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J.

Usall Revisión Rev Psiquiatría Fac Med Barna 2003;30(5):276-287

Diferencias de género en la esquizofrenia

Judith Usall Resumen pharmacological and psychosocial, indicates as well

differences between men and women.

El estudio de las diferencias de género en la esquizofrenia Results of neuropsychological studies are very conflicting.

CSM “Cornellà”
ha adquirido relevancia en estas últimas décadas. Estu­ By contrast, brain imaging studies suggest gender

Sant Joan de Déu diar el alcance de estas diferencias puede ayudar a pro­ differences in morphologic and in functional images.

Serveis de Salut fundizar en la comprensión de la enfermedad y a mejorar


Mental los abordajes terapéuticos. Key words: Gender differences. Schizophrenia. Estrogenic
Barcelona Estudios recientes han cuestionado la idea clásica de que theory.
la incidencia y la prevalencia de la esquizofrenia no mos­
traban diferencias entre hombres y mujeres. Respecto al
inicio de la enfermedad, la mayoría de los estudios en­
cuentran que es más temprano en los hombres. Además,
La esquizofrenia es un trastorno que muestra una
la mayoría de los estudios sugieren que las mujeres pre­ considerable heterogeneidad en varias de sus carac­
sentan un mejor funcionamiento premórbido y, especial­ terísticas básicas. Existe una gran variabilidad en la
mente en seguimientos a largo plazo, un curso más favo­ presentación clínica, curso de la enfermedad y res­
rable. puesta al tratamiento, tanto farmacológico como
Aunque los estudios sobre diferencias clínicas de género psicosocial. Para explicar parte de esta heterogenei­
muestran resultados heterogéneos, la diferencia más re­ dad puede ser útil emplear la variable género dada la
plicada es la existencia de una mayor gravedad de los
fiabilidad, la estabilidad y la validez de su definición
síntomas negativos en hombres. Los trabajos sobre la
respuesta al tratamiento, tanto farmacológico como
(Lewis, 1992).
psicosocial, también indican diferencias entre mujeres y
El objetivo de esta revisión es recoger los estudios
hombres.
Mientras que los estudios neuropsicológicos no son con­
más relevantes y recientes sobre diferencias de gé­
cluyentes al respecto; los estudios de neuroimagen pare­ nero en la esquizofrenia, con la finalidad de profundi­
cen apuntar a la existencia de diferencias tanto de morfo­ zar en la comprensión de la enfermedad, y de mejo­
logía como de función cerebral. rar el enfoque terapéutico del trastorno.
Palabras clave: Diferencias de género. Esquizofrenia. Teo­
ría estrogénica.
Incidencia y prevalencia
Summary
La existencia de un mayor riesgo de padecer esquizo­
Gender differences in schizophrenia have been the subject
of extensive research in the last decades. The study of frenia en hombres que en mujeres (señalada ya por
these differences can help us improve the understanding Kraepelin -1893-), ha sido una cuestión controverti­
of schizophrenia as well as find new treatment options. da. Históricamente, se aceptaba que la incidencia y
Recent studies have challenged the classical view that la prevalencia de la esquizofrenia no mostraba dife­
Correspondencia: incidence and prevalence rates of schizophrenia are si­ rencias entre hombres y mujeres (Wyatt y cols.,
Judith Usall i Rodié milar in men and in women. As regards disorder onset, 1988), estudios más recientes, sin embargo, sugie­
CSM “Cornellà” most studies agree that it is earlier in men. Also, most ren que existen diferencias de género en el riesgo de
studies suggest that women have a better premorbid
Mossèn Andreu 13, 3º padecer la enfermedad. Lewine y cols., (1984) fue­
functioning and, especially in short-term follow-up studies,
Edifici Can Moritz a more benign course. ron los primeros en constatar que, al utilizar crite­
08940 Cornellà Data on clinical characteristics are often conflicting, but rios más restrictivos para el diagnóstico de la
de Llobregat most studies point to a greater severity of negative esquizofrenia, el número de mujeres excluidas de la
Barcelona symptoms in men. Research on treatment response, both definición es mayor que el de hombres.

