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C&&t.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ cJ-d
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE CIUDAD JUÁREZ
Javier Sánchez Carlos
Rector

David Ramírez Perea

Secretario General

Servando Pineda Jaimes EMILIO GUTIÉRREZ DE ALBA

Director General de Difusión Cultural
y Divulgación Científica

Recuerdos de una alegre y luminosa

Ciudad ]uárez del siglo XX

~
Gutiérrez de Alba, Emilio
La Fiesta: recuerdos de una alegre y luminosa Ciudad Juárez del siglo XX/ Emilio Gutiérrez
de Alba. Ciudad Juárez, Chih, : Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 2011.
464 páginas.
ISBN: 978-607-7953-73-9

En éste, el mejor logro de sus proyectos de investigación, Emilio Gutiérrez de Alba supo volcar toda su
experiencia como reportero de prensa escrita. Tiene el don de la narrativa y de la mano nos lleva a compartir
anhelos y frustraciones de cada uno de los protagonistas en esta historia que muchos juarenses recuerdan
como los años donde corrió como nunca el dinero y la fiesta era día y noche. Por las páginas de La Fiesta
desfilan cantantes, mujeres hermosas, virtuosos en la música, cantineros, vendedores de flores, fotógrafos,
clientes y visitantes en ese mundo de oropel, ese desfile de melodías, de bellezas y placeres sin fin, de cuyo
despertar nadie quisiera acordarse.

l. Centro nocturno (Ex) La Fiesta - Ciudad Juárez, Chihuahua - Historia - Siglo XX.
2. Bares y centros nocturnos - Ciudad Juárez, Chihuahua - Historia - Siglo XX.
3. Centro nocturno (Ex) La Fiesta - Ciudad [uárez, Chihuahua - Vida social y costumbres -
Anécdotas.

PN1968.C58 G87 2011

La Fiesta Apoyo en correción:

Primera edición, 2011
D.R. ©Emilio Gutiérrez de Alba
© 2011 Universidad Autónoma de Ciudad [uárez,
Avenida Plutarco Ellas Calles 1210, Fovissste Chamiza\
Ciudad Juárez, Chihuahua, México
Te\ : +52 (656) 688 2260
La edición, diseño y producción editorial de este documento
estuvo a cargo de la DIRECCIÓNGENERALDEDIFUSIÓN
CULTURAL Y DIVULGACIÓN CIENTÍFICA.
Cuidado de l.aedición: Subdirección de Publicaciones
Diagramación: Karla María Rascón
Diseño de cubierta: Karla María Rascón
Impreso en México/ Printed in Mexico
http:// wwwZ. uacj. mx/publicaciones
Maria Calva de Gutiérrez de Alba
Fotosinteriores:
Elva Sáenz Vda. de Valle/ David de
Montecarlo / Susana Huesca Sevilla/ Tino
Contreras / José Sosa Delgado / Aquiles
Valdez Ortiz /Roberto Ortega Torres El
Kateka / Carlos Montelongo / Rodolfo
Fito González / Abelardo Barraza Silva/
Juan Antonio Castillo/ Jaime Castañeda
Reyes/ Enriqueta L. Vda. de Baquier / +~···········~~
Lic. Federico Solano Rivera/ Luis Alán
Toledano Montelongo /Antonio Tony Es elocuente el nivel de la asidua concurrencia
González / Raymundo Ray Rodríguez/ al teatro y restaurante La Fiesta
Emilio Gutiérrez de Alba/ El Diario/ Norte
 ,

Jjradacimiantos
Con profundo respeto y sincera admiración por inscribir con mayúsculas en la
historia de Ciudad [uárez, Chih. el marco de referencia de la educación superior
en nuestra frontera norte, creando el Centro Cultural Ecológico La Fiesta, en el
edificio que antaño ocupó el colosal teatro y restaurante La Fiesta (1954-1976),
rescatando asimismo el legado histórico de ese portento arquitectónico -que dio
prestigio a nivel internacional a esta urbe durante la segunda mitad del sigloXX- a
través del patrocinio y edición del libro La Fiesta contenido en estas páginas:

A:

Lic.Jorge Mario Quintana Silveyra

Ex rector de nuestra máxima casa de estudios -hoy Secretario de Educación y

Cultgra del Gobierno del Estado de Chihuahua- y primero en aquilatar el valor
histórico y literario del libro La Fiesta, disponiendo su edición a todo lujo a la par
con el rescate arquitectónico del vetusto pero hermoso edificio localizado en el
corazón del Centro Histórico.
M.C. Francisco Javier Sánchez Carlos, Rector de la Universidad Autónoma de Ciudad
Juárez;Mtro. David Ramírez Perea, SecretarioGeneral; Mtro. Servando Pineda Jaimes, Di-
rector General de Difusión Cultural y DivulgaciónCientífica;Lic.Francisco Solórzano
Chavira, Abogado General. Yde manera especiala todos y cada uno de los integrantes
de su equipo editorial.
Gracias. Mil gracias.
El autor
 Una vez más: A Mary, mi esposa
y a mis hijos Fernando, Beatriz,
Gustavo, Gladys, Jorge y Antonieta,
eje y sentido de mi vida.
rl
-~l.,···········~J~
A Ciudad [uásez, Chihuahua,
la del nuevo milenio, moderna,
industriosa y pujante;
a la reina de la frontera norte
del siglo XX, alegre y luminosa,
con una historia cercana a la fanta-
sía esperando ser contada

INMEMORIAM
A Mariano y Efrén Valle Salazar;
también a Roberto
y Guillermo Moya Acuña,
dinámica empresarial creadora
de importantes fuentes de trabajo
durante la época de oro de la
farándula en Ciudad ]uárez, Chih.

