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del-encarnizamiento-contra-la-mujer-cuando-las-creencias-
tropiezan-con-la-ciencia/

Episiotomía como ejemplo del encarnizamiento


contra la mujer: cuando las creencias tropiezan con
la ciencia

En su defensa de la mujer frente a los sometimientos sin


sentido científico que sufre en la asistencia sanitaria, el autor
enjuicia la práctica de la episiotomía.

La mujer como problema

Desde antiguo se ha visto a la mujer como un problema. Bien se


expresa en la mayoría de las religiones en las que la mujer es
pecadora y causa del pecado. Es decir, la mujer es quien lleva al
varón a pecar. Tales religiones tienen una larga letanía que se repite
mecánicamente, ahora en voz queda pero antes en alta voz. Por
ejemplo:
· La mujer es mentirosa.
· La mujer es lasciva.
· La mujer arrastra al varón a la perdición.
· La mujer es mala.
· La mujer es peligrosa.
· La mujer, la pata quebrada y encerrada.
· La mujer es rencorosa.
· La mujer es sucia.
· La mujer es enemiga de la mujer.
· La mujer es tonta.
· La mujer no sabe lo que quiere.
· La mujer es diabólica.
· La mujer es perversa.
· La mujer es destructora.
· La mujer es malvada.
· La mujer emplea sus encantos para seducir y manipular a los
varones.
· La mujer es débil.
· La mujer es siempre inmadura.
· La mujer nunca está contenta ni satisfecha.
· La mujer es irracional.
· La mujer es ambiciosa.
· La mujer es dominante.

La mujer es un problema en esta sociedad patriarcal en la que


todavía vivimos. No es extraño que el parto también sea un
problema, siendo un acto femenino y exclusivo de la mujer.

De cómo el parto se convirtió por definición en patológico

El tamaño de la cabeza del feto humano a término es una


exageración. El cuerpo del mismo feto es endeble.

El canal del parto permite la salida del feto, siempre que la cabeza no
supere un determinado tamaño.

La evolución ha llevado a mujeres con caderas anchas lo que


incrementa el diámetro del canal del parto y facilita el mismo.
También ha llevado a un parto en el momento apropiado; es decir, 1/
cuando sus requerimientos metabólicos se satisfacen mejor con la
leche materna que con el intercambio placentario y 2/ cuando el
tamaño de la cabeza es el máximo para el canal de parto.

En general, el parto en las mujeres es complicado por comparación


con los de las hembras de grandes simios. En las primeras dura de
media nueve horas, y dos en las segundas. Es el precio que paga la
especie humana por andar sobre las extremidades posteriores, por el
ortoestatismo y la marcha bípeda que llevan al estrechamiento del
canal del parto por la prominencia sacro-lumbar
http://www.doctorcasado.es/2011/04/el-embarazo-no-es-una-
enfermedad.html

Este parto complicado explica que desde la Prehistoria hayan existido


comadronas, mujeres con capacidad para “ayudar” a la mujer
parturienta.

A principios del siglo XX, en los años veinte, en Estados Unidos se


transformó todo parto en patológico. Fue una decisión que llevó a
transformar la Sociedad de Ginecología en la de Ginecología y
Obstetricia.

El parto es peligroso además de complicado en algunas situaciones


muy específicas, como placenta previa y otras. En general, con una
alimentación adecuada e higiene suficiente, el parto puede ser
complicado pero no peligroso.

A principios del siglo XX, en los años veinte, en Estados Unidos se


transformó todo parto en patológico. Fue una decisión que llevó a
transformar la Sociedad de Ginecología en la de Ginecología y
Obstetricia. Se logró creando las ideas de que 1/ el parto es un
problema y 2/ los especialistas en ginecología y obtetricia tenían la
solución, las nuevas técnicas con los forceps y la episiotomía. Se
trataba de quitar los partos de las manos de “incompetentes”
matronas y médicos generales.

Las nuevas técnicas justificaban la nueva especialización, como


tantas veces ha sucedido. Otra cosa es que dichas técnicas
incrementaran la salud de la mujer y del niño ya que no estamos
hablando de sanidad sino de negocio y de poder.

Ciertamente, la mortalidad materna e infantil era intolerable, pero


relacionada principalmente con la pobreza, la desigualdad, la falta de
higiene y otros determinantes sociales. Por no hablar de que la
medicalización del parto había incrementado la mortalidad por la
fiebre puerperal transmitida muchas veces por los propios
profesionales.

El parto no era patológico, la situación de la mujer sí.

