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DOSSIER

Crepúsculo naval español


TRAFALGAR

Combate entre el Santa Ana y el Royal


Sovereign (Madrid, Museo Naval).

38. El telar de Penélope 44. Una paliza 56. Triunfo decisivo


Marina Alfonso Mola Antonio Atienza Peñarrocha Michael Alpert

60. Nelson y el mito 66. Escaño, un héroe olvidado 72. El ocaso del Antiguo
José Gregorio Cayuela Agustín Guimerá Ravina Régimen
Carlos Martínez Shaw
78. Vigor historiográfico 82. Fiestas y duelos
Antonio Atienza Peñarrocha H. Pérez, M. Alpert y Ó. Médel

El 21 de octubre de 1805, la escuadra franco-española fue


destrozada por la británica en Trafalgar. Fue la mayor batalla naval
del siglo, pero su trascendencia supera tal dato: España no se
recuperó de las pérdidas de hombres y buques; Napoleón, aunque
rehizo su armada, abandonó el proyecto de invadir Gran Bretaña y
ésta, libre ya de temor, se dedicó a combatir al Emperador en el
continente y a auspiciar alianzas para oponerse a sus ambiciones
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La Armada Real del siglo XVIII
EL TELAR DE
PENÉLOPE

Navío de tres puentes en construcción. En España se pasó de buques muy sólidos y pesados a navíos más modernos, de estilo inglés o francés.

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CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Felipe V, Fernando VI y Carlos III impulsaron reformas navales que


pretendían la creación de una potente escuadra. Marina Alfonso
analiza la construcción de buques de guerra, la formación de la oficialidad
y el reclutamiento de las tripulaciones, obstaculizados por los cambios
políticos, la falta de medios y la excesiva carga burocrática

C
uando se instaura la dinastía general de la Marina y presidente del Tri-
borbónica en los albores del bunal de la Contratación (1717).
siglo XVIII, el prestigio naval Pese a las dificultades objetivas que im-
de la Monarquía Hispánica plicaba, el plan para la reforma de la Ma-
era ya historia. El potencial de flota se rina se acometió en tres frentes, identi-
estimaba en 17 galeones, 8 fragatas, 4 ficados por la necesidad de contar con
brulotes y 7 galeras, de los que habría barcos, con oficiales y con tripulaciones.
que descontar una docena de buques Antes, con respecto a las Armadas, se
tras el desastre de Vigo en 1702, por lo aplicó una política de modernización ten-
que el mantenimiento de las rutas ame- dente a neutralizar la dispersión a través
ricanas y las operaciones navales du- de la centralización, que se materializó
rante la Guerra de Sucesión hubieron de en la supresión de las distintas armadas
realizarse con la necesaria colaboración y la creación de la Armada Real (1714).
de los buques franceses. A este preámbulo de la reorganización
Al acceder al trono Felipe V, se en- administrativa, siguió la creación de los
contró con que la defensa de las exten- tres Departamentos Marítimos (1726) con
sas costas metropolitanas y coloniales base en Ferrol, Cádiz y Cartagena, que se
estaba encomendada a varias Armadas completaría con la instauración del Al-
(Galeras, Mar Océano, Guardia de la Ca- mirantazgo (1737) como vértice de la ju-
rrera de Indias, Barlovento y Mar del Marqués de la Ensenada, uno de los artífices
risdicción de Marina y con la subdivisión
Sur), sin coordinación entre ellas, con de la reforma naval (por Jacopo Amigoni, del espacio costero en provincias marí-
un ámbito de operaciones específico, al Madrid, Museo del Prado). timas (1748), con un ministro de Marina
mando de las cuales se hallaba una ofi- a la cabeza de las más importantes.
cialidad aristocrática y cuyas tripulacio- Ya en 1708 se formó una Junta presi-
nes eran difíciles de reclutar. dida por el duque de Veragua para co- La reforma de Patiño
A pesar de la existencia de muchos menzar a poner los cimientos de una Si a principios de siglo la construcción de
excelentes marinos al frente de las Ar- Marina de nueva planta. Y nada más navíos se realizó por el sistema de asien-
madas, el siglo XVII y la primera déca- concluir la Guerra de Sucesión, en 1714, tos con empresarios particulares, paula-
da del XVIII se jalonaron de desastres el primer Borbón encomendó al conde tinamente se fue pasando a la adminis-
navales, que pusieron de manifiesto lo de Bergeyck, a Jean Orry y luego a Ber- tración directa del Estado, a medida que
inoperante de la dispersión de las fuer- nardo Tinajero la reorganización de la empezaron a funcionar los arsenales es-
zas y la deficiencia del factor humano Armada a partir de la recién creada Se- tablecidos en las cabeceras de los tres de-
(tanto de mandos como de tripulacio- cretaría de Estado de Marina. La misión partamentos marítimos (Cartagena, Ferrol
nes), todo lo cual hizo pensar en la ne- era ambiciosa y difícil, pues había que y La Carraca, junto a Cádiz), a los que hay
cesidad de una reforma para intentar re- crear una infraestructura material ade- que sumar el arsenal de La Habana (cons-
cuperar el prestigio en el concierto in- cuada que permitiese la construcción de truido a partir de 1723), el más impor-
ternacional. De ahí que la rehabilitación los buques que necesitaba la Armada, tante del Imperio (donde se botaron los
de la Marina de guerra y mercante se para lo que era preciso poner en mar- bastimentos más grandes, más baratos y
convirtiese en uno de los objetivos de la cha los astilleros y las industrias de su- de mejor calidad, gracias a las maderas
política reformista nacional. Con Feli- ministros navales. Asimismo, era nece- tropicales, caoba y guayacán), y se in-
pe V se asiste, pues, al nacimiento de la sario contar con una dotación humana tensificó la producción en otros astilleros
Marina moderna, cuyos principios or- preparada, tanto mandos como tripula- reales, que trabajaron tanto para la mari-
gánicos y líneas de acción han llegado ciones. Tras los primeros pasos se en- na mercante como de guerra (Guarnizo,
hasta la actualidad. contró la persona adecuada para llevar en Cantabria, Zorroza, en Vizcaya, Pa-
a cabo el proyecto, José Patiño, “hom- sajes, en Guipúzcoa, etc.). Los barcos se
MARINA ALFONSO MOLA es profesora bre hábil, gran trabajador y de manos construyen según las normas de Antonio
de Historia Moderna, UNED (Madrid). limpias”, que fue nombrado Intendente de Gaztañeta: cascos fuertes y pesados,

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A la muerte de Patiño (1736) dismi-
nuyó el ritmo constructivo debido a los
drásticos recortes presupuestarios cau-
sados por las dificultades financieras he-
redadas de la guerra, con las que tuvo
que lidiar el competente José del Cam-
pillo (1741). Su prematura desaparición
no le permitió desarrollar sus proyectos
de reforma, sucediéndole en las secre-
tarías de Hacienda, Guerra y Marina e
Indias Zenón de Somodevilla, marqués
de la Ensenada, hombre experimentado
en la materia como intendente y secre-
tario de la Junta del Almirantazgo.

El impulso de Ensenada
Ensenada y sus colaboradores afronta-
Arsenal de Ferrol. Durante el siglo XVIII, Ferrol se convirtió en Departamento marítimo y su ron de nuevo el plan renovador, co-
astillero, en uno de los más importantes de España (Madrid, Museo Naval). menzando por estudiar los defectos que
habían mostrado las fuerzas navales, sus
gran arboladura, resistencia ante los tem- tegrada por barcos dispares, mediocres causas y los medios para evitarlos. Al
porales y las andanadas de los enemigos. e inadecuados para su función, como se mismo tiempo, introdujeron mejoras en
Es el denominado sistema español, que demostró en los desastres de cabo Pé- la gestión financiera para sufragar los
se mantuvo en vigor hasta la renovación saro y Mesina. gastos derivados del papel de privilegio
de mediados de siglo. Ello no fue óbice para que Patiño fue- otorgado a la Marina, centralizaron la
Pese a los metódicos y modélicos pla- se nombrado secretario de Estado de construcción naval e impulsaron la fa-
nes de Patiño, la impaciencia de Albe- Marina e Indias y de Hacienda (1726). bricación de buques en series bien de-
roni abortó el cuidadoso programa y se Durante la década de su ministerio se finidas con planos homologados.
optó, como venía siendo costumbre, por construyeron 36 navíos, 15 fragatas y un Su actuación se inaugura con medidas
la compra de barcos mercantes refacta- buen número de barcos de todos los ti- de fomento de la producción de sumi-
dos en buques de guerra y equipados pos. Este robustecimiento de la Armada nistros navales para no depender de los
para el combate, a fin de hacer frente se puso a prueba con éxito con ocasión mercados extranjeros. Así, se promovió
a la organización de una flota para em- de la expedición a Orán (1732) y la con- la fabricación de lonas en Galicia, de jar-
prender las expediciones de Cerdeña y quista del reino de Nápoles y Sicilia cias en Valencia y Granada, de artillería
Sicilia (1717-1718). Esta frágil flota (62 (1734). Así, España volvió a figurar en- en Sevilla y Barcelona (al tiempo que se
navíos) fue conocida con el significati- tre las potencias navales de su tiempo, mejoraban las fundiciones de Liérganes-
vo nombre de flota de papel, al estar in- para disgusto e inquietud de sus rivales. La Cavada), de ferrerías, anclas y clava-
zones en Guipúzcoa y Vizcaya. Y de for-
ma paralela se promulgaron las Orde-
nanzas e Instrucciones de Montes (1748-
1751) de cara a seguir una política forestal
que proporcionara la materia prima para
la construcción naval, dejando todos los
asuntos de este ramo a cargo de los In-
tendentes de Marina. Se editaron también
las Ordenanzas Generales de la Armada,
corpus jurídico-administrativo ingente
que ordenó todos los supuestos concer-
nientes a la Marina, incluyendo lo rela-
tivo a maestranzas, arsenales, fábricas, tri-
pulaciones, etcétera.
Para impulsar el progreso en el campo
de la industria naval, se envió a Gran Bre-
taña a un joven oficial, Jorge Juan, para
que ejerciera el espionaje industrial en los
astilleros. Tras comprobar in situ los avan-
ces para mejorar y modernizar la arqui-
Navío Real Felipe, de 3 puentes, 114 cañones, construido en Guarnizo (Cantabria), en 1732, tectura naval (1749-1750), el marino y
gracias a los planes de Patiño (Madrid, Museo Naval). científico reclutó, atraídos por pingües

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EL TELAR DE PENÉLOPE
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

remuneraciones, a ingenieros y maestros


en diversas especialidades, que se pusie-
ron al frente de los arsenales (Rooth se
trasladó a Ferrol, Bryant a Cartagena y
Mullan a Cádiz, donde también estuvo
Howell, que pasaría a Guarnizo). Pese a
ser técnicos de segunda fila y de traba-
jar con una maestranza inexperta, acos-
tumbrada al sistema tradicional, contri-
buyeron al renacimiento de la Marina es-
pañola. Al mismo tiempo, se encomendó
la misión de viajar por Europa (1749-
1751) para estudiar las instalaciones ma-
rítimas de los países más reputados, a otro
prestigioso oficial, Antonio de Ulloa, cu-
yas experiencias se plasmaron en la re-
novación de los arsenales siguiendo las
concepciones más modernas de la épo-
ca. A finales de 1752, comenzó la cons-
trucción en serie en todos los arsenales a
la vez.
Consecuencia de esta acertada políti-
ca fue el aumento del ritmo de la pro-
ducción, pudiéndose considerar el año
de 1754, justamente el de la caída de En-
senada, como uno de los más activos de
la construcción naval española: se bo-
tó un navío de 70 cañones, nueve de 74,
cinco de 68, dos de 64 y dos de 62. Ade-
más, ese año se alcanzó de nuevo la cin-
cuentena de buques en la flota.

Titubeos José Antonio de Gaztañeta, superintendente de los astilleros de Cantabria. Sus normas de
Tras la desgracia del superministro, lle- construcción se respetaron durante la primera mitad del siglo XVIII (J. G. Condoy, Museo Naval).
gó al Ministerio de Marina Julián de
Arriaga (1754-1776), cuyo conservadu- ro sería Romero Landa, director de las 13 años y los fabricados entre 1725 y
rismo fue pernicioso para la labor de construcciones navales a partir de 1783. 1749 dos más, los botados entre 1750 y
profunda reforma llevada a cabo por su Asimismo, los astilleros recibieron un 1774 duraban unos 32 años, con casos
antecesor, aunque la inercia permitió impulso al promulgarse en 1772 sus Or- de una longevidad excepcional, como
continuar la empresa constructiva de los denanzas, que pusieron orden en la ad- el de El Guerrero y El Soberano, que se
barcos que ya estaban empezados. quisición de los pertrechos y armamen- habían botado en Ferrol en 1755 y con-
Si bien el ritmo constructivo fue de- tos de los buques, al tiempo que se crea- tinuaron en servicio durante ochenta y
creciendo paulatinamente, no llegó a los ban unas Juntas en los Departamentos noventa y nueve años, respectivamente.
bajos niveles que hubieran deseado los marítimos para estudiar las necesidades A la muerte de Arriaga, Pedro Gonzá-
británicos, ya que en el quinquenio de acopio de materiales y trabajos a rea- lez Castejón, como secretario de Marina
1755-59 se botaron doce navíos de 74 lizar. Se comenzaron a construir navíos (1775-1783), mejoró la labor de su pre-
cañones, tres de 68, uno de 64, dos de de tres puentes y 112 cañones (Ferrol decesor, alcanzándose un buen potencial
60 y once barcos de otros tipos. Del mis- y La Habana), algunos cascos se forra- de flota, como se pudo mostrar en las
mo modo, por un lado, se construyeron ron de cobre, se mejoró la funcionalidad confrontaciones de la guerra de la inde-
en Cartagena los jabeques, que permi- de la batería baja, se hicieron regla- pendencia de las Trece Colonias. En 1783
tieron a Barceló erradicar el corso ber- mentarios los foques y las cangrejas, las fue nombrado secretario de Marina An-
berisco del Mediterráneo y, por otro, se jarras de cobre para envasar la pólvora tonio Valdés, cuya eficaz dedicación al
perfeccionaron los sistemas constructi- y el forro con planchas de plomo de los progreso de la Armada se plasmó en la
vos, combinándose el sistema inglés pa- pañoles de munición, e incluso se for- dotación de diques secos y de modernas
trocinado por Jorge Juan con el sistema muló un Reglamento de Artillería (1776) máquinas para los arsenales y en la am-
francés, para lo que se contrató al in- para estandarizar el armamento. pliación de los parques de artillería, al
geniero Gautier (el cual, además, influ- En consecuencia se alargó el tiempo tiempo que se incrementaba el ritmo de
yó en la creación del Cuerpo de Inge- de vida media de los navíos: si entre las construcciones navales. La dimisión
nieros Navales, en 1770), cuyo herede- 1714 y 1724 los buques duraban unos de Valdés (1795) dejó a la Armada sin un

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competente ministro, en vísperas de tiem- Así, los oficiales salidos de la Academia
pos turbulentos. Se puso al frente de la no dispusieron en ocasiones de oportu-
Secretaría de Marina a Pedro Varela, que nidades de navegar y de adquirir expe-
inicia un período de inestabilidad en el riencia, a pesar de lo cual, y salvando
Ministerio, con mandatos muy cortos de ciertas deficiencias en la dirección de las
sus titulares (Juan de Lángara, Antonio maniobras, dieron pruebas de prepara-
Cornel) y con un ritmo de entregas con- ción y valor en la ocasión de Trafalgar.
siderablemente ralentizado, hasta la lle-
gada a la Secretaría de Marina de Do- Más burócratas que marineros
mingo de Grandallana (1802-1805), cuya La guarnición de los navíos estaba de-
acertada gestión facultó una momentá- sempeñada por los artilleros de mar,
nea recuperación de la Armada, aunque, creándose con Patiño los batallones de
como apunta José Patricio Merino, las ne- Marina y las brigadas de artillería de Ma-
cesidades de la Armada crecieron más de- rina (1717). El grueso de la dotación de
prisa que las posibilidades de la nación. los barcos estaba constituida por la gen-
En efecto, pese al notable esfuerzo te de mar, para cuya recluta se recurrió a
constructivo realizado durante la cen- las Matrículas de Gente de Mar volunta-
turia, las fuerzas navales españolas se re- rias de 1717 y 1737, preámbulo de la Ma-
sentían en la comparación con las flotas José de Mazarredo, quizás la figura más
trícula Obligatoria de Ensenada (1751),
británica y francesa, quedando patente distinguida de la Marina española durante el que declaraba obligatorio el servicio en
su inferioridad tanto numérica (para siglo XVIII (J. F. Bellier, Museo Naval). los navíos del rey y en los arsenales a ma-
1805 la Armada contaba con 52 navíos rineros, pescadores, carpinteros de ribe-
de línea, de los que con mucho esfuer- Cádiz (1717), que se convirtió en un gran ra y calafates. Su aplicación permitiría
zo se podía armar sólo la mitad, en con- centro científico y técnico a lo largo del contar con las tripulaciones adecuadas en
traste con los 60 franceses y los 217 bri- siglo (induciendo así a la creación de caso de crisis diplomática o declaración
tánicos), como en potencia de fuego, otros dos establecimientos semejantes en de guerra, aunque a costa de perjudicar
pues, aunque la artillería embarcada era Cartagena y Ferrol, en 1776). al sector pesquero, a la marina mercan-
técnicamente equiparable (incluso con Entre 1751-1773, Jorge Juan fue el ar- te y al comercio marítimo. La excelente
la dotación de las efectivas carronadas), tífice de un completo plan de formación gestión del ministerio de Valdés y los de-
las carencias se detectaban en la falta de teórico-práctica. Así, la Academia, lide- cretos de Libre Comercio con América re-
preparación de los artilleros, en el nú- rada por directores de prestigio y dota- sultaron una inyección para la Matrícula,
mero inferior de cañones y en la mala da de un profesorado altamente cuali- pasándose de los 40.000 matriculados de
calidad de la pólvora. ficado, trabajó en estrecha colaboración 1780 a los 75.470 asentados en 1792.
con otras instituciones como el Obser- Ahora bien, el complejo sistema de
Buena teoría, poca práctica vatorio Astronómico de la Marina (ins- enrolamiento de la marinería obligó a
El segundo frente abordado por el mi- talado a partir de 1753) y el Real Cole- un desarrollo desmedido del Cuerpo del
nistro Patiño a comienzos de su manda- gio de Cirugía (fundado en 1748). Ministerio. Este organismo político en-
to fue la formación de los marinos. Con Parece ser que a finales de siglo el nú- cargado del control efectivo de la Ma-
el doble objetivo de incitar a los jóvenes mero de oficiales del que disponía la Ar- trícula cada vez precisó de mayor nú-
nobles a entrar al servicio del Estado y de mada era más que suficiente en relación mero de empleados y, por ende, au-
solventar las necesidades de formación con las posibilidades de embarque de mentó el coste del mantenimiento del
de una oficialidad de carrera para cubrir personal, ya que durante las épocas aparato, cuando en realidad el objetivo
las plazas de los buques de guerra, fun- de paz los navíos se desarmaban y prioritario de la política naval debía ha-
dó la Academia de Guardiamarinas de permanecían fondeados en los puertos. ber sido la extensión del poblamiento
costero, la potenciación de la navega-
ción de altura y cabotaje y el fomento
de la pesca, para así garantizar el au-
mento de matriculados, cantera de tri-
pulantes para el real servicio.
El almirante Mazarredo denunciaría rei-
teradamente esa situación. Por ejemplo,
en su toma de posesión del mando de la
Escuadra del Océano (1797): “El mal na-
ce de que desde el año de 93 se armó
más (navíos) de los que se podía dotar y
pagar, no correspondiendo el efectivo de
Gente de Mar a las listas de Matrículas,
Trabajo en un astillero en la primera mitad del siglo XVIII, según grabado de las Ordenanzas de completándose mal con vagos y otros
Ensenada, de 1748 (Madrid, Museo Naval). aplicados, no hombres de mar. De aquí,