A todos los que poseen y cultivan

la hermosa facultad de cantar,
así sea profesionalmente ante su
público, o a solas, en la sacrosanta
intimidad del hogar, bajo la ducha
 ~
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EL PASO TEX.
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A pie o en coche, llegar a La Fiesta era gratificante
Entrada principal del teatro y restaurante
*it#···········#-1~ La Fiesta, en Mariscal y Ugarte.

~~···········<1"1~
~

~~~···········'1~·
Mariano Vatle Salazar, en plena etapa productiva de su vida. Los internacionalmente ~f~···········~!~
famosos centros nocturnos La Fiesta y Guadalajara de Noche fueron obra suya.
Con su bella esposa Elva Sáenz de Valle, don Mariano
Valle Salazar en plenitud.
?rólojo
uando recibí la oportunidad de leer

C el proyecto La Fiesta, gracias a su au-

tor y compañero de muchos años en
las andanzas del periodismo, Emilio
Gutiérrez de Alba, no adivinaba la maravi-
llosa aventura que correría, recordando y
volviendo a cabalgarlos años de mi juventud,
viviendo con sus protagonistas épocas glo-
riosas de triunfos y sueños que coronaron la
etapa de mayor intensidad en el mundo de
la diversión a todos los nivelesde esta ciudad
tan rica en historia.
Ciudad Juárez, durante y al finalizar la
mayor conflagración que ha vivido el mun-
do: la Segunda Guerra Mundial, en la que
participaron naciones de todos los continen-
tes, a la par de su colaboración en la lucha
armada recibió gustosa a los cientos de miles
de militares que se formaron en Fort Bliss,
uno de los centros de entrenamiento de ma-
yor importancia en Estados Unidos, y cuya
posición única en la frontera con México,
dio a los juarenses nativos y adoptados, la
oportunidad de mezclar los ingredientes de
la diversión: vino, mujeres y canto.
 PRÓLOGO

La Fiesta y La Cucaracha fueron cabarets donde culminó el espectáculo

internacional de mayor calidad. El Guadalajara de Noche tenía lo suyo a
nivel popular. Durante la guerra fueron más de una docena los lugares
donde se presentaban variedades y burlesque, pero la memoria urbana eleva
a dimensiones legendarias los años de La Fiesta y La Cucaracha, y las vidas
de los visionarios que realizaron tales proyectos: los hermanos Mariano y
tt orijln
A manera de introducción
~

Efrén Valle, Roberto y Guillermo Moya y Roberto López Morán.

En éste, el mejor logro de sus proyectos de investigación, Emilio Gutiérrez
de Alba supo volcar toda su experiencia como reportero de prensa escrita. ablar de la etapa de mayor esplen-
Tiene el don de la narrativa y de la mano nos lleva a compartir anhelos y dor de los espectáculos en Ciudad
frustraciones de cada uno de los protagonistas en esta historia que muchos Juárez, cifrada en los años cuarenta y
juarenses recuerdan como los años donde corrió como nunca el dinero y cincuenta del sigloXX, obliga a hacer
la fiesta era día y noche. ~ferencia de los hombres a nivel empresarial
-La avenida Juárez lucía como cuando finaliza un desfile y se ordena que, tras bambalinas propiamente, manejaron
el rompan filas, ni más ni menos -recuerda la cantante de boleros Elva los hilos de aquella glamorosa actividad del en-
Echeverría. tretenimiento, durante y después de la Segunda
Por las páginas de La Fiesta desfilan cantantes, mujeres hermosas, vir- Guerra Mundial. Muchos de ellosextranjerosy
tuosos en la música, cantineros, vendedores de flores, fotógrafos, clientes otros tantos mexicanos, pero todos tuvieron la
y visitantes en ese mundo de oropel, ese desfile dé melodías, de bellezas y suficiente visión y el empuje para responder en
placeres sin fin, de cuyo despertar nadie quisiera acordarse. el momento preciso a la abrumadora demanda
La Fiesta es para ser leída y disfrutada por quienes se sienten fronterizos, de solazy esparcimiento proveniente de allende
como muchos de los protagonistas, aunque no hayan nacido a la vera del el Bravo. La abundante generación de empleos
Río Bravo. fue uno de los primeros resultados de ello. El
dinero llegóy se derramó generoso. Hubo para
Jaime Castañeda Reyes todos. No se diga para el gobierno, a través del
pago de impuestos.
La posición geográfica de esta urbe fron-
teriza y las consecuencias de la guerra y la
posguerra fueron factores que se conjugaron
para convertirla, con todos sus avatares, en
la controversial pero glamorosa meca de la.
vida nocturna más trepidante de su tiempo.
 EMILIO GUTIÉRREZ DE ALBA
Unos más conscientes que otros en función del aporte propositivo que Ciu-
dad Juárez les merecía, desde su posición muchos de aquellos empresarios
legaron para la posteridad tan sólo el ruido sordo y sigiloso de sus pasos
tras bambalinas. Otros, el testimonio aún vigente y positivo de sus hechos.
Este es, particularmente, el caso de Mariano Valle Salazar, un oaxaqueño
que vivió en Ciudad Juárez sesenta de sus noventa años de edad e hizo el
mayor y perdurable aporte a esta comunidad.
Mariano Valle Salazar fue un triunfador. El mundo de los espectáculos
de alto nivel fue su campo de acción. Oaxaqueño de origen, destacó so-
bremanera entre los fuereños que en buena hora, a principios de los años
