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Unidad 3
Cultura y cuidados.
Posturas teóricas que sustentan la
construcción de una antropología
del cuidado
Autor:
Francisco Blas Valencia Castillo
Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Introducción de la unidad
Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan la
construcción de una antropología del cuidado
Esta unidad tiene la intención de que analices las posturas teóricas propuestas desde otra óptica. Es
bien sabido que sus aportaciones se revisaron en otras asignaturas como en Enfermería Fundamental,
Tecnologías para el Cuidado, y algunas de ellas en Filosofía; sin embargo, aquí el interés se centra en
mirar su contribución teórica y establecer una relación estrecha con la antropología y el cuidado.
Nightingale señala que el entorno físico es importante para el bienestar de las personas y para el
cuidado, considerando el agua pura, el aire fresco, la luz, los desagües eficaces y la limpieza; en
cambio, Henderson apunta las 14 necesidades básicas para dar cuidado; entre ellas se destaca la
necesidad de vivir según la creencia y valores, es decir, según la cultura. De igual forma, señala que hay
factores que determinan la atención de las necesidades: uno es lo sociocultural, ya que una persona
atiende sus necesidades según la manera como aprendió en su cultura.
Orem, por su parte, enfatiza que la cultura, como un factor de condicionamiento básico, es la que
determina la capacidad de autocuidado que se valora a partir de los requisitos universales, donde la
interacción social cobra mayor sentido. Por último, Leininger explicita los cuidados culturales como la
base de todos los cuidados y considera que los factores del entorno, como la dimensión cultural, la
estructura social y lo que esto conlleva son determinantes para la práctica de los cuidados enfermeros.
Como puedes percatarte, estas posturas contribuyen al cuidado, y sus autoras presentan una visión
amplia de lo que es la persona, pero no aisladamente, sino como parte de una familia, de un grupo y
de una cultura.
Objetivo de la unidad
1. Al finalizar la unidad:
Analizarás las posturas teóricas del cuidado que se relacionan con la antropología, con el fin de
entender la correspondencia que guardan entre sí y sus aportes, para los cuidados culturales en la
enfermería.
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Francisco Blas Valencia Castillo
Temas
1. Florence Nightingale y el entorno para la curación
2. Virginia Henderson y las necesidades básicas
3. Dorothea Orem y el autocuidado como potencial de la persona o grupo
4. Madeleine Leininger y los cuidados culturales
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Tema 1
Florence Nightingale y el entorno para la curación
Preguntas previas
¿Por qué se consideró a Florence Nightingale como la precursora de la
ciencia de la enfermería moderna?
El contexto
La Europa decimonónica estuvo marcada por el auge de la Revolución industrial. Grandes masas de
campesinos empobrecidos y hambrientos abandonaban sus tierras y se apilaban en los centros fabriles
ingleses y alemanes. La naciente clase obrera estaba a merced de un capitalismo de hierro,
despiadado. No había leyes sociales, tarifas de salarios ni limitaciones de la jornada de trabajo. Se
admitía a los niños en las fábricas —principalmente las textiles— desde la edad de seis años. La jornada
diurna duraba para ellos 13 horas y la jornada nocturna era de 11 horas. Los adultos, hombres y mujeres,
trabajaban de 14 a 16 horas diarias. (Ramos-Oliveira, 1973)
A la par de este cambio industrial se levantaron voces que criticaron este inhumano sistema de
explotación. Federico Engels publicó, en 1845, su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra, en
donde describe las condiciones en que vivían los obreros ingleses. A través de encuestas y entrevistas,
Engels (1845) demostró cómo las enfermedades que padecía la población trabajadora eran el
resultado de sus condiciones laborales y de vida. Dicha publicación fue pionera en los estudios
sociológicos y de salud pública.
Por su parte, los gobiernos europeos trataron de reducir las elevadas tasas de morbilidad y
mortalidad que la sobreexplotación provocaba, mediante la creación de los sistemas de seguridad
social. En 1883 surge el seguro social alemán, y en 1897 Inglaterra aprueba la creación de una ley de
indemnización a los obreros.
En el ámbito académico, el francés Augusto Comte formaliza, en 1838, el surgimiento de una nueva
ciencia —la sociología— cuyo objeto de estudio fue precisamente la organización social; mientras que,
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en Inglaterra la reina Victoria asume el poder en 1837, dando inicio a lo que se conoció como la Época
Victoriana. Años después, el Reino Unido y otros países europeos enfrentaron a la Rusia zarista en la
llamada Guerra de Crimea.
La biografía
Hija de una culta y acomodada familia inglesa, Florence nació en Italia debido a que sus padres
viajaron por el continente europeo durante sus primeros años de matrimonio. Desde muy pequeña
destacó en el estudio de diversas disciplinas como teología, literatura y matemáticas. Su facilidad para
el álgebra y la estadística la llevó a relacionarse con los mejores expertos de la época. Sin embargo, no
fue ésta su única pasión, ya que con igual interés se entregaba al álgebra y la geometría que a
cuestiones religiosas y sociales.
Cuando Florence manifestó su propósito de ser enfermera, sus padres se opusieron, argumentando
que no era una actividad digna de su posición. Cabe recordar que la enfermería aún no alcanzaba el
estatus de ciencia, y que quienes la practicaban eran gente pobre, lo hacían de manera empírica y en
condiciones de absoluta insalubridad. Pero Florence convenció a sus padres y con ello habría de
cambiarle el rumbo a la enfermería.
A fines de la década de los cuarenta, Florence estudió diversos sistemas hospitalarios, y en los
primeros años de los cincuenta inició su entrenamiento como enfermera en hospitales de Egipto, Francia,
Alemania e Inglaterra. La Guerra de Crimea fue su verdadera prueba de fuego, ya que el gobierno
inglés la comisionó como superintendente del sistema de enfermeras de los hospitales generales ingleses
en Turquía. Al frente de un grupo de 38 enfermeras, Florence llegó a la entonces ciudad de
Constantinopla, hoy Estambul, el 4 de noviembre de 1854.
Fue allí en donde Florence Nightingale tuvo su contacto más atroz con la realidad hospitalaria, y en
donde se gestó su concepción del entorno como condición necesaria para la recuperación de la salud.
