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Q te iú ila Q lTLe n ¿u a l
PRECIO: 80 FRS Ayuntamiento de Madrid
NUÍ-SÍK.A PO S LAOA
ANTONIO C A C H A D O
P o e ta e s p a ñ o l, q u e ha c o n tr ib u id o a la re n o v a c ió n d e la poesía
c a s te lla n a , con una a c e n d ra d a la b o r in s p ira d a en la p o d a d e s u p e rflu i
d a d e s q u e tie n e su m e jo r a n te c e d e n te e n el R o m a n c e ro , A rc ip re s te d e
H ita y , en g e n e ra l, en los clásicos e sp a ñ o le s. Su p rim e r lib r o se titu la
« S o le d a d e s » , y su o b ra más lo g ra d a y d e m ayor e m p e ñ o «Las tie rra s d e
A lv a rg o n z á le z » . H a p u b lic a d o ta m b ié n a lg u n a s o b ra s te a tra le s d e n o b le
tim b re lite ra rio en c o la b o ra c ió n con su h e rm a n o M a n u e l, ta m b ié n gran
p o e ta . N a c ió en S e v illa en 1 8 / 5 y m u rió en C o llio u re (F ra n cia ), e x ila d o .
M a c h a d o fig u ra e n tre los in te le c tu a le s e spañoles q u e no d e se rta ro n
d e su a p o s to la d o p o p u la r, sie n d o fie le s al p u e b lo y a la causa d e sus
lib e rta d e s en las horas más negras d e su in fo rtu n io . C o m o un d e s te rra d o
más cru zó la fro n te ra fra n ce sa a l p ro d u c irs e la invasión fascista d e C a ta
lu ñ a p a ra s u frir con ese su p u e b lo in cle m e n cia s y h u m illa c io n e s en los
cam pos d e c o n c e n tra c ió n . A n to n io M a c h a d o s u cu m b ió co m o u n o más.
v íc tim a d e una c iv iliz a c ió n fría y d e s a lm a d a , y co m o é l mismo habíase
p ro n o s tic a d o :
« Y c u a n d o lle g u e e l d ía d e l ú ltim o v ia je ,
y esté al p a r t ir la n a ve q u e nunca ha d e to rn a r,
m e e n c o n tra ré is a b o rd o , lig e ro d e e q u ip a je ,
casi d e s n u d o , co m o los h ijo s d e l m a r.»
R E V IS T A M E N S U A L
D E S O C IO L O G IA , C IE N C IA
Y L IT E R A T U R A
C o m is ió n d e R e d a c c ió n : José
Peirals, Federica Montseny.
A d m in is t r a d o r : F. Montsenv.
4. rué Belfort, TOULOUSE
(Haute-Garonne).
Precios de suscripción: Fran
cia. 204 francos trimestre; Ex
terior, 240 francos.
Número suelto, 80 francos.
Paquelerrs, 15 % de descuen
to a partir de cinco ejemplares.
Giros: « C N T » , hebdomadaire.
C.C.P. 1197-21. 4. rué Belort,
TOl l.oU SE Ilaule-Garonne).
Ayuntamiento de Madrid
KÉVISTA DE S O C I O L O G I A . CIENCIA ¥ II CERA flJKA
A ñ o IV T o u lo u s e , f e b r e r o 1954 N° 38
UANDO las (principales ciudades del sus arreglos con los nobles propietarios de tierras.
m undo con ocido entonces, estaban ba Pagan sus exigencias unas veces, otras se arm an
jo el yugo im perial rom ano, cuya ex y luchan con tra los señores feudales que amenazan
plotación se asentaba en la fuerza, la co n sus mesnadas.
civilización antigua entró én deca Los trabajadores del cam po se refugian en la
dencia; se rom pió el esqueleto arti ciudad donde h ay libertad, por lo m enos un prin
ficial del poder y Europa retornó a cip io de libertad. En numerosas ciudades de la
la barbarie. Edad Media, el hecho de entrar en el recinto ya los
Lo esencial de este retroceso fué la salvaguardaba. Se encuentra en algunas viejas
disolución del im perio y el surgi «ca rta s» la con stan cia de que cualquier persona
m iento del derecho de los bárbaros que abolieron por el solo h e ch o de permanecer un a ñ o y un día
la esclavitud com o organización del trabajo. Tuvo
en ella, es considerada com o ciudadano y goza de
d e bueno la «barbarie»: Io, que n o valía la pena sus privilegios.
conservar un im perio putrefacto; 2°„ que se liqui Las ciudades de Francia o España pagan tribu
daba la esclavitud oficial, aunque la Iglesia lo a po tos pero son autónom as. Dictan sus fueros. Se o r
yara y las clases nobles y reyes se dijeran herede ganizan para el trabajo en corporaciones que son
ros de los emperadores. Lo esencial es la rotura de de producción y defensa. En muchas, ya p o r el año
la esclavitud com o sistema universalmente acepta 1200 existe un trabajo organizado y clasificado de
do. El m undo de los siglos prim eros de nuestra era, artesanos, aprendices y com pañeros. Se trabaja 8
empezó a form arse de nuevo. Se organizaban los horas, que recientem ente el m ovim iento obrero
grupos hum anos en ¡pequeñas aldeas, villas, ciuda radical m oderno im puso después de los «M ártires
des y restos ruinosos de las antiguas (Rom a de más de Chicago»; y en algunas ya se practicaba el tra
de un m illón de habitantes en la antigüedad llegó bajo solamente el sábado por la m añana que des
a tener 20.000 en la Edad Media). Comienzan des pués fué resucitado por la civilización capitalista
pués del siglo V II a surgir las villas y com unas por en el siglo X X .
todas partes; en pocas decenas de años sobre los íEl florecim iento de las ciudades medievales con
territorios que ocupan h oy Francia, Bélgica, Países sus fueros, sus derechos inviolables, su administra
Bajos, Alemania se ven 'brotar aldeas y comunas, ción propia y autónom a dan a esta edad un hecho
se desarrolla una vida de unión, cooperación y de superioridad sobre la civilización capitalista.
apoyo mutuo. Van aum entando en p oblación y ri La com una había resuelto la m ayor parte de sus
quezas. Se levantan ciudades de 10 a 20 mil habi problem as adm inistrativos internos en su produc
tantes, la producción se decupla y el com ercio en ción, com ercio, relaciones con el cam po adyacente.
tre las ciudades libres adquiere una im portancia E n el orden externo, las ciudades se alian, unen
nunca vista. y federan. Las grandes federaciones, o Liga del
Las com unas y aldeas se h an form ado sin inter Hansa, que extendía su cadena desde Alemania
vención de la Iglesia (que es el poder monetario hasta la Rusia semisalvaje. Las federaciones de
m ás grande de la Edad Media). La producción y el com unas italianas y españolas son un magnífico
trabajo p ropio les h a dado una personalidad nueva ejem plo de unidad y! arm onía b ajo un régim en fe
que nada tiene que ver con el Derecho Rom ano ni derativo...
co n la sujeción imperial. De esa edad es de donde quedan todavía com o
Las comunas son autónom as e independientes, recuerdos las grandes reinvindicaciones de las
se gobiernan a sí mismas por asambleas públicas «carta s» y fueros, entre las cuales podem os citar
que se reúnen unas cuantas veces al año. Hacen algunas de los m unicipios de la Edad Media espa-
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NUESTRA S E C C IO N LITERARIA i;
“£ a 1}ida y, laá /¿ibcaá”
S e in s e r ta r á n e n e s ta s e c c ió n m e n s u a l l i t e r a , ¡ , c ritic a s „ b r a a q ü e l |as o b t a , q u e > a y a n a p J
o e d it o r e s , d o s e je m p la r e s g r e t u it o , a I . R e d a c c i í n d e C E N I T , 4 , r u é B e l f o r t , T o u lo u s e ( H - G ) :
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C o n fe re n c ia sobre IPAMBIEILAVIIS
II. - GIL HOMBRE
« ¿ R A B E L A IS A N A R Q U IS T A ? »
rjgg^5ij£7|ABELAIS es la vida, la vida en lo que thery y_ P. Lacrois, con Abel Lefranc, prefirieron el
p£8| tiene de verdaderamente buena: la ju- año 1495. Así pues, estas tres fechas, aproximadamen
I ventuc*’ *a naturaleza. Rabelais represen- te, fijan el nacimiento de Rabelais. Extracto de un
t i ta en cierto modo el sol. Es esto: poeta, epitafio manuscrito de la iglesia de Saint-Paul, en
f Jm sS W filósofo, médico, jurista, astrónomo, hu- París, Biblioteca histórica de la ciudad: «Francisco
manista. Epopeya, en la que su Gargan- Rabelais, fallecido a la edad de 70 años, en la rué des
■ J s' túa y Pantagruel son invocados: filoso- Jardins, el 9 de abril de 1553, ha sido inhumado én
fía. religión, moral y política: divertida el cementerio de Saint-Paul.»
a la vez que instructiva. Pensad en el Dejaré a cada cual el cuidado de defender en este
lenguaje tan lleno de sonoridad, donde la amplitud so capítulo el resultado de sus sabias y minuciosas in
codea con la precisión entremezclada con la maravilla vestigaciones. Si nos paramos a buscar el lugar de
pintoresca, rica y variada. He aquí el cuadro de la su nacimiento tropezaremos con otras incertitudes.
vida, el cuadro viviente, talmente verdadero y tan Unos escogen Chinon como cuna de Rabelais; mien
rico en observaciones psicológicas. He aquí e l'h o m tras que otros eruditos le hacen nacer en la Devi-
bre con sus vicios y sus virtudes. Escribió Anatole niére, pequeño dominio o aldea situado en el territo
France: «La biografía de Rabelais, por injuria de los rio del pueblo de Seuilly, a algunos kilómetros de
tiempos y neglicencia de los hombres se halla repleta Chinon. Sin duda los vecinos de Chinon no aceptarán
de lagunas. Rabelais puede encontrase a pesar de en modo alguno que se pueda poner en duda la «pri
éstas.»
mera villa del mundo», como la llamaba su ilustre
No trataré de llenar estas lagunas con algunos re hijo. Y pondrán en juego, para atestiguar la vera
miendos, y tampoco llevaré, con afirmaciones preten cidad, el blasón de la villa famosa que ha inmortali
ciosas, mi preferencia sobre tal o cual hallazgo bio zado una obra: ((Chinon, pequeña villa, gran renom
gráfico; pues en último análisis estimo que lo que bre. Asentada sobre viejas piedras. Arriba el bosque,
importa ante todo, por lo que nos preocupa, es el al pie el Vienne.» Quisiera obsequiaros con docenas
examen de los escritos y del pensamiento del que de maneras con que se quiere ortografiar el nombre
inspiró a Voltaire, que contaba entonces setenta años, de Rabelais en el curso de los años. Pero hay muchas
esta carta dirigida a Madame Du Deffant (12 avril de cosas oscuras en Rabelais y no de poca importancia
1760): «He leído- algunos capítulos de Rabelais tales ¿No se ha llegado incluso a poner en duda el libro
como los del combate del hermano Jean de los Entom- quinto el que se dice, en parte al menos, adjuntado
meures y la conducta del consejo de Picrochole (los a su obra? Quiero hablar de «LTsle .Sonante». Nos
cito, por tanto, de memoria); los he leído con gran ocuparemos de ella.
placer porque es la pintura más veraz del mundo... Sin embargo los orígenes de Rabelais se han preci
me arrepiento de haberle en otras ocasiones menos sado gracias a las investigaciones incesantes de este
preciado.»
