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DE CRONISTAS DE INDIAS
Y
POEMAS PRECOLOMBINOS
Roberto Godoy y Angel Olmo
TEXTOS
DE CRONISTAS DE INDIAS
Y
POEMAS PRECOLOMBINOS
EDITORA NACIONAL
Torregalindo, 10
Madrid-16
INTRODUCCION
Habitar la tierra es tener los instrumentos para poseerla.
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sus recintos, las repeticiones climáticas, los decantamientos de
un mismo ir y venir, los envejecimientosy un sol de amanecer
y atardecer, van haciendo que los habitantes establezcan en el
tiempo, voluntaria e ineludiblemente, relaciones cada vez más
complejas entre el interior de sí mismos (que siempre va más
allá de lo orgánico) y su exterior espacial (que siempre va más
allá de lo alcanzable por una mirada o una carrera).
El cuerpo del habitante es el eje de estas relaciones. En él,
y con mayor intensidad sobre las áreas periféricas de su piel,
estas dos fuerzas realizan su encuentro. Luego, y sean cuales
fueren las fuerzas secundarias o terciarias producidas, acce-
den hacia dentro (interior) o hacia afuera (exterior) por
sucesivos avances rada vez más interrogativos o desconocidos
para el habitante (cuerpo), hasta llegar a una lejanía tal
donde la soledad o pureza de lo interior o exterior, separados
o unidos de su encuentro en la piel, entran a una ondulación
inagarrable, permanente e impensada.
(Hacemos un paréntesis para decir algo sobre el interior y
el exterior: el interior en su lejanía; es una fuerza con
entradas y salidas sin tiempo ni sucesión coherente, que está
viajando sin medida ni cantidad, con soles y lunas sorpresi-
vas, donde multitud de deseos {recen o se pierden conocidos o
desgarrados, donde una impalpable eminencia gris va {o-
mandando gestos, actitudes o velocidades del cuerpo, guiando
sus músculos para la posesión, la defensa o la unión. El
exterior en su máxima soledad es pura distancia, abarcando
lo más inmediato y lo más apartado hacia fuera del cuerpo,
rodeándolo para que exista, dándole lugar, presencia y mo-
vimiento. Es lo que impulsa al habitante a que rompa hori-
zontes y abra nuevos territorios o cielos. Es fuerza presio-
nante sobre el cuerpo y atraviesa sus sentidos ton insaciable
aire y profundidad.)
Deciamos que estas dosfuerzas se unen en la periferia del
cuerpo, en el prisma disolvente de su piel. Es en esa fusión o
contradiccion ruando una nueva y continua inquietud es
expulsada y usada, convirtiéndose así en otro instrumento,
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además de aquel de las Formas. Esta es la otra consolidación
del habitar la tierra, la Palabra. Solo ella puede pronunciar
aquello que no se puede describir.
Formas y Palabra, ambas sirven ser señaladas para los
propósitos de este libro.
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y las formas instrumentales españolas, más poderosas,
conquistan las nuevas tierras.
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tocado en este prólogo a las Formas y la Palabra como indica-
tivos de lo que conforma nuestra manera de ver el encuentro.
Cada cual puede ver más o tener otra manera de mirar.
R. GODOY - A. OLMO
13
CULTURA AZTECA
DE LA «HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS
DE LA NUEVA ESPAÑA"
de Fray Bernardino de Sahagún
Capitulo primero
17
Capítulo 11
Capítulo 111
18
en el cielo, en la tierra y en el infierno; y tenían que
cuando andaba en la tierra movía guerras, enemistades
y discordias, de donde resultaban muchas fatigas y de-
sasosiegos.
2.-Decían que él mismo incitaba a unos contra
otros para que tuviesen guerras y por esto le llamaban
Néeoe Yáotl, que quiere decir sembrador de discordias
de ambas partes;
3.-y decían él sólo ser el que entendía en el regi-
miento del mundo, y que él sólo daba las prosperidades
y riquezas, y que él sólo las quitaba cuando se le anto-
jaba; daba riquezas, prosperidades y fama, y fortaleza y
señoríos, y dignidades y honras, y las quitaba cuando se
le antojaba;
4.-por esto le temían y reverenciaban, porque te-
nían que en su mano estaba el levantar y abatir, de la
honra que se le hacía.
Capítulo IV
19
hombres los mantenimientos necesarios para la vida
corporal:
4.-Los servicios que se le hacían están en el se-
gundo libro, entre las fiestas de los dioses.
Capítulo V
20
mariscos; tenía calzadas unas sandalias teñidas de ne-
gro, revuelto con margajita;
7.-tenía en la mano izquierda una rodela con una
pintura con cinco ángulos, que llaman joyel del viento.
B.-En la mano derecha tenía un centro a manera
de báculo de obispo: en lo airo era enroscado como
báculo de obispo, muy labrado de pedrería, pero no era
largo como el báculo; parecía por donde se tenía como
empuñadura de espada.
9.-Era este el gran sacerdote del templo.
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4.-En poniéndolas en sus lugares luego se bajaban
todos, salvo los guardas, que les habían de guardar toda
una noche; llamaban a estos guardas yiopocb; luego en
amaneciendo, el dios llamado Páinal que era vicario de
Huitzilopocbtli descendía de lo alto del cu,
5.-Traía a este dios en las manos, como en proce-
sión, uno de los sacerdotes vestido de los ornamentos
de Quetzaleóatl; eran estos ornamentos ricos, y también
la imagen de Páinal la cual era labrada de madera, iba
ricamente adornada como ya se dijo, en esta misma
fiesta.
6.-lba delante de éste un macero que llevaba en el
hombro un cetro, hecho como culebra, todo cubierto
de turquesas de obra de mosaico y muy monstruosa; y
cuando llegaba este sátrapa con la imagen a un lugar
que se llama teotlacbco, que es un juego de pelota que
estaba dentro del patio, allí delante de él mataban dos
esclavos que eran imágenes de dos dioses que llamaban
Amapantzitzin, y muchos cautivos.
7.-De allí comenzaban la procesión; iban derechos
al Tlatelolco (donde) salíanle a recibir mucha gente y
sátrapas, y incensábanles, y descabezaban muchas co-
dornices delante de él; de allí iban derechos a un lugar
que se llama Popétlan, que está cerca de la iglesia de
Tlacuba, donde está ahora la iglesia de San Esteban, y
hacíanle otro recibimiento como el de arriba dicho.
B.-Llevaban todo este camino delante de sí en esta
procesión una bandera hecha de papel, como musca-
dero, y toda agujerada y en los agujeros unas pellas de
pluma, bien así como cuando se hace la procesión, que
va la Cruz delante; de allí venían derechos al cu de
Hairzilopocbtli, y con el pendón hacían una ceremonia
como está arriba dicho en esta fiesta.
9.-Lo demás de esta fiesta está escrito en el mes
de panquetzaliztli.
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Relación de la fiesta que se hacía
de ocho en ocho años
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tomaban personajes de enfermos, como son los lepro-
sos y bubosos; otros tomaban personajes de aves como
de búhos, y de lechuzas y otras aves.
l5.-Estaba la imagen de 'Tlaloc en medio del
areito, a cuya honra bailaban y delante de ella estaba
una balsa de agua donde había culebras y ranas, y unos
hombres que llamaban mazateca estaban a la orilla de la
balsa y tragábanse las culebras y las ranas vivas; tomá-
banlas con las bocas, y no con las manos y cuando las
habían tomado en la boca íbanse a bailar; íbanlas tra-
gando y bailando, y el que primero acababa de tragar la
culebra-o rana, luego daba voces diciendo: ¡papa, papa!
1ó.-Bailaban alrededor del m de este dios, y
cuando iban bailando y pasaban por cerca de los cestos
que llamaban tonara cuezcomat], dábanles de los tamales
que estaban en los cestos. Y las viejas que estaban mi-
rando este areito lloraban, acordándose que antes
que otra vez se hiciese aquella fiesta serían muertas.
n.-Decían que este ayuno se hacía por dar des-
canso al mantenimiento, porque ninguna cosa en aquel
ayuno se comía Con el pan, y también decían que todo
el otro tiempo fatigaban al mantenimiento o pan, por-
que lo mezclaban con sal, cal y salitre, y así lo vestían y
desnudaban de diversas libreas, de que se afrentaba y
se envejecía, y con este ayuno se remozaba; y el día
siguiente después del ayuno se llamaba molpololo, que
quiere decir (que) comían otras cosas con el pan, por-
que ya se hizo penitencia por el mantenimiento.
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taban todos los de aquel barrio, así a ofrecer como a
otras ceremonias muchas que allí se hacían.
2.-0frecían comida y mantas, y aves y mazorcas de
maíz, y chían y frijoles y flores; esto ofrecían las muje-
res o doncellas por casar; pero en los oratorios de sus
casas no ofrecían sino comida, delante de las imágenes
de los dioses que allí tenían. Esto hacían cada día, luego
de mañanita, y la señora de la casa tenía cuidado cada
mañana de despertar a todos los de su casa, para que
fuesen a ofrecer delante de los dioses de su oratorio.
3.-0frecían incienso en los rúes los sátrapas, de no-
che y de día, a ciertas horas; incensaban con unos incen-
sarios hechos de barro cocido, que tenían, a manera de
cazos, de un cazo mediano con su astil de grosor de una
vara de medir o poco menos, largo como un codo o
poco más, hueco y de dentro tenía unas pedrezuelas por
sonajas.
4.-El vaso era labrado como incensario, con unas
labores que agujereaban el mismo vaso desde el medio
abajo; cogían con él brasa del fogón y luego echaban
copal sobre las brasas, y luego iban delante de la estatua
del demonio y levantaban el incensario hacia las cuatro
partes del mundo, como ofreciendo aquel incienso a las
cuatro partes del mundo, y también incensaban a la esta-
tua. Hecho esto tornaban las brasas al fogón.
5.-Esto mismo hacían todos los del pueblo en sus
casas, una vez a la mañana y otra a la noche, incensando
a las estatuas que tenían en sus oratorios o en los patios
de sus casas; y los padres y las madres compelían a sus
hijos (a) que hiciesen lo mismo cada mañana y cada
noche.
6.-En la ofrenda del incienso o copal usaban estos
mexicanos, y todos los de Nueva España, de una goma
blanca que llaman copalli -que también ahora se usa
mucho- para incensar a sus dioses. No usaban del in-
cienso, aunque lo hay en esta tierra.
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7.-De este incienso o copal usaban los sátrapas en
el templo y toda la otra gente en sus casas, como se dUo
arriba; y también lo usaban los jueces cuando habían ~1e
ejercitar algún acto de su oficio: antes que 1<: comenza-
sen echaban copal en el fuego, en reverencia de sus
dioses y demandándoles ayuda.
B.-También hacían esto mismo los cantores de los
areitos, que cuando habían de comenzar a cantar pri-
mero echaban copal en el fuego a honra de sus dioses, y
demandándoles ayuda.
9.-Usaban una ceremonia generalmente en toda
esta tierra, hombres y mujeres, niños y niñas, que
cuando entraban en algún lugar donde había imágenes
de los ídolos, una o muchas, luego tocaban en la tierra
con el dedo y luego le llegaban a la boca, o a la lengua; a
esto llamaban comer tierra, hacíanlo en reverencia de
sus dioses; y todos los que salían de sus casas, aunque
no saliesen del pueblo, volviendo a su casa hacían lo
mismo, y por los caminos, cuando pasaban delante algún
cu u oratorio, hacían lo mismo; y en lugar de juramento
usaban esto mismo, que para afirmar que decían verdad
hacían esta ceremonia, y los que se querían satisfacer
del que hablaba si decía verdad, dernandábanle que hi-
ciese esta ceremonia y luego le creían como juramento.
l (J.-Hacían otra ceremonia comúnmente que lla-
maban tlatlazaliztli, que quiere decir arrojamiento, y
era que nadie comiese sin que primeramente arrojase al
fuego un bocadillo de lo que había de comer.
II.-Tenían otra ceremonia también común, que
nadie había de beber p ulcr« sin que primero derramase
un poco a la orilla del hogar; y cuando quiera que ence-
taban alguna tinaja de pulcre, primero echaban en un
lebrillo cantidad de ello y ponían un lebrillo cerca del
fuego, y de allí tomaban con un vaso, y derramaban al
canto del hogar a cuatro panes un vaso de aquel pulcre,
y hecho esto bebían los convidados, y antes de esto
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nadie osaba beber. Esto llamaban tlatovaualiztli, que
quiere decir libatio o gustarniento.
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sangre, y con aquella sangre untaban los rostros, ha-
ciendo unas rayas de sangre por ellos; las mujeres
hacían como un corro, y los hombres hacían una raya
derecha desde la ceja hasta la quijada.
15.-Las mujeres tenían devoción también de
ofrecer esta sangre por espacio de ochenta días (y)
corrábanse de tres en tres días o de cuatro en cuatro
días, todo este tiempo.
1ó.-Ofrecían también sangre de aves delante de
los demonios por su devoción, especialmente delante
de Hu itzilopocbtii, y en sus fiestas compraban codor-
nices vivas y (les) arrancaban las cabezas delante del
diablo; y la sangre derramábase allí y el cuerpo arro-
jábanlo en tierra, y allí andaba revolando hasta que se
moría; unos descabezaban una, otros dos, otros tres,
según su devoción.
17.-Cuando mataban algún esclavo o cautivo el
dueño de él cogía la sangre en una jícara, y echaba un
papel blanco dentro y después iba por todas las esta-
tuas de los diablos y untábanles (la) boca con el papel
ensangrentado. Otros mojaban un palo en la sangre, y
tocaban la boca de la estatua con la misma sangre.
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se llamaba Coyofxauhqui; y la dicha Coatlirue hacía peni-
tencia barriendo cada día en la sierra de Coatepec, y un
día acontecióle que andando barriendo descendióle una
pelotilla de pluma, como ovillo de hilado, y tomóla y
púsola en el seno junto a la barriga, debajo de las na-
guas y después de haber barrido (la) quiso tomar y no la
halló de que dicen se empreñó; y como vieron los di-
chos indios Centzonhuitznabua a la madre que ya era
preñada se enojaron bravamente diciendo: ¿Quién la
empreñó que nos infamó y avergonzó?
3.-Y la hermana que se llamaba Covolxaubqta de-
cíales: hermanos, matemos a nuestra madre porque nos
infamó, habiéndose a hurto empreñado.
4.-y después de haber sabido la dicha Coatlicue (el
negocio) pesóle mucho y arernorizóse, y su criatura ha-
blábala y consolábala, diciendo: no tengas miedo, por-
que yo sé lo que tengo de hacer.
