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Frías M. Alejandra-Pavón Verónica.

Historia de América III

T. P. N° 7

Tema: Brasil, entre el filo de la navaja y el rumbo hacia la democracia

Boris Fausto y Fernando Devoto. Cap. 4 Dictadura, democratización y los tiempos


recientes. (1966-2001).

1- El Régimen militar brasileño -y argentino- fueron conceptualizados por Guillermo


O´Donnell como representativos de un tipo específico de estado autoritario: el “Estado
burocrático”, no se trata de un tipo de estado sino un tipo de régimen, circunscrito a
algunos países y a un momento histórico.
El régimen militar brasileño se define como un régimen autoritario, su ingrediente
ideológico vital fue el crecimiento económico acelerado, pero no llegó a forjar un
sistema autoritario ni se produjo una ideología proto-fascista. Fue más homogéneo y
atravesó crisis menos agudas que el argentino. Su transición a la democracia fue lenta,
gradual y segura, mientras que en Argentina fue brusca y precipitada por el episodio de
retorno de Perón y la guerra de Malvinas.
El RAB brasileño, instalado a partir de 1964 gozó de una continuidad ininterrumpida de
más de veinte años (hasta 1985). Aunque el modelo institucional se asentó con el
establecimiento de las reglas de sucesión (el bipartidismo) y el funcionamiento (precario
pero ininterrumpido del P. Legislativo), las FFAA tenían un papel decisivo para elegir
candidaturas a la presidencia, en los vetos de algunos nombres y en cómo condujeron
las crisis. Con la nueva legislación partidaria de 1965 el resultado fue la formación de
dos partidos que funcionaban como gobierno y oposición: la Alianza Renovadora
Nacional (Arena) y el Movimiento Democrático Brasileño (MDB). En tal sentido, más
allá de las arbitrariedades y violencias del régimen, se caracterizó por construir un
conjunto de reglas que dieron estabilidad, a diferencia del caso argentino. Lo cual tenía
que ver con el horizonte ideológico que adoptó un sector militar respecto a la adopción
de una “democracia restricta”, que no quebrara el orden público.
Las principales líneas en que se dividirán los militares se distinguen por la “forma” de
encarar los desbordes del proceso revolucionario: los “sorbonnards” y los integrantes de
la “línea dura”. Los primeros, llamados asi en alusión a la Sorbonne francesa porque
sus integrantes estaban ligados en su mayoría a la Escuela Superior de Guerra.
Articularon una ideología liberal-conservadora (Generales Golbery do Couto e Silva,
Humberto Castelo Branco y Ernesto Geisel) tuvieron una participación activa en la
caída de Goulart (del PTB) en 1964. Eran defensores del orden constitucional,
rechazaban el populismo radical (de Goulart) que era concebido como el paso para
llegar a un régimen comunista a través de una republica sindicalista. Adoptaban un
apoyo incondicional a EEUU en el contexto de la Guerra Fría.
Los promotores de la “línea dura” partían de la idea de que para poner fin al desorden
social, a la corrupción, a la amenaza del comunismo, era imprescindible instituir un
régimen autoritario por un largo periodo, aunque tuviese una fachada liberal-
democrática. Intentó mantener distancias con EEUU a pesar de su postura nítidamente

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anticomunista. En el plano económico, defenderán el modelo de ISE apoyando a las


industrias básicas, lo que presuponía una fuerte intervención estatal en varios campos.
2- Para salir del cuadro económico crítico con el que asume el régimen militar brasileño,
una medida fundamental fue el Plan de Acción Económica de Gobierno (PAEG)
implementado en los 3 primero años a través de sus responsables Campos-Bulhoes. Las
medidas de este plan contenían una leve inclinación a la ortodoxia liberal (contención
salarial, políticas fiscales, monetarias y crediticias restrictivas, diversificación de las
exportaciones), las cuales crearán las bases para el crecimiento acelerado del periodo
subsiguiente (milagro económico: 1969-1973). Las medidas principales fueron:
- Creación del Banco Central (1964).
- Corrección monetaria de los títulos de la deuda pública y privada, medida extendida
luego a los salarios y contratos. Fue vital para canalizar el flujo de ahorro voluntario,
financiar los gastos del gobierno (en obras-infraestructura-vivienda) y estimular la
demanda de bienes durables por medio del financiamiento al consumidor.
- Creación del Fondo de Garantía de Tiempo de Servicio (FGTS), una reforma financiera
posible por la consolidación bancaria.
- Reforma tributaria, que elimino el impuesto sobre ventas e introdujo el impuesto sobre
la Circulación de Mercaderías (ICM) un impuesto de tipo de valor agregado.
- Creación del Banco Nacional de Desarrollo Económico (BNDE) órgano que permitía el
papel canalizador del estado, seleccionando sectores y direccionando los rumbos de la
economía

