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America latina
Surge como una modalidad de intervención de psicología social que se expande hacia otros
países en los 60 y 70.
En los 50: Tiene un fuerte componente político “enmancipar” a grupos sociales marginales u
oprimidos para luchar por sus intereses y revertir su posición en la sociedad.
En los 70: adquiere fuerza al ser vinculada desde las ciencias sociales con los movimientos
populares y los procesos de transformación política.
En la actualidad:
Proceso metodológico que rompe los moldes de la investigación tradicional conjugando las
actividades del conocimiento de la realidad mediante mecanismos de participación de la
comunidad para el mejoramiento de sus condiciones de vida.
DOS TENDENCIAS
- Sociológica:
• La IP no solo como una metodología de investigación sino también como una filosofía
de la vida que convierte a sus practicantes en personas sentipensantes.
En uno de sus artículos publicados en la revista Peripecias (2008), este autor destaca que la
concreción de la IAP tuvo su clímax en el I Simposio Mundial de Investigación Activa realizado
en Cartagena (Colombia) en 1977, y considera que constituyó un encuentro fructuoso y de
estimulante intercambio cultural.
En ese importante evento, según Fals Borda (2008, p. 3), se definió así a la investigación
participativa:
Una vivencia necesaria para progresar en democracia, como un complejo de actitudes y valores,
y como un método de trabajo que dan sentido a la praxis en el terreno. A partir de aquel
Simposio, había que ver a la IP no sólo como una metodología de investigación sino al mismo
tiempo como una filosofía de la vida que convierte a sus practicantes en personas
sentipensantes. Y de allí en adelante, nuestro movimiento creció y tomó dimensiones
universales.
Igualmente, Fals Borda destaca que en ese evento ya estaban delineadas las dos tendencias de
investigación-acción, una que él denominó activista, representada por el contingente
latinoamericano, y la otra representada por los investigadores y educadores canadienses.
Voces y Silencios: Revista Latinoamericana de Educación, Vil. 3, No. 1, 102-115 105 Otros
artículos Quintero Corzo, Raúl Munévar Molina, de la Universidad de Antioquia, han
desarrollado densos trabajos de investigación bajo las orientaciones de la investigación-acción
educativa.
Agrega Suárez que en esta misma época histórica, en Gran Bretaña John Elliott y Clem Adelman
protagonizaron un proyecto llamado Ford de Enseñanza; y Lawrence Stenhouse, por su parte,
se responsabilizó de un Proyecto en Humanidades; estos investigadores en conjunto dieron un
gran impulso a un nuevo resurgir en la metodología de investigación-acción en el
Los esbozos anteriores sirven de colofón para señalar que ambas tendencias, la sociológica y la
educativa, se han desarrollado con mucho éxito, y basta revisar la literatura existente para
comprender el alcance y la proyección que han logrado en el campo de la investigación en las
últimas décadas.
EJES
A juicio del autor, en esta segunda unidad se muestran tres fundamentos teóricos que considera
importantes de muchos de los retos cualitativos de la investigación social:
Las personas actúan con respecto de las cosas e inclusive frente a las personas sobre la base de
los significados que unas y otras tienen para ellos,
Los actores sociales asignan significados a situaciones, a otras personas, a las cosas y a sí mismos
a través de un proceso de interpretación.
El interaccionismo muestra dos tendencias: una de corte conductista social y otra de perfil
fenomenológico.
Para llegar a esa búsqueda de acceso a la esencia de las cuatro existenciales, se plantean siete
pasos:
· La intuición,
· El análisis,
· La descripción,
· La observación,
· Exploración en la conciencia,
Desde la perspectiva de las técnicas específicas se señalan el rastreo de las fuentes etimológicas,
la búsqueda de frases idiosincráticas o modismos, la obtención de descripciones experienciales
(vivencias) de una persona interrogada, la observación y reflexión adicional de literatura,
escritura y reescritura fenomenológica
· Clásica u holísticas
· Particulares o focalizadas
· Transversales
· Etnohistóricas
La etnografía siempre está orientada por el concepto de cultura y tiende de manera generalizada
a desarrollar conceptos y a comprender acciones humanas desde un punto de vista interno.