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Diferencias de género en la esquizofrenia

Dos trabajos con muestras comunitarias que estu­ Castle y cols., 1998). Las diferencias de género en
diaron la incidencia de esquizofrenia teniendo en edad de inicio también han sido replicadas en diver­
cuenta la variable género hallaron una mayor inci­ sas culturas (Sartorius y cols., 1986) y utilizando
dencia de esta enfermedad en hombres que en mu­ diversos sistemas diagnósticos. Además, las muje­
jeres. En el de Sartorius (1986) la ratio hombre/ res, a diferencia de los hombres, presentan otro pico
mujer oscilaba entre 1,22 y 1,8, y en el de Iacono y de inicio de la enfermedad a partir de los 40 años
Beiser (1992) la ratio hallada fue de 2,65 a 3,47. (Castle y cols., 1993).

Un estudio de Castle y cols. (1993) sobre registro Albus y cols. (1994) estudiaron el impacto de la
de casos, utilizando criterios DSM-III-R, mostró que carga genética familiar en las diferencias de género
los hombres de menos de 45 años presentaban la en edad de inicio; sus resultados en muestra total
más alta incidencia de esquizofrenia. Las mujeres de coincidieron con estudios anteriores, pero cuando
más de 45 años tenían una mayor incidencia que los dividieron la muestra teniendo en cuenta los antece­
hombres de más de 45 años. Pero, combinado por dentes familiares de esquizofrenia o trastorno afecti­
años, los hombres presentaban una incidencia vo, no hallaron diferencias en edad de inicio en los
significativamente mayor que las mujeres. Otro es­ casos de pacientes con antecedentes familiares.
tudio sobre registro de casos (Hambretch y cols., Resultados parecidos han sido hallados en estudios
1994), sin embargo, no encontró diferencias en la posteriores (Hafner y cols., 1998).
incidencia de esquizofrenia entre hombres y muje­
res. En un estudio realizado en una muestra hospita­
laria (Ring y cols., 1991), la ratio hombre/mujer
resultó ser de 1,36 (no significativo). Historia obstétrica
Waddington y Youssef (1994) encontraron eviden­
cias de una disminución del riesgo de esquizofrenia Los resultados de los trabajos que han evaluado las
en una zona rural de Irlanda a lo largo de 50 años; la diferencias de género en la incidencia de historia de
disminución parecía ocurrir de forma más prominen­ complicaciones obstétricas en los partos de pacien­
te en mujeres (-56%) que en hombres (-19%). tes que desarrollarán esquizofrenia son poco claros.
Algunos estudios han hallado más complicaciones
En un metaanálisis publicado recientemente (Aleman obstétricas en hombres (Cantor-Graae y cols., 1994;
y cols., 2003) y en el cual se incluyeron estudios de Kirov y cols., 1996). Sin embargo, en otros trabajos
incidencia poblacionales que utilizaban criterios diag­ no se han encontrado diferencias de género (Heun y
nósticos estándar se confirmó que los hombres pre­ Maier, 1993; Hultman y cols., 1997) y en otros se
sentaban una incidencia más elevada (ratio 1,42). han hallado más complicaciones obstétricas en mu­
jeres (Verdoux y Bourgeois, 1993). Las complicacio­
Los estudios de prevalencia hallan, en general, una nes obstétricas parecen asociarse a un inicio más
menor ratio hombre/mujer que los de incidencia. En temprano y peor curso de la enfermedad (Verdoux y
un estudio realizado sobre población general con cri­ cols., 1997), y también a ensanchamiento ventricular
terios DSM-III-R, no se encontraron diferencias de (Owen y cols., 1988). Gureje y Badimele (1998),
género significativas en la prevalencia durante un año en un estudio reciente, encontraron que las mujeres
(ratio hombre/mujer de 1,2) (Youseff y cols., 1991). con una edad de inicio temprana habían tenido con
Un estudio sobre muestra hospitalaria halló una ratio más frecuencia complicaciones obstétricas que las
mayor (1,5) (Bland y Orn, 1984). mujeres con una edad de inicio tardía, mientras que
los hombres de edad de inicio temprana y tardía
En un estudio epidemiológico familiar realizado en Ir­
habían presentado complicaciones obstétricas con
landa por Kendler y Walsh, el Roscommon Family Study
una frecuencia similar.
(1995), los resultados mostraron una mayor prevalen­
cia durante la vida en hombres que en mujeres. La asociación entre la exposición al virus influenza
durante el segundo trimestre de gestación y la
esquizofrenia es un hallazgo bastante contrastado
(Sham y cols., 1992; Takei y cols., 1996). Los es­
Edad de inicio tudios que han examinado esta cuestión teniendo en
cuenta el género han hallado resultados dispares:
Las diferencias en la edad de inicio (Hombres 18-25 unos han encontrado que la asociación es mayor en
años; Mujeres 25-35) es el hallazgo más replicado mujeres (Takei y cols., 1994; Kunugi y cols., 1995)
en los estudios sobre diferencias de género en la mientras que otros no han hallado diferencias (Takei
esquizofrenia (Goldstein y cols., 1989; Gureje, 1991; y cols., 1995; Takei y cols., 1996).