El ambiente de los hospitales ingleses era completamente insalubre: los soldados morían no por las
heridas de guerra sino por infecciones adquiridas durante su hospitalización; el agua estaba
contaminada; los drenajes, inservibles; el clima era implacable. En esas condiciones Florence llegó a la
conclusión de que semejante entorno, en lugar de favorecer la recuperación de los heridos, la obstruía.
Sus acciones, por lo tanto, estuvieron encaminadas a revertir ese clima de morbidez, lo cual afectó a su
propia salud, ya que contrajo la llamada fiebre de Crimea.
Es conocida la anécdota de cómo Florence hacía sus rondines nocturnos iluminada por una lámpara, lo
que le granjeó el apodo de la Dama de la Lámpara. En Constantinopla, Florence Nightingale se ganó el
cariño de los soldados y el respeto de su país. Con sus anotaciones, reportes e informes, le cambió el rostro a
la enfermería y marcó la pauta para hacer de ésta algo más que una vocación: una verdadera profesión.
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Los aportes
Gracias a sus conocimientos estadísticos, Nightingale fue capaz de procesar la información obtenida
durante la guerra y, con datos irrefutables, convencer a las autoridades inglesas de la necesidad de
reformar su sistema sanitario. Inventó los histogramas y el modelo de representación gráfica conocido
como "diagrama de área polar", mediante el cual representaba los índices de morbilidad y mortalidad
en los hospitales militares, así como sus causas.
Por sus aportes en la investigación estadística, en 1858 Nightingale fue aceptada en la Royal
Statistical Society, convirtiéndose en la primera mujer en formar parte de dicha sociedad, y en 1874
ingresó como miembro honorífico a la American Statistical Association. Años después, en 1907, dio un
nuevo e importante paso en el entonces incipiente camino hacia la equidad de género, al ser la
primera mujer que recibió la Orden al Mérito de manos de la reina Victoria.
Fundó en Inglaterra la escuela de enfermería que lleva su nombre, convirtiéndose con ello en la
matriarca de la profesión. Posteriormente se crearon otras escuelas en su país y en Estados Unidos, de
acuerdo con ese modelo. Publicó alrededor de 200 títulos entre libros, informes y artículos. Su libro Notas
sobre enfermería (1859) es ya un texto clásico, y es uno de los más consultados y traducidos. De hecho,
es el primer libro escrito específicamente para la enseñanza de la enfermería, aunque no está dirigido
exclusivamente a quienes ejercen esta profesión, sino a las mujeres en general y en particular a las
madres. En una frase cargada de ironía y reclamo, les pregunta a las aristócratas de su época: ¿Es
mejor aprender a tocar el piano que aprender las leyes que ayudan a proteger la descendencia?
(Nightingale, 1991) Esto, luego de informar que en Londres morían dos de cada cinco niños antes de
cumplir los cinco años de edad, y que en otras ciudades inglesas morían casi uno de cada dos.
Sin que lo dijera explícitamente, de sus notas y recomendaciones es posible deducir la preocupación
de Nightingale por los entornos saludables, un concepto que la Organización Mundial de la Salud habría
de popularizar hasta finales del siglo XX. Por entorno debe entenderse no sólo el espacio hospitalario, sino
también el laboral y el doméstico, como quedó demostrado en su breve, pero implacable, diagnóstico
sobre las causas de la mortalidad infantil en Londres:
Existe principalmente —afirma Nightingale— una falta de limpieza, de ventilación, de encalado de las
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paredes; en una palabra, falta de higiene doméstica. Los remedios son igualmente conocidos, y entre
ellos no está precisamente el construir un hospital de niños. Esto puede hacer falta, como puede haber
falta de camas hospitalarias para adultos. Pero el Registrador Central jamás pensaría en darnos como
causa de la alta tasa de mortalidad infantil en Liverpool, pongamos por caso, el que no había
suficientes camas hospitalarias para niños, ni nos propondría como remedio el que fundáramos un
hospital para ellos (Nightingale, 1991).
Pero, por sobre todas las cosas, para Florence la enfermera debía tener desarrollado el hábito de la
observación: esto es esencial porque, con toda seguridad, “puede afirmarse no que el hábito de
observar correcta y prontamente nos vaya a hacer por sí mismo enfermeras útiles, sino que sin él
seríamos inútiles, a pesar de nuestra entrega” (Nightingale, 1991). La observación, por ende, es
consustancial a la práctica de la enfermería, y se debe aplicar exhaustivamente tanto al paciente
como al entorno.
En la base de los razonamientos de Nightingale está presente la triada: enfermera, paciente, entorno,
representada con el siguiente esquema.
Esquema 1
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Entorno
Paciente Enfermera
Salud: no significa sólo estar bien, sino que el individuo sea capaz de utilizar correctamente toda su
energía.
Enfermedad: proceso reparador del organismo; esfuerzo de la naturaleza por remediar un proceso de
envenenamiento o de deterioro que ha tenido lugar semanas, meses o años atrás, de manera
inadvertida.
Entorno: suma de todos aquellos elementos externos que influyen en la salud de las personas sanas y
enfermas, desde los alimentos y las flores del paciente hasta las interacciones verbales y no verbales
con que se expresa.
Requisitos para una buena práctica de enfermería: educación, experiencia, sentido común, ingenio y
observación.
Ventilación y calefacción: es la regla básica de una buena enfermería, la primera y la última cosa en
la que debe fijarse la atención de una enfermera, lo más esencial para el paciente, sin lo cual el resto
de lo que pueda hacer por él es como si no hiciera nada. Pretende mantener el aire que el paciente
respira tan puro como de afuera, sin que llegue a resfriarse.
Salubridad de las casas: hay cinco puntos esenciales para asegurar la salubridad en las viviendas: 1.
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Aire puro, 2. Agua pura, 3. Desagües eficaces, 4. Limpieza y 5. Luz. Sin esto no hay casa que pueda ser
saludable. Y será insalubre justo en la proporción en que estos puntos fallen.
Administración y cuidado de los pequeños detalles: todos los esfuerzos de una buena enfermería
pueden echarse a perder o ser completamente negativos por un defecto, un pequeño detalle o, en
otras palabras, por no conseguir que lo que el personal de enfermería hace cuando está allí, se cumpla
cuando no esté. El amigo o enfermera más abnegados no pueden estar allí siempre ni es deseable que
estén.
Ruido: el ruido innecesario, o ruido que crea inquietud en la mente, es aquel que daña al paciente
No permitir que un paciente sea despertado, intencionada o distraídamente, es una condición sine qua
non de toda buena enfermería.