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y de su desnudez y miseria, las prime-


ras enfermedades, y de aquí el contagio
que acabó con tanta marinería aquel año
y en los siguientes de 94 y 95...”.
Aunque la inscripción en la Matrícu-
la les dispensaba del servicio militar de
las quintas, les otorgaba el monopolio
de las actividades marítimas (comercio
de larga distancia, cabotaje y pesca), les
permitía gozar del fuero de Marina y be-
neficiarse de pensiones en caso de he-
ridas o invalidez en acto de servicio, la
inscripción repugnaba a la gente de mar
y maestranza, que mostró resistencia al
servicio y recurrió a la picaresca para
burlarlo (poblaciones costeras con sólo
ancianos y niños a la llegada de los fun-
cionarios reclutadores, alistamiento en
clase de inhábiles, en viaje o paradero
desconocido).
Y es que el servicio en la Armada no
era apetecible, ya que a las inherentes en-
fermedades de a bordo, la alimentación
deficiente y los riesgos de la navegación Ciudad, arsenal y puerto de Cartagena, en la segunda mitad del siglo XVIII. Su modernización
y el combate, había que sumarles los fue impulsada por Ensenada y dirigida por Jorge Juan (F. X. Rovira, Madrid, Museo Naval).
sueldos insuficientes pagados tarde, mal
o nunca, la falta de permisos, la excesi- (las epidemias de 1800 y 1804, que aso- nínsula y de las Provincias de Ultramar.
va duración del servicio, el desprecio ma- laron las costas andaluzas, diezmaron la Finalmente, dado que todo este progra-
nifiesto por parte de la oficialidad y las población susceptible de ser enrolada); y ma era complejo, costoso y exigía pa-
nulas posibilidades de promoción. De ahí la penuria financiera, materializada en ciencia para obtener resultados, se pue-
que sea casi una constante el recurso a la carencia de suministros navales en los de comparar el proceso seguido por la
quintos, tropa de infantería y artilleros de depósitos de los arsenales y en la insu- historia de la Marina del setecientos al te-
tierra para completar las dotaciones de ficiencia de fondos para sufragar los gas- lar de Penélope.
los navíos, los cuales eran poco efectivos tos derivados de equipar y abastecer una Así, el plan de Patiño fue abortado por
para colaborar en la maniobra y repara- flota para una contienda. las necesidades perentorias de la guerra
ción rápida de averías. No obstante, debe reconocerse, como de Italia; el programa de Ensenada fue
señala Didier Ozanam, que el resurgi- congelado por Arriaga, para ser retoma-
Muchas deficiencias miento de la Marina de guerra española do con éxito por Valdés y Grandallana,
Si bien se está rehabilitando, con justi- fue una realidad. La Armada española de antes de que las guerras finiseculares ace-
cia, el papel de los marinos al frente de la segunda mitad del XVIII estaba dota- leraran el proceso de destejido de la red
las unidades de la Armada y se están po- da de buques modernos, de bases y de de efectivos navales sin dar tiempo ma-
niendo sobre el tapete tanto las expec- arsenales de nivel internacional, cuya terial a recuperarse de los desastres de las
tativas napoleónicas del potencial de flo- fuerza en la época nadie juzgó despre- batallas atlánticas de la armada combi-
ta que España podía aportar a la alian- ciable. Por otra parte, los responsables de nada franco-española contra la Royal
za, como los elogios efectuados por el
propio Napoleón al valor y a la actua- Arsenales y buques eran competitivos,
ción táctica de los oficiales españoles en
las operaciones de la armada combina- pero estaban faltos de material,
da hispano-francesa, la Armada Real
adolecía de limitaciones estructurales de-
marinería, artilleros y adiestramiento
rivadas de factores muy complejos. la política española nunca tuvieron la in- Navy, tanto en aguas del cabo San Vi-
Así, en vísperas de Trafalgar, estas li- tención de crear una Marina capaz de rea- cente (1797) como en las de Finisterre
mitaciones se plasman en la insuficiencia lizar operaciones de gran envergadura (1805), antesala y preludio, respectiva-
de efectivos navales en número, en po- o de enfrentarse por sí sola a un rival tan mente, del descalabro de Trafalgar (1805),
tencia de fuego y en renovación de las poderoso como Gran Bretaña. Se nece- en plena crisis del Antiguo Régimen en
escuadras (navíos vetustos o poco mari- sitaba una Marina que se hiciera respetar, España. Hasta entonces y durante todo
neros que retardaban a los restantes); la pero su papel primordial era, más que el un siglo, la Armada había sido un ins-
carencia de preparación de las tripula- de la acción ofensiva, el de la acción di- trumento eficaz al servicio de la salva-
ciones, agravada por la falta de hombres suasoria destinada a la defensa de la Pe- guarda de España y de su Imperio. ■

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España perdió su poder naval; Napoleón,
su opción de invadir Inglaterra

UNA PALIZA

D
espués del combate de Fi-
En Trafalgar, la mayor batalla naval del siglo XIX, nisterre, la flota franco-es-
pañola, al mando del almi-
Gran Bretaña logró una victoria definitiva. rante francés Pierre Ville-
neuve y del español Federico Gravina,
Antonio Atienza analiza la baja moral se dirigió a Cádiz, puerto vigilado por
una pequeña escuadra inglesa al mando
hispano-francesa, las contradicciones y los errores de Cuthbert Collingwood. Villeneuve de-
sobedeció así las órdenes de Napoleón
del mando y su heroica resistencia final ante la
ANTONIO ATIENZA PEÑARROCHA es investiga-
pericia, coherencia y adiestramiento ingleses dor naval.

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CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

llevaba embarcadas: sin ellos, le resulta-


ría imposible alcanzar Brest. Galicia no
le pudo proveer adecuadamente, y só-
lo le quedó navegar hasta Cádiz, don-
de podría rearmar sus buques (ver La
Aventura de la Historia, “Finisterre, la ba-
talla de la niebla”, núm. 81, julio 2005).
Villeneuve ahuyentó a los británicos y
fondeó en la rada gaditana el 20 de agos-
to. La noticia de la llegada de la flota
combinada fue comunicada a Londres
y el Almirantazgo dispuso la concentra-
ción de diversas flotas británicas frente a
Cádiz, bajo el mando supremo de lord
Horatio Nelson. La escuadra franco-
española fue, por su parte, reforzada por
los buques de Ignacio María de Álava,
allí acoderados desde abril. Los buques
de la Escuadra Combinada, que habían
Almirante Pierre Charles Villeneuve, jefe de la
cruzado dos veces el Atlántico, necesi- Escuadra Combinada. Salió inoportunamente
taban ser recorridos y reparados, y a ello de Cádiz y su plan de batalla era improvisado.
se dedicaron con presteza los trabaja-
dores del arsenal. Mientras, en Boulog- formación de línea de combate: una lar-
ne, Napoleón comprendió que no po- ga hilera de buques, uno detrás de otro,
dría invadir Inglaterra. Sin una flota que preparados para luchar. Frente a esta
protegiera sus barcazas de desembarco, táctica, Nelson había decidido adoptar
sus tropas no podrían poner el pie en el las técnicas de Rodney o de Jervis: rom-
camino de Londres. Por ello, ordenó a per la línea, pero no por un punto, sino
sus ejércitos que se dirigieran a Alema- por dos, como el primero había hecho
nia. En cuanto a su flota, fondeada en en la batalla de Saintes, en 1782. Era una
Cádiz al mando del almirante Villeneu- táctica arriesgada, porque suponía avan-
ve, junto a la española, dispuso que se zar bajo el fuego enemigo sin apenas
reuniera con la escuadra del almirante Jo- posibilidad de contestar. Pero una vez
sé Justo Salcedo, en Cartagena, y que am- partida la línea enemiga, ésta quedaría
bas se adentraran en el Mediterráneo y cortada en tres trozos, y la vanguardia
hostigaran Nápoles, a fin de dividir a las no podría auxiliar a la retaguardia.
fuerzas austríacas, obligadas a defender Tal riesgo hubiera podido originar la
Momento clave de la batalla: el
Redoutable, de dos puentes, trata también su flanco sur y apoyar a las pe- oposición de sus capitanes, pero éstos
de abordar al Victory, de tres, en el queñas monarquías italianas. Descon- eran un grupo de jóvenes oficiales, en-
que agonizaba Nelson, y lo hubiese fiando definitivamente de Villeneuve, or- tusiastas y admiradores suyos. Mientras
conseguido de no haber llegado en denó su relevo por el almirante Rosily- Nelson explicaba sus planes, el almi-
socorro de su capitana, el Mesros, pero no lo comunicó a Cádiz. rante Calder, modesto vencedor del en-
Téméraire, también de tres puentes
Por su parte, Nelson estableció fren- cuentro de Finisterre, se encaminaba ha-
(por L. P. Crépin, París, Musée
National de la Marine).
te a Cádiz un bloqueo holgado. Sus bu- cia Londres en su buque insignia para
ques desaparecieron tras el horizonte, responder ante un consejo de guerra por
mientras que varias fragatas, ojos y oí- no haber destruido o dañado más se-
dos de la flota, se situaron a la vista del riamente a la flota aliada. Por eso, el se-
Bonaparte, que le había ordenado acu- puerto. Nelson apreciaba tanto el papel gundo en el mando era Cuthbert Co-
dir con su flota a Brest, liberar a la flota de las fragatas que en cierta ocasión di- llingwood, un eficiente oficial, gran ami-
francesa allí bloqueada por los británi- jo: “Si a mi muerte me abrieran el pe- go de Nelson, querido por sus hombres,
cos y, después, zarpar hacia Boulogne, cho, verían sobre mi corazón escrita la apasionado por los árboles y enamora-
para escoltar la fuerza de invasión de In- palabra fragata”. do de España y de la lengua castella-
glaterra allí preparada. Sin embargo, Vi- na. Lord Nelson no tenía subordinados
lleneuve, sabía que la misión era impo- Ataque en doble columna con el relieve, la experiencia o el pres-
sible. Había sido batido por la escuadra El almirante reunió a sus capitanes el día tigio que pudieran discutir sus planes.
británica de Calder, lo cual parecía de- 10 de octubre en el Victory, su buque Sir Horatio, además, les dejó bien cla-
mostrar que los ingleses le esperaban. Y insignia, y explicó su plan. Estaba cla- ro que una vez iniciada la refriega, se
necesitaba desesperadamente suminis- ro que la Flota Combinada, una vez sa- acababan las órdenes: cada capitán debía
tros, para las numerosas tropas que liera de puerto, adoptaría la clásica obrar con independencia y agresividad,

45
Nelson explica su plan de batalla a los capitanes de los buques de su escuadra (detalle de un grabado de James Goldby, Londres, N.M.M.).

atacando a los buques que tuviera más Cartagena, sufriendo las inclemencias del cuanto necesitaran y a Gravina, que obe-
cerca: “Ningún capitán se equivocará si tiempo, que les ocasionarían daños equi- deciera sin reservas a Villeneuve.
coloca su buque al costado del enemi- valentes a una dura batalla. Algunos de Con todo, la propuesta de Alcalá Ga-
go”. Su idea, por tanto, era crear una los mandos franceses manifestaron que liano era tan juiciosa, que el 8 de octu-
melé, en la cual los buques británicos, tal actitud les haría pasar por cobardes. bre se decidió invernar en Cádiz. Pero,
más diestros, mejor tripulados y arma- Esto sentó muy mal a Alcalá Galiano, un el 14, Villeneuve cambió de opinión a
dos, debían imponer su habilidad y fuer- marino tan valeroso como inteligente. Al causa de dos informaciones bien distin-
za a franceses y españoles. El disparo parecer, y esto quizá es legendario o exa- tas: por un lado, supo que Nelson había
a bocajarro no provocaba la temida llu- gerado, el contralmirante francés Magon tenido que ceder parte de sus buques
via de astillas que aniquilaba al enemi- se excedió en sus palabras y el español para proteger un convoy y, por otro, que
go, pero agujereaba más eficazmente el estuvo a punto de retarle en duelo. La el almirante Rosily-Mesros había llegado
casco, y provocaba el hundimiento. Ade- tensión y el malestar era grande entre los a Madrid y no le costó suponer que
más, los tacos de madera que aprisio-
naban la bala en el ánima del cañón sa- Escaño opinó que se debía invernar en
lían disparados envueltos en llamas y, al
chocar contra las jarcias o las velas, pro- Cádiz, mientras se reequipaba la flota
vocaban incendios. aliada y se desgastaba la británica
Criterios enfrentados oficiales de ambas naciones, pues los es- pronto estaría en Cádiz con la orden de
Mientras Nelson y sus hombres brinda- pañoles no se ahorraban los comenta- sustituirle. El golpe era grave para el al-
ban por un triunfo que veían seguro, el rios sobre el abandono en que les ha- mirante, porque deseaba seguir en la es-
8 de octubre los comandantes españoles bían dejado los franceses durante el re- cala de mando y, sobre todo, no ser ig-
y franceses sostuvieron una reunión tor- ciente combate de Finisterre. Por eso, nominiosamente descabalgado de ella.
mentosa para decidir qué hacer. El ma- los problemas se sucedían: por ejemplo, Por todo ello, el 18 decidió salir a la mar.
yor general Escaño, expuso que, a su en- a la llegada de la Flota Combinada a Cá- Gravina hubiera deseado oponerse,
tender, la escuadra debía permanecer diz, el intendente del arsenal de La pues desertores ingleses habían infor-
fondeada en Cádiz todo el invierno. Ello Carraca se negó a facilitar a los france- mado que la flota de Nelson seguía sien-
permitiría reparar y revituallar los buques ses material y provisiones, si éstas no do muy poderosa, pese a la cesión de
y reponer tripulaciones. Mientras tanto, eran pagadas en moneda contante y so- algunos buques, pero tenía las manos
obligarían a los británicos a una dura la- nante. Godoy tuvo que ordenar al ar- atadas. Era ante todo un noble y un mi-
bor de bloqueo de Cádiz, Ferrol y senal que proporcionaría a los franceses litar y estaba obligado por una doble

46
UNA PALIZA
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

obediencia a las órdenes de su rey. En


la tarde del 18 de octubre, fue citado en Almirante Federico
el Bucentaure, buque insignia francés, Gravina. Se le achaca su
y Villeneuve le comunicó que pensaba ciega obediencia a las
dar vela al amanecer. Si mala era la de- decisiones de Villeneuve
cisión de salir, hacerlo al día siguiente (anónimo, Madrid,
constituía un nuevo error: todos sabían Museo Naval).
que los barómetros estaban bajando, lo
que indicaba que antes de tres días se
desencadenaría unos de los típicos tem-
porales otoñales del Estrecho. Con todo,
Villeneuve había decidido zarpar y Gra-
vina replicó que los buques españoles
estarían listos. De inmediato, la señal de
partir se elevó al tope del Bucentaure.
El 19 de octubre, con el alba, se ini-
ciaron las maniobras de salida. A las
8.30, Nelson, en el Victory, su buque in-
signia, fue informado de que las fraga-
tas que vigilaban el puerto habían avis-
tado a seis buques saliendo de puntas.
Quizá no sabía que iba a disponer de
dos días para preparar la batalla.

La gran diferencia
Si las flotas, al menos sobre el papel, pa-
recían bastante equilibradas, donde re-
sidía la fundamental ventaja británica era
en las tripulaciones. Las inglesas eran
muy buenas, forjadas con un entrena-
miento constante en el mar y aunque
la vida era muy dura y la disciplina es-
tricta, la moral era muy alta. Los mari-
neros británicos estaban muy motivados,
adoraban a algunos de sus jefes como
Nelson, Collingwood o Cochrane. Las escuadras
Los barcos franceses y los españoles,
por el contrario, tenían pocos marineros
auténticos. En España, una inadecuada
política hacia la Armada hizo poco ape-
A mbas flotas parecían similares.
Gran Bretaña. 27 buques. 7 de 3
puentes, con unos 100 cañones cada uno;
33 buques contra 27 británicos, y era su-
perior en número de hombres y cañones,
en realidad Nelson estaba en superioridad,
tecible servir en ella. Las malas pagas de- 2 con 80 cañones; 15 con 74 y 3 con 64 ca- pues disponía de buques más grandes y
jaban a las familias de marineros –e in- ñones. Además, 4 fragatas de 40 cañones, su artillería disparaba con mayor ritmo.
cluso de los oficiales– en la miseria. Por una goleta y una balandra. Junto a los ca- Además, varios buques españoles estaban
tanto, se llenaban los barcos de solda- ñones, cada navío contaba con unas 10 ca- en malas condiciones: el Santa Ana, el
dos, de levas forzosas de campesinos de rronadas, un tipo de cañón corto que dis- Rayo y el San Justo tenían graves averías y
tierra adentro o de delincuentes, que re- paraba mortales ráfagas de metralla. En to- otros, por falta de tiempo y pertrechos, no
dimían sus delitos sirviendo en la mar. tal, unas 2.600 piezas de artillería. habían podido reparar convenientemente
La impericia de esta gente era manifies- Francia. 18 buques. 4 de 80 cañones los daños sufridos en el combate de
ta y baja su moral. Después de varios y 14 de 74, junto a 4 fragatas, 1 corbeta y Finisterre.
años de guerra y sin una adecuada es- 2 bergantines, con una media de 40 caño- (*) La suma del número de cañones de los bar-
tructura de entrenamiento y formación, nes. Unas 1.650 piezas. cos no coincide con los totales, que incluyen ca-
España carecía de marineros capaces de España. 15 buques, 1 de 136 cañones, rronadas y obuses. Además, las cifras reales serían
rendir lo necesario en un combate. Por 2 de 112, 1 de 100, 1 de 80 y 10 de 74. algo superiores, pues los capitanes trataban de re-
su parte, la flota francesa no había re- Además, los barcos españoles iban arma- forzar su artillería y embarcaban alguna pieza más.
puesto las bajas producidas durante la dos con obuses, una especie de carronada No se contabilizan los pedreros, pequeños cañones
navegación hasta la Martinica, el regre- perfeccionada y muy eficaz. Unos 1.500 ca- giratorios fijados a las bordas y cofas, que rega-
so y el enfrentamiento de Finisterre. ñones y morteros (*). ban de metralla los barcos enemigos en la lucha a
Se esperaba que en caso de enfrenta- Aunque la Flota Combinada sumaba corta distancia.
miento, los soldados colaboraran en las

47
T R A FA L G A R Neptuno

Scipion
Puerto
21-X-1805 CÁDIZ

Real
Intrepide •
12:10 horas Rayo Cornélie
Formidable • San Fernando
Duguay-Trouin
Flota • Chiclana
británica Mont-Blanc de la Frontera
Africa
Entrepenante Phoebe Asís
Narid
Pickie Sirius S. Agustín Conil
Minotaur
Héros de la
Spartiate Orion Cabo Frontera
Euryalus Victory Furet
Agamemnon Trinidad Roche •
Ajax Britannia
Téméraire Bucentaure
Conqueror
Leviathan Neptune Neptune

Redoutable Cabo Trafalgar


S. Leandro
Dreadnought Prince S. Justo
Sta. Ana
Colossus Belleisle
O C É A N O AT L A N T I C O
Thunderer Polythemus Indoptable
Defiance Tonnant Mars Royal Rhin
Bellerophon Sovereign Fougueux
Achille Monarca
Defense Swiftsure Revenge ESPAÑA
Pluton
Bahama Flota
Aigle hispano-francesa
LUGAR DE
Montañes LA BATALLA
Algésiras
Argonauta
Argonaute Themis
Swift-Sune
Viento
S. Ildefonso Español
Achille Augus
Francés
Príncipe de Asturias
Británico
Berwick
Fragata
S. Juan Nepomuceno francesa

tareas de cargar los cañones o formaran fueron incomprensiblemente desembar-


como fusileros en cubiertas y cofas pa- cadas, pese a la protesta de Gravina.
ra castigar al enemigo. Pero las carro-
nadas británicas segaban las vidas de Una maniobra nefasta
aquellos hombres, y hacía inútil su sa- Durante todo el día 19 de Flota Combi-
crificio. Cargar los cañones era una tarea nada salió de Cádiz con poco viento y
infernal, sobre todo en las baterías bajas, estrechamente vigilada por las fragatas
entre el hedor de la sentina y del haci- británicas. El día 20 el viento refrescó,
namiento, el humo ardiente y áspero de mientras intentaba organizarse en co-
la pólvora, el ruido ensordecedor, las lumnas. A las 15 horas viró hacia el sur,
quemaduras con las mechas o el propio rumbo al Estrecho, con viento suroes-
cañón, el peligro del retroceso... A me- te. Estaba organizada en cuatro cuerpos:
nudo los novatos se aterrorizaban y se escuadra de observación, al mando de
escondían, sembrando la confusión. Gravina; vanguardia, centro y retaguar-
Los barcos españoles salieron a la mar dia. La escuadra de observación debía
armados –aunque con pólvora de esca- actuar como un grupo de exploración y
sa calidad–, con las tripulaciones regla- de reserva, para actuar allí donde hicie-
mentarias, pero sin marineros experi- ra falta. Al ponerse el sol, los navíos de
mentados. Las tropas que ya se habían Vicealmirante Collingwood, segundo de la vanguardia avistaron a la flota britá-
fogueado en Finisterre, y que podían ha- Nelson y jefe de la columna que cortó la nica, mientras Villeneuve ordenaba per-
ber hecho un buen papel en el combate, retaguardia de la Flota Combinada. seguir a las fragatas inglesas.

48
UNA PALIZA
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Neptuno
T R A FA L G A R Scipion
Español

21-X-1805 Intrepide Francés


Rayo Cornélie
12:30 horas Británico
Formidable
Duguay-Trouin
Fragata
Mont-Blanc francesa
Asís
Narid S. Agustín
Entrepenante
Pickie Sirius Héros
Furet
Phoebe Trinidad
Minotaur Orion Bucentaure
Spartiate Euryalus
Agamemnon Neptune
Victory Redoutable
Ajax Britannia
Hortense
Téméraire S. Leandro
Leviathan Neptune Conqueror
S. Justo

Flota Royal S.
Sta. Ana
británica Indoptable
Fougueux Vicealmirante Ignacio María de Álava,
Mars Rhin
Belleisle segundo de Gravina en el mando español en
Monarca Trafalgar, a bordo del Santa Ana.