· Gadamer, se acentúa el carácter lingüístico del entendimiento esto en virtud de que las
interpretaciones se expresan lingüísticamente pero a la vez el entendimiento se apoya en las
categorías de pensamiento que el lenguaje ha proporcionado.
· Ricoeur, “la teoría de las reglas que gobiernan una interpretación de un texto particular o
colección de signos susceptible de ser considerada como un texto”. En esta perspectiva, uno de
los conceptos básicos es el de “círculo hermenéutico”, que describe el movimiento entre la
forma de ser el intérprete y el ser que es revelado por el texto.
Para que los planteamientos adquieran aceptabilidad, deben cumplir con las siguientes
condiciones:
· Que explique toda la información relevante disponible, en tal sentido, si alguna acción o
significación importante es excluida o difusamente reconstruida, la interpretación debe ser
desechada;
· Que la interpretación planteada sea la más plausible para explicar los eventos o fenómenos
interpretados.
La participación es un recurso metodológico, la argumentación tiene que ver con las evidencias
que muestran que los enfoques participativos conducidos de manera técnica permiten:
· Obviar muchos de los problemas de comprensión que se suscitan en los actividades de
cambio social o educativo planificado,
· Anticipar muchas de las barreras que desde el punto de vista sociocultural y práctico
podrían encontrar iniciativas de cambio.
La teoría fundada.- Segú Barney Glaser y Anselm Strauss, el propósito principal y primero, fue
ofrecer la racionalidad para que la teoría se fundamentara, generara y desarrollara, a través del
interjuego con los datos recolectados durante el desarrollo del proyecto de investigación.
Es una metodología general para desarrollar teoría a partir de datos que son sistemáticamente
capturados y analizados; es una forma de pensar acerca de los datos y de poderlos
conceptualizar. La teoría se va desarrollando durante la investigación en curso mediante el
continuo interjuego entre los procesos de análisis y recolección de datos.
PRINCIPIOS DE LA IAP
Orientada al cambio
Parte de la practica
Se encarna en un grupo
Evaluación permanente
Involucra proceso espiral introspectivo.
3. Participacion:
Proceso en el que están involucrados los investigadores y los destinatarios del
programa, considerados como sujetos activos que contribuyen a conocer y trasformar
la realidad en la que están implicados.
Accion sistematica de fase sucesivas encaminadas a perfeccionar los mecanismos de un
grupo para alcanzaar los objetivos planteados a partir de toma de decisión.
Objetivo de estudio
Conocimiento y acción
Relacion sujeto-sujeto
Compromiso
La iap sopone un compromiso efectivo de los investigadores con la gente que participa
en el estudio y la transformación de su realidad.
Responde a razones metodológicas: no existe neutralidad valorativa, ideologica y
política, los investigadores no son neutros frente a la realidad que estudian ni frente a
las personas concretas que sufren los problemas- motivo de estudio.
Las metodologías participativas solo pueden aplicarse efectivamente a escala
microsocial (barrio, comunidad rural, organización, etc.)
La IAP es una propuesta metodológica con posibilidades y limitaciones.
Dimension política de la IAP: orientación al cambio social.
Responde a las exigencias del método científico pero de manera flexible.
Peculiaridad operativa.
Utilidades de la IAP
Dificultades
Fases
1. Etapa previa:
Contacto con las personas con las que se va a trabajar.
El origen de la demanda
Detectar y caracterizar a los protagonistas potenciales- informantes claves.
La constitución del equipo de trabajo.
- ¿Cuáles son las necesidades y los problemas que afrontamos en nuestra realidad?
- ¿Cuáles son los centros de interés que motivan y movilizan a nuestra gente?
- ¿Cuáles son los obstáculos y las dificultades que podemos encontrar para resolver nuestros
problemas?
- ¿De qué recursos actuales disponemos y cuáles son los recursos potenciales a los que podemos
acceder a corto, mediano y largo plazo?
