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Universidad del Salvador

Trabajo Prórroga Historia del Derecho: Trabajo Indígena


Alumno: Burgos Franco Daniel
Comisión A 5° año Cátedra Dr. Carlos Frontera
Desarrollo:
Por medio del presente desarrollaremos el trabajo en la población indígena
sucedido durante la conquista de América. Poniendo especial relieve
especialmente en la encomienda, la mita y el yanaconazgo y en la forma en
que los reyes intentaron regular el trabajo indígena, regulación que, a la hora
de ser llevado a la práctica, no siempre fue posible.
Sin embargo, y antes de adentrarnos en este tema, hablaremos del trabajo
en la baja edad media y en Europa. Durante este periodo, se inició la
intervención de los reyes en el mundo del trabajo. El régimen corporativo y su
crecimiento dio lugar a diversos conflictos entre los artesanos y las clases ricas
ciudadanas con quejas respecto al monopolio de los primeros.
Las cortes castellanas establecieron ya en el siglo XIV,
ordenamientos para menestrales y obreros, fijando precios, jornadas y
salarios. Cierto que es que la mayoría de los trabajadores (campesinos y
trabajadores eventuales que no se encontraban asociados en gremios)
quedaron fueran de estos. Pero la atención del estado en el trabajo y el
trabajador había empezado.
La monarquía absoluta había considerado como parte de su
misión impulsar y organizar el trabajo, velando por la producción y alentando el
enriquecimiento. Moralistas y economistas se ocuparon ya de las condiciones
sanitarias del trabajador, capacitación, esparcimiento y descanso. Por ende,
existían caminos lícitos para llegar a la riqueza, siendo estos la herencia,
posesión, oficio (trabajo) y señoría.
Sin embargo, hubo resistencia de grupos señoriales, que veían
como una posibilidad cierta la pérdida de privilegios, aunque en verdad tal
actitud demostraba un desconocimiento acerca del beneficio que la expansión
mercantilista sobre la clase inferior podía significarles.
Es así como en el quinientos, la difusión del salario, la condición
del trabajador asalariado que tenía tasada el trabajo que realizaba y trabajaba
exclusivamente por la tasa, transformó la vida social. La sociedad a partir de
este periodo se escindió en dos grupos bien diferenciados: patronos y
obreros asalariados.
No es menor la cuestión de que los gremios se ocuparon por el
alza de los salarios, situación que llevo muchas veces a su prohibición.
América
Durante la conquista de América, sin dudas el trabajo de los
indígenas fue una de las cuestiones más relevantes y graves. ¿El interés del
Estado, moralistas y economistas sobre el trabajo y las condiciones del
trabajador, había llegado al continente americano? A pesar de la orientación de
las leyes mencionadas anteriormente, la realidad desbordó moldes teóricos
debido a los intereses involucrados y situaciones locales.
Se dio entonces un sistema jurídico derivado de leyes y
costumbres, pero con predominio de estas, en el cual el particularismo típico
del derecho indiano llego a su máxima expresión.
El europeo estaba acostumbrado a reducir el trabajo más pesado
a esclavos, siervos o libres. Colón trato de reducir a la esclavitud a los
indígenas y enviarlos a Europa como mano de obra, intentando así compensar
los gastos de expedición. Los principios éticos que profesaban los reyes
católicos junto a su objetivo de evitar la formación del sistema feudal en
América no lo permitieron (aunque los conquistadores tendían a esto, al tener
adquisición de poder sobre los naturales)
La corona intentaba entonces conciliar varios intereses. Alentaba
la conquista, afianzando el dominio español, recompensando los servicios
prestados por caudillos y sus huestes, al mismo tiempo que mantenía el control
político, además de evangelizar y culturar a los naturales mientras se producía
el poblamiento del territorio.
