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To cite this article: Jorge González del Pozo (2010) Báilame el agua: la espiral de la
heroína en el Madrid post-movida, Hispanic Research Journal, 11:2, 144-156, DOI:
10.1179/174582009X12608792134218
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De pronto el paraíso de la droga tenía una doble cara. Y ahora le estaba doliendo
(Tomás de García)1
La obra Báilame el agua (2000) de Josetxo San Mateo se ambienta en un Madrid que
ha superado política y culturalmente la movida madrileña vivida en la década de los
80 durante la transición.2 En cuanto a la heroína, la ciudad también ha superado la
1
Cita de la novela de José Luis de Tomás de García, La otra orilla de la droga (1985) que trata de manera
central la problemática que genera la heroína en una pareja que vive en un entorno urbano como Valencia.
2
Después de una larga y fructífera trayectoria como director asistente y realizando trabajos para la
televisión, Báilame el agua, se convierte en la ópera prima como largometraje cinematográfico de este director
consiguiendo un impacto sensible en el mercado y haciéndose así un hueco en la escena autorial española.
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Quizá la heroína sea la más elaborada de las drogas que pertenecen a la familia de los opiáceos, desde luego
la más potente de la familia y la más peligrosa debido a que cantidades relativamente pequeñas pueden causar
la muerte por sobredosis. No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de las muertes ocurren por
adulteración y no por la sustancia en sí misma: ‘Jamás podrá atribuirse a heroína una muerte casi instantánea
o consumada en minutos’ (Escohotado, 1998: 1215). La heroína se fuma, inhala o se inyecta siendo esta última
vía la más popular entre sus usuarios debido al potencial placentero que proporciona: ‘actúa en muy pocos
segundos, con sensaciones casi siempre desagradables para el recién iniciado [. . .] que el usuario crónico ate-
sora como momento de placer supremo’ (Escohotado, 1998: 1215).
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La forma de tratar a los drogadictos es una cuestión clave en la regulación de estos individuos y las sustancias
que consumen: ‘mucha gente ha llegado a comprender que un adicto está enfermo y que sus acciones delictivas
de robar, etcétera, son parte de un círculo vicioso que le permite evitar la retirada’ (Hyde 1978: 86). El enten-
dimiento del adicto como un caso clínico y no un caso delictivo supone un gran paso para la recuperación y
futura reinserción del sujeto.
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El cine comprometido es un valor en auge dentro de la escena fílmica española tocando temas que van desde
la memoria histórica hasta la prostitución y pasando por la violencia de género o el desempleo. Uno de sus
principales baluartes es Fernando León de Aranoa con obras como Barrio (1998), Los lunes al sol (2002) o
Princesas (2005). También es destacable el trabajo de otros realizadores como Patricia Ferreira, Para que no
me olvides (2005), e Icíar Bollaín, Te doy mis ojos (2003).
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La cuestión del escape y del viaje de las drogas plantea varias ideas relacionadas con la evasión y alienación de
determinados personajes. A través de su consumo: ‘la droga puede proporcionar un espacio de evasión de la
realidad u olvido momentáneo de los problemas’ (García Liñán, 1990: 19). Este viaje tiene connotaciones tanto
negativas como positivas y ha sido tratado en la representación artística desde el deseo de expansión de la
mente, hasta el rechazo pleno por la falta de compromiso y voluntad para con la sociedad.
7
Daniel Valdés es uno de los jóvenes valores de la escena narrativa española. Báilame el agua, su primera
novela, recibió el primer premio en el Primer Certamen Universitario de Novela organizado por la Universidad
Politécnica de Madrid en 1997.
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El film recurre a una visión paralela del Madrid del nuevo siglo, siendo David y María
los representantes de la otredad dentro del orden materialista en el que intentan
sobrevivir. La obra traslada la necesidad de liberación del individuo durante la tran-
sición española a un entorno actual en el que la rueda del capitalismo no permite a
los protagonistas escapar de la presión social. Éstos se ven desplazados hacia la
BÁILAME EL AGUA 147
Las polarizaciones entre el bien y el mal se han difuminado de tal forma que negro
y blanco han desaparecido para dar paso a una gama de grises que abarca tantas
tonalidades como aproximaciones a la droga existen o usuarios la consumen: ‘Del
concepto científico apenas quedan hoy vestigios. Oímos hablar de drogas buenas y
malas, drogas y medicinas, sustancias decentes e indecentes, venenos del alma y
curalotodos, fármacos delictivos y fármacos curativos’ (Escohotado, 1998: 1188).
