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Radiología de Cráneo
Universidad Manfriada
Manfredcito Perro Maldonado
HISTEROSALPINGOGRAFIA.
La histerosalpingografía (HSG) es una de las técnicas fundamentales en el estudio de la
infertilidad femenina.
La indicación principal es el estudio de la esterilidad e infertilidad (esterilidad es la falta de
concepción, infertilidad es el fracaso de los embarazos). Esta exploración nos da
información sobre las cavidades tubárica y uterina (tamaño, forma, posición) y su posible
patología, así como demostrar si las trompas uterinas están permeables.
La histerosalpingografía se efectúa en la primera parte del ciclo, entre el 7 y el 12 día,
período en que el endometrio es delgado y el riesgo de embarazo, teóricamente nulo.
Radiografía lateral de
Histerosalpingografía.
PATOLOGÍAS DEMOSTRABLES CON
HISTEROSALPINGOGRAFÍA.
Pólipos.
Se trata de una imagen lagunar de contornos regulares y
redondeados que se borra mientras se rellena la cavidad.
Su tamaño es variable.
Los pólipos uterinos son crecimientos adheridos a la pared
interna del útero que se extienden hasta la cavidad uterina.
El crecimiento excesivo de las células en el revestimiento
del útero (endometrio) produce la formación de pólipos
uterinos, también conocidos como «pólipos endometriales».
Estos pólipos no suelen ser cancerosos (son benignos),
aunque algunos sí pueden serlo o, con el tiempo, pueden
convertirse en cáncer (pólipos precancerosos)
Miomas
Los miomas uterinos son masas anormales de tejido
muscular liso que se localizan en y alrededor del útero y
ocasionalmente en el cuello uterino.
Estos miomas se originan de las células de músculo liso que
existen en el miometrio o pared del útero. En la mayoría de
los casos son múltiples, pero ocasionalmente pueden ser
únicos.
Otros términos por los que se suelen denominar a estas
lesiones son leiomiomas o fibromas uterinos.
Los miomas producen relieves con reducción de la cavidad
uterina y desplazamiento en función del tamaño y la
localización.
Adenomiosis
Es un engrosamiento uterino que se produce cuando el
tejido endometrial, que normalmente recubre el útero, se
pasa a las paredes musculares externas del mismo.
Se sospecha por la presencia de imagenes de suma a
modo de espiculas miometriales más o menos
profundas.
Malformaciones uterinas
El útero tabicado produce una cavidad dividida en dos
partes; la magnitud de la división depende de la altura del
tabique. En caso de tabique total, es difícil distinguirlo del
útero bicorne unicervical. En teoría, las dos partes están
separadas por un ángulo agudo en caso del tabique y por
un ángulo obtuso en caso de útero bicorne unicervical. En
presencia de una hemicavidad con visualización de una
sola trompa, se trata de un útero bicorne verdadero, de un
seudounicorne o de la visualización de un solo cuerno en caso de útero bicorne bicervical.
Hidrosalpinge
Se trata de una dilatación ampular, asociada o no a una
obstrucción distal. A menudo hay borramiento de los pliegues
mucosos.
Fimosis tubarica.
Es una obstrucción distal. La trompa está totalmente opacificada
hasta el extremo de la ampolla, pero se produce una interrupción
brusca sin opacificación peritoneal. La ampolla puede tener un
aspecto normal con pliegues conservados. Según el contexto y la
antigüedad, la fimosis se asocia a un hidrosalpinge
Tuberculosis tubarica.
Es una lesión pelvica con asociación frecuente de lesiones uterinas. La infección produce
una necrosis caseosa tipica con fibrosis. Las imagenes son bilaterales y asocian signos
ampulares e istmicos. En la ampolla se observa una estenosis central con borramiento de
los pliegues mucosos y dilatación tubarica en ocasiones asociada a diverticulos. En el
istmo adoppta un aspecto rigido y moniligorme.
URETROCISTOGRAFIA
Es un estudio radiológico utilizado en urología, que se realiza para la evaluación de
diferentes patologías o alteraciones, como por ejemplo estrechez o afinamiento de la
uretra, reflujo de la orina o infecciones de las vías urinaria.
Esencialmente es un estudio de la vía urinaria baja y alta en caso de ser patológica la
baja (Por reflujo). A través de cateterismo se llena la vejiga de medio de contraste y con
técnica de fluoroscopía vamos observando la presencia o no de reflujos.
