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Actualización

Esclerosis múltiple
José Manuel Gobernado Serrano
Servicio de Neurología. Hospital Ramón y Cajal. Madrid. España.

Epidemiología
La esclerosis múltiple es un trastorno
La distribución y prevalencia de la enfermedad es hetero-
inflamatorio crónico desmielinizante del génea. Hay regiones donde la enfermedad es prácticamente
sistema nervioso central de etiología incierta desconocida, mientras en otras áreas la prevalencia supera
y fisiopatología autoinmunitaria. Es causa de los 100 casos por 100.000 habitantes. Con excepciones, la
incapacidad en adultos jóvenes. Se diagnostica prevalencia se incrementa con la distancia del Ecuador, ex-
cluyendo las regiones polares. Estas variaciones geográficas
por el cuadro clínico, pruebas paraclínicas y la
se interpretan como el resultado de interacciones mixtas
exclusión de otros procesos. Los tratamientos genético-ambientales (los de raza blanca, especialmente los
en uso tienen una eficacia modesta. emigrados desde el norte de Europa, son más susceptibles
que los de origen asiático, africano o indios americanos; la
Puntos clave exposición solar puede tener efecto protector). La esclerosis
múltiple (EM) afecta dos veces más a la mujer que al varón.
• Es una enfermedad neurológica crónica Europa, el norte de Estados Unidos, el sur de Canadá, Nueva
inflamatoria de causa desconocida y Zelanda y el sureste de Australia están dentro de un área de
fisiopatología autoinmunitaria. prevalencia media (30-80/100.000 hab.).

• La fase inflamatoria-desmielinizante inicial


puede mostrar diversas formas clínicas, que Etiología
después evolucionan hacia una vía degenerativa
final común, con acumulación progresiva de Implica una susceptibilidad genética y factores de ambienta-
incapacidad. les desencadenantes, siendo cada uno aislado insuficiente para
desarrollar la enfermedad. Los modelos matemáticos sugieren
• El diagnóstico se apoya en los datos clínicos que los factores ambientales actúan secuencialmente al nacer,
y paraclínicos y la exclusión formal de otros antes de la adolescencia y antes de la manifestación clínica de
procesos que generan diagnóstico diferencial. la enfermedad, y que la susceptibilidad genética es el factor
determinante más importante. No obstante, partiendo de una
• Los tratamientos aprobados en uso sólo actúan susceptibilidad genética semejante (Norteamérica-Europa)
sobre el sustrato inflamatorio inicial, por lo que se aprecian diferencias regionales significativas que probable-
se propugna su instauración precoz. mente reflejan la influencia de factores ambientales. El varón
muestra una tasa de susceptibilidad genética mayor que la mu-
• Los interferones b y el acetato de glatiramer jer (60%) y desarrolla la enfermedad con menores niveles de
son actualmente el tratamiento de elección para exposición ambiental; paradójicamente el 65% de los pacientes
las formas recidivantes remitentes. Su utilidad con EM son mujeres. Una posible razón sería que la mujer es
es incierta en la forma progresiva secundaria más sensible a cambios recientes de exposición ambiental, lo
e inefectiva en la progresiva primaria. Estos que también explicaría el incremento de prevalencia de la EM
fármacos tienen un efecto modesto, reducen detectado en las últimas décadas. Dentro de los factores am-
el número de brotes y la carga de lesiones en bientales se han señalado distintos agentes infecciosos (distin-
la resonancia magnética en un tercio de los tos virus, Chlamydia, Mycoplasma pneumoniae y otros) sin
pacientes comparado con placebo, pero no que hasta el presente haya podido establecerse una relación
detienen la enfermedad ni impiden su deriva causa-efecto. Actualmente se investiga la influencia de la vi-
hacia la fase degenerativa, sólo la retrasan. tamina D como mediador entre factores genéticos, exposición
solar y variaciones regionales de prevalencia, a través de los
polimorfismos del receptor de melanocortina (MC1R)1.

Genética

La acción de los genes en la EM es el resultado de su interac-


ción con factores ambientales —epigenético— y entre genes
(HLA entre sí y otros) —epistasis—, que modulan la expre-
sión genética final (herencia compleja).

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Hay varios genes implicados en este tipo de herencia (polimor- En pacientes con EM, el haplotipo HLA-DRB1 (*501, *301,
fismos de la apolipoproteína; receptores de interleucinas (IL7Ra, *302, 602* y 603*) está más frecuentemente representado que
IL2RAa; cinesinas-KIF1B; complejo mayor de histocompatibili- en la población general y su presencia se asocia con mayor
dad [CMH] clase II). Las moléculas del CMH clase II presentan riesgo y enfermedad más grave. El HLA-C*05 puede conferir
antígenos a los linfocitos T CD4+, que forman parte con las cé- protección2. Metaanálisis recientes sugieren que la apolipopro-
lulas Th1 del sistema inmunitario que mantiene la autotoleran- teína-e puede ser también un factor de susceptibilidad y grave-
cia y la respuesta adaptativa a la invasión de patógenos (véase dad en la EM.
“Fisiopatología”). La región del gen de los CMH clase II (cromo-
soma 6p21) muestra un intenso desequilibrio de ligamiento, que
hace difícil identificar factores de susceptibilidad específica. Los Fisiopatología
patrones identificados son heterogéneos, con variaciones étnico-
geográficas, y se relacionan mejor con haplotipos que con alelos Los mecanismos que causan las manifestaciones clínicas son la
simples. El valor predictivo de los patrones de haplotipos CMH inflamación, desmielinización, degeneración axonal y apoptosis
clase II como indicadores individuales de protección, riesgo o de oligodendrocitos. El proceso comienza por un trastorno in-
intensidad de la enfermedad es modesto; pero ilustran sobre flamatorio autoinmunitario mediado por linfocitos autorreacti-
mecanismos patogénicos, fundamentan pruebas diagnósticas y vos, al que sigue una activación de la microglía y degeneración
estimulan estrategias terapéuticas. crónica. En la iniciación tienen un papel principal los linfoci-
tos autorreactivos CD4+ específicos de antígenos de mielina,
que son activados en el compartimento inmunitario periféri-
co por estímulos desconocidos. Los linfocitos activados, con
el concurso de moléculas específicas de adhesión (ICAM 1),
Figura 1. Fisiopatología de la esclerosis múltiple
atraviesan la barrera hematoencefálica, liberando sustancia
y lugar de acción de los tratamientos.
químicas nocivas, que junto con autoanticuerpos dirigidos a
epitopos de la mielina y/o oligodendrocitos causan las lesiones
típicas de la enfermedad (fig. 1). En la activación y regulación
de estas células ejercen un papel regulador los linfocitos Th17
Terapia ¿Estimulación antigénica? (respuesta biológica frente a patógenos extracelulares y la au-
inmunomoduladora
toinmunidad especifica de órgano), que regulan la respuesta
IFN-b inflamatoria en el sistema nerviosos central [SNC] inducida por
CD28 B7 los linfocitos Th1 (defensa frente a patógenos intracelulares
Alentuzimab
Linfocito T Célula y autotolerancia-autoinmunidad). La susceptibilidad genéti-
presentadora
Glatiramer de antígenos
ca se podría ejercer por una mayor vulnerabilidad a factores
RcT HLA-II exógenos, generación de oligodendrocitos deficientes o reduc-
VLA-4 Péptido ción de la capacidad autorreparativa, dando lugar a distintos
Lnf B
perfiles anatomoclínicos3. La modificación de estas respuestas,
Natalizumab mediante inmunomoduladores, es el fundamento de algunos
ICAM-1 Adhesión tratamientos actuales para procesos inflamatorios (EM, enfer-
Barrera HE medades reumáticas) y tumorales (linfomas).
Migración