Pluton Flota
Dreadnought hispano-francesa por entrar en combate, aunque sin ade-
Tonnant
Bahama lantar a sus matelotes (el buque que pre-
Thunderer Prince Polythemus cede en el orden establecido).
Aigle
Defiance Revenge Colossus Bellerophon Montañes A las 10.30 horas todavía algunos bu-
Swiftsure
Achille Algésiras
ques estaban completando las viradas
Defense en la escuadra franco-española. Mientras
Argonauta unos se adelantaban, otros se esforza-
Swift-Sune ban por recuperar su puesto. Esto obli-
S. Ildefonso Argonaute Themis
gaba a unos barcos a quedarse en facha
Achille esperando y los oficiales, inmersos en la
Augus
Príncipe de Asturias tarea de la maniobra, no podían dispo-
Viento ner el inicio del fuego. También impo-
Berwick
sibilitaba tomar alguna contramedida
S. Juan Nepomuceno
contra la táctica de Nelson. Gravina so-
licitó a Villeneuve actuar con indepen-
Al amanecer del día 21, ambas flotas en la larga línea de unos 8 kilómetros de dencia con su Escuadra de Observación,
estaban cerca del cabo Trafalgar, distan- longitud. La virada en redondo situó a pero Villeneuve lo impidió.
ciadas entre sí 4 ó 5 millas. La Combi- la escuadra de observación, mandada
nada formaba una larga línea de batalla por Gravina, a retaguardia, fuera de su El Santa Ana, primero
mal trazada, con rumbo sur, mientras que espacio lógico. El error de Villeneuve A las 11.45 se ordenó abrir fuego en
al oeste, a barlovento, se encontraba la brindó a Nelson una aproximación exen- cuanto el enemigo se encontrase a tiro.
flota de Nelson. Entre las 7 y las 8 de la ta de riesgos, pues la Combinada perdió Ya entonces la flota inglesa se acerca-
mañana, la escuadra británica formó en un tiempo precioso para cañonear a la ba muy rápidamente y Nelson mandó
dos columnas, perpendiculares a la alia- flota inglesa mientras avanzaba sin po- izar su célebre mensaje en banderas de
da, apuntando al centro y a la retaguar- sibilidad de respuesta. Finalmente, a cau- señales: “Inglaterra espera que cada
dia. Al verla aproximarse, Villeneuve or- sa de su precipitada salida, Villeneuve hombre cumpla con su deber”. Cuan-
denó virar por redondo, es decir, cam- no había previsto planes de combate do Collingwood la vio, exclamó: “¡Aho-
biar de rumbo sur a rumbo norte, ca- elaborados y la maniobra sumió en la ra ya sabemos lo que debemos hacer!”.
yendo todos los buques a babor. confusión a los comandantes de buques. Y en efecto, lo sabía. La batalla, por tan-
La maniobra constituyó un tremendo Mientras tanto, los ingleses avanzaban to, no se ganó en el campo de batalla,
error. Si ya la línea estaba algo desor- en dos columnas, encabezadas la del no- sino en la preparación y la planificación
ganizada, eso terminó por desbaratar- rte por el Victory de Nelson, y la del sur y con el trabajo de equipo.
la. Algunos buques, menos maniobreros por el Royal Sovereign, de Collingwood. A las 12.08, el centro de la línea alia-
o peor tripulados, fueron arrastrados Estas columnas no eran perfectas y pron- da largó las enormes banderas de com-
más de lo debido por el viento, que- to los buques, empujados por el viento bate y las insignias de sus comandantes,
dando sotaventeados y dejando huecos de popa, se arracimaron, impacientes y abrió fuego, siendo el Santa Ana, de

49
Formidable
Duguay-Trouin Español
Mont-Blanc
Viento Scipion Francés

Rayo Británico
Neptuno
Asís

Ajax
S. Agustín

Agamemnon Intrepide Héros

Spartiate
Pickie
Orion
Minotaur
Britannia
Narid
Entrepenante Neptune
Africa
Trinidad
Phoebe Swift-Sune
Conqueror Leviathan Capitán Jean-Jacques Lucas, comandante del
Mars
Bucentaure Redoutable. Desde este buque se hizo el
Bahama
Colossus
disparo que terminó con la vida de Nelson.
Victory
Redoutable
Monarca estribor y romper la línea por la popa
Téméraire
Bellerophon del Bucentaure, aprovechando que allí
Fougueux Argonaute existía un hueco dejado por el Neptune,
Aigle
que, aunque sotaventeado, intentaba
Tonnant Montañes Indoptable
ocupar su lugar. El Victory, de 100 ca-
ñones, comenzó a luchar contra el Bu-
Revenge S. Leandro centaure, de 80, intentando lograr su
Sta. Ana Royal S.
S. Justo rendición, y hostigando la aleta de es-
Belleisle Pluton tribor del Trinidad. A salvar al Bucen-
Prince
Achille Defense taure acudieron el Neptune y el Redou-
T R A FA L G A R Defiance
Polythemus
S. Ildefonso
table, éste por babor del buque inglés.
Su capitán Le Petit Lucas, consciente de
21-X-1805 Neptune
la inferioridad de su buque, planeaba
S. Juan Dreadnought
Situación relativa de los Nepomuceno Príncipe
abordar al Victory, pero el terrible fue-
Berwick
buques durante la melé de Asturias go de los ingleses se lo impidió. La línea
estaba rota, y por ella entraron varios
barcos ingleses, enfilando a los buques
Ignacio María de Álava, el primero en se vio forzado a abandonar su buque. franceses y españoles que allí estaban,
hacerlo. Sobre el caía ya el Royal Sove- Mientras se producía ese singular com- mientras otros viraron a babor y ataca-
reign de Collingwood infiltrándose por bate, los buques que seguían a Colling- ron al Bucentaure y al Trinidad, cuya
el hueco dejado por el Indomptable, que wood cayeron sobre toda la retaguardia legendaria fama les atraía.
había caído muy a sotavento. Pero Ála- aliada, dirigida por Gravina desde el Éste fue el momento decisivo del com-
va maniobró, cerrando el paso, y Co- Príncipe de Asturias. bate: los británicos gozaban de una cla-
llingwood se dirigió hacia su popa, ocu- Más al norte, Nelson, con el veterano ra superioridad numérica en dos puntos
pada por el Fougueux, de 74 cañones. Victory, embestía el núcleo aliado, don- concretos de la línea, y la aprovecharon
Éste intentó cerrar el hueco, pero no pu- de se hallaban el Bucentaure y el legen- para destruir a los buques enemigos allí
do detener al gigantesco buque inglés, dario Santísima Trinidad, de 120/130 ca- presentes. Buena parte de la flota alia-
que cañoneó duramente a los enemigos ñones, votado en 1769. Al ver aproxi- da, la vanguardia y la mitad del centro,
al abrirse paso, no sin recibir el fuego marse a Nelson, Hidalgo de Cisneros, en quedó al margen de la lucha, pues sus
del Monarca. El Royal Sovereign, cruza- el Trinidad, mandó poner las velas en fa- buques estaban aproados hacia el nor-
da la línea, viró a babor y se enzarzó en cha, deteniendo así el andar del buque, te, resultándoles imposible acudir rápi-
un combate a toca penoles (a bocajarro) para acercarse el máximo posible al Bu- damente en auxilio de sus compañeros.
contra el Santa Ana, mientras que a su centaure y evitar la ruptura de la línea. Así, la batalla se convirtió en una du-
popa la acción se generalizaba. Ambos ra refriega entre los buques aliados, ais-
colosos, de tres puentes y más de cien La epopeya del Trinidad lados, y los británicos, que los rodeaban
piezas de artillería cada uno, quedaron Eran las 12.45 horas. Tanto uno como y cañoneaban. El Trinidad se vio aco-
desarbolados; Álava y su segundo, Gar- otro buque rompieron el fuego contra el sado, a partir de la rendición del Bu-
doqui, resultaron heridos y Collingwood Victory. Nelson ordenó entonces caer a centaure, por los tres navíos que habían

50
UNA PALIZA
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Batalla de Trafalgar en su primera fase (gouache sobre papel de José María Halcón, Madrid, Museo Naval).

rendido a éste y dos más. Cayeron to- proseguir el rumbo hacia Cádiz, pese a el Rayo y el San Francisco de Asís tam-
dos los palos, el general Hidalgo de Cis- que Villeneuve, antes de rendirse, había bién viraron con lentitud. Dumanoir es-
neros, el comandante Uriarte y más de izado la señal de que todo buque que capó de la batalla, y sería cazado días
600 hombres. Imposibilitado de dispa- no estuviera empeñado en acción, de- después a la altura del cabo Ortegal.
rar, con los costados cubiertos de jarcias bía actuar. Más al sur, la columna de Collingwood
deshechas, velas y arboladura destroza- Uno que vio las señales del almiran- cayó sobre la retaguardia de Gravina de
da, sin gobierno, los ingleses enviaron te e intentó acudir a la batalla fue Ca- forma escalonada: conforme los buques
un bote para preguntar si se rendía, a lo yetano Valdés, comandante del Neptu- aliados avanzaban hacia el norte, iban en-
que los marineros, asomándose a las no, que a falta de viento ordenó botar trando uno a uno en el grupo británico,
portas, respondieron con vehemencia las lanchas para que, a remo, remolca- que los iba destrozando paulatinamente.
“¡No!, ¡no!”. No obstante, no pudieron ran y orzaran el buque, para después di- Los buques ingleses penetraban entre la
sostenerse mucho más tiempo, pues los rigirse hacia el sur, para socorrer al Tri- línea aliada, disparando. Los navíos fran-
británicos cerraron el paso a cuantos bu- nidad. Le siguió la estela el Intrepide, ceses y españoles se defendían bien, y al-
ques intentaron rescatarle. Sin poder pero ambos vieron detenido su avance gunos barcos ingleses pagaron cara la ba-
contestar al fuego enemigo, arrió la ban- por los ingleses Minotaur y Spartiate, talla, como el Belleisle, pero detrás iban
dera a las 16.15 horas. que destrozaron primero a Valdés, y des- entrando nuevas unidades frescas. Cua-
pués al Intrepide. Otros buques, como tro o cinco buques británicos acometían
Muerte y victoria a uno de los aliados, lo inutilizaban o ren-
El Victory, borda con borda con el Re- dían, y atacaban al siguiente. Gravina, en
doutable, luchó denodadamente contra el Príncipe de Asturias, un moderno de
éste. Un tirador situado en la cofa de 112 cañones, no se resignó a esperar, si-
mesana del buque francés distinguió a no que avanzó decididamente hacia el
Nelson paseando por el alcázar, con su enemigo, secundado por Magon, Alcalá
casaca repleta de condecoraciones bor- Galiano y Churruca. Apoyado por su ma-
dadas, y le disparó. La bala penetró por talote de proa, el San Ildefonso, el Prín-
el pecho y se alojó en la columna ver- cipe aguantó la acción durante cuatro ho-
tebral. El almirante inglés cayó a cu- ras, siendo hostigado por diversos buques
bierta, de donde fue recogido y lleva- británicos a los cuales dañó o averió en
do abajo, con el pecho cubierto con un algún grado. Más a popa, Churruca, con
pañuelo para que los marineros no le re- el San Juan Nepomuceno, que cerraba la
conocieran por el uniforme. formación, se movió con decisión hacia
La división, ahora, de vanguardia, al el norte para cubrir al Príncipe y se vio
mando de Dumanoir, se debatía en las envuelto por varios navíos enemigos. El
dudas, y ello supuso que casi un tercio San Juan resistió hasta las 16 horas, cuan-
de la flota aliada no intervino en las dos do la muerte de Churruca, su coman-
primeras horas de combate. Dumanoir Capitán de navío Cayetano Valdés, dante, y las numerosas bajas, imposibi-
vio la batalla perdida, y pensando en sal- comandante del Neptuno en Trafalgar (por litaron la resistencia.
var sus buques de la refriega, ordenó José María Roldán, Madrid, Museo Naval). A las 16.30, viendo que la batalla

51
optaron por incendiarlo. Finalmente, el
23 salió de Cádiz un grupo de barcos
franceses y españoles con la idea de in-
tentar recuperar algún buque apresado
y buscar náufragos: los franceses In-
domptable, Plutón y Neptune, y los es-
pañoles Rayo y San Francisco de Asís,
junto a las cinco fragatas francesas y dos
bergantines. En esta operación se recu-
peraron cinco buques, gracias, entre
otras cosas, a que en algunos, los pri-
sioneros españoles se rebelaron contra
la tripulación de presa, haciéndose con
el barco. Uno de los represados, el Nep-
tuno naufragó de regreso a Cádiz.
Esta expedición también originó pér-
didas: el viejo Rayo, con cincuenta y seis
El Neptune, del capitán Thomas Fremantle, remolca al Victory hasta Gibraltar, donde se le
hicieron algunas reparaciones. El insignia de Nelson llegaría a Inglaterra dos meses después. años de servicio, no soportó esta se-
gunda singladura y se estrelló contra la
estaba perdida, Gravina ordenó la reti- gravemente herido en el codo, fondeó playa de Arenas Gordas; idéntico fin tu-
rada hacia Cádiz. Con habilidad, se za- en la boca de la bahía gaditana a la 1.30 vo el San Francisco de Asís.
fó de sus oponentes y tras su insignia se del día 22 de octubre. Allí, junto con el Quedaron en manos británicas los na-
agruparon algunos buques. Sin embar- también herido Escaño y los demás ofi- víos San Ildefonso, San Juan Nepomu-
go, con sus muchas averías necesitó que ciales supervivientes, celebró consejo de ceno y Bahama, pero sólo pudieron re-
la fragata francesa Thémis lo tomara a comandantes a las 9 de la mañana. Cons- parar el primero, que utilizaron con el
remolque. Siguieron su estela once bu- cientes de que los británicos no podrían mismo nombre. El Trinidad aguantó los
ques. Atrás quedaban dieciocho captu- marinar (poner marineros en los buques embates del mar hasta el día 24, en que
rados, entre ellos el Trinidad, el San rendidos, para llevárselos) en todos los comenzó a hundirse. Los ingleses eva-
Juan Nepomuceno, el San Ildefonso, el barcos capturados, prepararon una ope- cuaron a los tripulantes españoles, pero
Bahama, y el Monarca. A las 18 horas, ración de rescate con los buques super- no hubo tiempo material de sacar a los
el Achille, francés, estalló. Media hora vivientes a la batalla, pero no pudo ha- más de cien heridos que se encontraban
después, se oyeron los últimos cañona- cerse a la mar a causa del temporal. en la bodega, y que se ahogaron cuan-
zos. La batalla había terminado. El mismo mal tiempo afectó a los bri- do el gigantesco buque se sumergió.
tánicos, mientras reparaban de urgencia El destino de la flota francesa no fue
Tremendo balance los maltrechos navíos capturados y tra- mejor. Con Dumanoir escaparon cuatro
Mientras los maltrechos buques condu- taban de hacerlos navegar: Redoutable, buques, que navegaban hacia Francia
cidos por Gravina se dirigían a Cádiz, la Argonaute y Monarca se hundieron y el cuando fueron capturados el 4 de no-
mar comenzó a levantarse. Gravina, San Agustín estaba tan dañado que viembre. Llegaron a Cádiz Neptune,

Pérdidas aliadas
Buques que Libres perdidos Apresados Apresados Apresados que Hundidos Apresados
llegaron a Cádiz en el temporal hundidos que se se liberaron durante
liberaron y hundieron la batalla

Príncipe Asís Argonauta Santa Ana Neptuno San Ildefonso


E S PA Ñ O L E S

San Leandro Rayo Monarca Nepomuceno


San Justo San Agustín Bahama
Montañés Trinidad
Asís
Rayo

Neptune Indomptable Fougueux Aigle Achille Swift-Sure


FRANCESES

Plutón Berwick Algésiras (*) Formidable


Argonaute Intrépide Duguay-Trouin
Héros Bucentaure Mont Blanc
Indomptable Redoutable Scipion

52
UNA PALIZA
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

La tripulación del navío


español Neptuno,
refugiada en las rocas
del Castillo de Santa
Catalina, contra las que
había sido arrojado su
maltrecho buque (por
Francisco Sans, Madrid,
Palacio del Senado).

Plutón, Argonaute, Héros e Indompta- progresismo intelectual desaparecieron, pero tuvieron que llorar la muerte de su
ble. En la salida para represar buques, justo cuando España iba a entrar en una mejor almirante, lord Nelson.
se perdió el Indomptable, aunque re- de las crisis más duras de su historia. Después de Trafalgar, la Armada espa-
cuperaron al Aigle y al Algésiras. Nau- Los franceses tuvieron 4.600 bajas, a ñola aún era potente, con unos 40 bu-
fragaron: Achille, Redoutable, Intrépide, las que deben añadirse las 600 sufridas ques de línea. Pero sólo 15 eran opera-
Berwick, Fougueux y Bucentaure. Que- en el cabo Ortegal: 5.200 (3.700 muer- tivos y ya no tenía mandos para ella. Ha-
dó en poder de los ingleses el Swift- tos). Entre sus oficiales, fallecieron Ma- bían muerto marinos irreemplazables: ca-
Sure. El desastre era terrible: tanto Es- gon e Infernet, entre otros. Lucas quedó si todos los altos oficiales de la flota es-
paña como Francia habían perdido dos prisionero y Villeneuve se suicidó ca- pañola fueron bajas, provisionales o de-
terceras partes de la flota. Napoleón or- mino de París. finitivas. Los problemas económicos se
denó la reconstrucción de la Marina. Es- Los británicos sufrieron 1.700 bajas (450 acumulaban, y era impensable no sólo
paña no podía hacerlo. muertos) y no perdieron ningún barco, reconstruirla, sino incluso mantenerla.
aunque algunos quedaron muy dañados, Era imposible recibir suministros para
Marinos insustituibles
Pero lo peor, fueron las pérdidas hu-
manas. Los buques españoles, de du- La caza de Dumanoir
ras maderas tropicales, soportaron bien
los embates de las balas británicas, li-
mitando la mortandad entre las tripula-
ciones. En la batalla se registraron unas
D umanoir-Le Pelley escapó del comba- del Formidable, el Mont Blanc y el Scipion. Las
te hacia Francia, viendo la batalla per- fragatas y los navíos acosaron a la cola de
dida. Su buque insignia, el Formidable, ha- la línea francesa, las primeras por babor y los
2.500 bajas (poco más de mil muertos), cía tanta agua que fue preciso aligerarlo arro- segundo por estribor, formando una pinza,
pero en los combates por recuperar bu- jando al mar los cañones de provocando graves daños en
ques y en las maniobras de rescate de la batería superior. El 2 de su fuego cruzado. Viendo así
los numerosísimos náufragos se sufrió noviembre, el oficial britá- la situación, Dumanoir or-
un millar más (200 muertos). Murieron nico Strachan, al mando de denó virar, quedando la lí-
marineros de todos los rincones de Es- cuatro buques de 80 y 74 nea atrapada entre las fra-
paña y América, y entre ellos, los gran- cañones y algunas fragatas, gatas por un lado y los na-
des marinos de la España de la época: le descubrió a la altura del víos por otro. Finalmente,
Gravina, Alcalá Galiano, Churruca y Al- cabo Finisterre, y comenzó sus buques se rindieron. En
cedo, encabezaron el listado. Otros que- la persecución. Dos fragatas 1809, liberado por los in-
daron heridos, como Álava, Escaño, Hi- y dos buques de línea al- gleses, Dumanoir fue juz-
dalgo de Cisneros... El drama, por tan- canzaron a Dumanoir en el gado en consejo de guerra,
to, no sólo fue humano y técnico, sino cabo Ortegal, y formó línea se aceptaron sus explicacio-
también cultural: un magnífico grupo de de batalla con el Duguay- Dumanoir, un jefe de dudosa nes, y se le exoneró de todo
pensadores que figuraban en la van- Trouin en cabeza, seguido conducta en Trafalgar. cargo.
guardia de la ciencia española y del

53
Por los mismos días que Villeneuve y Federico Gravina ha sido acusado de
Gravina salían de Cádiz a enfrentarse con ceder en exceso ante el Gobierno y Bo-
Nelson, Bonaparte derrotaba a los aus- naparte, y sus contemporáneos le acha-
tríacos en Ulm, y unas semanas después, caron buena parte de la responsabilidad
a los austríacos y rusos en Austerlitz. En en el combate. Según el cronista José
definitiva, Trafalgar no fue una derrota Vargas Ponce, Gravina, al no oponerse
decisiva a corto plazo. Napoleón aún go- a la batalla contribuyó a la perdición de
bernó Europa durante nueve años más. la flota, que él consideraba segura.
Pero Trafalgar permitió a Gran Bretaña Actor fundamental fue Godoy. Como
comerciar con la América española, com- han destacado recientemente los histo-
pensando así sus pérdidas derivadas del riadores José Cayuela y Ángel Pozuelo,
bloqueo continental, y sostener la lucha sus ambiciones personales estaban liga-
contra Francia. La importancia de Tra- das a Napoleón, por lo que los deseos
falgar es, por tanto, relativa en el con- del corso eran prontamente suscritos por
junto de las guerras napoleónicas, pero el valido extremeño. Sin las órdenes de
muestra la especial relevancia de la Godoy, Gravina no hubiera dado la vela

La importancia de Trafalgar es relativa


Cosme Damián Churruca, comandante del San
Juan Nepomuceno, uno de los destacados
en la época napoleónica, pero la victoria
marinos españoles muertos durante la batalla. de Villeneuve hubiera cambiado Europa
reparar las arboladuras, las jarcias y las guerra en el mar. Si Villeneuve hubiese y Villeneuve hubiera permanecido en
velas. Sin Armada, el cordón umbilical derrotado a Nelson, quizá toda la histo- Cádiz, amparándose frente a su poco pa-
que mantenía ligadas España y América ria europea hubiera sido diferente. ciente señor en la prudencia de los es-
se quebró: cruzar el Atlántico sorteando Dada la trascendencia de Trafalgar, no pañoles. Hubiera perdido el mando, pe-
los buques de bloqueo británicos se con- es extraño que la historiografía nacio- ro hubiese salvado su flota y la vida.
virtió en una heroicidad. Gran Bretaña nalista enturbie nuestra visión del en- Es curioso cómo se parece Trafalgar a
suplantó a España como proveedora de cuentro entre tres naciones en guerra. la batalla de Santiago de Cuba, libradas
productos para la América española. ¿Quién fue el responsable del desastre ambas por almirantes muy presionados
Napoleón sí pudo rehacer una Arma- de Trafalgar? La figura más vilipendia- políticamente, con flotas bloqueadas en
da poderosa, pero tampoco tenía mari- da ha sido, sin duda, el almirante Pie- el puerto. Y las críticas vertidas contra
nos para dirigirla. Estaban muertos o pri- rre Charles Villeneuve. Sin embargo, lo Gravina nos recuerdan aquella que un
sioneros en los pontones ingleses, y sin cierto es que Villeneuve fue víctima de marino europeo dijo de Pascual Cerve-
poder sacar sus buques al mar, no pudo las circunstancias: las órdenes de Napo- ra: “Debería haberse sacrificado a su Go-
formar los relevos adecuados. Al Em- león, subrayadas por el temor que le bierno, antes que sacrificar su escuadra”.
perador no le quedó otra salida que el provocaba el Emperador, los problemas Doscientos años después de la batalla,
bloqueo continental para tratar de aho- de reparación y daños, la complicada lo- se siguen discutiendo las razones de la
gar económicamente a Gran Bretaña. gística, contribuyeron a ofuscar a un ma- victoria británica. Actualmente, ya no se
Pero en aquel invierno de 1805, a Na- rino que se enfrentaba al mayor genio valora tanto ni la puntería ni la rapidez
poleón no le preocupaba esta situación. naval de su época. de fuego de los barcos ingleses, aunque
lo cierto es que sus artilleros tenían más
experiencia y, por tanto, mayor veloci-
El fin de Gravina dad de carga. Los cañones ingleses pre-
cisaban menos servidores, y ello redun-

F ederico Gravina y Nápoli fue herido en


el codo y brazo izquierdo a bordo del
Príncipe de Asturias, que pudo llegar a Cá-
27 de octubre. Lo normal en caso de he-
ridas graves en los miembros era amputar
y cauterizar, para prevenir las infecciones.
daba en poder utilizarlos mejor.
Básicamente, la batalla se ganó gra-
cias a la pericia marinera y la capacidad
diz. El médico de a bordo, Fermín Nadal, El 7 de diciembre, Gravina fue operado británica para reparar los destrozos oca-
le efectuó una pequeña cura. Durante la para extraer tres esquirlas. La herida pa- sionados por el fuego enemigo, virtu-
tormenta del día 22, el Príncipe con otros recía evolucionar bien, y por ello se des- des que brillaron por su ausencia en los
buques, esperó a la entrada del puerto; ese cartó la amputación. buques aliados. La agilidad de manio-
día subió a bordo el cirujano mayor del Pero el enfermo fue empeorando lenta- bra de los isleños contrastó con la len-
Hospital Real de la Armada, Carlos Ame- mente, en opinión del profesor Diego Fe- titud de los continentales. También fue
ller, para reconocer tanto al general como rrer de la Riba, por la infección produci- decisiva la información: los británicos
a su segundo, Escaño. da por las gasas sin esterilizar que se in- sabían a cuántos buques iban a atacar,
Ambos participaron en las operaciones troducían en la herida. Finalmente, Gra- cuál era su estado y situación. Por el
de rescate y no bajaron a tierra hasta el día vina murió en marzo de 1806. contrario, la ignorancia era absoluta en
el campo aliado. ■

54
El triunfo de Nelson

DECISIVO
Trafalgar supuso para Gran Bretaña el final de la
pesadilla de la invasión napoleónica. Michael
Alpert expone la grave amenaza del paso del Canal
por las tropas francesas, las dificultades de todo tipo
que tuvo que vencer Londres para conjurar el peligro
y el enorme alcance final de su victoria
Estatua de Nelson, erigida en Trafalgar
Square, Londres, a mediados del siglo XIX.

