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Otra Didáctica: Jesús Estepa.

Introducción: Didáctica de la historia  Parte de la D de las Cs Sociales. Disciplina nueva,


en construcción, que invita a la innovación de las prácticas educativas. Necesidad del
trabajo multidisciplinario y con el conjunto con otros docentes. Necesidad de adaptarse a
las nuevas expresiones de la sociedad, por ejemplo, los elementos audiovisuales que son
parte de la cultura y que deberían ser incorporados al aula, evitando caer en la clase
magistral como formato arcaico y poco atractivo.
*Necesidad de que la historia sea una herramienta no solo que explique la realidad,
sino que también contribuya a cambiarla* Parecido a la noción de praxis marxista.
(Ser sujeto histórico)
Escuela de hoy: Transmisiva-Tradicional
Escuela creada para las elites (complemento de una cultura familiar). Luego extendida
(amplia cobertura), pero es también un complemento en el que se enfrenta a alumnos que
no tienen esas bases culturales de la élite (aquí aparecen los “desechos” de esa escuela).
Supuestos de este modelo  El alumno es un envase vacío de conocimiento que va a la
escuela a llenarlo. El profesor es el que tiene ese conocimiento para ser depositado en ellos.
La inteligencia es un vacío que se llena acumulando contenido.

En la actualidad se ha cambiado el discurso de lo que debe ser la educación actual (creativa,


crítica, indagativa, etc.), sin embargo, las practicas educativas y los contenidos no han
cambiado mucho.
Hay una obsesión por los contenidos (enciclopedismo, acumulación de información de
manera fragmentada). Compendio light del saber científico, sin considerar las
características propias del alumno (educación sin el estudiante). Se “almacenan” contenidos
y luego se evalúa, reproduciendo lo visto.
Estudio francés: La mayor parte de los profesores creen que lo más importante está en
transmitir conocimientos, dejando en un segundo lugar el comprender el presente o
desarrollar el pensamiento crítico.

Por su parte, la mayor parte de los estudiantes cree que la historia se aprende para aumentar
su cultura general.
Caso español: Para dos niveles de su enseñanza media, lo que más se pide en los exámenes
son conocimientos de hechos históricos y conceptos. Refleja esto que es mayormente es eso
lo que se enseña en el aula. Solo la memorización de estos es más frecuente que la propia
comprensión. En menor medida todavía la aplicación y aun menor es la valoración.
Paradoja de la enseñanza de la historia: Ayudar a entender el presente, pero sin estudiar el
presente.

La enseñanza de la historia, parece no haber variado mucho durante las últimas décadas. El
aprendizaje es tradicional y memorístico-repetitivo. La praxis docente tiende a ser más o
menos la misma: Exposición de contenidos, trabajo con el libro, destacar lo importante,
realizar actividades del texto y luego repasar todo aquello para la evaluación. Se deja de
lado la reflexión o la práctica de habilidades intelectuales más complejas, para rondar en lo
memorístico.
Los estudiantes, por su parte, tienden a ver la materia como algo tedioso, memorístico e
inevitable para conseguir un título, lo cual alimenta un círculo vicioso. Si los estudiantes
ven y entienden la materia de esta forma, los profesores tendrán que adaptarse a enseñar de
dicha manera (no sale en el texto, pero se puede concluir eso).
El currículum puede cambiar, pero el peso de la práctica o la inercia de una praxis
tradicional, sigue ejerciendo su influencia. A su vez, los profesores tienden a adaptarse a
cómo eran sus propios profesores, que modelaron su figura de lo que debe ser un docente.
Existe, por lo tanto, una fuerte resistencia a los cambios por parte del profesorado.

