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TRABAJO ENCARGADO de VISIÓN HISTÓRICA DEL PERÚ Y DEL MUNDO

Estudiante: Alex Kelvin Melo Cutipa.

 Descubrimiento, Ubicación y Fundación de la Cultura Caral.

Caral es un sitio arqueológico donde se hallan los restos de la principal ciudad de la civilización
Caral. Se encuentra en el valle de Supe, a 182 kilómetros al norte de Lima (Perú), a 23 km del
litoral y a 350 msnm. Se le atribuye una antigüedad de 5000 años y es considerada la ciudad más
antigua de América, pues no se ha encontrado hasta ahora en dicho continente otro sitio más
antiguo con semejante diversidad de edificios monumentales, con distintas funciones
ceremoniales y administrativas. Ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la
UNESCO.

La cultura Caral se desarrolló entre 3000 y 1800 a. C. (Arcaico Tardío y Formativo Inferior) es
decir, fue contemporánea de otras civilizaciones primigenias como las de Egipto, India, Sumeria,
China, pero a diferencia de ellas (que intercambiaron sus logros), se desarrolló en completo
aislamiento. En América, es la más antigua de las civilizaciones prehispánicas, superando en 1500
años a la civilización Olmeca, otro importante foco civilizatorio situado en Mesoamérica.

Estrechamente relacionada con la ciudad de Caral se hallaba Áspero o El Áspero, situado en el


litoral cercano a la desembocadura del río Supe, y que, según todos los indicios, fue su ciudad
pesquera. Allí es donde se han hallado restos de sacrificios humanos (dos niños y un neonato), y
más recientemente (2016), de una mujer, que presumiblemente perteneció a la elite local de hace
4500 años. Otros sitios situados en el valle de Supe y que formaban parte del núcleo de la
civilización caral son Miraya, Lurihuasi, Chupaciga

Caral se halla situado en el distrito de Supe de la provincia de Barranca del departamento de Lima,
a 184 km al norte de Lima Metropolitana, y a 23 km de la costa del Océano Pacífico, en un espacio
geográfico conocido como el Norte Chico. Para llegar al sitio arqueológico se debe tomar un
desvío a la altura del km 184 de la Panamericana Norte, vía que se despliega por la margen
derecha del río Supe; al llegar al centro poblado de Caral se debe seguir el desvío hacia el parador
turístico, hasta el puente peatonal. Desde ahí se debe caminar aproximadamente 20 minutos hasta
el Centro de Recepción

 Descubrimiento, Ubicación y Fundación de la Cultura Chavín.

Chavín de Huántar o cultura chavín es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló
durante el Horizonte Temprano ( 200 a.C.- 700 d.C )12 Tuvo su centro de desarrollo en la ciudad
de Chavín de Huántar, que está ubicada a 2 km de la confluencia de los ríos Huacheksa y Mosna,
en la cuenca alta del río Marañón (en el actual departamento de Áncash).
Oro chavín.

Tradicionalmente, el desarrollo histórico de Chavín se considera como un «horizonte cultural»


debido a sus influencias artísticas y religiosas presentes en otras culturas contemporáneas a ella.
Gran parte de aquel desarrollo histórico corresponde al Periodo Formativo específicamente al
Formativo Medio y al Formativo Superior que tiene como características la intensificación del
culto religioso, la aparición de la cerámica estrechamente relacionada a los centros ceremoniales,
la intensificación del cultivo del maíz y la papa, el perfeccionamiento de las técnicas agrícolas y
el desarrollo de la metalurgia y la textilería.

Collar chavín de oro.

Fue el arqueólogo Julio César Tello quien la descubrió y consideró como la «cultura matriz» o
«madre de las civilizaciones andinas», y que eran de origen amazonica sin embargo
descubrimientos recientes sugieren que la civilización de Caral ―del periodo Precerámico
Tardío― es más antigua que Chavín.

