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D’EMPRESES
GESTIÓN DE LA ENERGÍA
La asignatura que se propone, concebida tanto para técnicos como para gestores
de empresa, pone especial énfasis en el estudio de la gestión de energía desde una
perspectiva práctica, aplicada a las empresas industriales como centros de consumo
energético, y resaltando desde el principio las implicaciones económicas de la eficiencia
y conservación energéticas. La validez de este estudio es extrapolable también a ciertas
actividades del sector terciario, que presentan intensidades elevadas de consumo
energético (hospitales, hoteles, etc.).
i
Tema I.4 La energía, factor condicionante del crecimiento económico___________ 53
4.1 Introducción ____________________________________________________________ 53
4.2 Energía y crecimiento económico ___________________________________________ 56
4.2.1 Energía y crecimiento demográfico _______________________________________ 56
4.2.2 La energía y el crecimiento económico ____________________________________ 59
4.2.3 La intensidad del consumo energético _____________________________________ 60
4.2.4 La moderación de los consumos de energía _________________________________ 61
4.2.5 La intensidad del consumo energético en los países occidentales ________________ 63
Problemas ____________________________________________________________________ 65
ii
1.5 La eficiencia en la industria y en el sector terciario_____________________________ 134
iii
1.1 Introducción ___________________________________________________________ 185
1.2 Objetivos _____________________________________________________________ 186
1.3 Funciones_____________________________________________________________ 187
1.4 Estructura y medios _____________________________________________________ 187
1.5 El contexto y los fines ___________________________________________________ 188
1.6 Hacia un sistema de gestión integrada _______________________________________ 189
iv
4.4.1 Consumidores a tarifa integral __________________________________________ 214
4.4.2 Consumidores en mercado liberalizado. ___________________________________ 215
4.5 Ejemplo numérico ______________________________________________________ 215
4.6 Calidad en el servicio de electricidad _______________________________________ 219
4.6.1 La continuidad del suministro de electricidad ______________________________ 219
4.6.1.1 Zonas eléctricas a efectos de las exigencias en calidad ___________________ 219
4.6.1.2 Tipos de interrupción del suministro _________________________________ 220
4.6.2 Compensaciones al consumidor por incumplimientos de la calidad del suministro __ 221
4.6.3 La calidad del producto________________________________________________ 222
4.6.4 La calidad de la atención al consumidor ___________________________________ 222
Problemas de facturación eléctrica ________________________________________________ 225
v
A.III.2.2.3. La cocina ________________________________________________________ 256
vi
Bloque I ENERGÍA Y CRECIMIENTO
ECONÓMICO
1
Tema I.1
1.1 Introducción
Parece incuestionable que la energía juega un papel de primer orden en la conformación
tecnológica, económica y social del planeta. Las disponibilidades crecientes de energía
en el pasado y el desarrollo de la tecnología para su uso han sido un claro factor de
progreso material de las colectividades más avanzadas, de tal forma que existe un fuerte
acoplamiento entre desarrollo y consumo energético.
El otro grupo, no menos importante, incluye todo lo demás: la cultura, el ocio bien
entendido, la libertad, la democracia, etc., y que podemos llamar bienestar humanístico.
Sin embargo, la experiencia muestra que es necesario alcanzar cierto nivel en el primer
grupo para que el segundo empiece realmente a florecer y pueda llegar a la mayoría de
la población. Es muy difícil concebir un nivel de bienestar material deficiente,
compatible con un nivel de bienestar humanístico elevado y accesible a una mayoría.
Es en cambio posible, y se han dado muchos casos en la historia, que un grupo reducido
de personas (una élite), alcance un nivel de bienestar humanístico muy superior al resto
de la población, coincidente con un bienestar material más elevado, pero ambos han
sido conseguidos por esa élite a costa de los esfuerzos de una mayoría, que a duras
penas disfrutaba de un nivel de bienestar material de subsistencia, y apenas le tocaba
unas migajas del bienestar humanístico. Las grandes obras arquitectónicas, muchas
3
Tema I.1
obras de arte y otras construcciones del pasado que hoy puede disfrutar la mayoría de la
población de un país desarrollado, se hicieron con los esfuerzos de la mayoría para el
disfrute de la minoría. Pero el bienestar material y humanístico de unos pocos a costa de
la mayoría no debe ser el objetivo de la humanidad. Lo ha sido en el pasado para algún
grupo social y lo es hoy para los dirigentes de ciertos países no democráticos. El
objetivo que debe perseguir la humanidad es el bienestar material y humanístico para
todos, y para conseguir el segundo hay que alcanzar antes el primero. Si la mayoría de
la población tiene que dedicar la mayor parte de sus energías y de su ingenio, y la mayor
parte de las horas del día para satisfacer sus necesidades vitales mínimas, como ocurría
en los pasados siglos en todos los países del mundo y hoy día en los países
subdesarrollados, es difícil que esa población tenga interés y oportunidades para
desarrollarse humanísticamente.
Claro está que el bienestar material, como requisito previo del bienestar humanístico,
requiere mucha energía; pero este último también la requiere de una forma que se podría
llamar indirecta, ya que para la difusión de las ideas, de la cultura, son necesarios unos
medios materiales de difusión (papel, radio, redes de comunicación y transporte, etc.)
que consumen energía.
En los últimos doscientos años se han producido notables avances en los dos tipos de
bienestar anteriormente mencionados. Este proceso ha corrido parejo con un
espectacular desarrollo tecnológico, y con una evolución de las ideas políticas y sociales
hacia mayores niveles de democracia y libertad, en muchas partes del mundo. Pero sin
energía, la tecnología no puede desarrollarse ni tan siquiera funcionar. En consecuencia,
la sociedad necesita energía, y en cantidades muy importantes, lo que a su vez genera
impactos ambientales y sociales de gran envergadura que precisan ser correctamente
evaluados y corregidos.
El impresionante consumo energético mundial, así como los formidables aumentos que
son previsibles en el futuro, plantean el problema de disponer de los medios técnicos
adecuados para satisfacer la demanda actual y futura, teniendo en cuenta además el
previsible agotamiento de las principales fuentes de energía actuales. La necesidad de
encontrar un modelo de desarrollo sostenible obliga a una profunda reflexión sobre el
sistema energético, entendido éste como el conjunto de recursos económicos, materiales
4
Tema I.1
Dado que la energía, además de un servicio esencial para la sociedad, es también una
mercancía, parece claro que una correcta planificación del sistema energético ha de
tener en cuenta las características de la oferta y la demanda en el suministro de energía,
por lo que resulta conveniente conocer cuál ha sido la evolución de la oferta y la
demanda en el pasado, cómo es su estructura actual, y analizar lo que se prevé para el
futuro. Para ello, en el tema I.3 se presentan los niveles de consumo de energía a nivel
mundial y su relación con el desarrollo económico. Se incluye también, como es
natural, el caso de España, desde una perspectiva global, contemplando particularmente
la evolución del consumo de energía tanto primaria como final, y considerando
especialmente entre estas últimas la energía eléctrica por la importancia que reviste para
una sociedad como la nuestra.
El tema I.4 aborda el estudio de la energía como factor condicionante del crecimiento
económico, destacando las relaciones entre el consumo energético y determinados
parámetros macro-económicos, en particular el PIB. En el tema I.5 se pone énfasis en el
5
Tema I.1
papel estratégico de la energía, planteando las cuestiones clave del actual reto
energético: limitación de recursos, necesidad de incrementar la eficiencia en los
procesos de producción y consumo de energía, así como reducir la magnitud de los
impactos ambientales vinculados a estas actividades. Por último, el tema I.6 describe
someramente las características específicas que presenta la problemática energética en
España.
6
Tema I.1
La energía es, por lo tanto, una magnitud física que puede manifestarse de distintas
formas: potencial, cinética, química, eléctrica, magnética, nuclear, radiante, etc.,
existiendo la posibilidad de que se transformen entre sí pero respetando siempre el
principio de la conservación de la energía, y las restricciones cuantitativas que impone
el segundo principio.
Por todo ello la energía liberada o acumulada tendrá las mismas unidades que la
magnitud trabajo. En el Sistema Internacional de unidades (SI) la unidad de trabajo y de
energía es el julio (J) definido formalmente como el trabajo realizado por la fuerza de 1
Newton cuando desplaza su punto de aplicación 1 metro.
Para poder evaluar la calidad energética de las distintas fuentes de energía se establecen
7
Tema I.1
unas unidades basadas en el poder calorífico de cada una de ellas. Las más utilizadas en
economía energética son:
Lo mismo ocurre con las Tec, que se refieren a un carbón tipificado. Así que la relación
[0,7 Tep/Tec] será siempre válida. Pero la relación Tep/Tmc dependerá del tipo
particular de carbón de que se trate. El carbón estándar mantendrá la relación [0,7
Tep/Tmc], mientras que para el resto será generalmente sensiblemente menor, hasta
alcanzar los [0,1 Tep/Tmc] para carbones de bajo poder calorífico. Para el caso del gas
natural ocurre lo mismo, aunque se suele admitir un valor de [1 x 10-3 Tep/m3 de gas].
En la equivalencia del Tep de energía primaria con los kWh eléctricos, dicha relación
dependerá del sistema tecnológico que desarrolle el trabajo y de cómo se contabilice su
rendimiento. Para el caso de la energía de origen hidráulico, y en general para el
conjunto de tecnologías que producen electricidad primaria (eólica, mareomotriz, etc.)
se establece un valor de [0,086 Tep/MWh producido], mientras que para la energía de
origen nuclear y los sistemas de producción eléctrica basados en combustibles fósiles
(centrales de carbón y de gas natural) se establece la relación de [0,2606 Tep/MWh
producido]. Esta última relación implica que el MWh producido es de tipo térmico, es
decir, energía en forma de calor desprendido en la caldera o en el reactor nuclear.
8
Tema I.1
La figura 1.1 muestra de forma esquemática los diferentes tipos de energías primarias y
finales y su relación.
9
Tema I.1
Hay que tener muy en cuenta que el término ‘energía no convencional’ no debe ser
asociado de forma exclusiva con ‘energía nueva’, ya que, por ejemplo, la energía solar
se conoce desde muy antiguo en muchas de sus formas.
10
Tema I.2
A las fuentes de recursos energéticos que están limitadas en cuanto a su cantidad total
disponible, o no se renuevan a corto plazo, se las denomina fuentes de recursos no
renovables, o simplemente fuentes no renovables, mientras que las fuentes con recursos
que se generan en procesos cíclicos, con periodos razonablemente cortos, se las
denomina fuentes de recursos renovables, o simplemente fuentes renovables. La tabla
2.1 destaca qué fuentes de energía constituyen recursos de cada uno de estos dos tipos.
11
Tema I.2
12
Tema I.2
13
Tema I.2
En cambio, el término reserva, que también se aplica a las fuentes no renovables, hace
referencia a la parte del recurso que se considera recuperable con la tecnología actual y
a costes económicos competitivos, esto es, compatibles con los precios actuales de la
energía.
Así pues, las estimaciones sobre cantidades globales de recurso mantienen un carácter
absoluto, si bien impregnado de una cierta dosis de incertidumbre (no todas las regiones
del mundo se encuentran igualmente exploradas), mientras que las cantidades de
reservas pueden variar de un año a otro, debido a cambios tecnológicos que permitan
incrementar la fracción recuperable, o bien a fluctuaciones en los precios de la energía
final, que pueden convertir en rentables depósitos de escaso o nulo valor actual. Otros
factores que hacen variar las reservas son: los descubrimientos de nuevos yacimientos,
que lógicamente las hacen aumentar, y las revisiones de los aforos en yacimientos ya
existentes. Obviamente, las cantidades que cada año se extraen de estos recursos
minerales reducen las reservas remanentes.
En todo caso, las proporciones relativas de las reservas son normalmente escasas; por
ejemplo, para el caso del petróleo remanente se estima que son reservas menos del 50%
de los recursos, y para el carbón dicho porcentaje se situaría por debajo del 25%.
14
Tema I.2
En cuanto a los recursos no convencionales de gas natural, podemos citar las siguientes
clases:
15
Tema I.2
En cuanto a las reservas, hay que distinguir entre reservas probadas (recursos
convencionales descubiertos y económicamente rentables), y reservas finales, en las que
se incluyen estimaciones relativas a futuros descubrimientos. Si se añade a las reservas
finales la producción acumulada (ya extraída) de un determinado recurso no renovable,
se obtiene una cifra total que representa la cantidad de recurso convencional finalmente
recuperable.
16
Tema I.2
Pero las fuentes renovables, aunque esencialmente inagotables, también están limitadas
respecto de las tasas de producción alcanzables. Por ejemplo, la potencia total contenida
en las olas se cifra en unos 2,7 TW (1 TW = 1012 W). Esta cifra representaría el
potencial absoluto de la fuente, expresado en términos de potencia constante. Ahora
bien, si consideramos los imperativos tecnológicos (aquello que razonablemente podría
realizarse una vez desarrollada la tecnología necesaria), la potencia de las olas
teóricamente recuperable se situaría entre 1,0 y 0,1 TW (tan sólo una pequeña parte de
su potencial absoluto). Y al hacer intervenir factores económicos y de impacto
ambiental, para un plazo de desarrollo de unos 30 años, la tasa de producción global
alcanzable se estima inferior a los 0,01 TW.
La figura 2.1 esquematiza los conceptos más importantes introducidos en los dos
últimos apartados.
RECURSO CONVENCIONAL
FINALMENTE RECUPERABLE NO CONVENCIONAL
Figura 2.1.- Relaciones entre diversos conceptos sobre los recursos no renovables.
17
Tema I.2
18
Tema I.2
Fuentes de energía
Petróleo
Gas
Carbón
Hidráulica
Nuclear
Solar
Geotérmica
Eólica
Mareomotriz
Madera
I+D Exploración
Conservación Extracción
Medio ambiente Transporte
Costes Refino
Competencia Almacenaje
Política internacional Distribución
Consumo
Gestión y Transformaciones
políticas energéticas
19
Tema I.2
Problemas
a) En el Anuario Estadístico sobre energía mundial de BP, leemos que al finalizar el año
2001 las reservas probadas de petróleo ascendían a 1050 Gbl (equivalentes a 143,0
GTep), con una tasa de producción de 71,382 Mbl/día para ese mismo año. Calcular el
plazo de agotamiento de las reservas probadas de petróleo, bajo el supuesto de que la
tasa de producción se mantuviera constante.
21
Tema I.3
23
Tema I.3
Los datos recogidos en las estadísticas sobre producción de energía primaria a gran
escala hacen referencia, normalmente, a la extracción y elaboración de las materias
primas que constituyen los principales recursos energéticos primarios: crudo de
petróleo, carbón, gas, etc. Para cuantificar las tasas anuales de producción suelen
emplearse unidades de masa (toneladas métricas) o de volumen (barriles de crudo,
metros cúbicos de gas) y sus múltiplos. En cambio, el consumo de energía primaria
contabiliza la energía térmica empleada en los procesos de transformación a electricidad
o bien los contenidos energéticos de los recursos primarios empleados en los diferentes
procesos de transformación hacia las formas de energía final. Es decir, la energía
utilizada en el primero de los procesos de transformación. Por esta razón, las cifras de
consumo de energía primaria se suelen dar en unidades de energía, frecuentemente en
múltiplos de la Tep (MTep, GTep), o bien en múltiplos de las unidades del sistema
internacional (EJ, GW-año).
Veamos por último los factores que explican las diferencias que normalmente se
observan entre las cifras de producción y consumo anuales de energía primaria. A nivel
global, las diferencias entre producción y consumo se deben a dos factores: la variación
anual de los stocks (almacenamientos) estratégicos, y las fugas (pérdidas) de materiales,
normalmente durante su transporte (petroleros, oleoductos). En un nivel más restringido
países o regiones, dichas diferencias se explican por los saldos de
exportación/importación de productos energéticos y de electricidad.
24
Tema I.3
aproximado del año 1998. Se acepta generalmente que los dos factores que en mayor
medida contribuyen a tirar de la demanda de energía son el crecimiento demográfico y,
particularmente, el crecimiento económico. Sobre esta cuestión volveremos a insistir en
el siguiente tema. En los análisis que siguen, restringiremos el horizonte de evolución
temporal de los consumos a los años recientes.
Además:
25
Tema I.3
50
45
40
% Total anual
35
30
25
20
15
10
5
0 1981 1984 1987 1991 1993 1995 1997 1998 1999 2000 2001
(6,629 (6,965 (7,531 (8,147 (8,222 (8,511 (8,841 (8,853 (8,884 (9,096 (9,125
GTep) GTep) GTep) GTep) GTep) GTep) GTep) Gtep) Gtep) Gtep) Gtep)
Petróleo 44 40,4 39,2 38,5 38,2 38,1 38,4 38,5 39,2 38,7 38,5
Carbón 27,4 28,7 29 27,2 26,8 26,5 26,3 25,8 24,3 24,4 24,7
Gas Natural 19,8 20,6 20,7 22,2 22,3 22,5 22,5 22,8 23,3 23,7 23,7
Nuclear 2,7 3,9 5 5,8 6 6,2 6,1 6,2 6,4 6,4 6,6
Hidroeléctrica 6,1 6,3 6,1 6,3 6,5 6,7 6,7 6,7 6,8 6,8 6,5
26
Tema I.3
35
30
% Total anual
25
20
15
10
5
0 1987 1991 1993 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
(7,513 (7,851 (8,222 (8,511 (8,380 (8,483 (8,853 (8,884 (9,096 (9,125
GTep) GTep) GTep ) GTep) GTep) Gtep) Gtep) GTep) GTep) GTep)
America del Norte 27,9 28,42 29 29,1 29,4 29,3 30,4 29,7 29,7 28,9
A. Sur y A. Central 3,4 3,4 4,3 4,5 4 4,2 5 4,9 5 5
Europa 23,2 22,1 21,3 20,9 21,3 20,9 20,9 20,8 20,8 20,8
Antigua URSS 18 17,8 14,2 11,7 11 10,5 10,4 10,3 10,3 10,4
Oriente Medio 3 3,2 3,6 3,9 3,9 4,1 4,1 4,1 4,4 4,3
Africa 2,5 2,7 2,8 2,9 3 3,1 3 3 3 3,1
Asia y Oceanía 19,9 22,3 24,9 26,9 27,3 27,9 27,3 27,2 27 27,5
AN: A. Norte; AS: A. Sur y Central; EU: Europa; AU: Ant. URSS; OM: Oriente Medio; AF: África; AO:
Asia y Oceanía.