E
n el centro de Trafalgar Squa- sino también fundamental en la histo- el pueblo inglés el ogro, el coco con el
re de Londres se yergue una ria europea. ¿Hasta qué punto reflejaba cual se amenazaba a los niños traviesos,
columna de 45 metros de al- esta visión la verdad? y los soldados franceses, salvajes dedi-
tura, en cuya cumbre se en- cados al botín, al asesinato y a la viola-
cuentra la estatua del almirante Hora- Bajo amenaza ción. El Gobierno inglés juzgaba que era
tio Nelson, muerto en la batalla con- Para poder resistir una invasión, Ingla- peligroso hacer la paz con Bonaparte,
tra las escuadras francesa y española terra necesitaba dominar los mares al- que estaba en posesión de la mitad de
del 21 de octubre de 1805, a la altura rededor de sus costas. En 1588, la Navy Alemania, Países Bajos, Suiza, Saboya,
del cabo Trafalgar. El monumento re- isabelina había rechazado a la Armada Lombardía, Piamonte, Génova, los Es-
fuerza la autoimagen de Inglaterra co- Invencible. Ahora, con el auge de Bo- tados Pontificios y Nápoles y era jefe de
mo nación primordialmente marítima, naparte, cuyas ambiciones imperiales un país que, según los panfletarios in-
isla protegida por aquellos acorazados había combatido Inglaterra desde 1793, gleses, estaba compuesto de regicidas,
amenazadores y grises que patrullan el y que era Primer Cónsul vitalicio, es de- asesinos, jacobinos, ateos y anarquistas.
canal de La Mancha, de los que habla- cir, un dictador, una vez más el peligro La lucha inglesa contra Bonaparte du-
ba George Orwell en 1939 en su ensa- de invasión se cernía sobre Inglaterra. raría hasta que el duque de Wellington
yo sobre la literatura que leían los ado- Se dudaba de la sinceridad de Bonaparte y los prusianos lo derrotasen en la ba-
lescentes ingleses. ¿Se podría aventurar al firmar la Paz de Amiens de 1802, de talla de Waterloo de 1815. Ya antes, las
que la consecuencia de una victoria modo que, después de algunos meses fuerzas francesas habían sido derrotadas
franco-española en Trafalgar hubiera si- en los cuales miles de ingleses curio- en España y tuvieron que retirarse de
do una Inglaterra actual muy diferente, sos viajaron a París para observar los re- Rusia con enormes pérdidas. Pero to-
quizás más europea? Cuando se cele- sultados de la revolución, incluso para do esto, en 1803, pertenecía a un futu-
bró el pasado julio –por asegurarse el experimentar la sensación de horror al ro lejano e impredecible. A comienzos
buen tiempo– el 200 aniversario de Tra- contemplar los lugares donde la guillo- de siglo, Napoleón, simplemente, do-
falgar, el suceso fue recordado no só- tina había realizado su obra durante el minaba Europa. Sin embargo, ya había
lo como un episodio anglocéntrico, Terror, Inglaterra se puso febrilmente a sufrido reveses navales: cabo San Vi-
rearmarse. cente el 14 de febrero de 1797, golfo de
MICHAEL ALPERT es catedrático de Historia La guerra contra Francia se declaró el Abukir el 8 de julio de 1798 y Copen-
Contemporánea, Universidad de Londres. 18 de mayo de 1803. Napoleón era para hague en abril de 1801, en todos los

56
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Últimas instrucciones de Nelson antes de iniciar el combate en Trafalgar. Los señaleros disponen las banderas con las órdenes a la escuadra.

cuales tomó parte Nelson, cuya extra- que Londres cayera en manos del ene- Los bulos circulaban incontroladamen-
ordinaria carrera militar se desarrolló en migo. Por todo el país, los ciudadanos te: Napoleón, el bandolero, el asesino,
las guerras contra la Francia revolucio- practicaban instrucción militar en un am- el ogro, el déspota estaba construyendo
naria y contra la napoleónica, entre 1793 biente resuelto y a la vez temeroso ante o un puente o un túnel para cruzar el
y 1805, en las que perdió un ojo (asedio la invasión inminente. Se prepararon ho- Canal.
de Calvi, 1794) y un brazo (ataque a Te- gueras, como en los días de la Invenci- Los barcos ingleses que bloqueaban
nerife, 1797). ble, para comunicar de un extremo a otro las costas francesas, y los agentes se-
de Inglaterra la llegada de los invasores. cretos destinados en Francia, dieron ca-
Esfuerzo sobrehumano bal información del brillante día, 16 de
La participación inglesa en la lucha con- agosto de 1804, cuando Bonaparte pa-
tra Napoleón supuso enormes presiones só revista a la Grande Armée que de-
sobre el Gobierno, sobre la incipiente bía de invadir Inglaterra. Por los campos
economía industrial y sobre la población, verdes, encima del acantilado, cerca
que totalizaba diez millones en con- de Boulogne, se extendían colum-
traste con los 27,3 millones de Fran- nas rutilantes de cascos, corazas,
cia. Había que reclutar ejércitos, ves- sables y bayonetas. Aquel
tirlos, armarlos y pagarlos. La Ro- día, desde una plataforma
yal Navy estaba descuidada, con ornada de doscientas
muchos barcos varados en los banderas cogidas al ene-
puertos y sus mandos, a media migo, el Emperador, sen-
paga. Había que tripular los tado en un trono antiguo
barcos con marineros reclutados a la de la monarquía francesa,
fuerza entre la población marinera de ante ochenta mil infantes y
los puertos. Se construyeron febril- veinte escuadrones de caballería, con-
mente defensas costeras, algunas de las decoró a dos mil de sus soldados con la
cuales han sobrevivido hasta hoy. Inclu- El Victory, buque insignia británico, tres nueva Legion d’Honneur.
so se planificó la construcción de otra se- puentes, cien cañones y, probablemente, Tan confiado estaba Napoleón en su
de de Gobierno, ante la eventualidad de unas diez carronadas. éxito que hizo acuñar una medalla que

57
Invectivas entre Napoleón y el personaje popular John Bull a través del Canal (viñeta satírica inglesa de comienzos del siglo XIX).

llevaba su cabeza rodeada de laureles y escasa fiabilidad meteorológica, pues y de otros puertos y presentarse en el
la inscripción “Frappé a Londres en cualquier marejada o viento contrario Canal con toda su escuadra. Para esto
1804”. Mandó también desplegar el cé- haría muy difícil maniobrar la flota in- necesitaba un imán que alejase a la Ro-
lebre Tapiz de Bayeux, que conmemo- vasora, que debía consistir en nada me- yal Navy de las costas inglesas.
ra la victoria, en 1066, de Guillermo de nos que 2.293 embarcaciones. En diciembre de 1804, España decla-
Normandía sobre el rey inglés Harold Sería imposible, por ejemplo, embar- ró la guerra a Inglaterra, poniendo su es-
y la imposición del dominio normando car 150.000 hombres, ocho mil caballos cuadra a disposición de Francia. Bona-
sobre Inglaterra. Ha debido ser uno de y cuatrocientos cañones durante una so- parte ordenó a sus escuadras romper el
los máximos ejemplos del cuento de la la marea alta. Pero, sobre todo, Bona- bloqueo inglés, haciendo vela al Cari-
Lechera hasta la fanfarrona visita del ma- parte necesitaba garantizarse durante be y amenazando las colonias inglesas,
riscal Goering a los mandos de la Luft-
waffe, dramatizada en la película La Ba- Por las Islas Británicas circulaba todo
talla de Inglaterra.
tipo de rumores y Napoleón se convirtió
La muralla del Canal
A pesar del triunfalismo napoleónico, no
hasta en el COCO que asustaba a los niños
era fácil construir la cantidad de barca- algunos días la superioridad de su ma- para atraer a los buques británicos. Lue-
zas que el Emperador necesitaba para rina en el Canal. go debían de volver a toda prisa, unién-
transportar sus huestes a través del Ca- Desde el punto de vista británico, ha- dose con la armada española, para do-
nal. Había que encontrar suficientes ba- bía que impedir la entrada en el Canal minar el Canal, proporcionando el tiem-
ses en la costa francesa; alojar a las tro- de una flota enemiga. Tal era la función po requerido para la invasión (ver La
pas requería esparcirlos a veces a gran- de la escuadra inglesa destacada a la al- Aventura de la Historia, núm. 81, julio
des distancias. El Estado Mayor tendría tura del cabo de Ouessante frente a 2005, “La batalla de la niebla”).
que inventar sistemas logísticos de gran Brest. El único modo por el cual Bona- Las posibilidades de éxito de este plan
complicación. Más que nada, habría que parte podría asegurarse el control del eran pocas, dado que exigía evasiones
solucionar el problema permanente: la Canal era burlando el bloqueo de Brest simultáneas desde una serie de puertos

58
EL TRIUNFO DE NELSON, DECISIVO
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

bloqueados y, además, que Inglaterra de- catafalco, a los acordes de la marcha fú-
bilitara sus defensas para proteger sus nebre de Händel, desfiló toda la tripu-
colonias. En todo caso, no funcionó el lación del Victory, barco insignia del al-
proyecto. Villeneuve y Gravina lograron mirante conservado todavía en la base
organizar una escuadra y partir hacia de Portsmouth. No se repetirían seme-
Martinica, pero la flota de Brest no con- jantes escenas hasta el entierro de Chur-
siguió romper el bloqueo y la de Ro- chill, en enero de 1965. Unos años des-
chefort no logró unírseles. Después de pués, se irguió la columna desde don-
algunas operaciones, Villeneuve regre- de el almirante Horatio Nelson con-
só del Caribe y, tras un encuentro con templa hoy la ciudad de Londres, tan
los británicos en Finisterre –de malos re- diferente de París, al cual hubiera aca-
sultados materiales y controvertido re- so podido parecerse si los franceses hu-
sultado político–, fondeó en Cádiz en biesen ganado la batalla de Trafalgar.
agosto de 1805. Aquella batalla significó no sólo que
la invasión de Inglaterra, siempre difí-
Triunfo y muerte de Nelson cil por cuestiones logísticas, era ya im-
Y cuando, contra las opiniones más sen- posible, sino también que, pese a sus
satas, la escuadra franco-española salió victorias en Ulm (20 de octubre de 1805)
de Cádiz, rumbo al oeste, fue intercepta- y Austerlitz (2 de diciembre de 1805),
da por Nelson a la altura del cabo Tra- Horatio Nelson en la época de Trafalgar, con
Napoleón no logró un triunfo definitivo.
falgar, el 21 de octubre de 1805, logran- 47 años (La Ilustración española y El Reino Unido seguía en pie y gracias
do un triunfo absoluto. El saldo de unas Americana, grabado coloreado por E.O.). al prestigio y al poder de su Royal Navy,
cuantas horas de lucha era de catorce mil sus diplomáticos siguieron impulsando
bajas (muertos, heridos y prisioneros) en lleció. Se preservó su cadáver en un ba- alianzas antinapoleónicas y sus milita-
la escuadra combinada, contra 1.700 in- rril de coñac para que fuera repatriado res, desplegando campañas bélicas –co-
gleses, el almirante Villeneuve hecho pri- y enterrado debidamente. mo las de la península Ibérica– que mi-
sionero con veinte de sus barcos captu- Los funerales de Nelson fueron cele- naron el poder del Emperador hasta des-
rados o hundidos durante la batalla o el brados solemne y multitudinariamente truirle. Sin Trafalgar, le hubiera sido po-
posterior temporal, por ningún barco in- en Londres el 9 de enero de 1806. Fi- sible a Bonaparte crear un Imperio en el
glés. Nelson, sin embargo, fue herido por las de soldados se alinearon a lo largo Caribe, mientras que España, con su flo-
una bala disparada por un fusilero fran- de las calles, entre el Almirantazgo ta intacta, hubiera podido defender el
cés. Llevado abajo, en poco tiempo fa- y la catedral de San Pablo. Detrás del que tenía en América. ■

Entierro de Nelson, el 8 de enero de 1806: la procesión de barcas condujo su catafalco desde Greenwich hasta el Almirantazgo y, desde allí, a la
catedral de San Pablo. Hasta su llegada a Londres, el cadáver del almirante fue conservado a bordo del maltrecho Victory en un barril de coñac.

59
Fulgor y muerte de un mito

NELSON
El aplastante triunfo británico en Trafalgar sólo se explica por el genio del
almirante. Gregorio Cayuela relata su compleja biografía: mal visto en
la alta sociedad británica y el Almirantazgo por su falta de alcurnia, su
vertiginoso ascenso, su independencia de criterio y su público adulterio,
era venerado por el pueblo, que lo convirtió en héroe y mito

E
l almirante Horatio Nelson fue protestante que actuaba como rector en
un hombre que hubo de va- el área de Burham Torpe. Quedó pron-
lerse esencialmente de sus mé- to huérfano de madre, Catalina Suckling,
ritos para sustentarse dentro hallándose determinada su carrera en la
del contexto de la elite británica. Sus orí- Marina desde el principio a través de la
genes sociales no lo vinculaban de for- trascendental figura de su tío Maurice
ma abierta con los valores aristocráticos Suckling, intendente de la Armada bri-
predominantes en el sistema de mandos tánica, quien le introdujo a los once
de la Royal Navy a finales del siglo XVIII. años de edad como grumete en el na-
Por ello al principio de su carrera, y a vío Raissonable. A tal efecto, el princi-
pesar de sus éxitos posteriores, tampo- pio de la endogamia propio de la épo-
co fue un hombre ajeno a utilizar los ca se hace patente en los inicios de Nel-
conductos endogámicos habituales de son, pues de otro modo hubiese sido
acceso al mando, tan característicos de muy difícil su acceso a dicho cuerpo
aquella Marina. No obstante, Nelson des- profesional. Es más, entre 1759 y 1777
taca extraordinariamente sobre el resto sería el propio Maurice Suckling quien
de sus compañeros de generación, y so- le avalase para su iniciación en las ex-
bre los propios jefes bajo los que sirvió. pediciones ultramarinas, en especial las
Entonces, ¿dónde finaliza la realidad de de la India y el mar del Norte, asentán-
Horatio Nelson, en 1777, cuando contaba
Horatio Nelson y dónde empieza el mi- 19 años y estaba a punto de ascender a
dose durante dicha fase la mayor parte
to?, ¿cuándo acabó transmutada su figu- teniente de navío (por John Rigaud). de sus mejores conocimientos náuticos.
ra de “hombre” a “héroe”?
Al respecto, la interrelación de la fi- ra es ya de clarificar las luces, que fue- La mano del tío Suckling
gura de Nelson con la victoria de Tra- ron múltiples, pero también las sombras, Tras pasar el correspondiente período
falgar, la defensa de Inglaterra y la con- de aquel almirante. como guardiamarina en la fragata Wor-
traposición con la otra mitificación gi- En primer lugar, es necesario situar a cester, alcanzó el grado de teniente de
gantesca de la época, el emperador Na- Nelson en un contexto social que ayu- navío a los 19 años, y a los 21 años, en
poleón Bonaparte, han hecho que se di- de a entender su rápida capacidad de 1779, fue nombrado capitán al mando
luya en el tiempo mucha de la dimen- ascenso, así como la búsqueda del éxi- de la fragata Hinchinbroock. Si bien sus
sión humana del afamado marino. Ho- to castrense, a partir de su talento, co- habilidades para las cuestiones del mar
mo forma de estabilidad profesional y eran ya indudables, como pudo de-
JOSÉ GREGORIO CAYUELA FERNÁNDEZ es profe-
patrimonial. Nació en el seno de una fa- mostrar a las órdenes del almirante
sor de Historia Contemporánea, Universi- milia con muy limitados recursos eco- Hood durante la guerra contra los in-
dad de Castilla-La Mancha, coautor de Tra- nómicos el 29 de septiembre de 1758. dependentistas estadounidenses hasta
falgar. Hombres y naves entre dos épocas. Su padre, Eduard Nelson, era un clérigo 1783, tras estos ascensos se hallaba

60
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

todavía la mano de su tío, casado, ade- El segundo punto genérico a tener en carrera. En la nueva tesitura mercantil
más, en segundas nupcias con la hija del cuenta es que Nelson fue una figura sin- y diplomática entre Europa y la joven
primer barón de Walpole. gular en el marco de la estrategia marí- nación estadounidense, no eran pocos
Es decir, como proceso inherente al tima, pero dentro de una cadena gene- los comerciantes que incumplían la le-
momento, las influencias sociales en racional de mandos británicos que acu- gislación marina en su propio provecho.
aquella Inglaterra representaron su pri- mularon un importante legado de co- Nelson, contraviniendo incluso los de-
mera base dentro de la Armada. No en nocimientos procedentes de los albores signios e intereses del almirante Hughes
vano, para el último ascenso referido, se del siglo XVIII. De este modo, los almi- en tales asuntos, intentó poner orden so-
saltaron a un buen número de candi- rantes Rooke, Vernon, Rodney, Hood o bre la actitud de muchos empresarios
datos con más veteranía y experiencia Jervis representan destacadísimos ante- británicos y norteamericanos en puertos
que él dentro de la Marina. La mano de cedentes en la profunda formación na- del Nuevo Mundo, lo que le valió ha-
los Walpole no anduvo lejos. Aquello le val y táctica de Nelson, no siendo su fi- llarse al borde de un proceso judicial y
comenzó a granjear desde joven fuertes gura tan sólo fruto de la casualidad del la animadversión de buena parte del Al-
recelos entre algunos sectores del Al- genio, sino más bien de la brillante mirantazgo de entonces.
mirantazgo y entre ciertos círculos de la orientación náutica que él supo apren-
aristocracia británica. Era para muchos der en función de la empírica del pa- Cadena de éxitos
“el advenedizo hijo de un clérigo”, y sus sado y de la experiencia del presente. La gran oportunidad de su trayectoria
raíces sociales no se correspondían con Nelson completó su formación mari- personal se produjo, como para otros
los papeles propios de las castas domi- nera con diversas estancias en el exte- muchos hombres de aquel período, a
nantes inglesas. Como se desprende de rior, asumiendo finalmente el mando de partir del desencadenante que supusie-
algunos de sus escritos personales, la ne- la fragata Boreas, con singladuras en las ron las guerras posrevolucionarias con-
cesidad hizo más por los orígenes de su Indias Occidentales. No obstante, du- tra la Francia de la época. La guerra como
carrera que su posteriormente mitifica- rante los años ochenta se desencadenó terrible impulsor profesional y laborato-
da ansiedad de gloria. un grave incidente que casi le cuesta la rio vital. Desde 1793, Nelson intervino en

La muerte de Nelson, en el
sollado de popa del Victory.
En pie, el capitán Hardy;
Beatty, el cirujano, le toma el
pulso; Scott, el capellán,
trata de reanimarle frotándole
el pecho (óleo de Arthur
William Devis, Londres,
National Maritime Museum).

