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1. LA EMPRESA
Es una entidad operativa-económica organizada por una o más personas, en base a su iniciativa,
aportando para tal proyecto recursos económicos e implementando una infraestructura, así como
una tecnología acorde con la actividad a desarrollar, cuyo objetivo es la transformación de recursos
naturales, comprar, vender bienes y/o servicios, con la finalidad de lograr un beneficio económico.
La sociedad anónima puede ser fundada con un mínimo de tres personas naturales y/o jurídicas. No
existe límite máximo para el número de socios por lo que existen sociedades anónimas que llegan a
tener centenares de socios.
El capital está representado por acciones y se integra por aporte de sus socios, quienes no
responden personalmente de las deudas sociales.
El capital de las sociedades anónimas debe ser cancelado por lo menos en un 25%.
El aporte puede ser en dinero o bienes, que son representados en títulos de nominados
"CERTIFICADOS DE ACCIONES", emitiendo uno por cualquier cantidad de acciones que pasea el
accionista. Estos certificados de acciones deben registrase en el Registro de Emisión y
transferencias de acciones.
En la S.A. el capital está dividido en acciones. Cada sección representa una parte proporcional e
igual del capital social de la empresa. La tenencia de mayor cantidad de acciones de mayor
influencia en la toma de decisiones de la empresa.
Sociedad Anónima (S.A.): Cuando no tiene más de 20 socios y no tienen acciones inscritas en el
registro público en el mercado de valores.
Uno de los fenómenos que más ha contribuido a dificultar la comprensión del entorno se debe a la
creciente globalización de la economía y de los mercados -quizás uno de los fenómenos histórico-
económico más relevante de los años noventa-, que además nos conduce a pensar inmediatamente
en la competitividad de las empresas. En un contexto de mercados cada vez más integrados en los
que la competencia se globaliza a ritmos acelerados, la competitividad se constituye como el
principal concepto manejado por los directivos empresariales.
2. QUÉ ES LA COMPETITIVIDAD
NIVELES DE ANÁLISIS
Desde una perspectiva macroeconómica nos encontramos ante una noción más difusa que podría
definirse como la capacidad de un país para, en condiciones de mercado abierto, producir bienes y
servicios competitivos en los mercados internacionales, al tiempo que se mantiene o aumenta la
renta nacional. También se podría aplicar el concepto no a la economía en su conjunto, sino a una
de sus industrias o sectores. Desde este punto de vista, se define la competitividad como la
capacidad de un sector para aumentar, en condiciones de libre competencia, su participación en los
mercados interior y exterior, a la vez que mantiene un crecimiento satisfactorio de las rentas reales
generadas por su actividad.
Cada uno de estos niveles de competitividad ha sido objeto de estudio de diferentes campos del
conocimiento. Así la teoría del comercio internacional, que intenta explicar los orígenes y la
justificación del comercio entre países, se centra fundamentalmente en la competitividad
macroeconómica, la Economía Industrial se ocupa del análisis de las características estructurales de
un sector, es decir de la competitividad sectorial y, por último, la teoría de la dirección, que considera
las influencias sobre la competitividad de la gestión empresarial.
Competitividad Nacional.
Competitividad Sectorial.
Competitividad Empresarial -en sentido estricto
Los autores de estas teorías clásicas se referían a la competencia entre países sin entrar en la de
las empresas. Pese a esto, sus trabajos han sido considerados como punto de partida para otros
más recientes en los que se considera que las empresas pueden obtener ventajas competitivas por
el mero hecho de realizar sus operaciones en un determinado país al poder aprovechar las ventajas
comparativas del mismo. En este sentido, durante bastante tiempo esta idea se centró en la
posibilidad de tener un acceso más favorable en términos de coste a los recursos productivos (mano
de obra, tierra, capital, ...). Sin embargo, las últimas investigaciones apuntan hacia un papel más
complejo del país en el éxito de las empresas, una de las más completas es la propuesta por Porter
y que él mismo denomina la estructura del diamante.
