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molécula natural (producida por un organismo vivo, hongo o bacteria), sintética o semisintética,
capaz de inducir la muerte o la detención del crecimiento de bacterias, virus u hongos.
● CLASIFICACIÓN:
La infección sólo se produce cuando los microorganismos invaden los tejidos en número
suficiente para superar las defensas del organismo. Esta capacidad defensiva se puede
resentir por circunstancias como la malnutrición, destrucción hística excesiva, isquemia
tisular pronunciada o anestesia y cirugía prolongadas (7, 8). Otras situaciones, como
obesidad y estancias preoperatorias prolongadas, se consideran también factores de
riesgo de infección de la herida operatoria.
Indicaciones:
Debe hacerse teniendo en cuenta una serie de factores, como su eficacia frente a los
patógenos contaminantes más frecuentes, el tipo de cirugía y la duración, una
farmacocinética que garantice la buena difusión tisular y una vida media lo más
prolongada posible que permita su utilización en régimen de monodosis. Es igualmente
conveniente que tenga un buen perfil de seguridad, no favorezca el desarrollo de
resistencias bacterianas y suponga un bajo coste. Dados los cambios de sensibilidad de los
patógenos más importantes entre los distintos hospitales, cada centro debe establecer sus
propios perfiles de profilaxis antibiótica de acuerdo con las bases antes comentadas.
Cirugía torácica
Cirugía vascular
Cirugía obstétrico-ginecológica
Cirugía urológica
Cuando existe infección urinaria deben usarse antibióticos antes de la prostatectomía para
esterilizar la orina. Cuando ésta es normal, el uso de monodosis de cefazolina 2 g i.v. o
cefuroxima 1,5 g i.v. en el preoperatorio se asocia con una disminución de las infecciones
urinarias, en nuestra experiencia y en otros estudios de la literatura (37, 38). No debe
emplearse profilaxis de rutina en los implantes de prótesis peneanas ni en la
cistomanometría por la baja incidencia de infecciones.
Neurocirugía
La profilaxis antibiótica es eficaz, con disminución significativa de la tasa de infección y
mínima toxicidad. La pauta más común consiste en la administración de cefazolina 2 g i.v.
o cefuroxima 1,5 g i.v. antes de la cirugía, debiendo repetir la dosis si el acto quirúrgico
tiene una duración de 2 o más horas, como se comentó en otro apartado anteriormente.
El uso en la implantación de cortocircuito de LCR ha sido controvertido; sin embargo, hay
estudios recientes que encuentran una disminución de las infecciones tras la profilaxis (27,
32).
La cirugía mayor, fundamentalmente neoplásica, de cabeza y cuello que afecta a las vías
aéreas y digestivas, se beneficia de profilaxis con clindamicina 600 mg i.v. más tobramicina
100 mg i.v. antes del acto quirúrgico hasta completar cuatro dosis de clindamicina y tres
dosis de tobramicina, dada la presencia de flora mixta como causa de infecciones
postoperatorias de estos pacientes. El resto de cirugía no contaminada presenta tasas
bajas de infección que no requieren profilaxis.
En los implantes cocleares se puede usar un agente antiestafilocócico con buena difusión,
como cefuroxima, en monodosis preoperatoria. En cirugía ocular sólo se emplean
preoperatoriamente gotas de polimixina más cotrimoxazol o de gentamicina (27, 38-40).
Cirugía gastroduodenal
Existe un elevado riesgo de infección cuando los mecanismos que impiden el desarrollo
bacteriano, principalmente la acidez gástrica y la peristalsis intestinal, se hallan alterados
por procesos orgánicos o por fármacos bloqueadores de los receptores de H2. En estos
casos puede utilizarse monodosis de cefazolina 2 g i.v. o cefuroxima 1,5 g i.v. una hora
antes de la cirugía (2, 41).
Cirugía colorrectal
Procedimientos endoscópicos
El riesgo de infección es bajo en los pacientes sometidos a procedimientos endoscópicos,
sin evidencia clínica, analítica o radiológica de obstrucción. Por tanto, en estas situaciones,
la administración profiláctica de antibióticos no supone ningún beneficio adicional para el
paciente. Sin embargo, cuando se trata de realizar una colangiografía retrógrada es
importante precisar si existe o no obstrucción de la vía biliar, ya que en los casos de
dificultad al tránsito de la bilis es aconsejable la administración de forma profiláctica de un
antimicrobiano en dosis única en los pacientes sin evidencia de sepsis (49).
De igual forma, en cirugía laparoscópica en el grupo de pacientes con alto riesgo el uso
previo de antimicrobianos en monodosis se ha asociado con una disminución de las
infecciones postquirúrgicas. La cefuroxima a dosis de 1,5 g i.v. 1 hora antes de los
procedimientos es la alternativa más usada, encontrándose una buena eficacia (50).
RESUMEN
Aunque hoy día nadie duda de los beneficios de la profilaxis antibiótica en cirugía, todavía
siguen siendo tema de estudio y controversia aspectos relativos a los procederes
quirúrgicos que se benefician exactamente, así como cuándo y qué antibióticos son los
más eficaces.