Sunteți pe pagina 1din 8

Estructuración Espacial y su Representación

(AAVV)

Introducción

El espacio es el entorno de todos, con el cual se puede interactuar de diversas formas; según
Piaget (1948) "el espacio lo constituye aquella extensión proyectada desde el cuerpo, y en todas direcciones,
hasta el infinito".El espacio no es sólo un lugar de desplazamiento es una construcción mental.

La noción de espacio constituye parte de nuestro pensamiento, en el cual se insertan los datos de las
experiencias y se convierte en representativo y simbólico, desarrollando ciertas formas de
razonamiento en el niño/a... La noción de espacio no es fácil de construir por el niño evoluciona
según dos planos: percepción sensomotriz (Plano Práctico: espacio real en el que se produce la acción)
y su representación (Plano Figurativo: diferentes representaciones del espacio real-práctico: dibujos,
maquetas...). El niño consigue primero el espacio práctico y después el figurativo. Así, inicialmente el
espacio se estructura en relación al propio cuerpo. Su percepción es egocéntrica y personal.
Progresivamente se elabora y diversifica con la edad.

Idea que a su vez está implicada con los diferentes campos que el niño aborda en el proceso de
elaboración:
Corporal: espacio del propio cuerpo. Implica el conocimiento de las relaciones espaciales
entre las distintas partes del cuerpo.
Amplio: espacio exterior al propio cuerpo, en el que se producen los desplazamientos.
Gracias a él percibe las relaciones con los demás y diferentes objetos.

El aprendizaje del espacio se basa inicialmente en los ejercicios de coordinación dinámica general
y coordinación dinámica específica Todos los ejercicios y juegos espaciales deberán tener una
progresión gradual y orientar al niño/a a que tome conciencia y acceda a un nivel simbólico. Las
nociones espaciales no pueden integrarse verdaderamente, si no es a través de una
experimentación personal que tenga un sentido y un valor para el niño/a.
Las categorías que están en relación con el espacio son: la percepción, la orientación, la
organización y la aplicación.
- La percepción del espacio, posibilita tomar conciencia del lugar que nos circunda, en
donde interactuamos, aquello que podemos focalizar.
- Al captar el espacio con los sentidos, estamos en condiciones de orientarnos y
organizarnos. La exploración nos ayudará a abrir nuestros límites.
- La aplicación está relacionada con el desempeño eficiente en el espacio, transferir
aprendizajes espaciales a situaciones más complejas y poder llegar a generalizarlas.

En el proceso de elaboración del espacio y de las nociones espaciales que lo configuran, hay
algunos elementos básicos, que por medio de la práctica global del movimiento, el niño/a
estructura simultáneamente:
- Esquema corporal
- Estructuración espacial
Estos elementos son imprescindibles para que los niños conozcan y dominen su cuerpo
correctamente y, además, permiten que se desenvuelvan con naturalidad en el entorno en el que
viven. Para desarrollar adecuadamente estas capacidades, los niños deben ser ayudados y guiados
tanto por los padres como por los maestros, ya que si no se les ayuda pueden desarrollarlos
incorrectamente y, como consecuencia, podrían tener problemas a la hora de dominar y conocer
su cuerpo y también para acoplarse en el entono.

Esquema corporal
El Esquema Corporal se configura como la experiencia estructurada que cada persona tiene de su
propio cuerpo dentro de un marco espacio-temporal y en sus relaciones con el entorno.

Organización del Esquema Corporal.


No es posible establecer una buena relación entre él yo y el mundo exterior si no se conoce y
representa mentalmente de forma adecuada el propio cuerpo. Esta intuición mas o menos
acertada a cada uno posee su realidad física se conoce con el nombre de Esquema Corporal,
concepto que no sólo hace referencia a la vivencia consciente de la totalidad de nuestro cuerpo
sino también de los distintos segmentos que lo integran y de sus funciones.
Además ésta no sólo es la primera percepción que la persona tiene sino que es la base para todas
las demás, por eso de su riqueza, claridad y perfección depende la calidad de las nuevas que se
vayan incorporando a su psiquísmo.