último medio siglo. Y se nos han revelado bastante
Rabelais nació posiblemente en 1483. Tal parece re diferentes de los que las leyendas nos habían ense
sultar de un extracto del registro mortuorio de la ñado. Había la costumbre de presentar al padre de Ra
iglesia de Saint-Paul de París hecho en 9 de abril de belais como un cabaretero, como un hostalero de la
1553. Según el mismo, murió a las 70 años de edad.
Lamproie. Se le atribuía a veces una tercera ocupa
Sin embargo hay que señalar que el original, perdido, ción: «vigneron». Se invocaba el vinillo «pineau» ala
sólo es conocido a través de una nota adjuntada en bado por Rabelais en el Pantagruel como un testimo
el siglo XVIII a un epitafio manuscrito en la dicha nio irrebatible.
iglesia. Deduciéndolo de este escrito los antiguos bió J. A. de Thou, en algún sitio, hace hablar a Rabe-
grafos fijaron el año 1483 como fecha de nacimiento lais en estos términos: ((He vivido de tal manera que
de Frangois Rabelais. Algunos, Guy Patin entre ellos, haber vivido me divierte, y leyendo lo que he escrito
adelantaron esta fecha a 1490. Enfin, otros aún, Ra- en vida para divertir me sigue divirtiendo. La vida
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ha sido dada al hombre para gozarla riendo y ju en deux mois qu'il ne sera acheté de Bibles de neuf
gando. Las cosas serias la hacen más amarga que la ans.»
hiel. Todavía ahora el tacto clarividente 'del dios Baco Dejaré todo esto en medio de una penumbra querida
ha evitado que las cosas serias incomoden a mis apa y deseada. La necesidad me impone otras rebuscas,
cibles manes. En efecto, la casa que mi padre dejóme y pasaré también por alto tratar de explicar su apo-
en Chinon, donde transcurre el curso de cristal del 'geo, su eclipse, su vuelta a la fortuna y su demora
Vienne limosín, convertido desde mi partida en una en el curato de Mendon, que le atribuyó el cardenal
taberna para uso de todos, resuena día y noche con de Bellay. Por interesante que esto sea me apartaría
alegre ruido. Los clientes ríen allí hasta la madru de la pauta que guía mis averiguaciones para elabo
gada. Se ríe en los jardines en los días de fiesta. Las rar las más particulares páginas que pretenden reve
flautas animan a los danzantes que el odre ha hin lar a Rabelais bajo nuevos aspectos y mostrárnoslo más
chado; flautas que saben retener los aires potevinos; vivo que nunca, participando cada día en la elabora
y lo que servía de estudio al maestro, de biblioteca ción de lo que no cesó de proclamar como indispen
a sus libros, es hoy una bodega en la que espumea sable a la liberación del hombre: la libertad y la
un vino dulce como néctar. El destino me permite justicia. Tampoco nos ocuparemos de los caracteres
regresar a los días pasados. A ningún precio alquila de su inventiva y menos aún de los de su estilo. Su
ría la casa paternal ni a condición alguna consentiría riqueza de vocabulario, la estructura y el ritmo de
en venderla.» la frase, la poesía de la expresión no retendrán mi
Algunos biógrafos nos hablan de un padre botica atención aquí. Me excusaría con mucho gusto con
rio; en nuestros días Anatole Prance y Abel Lefranc respecto a ciertos letrados si no comprendiera su
nos presentan un Antonio Rabelais, padre de Frangois, derisión, habida cuenta de que hay mil maneras de
licenciado en leyes y ejerciendo la profesión de abo ponderar el genio de Rabelais. Escogí ya una ensa
gado en Chinon. Se llega incluso a añadir que «en au yando de aportar una modesta piedrecita al edificio
sencia de los lugartenientes generales estaba a su tan lleno de admirables aportes, aun a riesgo de
cargo la más alta jurisdicción en el distrito de citar, sin omisión desmedida, a los que me ayudaron
Chinon.» - a conocer a Rabelais y a poder apreciarlo: René
Por lo tanto, si los dos autores precitados parecen Millet, Eugéne Noél, P. L. Jacob, Paul Stapfer, Pela-
unánimes sobre esta nueva profesión del padre del dan, Jean Plattard, Arthur Heutbard, Martin Dupont,
más «vigoureux nourrisson du vigoureux terroir», Alfred Mayrarges, Gustave Vallat, Léon Daudet,
difieren sensíblement ambos en los detalles. No nos Emile Gebhart, Charles Simond, Louis Thuasne, Jean
detendremos en ello. Rabelais, último nacido, hacia Motron, Sainte-Beuve, Henri Martin, Guizot, Armand
1493, no ha conocido bastante, según parece, a su Riviére, le Dr. Binet, Sanglé, Jacques Boulanger, Char
madre. No habla de ella en sus obras. ¿La perdió les Causeret, John Charpentier, Emile Chevalier y la
en la cuna com o quieren suponer muchos de los que obra remarcable de Lucien Fabvre: «Le probléme de
han tratado de sus orígenes? Lo que se puede cons l’incroyance au XVI* siécle. La religión de Rabelais.»
tatar es que la influencia femenina no cuenta en De las veinte y pico de ediciones que conservo he
absoluto en Rabelais. Tan misteriosas reservas sobre leído muchos prefacios que me han informado e ins
su nacimiento, sobre los autores de sus días, sobre su truido mucho. Pero no puedo cerrar esta larga enu
juventud y sobre su muerte, nos invitan a ser cin- meración sin señalar muy particularmente la edición
cunspectos y a dejar a los doctos el cuidado de ave de las obras de Frangois Rabelais publicada por Ho-
riguar en la vida de Rabelais lo que es leyenda o his noré y Edouard Champion, edición aumentada con
toria. Por mi parte, estimo que se armonizan admi una introducción de notas críticas debidas a Abel
rablemente en este hombre que encarna el tempera Lefranc y a toda una pléyade de fervientes admira
mento galo, la jovialidad, la inquietud, la burla, la dores e investigadores de Rabelais: J. Boulanger,
sana lógica y el sano ingenio. H. Clouzot, P. Dorneaux, J. Platard, Lazare Seinéan,
No me ocuparé de sus años de infancia y de juven algunos de los cuales, por otra parte, nos han legado
tud. No invocaré tampoco los numerosos viajes de estudios y ensayos de gran erudición.
este peregrino, tanto por Francia como por Italia; sus Digamos que los dos primeros libros de ««Panta
correrías por aquí y allá, su necesidad constante de gruel» aparecieron en 1553-4, dos años más después
ver, conocer y aprenderlo todo, le llevan a todas par de ««Gargantúa». El tercer libro de ««Pantagruel» fué
tes y a inscribirse en las facultades. Vedle en la es editado en 1545, y en 1552 el cuarto. Después de la
cuela de la Abadía de Seuillé; seguidamente en el muerte del autor apareció el quinto y último libro.
convento de los Cordelíers de Fontenay-le-Comte, de Es esta una obra prodigiosa, llena de fantasía. Hay
donde pasa a la Orden de San Francisco de Asís, a una mezcla que va de la bufonería a la grandeza. En
la de San Benito, ingresa en la Abadía benedictina esta extraordinaria producción hay un singular apor
de Maillezais, la que abandona para tomar el hábito te de una riqueza sorprendente, un colorido de una
de sacerdote secular y viajar a través del mundo. diversidad remarcable, donde se codea lo peor y lo
Excedente del estado monástico, posee sin embargo mejor, consecuencia de un alarde de imaginación
una sabiduría enciclopédica que le abre todas las puer fantástica mezclada con una erudición increíble. Se
tas y es el huésped de los grandes hombres de la afirma por todas partes un ingenio zumbón extraor
época que gustan recibirle y charlar con él. dinario, un estilo que conmueve por su simplicidad,
En Montpellier termina sus estudios de medicina enuncio de una sabiduría incomparable.
y, entre tiempo, publica sus Almanaques. Después es Lo que Rabelais tiene de más extraordinario es que
editado su «Les faits et diets du géant Gargantua et los mejores escritores franceses han abrevado inten
de son fils Pantagruel». La boga de este libro es samente en sus obras. Leed a Moliére, Lafontaine,
extraordinaria: «il en a été vendu par les imprimeurs Boileau, Balzac, Anatole France, Céline; encontraréis
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los machos se llaman clérigos y las hembras monjas. cen. La obra de un pensador rico en la suma de los
Se sabe lo que quiere expresar Rabelais cuando alude conocimientos y de las ideas de toda una época fe
a estos avechuchos inútiles que no trabajan, que no cunda. En fin, la obra de un humanista en el sentido
cultivan la tierra. El mundo pena y suda para cebar más extenso y elevado, que en nombre de la razón
los. La Isla Sonante se llama también así por el tu se levanta contra todas las formas de la tontería;
multo que arman las campanas, grandes y pequeñas, contra la injusticia, la violencia, el conformismo, sin
para invocar «les chuts fourrez» y otros que se des indignarse, riendo con una risa enorme, el reír de
criben. Gargantúa cuando engaña a los parisinos desde lo
Chappons y Pons, terminan la introducción a las alto de las torres de Nuestra Señora.»
páginas escogidas de «Gargantúa y Pantagruel» con
estas lineas que serán una presentación sumaria de HEM DAY
los cinco libros: (Trad. J. Peirats.)
«Con sus defectos, su falta de mesura y, si se quiere,
su cinismo, la novela de Rabelais es seguramente una La segunda parte de esta conferencia, que publica
de las más grandes obras del ingenio humano. La remos en el próximo número, se titulará: «La Abadía
obra de un ar tista de los más poderosos que se cono de Thelema: Haz lo que quieras».)
n * E ST E T IC A v S P
11 y últim o la pintura, d e la escultura y de la arquitectura. La técnica
ha llegado a condicionar m anifestaciones artísticas que a fe c
A influencia d e la con cepción estética d e La- tan n o sólo a la m uchedum bre, sino tam bién a las fuerzas
caze-D uthíers es evidente (aun cuando no creadoras de las individualidades. Ese «totalism o» lleva a
esté francam ente confesada) e n las indaga Juan Goudal a la indicación d e una escala de los valores
ciones d e los críticos más jóvenes que tra permanentes del arte.
tan tam bién d e clarificar y de sintetizar en
una doctrina las m anifestaciones tan distin * * *
tas y contradictorias d el arte m oderno. Por
ejem plo, Juan G oudal, en su libro V olun A decir verdad, el ideal integral de la vida estética se
tades d el arte m oderno (París, 1927), acen halla bastante lejos. ¿Tendem os a él solam ente? Esto es lo
túa el carácter voluntario y consciente de que n o pu ede negarse. Pero tendem os tam bién a los idea
las artes contem poráneas (1). El abraza a la pintura y a les científicos, filosóficos, morales y sociales. Estos últimos
la escultura, al cin e, a la novela, al m obiliario, etc., en el son en gran m ed ida la con d ición de la vida estética que,
m ism o sistema estético, porqu e todos entran e n el cuadro después d el individualism o, ocu pa un grado bastante ele
d e las mismas explicaciones. N o queriendo hacer «teorías va do en la escala en espiral d el progreso humano. En nues
gratuitas», G oudal em plea numerosas citas de las obras de tra ép oca d e socialización o, más exactamente, de colecti
los contem poráneos. ¡Sólo deja d e citar a Lacaze-Duthiers! vism o dictatorial, y a pesar de la lucha encarnizada que
G oudal está más cerca de él cu ando dice que, en el fondo, el «v iejo orden establecido» sostiene contra las olas cre
asistimos h o y a un d o b le m ovim iento: «E l arte tiende a cientes d e la R evolución, el ideal estético n o h a sido olvi
acercarse a la vid a », a confundirse con el con ju nto de la dado, pues entra en las preocupaciones de los teóricos y
realidad «del dato». Por otra parte, «la vida intenta ele d e los estetas socialistas.
varse hasta el plano del arte. Existe un deslizamiento si La estética y e l materialismo histórico es el titulo de un
m ultáneo del arte hacia la vida y d e la vida hacia el arte». ensayo de R u d olf Frank (2), que intenta, en el estudio del
En ciertos puntos, el arte y la vida se han alcanzado; en
el porvenir, su fusión llevará a profundas alteraciones en
la vid a social.
Partiendo de esta con cep ción , emparentada c o n la d e «la
(1) Juan Miccoa, en sus «Perspectivas del arte» (Bibl.
voluntad de potencia estética», Goudal ha expuesto los orí
ed la Artistocracia, 1930), se expresa en el mismo senti
genes del «totalism o estético», cuya característica es hoy
do: «El hombre es un animal estético; el arte es para el
«la crisis d e la idea de elección ». En nom bre de este to
hombre una función vital como la nutrición y la repro
talismo estético, el autor quiere dar derecho d e ciudadanía
ducción, la ciencia y la moral. El arte comienza donde
artística también al cinema, pon ién dolo al lado del teatro,
empieza la humanidad».
de la novela y d e la poesía. N i aún la técnica puede man (2) Aesthetik und historischer Materialisme, en el Fo-
tenerse aparte del arte. Esta se halla en la línea general de rum, dic. 1919.
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Jí® ° ^ ras de Flaubert, por ejem plo, n o pu eden encontrarse sar d e la presión colectivista, con viene analizar con más
fácilm ente en la confusión de la literatura modernista. Una prudencia el sentido del arte anónimo.
originalidad falsa y desequilibrada ha sum ergido todas las
L os periódicos parisienses anunciaron que un gru po de
manifestaciones literarias y artísticas. «¡Q u e n o se parezca
jovenes pintores y escultores, reaccionando probablem ente
a nada de lo que existe! ¡Una nueva literatura y un n u evo
contra los viejos célebres, q u e guardan dem asiado bien las
arte.», es el grito de com bate d e los jóvenes, incapaces de
puertas d e las exposiciones, habían resuelto organizar una
brillar con lu z propia. Es más fácil dejarse llevar p o r la
exposición para ellos, sin ninguna preocupación personal, es
corriente d e la m oda y de la excentricidad, que arriesgar
d ecir con obras n o firmadas. Por otra parte, cincuenta es
la vida en defensa de los intereses generales humanos. critores habían d ecid id o escribir, juntos, una obra teatral...