Figura 3.2.- Evolución de consumos mundiales por área geográfica.
27
Tema I.3
40
% Total absoluto (referido a 9,125 GTep)
35
30
25
20
15
10
0
Petróleo Carbón Gas N. Nuclear Hidro.
(3,511 (2,225 (2,164 (0,601 (0,594
GTep) GTep) GTep) Gtep) GTep)
AN: A. Norte; AS: A. Sur y Central; EU: Europa; AU: Ant. URSS; OM: Oriente Medio; AF: África; AO:
Asia y Oceanía.
Figura 3.3.- Estructura del consumo de fuentes de energía por área geográfica en 2001.
28
Tema I.3
La tendencia en el uso preferente del petróleo y el gas o carbón se mantiene para el resto
de zonas geográficas con menor participación en el consumo mundial, aunque destaca el
hecho de AS donde existe un importante consumo relativo de energía hidráulica, si bien
para el resto de zonas esta participación es mucho más modesta. Por otro lado, la
energía nuclear tiene una participación modesta en todas las zonas del planeta, aunque
su participación relativa más importante corresponde a EU y AN.
8
7
Tep / per cápita
6
5
4
3
2
1
0 1980 1990 1995 1997
EEUU 7,91 7,66 7,9 8,08
Europa 3,42 3,64 3,7 3,8
Japón 2,97 3,55 3,96 4,08
Antigua URSS 4,2 4,7 3,28 4,1
Australia 4,46 4,94 5,07 5,34
Resto Mundo 0,6 0,7 0,8 0,9
Mundo 1,4 1,4 1,3 1,64
Figura 3.4.- Evolución del consumo de energía primaria per cápita según áreas geográficas.
Un primer aspecto llamativo del análisis de la anterior figura lo constituye el valor del
consumo por habitante en EEUU frente al mismo valor para Japón y Europa que son
similares. Como puede observarse el primero dobla a los otros dos, lo que parece
29
Tema I.3
Otro aspecto relevante lo constituye el valor existente para los países desarrollados
frente al valor alcanzado en el resto del mundo e incluso frente a la media mundial. El
valor para los primeros alcanza, cuando menos, el doble de la media mundial, la cual a
su vez es, también cuando menos, el doble que la de los países menos desarrollados.
40
% Total absoluto (referido a 9,125 GTep)
35
30
25
20
15
10
0
Petróleo (3,511 Carbón (2,225 Gas N. (2,164 Nuclear (0,601 Hidro. (0,594
GTep) GTep) GTep) Gtep) GTep)
Asia y Oceanía (27,5%) 10,7 11,9 3 1,3 1,4
Africa (3,1%) 1,3 1 0,6 0,03 0,2
Oriente Medio (4,3%) 2,3 0,09 2 0 0,02
Antigua URSS (10,4%) 1,9 2 5,4 0,6 0,6
Europa (20,8%) 8,3 3,8 4,6 2,5 1,6
A. Sur y A. Central (5,0%) 2,4 0,2 0,95 0,05 1,3
America del Norte (28,9%) 11,7 6,5 7,1 2,2 1,4
Figura 3.5.- Estructura del consumo final de energía por sectores y áreas geográficas en 1997.
30
Tema I.3
Dentro de los recursos energéticos de las diferentes fuentes de energía cabe una
diferenciación inicial entre aquellos que son renovables y los que no los son. Dentro de
estas últimas fuentes de recursos agotables pueden contemplarse dos grandes grupos:
Por otro lado, dentro de los recursos procedentes de fuentes no renovables, únicamente
se tratarán las reservas probadas para dichos combustibles, teniendo en mente que éstas
corresponden a un porcentaje bastante menor que los recursos. Así, por ejemplo, ya se
31
Tema I.3
apuntaba en un apartado anterior que para el caso del petróleo menos del 50% de los
recursos constituyen reserva, y para el carbón dicho porcentaje queda por debajo del
25%.
La fuente fósil más abundante es sin duda el carbón, aunque es la que presenta más
problemas desde el punto de vista de su recuperación y uso. La figura 3.6 presenta la
evolución de las reservas probadas de las tres fuentes de combustibles fósiles desde
finales de 1993 hasta finales de 2001. En ella se aprecia como las reservas de carbón
duplican a la suma de las otras dos.
Aunque dicha figura solo muestra un breve periodo de tiempo, lo cierto es que conviene
poner de manifiesto que las reservas de las tres fuentes fósiles no han sufrido
modificaciones significativas en la última década, lo cual es debido fundamentalmente a
los potentes métodos de prospección con los que se cuenta actualmente y que hace
progresivamente menos probable el descubrimiento de nuevos yacimientos.
32
Tema I.3
70
65
60
55
50
% Total anual 45
40
35
30
25
20
15
10
5
0 1993 (783,3 1995 (779,8 1997 (801,5 1998 (781,9 2000 (776,7 2001 (785,8
GTep) GTep) GTep) GTep) GTep) GTep)
Petróleo 17,4 17,7 17,6 18,3 17,8 17,6
Carbón 66,3 66,1 64,4 62,9 64,2 64,6
Gas Natural 16,2 16,1 18,1 18,7 18 17,8
Figura 3.6.- Evolución de reservas probadas mundiales por fuente de energía fósil.
33
Tema I.3
cada zona, referidos éstos al total de 785,8 GTep de reservas probadas de combustibles
fósiles que se evaluaron en dicho año.
70
65
785,79 GTep)
60
55
50
% Total absoluto (referido a 45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Petróleo (138,6 GTep) Carbón (507,6 GTep) Gas N. (139,6 GTep)
Asia y Oceanía (23,09%) 0,74 20,95 1,4
Africa (7,49%) 1,29 4,92 1,28
Oriente Medio (17,96%) 11,53 0,015 6,41
Antigua URSS (22,42%) 1,1 13,91 6,4
Europa (5,19%) 0,31 4,32 0,56
A. Sur y A. Central (3,67%) 1,61 1,24 0,82
America del Norte (18,09%) 1,07 16,18 0,87
AN: A. Norte; AS: A. Sur y Central; EU: Europa; AU: Ant. URSS; OM: Oriente Medio; AF: África; AO:
Asia y Oceanía.
Figura 3.7.- Estructura de las reservas probadas de fuentes fósiles por área geográfica en 2001.
34
Tema I.3
orden, en AU y en OM.
35
Tema I.3
Estas mismas conclusiones se obtienen si analizamos dicha relación R/P en función del
área geográfica y por tipo de combustible. Sin embargo destacan algunos aspectos
diferenciales como el hecho de que la relación para el carbón en los países de la Antigua
Unión Soviética baja de forma importante, y menos en América del Norte, aunque sube
también significativamente para el gas natural en la primera zona. En cambio, el gas
disminuye su plazo de forma importante en Europa mientras se mantienen el resto de
fuentes.
36
Tema I.3
240
220
200
180
160
R / P (años)
140
120
100
80
60
40
20
0
1991 1993 1995 1996 1997 1998 2000 2001
Figura 3.8.- Evolución del plazo de agotamiento de reservas mundiales por combustible fósil.
Las reservas que aparecen en la tabla han sido estimadas para diferentes costes de
extracción, correspondientes a valores inferiores a 40 $/kg-U, 80 $/kg-U y 130 $/kg-U
respectivamente. Se observa como la proporción de estos últimos es sensiblemente
superior.
37
Tema I.3
Tabla 3.1.- Reservas de Uranio (miles de toneladas) por área geográfica y coste de extracción.
País < 40 $/kg-U < 80 $/kg-U < 1300 $/kg-U
Alemania 0 0 3,0
Argentina Nd 3,40 5,65
Australia Nd 633,00 710,00
Brasil 56,10 162,00 162,00
Bulgaria 2,32 7,93 7,93
Canadá Conf. 270,00 381,00
España Nd 9,15 11,46
EEUU Conf. 113,00 366,00
Francia Nd 16,04 24,95
Kazakhstan 320,60 439,50 598,70
Mongolia 11,00 62,00 62,00
Namibia 78,55 160,59 191,82
Níger 38,70 57,40 87,10
Rep. Checa 0 11,77 31,21
Sudáfrica 107,54 204,71 258,56
Ucrania 0 42,60 81,00
Total mundial > 622,62 2265,09 3137,08
38
Tema I.3
75
70
65
60
55
50
45
% Total anual
40
35
30
25
20
15
10
5
0
-5
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2001 2002
(61,07 (72,72 (74,20 (89,74 (98,95 (124,20 (128,90 (130,80
MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) MTep)
Petróleo 69,2 68,8 53,3 53,1 55,2 52,1 51,8 51,7
Carbón 16,9 18,3 25,8 21,2 19 17,8 15,6 17,3
Gas Natural 1,5 2,2 3 5,6 7,6 12,2 12,7 14,3
Nuclear 2,8 1,6 8,5 13,7 12,7 11,3 11,2 10,9
Hidráulica 9,7 9,2 9,5 6,4 5,2 6,2 8,4 5,4
Saldo (I-E) -0,1 -0,1 -0,1 0 0,3 0,4 0,3 0,4
39
Tema I.3
En cuanto a la evolución de dicho consumo de energía final per cápita en España, ésta
se situó en 1,36 Tep/por habitante en 1980, en 1,60 Tep/por habitante en 1990 y en 1,82
Tep/por habitante en 1995, quedando igualmente por debajo de los 2,67 Tep/por
habitante de la UE-15 para 1995. En cuanto a su distribución por sectores en el año
40
Tema I.3
80
75
70
65
60
55
% Total anual
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2001 2002
(41,63 (50,21 (49,76 (60,67 (68,67 (86,77 (90,30 (91,99
MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) MTep)
Prod. Petrolíferos 74,4 75,2 68,5 67,4 68,4 64,1 63,4 62,7
Carbón 9,5 7 10,1 7 3,9 2,9 2,8 2,7
Gas 2,2 2,4 3,6 7,5 9,5 14,2 14,6 15,3
Electricidad 13,9 15,4 17,8 18,1 18,1 18,8 19,1 19,3
41
Tema I.3
60
55
50
45
40
% Total anual
35
30
25
20
15
10
0 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
(28,90 (28,45 (27,57 (28,96 (27,79 (28,71 (27,29 (28,37 (30,08 (28,38
MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) MTep) Mtep) Mtep) Mtep)
Petróleo 3,02 2,84 2,36 1,79 1,1 1,85 1,1 0,79 1,12 1,11
Carbón 36,09 34,68 35,3 33,13 34,09 31,62 31,46 29,4 26,14 27,08
Gas Natural 2,13 2,65 1,95 1,46 0,56 0,34 0,45 0,52 1,57 1,64
Nuclear 50,54 50,66 52,4 50,68 51,86 53,54 56,19 57,14 55,19 57,86
Hidráulica 7,42 8,47 7,18 12,04 11,03 10,8 8,22 8,93 11,73 6,97
Resto renovables 0,79 0,71 0,8 0,93 1,36 1,84 2,58 3,2 4,24 5,33
42
Tema I.3
El grado de autoabastecimiento para las que no son 100% nacionales; es decir, excepto
la nuclear, hidráulica y el resto de renovables, viene con su correspondiente evolución
temporal en la figura 3.12. En ella se observa el paulatino deterioro del
autoabastecimiento total como consecuencia de la disminución en la producción de
combustibles fósiles, únicamente mantenido parcialmente por el aumento coyuntural de
la energía hidráulica en los últimos años, el aumento de producción de la energía
nuclear al aumentar el rendimiento global y un leve aumento de las energías renovables.
65
60
55
50
45
40
35
%
30
25
20
15
10
5
0
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Petróleo 1,8 1,6 1,2 0,9 0,5 0,9 0,5 0,3 0,5 0,5
Carbón 57,1 55,2 52,6 61,7 53,8 51,4 42,2 38,6 40,3 35,1
Gas Natural 10,5 11,6 7,2 4,9 1,4 0,8 0,9 1 2,9 2,5
Total 31,8 30,5 28,2 29,6 26,8 25,9 23,6 23,3 24,2 22,1
43
Tema I.3
44
Tema I.3
todos los escenarios, del resto de fuentes nuevas renovables y acompañado de una
presencia importante de las energías hidráulica y nuclear que crecen apreciablemente en
todos los casos.
Tabla 3.2.- Previsiones de demanda de energía primaria en el mundo para el año 2020 según el WEC.
Referencia Previsiones 2020 (Gtep)
Fuentes 1990 A B C
(GTep)
A1 A2 A3 B1 C1 C2
Carbón 2,2 3,7 4,3 2,9 3,4 2,3 2,3
Petróleo 3,1 4,7 4,5 4,3 3,8 3,0 3,0
Gas 1,7 3,6 3,4 3,8 3,2 3,1 3,0
Nuclear 0,5 0,9 0,6 1,0 0,9 0,7 0,8
Hidráulica 0,4 0,7 0,9 0,9 0,7 0,7 0,7
Nuevas renovables 0,2 0,9 0,8 1,6 0,7 0,7 0,7
Tradicionales 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9
TOTAL 9,0 15,4 13,6 11,4
OCDE 4,2 5,7 5,2 3,7
EET 1,7 2,3 1,7 1,7
EED 3,1 7,4 6,7 6,0
Escenarios: (A) fuerte crecimiento, (B) normal o de referencia, (C) fuertes restricciones
medioambientales.
Países: (OCDE) miembros de la OCDE, (EET) países con economías en transición, (EED) países con
economías en desarrollo.
45
Tema I.3
Tabla 3.3.- Previsiones de demanda de energía primaria en el mundo para el año 2050 según el WEC.
Referencia Previsiones 2050 (GTep)
Fuentes 1990 A B C
(GTep)
A1 A2 A3 B1 C1 C2
Carbón 2,2 3,8 7,8 2,2 4,1 1,5 1,5
Petróleo 3,1 7,9 4,8 4,3 4,0 2,7 2,6
Gas 1,7 4,7 5,5 7,9 4,5 3,9 3,3
Nuclear 0,5 2,9 1,1 2,8 2,7 0,5 1,8
Hidráulica 0,4 1,0 1,1 1,1 0,9 1,0 1,0
Nuevas renovables 0,2 3,7 3,8 5,7 2,8 3,8 3,2
Tradicionales 0,9 0,8 0,7 0,8 0,8 0,8 0,8
TOTAL 9,0 24,8 19,8 14,2
OCDE 4,2 6,7 5,6 3,0
EET 1,7 3,7 2,4 1,7
EED 3,1 14,4 11,8 9,5
Escenarios: (A) fuerte crecimiento, (B) normal o de referencia, (C) fuertes restricciones
medioambientales.
Países: (OCDE) miembros de la OCDE, (EET) países con economías en transición, (EED) países con
economías en desarrollo.
46
Tema I.3
47
Tema I.3
A partir de dichos hechos, las conclusiones finales alcanzadas en dicho congreso son las
que se transcriben a continuación:
48
Tema I.3
3.6 Bibliografía
[1] Foro Nuclear, Energía 2005, Ed. Foro de la Industria Nuclear, 2005
(www.foronuclear.org).
[2] WEC, World Energy Council, About Energy. Página Web del WEC:
(www.wec.co.uk/energy.htm).
[3] Jan Murray, The Conclusions and Recommendations of the 17th WEC Congress
1998. Página Web del WEC (www.wec.co.uk/energy.htm).
49
Tema I.3
Problemas
Problema 1. Al finalizar 1998, el ratio R/P para las reservas probadas de carbón era de
270 años, mientras que la producción mundial de ese mismo año alcanzó la cifra de 2,45
GTec.
En cambio, al finalizar el año 2000, la ratio R/P todavía asciende a 227 años, para un
nivel de reservas probadas de 984,21 GTec, incluyendo bituminosas de bajo rango y
lignitos. Calcular:
51
Tema I.4
4.1 Introducción
Las exigencias apremiantes de la opinión pública mundial sobre la conservación de la
naturaleza y el medio ambiente y las dificultades propias del abastecimiento energético
que por su creciente dimensión exige el consumo anual de una proporción significativa
del patrimonio geológico de recursos fósiles, plantea una difícil perspectiva a los
gobiernos y a los organismos y empresas del sector, que tienen la responsabilidad de
hacer frente a los suministros y que han de ir adoptando decisiones concretas que
requieren fuertes inversiones para el desarrollo de los medios de producción, a fin de
satisfacer la demanda actual y futura del mercado.
Las cuestiones esenciales que pesan sobre esta clase de decisiones pueden resumirse en
el siguiente esquema:
(*)
Texto adaptado de la monografía del mismo título, de Joaquín Ortega Costa, publicada por el Instituto
de Ingeniería de España dentro del volumen Consideraciones sobre la demanda de energía, junio de
1993.
53
Tema I.4
mientras que las tecnologías propias de cada clase de recurso energético aplicadas
determinan el coste unitario de los suministros, y la incidencia ambiental influye en él
como un recargo o sobrecoste, tanto mayor cuanto más exigente sea la normativa
vigente.
54
Tema I.4
A medida que va pasando el tiempo, han transcurrido ya más de 30 años desde que se
inició la crisis de la energía, ocasionada por la elevación de los precios del petróleo, las
esperanzas en la política de desarrollo de nuevas energías han disminuido
considerablemente y también aunque en menor grado las relativas a la reducción de la
demanda, por mejoras de los rendimientos (conservación de energía o mejora de la
eficiencia energética).
55
Tema I.4
56
Tema I.4
Según las estimaciones que se han realizado en el período histórico posterior a 1650, la
población del mundo y el consumo de energía per cápita evolucionaron en la forma
siguiente:
Tabla 4.1.- Variación del crecimiento de la población y el consumo per cápita y mundial de energía.