Alteraciones anatomopatológicas
Inflamación Lnf B
Cubierta El examen histológico revela múltiples lesiones, con conside-
Neurona de mielina
rables variaciones. Comúnmente, presentan infiltración peri-
Autoanticuerpos
Lesión venular del parénquima cerebroespinal de linfocitos T (prefe-
rentemente CD4), macrófagos, microglía, linfocitos B y células
plasmáticas. En asociación con la inflamación se aprecian par-
Oligodendrocito ches de desmielinización con tendencia a confluir. En algunas
lesiones, incluso en fases precoces, se observa apoptosis de
ologodendrocitos y rotura de axones.
Las células T reactivas son activadas por células presentadoras El orden y la secuencia de acontecimientos en la génesis de
de antígenos (macrófagos, linfocitos B) y expresan moléculas de una placa prototipo serían los siguientes:
adhesión para atravesar la barrera hematoencefálica (BHE). Los
receptores de las células T reconocen antígenos en el contexto
del sistema de presentación de moléculas antigénicas de los − Están centradas alrededor de una vena.
leucocitos humanos HLA-II, y para su activación necesitan − Edema y destrucción limitada de la mielina.
una señal adicional mediada por el B7-CD28. En los espacios − Infiltración por microglía y clones linfocitarios.
perivasculares del SNC segregan citocinas proinflamatorias
(interferón-b, factor de necrosis tumoral-a), que activan la − Liberación de sustancias químicas (citocinas, complemen-
microglía liberando radicales libres, óxido nítrico y proteasas to) y anticuerpos.
que contribuyen a las lesiones. Los linfocitos B producen − Signos de remielinización, gliosis y pérdida axonal secun-
anticuerpos contra la mielina, tanto en el espacio periférico
como intratecal.
daria.
En el margen izquierdo de la figura se señalan los lugares de − En el 30% la destrucción de oligodendrocitos es anterior a la
acción de los distintos tratamientos inmunomoduladores. infiltración por linfocitos y macrófagos.

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En una lesión reciente la inflamación es transitoria (días o se- brales o espinales en la RM basal y/o síntesis intratecal de IgG
manas); el resto de los componentes pueden persistir meses o o bandas oligoclonales (BOC) en el LCR duplica el riesgo de
años. Aunque comienza como un proceso local, posteriormen- conversión a EM-definida. Su ausencia lo reduce.
te puede producir desmielinización cortical difusa y lesiones
axonales lentamente progresivas en el seno de una sustancia Formas multifocales
blanca en apariencia normal4. La EM definida puede adoptar distintos perfiles evolutivos:
El sustrato patológico no es común a todos los subtipos clí-
nicos y existen diferencias entre las formas recidivantes y las Recidivante remitente: brotes bien definidos con recupe-
progresivas: ración completa o algún defecto residual, sin progresión entre
brotes. Representa aproximadamente el 66-85%.
−L
 as lesiones focales desmielinizantes inflamatorias perivas- Progresiva primaria: progresión desde el comienzo, con
culares de la sustancia blanca son típicas de formas agudas ocasionales períodos de estabilidad o leve mejoría (10-15%,
recidivantes. típicamente > 40 años). Se asocia con mayor tasa de acumula-
−L
 a inflamación global del cerebro y las meninges es más ción de incapacidad.
frecuente en las formas progresivas primarias o secunda- Progresiva secundaria: curso inicial recidivante remitente,
rias. seguido por progresión con o sin brotes, remisiones menores y
−L
 a desmielinización subpial extensa, que afecta a las ca- mesetas (el 40-50% de los casos con formas recidivantes remi-
pas más externas de la corteza cerebral, es posiblemente tentes a los 9 años de evolución).
patognomónica de la EM y característica de las formas pro- Progresiva recidivante: progresiva desde el comienzo y
gresivas. brotes sobre impuestos con remisiones completas o parciales,
−L
 a RM cerebral es muy sensible para la detección de las y progresión continua entre recaídas (10-15%).
lesiones inflamatorias de la sustancia blanca, pero las lesio-
nes corticales pasan inadvertidas. Signos y síntomas

