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RESUMEN ABSTRACT
El objetivo fundamental de este artículo es analizar los The main objective of this article is to analyze the essen-
rasgos esenciales del cuidar desde una perspectiva concep- tial features of care from a conceptual viewpoint. Providing
tual. El ejercicio del cuidar es básico en la relación asistencial care is essential in the healthcare relationship, and optimum
y su ópitmo desarrollo tiene mucho que ver con la excelencia care is essentially related to professional excellence. The main
profesional. En este artículo se desarrollan sistemáticamen- virtues required for the art of caring and the actual difficul-
te las virtudes fundamentales del arte de cuidar y las difi- ties for its implementation in healthcare institutions are sys-
cultades reales de su implementación en las instituciones sa- tematically addressed in this article.
nitarias.
Palabras clave: Cuidar, ética, conciencia, confidencialidad. Key words: Caring, ethics, competence, confidenciality.
pues la compasión requiere el rostro a rostro, el fícil de integrar en la actividad profesional que las
encuentro interpersonal. W. T. Reich considera habilidades y procedimientos de orden técnico (16).
que en la ética médica, la virtud de la compasión
debe ocupar un lugar central y debe ser el verda-
dero motor de la acción terapéutica (13). Confidencialidad
También en la ética del cuidar, la compasión
debe ser el vector fundamental de la acción. La El tercer constructo ético del arte de cuidar es
práctica de la compasión no debe contraponerse, la confidencialidad. El enfermo, en determinadas
de ningún modo, a la autonomía del paciente, ni circunstancias de vulnerabilidad, necesita un con-
a su capacidad para decidir responsablemente so- fidente. Uno de los rasgos característicos de la fi-
bre su futuro personal. La virtud de la compasión gura del confidente es su capacidad de escuchar
no debe limitar la libertad ajena, sino que, preci- y su discreción; esto es, su capacidad de guardar
samente debe desarrollarla en su grado óptimo. secretos, de callar para sí los mensajes que el otro
Compadecerse de alguien no significa sustituirle vulnerable le ha comunicado en una situación lí-
o decidir por él. Significa ponerse en su piel, pero mite (17).
sin robarle su identidad, sin invadir su mismidad. La confidencialidad se relaciona con la buena
La auténtica compasión busca el desarrollo de la educación, con el respeto y con la práctica del si-
autonomía ajena y no su dependencia y servi- lencio, pero sobre todo, se caracteriza por la ca-
dumbre (14). pacidad de preservar la vida íntima del otro, es de-
cir, su privacidad, su universo interior. El paciente,
precisamente porque se halla en una situación
Competencia vulnerable, se ve obligado, en determinadas cir-
cunstancias, a exponer su corporeidad y su inti-
La competencia profesional constituye una vir- midad al otro. Exponerse consiste en poner fuera
tud básica de la deontología. Ser competente en de sí lo que uno es y es una tarea que, por lo ge-
un determinado ámbito profesional significa estar neral, produce vergüenza y sonrojo.
capacitado para desarrollar la propia profesión de El cuidador, en dichas circunstancias, debe ca-
un modo óptimo. racterizarse por un trato delicado y confidencial,
La tarea de cuidar requiere como constructo debe dar garantías al enfermo de que aquello que
básico la experiencia de la compasión, pero tam- ha expuesto no será objeto de exhibición. La con-
bién la competencia profesional, pues sólo es po- fiencialidad es, precisamente, la virtud que protege
sible cuidar adecuadamente a un ser humano al enfermo de su exhibición, la virtud que permi-
desde la competencia, desde el conocimiento de te al profesional guardar el secreto o los secretos,
dicho ser humano desde una perspectiva global tan íntimos y escondidos, que el enfermo ha re-
(15). La competencia profesional exige, por parte velado al cuidador (18).
del asistente o terapeuta, un hondo conocimien- El cuidador debe practicar la virtud de la con-
to de su feudo disciplinar y le obliga a formarse fidencialidad, no sólo en relación con el paciente,
contínuamente, pues en la sociedad del conoci- sino también en relación consigo mismo y con su
miento, las técnicas y procedimientos se transfor- arte. La confidencialidad perfecta sólo es posible
man aceleradamente y es un deber dominarlos y después de un largo trabajo de autoaceptación
usarlos adecuadamente para atender al enfermo (19). Cuando el cuidador tiene conciencia de quién
de un modo óptimo. es y de cuáles son sus límites, entonces está en
Constituye un reto secular formar profesiona- condiciones de comunicar a alguien sus carencias
les competentes en el ejercicio del cuidar y es fun- y sus deseos. Pero, por otro lado, si el cuidador
damental analizar, a fondo, los procesos formati- no reconoce sus fronteras, entonces tampoco es-
vos de dichos profesionales, pues el deterioro del tá capacitado para comunicar a alguien su estado
cuidar, lo que en el contexto norteamericano se imperfecto. El ser humano, cuanto cruza experien-
denomina la crisis del caring, no sólo se debe re- cias de dolor y desamparo, necesita un confiden-
lacionar con la lógica de las instituciones y las pre- te, alguien a quien poder comunicar lo que uno
siones de orden económico, sino también con se atreve decir en la vía pública.
