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Reseñas

Ética, ¿un discurso o una práctica social?


Natalio Kisnerman (comp.)
Buenos Aires: Paidós, 2001, 164 pp.

En Ética, ¿un discurso o una práctica social? se reflexio- Para Balestena, las posturas que validan el sa-
na, a través de cinco ensayos de autores españoles y ber que prescinde de medios y fines éticos remiten
argentinos, sobre la naturaleza de la ética, sus carac- a la relatividad ética asumida por aparatos de poder
terísticas, discursos, relaciones, propósitos y eficacia —estatales, ideológicos e institucionales—, ya que
en las profesiones sociales y de ayuda. estos se sostienen en la imposición, la intransigencia,
El primer ensayo, “La navegación y la fisonomía el control y el cumplimiento de intereses particulares.
del naufragio. El aspecto moral de las profesiones so- La única posibilidad que Balestena considera via-
ciales”, de Joaquín García Roca, es una aguda crítica ble para la recuperación de las instituciones como
a la ingeniería social, producto —según el autor— de espacios éticos es la fragmentación de redes privadas
la articulación entre modernidad, mentalidad ilus- de poder, a través de la mediación de actores externos
trada y profesiones sociales, en la que se identifica al propio Estado en la resolución de conflictos; de
la influencia del mecanicismo y positivismo técnico, este modo —según el autor—, se reconocerían los
que considera innecesaria cualquier referencia a la intereses de todos los sujetos sin importar el lugar de
ética. Supone una minuciosa previsión de resultados poder que ocupen en la sociedad.
y escinde la afectividad del conocimiento intelectual En el tercer ensayo, “La filosofía del diálogo como
como requisito para lograr la objetividad. fundamento ético-ecológico en las profesiones de
En contravía al modelo clínico determinista de la ayuda”, Jesús Hernández Aristu presenta esta corrien-
ingeniería social que denuncia, García propone un te filosófica que reconoce la razón y la intuición como
modelo social ético que articule la sensibilidad y la fuentes de conocimiento y sobre las cuales establece
cognición, los saberes escolares y los saberes cotidia- una relación dialógica.
nos. Esta idea de acción social, como modelo de in- Esta dialogicidad no refiere solo a la tensión entre
tervención social, es explicada metafóricamente con razón e intuición, sino también a la relación que el
el arte de la navegación. El autor sostiene que tanto sujeto establece consigo mismo, con los otros, con
la navegación como la acción social son inductoras de la naturaleza y con el “otro absoluto”, lo que implica
procesos, al exigir un continuo discernimiento frente una consideración del sujeto en los registros relacio-
a la inexistencia de respuestas premeditadas; induc- nal, material y espiritual. Para Hernández, esta idea
toras de oscuridades, al cuestionar esquemas inamo- de sujeto resulta pertinente en las profesiones de ayu-
vibles de comprensión de la realidad; e inductoras de da porque supera la intervención profesional como
perseverancia, por cuanto requieren de paciencia y una relación sujeto-objeto, que dificulta la escucha
resistencia para lograr los objetivos. rigurosa e impide procesos de corresponsabilidad en-
En “Ética del saber y de las instituciones”, ensayo tre el profesional y el sujeto.
de Eduardo Balestena, la reflexión se orienta hacia En el cuarto ensayo, “Ética, ¿para qué?”, Natalio
la finalidad y los medios del saber. El autor consi- Kisnerman se sitúa en el construccionismo y, desde
dera que la ética del saber debe caracterizarse por su allí, explicita su distancia frente a los códigos éticos
independencia por y su propósito social; de ahí que por tres razones: la ineficacia de los fundamentos mo-
rechace el criterio de éxito como motivo exclusivo rales, por cuanto no garantizan acciones esperadas en
para la producción de saber. la sociedad; el rechazo a los valores y a las verdades