61
Casa de campo de Nelson, en la que vivía con su amante, Emma, y con el marido de ésta, el diplomático sir William Hamilton: tria juncta in uno.

la Primera Coalición contra los intereses No obstante, es también de interés ob- Bonaparte había eliminado toda oposi-
franceses en el Mediterráneo, esta vez ba- servar las propias limitaciones de Nelson, ción en su camino hacia El Cairo y sus
jo la autoridad de Hood y al mando del puestas en evidencia durante el mes de tropas exploraban y avanzaban hacia el
navío Agamenon. Su carrera giraría des- julio de aquel 1797 en los trascendenta- Alto Egipto, Nelson, al mando del Van-
de esos momentos de forma radical: del les intentos de asedio a Cádiz y a Santa guard y jefe de la expedición naval bri-
“hombre de las relaciones”, con ya un in- Cruz de Tenerife, donde perdió su bra- tánica, le dejó aislado de Francia, al con-
negable talento, pasaría a ser el “hombres zo derecho. Pocas veces referidos en seguir una gran victoria sobre sus 13 na-
de los éxitos” por la praxis de sus inno- profundidad por la historiografía de la víos. La nueva estrella de la Royal Navy
vaciones tácticas. En aquella campaña se mitificación, el fracaso de tales asedios dobló la línea rival introduciendo parte
distinguió especialmente en la toma de demostró su frágil capacidad para el ata- de sus buques entre la costa y la línea
Calvi, que le costó la visión del ojo de- que sobre posiciones terrestres, en con- formada por los franceses, a los que ba-
recho. No obstante, la principal ocasión traposición con su habilidad táctica para tió buque a buque por babor y estribor.
que le lanzó a la fama y que le permitió combates en mar abierto o cercanos a la La táctica había sido directa, rápida, lim-
demostrar su perspicacia táctica se ges- costa. De este modo, el punto culmi- pia y contundente. Con ello, el “hijo del
tó en la batalla del cabo de San Vicente nante de su ascendente personalidad an- clérigo” recibió, sin que el más acérrimo
contra la Armada española del almiran- tes de Trafalgar lo alcanza precisamen- de sus enemigos en Londres pudiera re-
te José de Córdoba, en febrero de 1797. te a poca distancia de la orilla, el 1 de batírselo, las baronías del Nilo y de
El mando de la Escuadra británica se ha- agosto de 1798, durante la batalla del Ni- Burnham-Thorpe, así como una pensión
llaba en manos de otro viejo amigo y lo contra la escuadra francesa del almi- de 2.000 libras anuales vitalicias.
mentor, el almirante Jervis, desempe- rante Breuys, en el curso de la expedi- Horatio Nelson, de jefe con gran pres-
ñando Nelson el cargo de comodoro en ción napoleónica a Egipto. Si bien tigio, se trocó desde entonces en el ma-
aquella acción y fue su decisión y arro- rino por antonomasia del pueblo britá-
jo lo que otorgó una situación de supre- nico. Había alcanzado la popularidad.
macía táctica a los ingleses. Nelson, sin
esperar la decisión de su superior a cau- Espía y amante
sa de la urgencia, logró evitar un con- Fue entonces cuando realmente se ini-
tragolpe de la Escuadra hispana adelan- ció el mito y la posterior fascinación his-
tándose sobre las unidades rivales con su toriográfica por su figura. Desde este
navío Captain y los buques que le se- punto crecería ilimitadamente su presti-
guían en columna. Aquella circunstancia gio, minimizándose sus errores y agi-
entregó a los ingleses el trascendental fac- gantándose sus éxitos. A partir de esa
tor de la iniciativa, logrando que la es- época, en 1799, se asentó definitiva-
cuadra de Jervis, con 15 buques, pudie- mente su relación con Emma Hamilton,
ra neutralizar a la superior aunque dis- la esposa de sir William Hamilton (sien-
persa flota española de 24. do, por otra parte, Nelson un hombre
No fue una victoria aplastante para In- casado desde 1787 con Frances Nisbet).
glaterra, pues salvo varios navíos muy Aquella relación adulterina, que tanto ha
castigados, el grueso de la escuadra de contribuido también posteriormente a
Córdoba pudo regresar a Cádiz, pero sí labrar la leyenda, le restó simpatías en
representó un serio revés en el pulso por Emma Hamilton, la bella amante de Nelson, el seno de la elite inglesa y del mora-
el control del eje entre el Atlántico y el piedra de escándalo de la buena sociedad lista Almirantazgo británico.
Mediterráneo. inglesa (por Johan H.Schmidt, N.M.M). Se ha llamado de todo a Emma

62
FULGOR Y MUERTE DE UN MITO. NELSON
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Hamilton: libertina, cortesana, adúltera, la Paz de Amiens, rubricada entre Fran-


amante de Nelson, figura romántica... cia y Gran Bretaña en marzo de 1802,
Sin embargo, en pocas ocasiones se permitió un descanso al afamado
ha incidido en su trascendental la- almirante, que pudo retirarse a la
bor como agente de Inglaterra en finca que había adquirido en
la corte de Nápoles, allanando Merton, a raíz de su paralelo
a Nelson en muchas ocasiones incremento patrimonial. Sin
su camino hacia el éxito. El embargo, no tardó mucho
destino de Emma Hamilton, en reincorporarse al servi-
quien dio dos hijas a Nelson, cio, pues Londres y París
no pudo ser más desalenta- volvían a entrar en guerra
dor: tras la muerte del almi- en mayo de 1803. Amiens
rante se olvidaron sus méri- se parecía más a una tregua
tos y fue abandonada por el que a una paz.
Gobierno y la oligarquía bri- Poco más tarde, el 14 de
tánicos, muriendo sin recur- diciembre de 1804, la Co-
sos en Francia años después. rona de España se incorpo-
Durante la etapa italiana se raba también al proceso bé-
produjo uno de los episodios lico contra Inglaterra, como
más oscuros de la trayectoria consecuencia de la agresi-
de Nelson. A principios de vidad británica ante el Tra-
1799, los franceses habían to- tado de Subsidios que unía
mado el reino de Nápoles. El a Napoleón con la corte de
propio Nelson, con la ayuda Madrid, proveyendo de bu-
imprescindible de Emma Ha- ques y caudales la causa
milton, hubo de trasladar a la francesa. Nelson fue nom-
familia real napolitana de Fer- brado comandante en jefe
nando IV a la isla de Sicilia. de la Flota del Mediterrá-
Con la posterior contraofen- neo. Se iniciaba el camino
siva militar del cardenal Ruf- hacia Trafalgar.
fo y la retirada francesa, el al- El proyecto de Bonapar-
mirante participó en la terri- te implicó desde el principio
ble represión desencadenada el destino del almirante bri-
contra los ilustrados colabo- tánico, que lo llevaría hasta
racionistas napolitanos, ahor- la muerte. El Emperador
cando incluso de los mástiles pretendía lanzar sus tropas
de uno de sus buques al ma- sobre Londres desde los
rino afrancesado Frances- La última despedida. Nelson desciende del muelle de Portmouth a la lancha del campamentos de Bou-
co Caracciolo. En su es- Victory que le aguarda en el embarcadero, el 14 de septiembre de 1805. logne, siendo imprescin-
carmiento no dudó en dible que el canal de la
utilizar la dureza más extrema. gracias a la hábil táctica del propio Nel- Mancha quedase libre de unidades bri-
Pero las operaciones de castigo en su son, que se adelantó de nuevo a las ór- tánicas durante unos días. Los prepara-
carrera no se limitarían únicamente a re- denes de su almirante y las desobedeció tivos franceses fueron formidables, pe-
volucionarios. Tras tomar la isla de Mal- con el pretexto de que no las había vis- ro acabaron apoyándose en una estra-
ta a los franceses, en 1800, le fue enco- to. Parker, satisfecho por la victoria, no tagema de gran debilidad: como se ha
mendada la misión, bajo el mando del tuvo en cuenta la “desobediencia crea- reiterado, la Flota Combinada debía
almirante Parker, de atacar la Flota da- tiva” de su subordinado. El asalto sobre atraer a Nelson a las Antillas, regresar rá-
nesa en Copenhague. Dinamarca for- la Flota danesa ha quedado en la me- pidamente, penetrar en el paso de Calais
maba parte de la Liga de los Neutrales, moria histórica como uno de los más cla- y propiciar la invasión junto a las escua-
conjunto de países que se oponían a las ros y penosos antecedentes de lo que dras de Brest y Rochefort. Pero una cam-
mermas comerciales que estaba provo- significa el término “ataque preventivo”. paña marítima en nada se parece a otra
cando la actitud británica en el mar, al Tras este combate se le concedió el tí- terrestre: el mar es poco previsible. Los
interceptar buques que pretendieran rea- tulo de vizconde de Nelson. buques de Brest y Rochefort nunca se
lizar libremente intercambios con la Fran- unieron a los de Villeneuve y Gravina,
cia napoleónica. Sin previa declaración La trampa de Napoleón que a su retorno, ante Finisterre, choca-
de guerra, la Escuadra inglesa desató un Entre 1801 y 1802 fue destinado a pa- ron con el almirante Calder. La batalla fue
terrible ataque de artillería el día 2 de trullar el canal de la Mancha, protago- poco determinante, pero Villeneuve or-
abril sobre las fuerzas danesas, que fue nizando una fracasada operación de ase- denó dirigirse a Cádiz, donde entró el 20
mantenido hasta la victoria británica, dio al puerto de Boulogne. Sin embargo, de agosto de 1805 a la espera de una

63
nada, contra toda sensatez, y enfrentar-
la a la británica, Nelson no contaba con
las condiciones idóneas al efecto, para
no tener que arriesgar el todo por el to-
do con objeto de conseguir una victoria.

En primera línea
Días antes, y desde el momento en que
Calder fue reclamado por Londres para
revisar judicialmente su actitud en el
combate de Finisterre, el almirante de-
cidió que tendría que atacar a la Com-
binada en vanguardia y con la unidad
más grande y mejor armada que poseía:
el navío de 110 cañones, el Victory, su
buque insignia. Sólo así arrastraría sin ti-
tubeos al resto de su flota contra las uni-
dades de España y de Francia.
Es decir, Nelson asumió desde el prin-
cipio la realidad de los hechos y su pro-
pia soledad, arriesgando la vida para
consumar el plan. No era un incons-
ciente, ni un individuo ávido de gloria
La Flota británica, en dos columnas, mandadas por Nelson y Collingwood, se lanza sobre la larga en aquellas circunstancias. Sencillamen-
y desordenada Flota Combinada (detalle de un grabado de James Goldby, Londres, N.M.M.). te hizo lo que se necesitaba porque no
tenía alternativa frente a la falta de co-
mejor ocasión. El plan de invasión de magnificencia de la Royal Navy en ac- bertura en que le dejó el Almirantazgo
Gran Bretaña quedaba frustrado y Na- ción, así como del nivel de sus mandos, y ante la diferencia de calidad táctica con
poleón terminó dirigiendo sus cuerpos pero cierto es también que la victoria de otros mandos británicos de aquella Es-
de ejército contra las tropas austro-ru- Trafalgar se debió esencialmente al ta- cuadra. Así pues, el que el comandan-
sas –aliadas ya de Inglaterra en la Ter- lento de un solo almirante, Horatio Nel- te en jefe de la Flota estuviera en cabe-
cera Coalición– sobre el corazón de Eu- son, y a la derivación empírica en com- za, con todo el riesgo que suponía pa-
ropa a partir del día 24 de agosto. “Si no bate de su magnífico plan de ataque. ra el proceso de toma de decisiones, fue
se tomaba Londres, se tomaría Viena”. En un principio, para un objetivo tan una necesidad perentoria.
formidable como la Escuadra Combina- Además, está el propio plan en sí, de-
Proa hacia Trafalgar da (de 33 navíos de línea, entre ellos el sarrollado a partir de su Memorandum
La Escuadra Combinada quedaba así mayor buque del mundo, el Santísima expuesto a la Flota el 10 de octubre de
descolgada del nuevo esquema estraté-
gico francés, solapándose los planes. Pe- Nelson venció con una maniobra muy
ro lo que para Napoleón carecía ya de
importancia, para Inglaterra supuso una arriesgada, que tuvo un éxito abrumador
gran ocasión. La Flota Combinada fue
de inmediato bloqueada desde Gibral-
por los errores de la Flota Combinada
tar por un viejo camarada de Nelson, el Trinidad), Nelson debía de estar bajo la 1805. En contraposición del desdibuja-
almirante Collingwood. cobertura de los vicealmirantes Colling- do esquema de ataque del almirante Vi-
De otra parte Nelson, que había caí- wood, Northesk, Calder y Bickerton. In- lleneuve, Nelson midió al milímetro el
do en el ardid napoleónico y regresa- cluso, ante el tamaño de la empresa, ten- embate sobre la Combinada, en un alar-
ba a toda vela de las Antillas, se incor- dría que haber sido reforzado también de de ingenio, innovación, riesgo y pre-
poró al bloqueo de la Flota Combina- por otras unidades, como las de los vi- visión náutica. En aquel plan se con-
da en Cádiz a finales de septiembre de cealmirantes Saumarez y Keith. Sin em- centraba lo mejor de su manera de lu-
1805. Su objetivo era hacer salir a la bargo, a la altura del 19 de octubre de char: asumir el factor de la iniciativa, al-
Combinada a mar abierto para desen- 1805 el Almirantazgo de lord Barham, en terar las formas clásicas de línea de com-
cadenar una batalla de aniquilamiento un alarde de falta de previsión, había de- bate, sorprender al rival y dominar la ac-
que zanjase el predominio sobre el jado a Nelson tal sólo con el apoyo de ción por partes de supremacía de fuego.
Atlántico. A mediados de septiembre, Collingwood, buen marino pero corto es- Se trataría de su conocido Nelson touch
antes de zarpar hacia su nuevo destino, tratega y de Norhdesk, tenaz guerrero pe- o Toque de Nelson. El plan que derivó
se había despedido de Emma Hamilton. ro muy clásico en tácticas de combate. en la batalla consistió en atacar la línea
Sería la última vez que la viese. Es decir, cuando por fin el almirante franco-española, de varias millas de ex-
Se ha comentado mucho acerca de la Villeneuve decidió sacar a la Flota Combi- tensión, a toda la velocidad posible y en

64
FULGOR Y MUERTE DE UN MITO. NELSON
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Los cinco navíos de línea que mandó Nelson a lo largo de su vida, del pequeño Agamenon al formidable Victory (N.Pocock, Londres N.M.M).

perpendicular con dos columnas de ro de mosquete procedente del navío mito posterior, asumido como elemen-
combate en forma de cuña, partiendo al francés Redoutable. Tras una espantosa to de éxito colectivo, se ha encargado de
enemigo por la mitad. La primera co- agonía falleció en torno a las cuatro y no dilucidar con precisión estas caren-
lumna estaría mandada por él mismo, media de la tarde. Supo que la victoria cias de la Armada inglesa. El almirante
concentrando la acción sobre el centro estaba bien encaminada, pero no pudo de los triunfos, condenado quizás a per-
de las unidades enemigas. La segunda ver el final de la batalla, que acabaría al- petuarlos, se enfrentó en su mejor ac-
columna tendría la autoridad de Co- rededor de las seis de la tarde. ción sobre el enemigo a partir de unas
llingwood, desarrollando su fuego sobre Su combate de aniquilamiento se ha- condiciones estratégicas que podrían ha-
la retaguardia de la Combinada. De es- bía cumplido pero, con toda seguridad ber sido francamente mejorables desde
te modo, dividió la batalla también en y en función de los datos, cargando con el alto mando.
dos, siempre con superioridad numéri- su muerte innecesaria. La evolución del Horatio Nelson fue un hombre de mé-
ca británica, diezmando primero el cen- ritos, no un hombre de poder. Querido
tro y la retaguardia, pues hasta que la por las masas y respetado por sus tripu-
vanguardia enemiga pudiese girar en laciones, no contó con el favor de gran
apoyo de sus compañeros transcurriría parte del Almirantazgo y de ciertos sec-
mucho tiempo y las unidades británicas tores de las elites británicas. La noticia de
ya habrían aniquilado a los otros núcleos su muerte en Londres causó más impac-
de la franco-española. Esto es, el plan, to incluso que la gran victoria lograda en
aun estando el propio Nelson a la ca- Trafalgar. La sociedad británica tardó al-
beza, tendría la capacidad de funcionar gún tiempo en asimilar los efectos reales
por sí mismo en las peores circunstan- del combate, que dejaban libre el Atlán-
cias imaginables. tico frente a España y determinaban la
La acción se inició a las 12 horas y 8 continentalización del poder napoleóni-
minutos del 21 de octubre de 1805 con co. Para muchos ingleses, se había ob-
el ataque de la segunda columna de Co- tenido una gran victoria, sin duda, pero
llingwood sobre el navío Santa Ana. La Napoleón seguía en el cénit de su po-
primera columna entró en acción a las der y ya no estaba Nelson para volverlo
12 horas y 20 minutos contra el buque a parar. Empíricamente, el gran éxito de
insignia de Villeneuve, el Bucentauro, y Nelson sólo se asumió con toda su tras-
el Santísima Trinidad de Hidalgo de Cis- cendencia cuando quebró por sí mismo
neros. El riesgo asumido le costó la vi- Nelson en su retrato más conocido, pintado el Imperio napoleónico. Entonces no hu-
da a Nelson, que fue herido a las 13 ho- por Lemuel Abbott en 1798, tras la batalla del bo obstáculo para que culminase su as-
ras y 30 minutos, a causa de un dispa- Nilo (Londres, National Maritime Museum). censión definitiva hasta el mito. ■

65
Antonio Escaño, un héroe

OLVIDADO
Colaborador preferido de los almirantes Mazarredo y Gravina, fue el
segundo de éste en el mando del Príncipe de Asturias. Agustín Guimerá
resalta sus dotes de marino y organizador, destacando su actuación en
Trafalgar, donde, pese a sus heridas, salvó parte de la Flota Combinada

E
n el bicentenario de Trafalgar retirarse a Cádiz, bajo el liderazgo del
estamos asistiendo a una revi- Príncipe de Asturias, buque insignia de
sión de este combate naval cla- Gravina. Más aún, dos días más tarde,
ve en la historia europea. Fren- reanudó el combate. Cuando el tempo-
te a lo que se ha mantenido por la ral amainó, el 23 de octubre, salieron a
historiografía tradicional, la Flota Com- la mar siete navíos y cuatro fragatas,
binada suplió, en la medida de sus po- a rescatar los barcos apresados o que
sibilidades, las numerosas carencias alia- amenazaban naufragio. Aquella acción
das e hizo frente a los innumerables trajo consigo el rescate de dos navíos es-
retos que les impuso el planteamiento pañoles. A pesar de las enormes pérdi-
estratégico erróneo de Napoleón, igno- das causadas por el combate y la tor-
rante de la guerra en el mar. Más aún, menta posterior, la Flota Combinada
durante la campaña de 1805 existió una había estado a la altura de las circuns-
colaboración estrecha entre los mandos tancias.
franceses y españoles, a pesar de cier- Uno de los principales artífices de es-
tas diferencias ideológicas y las grandes te buen comportamiento hispano-fran-
tensiones existentes en la alianza fran- cés durante toda la campaña fue el ma-
Antonio de Escaño, teniente general de la
co-española, ante la clara utilización de Real Armada, tan ilustre como olvidado
yor general Antonio de Escaño (1752-
la Armada por Napoleón para sus pro- (Madrid, Museo Naval). 1814), que desarrolló muy bien su fun-
pios intereses. ción integradora de la escuadra en ma-
Fruto de esta colaboración fue la to- Cádiz. Se votó finalmente no salir a la teria logística y operacional, un marino
ma del islote del Diamante, en las An- mar. En cuanto al combate de Trafalgar, que mereció mejor fortuna en los difí-
tillas, en mayo de 1805, o la buena con- éste tuvo lugar en las peores condicio- ciles tiempos que le tocó vivir.
ducta española en el combate de Finis- nes tácticas imaginables para la escua- Escaño no sólo fue un jefe militar si-
terre, acaecido el 22 de julio de ese año dra. Sus carencias de toda clase habían no un auténtico líder. Nacido en Carta-
(ver La Aventura de la Historia, “La ba- sido aumentadas por las graves decisio- gena el año 1752, en el seno de una fa-
talla de la niebla”, núm. 81, julio 2005). nes tomadas por Villeneuve en aquella milia de marinos y militares, ingresó en
Posteriormente la oficialidad hispana de- terrible jornada. la Academia de Guardiamarinas a los
mostró poseer un conocimiento exacto Pero muchos navíos aliados desple- quince años. Su habilidad en la nave-
de las posibilidades reales de la Flota garon una resistencia tenaz a la supe- gación a lo largo de su carrera fue ala-
Combinada en un posible enfrenta- rioridad británica, más allá de lo calcu- bada por todos. Con su perenne anteojo
miento con Nelson durante la famosa lado por Nelson y sus comandantes. bajo el brazo, Escaño desarrolló una pe-
junta del 8 de octubre, en aguas de Gran parte de los navíos españoles y ricia marinera y una habilidad táctica
franceses tuvo un comportamiento tác- que impresionó a muchos. Sus profun-
AGUSTÍN GUIMERÁ RAVINA es investigador, tico y artillero eficaz. Otros se prestaron dos estudios teóricos en tierra y su prác-
CSIC, Madrid, y coautor de Trafalgar apoyo mutuo. Tras cinco horas de du- tica constante con las unidades bajo su
y el Mundo Atlántico. ro combate, once unidades consiguieron mando en alta mar le convirtieron en

66
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Arriba, navío Rayo, mandado por


el brigadier Enrique Macdonnell.
Fue agregado a la escuadra
aunque estaba en penosas
condiciones. Casi desarbolado,
resultó capturado por dos navíos
británicos el 24 de octubre.
Abajo, bandera del Príncipe de
Asturias, insignia de Gravina.

Navío Santa Ana, insignia


del vicealmirante Álava,
una de las unidades más
poderosas de la Flota
Combinada y de las que
más castigo infligió y
sufrió en Trafalgar.

67
mayores a la escuadra española duran-
te su larga estancia en Brest, entre 1799
y 1802. A lo largo de aquellas décadas,
ambos marinos arrastraron tras de sí a
los futuros héroes de Trafalgar: no sólo
a veteranos como Gravina o Álava, sino
también a jóvenes oficiales como Chu-
rruca, Valdés y Alcalá Galiano.
El propio Mazarredo le encargó la re-
dacción de un título de las Ordenan-
zas de la Armada de 1793, la dedicada
al comandante de navío. Esta obra, una
de las mejores de la Europa de su tiem-
po, no tenía secretos para Escaño, que
fue considerado por sus compañeros co-
mo “el oráculo de la Ordenanza”.