Alteraciones sensitivas
Sintomatología Son la primera manifestación en el 30-40% de los pacientes.
Afectan a las extremidades y/o la cara en cualquier combina-
La EM es una enfermedad dinámica, con generación y reso- ción. Pueden incluir disminución de sensibilidad (hipoestesia),
lución de manifestaciones clínicas en ritmo variable. Muchos hormigueos (parestesias), quemazón o pinchazos (diseste-
signos y síntomas son característicos, algunos casi patogno- sias). Las placas de la médula espinal pueden manifestarse con
mónicos y otros tan atípicos que inicialmente pueden sugerir un nivel sensorial, un patrón en “U” (pie, ascenso homolateral y
otro diagnóstico. Con frecuencia adopta un patrón episódico posterior extensión contralateral), signo de Lhermitte (descar-
con ataques agudos o subagudos que se desarrollan en el curso ga eléctica al flexionar el cuello) o síndrome de Brown-Séquard
de horas o días y ceden en días o semanas, con remisión com- (hemiparesia con alteración de sensibilidad posicional y vibra-
pleta o parcial. En el transcurso del tiempo las exacerbaciones toria del lado de la lesión e hipoestesia para dolor y temperatu-
se mitigan transformándose en formas crónicas con acumula- ra contralateral). Las lesiones espinales pueden asociarse con
ción progresiva de secuelas. Típicamente, las manifestaciones alteraciones de equilibrio (cordón posterior), defectos motores
pueden incluir alteraciones sensitivas, motoras, cerebelosas, (vía piramidal) o alteración de esfínteres. Las lesiones de las
genitourinarias y afectación de pares craneales, aisladas o en vías lemniscales en el tronco cerebral o región cervical, pueden
combinaciones variables. Cualquier región del SNC puede estar afectar a las funciones discriminatorias y propioceptivas de una
afectada. La oportunidad de lesión es proporcional a la exten- o ambas manos, dificultando el manejo de los objetos y la escri-
sión de cada estructura en el SNC y de la longitud de cada vía. tura, en ausencia de otros signos.
Los síntomas pueden acentuarse por procesos intercurrentes En fases más avanzadas pueden experimentarse sensaciones
(fiebre, infecciones respiratorias o urinarias). Los traumatis- inconcretas de presión o inquietud en extremidades inferiores
mos y el estrés emocional tienen un impacto mínimo. con defectos leves pero persistentes de la sensibilidad vibrato-
ria y posicional.
Fenotipos clínicos
Agudeza visual
Atendiendo al número de signos y síntomas y al perfil evolutivo, Una de las afectaciones más comunes es la pérdida de visión
se diferencias varios subtipos con utilidad para el pronóstico y aguda o subaguda unilateral, en grado variable. La afectación
la estrategia terapéutica. bilateral es rara excepto en niños y asiáticos con neuromieli-
tis óptica. Afecta preferentemente a la visión central (conos),
Formas monosintomáticas estando preservada la periférica (bastones). A veces, la reduc-
Se refieren a pacientes que presentan un su primer episodio ción de la agudeza es parcheada por escotomas cecocentrales.
síndromes neurológicos restringidos a una sola región del SNC, Suele precederse de dolor local, que se acentúa con los movi-
nervio óptico, médula espinal o tronco cerebral (síndrome neu- mientos oculares. Es frecuente que el tono de los colores se
rológico aislado) con buena resolución, sin que pueda catalo- perciba menos saturado (p. ej., el rojo como naranja o gris). El
garse aún de EM. Una neuritis óptica aislada, por ejemplo, pue- diámetro pupilar puede ser asimétrico por hiporrespuesta a los
de permanecer sin recurrencias o transformarse con el tiempo reflejos pupilares aferentes. Si la lesión inflamatoria del nervio
en una EM-definida. La tasa de conversión es proporcional al óptico es inmediata al bulbo ocular, en el fondo de ojo puede
tiempo de seguimiento (10 años, 39%; 20 años, 49%; 30 años, verse edema de papila (neuritis óptica), si es más posterior la
54%). La presencia simultánea de lesiones asintomáticas cere- papila es normal (neuritis retrobulbar). La recuperación de la