Este aspecto de la competitividad queda recogido en el esquema elaborado por Porter (1980) de las
cinco fuerzas competitivas, que actúan en los sectores industriales y que determinan la rentabilidad
que pueden obtener las empresas.
La conjunción de las variables macroeconómicas con los aspectos asociados a la estructura de los
sectores no nos ofrece una visión completa del fenómeno de la competitividad, puesto que no
analizan a fondo el papel de la empresa en la competitividad. De ahí que sea necesario considerar
un tercer nivel de análisis, el empresarial, que considera que dentro de cada sector las empresas, a
través de capacidades de gestión y organización interna, determinan su propia competitividad. Las
empresas ya no son unidades cerradas -la especie de "caja negra" que postula la teoría tradicional
del comercio internacional- sino organizaciones con distintos grados de eficiencia y competitividad.
Por lo tanto, la empresa también es una generadora importante de ventajas.
competitividad empresarial en sentido estricto es la importancia de cada uno de estos factores -
macroeconómicos, sectoriales y empresariales- dependerá, en parte, de las características del
entorno en el que la empresa lleve a cabo su actividad.
Así, en economías protegidas y cerradas al exterior, lo que prima son los factores sectoriales y
empresariales, puesto que el entorno le reporta unas condiciones idénticas a todas las empresas. A
este respecto, podemos comentar que hace 50 años el propósito de los empresarios de nuestro país
no era conquistar el mundo, sino ganar dinero en el interior de los límites de su nación, sin pensar en
rivalizar con otras empresas que estaban al otro lado de las fronteras. Los aranceles eran
prohibitivos y los empresarios se centraban en sus propios países, buscando desarrollar alguna
ventaja interna para ser el mejor de la nación. Sin embargo, las cosas han cambiado en poco
tiempo, con las tendencias a la internacionalización las economías se abren cada vez más al exterior
y las empresas que compiten en cada mercado proceden de diferentes países, por lo tanto su
capacidad competitiva se va a ver afectada por la posición competitiva de las economías nacionales
de las que forman parte, ya que no todos los espacios económicos son igualmente atractivos para
impulsar a las empresas a que desarrollen su competitividad.
Para superar los retos cada vez más complejos y ambiciosos que plantea la globalización, las
pequeñas empresas necesitan apoyo gubernamental e institucional. Un enfoque en tres
componentes puede ayudarles a crear y consolidar su competitividad: una colaboración más
estrecha entre las empresas y los gobiernos; una integración eficaz en redes de los organismos
nacionales encargados de la cadena de valor, y un aprovechamiento óptimo de las nuevas
tecnologías. La globalización ha intensificado la competencia. La principal dificultad que deben
afrontar las empresas consiste en aprovechar los nuevos recursos y mercados, en un contexto de
fuerte y creciente competencia mundial. Para los gobiernos, el problema consiste en cómo formular y
aplicar las políticas y estrategias de apoyo correspondientes. Tanto las empresas como las
autoridades necesitan reforzar su colaboración a fin de crear y consolidar la competitividad
comercial.
Los factores que impulsan la globalización son muy poderosos: supresión de las barreras
comerciales, aceleración de los avances tecnológicos, reducción de los costos de las
comunicaciones y el transporte, migraciones internacionales y alta movilidad de las inversiones. Los
cambios son impresionantes. Por ejemplo, el arancel medio a la importación de productos
manufacturados es hoy de un 2,1%, mientras que en 1947 llegaba a cerca del 47%. El precio de la
potencia de procesamiento de las computadoras ha disminuido en una media de 30% anual, en valor
real, durante los últimos 20 años. Desde mediados de los años 1980, los flujos mundiales de
inversiones extranjeras directas han aumentado en cerca de 14% anual - casi el doble que las
exportaciones mundiales. Con el tiempo, en los mercados internacionales tendrán cada vez menos
importancia las fronteras y normativas nacionales. La globalización es irreversible y tiene profundas
consecuencias para las empresas y sus vínculos con los gobiernos de los países en desarrollo.
