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PROFESION:
Derecho y Ciencia Políticas
DOCENTE:
Robalino cardenas, Sissy karen
CICLO:
VII
TEMA:
“Deberes del Abogado, el Código de Ética y el Decálogo del Abogado de
Couture
PUCALLPA – PERU
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DEDICATORIA
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INTRODUCCION
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“DEBERES DEL ABOGADO, EL CÓDIGO DE ÉTICA Y EL DECÁLOGO DEL
ABOGADO DE COUTURE”
1. SECRETO PROFESIONAL:
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Al respecto, el artículo 12 del Código de Ética Profesional de la Barra de
Abogados, estipula:
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Cuando el agente sea servidor público, se le impondrá, además, destitución e
inhabilitación de seis meses a tres años.
2. HONORARIOS ADECUADOS
Sin embargo, para que un abogado fije sus honorarios en forma equitativa y
apropiada, es necesario que considere además del trabajo realizado y la
responsabilidad que el mismo implique, diversos factores como los siguientes
(art. 35 del Código de Ética Profesional de la Barra de Abogados):
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g) El grado de participación en el estudio, planteamiento y desarrollo del
asunto, así como el del éxito alcanzado y su trascendencia.
Por otro lado, y toda vez que la abogacía ha significado un servicio que
pretende el beneficio de la comunidad, se considera que el abogado tiene la
obligación de ayudar y defender a los más necesitados cobrándoles tarifas
simbólicas, y hasta en ocasiones trabajar para ellos sin recibir retribución
alguna.
Contrato de quota-litis:
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IV. Los interventores nombrados por el testador o por los herederos;
Es obvio que quien contrata los servicios de un abogado necesita sentir que
éste le será fiel desde el principio, que no lo va a abandonar o traicionar, y que
siempre utilizará toda su imaginación, creatividad e inteligencia para
contrarrestar los argumentos del litigante opositor.
Art. 2589. El procurador o abogado que acepte el mandato de una de las partes
no puede admitir el del contrario, en el mismo juicio, aunque renuncie el
primero.
II. Asista o ayude a dos o más contendientes o partes con intereses opuestos
en un mismo negocio o negocios conexos, o acepte el patrocinio de alguno y
admita después el de la parte contraria en un mismo negocio;
Por otro lado, el Código Civil antes citado, al referirse a las obligaciones de los
profesores sujetos a un contrato de prestación de servicios profesionales,
estipula que éstos no deben abandonar a sus clientes:
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Por su parte el Código Penal citado sanciona este proceder de la siguiente
manera:
En el capítulo quinto del título vigésimo primero del Código Penal para el
Distrito Federal, quedan descritos y sancionados los “Delitos de abogados,
patronos y litigantes”, destacando, entre otros, el conocido como “chicana” o
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simulación, esto es, aquella forma de actuar que va en contra del deber de
lealtad, de la verdad, de la justicia y de la seguridad jurídica.
Por otro lado, cuando se patrocinan causas injustas para demostrar lo que no
existe o para lograr la absolución del culpable, normalmente se hace uso de
pruebas inexistentes o recursos improcedentes, situación que desde cualquier
punto de vista es inmoral.
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rechacen siempre situaciones o elementos que fomenten el cohecho y el tráfico
de influencias.
Art. 272. Al servidor público que por sí o por interpósita persona, solicite o
reciba indebidamente para sí o para otro, dinero o cualquier otra dádiva, o
acepte una promesa, para hacer o dejar de hacer algo relacionado con sus
funciones, se le impondrán las siguientes sanciones:
Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los
ignorantes que presumen de agudos.
Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que
las informaciones del rico.
Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por
entre los sollozos e importunidades del pobre.
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Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la
ley al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del
compasivo.
Por estas razones, es conveniente fomentar en los alumnos que inician sus
estudios de derecho, la necesidad de que formen su biblioteca, con sus libros
de texto y consulta, revistas de actualización, códigos, leyes y jurisprudencia.
También podemos mencionar los discos que contienen jurisprudencia, leyes,
Diarios Oficiales.
Por su parte, el Código Penal del DF, cuando regula los “Delitos de abogados,
patronos y litigantes”, establece en la fracción VI del artículo 319:
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Si el responsable de los delitos previstos en este artículo es un defensor
particular, se le impondrá, además, suspensión de seis meses a cuatro años en
el ejercicio de la profesión. Si es defensor de oficio, se le destituirá del cargo y
se le inhabilitará de seis meses a cuatro años para desempeñar otro empleo,
cargo o comisión.
-Frente al cliente
9. PROBIDAD Y BUENA FE
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El que abusa de su impunidad, inventa o desnaturaliza los hechos, trunca o
falsifica documentos, invoca mistificando la doctrina o el derecho es sólo, un
mercader de palabras, de mentiras y de injurias.
“La rectitud de la conciencia es mil veces más importante que el tesoro de los
conocimientos. Primero, es ser bueno, luego, ser firme, después ser prudente,
la ilustración viene en cuarto lugar y la pericia en el último.” (Ossorio y
Gallardo)
A los tribunales debe entrarse con espíritu puro y confiar en que sobre
cualquier influencia o recomendación, el mejor medio para lograr el éxito es
sencilla, oscura y modestamente tener razón. (Calamandrei)
Por lo que toca al funcionario público (art. 221 Penal) se regula como delito el
tráfico de influencias que se comete por el servidor público cuando por sí o por
interpósita persona, promueva o gestione la tramitación o resolución ilícita de
negocios ajenos a su empleo, así como cuando promueva cualquier resolución
a la realización de cualquier acto que produzca beneficios económicos para sí,
o para su cónyuge o parientes hasta el cuarto grado o para personas con las
que tenga vínculos afectivos, económicos o de dependencia administrativa.