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agudeza visual en el curso de días o semanas es la norma. La detrusor y el esfínter. En los casos de disminución de la sen-
administración precoz de corticoides acorta el tiempo de recu- sación vesical, se producen dilataciones con atonía vesical por
peración. adelgazamiento y disrupción del detrusor, y el paciente orina
por rebosamiento o precisa sondajes por retención. Las vías
Diplopía de control de los esfínteres se extienden desde la cara medial
Cualquier desalineación aguda o subaguda de los ejes oculares de los hemisferios cerebrales al cono medular, por lo que hay
genera visión doble. En la EM la causa más común es la of- una elevada probabilidad de lesión, aunque con más frecuencia
talmoplejía internuclear secundaria a lesiones en las vías que ocurren en el trayecto espinal.
integran los movimientos oculares en el tronco cerebral (cinti-
lla longitudinal posterior). Se produce visión doble en el plano Estreñimiento
horizontal en la mirada lateral. En el examen de detecta una El estreñimiento es un problema común (39-53%). La inconti-
incapacidad para la adducción del ojo afectado (no traspasa nencia fecal es rara, pero socialmente desbastadora. A menudo
la línea media en dirección nasal) y nistagmo en el ojo con- se asocia con hipoestesia perineal (síndrome del cono medular).
tralateral por exceso de aducción. La convergencia suele estar
conservada. La diplopía causada por lesiones en los núcleos de Disfunción sexual
los nervios oculomotores en el tronco cerebral o en su trayecto Dos tercios de los pacientes aquejan disminución de la libido,
intraaxial es rara en la EM. un tercio de los varones problemas de erección y un número
indeterminado de mujeres anorgasmia. Las causas son multi-
Síntomas motores factoriales.
Las lesiones que afectan a la vía piramidal, especialmente en
su trayecto espinal, son causa de debilidad. Pueden ocurrir Trastornos afectivos
de forma aguda en el 30% o progresiva, y llega a alcanzar una Los trastornos afectivos son más frecuentes que en la pobla-
prevalencia del 60% tras larga evolución. La debilidad sue- ción general y en otros procesos crónicos (enfermedad reumá-
le ser más acusada en las extremidades inferiores que en las tica). Incluyen ansiedad y depresión (75%). Esta elevada tasa
superiores. Inicialmente es asimétrica, pero por acumulación de depresión se asocia con un mayor índice de suicidios y es
de lesiones con el curso del tiempo tienden a la simetría. La independiente del grado de incapacidad, deterioro cognitivo o
exaltación de los reflejos miotáticos, espasticidad (resistencia acumulación de lesiones en la resonancia magnética (RM). En
a los movimientos pasivos), pérdida de destreza y respuesta etapas tardías se han descrito síndromes bipolares.
plantar extensora (signo de Babinski) suelen ser la norma. Las
lesiones en el asta anterior de la médula pueden causar síndro- Alteraciones cognitivas
mes seudorradiculares con atrofia y debilidad de distribución Pueden estar presentes en el 40-70% de los pacientes en fun-
segmentaria. La parálisis facial es rara. Las alteraciones para ción del grado y metodología de evaluación. En la mayoría son
la deglución (líquidos > sólidos) pueden ser una manifestación sutiles y no se detectan con las pruebas sistemáticas de valo-
tardía por afectación piramidal bilateral, asociadas a crisis in- ración del estado mental. Signos de afectación cortical como
motivadas de risa o llanto por defecto en el control de la expre- afasia, apraxia y agnosia son excepcionales y otros como afasia
sión emocional (parálisis seudobulbar). de conducción, sordera pura para las palabras o alexia sin agra-
fia no se han descrito en EM. Su presencia obliga a considerar
Vértigo diagnósticos alternativos.
Se describe en el 20-50% de los pacientes. Su duración es más La edad, los años de evolución, la incapacidad o el número de
persistente de lo esperado para un vértigo periférico. Tras su lesiones en RM medidas en T2 no se correlacionan con el grado
recuperación puede persistir sensación de inestabilidad con de afectación cognitiva. Se ha encontrado mayor correlación
los movimientos de la cabeza. Se asocia comúnmente con otros con la tasa de atrofia cerebral.
signos de disfunción del tronco cerebral, como diplopía, disme-
tría o disestesias faciales. Síntomas paroxísticos
Se refiere a manifestaciones de aparición súbita, corta dura-
Alteraciones del equilibrio y de coordinación ción (s < 2 m) y recurrentes. Pueden ser sensitivos (descargas
En ausencia de debilidad y de signos vestibulares, la falta de eléctricas, pinchazos, quemazón o neuralgias del nervio trigé-
equilibrio con balanceo durante la bipedestación y/o deambu- mino) o sensoriales (reducción transitoria de agudeza visual).
lación y la dificultad para ejecutar tareas finas con las manos Los episodios de debilidad paroxística son excepcionales. Otras
suelen consecuencia de defectos de coordinación por disfun- manifestaciones motoras incluyen trismus, hemiespasmo facial,
ción cerebelosa o afectación de cordones posteriores. En este mioclonos y distonía. Generalmente afectan a zonas previamen-
último caso pueden detectarse alteraciones de sensibilidad vi- te lesionadas en que los axones desnudos son más vulnerables
bratoria y posicional, y empeoramiento del equilibrio estático a cambios del microambiente y se facilita la dispersión lateral
del enfermo al cerrar los ojos (prueba de Romberg). de la despolarización.
Las crisis epilépticas tiene una prevalencia en la EM del 2,3%
Trastornos genitourinarios (3-6 veces más que la población adulta general). Las crisis más
Los trastornos de esfínteres son raros y transitorios en los bro- comunes son las parciales motoras secundariamente generali-
tes iniciales y comunes y persistentes en los pacientes de larga zadas, por lesiones corticales o yuxtacorticales.
evolución (prevalencia acumulada del 70%). Se manifiestan
como polaquiuria sin disuria y urgencias urinarias que poste- Cansancio
riormente evolucionan hacia urgencias incontinentes. Son de- Los enfermos con EM experimentan grados variables de fatiga
bidas a hiperreflexia del detrusor o disinergia entre el músculo no proporcional a la actividad realizada. La expresan en tér-

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minos físicos (flojedad, laxitud, estar exhaustos) o psíquicos Tabla I. Diagnóstico clínico de la esclerosis múltiple:
(agotamiento, pereza, falta de energía, ralentización mental). síntomas de comienzo
Debe diferenciarse de la depresión y de los esfuerzos físicos
que puedan derivarse de una incapacidad. Síntoma típicos Síntomas atípicos no indicativos
de esclerosis múltiple

Comienzo a los 15-45 años Inicio < 10 > 50


Diagnóstico Curso recidivante remitente Curso progresivo
Cualquiera de los siguientes Cualquiera de los siguientes
No hay un marcador específico. El diagnóstico descansa sobre la síntomas o signos aislados síntomas o signos aislados
demostración clínica y paraclínica (pruebas de neuroimagen, neu- o combinados: o combinados:
Neuritis óptica Demencia al comienzo
rofisiología y laboratorio), de diseminación de lesiones en el espa-
Signo de Lhermitte Afasia
cio y el tiempo y la exclusión de otros trastornos neurológicos. Mielitis transversa parcial Apraxia
Clínicamente no hay síntomas o signos patognomónicos de Oftalmoparesia internuclear Agnosia
EM, pero el patrón de los mismos es muy característico, pacien- Alteraciones sensitivas Polineuropatía periférica

te adulto joven, con dos o más episodios agudos o subagudos de Síntomas paroxísticos Hemianopsia homónima o bitemporal