Tello planteó que la cultura chavín fue de origen amazónico debido a las múltiples
representaciones de la iconografía selvática en sus manifestaciones artísticas, especialmente en la
cerámica. En su máximo apogeo Chavín de Huántar, centro principal chavín, actual Patrimonio
Cultural de la Humanidad, fue un importante centro ceremonial y centro de irradiación cultural
cuya influencia se extendió por gran parte de la costa y sierra de los andes peruanos.

 Descubrimiento, Ubicación y Fundación de la Cultura Moche.

La cultura moche es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló entre los siglos
II y V en el valle del río Moche (actual provincia de Trujillo, en el departamento de La Libertad).
Esta cultura se extendió hacia los valles de la costa norte del actual Perú.

Las sociedades moches hicieron grandes obras de ingeniería hidráulica: canales de riego y
represas, lo que les permitió ampliar su frontera agrícola a gran escala.

Fueron grandes arquitectos; su materia prima fue el adobe. Construyeron complejos religiosos-
administrativos de carácter monumental, conformados por palacios y templos o huacas (en forma
de pirámide trunca), las cuales los recubrían de grandes murales en alto y bajo relieve, pintados
con colores extraídos de la naturaleza, donde plasmaron sus dioses, mitos, leyendas y toda su
cosmovisión cultural. Las más notables de estas construcciones son las llamadas Huacas del Sol
y de la Luna, en el valle de Moche.

Fueron los mejores metalurgistas de su época; doraron el cobre mucho antes que en Europa; y
conocieron una variedad de técnicas (laminado, martillado, alambrado, soldadura, etc.),
fabricando herramientas, armas, atuendos, emblemas, ornamentos y toda su variada y rica
parafernalia ritual.

Son considerados los mejores ceramistas del Perú antiguo, gracias al fino y elaborado trabajo que
realizaron en sus ceramios. En ellas representaron, tanto de manera escultórica como pictórica, a
divinidades, hombres, animales y escenas significativas referidas a temas ceremoniales y mitos
que reflejaban su concepción del mundo, destacándose la asombrosa expresividad, perfección y
realismo con que los dotaban. De este arte sobresalen los huacos retratos y los huacos eróticos.

Fueron grandes navegantes: construyeron caballitos de totora, los que hacían más pequeños para
la pesca y más grandes para sus viajes hasta las costas ecuatoriales, desde donde traían la concha
Spondyllus, sagrada para los moches, y en general, para el resto de las culturas costeñas del
Antiguo Perú.

Políticamente, las sociedades moches ―de fuerte segmentación en clases sociales― se


organizaban en reinos o señoríos confederados. Se ha podido conocer más sobre esta cultura
gracias al descubrimiento de algunas tumbas intactas de sus gobernantes o señores, como la del
Señor de Sipán y la Dama de Cao.

 Descubrimiento, Ubicación y Fundación de la Cultura Chimú.

Chimú es una cultura preincaica que se desarrolló en la costa norte de Perú tras el decaimiento
del imperio huari entre los años 1000 y 1200. Ocuparon los territorios que antes habitaron los
mochicas y los lambayeques, llegando a expandir sus dominios, en su etapa de mayor desarrollo,
por toda una extensa franja costera del norte del Perú de unos 800 km de longitud, desde Tumbes
hasta el valle de Huarmey.

En su desarrollo se distinguen dos etapas; en la primera se trataba de un reducido grupo localizado


en el antiguo valle Moche y zonas aledañas (900-1300); y en la segunda ya habían conquistado
un vasto territorio y eran un reino en constante expansión (1300-1470). Diversos historiadores
sostienen que, hacia mediados del siglo XV, los chimúes fueron derrotados por los incas.

Los chimúes se destacaron en el plano urbanístico gracias a sus formidables construcciones.


Muestra de ello son Chan Chan, la fortaleza de Paramonga, entre otras. Así también se destacaron
en metalurgia, en los que utilizaron una diversidad de técnicas y metales para su elaboración; y
en textilería (tejidos de algodón, lana de llama, alpaca y vicuña).

 Descubrimiento, Ubicación y Fundación de la Cultura Nasca.