Variedad: nadie, sino una antigua enfermera o un antiguo paciente, puede concebir hasta qué
punto los nervios del enfermo sufren de ver las mismas paredes, el mismo techo y el mismo ambiente, al
estar confinados durante largo tiempo en una o dos habitaciones. La variedad en la forma y la brillantez
del color en los objetos que se presentan a los enfermos son medios reales de recuperación.
Alimentación: cualquier observador del enfermo estaría de acuerdo en que miles de pacientes se
mueren de hambre anualmente, en medio de la abundancia, por la falta de atención a las únicas
formas posibles con que ellos podrían tomar alimento. Esta falta de atención es tan notable en aquellos
que obligan al enfermo a hacer lo que les es completamente imposible, como en los propios enfermos
que no hacen aquellos esfuerzos que podrían hacer. Dejar la comida que el paciente no ha probado al
lado de la cama, de una comida a otra, con la esperanza de que coma durante ese intervalo, es hacer
sencillamente que no coma en absoluto. Dele al paciente la comida a su tiempo y retírela, consumida o
no, en el momento oportuno, pero no permita que el paciente tenga siempre algo allí, junto a él, si no
quiere quitarle del todo el apetito. Puede haber cuatro causas diferentes, cada una de las cuales
tendrá las mismas consecuencias, es decir, que el paciente se irá debilitando poco a poco por
desnutrición: 1) mala cocina; 2) mala elección de la dieta adecuada; 3) malos horarios de comida, y 4)
falta de apetito en el paciente.
Clase de alimentos: al establecer normas para las dietas, según la cantidad de nutrientes sólidos que
contienen los distintos alimentos, constantemente se pierde de vista lo que el paciente necesita para
reparar sus fuerzas y lo que puede y no puede tomar. No es posible confeccionar la dieta de un
enfermo por lo que diga un libro, no se puede manejar un cuerpo humano como se maneja una
prescripción. En este asunto primordial, las observaciones de la enfermera ayudarán al doctor, y los
gustos del paciente lo harán a la enfermera.
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Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
La cama y ropas de cama: la cama de un paciente no debe estar nunca pegada a la pared. La
enfermera ha de poder tener fácil acceso a ambos lados de la cama y alcanzar fácilmente cualquier
parte del cuerpo del paciente sin esforzarse —cosa imposible si la cama es demasiado ancha o
demasiado alta—. La cama de un paciente debe estar siempre en el lugar más iluminado de la
habitación y tener una ventana a través de la cual le sea posible mirar lo que hay afuera.
La luz: para los pacientes tan importantes es su necesidad de aire fresco como de luz. Después de
una habitación cerrada, lo que más le daña es una habitación oscura. Pero los pacientes no sólo
quieren luz, sino luz de sol.
Limpieza de habitaciones y paredes: una enfermera debe ser limpia y debe mantener limpios a sus
pacientes, ya que no hay ventilación que pueda refrescar una habitación en la que no se observe la
más escrupulosa limpieza.
Limpieza personal: en casi todas las enfermedades, la función de la piel está más o menos
perturbada y, en muchas de las más importantes enfermedades, la naturaleza se purifica o libera a sí
misma casi enteramente por medio de la piel. Este es especialmente el caso de los niños. Pero la
excreción de la piel se queda allí, a no ser que se elimine lavándola y cambiando de vestidos. Una
enfermera no debe olvidar nunca este hecho y ha de mantenerlo constantemente en su mente porque,
si permite que su enfermo no se lave o no se cambie de ropa, la cual está saturada de sudor y otras
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excreciones, está interfiriendo en los procesos naturales de salud tan eficazmente como si diera por
boca al paciente una dosis de veneno lento.
Charlatanería que da esperanzas y consejos: no existe en el mundo burla más vana ni más falsa
como el aconsejar a un enfermo. El paciente acostumbra no decir nada, porque lo que el consejero
quiere no es conocer la verdad sobre su estado, sino convertir cuanto él dice en soporte de sus
argumentos, y dar su opinión, sin hacer la menor pregunta sobre el estado real del enfermo. A las
enfermeras les digo que éstos son los visitantes que hacen daño a sus enfermos. Cuando usted le oye
decir 1) que no tiene nada que ver con él, pero que quiere animarle; 2) que está suicidándose y que
quiere evitarlo; 3) que está siendo instrumento de alguien que le utiliza para sus fines; 4) que no
escuchará a nadie porque está aferrado a su propio criterio, o 5) que hay que darle un toque sobre el
sentido del deber y que está desafiando a la providencia; entonces la enfermera debe saber que su
paciente está recibiendo todo el daño posible de ese visitante.
Observación del enfermo: la lección práctica más importante que puede darse a las enfermeras es
enseñarles a observar —cómo observar, qué síntomas indican una mejora del enfermo, cuáles lo
contrario, cuáles tienen importancia y cuáles no, cuáles son señal evidente de negligencia y qué clase
de negligencia—. Todo ello es lo que debe formar parte, y parte esencial, del entrenamiento de toda
enfermera. Si usted no puede conseguir el hábito de la observación de una u otra forma, debe
abandonar la enfermería, porque no es su vocación, pese a lo amable que pueda ser y lo deseosa que
de ello pueda estar.
Hasta aquí las palabras y pensamientos de Florence Nightingale, quien trabajó toda su vida para
ayudar a sus semejantes ejerciendo con orgullo su profesión de enfermera. Murió a la edad de noventa
años el 13 de agosto de 1910 (Nightingale, 1991; Marriner, 2007).
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Licenciatura en Enfermería (IAPP)
Asignatura: Antropología del Cuidado
Tema 2
Virginia Henderson y las necesidades básicas
Preguntas previas
¿Cómo define Virginia Henderson a la enfermería?
En esta lectura se presenta la definición etimológica y amplia de la antropología, así como los
precursores de esta disciplina; además, se integra el método de trabajo de los antropólogos y se
describe el desarrollo histórico de las escuelas antropológicas de los siglos XIX y XX. También se desarrolla
la relación de la antropología con el resto de las ciencias del saber humano, tanto de las ciencias
sociales como de las naturales.
Reseña biográfica
Virginia Avenell Henderson nació en 1897 en Kansas Missouri, EE.
UU. Se graduó como enfermera del ejército en 1921. En 1922
inicia como docente en un hospital de Virginia, cinco años
después obtiene la licenciatura en enfermería y posteriormente
su maestría.
