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Alteridad: “Alteridad es todo aquello que se nos escapa al concepto” El concepto de diversidad

revela por sí mismo que es imposible definir la variedad del humano, porque una vez que
entramos en esa suerte de ejercicio de categorización, algo siempre se nos va a escapar, algo que
no tiene nombre, algo que no sabemos y sería ridículo jugar el ejercicio de aumentar cada vez más
los casos nativos, los casos concretos de la diversidad. Porque aun así, cuando yo tengo diversidad
de género obviamente tendría que entrar en la diversidad de género y, a su vez, multiplicar la
diversidad de género por otro tanto. Y en esa multiplicación de la diversidad de género, tendré
otra vez un profundo etcétera que no sabemos qué quiere decir. Cuando yo entro en la diversidad
llamada discapacidad, lo mismo me pasa, hay un resto, hay un residuo, y para mí, ese resto, ese
residuo, eso que no sabemos, eso que no podemos conceptualizar es alteridad. Justamente ahí,
donde no hay identificación del otro, ahí donde no le podemos dar un nombre, ahí donde no
sabemos qué es, ahí donde no sabemos qué le pasa, ahí donde no sabemos qué nombre darle, eso
es lo que la filosofía en general ha llamado alteridad. El misterio del otro, aquello que no puede
ser gobernado por un concepto, por un nombre, por un título, por una etiqueta; esto no viene a
dar la potencialidad del concepto de diversidad, sino que le plantea un límite, el mismo limite que
se ha planteado previamente a otros conceptos que forman parte de esta historia. El límite del
concepto está justamente en que no puede revelar la alteridad, no la puede detallar porque
siempre algo se le escapará y en la propia dinámica de lo humano siempre habrá un resto que no
puede clasificarse. Para mí el concepto de diversidad va detrás del concepto de alteridad, es decir,
va detrás de la necesidad de definir al otro, pero nunca lo alcanza. Y digo, está muy bien que no lo
alcance. Porque no basta con llamar diversidad al otro, porque tal vez, desde el lugar del otro esa
palabra no tenga demasiado sentido, y sobre todo, porque creo que siempre hay un lugar del otro
que debe ser autónomo a nuestros conceptos. Un lugar del otro, con una suerte de lugar vital,
donde la vida del otro no puede ser encerrada, en lo que sabemos.”

Desafío pedagógico: educar a todos y a cada uno, como una frase indisociable, como
lamentablemente estas frases están históricamente disociables, porque o se educa a todos sin
importar quién es cada uno o se entra en un cierto proceso obsesivo de saber bien quién es cada
uno para educar a cada uno, y sin embargo me parece que la frase que más cabe, que la actitud
ética que más cabe es cuando uno plantea: la educación es para todos y para cada uno, sin tomar
aire en el medio, sin hacer una pausa en el medio, sin que haya una ruptura o contradicción entre
estas posibilidades. Para mi, si hay cambio en la educación, gracias a la idea de diversidad, debería
ser formulado bajo la mirada de esa educación para todos y para cada uno.

¿Quién es el otro? La pregunta en pedagogía no es tanto quién es el otro, quién soy yo, sino la
pregunta en pedagogía es: qué pasa entre nosotros.

Estar juntos: toda la energía y el esfuerzo puestos en el proyecto pedagógico tendrá que ver con
entender: que pasa entre nosotros estando juntos? Y no, qué le pasa a los otros estando aquí, ni
qué me pasa a mí, estando ellos aquí. Ya no se trataría tanto de “sujetos” como de “predicados”.
El predicado es lo que pasa entre nosotros, son esas acciones comunes, posibles o imposibles,
arduas o simples, pero que caracterizan un proyecto pedagógico, cualquiera sea. Lo que define un
proyecto pedagógico es lo que pasa entre nosotros. Lo que pasa entre nosotros es esa persistente
tendencia a tematizar al otro: lo que es importante entre nosotros es que yo pueda hacer un tema
de ti. Lo que me pasa con la infancia se refleja en que yo pueda hablar acerca de la infancia. La
tematización significa transformar un sujeto, una acción, otro en un tema.

Relacionarnos con temas y no con acciones, especialistas en. Eludiendo lo que pasa entre nosotros

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