LA PREVENCIÓN:
Hacia fines de los años 40, dos médicos de salud pública Leavell y Clark, de las universidades de
Harvard y de Columbia en Estados Unidos, contribuyeron grandemente a la conceptualización
de la prevención en tres ámbitos distintos:
1. Prevención primaria: La cual debe ser implementada a lo largo del “periodo que precede a la
puesta en marcha del proceso patogénico”. Orientada a reducir la incidencia, previniendo
nuevos casos de un problema, hacia usuarios que no presenten el problema en el momento de
la intervención; realizando estudios de factores de riesgo, modificando factores socio-
ambientales, incrementando recursos y habilidades del individuo.
Programas Educativos
Detección precoz
PREVENCIÓN SECUNDARIA Al Principio del problema
Atención en crisis
Tratamiento Precoz
Educación terapéutica
PREVENCIÓN TERCIARIA Después del problema Desintoxicación física
Reinserción social
Definimos la prevención como: “Un proceso activo y asertivo de crear condiciones y/o atributos
personales que promueven el bienestar de las personas” (Lofquist- Citado por López Cabanas,
1999)
Es proactiva
Intenta desarrollar fortalezas
Promueve la salud psicosocial
No se detienen en las dificultades
Abraca a toda la Población
Utiliza Estrategias educativas.
Campañas informativas
Campañas formativas
Educación para la salud
Actividades de Ocio
Actividades orientadas al crecimiento personal y social.
COMUNIDAD Y PREVENCIÓN
La comunidad como objeto de prevención: Potenciar los factores de protección y disminuir los
de riesgo a los que se exponen los grupos y personas que conforman la comunidad.
La comunidad como sujeto de acción preventiva: Capacitar a los grupos y personas como
mediadores en prevención e interlocutores entre la comunidad y las instituciones.
La comunidad como espacio: Intervenir sobre las actitudes, discursos y respuestas sociales que
se desarrollan en la comunidad.
LA PROMOCIÓN:
La promoción es un concepto que se liga a la calidad de vida y la salud; la OPS, considera que es
un proceso que proporciona a los pobladores los medios necesarios para ejercer un mayor
control sobre su propia salud y así poder mejorarla.
Desde el punto de vista de la salud busca lograr un estado de bienestar físico, mental y social,
en el que los individuos y/o grupos puedan tener la posibilidad de identificar y lograr
aspiraciones, satisfacer necesidades y poder cambiar o hacer frente a su entorno.
Proveer información, educar para la salud y fortalecer habilidades sociales incrementa las
opciones disponibles para ejercer mayor control sobre la salud y el entorno social.
Buscar un equilibrio entre las actividades intramuros y extramurales a fin de priorizar las
estrategias preventivo promociónales y de educación para la salud, con participación de la
comunidad.
*Crear ambientes físicos y sociales que sean soporte para el cambio de los individuos.
Los pilares de la promoción (OPS, 1999) deben ser trabajados en profundidad en el proceso de
intervención comunitaria, estos son los siguientes:
La promoción apunta al crecimiento del bienestar personal y colectivo desarrollando los factores
de robustecimiento y las condiciones favorables a la salud metal. Su acción se dirige a los
determinantes de la salud mas que a los factores de riesgo o a la población en general o a
subgrupos particulares.
Al abordar esta sección, queremos insistir sobre el hecho que, considerar la prevención (de aquí
en adelante en el sentido de prevención primaria) y la promoción como caminos de
mejoramiento de la salud complementarios más que opuestos, tiene todo a su favor. Buscar
ponerlas en oposición provocaría no solamente un debate estéril, sino continuaría a retardar su
financiamiento público. Reagruparlas en el mismo campo permite reivindicar una redistribución
más equitativa de recursos entre este campo de un lado, y de aquel del tratamiento y de la
readaptación del otro.
Dicho esto, la distinción entre estos dos tipos de intervenciones no es superflua. Ella tiene al
contrario implicaciones importantes en el plano teórico y en el plano de políticas públicas. En el
plano teórico Dunst y cols. reportan estudios que demuestran que la ausencia de problemas o
el funcionamiento negativo, que es el objetivo de la prevención, no implica la presencia de un
funcionamiento positivo. Extrapolando a partir de estos estudios, uno puede pensar que la
prevención de problemas particulares no resulta necesariamente en la promoción de un
funcionamiento adecuado. De manera inversa, las actividades de promoción no van a acarrear
automáticamente efectos preventivos. El estudio empírico simultáneo de investigaciones
preventivas y de promoción deberían contribuir a mejorar los conocimientos respecto tanto de
las características de las trayectorias que llevan al funcionamiento adaptado o inadaptado como
de las variables o condiciones que determinan uno u otro tipo de funcionamiento.