Mtra. Aurora García Piña
traducido a 25 idiomas.
Fundadora del Nuevo Consejo Inglaterra Regional sobre recursos de la
[Virginia Henderson] [fotografía]. Tomada de
http://espacionurseril.blogspot.com/ biblioteca para la enfermería.
Muere en marzo de 1996. La biblioteca de la Sigma Theta Tau International lleva su nombre (Marriner, 1996).
Como puedes ver, en la definición anterior se denotan claramente las acciones de la enfermera
para brindar el cuidado a la persona, familia o comunidad sana o enferma durante todas las etapas de
vida, utilizando el apoyo, ayuda, o la suplencia. Verdaderamente sencillo ¿no? ¿Cuáles de estos roles
crees haber aplicado en tu práctica profesional?
Siguiendo los planteamientos de Henderson, los conceptos básicos del modelo son:
Persona: individuo que requiere asistencia para alcanzar salud e independencia o una muerte
tranquila; la persona y la familia son vistas como una unidad.
Entorno: no describe este constructo; sin embargo, utiliza la del diccionario que se define
como el conjunto de todas las condiciones e influencias externas que afectan a la vida y al
desarrollo de un organismo.
Salud: considera la salud en términos de habilidad de la persona para realizar sin ayuda sus
necesidades. Equipara salud con independencia, se refería a que siempre es importante la
calidad de la salud que la vida en sí misma, es una energía mental/física que permite trabajar
del modo más eficaz y alcanzar el potencial más alto de satisfacción en la vida.
Enfermería: el proceso de cuidar está dirigido a suplir, ayudar o sustituir al otro como persona, o
bien, herramientas (lentes, bastón) de las que la persona no conociera su manejo, para poder
actuar de modo independiente en la satisfacción de necesidades, desde el nacimiento hasta la
muerte. La enfermera es parte del equipo de salud y su trabajo es independiente de la del
médico.
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Enunciados teóricos
Virginia Henderson ha considerado que los cuidados se pueden brindar con la asistencia, apoyo y
ayuda a personas enfermas o sanas “en las actividades que no pueden hacer por sí mismas por falta de
fuerza, de voluntad o de conocimientos con el fin de conservar o de restablecer su independencia en
la satisfacción de sus necesidades fundamentales” (Kérouac, 2005).
La enfermera es parte del equipo multidisciplinario, las enfermeras no deben seguir órdenes médicas,
pueden ayudar cuando el médico se encuentre ausente.
Para terminar estos supuestos Henderson afirmó: “La enfermería no debe existir en un vacío. Debe
crecer y aprender para satisfacer las nuevas necesidades sanitarias de la gente a medida que
aparecen” (Marriner, 1996).
Ahora bien, te preguntarás cómo realizó estos escritos, primero se acercó a los planteamientos
teóricos de otros autores como Bertha Harmer, lo que le permitió definir a la enfermería; del Dr. Thorndike,
psicólogo, le interesó su trabajo de investigación sobre las necesidades básicas de los seres humanos y
de Deaver George aprendió el interés y el esfuerzo por la recuperación y rehabilitación de las personas
al centrarse en la independencia de la persona.
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Mtra. Aurora García Piña
A partir del concepto de altruismo, surgió el cuidado de los enfermos y desvalidos como una obra de
misericordia: dar de comer a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, visitar
a los presos, albergar a los que no tienen lugar para vivir, cuidar a los enfermos, y enterrar a los muertos.
Es así que para Siles (1998), los cuidados de salud son antropológicos desde sus orígenes más remotos
y se organizan para cubrir la necesidad de alimentación, lactancia y crianza, que determina el
desarrollo cultural de los grupos humanos.
En un estudio realizado por Núñez y Siles (2004), donde el objetivo fue demostrar que la iconografía
constituye una fuente para la historia de la enfermería; se realizó una investigación de tipo descriptivo,
retrospectivo, comparativo, histórico y etnográfico. El material iconográfico utilizado corresponde a las
pinturas rupestres que se encuentran en los abrigos y cuevas de la Comunidad Valenciana, declarados
patrimonio de la humanidad. Para potenciar el proceso hermenéutico desde la perspectiva de
enfermería se ha empleado la categorización del sistema de necesidades de Henderson.
Se obtuvo, posterior al análisis de datos, la discusión acerca de las necesidades de los seres humanos
desde la prehistoria, realmente se manifestaban como independientes, siendo la necesidad de
aprendizaje, la actuación según sus creencias y valores y la necesidad de comer y beber, las más
representadas. El hombre adulto tiene conocimiento de su entorno y es consciente del peligro, y por
tanto toma medidas, siendo este un factor biológico que va a influir en la satisfacción de la necesidad
de evitar los peligros; curiosamente, esta necesidad aparece poco representada.
Es de interés saber que a través de la evolución el hombre ha desarrollado diferentes símbolos para
expresarse, siendo muy importantes los relacionados con la comunicación no verbal, o sea, con el
lenguaje del cuerpo, constituyendo una forma arcaica de transmisión de nuestro significado interior. El
aprendizaje como valor sociológico no es precisamente una necesidad ampliamente observada de
forma objetiva, pero sí de forma implícita.
Con esta investigación ¿ustedes que opinan? El origen de los cuidados desde la prehistoria y nuestro
actual siglo XXI, está orientado hacia los cuidados por sobrevivencia, humanidad, profesionalismo y
para solucionar necesidades humanas.
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Antropología del Cuidado
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la construcción de una antropología del cuidado
enfermería a través de la escuela funcionalista 1 representada por Bronislaw Malinowski, quien afirma
que la cultura responde a las necesidades humanas.
Como se puede observar, esta situación lleva a considerar a la persona en su esfera física, mental y
sociocultural, aspectos que visualizan a la misma en sentido holístico, tal como lo hace la antropología
desde la visión de Malinowski2.
1Se pueden reconocer diferentes escuelas o corrientes teóricas de la antropología; además de la ya mencionada, destacan las
escuelas evolucionista, difusionista, del particularismo histórico, estructuralista francesa, marxista, simbólica, entre otras. (García, 2010)
2Antropólogo británico de origen polaco, fue una reacción a los principios de la antropología evolucionista e inició la formalización
de la ciencia antropológica a finales del siglo XIX y principios del siglo XX (1884-1942).