5.-Y después de haber oído estas palabras la dicha
Coatlicue aquietósele su corazón y quitósele la pesa-
dumbre que tenía; y como los dichos indios Centzon-
buitznahua habían hecho y acabado el consejo de matar
a la madre, por aquella infamia y deshonra que les había
hecho, estaban enojados mucho, juntamente con la
hermana que se decía Coyolxauhqui, la cual les importu-
naba que matasen a su madre Coatlicue: y los dichos
indios Centzonbuitznabua habían tomado las armas y se
armaban para pelear, torciendo y atando sus cabellos, así
como hombres valientes.
ó.-Y uno de ellos que se llamaba Quaaitiic,«, el
cual era como traidor, lo que le decían los indios Cent-
zonbu irznahtca luego se lo iba a decir a Huirzilopochtli,
que aún estaba en el vientre de su madre, dándole noti-
cia de ello; y le respondía diciendo el Huirzilopocbtli:
¡Oh, mi tío! mira lo que hacen y escucha muy bien lo
que dicen, porque yo sé lo que tengo de hacer.
7.-Y después de haber acabado el consejo de matar
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a la dicha Coatlicue. los dichos indios CenfzollhuitzlIahua
fueron a donde estaba su madre Coatlicue, y delante iba
la hermana suya Coyolxauhqu i y ellos iban armados con
todas armas y papeles y cascabeles, y dardos en su or-
den; y el dicho Quauitlicac subió a la sierra a decir a
Hu it zilopochtli, cómo ya venían los dichos indios Cent-
zOllhuitzllahua contra él, a matarle; y díjole el Hnit zilo-
pocbtli respondiéndole: mirad bien a donde llegan. Y
díjole el dicho Quautlicac que ya llegaban a un lugar que
se dice Teompautitlau: y más preguntó el dicho Hu it zi-
lopochtli al dicho QuauitlÍlac, diciéndole: (a dónde lle-
gan los indios Centzontb u it znahrca? y le dijo el Quauitli-
cae que ya llegaban a otro lugar que se dice Coaxal]ia: y
más otra vez preguntó el dicho Hiatzilopocbtli al dicho
Quauitlicac, diciéndole, dónde llegaban y respondió di-
ciéndole que ya llegaban a otro lugar que se dice Ape-
tlac: y más le preguntó el dicho Huit zilopocbtli al dicho
Qua¡.¡if!i((J( diciéndole a donde llegaban, y le respondió
diciéndole que ya llegaban al medio de la sierra; y más
dijo el Huirzilopocbtli preguntando al dicho Quauitlúac
(a dónde llegan? y le dijo que ya llegaban y estaban ya
muy cerca, y delante de ellos venía la dicha Covolxaub-
qUI.
8.-y en llegando los dichos indios Centzoubratz-
nabua nació luego el dicho Huirzilopochtli, trayendo
consigo una rodela que se dice teneuelli, con un dardo y
vara de color azul, y su rostro como pintado y en la
cabeza traía un pelmazo de pluma pegado, y la pierna
siniestra delgada y emplumada y los dos muslos pinta-
dos de color azul, y también los brazos.
9.-Y el dicho HlIitzilopochfli dijo a uno que se lla-
maba Tocbancalqu¡ que encendiese una culebra hecha
de teas que se llamaba xiuhcoat], y así la encendió y con
ella fue herida la dicha Coyolxaubqui, de que murió he-
cha pedazos, y la cabeza quedó en aquella sierra que se
dice Coatepec y el cuerpo cayóse abajo hecho pedazos;
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lO.-y el dicho Huitzilopocbtli levantóse y armóse
y salió contra los dichos Centzonhuitznahua, persiguién-
doles y echándoles fuera de aquella sierra que se dice
Coatepec, hasta abajo, peleando contra ellos y cercando
cuatro veces la dicha sierra; y los dichos indios Centzon-
buirznabua, no se pudieron defender, ni valer contra el
dicho Hu itzilopocbtli, ni le hacer cosa alguna, y así fue-
ron vencidos y muchos de ellos murieron; y los dichos
indios Centzonhuitznahua rogaban y suplicaban al dicho
Huirzilopocbtli, diciéndole que no los persiguiese y que
se retrayese de la pelea, y el dicho Huitzilopocbtli no
quiso ni les consintió, hasta que casi todos los mató, y
muy pocos escaparon y salieron huyendo de sus manos,
y fueron a un lugar que se dice Huitztlampa, y les quitó
y tomó muchos despojos y las armas que traían que se-
llamaban anecubiotl.
ll.-Y el dicho Huitzilopochtli también se llamaba
Tetzaeitl, por razón que decían que la dicha Coatlicue se
empreñó de una pelotilla de pluma, y no se sabía quién
fue su padre, y los dichos mexicanos lo han tenido en
mucho acatamiento y le han servido en muchas cosas, y
lo han tenido por dios de la guerra, porque decían que
el dicho Huitzilopocbtli les daba gran favor en la pelea; y
el orden y costumbre que tenían los mexicanos para
servir y honrar al dicho Hiatzilopocbtli tomaron el que
se solía usar y hacer en aquella dicha sierra que se nom-
bra Coatepec,
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que se llamaba panquetzalizrli, tomaban semillas de ble-
dos y las limpiaban muy bien, quitando las pajas y apar-
tando otras semillas que se llamaban petzicatl y tez-
cabuaubtli, y las molían delicadamente, y después de
haberlas molido, estando la harina muy sutil, amasábanla
de que se hacía el cuerpo de Huitzilopocbtli:
2.-y otro día siguiente un hombre que se llamaba
Quetzalcoatl tiraba el cuerpo de dicho Huirzilopocbtli con
un dardo que tenía un caquillo de piedra, y se le metía
por el corazón, estando presente el rey o señor, y un
privado del dicho Huirzilopochtli que se llamaba Teohua;
y más se hallaban presentes cuatro grandes sacerdotes y
más otros cuatro principales de los mancebos, que te-
nían cargo de criar los mancebos, los cuales se llamaban
telporhtlatoqne: todos éstos se hallaban presentes cuando
mataban el cuerpo de Huitzilopochtli y después de haber
muerto el dicho Huirzilopocbtli;
3.-luego deshacían y desbarataban el cuerpo de
Hait zilopocbtli, que era de una masa hecha de semilla de
bledos, y el corazón de Hnirzilopocbtli. tomaban para el
señor o rey, y todo el cuerpo y pedazos que eran como
huesos del dicho Hu it zilopocht]: lo repartían en dos par-
tes, entre los naturales de México y Tlatilulco.
4.-Los de México, que eran ministros del dicho
Huit zilopocbtli. que se llamaban calpules, tomaban cuatro
pedazos del cuerpo de dicho Htcitzilopocbtli: y otro
tanto tomaban los de Tlatilulco, los cuales se llamaban
calpules. y así de esta manera repartían entre ellos los
cuatro pedazos del cuerpo de Huirzilapochtli, a los in-
dios de los barrios y a los ministros de los ídolos que se
llamaban calpules, los cuales comían el cuerpo de Huitzi-
lopocbtli cada año, según su orden y costumbre que ellos
habían tenido.
5.-Cada uno comía un pedacito del cuerpo de
Heitzilopocbtli, y los que comían eran mancebos, y de-
cían que era cuerpo de dios que se llamaba Teoqualo: y
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los que recibían y comían el cuerpo de Huitzilopocbtli se
llamaban ministros de dios.
33
andando a la sacapella, de acá para allá, cuando ya se
fingía cansada la fantasma, esperaba al que la seguía, (y)
entonces parecía al que la seguía que era un hombre sin
cabeza, que tenía cortado e! pescuezo como un tronco,
y e! pecho reníale abierto y tenía a cada parte como una
portecilla, como que se abrían y cerraban juntándose en
e! medio y, al cerrar, decían que hacían aquellos golpes
que se oían lejos;
7.-y aquel a quien había aparecido esta fantasma,
ora fuese algún soldado valiente, o algún sátrapa de!
templo animoso, en asiéndola y conociéndola por la aver-
tura del pecho veíale e! corazón y asíale de él, como que
se le arrancaba tirando;
B.-estando en esto demandaba a la fantasma que le
hiciese alguna merced, o le pedía alguna riqueza, o le
pedía esfuerzo y valentía para cautivar en la guerra a
muchos, y algunos dábalos esto que pedían y a otros no
los daba lo que pedían, sino lo contrario, que era po-
breza y miseria y malaventura; y así decían que en su
mano estaba de Tezcatlipoca dar cualquiera cosa que qui-
siese, adversa o próspera.
9.-Y la fantasma, respondiendo a la demanda, decía
de esta manera: «Gentil hombre, valiente hombre ami-
go mío, fulano, dé jame, ¿qué me quieres? que yo te
daré lo que quisieres.» Y la persona a quien esta fan-
tasma le había aparecido decíala: «no te dejaré, que ya
te he cazado».
10.-y la fantasma dábale una punta o espina de
maguey, diciéndole: «Cata aquí esta espina, déjarne.» Y
e! que tenía a la fantasma asida por e! corazón, si era
valiente y esforzado, no se contentaba con una espina y
hasta que le daba tres o cuatro espinas no la dejaba.
ll.-Estas espinas eran señal que sería próspero en
la guerra, y tomaría tantos cautivos cuantas espinas reci-
bía, y que sería próspero y reverenciado en este mundo,
con riquezas y honras e insignias de hombre valiente.
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12.-También se decía que el que la asía del cora-
zón, a la fantasma, y se lo arrancaba de presto sin decirle
nada, echaba a huir con el corazón y se escondía, y (lo)
guardaba con gran diligencia, envolviéndolo y atándole
fuertemente con algunos paños; y después, a la mañana,
desenvolvíale y miraba qué era aquello que había arran-
cado, y se veía alguna cosa buena en el paño, como es
pluma floja como algodón, o algunas espinas de maguey,
como una o dos, tenía señal que le había de venir bue-
naventura y prosperidad;
13. -y si por ventura hallaba en el paño carbones, o
algún andrajo, o pedazo de manta roto y sucio, en esto
conocía que le había de venir malaventura y miseria;
14.-y si aquel que oía estos golpes nocturnos era
algún hombre de poco ánimo y cobarde, ni la perseguía
ni iba tras ella, sino temblaba de temblor y cortábase de
miedo, echábase a gatas porque ni podía correr ni andar;
no pensaba otra cosa más de que alguna desgracia le
había de venir por razón del mal agüero que había oído.
15.-Comenzaba luego a temer que le había de ve-
nir enfermedad, o muerte, o alguna desventura de po-
breza y trabajos por razón de aquel mal agüero.
35
algún mal, o que si algún viaje tomasen no les había de
suceder bien, que habían de caer en manos de ladrones
o que les habían de matar, o les habían de levantar algún
falso testimonio;
2.-y por esto ordinariamente los que (se) encon-
traban con este animalejo les temblaban las carnes de
miedo, y se estremecían y se les espeluznaban los cabe-
llos; algunos se ponían yertos o pasmados, por tener
entendido que algún malles había de acontecer.
3.-La forma de este animal, acá en esta tierra, es
que son como los de España, que tienen la barriga y
pecho blanca y roda lo demás bermejo.
36
que dan a sus convidados, que a nadie le es lícito oler el
medio de ella, porque el medio de ella está reservado
para Tezcatlipoca y que los hombres solamente pueden
oler las orillas.
37
§ XII.-DEL TERREMOTO
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animalejo que se llama abuirzotl haría que les naciesen
bien las uñas, porque es muy amigo de comer las uñas.
DEL SOL
39
orejas con puntas de maguey y pasaban mimbres, o cosa
semejante, por las orejas, por los agujeros que las pun-
tas habían hecho, y luego por todos los templos canta-
ban y tañían, haciendo gran ruido.
6.-y decían, si del todo se acababa de eclipsar el
sol: «i nunca más alumbrará, ponerse han perpetuas ti-
nieblas y descenderán los demonios y vendránnos a co-
mer!»
DE LA LUNA
40
Teotib uacan, que es el pueblo de San Juan, entre Chico-
nauhtlan y Otumba, dijeron los unos a los otros dioses:
«¿Quién tendrá cargo de alumbrar al mundo?»
5.-Luego a estas palabras respondió un dios que se
llamaba Tecuciztécatl, y dijo: «Yo tomo cargo de alum-
brar al mundo.» Luego otra vez hablaron los dioses, y
dijeron: «¿Quién será otro?»
6.-Luego se miraron los unos a los otros, y confe-
rían quién sería el otro, y ninguno de ellos osaba ofre-
cerse a aquel oficio; todos temían y se excusaban.
7.-Uno de los dios de que no se hacía cuenta y era
buboso, no hablaba sino oía lo que los otros dioses
decían, y los otros habláronle y dijéronle: «Sé tú el que
alumbres, bubosiro.» Y él de buena voluntad obedeció
a lo que le mandaron y respondió: «En merced recibo lo
que me habéis mandado, sea así.»
8.-Y luego los dos comenzaron a hacer penitencia
cuatro días, y luego encendieron fuego en el hogar, el
cual hecho en una peña, que ahora llaman teotexcalli.
9.-EI dios Tecuciztécatl todo lo que ofrecía era pre-
cioso. En lugar de ramos ofrecía plumas ricas que se
llaman quetzalli, y en lugar de pelotas de heno ofrecía
pelotas de oro, y en lugar de espinas de maguey ofrecía
espinas hechas de piedras preciosas, y en lugar de espi-
nas ensangrentadas ofrecía espinas hechas de coral colo-
rado; y el copal que ofrecía era muy bueno.
10.-Y el buboso, que se llamaba Nanauatzin, en
lugar de ramos ofrecía cañas verdes atadas de tres en
tres, todas ellas llegaban a nueve; y ofrecía bolas de
heno y espinas de maguey, y ensangrentábalas con su
misma sangre; y en lugar de copal, ofrecía las postillas
de las bubas.
ll.-A cada uno de éstos se les edificó una torre,
como monte; en los mismos montes hicieron penitencia
cuatro noches. Ahora se llaman estos montes tzaqualli,
41
(y) están ambos cabe el pueblo de San Juan que se llama
Teotihuacan.
12 :-Después que se acabaron las cuatro noches {~e
su penitencia, luego echaron por allí los ramos y todo lo
demás con que hicieron penitencia.
42
de agua, o como casas llenas de agua; y que cuando
fuere menester se romperán los montes, y saldrá el agua
que dentro están y enegará la tierra; y de aquí acostum-
braron a llamar a los pueblos donde vive la gente alté-
petl, quiere decir monte de agua, o monte lleno de agua.
4.-Y también decían que los ríos salían de los mon-
tes, y aquel dios Cbalchibuitlicne los enviaba, pero sa-
bida la verdad de lo que es, ahora dicen que por que es
la voluntad de Dios.
