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INSTITUTO TECNOLOGICO DE OAXACA.

INGENIERIA EN ELECTRONICA

HOJA DE PRESENTACION.

NOMBRE DE LA INVESTIGACION: TRANSTORNO DE


ANSIEDAD

CATEDRATICO: FLORIBERTO DE LA ROSA CANSECO

NOMBRE EL ALUMNO: Garrido Alvarez Braulio

SEMESTRE: 1ro

GRUPO: I-EEB
INDICE

I. INTRODUCCION ……………………………………………………………………….

II. PLANTAMIENTO DEL PROBLEMA ………………………………………………….

III. OBJETIVO………………………………………………

IV. JUSTIFICACION……………………...

V. MARCO TEORICO……………………………………

Vl. ANTECEDENTES……………………….
INTRODUCCION
La ansiedad es la más común y universal de las emociones. Es sinónimo de
congoja, preocupación, desasosiego ante acontecimientos futuros o situaciones de
incertidumbre. Es la anticipación temerosa de peligro inminente acompañada de
un sentimiento intenso y displacentero o de síntomas físicos ubicados en cualquier
región de la geografía corporal. Implica el presentimiento de que algo grave le va a
ocurrir al sujeto.

Se afirma a menudo que el tipo de vida de la sociedad actual tecnológica,


urbanizada y competitiva genera mucha ansiedad. Sin embargo ansiedad ha
habido siempre en toda época. Es impensable la vida sin ella. Cierto grado de
ansiedad está presente en nuestras vidas cotidianas. Existe una ansiedad normal,
ligada a las situaciones que vivimos, que cumple una función adaptativa y prepara
al individuo para la ejecución de tareas o alerta frente a posibles amenazas. Sin
embargo, la ansiedad puede ser patológica cuando no se presenta como
respuesta proporcionada frente a un estímulo o si su intensidad y duración
exceden de los límites aceptables. En tales condiciones pierde su función de
adaptación y se convierte en un problema para el individuo.

En términos generales, la ansiedad normal es menos acentuada, más ligera y no


implica una reducción de la libertad personal. Por el contrario, la ansiedad
patológica, elemento nuclear de los trastornos de ansiedad, es desproporcionada
con las situaciones o se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. Es
más corporal. Compromete el funcionamiento del individuo provocando un déficit
funcional y un malestar que impulsa frecuentemente al sujeto a pedir ayuda
médica.

Durante las tres últimas décadas, hemos sido testigos del considerable progreso
que ha tenido lugar en el tratamiento y comprensión de los trastornos de ansiedad,
que son los más comunes de todas las enfermedades psiquiátricas Claramente
nuestros horizontes se amplían rápidamente, la neuroquímica abre puertas
esperanzadoras, la genética y la imaginería cerebral están descifrando los
complejos entresijos de la fisiopatología de la ansiedad y la psicofarmacología nos
brinda nuevas moléculas con mecanismos innovadores y fácil manejo. Estos
avances han posibilitado también las intervenciones eficaces no solo por parte del
especialista sino también del médico de atención primaria y en general del médico
no psiquiatra que constituye realmente el principal interlocutor del paciente con
alteraciones emocionales y que debe estar capacitado no solo para comprender y
identificar los trastornos emocionales de su clientela sino además para
comprometerse en una auténtica actividad terapéutica.

Sin embargo, los estudios epidemiológicos demuestran una cruel paradoja. Al


mismo tiempo que avanzan nuestros conocimientos y mejora la eficacia de los
medios de tratamiento, se constata que un alto porcentaje de las personas que
padecen trastornos emocionales no son identificados y, por consiguiente , no
reciben tratamiento adecuado ni se benefician de los avances de la investigación
en este campo. En el estudio realizado por la O.M.S. sobre los problemas
psicológicos de los médicos de atención primaria, realizado en centros de 14
países, se constató una prevalencia puntual del trastorno de ansiedad
generalizada del 12 % de las primeras consultas. No obstante, a pesar de esta
tremenda morbilidad, los trastornos de ansiedad son infradiagnosticados y no
tratados adecuadamente. Cerca de la mitad de los pacientes del estudio
internacional, afectos de un trastorno de ansiedad, no fueron identificados por los
médicos de familia.