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Licenciatura en Enfermería (IAPP)
Asignatura: Antropología del Cuidado
Tema 3
Dorothea Orem y el autocuidado como potencial de las
personas o grupo
Preguntas previas
¿Cuál es la escuela de pensamiento que corresponde a la teoría del autocuidado?
La biografía
Dorothea Orem nació en Maryland, Estados Unidos. Trabajó en diversos
hospitales y oficinas de sanidad en Michigan, de 1940 a 1949; en Indiana,
de 1949 a 1957 y en Washington D. C., de 1958 a 1960. Además de su
experiencia práctica en hospitales, ejerció la docencia, la administración,
la investigación y la dirección. Fue asesora del Departamento de Sanidad,
Educación y Bienestar del gobierno de los Estados Unidos y posteriormente
incursionó como empresaria en una consultora. (Marriner, 2007)
Los aportes
Antropología del Cuidado
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la construcción de una antropología del cuidado
conformarse como teoría explicativa de la realidad. Tiene conexiones con la sociología norteamericana,
en particular con el estructural-funcionalismo de Talcott Parsons. En consecuencia, incorpora a su
cuerpo teórico conceptos como rol, actor social, agente, acción social, sistema y subsistema.
Orem definió a la salud como un estado de integridad de los componentes del sistema biológico y de
los modos de funcionamiento biológico, simbólico y social del ser humano; y al entorno —que es parte
integrante de la persona— como el conjunto de los factores externos que influyen sobre la decisión de la
persona de emprender los autocuidados o sobre su capacidad de ejercerlos. (Kérouac, 2007)
Diversas teóricas coinciden en agrupar los aportes de Orem en la escuela de las necesidades. Su
modelo gira alrededor de un principio rector: el del autocuidado, al cual definió como una acción de
las personas maduras y en proceso de maduración que han desarrollado las capacidades para cuidar
de sí mismas en sus situaciones ambientales. Las personas que se ocupan de su autocuidado tienen las
capacidades para el requisito de acción: la agencia o capacidad de actuar intencionadamente para
regular los factores que afectan a su propio funcionamiento y desarrollo. El autocuidado es la práctica
de actividades que los individuos inician y realizan para el mantenimiento de su propia vida, salud y
bienestar. Normalmente, los adultos cuidan de sí mismos de forma voluntaria. Los lactantes, niños,
ancianos, enfermos e incapacitados, requieren cuidados completos o ayuda en las actividades de
autocuidado. (Orem, 1993)
Premisas
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Francisco Blas Valencia Castillo
De esta forma el individuo se convierte en agente de su propia salud, en agente de autocuidado. Para
ello, Orem concibe al individuo no sólo como un ser biológico, sino que lo considera en sus dimensiones
cultural y social. Las personas —afirma— son seres unitarios que desempeñan roles sociales. Desde una
perspectiva sociológica, los términos enfermera y paciente de la enfermera significan estados o
posiciones relacionadas en los grupos sociales. Cada posición comporta un rol, es decir, un grupo de
prescripciones para la acción organizada a través de la que se asume esa
[Taller de autocuidado] [fotografía]. Tomada de
http://www.fnd.cl/fotos/t alleresautocuidado.jpg posición. (Orem, 1993).
A partir de estos supuestos, Orem construye una teoría general de la enfermería, de acuerdo con el
siguiente esquema:
Esquema 1
Teoría general de
la enfermería
B. C.
A. Autocuidado Déficit del Sistema de
autocuidado enfermería
C.2
A.1 A.2 A.3 C.1 C.3
Sistema
Requisitos Requisitos del Alteración de la Sistema parcialmente Sistema de
universales desarrollo salud compensatorio apoyo educativo
compensatorio
A. Autocuidado. Significa que las personas tienen la capacidad para identificar y controlar los
factores, tanto internos como externos, que pueden afectar su salud. Esta facultad es deliberada,
voluntaria, y se desprende de las propias relaciones sociales que el ser humano establece desde
su familia o comunidad. Es decir, se asume como un valor cultural y, por ende, puede
catalogarse como resultado de una conducta aprendida; en la medida en que la ejerce, el
individuo se convierte en agente o agencia de autocuidado. (Orem, 1993)
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Requisitos universales. Tienen que ver con las 2. La enfermedad o lesión afecta no sólo las
necesidades básicas y comunes de todo ser estructuras específicas y mecanismos
humano, resultan indispensables para preservar fisiológicos y psicológicos, sino también al
los procesos vitales y, como su nombre lo indica, funcionamiento humano integral. Cuando
son de carácter universal. Orem enuncia los éste se encuentra severamente afectado
siguientes ocho requisitos: (retraso mental, coma), las capacidades del
individuo se ven deterioradas temporal o
1. Aire suficiente permanentemente. Asimismo, limitaciones
2. Agua suficiente extremas de la movilidad física, privación
3. Alimentos suficientes sensorial o pérdida de algún sentido (como
4. Provisión de cuidados asociados con los la ceguera) pueden conducir a problemas
procesos de eliminación de excretas. emocionales y mentales que, si no se
5. Equilibrio entre actividad y reposo, lo que resuelven, interfieren con el funcionamiento
implica seleccionar actividades que humano integral.
estimulen, ocupen y mantengan en
equilibrio el movimiento físico, las 3. Cuando un cambio en el estado de salud de
una persona conlleva a una dependencia
total o casi total de otros para cubrir sus
20 necesidades de mantenimiento de la vida o
del bienestar, esa persona pasa de la
posición de agente de autocuidado a la de
Francisco Blas Valencia Castillo
Requisitos del desarrollo. Se derivan de los requisitos universales pero, a diferencia de éstos, expresan
necesidades de grupos específicos, tales como mujeres embarazadas o etapas de la vida: lactante,
preescolar, adulto mayor, etc.; o condiciones particulares y coyunturales de un individuo como el duelo
por la pérdida de un ser querido.
Alteración de la salud. Son requisitos destinados a la atención de aquellas personas que tienen algún
defecto físico o discapacidad, o bien, que han enfermado o sufrido alguna lesión o incapacidad. En
estos casos se realizan acciones para devolverlos o insertarlos en un estado de normalidad, bajo el
supuesto de que lo sucedido fue una desviación a la norma de salud.