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Funcionamiento premórbido Un estudio realizado por Angermeyer y cols. (1989)


con una amplia muestra (N=603) confirmó este cur­
Las alteraciones premórbidas de la función intelec­ so más favorable en mujeres en un seguimiento a 3
tual y social han sido descritas con frecuencia en años.
pacientes con esquizofrenia. La mayoría de los tra­ Sin embargo, otros estudios de seguimiento a largo
bajos que han utilizado la variable género al estudiar plazo (más de diez años), no encontraron diferencias
el funcionamiento premórbido han encontrado défi­ significativas (Opjordsmoen, 1991; Eaton y cols.,
cits más severos en hombres que en mujeres 1992).
(Salokangas, 1983; Shtasel y cols., 1992).
Los estudios que han analizado el curso de la enfer­
La escala Premorbid Adjustement Scale (PAS) medad teniendo en cuenta sobre todo el funciona­
(Cannon-Spoor y cols., 1982) fue utilizada por miento social han hallado también un mejor funcio­
Childers y Harding (1990) en una muestra de pa­ namiento en mujeres.
cientes de larga evolución, y por Larsen y cols. (1996)
en pacientes con un primer episodio de esquizofrenia, Vázquez Barquero y cols. (1999), en un estudio de
para medir las diferencias de género en funciona­ seguimiento a tres años de 86 pacientes que presen­
miento premórbido. Los resultados mostraron un mejor taron un primer episodio de esquizofrenia, utilizaron
ajuste premórbido en mujeres y además se halló una la Escala de Discapacidad de la OMS World health
asociación entre peor ajuste premórbido, inicio insi­ organization (DAS) para evaluar la adaptación social
dioso y síntomas negativos. y concluyeron que los hombres tenían un peor pro­
nóstico. En un estudio de nuestro grupo, con 239
pacientes con esquizofrenia que vivían en la comuni­
dad, también se halló que los hombres puntuaban
Curso de la enfermedad más en discapacidad (medido con la escala DAS),
tanto en los valores globales como en los que
La mayoría de trabajos que han estudiado las dife­ evaluaban, de forma específica, la discapacidad ocu­
rencias en el curso clínico de la esquizofrenia entre pacional y de cuidado personal (Usall y cols., 2001;
mujeres y hombres apuntan a que el género influye Usall y cols., 2002).
en el pronóstico de esta enfermedad. Angermeyer y
cols. (1990) revisaron todas las publicaciones que
estudiaban los efectos del género en el curso de la
esquizofrenia utilizando medidas específicas, tanto Sintomatología
clínicas (días de ingreso, número de recaídas, sínto­
mas durante el seguimiento) como sociales (adapta­ Los primeros estudios que examinaban las diferen­
ción global social, situación ocupacional). La mitad cias de género en la sintomatología de la esquizofrenia
de los estudios revisados mostraban un efecto del sugerían diferencias entre mujeres y hombres (Lewine,
género significativo y, en casi todos, las mujeres te­ 1981; Walker y cols., 1985). Las diferencias más
nían un mejor pronóstico que los hombres. frecuentemente descritas eran que las mujeres pre­
sentaban más síntomas afectivos y menos síntomas
Algunos de los trabajos que apoyan la existencia de negativos. Por otro lado, los hombres presentaban
un mejor curso en mujeres son: mayor comorbilidad en abuso de substancias, más
En un estudio de McGlashan y Bardenstein (1990) conductas antisociales y mayor riesgo de suicidio.
con pacientes de larga evolución se encontró que las Algunos de estos estudios adolecían de importantes
mujeres mostraban mejor funcionamiento social, problemas metodológicos. Uno de los más impor­
mejor competencia ocupacional y mejor funciona­ tantes era el de la variabilidad en los criterios diag­
miento global, que los hombres. nósticos utilizados. Lewine y cols., (1984) hipoteti­
zaban que más mujeres esquizofrénicas eran rediag­
En un estudio de Test y cols. (1990), con pacientes nosticadas de trastornos afectivos con criterios diag­
que vivían en la comunidad, se halló también un nósticos más restrictivos. En un estudio diseñado para
curso más benigno en mujeres en un seguimiento comprobar esta hipótesis, Goldstein y Link (1988)
mínimo de dos años. hallaron diferencias clínicas entre hombres y muje­
res que no podían ser atribuídas a las diferentes cla­
Goldstein (1988) realizó un seguimiento de 10 años, sificaciones diagnósticas utilizadas.
y entre los resultados obtenidos destacaban un me­
nor número de días de hospitalización por año y un Estudios más recientes que examinan las diferencias
riesgo más bajo de rehospitalización en mujeres. clínicas son:

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Diferencias de género en la esquizofrenia

Shtasel y cols. (1992) utilizaron las escalas Brief puesta al tratamiento. Los estudios realizados sugie­
Psychiatric Rating Scale (BPRS), Scale for the ren que existen efectos diferenciales sexuales en va­
Assesment of Positive Symptoms (SAPS) y Scale for riables farmacocinéticas de los neurolépticos como
the Assesment of Negative Symptoms (SANS) y sólo absorción, biodisponibilidad, distribución y metabo­
hallaron diferencias en la escala de síntomas negati­ lismo hepático (Yonkers y cols., 1992), y que la
vos, con mayor gravedad en hombres. Cowell y cols. mujeres alcanzan niveles superiores de fármaco en
(1996), utilizando las mismas escalas, encontraron sangre (Meltzer y cols., 1983). También se han de­
resultados parecidos. mostrado niveles más altos de prolactina y ácido
homovanílico en sangre en mujeres que en hom­
Szymanski y cols. (1995), en un grupo de pacientes
bres, en tratamiento neuroléptico (Szymanski y cols.,
que ingresaban por primera vez y sin medicación, encon­
1995). La mayor parte de los estudios realizados
traron diferencias significativas utilizando la Schedule
sobre diferencias de respuesta al tratamiento han
for Affective Disorders and Schizophrenia-Change Ver­
sido realizados con los antipsicóticos típicos o de
sion (SADS-C) y la SANS. Las mujeres presentaban
primera generación, y sugieren que las mujeres jóve­
más ansiedad, afecto inapropiado y conductas extra­
nes requieren dosis más bajas de medicación que los
ñas, y menos pensamiento ilógico que los hombres.
hombres (Szymanski y cols., 1995), mientras que
Andia y cols. (1995) hallaron un mayor porcentaje de las mujeres postmenopáusicas requieren dosis más
mujeres con el diagnóstico de esquizofrenia paranoide. elevadas que los hombres (Seeman, 1989). Una de
las posibles explicaciones de estas diferencias son
Goldstein y cols. (1990) encontraron que las mujeres los cambios en los niveles de estrógenos (Szymanski,
esquizofrénicas experimentaban disforia e ideas deli­ 1996). Además, numerosos estudios encuentran que
rantes persecutorias con más frecuencia que los hom­ las mujeres muestran una respuesta más rápida y
bres. Sin embargo, las diferencias no resultaron ser con un índice de respuesta más elevado (Seeman,
significativas. 1989; Szymanski 1996). Se han realizado pocos
Diversos estudios que utilizaron la Positive and estudios con los antipsicóticos atípicos, pero parece
Negative Syndrome Scale (PANSS) para evaluar las que las diferencias de género son menos relevantes.
diferencias clínicas (Linström y von Knorring, 1994; Los estudios que han evaluado las posibles diferen­
Addington y cols., 1996; Hayashi y cols., 2002) no cias de la respuesta a la clozapina no han hallado
encontraron diferencias clínicas significativas en nin­ diferencias claras (Perry y cols., 1991; Szymanski y
guna de las subescalas. cols., 1996).

