La contabilidad tiene dos métodos para reconocer los ingresos y gastos:
efectivo y valores devengados. Cada método tiene sus ventajas,
beneficios y desventajas. Dependiendo de cuál selecciones, obtendrás un número diferente para tu cuenta de resultados. Podrías tener un método para tus necesidades diarias financieras y otro para tus declaraciones de impuestos de fin de año. Muchas pequeñas empresas que no tienen inventario seleccionan la base contable de efectivo. Las ventajas del método de efectivo es que es simple, flexible y toma en consideración los flujos de efectivo. Los ingresos no se gravan a menos que se reciban. La desventaja es que no hay control de las cuentas por cobrar y cuentas por pagar, especialmente a largo plazo. Manejar un negocio es algo más que ver el dinero que entra y sale, y la base de efectivo te da una visión demasiado estrecha de las finanzas empresariales. Las ventajas del método de acumulación son que es aceptado por los GAAP y da una mejor idea de los ingresos reales y gastos dentro de un período de tiempo. El método de acumulación da una visión a largo plazo de la empresa, a diferencia del método de efectivo. La desventaja es que el flujo de caja y análisis puede ir en un segundo plano. Además, la acumulación es más complicada que el método de efectivo. ¿Qué es el Devengado?
El criterio de lo devengado es un método que reconoce un hecho
económico (sea por ejemplo una venta, una compra, o cualquier otro evento) pero en ningún momento se fija en los efectos de la circulación del efectivo que se causa a contraprestación del hecho.
Para poner un ejemplo claro, si hacemos una venta a plazo siendo
persona moral (que se rige por el método de lo devengado) para la determinación del IVA a pagar del mes, nada importa el dinero a cobrar en meses posteriores, sino que se causa conjuntamente con la operación y no por sus efectos financieros futuros, y así debe pagarse sobre lo facturado. ¿Qué es el Percibido? El otro método en cuestión es el de lo percibido. Aquí efectivamente se reconocen los movimientos de caja sin considerar cuándo se han producido los hechos económicos que los ocasionan.
A modo de ejemplo, si vendemos nuestro vehículo a plazo asignado a
la actividad empresarial, como persona física (donde debemos regirnos por el método de lo percibido), registraremos los ingresos e IVA de cada mensualidad. Es decir, de cada flujo de efectivo que tengamos. ¿Qué método conviene más? Aquí no es cuestión de conveniencia, sino que la Ley indica la forma en que impositivamente debemos considerar ingresos y gastos. No obstante, muchos consideran que el método del devengado ayuda a las inversiones fuertes para descontar gastos en un período, mientras que otras aseguran que prorratear estos gastos en diferentes períodos es más beneficioso.
Beneficios de la base de efectivo
Los beneficios asociados a la contabilización sobre la base del efectivo dependen del tipo de negocio del que se trate. Por ejemplo, si la empresa no lleva un inventario, opera sobre la base de ventas en efectivo y no cuenta con un sistema de retorno de productos, el método preferido será sobre la base del efectivo. Las razones por las que se utiliza ese método son que es más económico para implementar, que simplifica el registro y que les permite a los dueños determinar rápidamente si están funcionando de forma rentable. Por ejemplo, una cafetería o restaurante, que recibe efectivo a medida que vende, no es susceptible de recibir retorno de productos y tiene poco inventario, se beneficiará con este método.