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Introducción
Desde tiempos remotos, los seres humanos han utilizado recursos líticos para su desarrollo,
fragmentos de rocas o minerales medianamente trabajados como herramientas y armas;
posteriormente, con la evolución continua y el conocimiento de diversos procesos,
inventaron la metalurgia.
▪ Chihuahua
▪ Michoacán
▪ Zacatecas
▪ Durango
▪ Sonora
▪ Coahuila,
▪ Guanajuato
▪ San Luis Potosí
▪ Hidalgo
▪ Sinaloa
▪ Colima
▪ Jalisco
Los metales pesados se han convertido en un tema actual tanto en el campo ambiental
como en el de salud pública. Los daños que causan son tan severos y en ocasiones tan
ausentes de síntomas, que las autoridades ambientales y de salud de todo el mundo ponen
mucha atención en minimizar la exposición de la población, en particular de la población
infantil, a estos elementos tóxicos.
Dado que el plomo, el arsénico y el cadmio están entrando al organismo de los afectados
por la ingesta de polvo, el estudio de éste y del suelo de donde proviene, adquiere una
importancia central para evaluar las dimensiones del problema y para establecer
estrategias de remediación.
En la ciudad de Torreón, Coahuila, se asienta desde hace más de 100 años la empresa
metalúrgica Met-Mex, Peñoles, S.A. de C. V., la cual es considerada una de las empresas
más grandes a nivel mundial en su género, siendo el complejo fundidor primario y
secundario de plomo más grande de Latinoamérica y el cuarto a nivel mundial. Este
complejo metalúrgico fue un productor importante de arsénico hasta 1976, año en que
interrumpió esta rama productiva, y en los últimos 25 años ha desarrollado una capacidad
industrial creciente en la producción de plata, zinc, cadmio, bismuto, entre otros metales.
La actividad industrial prolongada durante más de 100 años, de los cuales 80 fueron
operados prácticamente sin control ambiental, así como la existencia de una legislación
laxa, rezagada y con poca capacidad de operación y supervisión, provocó un impacto
ambiental grave y de magnitud no bien estudiada, hasta 1995. Fue en este año, cuando se
realizó un estudio de muestreo y determinación de plomo en los polvos de las principales
rutas de auto-transporte a la planta y de las colonias aledañas a la metalúrgica, exponiendo
información valiosa sobre la magnitud de la contaminación en suelos y polvos de la ciudad.
En el año de 2001 se publican datos obtenidos en 1997 donde se presenta evidencia sólida
que muestra que más del 90 % de los niños escolares residentes en una colonia aledaña a
la empresa metalúrgica tienen niveles de plomo en sangre superiores a 10 mg/dL, el cual es
el valor considerado como límite seguro por agencias internacionales y aceptado por la
actual normatividad mexicana (NOM-199-SSA1-2000).
Sin embargo, la normatividad mexicana suele ser laxa y adolece de lagunas y de normas.
Por ejemplo, no existe una Norma Oficial Mexicana sobre concentración de metales
pesados en el suelo ni existe una sobre emisión de metales pesados a la atmósfera, aunque
existe una norma (NOM-043-ECOL-1993) que establece límites máximos permisibles para
la emisión de partículas suspendidas totales (PST) a la atmósfera desde una chimenea. Las
PST incluyen a los metales como el plomo. Sin embargo, esta norma es para chimeneas y
no incluye otras fuentes de emisión. También existe una norma que establece límites
máximos a la concentración de plomo en la atmósfera pero que no constituye un nivel
máximo de emisiones.
Objetivo
Objetivo
Remediación de los suelos in situ en la zona de Torreón, Coahuila utilizando la tecnología
de fitorremediación, debido a la contaminación por plomo, cadmio y arsénico, derivada de
actividades minero-metalúrgicas.
Metodología
Por último nos dimos a la tarea de investigar y proponer alternativas de remediación para
esta zona. Decidimos optar por un tratamiento biológico debido a que son efectivos en
cuanto a costos, son tecnologías más benéficas para el ambiente, los contaminantes
generalmente son destruidos y se requiere un mínimo o ningún tratamiento posterior.
Nuestra tecnología utilizada fue la fitorremediación, este proceso utiliza plantas para
remover, transferir, estabilizar, concentrar y/o destruir contaminantes (orgánicos e
inorgánicos) en suelos, lodos y sedimentos, y puede aplicarse tanto in situ como ex situ.
Se eligió esta tecnología debido a sus diferentes aplicaciones; ya que puede aplicarse
eficientemente para tratar suelos contaminados con compuestos orgánicos como benceno,
tolueno, etilbenceno y xilenos (BTEX); solventes clorados; HAP; desechos de nitrotolueno;
agroquímicos clorados y organofosforados; además de compuestos inorgánicos como Cd,
Cr(VI), Co, Cu, Pb, Ni, Se y Zn (Sellers 1999). Se ha demostrado también su eficiencia en la
remoción de metales radioactivos y tóxicos de suelos y agua.
Se podría decir que este problema se expande de manera que afecta a la mayoría de los
sectores de la población, por tal motivo es importante que la ciudadanía cultive en las
nuevas generaciones una cultura de educación ambiental, además de que se siga
presionando al gobierno para garantizar que estos avances sean constantes e incrementen
con el paso del tiempo.
Como se esperaba la sociedad denunció la contaminación causada, por tal motivo la opinión
pública, nacional y mundial ayudaran a continuar mejorando en busca de reducir el daño.
Las propuestas planteadas en el anterior trabajo nos muestran de manera detallada una
solución para el problema antes mencionado, la cual es la utilización de las nuevas
tecnologías en fitorremediación, este método no asegura por completo la limpieza al cien
por ciento de la contaminación, pero si permitirá reducirla en gran medida a comparación
de antes y de tal manera poder habitar sin problemas de salud de acuerdo a los rangos
permitidos para sobrevivir.
Bibliografía