5.-La mar entra por la tierra, por sus venas y caños,
y anda por debajo de la tierra y de los montes; y por
donde halla camino para salir fuera, allí mana, o por las
raíces de los montes, o por los llanos de la tierra, y
después muchos arroyos se juntan y juntos hacen los
grandes ríos; y aunque el agua de la mar es salada, y el
agua de los ríos dulce, pierde el amargor, o sal, colán-
dose por la tierra, o por las piedras, y por la arena, y se
hace dulce y buena de beber; de manera que los ríos
grandes salen de la mar por secretas venas debajo de la
tierra, y saliendo se hacen fuentes y ríos.
43
9.-Hay otro río grande que está camino de Quauh-
temalan , donde hay muchos caimanes y llámanle Tequá-
natl, que quiere decir: agua en que hay bestias fieras
que comen hombres, porque se crían en él aquellos
animales fieros.
lO.-Al río de Tullan llámanle Tullanatl, que quiere
decir el Río de Tulla, porque pasa por medio del pueblo;
es el agua como negrestina, es pedroso y cenagoso, y
resbaladizo; corre con ímpetu, y muchas veces lleva el
río abajo a los que pasan por él.
ll.-Hay un río que se llama Nexatl, quiere decir
lejía, o agua pasada por ceniza; de esta calidad está un
río entre Huexotzinco y Acapetlauacan, que desciende de
la Sierra que ahuma, que es el Volcán, que comienza
desde lo alto del Volcán, es agua que se derrite de la nie-
ve y pasa por la ceniza que echa el Volcán, y súmese bien
cerca de él, y torna a salir abajo, por entre Huexotzinco y
Acapetlauacan. Yo vi el origen y lugar donde se sume,
que es junto a la nieve, y el lugar donde torna a salir.
l2.-Hay un río que se llama Totolarl, quiere decir,
río donde beben las gallinas silvestres.
]j.-Hay ríos que se llaman agua prodigiosa, por-
que mana y corre algún tiempo, y otro tiempo deja de
manar y correr. Yo vi dos arroyos, uno entre Huexot-
zinco y San Salvador, y otro entre Huexotzinco y Calpan,
que manan y corren en el tiempo que llueve y cesan de
correr y manar en el tiempo que no llueve.
l4.-Hay algunos arroyos que corren y tienen
fuente donde manan, y a las veces corren, y a las veces
dejan de correr; dicen que cuando pasan por ella deja
de correr o se seca, porque dicen que ha vergüenza de
los que pasan y por esto la llaman pinauatl, quiere decir
agua vergonzosa. Las fuentes que manan en la tierra
llana llámanlas ameyalli, quiere decir agua que mana; el
agua de estas fuentes es dulce y se bebe; algunas de
estas fuentes son salobres y de mal sabor y de mal olor,
44
y algunas que hacen daño al cuerpo bebiéndolas, y cau-
san enfermedad. A las fuentes que manan de su pro-
fundo levantando la arena, que parece que la misma
arena mana, llámanlas xalatl, quiere decir agua de arena;
tienen a esta por muy buena agua.
I5.-A las lagunas, o estanques donde se crían es-
padañas o juncias, que no corren por ninguna parte, y a
las que se hacen de agua llovediza, las llaman amanalli,
quiere decir agua que está queda.
I6.-Acuecuexatl, es una fuente que está cerca de
Coyoacan, que han probado en tiempos pasados de
traerla a México, para sustento de la ciudad, y reventó
canta agua que anegó a la ciudad, y a todos los pueblos
que están en estos llanos. Otra vez, siendo virrey don
Gascón de Peralta, se probó de traerla a México, y se
hizo harto gasto, y nunca pudieron traerla, Jejáronla; y
el visorrey don Martín Enríquez proveyó de agua a la
ciudad de México en gran abundancia, de la fuente de
Santa Fe, como ahora la vemos muy proveida en este
año de 1576.
17.-A la fuente que solía venir a México, con que
se proveía la ciudad ah antiquo de agua, la llaman Cha-
pultepec, quiere decir monte como cigarra, o de langosta,
porque ella nace al pie de un montecillo que parece
langosta. El agua de esta fuente es mala y no suficiente
para el proveimiento de toda la ciudad; por eso hizo
bien don Martín Enríquez, virrey, en procurar de traer
la otra que arriba se dijo.
IS.-Hay pozos que son cavados debajo de tierra y
manan y sacan de ellos agua para beber, y para lo de-
más; y no son muy profundos. También hay otros don-
de mana agua buena que son muy profundos, llámanlos
avoluaztli, y a los que no son profundos llaman atlacomo-
lIi. A los manantiales profundos de las fuentes que co-
rren los llaman axoxouilli, quiere decir, agua azul, porque
Imr ser el agua muy pura y profunda parece azul.
45
DE LOS «HIMNOS DE LOS DIOSES»
recogidos por Sahagún, versión de A. M. Garibay
l.--CANTO A HUITZILOPOCHTLl
47
Los de Pipiltlan son nuestros enemigos!
¡Ven a unirte a mí.'
Con combate se hace la guerra:
¡Ven a unirte a mí.'
48
Se mete el dios en Tocuilitlan: al lugar de portentos
[baja.
¡Ahay! Ya salió el sol. ¡Ahay! Ya salió el sol
al lugar de portentos baja.
3.-CANTO DE TLALOC
49
Ah, mi hermano Tozcuecuecb
50
Blancas flores abrieron la corola:
Es nuestra Madre, la del rostro con máscara.
¡Tu punto de partida es T'amoancban!
Blancas flores son tus flores,
Es nuestra Madre, la del rostro con máscara.
¡Tu punto de partida es T'amoancban!
51
¡Nadie a la verdad se muestra tan viril como éste.'
La tierra va estremeciéndose traviesa.
('Quién se pone su rodela corta a guisa de máscara?
6.-CANTO DE IXCOZAUHQUI
52
7.-CANTO DE LOS MIMIXCOA
De Cbicomoztoc enhechizado,
sólo emprendí la marcha.
De Tzivactitlan enhecbizado,
sólo emprendí la marcha.
Yo ya nací, yo ya nací:
nací con la flecha de mi cacto,
nací con la flecha de mi cacto.
Yo ya nací, yo ya nací:
nací con mi caja de red,
(nac] ron mi caja de red).
De una mano lo rojo, de una mano lo cojo,
de una mano lo cojo, de una mano lo cojo.
Ah, de su mano ua a coger...
S.-CANTO A XOCHIPILLI
53
--Oh, yo he llegado allá donde el camino se reparte:
Yo solo soy C in téotl.
c'A dónde iré? c'A dónde seguiré el camino?
El Proreedor de Tlalocan. ¡LluetJm los dioses!
9.-cANTO DE XOCHIQUETZAL
10.-cANTO DE AMIMITL
54
Fauor de seguir la pista: este es su patito.
Fauor de seguir la pista: este es su patito.
Este es su patito.
Ah. WII la obsidiaua lile doy gusto.
Ah. WlI la obsidiaua lile doy gusto.
¡Ah. COII la obsidiaua lile doy gusto ....'
ll.--CANTO DE OTONTECUHTLl
l2.--CANTO DE AYOPECHTLl
55
En un lugar. en un lugar. en la casa de Ayopecbtli,
con adorno de collares está dando a luz.
En un lugar. en su casa. los rient res maduros se hacen vida.
¡ Levántate, ven.. sé enviado.
leuántate, ren , niiio nuero.
Levántate, ven!
[Leudntate, uen: sé enviado,
leuantate, ren niño joya.
lerd» tate. ren !
13.-CANTO DE CIHUACOATL
56
Nuestra Madre, la Guerrera,
nuestra Madre, la Guerrera,
el Ciervo de Colbuacan ...
¡de plumas es su atavío.'
Ya el sol prosigue la guerra,
ya el sol prosigue la guerra:
sean arrastrados los hombres:
¡ acabará eternamente!
El Ciervo de Colbuacan ...
¡de plumas es su atavío!
Ah, Pluma-de-Aguila no máscara,
el que sube no (tiene) máscara:
... (El Ciervo de Colbuacan:
¡de plumas es su atavío!)
57
En tierra estás en pie cerca del mercado,
tú, que eres el Señor, ¡tú, Quetzalcoatl!
Sea deleitado junto al Arbol Florido:
a los variados pechirrojos,
a los pechirrojos, oíd.
Ya canta nuestro dios, oíd,
ya cantan los pechirrojos.
e'Es, acaso, nuestro muerto el que trina?
('Es, acaso, el que va a ser cazado?
-Yo refrescaré con el viento mis flores:
La flor del sustento, la flor (que huele a) maíz tostado:
donde se yerguen las flores.
Juega a la pelota, juega a la pelota
el uiejo Xólotl,
en el mágico campo de juego de pelota,
juega a la pelota Xólotl,
el que viene del País de la Esmeralda. ¡Vedlo.'
('Acaso ya tiende Piltzintecubtli
en la casa de la noche, en la casa de la noche?
Principe, principe,
con plumas amarillas te aderezas,
en el campo del juego te colocas:
en la casa de la noche, en la casa de la noche.
El morador de Oztoman, el morador de Üztoman
lleva a cuestas a Xocbiquetzal:
allá en Cbolula impera,
oh. teme mi corazón,
[ob '; teme mi corazon,
llegó Centeutl.
Vamos ...-
El morador de Oztoman, el de Chacalan:
su mercadería: orejeras de turquesa,
su mercadería: ajonas de turquesa.
58
El acostador, el acostador se acuesta:
Ya con mi mano hago dar la vuelta a esta mujer,
yo soy el acostador... -
59
16.-CANTO A CHICOME-COATL
Siete-Mazorcas, ya levántate,
[despierta ... ! ¡Ah, es nuestra Madre!
Tú nos dejarás huérfanos;
tú te vas ya a tu rasa el Tlalocan.
Siete-Mazorcas, ya levántate,
[despierta ... ! ¡Ah, es nuestra Madre!
Tú nos dejarás huérfanos;
tú te vas ya a tu rasa, el Tlalocan,
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18.-CANTü A YACATECUHTLI
19.-CANTü A ATLAHUA
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-No tengo flecha; de orgullo es su historia.
Caña es mi flecha, se esparcen las cañas.
De orgullo es su historia.
-En 'Tetoman es tu uiuienda, oh Proveedor de Tetoman,
-No sin esfuerzo, al Ave Quetzal yo debo alimentar.
Opocbtli es mi dios, el Dueño de las aguas.
No sin esfuerzo, al Ave Quetzal yo debo alimentar.
2ü.-cANTO A MACUILXOCHITL
62
DE LA «HISTORIA DE LAS INDIAS
DE NUEVA ESPAÑA»
de Fray Diego Durán
CASAS DE CANTO:
63
acá nuestros españoles que se van y se vienen, cuando se
les antoja, a las escuelas de danzar" Empero, había para
estos naturales un orden muy de notar y era que, para
recoger y traer estos mozos a enseñarse, había hombres
ancianos, diputados y electos para sólo aquel oficio, en
todos los barrios, a los cuales (ancianos) llamaban tean-
que, que quiere decir «hombres que andan a tl¡)aer mo-
zos». Para recoger las mozas había indias viejas, señala-
das por todos los barrios, a las cuales llamaban cibuate-
pixque, que quiere decir «guarda mujeres», o amas.
13. Después de recogidos los mozos de cada ba-
rrio, echábanlos los viejos por delante y venían con
ellos a la casa del canto. Lo mesmo hacían aquellas amas
viejas, que cada una venía con sus mozas por delante.
Estos viejos y viejas tenían grandísima cuenta de volver
los mozos a los colegios y recogimientos donde servían
y deprendían crianza, o a casa de sus padres, y ellas, a
las mozas, muy guardadas y miradas, teniendo gran
cuenta en que entre ellos no hubiese ninguna deshones-
tidad, ni burla, ni señal de ella, porque si en alguno o en
alguna la sentían, los castigaban ásperamente.
14. En la ciudad de México y de Tezcoco y de
Tacuba, de quien es nuestro panicular intento tratar,
que son los reinos donde había toda la curiosidad y
pulideza elel mundo, había casas de danza muy bien
edificadas y galanas, con muchos aposentos grandes y
espaciosos, alrededor de un hermoso patio grande para
el ordinario baile. El lugar donde estaba esta casa en
México era donde agora son los Panales de los Merca-
deres, junto a la cerca grande de los templos, donde
todos estaban metidos. Que, como creo dejo dicho, diez
o doce templos principales que había en México, her-
mosísimos y grandes, todos estaban dentro de un gran
cerco almenado, que no parecía sino cerca de ciudad,
donde, a una esquina de esta cerca, estaba esta casa de
canto y danza.
64
15. El orden que había para acudir a ella era que,
una hora antes que el sol se pusiese, salían los viejos por
un cabo y las viejas por otro y recogían los mozos y
mozas, como he dicho, y venían con ellos a aquella casa,
y aposentando a los mancebos en salas por sí, y a ellas
en otras apartadas, después de todos ya juntos, salían los
maestros de las escuelas de danzar y cantar y ponían sus
instrumentos para tañer en medio de aquel patio, y sa-
lían los mozos y tomaban a todas aquellas mozas de las
manos, llegando ellos a las de sus barrios y conocidas,
con el orden que en la pintura consideramos.
16. Tomando a los maestros que tenían en medio,
empezaban su baile y canto, donde el que no acertaba a
hacer los contrapasos a son y compás, lo enseñaban con
mucho cuidado. Los cuales bailaban hasta buen rato de
la noche, donde, después de haber cantado y bailado,
con mucho contento y regocijo, se apartaban, ellos, a
sus lugares, y ellas, a los suyos, y tornando las amas, las
llevaban a sus casas, haciendo lo mesmo los viejos con
los mancebos, dejándolos en sus casas y entregando a
ellas a sus padres y madres, como dicho es, sin lesión, ni
mal ejemplo ninguno.
* * *
65
sonada, como nosotros lo usamos con nuestros cantos,
dando al soneto y a la octava rima y 'al terceto sus dife-
rentes sonadas para cantarlos, y así de los demás.
25. Así tenían éstos diferencias en sus cantos y bai-
les, pues cantaban unos muy reposados y graves, los
cuales bailaban y cantaban los señores y en las solem-
nidades grandes, y de mucha autoridad, cantándolos con
mucha mesura y sosiego. Otros había de menos grave-
dad y más agudos, que eran bailes y cantos de placer,
que ellos llamaban «bailes de mancebos», en los cuales
cantaban algunos cantares de amores y de requiebros,
como hoy en día se cantan, cuando se regocijan.