No es necesario que el paciente se prepare para esta exploración, aunque debería vaciar
la vejiga antes del sondaje. Es importante que el paciente idealmente orine antes del
examen, ya que si viene con la vejiga muy llena no podremos tomar la imagen de
repleción parcial y el contraste se puede diluir en este contenido proporcionando una mala
imagen. Si el paciente no orino, se le puede sacar orina por la misma sonda
El paciente deberá realizarse un estudio bacteriológico de orina en el laboratorio
(urocultivo), cuyo resultado debe ser negativo (normal) para realizarse el examen, debido
a que el examen trata de buscar el reflujo vesicoureteral y la realización del examen
podría empujar los microorganismos hacia la vía alta.
El medio de contraste utilizado debe ser yodado hidrosoluble no ionico. La dosis va a
depender de la capacidad vesical de cada paciente, su edad y sexo.
PROCEDIMIENTO
Lo primero el paciente debe orinar.
Se posiciona en decúbito dorsal.
Se retrae el prepucio y se realiza la higiene de los genitales con una solución
antiséptica
Se anestesia localmente el meato uretral. Posteriormente se toma el pene y se
levanta de manera que la uretra quede más accesible para el paso de la sonda.
Se introduce un catéter a través de la uretra. La sonda debe fijarse y esto es
importante para evitar cateterizar de nuevo y no edematizar la uretra, para esto es
importante el cuidado y la inmovilización del niño.
A través de este catéter se aplica el medio de contraste. Importante, tratar de
acelerar el examen favorecerá la absorción transmural (Infiltración de la pared
vesical) y en el peor de los casos se podría “reventar” la vejiga.
Luego se realiza la toma de imágenes (placas radiográficas) de la vía urinaria. El
procedimiento es habitualmente guiado a través de un monitor (radioscopia).
Primero se produce un medio llene, luego repleción máxima, posteriormente la
micción y finalmente postmiccional. En cada una de estas etapas se toman
imágenes anatómicas de la vejiga en AP. Se pueden adicionar tambien 2 oblicuas
para analizar uréteres distales y uretra (Para detalles, salientes de perfil, defectos
de llene por ureterocele) y funcionales que se enfocan en renal simple que incluye
la uretra (Demuestran finalmente si durante la micción hay reflujo). En menores de
1 año se recomiendan 3 micciones, para aumentar la sensibilidad del examen.
Si llegara a existir reflujo, se debe caracterizar con proyecciones oblicuas
principalmente. Se debe identificar la altura que posee, las variables anatómicas
asociadas, etc. Luego de caracterizar el reflujo, se estudia el residuo post-
miccional, en condiciones normales debería verse la vejiga y la uretra sin
contraste. Finalmente se retira la sonda y se da término al examen.
La primera imagen se toma en repleción parcial (medio llene), debido a que el ureterocele
se puede esconder en la repleción máxima. Una vez la vejiga se contemple más llena
(Ojala el llene máximo, pero ese momento es justo antes a la micción) se toman una AP y
las oblicuas; oblicua posterior izquierda para evaluar la unión ureterovesical derecha y
viceversa. Y finalmente mientras el paciente orina, en las niñas se toma en AP dada la
disposición recta de la uretra y en los niños en oblicua dada la longitud y disposición de la
misma Como aún nos quedan 2 micciones, ahí podremos caracterizar mejor el reflujo
(Mediante proyecciones funcionales oblicuas) y como ya sabemos el máximo volumen de
la vejiga entonces se hace más “fácil” el procedimiento. Si puede orinar de manera
voluntaria es más fácil, en el caso contrario hay que esperar a que lo haga. La última
imagen se toma luego de cambiar de nuevo el paño sucio en contraste y se toma imagen
solo a la anatomía del paciente
Recordar nuevamente la importancia de no apurar el paso del contraste, ya que esto
generará absorción transmural, llegando contraste a la circulación.
A la hora de las imágenes , es importante lograr 45° de oblicuidad (Un agujero obturador
abierto y otro cerrado) pero manteniendo siempre la separación de las piernas para no
dificultar la visualización de las estructuras (Como la uretra en el caso de los niños). En el
caso de la AP en niñas durante la micción, es importante tomar la imagen rápidamente, ya
que el contraste entrará en la vagina, perdiéndose la visión de la uretra. Si la vagina ya
tiene contraste, se puede tomar oblicua para diferenciar.
En un varón adulto, la capacidad vesical máxima varía entre los 500 y 600 ml.
En las mujeres adultas la capacidad vesical máxima está entre los 600 y 800 ml.
El residuo post miccional debería ser entre 5 y 10 cc, mayor de 20cc se considera
patológico.
En una uretrocistografía se considera una vejiga mayor a lo normal si la imagen
sobrepasa las crestas iliacas.