Los autores no coinciden respecto a la concepción del esquema corporal:


- Pick: Es una imagen espacial, geográfica, de nuestros límites, una imagen en relación con
el espacio exterior.
- Piaget: La organización del esquema corporal pasa por los períodos de organización
sicológica del niño
Schilder: El esquema corporal es una imagen formada por las sensaciones que nos
proporciona el movimiento.
- Wallon: Es la representación más o menos global, más o menos específica y diferenciada
que el niño tiene de su propio cuerpo
- Le Boulch: Es la organización de las sensaciones relativas a su propio cuerpo en relación
con los datos del mundo exterior.
- Rossel: El esquema corporal no es más que una imagen entre otra imagen, sin otra
particularidad que el interés afectivo que le presta el sujeto.
- Muchielli: Dice que su evolución es lenta y que en condiciones normales sólo alcanza su
pleno desarrollo hacia los once - doce años.

Lo que parece estar claro es que la imagen corporal está en nosotros tiene aspectos geográficos y
espaciales. Es un esquema del cuerpo en funcionamiento. Es un esquema postural.
El esquema corporal mal estructurado se traduce en deficiencias en diversos aspectos de la
personalidad como puede ser: en la organización espacio - temporal, en la coordinación motriz, e
incluso, en una falta de seguridad en las propias aptitudes, circunstancias estas que, como es
lógico, dificultan establecer la adecuada comunicación con el entorno. De ahí la gran importancia
que se le concede a la organización del esquema corporal en la educación psicomotriz
considerándolo uno de sus objetivos prioritarios.
Esta afirmación parece aún más cierta en Educación Especial donde los niños, debido a su
dificultad e incluso incapacidad para alcanzar estructuras intelectuales complejas, se nutren
básicamente de sus percepciones para llegar a un conocimiento de su entorno. Su cuerpo
adquiere en estos casos una importancia desmesurada como punto de apoyo de las relaciones con
el mundo exterior.

Etapas de Estructuración
El esquema corporal se estructura de acuerdo a las leyes de maduración neurológica:
• Dos Primeros años: el niño domina primero su cabeza, luego el tronco y después las
extremidades inferiores.
o 0-3 meses: Etapa de movimientos reflejos. Etapa oral.
o 3 meses-1 año: Hacia los cuatro meses comienza a mirarse la mano. Las sensaciones
cutáneas de vestir, lavar... resultan fundamentales. Paso de la postura horizontal a la
vertical.
o 1-3 años: La marcha facilita el descubrimiento con su entorno. La prensión se hace
mas precisa.
• De los tres a cuatro años: los elementos motores y cinestésicos prevalecen sobre los
elementos visuales y espaciales.
• De los cinco a los siete años: progresivamente el niño es capaz de ir representando y
tomando conciencia de su propio cuerpo y a la vez transpone esta imagen hacia los
demás.
• Desde los ocho a nueve años: traspone con seguridad su imagen a los demás, es capaz de
trasladar progresivamente esta orientación a los objetos, lo que permite una
estructuración de su espacio de acción y disponibilidad global de su cuerpo como
conjunto organizado, llegando así a un control acabado de su movilidad segmentaria.
Estas etapas se construyen conforme a las leyes céfalo - caudal y próximo - distal, es decir, la
maduración neurológica se realiza desde la cabeza a los pies, desde el centro del cuerpo hacia la
periferia.