26. También había otro baile, tan agudillo y des-
honesto, que casi tira al baile de esta zarabanda que
nuestros naturales usan, con tantos meneos y visajes y
deshonestas monerías, que fácilmente se verá ser baile
de mujeres deshonestas y de hombres livianos. Llamá-
banle cuecuecbcuicatl, que quiere decir «baile cosquilloso
o de comezón». En algunos pueblos le he visto bailar, lo
cual permiten los religiosos por recrearse. Ello no es
muy acertado, por ser tan deshonesto. En el cual se
introducen indios vestidos como mujeres.
27. Otras muchas maneras de bailes y regocijos te-
nían estos indios para las solemnidades de sus dioses,
componiendo a cada ídolo sus diferentes cantares, según
sus excelencias y grandezas. Y así, muchos días antes
que las fiestas viniesen, había grandes ensayos de cantos
y bailes para aquel día, y así, con los cantos nuevos,
sacaban diferentes trajes y atavíos de mantas y plumas y
cabelleras y máscaras, rigiéndose por los cantos que
componían y por lo que en ellos trataban, conformándo-
los con la solemnidad y fiesta, vistiéndose unas veces
como águilas, otras como tigres, y leones, otras, como
soldados, otras como guastecos, otras como cazadores,
otras veces como salvajes y como monos y perros y
otros mil disfraces.
66
28. El baile de que ellos más gustaban era el que
con aderezos de rosas se hacía, con las cuales se corona-
ban y cercaban. Para el cual baile en el momoztli princi-
pal del templo de su gran dios Huirzilopochtli hacían
una casa de rosas y hacían unos árboles a mano, muy
llenos de flores olorosas, a donde hacían sentar a la
diosa Xochiquetzal. Mientras bailaban, descendían unos
muchachos, vestidos todos como pájaros, y otros, como
mariposas, muy bien aderezados de plumas ricas, verdes
y azules y coloradas y amarilllas. Subíanse por estos
árboles y andaban de rama en rama chupando el rocío
de aquellas rosas.
29. Luego salían los dioses, vestido cada uno con
sus aderezos, como en los altares estaban, vistiendo in-
dios a la rnesrna manera y, con sus cerbatanas en las
manos, andaban a tirar a los pajaritos fingidos que anda-
ban por los árboles. De donde salía la diosa de las rosas,
que era Xochiquerzal, a recibirlos, y los tomaba de las
manos y los hacía sentar junto a sí, haciéndoles mucha
honra y acatamiento, como a tales dioses merecían. Allí
les daba rosas y humazos y hacía venir sus representan-
tes y hacíale s dar solaz. Este era el más solemne baile
que esta nación tenía, y así agora pocas veces veo bailar
otro si no es por maravilla.
30. Otro baile había de viejos, que con máscaras
de viejos corcovados se bailaba, que no es poco gracioso
y donoso y de mucha risa, a su modo. Había un baile y
canto de truhanes, en el cual introducían un bobo, que
fingía entender al revés lo que su amo le mandaba, tras-
trocándole las palabras. Juntaban con este baile un traer
un palo rollizo con los pies, con tanta destreza, que
ponía admiración las pruebas y vueltas que con él ha-
CÍan.
68
valor. Estos, en viendo que alguna de aquellas cantone-
ras los miraba en particular, con alguna curiosidad, la
llamaban y, tomándola de la mano, bailaban con ella en
aquella danza y así acontecía andar toda la tarde con
aquella mujer que allí sacaba bailando de la mano, po-
niéndole color en los labios, y en los carrillos, y plumas
en la cabeza y joyas al cuello, cada uno festejando lo
mejor que podía a aquella mujer que allí se le aficio-
naba. Duraba este placer hasta que era hora de que los
mozos y mozas viniesen.
39. Todos los cantares de éstos son compuestos
por unas metáforas tan oscuras que apenas hay quien las
entienda, si muy de propósito no se estudian y platican
para entender el sentido de ellas. Yo me he puesto de
propósito a escuchar con mucha atención lo que cantan
y entre las palabras y términos de la metáfora, y paré-
ceme disparate y, después, platicado y conferido, son
admirables sentencias, así en lo divino que agora com-
ponen, como en los cantares humanos que componen.
Ya en esto, entiendo, no hay qué reprender en general;
digo, en particular creo podrá haber algún descuido,
que se huelgue de estar lamentando sus dioses antiguos
y de cantar aquellos cantares idólatras y malos, y no es
posible menos.
69
DE «LOS ANTIGUOS MEXICANOS A TRA VES
DE SUS CRONICAS y CANTARES»
Poemas recogidos por Miguel León Porrilla
CICLOS SOLARES
Se refería, se decía
que así hubo ya antes cuatro vidas,
y que ésta era la quinta edad.
Como lo sabían los viejos,
en el año l-Conejo
se cimentó la tierra y el cielo.
y así lo sabían,
que cuando se cimentó la tierra y el cielo,
habían existido ya cuatro clases de hombres,
cuatro clases de vidas.
Sabían igualmente que cada una de ellas
había existido en un Sol (una edad).
y decían que a los primeros hombres
su dios los hizo, los forjó de ceniza.
Esto lo atribuían a Quetza!cóatl,
cuyo signo es 7-Viento,
él los hizo, él los inventó.
El primer Sol (edad) que fue cimentado,
su signo fue 4-Agua,
se llamó Sol de Agua.
En él sucedió
71
que todo se lo llevó el agua.
Las gentes se convirtieron en peces.
Se cimentó luego el segundo Sol (edad).
Su signo era 4-Tigre.
Se llamaba Sol de Tigre.
En él sucedió
que se oprimió el cielo,
el Sol no seguía su camino.
Al llegar el Sol al mediodía,
luego se hacía de noche
y cuando ya se oscurecía,
los tigres se comían a las gentes.
y en este Sol vivían los gigantes.
Decían los viejos
que los gigantes así se saludaban:
«no se caiga usted»,
porque quien se caía,
se caía para siempre.
Se cimentó luego el tercer Sol.
Su signo era 4-Lluvia.
Se decía Sol de Lluvia (de fuego).
SUfedió que durante él llovió fuego,
los que en él vivían se quemaron.
y durante él llovió también arena.
y decían que en él
llovieron las piedrezuelas que vemos,
que hirvió la piedra tezontle
y que entonces se enrojecieron los peñascos.
Su signo era 4-Viento.
Se cimentó luego el cuarto Sol.
Se decía Sol de Viento.
Durante él todo fue llevado por el viento.
Todos se volvieron monos.
Por los montes se esparcieron,
se fueron a vivir los hombres-monos.
72
El Quinto Sol:
4-Movimiento su signo.
Se llama Sol de Movimiento,
porque se mueve, sigue su camino.
y como andan diciendo los viejos,
en él habrá movimientos de tierra,
habrá hambre
y así pereceremos.
En el año 13-Caña,
se dice que vino a existir
nació el Sol que ahora existe.
Entonces fue cuando iluminó,
cuando amaneció,
el Sol de movimiento que ahora existe.
4-Movimiento es su signo.
Es éste el quinto Sol que se cimentó,
en él habrá movimientos de tierra,
en él habrá hambres.
Este Sol, su nombre, 4-Movimiento,
éste es nuestro Sol,
en el que vivimos ahora,
y aquí está su señal,
cómo cayó en el fuego el Sol,
en el fogón divino,
allá en Teotihuacán.
Igualmente fué este Sol
de nuestro príncipe, en Tula,
o sea de Quetzalcóatl.
EL TEMPLO DE QUETZALCOATL
73
en las que él residía,
su casa de travesaños color de turquesa,
su casa de coral,
su casa de caracoles,
su casa de plumas de quetzal.
Allí hacía súplicas,
hacía penitencias y ayunos.
y bien entrada la medianoche,
bajaba al agua,
allí a donde se dice palacio del agua,
el lugar color de estaño.
y allí colocaba sus espinas,
encima del monte Xicócotl
y en Htatzco y en T'zincoc
y en el monte de los nonobualcas.
y hacía sus espinas
Con piedras preciosas,
y sus ofrendas de ramas de abeto
con plumajes de quetzal.
y cuando ofrecía fuego,
ofrecía turquesas genuinas, jades y corales.
y su ofrenda consistía en serpientes, pájaros,
mariposas, que él sacrificaba...
Yen su tiempo, descubrió Quetzalcóatllas grandes riquezas,
las piedras preciosas, las turquesas genuinas
y el oro y la plata,
el coral y los caracoles,
las plumas de quetzal y del pájaro color turquesa,
los plumajes amarillos del pájaro zacuán,
las plumas color de llama.
y también él descubrió
las varias clases de cacao,
las varias clases de algodón.
Era un muy grande artista
en todas sus obras:
74
los utensilios en que comía y bebía,
pintados de azul, verde,
blanco, amarillo y rojo
(y era también artífice)
en otras muchas cosas más.
y al tiempo en que vivía Quetzalcóatl,
comenzó, dio principio a su templo,
le puso columnas en forma de serpientes,
pero no lo terminó, no lo concluyó.
y durante su vida,
no se mostraba a la gente;
en el interior de un aposento,
al que no se podía entrar, allí estaba.
y era él protegido por sus servidores,
quienes lo guardaban,
lo protegían por todas partes.
y en todos los muros
que circundaban su palacio,
en todos ellos estaban de guardia sus servidores.
y había allí esteras de piedras preciosas,
esteras de oro y de plumas de quetzal...
75
Ayocuan de Tecamacha1co,
sabio que repetía por los ca-
minos de Tlaxcala y Huexor-
zinco: «[que permanezca la
tierra', ¡que estén en pie los
montes!»
77
DE LOS "CANTARES MEXICANOS"
Versión de Angel María Garibay
EL ARBOL FLORIDO
79
te has presentado ante el dador de vida:
en su presencia abres tus ramas:
nosotros somos variadas flores.
Perdura aún allí,
abre tus corolas aún en esta tierra.
Si tú te mueves, caen flores:
eres tú mismo el que te esparces.
No acabarán mis flores,
no acabarán mis cantos:
yo los elevo: soy un cantor.
Se esparcen, se derraman,
amarillecen las flores:
son llevadas al interior de lo dorado.
Flores de cuervo, flores de manita
tú esparces, tú haces caer
en medio de las flores.
Ah, sí: yo soy feliz,
yo el príncipe Nezahua!cóyotl
juntando estoy joyas, anchos penachos de quetzal,
estoy contemplando el rostro de los jades:
¡Son los principes!
Viendo estoy el rostro de Aguilas y Tigres,
estoy contemplando el rostro de jades y joyas.
El resplandor de una ajorca cuajada de jades:
eso es vuestra palabra y vuestro pensamiento,
oh vosotros, reyes, Motecuzomatún y Nezahua!coyotzin:
y tendréis que dejar huérfanos alguna vez a vuestros vasa-
llos.
Ahora, sed [elites al lado, a la vera del que da vida:
¡ no por segunda vez se es rey en la tierra:
tendréis que dejar huérfanos alguna vez a uuestros vasallos!
Ahora sé feliz, ahora engalánate,
tú, príncipe Nezahua!cóyotl:
toma para ti las flores de aquél por quien VIVl1lIOS.
Va a cansarse, va a hastiarse aquí:
alguna vez ocultará su gloria y su renombre:
80
por muy breve tiempo se dan en préstamo, oh príncipes.
Ahora sé feliz, ahora engalánate...
(Sigue la misma estrofa idéntica indicada con etc. en el Ms.)
Piensa, Nezahuakóyotl:
Que allá solamente es la (asa del autor de vida;
solo anda tomando el trono y el solio,
solo está andando la tierra y el cielo.
Allá será feliz y dará su dicha.
Nos iremos, ay ... ¡gozaos!
Lo digo yo, Nezahuakóyotl.
c'Es que acaso se vive de verdad en la tierra?
¡No por siempre en la tierra,
sólo breve tiempo aquí!
Aunque sea jade: también se quiebra,
aunque sea oro, también se hiende,
y aun el plumaje de quetzal se desgarra:
¡No por siempre en la tierra:
sólo breve tiempo aquí!
81
Cae en Iluf!ia la tiza, cae en lluvia la pluma;
tú, mal preciosa garza, te limpias, te remeces
entre los atabales.
Con esto queda pintado al fuego
e! solio de los Aguilas, el trono de los Tigres;
y vosotros estáis en primaveral casa,
tú, Motemzomatzin, y tú, Toquiquibuatzin,
('Cómo el dios lo dispone?
¡Ya no por largo tiempo en el solio.
Allí os deja solos el rey Nezabualpilli'
-Flores de guerra se matizan:
unas abren corolas, otras se secan.
¡Son Aguilas, son Tigres.'
¡Cuántas se han ido, cuantas volverán a la vid,
a tu lado, oh tú que eres dueño del ámbito!
-Hubo marcha general a la región de! misterio,
Se fue el principe Tlacabuepantzin,
se fue el señor l xtlicuecbubuac,
¡En breue breuisimn tiempo vinieron
a vivir ante el rostro d;l dios!
Y ahora sin embargo, están en la
in mema llanura - - - - (de los muertos).
82
unís, aves pardas y azules,
y el maravilloso quetzal.
Todas uenis desde Nonobualco:
país junto al agua, los que sois aves preciosas del Vivifi{ador.
Sois creaturas suyas.
Venís acá, aues áureas y negras,
venís, aues pardas y azules,
y el maravilloso quetzal.
II
III
83
IV
84
Ya se adquiere la gloria, ya se hace de fama el escudo.
Sobre los cascabeles se alza el polvo.
Oh nunca habrá de cesar la flor de la guerra,
allá está al borde del río:
allí están abriendo sus corolas
flores del tigre y flores de escudo:
Sobre los cascabeles se alza el polvo.
85
Se han levantado el de Cbalco y el de Amaquemecan.
Se revolvió y fue estruendosa la guerra.
A) i Llego, llego.'
Vengo del mar, de en medio de las aguas,
donde el agua Se tiñe: de la aurora son los tintes.
E) No soy más que un cantor;
flor es mi corazón:
ofrezco mi canto.
C) Vengo hastá acá del país de la lluvia:
vengo a dar deleite al dios.
D) No soy más que un cantor:
flor es mi corazón:
ofrezco mi canto.
86
A) Todo me fue dado aquí:
mi abanico, mi plumaje de quetzal, los perfumes,
mi curvo cayado, mi florón de papel,
en la casa de los musgos acuáticos,
en la casa de la luz.
B) Cuantas son tus flores,
cuantos son tus cantos.
Con ellas deleito en tiempo de lluvia.
C) No soy más que un cantor:
flor es mi corazón:
ofrezco mi canto.
87
Soy un cantor:
vengo a deleitar,
vengo a bacer reír al dios.
¡Soy un cantor.'
12
CANTO DE GUERREROS, 1
88
En breve habrá de hacerse remisa y marchita quedar
la flor del escudo: la tenéis sólo en prés tamo,
oh príncipes.