Q ueriendo destruirlo tod o para «levantar el edificio moral H an pasado diez años desde entonces y n o he oíd o decir
d e un arte m odern o», la juventud q u e se cree revoluciona si esas intenciones habían sid o realizadas. Si descartamos la
ria n o tiene, en cam bio, la fuerza creadora para reempla insinuación de que esas intenciones son tam bién m edios de
zar las ruinas. C o n los versos dadaístas, c o n los cuadros in reclam o personal, podríam os considerar esas manifestaciones
verosímiles d e los cubistas, con la crítica desdeñosa de todo com o ensayos d e retorno al antiguo fervor creador q u e con
lo q u e n o es extravagante e ininteligible, n o puede reali sagraba todas sus fuerzas a una creen cia colectiva. El in
zarse un «arte nuevo». dividu o artista se fundía en la m uchedum bre adoradora,
L a originalidad, en cualquier dom inio, n o pu ede crearse; c o m o una piedra esculpida en la catedral gigantesca que
brota d e las realidades com o la evolu ción d e las formas na centralizaba el ardor ético y estético d e las épocas dom ina-
turales. N o es suficiente el decir: «Q uiero ser original»; es das por el absolutism o eclesiástico y m onárquico.
preciso tener tam bién una especie d e substrato orgánico de E l tiem po d e esas obras ha llegado a su término. La ar
la originalidad. Las manifestaciones «ultram odem istas» en quitectura reunía entonces todas las actividades sociales y
j arte y en literatura de los jóvenes de espíritu exal espirituales. L a pirám ide, e l tem plo y la catedral eran la
tado o perturbado, desprovistos d e lógica y de sentido co- obra de los pu eblos y d e los m ilenios. El hom bre «vivía en
mún, son verdaderas puerilidades e incluso indicios de de- la eternidad». L a piedra exigía el esfuerzo silencioso y te-
gradación física y m oral de la especie humana... Estas apre- naz d e las generaciones sucesivas. P ero desde q u e la im
ciaciones de Federica M ontseny (qu e n o es una «moralista») prenta h izo su aparición, la obra colectiva com en zó a m u
concuerdan con las d e los psicólogos y con las de la m e dar su expresión que, de exterior, d e sim bólica y d e ele
dicina social.
mental, se tom ó cada vez más com pleja y más interior. En
L a belleza, q u e ha sid o la primera norm a d el arte grie lugar d e la expresión lenta, continuam ente ascendente, d ió -
g o , y la sensación estética por m edio d e la cual se purifican se la posibilidad a una expresión inmediata, personal y, por
los sentimientos y se cultivan las ideas, han desaparecido así decir, interiorizada. L a imprenta arrebató e l individuo
e n nuestros días. H an sid o ahogadas p o r la incapacidad de a la m uchedum bre. «E sto matará aquello», d ijo el m onje
la literatura y d el arte m odernos, q u e querían ser origina d e V íctor H ugo, m ostrando el prim er libro salido de la
les; n o encontrando nada nuevo, porqu e todas las «n ove prensa d e Guttenberg y, después, la silueta m aciza y luju
dades» fueron descubiertas antes, esta literatura se ha ocu riante d e la catedral de Nuestra Señora d e París.
pa d o sin cesar de las pequ eñeces d e la vida, creyen do que
El trabajo d e h oy, colectivo, la vid a estandardizada está
podrán levantar sobre estas débiles bases el edificio del «arte
n uevo». basada en la técn ica y esta última en la ciencia, sometida
al im perativo d e la ganancia. L a industria, a pesar de su
T odos debem os tener, desde luego, la aspiración d e crear m inuciosa especialización, ha llegado a los colosos d e hor
«a lg o nuevo». A nte tod o, es necesario un n uevo m ed io y m igón y hierro, plantados por encim a de las minas de car
una nueva vid a basada en la más com pleta libertad; la ori b ón o flotan do sobre el océan o que se rebela en vano. La
ginalidad n o se manifiesta con m étodos forzados, sino con creencia d e nuestros días es muy otra q u e la d e tiempos
libertad en todos los dom inios d e la vid a social. La ori pasados, aun cu ando Jehová, Buda y Cristo sigan subsis
ginalidad es necesaria en la literatura también, p ero n o es tiendo... E l dinero aureola a las viejas divinidades. El arte
un ob jeto ú nico. La literatura, c o m o asimism o las demás pu ro se halla aislado en santuarios ignorados. Las masas
artes, n o es una realidad fundam ental de la vida, sino un son sacrificadas a los dioses sangrientos: la Política y el Ca
h ech o accidental. N o es, por lo tanto, un fin, sino un m e pitalismo y la Guerra.
d io d e edu ca ción y de purificación. S i la literatura n o c o n
serva su carácter edu cativo y critico, entonces es una sim E l individualism o ético y estético es, pues, una reacción
p le pérdida d e tiempo, una «ocu p a ción » desprovista de es natural contra el materialismo opresor y nivelador. El «arte
piritualidad y d e tod o valor moral. anónim o» m odern o se halla desprovisto, com o toda p rodu c
ció n en serie, d e la significación que tenía en otro tiem po.
L a literatura, auxiliar de todos los ideales, creación de El arte colectivo im plica n o sólo el interés com ún, sino
la inteligencia humana, rica fuen te d e ideas, m edio d e cu l tam bién el alma, la idea y la creencia colectiva. Estos exis
tivar los sentimientos estéticos, esa literatura d eb e conser- ten h oy más en sus form as inferiores o negativas: están
var su alta misión educadora. A pesar de la baraúnda en arraigados en el estóm ago y en el sexo. N o se han rem on
sordecedora d e los ultramodemistas, esta literatura será tam tado todavía hacia el dom inio ilim itado del Espíritu, hacia
bién en el porvenir, c o m o ya lo ha sido, la expresión de el azul de la creación desinteresada. L a masa será «e l abis
las grandes aspiraciones hum anas; mediante ella se mani m o sin fo n d o » q u e engullirá ciegam ente todos los impulsos
festarán las tendencias progresivas d e la evolu ción de la individuales en tanto n o llegu e a la fuente inagotable de la
vida y será siempre ella la que mantendrá la cultura esté solidaridad hum ana y cósm ica, a la fuerza eterna d e la ins
tica de los sentimientos y d e las ideas d el hombre. piración creadora. C uando la m uchedum bre llegue a ser d u e
ña d e su destino material—l o q u e significa tam bién con cien
* * * cia individual— com enzará entonces la era espiritual de la
hum anidad, después de su larga n och e animal.
E n el antípoda de «la originalidad» a tod o precio de la
estética individual o , más exactam ente: del seudoesteta que
* * *
(co m o lo ha dem ostrado Federica M ontseny) n o pu ede afir
m ar su personalidad creadora, se halla «el arte anónim o».
n ° tro tiempo, este últim o tenía un sentido preciso. H oy
Las exposiciones de estos diversos aspectos d e la estética
en día, cuando el im perativo individualista se afirma a pe- en relación con e l h e ch o social, requieren una simplificación
**
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y un camino que sea valedero para todos. He aquí lo que sales y los misterios de la vida. La simpatía cósmica les
creemos nosotros: ha traído a la fraternidad humana, confiada y serena; las
El m a te r ia lis m o e s té tic o , p o r así decirlo, es tan extremista mismas leyes reinan por doquier en el universo. El arte no
como la «artístocracia». Si el primero reduce la estética a puede ser un «deporte» o un privilegio, sino una «intuición
la realidad económica o, por lo menos al interés de una cla de la vida y de sus leyes».
se social, la otra proyecta su concepción integral de la vida Gcethe, a propósito del caráster universal de la cultura
estética en un porvenir demasiado lejano y corre el riesgo humana, dijo que no existe un arte patriótico ni una cien
de ser interpretada por los revolucionarios muy apresurados cia patriótica; «ambas cosas, como todo bien supremo, son
como una «reacción» nueva de una é lit e que, no pudiendo patrimonio de todo el mundo y no pueden fomentarse sino
reinar desde lo alto de sus torreones feudales o en los ga con la general y libre acción recíproca de todos los vivien
binetes diplomáticos, se refugia en la torre de marfil del arte. tes en constante atención a lo que nos ha quedado y co
Ambas concepciones tienen, sin embargo—la última más nocemos del pasado».
que otra—raíces profundas en la realidad humana. El ma En un capítulo sobre el arte y el espíritu nacional, en su
terialismo histórico subordina el arte a los intereses de una obra fundamental N a c io n a lis m o y C u l t u r a , Rudolf Rocker,
clase social mayoritaria y le asigna, como condición de via demuestra con ejemplos de grandes artistas de todas las épo
bilidad, el expresar los conflictos que resultan de los diver cas históricas que, en definitiva, cada artista es un miembro
sos estados económicos y políticos—y el tender a hacer triun de una gran unidad cultural «la cual, según sus designios
far ideales sociales determinados. personales, determina sus creaciones, en las que la naciona
Para los que proclaman la integridad del artista, la obra lidad representa un papel subordinado». Lo que se llama
de arte sólo tiene tendencia hacia «lo bello», que ennoblece «la voz de la sangre» reside, quizás, en recuerdos del pasa
el alma. Independiente con respecto a las instituciones so do, en tradiciones, pero no puede determinar «rasgos de pa
ciales, políticas, religiosas, etc., el arte debe contribuir a en rentesco» en las obras de arte; de lo contrario, «no sería
riquecer la personalidad, a condición de que, a su vez, las tan grande el número de artistas tan absolutamente des
creaciones artísticas contribuyan a la educación estética de conocidos, burlados y difamados por los contemporáneos de
la multitud y faciliten el progreso general de la cultura. su propia nación». Es suficiente nombrar, a este propósito a
Comprendida de este modo, la «artistocracia» tiene una mi Rembrandt. Las corrientes artísticas: el clasicismo y el ro
sión esencial, y puede trabajar para la humanidad sin su manticismo, el expresionismo y el cubismo, etc., brotan de
bordinarse a los «intereses de clase». En virtud de su su la época, son fenómenos del tiempo, de las condiciones so
gestión creadora, el arte puede «obligar» a la humanidad a ciales sobre los que ninguna influencia tiene la nación. Y
elevarse hacia sus aspiraciones permanentes y a e m b e lle c e r Rudolf Rocker concluye: «No, el arte no es nacional, como
la lu c h a d e la h u m a n id a d en el cuadro vasto de la Natura tampoco lo es la ciencia o cualquier sector de nuestra vida
leza y por encima del molde artificial y transitorio de la so- espiritual y material.»
ciedad.
Se podría objetar, como me dijo un joven (9): «La cien
«La vida—dice Upton Sinclair, el escritor norteamericano cia no tiene patria. Pero sí la tiene el científico, como lo
realista y lúcido—es un manantial de creación, del mismo
apuntaba Pasteur. Otro tanto puede apuntarse con respecto
modo que lo es el arte; somos a la vez criaturas de arte y
a los artistas. Creo que esa precisión importa en la medida
de vida, y podemos hacer una vida nueva por el hecho de en que nos vuelve conscientes de la importancia de los an
que nuestras obras de arte darán imágenes nuevas de la tecedentes telúricos, como factores de fuerza notable, que
vida... Los grandes artistas crean un tipo humano que no
imprimen sus peculiaridades al creador»... Mi interlocutor,
existía en el mundo antes, y millones de seres humanos se
pese a todo, llega a la misma conclusión: «Es claro que
apasionan por este tipo hasta el punto de intentar imitarlo;
dan, por consiguiente, nuevas formas a la realidad, formas quien sabe ahondar en sus vínculos telúricos y locales, si es
auténticamente humano, alcanza de un modo natural, re
que no existían en el mundo antes de la regla de vida del
percusión universal y—de un modo tácito—permite el acer
inglés moderno, haciéndolo más generoso y más abierto que
el ser tosco y estúpido q u e d e otro modoi hubiera seguido
camiento de los hombres de no importa qué parte del
mundo.»
siendo Igualmente contribuyó Cervantes a la formación del
español moderno, durante siglos víctima de las idioteces y Así, aun partiendo de los llamados «antecedentes telúri
de superstición. Y asimismo Moliére preparó al francés mo cos», todo hombre sincero consigo mismo, reconoce lo que
derno con su sentimiento de risa y su sentido de la reali Rudolf Rocker expresa con su dura franqueza: «El arte y
dad» (6). la cultura están por encima de la nación. Como ningún ver
En efecto, mejor que los teóricos estetas, son los creado dadero artista crea para un pueblo determinado, así tam
res de obras da arte que, con su vida también, nos han dado poco el arte, en cuanto arte, se deja extender en el lecho
indicaciones más claras sobre el ideal estético, armonizán de Procusto de la nación».
dolo con las verdaderas aspiraciones de la humanidad Un La misión de los artistas consiste en «concentrar todas las
Gcethe a pesar de su actitud olímpica y aun habiendo di atenciones sobre las ideas generales humanas que ellos ex
cho que «la música puede ejercer sobre la moralidad un in- presan en sus obras». Deben realizar, como dijo Carriére,
llujo tan pequeño como las demás artes*— es un ejemplo aquellas «fiestas humanas que, mitigando, en determinados
de aquellos clásicos que fijaron en sus obras lo que solemos días, los intereses contrarios, vuelven a llamar a los hombres
llamar « lo general hum ano». En este sentido dirigen sus es al sentimiento de un destino común (10).
fuerzos todos los com batientes del Espíritu: los q u e luchan
en el seno d e la sociedad y los que quieren trastrocarla y,
asimismo, los caballeros del ideal puramente estético. E ugen R E L G IS
E l pintor E ugenio Carriére (7) y el escultor Augusto Ro-
din (8 ) pu eden ser considerados com o prototipos de artistas (6) «Pro-Vida», La Habana, dic. 1952.
que han sido a la vez hom bres superiores y q u e n o ign o-
raron las aspiraciones de la hum anidad que sufre. Al lado (7) G. Séailles: Eugenio Carriére, París.
del novelista Rom ain R olland y d el poeta Rabindranath Ta-
(8) Augusto Rodin: «El Arte», conversaciones con Paul
gore, son precursores del humanitarismo, toda vez que han Gsell, París.
realizado obras a la par estéticas y humanas.