En un estudio realizado por nuestro equipo y en el Un estudio que comparó la respuesta a olanzapina y
cual los síntomas de la escala PANSS se agruparon haloperidol entre mujeres y hombres con esquizo­
según el modelo de cinco factores propuesto por Kay frenia, halló que las mujeres respondían mejor que
no se encontraron diferencias de género (ni en la los hombres a la olanzapina de forma independiente
escala total, ni con ninguna de las agrupaciones de de la duración de la enfermedad y además, que las
síntomas realizadas) (Usall y cols., 2000). mujeres premenopáusicas respondían mejor que las
postmenopáusicas tanto al haloperidol como a la
Lindamer y cols. (1999) investigaron las diferencias olanzapina (Goldstein y cols., 2002).
clínicas de género en una muestra de pacientes de
más de 45 años. Entre los resultados del estudio Un estudio que examinó la respuesta a risperidona
destacaba la existencia de mayor severidad en sínto­ en función del sexo, sin embargo, no halló diferen­
mas positivos en mujeres, y que la edad de inicio se cias (Labelle, 2001).
correlacionaba inversamente con la gravedad de los
La mayoría de los estudios coinciden en que los sín­
síntomas negativos en mujeres, pero no en hombres.
tomas extrapiramidales secundarios al tratamiento
Un estudio de Moriarty y cols. (2001) con una mues­
tra de pacientes de más de 65 años halló una mayor con neurolépticos son más frecuentes en mujeres
gravedad de los síntomas negativos en hombres. (Seeman, 1990). En un estudio de pacientes con un
primer episodio, Szymanski y cols. (1995) encontra­
ron que las mujeres presentaban con más frecuencia
episodios de distonía (48% en mujeres y 22,2% en
Respuesta al tratamiento hombres), pero no hallaron diferencias de sexo en la
frecuencia de acatisia.
Tratamiento farmacológico
Por lo que respecta a la discinesia tardía, muchos
El mejor curso de la enfermedad en mujeres podría estudios han hallado que ésta es más frecuente en
ser explicado, en parte, por las diferencias en la res­ mujeres que en hombres. Parece, sin embargo, que

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en pacientes de menos de 50 años no se hallan dife­ 1998). Hien y cols. (1998) también encontraron que
rencias en la frecuencia de discinesia tardía y que en las mujeres y los hombres responden de forma dife­
pacientes entre 50 y 70 años la prevalencia en mu­ rente a las diversas opciones de psicoterapia. Estos
jeres es mayor que en hombres y que en éstas la resultados, aunque preliminares, sugieren que el tra­
frecuencia continúa aumentando a partir de los 50 tamiento psicosocial de la esquizofrenia también debe
años (Yassa y Jeste, 1992). tener en cuenta el género (Riecher-Rössler y Häfner,
2000).
Las mujeres en tratamiento con clozapina también
sufren con más frecuencia que los hombres
agranulocitosis y eosinofilia (Alvir y Lieberman, 1994).

La elevación de la prolactina secundaria a los


Funciones neuropsicológicas
neurolépticos típicos y a risperidona es también más
frecuente en mujeres y esto incrementa el riesgo de Los trabajos que se ocupan de estudiar de forma
galactorrea, amenorrea y disfunción sexual específica las posibles diferencias de género en las
(Melkersson y cols., 2001). funciones neuropsicológicas de pacientes con
esquizofrenia muestran gran variabilidad en sus re­
Las diferencias en la respuesta al tratamiento pue­ sultados.
den ser debidas a otros factores no propiamente
farmacológicos que es necesario tener en cuenta. El Varios estudios han indicado que los enfermos varo­
tabaco puede disminuir los niveles de antipsicóticos nes parecen tener más alteraciones que las enfer­
en plasma. Goff y cols. (1992) encontró que los hom­ mas en atención sostenida, lenguaje, funciones eje­
bres esquizofrénicos fumaban más (85%) que las cutivas e inteligencia (Goldstein y cols., 1994;
mujeres esquizofrénicas 47% y quienes fumaban re­ Seidman y cols., 1997). Sin embargo, otros estu­
cibían dosis más altas de antipsicóticos. Salokangas dios no han encontrado diferencias de género signifi­
y cols.(1997) encontró que las dosis diarias de cativas en las funciones cognitivas entre pacientes
antipsicóticos aumentaban con la edad en pacientes (Goldberg y cols., 1995; Andia y cols., 1995), y
que fumaban, pero disminuían con la edad en los otros han hallado mayores déficits en mujeres
que no lo hacían, sin efecto del sexo en las dosis. esquizofrénicas (Perlick y cols., 1992; Lewine y cols.,
1996).
El cumplimiento farmacológico es otro factor que
puede influir en las diferencias halladas ( Nasser y Goldstein y cols. (1998) intentaron explicar estas
cols., 2002). Diversos estudios encuentran que los discrepancias atribuyéndolas a sesgos de las mues­
hombres son menos cumplidores (Sellwood y Tarrier, tras utilizadas y a que no se utilizaban grupo control.
1994; Smith y cols., 1997). Otros, sin embargo, no Tres estudios que sí utilizaron grupo control son los
encuentran diferencias (Buchanan, 1992). siguientes:

Todos estos datos inducen a pensar que las dosis de Goldstein y cols. (1998) estudiaron las diferencias
neurolépticos que se utilizan habitualmente, y que de género neuropsicológicas en una muestra de 31
se basan en estudios realizados en pacientes mascu­ pacientes con esquizofrenia (17 hombres y 14 muje­
linos, pueden ser demasiado elevadas para las muje­ res). Sus resultados sugieren que las mujeres con
res con esquizofrenia, y que esto puede conllevar esquizofrenia presentan menos déficits cognitivos,
más efectos secundarios y toxicidad en mujeres (Leung especialmente los relacionados con el procesamien­
y Leung, 2000). to verbal, que los hombres esquizofrénicos.

Hoff y cols. (1998) evaluaron la función cognitiva en


dos grupos homogéneos de pacientes con
Tratamiento psicosocial esquizofrenia: uno de pacientes con un primer episo­
dio y otro de pacientes de larga evolución. Sus resul­
Se han realizado pocos estudios que analicen las tados no mostraron diferencias entre hombres y
diferencias de género en la respuesta a tratamientos mujeres, una vez se hubieron controlado la edad de
psicosociales. Los resultados de los estudios de Haas inicio de la enfermedad y la gravedad de la
y cols. (1990) y Davis y cols. (1996) sugieren una sintomatología.
mejor respuesta de las mujeres y sus familias a tra­
tamientos psicosociales familiares. Los hombres, por Un estudio de Albus y cols. (1997), en pacientes
el contrario, parecen obtener un mejor rendimiento con un primer episodio, tampoco parece apoyar la
al entrenamiento en habilidades sociales que las importancia del género en las alteraciones cognitivas
mujeres. (Mueser y cols., 1990; Schaub y cols., características de la esquizofrenia.

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Diferencias de género en la esquizofrenia