cuarenta, llegaron a Ciudad Juárez para quedarse. A fuerza de trabajo, tesón
y espíritu creativo, como empresario imprimió su sello personal a la época
de oro de la farándula en esta urbe fronteriza. Los internacionalmente
famosos centros nocturnos Guadalajara de Noche y La Fiesta, de calles
Mariscal y Ugarte, fueron obra suya.
En pleno fragor de la Segunda Guerra Mundial, en compañía de su
sobrino Jesús Figueroa Valle, Mariano Valle Salazar viajó a Detroit para
trabajar bajo contrato en los ferrocarriles. Tenía 30 años de edad y se
mantenía soltero.
El conflicto global ocasionó extraordinaria demanda en Estados Unidos
de materias primas y mano de obra de México. Esto, para suplir la falta de
brazos de los hombres enviados al frente de batalla. El Programa Braceros
entró en vigor con la firma de dos convenios entre México y Estados Uni-
dos, uno en 1942 y el otro en 1943. Entre 1942 y 1960, cuatro millones de
braceros mexicanos emigraron a EUA para trabajar temporalmente en los
ferrocarriles, en la agricultura y en la producción de comestibles. Alentados
por la perspectiva de ganar dólares, los hombres llegaron en grandes can-
tidades a los centros de contratación en las ciudades fronterizas buscando
LA FIESTA
~
una credencial de bracero.1 Mariano y Jesús -igual que Efrén Valle Salazar,
hermano menor de aquél- se fueron en la primera contratación.
Mariano era hombre de mucho temple. De carácter fuerte, era exigente con-
~
sig(i mismo. Sumamente trabajador, siendo ya su propio patrón laboraba casi
tres turnos diarios. Trabajar bajo presión era su reto diario. Ahorraba cuanto
p1 xlia. Nativo de Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, tenía elevadasmetas en la vida,
firmes ideales de superación. El trabajo rudo del riel, o del field, en Estados
Unidos, definitivamente no se habían hecho para él. Y mucho menos a nivel
j1 irnalero. Era ambicioso -admitía-, pero en el buen sentido. Lo secundaba
en sus elevados propósitos de vida su sobrino Chuy Figueroa Valle.
Cuando en Detroit se les terminó el contrato en los ferrocarriles, regresa-
ron a México. Pasaron por Ciudad [uárez rumbo a la capital de la república,
donde, tras breve estancia, de plano ya no lograron ubicarse. El conflicto
liélico en Europa iba en el tercer año de su sangriento saldo de cinco. La
hracereada seguía en apogeo. Entonces decidieron regresar a trabajar a EUA.
Con ese firme propósito llegaron a Ciudad Juárez a mediados de 1943. Al
tratar de documentar su reingreso al vecino país ante las autoridades migra-
torias, no pudieron por una mentira. Datos de fechas, o nombres quizás, que
no coincidían. Del puente se devolvieron descorazonados. Y ahí andaban
recorriendo calles juarenses, urdiendo tercamente la forma de internarse
a territorio estadounidense.
Aquel día estaban en Mariscal y Ugarte, calles de mucho refuego canti-
neril al lado poniente del sector turístico de avenida [uárez. Se encontra-
ban parados en la esquina nororiente de ese crucero. Enfrente había una
tienda de chinos. La Garantía, se llamaba. Cansados, ya no hablaban. Pe:ro
una sola idea, un mismo objetivo, tenían en común. Pasar al otro lado. En
un momento dado se recargaron en la pared, por la acera de la Ugarte. Y
entonces lo vieron. Era un letrero que decía: Se renta.
.. . .
...;.lj~~- ')W.
-~)~
J. Martínez, Óscar, Ciudad ]udrez: Et auge de una ciudad fronteriza a partir de 1848. Fondo de
Cultura Económica, 1982, pp. 150 y 151.
 EMILIO GUTIÉRREZ DE ALBA
-Oye, Chuy, ¿ysi lo rentamos? -dijo Mariano.
-¿Y para qué, si ya nos vamos? -contestó Jesús, tomándolo a broma.
-Bueno ... ¿Tú qué harías?
-Pues ...
-Sabes qué ... vamos a ver cuánto renta -sonriendo, decidido, insistió
Mariano. Y palpándose la cartera agregó: Yo lo puedo rentar.
-Bueno, ¿pero qué vamos a hacer en este local?... se ve muy grande =mi-
rando arriba y a los lados del inmueble -dijo el sobrino.
-Se me acaba de ocurrir una buena idea. Vente.
Y fueron a la dirección que aparecía en el cartel de Se renta. Mariano
hizo trato directo con el rentero Raúl Ibave.
De regreso, en un expendio compraron tres botellas de licor. Con la llave
que les entregó el casero, abrieron la puerta y entraron al edificio, que era
un mero galerón, sin nada de nada adentro.
Eran tiempos de guerra. Y en Ciudad Juárez se hacía dinero con cualquier
cosa. No se diga con vinos y licores.
Ese mismo día, al anochecer, empezaron a vender por copeo, hacia la
calle, a través de una ventana chica. Al día siguiente compraron seis botellas.
Luego adquirieron dos modestas mesas con sus sillas, abrieron la puerta y los
clientes empezaron a entrar. Para esto, desde el primer día Mariano tramitó
los permisos respectivos. Con pocos recursos, pero sacándole provecho a
su enorme creatividad, empezó a decorar aquel galerón de rústico acabado.
Con papel picado en paredes y techo imprimió atractivo colorido al lugar.
Al estilo Guadalajara -decía. Los parroquianos frecuentes empezaron a
identificarlo como el lugarcito.
-Vamos al lugarcito; está bien el lugarcito -decían.
Una noche se asomaron dos guapas muchachas. Dijeron que eran can-
tantes y preguntaron qué era ahí, que cómo se llamaba el lugar.