Años Población Consumo per Consumo mundial de
6
en 10 h. cápita en Tep energía en 106 Tep
1650 507 0,070 35,49
1750 741 0,077 57,05
1800 943 0,084 79,21
1850 1174 0,126 147,92
1900 1626 0,322 523,57
1950 2507 0,700 1754,90
1990 5239 1,603 8401,30
57
Tema I.4
9000
8000
7000
6000
5000
4000
3000
2000
1000
0
1650 1700 1750 1800 1850 1900 1950 2000
58
Tema I.4
siendo P la población del mundo en 106 habitantes, E el consumo de energía en 106 Tep
y cc el coeficiente de correlación.
59
Tema I.4
En los países con un alto nivel de desarrollo, estos tres sectores tienen un orden de
magnitud parecido. En lo que se refiere al consumo atribuible a la industria, su
proporción depende notablemente de la estructura sectorial de la producción, porque son
muy distintas las cantidades de energía requeridas por unidad de producto, según la
clase de actividad. Cuando predominan las industrias fuertemente consumidoras de
energía, el sector industrial es el que tiene mayor dimensión.
Los usos domésticos y diversos van adquiriendo mayor significación a medida que
crece el nivel de ingreso per cápita. Influyen notablemente las características del clima
en lo que se refiere a la calefacción y acondicionamiento del aire.
Por el contrario, cuando se consideran períodos más largos de tiempo, dada la gran
inercia de los cambios estructurales de un sistema económico nacional o regional, la
evolución de la intensidad del consumo energético puede constituir un buen indicador
para realizar estimaciones sobre los comportamientos a medio o largo plazo.
60
Tema I.4
Las diferencias entre los diversos sectores son muy notables. La intensidad más alta
corresponde a la fabricación de cementos y la más baja a los transformados metálicos.
Ha habido una ligera disminución en casi todos los sectores entre 1980 y 1990, salvo en
la siderurgia y metalurgia que asciende ligeramente.
Los datos anteriores nos hacen ver que tiene mucha mayor significación, desde el punto
de vista del consumo de energía, la estructura de actividades que corresponden a un
mercado que los perfeccionamientos que pueden lograrse en el aprovechamiento de los
suministros energéticos en cada actividad.
61
Tema I.4
Se modera también el consumo entre 1980 y 1990, pero en escala menor y hay que tener
en cuenta que, a partir de la crisis energética, la economía industrial española se vio
muy afectada y disminuyó la participación del sector industrial en la formación del PIB,
a causa de las reconversiones que han sido necesarias realizar. La relativa estabilización
de la intensidad del consumo energético se ha logrado principalmente por el cambio
estructural del sistema económico español y en menor medida, por el aumento de los
costes de los suministros energéticos.
62
Tema I.4
La transformación que tiene lugar en esos dos decenios en la oferta de energía con un
perfeccionamiento notable por la rápida incorporación de los derivados del petróleo y el
gas natural, contribuye en forma muy destacada a lograr la disminución de las
cantidades de energía primaria aplicadas por unidad de producto.
63
Tema I.4
64
Tema I.4
Problemas
Correlación entre consumo mundial de energía y población.
Lo cual supondría 4 veces más energía que la actual. Ahora bien, la correlación se basa
en datos históricos, que no tienen porque mantenerse en el futuro ligados de igual
forma.
Lo que representa un consumo per cápita de 8574,37 / 5000 = 1,71 Tep / hora
65
Tema I.5
La prueba más evidente de este aserto radica en los efectos que sobre la economía
mundial produjeron las crisis de precios del petróleo de 1973 y 1979, así como la
circunstancia de que la bonanza económica de estos últimos años se iniciara
precisamente a partir de una nueva crisis de precios de sentido contrario, que es posible
datar en 1986.
Por otra parte, no hace falta extenderse en probar la afirmación de que la energía
contribuye decisivamente a mantener e incrementar la calidad de vida. Lo que quizá
convenga resaltar es que, en este momento, el concepto de calidad de vida incluye
necesariamente no sólo al crecimiento económico, sino a las exigencias derivadas de la
protección del medio ambiente.
Por lo que se refiere a la energía, ello ha supuesto que el acento de las preocupaciones
se haya desplazado de la cuestión de la seguridad en el suministro a la cuestión de los
efectos que el uso de la energía tiene sobre la naturaleza.
(*)
Texto adaptado de la monografía del mismo título, de Joaquín Ortega Costa, publicada por el Instituto
de Ingeniería de España dentro del volumen Consideraciones sobre la demanda de energía, junio de
1993.
67
Tema I.5
Sin embargo, estas políticas no deben falsear el funcionamiento del mercado como
mecanismo de asignación de recursos. A estos efectos, una de las características que
debe presentar el mercado de la energía es la de que los precios “digan la verdad”, es
decir, reflejen adecuadamente los costes.
Por otra parte, la energía se configura como una cuestión global. Su economía tiene una
dimensión mundial evidente, como la tienen algunos de los problemas que plantea, en
especial los relacionados con el medio ambiente.
Aproximadamente el 50% del petróleo, así como porcentajes importantes del gas natural
y del carbón que se consumen en el mundo son objeto de comercio internacional. La
dimensión transfronteriza de la actividad económica que genera el abastecimiento de
energía será, además, creciente en el futuro a corto plazo.
68
Tema I.5
Desde otro punto de vista, las cuestiones económicas y medioambientales que suscita la
energía implican, también en una proporción creciente, cuestiones políticas y sociales
de considerable dimensión. La generalización de una conciencia social ecológica se ha
convertido en un condicionante muy rígido de las políticas que hayan de tratar los
problemas relacionados con el abastecimiento energético.
69
Tema I.5
En cualquier caso, para que un crecimiento sostenido se vea acompañado por una
demanda de energía estable, es necesario un ritmo de incremento de la eficiencia
energética y una suma de cambios en las estructuras de la producción y consumo de
energía que no son fáciles de alcanzar por el coste que conllevan, así como por las
inercias del sistema. Estas dificultades se intensifican en el caso de los países en vías de
desarrollo, a causa de su déficit estructural tanto en lo que respecta a las opciones
tecnológicas disponibles, como a su capacidad de liberar los recursos de capital
requeridos por las inversiones necesarias.
Por esta razón, la cuestión del abastecimiento energético no debe ser abordada sólo
desde el eurocentrismo, ni desde los exclusivos intereses, perspectivas y posibilidades
de los países más desarrollados. Tiene particular relevancia para los países que aspiran
al desarrollo a que tienen derecho, a los que condiciona gravemente. A estos países
habrá que proporcionarles ayudas considerables en forma de recursos financieros y de
asistencia e intercambio tecnológico, a fin de posibilitar que su crecimiento económico
se vea asistido por un abastecimiento energético eficiente a costes soportables.
70
Tema I.5
dado lugar a la aparición de nuevas demandas sociales en relación con los procesos de
producción y consumo de energía.
En un resumen apretado, las notas que definen a la situación energética actual son:
71
Tema I.5
El diseño de estas políticas tropezará sin embargo con una característica fundamental
del contexto energético que es el alto componente de incertidumbre que conlleva. En
cualquier caso, es evidente que las importantes posibilidades de error que han
demostrado poseer las profecías energéticas aconseja una extremada prudencia a la hora
de evaluar las previsiones que puedan ser hechas.
Con todo, parece existir un cierto consenso acerca de las direcciones en las que las
políticas energéticas deberán moverse en el futuro inmediato. En efecto, existen líneas
de actuación que parecen carecer de contraindicaciones para cualquier estructura que
presente el escenario del abastecimiento energético en el futuro.
72
Tema I.5
demanda, pero se resiste a aceptar los costes tanto en términos económicos, si han sido
internalizados por el sistema de producción y consumo de energía, como en términos de
impacto sobre el medio ambiente, para los que se mantienen externos a dicho sistema.
Por consiguiente, para superar el reto energético será también necesario realizar una
tarea de aproximación a las opiniones públicas, cuyas actitudes condicionan
frecuentemente la posibilidad de adoptar las soluciones técnicas existentes. La
necesidad de mantener el suministro y la necesidad de hacer frente a los costes
asociados tendrán que hacerse concesiones mutuas, pero ello no será asumido por las
sociedades de nuestro entorno cultural sin profundos y extensos debates en torno a estas
cuestiones.
73
Tema I.5
Frente a estas perspectivas, las respuestas tecnológicas ofrecen una diversidad de vías
notable para incrementar la eficiencia, entre las que destacan cuatro:
74
Tema I.5
Este conjunto de tecnologías están en gran medida disponibles en casi todos los sectores
consumidores, así como en la propia industria energética. Su grado de introducción en
el mercado dependerá, sin embargo, tanto del nivel de precios energéticos, como de los
estímulos de diversos tipos que se arbitren para potenciarlas. En el caso de la
cogeneración, por ejemplo, la continuidad de la normativa reguladora de la venta de
excedentes al sistema eléctrico es decisiva para incentivar o no su penetración en el
mercado.
75
Tema I.5
En el contexto europeo, para que un mayor nivel de eficiencia conduzca a una reducción
efectiva del volumen de la demanda de energía, serían necesarios constreñimientos
normativos bastante severos, algunos, incluso, de naturaleza fiscal. Sin estos
complementos, que supondrán una intervención decidida de los gobiernos en la función
del mercado, las ganancias obtenidas en términos de eficiencia energética resultarán
compensadas por los consumos inducidos por nuevas aplicaciones, o por la demanda de
un más alto nivel de vida.
76
Tema I.5
Por lo que se refiere a la polución atmosférica, las dos cuestiones más relevantes son la
lluvia ácida y el efecto invernadero. La polución térmica, como impacto local, es menos
importante.
77
Tema I.5
Por lo que se refiere al efecto invernadero, el problema es más complicado, dado que no
existen soluciones técnicas viables económicamente para reducir las emisiones del
dióxido de carbono derivadas de la combustión de los combustibles fósiles. El dióxido
de carbono, junto con el metano, el óxido nitroso y los clorofluorocarbonos, es uno de
los responsables de la aportación antropogénica al efecto invernadero y una de las
causas del incremento de sus concentraciones en la atmósfera radica en el uso creciente
de combustibles fósiles. Se estima que el inventario atmosférico de CO2 ha pasado de
un nivel pre-industrial (1850) de 2200 GT hasta unas 3000 GT en los primeros años del
siglo XXI. La combustión de fósiles añade unas 25 GT/año de CO2 a la atmósfera, de
las cuales la mitad aproximadamente son absorbidas por los océanos y las masas
forestales del planeta.
78
Tema I.5
Los medios para conseguir este resultado pueden ser de naturaleza técnica, económica y
política. Entre los medios técnicos se encuentran:
Por otra parte, hay otras cuestiones complementarias que deben ser objeto de
meditación en este campo:
79
Tema I.5
En todo caso, parece claro que, si bien existen soluciones técnicas a los problemas
medioambientales originados por la producción y consumo de la energía, estas
soluciones tendrán un efecto considerable sobre los costes del abastecimiento. Ello
contribuirá a agravar las tensiones entre las necesidades de energía que deben ser
atendidas y la resistencia social a aceptar tanto alguna de las alternativas más viables, la
energía nuclear, por ejemplo, como los costes que internalice el sistema de producción y
consumo de energía.
80
Tema I.5
Problemas
Uno de los medios técnicos más eficaces para lograr una reducción efectiva de las
emisiones atmosféricas de CO2 es el empleo de tecnologías de generación eléctrica que
no requieren combustión química (no-nuclear y muchas fuentes renovables). En el
siguiente ejercicio, se pretende ilustrar el papel de la energía nuclear en los esfuerzos de
reducción de CO2.
La producción eléctrica bruta de las centrales nucleares españolas durante el año 2000
fue de 62094 GWh. En el caso de que esa producción se hubiera realizado mediante el
empleo de combustibles fósiles ¿Cuál hubiese sido el nivel asociado de emisiones de
CO2 a la atmósfera?
Datos: Los niveles medios de emisiones de CO2 para los diferentes tipos de
combustibles fósiles son los siguientes:
81
Tema I.6
Dependencia del petróleo superior a la media comunitaria (más del 50%) frente al 46%
en la Comunidad Europea. El juicio sobre esta mayor dependencia, sin embargo, debe
ser matizado. Por una parte, considerando a los hidrocarburos en su conjunto, (petróleo
y gas natural), la dependencia española resulta ligeramente inferior a la media
comunitaria. Por otra parte, el esfuerzo de sustitución de petróleo por otras fuentes
llevado a cabo en España ha sido ya muy notable.
Gracias a las disposiciones adoptadas en el marco del Plan Energético Nacional que se
elaboró entre las crisis de 1973 y 1979, que maduraron en la década de los ochenta, se
ha pasado de una dependencia del petróleo del 69% a otra del 52%, en términos de
(*)
Texto adaptado, actualizado y ampliado de la monografía del mismo título, de Joaquín Ortega Costa,
publicada por el Instituto de Ingeniería de España dentro del volumen Consideraciones sobre la demanda
de energía, junio de 1993.
83
Tema I.6
consumo de energía primaria. Estas medidas han tenido su reflejo, sobre todo, en la
producción de energía eléctrica, en la que los hidrocarburos líquidos apenas aportan una
contribución marginal, en torno al 10%, claramente por debajo del 15% que considera
soportable la Comunidad Europea. Hoy, la capacidad de sustitución está muy agotada,
aunque es perfectamente factible situar el porcentaje mencionado en valores próximos
al 5%.
Por consiguiente, y como el petróleo continuará siendo en los próximos años una fuente
muy competitiva, cabe esperar disminuciones de su participación en el abastecimiento
energético nacional (primario) del orden de dos a cuatro puntos porcentuales, pero no
una reducción sustancial de su actual aportación. Lo mismo cabe decir del grado de
cobertura del consumo de energía final, donde los productos petrolíferos representaban
el 62% el año 2000, con perspectivas de reducción de unos cuatro puntos porcentuales
para el 2011. Bajo nivel de utilización del gas natural (14,60% en 2002), sensiblemente
inferior al grado de cobertura que supone esta fuente energética en los países de nuestro
entorno. Es posible augurar que este bajo nivel de utilización quede superado en un
plazo relativamente breve, siendo previsible que se lleguen a alcanzar los niveles de
consumo que hoy presenta la Comunidad europea de 15 miembros, en torno al 23% del
total de energía primaria comercial.
El fuerte impulso que está recibiendo la red de distribución interna nacional facilitará su
penetración. Su plena capacidad de contribuir al abastecimiento energético español
dependerá, sin embargo, de que se establezcan las necesarias conexiones con la tupida
red europea de transporte, así como de que se amplíe el gasoducto África-Europa,
realizado en virtud de un acuerdo entre España, Marruecos y Argelia. La primera fase
84
Tema I.6
El papel a desempeñar por el gas natural está vinculado a las sustituciones que cabe
hacer todavía, en algunos consumos industriales y domésticos, de derivados del
petróleo. Está relacionado también con la mayor participación que le será atribuida en la
producción de energía eléctrica, tanto a causa de las más severas restricciones
medioambientales, como porque permite un esfuerzo inversor menor y una mejor
modulación del mismo, al tiempo que con ello se aproxima España a los niveles de
gasificación que ya presenta la Europa Comunitaria.
85
Tema I.6
Este proceso seguirá exigiendo un alto grado de sensibilidad hacia el impacto social que
pueda producir, que deberá ser minimizado mediante la adecuada instrumentación de
políticas de animación económica de las comarcas afectadas.
86
Tema I.6
de coste tanto para los productores de energía como para los consumidores.
Ello se refleja también en el campo de la energía, por lo que una línea de política
energética adecuada sería la de intentar minimizar en la medida de lo posible las
necesidades de recursos financieros derivadas de las decisiones que haya que adoptar.
Además, las incertidumbres propias de la situación energética mundial han retrasado la
definición de las políticas estratégicas en el campo energético en casi todos los países y
España no ha sido ajena a este retraso.
Con todo, y pese a los cambios que se han producido en el entorno, los objetivos a los
que ha respondido hasta ahora la política energética española siguen siendo válidos en
sus grandes líneas y coherentes con los que actualmente persigue la Comunidad
Europea. Naturalmente, en el futuro, a medida que avance la implantación del Mercado
Interior Comunitario de la Energía, las políticas comunitarias en este campo adquirirán
una relevancia mayor en el condicionamiento de la política energética española.
87
Tema I.6
6.2 Conclusiones
Hemos visto cómo el reto energético que está planteado consiste en proporcionar, en
condiciones de seguridad y a un nivel de coste razonable, el abastecimiento de energía
requerido por las necesidades de un crecimiento económico sólido, equilibrado y
sostenido, de modo que el medio ambiente se mantenga limpio.
88
Tema I.6
Por eso, precisamente, estas políticas deben dirigirse a la salvaguarda del medio
ambiente, al mantenimiento de niveles de precios moderados y a la reducción de la
inestabilidad de los mercados energéticos. La superación de este reto exigirá que las
sociedades y sus opiniones públicas acepten razonables compromisos entre los objetivos
que pretenden alcanzar en los distintos campos vinculados a la energía y las soluciones
que son posibles a distintos niveles de coste.
Para conseguir estos objetivos complementarios del objetivo principal, será necesario
introducir cambios tecnológicos que incrementen la eficiencia energética y habrán de
originarse nuevos hábitos en los consumidores.
Igualmente, habrá que ser consciente de que ello podrá requerir una contribución
razonable de la energía nuclear, así como un incremento de cierta dimensión en los
precios de la energía, como consecuencia de un mayor grado de internalización de los
costes de todo tipo asociados al proceso de su producción y consumo. Exigirá también
seguramente la disposición de un importante volumen de recursos financieros.
89
Tema I.6
Los progresos que se obtengan en estos campos, como viene ocurriendo con las
tecnologías energéticas, tendrán una repercusión positiva en otras actividades
industriales.
Esta norma, junto con la Ley del sector de hidrocarburos y la Ley de bases de la
minería, constituyen los instrumentos básicos de la política energética reciente del
Gobierno español.
Conocida como la Ley de liberalización del sector eléctrico, ya que elimina una buena
parte de la intervención estatal directa que existía sobre dicho sector, su aplicación
supondrá un cambio importante tanto en la estructura como en el funcionamiento de las
actividades relacionadas con la producción, transporte, distribución y comercialización
de la energía eléctrica.