Abolida la esclavitud, la fuerza laboral del indígena fue
indispensable. La minería, ganadería, agricultura y las obras públicas necesitan
de su fuerza. A pesar de la condición libre de los naturales significaba que la
incorporación al proceso económico fuese de forma voluntaria, los españoles
hicieron abstracción de ello e impusieron prestación forzosa.
Esta justificación del trabajo obligatorio se basa en la noción de
que todo hombre libre debía contribuir al sostenimiento de la organización
donde formaba parte, y al carecer de otros bienes, el trabajo era el medio
necesario para tal empresa. Se argumentó además que, al carecer el indígena
de la capacidad de llevar una vida ordenada al modo europeo, era necesario
que quedaran encomendados bajo la autoridad de un español. Esta situación
significaría múltiples beneficios para la corona. Se familiarizarían con ellos al
estar en trato con los españoles, la cristianización sería más fácil también.
Ambas partes tendrían obligaciones. Los indígenas, respondiendo a la voluntad
real que se convirtieran fueron obligados a trabajar y los españoles, a
evangelizarlos y darles sustento.
Las adjudicaciones de indígenas hecha a los españoles como
mano de obra, se denominó repartimientos o encomiendas. La encomienda
era una institución española de origen medieval, derivada probablemente de la
behetría. Los Encomendaos u hombres de behetría eran los radicados por
varias generaciones en una misma tierra, bajo el patrocinio de un señor, al cual
estarían sometidos para convertirse en vasallos.
Según Solorzano Pereira, se define a la encomienda como:
“derecho concedido por merced real a los beneméritos de las
indias para percibir y cobrar para si los tributos de los indios, que se les
acomendaren por su vida y la de un heredero, conforme a ley de sucesión, con
cargo de cuidar el bien de los indios en lo espiritual y temporal y habitar y
defender las provincias donde estuviese encomendados”
La primera forma de encomienda se conoce como el nombre de
encomienda de servicio personal, porque en ella el beneficio del
encomendero consistía en el trabajo indígena. Ese servicio personal pudo ser
pastoril, agrícola, minero industrial, de transporte, de construcción o doméstico.
Para la prestación de servicio se recurrió (pero no siempre) al
sistema prehispánico de la mita (palabra quecha que significaba tanda o turno)
según el cual se dividían los indígenas en grupos que rotaban entre sí. Los
caciques intervenían en el sorteo de los mitayos. El sistema fue expandido por
los españoles a territorios que no lo habían conocido. Esta explotación del
trabajo indígena realizada en las encomiendas dio lugar a protestas de los
clérigos a partir del sermón de fray Antonio de montesinos en la española
(1511), llamado crueldad y tiranía al trato que sus oyentes daban a las
naturales. La lucha en favor de estos fue incesante, destacándose en la lucha
por los derechos de los indígenas Fray Bartolomé de las Casas.
Las leyes de Burgos (1512-1513) no suprimieron las
encomiendas, pero se tomaron recaudos para evitar los abusos. Aseguraban a
los indígenas viviendas y tierra en propiedad, instrucción religiosa, alimento yy
buen trato, bajo la vigilancia de visitadores. Como se evidencia, las intenciones
de la corona eran buenas, pero el régimen de trabajo forzado anuló en gran
parte sus esfuerzos
A propuesta del presidente de la audiencia de Méjico, Ramírez de
Fuenleal en 1536 se decidió sustituir el reparto forzado de trabajadores por el
disfrute del tributo indígena, siempre a cambio de protección y asistencia
espiritual y servicio militar en favor de la corona. Se tributaria entre los 18 y 50
años.
Aquí había nacido la encomienda tributo, según la cual el
indígena ya no era compelido al trabajo contra su voluntad. El servicio
obligatorio se reemplaza por servicio libre, bajo la forma de locación a
cambio de un salario.
Al continuar exigiendo servicios forzados a los naturales, la corona ordenó en
1549 que el pago del tributo al encomendero se hiciera en especie y que no se
transformarse en servicio personal, sin embargo, no siempre se cumplió esta
orden.