Adentrándose en el seno d e la hum anidad, es c o m o se (9) Marcos Lijtenstein, en una discusión sobre Goethe.
han elevado por encim a d e ella, hacia las armonías univer (10) Citado por Séailles.
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de otras. La española lo fué en el cuento primero de «Cuadernos Americanos», con el título de «E l Hom bre
la oriental y luego de la italiana; pero la italiana a del Buho». Dicen así:
su vez lo fué más tarde de la española en el teatro.
«...Era pomposo y hablaba con voz engolada y fuer
Recuérdese la polémica sobre la patria de «El bu rla
te. Al principio daba la impresión de que era vanidoso;
dor de Sevila» de Tirso. Cuando en Italia (siglo XVII)
pero esta impresión era falsa. A los pocos momentos
se representaban las adaptaciones de Cicognini —
«El Convitato di p ietra» y la «V ita é un sogno» — , en de oírlo, era imposible dejar de ser dominado por su
gracia y simpatía. Conversador muy ágil y muy va
varios teatros de Venecia hacían furor arreglos y
variaciones de «Don Quijote de la Mancha». riado de temas, demostraba a las claras su cultura
amplia, su curiosidad mental, su inteligencia y su
Yo creo que en la literatura se ha dado igual fenó
meno que en la pintura. Se tiene a Francia por cuna ingenio. Dominador de sus especialidades, sabía de
todo, y aun en aquello en que sus conocimientos eran
del impresionismo. En cambio, cuando nuestro Soro-
superficiales, se movía con soltura y seguridad, sin
11a visitó el estudio de Manet y vió sus cuadros no
propasarse a terrenos de pedantería. Alto y grueso,
pudo por menos que exclamar: «¡Así pinto yo!» Natu
con un rostro socrático y maneras distinguidas, era
ralmente que pintaba así. Y no era el único pintor
la adoración de sus amigos, a quienes protegía gene
español impresionista. Como que el impresionismo
rosamente y se conquistaba el respeto de sus adver
que París imponía como una moda más tenía ya sus
sarios. Sus actividades políticas no eran de poca mon
antecedentes en España. ¿Qué es nuestro Goya, sino
impresionista? ta ni en aquella hora ni en el pasado; pero él prefería
su personalidad literaria y de historiador a las vani
Quiero cerrar estas notas sobre don Justo Sierra dades del hombre público.»
con un párrafo que tomo de unas páginas autobio
gráficas de Enrique González Martínez, publicadas en
M a ria n o V iñ u a le s
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ción mutuos son partes tan naturales e íntimas de otros socialistas, especialmente de los partidarios
la naturaleza hum ana que en tiem po alguno de la de Marx. Al defender sus concepciones del Estado
Historia podemos encontrar a los hom bres viviendo con tra los ataques de la crítica anarquista, éstos
en pequeñas fam ilias aisladas, batiéndose mutua declaran que son necesarios el poder y la autori
mente por los medios de subsistencia. Al contrario, dad para darle fuerza a ese Estado, a fin de prote
las investigaciones modernas... prueban que en los ger la sociedad de las inclinaciones antisociales del
principios de su prehistórica vida los hom bres individuo. Y agregan que «donde existe una división
acostum braban a aglom erarse fin «gentes», clanes del trabajo es necesaria la autoridad; de otra for
o tribus, mantenidos por las ideas de descendencia m a cada uno haría lo que le viniese en gan a». La
com ún y por la veneración de com unes ascendien suposición que sigue a estos argumentos es que
tes. Por m iles de años esta organización h a tenido
«h a cer lo que a uno le viene en gana» es una ne
reunidos a los hom bres, aun sin la existencia de
una autoridad para im poner tal reunión». cesidad antisocial, y que la conducta social debe
ser impuesta sobre los hom bres por una autoridad
Sin embargo, estas pruebas sobre lai universali extraña a ellos mismos, es decir, por el Estado. Tal
dad de la tendencia del apoyo m utuo es tácitam en premisa hace necesaria lógicam ente la erección de
te pasada por alto por los adversarios del Anar una autoridad cen tral coercitiva.
quismo, ta n to capitalistas, fascistas o socialistas.
Pero creer que el «hacer lo que a uno le viene en
Citemos nuevamente al propio Kropotkin:
ga n a » es necesariamente dedicarse a la acción an
«...aunque entre diferentes clases de animales, di tisocial, es hacer caso om iso de tedas las pruebas
ferentes especies e incluso entre diferentes tribus de en que está basada la concepción del a ooyo mutuo,
la m ism a especie existe cierta lucha, la regla es la y negar su universalidad en la sociedad hum ana y
paz y el apoyo mutuo dentro de la m ism a especie; entre las sociedades de los animales. En efecto, tal
y aquellas especies que saben com binarse m ejor suposición destruye todas las bases del socialism o
para evitar la com petencia, tienen las mayores mismo. Si son necesarias la restricción y la autori
probabilidades de supervivencia y desarrollo p ro dad, ¿cóm o explicarem os que en las sociedades pri
gresivo. Ellas prosperan mientras que las especies m itivas h o y existentes, sin necesidad de recurrir al
insociables decaen. gobierno o a la autoridad, «la libertad y no el li
«Es evidente que sería com pletam ente contrario bertinaje es allí el principio del grupo y la carac
a todo lo que conocem os sobre la naturaleza el que terística del individuo»? ¿Cóm o explicar que «sólo
los hom bres fueran una excepción en una regla tan la tradición y opinión públicas son las solas y sufi
general; es decir, si una criatura tan indefensa c o cientes sanciones de con du cta» en estas socieda
m o era el hom bre en sus orígenes, n o hubiera en des? La historia de la sociedad de clase y guberna
contrado su protección y su m edio de progreso en mental tiene cu an to más, 7.000 años de existencia;
la protección mutua, com o todos los dem ás anim a mientras que las prim itivas sociedades com unistas
les, y hubiese sido un hecho la tem eraria rivalidad han existido desde que el hombre apareció sobre la
por ventajas .personales, sin preocupación p or los tierra, haciendo una estim ación muy corta, hace
intereses de la especie. Para una mente hecha a la 70.000 años. El principio social del apoyo m utuo ha
idea de la unidad de la naturaleza, tal proposición existido en las sociedades animales desde 'un perío
se le hace com pletam ente indefendible. Y sin em do m ucho mayor. Com o Kropotkin y los recientes
bargo, tan incierta y antifilosófica co m o es, nunca investigadores han señalado, los hombres, con sus
se h a visto desprovista de partidarios. Siempre hu débiles recursos físicos, n o hubieran nunca sobre
bo escritores con un con cepto pesim ista del géne vivido en la lu d ia p or la existencia si n o hubiese
ro hum ano. Ellos lo sabían, más o menos superfi sido p or el uso de ese apoyo y protección mutuos.
cialmente, por m edio de su propia experiencia li No obstante, este principio social, que es inherente
mitada; sabían de historia lo que los analistas o en el hom bre y ha sido el fa ctor principal de su
cronistas, siempre pendientes de las guerras, cruel evolución y supervivencia, es pasado por alto e in
dades y opresiones, d ijeron de ello y un poquito cluso desmentido fríam ente por la teoría socialista.
más; y acababan diciendo que el género hum ano no Algunas veces se oye decir a los socialistas que
es más que una inconsistente masa de seres, siem la defensa del «Estado transitorio» (después de ha
pre dispuestos a batirse los unos con los otros y ber derrocado al capitalismo) se basa en que habrá
que sólo la intervención de la autoridad evitaría que «guardarse por años e incluso por siglos de las
esto.» tendencias capitalistas».. Pero esto representa una
No es de extrañar que tales puntos de vista fue aceptación sin reservas de la teoría de Lam ark de
ran m antenidos por los capitalistas y sus partida que las características adquiridas son heredadas,
rios. Para justificar el apoyo a un orden social y una opinión que en su form a general fué com pleta
económ ico basado en la com petencia, fué necesario mente desautorizada por la obra de Darwin. Como
darle com petencia (com o hizo la escuela manches- en el caso de Malthus, una teoría arrumbada por
teriana del «laissez faire»), al estado de una virtud la ciencia es m antenida a flote aquí para salvar la
positiva que contribuye al «progreso». La acepta ideología política. ¡Esta vez por los socialistas!
ción del principio de apoyo m utuo lleva aparejado Im itando a los capitalistas y a sus teorías econó
el repudio de la sociedad capitalista y viceversa. micas de la necesidad por la com petencia, los socia
Pero los socialistas también hacen caso om iso de listas hacen caso om iso del «A p oyo Mutuo» porque
las deducciones del apoyo mutuo. Wells, por ejem ello destruye las premisas en que se basan sus teo
plo, justifica el gobierno y el Estado con sus obser rías sobre la necesidad de la autoridad y del go
vaciones —ya citadas— de que «antes de que las bierno. Esta gente se con form a con construir sus
form as sociales puedan desarrollarse h a de im po propias teorías —especialm ente las políticas— en
nerse una cierta restricción sobre el egoísmo p ri la confortable atm ósfera intelectual del estudio o
m itivo del individuo». W ells tal vez no sea un apo en la Sala de Lecturas del Museo Británico.
logista socialista muy aceptable, pero sus opiniones K ropotkin, al contrario, era ante todo un obser
sobre este particular n o difieren m ucho de las de vador de lo que realm ente ocurre en la vida; un
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— LOS COMEDORES ~
DE CARNE HUMANA
.. . ' ********* * *
N 1917 luimos deportados de Sevilla va medioval de Capillo, donde podían encontrar alguna
ros compañeros, medida contraprodu cosa sustanciosa. En el pueblo había una antigua igle
cente que iba a llevar por los pueblos sia católica que antes fué sinagoga en la que repo
la buena semilla anarquista. Como to saban los restos mortales de algunas notabilidades de
dos iban desfilando para sus respecti su época. Recuerdo haber leído un libreto donde se
vos lugares y yo me quedaba solo, pre- hacía historia de los varones ilustres de Capilla. Al
! gunté a un coronel de la guardia civil, pie del pueblo, en una colina, se encontraba en ruinas
allí presente, si se me habían echado lo que fué un bonito castillo, casi un juguete, donde
en olvido. «No io crea usted—me con habitaron los Condes de Capilla, señores feudales de
testó muy serio—es que le están bus aquel territorio.
cando el peor sitio». •Entre Peñalsordo y Capilla hay un peñón gigantesco
Y en electo, fui deportado al pueblo de Fuenlabrada en lo alto de un cerro, llamado por su forma el Peñón
de los Montes, distrito de Herrera del Duque, lugar del Pez. Los romanos lo cortaron a pico para dar paso
que ponía los pelos de punta a los mismos leguleyos a sus legiones. En algunos trechos, sobre las más altas
de Badajoz, por las inmoralidades que allí se cometían, crestas, se descubren los rastros de un camino, en
a lo que ellos no habían llegado todavía. ¡Y cuidado varios sitios protegido por grandes bloques de piedras.