una deficitaria formación del profesional sanitario,
particularmente en el ámbito de las ciencias hu-
manas, de la psicología, de la ética y de prácticas Confianza
comunicativas. Según G. Bryckzynska, la tarea de
cuidar requiere conocimientos de orden espiritual La confianza constituye un elemento central en
y psicológico y ello resulta mucho más arduo y di- el arte de cuidar. Sólo es posible cuidar a un ser
humano vulnerable si entre el agente cuidador y se deja cuidar y quien no se deja cuidar, imposi-
el sujeto cuidado se establece una relación de bilita la intervención (22).
confianza, un vínculo presidido por la fidelidad, es En las últimas décadas se ha producido una
decir, de fe (fides) en la persona que interviene, en erosión en la confianza que el paciente deposita-
su acción y en el dominio que tiene de dicho ar- ba en el médico y se ha generado una necesidad
te. Confiar en alguien es creer en él, es ponerse de buscar protección frente a los abusos que afec-
en sus manos, es ponerse a su disposición. Y só- tan al correcto desempeño del quehacer profe-
lo es posible ponerse en las manos de otro, si uno sional. Entre los factores causantes de esta frac-
se fía del otro y le reconoce una autoridad no só- tura de la confianza, E. D. Pellegrino, refiriéndose
lo profesional, sino también moral (20). principalmente a la praxis médica norteamerica-
En el seno del acto terapéutico hay mucho de na, donde el ejercicio de la medicina y la ausen-
confianza, de beneficencia, como diría P. Laín En- cia de cobertura estatal favorece algún aspecto no
tralgo, pero también en el acto educativo es funda- aplicable a nuestro país actualmente, propone los
mental la confianza, pues si el educando no confía siguientes: «En las últimas dos o tres décadas, es-
en el educador, en la institución donde se forma tas causas de desconfianza se han reforzado y
y en la materia que recibe diariamente, difícil- multiplicado debido al influjo de diversos factores
mente puede desarrollarse la acción educativa. internos y externos a la Medicina: las malas con-
La confianza, es decir, la fe en otra persona es ductas, la comercialización de la Medicina por la
clave en el arte del cuidar. Para ello, es funda- publicidad y los afanes empresariales, los ingre-
mental que el profesional sepa dar pruebas y ga- sos excesivos y la forma de vida lujos de ciertos
rantías de confianza, no sólo por sus palabras, por médicos, la política de ‘pague antes de recibir tra-
su gestualidad, sino por la eficiencia y eficacia de tamiento’ de algunos hospitales y médicos, el tra-
la acción que desarrolla. La profesionalidad ejer- to tantas veces impersonal, la creciente tendencia
cida de un modo excelente es motivo de confian- de los médicos a trabajar de nueve a cinco y a pe-
za para el paciente, por ello la confianza no sólo dir horas libres, el receso de la Medicina general
es virtud personal, sino virtud profesional (21). frente a las especialidades, las jubilaciones antici-
Cuando el paciente sabe que el profesional no le padas...
va a abandonar, no le va a dejar a la estacada, »Estas tendencias destructoras que se en-
asume con tranquilidad su situación y acepta los cuentran en la Medicina actual han sido reforza-
riesgos y problemas que conlleve la intervención. das por las fuerzas internas de la estructura social
La confianza sólo puede cultivarse en el tiempo y contemporánea. El poder de participación que de
requiere un espacio determinado. la democracia, la enseñanza pública, el interés por
La confianza, sin embargo, no es la fe absolu- los mass media, la desconfianza en la autoridad y
ta en el profesional y en su capacidad de sanar o en los expertos en general...Todos estos factores
de cuidar, pues la confianza, como cualquier otra han debilitado las relaciones de confianza, aunque
virtud, debe partir del carácter vulnerable y limí- tienen un lado positivo: incitan a una mayor in-
trofe de la condición humana. También el profe- dependencia en las decisiones de los pacientes y,
sional y el arte que desempeña es finito y debe por tanto, ayudan a neutralizar el tradicional pa-
contarse con ello. Reconocer esta limitación no ternalismo de las profesiones. Éste un paso posi-
niega autoridad moral, sino precisamente lo con- tivo hacia la consecución de relaciones más ma-
trario. Esto significa que confiar en alguien no sig- duras, abiertas y honestas» (23).