Los años del milagro económico (1969-1973) fueron el ejemplo más alto de
legitimación del régimen militar por los éxitos de la política económica. La euforia
concentrada en los sectores de la clase media, estaba orientada por el sueño de un Brasil
que al finalizar el S. XX ingresaría al club de los países hegemónicos de la mano de
Delfim Netto en Hacienda. Se vieron beneficiados por la coyuntura mundial
caracterizada por la amplia disponibilidad de capitales y por el crecimiento continuo
económico. No le faltaron recursos externos (bajo la forma de empréstitos o
inversiones), permitió la expansión del comercio exterior y la diversificación de los
productos industriales de exportación, en el área agrícola se destaco la soja. Sin
embargo, el milagro económico no supero las debilidades estructurales de la economía
del país, como la dependencia del sistema financiero nacional y de insumos básicos
importados, como el petróleo. La euforia comenzó a decrecer con la primera crisis
internacional del petróleo (1973) como consecuencia de la guerra Yom Kippur
promovida por los Estados Árabes contra Israel, momento en que Brasil importaba el
80% del total de su consumo.

A partir de 1974, con el gobierno de Geisel a través de sus ministros Simonsen-Reis


Velloso, se implementó el II Plan de Desarrollo Económico (PND) que constituyó un
intento por avanzar cualitativamente en el proceso de sustitución de importaciones. El
plan se asentó en el esquema empresa estatal/empresa privada extranjera/empresa
nacional. la preocupación era el problema energético, proponía el avance en la búsqueda
de petróleo, el programa nuclear, la sustitución parcial de gasolina por alcohol, la

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instalación de usinas hidroeléctricas (Itaipú en el Rio Paraná). Trató de incentivar las


inversiones de la gran empresa privada en la producción de bienes de capital
impulsando en ese esfuerzo el papel del BNDE, aunque el peso de la industrialización
recaía en la empresa estatal.
La alteración del marco internacional, resultante de la segunda crisis petrolera (1979)
alcanzó de lleno a Brasil. Desde entonces, la crisis se asoció a la política de aumento de
la tasa de interés en los EEUU con el propósito de financiar el déficit comercial del país
y contener la inflación, que derivó en un periodo de recesión a lo largo de la década de
1980 conocida como “década perdida”.

3- Brasil, durante la dictadura militar estuvo atravesada por diferentes aspectos que
impactaron en la sociedad, los cuales beneficiaron a algunos sectores y perjudicando a
otros.

Es de importancia el papel central que juego la aprobación, por parte del Congreso, de
una enmienda constitucional que disponía la instrumentación de una reforma agraria
mediante el pago en títulos de deuda pública a los propietarios de tierras improductivas.
Esta reforma fue promovida en el gobierno de Castelo e Branco (noviembre de 1964);
esta modificación constitucional posibilito la aprobación de la Ley sobre el Estatuto de
la Tierra. El objetivo central de la reforma fue promover la capitalización del campo,
estableciendo un impuesto a la propiedad rural castigando al latifundio improductivo.

Hubo una tendencia a promover la sindicalización rural controlada por el gobierno y la


formación de nuevos dirigentes en los nuevos sindicatos. Los militares crearon la
Funrural, que incorporaba a los trabajadores en la protección previsional.

Con el fin del régimen, la cuestión agraria sería una herencia a resolver ya que se
agudizaron los conflictos y se radicalizo la organización de trabajadores rurales: el
Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST).

La cuestión agraria tiene como punto de partida, la herencia de los tiempos coloniales.
El acceso a la tierra fue mucho más limitado en Brasil, centrándose en el Estado de San
Pablo y en el sur del país. El conflicto agrario se extendió también a áreas como Rio
Grande do Sul y el oeste paulista, en el llamado Pontal do Paranapanema.