Nadie la verá extinguirse,
porque tendremos que irnos al Reino del Misterio:
hay que hacerse a un lado para dejar el sitio
a otros en esta tierra: la tenéis sólo en préstamo,
oh príncipes.
Ya por eso llora, oh Cbimalpopoca,
y tú Acolmitzin y tú 'Tizabtcactzin.
Poned enhiesto el atabal:
dé recreo a las gentes, y huya nuestra tristeza.
(·En dónde está el cantor?
Percuta fuertemente nuestro atabal:
dé recreo a las gentes y huya nuestra tristeza.
89
Ya los atormenta: doliente está el corazón de los
príncipes. ¿Qué les queda hacer?
Conforme sufrimos.
muramos así: [que ya hubiera sido!
Que nos digan nuestros amigos.
que nos reprendan Aguilas y Tigres:
¿Qué hacer? Hazla.
¿Qué hacer? Tómala:
es la flor del que hace uiuir:
La toman: es tomada en lugar de angustias.
donde está la gloria. junto a la gloria
en el campo de combate.
13
CANTO DE GUERREROS, 2
90
Se cautivan hombres... ¡tus flores, dador de vida!
Sube el polvo mal humo en el campo de combate.
Allí pusiste collar de gloria, con flores de batalla,
allí engalanaste con flores de escudo,
a Nezabuaipilli el de Acolhuacan,
a Totoqsahuatzin (el de Tlecopen).
Con escudos y con dardos reinas allí,
oh rey Ahuízot/.
Ya SIIfro, ya lloro;
('Van a ser ya ofrecidas dichosas
esas flores del escudo? Ya se les prende fuego.
Y quiere verlas mi corazón
Nada hay como muerte en guerra,
nada mal muerte florida:
la amó el autor de la rid«.
Y quiere rerla mi corazón,
91
con flores se pinta el canto
ron que yo cantor te celebro
allí al lado de los tambores.
92
15
ELOGIO DE UN POETA
93
Cual/do tú lo elevas
aquí en México es flor que luce cual sol.
19
94
Ya con sus abanicos de pluma de quetzal
ua siendo el regreso en las banas,
suben suspiros en el lugar de su tristeza.
('Cómo queda la ciudad de Tenocbtitlan?
('Qué dispone el dios aquí?
CANTOS DE GUERREROS
LA BATALLA Y EL DIOS
¡Ea ya el cantor!
Ya se dispuso el tambor, ya está en pleno el canto,
aquí en Cbalco, en la llanura, en Cocotitlan.
En la llanura del Aguila bailan
los reyeJ Motecuzomatzin, Nezabualcovotzin,
C bimalpopocatzin ...
¡Ya se recrea uuestro pecho
en la llanura, en Cocotitlan !
Llueven, se esparcen
las flores del dios.
¡Es un príncipe cbicbimeca!
('No es así como nacen y uiren
los príncipes IIÚS amigos?
Por un breue tiempo riu ieron a darte placer
Ayomantzin e l ztac Covotl.
c'Va a enojarse el dios?
9)
Sólo da principio el que nos hace ututr.
Van policromados con esmeraldas,
y el oro queda roto...
¡Esas son tus flores, oh, por quien todo vive.',
allá las van dejando frente a las Tórtolas:
[e» ninguna parte son tan permanentes
tus flores, las flores del escudo.'
Tú las adquieres, tú las adquieres,
y en el palacio ellas se marchitan,
esas flores que aquí llueven,
las flores del escudo.
¡Beban miel tus florecientes Aguilas
que como sol relucen.'
¡ Se reparten, se reparten
tus flores del escudo ...
y por eso ya llora el rey C uatéotl!
96
Con diligencia con filas de Aguilas,
con escudos dorados,
da placer a Cuauhtlehuanitl.
Quiere apoderarse, tener como suya
el autor de la vida su ciudad de Cbalco y de Amaquemecan,
¡Es su casa!
¡Nadie tenga doble corazón,
oh príncipes cbicbimecas:
nadie esté titubeante.
Ha hablado el dios:
esta tierra es su casa!
CIUDADES VENCIDAS
97
El que da la vida se mofa...
Atormentas a tus vasallos: se alza el llanto de ellos.
No nos asuste la guerra,
flores de escudo son, príncipes.
solamente con ellos se escribe, se da
la Abuela y el Abuelo ...
Quedará desolada la tierra, estará desierta,
reposará tu corazón.
Llorad y pensad, principes,
los de Cbalco y los de Amaquemecan,
ya sobre nuestras casas hay escudos,
ya hay lluvia de dardos.
¿Qué ha dispuesto el dios que hace vivir?
¡Ya está ardiendo la ciudad de Cbalco!
¡ Ya se dispersan tus vasallos... !
Baste con eso, cese el decreto del que da la vida,
sea compasivo el dios!
Sitio de cascabeles, sitio de combate,
quebradas quedan las cañas en Cbalco.
El polvo amarillece, las casas humean,
el llanto se alza... [son tus vasallos de Chalco!
No cesará, no se ha de olvidar
lo que ha hecho el dios:
destruye y aniquila todo en l t ztompatepec,
El polvo amarillece, las casas humean,
el llanto se alza ... [son tus vasallos de Chalco!
Entre juncias reinas, tú, Moteuczoma,
tú, Nezahualcóyotl:
destruyes la tierra, haces trizas a Cbalco.
¡Que sienta compasión tu corazón!
Haces tu fiesta en la tierra
destruyes la tierra, haces trizas a Cbalco.
¡Que sienta compasión tu corazón.'
98
4
EN MEMORIA DE HEROES
,.
99
Ay, oíd aquí la palabra que dejó dicha
el rey Cbicbicuepon el pacificador.
« c'Es posible que vengan
del Reino de los muertos los caudillos
a ver su palabra y su aliento?
Se irán trepidando les jades,
se irán trepidando los plumajes de quetzal,
allá al dominio de los descarnados,
allá al sitio donde de algún modo se existe.
Allá están felices nobles y príncipes:
Tlacatécatl Xocuahuatzin,
Tozmaquetzin, Necuametzin,
Por breve tiempo los tuvo en lista
el que hace vivir todo.
Por tu merecimiento está allá
tú, rey Cuatéotl, Chalchiuhtlatónac.»
100
te estás festejando en la superficie del agua:
Toteociteuctli Cobuatecutli... ,
ya acaba contigo el dador de la vida!
¡Tú esparces las esmeraldas, los collares... ,
tú deshaces los plumajes de quetzal... !
Llanto y lágrimas llueven:
ya recibió el mandato el sacerdote de Huitzilan:
príncipe Tozanteuctli.
Bien firme lo pensamos:
el sacerdote Cuatéotl:
acaso perezca tu corazón,
quedará desolada la ciudad del A.guila,
la tierra se estremece, el cielo se remueve:
allá quedó abandonado el chichimeca Tlacamázatl.
101
Unos Aguilas y Tigres, unos mexicanos,
o de Colhuacán o tepan ecas,
ya se hacen chalcas.
28
ASEDIO A HUEXOTZINCO
102
Repercuten los timbales de tortuga,
donde están vuestras casas, Huexotzinco.
Donde reina Tecayebuatzin, Quecéhuatl
tañe su flauta y canta en su casa, Huexotzinco.
Ah, poned oído atento:
ha bajado el dios nuestro padre:
ya en la casa del Tigre retumba el tambor,
ya repercute el canto al son de los timbales.
c'Será cual una flor su sostén?
Van arrastrándose sus ropas.
En la casa de musgos es guardada
la tierra y la ciudad, las guarda el dios.
Ardorosos dardos van a dar en tu preciosa casa,
y en mi casa de áureo musgo:
Es tu casa, oh dios...
33
DOLOR Y AMISTAD
103
¡Que se pueda alcanzar gloria a tu lado,
oh dios... pero tú quieres darme muerte!
Puede ser que no vivamos alegres en la tierra,
pero tus amigos con eso tenemos gozo en la tierra.
y todos de igual modo padecemos
y todos andamos con angustia unidos aquí.
Dentro del cielo tú forjas su designio.
Lo decretarás: ('acaso te hastíes
y aquí nos escondas tu fama y tu gloria
en la tierra?
('Qué es lo que decretas?
¡Nadie es amigo del que da la vida,
oh amigos míos, Agudas y Tigres.'
('A dónde iremos por fin
los que aquí estamos sufriendo, oh príncipes?
Que no haya infortunio:
El nos atormenta, él es quien nos mata:
Sed esforzados: todos nos iremos
al Lugar del Misterio.
Que no te desdeñe
aunque ande doliente ante el dador de vida:
él nos va quitando, él nos va arrebatando
su fama y su gloria en la tierra.
Tenedlo entendido:
tendré que dejaros, oh amigos, oh príncipes.
Nadie vale nada ante el dador de vida,
él nos va quitando, etcétera (como arriba).
Lo has oído, corazón mío,
tú que estás sufriendo:
atiende a nosotros, miranos bien:
Así vivimos aquí ante el dador de vida.
No por eso mueras, antes vive siempre en la tierra.
104
DE «LOS 21 LIBROS RITUALES
y MONARQUIA INDIANA»
de Juan de Torquemada
LOS GIGANTES
105
ANUNCIO DE PARTIDA
106
ENCUENTRO DE LA NUEVA TIERRA
107
de los Carricos, o Cañaverales, vn lugar pequeño de
tierra enjuta, y enmedio de el, el Tenuchtli (que aora
tienen por Armas) y al derredor de el pequeño Iirio de
tierra, vn Agua mui verde, que cercaba el dicho lugar, y
era tan viva fu fineca, que parecian fus vifas, mui finas
Efmeraldas. Llegados a efte lugar, y aviendo vifto la
particularidad de fus Aguas, y contemplando la ungular,
y nunca vifra vifion, quedaron admirados, y fufpenfos,
en la confideracion de el fin, que podia tener. Luego
repentinamente de íapareció Axolohua, fumiendofe en
lo hondo de el Agua Verde, un faber quien lo huviefe
fumido. Viendo el Compañero, que quedaba, lo que
avia palado, lleno de temor, y aíombro, fe fue a fu
Gente, a contarles lo que avia palado, y darles avifo de
el ungular calo. Quedaron los Mexicanos trifres, y con-
fu fas, quando lo oieron, y cada qual, hacia el Ienti-
miento, que mas podia, por lo fucedido, no fabiendo
cofa cierta a que atribuirlo; pero e írando ellos en efta
confufion, y pafmo, hechando juicios, y dando fufpiros
de fu de ígracia, y mui cercados de rrifreca, apareció
Axolohua (que era el Anegado) otro dia de ípues a la
mifma ora, que fe avia Iurnido en el Agua (pafadas ya
veinte, y quatro horas) y fue a la prefencia de Ius Mexi-
canos, los quales viendolo, quedaron mas afombrados,
que antes lo avian eftado, y con mas admiracion (enton-
ces) que rrifres avian antes e Irado. El qual los Ialudo, y
aíeguro de todo mal, y dano, y recibiendolo con amor, y
caricia los Mexicanos, le digeron: Seas bien venido Axo-
lohua, que te certificamos, que nos has puefro, y tenido
harto confuíos, y cuidandofos, de ípues que Quauh-
cohuatl, tu Compañero, nos canto, lo que a el, y a ti, os
avia palado. No temais Mexicanos (dixo Axolohua) de
lo que aveis fabido, porque aunque es verdad, que yo
me Iumi en el Agua, en prefencia de Quauhcohuatl, fue
con particular mifterio; porque en lo interior de ella,
vide a vno (por cuio poder yo llegue a aquel lugar) que
108
dijo llamarfe Tlaloc (que en nue írro lenguage, quiere
decir, Señor de la Tierra) y me hablo de e íra manera:
Sea bien venido mi querido Hijo Huircilopuchtli (que
era el Dios que avian traído los Mexicanos configo, y los
avia guiado hafta aquel lugar) con fu Pueblo: diles a
rodas efos Mexicanos, tus Compañeros, que efte es el
lugar donde han de Poblar, y hacer la Cabeca de fu
Señorío, y que aqui veran enfalcadas fus Generaciones.
ADORACION AL SOL
109
ADORAClON A LA NOCHE
LOS BAILADORES
110
ladores, que van guiando el Baile. En efras dos ruedas,
en ciertas bueltas, y contenencias, que hacen, a las mi-
ran, y tienen por compañero al de enfrente; y en otros
Bailes, al que va junto, Ó tras e. No eran tan pocos los
que iban en eftas dos ordenes, que no llegaíen afer
cerca de mil, y otras veces mas, Iegun los Pueblos, y las
Fie Itas. En fu antiguedad, antes de las Guerras, quando
celebraban fus Fie ítas, con libertad, en los grandes Pue-
blos fe aiuntaban tres, y quatro mil, y mas a bailar.
Mas aora como fe ha diíminuido, y apocado tanta
multitud, Ion pocos los que fe juntan a bailar. Que-
riendo cornencar a bailar tres, ó quatro Indios levan-
tan vnos Iilvos mui vivos; luego tocan los Atabales, en
tono bajo, y poco a poco van fonando mas; y oiendo la
Gente bailadora, que los Atabales corniencan, por el
tono de ellos, entiende el cantar, y el baile, y luego lo
corniencan. Los primeros Cantos van en tono bajo,
como bemolados, y de ípacio: y el primero es coníerme
a la Fiefta, y Iiernpre le corniencan aquellos dos Maef
tras, luego todo el Coro lo profigue, juntamente con el
Baile. Toda e íta multitud trae los pies tan concertados,
como vnos mui die ítros Danc;adores de Eípaña; y lo que
mas es, que todo el cuerpo, af la cabeca, como los
bracos, y manos, trae tan concertado medido, y orde-
nado, que no di ícrepa, ni fale vno, de otro medio
campas, mas lo que vno hace con el pie derecho, y
también con el izquierdo, lo miímo hacen todos, y en
vn miímo tiempo, y compás; y quando vno baja el braco
izquierdo, y levanta el derecho, lo mifrno, y al mifmo
tiempo hacen todos. De manera, que los Atabales, el
Canto, y Bailadores, todos llevan fu campas concertado,
y todos Ion conformes, que no diícrepa vno de otro vna
jota; de lo qual los buenos Dancadores de Eípaña, que
los ven, fe e ípanran, y tienen en mucho las Dancas, y
Bailes de efros Naturales, y el gran acuerdo, y Ienti-
miento, que en ellos tienen.
