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INTRODUCCIÓN
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RESUMEN
Este trabajo tiene como objetivo plantear un análisis reflexivo acerca de «Las
múltiples inteligencias», expuesta por el psicólogo y neurólogo Howard
Gardner. Esta propuesta rompe el paradigma tradicional de 53 inteligencia
como única y general y señala su condición de pluralidad. Esta nueva visión de
la inteligencia permite reivindicar la condición humana con relación a sus
múltiples capacidades de cognición y genera en la educación nuevas prácticas
pedagógicas e institucionales. Finalmente, se señala también el valor del
entorno cultural para el desarrollo del intelecto a humano.
PARTE I
1. ANTECEDENTES
En 1983, el psicólogo y maestro de la Universidad de Harvard, Howard
Gardner estableció su teoría de la existencia de más de una inteligencia
en su libro: Estructuras de la mente: teoría de las inteligencias múltiples.
Gardner propone que no sólo existe una inteligencia, sino al menos siete
más; señala que cada niño tiene diferentes formas de aprender, ya sea a
través de las palabras, los números, los dibujos, la música, etc. Y así,
con lo que establece en la teoría, su objetivo es alcanzar el mayor nivel
del potencial humano, y no limitarse a una sola forma de inteligencia.
En virtud de que la medición de la inteligencia es muy compleja y
depende de muchos procesos como el aprendizaje, el contexto del
sujeto, su entorno natural, entre otros, Gardner establece que la
“inteligencia trata más bien de la habilidad de resolver problemas y de
crear productos en un entorno vasto”. De esta manera, el psicólogo de
Harvard, plantea un método para poder separar esta diversidad de
capacidades que tiene el ser humano, dividiéndolas en 8 categorías.
2. ¿QUE ES LA INTELIGENCIA?
Estamos acostumbrados a pensar en la inteligencia como una capacidad
unitaria o que abarca varias capacidades. Sin embargo, en oposición a
esos enfoques de perfil más bien reduccionista, Gardner propone un
enfoque de inteligencias múltiples. Se trata de un planteamiento
sugerente, y acaso también provocativo, que permite problematizar
sobre el fenómeno de la inteligencia más allá del universo de lo
cognitivo.
Una inteligencia, para Howard Gardner (1995), «implica la habilidad
necesaria para resolver un problema o para elaborar productos que
son importantes en un contexto cultural». Si nos detenemos a mirar
lo que involucra esta concepción de inteligencia para el intelecto
humano, podemos observar:
La resolución de problemas: Frente a este aspecto se puede decir que
el tener un problema para resolver significa que la actividad mental
siempre tiene una meta: «resolver dicho problema», y persiguiendo
este propósito establece unas estrategias o mecanismos para
alcanzarlos.
Además, es importante considerar que los problemas van desde los
simples a los complejos, y por consiguiente, tanto remendar un vestido
como hallar la vacuna para una enfermedad mortal constituyen
problemas que reflejan el intelecto humano.
La creación de un producto cultural: Creaciones cuya importancia
están demarcadas por las culturas, igualmente se puede decir que van
desde productos rudimentarios pero útiles, pasando por tecnologías
sociales, hasta el desarrollo de la llamada tecnología dura, todas ellas
en función del mejoramiento de la calidad de vida de las sociedades
humanas. De aquí que podemos señalar que tanto una casita elaborada
por un albañil especial llamado popularmente «el maestro de obra»,
como el diseño y construcción de un rascacielos llevado a cabo por un
arquitecto representan expresiones de la inteligencia de las personas.
Una vez ilustradas las implicaciones cognitivas que conlleva el ejercicio
de una inteligencia, veamos cuáles son las múltiples inteligencias
identificadas por Gardner.
¿Cómo podemos aprovechar los padres esta Teoría de las inteligencias
múltiples? Es el pro- pio Howard Gardner quien nos responde: “¿Quiere
potenciar la inteligencia de su hijo? Averigüe qué le apasiona”.
A partir de los 6 años nos resulta más fácil identificar el potencial
personal de los niños en diferentes tareas. Pero, cuidado: también lo es
proyectar en ellos nuestras personales pasiones y prioridades. El reto
es, por tanto, saber qué les gusta más a ellos y en qué son más hábiles.