2.3. ESTRATEGIA DE COMPETITIVIDAD EN EL MARCO DE LA GLOBALIZACIÓN
Para reaccionar con eficacia a las exigencias de la economía globalizada, las empresas tienen que
crear diversas capacidades de exportación en los campos de la tecnología, mercadotecnia, gestión,
recursos humanos y financiación, y perfeccionarlas continuamente. Dicho esto, en la creación de
competitividad empresarial - especialmente para los mercados de exportación - también incumbe un
papel importante a los gobiernos y las instituciones de apoyo al comercio, que deben respaldar la
competitividad con estrategias coherentes. Convertir estas estrategias en medidas concretas
dependerá de que haya una cooperación estrecha y activa entre las empresas y los gobiernos.
Los procesos sinérgicos que impulsan la globalización están realzando la importancia del
conocimiento de los mercados y el uso de tecnologías para las empresas de países en desarrollo:
El entorno competitivo, también conocido como la estructura del mercado, es el sistema dinámico en
el que la empresa compite. El estado del sistema en su conjunto limita la flexibilidad de tu negocio.
Las condiciones económicas mundiales, por ejemplo, podrían aumentar los precios de las materias
primas, obligando a las empresas que abastecen su industria a cobrar más, elevando sus costos
fijos. En el otro extremo de la escala, los eventos locales, tales como la escasez de mano de obra
regional o desastres naturales también afectan al entorno competitivo.
Tus competidores directos ofrecen productos o servicios similares a los tuyos. Por ejemplo, un
negocio pequeño de reparación de equipos compite con otras empresas locales de reparación de
computadoras, así como con las grandes tiendas minoristas que ofrecen servicios de reparación de
computadoras. Las pequeñas tiendas minoristas compiten con clubes de almacenes y
megamercados minoristas que utilizan su enorme poder de compra para reducir los gastos
generales, lo que les permite ofrecer grandes descuentos que las tiendas pequeñas no pueden
permitirse.
3.3. DIFERENCIACIÓN
La innovación tecnológica también afecta al entorno competitivo, lo que dificulta a los que no se
adaptan. Por ejemplo, Internet ha permitido que los restaurantes puedan ofrecer en línea para llevar
pedidos a través de sus sitios web, lo cual algunos consumidores encuentran más conveniente que
realizar un pedido por teléfono. Los restaurantes que no se ajusten a este nuevo entorno competitivo
podrían tener una desventaja.
La productividad es la relación entre lo que se ha producido y los medios que se han empleado para
conseguirlo (mano de obra, materiales, energía, tiempo, dinero, entre otros). Una empresa es más
productiva si logra realizar sus productos y servicios empleando sus recursos de manera efectiva y
eficiente, es decir sin mermas y a tiempo. La competitividad es la capacidad que tiene una empresa
para obtener rentabilidad en el mercado en relación a sus competidores, es decir, sus productos o
servicios son preferidos por los clientes en comparación con otros existentes. Ambos conceptos son
interdependientes a través de relaciones directas tales como la rentabilidad de la empresa y la
calidad de sus productos o servicios, no es sostenible mantener uno en el tiempo sin la presencia del
otro.
Tal vez los factores que más afecten la productividad de las empresas peruanas sean las
competencias claves, las mermas operativas y la pérdida de tiempo. La realización de productos o
servicios en las empresas se soportan sobre procesos operativos, procesos de soporte y sistemas
de información los cuales no siempre cuentan con métricas de desempeño para determinar en el
tiempo la evolución de este soporte o compararlo con otras empresas. Es en cierta manera
manejar sin velocímetro, nivel de gasolina o temperatura del aceite, el motor funciona hasta que
tiene un desperfecto que no nos permite seguir avanzando.