111
DE LA «RELAClüN»
de Juan Bautista de Pomar
TEZCATLIPOCA
113
que a su estatua después se añadió. Y que de aquí tomó
el nombre de Tezcatlipoca, y cuando vinieron los ante-
pasados de los del barrio de Huiznáhuac, que eran col-
buaque de Colhuacan, provincia de esta Nueva España
en el gobierno de Guadalajara, venía hablando con
ellos este espejo en voz humana para que pasasen ade-
lante y no parasen, ni se asentasen en las partes que
viniendo pretendieron parar y poblar, hasta que llega-
ron a esta tierra de los chichimecas acolh u aque, donde
llegados, no les habló más. Y por eso hicieron en ella
su asiento, de permisión de Quinantzin, señor que era
de los chichimecas y antecesor de Nezahualcoyotzin. Y
no se halla que después acá les hablase más, salvo que
algunas veces lo veían en sueños y mandaba algunas
cosas que después hacían: eran (los que lo veían) los
sacerdotes de su templo que estaban en su guarda y
servicio, y que esto era muy raras veces.
HUITZILOPOCHTLl
114
TLALOC
115
algunas inteligencias, hay sospechas (de) que lo hicie-
ron un género de gentes que llamaron t ulteca que hubo
antiguamente en esta tierra, que se despoblaron de ella
muchos años antes (de) que los chichimecas la tornasen
a poblar. Dicen que N ezahualcoyotzin, por reverencia
a este ídolo hizo el otro, de que se ha tratado, ponién-
dole en el cu y templo principal de esta ciudad, en
compañía de Huitzilopochtli, y que Nezahualpslrzintli,
su sucesor, por mejorar el ídolo de piedra que estaba
en el monte, mandó hacer otro mayor, de piedra negra
y más dura y pesada, de la grandeza y estatura de un
cuerpo humano, y quitar el antiguo y poner éste en su
lugar. 66. Y que, andando el tiempo, fue hecho peda-
zos por un rayo que dio en él, y atribúyenlo a milagro.
Tornaron a poner el otro antiguo, desenterrándolo de
donde lo tenían enterrado, cerca de allí. Y a éste halla-
ron en tiempo de don Fr. Juan de Zumárraga, primer
arzobispo de México, pegado él un brazo con tres
gruesos clavos de oro y uno de cobre, que haciéndolo
pedazos, por su mandado, se los quitaron.
116
llamaba Xipe, que era como dios de las guerras, al cual
sacrificaban los más valientes prisioneros, a fin de tener
famosos a los que los prendieron, con diferente solem-
nidad que la de los otros ordinarios, de que adelante se
tratará.
70. Finalmente, que allegado el día y fiesta de
Tezcatlipoca, que ellos llaman Tocbcatl, sacrificaban en
su templo todos los prisioneros que habían recogido,
de toda suerte, edad y sexo, excepto los que como
esforzados eran reservados para el día del ídolo Xipe,
que por otro nombre llamaban Tlatlauhquitezcatl, que
es tanto como decir: «espejo bermejo o encendido».
71. Degollábanlos en un pedernal agudo por los
pechos, sobre la piedra llamada tecbcatl, poniéndolos
sobre ella de espaldas y cargando cinco o seis hombres
de la cabeza, brazos y piernas hacia el suelo; tumbaba el
pecho y estomago hacia arriba y así un sacerdote de los
que para esto estaban depurados, y en servicio del de-
monio, el más principal, que se llamaba Quetzalcóatl,
lo abría con facilidad de la una tetilla a la otra, y lo
primero que hacía, era sacarle el corazón; el cual palpi-
tando, lo arrojaba a los pies del ídolo y sin reverencia
ni modo comedido. Tras esto, entregaba luego el
cuerpo al dueño, que se entiende el que lo había pren-
dido. Y por esta orden sacrificaban todos, y los demás
sacerdotes recogían todos los corazones y después de
cocidos, se los comían; de suerte que este miembro tan
principal en las entrañas de los hombres, estaba dipu-
tado para estos sacerdotes, servidores del demonio. Y
por esta orden sacrificaban al ídolo Huitzilopochtli
cuando llegaba el día de su fiesta. Y los cuerpos des-
pués que los llevaban sus dueños, los hacían pedazos, y
cocidos en grandes ollas, los enviaban por toda la ciu-
dad y por todos los pueblos comarcanos, hasta que no
quedase cosa, en muy pequeños pedazos, que cada uno
no tenía media onza, en presente a los caciques, seño-
117
res y principales y mayordomos, y mercaderes, y a todo
género de hombres ricos de quien entendían sacar al-
gún interés, sin que se averiguase que para ellos deja-
sen cosa ninguna de él para comer, porque les era
prohibido, salvo los huesos, que se les quedaban por
trofeo y señal de su esfuerzo y valentía, poniéndolos en
su casa en parte donde los que entrasen pudiesen ver-
los.
73. Dábanles a aquellos a quien se presentaba
cada un pedacito de esta carne, mantas, camisas, na-
guas, plumas ricas, piedras preciosas, esclavos, maíz,
bezores y orejeras de oro, rodelas, vestimentas y arreos
de guerra: cada uno como le parecía, o podía, no tanto
porque tuviese algún valor aquella carne -pues mu-
chos no la comían- cuanto por el premio del valiente
que se la enviaba, con que estaban ricos y prósperos.
74. El otro ídolo Tláloc, que era el sacrificio que
le hacían muy diferente de estotros, porque llegado e!
día de su fiesta, que era comúnmente por el mes de
mayo -según que se coligió de su cuenta- recogían
diez o quince niños inocentes, de hasta siete u ocho
años de edad, esclavos, que los daban los señores y
personas ricas por ofrenda para este efecto. Y los lle-
vaban al monte donde el ídolo de piedra estaba y allí,
con un pedernal agudo los degollaban un sacerdote -o
carnicero, por mejor decir- que estaba elegido para e!
servicio de este demonio. Y degollados por la garganta,
los echaban en una caverna y abertura natural que ha-
bía en unas peñas junto al ídolo, muy escura y pro-
funda, sin hacer otra fiesta ni cerimonia.
75. El otro ídolo, llamado Xippe, de quien se
prometió tratar, hacían los sacrificios de los indios más
valientes que se habían escogido a elección de! rey,
haciendo primero muchas averiguaciones y diligencias
del esfuerzo y ánimo de cada uno y su valentía; porque
si no eran tales, no morían en e! sacrificio de este ídolo,
118
que, como se ha dicho, era como dios particular de
guerras y batallas. Lo primero que hacían era que a
cada uno de estos valientes los emplumaban desde los
muslos para abajo, con los brazos y cabezas, de pluma
blanca, con engrudo, y les ponían unas jaquetas de pa-
pel: señales entre ellos de dolor y luto. Y luego los
traían a todos en ringlera, como procesión, trayendo
cada uno dos hombres de guardia.
76. El uno era el que lo había vencido y prendido,
y el otro era otro valiente que llamaban tequihua. Y
llegados al lugar del sacrificio, que era junto al pie del
templo y cu grande, llamado temalacatl, que era un
edificio de tierrapleno, cuadrado, con escalones por to-
das partes, no más alto de cuanto se subía a él por
cuatro gradas, de tres brazas por cada parte, y en me-
dio, una piedra grande, de la propia hechura que una
piedra grande de molino. En la cual ponían al prisio-
nero que había de ser sacrificado, atado por la cintu-
ra de una cuerda que prendían de la piedra, no más larga
de cuanto pudiese bajar todas las gradas y un paso o dos
más adelante.
77. Dábanle un padrino en hábito de valiente, o de
lobo, que llamaban cuetlachtli, que servía de esto, una ro-
dela y con su macana de encina, toda emplumada, pero
sin navajas. Y al un lado de este lugar y sacrificio esta-
ban cuatro indios, los más valientes y escogidos que
había en la ciudad toda y su provincia; los dos con
hábito y traje de valientes y grandes tigres, porque
vestían sus pellejos, y los otros dos, en figura de dos
grandes águilas, de muchas y grandes plumas, uno de
los cuales echaban para que pelease con el que había de
ser sacrificado.
78. Llevaba rodela y macana con navajas o peder-
nal, y de esta manera y al son un tambor y de otro
instrumento que llamaban teponaztli, Y cantando pe-
leaban el uno contra el otro. Y si el prisionero había
119
recibido un golpe o dos, de tal manera que al parecer
no se podía ya defender, llegaba luego el cib aacoatl,
que era sacerdote principal, y lo degollaba luego en una
piedra que junto a este sacrificadero estaba, semejante
a la que en el cu principal había, sacándole el corazón
por los pechos. El cual y el cuerpo recibía el dueño. Y
antes que lo llevase a su casa, tomaba el corazón y lo
ofrecía al ídolo Xippe en su templo.
79. y en un vaso tomaba parte de la sangre e iba
por todos los templos, rociando con ella a los ídolos, a
lo menos a los más principales, aquellos que no estaban
adornados y vestidos de ornamentos ricos y preciosos.
Porque estando de esta manera, por no ensuciarlos pa-
saba adelante a los otros que no estaban de fiesta. Y a
éstos embestía con aquella sangre hasta que se acababa.
80. y el cuerpo se lo llevaba para hacer de él lo
que ya se ha dicho atrás, salvo (que) lo desollaban y un
indio pobre se vestía el pellejo al revés y andaba a
mendigar con él por todas las partes que podía hasta
que pasasen veinte días, que era como semana de esta
fiesta.
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DE LOS «ROMANCES DE LOS SEÑORES
DE LA NUEVA ESPAÑA»
Versión de Angel María Garibay
Cantemos ahora
ahora digamos cantos
el! medio de la florida lu z del so],
oh amigos
('QlliélleJ J(JIl?
Yo 10J euruentro
el! donde 10J b«JCO:
allá tal cua]
ju nto a 10J t atubores.
123
ojalá los cantos embriagadores
de Xicoténcatl, de Temilotzin,
del príncipe Cuitlízcatl.'
¡ El T amoancban de los Aguilas,
la Casa de la Noche de los Tigres
(está) en Huexotzinco!
Es allí el sitio de la muerte
del Merecedor,
de ese 'Tlacabuepan:
[Totalmente se deleita allí
el gremio de los príncipes (que son) sus guirnaldas,
el grupo de los reyes (que son) su casa de primavera.'
¡Sólo con flores de cacao
viene dando alaridos de guerra:
allí se deleita mucho con las flores
dentro del agua.'
Viene de prisa, embrazando
su escudo de oro:
también su abanico,
y su cayado de flores, rojas como la sangre.
Con banderolas de plumas de quetzal
venimos a dar placer a las gentes,
dentro de las casas primaverales.
Hacen estrépito los timbales enjoyados de esmeraldas
una lluvia de florido rocío
está cayendo sobre la tierra:
en la casa dorada de plumas amarillas
llueve intensamente sobre la superficie:
¡Ha bajado ya el hijo suyo.'
¡En primavera baja allí
aquel por quien todo vive:
hace de cantos sus frondas:
de flores se adorna junto a los tambores,
se enreda a ellos.'
124
¡Ya de ti salen
las flores que embriagan!
¡Gozad, gozad!
125
4
T añe bellamente
tu tambor florido,
tú, cantor,
esa tu sonaja fioreciente.
¡EspárzanJe las flores perfumadas y blaacas,
y derrámense las flores preciosas,
aquí junto a IOJ t ambores!
Gocémonos allí.
Ahí está el are azul de largo mello,
está aquí la guacamaya roja:
cantan allí, gorjean:
se alegran con las flores.
Pero las oye ya.
El Arbol Florido junto al tambor:
junto a él riue, uice,
un Az'e de plumaje precioso roro:
en éste anda convertido
Nezabtcalcovot zin:
anda cantando muchos cantos floridos:
se alegra con las flores.
T'ambien canta una uez nuis,
también uen dra acá
de donde se crean nuestras flores, nuestros cantos.
Poneos en pie,
oh amigos míos... ¡ Desamparados
estdn allí los principes '
126
Yo soy N ezabualcovot],
so)' el poeta
Tzontecocbotzin «< Papagayo de gran cabeza»},
Toma tus flores,
y tu abanico:
baila COI/ ellos...
¡Que tú eres mi bijo,
que tú eres Yoyontzin.'
Toma tu cacao,
el cacao floreaen te:
que se ha bebido allí:
¡que se haga el baile,
que se canten unos a otros.'
¡No es aquí nuestra casa,
aquí no uiuiremos.
tú te irás de igual modo.' ...
127
al sitio de los descarnados,
a la región del existir problemdtico.
Ya he llegado acá
yo cantor:
todas mis flores
estov enlazando u 11as con otras,
las matizo mil plumas de quetzal.
oh amigos míos.
1.'11 la tierra.
128
Nadie en verdad es tu amigo,
oh tú por quien todo IJiIJe:
solamen te como en [lores
conocemos a la gente en la tierra,
en el sitio en que se está junto a ti.
Se hastiará tu corazón:
¡sólo un breuisimo instante a tu lado y junto a ti.'
Nos enloquece el corazón,
aquel que hace uiuir a todo,
nos embria}!,a aquí ...
¡Nadie quizá acertar puede
el que habla sobre la tierra!
¡Por eso tú desbaratas
como quiera que lo di}!,a nuestro corazón!
[Nadie quizá acertar puede
el que habla sobre la tierra.'
10
129
las flores de maíz tostado:
en México uan medrando,
están abriendo corola.
Es allí y sólo allí
el sitio de la realeza:
los águilas y los tigres
están medrando,
están abriendo corola.
Con ellos ua a marchitarse
la flor del escudo:
junto al agua. eJI la llanura del agua
la cortara allí (el dios).
Solamente está girando
la flor del escudo,
la rica flor perfumada:
en nuestras manos está:
junto al agua, eJI la llanura del agua,
la cortará (el dios).
Flores del licor diuino,
flores de hoguera:
sólo ellas son nuestro adamo:
flores de guerra.
¡Oh amigos míos, nobles,
uosotros, águilas. tigres:
adornaos:
¿¡ las corta en la llanura:
flores de guerra!
130
11
Bebamos ahora,
comamos ahora
cacao floreciente:
131
con él deleitémonos.
Que ya sus corolas
abrieron tus flores.
El cacao floreciente
embriaga mi corazón.
embriaga mi corazán.
Con él ande yo adornado
y de igual lIIodo t ambié»
pueda ir lIIi corazón.
¡Que no se marchiten
las flores!
e
Está atenido
a la palabra de
el Blanco Adire
de Cobuaca» ...
Anda buscando
flores embriagadoras:
está atenido a
132
nuestro señor
el Sol.
Como también yo,
como también dice.
29
DE NEZAHUALCOYOTL
En estera de flores
pintas tú
tu canto, tu palabra,
oh príncipe mío, Nezab ualcéyotl.
Se va pintando tu corazán
con flores policromas:
pintas tú
tu canto, tu palabra,
oh principe mío, Nezahualcóyotl.
