubo Blanco:
profanaciones en la Galería de Arte Contemporáneo. Director: Nicolás Leyva
Townsend, Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Comunicación y
Lenguaje Carrera de Comunicación Social, Bogotá D.C.

kester, g. (2004). conversation pieces. the role of dialogue in socially Engaged


Art. Berkeley, Los Angeles, Londres: University of California Press.

Mainardi, P. (1993). The End of the Salon: Art and the State in the Early Third
Republic. New York: Cambridge University Press.

Ospina Lucas, (2011/03/03), ¿de que vive un artista?, Esfera Pública,


Recuperado de: http://esferapublica.org/nfblog/de-que-vive-un-artista-2/

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