B. Déficit del autocuidado. Antes de hablar del déficit es necesario realizar algunos apuntes sobre el
concepto agencia de autocuidado. Para Orem, la agencia de autocuidado es una cualidad
humana compleja y adquirida; es también una capacidad humana esencial; el ejercicio de esta
cualidad y esta capacidad da como resultado un sistema de acciones dirigidas a regular las
condiciones del entorno. Esta agencia puede conceptualizarse como el repertorio de acción de
un individuo; también, como el conjunto de habilidades y limitaciones para procurarse el
autocuidado. El entorno puede afectar dicho conjunto; las personas están sujetas a necesidades
secuenciales; y la agencia de autocuidado es una capacidad estimativa y productiva para él.
(Orem, 1993)
Cuando el individuo presenta limitaciones de cualquier índole y por lo tanto es incapaz de procurarse
el autocuidado —es decir, cuando su demanda de cuidados resulta superior a su autonomía o
capacidad de autoasistencia— tiene lugar el déficit de autocuidado, el cual puede ser parcial o total,
consciente o inconsciente.
El profesional de enfermería estará frente a una persona en tal situación si observa la concurrencia
de una o más de las siguientes condiciones:
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Limitaciones para el juicio y toma de decisiones sobre el autocuidado asociadas con la falta de
conocimiento y de familiaridad con las condiciones internas y externas.
Una vez que se presente cualquiera de estas condiciones, el profesional de enfermería deberá
compensar la pérdida de autocuidado de la persona, a fin de cubrir dicho déficit.
El siguiente cuadro muestra las acciones que, por sistema, les corresponde realizar al personal de
enfermería y a los pacientes:
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Francisco Blas Valencia Castillo
No Realiza el autocuidado Sí
La anterior tipología responde a la pregunta: ¿quién puede o debe realizar aquellas operaciones de
autocuidado que requieren movimiento y una manipulación controlada? Las respuestas posibles son
tres y corresponden a cada uno de los sistemas mencionados:
Sistema de apoyo educativo. El paciente puede y debe realizar todas las acciones de autocuidado,
pero requiere de un sistema de apoyo-educación para el desarrollo, en virtud de que le faltan
conocimientos o habilidades o no está psicológicamente dispuesto a realizar dichas acciones de
autocuidado (Orem, 1993). En este sistema, al personal de enfermería le corresponden cinco modos de
asistencia, que son: actuar, guiar, apoyar, procurar un entorno favorable y enseñar. (Kérouac, 2007)
En la teoría de Dorothea Orem destaca el uso de conceptos vanguardistas que tuvieron un uso
generalizado en los organismos de educación y salud hasta la década de los ochenta, tales como
salud positiva, desarrollo humano, cultura y salud, etc.
Sin reconocer que su teoría se fundamenta en bases sociológicas o antropológicas, incorpora una
visión cultural del fenómeno salud-enfermedad, al afirmar que las actividades de autocuidado son
aprendidas, y que están en función de las creencias, hábitos y prácticas, que caracterizan
culturalmente la vida del individuo o grupo. Por ello, en determinadas culturas una persona explicará su
padecimiento como producto de una ofensa al espíritu de un antecesor muerto, y para curarse pedirá
la ayuda de un chamán, mientras que en otras culturas, los individuos entenderán que su enfermedad
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
tiene una explicación natural —una infección, una extralimitación en la comida o la bebida o la
presencia de un tumor—, y por ende buscarán la ayuda de un médico. En este sentido, puede ser que
las medidas de autocuidado compatibles con los objetivos y valores de la persona se contemplen
como beneficiosas; su práctica, sin embargo, dependerá del juicio de la persona sobre si puede o no
realizar dichas medidas. Para Dorothea Orem, el primer paso en la práctica del autocuidado será
responder a las preguntas: ¿Es beneficioso para mí? y ¿Puedo hacerlo? (Orem, 1993).
Se puede concluir afirmando que los planteamientos de Orem, de cierta manera, anticipan algunos
de los postulados que habría de desarrollar, con mucha mayor amplitud, Madeleine Leininger, y que son
motivo de análisis en el siguiente apartado.
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Licenciatura en Enfermería (IAPP)
Asignatura: Antropología del Cuidado
Tema 4
Madeleine Leininger y los cuidados culturales
Preguntas previas
¿Cuál es el esquema del sol naciente?
La biografía
Madeleine M. Leininger realizó estudios profesionales de
enfermería, hizo una maestría en enfermería psiquiátrica y se
doctoró en antropología. En cada uno de estos campos ha
tenido un destacado desempeño y ha hecho aportes en la
práctica de la enfermería, la enseñanza, la investigación y la
administración.
Como antropóloga vivió dos años en Nueva Guinea, en donde convivió con los indígenas de esa isla
y realizó estudios etnográficos; diseñó un método de investigación cualitativa para la investigación en
Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
En Detroit, en donde también ocupó los cargos de profesora de enfermería, fue profesora adjunta de
antropología y directora de enfermería transcultural; ha dictado conferencias en prácticamente todo el
mundo.
En 1974 fundó la National Transcultural Nursing Society; en 1978 la National Research Care
Conference; en 1989 el Journal of Transcultural Nursing. Ha recibido innumerables reconocimientos,
premios y grados académicos, y es miembro de, entre otras importantes organizaciones, la American
Academy of Nursing, la American Anthropology Society y la Society for Applied Anthropology. (Marriner,
2007)
Los aportes
Leininger diseñó un esquema semicircular llamado modelo del sol naciente, el cual representa los
diversos actores y factores que intervienen en la práctica del cuidado. En la base de dicho esquema
están los individuos con sus familias, grupos, comunidades e instituciones, y en las capas superiores
aparecen los elementos que inciden en la salud y el bienestar, los cuales son de tipo lingüístico,
educativo, religioso, tecnológico, ambiental, político, etc. En la cúpula están las estructuras cultural y
social, y en el cenit los cuidados culturales. Éste es el concepto central de la teoría de Leininger y es una
expresión que sintetiza la relación dialéctica entre dos saberes: el de la enfermería y el de la
antropología. La primera, expresada como ciencia del cuidar; la segunda, visualizada en su dimensión
cultural.
El cuidado del paciente ha sido una actividad consustancial a la práctica de la enfermería. Sin
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Francisco Blas Valencia Castillo
embargo, jamás se ha realizado en abstracto, sino siempre en situaciones concretas, con sujetos que
establecen una relación determinada en contextos específicos. Es por ello que debe tomarse en cuenta
el entorno cultural tanto del paciente como del personal de enfermería.
