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El abordaje etnográfico de la investigación social

Características generales

La etnografía como metodología de investigación se vincula al surgimiento de la ciencia social


en general y también con la antropología en particular ya que en esta misma es en donde surge,
se consolida y se desarrolla.
Se considera a la etnografía como una técnica, como un método de investigación social que
trabaja con diversas fuentes de información. El etnógrafo o etnógrafa participa en la vida
cotidiana de las personas o comunidad durante un tiempo extenso; observa, escucha, pregunta y
registra todo tipo de datos necesarios para su investigación.
De acuerdo a Spradley, “la estnografia es el trabajo de describir una cultura” y lo más
importante es comprender los significados de los distintos sucesos que aparecen en la misma.

El planteo teórico-metodológico

-La reflexividad y el trabajo de campo

La reflexividad tiene que ver con el tipo de posicionamiento y de conocimiento que el etnógrafo
construye en el campo cuando se introduce en la complejidad del mismo. La consideración de la
reflexividad supone una revisión de la forma y el modo de producir el conocimiento social, se
toma distancia de otros tipos de posiciones y se asume la capacidad reflexiva de los sujetos, lo
cual permite interpretar el mundo social que se investiga.
El punto de partida de la reflexividad considera al hombre como parte de ese mundo social, que
interactúa, observa y participa con otros hombres en un espacio y tiempo determinados. La
reflexividad aparece como un soporte y una dinámica básica del planteo etnográfico que se
sustenta en la relación entre los sujetos que interactúan y participan.
Por otra parte, cuando se habla de trabajo de campo no solo se hace referencia a “ir” al lugar
que se pretende investigar, sino también, a la manera de “estar” y “posicionarse” en el mismo.
Este trabajo supone la utilización de la “observación participante” con el objetivo de recabar la
mayor información posible para comprender el punto de vista de los actores sociales. Cuando se
menciona la palabra “campo” se hace referencia a un lugar específico, donde los actores viven,
se relacionan e interactúan y donde ocurren diferentes situaciones que requieren de la atención
del investigador.
Según Ameigueiras, el campo es “el referente empírico de la investigación” y el trabajo en el
mismo no solo implica la observación, interacción e interpretación de los actores en el contexto
que se encuentran, sino también implica la participación en las diversas actividades que dichos
actores llevan a cabo en su vida cotidiana.

-Los aprendizajes del oficio etnográfico

Los distintos aprendizajes hacen referencia a una actitud en general y un posicionamiento en


particular del etnógrafo. La idea es comprender otra forma de vida desde el punto de vista de los
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que la viven, es decir, se pretende “aprender de la gente”. El investigador se involucra
personalmente, percibe y registra todo lo que acontece a su alrededor para poder construir el
conocimiento cotidiano. Esta actividad es “perceptiva” y se constituye como una instancia
fundamental en la etnografía.
Podemos diferenciar distintos tipos de aprendizaje:

El aprendizaje de la mirada: es uno de los aspectos centrales en la investigación etnográfica.


Aquí se debe tener en cuenta la distinción entre “ver” (contemplar) y la disposición de “mirar”,
es decir, la capacidad de involucrarse, integrarse y comprender el fenómeno. Por otra parte, la
mirada del investigador debe ser flexible y el mismo debe dejar impresionarse por la realidad, lo
diverso y los imprevistos.
Esta mirada debe ser amplia y profunda y se le debe prestar atención a todo lo que uno
encuentra, incluso los comportamientos de los individuos.

El aprendizaje del diálogo: es un aprendizaje vertebrado alrededor de la experiencia con el


otro, donde se debe llevar a cabo el ejercicio de “escuchar” que antecede a la reciprocidad de
“hablar”. “Escuchar” es más que “oír”, es una actitud, un modo de ser que compromete al ser
humano en su totalidad, tiene que ver con la voluntad de abrirse y dejarse invadir por la voz del
otro. Se puede ver una marcada diferencia entre el cuestionario y la entrevista personal, en el
primer caso, las preguntas ya están pautadas de antemano y en el caso del la entrevista, las
mismas van surgiendo a partir de los intereses, cuestionamientos y planteos propios de los
actores sociales.
La entrevista no-directiva es un instrumento clave para mediar el encuentro con el otro y
reconocer al otro en su diferencia.

El aprendizaje del registro: este es el momento donde se “brinda textualidad” a todo lo que el
investigador ha visto, oído, descubierto y relevado. Por medio del registro se deja constancia de
todo lo vivenciado en el campo que luego servirá para la elaboración del trabajo escrito.

La investigación etnográfica

Este es el proceso a través del cual se lleva a cabo la instancia fundamental de la investigación.
El mismo comprende desde la preparación, pasando por el ingreso al campo y la
implementación de la observación participante hasta la salida del campo.

Los preparativos

El trabajo etnográfico requiere de la elaboración de un diseño de investigación, es decir, de una


propuesta y un proceso de trabajo a realizar. Este diseño debe ser un proceso reflexivo en todas
las etapas de desarrollo de la investigación. Dentro del mismo, se deben explicitar distintas
cuestiones vinculadas con los “problemas preliminares”, propósitos y principales interrogantes.