Aspectos educativos.
El punto de partida de su educación es el movimiento global a través de la experiencia vivida y
apuntar hacia la percepción y control del propio cuerpo, es decir, la interiorización de las
sensaciones relativas a una u otra parte del cuerpo y la sensación de globalidad del mismo, un
equilibrio postural económico, definir y afirmar un determinado predominio lateral, a la
independencia de los diferentes segmentos con relación al tronco y entre ellos, al dominio de las
pulsaciones e inhibiciones, estrechamente ligado a la vez, a los elementos precedentes y al
dominio de la respiración.
Antes de finalizar lo referente al contenido, queremos recalcar que en ningún momento la
educación del Esquema Corporal sólo se debe referir al simple nombrar, enumerar, tocar partes o
segmentos del cuerpo, sino también a la real toma de conciencia de ellas y a la representación
mental de los movimientos que podemos realizar.

Estructuración espacial
La Estructuración Espacial es la capacidad para establecer una relación entre los elementos
elegidos para formar un todo, esta relación implica la independencia de los elementos
constitutivos del conjunto en una situación espacio - temporal determinada.
En la construcción progresiva del espacio existen momentos fundamentales: el niño ha de
establecer la distinción entre el yo y el no-yo. Esta distinción pasa por la conciencia de tener un
cuerpo situado en el contexto. Es éste un espacio rudimentario, funcional, práctico, donde el niño
distingue su propio cuerpo de los demás. Después aparece es espacio próximo (entorno físico
que le rodea y es accesible a la acción), del que el niño toma conciencia primero a través de la
acción y luego de la representación.

Por tanto, y en coherencia con lo indicado en las páginas anteriores, en su exploración del espacio
el niño distingue:
• Espacio manipulativo: Es el espacio exterior más cercano al propio cuerpo, es que está al
alcance de la mano y para el que no necesita desplazarse. Existe una motricidad diferente
entre el espacio amplio (marcha) y el manipulativo (prensión).
• El espacio gráfico: no hace referencia al volumen, como los anteriores, sino que es plano.
Aquí es donde se forman las nociones espaciales verticales y horizontales
Todo ello conlleva la progresiva elaboración de la "Estructuración Espacial". Para ello, resulta
necesario plantear una diferenciación entre dos conceptos con el fin de facilitar la comprensión
del tema, estos son, la orientación espacial y la organización espacial. La orientación y la
organización espacial se presentan como dos pilares fundamentales que deben estar considerados
íntegramente durante todo el proceso de enseñanza, ya que hacen posible al niño el movimiento
con el que puede organizar el espacio y sin duda alguna, constituyen la base de los posteriores
aprendizajes.
La noción de estructuración espacial no es innata, sino que se elabora y construye mediante la
acción y la interpretación de un gran bagaje de datos registrados por los sentidos.
Según Piaget, se compone de tres categorías fundamentales, las cuales deberán ser, manejadas por
los niños con el fin de capacitarse en la orientación y organización espacial, estos son:
— Relaciones topológicas: relaciones elementales existentes entre los objetos, como por
ejemplo, de vecindad, separación, orden, sucesión, continuidad.
— Relaciones proyectivas: se fundan sobre las topológicas y responden a la necesidad de
situar, en función de una perspectiva dada, los objetos o los elementos de un mismo
objeto en relación con los demás.
— Relaciones euclidianas o métricas: demuestran la capacidad de coordinar los objetivos
entre sí, en relación con un sistema o unas coordenadas de referencia, lo que supone la
utilización de medidas de longitud, de capacidad y de superficie.
Con relación al último punto, en el caso de los niños con deficiencia mental se pueden
utilizar medidas de carácter arbitrario (por ejemplo: utilizando objetos como palitos de helado se
puede saber cuántos de éstos caben en una mesa, también se pueden utilizar las manos, los pies u
otros) hasta llegar paulatinamente a la utilización de medidas convencionales básicas (mediante
reglas), todo esto considerando las posibilidades de los alumnos a los que estemos atendiendo.
En la estructuración espacial, los niños podrán presentar una o más de las dificultades que se
señalarán a continuación: en la escritura espontánea separará o unirá palabras sin respetar la
estructura del lenguaje, sólo se guiará por claves fónicas. Por ejemplo: "mimamá me dio laleche"
en vez de "mi mamá me dio la leche", esta dificultad puede darse tanto en el lenguaje oral como
en la escritura espontánea y se caracteriza por exhibir problemas de concordancia en género,
número o conjugación verbal.
En general, las complicaciones presentadas en el ámbito de estructuración espacial,
temporal o espacio - temporal, constituyen un índice considerable de dificultades para reproducir
una cierta disposición de los elementos (fonemas, letras, cifras, palabras, etc.) en el espacio y en el
tiempo o en ambos al mismo tiempo.