Sin embargo, dado la importancia del carácter de la minería, se
siguió recurriendo para su explotación al servicio personal remunerado. El
servicio fue percibido por el encomendero en forma de servicio, de modo
similar al sistema anterior, que subsistió hasta el siglo 18.
Las leyes nuevas de 1542, dictadas por Carlos I con motivo de las
gestiones de las Casas, prohibieron la concesión de nuevas encomiendas, así
como su obtención, de modo que volverían a la corona al faltar sus titulares.
Gradualmente, entre fines del 600 y principios del 700 se
suprimieron muchas encomiendas, en parte a que el número de indígenas
había mermad, lo mismo que el beneficio que producían, a causa de los
gravámenes que soportaban. Felipe V promulgó la ley de supresión (1720), que
tardó en llevarse a la práctica.
Sin embargo, la abolición de la encomienda no significo que lo
fuera la mita, que había adquirido personería propia como fuente de mano de
obra minera y para los obrajes de charcas, industria textil. Los caciques de las
provincias mitayas debían facilitarles indígenas a los empresarios, en forma
rotativa a cambio de un salario. Diversas ordenanzas regularon con detalle este
tipo de trabajo.
Junto al trabajo de los mitayos existió otra manera de servicio
personal llamado yanaconazgo, otra institución de origen también incaico (con
su equivalente en el caribe Méjico llamado las naborias) que fue llevado por los
españoles a otras regiones. Se llamo yanaconas a todos los indígenas de
servicio, en sentido lato, y en estricto, a quienes vivían de forma permanente
entre los españoles para su servicio, desarraigados de las comunidades a las
que pertenecían.
Disueltas muchas comunidades indígenas por las guerras, sus individuos
fueron trasladados para esta forma de servicio, por lo que creció
considerablemente durante la conquista.
La corona intento, sin éxito, abolir el yanaconazgo en el siglo 16, puesto que
este era contrario a la idea de libertad de los naturales. Este era un servicio
perpetuo, diferenciándose de la mita que era temporario.
Para intentar diferenciarlo de la esclavitud, la corona insistió en que debían
elegir libremente al amo a quien servirían. El virrey Toledo reguló en sus
ordenanzas el trabajo de estos indígenas, considerándolos hereditarios de la
gleba, adscritos a una finca y transmisibles con ella.
La convivencia entre yanaconas con españoles hizo que se asimilar a su
cultura con mayor facilidad y se constituyeron en agentes de difusión de la
cultura española. La legislación sobre el trabajo indígena, tanto peninsular
como criolla fue reconocida como el ordenamiento laboral más avanzado de su
época.
Previeron el buen trato, el pago de salarios por servicio, libre contratación
limitación de la carga que debían llevar, previsión de la edad laboral,
mantenimiento en sus lugares originarios, horas de trabajo, descanso y trabajo
de las mujeres. Estas leyes, reflejaban en verdad la sensibilidad de los reyes,
respetuosos de la dignidad personal de los indígenas. Sin embargo, no siempre
fueron cumplidas y se vieron sujetas a diversas violaciones en la práctica

La reducción
Desde los primeros tiempos, en 1516 las misiones intentaron la conquista
pacifica para evangelizar a los naturales, estableciendo zonas de misión,
aislados de los conquistadores en los cuales la fuerza estuviese desterrada y el
único medio que se emplease para atraerlos, fuera la predicación
Los primeros experimentos fracasaron al no poder impedir las incursiones de
los mercaderes, que lograron encolerizar a los indígenas.
El mismo método empleó Fray Bartolomé de las Casas en Verapaz Guatemala.
Las órdenes religiosas de los dominicos, franciscanos y agustinos desarrollaron
en el quinientos el modelo de reducción, que fue perfeccionado por la nueva
orden de los jesuitas.
Trabajo indígena Rio de la Plata. Las ordenanzas Alfaro.
En el territorio del rio de la Plata, el sistema de encomiendas se extendió,
principalmente, en Tucumán, y el de las reducciones, en Paraguay.