que eran inmorales! Sin duda, era una vía abierta por los conquistadores,
Después de un largo viaje a pie por la provincia de desde Mérida a las minas de Almadén, que ya se tra
Badajoz, que me pareció interminable, de cárcel en bajaban en aquella época. Para luchar con ventaja
cárcel, y escoltado por la guardia civil, me internaron contra las tribus bravias que defendían su suelo, los
por los andurriales de la llamada Siberia Extremeña invasores, com o las águilas, viajaban por las alturas.
por los viajantes de comercio, y tropezando y cayendo A un kilómetro al norte de Peñalsordo, pasaba un
llegué una mañana del mes de marzo al sitio de mi arroyo, que parecía un río en los temporales de llu
confinamiento, un pueblecito situado en la vertiente vias, y que se atravesaba por un puente romano en
de los montes de Toledo. ruinas. Después, hasta la provincia de Toledo al norte,
Los que deseaban visitar voluntariamente la Siberia la de Ciudad Real al este, y la de Cáceres al oeste, no
Extremeña para asuntos de negocios, bajaban del tren había un rastro de carretera ni de puente, si no vere
en la estación de Cabeza de Buey, subían en una caba das de cabras. Como hemos dicho, los viajantes de
llería, atravesaban una larga parte de la Serena, lla comercio que por allí se aventuraban le pusieron el
nura de pastos, y después de una hora de trote por oportuno nombre de Siberia Extremeña. Aquel terri
una vereda de cabras, torcían hacia el monte y lle torio ocupaba un tercio de la provincia de Badajoz,
gaban al pueblo de la Zarza, donde comenzaba un te poseía una gricultura pobre, pero la ganadería, en
rreno en extremo escabroso. particular la de ovejas era muy próspera para algu
A media hora de camino, siempre a caballo, se en nos privilegiados.
contraba el pueblo de Peñalsordo, fundado haría tres Como pueblos notables de aquella extraña región
siglos, por un pastor llamado Peña, que estaba sordo. podemos citar a Herrera del Duque, la cabeza judicial
El pueblo aquel, de unos 3.000 habitantes, estaba en del partido, modelo de corrupción administrativa, que
clavado en un terreno muy desnivelado, no habiendo se reflejaba en el espíritu de sus habitantes. Allí hubo
una calle derecha, subiendo unas y bajando otras, en otra época un convento de frailes y un cuartel de
y en lo alto de la más empinada se encontraba una carabineros, que unidos al poder judicial, formaron
pequeña iglesia ruinosa, terror de curas y sacrista una mezcla infernal. Mientras todos los pueblos de la
nes, por lo penoso de la subida. Si Roma está cons región se levantaban como un solo hombre contra la
truida sobre siete colinas, Peñalsordo lo está sobre explotación y la tiranía, allí no pude tener más que
70 peñas, y me quedo corto. El pastor Peña fundó su dos adeptos: el sargento de la guardia civil y un co
villa en lo que era un lugar de delicias para las cabras brador de contribuciones que, después de todo, siguie
por los saltos que daban. Luego siguieron saltando los ron fieles hasta el último momento. Allí residió algún
hombres, aunque de mala gana. tiempo, como notario, Eugenio Sellés, y escribió su
Los espíritus curiosos, aficionados a antigüedades, más célebre drama «El Nudo Gordiano», en el que
tenían poco o nada que aprender en el lugar que nos plantea el problema del adulterio y del divorcio. Cada
ocupa, pero si marchaban unos 30 minutos, hacia el vez que iba a aquel pueblo visitaba a los familiares de
oriente, por un camino pedregoso, llegaban al villorrio Sellés y me recordaban su vida como periodista, poli-
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dad, que allí tenía un carácter social y las c a u ? ¿ M L “ Í®’ 1o? cen'«nareSy de casos quThe as^Udo J
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del microorganismo. Debido a su propiedad de for jos, salando la carne y dejándola secar. Esto me puso
mar esporas, el bacilo del carbunco es extremamente sobre la pista de la causa que motivaba la difusión
resistente a cambios del ambiente químico y físico. del carbunco, que pronto reconocí con la mayor cla
Las formas vegetativas no son más resistentes que ridad.
la mayor parte de las otras bacterias no espuraladas: Los cadáveres de los animales carbuncosos eran
la destruye una temperatura de 54° C. en treinta muy numerosos, pero allí no se enterraba a ninguno
minutos. Las esporas del bacillus anthracis se pue y, por lo tanto, los gusanos no podían sacar las espo
den conservar en estado de desecación durante mu ras a la superficie <le la tierra y contaminar los pas
chos años sin pérdida de su viabilidad. Mientras hay tos. Los animales muertos eran comidos en forma de
variaciones en la resistencia de las esporas de dife tasajos, o de carne fresca por las familias pobres y
rentes cepas de bacilos de la póstula maligna, todos acomodadas, éstas víctimas de una enfermedad incu
los bacilos carbuncosos presentan una resistencia rable: la avaricia. Los ricos ignorantes comían tam
extremadamente alta para el calor. El calor seco a bién la carne de los animales muertos, pero los que
140° C. requiere tres horas para destruirlas. El vapor tenían alguna educación no la comían, aunque se la
fluente a 100° C. las mata en 5 a 10 minutos. La hacían comer a sus criados en forma de tasajos. Uno
ebullición la destruye en 10 minutos. La destrucción de éstos era el cura del pueblo de Siruela que nego
de las esporas del carbunco en pieles, cueros y cepi ciaba con almas y animales. Aquellos seres eran ne
llos resulta muy difícil. Parece que el mejor método crófagos o sea comedores de animales muertos, no
para los cepillos es la inmersión durante cuatro ho sólo del ganado lanar, sino también de los cerdos y
ras en solución de form ol al 10 % a 43,50° C. Los ca aves de corral, muertos por otras enfermedades. Y
bellos y cerdas se pueden esterilizar al autoclave el nial estaba tan extendido que en los primeros días
a 122° C. durante tres horas, pero esto estropea mucho dt mi llegada conté en el mercado del pueblo de
material. El sublimado corrosivo al 1 por 2.000 mata Siruela nada menos que l(i mesitas con carne de ani
la mayor parte de las cepas en 40 minutos. La luz males muertos, puesta a la venta pública. En aquel
solar directa destruye las esporas en C a 12 horas. pueblo habla una familia de labradores ricos, enfer
La lesión primaria llamada con frecuencia «pós mos del cuerpo y del espíritu, que constituían una
tula maligna» aparece de 12 a 24 horas después de verdadera monstruosidad. Tenían en su casa una
la inoculación y al principio semeja un pequeño enorme tinaja llena de aceite en la que tiraban des
forúnculo ordinario. El comienzo consiste en una ollados y fritos todos los animales que se les mo
pequeña mancha análoga a la picadura de una pulga rían. Después se los iban comiendo poco a poco y se
o por una pápula pruriginosa. Algunas horas des los hacían comer a sus criados.
pués se forma una vesícula, llena de una serosidad Como la primera lesión era indolora y a lo más
amarilla rojiza, que se rompe bien pronto dejando producía un ligero picor, pocos eran los que acudían
en su lugar una escara negra. Esta reposa sobre una en los primeros momentos, y cuando se me presen
base endurada, rodeada de un rodete edematoso, en taban, su estado era de gravedad. Pero los más pre
el que se sobreponen unas pequeñas vesículas en for venidos, acudían pronto y se salvaban, excepto, en
ma de aureola. La inflamación adquiere caracteres las formas digestivas, respiratorias y nerviosas, que
monstruosos y se extiende en párpados y cuello. A poi lo general ocasionaban la muerte. ¡Cuántos infe
los cuatro o cinco días se presentan los fenómenos lices murieron en mis brazos, hombres en plena ju
generales; fiebre a 40“ C., vómitos, constipación o ventud, desgraciadas mujeres y niños de corta edad!
diarrea fétida, sudores, ansiedad, pulso pequeño y rá Habían casos que podían explicarse por una erosión
pido. Los enfermos mueren rápidamente por un sín local, por la ingestión de la carne de animales muer
cope o bien la agonía se prolonga con pérdida de tos o por la respiración de las esporas; pero muchas
conocimiento. La forma gastro-intestinal es en la veces había que sospechar que las moscas servían de
que predominan los vómitos, diarrea sanguinolenta vehículo, como era la creencia popuiar.
y dolores abdominales. En la forma pulmonar apa Mi obsesión contra el mal llegó a tal extremo que
recen todos los grados de lesiones bronco- pulmona mis gritos ensordecían todos los oídos. A las autori
res, como la bronquitis, broconeumonía, congestión dades las acusaba de complicidad, a los ricos de ava
pulmonar, edema del pulmón y pleuresía. La forma ros, y a los pobres de cobardes, porque en vez de
que se localiza a los centros nerviosos determina comer las carnes sanas a las que tenían derecho,
contracturas, convulsiones y un estado tifoideo con sólo se alimentaban <le las carnes putrefactas que
transtornos de la inteligencia o bien un síndrome les arrojaban sus amos, al mismo tiempo que a ios
meningítico o una paralisis ascendente aguda. perros. La venta, en consecuencia, fué prohibida
y las carnes muertas retiradas del mercado
* * público; pero pronto burlaron mis buenas intenciones
valiéndose de una treta. Se colocaba una mesita en
Con el mayor interés me puse a estudiar el pro las puertas de las casas y esa era la señal de que la
blema del carbunco, enseguida que llegué a la Sibe mercancía eslaba adentro. Pronto me convencí que
ria Extremeña. Lo primero que observé fué que los no era sólo la miseria y la avaricia las que empu
atacados no eran solo los ganaderos, carniceros y jaban a las gentes a devorar aquellos despojos, sino
curtidores, que por su trabajo estaban más expuestos que había una perversión en el gusto, que las arras
a la infección, sino que se encontraban entre ellos traban a comer de aquellas carnes que llevaban los
individuos de todas las edades, sexo y condición gérmenes de la muerte. En una ocasión tiraron una
social. vaca muerta del carbunco al pozo de una mina, cer
A los pocos días de llegar fui una noche invitado cano del pueblo de Carbayuela, pero unos mozos ba
por unos individuos de acomodada condición social jaron al abismo, sacaron la vaca y la devoraron
a una opípara cena que celebraban con motivo de como chacales, sirviéndose más tarde'de la piel para
una festividad. Al enterarme de la naturaleza del hacer unos tambores en el carnaval. Tres jóvenes
banquete rehusé con asco la invitación y así se lo resultaron contaminados, muriendo dos y salvándose
manifesté, advirtiéndoles además el peligro que co uno que vino a buscarme a tiempo.
rrían: iban a comerse un cerdo que habla muerto Encontrándome impotente para remediar el mal
aquella mañana y no sé sabía de qué enfermedad. y no queriendo exponer por más tiempo a mis fa
Me contestaron que allí era costumbre comerse todos miliares a la terrible enfermedad, y sabiendo cómo
los animales que morían, bien guisándolos o en tasa allí era estimado, les puse como ultimátum que me
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—Predique usted—contestó—que lo hará mejor y lo «Viva la revolución social» que lodos entendieron y
escucharemos con la mayor atención. contestaron con ardor, hasta el mismo sacristán.
Y prediqué. Y mis voces de dolor llenaron el espa
cio, voces de acusación para el Ayuntamiento, puesto * *
por el pueblo, por su neglicencia en aquel asunto,
y voces de acusación para todos los reunidos por no Con el triunfo del fascismo, por la incapacidad de
haber puesto de su parte las energías que reclamaba muchos, la restauración de la propiedad de la tierra,
un mal tan grande. que se había abolido, y el fusilamiento de los mejo
res luchadores de la Siberia Extremeña, se apagó la
Todos somos culpables — les dije señalando el luz del comunismo libertario allí encendida, y se su
ataúd — de la muerte de ese hombre. mergió aquella región en la más negra noche, apa
Y me escucharon con la cabeza descubierta, dando reciendo los comedores de lo animales muertos y los
muestras de verdadero pesar. aficionados a la bárbara fiesta de las corridas de
toros.
Una vez en el cementerio, el Padre Antonio bendijo ¡Esperemos arma al brazo, pues 110 hay noche sin
la tumba del infortunado y dijo unos latines que ni aurora!
el mismo entendió. Y yo cerré el acto al grito de
P e d ro V A L L IN A
(Conclusión)
Kronstadt vivía en el espíritu de su santa cruzada; tenia
com pleta en la justicia d e su causa y se consideraba el
verdadero defensor de la revolución.