Entre otros aspectos estructurales, la Ley prevé la apertura del mercado a un mayor
grado de libre competencia, al mismo tiempo que establece un periodo de transición y
una tipología de los consumidores, según el nivel de consumo. Desde enero de 2003, el
mercado ha quedado abierto para todos los consumidores. Conviene aclarar que el
término liberalización implica, básicamente, dos aspectos en este contexto:
90
Tema I.6
Con la Ley del sector eléctrico se persigue que la necesaria regulación estatal quede
reducida a un mínimo, que permita satisfacer el triple objetivo de garantizar el
suministro eléctrico, su calidad, y que se lleve a cabo al menor coste posible. Teniendo
presente, además, la necesaria protección del medio ambiente, objetivo que debe
relacionarse con medidas para una reducción efectiva del consumo de energía, aumento
de su eficiencia, y potenciación de las fuentes renovables.
91
Tema I.6
6.3.2 Hidrocarburos
Ley 34/1998, de 7 de octubre, del sector de hidrocarburos (BOE n.º 241, de 8.10.98).
La nueva Ley del sector de hidrocarburos (Ley 34/1998) ha sido publicada en el Boletín
Oficial del Estado del pasado 8 de octubre de 1998. Con ella se ha pretendido
homogeneizar la regulación existente en la materia, permitiendo una mayor actuación de
la libre iniciativa empresarial y limitando la intervención directa de los poderes públicos
a las situaciones de emergencia. Se persigue un tratamiento integral para toda la
industria del sector (producción de hidrocarburos; consumo en vehículos, en calefacción
o en un proceso industrial, transformación y tratamiento de los mismos, etc.).
Asimismo, se ha procedido a la introducción de criterios de protección medioambiental.
92
Tema I.6
La regulación del sector del gas avanza en la liberalización del sector; manteniendo la
homogeneidad, en relación con el sistema eléctrico, ya que se trata en ambos casos de
suministros que requieren conexiones físicas entre productores y consumidores.
Para esta clase de instalaciones, la Ley 54/1997, del sector eléctrico, establece la
existencia de un régimen especial de producción de energía eléctrica, como régimen
diferenciado del ordinario. En este último, el esquema regulador es el mercado de
producción, en el que se cruzan ofertas y demandas de electricidad y donde se
establecen los precios como consecuencia de su funcionamiento como mercado
93
Tema I.6
organizado. Para el régimen especial, por el contrario, se crea un marco favorable para
aquellos sistemas energéticos que contribuyan con mayor eficacia a la consecución de
los siguientes objetivos: mejora de la eficiencia energética, reducción del consumo y
protección del medio ambiente, objetivos que se consideran prioritarios en función de
los compromisos adquiridos por España para la reducción de las emisiones de gases
causantes del efecto invernadero.
Para alcanzar ese logro se establece un sistema de incentivos temporales para aquellas
instalaciones (entre las que se incluyen las basadas en recursos renovables, residuos y
cogeneración) que precisan de ellos para situarse en posición de competencia en un
mercado libre. Para las instalaciones basadas en energías renovables y de residuos, el
incentivo económico que se establece no tiene límite temporal debido a que se hace
necesario internalizar sus beneficios medioambientales y a que, por sus especiales
características y nivel tecnológico, sus mayores costes de producción no les permite la
competencia en un mercado libre. Con los incentivos que se asignan a las energías
renovables se persigue que su aportación conjunta a la demanda energética de España
sea como mínimo del 12 por 100 en el año 2010.
94
Apéndice I.1
Poco después, el físico inglés Michael Faraday (1791-1867) demostró que también es
posible el fenómeno opuesto. Comprobó que, si se mueve un imán cerca de un hilo
metálico dispuesto en forma espiral o bobina, por este último circula electricidad. Lo
mismo sucede cuando se mueve la bobina y se mantiene fijo el imán: se consigue
también una circulación de electricidad, que recibe el nombre de corriente inducida.
Esta es, en última instancia, la base de las centrales eléctricas actuales: se trata de
instalaciones que hacen girar campos magnéticos de gran intensidad cerca de grandes
bobinas, dando así lugar a la generación de una corriente eléctrica.
La función de las materias primas energéticas que se utilizan en las centrales eléctricas
es hacer posible la generación de la energía mecánica que es necesaria para generar
electricidad:
95
Apéndice I.1
¾ En las centrales termoeléctricas solares, la energía del sol calienta un fluido que,
a su vez, transforma en vapor un segundo fluido que circula por una serie de
conductos. A partir de ese momento, se sigue el ciclo de conversión anteriormente
descrito.
¾ En definitiva, se trata en todos los casos de utilizar una fuente energética que,
bien directamente (centrales hidráulicas, centrales eólicas, centrales maremotrices,
...), bien mediante la conversión de un líquido en vapor (centrales termoeléctricas
clásicas y nucleares), pone en movimiento una turbina y un alternador a ella
asociado para producir energía eléctrica.
En algunos aprovechamientos muy localizados, el caudal del río asegura una aportación
regular de agua. En tales casos, la energía potencial de ésta puede ser aprovechada
directamente, sin necesidad de embalsarla previamente o bien utilizando un embalse
96
Apéndice I.1
Lo más habitual, por el contrario, es que sea necesario retener una cantidad apreciable
de agua mediante una presa. Se forma así un embalse o lago artificial del que se puede
generar un salto para liberar la energía potencial de la masa de agua y transformarla en
energía eléctrica. Estas centrales hidroeléctricas se denominan centrales con regulación.
Conviene señalar que esta doble división - centrales fluyentes y centrales de regulación,
por un lado; aprovechamientos por derivación y aprovechamientos por acumulación,
por otro, no es excluyente. Es decir, hay aprovechamientos por derivación que tienen
carácter fluyente y aprovechamientos por derivación del tipo de central con regulación.
97
Apéndice I.1
98
Apéndice I.1
Para comprender el papel que realizan las centrales de bombeo, conviene recordar que
la demanda diaria de energía eléctrica no es constante, sino que sufre importantes
variaciones según las horas del día. Las centrales termoeléctricas no pueden adaptarse a
estos bruscos cambios de la demanda, ya que, por sus características técnicas, están
especialmente indicadas para producir la mayor cantidad de energía eléctrica de forma
prácticamente estable. Esto quiere decir que, cuando la demanda diaria se sitúa en sus
niveles más bajos, las centrales termoeléctricas, pese a estar funcionando en ese
momento a su mínimo técnico, generan frecuentemente un volumen de energía eléctrica
que se encuentra por encima de la demanda existente en esas horas del día.
Pues bien, esa energía eléctrica, que no puede ser almacenada ni absorbida por el
mercado, es utilizada en las centrales de bombeo para elevar el agua desde el embalse
inferior hasta el embalse superior. De esta forma, una vez recuperada el agua en el
embalse superior, estas centrales podrán ser utilizadas como centrales hidroeléctricas
convencionales en el siguiente período diario de mayor demanda. Evidentemente, la
reversibilidad consume energía, pues de la suministrada para el bombeo existen
pérdidas de rendimiento en las bombas: por cada kWh producido de forma hidráulica se
consumen hasta 1,5 kWh de bombeo. La rentabilidad económica de estas centrales se
basa en que el precio de la energía turbinada “se cobra” a tarifa punta y el precio de la
energía utilizada para bombear “se paga” a tarifa baja.
Existen dos tipos de centrales de bombeo: cuando la central necesita que se bombee
previamente el agua desde el embalse inferior hasta el superior como condición
indispensable para producir energía eléctrica, se dice que es una central de bombeo
puro; en el caso de que la central pueda producir energía indistintamente con o sin
bombeo previo, se denomina central de bombeo mixto.
99
Apéndice I.1
máximos valores, la central funciona como cualquier otra central hidroeléctrica: el agua
que ha quedado acumulada en el embalse superior (1) por efecto de la presa (2) llega, a
través de una galería de conducción (3) (generalmente, un túnel de hormigón, forrado
interiormente de acero), a una tubería forzada (5) por la que es conducida hasta la sala
de máquinas de la central eléctrica propiamente dicha (6). Allí, el agua, en su caída,
hace girar los rodetes de las turbinas (7) instaladas en la sala de máquinas, generando
una comente eléctrica que es transportada mediante líneas de alta tensión (9). El agua,
una vez que ha provocado la generación de electricidad, sale al exterior por varios
desagües (8) y queda almacenada en el embalse inferior (10).
Cuando la demanda diaria de energía eléctrica se sitúa en sus niveles más bajos, se
aprovecha la energía “sobrante” que las centrales termoeléctricas - incluso funcionando
a su mínimo técnico - producen por encima de las necesidades del mercado para
accionar un motor situado en la sala de máquinas (6) que, poniendo en funcionamiento
una bomba, eleva el agua que se encuentra en un embalse inferior (10) hasta el embalse
superior (1) a través de la tubería (5). El agua puede ser elevada por un grupo moto-
bomba o por las propias turbinas de la central - si son reversibles - accionadas por los
100
Apéndice I.1
alternadores, que funcionan así como motores. Una vez efectuada la operación de
bombeo, el agua almacenada en el embalse superior (1) está en condiciones de repetir el
ciclo productivo.
Una central termoeléctrica posee, dentro del propio recinto de la planta, sistemas de
almacenamiento de combustible (parque de carbón, depósitos de fuelóleo, etc.) para
asegurar que se dispone permanentemente de una adecuada cantidad de materia prima.
101
Apéndice I.1
Hay, por último, centrales termoeléctricas cuyo diseño les permite quemar
indistintamente varios combustibles fósiles (carbón o gas, carbón o fuelóleo). Reciben
el nombre de centrales termoeléctricas mixtas o policombustibles.
Una vez en la caldera, la acción de los quemadores da lugar a la combustión del carbón,
del fuelóleo o del gas, generando así energía calorífica. Esta convierte, a su vez, en
vapor a alta temperatura el agua que circula por una extensa red formada por miles de
tubos que tapizan las paredes de la caldera. Este vapor entra a gran presión en la turbina
de la central, la cual consta de tres cuerpos - de alta, media y baja presión,
respectivamente - unidos por un mismo eje.
El vapor de agua a presión hace girar los álabes de la turbina generando energía
mecánica. A su vez, el eje que une a los tres cuerpos de la turbina antes mencionados
hace girar al mismo tiempo un alternador unido a ella, produciendo así energía eléctrica.
Esta es vertida a la red de transporte a alta tensión mediante la acción de un
transformador.
102
Apéndice I.1
enviado y convertido de nuevo en agua. Ésta es finalmente conducida otra vez a los
tubos que tapizan las paredes de la caldera, con lo cual el ciclo productivo puede volver
a iniciarse.
103
Apéndice I.1
Una central nuclear es una central termoeléctrica, es decir, una instalación que
aprovecha una fuente de calor para convertir en vapor a alta temperatura un líquido que
circula por un conjunto de conductos; y que utiliza dicho vapor para accionar un grupo
turbina-alternador, produciendo así energía eléctrica.
La fisión nuclear es una reacción por la cual ciertos núcleos de elementos químicos
pesados se escinden o fisionan en dos fragmentos por el impacto de un neutrón,
emitiendo a su vez varios neutrones y liberando en el proceso una gran cantidad de
energía que se manifiesta en forma de calor.
104
Apéndice I.1
La reacción nuclear de fisión fue descubierta por los científicos O. Hahn y F. Strassman
en 1938, cuando detectaron la presencia de elementos de pequeña masa en una muestra
de uranio puro irradiada con neutrones.
Una vez que se ha efectuado la carga de combustible en el reactor, es decir, una vez que
se ha introducido en él los elementos de combustible, se pone en marcha la reacción de
fisión en cadena mediante un “isótopo generador de neutrones”, el cual hace que entren
en actividad los átomos de uranio contenidos en el combustible.
La presencia del moderador asegura que los neutrones poseen la energía cinética
adecuada para garantizar la permanencia de la reacción en cadena. Las barras de
control, por su parte, son introducidas más o menos en el núcleo del reactor,
absorbiendo así más o menos neutrones y permitiendo mantener la potencia utilizada
del reactor en el nivel deseado.
Como consecuencia de las continuas reacciones de fisión nuclear que tienen lugar en el
núcleo del reactor, se producen grandes cantidades de energía en forma de calor. Esta
energía calorífica eleva considerablemente la temperatura de un fluido refrigerante que
circula por un conjunto de conductos. A partir de aquí, el proceso es diferente según de
que tipo de reactor se trate.
En otro tipo de reactores - los reactores de agua en ebullición (BWR) - no existen dos
105
Apéndice I.1
circuitos, sino uno sólo, es decir, el propio refrigerante se convierte en vapor por efecto
del calor dentro de la propia vasija y es enviado al grupo turbina-alternador.
En los reactores de agua a presión, el fluido refrigerante, una vez que ha vaporizado el
agua del circuito secundario, vuelve al núcleo del reactor. Por su parte, el vapor de agua,
después de haber accionado el grupo turbina-alternador, es enfriado de nuevo gracias a
un sistema de refrigeración y vuelve al estado líquido. Inmediatamente, pasa por una
batería de precalentadores y vuelve a entrar en el generador de vapor para repetir el
ciclo.
106
Apéndice I.1
Las centrales solares, eólicas, de biomasa, etc. forman parte del conjunto de
instalaciones que permiten el aprovechamiento de un amplio y diverso abanico de
fuentes de energía a las que se suele denominar energías renovables o “nuevas
energías”: solar térmica, solar fotovoltaica, eólica, biomasa, residuos sólidos urbanos,
geotérmica, oceánica, etc.
El sol viene a ser una especie de gigantesco reactor nuclear de fusión. Es una enorme
masa gaseosa, formada fundamentalmente por helio, hidrógeno y carbono. En ella, se
producen de manera continua reacciones nucleares mediante las cuáles dos átomos de
hidrógeno se fusionan, dando lugar a un átomo de helio y liberando gran cantidad de
energía. De ésta, sólo una parte llega de manera efectiva a la superficie la Tierra; el
resto vuelve al espacio por efecto de los procesos de reflexión y refracción provocados
por la atmósfera terrestre o es absorbido por las sucesivas capas que la forman.
La energía solar llega a la superficie de la Tierra por dos vías: incidiendo en los objetos
iluminados por el Sol, lo que se conoce como radiación directa; o como reflejo de la
radiación solar que es absorbida por el aire y el polvo, lo que se denomina radiación
difusa. Con las tecnologías actualmente disponibles, sólo la primera es aprovechable de
manera realmente eficaz, si bien algunos sistemas (los colectores planos y las células
fotovoltaicas) aprovechan la segunda en determinada medida.
107
Apéndice I.1
Entre las ventajas que ofrece la energía solar, se suele citar su carácter gratuito y el ser
inagotable a escala humana, ya que se calcula que el Sol tendrá aún una existencia de
unos 6000 millones de años. Además, mediante procesos de concentración, puede
alcanzarse con ella hasta 300ºC, temperatura que en principio permite poner en marcha
ciclos termodinámicos de alto rendimiento.
En la actualidad, la energía solar está siendo aprovechada mediante dos vías: la térmica
y la fotovoltaica.
108
Apéndice I.1
ser de baja, media y alta temperatura. Los de baja temperatura se emplean generalmente
para calefacción, climatización de locales, producción de agua caliente sanitaria, etc.
Los de media y alta temperatura pueden ser aprovechados para la producción de energía
eléctrica.
Estos sistemas suelen poseer, además, un dispositivo que permite almacenar una cierta
cantidad de energía en forma de calor para hacer frente, en lo posible, a las
fluctuaciones de la radiación solar. En tal caso, el fluido del circuito secundario
transmite previamente su calor al sistema de almacenamiento, antes de llegar al grupo
turbina-alternador. Las instalaciones de este tipo aprovechan la energía solar a
temperaturas comprendidas entre los 100ºC y 300ºC.
Por su parte, las instalaciones de aprovechamiento solar a alta temperatura para producir
electricidad más significativas son las centrales termoeléctricas de receptor central.
Estas constan de una amplia superficie de helióstatos, es decir, grandes espejos
sostenidos por soportes que reflejan la radiación solar y la concentran en un pequeño
punto receptor. Habitualmente, éste se encuentra instalado en una torre: la instalación
recibe entonces el nombre de central solar de tipo torre central.
109
Apéndice I.1
Los helióstatos poseen mecanismos electrónicos que reciben periódicamente las órdenes
que les transmite un programa asociado a un ordenador central. Estas órdenes hacen que
cada helióstato se vaya moviendo según dos ejes de giro, de modo que pueda estar en
todo momento en la posición más adecuada para recibir con mayor intensidad la
radiación solar y concentrarla eficazmente en el receptor central instalado en la torre.
La luz solar, como toda onda electromagnética, transporta energía en forma de flujo de
fotones. Estos fotones, cuando inciden en determinado tipo de materiales bajo ciertas
condiciones, provocan una corriente eléctrica. Es lo que se conoce como efecto
fotovoltaico.
Las células solares o fotovoltaicas son, por tanto, pequeños elementos fabricados de un
material semiconductor cristalino, “dopado”, es decir, al que han sido adicionados
determinados tipos de impurezas. Cuando incide en ellos la radiación solar, convierten
la energía lumínica de ésta en energía eléctrica por efecto fotovoltaico.
Normalmente, una célula fotovoltaica está formada por dos láminas muy delgadas de
materiales semiconductores que se superponen: la primera de ellas es un cristal de
silicio con impurezas de fósforo; y la segunda, un cristal de silicio con impurezas de
boro.
110
Apéndice I.1
La tensión máxima entre los bornes de la célula es de unos 0,58 Voltios cuando la
iluminación tiene una potencia de 1 kW/m2. Esta tensión es, en general, inutilizable, por
lo que se suele recurrir a conectar en serie un número determinado de células del mismo
tipo. Así, para la misma radiación solar, 36 células como la anteriormente descrita
permiten la obtención de una tensión máxima de 18 Voltios. El conjunto de esas 36
células, convenientemente estanco, forma lo que se llama un “módulo o panel
fotovoltaico” y un amplio conjunto de paneles fotovoltaicos, adecuadamente dispuestos
sobre el terreno, dan lugar a una central fotovoltaica.