Respecto de las políticas públicas, hace falta sentar la legitimidad de los dos tipos de
intervenciones. Se legitiman las intervenciones preventivas demostradas eficaces invocando la
disminución del sufrimiento psíquico y de los costos de salud que le son asociados. De la misma
manera, se legitiman las intervenciones promociónales demostradas eficaces invocando la
mejoría de la adaptación psicológica o social y el ahorro realizado respecto de correcciones
preventivas. Reconozcamos que, comparada con la prevención, nuestras sociedades están
todavía reticentes a aceptar la promoción de la salud mental. Será sin duda necesario incitar un
debate con el fin de justificar la pertinencia de intervenciones de promoción y, en consecuencia
de su financiamiento, bajo el mismo concepto, por ejemplo, que el financiamiento de la
educación física fuera del campo de la salud mental.
Antes de analizar en mayor detalle los principales elementos que distinguen justamente la
prevención de la promoción en salud mental, examinaremos primeramente sus características
comunes.
Intervenciones orientadas hacia las colectividades
Una primera característica común de los dos tipos de intervenciones en su orientación hacia las
colectividades masque hacia los individuos. Muchos autores hacen de éste un criterio
fundamental para determinar si una intervención es preventiva o promocional. Según estos
autores, para que uno esté en el campo de la promoción o de la promoción, hace falta que los
programas sean orientados hacia las colectividades, así se trate de la promoción general o de
subgrupos particulares. Son así excluidas las intervenciones ofrecidas que tienen únicamente
como base al individuo. No obstante, se puede incluir en el campo de la promoción una
estrategia o un componente de orden individual, si se abarcan igualmente elementos de
intervención destinados a los sistemas más amplios y a las colectividades en las que se insertan
los individuos. A título de ejemplo, una intervención de apoyo al rol paterno podría utilizar una
estrategia individual implicando contactos personalizados con los padres. Esta intervención no
sería sin embargo preventiva o promocional sino en la medida en que ella apunte a reunir una
colectividad de padres en un barrio o en un medio dado, a fin de actuar sobre las condiciones
comunes que influencian su salud mental. Ella podría también utilizar otras estrategias, por
ejemplo, desarrollar una red de guarderías, o todavía más, incrementar la accesibilidad a
vivienda de tipo familiar.
Intervenciones proactivas
La historia, las tradiciones y los valores de las profesiones de salud mental se han edificado a
partir del tratamiento de desórdenes mentales. Dicho de otra manera prevenir los problemas
venideros no ha sido la preocupación de la mayoría de personas atraídas por el ámbito de la
salud mental. La cuestión se plantea frecuentemente como un dilema personal para el
interventor en salud mental, sea profesional o no profesional: responder inmediatamente a las
demandas de ayuda individual o contribuir a futuro, para la mejor salud mental de un número
mayor. Ahora bien, en prevención y en promoción, las intervenciones son por definición
proactivas, puesto que ellas apuntan se a a prevenir la aparición de problemas o a promover
una salud óptima, independientemente de la existencia de problemas declarados. En profilaxia
particularmente, hay que desarrollar objetivos prospectivos: se trata de pensar en los problemas
que podrían sobrevenir y no solamente en aquellos que ya existen. De la misma manera, en
promoción de la salud, las acciones son necesariamente proactivas en la medida en que se
proyecta crear o mantener condiciones salubres o incluso desarrollar factores de
robustecimiento favorables al aumento de la salud mental.
Otro punto en común es que las actividades de prevención y de promoción utilizan ambas
estrategias y métodos de intervención orientadas tanto hacia los sistemas como hacia las
personas. Cada programa de prevención o de promoción en salud mental apela a diversas
estrategias y métodos de intervención. De otro lado, hace falta concebir estas estrategias y
métodos como complementarios más que opuestos, dado que cada uno tiene sus propias
fuerzas y límites, y quee es la articulación bien planificada de varias estrategias y métodos de
intervención la que permite a menudo lograr los objetivos de los programas de prevención y de
promoción.