 Orientación Espacial
Podemos entender la Orientación Espacial como la aptitud para mantener la constante
localización del propio cuerpo, tanto en función de la posición de los objetos en el espacio como
para colocar esos objetos en función de su propia posición. Lo anteriormente señalado incluye un
variado conjunto de manifestaciones motrices (reagrupamientos, decisiones, localizaciones, etc.),
las cuales capacitan a la persona para el reconocimiento topográfico del espacio.
La manifestación de dificultades de orientación espacial en un niño se expresará en su
aprendizaje, a través de la escritura, la confusión entre letras de similar grafía, las cuales se
diferencian por una orientación establecida en relación con la vertical y la horizontal, esto se
conoce como "inversión estática". y puede darse, por ejemplo, con las letras d y b, p y q, entre
otras.
Por otra parte, en el cálculo el niño tenderá a confundir, tanto en la lectura como en la escritura
de éste, ciertas cifras como el 6 y 9 o escribir 3 y 5 al revés.

 Organización Espacial
La Organización Espacial se reconoce como la manera de disponer los elementos en el espacio,
en el tiempo o en ambos a la vez; es decir, la forma de establecer relaciones espaciales, temporales
o espacio - temporales entre elementos independientes (relación de vecindad, proximidad,
anterioridad o posterioridad, sobreposición). Se caracteriza por poseer un distinto desarrollo
según se produzca en etapas preoperatorias u operatorias del niño.
En relación con el tema Piaget propone una distinción entre el espacio perceptivo (figurativo) y el
espacio intelectivo (representativo). El espacio figurativo de tipo perceptivo se presenta en los
períodos evolutivos inciales (aprox. entre los 0 y 2 años), y los intuitivos (aprox. entre los 2 y 7
años). Se caracteriza por la vivencia motriz y perceptiva inmediata que el niño posee del espacio,
la cual le permite establecer relaciones cada vez más complejas mediante la exploración y la
experimentación dentro del entorno más cercano. El espacio representativo de tipo intelectivo,
aparece más tarde, a partir de los 7 u 8 años, cuando el niño adquiere progresivamente la
capacidad de analizar los datos perceptivos inmediatos y elabora relaciones espaciales mucho más
complejas. En ese momento se manifiesta una descentración respecto al propio cuerpo, una
objetivación de los puntos de vista y juicios sobre las relaciones espaciales logrando superar el
egocentrismo cognitivo.
Las dificultades en el ámbito de organización espacial se expresarán, por ejemplo, al presentarle a
un niño letras tales como: l - a - s - a y se le pide que las organice de manera tal que se pueda leer
la palabra "alas", el niño tenderá a no respetar el orden y podrá presentar palabras como: sala o
lasa. Esto se denomina "inversiones dinámicas".
Existen otros conceptos muy relacionados al tema de estructuración espacial, estos son la
lateralidad y la direccionalidad, mediante los cuales el niño puede fundamentar un marco de
referencia para distinguir y relacionar elementos u objetos, considerando su propio cuerpo con
respecto al espacio en el que se desenvuelve.
La idea en relación con lo que implica el espacio, sólo se puede concebir mediante la acción, la
cual se dará en la interacción constante entre éste y el niño. El niño organiza el espacio a partir de
las experiencias de su cuerpo y de su desarrollo en él, paulatinamente va explorando el espacio
que le rodea, los objetos que en él existen y el mundo de los demás.