Mariano, quien las recibió en la puerta, al vuelo les contestó.
-¡Es Guadalajara de Noche!
En aquel preciso instante, con su ilimitado ingenio e inventiva, había
bautizado con un nombre imperecedero al que por más de tres décadas
LA FIESTA
~
habría de ser el restaurante y cabaret más concurrido y popular en el sector
lle la calle Mariscal: Guadalajara de Noche. Y no paró ahí. Como gancho
certero les soltó la pregunta del millón de pesos.
~
-¿Ustedes son de las cantantes buenas, o de las no tan buenas? ...
Muertas de risa, las chicas se miraron sorprendidas.
- ... Porque aquí ya vinieron anoche otras que son mejores que ustedes.
-¡Nosotras somos mejores! ¡Qué caray! ¡Y ahorita mismo se lo vamos a
demostrar! -picadas en su amor propio, contestaron las artistas.
-¡Pues pásenle y demuéstrenlo! -y les franqueó el paso.
Adentro había varios parroquianos y con el regocijo de todos, las damitas
SL' pusieron a cantar a dos voces. Eran tiempos de estupendos duetos feme-
ninos en México. El ambiente se puso más que bueno, superior. Al paso
dl' los días llegaron otras; y luego otras. Se corrió la voz en los lugares del
rumbo, incluso del exclusivo sector de la Juárez, que en aquel guadalajareño
1ugar el ambiente se ponía muy bien. Que allí iban las artistas a tomar y
bailar de madrugada, cuando terminaban variedades en los demás centros
nocturnos de la ciudad.
-Oigan, vamos a ese lugarcito. Está muy bien el ambiente. Hay alegría, hay
relajo del bueno -decían.
Para demostrar que eran mejores que las otras, y las otras que las otras, y
las otras que las otras, todas las noches llegaban diversas artistas y cantaban
espontánea y gustosamente. A su vez Mariano no les cobraba la bebida.
Eran invitadas de honor de la casa. Noche tras noche aquel era un duelo de
cantantes, un regalo de voces; de las hermosas voces femeninas de aquellos
tiempos. Ellas se la pasaban felices, bailando y tomando cuanto desearan.
Secundado en todo por su sobrino Chuy, para entonces Mariano había
arreglado sobremanera el lugar. La singular visión que tenía para los nego-
cios, aunada a la experiencia adquirida ya en el giro que lo tenía ocupado
de tiempo completo, le produjo dividendos. Poco a poco fue comprando
todo nuevo. Mesas y sillas tipo Guadalajara. Accesorios y adornos del mismo
estilo. Todo muy agradable a la vista. Consolidó el Guadalajara de Noche
 EMILIO GUTIÉRREZ DE ALBA
como el lugar más popular de su época, convirtiéndolo en restaurante de
comida típica, cabaret y salón de baile.
Mientras el mundo entero se convulsionaba por el conflicto armado de
dimensiones nunca antes vistas, el giro de los espectáculos en Ciudad [uá-
rez crecía y se robustecía sobremanera con la afluencia y la demanda diaria
de solaz y esparcimiento de millares de soldados y turistas procedentes de
EUA. La concentración de grandes cantidades de tropas estadounidenses a
lo largo de la frontera o cerca de ésta, constituyó un factor importante que
estimuló el crecimiento de la población y también la expansión económica
de las ciudades fronterizas de México, principalmente Ciudad Juárez. Estos
jóvenes soldados dieron inusitado estímulo al turismo. Era incuestionable
que la industria turística de esta urbe recibió un impulso extraordinario
gracias a los elementos del ejército del vecino país que frecuentaban los
centros de diversión. 2
Observador nato, aquella tarde de 1943, parado en la esquina de Mariscal
y Ugarte, a Mariano Valle le había bastado un segundo, como el vuelo de
un parpadeo, para darse cuenta qué era lo que buscaban aquellos hombres
jóvenes, uniformados, de cabello rapado, que iban y venían por las aceras.
Eran soldados del ejército del vecino país que buscaban disfrutar de los
últimos momentos de alegría, quizás, de su existencia, antes de ser envia-
dos al frente de batalla. Multiplicó las cervezaso bebidas compuestas que
pudiera tomarse uno solo de aquellos soldados por las que lograra ingerir
todo un ejército. Y además pagadas en dólares, no en pesos mexicanos. Fue
en aquel momento decisivode su vida cuando Mariano arrancó de la pared
el cartel que decía "Se renta".
Mariano Valle fue precursor como empresario de los espectáculos en
Ciudad Juárez de la guerra y la posguerra. Pero, claro, no le fue fácil. Pasa-
dos los años, platicaba a su familia de aquellos duros inicios en el lugarcito
de Mariscal y Ugarte.
2 lbíd.
LA FIESTA
-¿Saben dónde dormía yo? Para empezar, no dormía. Tampoco Chuy.
Nos acostábamos en unos costales a dormir tres horas, porque teníamos que
levantarnos a las de ya, pues llegó un momento que no sólo de noche, sino ~
también de día llegaban los clientes. Nos turnábamos. Mal dormía yo tres
horas y me levantaba para que Chuy fuera a dormir sus tres horas; y luego
se venía a ayudarme. Y así, día tras día, noche tras noche. Yo no gastaba en
nada, en lo personal. Todo lo metía al negocio. Ya me había venido el saco
corno empresario y seguía con la mira puesta adelante, hacia arriba.
En 1945 terminó la Segunda Guerra Mundial. Llegó 1950. Por esos
días, Vicente Chong, el oriental dueño del predio donde estaba su tienda