Existieron otras cuestiones en el orden social durante el régimen militar, entre ellas se
destacan el impacto de las políticas militares en los grupos políticos comunistas y
nacionalistas; en los movimientos rurales y urbanos; en los sectores intelectuales y
estudiantiles. Aunque la cuestión social estuvo latente, la legitimidad del régimen fue
buscada a través de acciones gubernamentales sostenidas por los éxitos económicos.

Otro aspecto que produjo gran impacto en la sociedad brasileña fue la fractura del
sindicalismo populista, producto del movimiento militar de 1964. Este sindicalismo
dependiente de los favores gubernamentales era frágil y desapareció de la escena. Hacia
finales de la década del 60 nacieron nuevos liderazgos, lo que llevo a la estructuración
de un nuevo sindicalismo (el ABC en la región del Gran San Pablo, formada por San

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Andrés, San Bernardo y San Cayetano) que contenía un tipo diferente de visión de las
relaciones entre el sindicalismo y Estado, sin renunciar a la estructura institucional del
sindicalismo oficial.

Los sectores obreros organizados surgieron a las sombras y adoptaron una postura de
mayor autonomía con relación al Estado. El ejemplo más representativo es la central
sindical que se formó en 1983, Central Única de los Trabajadores (CUT) con base en
los movimientos de los metalúrgicos del ABC.

En lo que respecta a los nuevos actores sociales, la clase media, produjeron alteraciones
estructurales y se amplió un sector no tradicional. Es decir, que el impacto de la
expansión del sistema universitario federal, la multiplicación de la mano de obra
calificada, la industrialización acelerada que prometía salarios más altos, la
diversificación del sector de servicio, entre otros factores, visibilizaron a estos nuevos
grupos.

La nueva clase media se caracterizó más por el consumo de bienes materiales que
culturales. Se intensifico el consumo y el deseo de ascenso social, que marco diferencias
sustanciales entre la población brasileña. En este sentido, los jóvenes de clase media,
muchos universitarios se asimilaron a los movimientos guerrilleros y formaron una
contracara de la población en ascenso.

La educación continuo siendo un instrumento de ascenso social. Se dio un cambio en el


comportamiento de la población urbana, con conductas más flexibles en referencia a la
sexualidad y a las relaciones familiares, se dio en boom del psicoanálisis –en sectores
altos y medios-.

4- La dictadura brasileña se desarrolló en una coyuntura muy particular, la de los años 60.
Esta década fue escenario de acontecimientos a nivel mundial que dejaron huellas en la
vida social y cultural de la segunda mitad del siglo XX. Los partícipes de estos cambios
fueron los jóvenes ya que revelaron su malestar haciéndolo visible al mundo entero.

América Latina se hizo eco de estos movimientos y Brasil fue un nítido ejemplo. El país
vio florecer las artes y la cultura surgimiento del Cinema Novo -1950- ), la música
popular (la bossa nova). A pesar de la radicalización de la política con el régimen
militar, el cine y el teatro destacaron por su compromiso social.

El agravamiento de la represión dio paso a otros canales de expresión, por ejemplo: el


movimiento tropicalista (Tropicalia), y en el ámbito intelectual, las dificultades a las
actividades universitarias y de los profesores de prestigio, dieron lugar a entidades
independientes existentes hasta hoy – el Centro Brasileño de Análisis y Planeamiento
(CEBRAP)-.

Las agencias que financiaban las investigaciones estuvieron limitadas, pero seguían
obteniendo recursos oficiales, por ejemplo: la Fundación de Amparo a la Investigación
del Estado de San Pablo (FAPESP).

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Las limitaciones de los partidos políticos incentivaron la politización de las entidades


científicas y las manifestaciones contra el régimen se dieron en el seno de la Sociedad
Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC) el movimiento obrero también
participo, debido a la independencia que el nuevo sindicalismo mantenía respecto al
Estado, aunque conto con una menor articulación de la movilización social y produjo
una menor desmoralización del gobierno militar.