Para esto es necesario darles la oportunidad de conocer diferentes
actividades (por ejemplo una relacionada con cada tipo de inteligencia),
y ver qué sucede. Necesitaremos una aguda capacidad de observación.
Aunque, como padres, ¿hay algo que nos apasione más que observar
cómo se desarrollan nuestros hijos?
Fue con Gardner que se complementaron las diversas teorías que
buscaban comprender el sistema cognitivo, especialmente la
inteligencia, sus componentes y estructuras, de modo que su propuesta
de las inteligencias múltiples es usada en la actualidad tanto en el ramo
de la psicología como en el de las ciencias de la educación como lo es la
orientación vocacional.
He aquí las ocho inteligencias que describe Gardner en su teoría:
2.1. INTELIGENCIA LINGÜÍSTICA
Esta inteligencia se manifiesta como la capacidad de pensar y
emplear de manera eficaz las palabras, manipulando la estructura
o sintaxis del lenguaje, la fonética, la semántica, y sus
dimensiones prácticas, además de utilizarlo para expresar y
apreciar significados complejos.
Se puede observar a temprana edad en los niños a los que les
encanta redactar historias, leer, jugar con rimas, trabalenguas y
en los que aprenden con facilidad otros idiomas; las personas que
desarrollan esta inteligencia más que otras, encuentran gran
motivación en las “historias, poemas, cuentos, canciones, etc.,
además de que narran eventos con gran facilidad.”
Los campos de labor profesional en los que conviene
desempeñarse haciendo uso considerable de esta inteligencia
son: escritores, guionistas, oradores, periodistas, comunicólogos,
etc.
Algunas personas destacadas en relación a esta inteligencia:
William Shakespeare, Pablo Neruda, Miguel de Cervantes
Saavedra, Dante Alighieri.
VEAMOS EL CASO:
avanzado.
2.3. INTELIGENCIA CORPORAL Y CINÉTICA.
Permite al individuo manipular objetos y expresarse a través de
las habilidades físicas ya que involucra el uso de todo el cuerpo o
parte de él.
Las operaciones fundamentales asociadas con esta inteligencia
son el control sobre las acciones motrices y la capacidad de
manipular objetos externos. La zona cerebral que se ocupa de
estas funciones se halla en el lado izquierdo del cerebro; incluye
habilidades de coordinación, destreza, equilibrio, flexibilidad,
fuerza y velocidad.
Los atletas, bailarines, cirujanos, mimos y artesanos poseen un
crecimiento en esta inteligencia.
Personas que podemos mencionar en este apartado son María
Sharapova, Charles Chaplin, Isadora Duncan, Michael Phelps.
VEAMOS EL CASO:
Cuando era un bebé le encantaba dar volteretas en la cama. Casi
empezó al mismo tiempo a andar que a correr. El patinete y la
bici fueron pan comido. Y hubo que pararle los pies cuando
descubrió lo divertido que era saltar haciendo cabriolas en la
piscina. Ahora se apunta a todos los deportes, porque disfruta
poniendo a prueba sus habilidades en cada uno de ellos. No es
precisamente de los altos, pero su buen manejo de la pelota le
convierte en un compañero ideal en el básquet. De hecho,
balones y pelotas se parecen cobrar vida cuando sus manos
juguetean con ellos. No para. Y así, en continuo movimiento, es
feliz.
A todos los niños y niñas les encanta correr, saltar y en general
aprender a manejar su cuerpo. Nuestra sociedad todavía limita
este tipo de actividades en las niñas, si bien poco a poco las
familias se van convenciendo de su importancia para su
desarrollo. Hay sin embargo pequeños con una muy destacada
habilidad para estas cosas. La vez jugar entre los demás y
VEAMOS EL CASO:
CONCLUSIÓN
SUGERENCIAS
DIFICULTADES
ANEXOS
1. INTELIGENCIA LINGÜÍSTICA.
3. INTELIGENCIA CORPORAL.
4. INTELIGENCIA MUSICAL.
5. INTELIGENCIA ESPACIAL.
6. INTELIGENCIA NATURALISTA.
7. INTELIGENCIA INTERPERSONAL.
8. INTELIGENCIA INTRAPERSONAL.
BIBLIOGRAFÍA
ÍNDICE