Dentro de este giro a la concepción de las drogas que propone la postmodernidad es
necesario contemplar el carácter globalizado y puramente capitalista que la sociedad
ha adquirido para comprender la verdadera posición de las sustancias en este marco.
Lejos de tildar a este film como anticapitalista y sin ánimo de justificar la adicción
de David a las drogas por culpa de una sociedad económica asfixiante, no conviene
olvidar que el consumo de progresión ascendente en esta película viaja en paralelo
con los problemas económicos de los protagonistas.
Estas penurias llevan a María a prostituirse para mantener el status de la pareja.
De manera contraria a su objetivo, consigue que la situación sentimental entre ellos
empeore y la económica no llegue a mejorar. La obra que se planteaba como una
historia de amor redirige su atención hacia los aspectos más sórdidos de la sociedad.
Así, San Mateo continúa acentuando las conexiones entre la movida madrileña y el
nuevo siglo, de la mano de la marginalidad, usando los bajos fondos como entorno
atractivo, entroncando su obra con el cine anterior y el realismo sucio que tantas
producciones exitosas ha generado.8 Verónica, la amiga de la infancia de María que
la introduce en la prostitución, explica la asociación entre drogadicción y margi-
nación trasladando directamente el texto de la novela al guión cinematográfico:
‘Verónica nunca me supo explicar qué fue antes. Decía que era como lo del huevo o
la gallina, un círculo vicioso. Bueno, a lo mejor el primer trabajillo lo había hecho
antes de empezar a pincharse, pero luego se había tenido que meter caballo para
poder aguantarlo, y para comprar caballo tenía que trabajar’ (Valdés, 1997: 28–29).
Ésta es la cadena que se genera, prostitución y drogadicción van de la mano como
compañeras inseparables para las protagonistas femeninas de esta obra, mostrando
así la dificultad de escapar de estos entornos una vez que ha comenzado el ciclo. La
voluntad de alarmar ante una problemática social y divulgar unos valores abando-
nados se hace presente en el film, siendo la secuencia en que David mata a otro
yonqui por una dosis la que resume la desesperación del protagonista y la que expone
claramente la pérdida del rumbo a la que las drogas le han avocado.
La condena hacia las drogas que Báilame el agua propone es mucho más con-
tundente en el caso del film que en la novela original. Si bien la película es fiel a
la novela durante todo el desarrollo, los finales se distancian diametralmente pre-
sentando dos visiones opuestas. En el caso de la novela, David consigue salir de su
espiral y recobrar una vida común: ‘Al final he encontrado un curro [. . .] no me va
tan mal, la verdad, currando de estanquero’ (Valdés, 1997: 83–84). David comienza
8
Producciones como Salto al vacío (1995) de Daniel Calparsoro, Historias del Kronen (1995) de Montxo
Armendáriz, Yo, El Vaquilla (1985) y Los últimos golpes del Torete (1980), ambas de José Antonio de la Loma,
o Deprisa, deprisa (1982) de Carlos Saura, presentan con resultados muy positivos el llamado realismo sucio
que bebe de los bajos fondos y los entornos sórdidos para desarrollar sus personajes y narrativas.
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a trabajar y se estabiliza, también deja la heroína: ‘Mi opinión sobre el caballo sigue
siendo la misma, ya sabes, si no te mata te hace más fuerte. Pero ahora no me pico,
porque con el sueldo del estanco no me da para pillar’ (Valdés, 1997: 84). Además de
la posible ‘normalización’ de David, la novela deja a María en un estado delicado de
salud, pero en vías de salvación. La narrativa se enfoca en una etapa de la vida
de estos jóvenes que, aturdidos por las convenciones sociales, no resisten la presión
y deciden llevar una existencia tan alternativa como peligrosa. Valdés representa los
escarceos nocturnos y hedonísticos de la pareja como un paréntesis, una pausa antes
de incorporarse a la vida en sociedad como elementos productivos. Es decir, el texto
original reduce las experiencias de David y María a una exploración juvenil del lado
oscuro de la vida, cayendo en la típica novela de transición de la juventud a la madu-
rez en la que los personajes, en su conflicto interno, rondan la muerte. En cambio el
film, reafirmándose en la negación de las drogas y condenando a los protagonistas,
María a la muerte y David a la recaída en la heroína, expone la falta de salida para
estos inadaptados y cómo las drogas sólo sirven para la evasión irreal de los pro-
blemas cotidianos.9 La adaptación de la novela da un giro radical en su final para
presentar una conclusión pesimista, condenando a sus protagonistas. Este cambio
inesperado en el tratamiento del texto original demuestra cómo el film, por su carácter
visual y su mayor repercusión en el público, informa sobre la dura realidad de la
heroína que arrastra Madrid desde la movida.