Incapacidad de la escuela para adaptarse a una sociedad distinta de la cual se gestó, presa
de los rápidos cambios históricos de las últimas décadas Sociedad red.
Necesidad de que la enseñanza de la historia contribuya a desarrollar un pensamiento social
que ayude al alumno a entender su sociedad y participar de ella, para por ejemplo,
intervenir a la hora de generar cambios que ayuden a mejorar su presente y futuro.
Modernidad líquida Mundo cambiante, donde la escuela no es capaz de preparar a los
alumnos para que cuando salgan de ella puedan afrontar las demandas de una sociedad que
ha ido cambiando o que los ayude a prever los cambios futuros. La sociedad ya no es tan
estática y rígida como antes, como en la cual se gestó la noción de escuela que aun
prevalece.

Dilema de la socialización (transmisión de valores hegemónicos) y contrasocialización


(valores alternativos)  Perspectivas críticas de la educación.
Necesidad de replantearse el tipo de educación que requieren los tiempos actuales. La
educación debe generar habilidades que permitan a ir reinventándose ante los cambios de
las competencias que se requieran para trabajar en una economía versátil, cuyos modos de
producción puedan ir variando.
Se plantea la necesidad de proyectar la educación más allá de meras habilidades específicas
y ahondar en los elementos que ayudarán a generar ciudadanos que contribuyan a
solucionar las desigualdades, que sean inclusivos, solidarios y respetuosos con los
habitantes de toda nuestra aldea global. En síntesis, ir dejando atrás las conductas que nos
llevaron a las mayores crisis de nuestra historia.
Necesidad de aprender a aprender, aprender a convivir, a adaptarnos a distintos contextos,
aprender a cooperar y trabajar en equipo y aprender a identificar y desarrollar nuestras
potencialidades, tanto a nivel individual como grupal.
“Preparar para la vida”  El profe igual nombró esto en clases
El autor, desde el IRES, propone:
Protagonismo en el estudiante, quienes construyen sus conocimientos y conocen su
entorno. Inculcando una motivación por la indagación y consecuentemente, por su propio
aprendizaje. Necesidad de fomentar la creatividad y la innovación, además de valorar la
diversidad de competencias que cada estudiante posea. Formar ciudadanos capaces de
internalizar un espíritu democrático y que valore el pluralismo, de carácter críticos y activos
que participen en el medio en donde se encuentren, de forma comprometida. Se requiere
tomar nota de sus opiniones, de manera que ellos incidan en su propio proceso de
aprendizaje. (Esto último no aparece, pero se infiere producto de adherir esencialmente a un
paradigma curricular crítico. Lo del protagonismo en el estudiante, también lo ha recalcado
el profe en sus clases).

Contenidos deben incluir competencias para que el estudiante comprenda su mundo y


sea capaz de modificarlo. Constituir una ciudadanía responsable, mediante la
incorporación de temáticas que aborden problemas sociales del presente.
Nuevamente el autor hace hincapié, en la perspectiva constructivista, al señalar que las
problemáticas deben ser abordadas desde diferentes perspectivas para que los alumnos
elaboren sus propias respuestas y conocimiento. Implica dejar atrás la manera tradicional de
promover una visión absoluta de las cosas, con pretensiones de objetividad. Necesidad de
construir gradualmente el conocimiento, dejando espacio al error, no penalizarlo, sino que
aprovecharlo como experiencia para el aprendizaje. Enfocarse en los contenidos que tienen
mayor potencialidad educativa y no tanto en los que menos aporten.
Fomento de la metodología investigativa y el aprender a aprender. La escuela debe
enseñar a cuestionar los contenidos y opinar con libertad y autonomía. Necesidad de que
los contenidos sirvan realmente para la vida y así tengan verdadero sentido. Aprendizaje
investigativo, en torno a problemas sociales y ambientales relevantes. Importancia de
valorar la propia motivación por el aprendizaje y que tanto el proceso como el resultado
valgan.
El docente también debe investigar y aprender, en colaboración con sus estudiantes y el
medio en que se desenvuelve.
Debe contar con recursos modernos y variados, que faciliten el aprendizaje y la
democratización del saber. Que ayuden a que la escuela sea un lugar de intercambio del
conocimiento, donde profesores y alumnos construyan un conocimiento más complejo.
Deben propiciar el trabajo en equipo y cooperación.