Dos de los problemas principales con los que se enfrenta actualmente el desarrollo de
los sistemas fotovoltaicos son la imposibilidad, por el momento, de que estas
instalaciones alcancen potencias unitarias elevadas (la mayor instalación fotovoltaica
española tiene sólo 1 MW) y el coste, aún bastante alto, del kWh generado. No obstante,
están experimentando en los últimos años un gran desarrollo, sobre todo para su
aplicación en puntos de consumo que se encuentran aislados de la red general de
transporte y distribución; y se están produciendo significativos avances tanto en lo que
se refiere a la solución de determinados problemas tecnológicos que dificultan su
desarrollo, como en lo que afecta al coste de producción del kWh que producen.
Al igual que ocurre con otras “nuevas energías”, la eólica es una fuente energética que,
en realidad, viene siendo utilizada desde hace mucho tiempo, fundamentalmente, en el
transporte marítimo y en instalaciones agrícolas.
111
Apéndice I.1
viento suministran electricidad a zonas del país que no puede recibirla de la red general
de transporte.
Conviene tener en cuenta que, para que la energía eólica pueda ser utilizada con cierta
eficacia en una zona determinada, las características del viento deben cumplir una serie
de condiciones relativas a velocidad, continuidad, estabilidad, etc. Un dato de gran
importancia al respecto es la “densidad de potencia” del viento, es decir, el valor
máximo de la potencia que se puede conseguir por cada unidad de área barrida por el
viento. En concreto, por debajo de 50 W/m2 no tiene interés el emplazamiento de
instalaciones eólicas; y sólo por encima de 200 W/m2 comienzan a resultar
auténticamente rentables. Aún así, hay que tener en cuenta que hacen falta densidades
de potencia superiores a 1000 W/m2 para que aerogeneradores de potencia superior a
0,5 MW tengan un rendimiento aceptable.
La energía eólica presenta algunas ventajas, frente a otras “nuevas energías”, para la
producción de electricidad. Por ejemplo, su alto rendimiento en la transformación de la
energía mecánica en energía eléctrica.
Las máquinas que se emplean para producir electricidad a partir de energía eólica suelen
ser denominadas aerogeneradores o turbinas eólicas. En la actualidad existen dos
112
Apéndice I.1
modelos: el de eje horizontal y el de eje vertical. El primero consta de una hélice o rotor
acoplado a un conjunto soporte, llamado “góndola” o “navecilla”, en donde se encuentra
el alternador y la caja de engranajes. Ambos van montados sobre una torre metálica o de
hormigón. La hélice o rotor puede estar situada a barlovento o sotavento, es decir,
enfrentada a la dirección del viento o no.
El rotor puede poseer una, dos, tres o hasta seis palas. Estas son el elemento que causa
más problemas de diseño y el que representa el mayor coste de la máquina: alrededor
del 30% de la inversión total. Inicialmente, fueron fabricadas de acero, pero
recientemente la tendencia es emplear materiales más ligeros, como fibra de vidrio o
carbono. El principal problema que plantean es que se encuentran sometidas a intensas
cargas aerodinámicas alternativas, lo que les produce una fuerte vibración. El
acoplamiento entre los modos de vibración que sufren las palas y los que sufre la torre
es objeto de intensos estudios, ya que un desajuste entre ambos puede producir torsiones
que llegan a causar hasta la propia destrucción de la máquina.
113
Apéndice I.1
Las torres son el elemento más convencional. En ocasiones, tiene una forma parecida a
la de las torres de tendido eléctrico, aunque también las hay de forma cilíndrica o
troncónica, tanto metálicas como de hormigón. Como se ha indicado anteriormente, el
diseño de la torre debe tener en cuenta que los modos de vibración que ésta vaya a sufrir
se acoplen adecuadamente a los modos de vibración del rotor.
La biomasa es una fuente energética renovable integrada por una variedad relativamente
amplia de recursos, entre los que cabe citar los residuos agrícolas y forestales, los
subproductos biodegradables, residuos industriales, etc., así como los procedentes de
cultivos agrícolas o forestales expresamente desarrollados para poder disponer de
materias primas energéticas. Todos estos recursos pueden ser utilizados como
combustibles, una vez tratados convenientemente, en diversos tipos de instalaciones.
114
Apéndice I.1
Otra “nueva energía” estrechamente emparentada con la biomasa, pero a la que se suele
considerar muchas veces de manera diferenciada es la constituida por los denominados
“residuos sólidos urbanos” (RSU), es decir, la basura doméstica.
Una de las vías cada vez más utilizadas para eliminar estos residuos es su incineración.
Dado que la cantidad y contenido energético de los RSU es cada vez mayor, se han
desarrollado instalaciones destinadas a combinar la eliminación de estos residuos con su
utilización como combustible para dar lugar a un proceso termoeléctrico.
115
Apéndice I.1
En los primeros años de la historia del sector eléctrico español, la mayor parte de las
centrales estaban accionadas por motores térmicos de gas “pobre”, es decir, gas de bajo
contenido calorífico. En otros casos, se trataba de molinos u otras formas rudimentarias
de centrales hidráulicas.
La primera estadística eléctrica oficial se realizó en 1901. De acuerdo con sus datos,
existían entonces 861 centrales con una potencia de 94 MW, de la cual el 61% era
termoeléctrica y el 39% hidroeléctrica.
En estos momentos, hay en España alrededor de 1200 centrales eléctricas que suman
una potencia de 50200 MW. De ellas, unas 900 son hidroeléctricas, con una potencia de
17540 MW, lo que supone el 34,9% de la potencia total; unas 190 son termoeléctricas
clásicas (es decir, utilizan carbón, fuelóleo o gas) con una potencia de 24500 MW, el
48,8% del total; 8 son nucleares, con una potencia de unos 7500 MW, el 15,0% de la
potencia total; y el resto, instalaciones eólicas, solares, de aprovechamiento de biomasa,
116
Apéndice I.1
residuos sólidos, etc., con una potencia total de unos 580 MW, el 1,2% de la potencia
instalada. Las centrales eléctricas españolas utilizan actualmente, para generar
electricidad, saltos de agua naturales o artificiales, lignito, hulla, antracita, fuelóleo, gas
natural, gas procedente de altos homos siderúrgicos, uranio, energía solar, energía
eólica, biomasa y residuos urbanos, agrícolas e industriales. En 1996, por ejemplo, las
centrales eléctricas españolas disponían de una capacidad de embalse de agua para
aprovechamientos hidroeléctricos superior a 50000 hm3; y utilizaron 31,5 millones de
toneladas de carbones (hulla, lignito y antracita), 1,8 millones de toneladas de fuelóleo,
1251 hm3 de gas natural y siderúrgico, y 175 toneladas de uranio, amén de energía
solar, eólica, biomasa y residuos sólidos urbanos.
117
Apéndice I.1
118
Apéndice I.1
119
Apéndice I.1
120
Apéndice I.1
121
Apéndice I.1
Termosolar Tabernas
CESA-1 Almería 1200
(torre central) (Plataforma Solar de Almería)
Termosolar Tabernas
DCS Almería 500
(colector distribuido) (Plataforma Solar de Almería)
Termosolar Tabernas
CRS Almería 500
(torre central) (Plataforma Solar de Almería)
San Agustín
Fotovoltaica San Agustín de Guadalix Madrid 100
de Guadalix
122
Apéndice I.1
La energía eléctrica generada se envía a través de una red de líneas eléctricas hasta los
lugares de consumo.
123
Apéndice I.1
Tabla A.I.9.- Instalaciones de la red de transporte del sistema eléctrico español (1996).
Líneas (km de circuito) Subestaciones
Compañía
400 kV 220 kV 400 kV 220 kV
Hidrocantábrico 0 140 1 21
124
Bloque II EFICIENCIA Y ECONOMÍA
Tema II.1
127
Tema II.1
uso de los automóviles privados a favor del transporte colectivo y las bicicletas, o
impedir el desarrollo de urbanizaciones. En definitiva, más limitaciones y
racionamiento. En principio, muy poca gente aceptaría gustosamente esa clase de
programas para la conservación de la energía. Sin embargo, algunos organismos
oficiales promueven investigaciones en torno a las pautas de comportamiento humano
en cuanto a los usos de la energía, como la Agencia holandesa para la energía y el
medio ambiente, que trabaja en colaboración con la Agencia Internacional de la
Energía. Se trata de encontrar fórmulas para concienciar a los consumidores sobre la
importancia de mejorar sus hábitos de consumo, y motivarlos para que adopten
voluntariamente costumbres que favorezcan la conservación: apagar luces, bajar
termostatos, no hacer un uso abusivo de los automóviles, etc.
Pero existe una tercera forma de contemplar la conservación: como una forma de ajuste,
que implica cosas tales como aislar térmicamente las casas, la fabricación de
automóviles con menor consumo de combustible, optimizar los procesos industriales
aprovechando el calor de desecho, y hacer más eficientes los aparatos domésticos. A
esto se le puede llamar conservación productiva, que favorece un ahorro de energía en
forma tal que no se produce una desorganización económica y social. Su propósito es
utilizar menos energía de lo que ha sido habitual para realizar una tarea, ya sea calentar
una casa o fabricar accesorios, y previniendo una posterior desorganización.
Otra dificultad está directamente relacionada con los niveles de consumo habituales
para la realización de las tareas. Si ya se es eficiente o si los niveles estándar de
128
Tema II.1
consumo son bajos, como ocurre en la mayor parte de países en vías de desarrollo,
entonces las posibilidades de ahorro se ven drásticamente mermadas. Pero incluso en
los países más industrializados, la puesta en marcha de programas de conservación
suponen la realización de proyectos que requieren inversiones, y los recursos de capital
necesarios son limitados. En todo caso, dichos proyectos deben competir con otras
posibles inversiones, y las prioridades no son siempre las mismas ni tienden en muchos
casos a favorecer las opciones de conservación.
129
Tema II.1
Las opiniones de los expertos son aquí muy diferentes. Los más optimistas mantienen
que la puesta en marcha de políticas decididas de conservación permitiría reducir los
niveles de la demanda global de energía. Otros, más realistas, consideran que el
potencial de la conservación es más modesto, y en el mejor de los casos, constituye un
factor de desaceleración de la demanda, que seguirá creciendo de forma inevitable,
particularmente en los países en vías de desarrollo. Los más escépticos, aunque en
minoría, abogan simplemente por actuar desde el lado de la oferta, incrementando las
capacidades de suministro con las fuentes y tecnologías convencionales, y que el
mercado haga lo demás. Un ejemplo ilustrativo de esta posición lo podemos encontrar
en la siguiente frase, atribuida al presidente Reagan: “la conservación significa que
tendremos mucho calor en verano y mucho frío en invierno”.
Hay que reconocer, sin embargo, que en la valoración de los logros de la eficiencia en la
producción y el consumo de energía, se esgrimen en ocasiones argumentos equívocos.
Como hemos visto en la primera parte de la asignatura, en la planificación energética se
ha generalizado el uso del parámetro denominado intensidad del consumo energético,
130
Tema II.1
Sin duda, para afrontar con éxito este conjunto de problemas, la eficiencia energética
debe desempeñar un papel de importancia creciente. Pero a corto plazo, la fuerza
impulsora para ahorrar energía no es otra que la posibilidad de ahorrar dinero. No basta
con reducir el consumo de energía, es necesario además que esta reducción implique
131
Tema II.1
una disminución del coste económico de la energía que es necesario emplear, sin
menoscabo de su calidad como servicio.
132
Tema II.1
Existe, por tanto, un amplio campo de acción en cuanto al desarrollo tecnológico en este
aspecto, y muchas oportunidades de incorporar objetivos de mejora de la eficiencia en
los nuevos diseños. Y las tecnologías energéticas más avanzadas se encaminan en esa
dirección.
Veamos algunos ejemplos que son ilustrativos de la generalmente baja eficiencia con
que operan los actuales sistemas de conversión desde las energías primarias hasta los
usos finales. El gas natural es uno de los combustibles más eficientes, pues requiere un
procesamiento sencillo a partir de la forma en que se encuentra en los yacimientos. Aun
así, el gas ha de ser extraído y transportado hasta los puntos de consumo, y estas
actividades requieren el empleo de energía. De manera que alrededor del 95% del
contenido inicial de energía en el gas se encuentra disponible para su uso.
133
Tema II.1
En los diseños de las centrales térmicas basadas en combustibles fósiles (carbón y gas
natural) se han producido avances notables durante los últimos años, la mayor parte de
los cuales se encuentran en una etapa de desarrollo comercial. Veamos tres casos de
tecnologías que comparten una característica común: se consigue una combustión más
eficiente, tanto desde el punto de vista estrictamente energético (mayores rendimientos)
como desde el ambiental, pues se consigue al mismo tiempo una reducción sustancial de
las emisiones contaminantes.
Combustión en lecho fluidizado. Esta tecnología se está aplicando con éxito a las
modernas centrales de carbón. El combustible, triturado en partículas muy finas, se
inyecta en la parte inferior de la caldera, manteniéndose en suspensión mediante un
flujo de aire. A la propia cámara de combustión se añade caliza, con lo que los óxidos
134
Tema II.1
de azufre que se forman en la combustión del carbón quedan retenidos junto con las
cenizas. Además, se reduce sensiblemente la formación de óxidos de nitrógeno, puesto
que este tipo de calderas funcionan a una temperatura relativamente baja, entre 400-
500ºC. Se logran buenos rendimientos en la producción de electricidad, a la vez que se
reducen de forma significativa las emisiones contaminantes.
135
Tema II-2
137
Tema II-2
Ahora bien, como quiera que los ahorros previstos, en términos de dinero, dependen de
las cantidades de energía que se ahorrarán (y de su precio) a lo largo de la vida útil de la
instalación bajo estudio, son cantidades monetarias que se obtendrán en el futuro. En
cambio, la mayor parte de los costes fijos (los de capital, por ejemplo) suponen
cantidades monetarias actuales, con un valor diferente.
Al igual que sucede con los costes de generación en las centrales eléctricas, las
componentes de coste que resultan más difíciles de estimar son las relativas a los
combustibles, por cuanto sus precios están sometidos a mayores fluctuaciones,
relacionadas éstas, a su vez, con distorsiones más profundas sobre la demanda global de
estos productos.
138
Tema II-2
Salvo en el caso de grandes instalaciones, las inversiones que requieren los sistemas de
ahorro de energía no suelen ser grandes comparadas con el resto de costes de la
empresa, ya que no suelen precisar de modificaciones ni obras de envergadura. Tal es el
caso de los sistemas de aislamiento térmico, de muchos sistemas de recuperación de
calor, grupos electrógenos de escasa potencia, etc. Por ello, si la inversión se realiza
mediante préstamo, éste será único, con un plazo de amortización de pocos años, y a un
tipo de interés anual fijo. En tal caso, si la devolución del préstamo se realiza mediante
la fórmula de pagos anuales constantes, que es la más corriente, el montante del pago
anual P, para amortizar la cantidad C en N años, a una tasa anual de interés I (%) es
simplemente, expresando la tasa de interés en tanto por uno (i = I/100):
N
i (1 + i )
P=C . (1)
(1 + i )N - 1
No existe, sin embargo, un criterio de valoración que goce de aceptación general, sino
139
Tema II-2
Los dos primeros utilizan cantidades monetarias corrientes, mientras que los dos
últimos tienen en cuenta los efectos de actualización de cantidades monetarias futuras:
esto es, beneficios y costes que se producirán durante los años siguientes a la puesta en
marcha de la nueva instalación, y cuyo valor depende del calendario (año) en que serán
efectivos. Por ello, estos últimos reciben la denominación genérica de métodos de
descuento, puesto que actualizar el valor de cantidades monetarias que se percibirán en
el futuro implica descontar una parte de su valor corriente.
a N (dd)
TR(%) = ⋅ 100 , (2)
CC
siendo a N (dd ) el valor medio de los ahorros netos anuales después de depreciación; y
CC el coste total de capital, es decir, la inversión total necesaria hasta la puesta en
marcha del proyecto (incluyendo equipos e instalación).
La idea básica de este método consiste en determinar un sencillo parámetro (TR) que
proporcione una estimación preliminar del nivel de retorno (rendimiento económico)
que se espera obtener de una determinada alternativa de proyecto.
El cálculo de los ahorros netos se extiende al período de vida útil o plazo de servicio de
la nueva instalación. De manera que para cada año de funcionamiento, es necesario
estimar, en primer lugar, los ahorros de energía previstos, sean en combustible o en
140
Tema II-2
Pero además del ahorro energético, el funcionamiento del sistema conlleva costes
adicionales (distintos del de capital); por ejemplo, mantenimiento, materiales, mano de
obra, etc. Es decir, que vamos a tener también incrementos en determinadas
componentes de coste, sobre todo las operacionales, al estar vinculadas directamente al
funcionamiento del sistema de ahorro de energía. También puede ocurrir que se incurra
en nuevos costes fijos, como seguros no vinculados al préstamo, o alquileres. En
cualquier caso, para obtener el ahorro neto anual, es preciso detraer del ahorro bruto la
suma de todos ellos.
Para ello, supongamos que hemos identificado m componentes de coste que aumentarán
con la operación del sistema de ahorro. Además, para cada componente j, el incremento
en su coste previsto para el año de funcionamiento i es cij. Entonces, el ahorro neto
(antes de depreciación) que se obtendrá durante el año i es simplemente:
m
a Ni (ad) = a bi − ∑ c ij . (3)
j =1
Para obtener el valor del ahorro neto después de depreciación, hay que restar de la
cantidad anterior el valor de depreciación anual del sistema di, que es una estimación de
la pérdida de valor del mismo, por efecto del propio uso y del transcurso del tiempo:
a Ni (dd) = a Ni (ad) - d i . (4)
Una vez calculados los ahorros netos anuales después de depreciación mediante las
expresiones (3) y (4), sólo queda promediarlos a lo largo de los años de vida útil del
sistema. La duración de la vida útil también es una estimación: el número de años
durante los cuales se espera que el sistema mantenga su capacidad operativa, y por
tanto, siga produciendo ahorro de energía. Así, para un período de vida útil de n años, el
valor medio de los ahorros netos anuales después de depreciación es:
n
∑a
i =1
Ni (dd)
(5)
a N (dd) = ,
n
141
Tema II-2
tasa de retorno. Los valores de depreciación suelen darse en términos de tasas anuales:
porcentajes constantes aplicables al valor inicial (coste de capital) del sistema.