disfunción neurológica, con resolución espontánea (tabla I). Cansancio diurno Polineuropatía periférica
Empeoramiento de síntomas Uveítis
preexistentes por el calor, ejercicio
Pruebas de neuroimagen (RM) o alcohol
Retención urinaria aguda en Encefalopatía
Las lesiones pueden localizarse en cualquier área del SNC. mujeres jóvenes
Las hemisféricas aparecen como parches ovalados de tamaño
variable, de pocos milímetros a algún centímetro y raramente
mayores (forma seudotumoral). Se sitúan preferentemente en
regiones periventriculares y en el cuerpo calloso, con su eje
mayor orientado perpendicular a la superficie de los ventrícu- Pruebas de laboratorio
los. A nivel infratentorial las placas se ven a menudo en la pro-
tuberancia, pedúnculos cerebelosos y región adyacente al IV Estarán dirigidas a descartar otros procesos (tabla III).
ventrículo. En la médula espinal, los cordones posterolaterales
y el segmento cervical suelen ser los más afectados. Típicamen- Líquido cefalorraquídeo (LCR)
te, las lesiones en RM aparecen hiperintensas en T2 (fig. 2). Las
lesiones hipointensas en T1, que captan contraste (gadolinio), Su examen es de utilidad para excluir diagnósticos alterna-
indican inflamación aguda o subaguda (días o pocas semanas), tivos. La presencia de determinados patrones en la composi-
con rotura de la barrera hematoencefálica y edema. Las lesio-
nes crónicas hipointensas en T1 (agujeros negros) reflejan di-
latación del espacio perivascular, pérdida axonal o gliosis. En la Figura 2. Resonancia magnética cerebroespinal.
EM es común la combinación de lesiones agudas y crónicas (di-
seminación en el tiempo). Cuando todas las lesiones aparecen
en la misma etapa evolutiva deben considerarse otros procesos
A B
distintos de la EM. La incorporación de nuevas técnicas como
FLAIR incrementa la sensibilidad para la detección de placas,
MTR (magnetization transfer ratio) precede a la T2 en la de-
tección de lesiones y la STIR (magnetization transfer ratio)
detecta mejor las lesiones medulares. Finalmente, la RM espec-
tral permite deducir pérdida neuronal o disfunción axonal, in-
cluso cuando todavía la sustancia blanca aparece normal en la
RM convencional. La atrofia cortical asociada a la EM es difícil
de estimar. Se ha intentado cuantificar mediante morfometría
optimizada basada en vóxel, y se ha observado que en formas
C D
recidivantes remitentes, la pérdida es asimétrica (izquierda >
derecha) y localizada, y afecta preferentemente a la corteza
frontotemporal y a los ganglios basales. Las atrofias cerebral y
espinal son comunes en EM de larga evolución, pero pueden
aparecer en fases tempranas, con cierta correlación con el gra-
do de incapacidad. Por el momento, los datos aportados por
los estudios de neuroimagen carecen de valor pronóstico y no
permiten anticipar el curso clínico de la enfermedad.
Con fines prácticos, en relación con la RM, se ha elaborado
una serie de guías orientadas hacia tres objetivos: criterios de
anormalidad cerebroespinal, criterios de diseminación tempo- Fila superior: Corte axial RM ponderada. A. Lesión hipointensa
en T1 (agujero negro). B. Dos lesiones en centro semioval
roespacial para el diagnóstico de EM definitiva (McDonald,. derecho en T2. Fila inferior: corte sagital RM columna cervical.
2001, revisados en. 2005 y. 2007) y “alertas” para excluir otros C. Leve engrosamiento medular isointenso en T1. D. El área de
procesos5-10 (tabla II). desmielinización se destaca en T2.

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Tabla II. Resonancia magnética cerebroespinal Tabla III. Pruebas de laboratorio para diagnósticos
en el diagnóstico de la esclerosis múltiple alternativos en esclerosis múltiple

