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MONOGRAFIA
“DESARROLLO DE COMPETENCIA GERENCIALES EN
SECTOR PUBLICO”
AUTOR
ASTUCURI APAZA, MARYCARMEN FORTUNATA
HUANCAYO – PERU
2016
1
INTRODUCCION
Las habilidades gerenciales se han modificado a medida que las empresas han sufrido
transformaciones y han cambiado en su manera de pensar y la forma de crear valor. Se han
identificado tres grandes habilidades que enmarcan las características que deben poseer los
gerentes en el manejo de las compañías las cuáles son: la habilidad de gestionar personas, liderazgo
y trabajo en equipo, y por último la toma de decisiones para la resolución de conflictos. Este grupo
de habilidades generaron cambios importantes en la historia de las grandes organizaciones,
permitiendo el desarrollo de su personal y el posicionamiento de las mismas, creando un referente
a nivel mundial que ha trascendido por años, manteniéndose a la vanguardia del mundo actual. De
la misma manera se citan tres casos de éxito y fracaso que han tenido grandes compañías del sector
privado con reconocimiento mundial y la manera como han hecho uso de las habilidades
propuestas para obtener una gestión óptima. Por medio de este ensayo, pretendo realizar un
análisis de las principales competencias que deben poseer los altos gerentes para lograr generar
rendimientos positivos en las empresas que tienen a su cargo. De la misma forma, se logrará
establecer el impacto que tienen las decisiones de la alta gerencia en la creación de valor y el
crecimiento de las compañías mediante el uso de postulados teóricos que han sido aplicados para
la resolución de conflictos gerenciales.
Cada una de estas competencias se complementan entre si y generan habilidades para tomar el
control de cualquier empresa tanto del sector público como privado. Sin importar la industria en la
cual se encuentre clasificada la empresa, el desarrollo de competencias gerenciales permite
establecer el marco de actuación ante cualquier situación que se pretende. Es por ello que integrar
y alinear los objetivos de la empresa y el desempeño del gerente haciendo uso de estas habilidades
pueden asegurar el éxito de una compañía. Conocer la importancia y el objetivo de la alta gerencia
hace de este ensayo un escrito importante para todas aquellas personas que se enfrentan a la
dirección de una empresa. Seguramente, algunas de estas habilidades pueden estar inmersas en la
persona o pueden ser desconocidas y pueden ser desarrolladas para mejorar la gestión de su
gerencia. De cualquier manera, el presente escrito mostrará diferentes habilidades que deben ser
tenidas en cuenta para desarrollar o enfatizar sobre elementos que permitan reafirmar las
fortalezas y ver las debilidades como oportunidades de mejora.
Este trabajo pretende desarrollar una reflexión acerca de la dirección pública y su evolución en los
sistemas político-administrativos contemporáneos, centrada en las competencias directivas y su
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desarrollo. Para ello, comenzará enmarcando la eclosión de la gerencia en los sistemas públicos, y
describiendo brevemente en forma comparada su evolución más reciente en una serie de países
del ámbito OCDE. A continuación, presentará la gestión por competencias como una de las
orientaciones actuales de mayor consistencia en la gestión de los recursos humanos, y argumentará
en favor de su aplicabilidad al desarrollo directivo en el ámbito público, lo que exige, por una parte,
la construcción de un marco genérico de función directiva pública que sirva como referente, y, por
otra, la elaboración de modelos de competencias directivas que resulten válidos en diferentes
contextos socioeconómicos, culturales e institucionales. El trabajo propondrá algunos elementos
básicos para el desarrollo de ambas líneas de análisis, y concluirá aludiendo a una investigación
reciente de ESADE orientada a la elaboración de modelos de competencias para el ejercicio de la
gerencia pública local en la provincia de Barcelona (España).
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TABLA DE CONTENIDO
PORTADA ........................................................................................................................................... 1
INTRODUCCION ................................................................................................................................. 2
1. ANTECEDENTES HISTORICO DE LA ADMINISTRCION, DIRECCION Y GERENCIA ....................... 5
2. COMPETENCIAS GERENCIALES EN EL SECTOR PUBLIO ........................................................... 11
2.1. Definición de Habilidad y competencias............................................................................... 11
2.2 Modelos De Habilidades Directivas Y Gerencales .................................................................. 12
3. GESTION POR COMPETENCIAS ................................................................................................ 21
3.1. Competencias ........................................................................................................................ 21
3.2 Gestión Por Competencias ..................................................................................................... 22
4. DESAFIO DE LAS GERENCIAS EN EL SIGLO XXI ........................................................................ 24
4.1 ¿Qué Características Tendrá Que Tener La Dirección Para Poder Formar Un Equipo
Altamente Funcional? .................................................................................................................. 25
4.2. Gerencia y Tecnología ........................................................................................................... 27
5. HABILIDADES GERENCIALES .................................................................................................... 28
5.1 La Comunicación .................................................................................................................... 28
5.2 La Motivación ......................................................................................................................... 29
5.3 El Liderazgo ............................................................................................................................ 31
5.4 Trabajo En Equipo .................................................................................................................. 31
5.5 La Negociación ....................................................................................................................... 32
CONCLUSIONES ................................................................................................................................ 35
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ....................................................................................................... 37
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1. ANTECEDENTES HISTORICO DE LA ADMINISTRCION, DIRECCION Y GERENCIA
La administración y la gerencia han realizado una transformación en las instituciones y ha
irrumpido en la conciencia pública desde antes de que se integrara formalmente como una
disciplina o práctica. No existen textos que hagan una diferencia clara entre administrador,
gerente, directivo y ejecutivo, en la literatura inglesa se encuentra invariablemente como
The manager lo cual ha causado confusión en la traducción al español. Podríamos decir que
se descubrió y aplico la administración antes de que existiese nada concreto de lo cual
pudiese hablarse aquí mencionamos algunos de los personajes y acontecimientos que
marcaron la evolución de la administración.