La Garantía, en la esquina de enfrente, puso un letrero de Se Vende. Ese
mismo año empezó la guerra de Corea y terminó en el 53. Aunque a lo
largo de este conflicto bélico no hubo ya la misma afluencia de militares
y turismo extranjero a Ciudad Juárez como en la anterior conflagración
mundial, el Guadalajara de Noche continuaba en apogeo.
-Yo voy a comprar ese terreno -dijo Mariano a Jesús, esbozando una
sonrisa que hizo recordar a éste aquella de 1943, cuando le dijo resuelto
que fueran a rentar el local donde ese mismo día empezaron a vender licor
por una ventanita.
Y Mariano compró como terreno la propiedad enclavada en la esquina
norponiente de calles Mariscal y Ugarte. Luego expuso sus planes a su leal
l' inseparable pariente.
-Ya estoy metido en este ambiente, Chuy, así es que voy a hacer algo
en ese terreno. Pero algo bueno, hermoso, de categoría, como jamás lo ha
visto nadie aquí en Ciudad Juárez.
Ya tenía dinero, ahorrado a lo largo de casi una década trabajando a
brazo partido en el Guadalajara de Noche. Aparte de comprar el predio,
ese dinero lo invirtió en construir e inaugurar el 7 de octubre de 1954 el
teatro y restaurante más lujoso y exclusivode su tiempo en el sector de la
calle Mariscal: La Fiesta.
El constructor de tal joya arquitectónica fue el ingeniero Manuel Leandro
Cardona, quien era originario de Zacatecasy usaba muletas por secuela de
~· Iho~~.J}
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~ .-. ... - .•.._ ~...._.
 EMILIO GUTIÉRREZ DE ALBA
poliomielitis. Este profesionista, que curiosamente era ingeniero minero,
h ejecutó fielmente la idea que le transmitió Mariano Valle en cuanto a la
profusa combinación de elementos de la arquitectura prehispánica con los
de influencia española. El enorme calendario azteca en el foro, las cúpulas
y torres de iglesia con su campanario en el segundo nivel, entre otros. Las
seis campanas, que aún siguen ahí obligadas al ominoso silencio por cua-
tro décadas, en sus tiempos de gloria eran echadas al vuelo cuando iba a
empezar la variedad. Factor de vital importancia en la singular decoración
interior del inmueble fue el canterero Jacinto Castro, más conocido por el
mote de El Bizco Chinto, llegado en buena hora de su natal Aguascalientes
y quien se hizo imprescindible en el ramo de la construcción por las innu-
merables fincas particulares y edificios públicos con acabados en cantera,
que ayudó a construir en Ciudad Juárez al ingeniero Cardona. No menos
importante en la fase de acabados de La Fiesta fue la intervención de otros
tres conocidos personajes de la comunidad juarense: el ingeniero Eduardo
Estrada, quien diseñó la decoración interior; el ingeniero electricista Carlos
Mendieta, que a su vez se encargó de los efectos de iluminación y el pintor
Pablo Montalvo cuya experta brocha dio color a la estructura.
Mariano Valle Salazar murió el 18 de noviembre de 2003. Y siempre dijo
y sostuvo que su Guadalajara de Noche fue la madre de La Fiesta.
Situados frente a frente, el cabaret La Fiesta era contraparte del Guadala-
jara de Noche. Aquél, un sitio exclusivo, donde se reservaban el derecho de
admisión y el tuxedo o traje negro eran sello distintivo. Éste, popular, abierto
de noche ante todo a los uniformados que en aquél no tenían cabida, así
como a la informalidad familiar, durante el día. En La Fiesta la cocina era
internacional. En el Guadalajara de Noche servían comida mexicana. Allá,
en la variedad, artistas de fama internacional. Acá mariachis y cantantes
nacionales y regionales.
La Fiesta, aquel alarde de arquitectura y acabados interiores, de cuya
grandeza material a más de medio siglo de distancia aún quedan sólidos
vestigios, estuvo seriamente amenazada, más que por el paso del tiempo,
.·
..
.•..
,.~
LA FIESTA
~
1111r la mano del hombre. Pudo desaparecer definitivamente en aras de la
modernidad urbanística, sinónimo de progreso citadino.
1,(is hombres que son y han sido grandes, generalmente vienen de abajo.
Sus inicios son doblemente difíciles. Pero triunfan en la vida porque ya
~
trucn una base firme, fuerte; son seguros, son dignos de admiración, de
respeto, de credibilidad.
Al lado de un gran hombre, una gran mujer, según actualizado refrán.
lilva Sácnz de Valle, hermosa ballezana, criada en Parral, Chih., fue el corn-
ple-mento perfecto, impulso y motivación para superar metas, de Mariano
Vall«Salazar. Y junto a éste la historia también hace referencia a Efrén Valle
Salazar, su hermano menor y socio en el negocio de La Fiesta, casado a la
vez en Estados Unidos con una bella italoamericana llamada Rosa Marta.
l .n activa participación en el negocio de La Fiesta de estos tres entrañables
pvrsonajes cercanos a Mariano, fue decisiva para el éxito de este inolvidable
u-urro y restaurante juarense. Inolvidable, porque todavía para 1980, cuando
ya tenía muchos años cerrado como tal y estaba convertido en exhibidor
lk lujo de una mueblería, del extranjero seguían recibiéndose llamadas
11:1ra hacer reservaciones, preguntando qué artistas tenían programados
11aru tal o cual fecha.
La historia del Guadalajara de Noche y de la época de oro de los espec-