DESARROLLO DE LAS NOCIONES ESPACIALES


Nuestro medio físico se estructura simultáneamente con nuestro medio social a partir de un mismo
origen, y entre medio de ambos medios,crecen los dos tipos esenciales de actuación mental del
sujeto, es decir, la conceptualización, autorregulada por el propio sujeto y no representativa de por
suyo, y la figuración, siempre representativa, y sujeta a extraer información del medio flexible
exterior e interior al sujeto.
El niño interacciona con los lugares y esa interacción le llevará al establecimiento de las relaciones
de que son susceptibles los elementos que lo configuran espacialmente.
Dicho de otro modo, el niño interactúa con entornos concretos y construye en base a ellos, su
conocimiento espacial, de la misma manera que, gracias a la actividad intelectual llevada a cabo
sobre los objetos y sus propiedades, logra construir unas estructuras operatorias de clasificación
lógicas.
El espacio topológico es considerado por Piaget como el derivado del conjunto de relaciones que
pueden ser establecidas entre los objetos, o entre partes de un objeto, tales como la vecindad, la
envoltura, la separación,…
El espacio proyectivo es el derivado de la representación mental de la perspectiva, del espacio
considerado desde un determinado punto de vista. Es el referido a la vinculación espacial del sujeto
con los objetos, lo cual supone la conquista del vacío mediatizador entre ambos polos
interactuantes.
La concepción euclidiana del espacio incorpora unos ejes de coordenadas que lo convierten en un
continente que incluya al propio sujeto como un objeto más contenido en él. Los elementos son
fundamentales, son, por un lado el desplazamiento, y por otro, la conservación de tamaños y de
instancias, variables que no afectan a la concepción operatoria de un espacio proyectivo.

LA CONCEPCIÓN TOPOLÓGICA DEL ESPACIO INFANTIL


El descubrimiento de las propiedades de los objetos y fenómenos y la construcción del
conocimiento son siempre fruto de la incidencia activa del individuo sobre el medio.Esta
vinculación del sujeto con el objeto comporta también un aspecto figurativo para la mente del
individuo, relativo a la asimilación, directa o imaginada, tanto de los elementos como de los estados
sucesivos por los que la acción les obliga a pasar.
Por otro lado, el aspecto figurativo de la construcción compromete a la percepción: la asimilación
del objeto condiciona la actividad sobre él y viceversa.
Las relaciones espaciales susceptibles de ser construidas a esta edad son de carácter topológico en el
sentido que hacen referencia a las características relacionales de un objeto particular tomado
aisladamente. En esas relaciones no intervienen la necesidad de situar el objeto de acuerdo con
otros, tanto en una función de una perspectiva como en función de un sistema de ejes de
coordenadas.
El espacio sensomotor en una fase que ocupa los seis primeros meses de vida viene caracterizado
por la incoordinación de los sucesivos cuadros sensoriales que el niño vive y percibe. La relación
más elemental que es posible establecer es la de proximidad entre elementos percibidos de un
mismo ámbito.
La posición ocupada por las cosas en el espacio permite al individuo establecer relaciones de cada
una consigo mismo, de cada una con las otras, de todas juntamente con él y con el marco
euclidiano que las acoge. En este caso se está haciendo referencia a un orden perspectivo y
euclidiano, se puede sospechar la importancia de la relación de orden topológico en la construcción
de estas identidades conceptuales del espacio.