142
Tema II-2
N
⎛ I ⎞
S = D ⋅ ⎜1 + ⎟ , (6)
⎝ 100 ⎠
143
Tema II-2
Extendiendo esta sencilla idea a un proyecto completo que genere ahorros a lo largo de
una serie de años, para cada año habrá un factor 1/(1 + I/100)N que relacione los
ahorros obtenidos durante el año N con su valor actual. Así es como se definen los
factores de descuento (deflactores), cuyo efecto es reducir el valor de los ahorros que,
en términos corrientes, se vayan alcanzando en los años posteriores a la puesta en
marcha de la nueva instalación.
Así pues, para cada año i de funcionamiento de la instalación que se proyecta, podemos
definir un factor de descuento FDi(I) de la siguiente forma:
1
FDi ( I ) = i
,
⎛ I ⎞ (8)
⎜1 + ⎟
⎝ 100 ⎠
De la idea básica de “descontar” los flujos de caja correspondientes a años futuros, para
obtener valores actuales (constantes), es de donde surge, directamente, la técnica de
evaluación de proyectos conocida como método del valor actual neto.
144
Tema II-2
donde n representa la vida útil en años, N el plazo de amortización del préstamo, y ci los
costes anuales de capital (amortización e intereses). Normalmente, n>N. Si la inversión
se realiza con recursos propios, entonces no será necesario actualizar los costes anuales
de capital, y el segundo sumatorio de (9) será sustituido por el coste total de capital CC.
El VAN de un proyecto debe ser positivo como condición previa para que sea aceptable
(viable). Ello es debido a que el valor actual neto representa el beneficio global neto de
la operación en términos actuales. En tal sentido, el VAN es un buen indicador de la
capacidad de generación de beneficio, disponible ahora, de la inversión considerada.
145
Tema II-2
Naturalmente, a mayor índice IR, tanto más atractivo resulta el proyecto. Como en el
caso del VAN, cuando hay financiación, el coste de capital debe incluir las cargas
financieras y estar actualizado.
Cuando una empresa estudia invertir en nuevos equipos, debe tener establecidos sus
propios objetivos, basados en la experiencia, acerca del valor mínimo aceptable de la
TIR para esa operación. Si ello es así, el hecho de que la TIR calculada supere este valor
mínimo será condición previa de viabilidad.
¾ El valor mínimo aceptable para la TIR puede no estar claro de antemano para los
responsables de la empresa.
¾ No se tiene en cuenta, de forma explícita, el efecto de la inflación.
¾ Las tasas de descuento se toman constantes a lo largo de todo el período de
146
Tema II-2
análisis.
En lo que sigue, indicamos de qué forma pueden introducirse, de forma explícita, los
efectos de la inflación en los procedimientos de análisis basados en factores de
descuento.
147
Tema II-2
administraciones.
El efecto de la inflación es que el valor del dinero decrece con el transcurso del tiempo.
En cierto modo, la inflación opera de forma similar al mecanismo de remuneración del
dinero vía intereses. Sin embargo, es esencial no confundir estos efectos, aunque estén
ciertamente relacionados. Con del fin de poder considerarlos de forma separada, surge
la necesidad de definir un nuevo concepto: la tasa real de interés. Esta tasa es la que se
pagaría en una situación ideal: aquella en que los precios fueran constantes.
Formalmente, la tasa real de interés se define como la diferencia entre la tasa de interés
vigente y el IPC. Así, para que la tasa real sea positiva, los tipos de interés en vigor
deben situarse por encima del índice de precios al consumo.
Hay pues, dos formas distintas de descuento del dinero que se espera obtener en el
futuro: la debida a la inflación y la asociada a la tasa real de interés. Sin embargo, no
existe un método universalmente aceptado para acomodar los efectos de la inflación
cuando se descuentan cantidades monetarias futuras, tales como los ahorros netos en la
factura energética, siendo habitual en la práctica utilizar el IPC como una “tasa de
descuento por inflación”. Entonces, expresando el IPC anual en tanto por uno, el valor
real de una cantidad de dinero S a percibir dentro de N años es simplemente:
S
Valor real = (11)
(1 + IPC )N
Resumiendo, el dinero que se ahorrará con la implantación de medidas de eficiencia
energética tiene un cierto valor de caja (corriente), pero si se convierte empleando la
ecuación (11), entonces se obtiene su valor en términos reales.
148
Tema II-2
En el primer caso, se calculan en primer lugar los valores reales de los ahorros netos
(descontando con la tasa de inflación), y a continuación los valores reales obtenidos se
actualizan mediante el uso de factores de descuento basados en la tasa real de interés. El
análisis en términos monetarios consiste en efectuar un solo descuento sobre los valores
corrientes de los ahorros netos, pero usando un factor de descuento basado en una tasa
de interés corregida por la inflación. Esta tasa corregida (R) contiene el efecto
combinado de la inflación y de la tasa real de interés IR, y puede obtenerse mediante la
expresión:
1 + R = ( 1 + I R ) ( 1 + IPC ), (12)
donde todas las tasas se han expresado en tanto por uno. Puede observarse cómo la tasa
corregida R resulta ligeramente superior a la tasa de interés en vigor.
149
Tema II.2
Problemas
Problema 1.
Una empresa se propone invertir 50000 € en una instalación de ahorro de energía cuya
vida útil se ha establecido en cuatro años. Los estudios previos realizados indican que
los ahorros y costes adicionales vinculados al proyecto son los siguientes:
El IPC de los últimos 12 meses es de un 5%, y la tasa real de interés del 7% anual. La
depreciación anual de la instalación se toma constante e igual al 20% sobre el coste
inicial de capital. El consejo de administración precisa conocer los siguientes datos
técnicos para tomar una decisión definitiva:
151
Tema II.2
Problema 2.
Una industria estudia la instalación de un sistema de recuperación de calor cuya
inversión inicial supone un total de 45000 €. La vida útil del sistema se ha establecido
en 6 años. Puede accederse a una financiación de 26000 € mediante un préstamo a 4
años y a un tipo de interés del 7% anual. Los ahorros netos previstos, incluyendo el
valor residual del sistema se indican en la tabla adjunta, expresados en miles de euros
corrientes.
Ahorros netos previstos (en miles de €).
Año 1 2 3 4 5 6
Ahorro neto 12 9 2200 13 10 9
Para la tasa de descuento se considera que el valor más adecuado es del 8%. Con estos
datos calcular: (a) El período de retorno simple. (b) El valor actual neto. (c) El índice de
rentabilidad. (d) La tasa interna de rentabilidad. (e) Para un objetivo de TIR superior al
10% anual, evalúese la viabilidad del proyecto.
Problema 3.
Una industria estudia la instalación de un sistema de recuperación de calor cuya
inversión inicial supone un total de 36000 €. La vida útil del sistema se ha establecido
en 6 años. Puede accederse a una financiación del 65% del coste inicial de capital
mediante un préstamo a 4 años y a un tipo de interés del 8% anual. Los ahorros netos
previstos, incluyendo el valor residual del sistema se indican en la tabla adjunta,
expresados en miles de pesetas corrientes.
Para la tasa de descuento se considera que el valor más adecuado es del 9%. Con estos
datos calcular: (a) El período de retorno simple. (b) El valor actual neto. (c) El índice de
rentabilidad. (d) La tasa interna de rentabilidad. (e) Para un objetivo de TIR superior al
25% anual, evalúese la viabilidad del proyecto.
152
Tema II.2
Problema 4.
Para la tasa de descuento se considera que el valor más adecuado es del 10%. Con estos
datos calcular: (a) El período de retorno simple. (b) El valor actual neto. (c) El índice de
rentabilidad. (d) La tasa interna de rentabilidad. (e) Para un objetivo de TIR superior al
20% anual, evalúese la viabilidad del proyecto.
153
Tema II.3
3.1 Introducción
En el debate público sobre la generación eléctrica, se han planteado con frecuencia
problemas relativos a la salud y seguridad del público, así como al impacto ambiental
ligado a dicha actividad. Las compañías eléctricas pueden, y en muchas ocasiones
deben, por ley, considerar estos factores a la hora de elegir los medios que van a utilizar
para satisfacer la demanda de energía, tanto la actual como la prevista para el futuro.
Pero en última instancia, sus decisiones suelen tomarse, normalmente, sobre una base
estrictamente económica, de modo que la elección final viene determinada por la forma
en que se dé respuesta a la siguiente cuestión: ¿qué tipo de planta eléctrica será la que
cueste menos de construir y de operar?
La respuesta debería ser fácil y directa en principio, puesto que los elementos que
intervienen son cuantitativos y bien definidos, y no de naturaleza moral y abstracta. Sin
embargo, la economía de las centrales productoras de energía no constituye una materia
exacta. Antes de poder decidirse por la alternativa de menor coste, las compañías
eléctricas deben efectuar prospecciones económicas extendidas a lo largo de toda la vida
de la planta: 30 ó más años en el futuro. Hasta hoy, dichas previsiones han
proporcionado resultados poco satisfactorios, y prácticamente todos los factores de
coste previsibles asociados a la generación eléctrica, incluyendo los costes de protección
ambiental y de reducción de los riesgos, han sido objeto de discusión. Esto no es
extraño, pues en plazos tan largos, los elementos de incertidumbre son considerables.
155
Tema II.3
En cuanto a las centrales de carga base, los tres tipos básicos son: centrales
hidroeléctricas, de carbón y nucleares. Debido a la saturación de las primeras, por las
dificultades que presenta una ampliación de los embalses en muchas partes del mundo,
las alternativas se restringen a las centrales de carbón y las nucleares. Sin embargo,
recientes avances técnicos en el diseño de las centrales de gas natural (ciclo combinado)
posibilitan de forma creciente la viabilidad de éstas también como centrales de base.
156
Tema II.3
Además, en el caso de las centrales nucleares, hay que añadir un coste para desmantelar
la planta cuando se cierre definitivamente, y las operaciones de desmantelamiento
requieren en este caso técnicas especiales de protección radiológica, pues algunos
componentes son radiactivos y precisan un manejo cuidadoso. Es un elemento adicional
de coste fijo para las centrales nucleares.
Hay otro factor que también debe considerarse, con independencia del tipo de central
bajo análisis. Se trata de un factor de naturaleza técnica aunque, como veremos más
adelante, tiene importantes consecuencias económicas. Es la eficiencia operacional de la
planta, y que suele medirse por su capacidad y su disponibilidad para generar
electricidad a la potencia nominal de diseño. Para cuantificar la eficiencia operacional
se emplean los factores de capacidad y de disponibilidad, y que definiremos
formalmente más adelante en este mismo tema.
En principio, los costes de capital son los más fáciles de predecir, porque el horizonte
temporal de la predicción se extiende al período de construcción de la planta. Aun así,
los plazos de construcción suelen ser de varios años. Por ejemplo, una central típica de
157
Tema II.3
carbón puede construirse en 4-5 años, mientras que una nuclear puede tener un período
de construcción de 6-8 años. En estos intervalos de tiempo, algunos factores pueden
cambiar, causando desviaciones con respecto a las predicciones iniciales de los costes
de capital. Los principales elementos sujetos a posibles cambios durante la construcción
son los costes de los materiales y la mano de obra, regulaciones ambientales y normas
de seguridad y, sobre todo, los tipos de interés y el propio plazo de construcción. En
definitiva, los costes de capital sólo pueden conocerse de forma exacta al final del
período de construcción, cuando la instalación se encuentra lista para comenzar a
operar.
Para obtener la financiación necesaria, una compañía eléctrica tomará préstamos de los
bancos y también venderá deuda (bonos, pagarés) a los inversores. En ambos casos, la
deuda deberá ser devuelta con sus correspondientes intereses en los plazos establecidos
para cada emisión u operación financiera. En muchos casos, es preferible la deuda a
largo plazo por varias razones. En primer lugar, porque cuanto más tiempo transcurra
hasta la amortización del principal, más valor perderá esa cantidad en términos actuales.
En segundo lugar, si la empresa eléctrica puede amortizar a lo largo de la vida operativa
de la planta, podrá conocer exactamente cuál es la carga fija de capital, y además
siempre podrá refinanciar parte o la totalidad de la deuda pendiente si los tipos de
interés bajan en los mercados financieros. Por último, el hecho de que una empresa
pueda contraer deuda a largo plazo es un indicio de solvencia y salud financiera, porque
implica una confianza del mercado en su capacidad de hacer frente a los pagos en el
futuro.
158
Tema II.3
En muchas ocasiones, las tasas de interés pueden incrementarse con respecto a los tipos
vigentes en los mercados debido a ciertas contingencias que se traducen en sobrecostes
o primas de riesgo. Por ejemplo, una compañía eléctrica muy endeudada o que se
considere poco solvente, si precisa obtener financiación, tendrá que soportar tasas de
interés superiores a las que el mercado exige a otra compañía más solvente. Otra forma
de prima de riesgo es la vinculada a los seguros que en ocasiones se exigen para cubrir
los riesgos financieros en casos de accidentes u otros problemas (administrativos, de
licenciamiento, etc.), que impidan el funcionamiento normal de la instalación.
Consideraremos estas primas de seguros financieros como componentes del coste de
capital.
En cuanto a los costes variables, tal vez los más difíciles de predecir sean los del
combustible, pues se encuentran sujetos a fluctuaciones más intensas y rápidas que el
resto de costes. Esto es particularmente cierto en el caso de los hidrocarburos, y
afectaría en menor medida al carbón y uranio. Por su parte, los costes de operación y
mantenimiento tienden a ser más estables, y resultan similares para los diferentes tipos
de centrales de base por kWh.
Durante los últimos años se han realizado numerosos estudios comparativos entre los
costes vinculados a los diferentes tipos de centrales de carga base. Los resultados de
tales estudios han sido, por lo general, poco concluyentes. Por tanto, es muy difícil
sostener las ventajas relativas de un determinado tipo de central frente a otras, sobre una
base estrictamente económica. Por ejemplo, si se comparan los costes de una central
nuclear con otra de carbón, ambas con diseños recientes que cumplan todas las normas
de seguridad y de limitación de emisiones contaminantes, los costes de capital resultan
alrededor de un 50% superior en el caso de las nucleares. Valores típicos por unidad de
potencia instalada serían ~700 €/kW para las centrales de carbón frente a ~1100 €/kW
para las nucleares, incluyendo una carga fija para el desmantelamiento de 110 €/kW.
159
Tema II.3
Pero como contrapartida, los costes del combustible son sensiblemente inferiores
(alrededor de la mitad por kWh) para las nucleares, lo que permite seguir
considerándolas competitivas, con costes totales por kWh muy próximos entre sí. En el
caso de las centrales de gas ciclo combinado, las ventajas residen en sus relativamente
bajos costes de capital (con plazos de construcción de 2-3 años), mientras que el
principal inconveniente estaría en los elevados costes del combustible, así como su
mayor incertidumbre en relación a sus condiciones de suministro y precio en el futuro.
Los valores típicos para el FC de una planta base suelen oscilar entre 60-80%. Otras
160
Tema II.3
instalaciones, como por ejemplo los parques eólicos alcanzan factores de capacidad más
bajos, alrededor del 35%, lo que explica en buena medida los relativamente mayores
costes de generación de las instalaciones basadas en fuentes aleatorias.
En ocasiones, una central puede estar en condiciones de operar pero una serie de
circunstancias externas, como el nivel de la carga de demanda o el estado de la red de
transporte, pueden impedir que la operación se lleve a cabo, o bien forzar que la
operación se realice a un nivel de potencia inferior a su capacidad. Estas circunstancias
se prodigarán más en la medida en que el sistema eléctrico esté sobredimensionado, esto
es, con una capacidad generadora total muy superior al nivel real de demanda.
Naturalmente, esta situación tenderá a reducir los factores de capacidad de muchas
instalaciones, generando sobrecostes.
Por las razones expuestas en el párrafo anterior, es conveniente tener en cuenta también
otra medida de la eficiencia operacional de la planta, el factor de disponibilidad FD. Se
calcula de una forma muy simple: dividiendo el número de horas en que la planta se ha
encontrado disponible para operar a lo largo de un año, por el número de horas del año
(8760):
Numero de horas disponible al año
FD = (2)
8760 h / año
Dado que el FD contabiliza la fracción del tiempo en que la instalación podría haber
operado, esta medida viene a completar el factor de capacidad, pues indica en qué
medida el nivel de producción alcanzado se explica por causas internas o externas a la
propia central.
161
Tema II.3
En el sistema eléctrico francés, EDF opera todas las plantas, contrata y forma al
personal, y actúa como su propia firma de ingeniería para realizar la construcción. Es
responsable de todos los programas de control de calidad así como de implementar las
regulaciones y normas de seguridad. Además, un sólo fabricante, Framatone, diseña,
desarrolla y fabrica todo el sistema de generación de vapor, incluyendo el núcleo de los
reactores. La empresa Alsthom-Atlantique construye bajo contrato todos los sistemas de
ingeniería de la planta, excepto el sistema de vapor nuclear. Por último, la firma
Cogema es la responsable del diseño y fabricación de los elementos de combustible
nuclear.
162
Tema II.3
Para poder extender la experiencia francesa a otros países con varias compañías
eléctricas en competencia, sería necesario crear una organización gubernamental o por
lo menos que agrupara toda la industria nuclear de un país, capaz de organizar y
controlar todas las actividades relativas al diseño, construcción y operación de las
centrales nucleares.