Penetrados de esta idea, los marinos n o querían creer que
U L T IM A T U M B O L C H E V IQ U E A K R O N S T A D T
el gobiern o los atacaría c o n las armas en la mano. E n estos
fJ “ dt ^ gener,0S° - ,N i ? na « ota d e ^ n g r e comunista hijos del sol y del mar, persistía sem iconscientem ente la id-.*»
d e la S / P6Í ar, las Provocaciones, d el bloqueo de que la victoria n o p u ed e ganarse solam ente con la vio
n w L ? » n j d e las m edidas represivas d el gobiern o b ol lencia. La psicología eslava parece inducir que la justicia dp
chevique. D esdeñaba im itar el ejem plo com unista de ven su causa v la fuerza del espíritu revolucionario bastan para
ganza y llegaba hasta vigilar la pob la ción contra todo ex q u e esa causa triunfe En tod o caso, Kronstadt rehusó tomar
ceso de q u e pudieran ser ob jeto los m iem bros d el partido la iniciativa.
com unista. El C om ité revolucionario provisional pu b licó en E l C om ité revolucionario n o quiso escuchar la opinión per
este sentido un manifiesto a la pob la ción de Kronstadt, jus suasiva de los peritos militares en favor d e un ataque in-
tamente despues que el gob iern o bolch eviqu e h u b o rechaza m ediato contra Oranienbaum , fortaleza d e gran valor estra
d o la petición d e los marinos para la liberación de los re tégico. L os soldados y los marinos d e Kronstadt tenían por
henes detenidos en Petrogrado. L a petición d e Kronstadt trn el establecim iento d e los Soviets libres, y estaban dis
enviada radiotelegráficam ente al Soviet de Petrogrado v el puestos a defen der sus derechos contra tod o ataque, pero se
manifiesto del C om ité revolucionario fueron publicados e) negaban a convertirse en agresores.
m ism o día, 7 d e marzo. L os reproducim os aquí:
, n nom bre d e la guarnición d e Kronstadt, el C om ité re En Petrogrado circulaban rumores persistentes d e que el
volucionario d e Kronstadt exige q u e las familias de los m a gob iern o se preparaba a operar militarmente contra Krons
rinos, obreros y soldados rojos detenidas com o -rehenes por tadt. P ero la pob la ción n o creía en esos rumores; la cosa p a
el s o v ie t d e Petrogrado sean puestas en libertad en el plazo recía d e tal m od o repugnante, que se la consideraba ridicula.
d e veinticuatro horas. C om o se d ijo anteriorm ente, el C om ité d e defensa (llamado
»L a guarnición de Kronstadt declara que los comunistas oficialmente C on sejo de Trabajo y de Defensa) declaró la
gozan de plena libertad en Kronstadt y que sus familias es- capital en «estado extraordinario d e sitio». Las reuniones,
tan absolutam ente fuera d e tod o peligro. El ejem plo del ¡as ,n¿s insignificantes aglom eraciones, f u e r o n pro
S oviet de Petrogrado n o será seguido aquí, porqu e considerá hibidas. Los obreros d e Petrogrado n o sabían nada d e lo
ramos esos m étodos (la tom a de rehenes) c o m o los más que pasaba en K ronstadt; las únicas inform aciones, p roce
ignom iniosos y bárbaros, aunque sean provocados p o r la dentes de la prensa comunista, y los frecuentes boletines
desesperación. Lia historia n o co n o ce una infam ia tal. hablaban siempre d el «general zarista Kozlovsky, q u e había
«M arino P E T R IC H E N K O , presidente del C om ité revolu organizado la rebelión contrarrevolucionaria en K ronstadt».
cionario provisional; K ILG A ST , secretario.» La pob la ción esperaba con ansiedad la sesión con voca da por
el Soviet d e Petrogrado y q u e debía decidir sobre la actitud
E n el manifiesto a la p ob la ción de Kronstadt se dice, en frente a Kronstadt.
tre otras cosas:
El Soviet de Petrogrado se reunió el 4 d e m arzo; n o p o
« L a opresión constante d e las masas laboriosas p o r la d ic dían asistir a esa reunión más q u e los invitados, y éstos, ge
tadura com unista, produjo una indignación y un resentimien neralmente eran los comunistas. El autor del nresente’ tra-
to com pletam ente natural en la población . A consecuencia bajo entonces en buenas relaciones con los bolcheviques v
de este estado d e cosas, algunas personas, emparentadas con sobre tod o co n Z in oviev— estuvo presente en esa reunión.
los comunistas, fueron maltratadas y boicoteadas. Esto no C om o presidente del Soviet d e Petrogrado, Z in oviev declaró
d e b e suceder. Nosotros n o buscam os la venganza; defen de abierta la sesión y pronu nció un largo discurso sobre la si
mos nuestros intereses obreros.»
tuación de Kronstadt. Y o confieso que había id o a la reunión
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r é S C » - * ~ z= :
n S = E = » ™ = r r ,: r : •M S S f f l* ¿ ¡ 3 * " * * Petrogrado,
” L ¿ ” , tten
ocasiones. « Sia. el don de convencer,
° ‘ habI" una
■ Zto"
vez™ ' » “ ■*>
aceptadas sus -G uardar silencio ahora es im posible, es hasta criminal Tris
acontecim ientos q u e acaban de producirse nos obTigan c o -
fac¡T ‘ SaS’ . Pf r 0 en esa reunión, tod o su aspecto, su argumen
tación, su tono, sus m odales, tod o reflejaba la falsedad h m o anarquistas, a hablar francam ente y a declarar'nuestra
actitud en la situación actual. nuestra
te sta d
testa r ee su
su tpropia
Z * * * ? " . M?
conciencia. L a^ única P ^ n t Sdeí con
«pieza U pv ricí »E1 espíritu d e descontento y d e inquietud presente entre
ción » P i n t a d a t contra Kronstadt era la famosa resolución los obreros y marinos es el resultado d e ca u s L q u e e S
nuestra sena atención. El frío y el hambre han engendrado
deradas Só " ’ yf petlCK,,nes eran y hasta m o- el descontento, y |a ausencia de la m enor posibilidad de
aeradas. Solo a liase d e ese docum ento y d e la denuneii
vehemente y casi histérica d e Kalinin contra los marinos d u cu sion y de crítica obliga a los marinos y a t e br 1
declarar abiertamente sus agravios. d
parada de aní^ 0 La resol,u ción contra Kronstadt, pre- »L as bandas d e guardias blancos quieren y podrán explo
k , r m í - l , „ ! n Cní an 0 uy l! re^ ‘ntada P °r con du cto de Yevdo- tar ese descontento en beneficio d e sus propios intereses de
kimo— la m ano derecha de Z in oviev— , fu é aceptada por los
de f ? S d / d ° eeXC,ta * ? Un alt° grado de ^ toleran cia y Asam blea C\mst>e ^ los <>" los marinos reclaman
d e f e r o c id a d sangumaria; la aceptación de esta m oción tuvo £ ¿ <S í , e " " ' d co” “ ~ lib' ” y »"**
r/ns S T ^ ien 0 , ! T ulí ° , y en m edi° de las protestas d e va
n os delegados de las fábricas de Petrogrado y del represen- c h f Z n Z ’ J T V SUS’ hemos expuesto desde hace mu
ch o tiem po el fo n d o enganoso d e esas exigencias y decla-
pable d e un ^ ¡ " OS' La resolución declaró a Kronstadt cu l-
v itn L ™ contrarrevolucionario contra el poder so- ontra 2 “ * luch~ con las armas en la mano
vietista y exigía su rendición inmediata. tnrU M .tentativa contrarrevolucionaria, en com ún con
m n n ic J ™ U" a declarac¡ón de guerra. Gran núm ero de c o cheviques °S revolución social y al lado de los bol-
munistas mismos se negaban a creer q u e se llegara a poner
a r , j r UCT resolución; era monstruoso atacar c o n fuerza „ l ' f “ PeC|° aI con flicto entre el gob iern o sovietista y los
o ' 0 r, r " ^ y a gIoria de la revolución rusa», com o auidarío n niar¡n0S- s0nl0s d e °Pm tón que debería ser Ii-
revn lto ’ P° / las a,rmas’ sino P °r m edio de un acuerdo
Í S o Í I h y 3 l0S marÍn0S d e Kronstadt. En
slin c i am‘ gOS’ gran núm ero de comunistas sen- r Z J r ¡l T ant ° -íratT nal y co n espíritu d e camaradería. Re-
n actoc r r tan
r ,sanguinario.
n COn sePararse d el Part¡d'> si se consumaba en 1 J ? e •S,0n f ngre de parte d e ‘ gobiern o sovietista,
un en la situación actual, ni intimidaría ni apaciguaría a los
obreros; al contrario, serviría sólo para agravar la crisis y
Trotzky debía dirigir el Soviet de Petrogrado; su ausen-
para reforzar los manejos d e la Entente y d e la contrarre
védad3 / i ' 1’ 1’6,1 3 •-P° r algUn° S COm° Seña' d e 9 ue >a gra- volu ción interior.
Pntr l i sltuacl.o n era exagerada. N o obstante, llegó a » Y lo q u e es aún más importante, el em p leo de la fuerza
Petrogrado durante la n oche, y al día siguiente, 5 de marzo
p u b lico su últimátum a Kronstadt: por el gobiern o de los obreros y los campesinos contra o b re
ros y campesinos, tendrá un efecto reaccionario en el m o
niipEk ™ c í eJn° t loS ? l)reros y cam pesinos ha decretado vim iento revolucionario internacional y resultará en todas
que Kronstadt y los navios en rebelión d eb en someterse in
f o c ia f Un y U" mal inca,culable Para la revolución
mediatam ente a la autoridad de la república sovietista. Or-
c o Z r n^ S,gU,e" f e ’ a l0d° S !? s que *evantaron su mano «¡Cam aradas bolcheviques, reflexionad antes que sea de
contra la patna socia ista q u e rindan de inm ediato las armas. masiado tarde! N o juguéis con fu eg o; estáis en la víspera de
Los recalcitrantes deberán ser desarmados y rem itidos ™ a s dar un paso decisivo.
del coh,>rnnS0VleflSfaS' com isarios y otros representantes » ° s som etem os la proposición siguiente: elegir una com i
tnJ n ? , ? ue Se encuentren arrestados deb en ser pues sión d e cin co m iem bros, entre ellos algunos anarquistas. La
tos en libertad inmediatamente. S ólo aquellos que se rindan com isión ira a Kronstadt para arreglar el con flicto por m e
incondicionalm ente pueden contar con el perdón de la re dios pacíficos En la situación presente es ese el m étodo
pú blica sovietista. más radical. Tendrá una im portancia revolucionaria interna-
«P u b lico simultáneamente las órdenes de preparar la re cional.
presión d e la revuelta y la sumisión de los amotinados por «Alejandro Berkman, Em ma Goldm an, Perkus, Petrovsku.
a fuerza armada T od a la responsabilidad de los daños que «Petrogrado, 5 d e m ayo de 1921.»
la pob la cion pacifica tenga q u e sufrir, recaerá enteramente
sobre la cabeza de los insurrectos contrarrevolucionarios. Zinoviev, que había sido inform ado de que debía ser so
«fc-sta advertencia es definitiva. m etido un docum ento sobre Kronstadt al C onsejo de D e-
»T ro tzk y .p r e s id e n t e del C onsejo revolucionario de la R e tensa, en vío a buscarlo a un representante personal Si fué
pública. — K am enev, com andante en jefe.» o n o discutida la carta p o r este Consejo, n o lo sé. L o cierto
es q u e n o se decidió nada al respecto.