36
En vano naci,
en vano salí de la tasa del dios
a la tierra:
¡soy un desdichado!
De verdad que no hubiera nacido,
de verdad que no hubiera venido a la tierra ...
¡Ay, es lo que digo! ...
133
Pero", ¿qué haré, oh príncipes,
los que habéis venido a estar aquí?
('He de vivir entre la gente?
('Cómo pues.. .? [Repártate!
('He de levantarme
en la tierra?
('Cuál ha de ser mi destino?
¡Soy un desdichado,
mi corazón sufre,
oh amigo mío,
con trabajos en esta tierra!
('Cómo se vive
en medio de la gente?
¿ Es que vive sin discrecián
el que sostiene, el que eleua a los hombres?
¡Vive en paz, vive en dulzura quieta!
y no hago más que doblegarme,
y no hago más que inclinar la cabeza
en medio de los demás,'...
134
y todos de igual modo
nos llenamos de pesadumbre.
Pero la amargura y la congoja domina
a los habitantes de la tierra.
No te angusties, corazán mío,
en nada recapacites ahora.
En verdad apenas
logro compasián en la tierra.
En verdad ha venido a acrecentarse
la amargura a tu lado,
junto a ti, oh por quien todo ut ue.
Solamente busco,
hago memoria de mis amigos...
('vendrán una uez mds?
('Han de uoluer a uiuir?
i U na sola vez desaparecemos:
una sola uez estamos en esta tierra!
Que no se aflijan sus corazones
al lado, y junto a aquel por quien todo uit.«.
56
135
Canta sobre las flores
el hermoso faisán:
ya despliega su canto
dentro del agua.
Ya estás repartiendo
flores de fragancia embriagadora.
flores preciosas:
Eres cantor:
entre flores de primarera
deleitas a las personas.
Flores ofreces.
variadas flores:
con ellas deleitas a los hombres.
oh príncipe Nezabualcovotl:
Ah. mi corazón lo saborea:
se dan y perduran:
con ellas te haces un collar.
con flores primaverales,
136
Ah, mi corazón lo saborea:
se dan y perduran:
con ellas te haces un collar,
con flores primaverales,
60
Esmeraldas
turquesas,
son tu greda y tu pluma,
[ob por quien todo uiue!
Ya se sien ten felices
los príncipes,
con florida muerte a filo de obsidiana ,
con la muerte en la guerra.
137
CULTURA MAYA
DE LA «RELACION DE LAS COSAS DE YUCATAN»
de Fr. Diego de Landa
BAILES
141
CUENTA DEL AÑO YUCATECO.-CARACTERES DE LOS
DIAS .-LOS CUATRO BACABES y SUS NOMBRES.-
LOS DIAS ACIAGOS
~ [8 ~ ~ @j
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Kan Chicchan Cimi Manik Lamat
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Muluc Oc
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142
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Caban
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Cauac Ahau
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Akbal
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. ~.,:.:. ~
Kan MuIuc Ix Cauac
143
hacían; y si venían, los sacerdotes hacían entender y
creer al pueblo (que) era por alguna culpa o falta de los
servicios o de quienes los hacían.
La primera, pues, de las letras dominicales es Kan. El
año que esta letra servía era el agüero de! Bacab que por
otros nombres llaman Hobnil, Kanalbacab, Kanpauabtu n,
Kanxibchac. A éste le señalaban a la de medio día. La
segunda letra es ¡\fuluc: señalábanla al oriente y su año
era agüero del Bacab que llaman Canzienal Chacalbacab,
Cbacpauaubtun, Cbacxibcbac. La tercera letra es Ix. Su
año era agüero del Bacab que llaman Zaczini, Zacalba-
cab, Zacpauauhtun, Zacxibcbac y señalábanle a la parte
del norte. La cuarta letra es Cauac: su año era agüero
del Bacab que llaman Hozanek, Ekelbacab, Ekpauahtun,
Ekxibchac: a ésta señalaban a la parte del poniente.
~ éJ @W
. ~!:.:. ~
Kan Muluc Ix Cauac
144
FIESTAS DE LOS DIAS ACIAGOS.-SACRIFICIOS DEL
PRINCIPIO DEL AÑO NUEVO EN LA LETRA DE KAN
145
y bailes a la casa del principal donde estaba la otra esta-
tua de Bolonzacab. Sacaban de casa de este principal, al
camino para los señores y sacerdotes, una bebida hecha
de cuatrocientos quince granos de maíz tostados que
llaman pimlakakla, y bebían rodas de ella; llegados a la
casa del principal, ponían esta imagen frente a la estatua
de! demonio que allí tenían, y así le hacían muchas
ofrendas de comidas y bebidas, de carne y pescado, y
repartían estas ofrendas a los extranjeros que allí se
hallaban, y daban al sacerdote una pierna de venado.
Otros derramaban sangre cortándose las orejas y un-
taban con ella una piedra que allí tenían de un demonio
(llamado) Kan alacantun, Hacían un corazón de pan y
otro pan con pepitas de calabazas y ofrecíanlos a la ima-
gen del demonio Kan uuayavab. Tenían así esta estatua e
imagen estos días aciagos y sahumábanlas con su in-
cienso mezclado a los (granos de) maíz molido. Tenían
creído que si no hacían estas ceremonias habían de te-
ner ciertas enfermedades que ellos tienen en este año.
Pasados estos días aciagos llevaban la estatua del demo-
nio Bolonzacab al templo, y la imagen a la parte del
oriente para ir allí al otro año por ella, y echábanla por
ahí e íbanse a sus casas a entender en lo que le quedaba
a cada uno por hacer en la celebración de! año nuevo.
Terminadas las ceremonias y echado e! demonio se-
gún su engaño, tenían este año por bueno pues reinaba
con la letra Kan e! bacab Hobnil, del que decían no había
pecado como sus hermanos y por eso no les venían
miserias en él. Pero porque muchas veces las había,
proveyó el demonio que le hiciesen servicios para que
así, cuando las hubiese, echasen la culpa a los servicios o
servidores y quedasen siempre engañados y ciegos.
Mandábales, pues, hiciesen un ídolo que llamaban
Yzamnakauil y que le pusiesen en su templo y le que-
masen en el patio del templo tres pelotas de una leche o
resina llamada kik, y que le sacrificasen un perro o un
146
hombre lo cual ellos hacían guardando el orden que ya
se dijo, tenían con los que sacrificaban, salvo que el
modo de sacrificar en esta fiesta era diferente, porque
hacían en el patio del templo un gran montón de pie-
dras y ponían al hombre o perro que habían de sacrificar
en alguna cosa más alta que él, y echando atado al pa-
ciente de lo alto a las piedras, le arrebataban aquellos
oficiales y con gran presteza le sacaban el corazón y le
llevaban al nuevo ídolo, y se lo ofrecían entre dos pla-
tos. Ofrecían otros dones de comidas y en esta fiesta
bailaban las viejas del pueblo que para ello tenían elegi-
das, vestidas de ciertas vestiduras. Decían que descendía
un ángel y recibía este sacrificio.
147
sen en el brasero más incienso del que llamamos
chahalté y después degollábanle la gallina, como al pa-
sado, y tomando la imagen en un palo llamado cbasté la
llevaban, acompañándola todos con devoción y bailando
unos bailes de guerra que llaman bolcanoeot batelokot.
Sacaban al camino, a los señores y principales, su bebida
de trescientos ochenta maíces tostados como la de atrás.
Llegados a casa del principal ponían esta imagen en
frente de la estatua de Kincbahau y hacíanle todos sus
ofrendas, las cuales repartían como las demás. Ofrecían
a la imagen pan hecho con yemas de huevo, y otros con
corazones de venados, y otro hecho con su pimienta
desleída. Había muchos que derramaban sangre cortán-
dose las orejas y untando con su sangre la piedra que
allí tenían de un demonio que llamaban Chacacantun.
Aquí tomaban muchachos y por fuerza les sacaban san-
gre de las orejas, dándoles cuchilladas en ellas. Tenían
esta estatua e imagen hasta pasados los días aciagos y
entretanto quemábanles sus inciensos. Pasados los días,
llevaban la imagen a echar a la parte del norte y la otra
al templo, y después íbanse a sus casas a entender en el
aparejo de su año nuevo. Habían de temer, si no hacían
las cosas dichas, mucho mal de ojos.
Este año en que la letra Muluc era dominical y rei-
naba el bacab Canzienal tenían por buen año porque
decían que éste era el mejor y mayor de esos dioses
Bacabes, y así le ponían el primero en sus oraciones.
Pero con todo eso les hacía el demonio hiciesen un
ídolo llamado Y'axcocabmut , y que lo pusiesen en el
templo y quitasen las imágenes antiguas e hiciesen en el
patio, delante del templo, un bulto de piedra en el cual
quemaban de su incienso y una pelota de la resina o
leche kik, haciendo allí oraciones al ídolo y pidiéndole
remedio para las miserias que aquel año temían, las cua-
les eran poca agua y echar los maíces muchos hijos y
cosas de esta manera, para cuyo remedio los mandaba el
148
demonio ofrecerle ardillas y un paramento sin labores e!
cual tejiesen las viejas que tenían por oficio bailar en e!
templo para aplacar a Yaxcocahmut.
Tenían otras muchas miserias y malas señales aun-
que era bueno e! año si no hacían los servicios que e!
demonio les mandaba, lo cual era hacer una fiesta y en
ella bailar un baile en muy altos zancos y ofrecerle cabe-
zas de pavos y pan y bebidas de maíz; habían de ofre-
cerle (también) perros hechos de barro con pan en las
espaldas, y las viejas habían de bailar con ellos en las
manos y sacrificarle un perrito que tuviese las espaldas
negras y fuese virgen; y los devotos habían de derramar
su sangre y untar con ella la piedra de! demonio Chaca-
cantun . Tenían este sacrificio y servicio por agradable a
su dios Y'axcocabmut,
149
repartían, y a la estatua de Zaceuayayab ofrecían la ca-
beza de un pavo y empanadas de codornices y otras
cosas y su bebida.
Otros se sacaban sangre y untaban con ella la piedra
del demonio Zacacantun, y reníanse así los ídolos los
días que faltaban hasta el año nuevo, y sahumábanlos
con sus sahumerios hasta que llegado el día postrero
llevaban a Yzamná al templo y a Zacuuayayab a la parte
del poniente, a echarle por ahí para recibirla otro año.
Las miserias que temían este año, si eran negligentes
en estos servicios, eran desmayos y amortecimientos y
mal de ojos; reníanlo por ruin año de pan y bueno de
algodón. Este año en que la letra dominical era Ix y
reinaba el bacab Zaczini tenían por ruin año porque de-
cían que habían de tener en él muchas miserias como
gran falta de agua y muchos soles, los cuales habían de
secar los maizales, de lo que les seguiría gran hambre, y
del hambre hurtos, hurtos de esclavos y vender a los que
lo hiciesen. De esto les vendrían discordias y guerras
entre sí propios o con otros pueblos. También decían
que habría mudanza en el mando de los señores o de los
sacerdotes por razón de las guerras y las discordias.
Tenían también un pronóstico: que algunos de los
que quisiesen ser señores no prevalecerían. Decían que
habrían de tener langosta, y que se desploblarían mucho
sus pueblos por el hambre. Lo que el demonio les man-
daba hacer para remedio de estas miserias, las cuales
todas o algunas de ellas entendían les vendrían, era un
ídolo que llamaban Cincbaba« l zamnd, y ponerlo en el
templo donde le hacían muchos sahumerios y muchas
ofrendas y oraciones y derramamientos de su sangre,
con la cual untaban la piedra del demonio Zacacantun.
Hacían muchos bailes y bailaban las viejas como solían,
y en esta fecha hacían de nuevo un oratorio pequeño al
demonio, o renovaban el viejo y en él se juntaban a
hacer sacrificios y ofrendas y todos tomaban una so-
150
lemne borrachera, pues era fiesta general y obligatoria.
Había algunos santones que de su voluntad y por su
devoción hacían otro ídolo como el de arriba y le po-
nían en otros templos donde se hacían ofrendas y borra-
chera. Estas borracheras y sacrificios tenían por muy
gratos a los ídolos, y como remedio para librarse de las
miserias del pronóstico.
151
los señores, la cual bebida llevaban al lugar de la estatua
Uaemitunahau, y poníanla allí frente a la imagen que
traían. Luego comenzaban sus ofrendas, sahumerios y
oraciones y muchos derramaban la sangre de muchas
partes del cuerpo, y con ella untaban la piedra del de-
monio llamado Eeelacantun, y así pasaban estos días
aciagos, al cabo de los cuales llevaban a Uacmitu nabau
al templo y a Ekuuayayab a la parte de medio día, para
recibirla otro año.
Este año en que la letra era Cauae y reinaba el bacab
Hozanek, tenían, además de la pronosticada mortandad,
por ruin, pues decían que los muchos soles les habrían
de matar los maizales, y las muchas hormigas y los pája-
ros comerse lo que sembrasen; y como esto no sería en
todas partes, en algunas, con gran trabajo, habría co-
mida. Obligábales el demonio, para remedio de estas
miserias, (a) hacer cuatro demonios llamados Cbicaccbob,
Ekbafamehac, Ahealluo!cab y Ahbufuebafam y ponerlos en
el templo donde los sahumaban con sus sahumerios y
les ofrecían para quemar dos pellas de una leche o re-
sina de un árbol que llamaban kik, y ciertas iguanas y
pan, y una mitra y un manojo de flores, y una piedra
preciosa de las suyas. Además de esto, para la celebra-
ción de esta fiesta hacían en el patio una gran bóveda de
madera y llenábanla de leña por lo alto y por los lados,
dejándoles en ellos puertas para poder entrar y salir.
Después de hecho tomaban los más hombres sendos
manojos de unas varillas muy secas y largas, atados; y
puesto un cantor en lo alto de la leña, cantaba y hacía
son con un tambor de los suyos, bailaban todos los de
abajo con mucho concierto y devoción, entrando y sa-
liendo por las puertas de aquella bóveda de madera, y
así bailaban hasta la tarde en que dejando cada uno su
manojo se iban a sus casas a descansar y a comer.
En anocheciendo volvían y con ellos mucha gente,
porque entre ellos esta ceremonia era muy estimada y
152
tomando cada uno su hachón, lo encendía y con él cada
uno por su parte, pegaba fuego a la leña, la cual ardía
mucho y se quemaba presto. Después de hecho todo
brasa, la allanaban y tendían muy tendida y junto a los
que habían bailado, había algunos que se ponían a pasar
descalzos y desnudos, como ellos andaban, por encima
de aquella brasa, de una parte a otra; y pasaban algunos
sin lesión, otros abrasados y otros medio quemados y en
esto creían que estaba el remedio de sus miserias y
malos agüeros, y pensaban que éste era el servicio más
agradable a los dioses. Hecho esto, se iban a beber y
hacer cestos, pues así lo pedía la costumbre de la fiesta y
el calor del fuego.