nifica proyectar en él todas las certidumbres, pues
también el otro puede fallar. Confiar en alguien es
saber que el otro hará lo posible por salvarme. Conciencia
En el arte de cuidar, es básico dar motivos y
razones, aunque no sean verbalizadas, para que El quinto constructo ético que enumera G. Bry-
el paciente tenga confianza. En un clima de con- kczynska siguiendo a Roach es la conciencia. La
fianza personal, profesional o institucional, el pro- conciencia es una instancia fundamental del ser
ceso de curar y de cuidar es mucho más eficaz humano, pertenece a su dimensión interior y tie-
que en un contexto de desconfianza básica. La ne un valor integrador. Ser consciente de algo es
desconfianza se relaciona directamente con la pér- asumirlo, es reflexionar en torno a sus consecuen-
dida de la fe en alguien y esta pérdida puede ser cias, es saber lo que se está llevando entre ma-
motivada por el engaño, la extorsión o el aban- nos. La consciencia, entendida como virtud y no
dono. El arte de cuidar requiere el constructo éti- como atributo de la interioridad humana, signifi-
co de la confianza, pero también el arte de ser cui- ca reflexión, prudencia, cautela, conocimiento de
dado, pues quien desconfía de todo y de todos no la cosa. Cuando decimos que la conciencia es un
constructo del cuidar, lo estamos diciendo en el cidental y periférico. La esencia del cuidar en
sentido ético del término, pues la conciencia co- cuanto tal ha sido tratada en otra ocasión, pero no
mo tal pertenece a todo ser humano. la naturaleza ética del cuidar; es decir, lo que de-
En el ejercicio del cuidar, es fundamental no be ser la tarea de cuidar en su grado óptimo.
perder de vista la conciencia de la profesionalidad Definir la esencia ética del cuidar no significa de-
y esto supone mantener siempre la tensión, estar limitar lo que es en el plano de la realidad, sino lo
atento a lo que se está haciendo y no olvidar ja- que debe ser y esto sólo es posible a partir de un
más que el otro vulnerable que está bajo mis cui- determinado horizonte de sentido.
dados es un ser humano que, como tal, tiene una Nos referimos, primero, a lo categorial del cui-
dignidad intrínseca. Ser consciente de todos los dar, para luego recabar en sus aspectos esenciales
factores que influyen en el ejercicio del cuidar y y, finalmente, reflexionaremos sobre sus condi-
ser consciente de las dificultades que implica cui- ciones de posibilidad, es decir, sobre lo trascen-
dar bien a un ser humano es una de las garantías dental. Empezamos por lo categorial, porque es
fundamentales de la buena praxis profesional. lo más concreto y lo más visible y, desde un pun-
Quien no es consciente de estas dificultades pue- to de vista pedagógico, es fundamental empezar
de llegar a pensar que su modo de obrar es exce- por lo más asequible para orientarse hacia lo más
lente y puede inclusive llegar a banalizar la ardua abstracto, hacia lo trascendental. Entre los rasgos
tarea de cuidar como si se tratara de una activi- categoriales del cuidar se pueden enumerar un
dad mecánica (24). sinfín de elementos (25), pero los vamos a sinte-
tizar siguiendo a G. Brykczinska en los siguientes
puntos: el tacto, la escucha atenta y el sentido del
humor.
LO CATEGORIAL DEL CUIDAR
pológico y etnológico han puesto de relieve, el loquial decimos de alguien que tiene tacto, lo es-
tacto es fundamental, no sólo en la especie hu- tamos diciendo en el sentido metafórico. Decimos,
mana, sino también en primates superiores y en por ejemplo, que un profesional de la salud tiene
mamíferos (26). Inclusive, hay quien afirma que tacto para transmitir las malas noticias. Y también
sólo es posible cuidar a alguien con tacto y que decimos que esa enfermera tiene tacto para tratar
sólo es posible alcanzar la madurez psicológica a los enfermos.
con la práctica del tacto. El saber estar en un determinado sitio y en un
El tacto, en el sentido literal, revela proximidad determinado tiempo significa saber decir lo más
y el enfermo, como cualquier individuo vulnera- conveniente y saber callar cuando es oportuno.