.1 .uu los en general en Ciudad Juárez, no estaría completa si no se hiciera
rderencia a otros dos controvertidos personajes a nivel empresarial en el
11111ndo de la farándula. Los hermanos Roberto y Guillermo Moya Acuña.
Visionarios y emprendedores también como el que más, fueron propieta-
rios, aparte del Autocinema Moya, primero en el área del Pronaf y después
l'll la Carretera Panamericana, de una cadena de famosos cabarets en el
sector de la avenida Juárez, como el Follies, Waikiki Número 1, Waikiki
Número 2, Molino Rojo, Blue Fountain (Fuente Azul), One, Two, Three
(l lno, Dos, Tres), Charmant y desde luego Guadalajara de Noche, en la
Mariscal. Después de la apertura de La Fiesta por parte de los Valle, ellos,
ilis Moya, tomaron por su cuenta el Guadalajara de Noche, convirtiéndolo
en su feudo y base de operaciones por muchos años más .
 EMILIO GUTIÉRREZ DE ALBA
~
LA FIESTA

Eran tiempos en que si algo había en Ciudad Juárez, era trabajo. Mu-
l.uuilin juarense tenía su mundo aparte. Social y culturalmente llevaba un
chas fuentes de empleo. Inconmensurable y directo campo de acción para
cantantes, bailarinas, músicos, orquestas, mariachís, tríos, duetos, pianistas m-n de vida muy intenso, mucho muy activo. El Ateneo Fronterizo, foro ,.,.,.,._(
y maestros de ceremonias. También para porteros, magos, malabaristas, d1·liguras prominentes del bel canto, la danza clásica y la música sinfónica, "' ~
payasos, meseros, cantineros, tramoyistas. Sólo por cuanto a los artistas d1· grandes pensadores y talentos en ciernes, era -y sigue siendo- ejemplo
pertenecientes a la Asociación Nacional de Actores (ANDA), sumaban no d1· ello. En aquellos tiempos, por encima del cúmulo de descalificaciones
y cplretos que principalmente de territorio estadounidense se le lanzaban,
menos de trescientos con trabajo diario bajo contrato, distribuidos en más de
l :i11dadJuárez era otras muchas cosas positivas, por parte de la gente inmersa
treinta negocios con contrato laboral. Con éstos alternaba cada noche más
1·11la dinámica social.
de un centenar de artistas extranjeros. De común acuerdo con la ANDA,
que cuidaba celosamente prioridades e intereses de sus agremiados, los Ya bajo la férula de Roberto y Guillermo Moya Acuña, el Guadalajara
empresarios debían contratar tres artistas nacionales por cada extranjero. d1·Noche, cual palacio de las estrellas, se convirtió por otro largo tiempo
Músicos, cantineros y meseros estaban sujetos a su vez a los contratos sig- en crisol y abrevadero de prodigiosas voces y talentos histriónicos, entre los
qllL' destacó sobremanera un tenor de voz privilegiada y genial Maestro de
nados con sus respectivos sindicatos. Por cuanto al trabajo indirecto, había
l :cremonias (MC), cuyo nombre artístico fue -y lo es- David de Monte-
en abundancia para taxistas, vendedores de gardenias, aseadores de calzado,
sastres, modistas, peinadoras, maquillistas y comerciantes menudistas en 1·arlo.Hoy, el relato de este zacatecano, juarense por adopción desde muy
general. Era irrebatible que la existencia de esos firmes y seguros centros de 11i1'10,igual que de otros muchos contemporáneos suyos, es una fiesta de
trabajo se debía en gran medida a los empresarios Valle y Moya. recuerdos imborrables de aquella época alegre y luminosa en Ciudad Juárez
Lkl siglo XX.
La historia sobre la época dorada de la que llegó a ser llamada Las Vegas
juarense, por cuanto a la calidad de los espectáculos aquí presentados, Es cierto que la historia la escriben los vencedores. Pero también es
cierto que la cuentan mejor los protagonistas.
muchos de ellos de manera alterna con Las Vegas, Nevada, habla de un
luminoso escaparate de hermosas y esculturales mujeres, procedentes de
todos los países del mundo. Bellas y esculturales al natural. Muy lejos estaba
aún el predominio de implantes y cirugías entre la gente del medio artístico.
Cantaban, bailaban y algunas en sus rutinas lucían al semidesnudo sus atri-
butos físicos. Los desnudos totales por parte de las artistas pertenecientes
a la ANDA, estaban prohibidos so pena de sanciones tanto a la empresa
como a la artista; eso era muy vigilado por Gobernación y la ANDA. Por
principio de cuentas, ésta le quitaba el carnet a la dama, hasta por que se
le cayera la pezonera. En ello influía decididamente la moral pública de
aquellos tiempos de radical censura.
Para el grueso de los juarenses durante la guerra y la posguerra, no todo
era dulce vida. Prácticamente ésta era privativa del turismo extranjero. La
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,r

N11dtl'S de cabaret en Ciudad ]uárez, en colorido y buHan-

l''"'rn fin de fiesta.

*i~~···········~~i~
l lawaianas alternando en la varie-
dad durante el esplendor de la vida
~í~···········*!~ nocturna en Ciudad ]uárez.
Época dorada: escaparate de bellos rostros femeninos. Y uno que otro feo.
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se quedaran tocando de planta en su cantina. De trío, poco tiempo después

los enrachados zacatecanos pasaron a ser cuarteto. Buscando innovar, man-
daron traer a su paisano Francisco Carrillo, de 14 años, para que tocara el
