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¿Qué es el documento puente?

El texto consolidado de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo de Educación (LOE) presenta una
nueva configuración del currículo en la que las áreas se organizan en asignaturas troncales,
específicas y de libre configuración autonómica, y se traslada el énfasis desde los
contenidos a los criterios de evaluación. Con este objetivo, se incorpora un nuevo
elemento: los estándares de aprendizaje, vinculados a pruebas individualizadas estandarizadas
comparables.

El Real Decreto 1105/2014, de 16 de diciembre, por el que se establece el currículo básico


de la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato, desarrolla los currículos básicos de las
diferentes asignaturas troncales y específicas. Cada currículo se ha organizado partiendo de los
objetivos propios de las etapas así como de las competencias, mediante la configuración de
bloques de contenidos en las materias troncales, criterios de evaluación y estándares de
aprendizaje evaluables en todas las materias. Todos estos elementos serán referentes en el diseño
de la concreción curricular y en la programación docente. Cabe destacar que, por primera vez, los
elementos del currículo se presentan relacionados entre sí.

Por otro lado, la nueva redacción de la LOE modifica la relación de competencias ciñéndose
más a la Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo de 18 de diciembre de
2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente (2006/962/CE). El desarrollo
de las competencias clave se vuelve obligatorio tanto para la Enseñanza básica como para la etapa
de Bachillerato y para la Educación Profesional Básica. Esta nueva propuesta es coherente con los
objetivos del Plan Estratégico para la Formación y el Empleo del espacio europeo (ET2020), pero es
además un elemento clave para la lucha contra el fracaso escolar y para fomentar la
empleabilidad: “Se adopta la denominación de las competencias clave definidas por la Unión
Europea. Se considera que «las competencias clave son aquellas que todas las personas
precisan para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía activa, la
inclusión social y el empleo». Se identifican siete competencias clave esenciales para el
bienestar de las sociedades europeas, el crecimiento económico y la innovación, y se
describen los conocimientos, las capacidades y las actitudes esenciales vinculadas a cada una de
ellas”.
El marco de referencia de la recomendación europea establece ocho competencias clave.
El texto consolidado de la LOE recoge esta propuesta, pero une la competencia en comunicación
en la lengua materna con la competencia en comunicación en lenguas extranjeras, denominándola
competencia en comunicación lingüística. Para el resto de las competencias mantiene la misma
denominación que se les da en el marco de referencia. La Orden ECD/65/2015 de 21 de enero, en
la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de
evaluación de la Educación Primaria, Secundaria Obligatoria y Bachillerato,en su anexo I, hace una
detallada descripción de cada una de las competencias clave.

Las competencias del currículo son, por tanto, las siguientes:


1.º Comunicación lingüística. CCLI
2.º Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología. CMCT
3.º Competencia digital. CD
4.º Aprender a aprender. CAA
5.º Competencias sociales y cívicas. CSC
6.º Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor. SIEE
7.º Conciencia y expresiones culturales. CEC

“Para una adquisición eficaz de las competencias y su integración efectiva en el currículo, deberán
diseñarse actividades de aprendizaje integradas que permitan al alumnado avanzar hacia los
resultados de aprendizaje de más de una competencia al mismo tiempo. Se potenciará el
desarrollo de las competencias Comunicación lingüística, Competencia matemática y
competencias básicas en ciencia y tecnología.”

El documento que presentamos ha sido elaborado por el Servicio de Formación del


Profesorado de la Secretaría Autonómica de Educación e Investigación de la Conselleria de
Educación, Investigación, Cultura y Deporte. Este documento pretende ser un instrumento que
facilite al profesorado el paso del currículo prescrito en el Decreto 87/2015 a las programaciones
didácticas de las diferentes materias de la Educación Secundaria Obligatoria y a la elaboración de
la Unidades didácticas que se desarrollan en las aulas. Es por lo tanto un documento puente.

Las instrucciones de inicio de curso para la organización y funcionamiento de los centros


que imparten Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, establecen la concreción de los
currículos, con la necesaria inclusión de los elementos transversales establecidos por la
normativa vigente, como uno de los elementos principales de los Proyectos Educativos de los
centros. Además la Programación General Anual recoge el conjunto de actuaciones derivadas de
las decisiones adoptadas en el proyecto educativo elaborado en el centro y la concreción del
currículo. Cuando dichas instrucciones se refieren a la Educación Secundaria Obligatoria,
las programaciones didácticas deberán concretar los apartados indicados en el capítulo II, artículo
4 del Decreto 87/2015, de 5 de junio, por el que establece el currículo y desarrolla la ordenación
general de la Educación Secundario Obligatoria y el Bachillerato en la Comunitat Valenciana.