Neuroimagen mujeres esquizofrénicas mostraban muy pocos cam­


bios en el flujo sanguíneo cerebral al pasar del esta­
Las técnicas de neuroimagen cerebral han sido utili­ do de reposo al de realización de tareas verbales y
zadas para estudiar, de forma específica, las diferen­ espaciales. Los hombres con esquizofrenia y controles
cias de género, estructurales y funcionales, en pa­ (hombres y mujeres), por el contrario, mostraban un
cientes con esquizofrenia. Los resultados obtenidos mayor incremento en las mismas condiciones.
son variables y controvertidos. A pesar de la heterogeneidad de los resultados, se
Varios estudios con RNM sugieren que el aumento del podría concluir que, cuando se encuentran diferen­
tamaño ventricular hallado en los pacientes con cias de género, los hallazgos más frecuentes mues­
esquizofrenia es más predominante en los enfermos tran una mayor divergencia neuroanatómica de los
varones (Andreasen y cols., 1990; Nopuolos y cols., hombres esquizofrénicos que de las mujeres esquizo­
1997). Otros estudios, menos numerosos, han encon­ frénicas, respecto a controles. Las anomalías, ade­
trado resultados contrarios: las mujeres con más, aparecen lateralizadas en el hemisferio izquierdo
esquizofrenia tenían un aumento del tamaño ventricular, (Lewine y Seeman, 1995).
comparadas con las mujeres sanas, mientras que en
los enfermos varones no se encontraban diferencias
significativas en comparación con los hombres sanos Riesgo familiar
(Gur y cols., 1994). Estas discordancias podrían ser
explicadas por algunas evidencias que apuntan a que,
Uno de los primeros estudios que, de forma especí­
al menos en pacientes varones, existe un aumento del
fica y utilizando criterios DSM-III, examinó el riesgo
volumen ventricular en los pacientes con esquizofrenia
familiar de esquizofrenia según el género fue el de
esporádica (O'Connell y cols., 1997).
Goldstein y cols. (1990). En este trabajo se evalua­
Otro hallazgo frecuente es la existencia de un mayor ron 332 pacientes con esquizofrenia (171 hombres,
número de anomalías estructurales en enfermos va­ 161 mujeres) y 713 familiares de primer grado a
rones (Nopuolos y cols., 1997; Lewine y cols., 1990) quienes se administró personalmente una entrevista
siendo las más frecuentemente descritas las locali­ estructurada. Los resultados mostraron un riesgo fa­
zadas en el cuerpo calloso (Raine y cols., 1990). miliar significativamente más elevado para la esqui­
zofrenia, el trastorno esquizofreniforme y el trastorno
También se han analizado las alteraciones del lóbulo esquizoafectivo en mujeres que en hombres con
temporal en función del sexo. Los estudios muestran esquizofrenia. Cuando la definición de enfermedad
resultados heterogéneos. Cowell y cols. (1996) y, en familiares fue ampliada a todo el espectro esqui­
en un estudio más reciente, Bryant y cols. (1999) zofrénico (psicosis atípica, trastorno delirante y tras­
hallaron una disminución en el volumen total del ló­ torno esquizotípico) se atenuaron las diferencias,
bulo temporal izquierdo en hombres con esquizofrenia, debido a la alta prevalencia de trastorno esquizotípico
pero no en mujeres con esquizofrenia. Flaum y cols. entre familiares de pacientes varones.
(1995), sin embargo, no encontraron diferencias de
sexo en el volumen de los lóbulos temporales. Existen otros trabajos que también han encontrado
un mayor riesgo de esquizofrenia en familiares de
La neuropatología regional relacionada con ciertos probandos mujeres que de probandos hombres. Pulver
síntomas de esquizofrenia parece ser sexualmente y cols. (1990), estudiaron 1853 familiares de pri­
dimórfica. Cowell y cols. (1996) hallaron que en mer grado de 374 pacientes con esquizofrenia (73%
mujeres un mayor volumen frontal se asociaba a una hombres), los datos de familiares se obtuvieron a
desorganización y una suspicacia-hostilidad más gra­ través de informantes y no personalmente. Maier y
ve; mientras que en hombres era un menor volumen cols. (1993), en un estudio más reciente, examina­
del lóbulo lo que se asociaba a una desorganización ron 589 familiares de primer grado de 159 probandos,
más grave y no correlacionaba con la suspicacia- a través de entrevista personal.
hostilidad. Un estudio de Malla y cols. (1999) en
pacientes con esquizofrenia halló que la atrofia difu­ Resultados discordantes, sin embargo, han sido ha­
sa cerebral se asociaba a síntomas psicóticos positi­ llados por Kendler y Walsh (1995). Estos autores
vos en mujeres, pero no en hombres. estudiaron el riesgo familiar en una muestra de 354
familiares de primer grado de pacientes con
Por lo que respecta a estudios de neuroimagen fun­ esquizofrenia, a quienes se entrevistó personalmen­
cionales, se han realizado pocos trabajos que inves­ te, obtenida a partir del Roscommon Family Study, y
tiguen las diferencias de sexo en pacientes con no encontraron diferencias de género en el riesgo
esquizofrenia. Gur y Gur (1990) encontraron que las familiar de esquizofrenia.

