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Texto :Salmos 23

Tema :Jehová es mi pastor Salmo 23


1. La experiencia de David como pastor

David, el autor de este Salmo, comienza refiriéndose a


Dios como su pastor. Todos recordamos que en su
adolescencia él había sido pastor de ovejas y en su
cuidado de ellas había llegado a tener experiencias que
marcaron su vida.

Pero ahora David no está pensando en sí mismo como


pastor, sino que en este Salmo asume la posición de
oveja que se siente cuidada por Dios mismo. Y si David
había protegido con delicadeza a sus ovejas, y las había
defendido aun a riesgo de su propia vida, ¿cómo no haría
Dios mucho más a favor de él?

PROPOCITO:

"Nada me faltará"
Las ovejas son animales que necesitan ser
constantemente guiados y cuidados. Tal vez sea por esto
que el creyente es comparado con ellos.

David, como una de las ovejas que era cuidada por el


Señor, manifiesta su completa confiaba en la bondad
solícita de Dios para asegurar todo lo necesario, tanto en
el presente como en el futuro.

Como veremos a lo largo del Salmo, la provisión divina


incluye cosas tan variadas como alimento y bebida,
descanso, protección, restauración, compañía, aliento,
dirección, consuelo, gozo, felicidad y gloria.

El salmista percibe que el hombre tiene necesidades más


profundas que las del cuerpo, y sabe que sólo en Dios
pueden ser satisfechas. Nuestro mundo moderno necesita
darse cuenta urgentemente de este hecho: el hombre es
mucho más que un cuerpo, tiene también alma y espíritu,
y nuestra cultura materialista y de consumo siempre
fracasará en traer la felicidad al hombre porque no tiene
en cuenta estas otras facetas, y las ignora para centrarse
en exclusividad de las necesidades del cuerpo.

¡Cuántas personas en este mundo se encuentran como el


hijo pródigo de la parábola de Jesús: "yo aquí perezco de
hambre" (Lc 15:17)! La única forma de tener la vida en
plenitud es volviéndonos a Cristo, sólo en él podemos
estar completos (Col 2:9-10).

(Fil 4:19) "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta


conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."

¡Grabemos estas palabras en nuestros corazones y


cuando lleguen los momentos de prueba repitamos:
"Jehová es mi Pastor, nada me faltará"!

"En lugares de delicados pastos me hará


descansar"
En las tierras desérticas de Judea, el pastor sabía lo
agotador que era para el rebaño andar kilómetros por
zonas áridas, a menudo bajo los rayos de un sol
abrasador. Pero también conocía dónde estaban los oasis
y allí conducía a sus ovejas para proporcionarles
descanso, alimento y agua en un ambiente apacible.

Siempre es alentador saber que Dios conoce nuestras


circunstancias y las dificultades por las que atravesamos
en la vida, y podemos estar seguros de que a su tiempo
nos conducirá en su sabiduría y bondad hasta su gracia
reparadora.

Este es el descanso que los hombres buscan inútilmente


fuera de Dios. "Nos has creado para ti mismo, ¡oh Dios!, y
vagaremos errantes hasta que encontremos en ti nuestro
reposo", dijo San Agustín, y esta verdad ha sido
plenamente demostrada en la experiencia de los hombres
de todos los tiempos.

Recordemos la invitación que hizo el Señor Jesucristo:


(Jn 10:9) "Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será
salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos."

Objetivos ..:

"Junto a aguas de reposo me pastoreará"


A lo largo de toda su peregrinación por el desierto, al
pueblo de Israel nunca le faltó ninguna de estas dos
cosas: el maná enviado del cielo y el agua pura que
manaba de la roca (1 Co 10:3-4). Esto fue una clara
evidencia del cuidado pastoral que Dios tuvo a favor de su
pueblo a lo largo de toda su peregrinación por el desierto
durante cuarenta años.

Sin comida ni bebida, el pueblo de Dios perece, y Dios nos


invita una y otra vez a fortalecernos en él, en lugares de
reposo, en la intimidad con él. Sólo de esta forma
podremos llevar fruto en nuestras vidas que le glorifiquen.

Nunca podremos descansar si no satisfacemos el hambre


de nuestro espíritu y apagamos su sed, y para eso es
necesario atender la voz de Jesús:

Hoy en día vemos también a muchos creyentes


insatisfechos, agitados y sin descanso. En estos casos, el
problema no es que Dios ha fallado como pastor, sino que
la oveja se ha alejado de la comunión con él. No es
extraño que perdamos nuestro descanso cuando
correteamos de acá para allá, siguiendo los caprichos y
las fantasías de nuestro malvado corazón. La única forma
de recuperar la paz perdida es volviendo al Señor.

"Confortará mi alma"
La idea es que "restaurará mi alma" o "reparará mis
fuerzas". Esto nos habla de una renovación espiritual
profunda, algo que va mucho más allá de un mero alivio.
El profeta Isaías lo expresó de una forma muy bella:

El mismo rey David había experimentado una y otra vez


esta obra de restauración de parte de Dios cuando él se
había apartado y pecado. Podemos verlo en el Salmo 32 y
el 51.
Y como David, nosotros también nos apartamos
fácilmente de los caminos del Señor, no estamos atentos
a su dirección, desobedecemos, entramos en estados de
letargo e indiferencia espiritual, decaemos, perdemos la
ilusión por las cosas espirituales, dejamos de leer nuestra
Biblia y de orar, no sentimos ánimo por compartir el
Evangelio con otros, perdemos la paz, nos encontramos
en un estado de permanente ansiedad, malhumorados...
todos estos son síntomas de que necesitamos ser
restablecidos urgentemente por el Señor.

Cuando pecamos, nos sentimos mal, y es entonces


cuando el diablo viene a nuestra vida para llenarnos de
vergüenza por lo que hemos hecho y para convencernos
de que en ese estado es mejor no ir todavía al Señor. Sin
duda alguna, esta es una de sus estrategias más
efectivas. Pero no debemos escucharle. El Señor siempre
nos da una grata bienvenida cuando regresamos
arrepentidos. El es nuestro Sumo Sacerdote que siempre
está intercediendo por nosotros. Cuanto más tiempo
retrasamos nuestro regreso al Señor, más terreno gana el
adversario de nuestras almas.

Y lo hermoso del perdón y la restauración del Señor es


que con ellos siempre vienen nuevas oportunidades de
servicio al Señor. El profeta Joel lo expresó de la siguiente
manera:

"Me guiará por sendas de justicia por amor


de su nombre"Necesitamos ser guiados por el Señor
En oriente, el pastor va siempre delante de las ovejas
para descubrir los rodales de hierba más verde y mejor; y
el sendero con menos pedruscos. Y aunque la oveja no
sabe a dónde es llevada, confía en el pastor y le sigue.

Nosotros también deberíamos aceptar que necesitamos


ser guiados por el Señor. Y sabemos que esto es así
porque cuando elegimos nuestros propios caminos, esto
termina normalmente por causarnos muchos problemas.
Nos cuesta aceptar que el sitio de mayor bendición para
nosotros es siguiendo a Cristo lo más cerca posible, y
dejándonos guiar por él.

"Aunque ande en valle de sombra de


muerte"
1. Las situaciones oscuras de la vida

Porque lo cierto es que todos nosotros atravesamos


situaciones oscuras y peligrosas en esta vida en las que
necesitamos de la protección y el ánimo del Señor. Como
ovejas estamos siempre expuestos a múltiples peligros,
ya sea por animales salvajes o por ladrones que se lanzan
sobre el rebaño. Pero a pesar de nuestra debilidad,
podemos exclamar como el apóstol Pablo:

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