Orden y disciplina
Dotado de un valor a toda prueba, su
Escena de la batalla en el San Juan Nepomuceno, mandado por Churruca, que resultó muerto serenidad era legendaria, tanto en la vi-
durante la lucha, lo mismo que su segundo. Se rindió sin timón y con 397 bajas. da cotidiana a bordo como en el peligro
del combate y los temporales. Su auto-
el mejor táctico español del siglo XVIII. Sus grandes dotes de organizador le ridad sobre sus subordinados se basaba
Participó en las principales campañas valieron la estima y el apoyo del tenien- en una combinación de firmeza –inclu-
y combates de su tiempo antes de Tra- te general José de Mazarredo (1745- so rigor– y cortesía, compatible con una
falgar: Canal de la Mancha en 1778-1781, 1812), el mejor marino de la centuria ilus- preocupación constante por la salud de
cabo Espartel en 1782, Argel en 1783, trada. El binomio Mazarredo-Escaño fun- su tripulación. Los navíos y divisiones
Tolón en 1794 y cabo de San Vicente en cionó a la perfección desde 1779. Du- bajo su mando se caracterizaron por un
1797. Su enérgica actuación en este úl- rante el transcurso de muchas campañas, grado de entrenamiento mayor que el
timo combate, siendo comandante del Escaño fue segundo ayudante de mayo- de otras unidades. Como militar poseía
navío Príncipe de Asturias, impidió ma- ría y luego mayor general de sus escua- una gran capacidad para diagnosticar la
yores desastres a la escuadra española dras, el jefe de Estado Mayor, el “alma de situación estratégica general y juzgar con
de José de Córdoba, batiéndose con efi- la disciplina y el servicio” de todas ellas, exactitud al enemigo.
cacia contra fuerzas británicas superio- en palabras de Mazarredo. Su jefe valo- Contó siempre con el apoyo de ma-
res y maniobrando finalmente en soco- raba a Escaño en estos términos: rinos ilustres, como Mazarredo, Álava,
rro del buque insignia de Córdoba, el fa- “No nos podemos separar, para que el Grandallana o Gravina, que lo defen-
moso Santísima Trinidad, que había si- servicio se acabale en un todo. Yo veo dieron con vehemencia a la hora del as-
do apresado ya por el almirante Jervis. más pronto, tal vez veo más. Escaño me censo o de su elección como mayor ge-
En aquellas acciones aplicó siempre oye y calla, y el día inmediato me hace neral de sus escuadras. Pero, inserto en
sus estudios y experiencias, sus planes una profunda reflexión que rectifica mi una situación política muy difícil y en un
meditados de maniobra y combate. Fue plan” (1796, escuadra del Mediterráneo). organismo naval que no propiciaba pre-
además un lector ávido de distintas ra- Esta eficacia la demostró nuevamente cisamente el mérito, Escaño fue víctima
mas de la ciencia y su aplicación. Cul- a las órdenes de Mazarredo en la de- de la marginación de su jefe Mazarredo.
tivó especialmente la historia. Constituía, fensa de Cádiz frente al bloqueo britá- Ello ocurrió tras la dimisión del gran se-
pues, una excelente combinación de nico en 1797-1799, enfrentándose al pro- cretario de Marina, Antonio Valdés
marino ilustrado y combatiente eficaz. pio Nelson. Igualmente evitó males (1783-1795), el protector político de

PERSONAJES
Federico Carlos Gravi- Cosme Damián Churru- Francisco Alcedo y Bus-
na (1756-1806). ca (1761-1805). tamante (1758-1805).
De origen siciliano, fue, Tomó parte en la ex- Capitán de navío, en
a partir de 1797, cuan- pedición al estrecho junio de 1805 obtuvo
do se enfrentó a Nel- de Magallanes el mando del Monta-
son en Cádiz, el marino (1778) e intervino en ñés, sobre cuya cubier-
español que lideró la el salvamento de las ta encontró la muerte
guerra contra Inglate- baterías flotantes de en Trafalgar. Había
rra. Embajador en París Gibraltar (1782). Al participado en las
(1804-1805), falleció mando del San Juan campañas de Argel,
a consecuencia de las Nepomuceno, falleció Canal de la Mancha y
heridas de Trafalgar. durante el combate. bloqueo de Gibraltar.

68
ANTONIO ESCAÑO, UN HÉROE OLVIDADO
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

navíos dañados, dejando el paso libre a


la Flota Combinada.
El combate no se pudo reanudar en los
días siguientes, pues Calder rehuyó el en-
cuentro y Villeneuve perdió un tiempo
precioso al intentar organizar una línea
de batalla ortodoxa. A pesar de todo, ha-
bía sido una victoria táctica aliada. No es
de extrañar que Calder cayese en des-
gracia, pues sus superiores y la opinión
pública británica no aceptaron este revés.
Interesa destacar aquí el papel funda-
mental que tuvo Escaño. En el informe
de Gravina a Godoy concede el mérito
principal de la acción a su mayor gene-
ral, que había impuesto el buen orden
y la disciplina a la división española,
siendo el artífice de la eficaz virada en
redondo a contramarcha de toda la Flo-
ta Combinada durante la peligrosa apro-
ximación al enemigo.

Consejo de guerra
En la famosa junta del 8 de octubre, en
aguas de Cádiz, la figura de Escaño vol-
vió a lucir con luz propia. Se opuso a
la salida de la Flota Combinada, basán-
dose en autorizadas consideraciones: la
superioridad británica en navíos de tres
Navío Santísima Trinidad, reputado como la plataforma artillera más potente del océano. Fue puentes, la inferioridad de armamento
uno de los buques más castigado: de sus 1.048 tripulantes, unos 400 fueron muertos o heridos. aliado o la mayor capacidad de recupe-
ración de la escuadra enemiga ante las
ambos. Pero su valía pudo más que las de Gravina, en cabeza de la línea, tuvie- pérdidas de combate. Hizo hincapié en
intrigas en la Armada, siendo rehabili- ron una gran actuación. El combate en- la distinta capacidad de maniobra de los
tado en ocasiones críticas como en 1797, tre la mitad de la Flota Combinada y to- contendientes:
tras el combate de San Vicente. En la pri- da la línea británica se produjo durante “... hizo varias reflexiones sobre la di-
mavera de 1805, en la preparación de la más de cuatro horas en medio de una es- ferencia de destreza marinera de los que
campaña que condujo a Trafalgar, con- pesa niebla. Las diferentes maniobras del estaban en la mar con sus escuadras sin
siguió armar en un tiempo récord los buque insignia de Gravina, el Argonau- la menor intermisión desde el año 1793
seis navíos que participaron, a las ór- ta –donde se encontraba Escaño–, el fue- y los que llevaban ocho años sin nave-
denes de Gravina, en las operaciones de go vivo y acertado de sus baterías, la re- gar, particularizando a los españoles que
la Flota Combinada en el Caribe. paración instantánea de las averías en el no podían responder de su gente de
A su vuelta a Europa, los veinte buques aparejo y la combatividad de los restan- mar, escasa y poco diestra”.
aliados se enfrentaron a los quince na- tes navíos españoles y franceses empe- La Flota Combinada podría resistir me-
víos del almirante Calder en Finisterre, el ñados en la lucha tuvieron el resultado jor en Cádiz mediante las denominadas
22 de julio de aquel año. Los seis navíos deseado: Calder se retiró con varios “fuerzas sutiles”, unidades formadas

Dionisio Alcalá Galia- Baltasar Hidalgo de Ignacio María de Álava


no (1760-1805). Cisneros (1755-1829). (1750-1817). Ingresó
Al mando del Baha- Tras Trafalgar, donde en la Armada en 1766,
ma, con el cargo de fue herido y hecho destacando en las
brigadier de la Arma- prisionero, formó par- campañas de Gibraltar
da, falleció durante el te de la Junta Central y Rosellón. Segundo
combate. Distinguido durante el alzamiento jefe de la Escuadra de
cartógrafo, realizó contra Napoleón. De- Gravina, fue herido gra-
sendas expediciones signado virrey del Río vemente en Trafalgar.
al estrecho de Maga- de la Plata, fue derro- Poco antes de morir,
llanes y al Mediterrá- cado en 1810, regre- fue nombrado capitán
neo oriental. sando a la Península. general de la Armada.

69
Los restos de la Flota Combinada reunidos en Cádiz tras la batalla (acuarela de José T. de Córdoba, colección Manuel Gómez Moreno).

fundamentalmente por lanchas cañone- Emperador. Con el apoyo de sus cola- el liderazgo de Gravina y Escaño. A pe-
ras y que habían prestado buenos ser- boradores directos pudo alegar fuertes sar de la ventaja enemiga en un combate
vicios durante los bloqueos británicos razones para no salir en aquel momen- de melé, donde la superioridad era de
de Cádiz, Brest y Boulogne en años an- to. La intervención autorizada de Esca- tres o cuatro a uno, este gigante de los
teriores. Escaño defendía que la llegada ño sirvió a sus fines. mares desplegó un comportamiento tác-
del mal tiempo, previsto en fecha muy tico y artillero encomiable.
próxima, dispersaría las fuerzas de Nel- El Príncipe no se rinde El navío de Gravina y Escaño cortó
son. Los aliados aprovecharían esa oca- Pero Villeneuve cambió de opinión y el paso a un buque británico que inten-
sión para cruzar el Estrecho y cumplir emprendió una huida hacia delante, or- taba doblarle por la proa. Tras defen-
las órdenes de Napoleón. Por el contra- denando la salida de la Flota Combina- derse del ataque de cuatro navíos ene-
rio, salir a la mar en aquellas condicio- da, que partió de Cádiz el 19 de octu- migos por ambas bandas, maniobró
nes era ir a un descalabro seguro. La vo- bre. El resto de la historia es bien co- acertadamente contra uno de ellos que
tación final fue favorable a permanecer nocida. Sin embargo, quisiera incidir en le batía por la proa, yendo además en
en la bahía aguardando una ocasión fa- la participación decisiva de Escaño, que auxilio del navío Argonauta, que ya ha-
vorable. evitó males mayores. bía sido capturado. Avanzada la jorna-
Hoy se interpreta este consejo de gue- El 21 de octubre el navío insignia es- da, a pesar de las averías en la arbola-
rra como una maniobra de Villeneuve pañol, Príncipe de Asturias, ofreció una dura, el Príncipe aguantó los embates
para eludir la insoportable presión del gran resistencia al empuje británico, bajo de otro navío de tres puentes que des-
cargaba sus andanadas sobre la popa, la
parte más vulnerable del buque. Gravi-
El PRÍNCIPE DE ASTURIAS na, herido, se había retirado del puen-
te y Escaño, alcanzado en la pierna iz-

E l navío Príncipe de Asturias, un gigan-


te de tres puentes, construido en La
Habana en 1794, con un porte de 112 ca-
artillería, 172 artilleros de mar, 184 mari-
neros, 172 grumetes y 20 pajes.
Las carencias de la escuadra española fue-
quierda, continuó al mando, negándose
a rendir el navío, tal y como lo describe
Fernández de Navarrete, escritor y ma-
ñones, fue uno de los buques más famo- ron notorias también en este navío: falta- rino contemporáneo:
sos de su tiempo, debido a su potencia y a ban 120 artilleros de mar, marineros y gru- “... Fue herido, manteniéndose impá-
sus grandes cualidades marineras. Medía metes, muy necesarios para la maniobra y vido en la toldilla, aunque desangrán-
58,3 metros de eslora y 16,1 metros de el combate. El buque sufrió 162 bajas: 52 dose y mostrándose como indiferente al
manga. Su arqueo era de 2.108 toneladas. muertos y 110 heridos. advertírselo su ayudante don Francisco
En Trafalgar fue el buque insignia del Javier Ulloa, hasta que al fin cayó des-
teniente general Federico Gravina, jefe de mayado; pero hecha la primera cura y
la escuadra española, con Antonio de Es- vuelto en sí, se hizo subir otra vez al al-
caño como mayor general. Su comandan- cázar; ve entonces arriada la bandera,
te era el brigadier Rafael Hore. Tenía en y lleno de cólera manda izarla al mo-
ese momento una mayor potencia artille- mento, renueva el combate...”.
ra, con 118 cañones. Su dotación era de Aquella resistencia tenaz tuvo sus fru-
1.113 hombres, superior en 98 personas al tos. Hacia las cinco de la tarde, el Prín-
reglamento vigente: 21 oficiales de mari- cipe era el único navío insignia que no
na, 16 oficiales mayores, 39 oficiales había caído en poder de los británicos.
de mar, 382 individuos de la tropa de in- Navío Santa Ana. Del mismo diseño y porte Su bandera ondeaba en medio del hu-
fantería, 107 individuos de la tropa de fue el Príncipe (por Berenguer, M. N). mo del combate. Aquel reclamo atrajo a
los navíos franceses y españoles que

70
ANTONIO ESCAÑO, UN HÉROE OLVIDADO
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

habían escapado de la carni- pocos, para que destruidos sin


cería. Finalmente Escaño pudo pérdida, se consiga la superio-
reunir diez navíos con los que ridad, que tal vez no había al
alcanzó Cádiz, fondeando esa empezar el ataque... [en tierra]
noche ante la llegada del tem- no habiendo previsto la ma-
poral anunciado. niobra del enemigo, es difícil
contrarrestarle... pero en la mar
Capacidad de reacción no hay otra atención que el
Pero Trafalgar no terminó ahí. viento y la marejada. Todo
En mi opinión, la historiogra- cuanto se ejecuta se ve, y con
fía británica ha minusvalorado la aguja en la mano se atina con
la acción aliada del 23 de oc- lo que piensa el enemigo...
tubre, que causó trastornos a Crea V. que el poco viento ape-
los vencedores. Escaño escribe lotonó los navíos y dejó claro
en su diario: “Amaneció (el 22 en la línea que se formó el día
de octubre) chubascoso, vien- 21; el estar mal formada ésta, el
to flojo del S., y fondeados en no tener la marinería la destre-
el puerto con los navíos Asís, za que los ingleses para reparar
Montañés, Rayo, San Leandro, averías, y el no haber manio-
Justo y los franceses Plutón, brado la vanguardia en sostén
Argonaute, Neptune (...). A las del centro, es la causa, en mi
nueve se hizo señal llamando opinión, de la desventaja que
a los cuatro comandantes más tuvimos en el combate”.
antiguos, los que presentados Ascendido a teniente gene-
a bordo del Príncipe, se reu- ral, Escaño participó en las se-
nieron en junta, presidida por siones del Almirantazgo crea-
el mayor general, en la que se do por Godoy en 1807. En ese
acordó saliesen los buques que momento inició la redacción
lo pudieran verificar, con el fin de las dos únicas obras que ve-
de auxiliar a escoltar a los des- rían la luz pública: un tratado
mantelados...”. Alegoría del combate de Trafalgar (La Ilustración Española y de táctica naval, en donde vol-
Debido al temporal, los bu- Americana, 24 de octubre de 1873). có toda su experiencia anterior
ques no salieron ese día a la y un plan de reforma de la Ar-
mar. Ni siquiera pudieron regresar los co- no pudieron impedir el rescate de los mada, un excelente diagnóstico de los
mandantes a sus propios navíos. La opor- dos navíos citados. Hacia las cuatro de males de este organismo, donde propo-
tunidad se presentó a la jornada si- la tarde ya habían regresado los siete bu- nía medidas concretas para su recupe-
guiente, aprovechando una mejora mo- ques aliados. El temporal, que arreció ración, en imitación de los británicos.
mentánea del tiempo: el 23 de octubre aquella noche, causó nuevas pérdidas Pero el contexto político, económico y
“amaneció celajoso, los horizontes atur- a la Flota Combinada, incluyendo el nau- financiero no era favorable a sus ideas,
bonados, viento NO calmoso y todos los fragio de varios navíos en la costa. que tuvieron una publicación póstuma.
buques fondeados... A las seis se resti- Aquella acción tuvo otras consecuen- La ironía de esta historia es que Es-
tuyeron a sus navíos los jefes que habían cias destacables. Collingwood, sucesor caño fue elegido ministro de Marina en
venido a celebrar la junta, y en seguida de Nelson en el mando de la escuadra la Junta Central a raíz de la invasión fran-
se hicieron a la vela, para recoger los bu- británica, ordenó hundir algunas presas, cesa, mientras su antiguo superior, Ma-
ques desmantelados que se hallaban a la ante las malas condiciones meteoroló- zarredo, aceptó el Ministerio en el Go-
vista... A esa hora (diez de la mañana) ya gicas y el empuje aliado. Entre ellas fue bierno de José Bonaparte, convencido
venían remolcados por las fragatas los echado a pique el Santísima Trinidad. de que era el mejor camino para salvar
navíos Santa Ana y Neptuno, los que a su patria. Ambos líderes, grandes es-
fondearon a la boca del puerto, porque Lecciones del combate peranzas para la reforma de la Armada,
el viento se había llamado otra vez al S. En todos sus informes y corresponden- murieron durante la Guerra de Inde-
Y con muy malas apariencias. Los navíos cia posterior, Escaño llevó a cabo una va- pendencia, sin haber visto los frutos de
Rayo, Montañés, Asís, Plutón, Héros, Nep- loración muy ajustada del combate, in- sus desvelos. Al final de la era napo-
tune e Indomptable, con las fragatas con- cidiendo en los aciertos de Nelson, los leónica la Armada era una sombra de lo
tinuaban persiguiendo a los enemigos, errores tácticos de Villeneuve –sin nom- que había sido.
que escoltaban algunos buques nuestros brarlo– y en las carencias marineras de la Cartagena, la ciudad natal de Escaño,
desarbolados...”. Flota Combinada, véase una muestra, en no posee una calle o plaza dedicada a
Los británicos, ante esta salida sorpre- un informe de septiembre de 1806: “El su recuerdo. El bicentenario de Trafal-
siva, tuvieron que formar una línea de arte de la guerra en el mar consiste, co- gar podría constituir una gran oportuni-
batalla para proteger sus presas, aunque mo en tierra, en combatir muchos a dad para subsanar este olvido. ■

71
Antiguo Régimen
EL OCASO
Trafalgar significó el golpe de gracia para la Armada española. Carlos
Martínez Shaw explica la tragedia dentro del marco de la crisis política,
agraria, industrial y económica del reinado de Carlos IV y el valimiento
de Godoy. Esas mismas causas impedirían la recuperación naval

E
l reinado de Carlos IV puede La consecuencia inmediata de la Paz
considerarse como el primer de Basilea fue la firma del Tratado de
capítulo del proceso que pon- San Ildefonso (19 agosto 1796), una
drá fin al Antiguo Régimen y alianza que renovaba, por encima de las
que alumbrará la España contemporá- grandes diferencias ideológicas y políti-
nea. Se abre con una serie de dificul- cas que separaban ahora a ambos paí-
tades que se agudizarán a partir de ses, el espíritu de los viejos pactos de
1795: bloqueo de la economía, recru- familia entre los Borbones de España
decimiento de la protesta social, agu- y Francia. El tratado se fundamentaba,
dización de las contradicciones políticas una vez más, en la necesidad española
en el seno de las clases dirigentes, ex- de encontrar un aliado frente a la per-
plosión de la controversia ideológica en manente beligerancia de Inglaterra, a lo
el interior, sucesión de los enfrenta- que ocasionalmente se sumaba la creen-
mientos militares en el exterior que agra- cia en la mejor salvaguarda de los inte-
van los problemas de la hacienda pú- Carlos IV. Medalla conmemorativa de su reses de los Borbones italianos: el reino
blica y los primeros signos de la eman- proclamación (Pedro González de Sepúlveda, de Nápoles y el ducado de Parma.
cipación de la América española. 19-2-1789, col. Juan Claudio de Ramón). Sin embargo, a nadie se escapaba que
La Revolución Francesa generó en Es- la firma del acuerdo significaba a cor-
paña un repliegue defensivo, que, des- régimen que puso fin a los años de ma- to plazo la reanudación de las hostili-
pués de diversas vicisitudes (el “páni- yor aceleración revolucionaria en un es- dades entre Inglaterra y España, como
co de Floridablanca” ante el riesgo de fuerzo por estabilizar el movimiento de- así fue. La guerra, desencadenada en
un posible contagio ideológico que sencadenado en 1789. octubre del mismo año, conoció varios
condujese a la contestación de la mo- Así, la guerra contra la Convención, notables hechos de armas a lo largo de
narquía absoluta, el acercamiento del que se había saldado con una derrota mi- 1797. La batalla naval del cabo de San
gabinete del conde de Aranda al go- litar (ocupación francesa de Figueras en Vicente (febrero 1797) se saldó con la
bierno revolucionario como modo de el frente oriental y de San Sebastián, Bil- victoria del almirante John Jervis sobre
influir en una reconducción modera- bao y Miranda de Ebro en el occidental) la flota española comandada por José
da de la política francesa y, finalmen- llevó a la firma de la Paz de Basilea (22 de Córdoba, cuyos errores en las ma-
te, la declaración de guerra a la Con- julio 1795), que, al margen de sus con- niobras le privaron de su ventaja nu-
vención (después de la ejecución de secuencias territoriales (cesión de la par- mérica (24 barcos contra 15) y le valie-
Luis XVI), concluyó en la búsqueda te española de la isla de Santo Domin- ron un consejo de guerra que le con-
de una alianza con el Directorio, el go), significó el retorno a la tradicional denó al destierro de la Corte y de los
amistad con Francia, hecho decisivo pa- distintos departamentos marítimos. Dos
CARLOS MARTÍNEZ SHAW, catedrático de Histo- ra comprender el encadenamiento de los días después, en un escenario muy
ria Moderna, UNED, Madrid, es coautor de factores que condujeron, diez años más distinto, otra flota inglesa ocupaba la
El sistema atlántico español (siglos XVII-XIX). tarde, a Trafalgar. isla de Trinidad, sin que la escuadra