La pérdida de tiempo es tal vez el factor al que menos atención se le presta y al que en cierta
manera la gran mayoría se resigna; sin embargo, afecta seriamente la productividad individual y la
productividad colectiva. En muchas empresas en nuestro país las reuniones empiezan tarde, o si
empiezan a la hora, los asistentes van llegando luego de iniciado. No siempre tienen agenda y los
asistentes van sin estar preparados para los temas que se van a discutir, en ocasiones asisten
personas que solo escuchan sin aportar o que a veces no hay realmente una razón para que estén
presentes.
Pocas personas planifican sus actividades diarias o semanales y cumplen con la planificación hecha
no hay foco en la anticipación y concreción de actividades clave; existen una serie de distractores
que aparecen en la jornada de trabajo que demandan atención y para los cuales es necesario
evaluar si es algo que debo hacer o delegar en otra persona, si es urgente y requiere atención
inmediata o si es importante y se puede planificar. Cuellos de botella operativos o decisiones que no
se toman a tiempo afectan la operación y las ventanas de oportunidad.
4.2. ESTRATEGIAS
El término de "Competitividad" es muy utilizado actualmente por las empresas y mas globalmente
por los países, los cuales la miden mediante índices la posición competitiva de sus naciones con en
el fin de establecer un ranking con el cual se marcan diferencias entre economías de acuerdo a los
sectores de la industria y a los tamaños de las empresas. Pero antes de entrar en materia nos
debemos formular la siguiente pregunta:
En un mundo globalizado las PYMES son las más golpeadas por empresas altamente competitivas y
dichas empresas pueden fallar o lo hacen en diferentes areas que las vuelven vulnerables a estas
compañias. (Luisa N. Berríos, Julio Ayca, Víctor Umaña, Francisco Leguizamón, 2002).
Las principales áreas de vulnerabilidad son:
Parece ser que una vez superado este primer subconjunto de dificultades, entre las barreras o
vulnerabilidades más inmediatas, frecuentes y de necesaria resolución para alcanzar la
competitividad se encuentran:
Así, la clave de la competitividad no es incurrir en mayores gastos que los rivales en I+D, hacer más
inversiones o tener mayor tamaño, es algo más complejo, que tiene relación con las capacidades de
los directivos, los niveles de integración y formación del personal, y la creación de una culturadentro
de la empresa, y con la configuración, dentro de ella, de un entorno sociopolítico que favorezca el
desarrollo de la empresa y un marco regulador que haga posible el desarrollo propio de las
habilidades de cada uno. Se hace necesario definir nuevas estrategias basadas en la creatividad y
en la creación de conocimiento para desarrollar productos y servicios que permitan redefinir el marco
industrial. (Lei, Solcum y Pitts, 1999)
Las aportaciones teóricas (MacMillan y Schuler, 1985; Coyne, 1986; Porter, 1991; Hall, 1992; Pfeffer,
1994; Mahoney, 1995) destacan, al respecto, que son precisamente los recursos humanos los
intangibles con mayor capacidad para el desarrollo de ventajas competitivas.
Aquí radica la gran responsabilidad de la dirección de los recursos humanos. Abundantes estudios
recientes reflejan que las políticas eficientes de recursos humanos generan importantes incrementos
de productividad a largo plazo (LONGenecker, Dwyer y Stansfield, 1998 o Ichniowski, Shaw y
Prennushi, 1997), o permiten lograr ventaja competitiva y mejorar los resultados empresa riales
(Lengnick-Hall y Lengnick-Hall, 1988).
El nivel de formación está directamente vinculado con la productividad de la empresa, tal y como
confirma el análisis econométrico de Ramírez (1993).