;,ÍIm L SÍÍUp0Í? " e,T ° raha' Considerables fuerzas militares
T rn .,1 f Pctr0gra,d o y a sus alrededores. El ultimátum de
histórica. enSegT J° de una orden q u e contenía la amenaza
e n to n a " p . COm° Perdices». Varios anarquistas. VI
” Petrogrado, intentaron u n últim o esfuerzo para
m ducir a los bolcheviques a que desistieran d e atacar a Krons-
, a d t Consideraban de su deber, ante la revolución, el in E L PR IM E R T IR O
tento d e ese esfuerzo, aunque desesperado, para im pedir la
masacre inminente de la flor revolucionaria d e Rusia, los Kronstadt, h eroico y generoso, soñaba con la liberación
marinos y los obreros de Kronstadt. Enviaron el 5 d e mar de Rusia por la tercera revolución, que estaba orgulloso de
zo una protesta al C om ité de Defensa, indicando las inten haber iniciado. Libertad y fraternidad universal eran su le
ciones pacificas y las justas peticiones de Kronstadt, recor ma. Consideraba la tercera revolución com o un desenvolvi
dando a los comunistas la historia revolucionaria heroica de m iento gradual de la em ancipación, cu yo primer paso era
los marinos y proponiendo un m edio de resolver el con flicto la acción libre d e los Soviets independientes, sin el control
d e un partido p olítico cualquiera y que cristalizase la volun-
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tad y los intereses del pu eblo. Estos marinos sinceros y tom ar por asalto la fortaleza. El ataque se llevó desde el
cándidos proclam aban a los obreros del m undo su gran ideal, norte y desde el sur por la flor y nata de las tropas com u
y apelaban a l proletariado para q u e uniese sus fuerzas a nistas vestidas con lienzos blancos, cu yo color se confundía
las suyas en la lucha, con plena confianza de que su causa con la n ieve que cubría el g o lfo helado d e Finlandia. Estas
hallaría un apoyo entusiasta y d e que, sobre to d o y ante primeras tentativas terribles para tomar la fortaleza p o r asal
todo, los obreros d e Petrogrado se apresurarían a ir en su to mediante un sacrificio inconsiderado de seres humanos,
ayuda. fueron profundam ente deploradas por los marinos en c o n
En el intervalo, T rotzky reunía sus fuerzas. Las divisio dolencias conm ovedoras hacia sus hermanos de armas enga
nes más fieles de todos los frentes, los regim ientos de los ñados para que considerasen a Kronstadt com o contrarrevo
kursanttj, los destacamentos d e la C h e ca y las unidades m i lucionario. E l 8 d e m ayo decía «Izvestia» de Kronstadt:
litares más exclusivamente com puestas de comunistas, se ha
bían reunido en los fuertes de Sestroretsk, Disy N os, Kras- « N o queríam os verter sangre de nuestros hermanos, y re
naia G orka y en las posiciones vecinas fortificadas. L os m e husábamos hacer fu ego a menos q u e se nos obligara a ello.
jores técnicos militares rusos fueron enviados al teatro de D ebíam os defender la justa causa del pu eblo obrero y nos
operaciones para trazar los planes d el b loq u eo y del ataque vim os forzados a disparar sobre nuestros propios hermanos
a Kronstadt, mientras el fam oso Tujachevsky fu é designado enviados a la m uerte segura por los com unistas, que han
com andante en jefe durante el asedio d e Kronstadt. en gordado a expensas del pueblo.
El 7 d e m arzo, a las 6’45 de la tarde, las baterías d e Ses- «D esgraciadam ente para vosotros, se produjo un terrible
troresky y d e Lisy Nos descargaron sus primeros tiros so torbellino d e nieve y tod o fu é envuelto en las tinieblas de
bre Kronstadt. Era el aniversario del día de los obreros. una n oche negra. L os verdugos com unistas os em pujaron a
Kronstadt, asediado y atacado, n o olvid ó esa gran fiesta. todo precio, sin em bargo, sobre el hielo, amenazándoos des
Bajo el fu ego de numerosas baterías, los bravos marinos de la retaguardia con sus ametralladoras manejadas por
enviaron un radio d e congratulación a los obreros d el mun destacamentos comunistas.
do, acto característico del estado de espíritu d e la ciudad «M u ch os d e vosotros perecisteis esta n och e en la vasta
rebelde. H e aquí el mensaje: extensión helada del g olfo de Finlandia. Y cuando llegó el
« H o y es una fiesta universal, el día d el obrero. Nosotros alba y se apaciguó el huracán, sólo los restos míseros de
los kronstadinos enviamos— en m edio d el estruendo d e los vuestros destacamentos, agotados y ham brientos, casi inca
cañones— nuestros saludos fraternales a los trabajadores del paces d e marchar, vinieron a nosotros c o n sus blancos su
m undo. Os deseam os que realicéis pronto vuestra em ancipa darios.
ció n d e toda form a de violencia y d e opresión. ¡Vivan los »S e con taba un millar de vosotros hacia el alba, y en el
obreros libres revolucionarios! ¡Viva la revolución m undial!» curso del día n o se o s p u d o contar ya. H abéis pagado a co s
ta de vuestra sangre esta aventura, y después d e vuestra
N o m enos característico fu é el grito de angustia d e Krons derrota, Trotzky fu é a Petrogrado para traer más víctimas
tadt— « Q u e e l m undo sep a» — p u b lica d o después del primer a la masacre, ¡p orq u e la sangre d e nuestros obreros y de
disparo de cañ ón en el núm ero 6 d el «Izvestia» d el 8 de nuestros cam pesinos le cuesta p oco!...»
marzo: Kronstadt vivió en la fe profunda d e que el proletariado
«H a sonado el prim er disparo. E l mariscal Trotzky, man de Petrogrado acudiría en su ayuda. Pero los obreros d e la
ch a do hasta las rodillas en la sangre de los obreros, fu é el capital fueron aterrorizados, y Kronstadt efectivam ente b lo
prim ero en disparar sobre el Kronstadt revolucionario que queada y aislada, d e m od o q u e en realidad n o era posible
se levantó contra la autocracia de los com unistas para es socorro de ninguna parte.
tablecer el verdadero poder d e los Soviets. L a guarnición de Kronstadt estaba com puesta de menos
»S in haber derramado una sola gota de sangre, nosotros d e 14.000 hombres, d e los cuales 10.000 eran marinos. Esta
nos hemos libertado, nosotros, soldados rojos, marinos y guarnición tenía q u e defender un frente extenso y gran nú
obreros de Kronstadt, del y u go d e los com unistas y hemos m ero de fuertes y baterías disem inados en la extensión del
conservado sus vidas. C on la am enaza d e los cañones quie golfo. L os ataques continuos d e los bolcheviques, que reci
ren subyugarnos ahora, otra vez, a su tiranía. bían sin cesar refuerzos d el gob iern o central; la falta de
» N o queriendo ninguna efusión de sangre, hemos pedido aprovisionam iento d e la ciu dad asediada; las largas noches
que fueran enviados ante nosotros delegados independientes d e frío, todo esto aminoraba la vitalidad d e Kronstadt. Y. a
del proletariado d e Petrogrado, para ver q u e Kronstadt com pesar de todo, los marinos fueron d e una perseverancia h e
bate p o r el poder de los Soviets. Pefo los com unistas ocu l roica, con fian do hasta en el últim o m om ento en q u e su n o
taron nuestra petición a los obreros de Petrogrado, y abrie b le ejem plo d e liberación sería seguido p o r tod o el país y
ron fuego, la respuesta ordinaria del sedicente gobiern o de les llevaría, así, ayuda y refuerzos.
los obreros y cam pesinos a las demandas de las masas la En su «M anifiesto a los camaradas obreros y cam pesinos»,
boriosas. el C om ité revolucionario provisional declaró («Izvestia», nú
«Q u e los obreros del m u n do entero sepan q u e nosotros, m ero 9, m arzo 11):
los defensores d el poder d e los Soviets, velam os p o r las «Camaradas obreros: Kronstadt lucha p o r vosotros, por los
conquistas de la revolución social. ham brientos, por los transidos de frío, por los sin albergue.
«V encerem os o perecerem os b a jo las ruinas d e Kronstadt, Kronstadt ha levantado la bandera d e la revuelta, con fian do
luchando p o r la justa causa d e las masas trabajadores. que decenas de millones d e obreros y cam pesinos respon
«L o s obreros del m undo serán nuestros jueces. L a sangre derán a su llamada. Es preciso q u e el alba que acaba de
d e los inocentes caerá sobre la cabeza d e los comunistas fa despuntar en Kronstadt se convierta en el sol brillante de
náticos em briagados por el poder. toda Rusia. Es preciso que la explosión d e Kronstadt reani
»¡V iv a el poder d e los Soviets!» m e a Rusia entera, y en prim er lugar a Petrogrado.»
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CENIT
en
n vela
vela yy d
d ee T
la f falta
a u T dTe hhom
a bres
r y fd e ,as “ “ “ «Luchaba
víveres. o s a s noches
con p o?‘ésataIS ó n Una l6CCÍÓn eilratéSÍCa’ nos ha sid° dada
n o r t r X i mestee T ‘Z l ,nari<’ T ' ™ los af a,tos simultáneos del El éxito de una revuelta depende de su determinación
a d í n- L t - V • Ur’ ° n tanl? q u e las baterías de Krons de su energía y d e su fuerza agresiva. L os insurrectos tienen
tadt n o servían mas q u e para defen der la fortaleza por el siem pre a Slmpatía d , masas £ sta s ¡m p a t¡« ah -
lado occidental. Los marinos n o tenían ni un rompehielos
ola creciente de la insurrección. El apaciguamiento
para im posib.I.tar la aproxim ación d e las fuerzas com unis-
vuefta a la m onotonía
vuelta a f ,amaSi n° , d eb e nunca debilitarse por una
normal.
E1 16 de marzo, los bolch eviqu es dirigieron un ataaue
Por otro lado toda revolución tiene en contra el anarato
concentrado p o r tres sectores a la vez: n orte? sur y este
omnipotente del Estado. El gobierno puede concentrar fá-
1 a,aqu? jdescribió más tarde D ibenko, ex com i-
mpÜ*™ / 11 SUS manos las fuentes de aprovisionamiento y los
tadt f u í Z h UV/ C 'I tarde dictador de Krons- X - ¡L C0T nÍCaCÍÓni N° ha> <lue permitir al gobfemo
h f ü i r Z Í e h h ? r.ado en sus detalles más minuciosos, según t T i sus Poderes. La rebelión debe ser vigorosa
as dírecüvas d d com andante en je fe Tujachevsky, y del es-
NoS |ebeeo,feedaeni Ser, dÍIÍgÍd°f, de imProviso y resueltamente!
c A l n d el f lé r ? U 0 deI sur‘ A l n eS*r la n och e se i l Debe ™ ™ !, localizada; ello significaría un estancamiento.
c ío el ataque a los fuertes. L os blancos sudarios y el valor
Debe propagarse y desarrollarse. Una rebelión que queda
lu m n l ^ “ ,a Posibilidad de a v a n z ó en e ” ocahzada que emplea la política de la espera o que T o o -
L a mañana d el 17 habían sid o tom ados ya varios fuertes. derrota defensiva’ está inevitablemente condenada a la
tadt 1, K PetrT ad° ’ d p u n t 0 más débiI de Krons
tadt, los bolcheviques forzaron su entrada en la ciudad- en gico°sbrf a t a í Í ’ d e n |1 f f 0 Krons' a d t ,repitió los errores estraté
tonces com en zo la masacre brutal. Los comunistas, cuyas vi- gicos fatales d e los com unistas de París. Estos últimos no
abian , sid°. salvadas p o r los marinos, los traicionaban ‘v p" “ * >“ r p '» p » S
d í l BáIhroCav “ P° r 3 esPalda- El com isario d e la flota
del Báltico, K uzm m y el presidente d el Soviet de Kronstadt,
asiliev, libertados de la prisión p o r los comunistas, se lan-
■■ s s a f . í f - T S r
f ar° n al com bate fratricida L a lucha desesperada de los ma
rinos y soldados de Kronstadt continuó hasta avanzada la n o s H “ ~ ~
ch e contra fuerzas de una superioridad aplastante. La ciu
dad, que durante quince dias no había h echo mal alguno a *í los. ministros de Thiers de París, establecieron sus
los comunistas, estaba inundada ahora por la sangre de h om adt e í ' i / ^ PIeParf r0n a ^ " d e r l a s y nada más. Krons
bres, mujeres y niños d e Kronstadt. tadt exigió sólo las elecciones libres a los Soviets H abien-
N om brado com isario d e Kronstadt, D ibenko fu é investido ron T T f V Van° S com Vnistas> los marineros se dispusie-
co n plenos poderes para «lim piar la ciu dad reb eld e». Siguió L nnJa ^ f COnt-a el ataque- Kronstadt rehusó seguir
venganza, y la Cheka contaba las numerosas la opinión de los peritos militares de apoderarse inm edia
victim as cte sus ejecuciones nocturnas e n masa tamente d e Oram enbaum . Este fuerte era d e la m ayor im
El 18 de marzo, el gob iern o bolch evique y el partido portancia militar y tenía además 50.000 puds (1) d e harina
com um sta festejaban públicam ente la Com una d e París de 3 |Kr0 nf ta,dí' L a ‘ om a d e Oranienbaum era
fácil, da d o que los bolcheviques, sorprendidos, n o tenían
m lt v TV enr f Kangre de loS Obreros franceses por G tiem
a- po de enviar refuerzos. Pero los marinos rehusaron to
Kronstad ^ 116 "5 Celebraron aI m ism o ‘ ¡em po la victoria de
' " a r , c . fe ",Slva; , a s i se perdió el m om ento p sicológico A l-
]aS ■semanas. que siguieron, las prisiones de Pe- | ^ ° diasK después, cu ando las declaraciones y los actos del
gob iern o bolch evique debieron con ven cer a Kronstadt de
K r™ stÍdteSr ader0n ruP S d e centenares d e prisioneros de q u e era arrastrada a una lu cha a vida o muerte, era de-
rn ?Ü n D0Che’ Peq u f nos S^POS de estos prisione-
f w ° S POf ° rden de la C heka y fusilados; entre m i C u ^ ln n COrre. f r ,el ,erT r (2)- L o mismo P3 SÓ en
dem ostró » U lo g IC a d e ' ? lucha a Que fueron llevados
s * á l i T L ° - , d " ' em br° í e l C ° ” 1,é ' " « “ o » * * previ- I r í -n ,- comunalistas la necesidad de abolir el régi-
m en d e Thiers, n o solo en París sino en toda la extensión
, En , la? P e o n e s y cam pos de concentración d e la región
glacial de Arkangelsk y en los desiertos del lejano Turques- fadt ' de,m asiado,^ r d e - En París, com o en Krons-
tan, m on an lentamente hom bres de Kronstadt q u e se levan- kJ’ \ Z taCt,Ca pasioa » defensiva fu é fa ta l
I;Ur0Cra0Ía bolch eviqu e y proclam aron, en v i^ s Hhr fca7 ° - E 1 m ovim iento de Kronstadt por los So-
ar,Zq° l 7 la consigna d e la revolución de noviembre o m e ■en St Dgre’ e " eI mismo mom ento
d e 191 1 . « ,T o d o el p od er a los Soviets!» 8 bolch evique hacía concesiones a los capi-
L E C C IO N E S Y S IG N IF IC A C IO N D E KRON STADT
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pero aparecen nada más que tres números, siendo de in c o Provaglio. Colaboradores: N iño Napolettano, O ttorino
m ediato suspendido por las autoridades fascistas. El último Manni.
núm ero lleva la indicación siguiente: A ñ o 2, febrero 1925.