Evidentemente se requieren más esfuerzos educativos para reducir esta brecha.


PLANTAMIENTO DEL PROBLEMA

La ansiedad es una respuesta emocional que se presenta en el sujeto ante


situaciones que percibe o interpreta como amenazantes o peligrosas, aunque en
realidad no se pueden valorar como tal, esta manera de reaccionar de forma no
adaptativa, hace que la ansiedad sea nociva porque es excesiva y frecuente. Es
por esto que la ansiedad es considerada como un trastorno mental prevalente en
la actualidad, ya que engloba toda una serie de cuadros clínicos que comparten,
como rasgo común, extrema de carácter patológico, que se manifiesta en múltiples
disfunciones y desajustes a nivel cognitivo, conductual y psicofisiológico. Estos
factores son expresados en diferentes ámbitos como el familiar, social o bien el
laboral. Es precisamente en este último donde el presente estudio de investigación
experimental se llevó a cabo, teniendo como su principal objetivo la disminución
de los niveles de ansiedad del personal de una organización financiera a través de
la implementación de un método y ejercicios mentales (MENTAL GOLD). Para el
desarrollo de dicho estudio se contempló el apoyo del diseño pretest y postest con
división de grupo control y experimental, fortaleciendo así los principios de
confiabilidad y validez, los cuales se reflejaron en los resultados, ya que se
presentó una reducción de la ansiedad.

Un análisis de la Organización Europea para la Salud en el Trabajo mencionó que


en Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México) los trabajadores
latinoamericanos presentan un cuadro en donde el 13% se queja de dolores de
cabeza, un 17% dolores musculares, 30 % dolor de espalda, 20 fatiga y 28%,
componentes de ansiedad. Definitivamente, la ansiedad y sus efectos traen
consigo un desgaste emocional y comportamental demasiado serio y complicado.
Ante esto, el presente estudio de investigación ofrece una propuesta para mejorar
esa salud mental especialmente en el ámbito laboral y, por ende, para que esta
actitud de mejoría se refleje en otros, como la familia y sociedad.
OBJETIVOS

Establecer la percepción de los pacientes adultos con trastornos de ansiedad acerca del
conflicto de cualquier caso como la razón principal de su padecimiento.

Objetivos específicos Caracterizar a la población que consulta en la unidad de salud


general de diagnosticados con trastornos de ansiedad.

Establecer la relación de los eventos del conflicto con la persistencia de los trastornos de
ansiedad.

Identificar estilos de vida que puedan contribuir al desarrollo de trastornos de ansiedad en


la población.
JUSTIFICACION

La alta prevalencia de los trastornos mentales se relaciona con las


transformaciones de nuestra sociedad, la falta de apoyo familiar y social, la
soledad, el aumento de las patologías orgánicas crónicas relacionadas con el
aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población.
MARCO TEORICO

El termino Ansiedad, proviene del Latían “Anexitas”, .Es un estado de malestar


psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad,
inseguridad o desosiego ante lo que se evidencia una amenaza inminente y de
causa indefinida. La diferencia entre la ansiedad normal y la patológica es que
esta última se basa en una valoración irreal o distorsionada de la amenaza.
Cuando la ansiedad es muy severa y aguda, puede llegar a paralizar al individuo,
transformándose en pánico. La OMS plantea que existen datos en donde se refleja
que el 20% de toda la población mundial sufre de ansiedad. El número estimado
de personas que en un determinado momento de sus vidas presentaran ansiedad
es de 400 millones de personas en el mundo. En los países desarrollados como
estados Unidos existen unos 40 millones (18.1 %) de la población entre los 18 y
54 años de edad con este tipo de problemas. En la actualidad los Trastornos de
Ansiedad son considerados como el trastorno mental más común en los Estados
Unidos, en algún momento de sus vidas se prevee que cerca del 25% de la
población experimenta algún tipo de Trastorno de Ansiedad. Cerca de 5.2 millones
de norteamericanos entre los 18-54 años (3.6%) de la población padece cada año
estrés postraumático. Este trastorno puede originarse a cualquier edad incluso en
la infancia como respuesta a cualquier evento traumático. Es normal sentirse
ansioso en algunos momentos, en especial, si tu vida es estresante. Sin embargo,
la ansiedad y la preocupación excesivas y continuas que son difíciles de controlar
e interfieren en las actividades diarias pueden ser signo de un trastorno de
ansiedad generalizada. Es posible padecer un trastorno de ansiedad generalizada
en la niñez o en la edad adulta. El trastorno de ansiedad generalizada tiene
síntomas similares a los del trastorno de pánico, el trastorno obsesivo compulsivo
y otros tipos de ansiedad, pero todas son enfermedades diferentes. Vivir con
trastorno de ansiedad generalizada puede ser un desafío de largo plazo. En
muchos casos, se produce junto con otros trastornos de ansiedad o emocionales.
En la mayoría de los casos, el trastorno de ansiedad generalizada mejora con
psicoterapia o medicamentos. También puede ser útil hacer cambios en el estilo
de vida, aprender a hacer frente a desafíos o situaciones y practicar técnicas de
relajación.
ANTECEDENTES