72
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Alegoría de la Paz de Basilea, 22-7-1795: Godoy presenta la paz a Carlos IV (Juan Pablo Montaña, Madrid, Real Academia de San Fernando).

española, mandada por Sebastián Ruiz el hombre de confianza de los reyes, Sin embargo, pese a la enemiga de-
de Apodaca, se decidiese siquiera a pre- Manuel de Godoy, cuya meteórica ca- clarada de la Iglesia y de los propios so-
sentar combate. Esta victoria espoleó a rrera le había llevado no sólo a recibir beranos a raíz de tales medidas, sería so-
la Armada británica, que durante el mis- una serie de títulos nobiliarios (duque bre todo la voluntad de Napoleón la que
mo año lanzó sucesivos ataques con- de Alcudia y príncipe de la Paz, por la precipitaría la caída de Urquijo (diciem-
tra Puerto Rico (donde las tropas de- de Basilea), sino, sobre todo, a osten- bre 1800) y el retorno definitivo de Go-
sembarcadas pudieron finalmente ser tar la dirección de todos los asuntos pú- doy, quien, desmintiendo sus anteriores
expulsadas por el gobernador Ramón blicos desde la Secretaría de Estado. Sin compromisos con la política ilustrada,
de Castro), contra Cádiz (donde José de embargo, las dificultades interiores y ex- emprendería ahora la persecución de los
Mazarredo hizo frente con éxito a la teriores (especialmente las derrotas mi- integrantes del ministerio reformista y de
fuerza enemiga) y contra Santa Cruz de litares y el fracaso de Francisco de Ca- sus colaboradores y simpatizantes (Ur-
Tenerife, donde fue rechazado Horatio barrús como plenipotenciario en París) quijo, Jovellanos, el obispo Tavira, la
Nelson, que además perdería su brazo impusieron a Carlos IV la sustitución de condesa de Montijo), permaneciendo ya
derecho en el transcurso de la acción. Godoy (marzo 1798) por un nuevo equi- en el poder hasta la crisis final de 1808.
po reformista, que tuvo como principal Mientras tanto, la alianza con Francia
A merced del temporal dirigente a Mariano Luis de Urquijo, cu- y la guerra con Inglaterra estaba con-
La guerra se desaceleraría a renglón se- ya más sonada disposición fue la asun- duciendo a España a un callejón sin sa-
guido gracias a las conversaciones man- ción por la monarquía de la confirma- lida. El bloqueo de la marina inglesa a
tenidas por franceses e ingleses tras la ción canónica de los obispos españoles, partir de 1797 había originado el co-
firma de la Paz de Campoformio (octu- que además pasaban a gozar de plenas lapso del tráfico atlántico y había lesio-
bre 1797), lo que no fue óbice para que facultades en la concesión de las dis- nado el sistema del Libre Comercio ins-
la isla de Menorca volviera a caer en ma- pensas matrimoniales, al tiempo que el taurado en 1778, justamente cuando es-
nos británicas en septiembre de 1798. Tribunal de la Rota sustituía a los tribu- taba empezando a dar sus mejores fru-
El responsable de la política españo- nales romanos y se prescindía de la fi- tos (obligando, además, a la autoriza-
la había sido, desde noviembre de 1792, gura del nuncio apostólico. ción de los pabellones extranjeros bajo

73
la denominación equívoca de “comer-
cio de neutrales”), con los consiguien-
tes efectos negativos sobre la exporta-
ción española agrícola y de manufactu-
ras, así como sobre la importación de
las materias primas necesarias para la
industria nacional y de los metales pre-
ciosos imprescindibles tanto para el fun-
cionamiento de la Hacienda pública co-
mo para el equilibrio de la balanza
comercial.
Por si fuera poco, las provincias de Ul-
tramar tomaron conciencia de la viabi-
lidad de su aprovisionamiento al mar-
gen de los condicionantes impuestos por
la metrópoli, es decir, de la posibilidad
de conseguir su plena autonomía co-
mercial, de modo que esta experiencia
de independencia económica pudo fun-
damentar sus aspiraciones a la inde-
pendencia política.
Alegoría de la Paz de Amiens, entre Gran Bretaña y Francia, firmada en marzo de 1802
Crisis agrícola e industrial (por A. Devostage, París, Collection Frédéric Masson).
Las dificultades ocasionadas por la gue-
rra para la exportación de los productos ganadería, en otros tiempos uno de los en el transcurso de la Guerra de la Con-
incidieron, por tanto, en el estancamien- sostenes económicos del país, también vención, o como en el caso del gran lo-
to de una agricultura que (salvo en al- se abocaba a un lento declive, a causa gro del siglo, la manufactura catalana,
gunas regiones privilegiadas) estaba ya tanto del aumento de los costos de pro- que se enfrentaba a su mayor crisis por
mostrando a las claras las insuficiencias ducción como de los recortes de los pri- la clausura de sus mercados.
de la explotación extensiva de la tierra, vilegios de la Mesta. Finalmente, el espectro de la crisis se
de la falta de una decidida renovación Y otro tanto ocurría en la industria. cernió también sobre los grandes cen-
tecnológica, del peso de un arcaico ré- A las dificultades de las manufacturas es- tros mercantiles, como Barcelona o Cá-
gimen jurídico (mayorazgos y manos tatales (siempre necesitadas del apoyo diz, donde fueron muchas las casas co-
muertas), de la desigualdad en la distri- financiero oficial) se añadía la incapaci- merciales que hubieron de cerrar sus
bución de la propiedad, de los desarre- dad de modernización de la mayor par- puertas y declararse en quiebra antes de
glos en los distintos sistemas de tenencia te de los sectores, incluyendo la side- la Paz de Amiens y después de la rea-
de las parcelas y de la timidez en la apli- rurgia del País Vasco, lastrada por el nudación de las hostilidades.
cación por parte de los gobernantes de mantenimiento de sistemas de explota- Por otra parte, la crisis económica y la
las medidas reformistas estimadas im- ción tradicionales, por el atraso técni- deriva política generan un difuso ma-
prescindibles por los tratadistas ilustrados. co y por la falta de inversiones. Mientras lestar popular, que se manifiesta en la
Todo ello daba como resultado la per- las carencias estructurales hundían a las sucesión de conflictos que jalonan estos
sistencia de una baja productividad por industrias más anticuadas, los sectores años (levantamiento campesino de 1801,
unidad de superficie cultivada y la ame- más dinámicos sufrían el impacto de la motines militares de 1801 y 1804, albo-
naza permanente de las malas cosechas coyuntura bélica, como en el caso de las rotos en las fábricas de Guadalajara de
y de las crisis de subsistencias, como industrias de armamento del norte (Eu- 1797 y de Ávila de 1805) y que hacen
la que azotó a Castilla en 1804. Y la gui, Orbaceiceta, La Muga), destruidas peligrar los éxitos de una política que

CRONOLOGÍA
1788. Carlos IV, rey. la guerra a la Conven- 1796. Tratado de San Il- 1801. Guerra de las na- 1805. España y Francia
1789. Revolución France- ción. Godoy y lord Allé- defonso. España se alía ranjas entre España y firman un acuerdo para
sa. España apresa dos gue firman un tratado de con el Directorio. Portugal. invadir Gran Bretaña.
mercantes ingleses en alianza contra Francia. 1797. Guerra contra In- 1802. Paz de Amiens 21 de octubre: Batalla
Nootka (Canadá). Florida- 1794. Francia logra la glaterra. Derrota españo- con Inglaterra. España de Trafalgar.
blanca evita la guerra. retirada española hacia la frente al cabo de San recupera Menorca y cede 1807. Francia invade la
1792. Aranda, secretario el Fluvià (Cataluña). Vicente. Trinidad. Península.
de Estado, en sustitución 1795. Paz de Basilea. 1798. Dimisión de Godoy, 1804. Inglaterra apresa 1808. Motín de Aran-
de Floridablanca. Godoy Francia devuelve a España sustituido por Urquijo. frente al cabo de Santa juez. Carlos IV abdica en
sustituye a Aranda. los territorios ocupados a 1800. España devuelve a María cuatro naves espa- su hijo Fernando. Co-
1793. Ejecución de cambio de la zona oriental Francia la Luisiana. Go- ñolas. Carlos IV declara mienzo de la Guerra de
Luis XVI. España declara de Santo Domingo. doy, secretario de Estado. la guerra a Londres. la Independencia.

74
ANTIGUO RÉGIMEN. EL OCASO
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Personajes en el puerto de Mahón, durante la ocupación británica de Menorca (escuela de Giuseppe Chiesa, Mahón, Museo de Menorca).

había hecho del mantenimiento de la Creados durante el reinado anterior inviabilidad del sistema fiscal preveía la
paz social uno de sus ejes fundamen- (marzo 1780), los vales reales eran a la quiebra definitiva de la monarquía.
tales a todo lo largo de la centuria. vez títulos de la deuda y papel moneda,
transferibles por endoso y amortizables, Crisis de hombres y equipos
En bancarrota para cuyo servicio se había fundado el Naturalmente, esta situación de bloqueo
La Real Hacienda fue, sin embargo, la Banco de San Carlos (junio 1782). Aho- económico y de insolvencia hacendís-
que acusó el impacto bélico de una ma- ra bien, si la amortización se había re- tica repercutía muy desfavorablemente
nera más dramática. Su incapacidad de velado difícil en tiempos de paz, las emi- en el estado de la Armada. Si los es-
hacer frente a los gastos redoblados por siones exigidas por las nuevas guerras fuerzos constructivos de las etapas an-
la guerra, obligaron no a plantear una alcanzaron cifras vertiginosas y obliga- teriores (especialmente bajo el manda-
reforma radical del sistema fiscal (para ron a crear sucesivas instituciones dedi- to de Antonio Valdés como secretario de
lo cual ya era tarde), sino a inventar ex- cadas a hacer frente al pago de los tí- Marina) permitían contar con un consi-
pedientes de urgencia que permitieran tulos y los intereses de la deuda (Caja derable número de buques (cerca de
aumentar de modo inmediato el nivel de de Amortización, en febrero de 1798; Ca- trescientos de diverso porte) y de navíos
los ingresos, como en los peores tiem- jas de Reducción, en julio de 1799), ade- de línea (más de cincuenta), lo difícil era
pos del siglo XVII. más de una Junta Suprema de Amorti- hacerlos operativos, ya que no se dis-
Una de las fórmulas para allegar fon- zación, en enero de 1799. ponían de tripulaciónes suficientes (ma-
dos fue la llamada Desamortización de En la primera década del siglo XIX, la rineros, artilleros, contramaestres) ni en
Godoy (puesta en práctica en septiem- situación de la Hacienda pública no po- número ni en cualificación profesional.
bre de 1798 bajo el gobierno de Urqui- día ser más alarmante: los ingresos no Las dificultades del reclutamiento habían
jo), que consistió en la venta de una se- llegaban a los 500 millones de reales sido agravadas por la incidencia de la
rie de bienes vinculados, especialmen- frente a casi 900 millones de gastos or- peste amarilla en localidades costeras
te propiedades de instituciones bené-
ficas de la Iglesia, lo que, si aliviaba mo- Barcos había, pero faltaba cabuyería,
mentáneamente el déficit de la Hacien-
da, dejaba maltrechas las rentas de la palos, mantenimiento, pólvora, dinero,
red asistencial eclesiástica. Otros expe-
dientes fueron la exigencia de donati-
adiestramiento, artilleros y marinería
vos y empréstitos, la venta de nuevos dinarios, los intereses de la deuda pú- como Cádiz, que perdería quizás diez
bienes eclesiásticos (hasta 215 millones blica ascendían a 200 millones de rea- mil almas sólo en el año 1800, y la des-
de reales fueron autorizados en 1805 y, les, el Banco de España estaba en quie- movilización de la marina mercante de
más tarde, hasta la séptima parte de los bra y el Estado pagaba con meses de re- altura a causa de la paralización comer-
predios pertenecientes a la Iglesia en traso los intereses de los vales reales, las cial. Escaseaban, también, los suminis-
1807) y, finalmente, la emisión de nue- pensiones de viudedad y jubilación y tros (maderas para arboladura, cáñamos,
vos vales reales. los sueldos de los funcionarios. La betunes) a causa de la desarticulación

75
Antonio Valdés, uno de los secretarios de
Marina destacados en la reconstrucción de la
flota española durante el siglo XVIII (M. Naval).

intereses de Francia, lo que supuso la in-


mediata entrada de España en la con-
tienda (diciembre 1804).

Faltó dinero y voluntad


La reanudación de la guerra traería con-
sigo la derrota naval de Trafalgar (21 oc-
tubre 1805), que destruyó buena parte
de los efectivos de la Armada españo-
la, aniquiló a lo más granado de su ofi-
Proa de un navío de línea construido en La Carraca, Cádiz, a mediados del siglo XVIII. El cialidad (Federico Gravina, Cosme Da-
esfuerzo constructor de esa época había dotado a la Real Armada de un poder estimable. mián Churruca, Dionisio Alcalá Galia-
no...) y proporcionó a Inglaterra el con-
del tráfico, muy sensible en el caso del territorio de Luisiana, de acuerdo, por trol absoluto del Atlántico.
Báltico, ámbito habitual de importación otra parte, con los preliminares firmados No hay que pensar, sin embargo, en
de estos materiales. en San Ildefonso, en octubre de 1800. Trafalgar como la causa del definitivo
En estas circunstancias, la continua in- La ruptura de la Paz de Amiens (en eclipse de la Armada. Otros desastres en
gerencia de Napoleón en la vida públi- 1803) significó el retorno de la guerra siglos anteriores habían sido contrarres-
ca española, y especialmente en la orien- abierta entre Francia e Inglaterra. Godoy tados por una activa política de recons-
tación de la política internacional, hacía intentó evitar la implicación de España trucción naval, que había devuelto los
más acuciante la situación. Así, una de- por todos los medios, primero, propo- efectivos españoles a su punto de parti-
cisión francesa obligó a España a de- niendo, sin éxito, a Prusia y Rusia la for- da. Incluso después de la derrota de
clarar a Portugal (febrero 1801) la lla- mación de un bloque de potencias neu- 1805, España siguió contando con más
mada Guerra de las naranjas, que ter- trales y aceptando, después, la imposi- de cuarenta navíos de línea y con sus as-
minó con el Tratado de Badajoz (8 junio ción por parte de Francia del llamado tilleros intactos. Pero no hubo capacidad
1801), que estipuló la cesión a España Tratado de Subsidio que obligaba al pa- financiera para poner en marcha un pro-
de la población de Olivenza, pero que go de seis millones de libras mensua- grama de construcción, ni voluntad polí-
no contentó en absoluto al primer man- les (pesada carga para una monarquía tica para abordar las reformas que per-
datario de Francia. en el último extremo de sus dificultades mitieran la recuperación y no hubo tiem-
Al año siguiente se firmaba la Paz de financieras) y la autorización de la en- po para alcanzar un horizonte más des-
Amiens (marzo 1802) entre Inglaterra y trada en sus puertos de los barcos fran- pejado, alejado de las turbulencias inte-
Francia, que suponía para España un ceses. Sin embargo, ni siquiera estas exi- riores y exteriores que estaban anun-
momentáneo respiro, a costa de la pér- gencias terminaron por contentar a Na- ciando la crisis del Antiguo Régimen. Ahí
dida definitiva de la isla de Trinidad y poleón, que empujó a Godoy a colocar reside la diferencia con épocas anterio-
de la cesión a Francia del inmenso la Armada española al servicio de los res y el significado original de Trafalgar.■

76
Vigor historiográfico
INVESTIGACIÓN
Los historiadores españoles han publicado durante el último año más libros
sobre Trafalgar que durante los dos siglos anteriores. ANTONIO ATIENZA
PEÑARROCHA comenta las novedades que más han atraído su atención

E
n los últimos meses han lle- afirma que Gravina tuvo su punto de res-
gado a las librerías numerosos ponsabilidad en el combate, por no opo-
libros y publicaciones en tor- nerse a la salida. En suma, un estudio ri-
no a la batalla de Trafalgar. En guroso y muy documentado, redactado
el asunto pueden remarcarse: primero, en estilo periodístico, vivo y ágil.
que la mayoría de estos estudios es obra
de autores españoles, lo cual demuestra Profundo y exhaustivo
la buena salud de nuestra publicística Trafalgar. Hombres y naves entre dos
historiográfica y, segundo, que se ha pu- épocas, de José Cayuela y Ángel Pozue-
blicado más en España sobre este asun- lo (Barcelona, Ariel, 2004, 706 págs.), es
to en el último año que en los dos siglos un estudio profundo y exhaustivo de la
anteriores. batalla, sus orígenes y prolegómenos.
Aborda en profundidad los anteceden-
Riguroso, documentado y ágil tes bélicos y políticos que desemboca-
La Campaña de Trafalgar, de Hugo ron en el trágico enfrentamiento, con
O’Donnell y Duque de Estrada (Madrid, abundantes esquemas y mapas de las
La Esfera de los Libros, 2005, 828 págs.), cualidades tácticas de Escaño. La cam- campañas navales, y uso de fuentes ar-
se centra en las operaciones estratégicas paña se describe con gran detalle: el blo- chivísticas de las tres naciones comba-
y diplomáticas de los años 1804 y 1805. queo británico sobre Cádiz, las defensas tientes. Los autores relativizan los resul-
El foco del estudio es preguntarse cómo españolas, basadas en fuerzas sutiles tados navales: para ellos, la batalla de
se fraguó la batalla y cómo eran las flo- muy eficaces, los planes de Napoleón, cabo de San Vicente no fue tan “desas-
tas que se enfrentaron, sobre todo en las decisiones y los errores, el encuentro tre” ni tan “decisiva” como afirman al-
sus aspectos organizativos y humanos: de Finisterre, y la batalla de Trafalgar en gunos biógrafos de Nelson. El segui-
este apartado constituye la más origi- sí, estudiada con atención, detallando los miento de los movimientos de la Flota
nal aportación del libro a la bibliogra- movimientos de los buques con diagra- Combinada a las órdenes de Villeneuve
fía naval de los últimos meses. Al unir mas claros. Pero lo mejor del texto es su
visiones históricas y navales, lanza ideas planteamiento humano: aquí los prota-
muy interesantes: por ejemplo, el blo- gonistas principales son los combatien-
queo continental que impuso Napoleón tes, su organización, su vida diaria, sus
a Gran Bretaña, no fue sino una con- enfermedades, sus formas de luchar... No
testación al bloqueo marítimo de la flo- se deja de lado, por supuesto, los buques
ta británica. Como estudio minucioso de y los cañones, sus características y sus
esos días, se redibujan figuras y hechos problemáticas, en especial la del apres-
que han quedado en la cuneta de otras tamiento material y el alistamiento de la
investigaciones, como la disputa entre marinería; pero lo que más resalta es la
Grandallana y Gravina por el mando descripción de los anónimos y los co-
de la escuadra, la organización de la de- nocidos protagonistas –a su pesar– del
fensa ante la ofensiva inglesa, o las evento. El texto no se centra sólo en la
armada española, sino que también des-
ANTONIO ATIENZA PEÑARROCHA es investiga- cribe usos y costumbres de aliados y
dor naval. enemigos. Punto para la polémica,

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CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

Magnífica visión esquemática de la táctica de Nelson en Trafalgar (publicada en Londres el 30-11- 1805, National Maritime Museum).

es muy completo. Además, no faltan los detallada. Completa el libro un estudio en duelo. Pelayo Alcalá-Galiano, des-
análisis económicos y sociales del sobre la batalla de Kamperduin-Cam- cendiente del comandante del Bahama,
período, que ayudan a entender el com- perdown, un claro antecedente táctico defiende que esta reyerta verbal tuvo lu-
portamiento de los principales protago- de Trafalgar, del marino holandés Fre- gar, siguiendo al cronista Vargas Ponce.
nistas del combate: los seres humanos. déric Nave Degenkolbe. En cambio, los historiadores actuales mi-
nimizan esta discusión. Por lo demás, es
Sabor marinero Reedición de un clásico un libro plenamente válido y muy inte-
Trafalgar. Tres armadas en combate, de El Combate de Trafalgar, de Pelayo Al- resante, escrito a la sombra del desas-
Víctor San Juan (Madrid, Sílex, 2005, 300 calá-Galiano (Madrid, Instituto de Histo- tre de 1898, y por tanto impregnado de
págs.), es un libro de divulgación es- ria y Cultura Naval, 2004, 982 págs.), es un espíritu regeneracionista.
crito con gusto, sabor marinero y pasión un clásico de 1909 ahora reeditado en
no disimulada. Se estudian los avatares facsímil, que nos ofrece una visión a la Perspectiva internacional
de la Armada española durante todo el vez intensa y documentada del comba- Trafalgar y el Mundo Atlántico, coor-
siglo XVIII, explicando las diferentes ba- te, centrándose además en las dificulta- dinado por Agustín Guimerá, Alberto Ra-
tallas y narrando las biografías princi- des logísticas de la Armada. Posible- mos y Gonzalo Butrón (Madrid, Marcial
pales. En un estilo ameno y sugerente, mente, el punto más polémico que sos- Pons, 2004, 400 págs.), recoge las dife-
el autor detalla la construcción de los tuvo este autor y que hoy se discute, rentes ponencias y comunicaciones del
buques. Y es que en este volumen, el corresponde a los preliminares de la ba- coloquio internacional Cádiz y la Eu-
protagonista es, sobre todo, el barco, y talla, concretamente a la reunión a bor- ropa atlántica en tiempos de Trafalgar,
por ello, además de las batallas, se ana- do del Bucentaure el 8 de octubre de celebrado en noviembre de 2002. En-
liza la evolución de la construcción na- 1805, en la cual Magon y Dionisio Alca- contramos textos referidos a estrategia
val española de una forma muy clara y lá-Galiano estuvieron a punto de retarse y táctica, a armamento, a los hombres

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cual, por cierto, ha conocido alguna re-
edición al socaire de la ocasión, como
la adaptación para el público infantil de
la editorial Rey Lear (Madrid, 2005). Vol-
viendo al texto de Guimerá, Ramos y
Butrón, hay que destacar la presencia de
autores tanto franceses como británicos,
realizando, como sus colegas españoles,
aportaciones muy novedosas y jugosas.