i. Adam Smith (1723-1790), David Ricardo (1772-1823) y John Stuart Mill (1806-1873),
por mencionar algunos, incluyendo a su sucesor Carlos Marx (1818-1883) nada
sabían de la administración sin embargo sus trabajos se han incorporado en la
administración de los factores de la producción, la tierra, el capital y el trabajo.
a. J. B. Say (1767-1832) citó “el empresario (entrepreneur) es el que dirige los
recursos, trasladándolos de las inversiones menos productivas a las más
productivas”.
b. Francois Fourier (1772-1837) y Saint-Simon (1760-1825) anticiparon los
procesos administrativos, antes de esta naciera realmente, el nacimiento de
las organizaciones, la tarea de hacer productivos los recursos y crear
estructuras sociales e iniciaron la comprensión de las tareas gerenciales.
c. Robert Owen (1771-1858) abordo por primera vez los problemas de la
productividad ligados a la motivación, la relación del trabajador con el trabajo,
el trabajador con la empresa y el trabajador con la administración.
d. Frederick W. Taylor (1856-1915) partió de analizar formalmente el estudio del
trabajo, para quien las actividades no eran sobreentendidas además de
entender la asignación de tareas y especializaciones.
e. Henry Fayol (1841-1925) desarrollo el primer enfoque funcional, concibió una
estructura organizacional integral y desarrollo el primer enfoque racional de
la organización empresarial.
f. Hugo Münsterberg (1863-1916) aplico las ciencias sociales y de la conducta la
organización y la administración moderna.
g. Herbert Hoover (1874-1964) y Thomas J. Masaryk (1850-1937) fundaron el
movimiento internacional de la administración y trataron de utilizarla como
una fuerza social importante justo después de la primera guerra mundial.
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h. Pierre S. du Pont (1870-1954) y Alfred P. Sloan (1875-1966) concibieron el
principio de la “gran empresa”, desarrollaron enfoques sistemáticos de los
objetivos y estrategias de la empresa así como el planeamiento estratégico.
i. Ian Hamilton (1853-1947) reflexiono sobre la necesidad de equilibrar la
estructura formal y las políticas de la organización llamándolas “el alma de la
organización”.
j. Mary Parker Follett (1868-1972) y Chester Barnard (1886-1961) fueron los
primeros en estudiar el proceso de decisión de la organización, las relaciones
entre las organizaciones formales e informales y el papel y las funciones del
ejecutivo.
k. James McKinsey (1889-1937) y Lyndall F. Unwick comenzaron a trabajar en el
área de asesoramiento administrativo sobre todo en políticas empresariales y
organización administrativa.
l. En la década de los 30s se comenzó a enseñar la Administración como
disciplina en la Escuela de Comercio de Harvard y en el Instituto de Tecnología
de Massachusetts.
m. Ludwig Von Bertalanffy publica sus investigaciones, entre 1950 y 1968,
sobre la teoría de sistemas para interpretar los fenómenos de la realidad y
centra su objetivo en los principios de la organización dando énfasis al estudio
de las organizaciones como sistemas abiertos.
n. Renate Mayntz propone una clasificación de las organizaciones de caurdo con
su estructura, considera que las empresas pueden ser estructuradas de
acuerdo con tres formas de autoridad, jerárquica, democrática y técnica.
o. Amitai Etzioni considera que la empresa puede ser organizada con base en las
necesidades específicas de cada estructura y las clasifica en coercitivas,
normativas, utilitarias y mixtas.
p. Ralph Dahrendorf presta atención a los conflictos y a las fuentes que las
generan, y considera que hay diferentes tipos de conflictos, industriales,
informales, derivados, manifiestos y subyacentes.
q. Peter F. Drucker publica en su libro Administración por resultados la
importancia que tiene la determinación de objetivos y la participación de los
empleados en su consecución.
r. Ernest Dale afirma que la dirección de empresas no es un ciencia exacta, por
eso es importante que los directivos usen su criterio basado en el sentido
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común y la experiencia, plantea que las funciones de un directivo son:
planteamiento, organización, dirección, control personal, innovación y
coordinación.