Nazca es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló en los valles del actual
Departamento de Ica, alrededor del siglo I y entró en decadencia en el siglo VII.
Su Capital político-Administrativo estaba ubicado en Cahuachi, en el margen izquierdo del Río
Grande, en la actual provincia de Nazca.

También construyeron un impresionante sistema de acueductos subterráneos, conocidos como


Puquios, que todavía funcionan en la actualidad.

Su territorio llegó a abarcar desde Chincha por el norte, hasta Arequipa por el sur y por el este
hasta Ayacucho. Hasta el siglo VI d. C., aumentaron sus contactos con la zona andina, llegando
inclusive hasta las zonas altas de Ayacucho. Este contacto tuvo especial importancia en la
formación de la cultura Huari.

Un aspecto distintivo de Nazca es su cerámica policromada, con figuras de hombres, animales,


plantas, etc. En muchas de estas cerámicas, se representan a hombres mutilados. El arte textil
floreció tanto como en la época de los Paracas. Tuvieron un estilo propio de trabajo de los metales,
aunque de menor calidad al de la época de Chavín.

Lo más impresionante de esta civilización son los trazos efectuados en las Pampas de Jumana,
conocidos como las Líneas de Nazca, que representan figuras gigantescas de animales, seres
humanos y diseños geométricos, hechos a una escala extraordinariamente grande y con mucha
precisión. Se ignora su fin, aunque se ha teorizado que fuera un gigantesco calendario, resultado
de observaciones astronómicas. Según los últimos hallazgos y estudios presentados en mayo de
2015 por parte de la Universidad Japonesa de Yamagata, se postula que las líneas servían como
epicentros de la actividad ritualista tanto de los Nazca como de otra culturas circundantes. Se ha
desvelado que las líneas fueron hechas por más de una cultura y en momentos históricos distintos.
De esta manera cumplían una función integradora para todas las culturas que yacían entre la costa
y sierra Iqueña. Se concluye también que servían para adornar el camino del peregrino hacia la
ciudad de Cahuachi, centro socio-político de la cultura Nazca, ya que las líneas están hechas para
verse desde cierta altura.

La economía nazquense estaba basada en la agricultura intensiva. Los nazcas lograron resolver el
problema de tierras eriazas en la costa mediante el empleo de una red de acueductos, que
constituye una verdadera hazaña de su ingeniería hidráulica.

A treinta kilómetros de la ciudad de Nazca se halla el Cementerio de Chauchilla. Una necrópolis


al aire libre en la que a pesar de los saqueos todavía se pueden ver momias en buen estado de
conservación así como restos de cerámica.

 Descubrimiento, Ubicación y Fundación de la Cultura Paracas.

Paracas fue una importante civilización precolombina del Antiguo Perú, del periodo denominado
Formativo Superior u Horizonte Temprano, que se desarrolló en la península de Paracas,
provincia de Pisco, región Ica, entre los años 700 a. C. y 200 d. C. Es contemporánea en parte con
la cultura Chavín que se desarrolló en el norte del Perú. Buena parte de la información sobre los
paracas proviene de las excavaciones arqueológicas emprendidas en Cerro Colorado («Paracas-
Cavernas») y en Warikayan («Paracas-Necrópolis») por el arqueólogo peruano Julio C. Tello y
su discípulo Toribio Mejía Xesspe en los años 1920. Actualmente se sabe que lo que Tello
denominó como «Paracas-Necrópolis» pertenece a otra tradición cultural, la llamada cultura
Topará, cuyo centro estaba ubicado más al norte, en el valle de Chincha.

Los paracas practicaban una textilería de alta calidad, en lana y algodón, así como una cerámica
decorada y una cestería muy elaborada. También realizaban trepanaciones craneanas, cuyos fines
aún se discuten.

La cultura paracas es la antecesora de la cultura nazca con la que tiene una evidente afinidad
cultural; de hecho, para muchos especialistas, la fase final de Paracas es en realidad la fase inicial
de la cultura nazca.

 Descubrimiento, Ubicación y Fundación de la Cultura Tiawanako.

