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EMPLEADOS PÚBLICOS: CONCEPTO Y CLASES

Son empleados públicos quienes desempeñan funciones retribuidas


en las Administraciones Públicas al servicio de los intereses
generales.
Los empleados públicos se clasifican en:
a) Personal funcionario de carrera. Son funcionarias y
funcionarios de carrera quienes, en virtud de nombramiento legal,
tengan vinculación a una Administración Pública por una relación
estatutaria regulada por el Derecho Administrativo para el
desempeño de servicios profesionales retribuidos de carácter
permanente.
b) Personal funcionario interino. Son funcionarias y funcionarios
interinos aquellas personas que, por razones expresamente
justificadas de necesidad y urgencia, son nombradas como el
personal al servicio de las Administraciones Públicas tales para el
desempeño de funciones propias del personal funcionario de
carrera, cuando se dé alguna de las siguientes circunstancias:
— La existencia de plazas vacantes cuando no sea posible su
cobertura por personal funcionario de carrera.
— La sustitución transitoria de los titulares.
— La ejecución de programas de carácter temporal.
— El exceso o acumulación de tareas por plazo máximo de seis
meses, dentro de un período de doce meses.
c) Personal laboral fijo. Es personal laboral fijo aquella persona
que, en virtud de un contrato de naturaleza laboral, ocupa puestos
de trabajo reservados con tal carácter en las relaciones de puestos
de trabajo.
d) Personal laboral temporal. Es personal laboral temporal la
persona contratada, con un contrato de naturaleza laboral, para la
realización de tareas de duración determinada, con sujeción a las
modalidades vigentes de contratación temporal.
e) Personal eventual. Es personal eventual quien, en virtud de
nombramiento y con carácter no permanente, desempeña puestos
de trabajo que, considerados de confianza o asesoramiento especial
están reservados a personal funcionario no laboral, y figuran con
tal carácter en las relaciones de puestos de trabajo.
f) Personal directivo profesional. Es personal directivo aquél que
desarrolla funciones directivas profesionales en las
Administraciones Públicas, definidas como tales en las normas
específicas de cada Administración. La figura del directivo
profesional es una figura novedosa introducida por el EBEP en
nuestra legislación.
La Constitución define el funcionarial como el régimen general del
empleo público, si bien es cierto que cada vez es más recurrente el
uso que hacen las Administraciones Públicas de la contratación
laboral. El EBEP establece que, en todo caso, corresponden
exclusivamente al personal funcionario, el ejercicio de las
funciones que impliquen la participación directa o indirecta en el
ejercicio de las potestades públicas o en la salvaguardia de los
intereses generales del Estado y de las Administraciones Públicas.

El concepto de funcionario público


20- Respecto de los artículos 143 a 145 correspondientes a la Fiscalía de
Investigaciones Administrativas, se los sujeta a revisión, en especial cuando
refiere a la investigación de las conductas de funcionarios y agentes. Al efectuar
dicha distinción, podría dar lugar a equívocos acerca de cuál es su verdadero
ámbito de actuación. Si su función es relativa a la instrucción de sumarios
administrativos, los únicos pasibles de ser sumariados y eventualmente
sancionados, son los agentes permanentes regidos hoy por la Ley 4.067,
quedando excluidos, por ende, los funcionarios políticos.
Si en cambio, su competencia también comprende la de intervenir como
denunciante o acusador en procesos penales, su espectro subjetivo se amplía,
aunque podría generar conflictos de competencia con la atribuida al Ministerio
Público.
En punto al concepto normativo de “funcionario público”, la Procuración del
Tesoro de la Nación ha dicho que es “...quien declara o ejecuta la voluntad estatal
para realizar un fin público, debiendo entenderse por fin público o por servicio
estatal, no sólo lo relativo al desenvolvimiento estricto de la Administración
Pública, sino también todos aquellos fines o servicios conducentes a la
prosperidad o bienestar general que el Estado toma a su cargo, alcanzando
incluso a las empresas económicas mixtas.
Resulta encuadrable, por tanto, en la definición contenida en el Código Penal,
cuando en su Art. 77 expresa que “Por los términos “funcionario público” y
“empleado público”, usados en este código, se designa a todo el que participa
accidental o permanentemente del ejercicio de funciones públicas sea por
elección popular o por nombramiento de autoridad competente”.
La Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción - aprobada por Ley
26.097 - prescribe en su Art. 2o que a los efectos de la presente Convención:

“a) Por "funcionario público" se entenderá: i) toda persona que ocupe un cargo
legislativo, ejecutivo, administrativo o judicial de un Estado Parte, ya sea
designado o elegido, permanente o temporal, remunerado u honorario, sea cual
sea la antigüedad de esa persona en el cargo; ii) toda otra persona que desempeñe
una función pública, incluso para un organismo público o una empresa pública, o
que preste un servicio público, según se defina en el derecho interno del Estado
Parte y se aplique en la esfera pertinente del ordenamiento jurídico de ese Estado
Parte; iii) toda otra persona definida como "funcionario público" en el derecho
interno de un Estado Parte. No obstante, a los efectos de algunas medidas
específicas incluidas en el capítulo II de la presente Convención, podrá
entenderse por "funcionario público" toda persona que desempeñe una función
pública o preste un servicio público según se defina en el derecho interno del
Estado Parte y se aplique en la esfera pertinente del ordenamiento jurídico de ese
Estado Parte;...”
Teniendo en cuenta el concepto normativo apuntado, vemos que se utilizan de
manera indistinta los términos funcionario, empleado o agente público, pues a los
efectos del régimen aplicable, carece de trascendencia jurídica la distinción,
utilizada tan sólo desde un punto de vista didáctico o académico. No obstante, la
responsabilidad disciplinaria sólo se aplica, prima facie, al personal permanente
que goza de la garantía de estabilidad propia

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