Las evaluaciones deben formar parte del proceso formativo y adaptarse a las
individualidades de los estudiantes. Deben alejarse de la memorización y estandarización,
pues genera desigualdades. Además las evaluaciones deben ayudar a mejorar la propia
práctica del docente y la labor de la administración.
Los docentes deben contar con vocación, pues su labor requiere de un gran esfuerzo y
creatividad. Así, debe conectar su saber disciplinar y pedagógico con la práctica, la teoría
aislada no sirve. De esta manera tomará mejores decisiones para guiar su práctica y resolver
las problemáticas que se le presenten.
Es ideal que los profesores cuenten con más tiempo, para atender a la diversidad de
estudiantes, apoderados, coordinar su trabajo con otros docentes, evaluar e investigar su
propia práctica, así como continuar con su formación, etc. Así también pueden mejorar su
propuesta didáctica, diseñar material para el aula, para las evaluaciones, etc. Además, se
debe privilegiar el trabajo más personalizado, con grupos más pequeños de estudiantes por
sala.
Los lugares deben ser originales y acogedores y estar abiertos a la comunidad y
conectados con su entorno. Deben facilitar el diálogo y la interacción. Propone horarios
amplios y flexibles.
La escuela no es sumisión y disciplina. Esto se contrapone a la autonomía, democracia,
cooperación y construcción de ciudadanos.

En esta misma línea, se propone una escuela co-gestionada por toda la comunidad
educativa. Así, tanto estudiantes y apoderados, participan en las decisiones que afectan a
su escuela. Esta debe estar abierta a abordar también los problemas de su entorno,
generando un ambiente de colaboración y compromiso, de todos los miembros de la
comunidad, con la sociedad que integran.
Pública, laica, democrática y de calidad. Puesto que es un derecho que debe ser
garantizado por el Estado. Laica para respetar todas las creencias y no dar lugar a un
adoctrinamiento. De no ser así, no se generaría una educación crítica, autónoma, libre y
comprometida. Así mismo debe ser democrática, para que la participación, contribuya a
superar las injusticias y el diálogo contribuya a la construcción de conocimiento.
La calidad, debe significar dignidad y profesionalización docente. Responsabilidad en crear
una escuela innovadora y actualizada, yendo de la mano con la investigación educativa.
Autor señala un ejemplo para demostrar que es difícil, pero es posible, requiere voluntad y
compromiso.

+ ¿Otra didáctica? El autor señala referentes del pasado que contribuyeron con nuevas
perspectivas para la enseñanza de la historia.
Ahora hay que preguntarse PARA QUÉ enseñar Historia.
Se señala que ayuda a tomar decisiones cotidianas, pues ayuda a formar ciudadanía (parte
de la educación cívica). Se reitera el caso de que muchos docentes no creen que esto sea
relevante, sino que es más bien indirecto (foco estaba en hechos y conceptos).

“La perspectiva crítica de la educación que adoptamos, nos ha llevado a plantear unas
finalidades para la enseñanza de la Historia que tienen como meta principal la formación
para el ejercicio de una ciudadanía responsable, activa, global, crítica y social”
El autor, opta por una línea que denomina de las “educaciones”, en lugar de lo meramente
disciplinar. Señala que da mayor importancia a formar ciudadanía. Así, el fin es lograr una
ciudadanía comprometida, solidaria, crítica, participativa, que pueda contribuir a cambiar y
mejorar el mundo.
Señala unos fines educativos al respecto:

Educar para comprender el presente: Nos remontamos al pasado para entender el


presente, pues la historia debe ayudar a buscar respuestas para las situaciones actuales. No
debe estudiarse el pasado, solo por estudiarse, sino que ahí se buscan elementos para la
comprensión y análisis del mundo en que el estudiante vive. Debemos interesar al alumno
por el presente y desde ahí, recurrir al pasado, para ayudar en la comprensión de su vida
cotidiana, como ciudadano, que debe pensar, criticar y actuar.
Enseñar en valores: Rechazar la desigualdad y exclusión. Fomentar el respeto, la
tolerancia, la convivencia, la cooperación, la justicia, igualdad, participación ciudadana,
etc.
Enseñar habilidades cognitivas y formulación de estrategias para el futuro: Hacer
análisis, comparaciones, contrastes, valoraciones, etc. Alejarlos de nociones dogmáticas
que son contrarias a un verdadero conocimiento científico, el que también está sujeto a
cambios. Prepararlos para los cambios sociales del futuro.
Educar en el abordaje de problemas sociales relevantes: Plantear problemáticas
globales, para poder también conectarlas con problemas locales o de su entorno. Interesarlo
en comprensión de las temáticas actuales, que se viven en todo el mundo, para que entienda
también como afecta su vida cotidiana. En este sentido, es conveniente trabajar mediante la
investigación, para que comprenda estas situaciones.
Formar ciudadanía democrática: Incentivar el debate y el intercambio de puntos de vista
que pueden ser contradictorios, pero de manera que permita la tolerancia y alcanzar
acuerdos o entablar negociaciones. Sin debate, sin práctica, no hay aprendizaje significativo
sobre la democracia.
Valorar y defender el patrimonio histórico y natural: El patrimonio nos conecta más
con la comprensión del pasado y su cultura. Así mismo, nos lleva a valorar y respetar a
otras culturas o sociedades. Son fuentes de conocimiento que deben ser defendidas y
cuidadas, por eso hay que aprender a valorarlas. Esto también contribuye a formar
ciudadanía.
Formar una conciencia de globalidad temporal: Así, forjamos un mejor enlace entre
pasado, presente y futuro. Esencial es trabajar para que los estudiantes puedan plantearse
mejor hacia el futuro, sobre el cual deben reflexionar, discutir, las distintas alternativas de
realidad que puedan presentarse. Así, se desarrollan habilidades para ir adaptándose a los
cambios venideros.

QUÉ ENSEÑAR en Historia.


El currículum, no implica traspasar dichos contenidos mecánicamente al aula, implica que
el profesor en ejercicio de su relativa autonomía, adecúe los contenidos al contexto en que
desarrolla su actividad y para eso debe innovar.
El autor señala que la selección de contenidos debe hacerse en función de qué enseñar
sobre la historia, para que esta sea realmente educativa, es decir, al servicio del desarrollo
integral de los personas. Nombra a su vez referentes, que han antecedido a este respecto
con posturas sobre lo que debe enseñarse. El autor rescata que lo que debe trabajarse es la
temporalidad, es decir, la comprensión del tiempo histórico y las diferentes sociedades
históricas. Rescata además una propuesta de corte crítico, que pone la atención en
contenidos que abarquen el tiempo presente y sus problemas, y desde ahí a la indagación
sobre el pasado. Esto requiere, según el autor, no centrar lo esencial del trabajo en textos,
sino también en otras fuentes de conocimiento.
Desde la historia, el tiempo puede tener distintas variantes que deben ser estudiadas, igual
como los procesos de cambio y continuidad, la duración de estos fenómenos, etc. Las
nociones de interacción, unidad, diversidad, cambio, organización, provienen de fuentes
metadisciplinares. Propone el autor además el estudio de problemas socioambientales y las
sociedades históricas y actuales, es decir, los asuntos que los alumnos deberán enfrentar en
su vida cotidiana. Propone en este sentido también considerar los intereses e ideas del
alumnado, a la hora de seleccionar contenidos. Esto pues los más jóvenes tienen otra
perspectiva de los asuntos y para que se genere un conocimiento significativo y estos se
impliquen más en su propio aprendizaje, se requiere que se incentive esto seleccionando
contenidos ajustados a sus intereses (no significa que solo se enseñe lo que les guste). Es
tarea del profesor intentar sintonizar con sus intereses, mediante el conocimiento de sus
alumnos.
En el sentido anterior, hay que considerar los aportes de la psicología y la neurociencia,
para adecuarse a las estructuras cognitivas y de pensamiento, propias de las distintas etapas
de desarrollo que se viven en relación a la edad, para conectar de esta manera mejor con sus
intereses e incentivar la curiosidad y la resolución de problemas que resulten atractivos y
desafiantes.
Así mismo, los estudiantes poseen unas concepciones que surgen desde su vida diaria o
interacción con su realidad, que son muy difíciles de transformar en el aula (no define las
concepciones, pero es muy similar a la noción de ideas previas). El autor les da una
importancia central en el aprendizaje, pues señala que esas estructuras son instrumentos
para el aprendizaje. Son filtros mediante el cual el alumno interpreta el mundo que le rodea.
Importancia del aprendizaje de lo social, para hacer realmente significativo el aprendizaje
en el aula.
El autor señala luego la dificultad del aprendizaje de historia, pues implica un vocabulario
conceptual bastante amplio y abstracto, nociones temporales, influencias ideológicas,
valores que influyen en el cambio conceptual, uso de la lógica, necesidad de simular el
pasado, relaciones entre individuo y sociedad, causas e intenciones en la historia, empatía
histórica, trabajo con fuentes primarias y secundarias (que deben someterse a un juicio
crítico).
Autor propone algunos ejes para la selección de contenidos, referidos a una educación de la
temporalidad, patrimonial, ciudadana y para la comprensión del presente.