Poder de acción compartido por los interventores, las comunidades y los que toman las
decisiones públicas
Esta noción de empoderamiento, que se traducirá en francés con mayor o menor fortuna por
expresiones tales como poder de acción, ganancia de poder, dominio o también a apropiación
de poder, transmite la idea de un incremento del control de los individuos de su propia vida.
Central en el campo de la prevención y de la promoción, ésta noción se relaciona tanto al
desarrollo de un estado psicológico (sentimiento de control, de competencia, de autoestima),
como a la modificación de condiciones del medio ambiente que permiten redistribuir este
poder. las actividades de empoderamiento implican la determinación de los déficits de poder en
una colectividad, la toma de conciencia de éstos déficit por la población objetivo y la
movilización de recursos colectivos con vistas a operar los cambios necesarios.
El objetivo
Constituye sin duda la principal característica diferencial entre la prevención y la promoción.
Esencialmente es porque estos dos tipos de intervenciones siguen un objetivo diferente que uno
no puede asimilarlas una a la otra. La prevención se inscribe, en efecto, en una lógica de
enfermedades o de problemas cuya aparición se quiere evitar, sea que estos problemas sean de
naturaleza psicosocial o que se trate de desórdenes mentales definidos. En cuanto a la
promoción, ella se inscribe en una lógica de incremento de la salud mental o del bienestar
personal y colectivo.
Este matiz entre objetivos es más que un asunto de semántica. Él refleja concepciones de salud
mental sensiblemente diferentes: en el caso de la prevención, se percibe todo sobre la salud
mental como siendo la ausencia de desórdenes mentales o de síntomas asociados, mientras
que, en el caso de la promoción se considera sobre todo la salud mental como un recurso
personal y colectivo, relacionado tanto a los lazos entre la persona y su medio ambiente, como
a los determinantes biológicos o psicológicos individuales.
Los medios
En prevención, uno busca eliminar o por lo menos reducir los factores de riesgo o modificar las
condiciones que llevan a la aparición de problemas de salud mental, mientras que en promoción
uno busca desarrollar los factores de robustecimiento o dar lugar a condiciones salubre
favorables al desarrollo o al mantenimiento de la salud mental.
Dicho esto, hay que agregar que también existen zonas grises. Así, en prevención
frecuentemente se ha puesto el acento en las debilidades, las vulnerabilidades de las personas
o incluso en las condiciones de vida patógenas. Den cambio, el esfuerzo de promoción se dirige
generalmente a las fuerzas, las capacidades o los recursos. Si para ciertos autores Dunst y cols.
se trata de una característica diferencial, puesto que la prevención adopta una perspectiva de
“protección” y la promoción, una perspectiva de empoderamiento, la cuestión, en nuestra
opinión, no es zanjada. Estos conceptos todavía recientes continúan a evolucionar. Si bien una
cierta tradición de prevención en salud pública nos habituó a restringir su perspectiva, la
apropiación del poder se encuentra cada vez más en el corazón de los interventores tanto
preventivas como promocionales. Aún así, la principal distinción que persiste entre la
prevención y la promoción respecto de los medios empleados para su realización, proviene del
énfasis puesto unas veces en la reducción de factores de riesgo, y otras en el desarrollo de
condiciones favorables para la salud mental.
Los blancos
Incluso recientemente todavía se consideraba que una distinción importante entre los dos tipos
de intervenciones se fundaba en el hecho que la prevención se dirigía a grupos de riesgo
mientras que la promoción se dirigía a la población en general. Hoy en día se considera que los
dos tipos de intervenciones pueden dirigirse sea al conjunto de la población en su medio natural
(por ejemplo, prevención de toxicomanías, promoción de competencias sociales) sea a
subgrupos particulares. En el caso de la prevención. Estos subgrupos serán aquellos que son
expuestos a factores de riesgo o condiciones patógenas (por ejemplo, los recién nacidos de
familias monoparentales pobres). En promoción, se determinarán estos grupos en función de la
pertinencia que podría tener para ellos la intervención de promoción (por ejemplo, un grupo de
niños que comienza la escuela, un grupo de padres adolescentes).