No obstante —aclara Leininger—, y dado que la humanidad es única, existen aspectos universales
que la caracterizan, y son aquellos cuidados, valores o modos de vida comunes, similares o dominantes
que se manifiestan en varias o muchas culturas y que reflejan sus maneras de ayudar a la gente.
Supuestos teóricos
Los principios en los que se basa la teoría de los cuidados culturales son los siguientes (Marriner, 2007):
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Enfermería transcultural
Se deriva de la teoría general de los cuidados culturales. Es un área formal de estudio y práctica de
enfermería enfocada al cuidado cultural holístico y comparativo de los modelos de enfermedad y salud
de los distintos individuos y grupos.
• Supuestos teóricos
Algunos de los supuestos en que se basa esta teoría son los siguientes.
Para ejercer la enfermería transcultural es necesario conocer los distintos significados, valores,
creencias y prácticas que existen en torno al cuidado, los cuales pueden ser semejantes en algunos
grupos humanos y distintos en otros, es decir, implica utilizar un enfoque comparativo para descubrir por
qué las culturas tienen modelos de cuidado diferentes; se debe aprender cómo viven las personas,
cómo hablan, qué usan, cómo lo usan, por qué y para qué.
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Francisco Blas Valencia Castillo
creencias y los estilos de vida de un individuo o grupo, con el fin de proporcionarles un cuidado
significativo, beneficioso y satisfactorio, que desemboque en la salud y el bienestar. Desde una
perspectiva émica, el personal de enfermería fundamentará sus cuidados en la información interna —
suministrada por el paciente— más que en datos externos —producto de sus propias visiones y
consideraciones éticas—. (Muñoz y Vásquez, 2007)
Salud: indica un estado de bienestar que se define, valora y practica culturalmente y que refleja la
capacidad de los individuos y grupos para realizar sus actividades cotidianas en modos de vida
normalizados, beneficiosos y expresados culturalmente.
Cuidar (verbo): son las acciones o actividades dirigidas a la asistencia, apoyo y capacitación de
personas o grupos que muestran necesidades evidentes o potenciales, a fin de mejorar su modo de
vida o de afrontar la muerte.
Cuidados (sustantivo): son los fenómenos abstractos y concretos relacionados con las actividades de
asistencia, apoyo y capacitación dirigidas a personas con necesidades evidentes o potenciales, a fin
de mejorar su situación o modo de vida.
Cuidados en enfermería culturalmente coherentes: son todos los actos y decisiones de asistencia,
apoyo, facilitación y capacitación que se ajustan cognitivamente a los valores culturales, creencias y
modos de vida de los individuos, grupos o instituciones, con el fin de proporcionar servicios de bienestar
y cuidados sanitarios significativos y provechosos. Los cuidados de enfermería que cubren las
necesidades culturales contribuyen al bienestar de las personas, las familias y las comunidades. Por el
contrario, los usuarios que reciben cuidados que no concuerdan razonablemente con sus creencias,
valores y estilos de vida mostrarán síntomas de conflictos culturales, insatisfacción, tensión y
preocupaciones éticas y morales.
Universalidad de los cuidados culturales: se refiere a los significados, modelos, valores, estilos de vida
y símbolos comunes, semejantes o dominantes que se manifiestan entre las diversas culturas y reflejan las
formas en que dichas culturas asisten, apoyan, facilitan o permiten medios para ayudar a las personas.
Sistema asistencial genérico (popular o local): son los conocimientos nativos y técnicas tradicionales
o domésticas que el individuo o grupo transmite y utiliza, a fin de brindar cuidados, apoyo y
capacitación que conlleven a una mejora en el bienestar y a afrontar situaciones de discapacidad y
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
muerte.
Este modelo simboliza la "salida del sol (los cuidados)". La mitad superior del círculo contiene los
componentes de la estructura social y los factores de visión del mundo que influyen en la asistencia y en
la salud a través del lenguaje, la etnohistoria y el contexto ambiental. Estos factores influyen también en
los sistemas populares, profesionales y de enfermería, que se sitúan en la parte central del modelo. Las
dos mitades compondrían un sol completo, como representación del universo que han de considerar las
enfermeras para saber valorar en toda su magnitud la asistencia y la salud de los seres humanos. Según
Leininger, la enfermería actúa como un puente entre los sistemas genéricos populares y los profesionales.
Así, pueden contemplarse tres clases de asistencia que permiten predecir las acciones y decisiones de
enfermería dentro de la teoría: la conservación y el mantenimiento de los cuidados culturales, la
adecuación o negociación de estos cuidados y el rediseño o reestructuración de los mismos.
Dicho modelo describe a los seres humanos de forma inseparable de sus referencias culturales y su
estructura social, visión del mundo, historia y contexto ambiental. El sexo, la raza, la edad y la clase
social se consideran factores integrados dentro de la estructura social, y como tales se estudian. En
cambio las dimensiones biológica, emocional y otras relacionadas se contemplan desde un punto de
vista holístico y no de forma independiente o fragmentaria. La generación de teorías que surge de este
modelo puede producirse a varios niveles, desde las microteorías (estudios de individuos concretos)
hasta los estudios de grupos, familias o comunidades y, también, fenómenos a gran escala, como un
bloque de varias culturas. (Marriner, 2007)
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Francisco Blas Valencia Castillo
(Cuadro 1)
Leininger. (2004). Cuidado coherente con la cultura para la salud, el bienestar o la muerte [imagen]. Tomado de Marriner, (2007).
Como conclusión puede afirmarse que comprender el cuidado desde la perspectiva de Madeleine
Leininger implica aprender de las personas, de sus formas de vida, contextos, sentimientos,
preocupaciones, creencias, prácticas y valores, en sucesos tan diversos como la maternidad y la
paternidad, el nacimiento, la adolescencia, adultez y vejez, la enfermedad y la muerte, con el objetivo
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
de brindar, a las personas y grupos, cuidados enfermeros congruentes con su propia cultura. Este
aprendizaje sobre el cuidado que los individuos requieren se desarrolla en el momento en el que se
interactúa con el paciente, y dicha interacción requiere de preparación, creatividad y pensamiento
crítico para descubrir y captar las distintas significaciones que las personas dan a sus vidas y a sus
propios cuidados.