Hacia finales de la década de los 60 y principios de los 70s comenzaba a verse a la aplicación
de la administración como una necesidad, sobre todo por los grandes aumentos en la
productividad que siguieron a la época de la segunda guerra mundial y la posguerra.
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2. COMPETENCIAS GERENCIALES
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2. COMPETENCIAS GERENCIALES EN EL SECTOR PUBLIO
Habilidades gerenciales Existen múltiples y variadas aproximaciones conceptuales
sobre el término competencia o habilidad.
Citare las más mencionadas del vasto conjunto que se encuentran publicadas o
referidas
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D. Spencer y Spencer (1993):
"Una característica subyacente de un individuo, que está causalmente
relacionada con un rendimiento efectivo o superior en una situación o
trabajo, definido en términos de un criterio"
E. Rodríguez y Feliú (1996):
"Conjuntos de conocimientos, habilidades, disposiciones y conductas que
posee una persona, que le permiten l realización exitosa de una
actividad".
F. Ansorena Cao (1996):
"Una habilidad o atributo personal de la conducta de un sujeto, que puede
definirse como característica de su comportamiento, y, bajo la cual, el
comportamiento orientado a la tarea puede clasificarse de forma lógica y
fiable."
G. Guion (1995):
"Características subyacentes de las personas que indican formas de
comportarse o pensar, generalizables de una situación a otra, y que se
mantienen durante un tiempo razonablemente largo"
H. Woodruffe (1993):
"Una dimensión de conductas abiertas y manifiestas, que le permiten a
una persona rendir eficientemente".
I. Boyatzis (1993):
"Conjuntos de patrones de conducta, que la persona debe llevar a un
cargo para rendir eficientemente en sus tareas y funciones"
“La muy extensa literatura sobre el sector público y las habilidades directivas,
presenta un apasionante panorama para la investigación científica. Ciertamente
el estudio del sector público desde muy diferentes vertientes y perspectivas,
muestra un tipo de organización muy peculiar que presenta evidentes rasgos
diferenciadores respecto al sector privado. Esta es una característica a tener
presente en todo el análisis abordado. La Administración Pública es un tipo
específico y diferenciado de organización que presenta una complejidad no
alcanzada por ninguna organización del ámbito privado.”
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La realidad presente del sector público no puede entenderse sin una clara referencia
a la profunda revisión del modelo a que se está sometiendo desde hace muchos años
y en muy diferentes países. Longo (2002), refiriéndose a la experiencia británica,
destaca la importancia de la incorporación de los managers, los directivos, como
portadores de la racionalidad económica, que deberán ser los impulsores de las
decisiones encaminadas a situar a la administración como prestadora de servicios
públicos en condiciones de sostenibilidad y mejoras de eficiencia. Por ello, la tendencia
en los últimos años, el reto de la llamada Nueva Gestión Pública es fundamentalmente
el reto que persigue maximizar, de forma equilibrada, las tres “e”: economía, eficacia
y eficiencia, así como el incremento de la calidad en la gestión pública (Parrés García,
2005).
El debate inacabado del auténtico papel que los directivos públicos están
llamados a desempeñar en las administraciones públicas, cobra especial
relevancia en momentos de crisis económica como la actual, circunstancias que
hacen aún más importante la toma de decisiones racionales y eficientes. Y estás
deben ser adoptadas por un conjunto de profesionales con la capacidad necesaria
para programar, organizar y supervisar los servicios y actividades de su
competencia. El principal papel del directivo en cualquier organización, pública o
privada, es mantener a su organización en contacto permanente con el entorno”
El directivo analiza los cambios del exterior para prever cómo su organización deberá
afrontarlos. Esa labor de búsqueda y análisis permanente de información estratégica
es uno de los mecanismos más efectivos para detectar problemas y afrontar
oportunidades. En este sentido, García Sánchez (2007) habla de una nueva filosofía de
gestión pública, entre cuyos pilares se encuentra la gerencia profesional, que a partir
del estudio de la organización burocrática interna de la administración, apunta por ir
desmontando las clásicas diferencias que siempre se han levantado entre la gestión
privada y la gestión pública.
En este sentido Arellano (2002) apuesta por esta vía planteando la necesidad
indudable de que las administraciones públicas deben cambiar, presentando
conceptos que deben ser la base de una gestión más eficiente y basada en resultados.
La función directiva de las organizaciones de hoy espera que los trabajadores sean
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capaces de incorporar sus conocimientos y habilidades a los procesos desarrollados en
la empresa (Fernández & Rainey, 1996), con lo cual se pretende descubrir las
habilidades y conocimientos demostrables, que llevan al éxito a su organización.