La asociación entre el consumo de heroína, crimen y delincuencia parte de la
premisa que describe al adicto como un sujeto con algún tipo de problema: ‘The
addict is a person with serious problems, and the spread of addiction reflects unsolved
problems that are focused on limited segments of our society’ (Chein, 1985: 112). Los
heroinómanos se entienden como inválidos — no siempre de forma correcta — y
son vistos como disfuncionales por la sociedad. San Mateo presenta a la pareja de
protagonistas muy alejados de esta disfunción ya que los dos son caracterizados como
individuos comunes que no muestran ningún trauma ni social, ni económico, ni
familiar que les lleve a caer en esta adicción. David y María simplemente son dos
jóvenes que se salen de la ‘norma’ e intentan realizar sus sueños sin seguir la corriente
principal de la sociedad.
A pesar de la representación de la criminalidad y la actuación de las instituciones,
esta obra no trata las drogas desde la perspectiva legislativa y tiene en cuenta sus
dimensiones social, económica y lúdica: ‘Ningún gran tema humano se resuelve con
la aplicación del código penal’ (García Ramírez, 1989: 10). Báilame el agua deja de
lado el aspecto legal para describir un mundo tan libre como cargado de peligros
cuando sus habitantes se acercan a la heroína y cuando la ilusión del amor se
desvanece entre los dedos de una sociedad basada en la economía. La película
9
El alcance de las drogas tiene un impacto más destacado en las clases bajas, aunque toca a todos los estratos
de la sociedad independientemente de la situación particular de cada individuo: ‘El consumo de drogas tiende
a incluir a todas las clases, aspectos, niveles y espacios de las sociedades contemporáneas [. . .] sobre todo en
áreas deprimidas o marginalizadas’ (Kaplan, 1991: 98–99). Si bien es cierto que la marginación está asociada
con las drogas, cada vez esta conexión se muestra menos estable y está abierta a todas las clases sociales, como
la obra de San Mateo demuestra.
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condena la droga por tratarse de una evasión que demanda un precio demasiado alto
a cambio de unos leves instantes de escape de la realidad de la calle.10
Esta actitud ante las drogas se presenta a través del metadiscurso que irrumpe en
la diégesis natural de la obra, hace referencia a estas sustancias directamente a modo
de reflexión y busca el impacto en el espectador.11 David Bordwell, aclara en su
último decálogo de cine, Poetics of Film, cómo la efectividad en la transmisión del
mensaje en pantalla se alcanza revisando iconos que suponen una marca clara para
el espectador y un detonante para la retina: ‘Theoretically, the most comprehensive
and powerful explanations of conventions in any art would seem to be those that
show them to be functional transformations of other representations or practices,
some of which may be sensory triggers of contingent universals’ (Bordwell, 2008: 74).
Así, en la conjunción de drogas y ambientaciones que recuerdan a la movida madrileña,
San Mateo consigue representar una visión del Madrid marginal del año 2000 y, sin
necesidad de mostrar explícitamente el paralelo, el espectador es capaz de establecer
las conexiones con las dinámicas, preocupaciones y entornos desplazados de la co-
rriente principal que se producían en los primeros años 80. Para enfatizar esta corre-
lación la obra detiene momentáneamente el hilo narrativo haciendo hincapié en
un determinado aspecto de las drogas, bien sea su consumo, su transacción o las
consecuencias de cualquiera de estas actividades. Báilame el agua, congela la trama
en numerosas ocasiones para deliberar sobre la esencia, el alcance o la repercusión
de la heroína de forma particular para sus personajes y, de manera general, para el
conjunto de la sociedad.