Para comprender la competitividad el punto de partida debe ser las fuentes de prosperidad de una
nación. La calidad de vida de un país está determinada por la productividad de su economía, la cual
se mide por el valor de los bienes y servicios producidos por unidad de mano de obra, capital o
recursos naturales del país. La productividad depende tanto del valor de los productos y servicios
nacionales medido de acuerdo a los precios que estos obtengan en los mercados internacionales y
la eficiencia en sus procesos productivos. (Agenda para Competitividad de Honduras: Marco
Conceptual, 2003)
Dentro del enfoque adoptado, este es el concepto clave para la búsqueda de la competitividad y el
progreso económico. Se debe entender que son las empresas mismas las que logran generar
ventajas competitivas en los mercados internacionales, cuando consiguen aumentar la productividad
en el uso de los recursos que emplean. Esto puede alcanzarse a través un aumento en la
productividad de la fuerza de trabajo, una reducción de los insumos utilizados, desechos generados
o en costos financieros, de logística o de administración. Asimismo puede alcanzarse por medio de
un aumento en los precios unitarios de sus productos al mejorar su calidad, al diferenciarlos con
respecto a los de la competencia o aumentar la productividad de la maquinaria, el equipo y demás
bienes de capital que emplea en sus procesos productivos.
Por lo tanto, el verdadero objetivo no debe ser aumentar las exportaciones per se sino más bien la
productividad. El reto central en el desarrollo económico es por tanto, cómo crear las condiciones
para un crecimiento rápido y sostenido de la productividad, pues la calidad de vida de la población
de un país dependerá en gran medida de esto. La economía mundial no es entonces un juego de
suma cero, pues muchas naciones al mismo tiempo pueden aumentar su prosperidad si su
productividad crece.
En el mundo actual de los negocios, las empresas deben ser competitivas, solo así lograran
establecer en los mercados actuales donde existe gran rivalidad competitiva entre las empresas. Es
por ello que al fundar una organización o empresa, se debe elegir la mejor estrategia empresarial a
seguir ya que esta es de suma importancia para, alcanzar el éxito ya que ninguna empresa puede
estar compitiendo sin misión, sin objetivos, sin metas y sin las estrategias necesarias para poder
lograr esos objetivos, por lo que es de suma importancia de que dicha decisión sea minuciosamente
analizada. La estrategia debe ser real y alcanzable de lo contrario la empresa no podrá llevarla a
cabo.
En este trabajo se dará a conocer que la estrategia dentro de la organización comprende todos los
niveles: corporativo, negocio o competitivo y funcional. Así como también se analizará y se
enfatizará sobre el segundo nivel que tiene que ver con lo competitivo y es así como, se pretende
dar a conocer estas tipologías, sus similitudes, diferencias y conceptos básicos que brinden al
empresario la idea fundamental de hacia dónde deber ir su empresa y en que tipología se puede
enmarcar su estrategia para lograr el éxito empresarial.
El impacto de los cambios económicos, políticos, culturales, tecnológicos y otros ha originado una
revolución en materia de gestión de información en las organizaciones, se transformaron entonces
las normas, los conceptos, los procedimientos, el comportamiento, así como los productos y los
servicios, una nueva actitud permea el quehacer cotidiano de la proyección y el desarrollo de las
actividades de información; indiscutiblemente el nuevo modelo de gestión tiene como base
indispensable la gestión del conocimiento. Se ha planteado la necesidad inmediata de implantar
modelos para la gestión de la calidad total en las instituciones de información, deja entrever la
estrecha relación que existe entre gestión de la información, del conocimiento y de la calidad en el
quehacer de una organización.
Se conoce como gestión el conjunto de actividades coordinadas para dirigir una organización, siendo
esta el conglomerado de personas e instalaciones con disposición, responsabilidades, autoridad y
relaciones. Cuando se habla de institución de información se hace alusión a una organización del
conocimiento, la cual, mediante un conjunto de procesos gestiona las capacidades y proporciona, en
la medida que se incrementa esta gestión de conocimiento, que la organización gane en desarrollo y
sea, en si misma generadora de cambios positivos. El conocimiento es un proceso de organización y
razonamiento del pensamiento integrando lo que resulta útil, considerando, además, que es un
conjunto de información, reglas e interpretaciones a partir de la experiencia organizacional, ya sea
de forma individual o colectiva.