A pesar de estas observaciones, queda como cuestión de fondo precisar el concepto de riesgo.
Se lo puede definir en términos de factores de predisposición que insisten en las
vulnerabilidades personales (por ejemplo, una menor tolerancia al estrés) o en términos de
factores precipitantes que ponen el acento en los eventos, experiencias o condiciones de vida a
las que son expuestos los grupos (duelo, divorcio, violación, padres alcohólicos, subestimulación
precoz, fracaso escolar, pobreza, marginalización, etc). las atribuciones de causalidad (es decir,
sea a la persona o a la situación) condicionan fuertemente cómo se ven los grupos llamados “de
riesgo” y como se interviene. Una definición personal del riesgo lleva a “culpar a la víctima”,
mientras que una definición situacional lleva a actuar sobre los determinantes o condiciones de
emergencia de los problemas.
El concepto de riesgo no se presenta entonces como un concepto clínico sino más bien como un
concepto estadístico. Un grupo de riesgo es un grupo que presentando características comunes
tiene, sobre la base de una evidencia epidemiológica, una mayor probabilidad que el resto de la
población de sufrir una aflicción psicológica o un desorden mental. Es por eso que se continúa
asociando la noción de grupo de riesgo más a la prevención que a la promoción, aunque no sea
para nada incompatible que un grupo de riesgo pueda ser también, al igual que el resto de la
población, blanco de una intervención de promoción de la salud mental.
El momento
La característica de anterioridad que define las intervenciones preventivas explica por qué estas
intervenciones deben sobrevenir siempre antes de la aparición de síntomas. En promoción, las
intervenciones pueden sobrevenir durante todo el momento de la vida de las personas y de las
colectividades, es decir, independientemente de la presencia o la ausencia de síntomas, dado
que estas intervenciones no apuntan de manera expresa a prevenir la aparición de problemas
sino mas bien a favorecer el desarrollo y el mantenimiento de la salud mental.
Los modelos
Cada tipo de intervención psicosocial, sea cual fuere, se inspira de manera más o menos explícita
de uno o de varios modelos teóricos. Históricamente, dos modelos han contribuido a forjar las
intervenciones preventivas: el modelo clínico y el modelo de salud pública. El modelo clínico
reposa sobre el postulado según el cual la comprensión adecuada de la etiología de las
enfermedades mentales permitiría instaurar un tratamiento eficaz capaz eventualmente de,
sino curar, por lo menos reducir de manera importante los síntomas de las personas
perjudicadas. En cuanto al modelo de la salud pública, él postula igualmente que se puede
eliminar un problema de salud mental al ejemplo de enfermedades infecciosas, si se llega a
contrarrestar los factores de riesgo que lo originan. En consecuencia, las intervenciones
preventivas que se inspiran de éstos modelos, Deberían combatir los factores etiológicos y los
factores de riesgo para llegar a lograr su objetivo: reducir la incidencia de los problemas de salud
mental.
En lo que se refiere a la promoción de la salud mental, los modelos teóricos de los que se inspira
son múltiples. Mencionemos primeramente la psicología del desarrollo, que sienta la noción de
evolución dinámica de la salud mental en la persona. Citemos en seguida los modelos ecológicos
y sociocultural que vienen a amplificar esta noción de evolución dinámica de la salud mental en
la persona ampliándolo al contexto de sus relaciones con el medio. Siguiendo estos modelos, la
salud mental está determinada por toda una serie de condiciones sociales , económicas,
culturales y otras, que son interdependientes y que vienen a modular las relaciones entre el
individuo y su medio ambiente. Es por eso que una intervención promocional “a menudo
apuntará de manera simultánea a los modos de vida individuales (hábitos de vida, distracciones,
relaciones afectivas), a los ambientes de vida (familia, trabajo, red social personal), lo mismo
que a las condiciones de vida más amplias (estructura socioeconómica, valores sociales y
culturales, políticas y públicas), que dan forma a la salud mental y al bienestar de los individuos
y de las comunidades.