163
Tema II.4
4.1 Introducción
Cuando las empresas eléctricas consideran diferentes alternativas de diseño para la
construcción de una nueva planta de generación, la base fundamental de la toma de
decisiones es económica. Los detalles técnicos y las características específicas de un
sistema que funcione adecuadamente es sólo una parte del trabajo de ingeniería. En el
proyecto de plantas de potencia, el ingeniero deberá buscar el diseño que dé lugar al
mínimo coste total, o sea, capaz de generar electricidad al menor coste posible. Por
consiguiente, dentro de las restricciones que vienen impuestas por la necesidad de
limitar los impactos ambientales y conseguir un grado suficiente de aceptabilidad social,
el sistema de producción debe analizarse en su totalidad desde un punto de vista
económico, y debe ser capaz de producir los retornos adecuados a la inversión realizada.
165
Tema II.4
Los principales componentes que constituyen el coste fijo de una planta de producción
eléctrica son los siguientes:
166
Tema II.4
V0 − V r 1 ⎛ V r ⎞
Dr = = ⎜⎜ 1 − ⎟⎟ (1)
nV0 n ⎝ V0 ⎠
Dr
n: Número de años
A i ⎛ Vr ⎞
Dr = = ⎜1 − ⎟⎟
V0 (1 + i )n − 1 ⎜⎝ V0
(4)
⎠
167
Tema II.4
i (1 + t )
n
A = V0 (8)
(1 + i )n − 1
i (1 + t )
n
A
Dr = = (9)
V0 (1 + i )n − 1
168
Tema II.4
i
Dr = = 0,0795 equivalente al 7,95%.
(1 + i )n − 1
si i=5% y n=15 años
i
Dr = = 0,0463 equivalente al 4,63%.
(1 + i )n − 1
si i=6% y n=20 años
i
Dr = = 0,0302 equivalente al 3,02%.
(1 + i )n − 1
¾ Gas natural.
¾ Fuel-oil.
¾ Carbón.
¾ Uranio.
¾ Otros.
169
Tema II.4
Estos costes varían con el tamaño de la planta, tipo de combustible usado, esquema de
carga y características de operación (pico o base). Se estiman en €/año, teniendo en
cuenta los factores anteriores, incluyendo el escalado. En general los gastos de O&M
son de alrededor de 1/4 de los gastos de combustible para centrales térmicas
convencionales. Esta aproximación se considera suficiente para una estimación
preliminar de los mismos.
Ejercicio 1.
Una central térmica de carbón de 643500 kW se diseña con los siguientes factores
económicos:
Vida de la planta (y plazo de amortización) 35 años
Tasa total costes fijos 11,638%
Coste de combustible en el primer año de operación
0,948 €/GJ
comercial
Tasa de escalado de costes de combustible a lo largo
7%
de la vida de la planta
Valor de la capacidad instalada en el primer año de
682 €/GJ
operación comercial
Tasa de retorno 7,358%
170
Tema II.4
2 582600 10180
3 399900 10340
4 217100 10680
5 0 0
¾ El coste de combustible.
¾ Los costes de mantenimiento y operación, de forma aproximada.
¾ Los costes fijos.
¾ Los costes por unidad generada, expresados en €/kWh.
Solución
Usaremos la siguiente ecuación para calcular los costes de combustible de cada carga:
171
Tema II.4
4
(CC ) total primer año = ∑ (CC ) i = (2,72 + 2,91 + 4,20 + 4,62) ⋅ 10 6 € = 14,45 ⋅ 10 6 €
i =1
(costes por unidad de capital) x (número de unidades) x (tasa de carga de costes fijos) =
= 682·643500·0,11638 = 51,075·106 €
172
Tema II.4
Si realizamos n pagos anuales, cada uno de los cuales es igual a la cantidad A, el valor
actual de la suma de los n pagos debe calcularse como sigue:
A A A A
0 1 2 4 n
1 1
−
A A A (1 + i ) n +1
(1 + i )
+ + ... + = A=
(1 + i ) (1 + i ) 2
(1 + i ) n
1
−1
(1 + i )
(11)
⎛ 1 ⎞ 1
⎜ − 1 ⎟
⎜ (1 + i )n ⎟ (1 + i ) 1 − (1 + i) − n
⎝ ⎠ A= A
i i
(1 + i )
En el ejemplo anterior, como el coste fijo anual es 51,075·106 €, su valor actual durante
los 35 años de la planta es (descontando a la tasa de retorno):
1 − (1 + 0,07358 )
−35
P= 51,075 ⋅ 10 6 € = 636,3 ⋅ 10 6 €
0,07358
173
Tema II.4
largo de la vida de la planta. Este término recibe el nombre de “valor nivelado”, de este
factor.
Supongamos un factor f, que varía con el tiempo, como por ejemplo el precio del
combustible, sean f1, f2, ..., fn los valores del combustible en los años 1, 2, ..., n, entonces
se multiplican por los factores de valor actual, calculándose la media ponderada con los
mismos, es decir:
n
1
∑ f (1 + i )
K =1
i K
f nivelado = n (12)
1
∑ (1 + i )
K =1
K
Ejercicio 2.
Calcular el precio del combustible nivelado para un proyecto de una planta con 35 años
de vida económica. En el momento en que la planta empieza a operar comercialmente,
el precio del combustible es de 0,948 €/GJ, la tasa de escalado prevista es del 7% de
media. La tasa de retorno del proyecto es de 7,358%.
35
f ∑ (1 + 0,07 )
K −1 1
precio combustiblenivelado =
K =1 (1 + 0,07358 )K = 2,345 €/GJ
35
1
∑ (1 + 0,07358 )
K =1
K
174
Tema II.4
Ejercicio 3.
f nivelado =
1
[0,2604 ⋅ 0,9315 + 0,3659 ⋅ 2,4286 + 0,4753 ⋅ 1,9627 + 0,6387 ⋅ 2,0451 + 0,6541 ⋅ 5,0911]
12,459
= 0,5378 = 53,78%
175
Tema II.4
o bien
donde:
I es el capital invertido,
rf la tasa anual de costes fijos (incluye tasa de retorno del capital, depreciación, gastos
administrativos, seguros y tasas),
CAf y CAom son valores nivelados de los gastos anuales en combustible y O&M.
La figura 4.1 indica la relación general entre los componentes de coste anual total,
inversión de capital, combustible y O&M, para varias alternativas de diseño. Por lo
general los costes de inversión aumentan con el rendimiento energético global del
sistema (eficiencia), y el beneficio de dicho incremento se traduce en menores costes de
combustible. Los costes de O&M, normalmente permanecen constantes o sin cambio a
la inversión de capital.
176
Tema II.4
CA
Coste Anual
CAc
CAf
CAom
Figura 4.1. Relación general entre el coste anual y la eficiencia del sistema.
n n n
CTVA = ∑ I ⋅ r f ⋅ (VAU ) j + ∑ CA f , j ⋅ (VAU ) j + ∑ CAom , j ⋅ (VAU ) j , (13)
j =1 j =1 j =1
con:
CTVA = Costes-totales-valor-actual, I= inversión total, rf = tasa anual de costes fijos.
VAUj = Factor de valor actual de una unidad monetaria al cabo de j años
1
VAU j = (14)
(1 + i ) j
CAf,j = Costes anuales de combustible en el año j-ésimo.
CAom,j = Costes de operación y mantenimiento durante el j-ésimo año.
N = Número de años (plazo de servicio estimado o vida útil).
177
Tema II.4
entonces el valor actual de los gastos durante la vida del proyecto se pueden calcular
mediante la ecuación:
CTVA = (I ⋅ r f + CA f + CAom ) ⋅ SVAU , (15)
donde
CAf = Coste anual del combustible nivelado.
CAom = Coste anual de operación y mantenimiento nivelado.
SVAU = Suma de los factores de valor actual unitarios.
El diseño óptimo es el que da lugar al mínimo valor de los gastos totales CTVA.
178
Tema II.4
Ejercicio 4.
Se proponen dos diseños alternativos de una central térmica para su estudio con vistas a
la realización de un proyecto. Utilizar el método del valor actual para facilitar la
elección.
Solución:
179
Tema II.4
1ª Etapa
m
CAF = CUF ⋅ ∑ (carga) j ⋅ Nhoras j ⋅ CEPUT j
j =1
CAF (M€/año)
años Alternativa 1 Alternativa 2
1 - 10 36,291 35,726
11 - 20 31,471 30,983
21 - 30 25,654 25,256
2ª Etapa
m
VACTF = ∑ (CAF )i ⋅(VAP )i
j =1
10
(VAP )1 = ∑ 1
= 7,36
i =1 (1 + 0,06 )i
20
(VAP )2 = ∑ 1
= 4,11
i =11 (1 + 0,06 )
i
30
(VAP )3 = ∑ 1
= 2,294
i = 21 (1 + 0,06 )
i
180
Tema II.4
Alternativa 1 Alternativa 2
VACTF (M€) 455,32 448,25
3ª Etapa
⎛ € ⎞
VAI (€ ) = Potencia (kW ) ⋅ Costes construcción ⎜ ⎟ ⋅ Tasa anual costes fijos ⋅ SVAU ,
⎝ kW ⎠
siendo SVAU la suma de factores de valor actual unitarios:
VAUj= Factor de valor actual de una unidad monetaria al cabo de j años.
1
VAU j =
(1 + i ) j
Alternativa 1 Alternativa 2
VAI (M€) 600000·630·0,115·13,765 = 600000·670·0,115·13,765 =
598,3646 636,3560
4ª Etapa
VACT = VACTF + VAI
Alternativa 1 Alternativa 2
VACT (M€) 1053,7 1084,6
181
Bloque III GESTIÓN DE ENERGÍA
EN LA EMPRESA
Tema III.1
1.1 Introducción
El concepto de energía ha evolucionado, pasando de una visión de ahorro a una de
gestión energética. El ahorro de energía tiene presente, sobre todo, el aspecto de “gastos
a minimizar”, por lo que se trata de un concepto restrictivo. Su puesta en práctica
implica, principalmente, medir la energía consumida. La gestión de la energía considera
más el aspecto de los “medios para aumentar la eficiencia de la empresa”; es más global
y se confunde, a veces, con la gestión de la producción. La puesta en práctica de este
concepto implica la medición de la energía consumida, pero, también, la conducción, la
vigilancia y la gestión de los procesos de fabricación. Este método permite, por una
parte, optimizar los costes de energía y, por otra, contribuir a la optimización de la
calidad de los productos y de la disponibilidad de las instalaciones, como consecuencia
del concepto de productividad.
185
Tema III.1
Las dificultades que se pueden presentar para la implantación de una gestión energética
suelen ser, en general, la insuficiente especialización del personal técnico propio. Es
necesario que técnicos y operarios desarrollen aptitudes encaminadas a la búsqueda y
puesta en práctica de nuevas soluciones, no para un problema de la industria en general,
sino para su instalación o instalaciones de tipo similar, que existan en el sector.
1.2 Objetivos
El objetivo fundamental de la gestión energética, es sacar el mayor rendimiento posible
a las cantidades de energía que necesita. Dentro de esta idea general, los objetivos a
plantearse pueden ser:
Este último objetivo es más bien una actitud permanente que una meta material, pero
que puede tener categoría de tal por su extraordinaria importancia.
186
Tema III.1
1.3 Funciones
Para poder alcanzar los objetivos anteriormente establecidos, el sistema de gestión habrá
de responder a unas determinadas funciones, que tendrán que implantarse en relación
con los servicios de la empresa. En un sentido amplio pueden ser:
187
Tema III.1
Para poder realizar las funciones atribuidas serán necesarias medidas de estudio,
control, ensayo, mantenimiento y de asistencia técnica.
188
Tema III.1
Del mismo modo, en el área de control de la calidad del producto, se pueden reducir los
costes energéticos, manteniendo a la vez los requisitos del producto especificados por el
cliente, trabajando con sistemas que reduzcan las desviaciones de las variables de
proceso respecto de los valores previstos.
189
Tema III.2
2.1.1 Objetivos
¾ Mantener unas estadísticas de consumos energéticos anuales y mensuales por
fuentes de energía.
¾ Determinar los consumos globales y específicos.
¾ Controlar de forma sistemática el consumo energético en las distintas líneas de
producción, midiendo la energía eléctrica utilizada, el consumo de vapor y el
consumo de combustibles.
¾ Comparar los consumos propios con Series Históricas propias.
¾ Datos estándar tecnológicos.
¾ Equipos similares de otras fábricas.
¾ Datos sectoriales.
¾ Asignar los costes energéticos sobre una base sólida y objetiva.
191
Tema III.2
2.1.3 Indicadores
Los consumos específicos de energía proporcionan una valiosa información sobre la
situación energética de una compañía. El consumo específico se define como la
cantidad de energía utilizada para obtener una unidad de producto.
192
Tema III.2
El consumo específico medio anual se calcula tomando el aporte total de energía a los
procesos de fabricación y refiriéndolo a la unidad de producto final. Cuando de un
mismo proceso se obtengan varios productos, se podrá hacer una distribución ponderada
de la energía, para la determinación del consumo específico por tipo de producto.
2.1.4 Metodología
Para poder estudiar la evolución anual del consumo de energía de una empresa se deben
expresar en una misma unidad todas las fuentes de energía. Los datos, en lo posible, se
tomarán de contadores; solo aquellos datos que no puedan medirse se estimarán de
acuerdo con un criterio establecido. Esto es especialmente válido si se transforman los
equipos al consumo de otro combustible distinto del inicial, como en el ejemplo
193
Tema III.2
recogido a continuación:
194
Tema III.2
Febrero 2,25 0,1935 1,5 1,440 2,5 2,18 11,60 1,160 0,50 0,565 5,539
Marzo 2,10 0,1806 1,3 1,248 3,0 2,61 10,33 1,033 0,40 0,452 5,530
Abril 2,10 0,1806 1,3 1,248 2,8 2,44 9,49 0,949 0,35 0,3955 5,215
Mayo 2,10 0,1806 1,3 1,248 2,7 2,35 9,17 0,917 0,27 0,3051 5,005
Junio 1,50 0,129 1,1 1,056 2,9 2,52 8,01 0,801 0,25 0,2825 4,798
Julio 1,50 0,129 1,1 1,056 2,5 2,18 7,38 0,738 0,22 0,2486 4,352
Agosto 1,05 0,0903 1,1 1,056 2,5 2,18 7,27 0,727 0,26 0,2938 4,348
Setiembre 2,10 0,1806 1,3 1,248 2,7 2,35 7,49 0,749 0,32 0,3616 4,893
Octubre 2,10 0,1806 1,3 1,248 2,8 2,44 8,01 0,801 0,35 0,3955 5,067
Noviembre 2,25 0,1935 1,5 1,440 3,0 2,61 8,22 0,822 0,47 0,5311 5,603
Diciembre 2,25 0,1935 1,5 1,440 3,1 2,70 9,07 0,907 0,58 0,6554 5,899
TOTAL
23,55 2,0253 15,8 15,168 33 28,77 108,77 10,877 4,47 5,0511 61,897
No es suficiente con conocer el gasto económico global, es preciso saber, por ejemplo,
que cantidad de combustible se consume en la sección de hornos, cuanto se gasta en
alumbrado, etc. Conocer los consumos, los horarios de trabajo de cada una de las
secciones o equipos principales, pueden arrojar por si mismos conclusiones interesantes.
195
Tema III.2
energía eléctrica, combustibles, vapor, etc. en las distintas zonas ó áreas de consumo en
las que se divide cada una de las instalaciones o centros de producción.
Para aquellos equipos y operaciones con menor consumo de energía, además de los
servicios auxiliares y alumbrado, basta con realizar un seguimiento en base a la
contabilidad energética mensual. En algunos equipos es conveniente comparar con
datos estándar, o bien contrastar la información facilitada por los suministradores.
196
Tema III.2
197
Tema III.2
Así por ejemplo, el rendimiento térmico de los generadores de vapor es muy sensible a
los ajustes en el aire de combustión. Por lo tanto, es necesario un chequeo periódico de
dicho sistema. El costo de un analizador de humos y unas horas-hombre de
mantenimiento para realizar un análisis periódico del contenido de oxígeno en humos,
pueden amortizarse en breve tiempo, por el ahorro de fuel conseguido.
198
Tema III.3
3.1 Introducción
No es posible llevar a la práctica el amplio plan de actuaciones consideradas en los
temas anteriores si no se dispone de los medios y recursos humanos suficientes.
Este hecho plantea la primera incertidumbre al empresario al tener que escoger entre
colaboradores o equipo formado con personal propio.
A juzgar por multitud de experiencias, tanto en nuestro país como en otros, parece
conveniente la creación de un Comité de Energía y la designación de un Gestor de
Energía, que formará parte del Comité e incluso lo puede presidir.
199
Tema III.3
3.2.1 Objetivos
El objetivo fundamental del Comité de Energía será el establecimiento de un plan de
gestión energética que incluya, de acuerdo con la política general de la empresa, del
sector y del país, los siguientes programas:
3.2.2 Funciones
Las funciones del Comité de la Energía se pueden resumir en las siguientes:
En las figuras 3.1 y 3.2 pueden verse unos diagramas de flujo de actuación energética y
de estructura de responsabilidades técnicas, respectivamente.
200
Tema III.3
201
Tema III.3
3.2.3 Composición
Deberá estar formado por un equipo de personas cualificadas, con suficiente
conocimiento técnico y de operación, para así poder establecer un programa de
actuación por objetivos.
Como idea general y a título orientativo, el Comité de Energía podría estar formado por
un representante de cada uno de los diferentes departamentos siguientes:
¾ Mantenimiento.
¾ Producción.
¾ Ingeniería.
¾ Control de calidad.
¾ Administración.
¾ Un Presidente designado por la Dirección, que puede ser el Coordinador de
Energía.
202
Tema III.3
Por ello, este puesto debe ser de dedicación exclusiva y estar desempeñado por una
persona de reconocida capacidad, formación y prestigio dentro de la empresa para poder
acometer con éxito las distintas actividades que comporta un programa de gestión
energética.
3.3.1 Atribuciones
Entre las atribuciones que debe poseer el Gestor Energético podemos destacar las
siguientes:
3.3.2 Funciones
De una manera general, el Gestor Energético deberá supervisar las actividades de
conservación y uso racional de energía marcando periódicamente los objetivos a lograr,
coordinar la elaboración e implantación del plan de acción, así como su seguimiento.