En este sentido Goyal (2013) afirma que las personas con excelentes habilidades
personales llegan a la cima de su eficacia personal y de su organización, puesto que las
habilidades interpersonales permiten a los trabajadores interactuar con éxito en un
trabajo cada vez más desafiante sometido a un entorno cambiante. Y la Administración
Pública, como una organización compleja, no queda ajena a dicho proceso. Aunque se
trata de un campo de estudio relativamente nuevo, las evidencias demuestran que son
una de las piezas clave para alcanzar el éxito en la gestión y dirección de organizaciones
y proyectos. Las habilidades personales y directivas se convierten en verdadera ventaja
competitiva, que se deben identificar y desarrollar adecuadamente en el ámbito y en
el contexto de la gestión de los servicios públicos. Newman (2000) afirma que se está
generalizando un nuevo lenguaje basado en el desarrollo, la involucración, el
cumplimiento, la escucha, el apoyo, la ayuda y el compromiso. Un nuevo lenguaje en
el que el despliegue de las habilidades personales y directivas cobra un nuevo
significado. Jafarzadeh (2013) se refiere a la necesidad de la capacitación como una
condición que ayuda a los trabajadores al control de su vida laboral y a aceptar mayor
responsabilidades en el futuro.
“Los principales factores internos de las innovaciones del sector público son la
estrategia organizacional, el clima organizacional, el liderazgo estratégico, la
capacidad empresarial y los recursos intangibles. Ciertamente, la motivación, el
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liderazgo, la toma de decisiones, la delegación y el manejo de los conflictos son
algunas de las habilidades interpersonales que el directivo eficaz va a tener que
llevar a la práctica en el ejercicio de su gestión”.
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confort, aquella en la que se sienten seguros, confiados, en la que los hábitos, aquel
comportamiento que se repite sin apenas esfuerzo ni raciocinio, y que generalmente
se aprende, se afianzan. Lo que parece más interesante es que a través de las nuevas
habilidades que se aprenden o se desarrollan se amplían sus límites y, por tanto, su
potencial. Cetina Ortega y Aguilar (2010) lo relaciona además que con la facilidad para
que los subordinados acepten la autoridad de sus responsables y directivos, es decir,
no basta con que realmente los directivos cuenten con las habilidades necesarias para
el puesto; sino que se requiere que los trabajadores perciban lo mismo, ya que de
manera contraria carecerán de autoridad real.
Madrigal (2006) considera que las habilidades que el directivo debe dominar en
primera instancia, son: la comunicación, saber tomar decisiones y estar consciente del
riesgo que cada una conlleva, tener creatividad para innovar, improvisar y planear, ser
un líder en cada proyecto o programa que emprenda, saber administrar su tiempo y el
de su personal, trabajar en equipo y ser asertivo. En esta misma línea Bateman y Snell
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(1999) desarrollan un modelo similar al establecer que las habilidades técnicas,
conceptuales o de toma de decisión e interpersonales o de comunicación, constituyen
la piedra angular en el desempeño gerencial. También argumentan que las habilidades
son capacidades particulares resultado del conocimiento, la información, la práctica y
la aptitud. Cuando los gerentes disponen las funciones administrativas claves,
obtienen un ambiente de trabajo de alto desempeño. La Secretaría de la Función
Pública en México (2008), considera la aplicación de pruebas de visión del servicio
público, gerenciales/directivas y habilidades intra e interpersonales para procesos de
selección, a los aspirantes que desean incorporarse al servicio público a través del
Servicio Profesional de Carrera (SPC). Recientemente, Griffin y Van Fleet (2013)
realizan una propuesta basada en siete habilidades centrales (Figura 3): habilidades
técnicas, interpersonales, conceptuales, de diagnóstico, de comunicación, de toma de
decisiones y de gestión del tiempo.
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La creación de una "pirámide de habilidades directivas" fue sugerida por Reh (2009),
que agrupara los talentos generalmente reconocidos con los niveles de
responsabilidad. A medida que se avanza en el camino corporativo, llegar a una
posición de gerente y a su vez a una de alto ejecutivo, es necesario dominar nuevas
habilidades, la mayoría de las cuáles se convierten en desarrolladoras y conceptuales,
en lugar de científicas. Es decir, a medida que se asciende en el nivel de
responsabilidad toman más peso las habilidades en detrimento del conocimiento
técnico. La pirámide propuesta por Reh incluye cuatro niveles :
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ir superando una serie de necesidades hasta llegar a aquellas que situaba en
la cima de la pirámide, las de autorrealización.
En segundo lugar, las habilidades con otras personas, aquellas que se refieren a la
relación con los demás. Por ejemplo, destacan en este grupo de habilidades, la
comunicación, la negociación, el trabajo en equipo, la asertividad, la gestión del jefe,
la resolución de conflictos, etc...
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considera el más importante, puesto que es la base del comportamiento profesional.
Antes de ser directivo se es persona. Por ello, es la base de la pirámide, una base amplia
y fuerte, capaz de soportar un peso importante, el peso de los éxitos, de los fracasos,
de los conflictos, de las decisiones, etc. La base de este nivel la constituye un grupo de
habilidades que actúan de soporte a la persona, son su sustento sobre los que deberán
apoyarse otras habilidades más instrumentales o aplicadas.