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La observación participante

La observación participante es el eje vertebrador del trabajo de campo, a partir del cual se lleva
a cabo la conformación del trabajo final. La observación participante (O.P) es una propuesta
integrada por distintas técnicas y métodos vinculados con distintas formas de observación,
modalidades de interacción y tipos de entrevistas. Su metodología es compleja y supone la
combinación de distintas técnicas.

El ingreso al campo

El ingreso al campo implica resolver la “entrada” al mismo, es decir, muchas veces se podrá
ingresar sin necesidad de acciones previas y en otros se requerirá la obtención de algún permiso
especial. Al ingresar, comenzaremos a interactuar con los demás actores presentes en un tiempo
y espacio concreto y en un momento particular. A partir de ahí se generará un vinculo con los
otros que será importante al momento de transitar dentro del campo.
El ingreso implica enfrentar distintas dudas relacionadas a la forma de entrar, de comenzar el
trabajo y el rol o ubicación a tomar. En general, la introducción en el lugar está vinculada con
un “portero” o una persona que se constituye como la primera referencia en el lugar. Es aquel
que facilita otros contactos y presenta al investigador a los demás.
Al momento de entrar al campo es importante identificarse claramente para despejar dudas y
evitar futuros problemas.

El desplazamiento en el campo

El desplazamiento en el campo demanda dos instancias diferenciadas pero a la vez conectadas,


en primer lugar se debe tener en cuenta la atención hacia “los otros” y en segundo lugar, el
investigador se debe posicionar y poner énfasis en los recorridos.
Al momento de moverse dentro del campo es importante mantener una actitud de apertura, de
sensibilidad en los distintos momentos, y de agudización de la mirada.

La observación y la participación

Uno de los primeros interrogantes se plantea a partir de qué observar y va a ser el investigador
el que va a decidir qué y cómo observar. En los primeros momentos debe prevalecer una mirada
“general y amplia”. Se debe desplegar una “atención flotante” a partir de la cual pasar a
observar sujetos, situaciones y procesos. Se debe ir de lo más general a lo más particular y la
búsqueda debe abarcar desde lo más obvio hasta lo aparentemente “encubierto”.
Por otra parte, la participación supone involucramientos que van a ir cambiando a medida que
se profundicen los vínculos y aparezcan nuevas oportunidades. La participación supone una
inmersión en la realidad donde se establecen relaciones y se generan experiencias en las que
unos y otros se reconocen en el campo.
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Los informantes

El desplazamiento en el campo permite entrar en contacto con diferentes individuos que pueden
llegar a ser potenciales informantes. Hay dos tipos de encuentros que se producen en el campo,
los no planificados y los planificados. En el primer caso se trata de encuentros que se producen
mientras nos desplazamos por el lugar; son casuales y espontáneos y en el segundo caso es un
encuentro resultado de la necesidad de establecer un contacto con cierto sujeto ya que
consideramos que el mismo tiene información de nuestro interés. El encuentro acordado permite
desarrollar la entrevista esperada con el informante.

La entrevista etnográfica

La entrevista etnográfica es un tipo de entrevista especial, no directiva y es una herramienta


muy importante para avanzar en el conocimiento socio-cultural y para profundizar en la
comprensión de los distintos modos de ver de los actores sociales. El entrevistador necesita
establecer una relación con el otro que es fundamental para que se generen preguntas y
respuestas.
Este tipo de entrevista requiere del ejercicio del dialogo y la escucha y además los etnógrafos
no deciden de antemano las cuestiones que ellos quieren preguntar, aunque suelen tener una
lista de temas de los que se quieren hablar. En general, la preocupación central está dada por el
interés y la atención en lo que el entrevistado plantea y se trata de percibir el punto de vista del
otro. La entrevista supone un encuentro dialógico donde se utilizan diversos recursos técnicos
para aprovechar el encuentro y descubrir al informante. Además se utilizan distintos tipos de
preguntas (descriptivas, de ejemplos, de experiencias, sobre el lenguaje nativo, para aclarar
diversas cuestiones o pedir ampliación de un tema)

El registro

El registro es uno de los elementos claves de la observación participante. Es la fuente principal