La trama presentada en esta película muestra la negociación entre drogas y socie-
dad y se ve obligada a hacer una pausa en su desarrollo para colocarse ideológica-
mente en contra de estas sustancias. Son constantes las abstracciones de David, algo
menos las de María, que se abandona y olvida su realidad sumergido en la ensoñación
narcótica. El carácter metafísico y existencialista que proporcionan estas evasiones en
el film no es gratuito, ni simplemente pretende recrearse en los placeres de las drogas.
10
La obra de Huxley The Doors of Perception (1954), es la que expone de manera más explícita la visión que
este autor tiene de las drogas. Huxley, lejos de idealizar las drogas como paraísos ociosos, o de condenarlas
como lacra de la sociedad, prefiere adoptar una postura intermedia. De manera que ensalza los valores positi-
vos de estas sustancias pero deja claro los efectos negativos de su uso indiscriminado: ‘it [drug use] should
produce changes in consciousness more interesting, more intrinsically valuable than mere sedation or dreami-
ness, delusions of omnipotent or release from inhibition’ (65). Huxley supera las simplistas concepciones de la
droga como vehículo para el ocio o para la superación mental, planteando la búsqueda de la esencia del ser
humano a través de su consumo.
11
La utilización de las drogas en esta representación conlleva implicaciones en la interpretación de la obra rele-
vantes para este estudio. La primacía del aspecto estético o del aspecto argumental a la hora de colocar los
ambientes drogados en las composiciones guía este estudio de manera clara:
The narrative is not factual, that is, it does not belong among unfinished autobiographies; biographies;
journalistic reports, and news stories; human and natural histories; the minutes of meeting; police re-
ports and court proceedings; psychological, psychoanalytical, medical, and social work case
studies; travelogues; personal confessions and diaries; or numerous other documents of related sorts. All
these documents may use the narrative form, in whole or in part, preferably or secondarily, briefly or
at length. (Cebik, 1984: 38–39)
Este estudio necesita de estas narrativas anexas a las obras para poder desarrollar su análisis e interpretación.
Interesa de modo particular el aspecto literario que aporta este metadiscurso sobre la droga a la composición
artística.
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Sirve como elemento recurrente en el que la película genera momentos para la refle-
xión y el rechazo a las drogas. En ocasiones la agenda que quiere seguir la obra es
tan exigente que este discurso irrumpe decisivamente en el argumento en detrimento
de los elementos estéticos a los que se podría dedicar con más atención.
No obstante, es la novela en la que se observa de manera más clara cómo se
congela la acción para exponer esta preocupación:
me pinché con la aguja y saqué parte de mi sangre para mezclarla con el polvo redentor,
Luego aparté el émbolo, y ya no dolía nada, ya era otro, ya no estaba en este puto
mundo [. . .]. María no dijo nada cuando volvió, hasta que vio la jeringuilla tirada en el
suelo y mis ojos de astronauta. Musitó un suave joder, tu también y se metió en la cama.
Esa noche no la toqué. Me daba nosequé. (Valdés, 1997: 33)
12
El personaje de María es interpretado de manera magistral por Pilar López de Ayala. Esta actuación le llevó a
ganar el premio Sant Jordi a la mejor actriz española en 2001 y el premio a la mejor en el festival de Tolousse
Cinespaña en el mismo año, dos galardones que sin duda lanzaron su carrera y ayudaron a que consolidara su
situación de reconocida actriz en la escena española, consagrada con el inolvidable papel que realizara en Juana
la loca (2001) de Vicente Aranda.
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como uno de los extremos de la cadena. En el otro extremo, sin llegar a mostrar la
producción o los grandes narcotraficantes internacionales, aparecen los capos que
dominan la distribución de manera local y que se erigen como señores de sus reinos
de Taifas. Para algunos personajes de esta obra, la colaboración con estos capos es
una salida viable, para Ugalde y López de Ayala no supondrá más que otra vuelta de
tuerca en su particular caída hacia el abismo en que se encuentran.