Aparece a cuatro páginas d e cin co colum nas. Se o cu p ó es 95. « L Anorm ale». Pequ eño periódico im preso a multi
pecialm ente acerca de los problem as cam pesinos del sur copista d ed ica d o a los normales. Siracusa. Segu ndo año de
de Italia. Redactores: Bruno M isefari y A ntonio Malara. la decadencia. P u blicado a cargo d el gru po anarquista «L os
hijos de Etna». A parece un solo número.
91. «L 'A .B .C . dell’Anarchia». Periódico de propaganda
elemental. D istribución gratuita. Rom a. Inicia su publica 96. «L'U niversitá Libera». Revista mensual d e cultura
ción en marzo de 1925. A parecen tres números, cuyos dos social. Milán. Publicada por la Editorial «S ociale». C om ien
primeros son secuestrados por las autoridades. El segundo za a aparecer con 24 páginas en enero de 1925 y logra man
fué recogid o en la propia imprenta antes de terminar su tenerse hasta principios de 1926. R edactor responsable: C ar
impresión. A pareció en papel rosa en p eq u eñ o form ato y a io M olaschi. Colaboradores: María Rossi, C am ilo Berneri,
tres colum nas. Redactor: Spartaco Stagnetti. Responsable: L uiggi Fabbri, etc.
G iuseppe Lucchetti. 97. «Parole N ostre». H oja mensual d e propaganda p o
92. «L a Q uestione M orale». H oja clandestina. Rom a 1924. pular libertaria. Rom a. Inicia su pu blicación en abril de
Se reúnen en esta hoja todos los docum entos d e acu 1925, form ato pequ eño, redactado p o r los editores y cola
sación contra Mussolini por el asesinato d e Matteotti. Pu boradores del semanario « F e d e ». Cesa su publicación en
blicación realizada al ser secuestrados sistemáticamenet to 1926.
dos los grandes diarios d e la oposición q u e habían anun 98. «V ita Libertaria». Revista mensual d e política y ar
cia do la presentación d e estos docum entos. F ué editado por te. Rom a. E l prim er núm ero corresponde a m ayo d e 1925.
« F e d e » y constaba de cuatro páginas. G ran form ato con 16 páginas bellam ente ilustradas. R edac
93. «C alendim aggio >. Milán. N úm ero único, form ato re tores: G ig i Damiani, Francesco Forcelli. Colaboradores: Car
vista, c o n 24 páginas dedicada al prim ero de m ayo de 1924. io M olaschi, L u iggi Fabbri (Adames), Paolo Flores, C am ilo
E ditado por la Unión Sindical Italiana. Berneri, V in icio Paladini, etc. Logra aparecer cuatro meses.
El últim o núm ero lleva la fech a d e ju nio-julio 1925.
94. «Satana». Revista mensual racionalista y propaga
dora d el libre pensamiento. Rom a. Com ienza a publicarse (Continuará).
en agosto d e 1924. A parecieron siete números. El último (Traducido y presentado por la Sección Bibliográfica
llevaba la fecha de enero-febrero 1925. R edactor: Sparta d e la C .R .l.A .)
i i t i i k t t
POSEIDO DE ETERNIDAD
(Fantasía Literaria) gio brotara en form a espontánea. Era un dechado
de perfecciones. Una suave música de cítaras eté
E él podría decirse que estaba .poseído reas parecía circundarlo. ¿ Quién era ese ser del que
de eternidad, pues ¿de qué otra mane n o podía decirse nada sin que la conciencia que
ra podría calificarse a ente tan singu dase m altrecha?
lar? En su existencia el m inuto efíme Los más avezados en el arte de hurgar vidas aje
ro tenía sello de perdurabilidad. Era nas fracasaron en los propósitos de saber de que
ccm o si la fuente de la creación nu Santo G raal procedía, por más que la aureola de
triera generosa, brillantemente, sus pa Lohengrín resultase ínfim a en com paración con
labras, sus acciones, en fin, su vida toda de singu nuestro personaje. El secreto n o pudo ser revelado
lar prestancia. Y tanto más su grandeza, cuanto porque n o hubo Elsa alguna para averiguarlo. Era
que tenía el sello indistinto de lo hum ano donde un m isterio que se perdía en la bruma de los tiem
todo es falible y el yerro surge, siendo, por gracio pos. Era la virtud materializada y por siglos. Viejas
sa excepción en él, todo afirm ación armónica. crónicas .nos procuraban visiones de esta vida m a
Pero lo hum ano cuenta con falla s porque está ravillosa y nos decían, en aquellas lejanas épocas,
m odelado en barro y el barro es imperfecto. En ta su belleza e hidalguía corrían parejas con su eter
les circunstancias: ¿Cómo podía tal hom bre ser una na juventud. La fuente de Juvencia donde él bebía
máquina perfecta, física y m entalm ente? La más era secreto reservado. Su hablar m esurado y obje
notable conjunción de neuronas fallaba ante esta tivo, m odelo de gracia discreta y sabía. Los hom
asombrosa alquimia de elementos de resonancias bres dijeron: ¡Es h ijo de dioses...!
eternas. N o penséis que al final de esta narración sabréis
Junto a él todo lo demás en lo hum ano resultaba el origen del extraño, del fabuloso personaje. No.
grosero, tosco, prim itivo. ¡Ah, esas desdichas hu eso nadie puedo saberlo. De lo que queremos hablar
manas! ¡Esas envidias! Esas pasiones que nos ro es del resultado de una persistencia en el indagar
dean, nos asaltan y nos ahogan. Ese mar de egoís acerca de esa persona.
mos que dan lugar a estas historias hum anas tan Porque h u bo un ser hum ano que estuvo espiando
llenas de manchas. De él, en cam bio, n o podía a ser tan singular y nos tra jo al m undo de los m or
murmurarse, no podía decirse nada sin que el elo tales la más insólita revelación acerca de esa m,a-
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ravillosa conjunción de grandeza. Más digamos — ¿Y tú herm osa niña? ¿Quieres decirm e algo...?
algo antes acerca de las indiscreciones d i este
curioso impenitente. Y la doncella así habló: «¡O h , gran señor, qui
Varios espíritus selectos se aproxim aron a nues siera... que me revelaras la fuente del am or eterno
tro personaje a confiarle sus cuitas, con el secreto donde mi corazón pudiera sumergirse! ¡Quiero
aun cuan ostensible .propósito de que el Genio amar tanto que tem o perder lo que todavía
anhelo!»
(así llamaremos al gran ser) se los resolviese y les
facilitara alguna fórm u la mágica. D ice el indiscreto que la im ponente majestad del
Un escritor le dijo: «Desearía el sello de la perdu G enio se contornó y m iró a la artista y a la doncella
rabilidad en m is obras. Que tinta fresca circunda co n una m irada tan triste que ambas se estreme
ra siempre m is pensamientos. Y que m i anhelo, cieron y, a su vez, se pusieron tristes. El les d ijo lo
expresado en mis libros, acerca de la perenne gran que ya era ritual:
deza hum ana, fuera eterna fuente de inspiración — ¡Dichosas vosotras qué vivís en la esperanza...!
a las generaciones que me sucedieran...». Si, la esperanza hace la vida m enos árida. Es el
A todo lo cual el G enio respondió: plan del devenir. Es el arcano inconcreto del fu
— ¡D ichoso tú que vives en la esperanza...! turo. Es la fuente del plan. Lo intangible h acia lo
De un revolucionario se sabe que le dijo: Solo tu con creto en una constante m utación indefinida
grandeza vive feliz, porque tu esperanza es pre h asta el fin. Por eso el G enio les había d ich o a
sente y tu presente m añana. Deseo que los pueblos todos lo mismo...
se libren del terrible tutelaje de la ignorancia que E l curioso n o se quedó tranquilo. Quería saber
los hace—en ocasiones— ciegos, y fieros instrumen mas, con relación al extraño ser. Si todos vivían
tos de sus mismos opresores. Puedo decirte que he en la esperanza com o lenitivo y estímulo, ¿podía
luchado ¡porque la libertad surja en toda la faz de el anhelar algo? ¿Desearía algo en su peregrinar
la Tierra y m iento si digo que escogí el cam ino del eterno el h ijo de dioses, el m im ado con todos los
sacrificio p or espíritu de m artirologio..., m i sangre, dones?
m is convicciones me han im pelido a ello. Saber Se dice que él escuchó m urm urar a solas estas
que tú has llegado a avizorar la serenidad de espí palabras:
ritu, que sabes lo que es justo e injusto, me obligan
a preguntarte: ¿Veremos algo notable en cuanto —No sé quien me h ab rá creado. N o puedo dedu
a entendim iento entre los hom bres? ¿Establecere cirlo, pese a lo que llam an los hom bres clarividen
mos, somos capaces de hacerlo, algún plan que cia. Mas sea quien fuere tentado estoy de pedirle
una cosa... una sola cosa...
elimine los prejuicios e instaure una era de igual
dad de posibilidades? L o que siguió en el soliloquio fu é sorprendente:
El Genio se le quedó m irando y contestó: — ¡Deseo... deseo ser im perfecto... deseo que se me
— ¡D ichoso tú que vives en la esperanza...! dote de alguna debilidad humana. Solo así podré
Una artista que anhelaba ser dichosa, y una aspirar a la p erfección que m e ha sido dada en fo r
joven doncella de delicada belleza, quisieron verlo m a que anonada mi ser y lo mata...
y le confiaron sus cuitas de esta manera:
La artista le dijo: «Cada vez que interpreto un * * *
personaje en el m undo de la farán dula siento un
estremecim iento angustioso. ¡Cuanto deseo ser per
fecta en el m ovim iento, justa en el d ecir y siempre Poseía la eternidad y deseaba el chispazo imper
m ajestuosa y sencilla a la par en m i presencia...! fecto de una vida cualquiera. ¿D ónde está la satis
Soñar vivos a los .personajes de la farsa y que el facción humana...?
tablado sea siempre girón de vida inspirador y
poético... ¿(Reside en la eterna esperanza...
El G enio contem pló a la joven doncella y le pre
guntó dulcemente:
A d o lfo H E R N A N D E Z
a o c iíté C ín tra le d'Impression, Gl, rué d es Amidonniers.— T oulouse (H te-C n e.i— L e íieran t ; Etienne G U 1LL E M A U .
Ayuntamiento de Madrid
- P 0 C T 4 S __
cíe r^4ijei ij de <76@y
BLOQUEO
G u e rra d e n ervios lla m a n al b lo q u e o
q u e a p rie ta mis co stilla s,
me a te n a za el p u lm ó n
y deshace la fo rm a d e mi alm a.
Un b lo q u e o d e a rd id e s y d e tram pas,
de fic h e ro s , m an d a to s y consignas;
de m iradas y o íd o s p o lic ia c o s ;
de in v ita c io n e s p a ra sondear,-
de subscripciones p a ra e n tu m e c e r.
José M O R E N O V IL L A
Ayuntamiento de Madrid
HA S 4 L I D C EE IEE T C M C DE
"La C.N.T.
en la
Revolución
i rr
española
p o r Jo s é P E I R A T S
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