La ansiedad es un síntoma muy común en la mayoría de las personas; todos en


algún momento de nuestras vidas hemos sentido ansiedad en respuesta a
numerosos eventos, pero en algunas ocasiones la ansiedad se presenta también
sin un desencadenante aparente; la ansiedad tiene un fin determinado, la
supervivencia del individuo; cuando nos enfrentamos a un peligro nuestro
organismo se prepara para defenderse o para huir, es decir, se prepara para
sobrevivir; entre los cambios que se producen para esta supervivencia hay físicos
y psicológicos; los físicos incluyen incremento de la frecuencia cardiaca y del flujo
sanguíneo hacia los músculos esqueléticos, tensión muscular; piel fría por
disminución de la circulación sanguínea a este nivel; incremento de la presión
arterial; sensación de mareo, náusea, etc.; entre las sensaciones psicológicas
podemos contar la sensación inicial de miedo que nos moviliza para alejarnos del
peligro,; la sensación más intensa de pánico y la sensación de muerte inminente,
es decir, de que en ese preciso momento podemos morir; todos las sensaciones
anteriores sirven, como hemos dicho, para movilizarnos y alejarnos del peligro,
para sobrevivir; pero cuando todas estas respuestas ocurren en situaciones que
no lo requieren, entonces empezamos a hablar de un trastorno de ansiedad, y los
síntomas son todas las sensaciones ya descritas.

Pero cuando ya se trata de un trastorno de ansiedad los síntomas pueden ir en


aumento; inicialmente podemos sentir ansiedad de baja intensidad en situaciones
determinadas, posteriormente esta ansiedad incrementa en gravedad hasta
volverse pánico; y las situaciones se extienden a otras similares, es decir, que si
inicialmente nos producía ansiedad caminar solos de noche, después ya nos
produce ansiedad el solo hecho de salir a la calle, agravándose los síntomas hasta
tener una verdadera crisis de pánico.

La crisis de pánico es la forma más grave de un trastorno de ansiedad; es


bastante frecuente y muy incapacitante; sin previo aviso comenzamos a tener
miedo, pánico, sensación de muerte inminente, se eleva la frecuencia cardiaca y la
presión arterial, sentimos mareos, náuseas, sensación de dolor en el pecho, falta
de respiración, sudoración fría, entre otros; al paso de los minutos estas
sensaciones van disminuyendo hasta desaparecer por completo, pero nos dejan la
sensación de que ocurrirán en cualquier momento, lo que nos incapacita para
llevar una vida normal.

Los trastornos de ansiedad están descritos en el Manual Diagnóstico y Estadístico


de los trastornos mentales (DSM IV), el cual los clasifica como: trastorno de
angustia, agorafobia, fobia específica, fobia social, trastorno obsesivo compulsivo,
trastorno por estrés postraumático y trastorno de ansiedad generalizada.

La agorafobia se caracteriza por la aparición de ansiedad o comportamientos de


evitación en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil o
embarazoso o bien donde sea imposible encontrar ayuda en caso de que
aparezcan síntomas de ansiedad.
La fobia específica se caracteriza por la presencia de ansiedad como respuesta a
la exposición a situaciones u objetos específicos temidos.