En cuanto a la figura del narcotraficante, la trama se ceba en la imagen mitificada
del camello violento que está fuera de toda realidad: ‘La distancia entre los narcotra-
ficantes reales y su mundo y la producción simbólica que habla de ellos es tan grande,
que no parece haber otra forma, actual y factible, de referirse al tema sino de manera
mitológica’ (Astorga, 1995: 12). San Mateo genera un marco de violencia donde cons-
truye a un personaje de carácter deshumanizado en el eslabón más alto de la cadena
de las drogas que Báilame el agua presenta. De esta manera, el narcotraficante se erige
como arma de doble filo: puerta hacia la promesa de subsistencia económica para
David y María a través del trapicheo de heroína, pero también entrada irreversible
en el mundo de la droga con graves consecuencias. De nuevo, la travesía de ascenso
y caída de los personajes en los ambientes narcóticos es resuelta por San Mateo a
modo de articulación entre los beneficios potenciales y los daños asegurados que
proporciona la heroína.
A pesar de que la situación de David y María es particular, estos personajes
podrían representar a otros individuos que caen en esta rueda debido a su origen
de clase media. El capitalismo y la globalización generan entornos idóneos para
la proliferación de las drogas en sus dos vertientes. Por un lado, la consumista,
como producto accesible aunque prohibido, sumamente atractivo, de consumo con
una frecuencia creciente y de coste cada vez más bajo. Por otro lado, la traficante,
como la industria que encaja a la perfección en este mercado, debido a su carácter
internacional, su bajo coste de producción y su alto precio de venta:
The opening up of markets, deregulation, and privatization are creating an economic
and financial space that is growing without bounds. Information technologies are con-
tinuously progressing and are providing us with globalized and flexible communications
networks which, in turn, give human society a highly sensitive nervous system, facilitating
even faster reactions and an increasing number of interactions. (De Woot, 2003: 121)
13
La película Arrebato de Zulueta representa un hito en el cine español, de tal forma que todavía se estudia y se
utiliza como primera referencia del cine de culto en España. Arrebato, a las puertas de la eclosión de la movi-
da coloca a la heroína como un personaje central en su obra considerándola la última frontera para el indi-
viduo. Madrid ha muerto surge con la movida ya pasada y presenta a modo de narrativa coral los bajos fondos,
locales y salas de fiestas del Madrid de la época. Villena dota a la cocaína de un carácter mítico y mágico que
contagia a todos los personajes haciendo que sea la base para que interactúen entre sí e incluso reflexionen
sobre su instalación en la sociedad. Los personajes más misteriosos y transgresores de esta novela son los
consumidores de heroína a los que se refiere como los duros, fríos e inalcanzables caballeros del hielo.
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156 JORGE GONZÁLEZ DEL POZO
The film Báilame el agua (2000) by Josetxo San Mateo is set in the city of Madrid
that has overcome the convulsive post-Franco years during the 1980s. Drugs,
especially heroin, were common in those days of liberalization, having a strong
and terrible impact on youth. Although nowadays heroin is well known in Spain
and there has been a decrease in the consumption of this drug, there are still a
considerable number of users, particularly in the underground context. Báilame
el agua revisits the impact of heroin in a contemporary atmosphere by depicting
two street-wanderer young lovers who are unable to adjust to a ‘regular’ life.
Their ups and downs due to heroin addiction will take them on a journey where
they will lose their innocence, commitment, and, more importantly, their love.
This essay presents the connection between poverty and drug addiction as one
of the critical issues in contemporary society that this film addresses. The
movie by San Mateo rethinks those convulsive years after Franco’s death in order
to project an alarm and, therefore, denounce the usage of a hard drug such as
heroin that is far from being eradicated in Spain and that causes more pain than
pleasure.
Notes on contributor
Jorge González del Pozo gained his PhD from the University of Kentucky in 2006,
specializing in Literature and Contemporary Hispanic Film. Currently he is Assistant
Professor at the University of Michigan-Dearborn, where he teaches courses in
Spanish literature and film. His research is diverse, focusing on cultural studies,
narrative, and film in the Hispanic (especially Peninsular) world. He is currently
working on a draft book to be entitled Drogarte: los límites del discurso sobre las
drogas ilegales en la narrativa y cine hispano contemporáneo.
Correspondence to: Jorge González del Pozo, The University of Michigan-Dear-
born, Department of Humanities, 3011 CASL Building (CB), 4901 Evergreen Road,
Dearborn, Michigan, 48128, USA. Email: jorgegdp@umd.umich.edu