Los abogados que reciban una iguala, que presten sus servicios en virtud de un
contrato de trabajo y para los funcionarios públicos, se establece que estarán
obligados, en principio, a aceptar los asuntos que se les encomienden; pero
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deberán excusarse de atender un caso concreto cuando sea contrario a sus
convicciones.
Entre los abogados debe haber fraternidad y respeto recíproco, sin que influya
en ellos la animadversión de las partes; deben ser caballerosos con sus
colegas y facilitarles la solución de inconvenientes momentáneos cuando por
causas que no les sean imputables, como ausencia, duelo o enfermedad o
fuerza mayor, estén imposibilitados para prestar sus servicios.
Historia:
A la edad de 45 años, Eduardo Juan Couture Etcheverry, el gran jurista
uruguayo, impartió una conferencia en el Colegio de Abogados de Buenos
Aires, reproducida en el Boletín del mismo de 1949. Tiene como génesis un
esbozo publicado en la Revista de Derecho Procesal de 1948, de donde nace
una pequeña obra jurídica de enorme contenido ético, quizá de los más
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famosos textos de la literatura en la materia, Los mandamientos del abogado,
mejor conocido como El decálogo del abogado.
La relevancia de la obra de Couture se extiende a diversos ámbitos, pero el
título señalado ya de por sí indica por qué alcanzó gran reconocimiento entre
las principales figuras del mundo jurídico, pues es (se estima en el ámbito
legal) lo que todo abogado debe tener presente a lo largo de su vida
profesional.
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ejercicio profesional, y cada una de ellas con su propio estilo. Desde estos
puntos de vista formuló Los mandamientos del abogado el doctor Couture;
admirable decálogo, del que conozco, por lo menos, cuatro ediciones; hermoso
libro preceptivo de la conducta del abogado.
Cada uno de los diez mandamientos aparecen, dentro de las reducidas páginas
de la obra adecuada, breve y, a la vez, profundamente desarrollados y
puntualizados; por lo mismo, todos y cada uno son de diaria aplicación y de
permanente vigencia durante la vida del abogado que ame, según el último de
dichos preceptos, a su profesión y que la considere “de tal manera (dice
textualmente) que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino,
consideres un honor para ti proponerle que sea abogado”».
La genial obra del jurista uruguayo no es únicamente válida para abogados,
sino para el ejercicio de cualquier profesión o, incluso, para la vida misma.
Tantas veces reproducido, un portal jurídico que se precie de serlo, no puede
dejar de tenerla en su cabecera, siendo así del tenor literal siguiente:
I. Estudia.
El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás
cada día un poco menos Abogado.
II. Piensa.
El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando
III. Trabaja.
La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.
IV. Lucha.
Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en
conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.
V. Sé leal.
Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas
que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea
desleal contigo. Leal para con el Juez que ignora los hechos y debe
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confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra
vez debe confiar en el que tú le invocas.
VI. Tolera.
Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea
tolerada la tuya.
IX. Olvida.
La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando
tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti.
Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
X. Ama tu profesión.
Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te
pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que
sea Abogado.
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CONCLUSION
El abogado tiene el deber de cooperar la administración de justicia mediante la
defensa jurídica de los intereses que le sean confiados.
La actuación del abogado debe ser siempre libre e independiente y, como
profesional, el letrado recibirá el amparo de los tribunales en su libertad de
expresión y defensa.
La dignidad de la función del abogado comporta que goce de todos
los derechos inherentes a la misma y como contrapartida se le exige probidad,
lealtad y veracidad en el fondo de todas sus declaraciones, así como la
utilización de formas respetuosas en sus manifestaciones y siempre guiado por
el principio de buena fe.
Por último, el abogado tiene el deber y el derecho de guardar secreto
profesional de todos los hechos y noticias que conozca por razón de su
actuación profesional y no puede ser obligado a declarar sobre ellos.
En la colisión de intereses que pueda darse entre el deber de guardar el
Secreto Profesional y la obligación de colaborar con la justicia debe
normalmente prevalecer el primero, única manera de tutelar la funcionalidad de
la profesión garantizando a toda persona su libertad para desenvolverse frente
al abogado con confianza y libre de toda inquietud.
Constituye una emanación del principio de reserva que le impone al abogado
callar todo aquello que ha llegado a su conocimiento con ocasión
del desempeño de las tareas profesionales que se le han encomendado,
discreción y reserva que no sólo debe mantener en sus contactos con
el cliente sino con sus familiares y terceros.
La violación del Secreto Profesional es sancionada como prevaricación en la
segunda alternativa conductual prevista en el artículo 231 del Código Penal,
cuando con abuso malicioso de su oficio descubriere los secretos de su cliente.
Según Ángel Ossorio, expresa que, sólo hay un procedimiento; con respecto al
Secreto Profesional: no contárselo a nadie, ni a los compañeros de despacho,
salvo lo que sean también del mismo asunto y tengan, por eso, el mismo deber,
ni siquiera a la esposa, absolutamente a nadie
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