Haciendo un balance de la coyuntura de estos años, podemos ver que finalizando la


década del 60, el rumbo de la política en Brasil marco el advenimiento del peor periodo
del régimen y el fin de los movimientos populares. Esto contrasta con la situación
Argentina, donde el año 1969 marca una explosión social y la incertidumbre en lo que
respecta al rumbo de la política. Sin embargo, ambos países coinciden en el “tiempo
político” respecto a la emergencia de la guerrilla urbana en el nuevo periodo.

Las condiciones de libertad restricta propiciadas por Costa e Silva hasta 1968
favorecieron la expresión del descontento contra el régimen militar donde los
estudiantes y nuevos sindicatos tuvieron gran participación. Se destacan huelgas
importantes, la de Contagem en Gran Belo Horizonte (industria metalúrgica) y la de
Osasco en el Gran San Pablo. La primera, espontanea con un objetivo puramente
económico, contaron con el apoyo de dos organizaciones propensas la lucha armada: la
Acción popular (de inspiración católica) y el efímero Colina (Comando de Liberación
Nacional). La segunda, con un alto grado de participación de organizaciones sindicales
y de base obrera, cuyas reivindicaciones económicas son atravesadas por una
politización en la que confluyen también estudiantes (similar al Cordobazo en
Argentina).

Todas estas circunstancias llevaron a los sectores militares más duros a la idea de que
era preciso retomar y reforzar las medidas de excepción del ciclo revolucionario. El
Acta Institucional 5 (AI-5), decretada por Costa e Silva, confirmo al Ejecutivo poderes
para declarar el receso del Congreso Nacional, de las asambleas legislativas estaduales y
de las cámaras municipales, para decretar la intervención en estados y municipios y el
estado de sitio sin las limitaciones previstas en la Constitución, para suspender derechos
políticos y cesar mandatos. No se estableció el plazo para su vigencia.

A partir de esta Acta se estableció una línea dura de acción por parte del gobierno
militar. Así el aparato represivo pudo liquidar a las guerrillas, situación que puso en
escena a la Iglesia como un actor crítico del régimen. Esto se debió a que los generales-
presidentes brasileños no mantuvieron una relación cercana con la iglesia, tampoco su
cercanía era una condición necesaria para el mantenimiento del gobierno.

La transición hacia un nuevo régimen –democrático- fue lenta y gradual, y fue


corporizándose en la década de 1970. Los factores a tener en cuenta fueron: la presión
de las oposiciones, fortalecidas por los éxitos del Partido Político MDB (Movimiento
Democrático Brasileño) en las grandes ciudades; el importante papel de la iglesia en la
denuncia de las torturas; las huelgas desencadenadas por el nuevo sindicalismo; los

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desacuerdos entre los sectores civiles que apoyaban al régimen. Pero principalmente, el
problema estaba en el interior de las fuerzas armadas, en particular en el ejército.

El proceso de apertura experimentado por Geisel (1974) significó tomar medidas como
la eliminación de la tortura contra los presos políticos, el fin de la censura de los
periódicos, la revocación del AI-5, y las decisiones de su sucesor Figueiredo con un
decreto de amnistía en 1979. Esto otorgó al régimen de Brasil una transición bajo el
signo de un “entendimiento básico entre las fuerzas políticas”.

A partir de la década de 1980 Brasil recorrió finalmente el camino de la democracia.


Aunque, el fin del bipartidismo no significó el retorno de los antiguos partidos
políticos. Hecho que se explica por el rol particular del MDB como oposición durante el
régimen militar y por la emergencia de nuevos actores vinculados al movimiento obrero
autónomo: se formó el PMDB, como prolongación del MDB; el Partido del Frente
Liberal (PFL) derivado de la escisión dentro del régimen militar de grupos inclinados a
la oposición moderada; EL Partido Democrático Socialista (PDS) el Partido
Democrático Trabalhista (PDT) heredero del laborismo getulista; y el PT que
representaba al nuevo sindicalismo y sectores intelectuales de clase media.

Las elecciones presidenciales estuvieron a cargo del Colegio Electoral que llevo a la
victoria a Tancredo Neves, sustituido prontamente en el poder por José Sarney. Así
llegaba a su fin el régimen militar dando paso a un gobierno democrático que mucho
debía trabajar para cambiar el rumbo del país.

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