Criterios de anormalidad cerebroespinal en la RM Sospecha Prueba


Una lesión que capte gadolinio o nueve lesiones hiperintensas en T2
Al menos una lesión infratentorial Vasculitis, procesos ANA, ENA, complemento, Ro-SSA,
Al menos una lesión yuxtacortical autoinmunitarios La-SSB
Al menos tres lesiones periventriculares Tendencias trombóticas Hemostasia, anticoagulante naturales
Criterios de diseminación temporoespaciala Deficiencia de vitamina B12 Niveles de B12, ácido metilmalónico,
hemocisteína
Diseminación en el espacio Diseminación en el tiempo
Deficiencia adquirida de cobre Cupremia, ceruloplasmina, sideremia
y ferritina
Una más lesiones en 2 o más Detección de una nueva lesión
localizaciones características: en T2, respecto a la RM basal, Encefalitis de Hashimoto Anticuerpos antimicrosomales,
Periventricular en RM sucesivas, con tiroglobulina
Yuxtacortical independencia del tiempo Infecciones Serología Lyme, lúes, Mycoplasma,
Fosa posterior transcurrido VIH, HTLV-I
Médula espinal Encefalitis límbica, encefalomielitis Anticuerpos onconeuronales
Todas las lesiones en regiones Neuromielitis óptica Anticuerpos antiaquoporina
sintomáticas excepto en síndromes Enfermedad por gluten (esprúe) Anticuerpos antigliadina
del tronco cerebral y médula espinal
Citopatía mitocondrial, Leigh Lactato, piruvato, creatincinasa
Diagnósticos alternativos a esclerosis múltiple en RMb
Sarcoidosis, Whiple Enzima conversora de angiotensina
Trastornos inflamatorios desmielinizantes
Variantes de esclerosis múltiple Leucodistrofias del adulto Aryl sulfatasa A, ácidos grasos de
Neuromielitis óptica cadena larga
Aguda tipo Marburg
Esclerosis concéntrica de Balo ANA: anticuerpos antinucleares; ENA: anticuerpos nucleares extraíbles;
Enfermedad de Schilder VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; HTLV-I: virus linfotrófico de células T
Encefalomielitis aguda diseminada humanas tipo I.
Mielitis transversa aguda
Vasculopatías y vasculitis
CASASIL
Hiperhomocistinemia
Inmunología
Trastornos mitocondriales
Síndrome de Susac Las bandas oligoclonales (BOC) están presentes en el 85% de
Angeítis del SNC los pacientes con EM definida. Reflejan una elevación de IgG
Lupus eritematoso diseminado, enfermedad de Behçet, producida por clones selectivos de células plasmáticas. No son
síndrome de Sjögren patognomónicas de la enfermedad, sólo indicadoras inespecí-
Procesos infecciosos ficas de inflamación, y pueden detectarse en procesos infec-
Meningitis con afectación parenquimatosa: Lyme, lúes,
ciosos, vasculares, metabólicos o degenerativos. Su especifici-
tuberculosis, criptococo
Encefalitis: herpes simple y tipo 6, VIH, panencefalitis esclerosante
dad aumenta en la medida que estas condiciones puedan ser
subaguda descartadas. La tasa de IgG, expresada en proporción de las
Leucoencefalopatía multifocal progresiva proteínas totales o de la albúmina, suele estar elevada (> 4,7
Abscesos mg/dl). El índice de IgG está usualmente elevado (< 1,7). Este
Otros índice se deriva de la fórmula: Index IgG = [IgGCSF/albuminCSF]/
Sarcoidosis [IgGserum/albuminserum], e indica una producción intratecal. En
Leucoencefalopatías del adulto: adrenoleucodistrofia, leucodistrofia
metacromática, enfermedad de Krabbe
pacientes monosintomáticos su presencia y el de BOC es un
indicador predictivo de conversión a EM definitiva11.
CASASIL: Cerebral autosomal dominant arteriopathy with subcontrol reports and
leukoencephalopathy; RM: resonancia magnética; SNC: sistema nervioso central; Potenciales evocados
VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
a
Adaptado de Lancet Neurol. 2007;6:677-86.
b
Adaptado de Lancet Neurol. 2006; 5:841-52. Se utilizan para verificar la integridad de distintas vías en el
SNC. Los más habituales son los visuales, auditivos y somato-
sensoriales. Permiten detectar lesiones clínicas silentes y do-
cumentar base orgánica en situaciones dudosas. Con este fin,
ción proteica del LCR, aunque no es específica, puede con- los más sensibles son los visuales (58-60%), seguidos por los
tribuir a establecer el diagnóstico de EM en casos atípicos somatosensoriales (50-70%).
y proporcionar orientación respecto al riesgo de conversión
de síndromes clínicamente aislados en EM definida. En un
significativo número de pacientes la sintomatología y la RM Diagnóstico en formas
prueban suficientemente el diagnóstico y la punción lumbar clínicamente monosintomáticas
no es necesaria, lo que evita molestias y potenciales compli-
caciones10. Actualmente, se tiende a tratar precozmente la EM, con in-
munomoduladores, en un intento de retrasar lo más posible el
Bioquímica paso a la fase degenerativa de la enfermedad. Los pacientes
La glucosa y las proteínas totales suelen ser normales y el re- que en el primer brote presentan síndromes aislados del tronco
cuento de células < 5, predominantemente mononuclear. cerebral, médula espinal o nervio óptico, constituyen un reto

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diagnóstico, ya que aún no cumplen los criterios para EM. La − En los pacientes con curso progresivo desde el inicio (for-
detección de lesiones asintomáticas en la RM cerebroespinal ma progresiva primaria), el intervalo medio hacia la inca-
y/o la presencia de síntesis intratecal de IgG y BOC en el LCR pacidad irreversible es más corto.
tienen algún valor predictivo de conversión a EM definida, pero − Una vez que los pacientes alcanzan el umbral de incapaci-
no anticipan el curso evolutivo hacia la fase de acumulación dad irreversible, entran en una vía final común de declive
progresiva de invalidez. neuronal cuya progresión es independiente de cualquier
factor (edad, sexo, forma de inicio, etc.).
− Estudios retrospectivos ponen de manifiesto que no hay
Pronóstico una relación lineal directa entre número de brotes y/o de
lesiones en RM y la tasa de acumulación de incapacidad.
La EM es una enfermedad neurológica crónica con riesgo de − En un síndrome clínico aislado (p. ej., neuritis óptica), el
causar incapacidad en adultos jóvenes, de curso impredecible. riesgo de desarrollar una EM definida está en función del
Disponer de marcadores fiables que anticipen el curso de la período de seguimiento (10 años, 39%; 20 años, 49%; 30
enfermedad y el tiempo en alcanzar el umbral de la incapacidad años, 54%)12-16.
irreversible permitiría seleccionar a los pacientes con riesgo de
evolución más grave y anticiparse con estrategias terapéuticas
personalizadas. No obstante, los elementos disponibles en este Tratamiento
sentido son sólo aproximativos. Los datos de la historia natural
son decisivos para valorar e interpretar correctamente el im- No se dispone de prevención, cura ni medios para detener
pacto de los tratamientos destinados a modificar el curso de la el proceso o reparar las secuelas. Los tratamientos actua-
enfermedad. les están dirigidos a tres metas más modestas: tratamien-
to de la exacerbaciones agudas acortando su tiempo de
Forma benigna recuperación, modificar el curso natural de la enfermedad
intentando retrasar el umbral de la fase crónica degene-
Algún brote aislado con recuperación completa, sin acumula- rativa y proporcionar alivio sintomático estimulando las
ción de incapacidad. En la RM cerebral no muestran atrofia ce- habilidades motoras y previniendo o tratando las compli-
rebral significativa tras 2 años de evolución. El paciente perma- caciones.
nece completamente funcional 15 años después del comienzo
clínico de la enfermedad (15-25%). Brote agudo