La fobia social se caracteriza por la presencia de ansiedad en situaciones sociales


o actuaciones en público.

El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones,


que causan mucha ansiedad, y compulsiones, que tienen como fin neutralizar la
ansiedad.

El trastorno por estrés postraumático se caracteriza por la re experimentación de


acontecimientos altamente traumáticos, con síntomas de activación y
comportamientos de evitación.

El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por la presencia de ansiedad


y preocupaciones excesivas y persistentes, durante al menos 6 meses.

El trastorno de angustia (o trastorno de pánico) se caracteriza por la aparición


súbita de síntomas de aprehensión, miedo pavoroso o terror, acompañados
habitualmente de sensación de muerte inminente; es una patología frecuente,
desagradable y, a menudo , invalidante; para diagnosticarla las crisis no pueden
obedecer a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o de un trastorno
médico.

Una crisis de angustia se caracteriza por la aparición aislada y temporal de miedo


o malestar de carácter intenso, que se acompaña de al menos 4 de un total de 13
síntomas somáticos o cognoscitivos; la crisis se inicia de forma brusca y alcanza
su máxima expresión con rapidez, en 10 min o menos, acompañándose a menudo
de una sensación de peligro o de muerte inminente y de una urgente necesidad de
escapar; los 13 síntomas somáticos o cognoscitivos son: palpitaciones,
sudoración, temblores o sacudidas, sensación de falta de aliento o ahogo,
sensación de atragantarse, opresión o malestar torácicos, náuseas o molestias
abdominales, inestabilidad o mareo (aturdimiento), desrealización o
despersonalización, miedo a perder el control o volverse loco, miedo a morir,
parestesias y escalofríos o sofocaciones.

La mayoría de los síntomas de las crisis de angustia son somáticos más que
emocionales; quizá esto explique la frecuencia de presentación de los pacientes
con un trastorno de angustia en las consultas de medicina general, y la elevada
tasa de utilización de servicios médicos por estos pacientes.

La crisis de angustia puede aparecer en todos los trastornos de ansiedad; pueden


aparecer sin un desencadenante previo, o en respuesta a un estímulo ambiental.

El nombre de trastorno de pánico proviene del dios griego Pan, dios de los
rebaños, bosques y campos, quien era conocido por asustar repentinamente a los
seres humanos y animales de manera espontánea; el carácter espontáneo de los
ataques de angustia es la característica principal que identifica al trastorno.

El trastorno de pánico ha existido desde el principio de la historia, Hipócrates


presentó varios casos alrededor del 400a.c. una de las primeras descripciones de
la era moderna fue realizada por Benedickt en 1870 en la que constataba la
existencia de pacientes que presentaban ansiedad súbita y mareos en lugares
públicos.

Los ataques de pánico producen un miedo muy intenso y los pacientes temen
lógicamente padecerlos, se preocupan y sienten ansiedad ante la posibilidad de
reaparición del ataque, esta es la ansiedad anticipatoria; un número importante de
individuos continúan desarrollando miedo y evitación a las situaciones asociadas
con los ataques de pánico, sienten a menudo la necesidad de huir o acudir a un
sitio seguro como su propio hogar; la agorafobia (o miedo a salir) complica a
menudo el trastorno; más de tres cuartas partes de los pacientes refieren evitación
agorafòbica.

El trastorno de pánico oscila entre el 3 y 8% en la atención primaria, y al menos un


50% de los casos no son detectados.

Es al menos dos veces más prevalente en mujeres que en hombres; su inicio


parece tener dos picos: el primero de los 15 a 24 años, y el segundo de los 45 a
los 54 años.

Las pruebas de laboratorio sugieren la participación de los sistemas de


noradrenalina cerebral en el trastorno de pánico.

En cuanto al tratamiento, la mayoría de los autores está actualmente de acuerdo


en que los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS), como la
paroxetina y la sertralina, constituyen el tratamiento de elección; de igual manera
son eficaces la benzodiacepinas de alta potencia como el alprazolam y el
clonazepàn

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