El nivel Social está determinado por la calidad de las habilidades personales. Aquí se
encuentran las habilidades sociales que tienen como denominador común la relación
con otras personas, por eso, que acertadas son las palabras de Esparza (2009) cuando
afirma que la calidad de nuestras relaciones radica en la calidad de cómo somos. De
ahí, que esta segunda estructura se hace fuerte cuando las habilidades a nivel personal
están maduras, desarrolladas. En el nivel Social se encuentran habilidades como el
trabajo en equipo, la comunicación, la gestión de entrevistas, la negociación, la gestión
de reuniones, la asertividad, la gestión del jefe y las habilidades sociales.
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3. GESTION POR COMPETENCIAS
3.1. Competencias
Según Hooghiemstra T, (1996) p.247 :
Son comportamientos que algunas personas dominan mejor que otras, y que las hace más
eficaces en una determinada situación.
Algunos autores les designan con las siglas CHAI (conocimientos, habilidades, actitudes e
intereses) que puestas en acción diferencian a unas personas de otras.
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Competencias: todas aquellas habilidades, cualidades, conocimientos, actitudes
que permitan al trabajador tener un desempeño superior (sobre la media) en
cualquier puesto de trabajo, que pueda ser medidas y controladas y que de esta
forma diferencia a un trabajador distinguido, de un trabajador meramente hacedor
de su trabajo.
Habilidades/destrezas: es la capacidad adquirida de ejecutar labores, tareas o
acciones en forma destacada producto de la práctica y del conocimiento.
Cualidades: rasgos del carácter de los individuos que le predisponen a realizar
determinado tipo de tareas, acciones o labores en forma excelente.
Conocimiento: es la información que se adquiere en forma teórica o empírica y que
es procesada en el ámbito mental de acuerdo a las experiencias anteriores del
sujeto poseedor de este conocimiento y que son la base cognitiva que le permiten
desarrollar labores, acciones o tareas.
Actitudes: Inclinación de las personas a realizar determinado tipo de labores, tareas
o acciones, que se generan por las motivaciones y conocimientos del individuo
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entre empleadores, trabajadores, y entidades educativas. Usualmente, cuando se
organizan sistemas normalizados, se desarrolla un procedimiento de estandarización ligado
a una futura institucional, de forma tal que la competencia identificada y descrita con un
procedimiento común, se convierta en una norma, un referente válido para las instituciones
educativas, los trabajadores y los empleadores. Este procedimiento creado y formalizado
institucionalmente, normaliza las competencias y las convierte en un estándar al nivel en
que se haya acordado (empresa, sector, país).
Las unidades de competencias son funciones integradas por una serie de elementos
de competencia y criterios de desempeño asociados, los cuales forman una
actividad que puede ser aprendida, evaluada y certificada. Las competencias deben
reflejar la conducta que se necesita para el futuro éxito de la empresa u
organización en la figura 1 se presenta un proceso muy utilizado por los
consultores, para ayudar a las empresas a traducir los retos estratégicos en formas
de conducta requerida y competencias de las personas.
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3.1.3. Proceso De Definición De Modelos De Competencias
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personas que colaboran entre ellos en manera organizada. Una empresa que consigue
constituir un grupo capaz de trabajar bien juntos es destinada a llegar al éxito.
4.1 ¿Qué Características Tendrá Que Tener La Dirección Para Poder Formar Un Equipo
Altamente Funcional?
Goleman, (2001) p.123:
“El miembro ideal de un grupo es aquel que es capaz de trabajar en modo positivo,
colaborando con todos sus colegas para conseguir alcanzar los objetivos de la
propia organización. Con la finalidad de que esto suceda, es necesario poseer un
alto nivel de inteligencia social, o sea la capacidad de interpretar y gestionar las
relaciones interpersonales. En las empresas modernas, cualquier resultado se
alcanza en modo de colaboración: no hay puesto para los genes solitarios, en
ningún sitio. Cuanto mayor sea la complejidad del ámbito en el cual una empresa
opera, más necesario será que esa persona tenga internamente individuos
capaces de colaborar con los otros, de motivarlos, de hacer funcionar un proyecto:
ellos son el collar que mantiene junto el grupo y que hace posible una sana y
productiva interacción interna”.
Los beneficios de un alto grado de cooperación en una organización son notables; intensa
lealtad al grupo, concentración, pasión, confianza entre las personas, intensa gratificación
emotiva en el desarrollo del propio trabajo, alta moral unida a la elevada producción por
parte del equipo. En lo que se refiere a la moralidad, es una ley natural el hecho que la
producción y el humor o la satisfacción de una persona estén estrechamente relacionados.
Esto vale sea para el individuo que para el grupo. Dado que la productividad del grupo
puede ser de una suma superior a lo que las personas consiguen hacer individualmente,
entonces es fácil intuir como el hecho de trabajar en grupo bien amalgamado y altamente
productivo pueda generar entusiasmo. La capacidad de hacer que todos, en grupo, sean
entusiastas de aquello que están realizando todos juntos, es el requisito fundamental de
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un equipo líder. Además de tener alta la moral de un equipo, el líder le proporciona
coordinación, y este es el elemento cardinal sobre el que apoyamos la cooperación e la
implicación. Los instrumentos de los cuales se avala un equipo líder para coordinar su
equipo son múltiples: reuniones, encuentros con el equipo, redacción de planos y de los
relativos programas, directivas… Cualquier empresa, independientemente de su
complejidad, se mantiene unida desde el hecho que todos en el interno comparten las
metas.