Este documento contiene una parte de la concreción curricular de la etapa de Educación


Secundaria Obligatoria y propone una estructura relacional de los elementos prescriptivos del
currículo; objetivos de etapa, contenidos, criterios de evaluación, estándares de aprendizaje y
competencias clave. La estructura relacional que presenta el documento permite hacer explícita la
integración de las competencias en el currículo incorporando un nuevo elemento de carácter
orientativo con el que se relacionan las competencias: los indicadores de logro

Tal y como los define el texto refundido de la LOE, los estándares de aprendizaje evaluables
son especificaciones de los criterios de evaluación que permiten definir los resultados de
aprendizaje; concretan lo que el alumno debe saber, comprender y saber hacer en cada asignatura.
Los estándares, por tanto, deben ser observables, medibles y evaluables y han de permitir
graduar el rendimiento o logro alcanzado. Su diseño debe contribuir y facilitar el diseño de pruebas
estandarizadas y comparables. El Real Decreto 1105/2014 describe únicamente los estándares
de aprendizaje al finalizar los niveles de 3º y 4º de la etapa de Educación Secundaria
Obligatoria, y son de exclusiva competencia del Gobierno, tanto para las asignaturas troncales
como para las específicas.

Los indicadores de logro están elaborados a partir de los criterios de evaluación y son el
elemento que hace posible graduar para cada nivel de la etapa el rendimiento o logro que el
alumnado debe alcanzar. Garantizan por lo tanto que al finalizar la etapa se alcancen también los
resultados de aprendizaje que establecen los estándares relacionados con cada uno de los criterios
de evaluación de los que parten.

Son elementos elaborados tanto para la instrucción como para la evaluación de los
aprendizajes integrados en las unidades didácticas de las programaciones de aula. Al igual que
los criterios de evaluación, los indicadores de logro están redactados en términos
competenciales como resultados de aprendizaje e incluyen procesos de diferente nivel de
complejidad, contenidos de diverso tipo y contextos de realización adecuados a la naturaleza de la
ejecución de los aprendizajes que evidencian con el objeto de posibilitar su observación y
evaluación en contextos reales. Se han secuenciado, como los criterios de evaluación, de forma
progresiva y diferenciada para facilitar la identificación y evaluación de los aprendizajes básicos de
cada nivel permitiendo así la atención a la diversidad desde las programaciones de aula y la
continuidad de los aprendizajes entre los niveles de la etapa de Educación Secundaria Obligatoria y
con la etapa de Educación Primaria.

Los indicadores de logro, al concretar de forma precisa y detallada los resultados de


aprendizaje que el alumnado debe alcanzar, se pueden relacionar con las competencias con mayor
precisión que los criterios de evaluación de los que parten, permitiendo la programación y
evaluación conjunta de contenidos y competencias.

El carácter orientativo de los indicadores de logro permitirá a los centros adaptarlos a su


contexto y alinearlos con sus planteamientos metodológicos. Ahora bien, si los equipos docentes
deciden realizar esta tarea, deben poner especial cuidado en que no se desvirtúe la relación de los
indicadores de logro con las competencias que aparecen relacionadas con los criterios de
evaluación y en respetar la progresión diferenciada con la que se han secuenciado para facilitar la
atención a la diversidad.

El documento se ha presentado en un formato que permite visualizar la progresión de los


elementos que interrelaciona a lo largo de todos los niveles de la etapa. Permite visualizar
también, para cada uno de los indicadores de logro, los niveles de competencia que harán posible
la programación y evaluación de los aprendizajes de refuerzo o ampliación y realizar las
adaptaciones curriculares individuales significativas para el alumnado con necesidad
específica de apoyo educativo, facilitando así su inclusión.

El documento, además, permite que a partir de él se elaboren las concreciones curriculares


de nivel que formarán parte de las programaciones didácticas. De este modo se presentan los
elementos del currículo de la materia con una estructura relacional que integre las competencias
clave y haga visibles las relaciones de estos elementos con los estándares de aprendizaje y los
objetivos generales de etapa.

A partir de los indicadores de logro, siempre vinculados a los criterios de evaluación a


través de sus identificadores (siglas y numeración), se han construido los perfiles de área que
menciona la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las
competencias, los contenidos y criterios de evaluación de la Educación Primaria, la Educación
Secundaria Obligatoria y el Bachillerato.

De la misma forma, a partir de los criterios de evaluación y los indicadores de logro, se


pueden construir los perfiles de cada una de las competencias para cada nivel educativo. Estos
perfiles competenciales permiten establecer de forma precisa la contribución que cada materia
realiza al desarrollo de cada una de las competencias clave desde cada nivel.

Los perfiles de competencia pueden contribuir también a la necesaria alineación de las


evaluaciones externas con las evaluaciones curriculares y facilitar al profesorado la elaboración de
los consejos orientadores de cada uno de los niveles de la etapa de Educación Secundaria
Obligatoria en dónde se especifica el grado de adquisición de las competencias por parte del
alumnado que la finaliza.
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