203
Tema III.3
204
Tema III.3
205
Tema III.3
206
Tema III.3
Se ha de verificar que:
E ⋅ P − (E − DE ) ⋅ (P + DP ) > 0
Este tipo de análisis convendrá hacerlo con cierta periodicidad, a medida que avanza la
ejecución del plan de ahorro con objeto de confirmar la rentabilidad del esfuerzo
dedicado al tema, lo cual motivará el incremento de las acciones de ahorro. Esto no sólo
aplica a la evaluación de la rentabilidad de servicio o comité de energía, aplica a
cualquier tipo de actuación que se estudie orientada al ahorro de energía o de cualquier
otra componente de coste.
207
Tema III.4
(*)
Texto adaptado, corregido, actualizado y ampliado de la Comisión Nacional de la Energía (CNE).
209
Tema III.4
Con la total apertura de los mercados de electricidad y gas natural, el 1 de enero de 2003
culmina en España el proceso de liberalización promovido por la Unión Europea con las
Directivas 96/92/CE y 98/30/CE, y que establecían las normas comunes para el mercado
interior de la electricidad y el gas natural respectivamente.
210
Tema III.4
211
Tema III.4
212
Tema III.4
213
Tema III.4
La factura incluye todos los costes asociados al suministro. Los términos de la factura
del consumidor a tarifa son los siguientes:
214
Tema III.4
a) Mercado a Tarifa:
a.1) Consumidor doméstico.
a.2) Pymes.
215
Tema III.4
b) Mercado Liberalizado:
b.1) Consumidor doméstico.
b.2) Pymes.
Impuesto electricidad:
Impuesto sobre la electricidad (aplicable a
4,864%·1,05113 2,12 €
las facturaciones por potencia y consumo)
Base imponible = 41,50
216
Tema III.4
217
Tema III.4
Como podemos observar, en la tabla se muestra una comparación del precio unitario del
kWh suministrado a tarifa integral (11,18 c€/kWh) y el precio unitario del peaje (5,40
c€/kWh) que el consumidor doméstico pagaría en el mercado liberalizado por el uso de
las redes, necesarias para el suministro. La diferencia entre ambos precios (5,78
c€/kWh), proporciona al consumidor doméstico del ejemplo el valor máximo al que
debe negociar con una empresa comercializadora la energía eléctrica suministrada, y así
218
Tema III.4
obtener un mejor precio que en el mercado a tarifa integral, por la totalidad del
suministro eléctrico.
¾ Zona Urbana: Está formada por el conjunto de municipios de una provincia con
más de 20000 puntos de suministro, incluyendo capitales de provincia, aunque
no lleguen a la cifra anterior.
219
Tema III.4
El documento de aviso deberá contener la fecha y la hora del inicio, así como las horas
de finalización de la interrupción. Si la Administración Autonómica correspondiente no
autorizase la interrupción programada, y ésta hubiese sido anunciada a los
consumidores, la compañía distribuidora deberá informar a los consumidores de esta
circunstancia, mediante los mismos medios anteriormente citados.
220
Tema III.4
Tabla 4.8.- Número de interrupciones y duración de las mismas según las diferentes
zonas en redes de media tensión.
Zona Nº Horas Nº Interrupciones
Zona Urbana 4 8
Zona Semiurbana 8 12
Zona rural concentrada 12 15
Zona rural dispersa 16 20
Tabla 4.9.- Número de interrupciones y duración de las mismas según las diferentes
zonas en redes de baja tensión.
Nº Horas Nº Interrupciones
Zona Urbana 6 12
Zona Semiurbana 10 15
Zona rural concentrada 15 18
Zona rural dispersa 20 24
221
Tema III.4
222
Tema III.4
¾ Cuando se trate de una instalación de extensión que deba ser realizada por la
empresa distribuidora, los plazos de ejecución para la puesta en servicio de la
instalación a partir del momento en que se satisfagan los derechos de acometida
serán los siguientes contados en días hábiles:
223
Tema III.4
Problema 1.
Calcular la facturación del suministro de energía eléctrica descrito a continuación para
un período bimensual.
- Tarifa 3.0
- Modo 1
- Potencia contratada: 76,5 kW
- Discriminación horaria: tipo 4
- Energía activa consumida
- Horas punta: 930 kWh
- Horas llano: 1290 kWh
- Horas valle: 2280 kWh
- Energía reactiva consumida: 1050 kVArh
Problema 2.
Calcular la facturación del suministro de energía eléctrica descrito a continuación para
un periodo bimensual.
- Tarifa 2.0.N
- Potencia contratada: 4,4 kW
- Energía activa consumida
Día: 264 kWh
Noche: 1402 kWh
Problema 3.
a) Calcular la facturación del suministro de energía eléctrica descrito a continuación
para un periodo bimensual.
- Tarifa 2.0.N
- Potencia contratada: 3,3 kW
- Energía activa consumida
Día: 322 kWh
Noche: 5144 kWh
225
Tema III.4
Problema 4.
a) Calcular la facturación del suministro de energía eléctrica descrito a continuación
para un periodo anual.
- Tarifa 4.0
- Potencia contratada: 460 kW
- Modo 1
- Discriminación horaria: tipo 3
- Energía activa consumida
- Total: 1555500 kWh
- Horas punta: 281500 kWh
- Horas valle: 432500 kWh
- cos ϕ = 0,93
Problema 5.
Calcular la facturación del suministro de energía eléctrica descrito a continuación para
un periodo anual.
- Tarifa 2.1
- Potencia contratada:
- Horas punta: 1350 kW
- Horas llano: 1500 kW
- Horas valle: 1050 kW
- Potencia registrada en maxímetro
- Horas punta: 1.456 kW
- Horas llano: 1435 kW
- Horas valle: 1097 kW
- Modo 4
- Discriminación horaria: tipo 3
- Energía activa consumida
- Horas punta: 1062762 kWh
- Horas llano: 3143545 kWh
- Horas valle: 1599947 kWh
- cos ϕ = 0,99
226
Tema III.4
Problema 6.
Calcular la potencia de los condensadores a instalar en una industria para corregir el
factor de potencia a partir de los siguientes datos referidos a un periodo bimensual.
Problema 7.
De una industria se conocen los siguientes datos respecto su estructura de
aprovisionamiento y consumo de energía eléctrica.
- Tensión de suministro: 50 kV
- Modo 4
- Discriminación horaria: tipo 3
- cos j = 0,91
- Potencia contratada:
- Horas punta: 1600 kW
- Horas llano: 1200 kW
- Horas valle: 1300 kW
- Potencia registrada en maxímetro
- Horas punta: 1535 kW
- Horas llano: 1400 kW
- Horas valle: 1050 kW
- Energía activa consumida
- Horas punta: 1062762 kWh
- Horas llano: 3143545 kWh
- Horas valle: 1599947 kWh
227
Tema III.4
Problema 8.
De una industria se conocen los siguientes datos respecto su estructura de
aprovisionamiento y consumo de energía eléctrica.
- Tensión de suministro: 30 kV
- Tarifa de corta utilización
- Modo 2
- Discriminación horaria: tipo 3
- cos ϕ = 0,85
- Potencia contratada: 1300 kW
- Potencia registrada en maxímetro: 1380 kW
- Energía activa consumida
- Horas punta: 856000 kWh
- Horas llano: 1937000 kWh
- Horas valle: 1125000 kWh
Suponiendo que la instalación funciona los doce meses del año, calcular:
228
Tema III.4
Problema 9.
Una industria cementera pretende determinar la viabilidad de una instalación de
cogeneración. Para ello, dispone de los datos de consumo eléctrico del último período
anual, que se presentan a continuación. Suponiendo que el consumo de energía eléctrica
se realiza de manera uniforme durante todas las horas de cada mes (a partir de los datos
de la tabla adjunta), se pide calcular la factura eléctrica anual.
- Tensión de suministro: 20 kV
- Tarifa de larga utilización
- Modo 2
- Discriminación horaria: tipo 3
- cos ϕ = 1
- Potencia contratada: 5750 kW
Problema 10.
Análisis de tarifas eléctricas y elección de la tarifa óptima. Para atender las necesidades
de calefacción de un edificio de oficinas, una empresa utiliza actualmente radiadores
eléctricos. La pauta anual de consumo de electricidad se muestra en la tabla adjunta
“Histórico de consumos anuales diurnos”. La demanda se produce sólo durante el día y
no durante el fin de semana. En la tabla se recogen los consumos totales de electricidad
para cada mes en kWh, la parte de los consumos totales que corresponde a calefacción
exclusivamente, y la demanda máxima en kW registrada durante cada periodo mensual.
229
Tema III.4
El esquema de facturación actual se basa en una tarifa de demanda máxima, con una
potencia facturable de 90 kVA, establecida mediante contrato. El suministro se realiza
en baja tensión, con un intervalo de facturación mensual. El factor de potencia es 0,95 y
no hay cargos por ajuste de precio del combustible de generación.
En esta tarifa, se han establecido los siguientes términos: Un término de demanda, para
compensar las variaciones estacionales de la demanda eléctrica en el sector doméstico,
que supone un cargo de 13 €/kVA de demanda máxima mensual aplicable a los meses
punta (enero, febrero, noviembre y diciembre). Dicho cargo se reduce hasta 4,20 €/kVA
durante los meses de verano (junio, julio, agosto y septiembre), y no se aplica durante el
resto de meses del año (meses valle).
Analizar la conveniencia del esquema propuesto, y determinar los ahorros anuales que
generaría. En caso de que dichos ahorros resultaran positivos, ¿qué cantidad podría
230
Tema III.4
Esquema propuesto
Instalación de un sistema de acumuladores nocturnos.
Tipo de tarifa: Bloques, con discriminación.
Facturación: Bimestral
Potencia facturable (kVA) 70
Capacidad de almacenamiento (kWh) 1500
Término fijo bimestral, en € 53,60
Término de energía diurno, en c€/kWh
Para los primeros 1000 kWh del bimestre 16,26
Resto de unidades consumidas 12,82
Término de energía nocturno, en c€/kWh 4,14
231
Tema III.4
Demanda
Energía total Calefacción
Mes máxima
(kWh) (kWh)
(kW)
Enero 6243 5190 78
Febrero 4765 3912 72
Marzo 2815 1944 41
Abril 1760 815 28
Mayo 1322 - 15
Junio 2198 - 37
Julio 4469 - 64
Agosto 3987 - 60
Septiembre 2743 - 39
Octubre 2214 972 34
Noviembre 4530 3328 65
Diciembre 5994 4869 75
232
Tema III.5
Por un lado, se muestra el flujo físico del gas natural, que como puede observarse es el
mismo que en el caso anterior, es decir, el gas natural sigue siendo obtenido y
aprovisionado (productor) y llega al consumidor de igual forma, a través de las mismas
(*)
Texto adaptado, corregido, actualizado y ampliado de la Comisión Nacional de la Energía (CNE).
233
Tema III.5
Transportista: Se trata de una actividad regulada cuyos ingresos son fijados por el
gobierno. Los agentes que desempeñan esta actividad son los titulares de instalaciones
de almacenamiento, plantas de regasificación o gasoductos de transporte de gas natural
234
Tema III.5
(con presión > de 16 bares). Tienen además encomendada la misión de adquirir el gas
natural en el mercado internacional para su venta a los distribuidores para el mercado a
tarifa, y además permite el acceso a sus instalaciones a aquellos terceros (transportistas,
comercializadores y consumidores cualificados) que lo soliciten, a cambio del pago de
un peaje.
Distribuidores: Se trata de una actividad regulada cuyos ingresos son fijados por el
gobierno. Los distribuidores son los titulares de las instalaciones de distribución de gas
natural (con presión < 16 bares o que alimenten a un sólo consumidor). Tienen además
encomendada la misión de comprar el gas al transportista a un precio de transferencia
regulado y lo vende también a precio regulado a los clientes a tarifa. Al igual que el
transportista, el distribuidor debe permitir el acceso a sus instalaciones a terceros
(comercializadores, clientes cualificados, que lo soliciten a cambio del pago de su peaje.
Los clientes o consumidores a tarifa contratan el gas con la misma empresa que se le
suministra físicamente, es decir, su distribuidora, a un precio fijado por el gobierno.
Los costes asociados a la cadena física de suministro de gas son los que se enumeran a
continuación.
¾ Coste del transporte: el coste del transporte se refiere al coste de las actividades
de regasificación y almacenamiento de GNL (gas natural licuado: gas natural
que se transforma a estado líquido para poder así transportarlo en barcos),
235
Tema III.5
236
Tema III.5
El margen comercial se obtiene por llevar a cabo la actividad. Será variable en función
de los objetivos comerciales y de beneficio del comercializador.
Por el contrario, en el mercado a tarifa, el coste de la materia prima (CMP) está fijado
normativamente. Por otra parte, el comercializador podrá ajustar el margen comercial,
237
Tema III.5
Por lo tanto, las diferencias que se pueden producir entre los precios de los dos
mercados dependen de las actividades no reguladas (aprovisionamiento y
comercialización). Se puede afirmar que un comercializador será más competitivo en la
medida que aprovisione gas natural más barato y trabaje con un margen comercial más
ajustado.
238
Tema III.5
¾ El precio en sí mismo.
¾ Los componentes del precio.
¾ La revisión de los precios.
¾ Los plazos de pago.
¾ La duración del contrato.
Existe, por lo tanto, una oferta diferenciada para cada necesidad. En el caso del gas
natural, la empresa comercializadora siempre es la titular del contrato de acceso a redes,
no siendo posible que el consumidor, a diferencia del caso eléctrico, pueda gestionar
directamente dicho contrato con la distribuidora.
239
Tema III.5
Finalmente, el gas natural debe ser odorizado, de forma que cualquier fuga pueda ser
detectada con facilidad por el olfato humano normal cuando exista una mezcla cuya
concentración volumétrica sea un quinto de la correspondiente al límite inferior de
inflamabilidad.
240
Tema III.5
241
Apéndice III.1
243
Apéndice III.1
244
Apéndice III.1
245
Apéndice III.1
246
Apéndice III.1
247
Apéndice III.1
Figura A.III.11.- Relación de tarifas básicas con los precios de sus términos de potencia y energía.
248
Apéndice III.1
P12 = Potencia a considerar en horas punta y llano aplicando la forma de cálculo del
Modo 2.
P3 = Potencia a considerar en horas valle aplicando la forma de cálculo del Modo 2.
Si P3 - P12 es menor que cero, se considerará nulo el segundo término.
249
Apéndice III.1
Este complemento está constituido por un recargo o descuento que se calcula con la
siguiente fórmula:
Tej ⋅ ∑ Ei ⋅ C i
CH =
100
en la que:
¾ CH = recargo o descuento en pesetas.
¾ Ei = energía consumida en cada uno de los periodos horarios definidos para cada
tipo de discriminación horaria, en kWh.
¾ Ci = Coeficiente de recargo o descuento de cada periodo horario.
¾ Tej = Precio del termino de energía de la tarifa general de media utilización
correspondiente a la tensión de suministro que en baja tensión será el término de
energía correspondiente a la 3.0.
Tipo 1.
Para clientes con potencia contratada no superior a 50 kW, que no opten por algún otro
tipo de discriminación horaria, la totalidad de la energía consumida tiene un recargo del
20%.
250
Apéndice III.1
251
Apéndice III.1
Figura A.III.15.- Períodos horarios aplicables a la tarifa por discriminación estacional. Calendario.
252
Apéndice III.2
- Instalar toldos y persianas: impiden las radiaciones directas del sol y disminuyen, por
tanto, las necesidades de refrigeración.
A.III.2.1.2. La calefacción
- Abrir las ventanas el tiempo necesario para ventilar las habitaciones. En condiciones
normales bastan 10 minutos para renovar el aire.
- Apagar los radiadores que no precise para mantener el bienestar en la casa y apague
completamente la calefacción si va a estar desocupada más de un día.
253
Apéndice III.2
- Tener en cuenta que el 40% de las fugas de calor se produce por las ventanas y
cristaleras.
- Instalar en el termo eléctrico un reloj programador que permita conectarlo sólo cuando
se necesite agua caliente.
- Si no es imprescindible, elegir la ducha en vez del baño. Frente a los 30 ó 40 litros por
ducha, se consumen de 100 a 130 litros por baño.
A.III.2.1.4. La cocina
- Disminuir la temperatura o apagar la placa o el horno eléctrico antes de terminar de
cocer los alimentos. Si se dispone de vitrocerámica, use el programa económico.
- Cocinar con recipientes cuyo fondo sea mayor que el fuego y tape siempre las
cacerolas: ahorrará hasta un 20% de energía.
- No abrir la puerta de la nevera inútilmente. Unos segundos bastan para perder buena
parte del frío acumulado.
254
Apéndice III.2
A.III.2.2.1. La calefacción
- Instalar válvulas termostáticas en sus radiadores, o un regulador para la caldera a gas.
Es fácil de colocar y se amortiza rápidamente.
- Desconectar la calefacción por la noche y no encenderla hasta por la mañana cuando la
casa esté ventilada.
- Abrir las ventanas el tiempo necesario para ventilar las habitaciones. En condiciones
normales bastan 10 minutos para renovar el aire.
- Instalar burletes adhesivos en puertas y ventanas y ahorrará entre un 5 y un 10 % de
energía.
- Instalar si es posible dobles ventanas o doble acristalamiento; ahorrará un 20 % de
energía en días fríos.
- Tener en cuenta que el 40 % de las fugas de calor se producen por las ventanas y
cristaleras.
A.III.2.2.3. La colada
- Las lavadoras y lavavajillas bitérmicos se pueden conectar a una toma de agua caliente
de la vivienda, ahorrando energía eléctrica.
- Procurar lavar siempre con agua fría o a baja temperatura.
255
Apéndice III.2
A.III.2.2.3. La cocina
- La cocina a gas es mucho más económica que la eléctrica.
- Cocinar con recipientes cuyo fondo sea mayor que el fuego y tape siempre las
cacerolas. Ahorrará hasta un 20 % de energía.
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