Los servicios de información, como parte esencial de la infraestructura para la gestión del
conocimiento, suministran información, impulsan la generación del conocimiento para la búsqueda
de soluciones a los problemas que enfrentan las organizaciones, analizan su impacto sobre los
resultados de las empresas e influyen en el comportamiento de los individuos ante la información. La
gestión de la información se vincula con la generación y la aplicación de estrategias, el
establecimiento de políticas, así como con el desarrollo de una cultura organizacional y social
dirigida al uso racional, efectivo y eficiente de la información en función de los objetivos y metas de
las compañías en materia de desempeño y de calidad.
Las estrategias actuales para la gestión de la información y el conocimiento deben responder a los
nuevos tipos de demandas, resultantes de la aparición de tendencias gerenciales más modernas en
las organizaciones. En la creación de los nuevos sistemas de gestión de la información es
imprescindible considerar las fuentes factográficas (datos), documentales y no documentales, los
sistemas informáticos, la cultura de información, los modelos de comunicación, entre otros
elementos.
Cuando nos referimos al aprendizaje hablamos del proceso integrador de conocimientos, habilidades
y actitudes para conseguir cambios o mejoras de conducta, que significa una acción que toma el
conocimiento en todo su sentido y genera, a su vez un nuevo conocimiento. El concepto de
aprendizaje es aplicable no solo a las personas, sino también a los equipos y las organizaciones.
Estos últimos, para su aplicación requieren herramientas o mecanismos capaces de convertir el
conocimiento de las personas y equipos de la organización en conocimiento más colectivo.
Para que se produzca el cambio del que hablamos, se hace necesario un aprendizaje
organizacional, para el cual Peter Senge sienta las bases de las denominadas Organizaciones
Inteligentes. Para este autor en este tipo de organizaciones “la gente expande continuamente su
aptitud para crear los resultados que desea, se cultivan nuevos y expansivos patrones de
pensamiento, donde la aspiración colectiva queda en libertad, y donde la gente continuamente
aprende a aprender en conjunto”. Además, propone cinco disciplinas del aprendizaje organizacional:
Pensamiento sistemático.
Dominio personal.
Modelos mentales.
Visión compartida.
Aprendizaje en equipo.
La gestión del conocimiento busca asegurar que la organización disponga de la información y las
capacidades necesarias para su adaptación continua a los cambios internos y externos del medio
ambiente. De una correcta gestión de la información y del conocimiento depende, en gran medida, la
implementación de la gerencia de la calidad.
La información se mueve del entorno a las organizaciones a través de redes formales e informales.
Su infraestructura es visible y definida, compuesta por cables, buzones de correo electrónico,
direcciones etc. La información como principio fundamental tiene un significado y puede nutrir al que
la recibe e implica que, para transformar los datos en información, hay que añadir valor en varios
sentidos. Las formas más comunes en que se ejecutan son contextualizando para saber para qué
propósito se generaron; categorizando para conocer las unidades de análisis de los componentes
principales; calculando mediante análisis matemáticos o estadísticos; corrigiendo errores y
condensando para resumir de forma más concisa.
Por tanto, durante el proceso de toma de decisiones, la estrategia implica la gestión de información
adecuada y actualizada, así como tener en cuenta el sistema de valores y competencias que
sostienen la cultura organizacional, por lo que se habla de explicitar compartir conocimientos y
valores para que la empresa, de manera integrada, aprenda y pueda alcanzar niveles de
conocimiento organizacional capaces de producir los valores que satisfagan las expectativas de su
objetivo social.
7.1. LOS BENEFICIOS QUE APORTA UNA BUENA GESTIÓN DE INFORMACIÓN
EMPRESARIAL Y QUE GARANTIZAN EL CAMBIO