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contrabajo. Por su precocidad como músicos, los jerezanos causaban sen-
sación. Jalaban mucha clientela. Obviamente, Cheché Chávez,7 propietario
del negocio, estaba muy contento con ellos.
Aparte de apuntar corno un virtuoso de la guitarra, el adolescente Aqui-
les Valdez gustaba del canto. De más chico tenía voz de soprano. Pero al
llegar a la adolescencia y sobrevenir el natural cambio de voz que se opera
en los varones, perdió sus facultades para cantar. Pero siguió añorando
todo lo relativo al canto y admirando a los cantantes. Cuando se enteró
que Mariano Valle Salazar, propietario del contiguo Guadalajara de Noche,
había contratado y estaba por presentar al tenor de moda Julio Flores, se
j··~···········~jl>¡~
propuso no perderse tan importante acontecimiento artístico en Ciudad /111d Tango Club la familia Valdez era
Juárez. Julio Flores estaba en la cúspide de la fama y su más reciente éxito /i1 l!'mación a finales de los cuarenta,
discográfico era Toda una vida. \1p1iles (der.) tocando guitarra, Roberto
(, <'lllro), violín y Francisco Carritlo (izq.)
, 11111rabajo.Manuel Valdez, el padre,
Toda una vida
ii111cís) amo y señor del bandolón. ]ulieta
me estaría a tu lado
, 111 el romántico nombre del baño para
no me importa en qué forma
,/,1111as. Romeo, a la vuelta.
ni cómo ni cuándo
pero junto a ti ...

~Liw.. ..t.A.1~
-¡¡j(""'f?' ~)~

7 En los años cuarenta y cincuenta, José de Jesús Chávez Armendáriz, más conocido por el ~(Á..I.. d"-)~
1("rl" ~)~,
apodo de Cheche Chávez, ocupó distintos cargos en los mandos de la policía preventiva de
Ciudad Juárez y en los sesenta fue nombrado jefe de la Policía Judicial del Estado, con sede
/\ don Manuel Valdez se le consideraba algo
en la ciudad de Chihuahua. Pero conservó su hogar y su familia en Ciudad Juárez. Ocupaban
una finca estilo californiano en avenida 16 de Septiembre esquina con calle Juan Mata Ortiz, 1'\Ccpcional como músico, e incluso como
justo a una cuadra de la "cárcel de piedra", donde por esos años estaban las oficinas de la co- 111aestro y compositor: era invidente.
mandancia de la PJE.
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programación del cabaret, no solamente con nuevas rutinas sino también,
por regla general, con nuevos elementos. Hasta cierto punto el público era
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exigente y con frecuencia pedía ver caras Y cosas nuevas. Así que todos losvier-
nes por la mañana la orquesta se reunía para instrumentar nuevas melodías
y ensayar con los artistas nuevos números de baile y canciones en boga.
l111111·1:1
~f+;···········~¡¡.J~
1 podrá confirmar esta noche, don Mariano, qué fenómeno percu-
1, 1tit.1 es Tino Contreras -dijo Olvera.
Y q110 monstruo de la trompeta es Gilberto Olvera -secundó Tino.
I' i1· 11111 ambos y se fueron. El dueño del cabaret quedó con el ceño
111111 11 lo.
1 11 1:1 avenida Juárez, Tino Contreras y Gilberto Olvera subieron al
que los dejaría a una cuadra de la Plaza San Jacinto en el centro de
i 1 • ¡' 1n;1 ciudad, más conocida como Plaza de los Lagartos. Enfrente estaba
·1l l11t\'I Cortez. Tino no soltaba la hoja del periódico El Paso Times anun-
i1111111 i la presentación de Gene Krupa en concierto esa misma fecha de

Para el gran percusionista 111 1 I, en el Liberty Hall de El Paso, Texas.

chihuahuense-juarense Tino ~ .1 se encontraban sentados atrás cuando el tranvía reinició la marcha.

Contreras, su amor es el ul] w rto miró su reloj. Había tiempo suficiente para ir y regresar al Guada-
jazz y su pasión la batería. l,q ·11 .1 de Noche. La primera variedad empezaba a las cinco de la tarde.
Hay que verlo, pero mejor
;Qué habitación tendrá? -preguntó distraídamente, como si ya desde
escucharlo, tocar.
•.. momento fuera midiendo el alcance de su puntada.
1)e eso no te preocupes, Zambo; allá preguntamos -contestó Tino.
l 'orno toda la gente que trabaja de noche, Tino fue pronto vulnerable
il .ulormecedor traqueteo de las ruedas del tranvía sobre los rieles. Sin
l 'l •:tvnder dormirse, se arrellenó en el asiento, entrecerró los ojos y por
11 mente empezaron a desfilar los más vívidos recuerdos de su infancia,

«Iolcscencia y precoz madurez musical.

lortino Contreras vivió en Ciudad Juárez la etapa más cruenta (1941-
1\I IS) de la Segunda Guerra Mundial. Todavía para 1951 tocaba jazz en el
l• w's Place, de la avenida Juárez. Por ese tiempo las bandas más famosas en
1 ~1udos Unidos eran las de Glenn Miller, Tommy Dorsey, Gene Krupa,

l l.irrv James, Duke Elligton, Count Bassie, Buddy Rich, Woody Hermann
\ 1l'SS Brown. El Liberty Hall de El Paso, Texas, era el lugar de presentación
1 ll' todas esas grandes bandas. Particularmente para los músicos jóvenes de
( 'iudad Juárez, era impresionante mirarlas y escucharlas en vivo. La primera
vezque Tino escuchó la de Count Bassie, no quitaba la mirada del baterista
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l 1. t undas de ultramarinos más importantes y caras de la avenida Juárez,

1J ll 111i recibió con su sonrisa fácil y pegajosa. Había mucha actividad en el