Forma maligna Incluye recaídas con síntomas objetivos de incapacidad funcio-


nal (pérdida de visión, afectación medular, signos cerebelosos
Curso rápidamente progresivo, dando lugar a incapacidad o motores). Las alteraciones de sensibilidad menores no son
significativa en múltiples sistemas del SNC o muerte en un una indicación. Se usan dosis altas de corticoides destinadas a
período relativamente corto después del comienzo de la en- reducir el componente inflamatorio de las lesiones recientes,
fermedad. por lo que debe administrarse dentro de los 8 primeros días
desde el inicio del brote.
Curso evolutivo y tasa de incapacidad Un tercio de los pacientes no obtienen respuesta adecuada
con los corticoides. En estos casos, la plasmáferesis proporcio-
−E
 l 70-85 % forma recidivante-remitente inicial. En 20 años, na mejoría al 42% de los pacientes.
el 80% evoluciona a forma progresiva con algún grado de
incapacidad irreversible (30% incapacidad grave). Tratamiento crónico
−E
 l tiempo medio desde el inicio de la enfermedad hasta
precisar bastón u otra ayuda para caminar con seguridad Al no disponer de terapias causales, los tratamientos actuales
es de 27,9 años. van dirigidos a modificar la fisiopatología autoinmunitaria de
−L
 os síntomas de inicio (sensitivos, motores, neuritis óptica, la enfermedad mediante agentes inmunomoduladores. Estos
ataxia) no predicen la progresión de la enfermedad. Algu- sólo son operativos en la fase inflamatoria inicial (formas re-
nos estudios señalan la presencia inicial de alteración de cidivantes remitentes) y resultan ineficaces cuando los enfer-
esfínteres, como signo de mal pronóstico. mos alcanzan la fase degenerativa (forma progresiva primaria
−E
 l período de tiempo entre el primero y segundo ataque no o secundaria), por lo que se ha generado una corriente de
tiene valor predictivo. opinión destinada a iniciar el tratamiento precozmente. Este
−P
 ara los pacientes con formas recidivantes remitentes las planteamiento incluye también las formas monosintomáticas
dos variables que pueden anticipar una rápida progresión (síndromes neurológicos aislados) con riesgo de evolucionar
hacia la incapacidad son la edad de comienzo y la recupe- hacia una EM definida (lesiones asintomáticas en la RM y/o
ración incompleta después del primer brote. producción intratecal de IgG o BOC en el líquido cefalorra-
−S
 e consideran indicadores orientativos de evolución más quídeo [LCR]).
benigna (intervalo más prolongado desde el inicio de la El interferón b, acetato de glatiramer y mitoxantrona son los
enfermedad hasta el comienzo de la fase de incapacidad tratamientos actualmente más reconocidos, pero nuevas estra-
irreversible), sexo femenino, adultos jóvenes, formas re- tegias con excelentes perspectivas, como los anticuerpos mo-
cidivantes remitentes, recuperación completa del primer noclonales (natalizumab, alemtuzumab) y los fármacos orales
episodio, número bajo de recaídas el primer año y períodos están entrando en el campo de la EM, pero aún falta experien-
muy prolongados entre brotes. cia para generalizar su uso.

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una reducción en la acumulación de incapacidad sostenida del


Tabla IV. Reservas respecto al tratamiento de la
71% y una reducción de las tasas de recaídas del 74%. Compa-
esclerosis múltiple recidivante remitente con
riesgo de mala evolución rativamente con los pacientes tratados con interferón b, que si-
guen acumulando incapacidad, los enfermos tratados con este
El 15-20% de los pacientes tienen formas espontáneamente benignas anticuerpo incluso mejoran. Los efectos secundarios más pro-
La administración crónica de estos agentes influye negativamente sobre minentes han sido tiroiditis, trombocitopenia autoinmunitaria y
la calidad de vida de los enfermos (administración invasiva con riesgo de melanoma20.
periodicidad entre diaria y semanal con efectos adversos locales y
sistémicos, controles de laboratorio e incertidumbre ante la respuesta)
No hay una relación directa entre el número de brotes, la carga lesional
en la RM y la tasa final de incapacidad
Recomendaciones prácticas
Estos fármacos sólo ralentizan la evolución, no curan la enfermedad ni
impiden su paso a la etapa degenerativa con acumulación progresiva Las recomendaciones terapéuticas expuestas reflejan las pau-
de incapacidad tas aconsejadas por la guía de la AAN de 2002, la revisión Eu-
Estos tratamientos, en la medida que frenan la respuesta inflamatoria, ropea publicada en 2004 y los desarrollos posteriores. Puede
pueden impedir los mecanismos naturales de reparación desde las obtenerse información actualizada en tiempo real en : www.
células progenitoras subcorticales18
aan.com/go/practice/guidelines.
Un marcador que seleccione a los pacientes potencialmente
respondedores sería de gran utilidad. Hay razonable esperanza en la
determinación de los valores de MxA en monocitos de sangre periférica19 Formas recidivantes remitentes
RM: resonancia magnética.
Debe iniciarse el tratamiento indistintamente con interferón b
o acetato de glatiramer, ya que muestran un perfil de eficacia
semejante. No hay diferencias significativas entre los distintos
Estrategias terapéuticas en las formas interferones comercializados, pero en base a los datos dispo-
recidivantes y monosintomáticas con riesgo nibles el interferón b 1a en inyección intramuscular semanal
de conversión a EM definida sería el agente de elección.
En casos resistentes o de intolerancia a estos inmunomodu-
Interferón b y acetato de glatiramer ladores, puede sugerirse tratamiento con natalizumab.
En el presente son los fármacos de elección. Ambos han pro-
bado eficacia clínica y paraclínica, reduciendo la frecuencia de Formas progresivas secundarias
las exacerbaciones y el número de lesiones en RM, en un tercio
de los pacientes. Proporcionan mayor tasa de respuestas en En las formas progresivas que todavía presentan exacerbacio-
la población con enfermedad poco avanzada, por lo que mu- nes, tanto la Food and Drug Administration (FDA) como la
chos especialistas se decantan por un tratamiento lo más pre- Agencia Europea aprueba el uso de interferones. Su utilidad
coz posible incluyendo las formas monosintomáticas con riesgo en los pacientes que no sufren recaídas sobreimpuestas, es in-
de conversión a EM definida17. Hay unanimidad para el empleo cierta.
de esta terapia en pacientes con EM recidivante remitente con
riesgo de mala evolución, pero hay algunas reservas respecto a Formas malignas
su uso precoz indiscriminado en todos los casos (tabla IV).
Una buena práctica consiste en informar al paciente detalla- En algunos pacientes, la enfermedad sigue un curso muy grave
damente y sin eufemismos; tomar las decisiones basándose en y no responde a los tratamientos propuestos; en estos casos
fuentes de calidad con rigor científico y no sucumbir a la de- las opciones son la inmunosupresión agresiva o el tratamiento
manda social ante un proceso incapacitante de adultos jóvenes, inmunoablativo, cuyo análisis excede el objetivo de esta actua-
el histerismo médico de “algo hay que hacer ante lo inevitable” lización. J
y las estrategias comerciales.