ble (la víctima, el exiliado, el refugiado, el presi- Significa también saber retirarse en el momento
diario, el fracasado, el suicida...), requiere este tac- adecuado y saber adoptar la posición física ade-
to en sentido literal. Acariciar a alguien, poner las cuada para la situación que se está viviendo. Te-
manos juntas son gestos llenos de valor simbóli- ner tacto es, pues, saber estar, saber decir, saber
co. Los humanos no hemos inventado ninguna callar, saber marchar a tiempo; saber, en definiti-
forma mejor para indicar proximidad, preocupa- va, lo que se tiene que hacer y lo que no se tiene
ción por el otro. El tacto, en sentido literal, supera que hacer en un momento determinado. En el
inclusive el marco verbal, cuando se trata de indi- ámbito de la salud, la ausencia de tacto es visible
car proximidad. El valor del tacto es superior a la desde múltiples perspectivas. El enfermo no siem-
argumentación y hasta a la poesía (27). pre está dispuesto para las visitas, pero hay visitas
El ejercicio del tacto es fundamental desde un que no se percatan de ello. El enfermo no siem-
punto de vista simbólico. No sólo porque patenti- pre tiene ganas de hablar, pero hay profesionales
za la proximidad, tal y como se ha dicho, sino por- que, por carecer de tacto, le obligan a hablar.
que manifiesta vulnerabilidad y respeto por suje- El espacio donde el enfermo se ubica no es
tividad del otro. Precisamente porque el ser cualquier espacio, sino que constituye su lugar de
humano es frágil, necesita el contacto epidérmico privacidad. Hay quien no sabe estar de forma ade-
de otro ser humano, pues de este modo, no se cuada en dicho espacio y se toma libertades que
siente solo ni abandonado. Si fuera Dios, si fuera no debiera permitirse. En el ejercicio de la pala-
omnipotente le resultaría incómodo, e inclusive bra, la ausencia de tacto, en sentido metafórico,
desagradable el contacto ajeno, pero dada su radi- es muy visible. Hay enfermos que están prepara-
cal vulnerabilidad, requiere el tacto, y de ese mo- dos para hablar de lo que les ocurre y sus pers-
do salva, provisionalmente, su contingencia (28). pectivas de vida, pero hay enfermos que no lo es-
El tacto, en sentido literal, sólo puede ejercer- tán, por incapacidad psicológica o por inmadurez.
lo un ser humano. Un artefacto no tiene tacto, no Tener tacto consiste en saber hacer uso de la pa-
puede tenerlo, pues el tacto se relaciona directa- labra de un modo conveniente, saber distribuir
mente con la piel, con la vida, con la sujetividad, adecuadamente los silencios y las palabras. Tiene
con la libertad y con la preocupación ética. Quien tacto quien tiene la habilidad de salvaguardar en
roza la cara de un enfermo, quien acaricia la ma- cada instante la vida privada del otro vulnerable
no de un anciano, lo hace porque cree que debe (30).
hacerlo, porque se siente llamado a hacerlo, por- El tener tacto, en sentido metafórico, forma
que le preocupa la situación existencial del otro y, parte de lo connatural del ser humano, de lo que
con ese gesto, se lo manifiesta. El artefacto care- se da por sentado. Hipócrates decía que en el ar-
ce de piel, de sujetividad, de libertad y de ética, te terapéutico había algo predado, una disposición
pues en él todo está preconcebido con anteriori- natural otorgada por el destino, pero que reque-
dad, todo obedece a la lógica de un circuito pre- ría trabajo y esfuerzo para sacarla a flote. También
fabricado e implantado en su interioridad. En el en el ejercicio de cuidar se requiere el tacto como
ejercicio del cuidar, el tacto, en sentido literal, es predisposición natural, como vocación o llamada.
algo ineludiblemente humano (29). El tacto en sentido metafórico forma parte de lo
Luego está el tacto en sentido metafórico, que predado del ser humano. Dicho de otro modo, no
resulta tan importante como el primero en el ejer- puede enseñarse a tener tacto del mismo modo
cicio ético del cuidar. Tener tacto desde esta pers- como se enseñan los ríos de la península Ibérica.
pectiva nada tiene que ver con el roce epidérmi- Puede haber algún tipo de transmisión, a través
co o con la caricia. Se refiere a la capacidad de de la costumbre, pero es algo que algunos seres
saber estar en un determinado sitio y en una de- humanos tienen y otros no. El tener tacto no pue-
terminada circunstancia sin incomodar, sin resul- de calificarse de virtud dianoética, sino más co-
tar una molestia para la persona que ocupa dicho rrectamente como una virtud ética, pues difícil-
espacio y dicho tiempo. Cuando en el lenguaje co- mente puede enseñarse.
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hay momentos para la gravedad y hay momen- Londres: Edward Arnolf, 1992; 20.
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be descifrar los momentos oportunos para cada reflections. En: J Moya, G. Bryczynska (eds), Nursing Care.
cosa, porque es capaz de ponerse en la piel del Londres: Edward Arnolf, 1992; 20.
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muchas aventuras y desventuras humanas, pro- 20. BRYKCZYNSKA G. Caring. Some philosophical and spiritual
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