LA CONSTRUCCIÓN DEL ESPACIO PROYECTIVO


Según Piaget, la concepción proyectiva del espacio se inicia psicológicamente cuando los objetos y
su figura dejan de ser considerados sólo en su esencia topológica y pasan a ser concebidos siempre
en relación a un punto de vista.
La relación entre el sujeto y la relación espacial, mediatizada por el punto de vista, será planteada
desde dos conceptos básicos, que ilustrarán los avatares propios de la construcción `proyectiva del
espacio:
- El punto de vista del sujeto frente al objeto, en cuyo caso interviene una relación
perspectiva.
- La determinación de las posiciones relativas de todos los elementos de un conjunto o
configuración espacial, a través de la coordinación de los diversos puntos de vistas o
perspectivas desde los que dicha configuración puede ser contemplada.
Ambos contextos poseen en su seno una noción común: la recta como representación mental de
una organización de conjunto que relaciona espacialmente los objetos entre sí, ya sea en función de
un determinado punto de vista, ya sea en función de un sistema de coordenadas objetivo y, por
tanto, ajeno a cualquier perspectiva particular.

HACIA LA CONCEPCIÓN EUCLIDIANA DEL ESPACIO


Llevará al individuo a la construcción euclidiana del lugar.
Las coordenadas del espacio euclidiano son una vasta red extendida a todos los objetos y
consistente en relaciones de orden aplicadas a las tres dimensiones a la vez; cada objeto situado en
esta red está coordinado por los otros según las tres clases de relaciones simultáneas
(izquierda/derecha, delante/detrás y encima/debajo) a lo largo de líneas rectas, paralelas entre sí a
lo que se refiere a una de estas dimensiones, que se cruzan en ángulo recto con las orientadas las
otras dos. Gracias a esta red, las figuras pueden estar orientas, y los movimientos dirigidos en el
espacio.

SISTEMAS DE REFERENCIA
El movimiento en el espacio supone servirse de punto de referencia merced a los cuales localizar la
dirección y la posición.
La esencia de un sistema de referencia es la relación de las partes móviles con algún aspecto
invariable y estacionario del espacio.
Según Piaget e Inhelder, el desarrollo de sistemas de referencia se funda en la capacidad natural de
utilizar el que ellos describen como marco de referencia natural, a saber, el correspondiente a la
horizontal y a la vertical.
Un elemento importante para servirse satisfactoriamente de los sistemas de referencia es la
conciencia de la dirección. Greenes sostiene que, de ordinario, las relaciones espaciales se exploran
inicialmente a lo largo del eje vertical, o sea, mirando arriba y abajo. Arriba/debajo,
alto/bajo,encima/debajo. Se desarrollan después las relaciones de orientación horizontal, las cuales
no se encuentran tan tajantemente diferenciadas.
Piaget e Inherlder estudiaron la capacidad de los niños para servirse de elementos de referencia
horizontales y verticales de diversos modos. Uno de sus estudios se ocupa del eje de referencia
horizontal.
Se le mostró al niño un frasco lleno hasta su cuarta parte de agua coloreada. Se inclinó ante el niño una
jarra vacía de la misma forma y tamaño;el niño tenía que indicar si la línea de nivel del agua podría ocupar
diversas posiciones.
Para estudiar cómo se utilizaban una referencia vertical hicieron flotar en agua un corcho atravesado por una
cerilla perpendicular a la superficie del agua, la llamaron mástil de un barco.
Se le pedía al niño que dibujase que posición ocuparía el mástil en diversas orientaciones del frasco.

Piaget e Inhelder sostienen que el niño no comienza a comparar el nivel del agua con la posición de
otro objeto hasta que tiene entre cinco y siete años.