El líder, obviamente, en primer lugar, tiene que ser internamente congruente y alineado
con estas metas para ser considerado digno de confianza y conseguir exprimir la visión
empresarial con la participación y sinceridad. Los mejores equipos líderes son aquellos
capaces de implicar a cualquiera, trasmitiendo un sentido común de misión, objetivos y
empeños. La habilidad de trasmitir una visión que inspire y pueda servir como fuerza guía
del grupo es la más importante contribución de un buen líder de equipo: "un líder
carismático puede mantener un grupo sobre su ruta incluso cuando todo el resto va a su
rollo" (Goleman, 2001). Una función importantísima del líder, en el favorecer la implicación
del personal, es aquella formativa: el jefe de una organización tiene que ser esencialmente
un maestro. Quien trabaja, de hecho, tiene la exigencia de sentir que con el paso del tiempo
se vuelve siempre más competente, en otro caso tendrá el deseo de cambiar de empresa.
La presencia de ejecutivos que sean también válidos formadores ayuda a los dependientes
a dar mejores prestaciones, aumenta su lealtad y satisfacción sobre su trabajo, lleva a
ascensos, aumentos salariales y a una más baja tasa de movimiento. Desde el punto de vista
empresarial se trata de una recaída estrechamente positiva e importante, dado que para
una empresa el coste real derivado de la sustitución de un dependiente puede
corresponder a un entero año de paga.
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único objetivo aquello de dejar al director el tiempo de poder desarrollar otros encargos.
Es verdad que también este es un aspecto importante pero, es aún más importante la
utilización de la delegación como instrumento para hacer crecer las competencias y la
motivación del personal. Aunque no puede haber delegación en ausencia de formación. La
mayor parte de las personas está entusiasmada por expandir las propias habilidades,
asumir nuevas responsabilidades y afrontar nuevos desafíos pero es importante que este
proceso provenga sin que tengan la impresión de que lo estén "cargando las cosas encima"
“El líder tiene que hacer que las personas se sientan tenidas en consideración al
desarrollar tareas que les hagan crecer, no al hacer trabajos que sean aburridos”.
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5. HABILIDADES GERENCIALES
Para Rodríguez, (2001) p. 198:
5.1 La Comunicación
Somos primordialmente seres “sociales”, en el sentido de que pasamos la mayor parte de
nuestras vidas con otras personas. Por consiguiente, es importante aprender a entenderse
con los otros y a funcionar adecuadamente en situaciones sociales. Ciertas habilidades de
comunicación nos ayudan a mejorar las relaciones interpersonales. La comunicación es el
acto por el cual un individuo establece con otro un contacto que le permite transmitir una
información. En la comunicación intervienen diversos elementos que pueden facilitar o
dificultar el proceso.
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distintas, con objeto de posibilitar determinados objetivos de diferente naturaleza
económicos, sociales necesarios para el normal funcionamiento de la organización. Ya se
ve que tal complejidad no puede augurar nada bueno. De hecho, como ya apuntaba, la
comunicación es fuente de una de las mayores patologías en nuestra sociedad y
nuevamente se reproduce en todos los ámbitos en los que se relacionan la s personas
(laboral, familiar, social). Podemos decir que existe un amplio consenso al considerar que
la comunicación es un factor clave de éxito en la buena marcha de las organizaciones, dado
el papel clave y crítico que desempeña. Quien no ha oído las permanentes quejas en la línea
de: en esta empresa no hay comunicación, mi jefe no me informa, nunca nos enteramos de
nada si no fuera por radio macuto, rumores de cafetera no conozco mis objetivos, no
sabemos hacia dónde vamos. Cuando analizamos encuestas de clima laboral, cuando
analizamos entrevistas de salida, entrevistas de desarrollo, evaluaciones, en todos los casos
la comunicación sale retratada como culpable de buena parte de los problemas. También
cabe señalar la parte positiva: cuando un líder es apreciado y bien valorado por sus
colaboradores y por sus superiores, en todos los casos se le reconoce como muy buen
comunicador. Les sugiero que hagan ustedes la prueba, piensen en diferentes situaciones
de su entorno y comprobarán cómo todo gira alrededor de la comunicación.
5.2 La Motivación
La motivación no es un concepto sencillo. Para los psicólogos es difícil describir el impulso
que existe detrás de unos comportamientos. La motivación de cualquier organismo, incluso
del más sencillo, solo se comprende parcialmente; implica necesidades, deseos, tensiones,
incomodidades y expectativas. El comportamiento subyacente es movimientos: un
presionar o jalar hacia la acción. Esto implica que existe algún desequilibrio o insatisfacción
dentro de la relación existente entre el individuo y su medio: identifica las metas y siente la
necesidad de llevar a cabo determinado comportamiento que los llevará hacia el logro de
esas metas Se podría decir que la motivación es un impulso que nos permite mantener una
cierta continuidad en la acción que nos acerca a la consecución de un objetivo y que una
vez logrado, saciará una necesidad.