272 universidad nacional de colombia, facultad de ciencias humanas, departamento de trabajo social
Reseñas

universales; y el despropósito de abordar la ética aisla- nitarismo. Según el autor, dicha opción filosófica
da de la realidad política, económica, social y cultural. permite un mejor análisis tanto de las particulari-
En lugar de preguntarse por los actos buenos o dades culturales e históricas como de las prácticas
malos, Kisnerman propone una construcción de rela- de las ONG y el voluntariado. Esta sociología de la
ciones interpersonales alejada de discursos absolutis- praxis solidaria sitúa, como objeto de estudio, la
tas que juzgan y estigmatizan. El estigma que deviene complejidad de la realidad cuando son el Estado y el
de la patologización del sujeto debe eliminarse me- mercado —en lugar de la sociedad civil— aquellos
diante un intercambio comunicativo empático que actores que realizan el acto solidario para contrarres-
comprenda y respete las diferencias de las personas. tar la exclusión social que, paradójicamente, estos
Según el autor, la patología no es propia de la persona mismos han generado.
sino de la interacción; por ende, es un deber ético Por último, desde la praxeología se pretende enun-
profesional enfatizar en el reconocimiento de las po- ciar la teoría implícita de la práctica solidaria o vo-
tencialidades del individuo para deconstruir formas luntarista con tres finalidades: educativa, al dar la
hegemónicas de relación intersubjetiva que señalan y palabra a un saber sin poder instituido; política, al
descalifican al otro. proponerse transformar estructuras de dominación
En el último ensayo, “Topología de la solidaridad económica, social y cultural; y dialógica, donde se
y ética internacional: por un diálogo entre la acción establece una “reciprocidad paradójica” entre los di-
voluntaria y la reflexión crítica”, Iñaki Aguirre re- ferentes tipos de solidaridades.
flexiona, desde la ética internacional, la experiencia Para quien se interese en los debates y tensiones
de cooperantes y voluntarios de las ONG. propios de la ética en Trabajo Social, considero que el
Para iniciar, Aguirre diferencia la acción volun- texto resulta enriquecedor, por cuanto expone dife-
taria de la teoría. La primera se caracteriza por su rentes perspectivas de acuerdo al contexto y experien-
emocionalidad, espontaneidad e inmediatez en el cia profesional de cada autor. En esta multiplicidad
acto solidario, que subvierte la lógica de indiferencia de enfoques abordados a través de los ensayos —que
y plantea una interpelación ética; la segunda, carac- por momentos parecieran desarticulados— es posible
terizada por su reflexividad y abstracciones teóricas, proponer un punto de convergencia: la comprensión
se distancia, consecuentemente, de la emotividad, de la ética como un acto de permanente reflexión so-
del voluntarismo y del activismo. bre los principios, métodos y fines de la intervención
Con respecto a la solidaridad, Aguirre plantea en las llamadas profesiones de ayuda, los cuales no
tres aproximaciones teóricas: una teórico-normativa, deben entenderse como verdades inamovibles sino
una sociológica y otra praxeológica. La aproximación como ideas en permanente construcción que orien-
teórico-normativa retoma la interpelación ética que la tan la práctica y la investigación profesional.
praxis del voluntariado dirige a la teoría internacional, Particularmente, con respecto a la postura de Ba-
por cuanto suscita reflexiones sobre temas de la mo- lestena frente a las instituciones como escenarios ale-
ralidad internacional —la intervención humanitaria, jados de principios y prácticas éticas, considero que
los derechos humanos, la justicia distributiva inter- sería importante especificar cuáles son las institucio-
nacional, la defensa del medio ambiente y la tensión nes objeto de su crítica, ya que esta generalización
que surge entre la autonomía del Estado y la del indi- soslaya las particularidades de cada institución, los
viduo—. Aguirre propone el “cosmopolitismo” como contextos específicos en que operan y los sujetos que
orientación del pensamiento normativo internacio- las representan a través del ejercicio de sus funciones.
nal, para el cual los fundamentos de la moralidad
no competen a los Estados sino al individuo racional, JAIRO ANDRÉS ORTEGÓN SUÁREZ
autónomo y poseedor de derechos universales. Estudiante X semestre
En la aproximación sociológica se aborda otra Carrera de Trabajo Social
gran orientación de la teoría internacional: el comu- Universidad Nacional de Colombia, Colombia

trabajo Social N.º 15, enero-diciembre 2013, ISSN (impreso): 0123-4986, ISSN (en línea): 2256-5493, bogotá · 272-273 273

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