En definitiva
El espacio como objeto mental y como concepto matemático no está en el punto de partida del
estudio de la geometría, sino que es el producto de un largo proceso de elaboración que parte
de la vivencia en múltiples situaciones espaciales y de la progresiva coordinación entre la
percepción y la acción. Al tratar con los primeros niveles educativos, es importante el estudio
del significado e importancia de la capacidad de orientación y organización espacial en el
desarrollo del individuo y en la elaboración de los sistemas de referencia..
Las personas debemos aclimatarnos y hacernos al entorno en el que nos desenvolvemos, para
que no tengamos problemas a la hora de ello, debemos desarrollar y educar adecuadamente
unos elementos que poseemos todos los seres humanos. Para desarrollar correctamente estos
elementos, desde pequeños hemos de ser guiados y ayudados para conseguirlo. Muchas veces
no apreciamos la gran importancia que tiene este adecuado desarrollo, pero donde
verdaderamente podemos apreciar su importancia es en personas que no los tienen bien
desarrollados y que sufren graves consecuencias, como pueden ser los trastornos espacio-
temporales. Como apunta Pinol- Douriez, el espacio es al mismo tiempo “estructura
elaborada por las operaciones intelectuales y contenido sobre el que se ejercen dichas
operaciones”.
Como hemos visto, para un buen desarrollo espacial es previo y fundamental un conocimiento
del esquema corporal. Será el cuerpo el punto de referencia por excelencia para poder
orientarse y organizarse en su propio espacio y en el espacio externo, conocer los objetos, su
posición, su forma, etc.... Del cuerpo van a partir las primeras direcciones básicas de la
orientación espacial, que le van a ayudar a situarse y a marcar unos puntos de referencia con
respecto al exterior. El individuo se orienta a sí mismo en el espacio y, una vez orientado,
comienza a organizar dicho espacio. La orientación es un patrón de referencia intrínseco al
propio sujeto y no necesita de un espacio concreto, ni de unos objetos concretos, a diferencia
de la organización que si va a necesitar de unos elementos concretos, situados en ese espacio
en el que el sujeto va a establecer formas de relación externas, a partir de las pautas de
orientación elaboradas en función del propio cuerpo.
En un primer momento este proceso se basa fundamentalmente, en las vivencias y
experiencias cotidianas del niño, éstas le proporcionan un conocimiento corporal y espacial
que, poco a poco, irán evolucionando en continua interrelación y le conducirá a una
interiorización y conceptualización del espacio que le rodea. El conocimiento espacial no
deriva sin más de la percepción visual sino que representa el producto de una larga
construcción, en la que la actividad perceptiva y motriz juega un papel fundamental. En el
descubrimiento de las nociones y relaciones espaciales tiene, por tanto, un papel decisivo la
actividad del individuo. El conocimiento del espacio proviene, al principio, de la actividad
sensoriomotriz y posteriormente, a nivel representativo, la actividad - real o imaginada - ira
flexibilizando y coordinando las imágenes espaciales.
Las relaciones existentes entre el dibujo y el objeto son muy complejas, ya que son producto
de una interpretación del sujeto, tanto del objeto en sí mismo como de sus posibles
transformaciones. Además, los aspectos perceptivos del dibujo pueden entorpecer la lectura
geométrica de los alumnos, al atraer su atención sobre elementos del dibujo, no pertinentes
para dicha lectura. A lo largo del aprendizaje, la distancia entre las propiedades espaciales del
dibujo y las propiedades geométricas del objeto correspondiente, se hace cada vez mayor y es
la responsable de algunas de las dificultades y errores más comunes entre los alumnos.
Podemos afirmar que la construcción del conocimiento espacial y geométrico tiene ciertas
peculiaridades. Su análisis puede dar pistas para elaborar criterios de organización y
secuenciación de los contenidos geométricos, reflexionando, por ejemplo, sobre el sentido que
tiene empezar y primar los aspectos euclidianos del espacio, como se viene haciendo en la
escuela históricamente.
A la hora de diseñar unidades didácticas para el aula de Primaria, la introducción de contextos
geométricos es relativamente sencilla ya que, el conjunto de fenómenos que pueden ser
abordados desde el conocimiento geométrico es extraordinariamente rico. Especialmente en
los últimos años, donde el mundo de la imagen domina claramente los sistemas de
comunicación. Ello oferta grandes posibilidades para ser tratados en el aula desde situaciones
cercanas a los niños y a su entorno cotidiano.

S-ar putea să vă placă și