Natalizumab Bibliografía
Es un anticuerpo monoclonal recombinante que actúa contra a4-
integrina expresada en la superficie de linfocitos y monocitos im- 1. Marrie RA. Environmental risk factors in multiple sclerosis aetiolo-
pidiendo su adhesión al endotelio vascular y su migración al SNC. gy. Lancet Neurol. 2004;3:709-18.
Como monoterapia (1 inyección intravenosa [i.v.]/4 semanas) re- 2. Ramagopalan SV, Knight JC and Ebers GC. Multiple sclerosis and
duce la tasa anual de brotes, la acumulación de incapacidad per- the major histocompatibility complex. Current Opinion in Neurol-
ogy. 2009; 22:[En prensa].
sistente y mejora la calidad de vida en cerca del 60%. Al no haber
3. Korn Th. Pathophysiology of multiple sclerosis J Neurol. 2008; 255
ensayos comparativos entre esta sustancia y otros agentes inmu- [Suppl 6]:2-6.
nomoduladores, la guía de la American Academy of Neurology 4. Lassmann H, Lucchinetti CF, Cortical demyelination in CNS inflam-
(AAN) de 2008 concluye que la efectividad del natilizumab com- matory demyelinating diseases. Neurology. 2008;70:332-333.
parado con los tratamientos actuales no puede ser establecida por 5. Charil A, Yousry TA, Rovaris M, Barkhof F, et al. MRI and the di-
ahora con exactitud. Tiene riesgo potencial (0,1%) de desarrollar agnosis of multiple sclerosis: expanding the concept of “no better
una leucoencefalopatía multifocal progresiva. explanation”. Lancet Neurol. 2006;5:841-52.
6. Ali EN, Buckle GJ. Neuroimagin in multiple sclerosis. Neurol Clin.
2008; 27: 203-19.
Alemtuzumab 7. Swanton JK, Rovira A, Tintore M, et al. MRI criteria for multiple
Es un anticuerpo monoclonal muy ablativo utilizado en el trata- sclerosis in patients presenting with clinically isolated syndromes: a
miento de los linfomas. En la EM, una dosis al año proporciona multicentre retrospective study. Lancet Neurol. 2007;6:677-86.

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Esclerosis múltiple
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8. Brex PA, Ciccarelli O, O’Riordan JI, Sailer M, Thompson AJ, Miller Bibliografía recomendada
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9. Polman CH, Reingold SC, Edan G, et al.Diagnostic criteria for mul- sions of multiple sclerosis. Brain. 2008;131:2366-75.
tiple sclerosis:. 2005 revisions tothe “McDonald Criteria”. Ann Neu-
Estos investigadores han observado que las neuronas subcor-
rol. 2005;58:840-6.
ticales en pacientes con EM se pueden regenerar desde cé-
10. H intzen RQ, Giovannoni G. CSF analysis in suspected MS. Do bands
lulas progenitoras en asociación con células de microglía que
aid? Neurology. 2008;70:1059-60.
originan señales químicas necesarias para la estimulación de
11. T intoré M, Rovira A, Río J, et al. Do oligoclonal bands add infor-
las neuronas. Los tratamientos usados en EM actúan inhiben
mation to MRI in first attacks of multiple sclerosis? Neurology.
los mecanismos causantes de enfermedad, pero frenan la res-
2008;70:1079-83.
puesta inflamatoria reparadora natural. Esto podría explicar que
12. C onfavreux C, Vukusic S, Moreau T, Adeleine P. Relapses and
con los tratamientos crónicos actuales, la progresión de la inca-
progression of disability in multiple sclerosis. New Engl J Med.
pacidad continúe.
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14. F ilippini G, Munari L, Incorvaia B, et al. Interferons in relaps-
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ing remitting multiple sclerosis: a systematic review. Lancet.
defensa frente a las infecciones virales. La respuesta a Myxo-
2003;361:545-52.
virus resistente-protein-A (MxA) es regulada por interferón y
15. D ebouverie M, Pittion-Vouyovitch S, Louis S, Guillemin F for the
no se produce en su ausencia. Los autores cuantificaron los
LORSEP Group. Natural history of multiple sclerosis in a popula-
niveles de ARNm de MxA en células mononucleares de sangre
tion-based cohort. Eur J Neurol. 2008;15:916-21.
periférica, 12 h después de la inyección de interferón. En todos
16. W einshenker BG, Bass B, Rice GP, et al.The natural history of mul-
los pacientes respondedores se incrementaron, y no variaron
tiple sclerosis: a geographically based study. 2. Predictive value of
en los no tratados o no respondedores. Al año sólo el 82,5%
the early clinical course. Brain. 1989;112:1419-28.
tenían respuesta farmacológica, relacionándose con el desa-
17. B ernd C. Kieseier BC, Wiendl H, Leussink VI, Stüve O. Immuno-
rrollo de anticuerpos neutralizantes. Este marcador permitiría
modulatory treatment strategies in multiple sclerosis. J Neurol.
seleccionar los pacientes y suspender el tratamiento en aque-
2008;255 [Suppl 6]:15-21.
llos que se hacen resistentes. Reduciría costes, evitaría riesgos
18. C hang A, Smith MC, Yin X, et al. Neurogenesis in the chronic lesions
y pérdida de calidad de vida y permitiría programar estrategias
of múltiple sclerosis. Brain. 2008;131:2366-75.
alternativas.
19. M alucchi S, Caldano M, et al. Predictive markers for response to
interferon therapy in patients with multiple sclerosis. Neurology.
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