Hay diversas cosas que un gerente puede realizar para fomentar la motivación de los
trabajadores: Hacer interesante el trabajo: El gerente debe hacer un análisis minucioso de
cuanto cargo tenga bajo su control. El gerente no debe olvidarse de una pregunta, la cual
debe hacérsela constantemente: "¿Es posible enriquecer este cargo para hacerlo más
interesante?". Hay un límite al desempeño satisfactorio que puede esperarse de personas
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ocupadas en tareas muy rutinarias. Es muy común que nos encontremos frente a personas
que al ejecutar constantemente la misma simple operación sin cesar, desemboque
rápidamente en la apatía y el aburrimiento de éstas. Relacionar las recompensas con el
rendimiento: Hay muchas razones por las cuales los gerentes tienden a ser reacios para
vincular las recompensas con el rendimiento. Primero y principal, es mucho más fácil
acordar a todos un mismo aumento de sueldo. Este enfoque suele implicar menos trajín y
además requiere poca justificación. La segunda razón podría estar ligada a los convenios
sindicales, los cuales suelen estipular, que a igual trabajo debe pagarse igual salario. Suele
ocurrir en otros casos que la política de la organización determina que los aumentos de
salarios responden a ciertos lineamientos, no vinculables con el rendimiento. Sin embargo,
aún en estos casos, suele haber recompensas aparte del sueldo que pueden ser vinculadas
con el rendimiento. Éstas podrían incluir la asignación a tareas preferidas o algún tipo de
reconocimiento formal. Proporcionar recompensas que sean valoradas: Muy pocos
gerentes se detienen alguna vez a pensar qué tipo de retribuciones son más apreciadas por
el personal. Habitualmente.
Los administradores piensan que el pago es la única recompensa con la cual disponen y
creen además, que no tienen nada para decir con respecto a las recompensas que se
ofrecen. Es creencia general que sólo la administración superior puede tomar estas
decisiones. Sin embargo, hay muchos otros tipos de recompensa que podrían ser realmente
apreciadas por el personal. Vale destacar a modo de ejemplo al empleado a quien se le
asigna para trabajar en determinado proyecto o se le confía una nueva máquina o
herramienta; seguramente éste valoraría mucho este tipo de recompensa. Como síntesis
podría decirse que lo más importante para el administrador es que sepa contemplar las
recompensas con las que dispone y saber además qué cosas valora el subordinado. Tratar
a los empleados como personas: Es de suma importancia que los trabajadores sean tratados
del mismo modo, ya que en el mundo de hoy tan impersonal, hay una creciente tendencia
a tratar a los empleados como si fueran cifras en los computadores. Este es un concepto
erróneo puesto que en lo personal creemos que a casi todas las personas les gusta ser
tratadas como individuos. Alentar la participación y la colaboración: Los beneficios
motivacionales derivados de la sincera participación del empleado son sin duda muy altos.
Pero pese a todos los beneficios potenciales, creemos que sigue habiendo supervisores que
hacen poco para alentar la participación de los trabajadores. Ofrecer retroalimentación
(feed-back) precisa y oportuna: A nadie le gusta permanecer a oscuras con respecto a su
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propio desempeño. De hecho un juicio de rendimiento negativo puede ser preferible a
ninguno. En esta situación, una persona sabrá lo que debe hacer para mejorar. La falta de
retroalimentación suele producir en el empleado una frustración que a menudo tiene un
efecto negativo en su rendimiento.
5.3 El Liderazgo
En los negocios se evalúan dos características importantes en los ejecutivos, con la
intención de verificar su capacidad de dirección: por un lado, la aptitud y, por otro, la
actitud. La primera se obtiene con el aprendizaje de nuevos métodos y procedimientos; por
ejemplo, la capacidad de construir un balance, un flujo de caja, distribución de planta o un
plan de marketing. Pero en muchos casos estos conocimientos no son aplicables, porque
los gerentes carecen de una buena actitud, es decir, de un comportamiento adecuado que
intente implementar dichos métodos. Entre las actitudes más solicitadas y requeridas está
la habilidad de liderazgo, la misma que puede cultivarse pero que, según muchos autores,
es parte de la personalidad individual. ¿Cómo saber si nosotros estamos configurados como
líderes y, en caso contrario, cómo desarrollar estas habilidades en nuestra persona?
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necesario establecer previamente la diferencia entro grupo y equipo. Señala que un grupo
es "un conjunto de personas que se unen porque comparten algo en común". Lo que
comparten puede ser tan insignificante como el deseo de subir a un ómnibus. En cambio,
señala Ledlow, un equipo es "un grupo de personas que comparten un nombre, una misión,
una historia, un conjunto de metas u objetivo y de expectativas en común". Para que un
grupo se transforme en un equipo es necesario favorecer un proceso en el cual se exploren
y elaboren aspectos relacionados con los siguientes conceptos:
Cohesión.