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Se ha estudiado también la posible asociación entre la maduración cerebral (Di Paolo, 1994). Los efec­
edad de inicio, riesgo familiar y género. Los resulta­ tos estructurales ya descritos se ven reforzados en la
dos de Pulver y Liang (1991) mostraron que en fami­ pubertad por los efectos antipsicóticos de los
liares de varones esquizofrénicos con una edad de estrógenos, y parecen contribuir a que las mujeres
inicio menor de 17 años existía un riesgo significati­ tengan una edad de inicio de la esquizofrenia más
vamente mayor de esquizofrenia que en familiares tardía.
de los enfermos con una edad de inicio igual o mayor
de 17 años. No encontraron, sin embargo, asocia­ Durante la menopausia, la disminución de los nive­
ción entre edad de inicio de esquizofrenia y riesgo les de estrógenos puede explicar la aparición de
familiar en mujeres esquizofrénicas. Otros estudios esquizofrenia tardía en mujeres (más frecuente que
(Goldstein y cols., 1992; Maier y cols., 1993), por en hombres). Häfner hipotetiza que si los estrógenos
el contrario, no encontraron interacción entre edad actúan como un agente protector elevando el nivel
de inicio, riesgo familiar y género. de vulnerabilidad para la esquizofrenia antes de la
menopausia, las mujeres con esquizofrenia de inicio
En estudios posteriores, Goldstein y cols. (1995) tardío presentarían más gravedad que los hombres
hallaron que en familiares de hombres probandos con esquizofrenia tardía, sobre todo de síntomas ne­
existía más riesgo de afecto aplanado (sin ningún gativos. (Häfner y cols., 1998).
diagnóstico psiquiátrico) que en familiares de muje­
res probandos, y sugirieron que los genes de la Existen también evidencias de que los estrógenos
esquizofrenia podían ser expresados de forma dife­ modifican los sistemas serotoninérgicos y glutama­
rente en familiares de hombres y mujeres con térgicos (implicados también en la etiología de la
esquizofrenia. esquizofrenia. (Leung y Leung, 2000).

Los trabajos que han estudiado la correlación entre


las diferentes fases del ciclo menstrual y la sinto­
Estrógenos y esquizofrenia matología han encontrado que durante la fase del
ciclo con niveles bajos de estrógenos empeora la
Se ha postulado que los efectos de los estrógenos sintomatología y durante la fase con niveles altos
pueden ser responsables, en parte, de las diferencias mejora (Riecher- Rössler y cols., 1994). Otro estu­
de género en la esquizofrenia. Estos efectos son tan­ dio encontró que los niveles bajos están asociados a
to estructurales como funcionales. más ingresos psiquiátricos (Häfner y cols., 1993).

El efecto modulador de los estrógenos sobre el siste­


ma dopaminérgico ha inducido a estudiar la posibili­
Efectos estructurales dad del uso terapéutico de éstos en pacientes con
Estos efectos tienen lugar preferentemente antes de esquizofrenia.
la maduración cerebral. La diferenciación cerebral
Algunos estudios de caso único o estudios abiertos
sexual se extiende desde el periodo prenatal hasta la
han apuntado a la utilidad de añadir estrógenos a la
pubertad. Los estrógenos facilitan que durante la
medicación neuroléptica estándar. En un estudio
maduración temprana el cerebro en las mujeres
abierto realizado por Kulkarni y cols. (1996) se aña­
madure antes que en los hombres. En los cerebros
dió estradiol a 11 mujeres premenopáusicas con
de los hombres se ha encontrado que las conexiones
sintomatología psicótica aguda y se obtuvo una me­
neuronales, la mielinización axonal y la lateralización
joría más rápida de los síntomas psicóticos. Estas
de las funciones cerebrales son más tardías. Esto
diferencias, sin embargo, se atenuaban a los 15 días
puede hacer que los cerebros masculinos sean más
de tratamiento y la recuperación final era igual en
vulnerables a accidentes pre o perinatalas, y estos
uno y otro grupo. Sichel y cols.(1995) trataron de
accidentes pueden provocar alteraciones estructura­
forma profiláctica a 11 mujeres con antecedentes
les cerebrales que en el caso de la esquizofrenia se
de trastorno afectivo severo con estrógenos a dosis
han asociado a síntomas negativos e inicio precoz
altas inmediatamente después del parto y redujeron
(Seeman y Lang, 1990).
las dosis de hormonas en 4 semanas. Las pacientes
se mantuvieron asintomáticas durante el año de se­
guimiento. En un estudio más reciente de Kulkarni y
Efectos funcionales
cols. (2001) se investigó la utilidad de añadir trata­
Los estudios con animales han hallado que los miento estrogénico en forma de estradiol transdermal
estrógenos tienen un efecto modulador en el sistema a un tratamiento neuroléptico estándar en un estu­
dopaminérgico, y que este efecto es mayor durante dio doble ciego y comparándolo con añadir placebo

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