Secuenciación de contenidos
Tradicional: Cuantitativo (más contenido a medida que avanzan los cursos) / Cronológico
(desde los tiempos remotos hasta el presente)
Innovación: Cualitativos (ponen el acento en el estudiante y en la actividad que deben
realizar para aprender). Se plantean distintas corrientes como por ejemplo secuenciar los
contenidos del presente hacia el pasado, estudiar un periodo a fondo, etc.
Autor propone progresión según el grado de entendimiento que poseen los estudiantes de
acuerdo a las características psicológicas propias de la edad.
En el caso de los adolescentes, habla de una visión sistémica y compleja, que permite
comprensión de fenómenos multicausales, tiempo histórico visto más ampliamente y de
manera menos concreta que en los más niños, pues hay más capacidad de abstracción,
entendimiento de las dinámicas de los sistemas, descentración o capacidad para situarse
desde otras perspectivas y considerar simultáneamente distintos aspectos de la realidad.
Facilita esto un tratamiento cíclico de los conceptos, procedimientos y actitudes, pues se
van revisitando progresivamente, agregándole mayor complejidad, así se van construyendo
mejor las visiones de sociedades actuales e históricas. Propone acá ahondar en el pasado,
haciendo una “genealogía” del presente y poner énfasis en las proyecciones a futuro.

Propone organizar los contenidos en torno a problemas. En su caso, no científicos, sino que
problemas de relevancia ciudadana. Que no obstante ser cotidianos y cercanos, no por eso
poco complejos. Requieren de variados tipos de conocimiento para su resolución. Da
algunos ejemplos, por ejemplo, preguntarse de dónde vienen las tradiciones, cómo se
gobernaba antes, cómo será el futuro, etc.
Propone la investigación escolar (de problemas) como metodología didáctica.
Acá el alumno pone en funcionamiento su capacidad de analizar, relacionar y tomar
decisiones, así puede ir generando un cambio conceptual que vaya transformando sus
significados previos. El profesor debe orientar el proceso y el alumno debe ir
progresivamente siendo más participativo hasta que pueda tomar decisiones. Se va
negociando.
Cita al pie, útil para diseñar la clase del certamen: “En esta metodología, para provocar la
investigación del alumno es necesario partir de problemas, con las características que ya
hemos señalado anteriormente. La Neuroeducación también propone comenzar la clase
con algo provocador para a continuación presentar un problema cotidiano que lleve a
despertar al alumno su curiosidad para encontrar una respuesta o solución.”

“La educación es el fuego de los dioses que permite al hombre dominar su vida y su
entorno”
Educar tiene un alto costo, pero merece el esfuerzo y compromiso.

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