El marco económico
El sistema atlántico español (siglos XVII-
XIX), editada por Carlos Martínez Shaw
y José María Oliva Melgar (Madrid, Mar-
cial Pons, 2005, 376 págs.), no guarda
una relación directa con Trafalgar, pe-
que tripularon aquellas moles de made- ro aporta una visión sobre los proble- sugerentes propuestas. El marco crono-
ra y cáñamo embreado, a la ciudad de mas económicos relacionados con el lógico es también insólito, pues arranca
Cádiz, testigo y actor del combate, y es- Atlántico muy interesante y rompedo- en el XVII, siglo tradicionalmente con-
tudios sobre la producción literaria per- ra. Martínez Shaw y Oliva Melgar coor- siderado de repliegue comercial, plan-
geñada en torno a Trafalgar, y en la que dinan a un grupo de historiadores jó- teamiento que Oliva demuestra que es
sigue brillando la novela de Galdós. La venes, casi todos ligados a la UNED, con totalmente erróneo, pues existió un vi-
vo y floreciente comercio, pero no re-
gistrado en los documentos más usua-
De Galdós a Pérez-Reverte les. Aquí radica buena parte de las vir-
tudes de los trabajos: el uso de fuentes

T rafalgar ha llamado la atención de al-


gunos escritores, pero ha sido en Es-
paña donde más se ha reflexionado litera-
militar española del momento, entre los
oficiales de guerra y los oficiales de mar.
Más histórica y más amplia resulta Tra-
y archivos poco trabajados hasta el mo-
mento, como los registros de buques. A
través de los diferentes artículos descu-
riamente sobre él. Quizá se deba a que Tra- falgar (Barcelona, Edhasa, 2001, 504 brimos el entramado de los portugueses
falgar representa el doloroso parto de Es- págs.), de José Luis Corral. Las aventuras que establecidos en Sevilla llegaba has-
paña hacia el siglo XIX. Trafalgar fue un de un oficial embarcado recrean el am- ta Amberes, los mecanismos de las re-
sacrificio inútil, de una biente del momento, presalias durante las guerras para per-
España atrasada y go- con una gran fidelidad judicar al comercio enemigo, el proce-
bernada de forma auto- histórica. No en balde, so de las quiebras de los comerciantes,
crática. España no gana- Corral es historiador. muy posibles dado el endeble cañama-
ba nada con Trafalgar, y La última novela pu- zo financiero de la Carrera de Indias, la
lo perdió todo. De ahí blicada es Cabo Trafal- aceptación social y eclesial del nuevo
su morbo. gar (Madrid, Alfaguara, concepto de riqueza nacido del comer-
La novela de Benito 2005, 256 págs.), de cio, las ansias sociales de los navegan-
Pérez Galdós Trafalgar Arturo Pérez-Reverte. tes estudiadas en la trayectoria del Co-
(Madrid, Arlanza Edi- Esta obra plantea una legio de San Telmo, las ventajas del sis-
ciones, 2005), el prime- propuesta más original. tema borbónico del Libre Comercio y su
ro de sus Episodios Na- Toda ella sucede el mis- extinción ahora establecida en 1828, la
cionales, es la que más mo día de la batalla, a lucha contra el contrabando en Cuba an-
brillante descripción da través de la visión de va- tes y después de la dominación inglesa
de la batalla: un mode- rios personajes. La obra de 1762, la extensión de la controverti-
lo de novelar cuya tra- adquiere un carácter co- da Matrícula de Mar a América, la emi-
dición se aprecia en la li- ral, multinacional, con gración de comerciantes españoles a Cu-
teratura actual. Galdós utiliza diversos re- un ritmo narrativo trepidante y agitado, ba y su repercusión económica.
cursos para ofrecer una visión plural del propio de un enfrentamiento apasionado.
combate. Sin duda, el dualismo entre don Si Galdós describió una batalla más social El papel de Cádiz
Alonso Gutiérrez de Cisniega, aristocrá- y Corral un combate más histórico, Pérez- Cádiz realiza su aportación bibliográfi-
tico, distante y melancólico, y el contra- Reverte intenta y consigue recrear la vio- ca al evento, reeditando En los días de
maestre Marcial, deslenguado y bravucón, lencia y la inutilidad intrínseca de la gue- Trafalgar, de Augusto Conte Lacave, un
ambos unidos por su amor al mar y a la rra, violentando y retorciendo el idioma y libro de divulgación publicado por pri-
Real Armada, sirve a Galdós para ofrecer- plasmando unos personajes magnífica- mera vez en 1955, que narra la batalla
nos la tradicional dualidad de la sociedad mente retratados. desde la perspectiva de una ciudad ma-
rinera y militar. Y es que Cádiz participó

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VIGOR HISTORIOGRÁFICO. INVESTIGACIÓN
CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

activamente como base de la batalla. Una capacidad de recuperación; y la Real Ar-


ciudad en la cual residían marinos, don- mada se hubiera rehecho de Trafalgar,
de se armaban los buques, y que pade- si la invasión napoleónica de 1808 no
cía los rigores de la guerra como ningún hubiera sumido al país en una situación
otro puerto español. Una ciudad que vi- caótica. Sin duda, un libro fundamental.
vió de cerca la estancia, salida, comba-
te y regreso de la Flota Combinada, que Referencia imprescindible
colaboró en la salvación de los náufra- La obra de José Ignacio González-Aller,
gos, y en la que muchas casas se vistie- La Campaña de Trafalgar (1804-1805).
ron de luto aquel octubre de hace aho- Corpus Documental (Madrid, Ministe-
ra 200 años. El de Conte es un estudio rio de Defensa-Armada Española, 2004,
con aportación documental bien dosifi- 2 volúmenes), reúne la documentación
cada, en un relato escrito con agilidad, conservada de la batalla: los documen-
utilizando la prensa local de la época pa- tos transcritos y ordenados que descri-
ra mostrar cómo las noticias corrieron, ben los avatares, los problemas y las an-
se manipularon o se descubrieron. gustias, los planes y los relatos, para
tió en todo un símbolo de la Armada es- crear la obra de referencia imprescin-
Problemas de la Marina española pañola de su época. Grande, imponen- dible sobre la batalla de Trafalgar. Se
Historia del Combate Naval de Trafalgar, te, pero lento y poco maniobrero; mal completa con las hojas de servicios de
de José Ferrer de Couto, editado origi- ofensor, pero tenaz defensor. Y es que los almirantes y comandantes españoles,
nalmente en Madrid en 1854, y ahora re- la Armada que combatió en Trafalgar no y los historiales de los buques que allí
editado en facsímil (Valencia, Librería Pa- fue concebida para atacar, sino para de- participaron. En suma, un importante y
rís-Valencia, 188 págs.), es un estudio in- fender rutas y convoyes. Un navío que, loable esfuerzo. ■
teresante, aunque su prosa decimonó- desde su tumba, nos recuerda una he-
nica exige una lectura detenida. Es uno rencia sumergida que debemos descu-
de los libros más antiguos escritos sobre brir, estudiar y conservar. PARA SABER MÁS
la batalla, y nos ofrece una visión muy EGIDO, T., Carlos IV, Madrid, Arlanza Edicio-
directa sobre los problemas que atrave- Magníficas ilustraciones nes, 2001.
FERNÁNDEZ, R., La España Moderna, siglo XVIII, to-
saba la Marina española, y que catali- Modelos de arsenal del Museo Naval. Evo- mo 4º del Manual de Historia de España, Madrid,
zaron el desastre de Trafalgar, en con- lución de la construcción naval espa- Historia 16, 1993.
creto, la organización de la Matrícula de ñola, de José Ignacio González-Aller, GIMÉNEZ, E., El fin del Antiguo Régimen. El reina-
do de Carlos IV, Historia de España, vol. 20, Ma-
Mar. Como el otro texto clásico, el de Cruz Apestegui, Jorge Pla y Carmen Za-
drid, Historia 16, 1996.
Manuel Marliani, fue redactado como marrón (Barcelona, Lunwerg, 2004, 328 LA PARRA, E., Manuel Godoy. La aventura del
contestación al historiador francés págs.), es un magnífico volumen ilus- poder, Barcelona, Tusquets, 2005.
Thiers, que en su Historia del Consula- trado con los bellos modelos conserva- MERINO NAVARRO, J. P., La Armada española en el
siglo XVIII, Madrid, Fundación Universitaria Espa-
do y del Imperio, descargó sobre España dos en el Museo Naval de Madrid, mu- ñola, 1981.
toda la responsabilidad de la derrota. Pe- chos de los cuales representan a los or- OZANAM, D., La política exterior de España en
ro Ferrer, que era marino y de familia de gullosos buques que combatieron en tiempo de Felipe V y de Fernando VI, en R. Me-
marinos, tuvo acceso a historias, chis- Trafalgar, y redactado por algunos de los néndez Pidal, Historia de España, t. XXIX,
pp. 441-571.
mes, comentarios, y su texto ofrece pun- mejores tratadistas navales del momen- QUADRADO Y DE ROO, F. DE P., Elogio histórico del
tos de vista que han sido recientemente to. En la misma línea está Los navíos es- excelentísimo señor Don Antonio de Escaño, Te-
descubiertos. pañoles de la Batalla de Trafalgar, de niente General de la Marina, Madrid, 1852.
VARGAS Y PONCE, J. DE., Elogio histórico de Don An-
Juan Carlos Mejías (Barcelona, Aqualar- tonio de Escaño, Madrid, ed. J. F. Guillén, 1962.
El navío más famoso ga, 2005), que aporta planos del navío VV. AA., PP 23. Carta náutica, San Lucar-Cabo
Navío Santísima Trinidad. Un coloso de Bahama e historiales. Trafalgar, Barcelona, Impressors, 2005.
su tiempo, de Marcelino González (Ma- —, De la Paz de París a Trafalgar (1763-1805): el
acontecer bélico y sus protagonistas, Madrid,
drid, La Espada y la Pluma, 2004), es una Contienda desigual Ministerio de Defensa, 2005.
biografía –si se le puede llamar así– del Trafalgar y el conflicto naval anglo-es- —, Los navíos españoles de la batalla de Trafalgar,
navío más famoso de Trafalgar, por su pañol en el siglo XVIII, de Agustín Ra- Móstoles Cultural, S. A., de ediciones, 2004.
tamaño, su número de cañones, y la am- món Rodríguez González (Madrid, Ac-
En inglés:
bición de los británicos por capturarlo. tas, 2005, 484 págs.), supone una revi- BENNET, G., Nelson the Commander, London, Pen-
González, marino de profesión, expli- sión profunda y original de la historia guin, 2002.
ca con detalle escrupuloso la historia de naval española y de los prolegómenos HOWARD, D., Trafalgar: the Nelson touch, Phoenix
Press, London, 2003.
aquel buque, botado en La Habana por de la batalla de Trafalgar. La tesis básica bicentenariotrafalgar.com
un constructor inglés, sacado de su país del autor se basa en que Inglaterra ga- www.churruca2005.com
por Jorge Juan, y que entró al servicio nó su supremacía naval en la Guerra de www.batalladetrafalgar.com
de España, construyendo, entre otros, Sucesión y España a lo largo del siglo www.etsin.upm.es/trafalgar
www.aboutnelson.co.uk
este formidable navío, que sufrió varias mantuvo una contienda desigual, no www.wtj.com
reformas y artillados, y que se convir- exenta de victorias, con una enorme www.nmm.ac.uk

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Un completo programa de actos y exposiciones
ESPAÑA luz de Arqueología Subacuática, (primera semana de octubre), Churruca es el protagonista
Cádiz es la principal protagonis- sobre los trabajos realizados en entre otras iniciativas. también de la retrospectiva que
ta de los actos conmemorativos la zona durante los últimos años El recuerdo de Trafalgar ha al- sobre su vida –Cosme Damián de
previstos en España para la cele- para localizar y rescatar las naves canzado también a las localida- Churruca. Vivió para la humani-
bración del bicentenario de Tra- hundidas como consecuencia del des de origen de los marinos dad, murió por la Patria– se pue-
falgar. El Ministerio de Defensa, combate y, sobre todo, del pos- que tomaron parte en la batalla. de contemplar hasta el próximo
la Junta de Andalucía, la Dipu- terior temporal que castigó a la En Motrico (Guipúzcoa), donde mes de noviembre en el Museo
tación gaditana y el Ateneo Li- escuadra franco-española. El día nació Churruca, se puede visitar Naval de Madrid. También en
terario, Artístico y Científico de 20 abrirá sus puertas la muestra hasta el próximo 30 de octubre la capital, la Universidad Poli-
la ciudad vienen desarrollando Cádiz y Trafalgar: la ciudad ilus- la muestra Cosme Damián Chu- técnica acogerá los días 3 y 4 de
desde principios de año un com- trada de 1805, y se presentará rruca. Hijo del mar y de las luces, noviembre un congreso sobre la
pleto programa de eventos que una recreación digital de la ba- en el Palacio de Zabiel, dedica- tecnología de los navíos que
culminará este mes de octubre y talla. Y el 27 se inaugurará la da a la figura histórica y las participaron en la contienda.
en el que destaca, de manera exposición Pintores y escritores del aportaciones científicas del ma- Organizado por la escuela de in-
singular, la parada náutica que XXI vuelven a Trafalgar. rino, con fondos procedentes de genieros navales de Madrid, rea-
se celebrará en las aguas del ca- Toda la región costera gaditana la familia Areilza Churruca y lizará un análisis comparado de
bo el sábado día 22. Más de cien tomará parte de una u otra ma- del Untzi Museoa-Museo Naval la arquitectura naval de las tres
cruceros de vela y motor, con nera en los actos previstos para de San Sebastián. El día 21, las armadas, en lo que pretende ser
base en los puertos deportivos conmemorar el aniversario, que campanas de la localidad tañirán un homenaje a sus constructo-
del entorno, desde Huelva a se completarán con varios con- al unísono, en conjunción con res. El curso se clausurará el día
Cartagena, escenificarán a me- ciertos, la representación de otras localidades españolas, fran- 5 en Cádiz. Más información:
diodía la formación de las líneas obras teatrales y una semana de- cesas e inglesas, en recuerdo a www.etsin.upm.es/trafalgar.
de ambas flotas antes de la con- dicada al cine naval, en Vejer los muertos en Trafalgar. El resto de Europa, especial-
tienda. Al término de la concen- mente Gran Bretaña, tampoco
tración, los participantes arroja- es ajena a la efeméride.
rán al mar una corona de laurel,
como reconocimiento y home- GRAN BRETAÑA
naje a los protagonistas de la ba- NELSON Y NAPOLEÓN
talla. El día se inaugurará a las
diez y media de la mañana con Bajo el título Nelson y Napoleón
una visita al Panteón de Mari- se ha montado, con la coopera-
nos Ilustres, en San Fernando, y ción de museos y colecciones
un acto cívico-militar en home- privadas en Inglaterra y Francia,
naje a los fallecidos, a las 12,30, una espectacular exposición so-
en el Parque Genovés, de Cádiz. bre estas dos figuras icónicas en
La impronta de la efeméride el National Maritime Museum
marcará asimismo las semanas de Greenwich, a unos veinte mi-
previas y posteriores al aniversa- nutos de Londres, que permane-
rio. El día 11, la Diputación cerá abierta hasta el 13 de no-
presentará la reedición del libro viembre. Entrando en las salas,
En los días de Trafalgar, de Au- ante el visitante se confrontan
gusto Conte Lacave, y el 14, el dos enormes imágenes yuxta-
almirante J. I. González-Aller y puestas: el almirante inglés Ho-
el escritor Arturo Pérez-Reverte ratio Nelson, muerto en la bata-
participarán en el Palacio de lla de Trafalgar y Napoleón Bo-
Congresos en una mesa redonda naparte. Estas imágenes subra-
moderada por Óscar Lobato. El yan una de las finalidades de la
17, por la tarde, se colocará en exposición: reconocer a Nelson y
el faro de Trafalgar la primera a Bonaparte como coetáneos. Es
piedra del Monumento a la Paz precisamente en esta relación
y la Concordia de los Pueblos, donde se realza el sugestivo va-
diseñado por el pintor Guiller- lor de la exposición, sobresalien-
mo Pérez Villalta, y se inaugu- te por la selección de objetos,
rará la exposición Los naufragios por la reunión de lo cronológico
de Trafalgar, en el Centro Anda- Alegoría de Trafalgar, acuarela de Rafael Monleón y Torres (1893). con lo temático y por la brillan-

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CREPÚSCULO NAVAL ESPAÑOL. TRAFALGAR

tez de las realizaciones digitali- son, en Norfolk, realizará hasta


zadas, entre ellas la coronación finales del mes de octubre toda
de Bonaparte y la mesa electró- una programación especial de
nica que relata audiovisualmen- actividades, entre las que desta-
te la batalla. La exposición sitúa ca el conjunto de retratos reu-
los años desde la Revolución nidos para la ocasión.
hasta Trafalgar en un contexto
nuevo, evitando una visión pu- SUBASTA EN SOTHEBY’S
ramente anglocéntrica. Un total de cincuenta objetos
Los objetos, no meras curiosida- de la colección Matchan, el
des sino objetos perfectamente conjunto de reliquias más im-
escogidos –como la llave de La portantes sobre el almirante
Bastilla o las caricaturas fantás- Nelson, saldrá a la venta el pró-
ticas inglesas ilustrando Londres ximo 5 de octubre en la sede
bajo la ocupación de las tropas londinense de la casa de subas-
francesas–, arrojan luz sobre los tas Sotheby’s. Valorada en 1,5
puntos que la exposición desea millones de libras, esta colec-
que el visitante capte para poder ción fue adquirida directamen-
apreciar el tema fundamental. te de manos de los descendien-
Cada cambio en el equilibrio de tes de la hermana favorita de
poder, en las diversas alianzas de Nelson, Catalina (Kitty) Mat-
Bonaparte e Inglaterra, es pre- cham, quien heredó muchos de
sentado con un mapa sencillo, los objetos después de la muer-
sin informaciones superfluas. te de su hermano. El alcance de
Nada, sin embargo, concentra la la colección es enorme, inclu-
atención y despierta las emocio- yendo una amplia gama de car-
nes tanto como la ropa revolu- tas, medallas, vajillas, muebles
cionaria expuesta: el gorro frigio –entre ellos los que decoraban
y los pantalones habituales en Uniforme de Nelson en Trafalgar, en la exposición Nelson y Napoleón. la cabina del HMS Victory–, li-
los sans-culottes (los revoluciona- bros –que leyó durante las lar-
rios que no llevaban calzones). parte, dejó claro que no habría TRAFALGAR A TRAVÉS DE OJOS gas horas en el mar–, así como
A nivel personal, se exhiben ya posibilidad de invadir Ingla- FRANCESES piezas de porcelana y cristalería
juntos los sombreros bicornios terra. Y, entre las curiosidades, El argumento de la muestra or- usadas por Nelson y Emma
de Napoleón y Nelson, el libro resulta que los fasces romanos, ganizada en el National Fishing Lady Hamilton en su casa en
diario de oraciones de éste, un que en el siglo veinte serían par- Heritage Centre de Grimsby, Inglaterra.
juego de joyas de malaquita te inconfundible de la simbolo- incide en la tragedia humana de
propiedad de Josefina y el ma- gía fascista, eran un símbolo re- la batalla de Trafalgar, no sólo BÉLGICA
nuscrito de la Sinfonía Heroica de volucionario francés y como tal por el hecho de la muerte de NAPOLEÓN Y LIEJA
Beethoven, llegada para esta ex- aparecen en las banderas napole- Nelson, sino también por las El antiguo Principado de Lieja
posición desde Viena, porque ónicas. cuantiosas pérdidas de las mari- estuvo anexionado a la Repú-
contiene la dedicatoria a Bona- MICHAEL ALPERT nas francesa y española que, se- blica francesa entre 1795 y
parte, borrada por el compositor gún el planteamiento de esta 1814. Durante este período, la
cuando Napoleón se proclamó DOCUMENTOS DE TRAFALGAR muestra, siguieron una pésima impronta napoleónica quedó
emperador. Los anillos de Nel- Tras el museo de Greenwich, el estrategia, a lo que se unió la marcada en la ciudad, que se
son y Emma y el cuaderno don- otro gran museo naval británi- escasa formación de los mari- une a la conmemoración con la
de Bonaparte, exiliado en Santa co, el Royal Naval Museum de nos, que fueron abandonados a exposición Napoleón y Lieja, en
Elena, garabateaba sus ejercicios Portsmouth, ofrece, hasta el 30 su suerte. Hasta el 31 de octu- la sede del futuro centro de in-
de inglés, contribuyen al pathos de noviembre, una selección de bre, entre otros objetos, podrá terpretación Grand Curtius. La
del espectador. Al acercarse al manuscritos relacionados con la admirarse la colección de ma- muestra, abierta hasta el 30 de
final de la muestra, se oye cada armada que luchó en Trafalgar quetas elaboradas por los prisio- octubre, ofrece un recorrido por
vez más fuerte el sonido de fon- y las célebres caricaturas de neros franceses en Inglaterra, los objetos decorativos, pintu-
do: los gritos, los disparos de ar- Nelson hechas por los artistas que eran vendidas a los visitan- ras, esculturas, medallas y ar-
tillería y el tañido de campanas británicos James Gillray, Tho- tes de las cárceles. mas representativas de aquel
que anuncian el modelo digita- mas Rowlandson y George momento histórico, que hoy se
lizado e interactivo de la batalla Cruikshank, actividades que se RETRATOS DE NELSON conservan en el Museo Arqueo-
de Trafalgar, victoria que, si no completarán con una recons- El museo emplazado en la villa lógico y de Artes Decorativas
derrotó absolutamente a Bona- trucción virtual de la batalla. que vio nacer al almirante Nel- de la ciudad belga.

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