Asignación de roles y normas.
Comunicación.
Definición de objetivos.
Interdependencia.
5.5 La Negociación
La capacidad negociadora viene dada por un conjunto de aptitudes intelectuales y de
habilidades sociales, unidas a un entendimiento profundo de lo que es un proceso
negociador. El conocimiento de técnicas o tácticas específicas constituye una ayuda que
nos permite afrontar cada situación en mejores condiciones, con un mayor dominio de
nosotros mismos y del procesador negociador. Sin embargo, hay que prevenirse contra la
idea, demasiado frecuente, de que una técnica o una ¿artimaña? nos va a abrir las puertas
del éxito negociador. Todos los ¿trucos¿ son ¿viejos trucos?, es decir, funcionan sólo en la
medida en que el contrario no haya leído los mismos libros o asistido a los mismos cursos
que nosotros. Nunca podemos presuponer que la parte contraria sabe menos o está menos
preparada que nosotros. No procede tal suposición cuando busquemos un acuerdo
integrador para los intereses de ambas partes, pero tampoco cuando estemos en una
negociación distributiva del tipo gana-pierde. Uno de los errores más frecuentes es
subestimar la capacidad y la posición negociadoras de la parte oponente. Existen muchas
tácticas y técnicas derivadas de la inmensa casuística que el comportamiento y la
argumentación propician. En general, pueden dividirse en tres grupos: obstructivas,
ofensivas y engañosas.
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B. Las tácticas ofensivas: persiguen presionar o intimidar a la otra parte
ofreciéndole una salida a través de la propuesta de acuerdo.
C. Las tácticas engañosas: son las que solemos llamar trucos. Son pequeñas
¿trampas¿ que persiguen proyectar sobre la otra parte una visión errónea
de las cosas. La utilización de estas últimas entraña el riesgo de ser
descubierta antes o después por la parte contraria. Por ello, es mejor
utilizarlas lo menos posible y sólo si estamos seguros de que nadie
desvelará el engaño. Son tales, por ejemplo, afirmar que no se tiene
autorización para cerrar el trato, cuando lo que se busca es ganar tiempo o
facilitar datos falsos sobre nuestros costes, entre otras cosas.
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CONCLUSIONES
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Construcción de relaciones interpersonales, Comprensión Interpersonal, Otorgar Poder
(empoderar), Facilitar la Formación de Equipos, Versatilidad en entornos culturales
diferentes.
La gestión por competencias abre a las organizaciones públicas posibilidades significativas
para la mejora de sus sistemas de gestión de las personas (Longo:2001). En particular,
resulta un enfoque de directa aplicación y utilidad a una de las líneas de acción prioritaria
de los planes y procesos de reforma y modernización de la gestión pública: el desarrollo de
la dirección pública profesional.
Para que dichas posibilidades se actualicen y produzcan resultados verdaderamente
positivos, no vale el uso de atajos o soluciones fáciles. Los modelos de competencias
directivas eficaces no se compran en las boutiques del fashion management. Requieren
procesos de introspección y diagnóstico organizativo capaces de contextualizarlos
debidamente, lo que requiere un impulso innovador y una voluntad cierta -no retórica- de
invertir en recursos humanos.
Por otra parte, la verdadera consolidación de la gerencia pública no depende solamente de
que existan directivos competentes. Será necesario reclutarlos mediante mecanismos que
evalúen competencias, y no simplemente lealtades políticas o personales, facilitarles un
ámbito de delegación o discrecionalidad directiva en el que puedan crear valor, construir
un instrumental adecuado de control por resultados y poner en pie los sistemas de
incentivos capaces de estimular el ejercicio de la dirección. El diseño institucional de
nuestras administraciones públicas tiene, en la mayoría de los casos, un largo camino por
recorrer en esta dirección.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
(1) AGUILERA ROBOLLO F. Y REYES MADRID J.; “Gestión dinámica de los recursos humanos
(Gestión por competencias y ocupaciones)” 1996
(2) BARZELAY, M. (1998): Atravesando la Burocracia. Una nueva perspectiva de la
Administración pública. México D.F. Fondo de Cultura Económica.
(3) BOYATZIS,R, “The Competent Manager”, John Wiley & Sons, 1982.
(4) BUCK CONSULTANTS; “Competency-Based Performance Managment” Washington. D.C.
1998;
(5) CIDEC, “Guía para la Gestión de las Competencias Transversales en las Organizaciones”,
Cuaderno de Trabajo, España. 2001.
(6) Delgado, M. “El Modelo de Competencias para la Gestión de Recursos Humanos”.
Monografía. Biblioteca de la Facultad de Psicología de la Universidad nacional Mayor de
San Marcos. 2001.
(7) Príncipe P., J. “La Gestión por Competencias en las Organizaciones”, Trabajo desarrollado
como parte del curso “Actitudes, autoestima y valores para la calidad” de la Maestría en
Psicología Organizacional de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú. 2002.
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