Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
En un pueblo lejano vivía un rey, quien tenía una hija muy hermosa y agraciada
llamada Silluta. El rey tenía muchísimos sirvientes, entre todos ellos había un joven
guapo y apuesto llamado Kenacutury, un día el rey organizó una gran fiesta en el
castillo en honor a su grandeza.
Entonces el rey pensó: Mis invitados de honor no deben ser recibidos por
cualquiera, por lo que ordenó a sus consejeros, ¡Consejeros escojan y traigan
dentro de mis sirvientes a los más obedientes, corteses y sobre todo apuestos y
guapos!, para que yo pueda escoger al indicado para que reciba y atienda a mis
invitados de honor en la fiesta que estoy organizando.
Así: Kenacutury fue designado para atender a los invitados de honor en la gran
fiesta del rey y ordena a Kenacutury que debe debería vestir con el mejor traje para
este servicio de atención a los invitados de honor, en el día de la fiesta, la hija del
rey llamada Silluta, se percató de la presencia y atención tan noble con la que
recibía a los invitados y quedó muy impresionada y enamorada de Kenacutury,
durante el día de la fiesta busco la forma de acercársele hacia el apuesto
muchacho y le declaró su amor a Kenacutury. Muy a pasar que él no quería,
finalmente empezaron a enamorar. Un día ambos huyeron del castillo en una
noche de luna, estaban seguros que el rey y la reina no aceptarían a Kenacutury
como su novio de su hija, entonces decidieron huir, por las llanuras (pampas) de
Hataquita de la Comunidad de Cabanillas. En el camino se encontraron con una
bruja quien les dijo: no huyan, que la maldición de tu madre te caerá Silluta, ellos
no obedecieron a la advertencia continuaron huyendo más de prisa, de repente
Silluta tocó una piedra y quedó convertida en un cerro y Kenacutury al voltear para
verlo también se convirtió en otro cerro más grande al lado de Silluta. Es así que
ahora en nuestra ciudad de Cabanillas tenemos a estos dos hermosos cerros que
la adornan y son los príncipes guardianes de Cabanillas. Por ello hoy los moradores
de Cabanillas rinden homenaje en especial al Cerro Silluta, porque es ella la
siempre llama a los jóvenes solteros para que acompañen a su amado Kenacutury,
por ello se dice: Que cuando un joven muere en un accidente en uno de estos
cerros, Silluta lo llamó para compañía de su amado.