Finalmente, en esta teoría de Leininger la investigación se configura en el conducto que hace posible
percibir dichas significaciones, y en un puente que el personal de enfermería tiende hacia las personas y
comunidades, a fin de aprender de ellas (Muñoz y Vásquez, 2007).
Madeleine define a la cultura como el conjunto de valores, tradiciones, formas de ser y de pensar, de
curar y cuidar, de educar y formar, de una población o grupo determinado de personas.
Los cuidados culturales, en consecuencia, son aquellos que tienen que ver con los valores, las
creencias, los estilos de vida aprendidos objetiva o subjetivamente y que asisten, sostienen, facilitan o
habilitan a individuos o grupos a conservar el bienestar y la salud, o bien, a afrontar las enfermedades,
incapacidades y muerte.
La enfermería transcultural se deriva de la teoría general de los cuidados culturales. Es un área formal
de estudio y práctica de enfermería, enfocada al cuidado cultural, holístico y comparativo de los
modelos de enfermedad y salud de los distintos individuos y grupos.
El modelo del sol naciente describe a los seres humanos de forma inseparable de sus referencias
culturales y su estructura social, visión del mundo, historia y contexto ambiental. El sexo, la raza, la edad
y la clase social se consideran factores integrados dentro de la estructura social, y como tales se
estudian. En cambio las dimensiones biológica, emocional y otras relacionadas se contemplan desde un
punto de vista holístico y no de forma independiente o fragmentaria.
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Licenciatura en Enfermería (IAPP)
Asignatura: Antropología del Cuidado
Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
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Francisco Blas Valencia Castillo
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Licenciatura en Enfermería (IAPP)
Asignatura: Antropología del Cuidado
Autoevaluación
Elige con el cursor la respuesta que consideres correcta. Al realizar el ejercicio podrás corroborar tu desempeño.
No olvides que si tienes alguna duda, es conveniente que consultes a tu asesor mediante las
herramientas de comunicación de la plataforma.
a) Enfermedad
b) Salud
c) Variedad
d) Sanidad
2. El aire puro, el agua pura, los desagües eficaces, la limpieza y la luz son los elementos
necesarios para…
a) La salud
b) La enfermedad
c) La enfermería
d) La sanidad
b) El entorno
c) La enfermería de la salud
Francisco Blas Valencia Castillo
d) La salud
4. La educación, experiencia, sentido común, ingenio y observación son las tareas de…
a) La enfermería
b) La salud
c) La sanidad
d) El saneamiento
5. Qué síntomas indican una mejora del enfermo, cuáles lo contrario, cuáles tienen importancia
y cuáles no, cuáles son señal evidente de negligencia y qué clase de negligencia, son
elementos de…
a) La enfermería
b) La observación
d) El cuidado de la sanidad
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Autoevaluación
Después de estudiar los principios señalados por Virginia Henderson, realiza la siguiente autoevaluación.
Elige con el cursor la respuesta que consideres correcta. Al realizar el ejercicio podrás corroborar tu
desempeño.
No olvides que si tienes alguna duda, es conveniente que consultes a tu asesor mediante las
herramientas de comunicación de la plataforma.
b) Voluntad
c) Fuerza
d) Salud
3. Proceso que está dirigido a suplir, ayudar o sustituir al otro como persona:
a) Fuentes de dificultad
b) Cuidado
c) Necesidades
d) Altruismo
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Francisco Blas Valencia Castillo
b) B. Malinowski
c) Thorndike
d) D. George
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Autoevaluación
Después de analizar el contenido del texto "Dorothea Orem y el autocuidado como potencial de la
persona o grupo" realiza la siguiente autoevaluación.
Elige con el cursor la respuesta que consideres correcta. Al realizar el ejercicio podrás corroborar tu desempeño.
No olvides que si tienes alguna duda, es conveniente que consultes a tu asesor mediante las
herramientas de comunicación de la plataforma.
1. Significa que las personas tienen la capacidad de identificar y controlar los factores, tanto
internos como externos, que pueden afectar su salud:
a) Agencia de autocuidado
b) Autocuidado
c) Desviación de la salud
d) Cuidado
b) Desviación de la salud
c) Requisitos universales
d) Sistema de enfermería
a) Requisitos de desarrollo
b) Requisitos de desviación
c) Requisitos universales
d) Agencia de autocuidado
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Francisco Blas Valencia Castillo
4. Son requisitos destinados a la atención de aquellas personas que tienen algún defecto
físico o discapacidad, o bien, que han enfermado o sufrido alguna lesión o
incapacidad:
a) Agencia de autocuidado
b) Requisitos universales
c) Requisitos de desarrollo
d) Requisitos de desviación
a) Sistema de enfermería
b) Autocuidado
c) Sistema compensatorio
d) Sistema educativo
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Antropología del Cuidado
Unidad 3. Cultura y cuidados. Posturas teóricas que sustentan
la construcción de una antropología del cuidado
Autoevaluación
1. Indica un estado de bienestar que se define, valora y practica culturalmente, y que refleja la
capacidad de los individuos y grupos para realizar sus actividades cotidianas en modos de vida
normalizados, beneficiosos y expresados culturalmente:
a) Cultura
b) Salud
c) Cuidados
d) Salud física
3. Son todos los actos y decisiones de asistencia, apoyo, facilitación y capacitación que se
ajustan cognitivamente a los valores culturales, creencias y modos de vida de los individuos,
grupos o instituciones:
a) Cuidado (como sustantivo)
b) Enfermería
c) Cuidados culturalmente coherentes
d) Sistema asistencial
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a) Práctica profesional
b) Enfermería transcultural
c) Cuidados profesionales
d) Cuidados genéricos
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Licenciatura en Enfermería (IAPP)
Asignatura: Antropología del Cuidado
Fuentes de información
Collière, M. F. (1993). Utilización de la antropología para abordar las situaciones de cuidados. Revista de rol
de enfermería, XVI.
Dougherty, M. C. y Tripp-Réimer, T. (1985). The interface of nursing and anthropology. Rev. Anthropol, 14.
García, V., Casasa, G. P. y Sánchez, R. A. (2008). Antropología social. México: ENEO-UNAM.
Leininger, M. (1964). Nursing and anthropology: twoworldstoblend. Columbus OH: GreydenPress.
Martorell, M. (2001). ¿Antropoenfermería o enfermeantropología? Cultura de los cuidados, 9(5).
Mulhal, A. (1996). Anthropology, nursing and midwifery: a natural alliance? 33(6).