1 d ilcci miento. No era para menos. Estaban en vísperas de inaugurar una

111qdi:1ciónal local destinada a restaurante. El anexo consistía en un salón

1111.1 cocina, con lo cual la familia Prats refrendaba el éxito que había
rn11do en la inicial fuente de sodas que ahí funcionaba. El nuevo salón se
l1.'11111ninó Patio Prats."
í 'e in la decisión que lo caracterizaba, acicateada por la necesidad, David
li' ,.,1 iciró trabajo como mesero, para lo cual ya se sentía capacitado tras su
1~1111
>Mi recorrido de restaurante en restaurante. En la plática con la accesi-
1.J, r ¡oven viuda de Emilio Prats, uno de los socios del que fuera el primer
11¡ •1 1mercado en Ciudad Juárez, el chico le confió su anhelo de llegar a ser
1111.1ntcfamoso.
1 Y por qué no vas a cantar a un cabaret? -le preguntó.
- Ya fui a varios. Pero como soy menor de edad no quieren darme tra-
¡, 11•1
\ 111ásde ser una dama culta, conocedora y amante de las bellas artes
V1qpnia era poseedora de enorme sensibilidad. Le pidió al muchacho que
uu.ira. No se lo dijo dos veces. La complació no con una, sino con varias
11«líns que a ella gustaban.
1111
) lo que a continuación le dijo, alegró sobremanera el corazón del
1 1\ 1 l l.

l 'nerita con el trabajo. Y te voy a poner un piano aquí en el restaurante

11111.1que cantes todo lo que quieras y gustes. Y si aún deseas el trabajo de
1i11',1·ro, puedes cantar y atender las mesas al mismo tiempo. ¿Te parece?
-~Í"i~· ·~~!~
En el Patio Piats, con el decidido apoyo de la joven señora Virginia
Prats (al fondo, a la derecha, de vestido claro), David Gámez encontró
la oportunidad como cantante, que nadie le daba por ser menor de ~\l;l~· ·~~J~
edad. Aquí, un aspecto de la habitual concurrencia a ese restaurante
de avenida [uáser. (-\1Liptación) Flores Simental, Raúl, Doña Virginia Prats. Su vida y su cocina. Ágora Editores,
(Foto cortesía de periódico Norte). '!105, p. 48.
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y~~~
~(.A. .••............•..~~
~t~···········<+i~ 11'"""' ~}~

Thelma Ceceña, orgullo juarense de La flamenca donosura de Celia Peña en

la danza, engalana el escenario de La foto de portada de promociona/es de La
Fiesta. Fiesta a nivel internacional.

~1~~···········~~1~
~l~···········~~t• Esta panorámica nocturna
de la ciudad de Taxco mues-
El vibrante color de la acuarela atrapa letra y música de El Beso (El
tra las bellas casas coloniales
beso, el beso, el beso en España ...) interpretado por Los Churumbeles
donde vivió la gente rica du-
la noche de su debut en La Fiesta.
rante la colonia. La iglesia
al centro es una de las más
floridas en América. La
réplica a escala está en un
balcón de La Fiesta.
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corporaciones policiacas de Ciudad Juárez en coordinación con las de El

Paso, tendían a garantizar al cien por ciento la estancia segura y placentera
del turismo familiar, particularmente del que se desplazabahacia La Fiesta.
Así que las perfumadas y elegantemente vestidas damas que caminaban por
la Mariscal, lucían confiadamente sus joyas.Y los caballerosno tenían nece-
sidad de palparse continuamente la bolsa del traje o tuxedo donde llevaban
sus abultadas carteras.
Este plan de acción no se dio nada más porque sí. Los operativos, encu-
biertos principalmente, fueron idea de Mariano Valle Salazar, propietario
de La Fiesta. Fue él quien realizó gestiones al respecto ante las correspon-
dientes instancias de Ciudad Juárez y El Paso. Le interesaba salvaguardar
bienes e integridad física de sus favorecedores, mayoritariamente prove-
nientes de territorio estadounidense. Mientras los visitantes estuvieran de
lado paseño, su seguridad corría a cargo de la policía paseña. Yaen Ciudad
Juárez, esto era responsabilidad de las autoridades juarenses. En el éxito
de los operativos iba de por medio el prestigio y grado de confiabilidad de
La Fiesta, en particular, y de Ciudad [uárez, en general. Dicho en otros
términos, a ningún prestador de servicios turísticos le convenía que en
el trayecto a determinado lugar, sus potenciales clientes fueran asaltados
y despojados del dinero destinado al pago de una cena con espectáculo
artístico. Por interés propio, primero habría de salvaguardar el interior
de su negocio y luego su entorno, que a manera de espiral sería toda la
~t~···········~j· ciudad. La idea de Mariano Valle implementada en Ciudad Juárez a partir
La sobria estructura exterior del edificio de La Fiesta rompe el contexto de 1954, fue aplicada en su momento en LasVegas,Nevada, donde los po-
urbano de la zona enclavada en calles Mariscal y Ugarte. derosos inversionistas y grandes consorcios que manejaban -y manejan-
los casinos, de común acuerdo cuidan como suyo el dinero que llevan los
jugadores, habituales o eventuales, provenientes de todas partes del mun-
do. Las medidas de seguridad imperantes van desde el interior de hoteles
y casinos, hasta el aeropuerto y terminales terrestres. Saben al momento
quién llega y en qué plan. No les conviene que en el trayecto a su hotel a
un buen cliente le roben lo que iba a apostar sobre los tapetes verdes.