En Estados Unidos la situación no ha cambiado, el parto no es


patológico pero la situación de la mujer sí. Buena prueba es que la
mortalidad materna se mantiene en Estados Unidos muy por encima
de la de otros países desarrollados hasta el punto de que en las
últimas décadas se ha triplicado
http://www.actasanitaria.com/la-impactante-y-creciente-mortalidad-
materna-en-estados-unidos/

El problema no atañe sólo a las mujeres durante el embarazo, parto y


puerperio sino a la mujer de Estados Unidos en general. Los excesos
ginecológicos y obstétricos y las desigualdades sociales tienen tal
impacto que las mujeres jóvenes están muriendo antes que sus
madres
http://www.actasanitaria.com/the-best-health-care-in-the-world-las-
mujeres-mueren-mas-jovenes-que-sus-madres-en-estados-unidos/
En síntesis, el parto devino en patológico por definición para justificar
la existencia de una especialidad que dominaba unas técnicas.
¿Y la salud de la mujer? Mal, gracias.

¿Qué tiene que ver la episiotomía con Galileo, Copérnico y


Newton?

Para cualquiera es obvio que la enorme cabeza del feto pasa a duras
penas por el estrecho canal del parto, y que más de una vez desgarra
el suelo pélvico de la madre. Lo lógico, pues, es cortar por lo sano en
el sentido literal, hacer una episiotomía, ampliar la salida del canal y
acelerar el parto al tiempo que se evitan desgarros con cicatrices y
lesiones de uretra, recto y de la propia vagina.
Es tan obvio que “los puntos” se han convertido en la molestia más
molesta del postparto y puerperio. “Los puntos” para reparar la
herida quirúrgica que es la episiotomía.

Lamentablemente, es tan obvio que la episiotomía mejore el


resultado del parto como que la Tierra sea plana. O que el Sol gire
alrededor de la Tierra, y la Tierra sea el centro del Universo. Todo ello
es falso. Contraintuitivo pero falso. La Tierra no es plana. El Sol no
gira alrededor de la Tierra. La Tierra no es el centro del Universo. La
episiotomía no mejora el parto.

De hecho, la episiotomía empeora el resultado del parto.

Pero para demostrarlo hubo que enfrentarse a las creencias


científicas, esas que “conviven” con la ciencia y que bien denunció el
investigador principal del ensayo clínico canadiense que demostró la
peligrosidad de la episiotomía, Michael Klein
http://www2.cfpc.ca/local/user/files/%7B47B0B044-E3A8-4420-
BCCE-C93681B21BED%7D/epis%20galileo.pdf

Michael Klein, médico de familia, tuvo su primer contacto con partos


sin episiotomía en Etiopía, en los sesenta del siglo XX. En el mundo
desarrollado los ginecólogos-obstretras habían impuesto su
paradigma y el parto se trasladó al hospital y se “mecanizó”, con
técnicas varias de rutina, incluida la episiotomía.

La episiotomía es epítome del encarnizamiento de ginecólogos-


obstretras contra la mujer
El poderoso influjo de los especialistas que se juegan poder y dinero
con sus técnicas convenció a la sociedad, a los profesionales
(matronas y médicos generales incluidos) y a las mujeres de que la
episotomía era segura y una mejor opción ante el “parto salvaje”.
Sin embargo, en 1984 se publicó el primer ensayo clínico que
demostraba la inutilidad y peligrosidad de la episiotomía, en el Reino
Unido
http://www.bmj.com/content/289/6445/587

Los autores proponían un uso “liberal” de la técnica, pero obtuvieron


poco eco en el mundo. El eco lo obtuvo Michael Klein, pero tardó 10
años entre diseñar el estudio y lograr su publicación. Lo relata en un
texto que debería ser de obligada lectura en las Escuelas de
Enfermería y en las Facultades de Medicina: “Studying episiotomy:
when beliefs conflict with science”
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/7595267

Naturalmente, tuvo dificultades para lograr la ayuda económica para


desarrollar el ensayo clínico y tuvo dificultades para publicar los
resultados. Era increíble que la episiotomía provocara más daños que
el simple devenir natural. De hecho, la episiotomía se asocia a
mayores desgarros, mayores lesiones, mayor daño rectal y uretral,
alteraciones del piso pélvico y dispareunia. El remedio es peor que la
enfermedad.

La episiotomía es epítome del encarnizamiento de ginecólogos-


obstretras contra la mujer. El mismo encarnizamiento que hoy niega
el daño de las mamografías de cribado. El encarnizamiento que
“castiga” a la mujer por su maldad. Los ginecólogos-obstetras
convertidos en los nuevos sacerdotes de una religión que busca poder
y dinero.

Para decir todo, hay excepciones entre los ginecólogos-obstetras pero


su sociedad, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, es
misógina y a-científica como pocas, con sus protocolos de
seguimiento de embarazo y parto, cribado mamográfico, cribado del
cáncer de cuello de útero, osteoporosis, síndrome premenstrual y
todo un catálogo de horrores sin ciencia.

¡Pobres mujeres!

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