En charcas se conocieron ambos. Mientras, en la gobernación de Buenos
Aires, la más pobre en cuanto a indígenas sometidos, se sucedieron pocas
encomiendas y reducciones. Cuyo, por su parte, se encontraba despoblado
por migraciones forzosas, y vio una predominancia de la encomienda.
En lo que, respecto a la historia del derecho del trabajo, la obra legislativa de
mayor importancia fue la llevada a cabo en los siglos 16 por el oidor de la
audiencia de Charcas, Francisco de Alfaro, como visitador de las encomiendas
de Tucumán, rio de la plata y Paraguay.
Primero visitó Tucumán y luego el Rio de la plata y Paraguay. Se sorprendió
por los abusos de los encomenderos. Dictó en Asunción las ordenanzas para
esa provincia y el rio de la plata en el año 1611 y en Santiago del estero, las de
Tucumán 1612. Además de las leyes reales que tenía orden de que sean
cumplidas, le sirvieron como fuente las ordenanzas de Perú y las experiencias
de los jesuitas por las reducciones.
Dispuso la supresión del servicio personal compulsivo ( que en la práctica
seguía) y su sustitución por el trabajo remunerado de libre contratación.
Reguló la mita, la tasa de que debían pagar los tributarios a sus
encomenderos, y su reunión en pueblos, la conveniente instrucción y asistencia
religiosa, así como protección contra los abusos de los españoles
Prohibió el yanaconazgo y las entradas armadas de los españoles en tierra
indígena. Entre las reglas especiales, las de Tucumán establecieron el trabajo
de todos, debido a una sexta parte por turno, quienes no querían pagar tributo
debían servir cuatro meses por año.
Las ciudades protestaron contra las ordenanzas. El rey confirmo las de
Paraguay con modificaciones.
Sin embargo, y al igual que sucedió con la voluntad de los reyes, la sanción
de estas ordenanzas no significó su observancia efectiva. El servicio personal
no desapareció, tampoco el Yan azago, se mantuvieron por el resto del periodo
indiano. Inclusive, el obispo de Tucumán, Juan de Cortázar llegó a afirmar “los
indios trabajan más que los israelitas en Egipto”
Esclavitud. Trabajo esclavo.
Apenas sucedido el descubrimiento, se recurrió al negro como mano de obra
en las Antillas, sustituyendo la esclavitud indígena inicial. Eso sucedió en el
resto de américa también. El africano demostró ser más resistente que el
originario para el trabajo y la demanda aumentó.
Los indígenas siempre tuvieron, por las ideas reinantes de la época,
defensores de su libertad. Sin embargo, lo los negros, puesto que la esclavitud
se encontraba admitida en el derecho de gentes. En verdad, se fomentó la
esclavitud del negro para evitar la explotación del indígena. Pudieron
observarse caciques con esclavos a su servicio. Las casas, sin embargo, llegó
a arrepentirse de esta idea de esclavitud.
Los diversos planteos morales cedieron a las presiones económicas. La
cantidad de esclavos africanos fue por demás significativas. Hacia el final del
periodo indiano la población negra llegaba a los 2 millones de almas. En
Buenos Aires, el 25 por ciento de la población era esclava y en Montevideo, el
33 por ciento.
Considero que existe un caudal desconocimiento acerca del ordenamiento
jurídico y la intención de los reyes respecto a la condición del indígena. En
verdad, demostraron una preocupación e intentaron otorgar derechos y
reglamentar las condiciones en que desarrollaban su trabajo. Los indígenas
eran considerados vasallos libres de la Corona (salvo los capturados en justa
guerra, aunque mermada esta condición debido a diversos abusos) pero
equiparados jurídicamente a los rústicos o menores del viejo sistema
castellano, por lo que necesitaron siempre de un tutor. Pero su condición era
diferente a la del negro, puesto que, al ser esclavo, se encontraban carentes de
capacidad jurídica.

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