para el desarrollo y el análisis de la investigación y es con lo que el etnógrafo trabaja.
Los registros no solo comprenden las notas de campo sino también las fotografías, las
grabaciones y el material audiovisual en general.
Hay un primer momento del registro que está vinculado con lo que el observador realiza in situ,
a partir de su capacidad de percibir, sentir, intuir, interpretar. Se vincula con aquello que su
mirada y sus apreciaciones del campo le han dado y con aquellas observaciones de la realidad
que considera importantes y que apunta en su cuaderno de campo. El segundo momento es de
profundización del registro con las notas. Cabe aclarar que hay diferentes formas de encarar el
registro, algunos diferencian entre “notas” y “diario” y otros realizan un “registro único”.
Hay dos tipos de “notas de campo”:
El informe condensado: se corresponde con las notas in situ que permiten registrar frases
sueltas o incompletas que luego pueden ser terminadas o reconstituidas. Estas también son
llamadas “notas en bruto” o “notas de señalamiento”. Se trata de notas rápidas, realizadas en
algún momento disponible en el campo en forma sintética y abreviada en el cuaderno de campo.
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El informe ampliado: es una explicación detallada de lo observado y sucedido en el campo.
Son notas minuciosas que recuperan las anotaciones provisorias en el campo, además se
incorporan todas aquellas impresiones, reflexiones personales, comentarios y análisis que
considera importantes.
Es importante no utilizar apreciaciones personales que impliquen un juicio de valor o una
evaluación de las personas o de la situación, sino descripciones que se refieran a lo que el
investigador “observa”. Se debe diferenciar claramente las intervenciones o declaraciones de los
informantes de aquellas realizadas por el investigador, distinguiendo cada una de ellas con
signos adecuados (comillas, corchetes, paréntesis, etc.)
La descripción debe ser lo más completa posible incorporando todo lo que el observador ha
detectado.

El diario de campo

En el diario se plasman las vivencias y experiencias generadas en el trabajo de campo. Se


explicitan las emociones, sentimientos, los cambios y las transformaciones sentidas a lo largo
del trabajo hasta que se termina. La relación entre lo personal, lo emocional y lo intelectual se
transforma mediante el “análisis reflexivo”. Es importante señalar que es el instrumento básico
de la etnografía es el investigador, sus experiencias, apreciaciones, las distintas situaciones y
acontecimientos vividos lo que va a llevar a la construcción social del conocimiento.

Notas de análisis e interpretación

Las apreciaciones e informaciones registradas dan lugar al análisis. El mismo debe desplegarse
a lo largo de todo el trabajo y transitarlo, replanteando problemas y apelando distintas
apreciaciones teóricas. Es por esto que se requiere, la lectura minuciosa del registro, junto con
las apreciaciones, las impresiones, sentimientos e intuiciones que acompañaron las anotaciones
provisorias. En dicha lectura se deben encontrar pistas para comprender el sentido de la acción
social de los actores. Es necesario organizar y codificar la información, generando matrices de
datos. Se recomienda realizar “desarrollos analíticos” en forma de memorias para destacar la
información planteando relaciones, identificando temáticas, sugerir hipótesis y producir una
reflexión teórica.
El análisis es necesario para la construcción teórica: la construcción de categorías y de
relaciones conceptuales que permitan articular la descripción determinada de la realidad. De lo
que se trata es de aprovechar y profundizar el potencial teórico de la etnografía.

La salida del campo

El tiempo de la salida está marcado por la consideración del etnógrafo en el marco de las
relaciones sociales y el proceso que ha llevado a cabo en su permanencia en el campo. Dicha
salida debe estar planteada a nivel teórico-metológico como fue el ingreso a campo.

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Implica la terminación de una etapa, es por eso que deben agotarse las instancias pendientes de
relevamiento de información que sean consideradas importantes para la investigación, como
organizar toda la documentación, notas y materiales.

El texto etnográfico

Para elaborar un texto etnográfico es necesaria la realización de varias tareas previas, factibles
de ser puntualizadas en la organización de la información revelada y fundamentalmente el
análisis de la misma.

La organización y análisis de la información relevada

No solo contamos con registros escritos, sino, a su vez, con documentación, fichas, anotaciones
y otro tipo de registros (fotografías, videos, etc.). Organizar el material que requiera una
reorganización sino también que una redefinición del proyecto.
Es una instancia de relectura de datos, atendiendo los puntos de vista y apreciaciones de los
actores como sus actitudes y comportamientos, pasando por el análisis y su apreciación de los
fenómenos hasta la relación entre los conceptos utilizados por los actores. Es un tipo de
desentrañamiento que constituye el sentido fundamental de la descripción etnográfica, es donde
parte del desafío del etnógrafo es captar variedad de significados. Este desafío interpretativo es
el eje vertebrador del análisis.
La escritura final del etnográfico implica diversas decisiones de carácter teórico-metodológico,
vinculadas tanto como a la organización del material y de la información en general como el
ordenamiento y despliegue de temas, subtemas, acontecimientos, testimonios y
argumentaciones en general.

La redacción de la etnografía

La redacción es decisión del etnógrafo acorde con su perspectiva, objetivos, estilo y,


fundamentalmente, con su capacidad creativa. El desafío de escribir coloca al etnógrafo ante la
necesidad de elaborar una estrategia textual que lo conducirá a sumir una manera de organizar
el texto. Algunos recursos para llevar a cabo la tarea es la utilización de una forma de
organización que enfatiza el trabajo con diferentes niveles de especificidad, como la apelación a
modalidades de separación de la narración del análisis. Existen tres tipos de estilos de tipología
para escribir monografías: realista, confesional e impresionista.

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