La cultura Tiahuanaco es una cultura arqueológica que se desarrolló en los actuales países de
Bolivia, Perú y Chile entre los años 1580 a. C. y 1187 d. C. Su área de influencia, visible en
objetos con una peculiar iconografía, comprende la cuenca del lago Titicaca como región nuclear,
desde donde se distribuye hacia los valles y costa del océano Pacífico por el oeste, la región del
Chapare por el este y el altiplano boliviano meridional y el oasis de San Pedro de Atacama por el
sur. Su capital y principal centro religioso fue la ciudad de Tiwanaku, ubicada en las riberas del
río homónimo, pocos kilómetros al sur del lago Titicaca, en el actual departamento boliviano de
La Paz.

Se cree que Tiwanaku obtuvo una serie de bienes y recursos de ecosistemas diferentes al del
Titicaca a través del intercambio con diversas sociedades locales de regiones altiplánicas y
vallunas, aunque también manejaron enclaves poblacionales en zonas como Moquegua (sur del
Perú) y, posiblemente, Cochabamba en los valles orientales bolivianos. El sitio de Tiwanaku se
caracteriza por una amplia infraestructura ceremonial que atestigua prácticas religiosas muy
complejas. Su arquitectura y escultura presentan una iconografía muy estandarizada que sugiere
el desarrollo de depurados sistemas de pensamiento, difundidos a través de objetos más ligeros
como cerámica y textiles.

Precisamente estas dos formas de expresión material son las que encuentran mayor perfección
técnica, siempre sujeta a cambios cronológicos y sobre todo a variación espacial. SI bien
inicialmente se pensó que la cerámica más tosca de Tiwanaku sería la más tardía o "decadente",
el hallazgo en el año 2006 de más de cuatro centenas de piezas cerámicas de gran perfección y
colorido en la isla de Pariti, en la porción menor del Titicaca, datadas por radiocarbono en el 1000
d. C., permite discutir esta idea. Así, todavía se discute el significado de la variedad cerámica de
Tiwanaku. Existe una notable variedad entre zonas de la propia cuenca del Titicaca, por no
mencionar los estilos derivados de Tiwanaku en zonas como Azapa (Chile) o Cochabamba
(Bolivia). Tiwanaku también destacó en el arte textil, con predominio del uso de lana de camélidos
andinos, generando tapices polícromos sumamente complejos observables en zonas secas como
el norte de Chile o el altiplano boliviano meridional. Usaron ampliamente la tecnología del
bronce, destacando su uso en la arquitectura ceremonial de piedra en forma de grampas de
sujeción. Otros materiales trabajados por Tiwanaku o por regiones sujetas a su influencia
ideológica fueron ornamentos de oro laminado y plata, tallas de madera, objetos de hueso
pirograbado, cestería y cuentas de collar en piedras semipreciosas, hueso y concha.

El primer europeo en describir los restos arqueológicos de Tiwanaku fue el cronista español Pedro
Cieza de León en el siglo XVI. Sin embargo, las visitas de estudiosos al sitio se dieron
mayormente desde el siglo XIX, con personajes como Alcide D'Orbigny, Ephraim Squier, Charles
Weiner, y posteriormente arqueólogos más formales como Alphonse Bandelier o Max Uhle, ya a
comienzos del siglo XX. Posteriormente, el arqueólogo aficionado Arthur Posnansky estudió la
zona planteando diversas teorías, sumamente especulativas, sobre los orígenes y desarrollo de
Tiwanaku. Durante el siglo XX destacaron los estudios del estadounidense Wendell Bennett en
la década de 1930; el boliviano Carlos Ponce Sanginés entre los años '60 y '80; y los
estadounidenses Alan Kolata, David Browman y Marc Bermann, así como los bolivianos Juan
Albarracín-Jordán y Sonia Alconini, en los años '90. En el presente siglo destacan los aportes de
los estadounidenses John Janusek, Charles Stanish, Nicole Couture, Deborah Blom y Alexei
Vranich; el finlandés Antti Korpisaari; y los bolivianos Claudia Rivera, Jédu Sagárnaga y Juan
Villanueva.

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