153
a e
b
d e f
9 h j
(a) Itzamná, dios principal del Panteón maya (dios D); (b) Chac, dios
de la lluvia (dios B); (e) Yum Kax, dios del maíz (dios E); (ti) Ah Puch,
dios de la muerte (dios A); (e) el dios del viento, tal vez Kuku1cán
(dios K); if) el dios de la guerra (dios L); (g) el dios de la muerte
repentina y de los sacrificios humanos (dios F); (h) Xaman Ek, dios de
la estrella polar (dios C); ti) lxchel, esposa de Irzamná y diosa del
parro y del tejido (diosa 1); (j) Ixrab, diosa del suicidio.
De Sylvanus G. Morley, «La Civilización Maya»
155
DE «LA LITERATURA DE LOS MAYAS"
Poemas recogidos por Dernerrio Sodi
157
Ah 'Tboxoncaancbaac, Nuestro Dios de la Lluuia del Tercer
Cielo ....
Boloncaancbaac, Dios de la Lluria del Noteno Cielo.
Lelemcaanchaar, El Dios de la Llul'Ía Látigo Relampa-
gueante.
Hobopcaanrbaac, Dios de la Lluria del Quinto Cielo.
Sed glorificados
mientras cae mi palabra para los protectores de la tierra.
el protector del bosque. el protector de la llanura.
el protector de la montaña.
AJÍ hago llegar mi palabra a donde ellos residen,
están colocados...
158
Desde los cuatro rumbos de mi milpa tambté» la ofrezco
a los Señores jaguares. al Viento del Norte. al Viento del
Oeste.
al Viento del Sur.
al Gran Señor Dios ...
159
8
')
Tres sal/l(los malldo cae lIIi palabra allí, el! el gran oriente,
allí eII Cobá. para los cuatro grandes dioses de la Ilu/'Ía.
para los cuatro gran des jaguares.
Tres saludos malldo cae mi palabra allí eII Cbichen.
para los cuatro grandes dioses de la lluria,
para los cuatro grandes Jaguares.
Aquí traigo lIIi palabra.
aquí ante la mesa del Señor Dios,
... ante la mesa del Uno Lla ria, allí eII el gran orie 11te.
Tres saludos malldo cae lIIi palabra eII X-katakchumllli/.
tres saludos mal/do cae lIIi palabra allí eII Cbemax.
T res saludos cualldo cae el! N abcurb«.
para el dios llaria, para el dios jaguar
eII los cuatro ru mbos del cielo.
Tres saludos malldo cae lIIi palabra el/ el gran pueblo de
Zaci.
Tres saludos cuando cae el! Pixoy.
Tres saludos malldo cae eII X-katbe. eII l.l avnra . eII Sabcab
chell.
Tres saludos malldo cae lIIi palabra eII Sa» Autonio.
tres saludos malldo cae allí eII Bubu].
Tres saludos cual/do cae eII C ha 11cbeu , eII el gran pueblo de
Hanbe,
eII Abmu]a, eII Sall Fra 11cisco. eII Sillkallchac.
Tres saludos cual/do cae lIIi palabra en X-Alex yen Oxein-
kiuic.
160
para los cuatro grandes dioses de la lluvia,
los cuatro grandes jaguares.
Así traigo aquí mi palabra ante la mesa del Santo Dios
Padre,
del dios de la lluri« y su puerta en las nubes.
Cuando cae mi palabra para el Pabuattin Blanco,
cuando cae para el Pahuatún Amarillo.
Tres saludos cuando rae mi palabra en X-Tohil,
en Pamba, en Sisal, en Colenr.
T res saludos cuando cae mi palabra en C bebalam,
en Yoedzonot-aban, en X-Kalakob, en Peeel.
Tres saludos cuando cae mi palabra en Chumucbe,
en Chau eopcben, en San Pedro. en Chulul.
Así traigo mi palabra para los cuatro grandes Cbaac,
dioses de la llul'ia.
ante la mesa del Santo Dios Padre.
(.Dónde se igualó la palabra dicha en Ceteac?
('Dónde se ohidó la palabra dicha en Maní? ...
10
161
los de los cuatro rumbos del cielo, cuatro rumbos nebulosos.
Tres saludos mando cae mi palabra en el lugar
del Dios del Agua Relámpago Luminoso,
tres saludos mando cae mi palabra en el lugar
del Dios de la L/Ut'Ía del Látigo Relampagueaute.
Tres saludos mando cae mi palabra en el lugar
del Señor de la Lluvia del Trueno Celeste.
Tres saludos cuando cae mi palabra en el lugar
del Dios de la Lluria del Látigo Llu uioso y Relampagueante.
Tres saludos mando cae mi palabra en el lugar
de la Hermosa Señora de las Gracias (plantas de maíz),
tres saludos mando cae en el lugar de las plantas de maíz
bambrien tas,
en el lllgar del Dios de la Lluuia del Ultimo Cielo.
Tres saludos mando cae mi palabra
en la mano derecha del Gran Dios de la Ll« uia ,
y en la mano del Gran jaguar.
en la primera mesa del Gran Dios del Cielo,
en el primer altar en la mano derecha
del Señor Dios, cuya bendición se imparte
sobre una mesa santa.
Que sea llevada, que sea para una grande y santa primicia
(ofrenda),
la de los Guardianes de las Tierras Fértiles,
porque ha sido ofrecida por mí en el día de mis hombres,
en los cuatro rumbos (14 cielo, cuatro rumbos nebulosos...
11
162
Lo hago para el trabajo de los Señores de la Lluvia,
los que cubren de rocío las semillas
y que refrescan los campos.
y para el Gran Cbaac, dios de la lluuia,
para que proteja el maíz.
Así es la ofrenda de la gran mesa...
12
13
14
163
para los Llenos de Majestad, aquí, en el pueblo de Chan
KOIII.
Llero 111 i palabra. El/os (los dioses)
uienen a recibirla en una grande y salita mesa,
en las cuatro esquinas de la mesa.
Vienen todos los Señores Guardianes de las Tierras
.JI los Llenos de lH ajes t ad.
El/os reciben así una gral/de V salita mesa
sobre la tierra ...
15
164
2. ECLIPSE DE SOL
165
4. ADIVINACION DEL NOMBRE DE LA OFRENDA
QUE DESEAN LOS DIOSES
166
7. UNA OFRENDA DE POSOL ADMINISTRADA
AL BRASERO DE USUCUN
167
muerda la serpiente, que no me muerda el tigre. Por
eso estoy bien. Que no haya dolor. Que no haya fiebre.
Que no aprisione el dolor al espíritu de mis hijos. Que
no aprisione la fiebre al espíritu de mis hijos, ni al espí-
ritu de mis hijos ni al de mi mujer.
168
la cabeza (parte principal) de mi don para ti, ¡oh Señor!
Para el espíritu de mi esposa.
169
16. PURIFICACION DE LOS GRANOS DE COPAL
170
19. BALCH'E ADMINISTRADO A LOS BRASEROS
EN NOMBRE DE LOS DIOSES
171
belo con agrado, ya pasa (entra) a ti la vida, pasa a ti el
espíritu, para muchos días, para muchos años. Ya pasa a
ti la vida, ya pasa a ti el espíritu. Recíbelo con agrado,
está lejos el olor de la vainilla, se ha ido el olor.
Estoy elevando mis dones para ti, para ti, para que
desciendas y veas mi don. Frente a ti tomo en mis ma-
nos los dones para ti, para que desciendas, veas y ad-
quieras sabiduría.
172
24. UNA OFRENDA DE CARNE COLOCADA ANTE LOS
BRASEROS EN NOMBRE DE LOS DIOSES
173
27. UNA OFRENDA DE TAMALES ADMINISTRADA
A LOS BRASEROS
174
30. OFRENDA INDIVIDUAL DE UNA PARTICULA
DEL DON DE CARNE Y TAMALES
175
nuevo para tu felicidad. Sobre tu nueva vasija coloco la
nueva imagen. Las hojas de palma de mi casa son para ti,
¡oh Señor! Mira, la llevo sobre tu nueva vasija, ¡oh
Señor! Mira, cambio las hojas de palma de mi casa para
ti, sobre tu nueva vasija. Mira, te ofrendo de nuevo para
tu felicidad. Mira, te ofrendo sobre tu nueva vasija de
nuevo para tu felicidad. Yo dije era para ti. Mira, te doy
resina, sobre tu nueva vasija. Mira, a tu nueva vasija doy
balch'é. Es tu regalo, de nuevo para tu felicidad. Con
papel envuelvo tu cabeza en la nueva vasija, de nuevo
para tu felicidad. Y (también) miel. Te ofrendo totopos-
tles. Mi bebida sagrada es para ti, te ofrendaré en tu
nueva vasija, de nuevo, para tu felicidad.
176
36. UN DON DE TABACO DADO A LOS BRASEROS
A NOMBRE DE LOS DIOSES
2. Canto Lacandón
177
Cumpliré de nuevo con mi ofrenda de posol para ti, para ti.
Frente a ti hago mi don, de nuevo, para tu felicidad.
La he ofrecido para que mi don no se corrompa, permanezca
entero,
sea la cabeza (parte principal) de mi don, para ti,
¡No se quiebre el don que te hago.'
¡No se rompa el don que te hago.'
¡Mírame haciéndote un don, oh Padre!
¡Que no sea yo hundido en el fuego de la fiebre!
Yo te he colocado' en el nuevo brasero,
mirame haciéndote nuevamente un don para tu felicidad,
mirame haciéndote un don para el espíritu de mis bijas.
Que no queden cercados (que no los aprisione) la enfermedad,
que no los aprisione el viento frío en los pies,
que no los aprisione el fuego de la fiebre.
Entra, camina y ve a mi hijo,
sana a mi hijo.
3. Poema Lacandón
178
4. Textos Tzotziles
Pronuncio tu nombre.
Está acabada su carne, su cuerpo
179
del que se ha caído su cb'iebal (linaje).
Hazme el favor, Señor,
te lo suplico .y te lo ruego, Sagrado Padre,
sírvete de una humilde vela para que le des vida y salud.
Recibela con tu mano derecha, Padre...
recibe la humilde vela y el humilde incienso y el humilde
humo,
Señor.
Es tu alimento, es tu sustento, Padre
y hombre hermoso, lindo Señor que estás en medio del cielo.
He venido a molestar (durante) unas dos horas
tu sagrada cabeza, tu sagrado corazén.
He venido con nueve juncias, con nueue konkon,
nueve tilil, nueve palmas,
nueve cruz de tecolúmate, nueve uojton de tecolúmate,
para ofrecértelas, para platicar.
Sagrado Padre, perdónale, Dios,
concédele más vida, más salud, Señor.
Por eso te ofrezco la humilde vela.
Hazle el favor, Señor, dale más vida y salud.
180
desátalo y ponlo en libertad.
Hazme ese sagrado favor. Señor.
181
ante tu divina presencia,
delante de tus divinos ojos, Señor.
Ofrezco una copa,
una medida (de aguardiente)
estoy ofreciendo, Señor.
Dos reposiciones (del espíritu),
dos plumas coloradas y plumas amarillas
.y una paloma colorada y una paloma amarilla,
una pluma blanca, una paloma blanca
es la reposición, es el trueque, Señor,
por su espíritu, su u.aiyijel.
En el décimo tercer nivel del sagrado cb'iebal
la recibirán con sus manos los sagrados petomes,
los sagrados cucbomes,
los sagrados toriles, los sagrados meiles
que has puesto como tus representantes,
en las trece gradas del sagrado cb'iebal.
182
con eso se refrescará. con eso se normalizará
el pulso grande. el pulso chico,
su cabeza blanca, su corazón blanco.
Dame tu perdón. tu licencia, Señor,
pues no me sé explicar. no me sé expresar. Sagrado Padre.
Ya no sé cómo se expresaron tus hijos mis antepasados.
cómo los curanderos anteriores.
cómo los médicos antepasados. Señor.
Seguramente te ueneraban en la mejor forma posible.
ante tus divinos ojos.
Perdóname cien veas, Señor,
por explicarme en unas mantas palabras, las más mínimas.
ante tu divina presencia, ante tus divinos ojos
lindo Dios, lindo Señor.
183
REZO DE AGRADECIMIENTO POR EXITO EN LA CACERIA
DE UN VENADO
184
Perdona mi humilde presencia,
mi humilde cuerpo. Señor.
Mis humildes agradecimientos,
mi humilde plática acéptalos. Misericordioso Señor.
siruete de ellos.
(Dame) la sagrada gracia, la sagrada bendicién,
185
DEL «POPal VUH»
«las antiguas historias del Quiché»
versión de Adrián Recinos
Capítulo primero
187
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Te-
peu y Gucurnatz, en la oscuridad, en la noche, y habla-
ron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, con-
sultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo,
juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras medi-
taban, que cuando amaneciera debía aparecer el hom-
bre. Entonces dispusieron la creación y crecimiento de
los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la
creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en
la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Hura-
cán.
El primero se llama Caculhá Huracán. El segundu es
Cbipi-Caculba. El tercero es Raxa-Caculhá. Y estos tres
son el Corazón del Cielo.
Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; en-
tonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, cómo
se hará para que aclare y amanezca, quién será el que
produzca el alimento y el sustento.
-¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua
se retire y desocupe (el espacio), que surja la tierra y
que se afirme! Así dijeron. [Que aclare, que amanezca
en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en
nuestra creación y formación hasta que exista la criatura
humana, el hombre formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en ver-
dad como se hizo la creación de la tierra: -¡Tierra!,
dijeron, y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como una polva-
reda fue la creación, cuando surgieron del agua las mon-
tañas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte de mágica
se realizó la formación de las montañas y los valles; y al
instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la
superficie.
y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo:
188
-¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú,
Huracán, y tú Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá!
-Nuestra obra, nuestra creación será terminada,
contestaron.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los
valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos
se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las
aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas
montañas.
Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada
por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que
así son llamados los que primero la fecundaron, cuando
el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumer-
gida dentro del agua.
De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la
ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz
terminación.
Capítulo II
189
hierbas; en el bosque os multiplicaréis, en cuatro pies
andaréis y os sostendréis. Y así como se dijo, así se
hizo.
Luego designaron también su morada a los pájaros
pequeños y a las aves mayores: -Vosotros, pájaros,
habitaréis sobre los árboles y los bejucos, allí haréis
vuestros nidos, allí os multiplicaréis, allí os sacudiréis en
las ramas de los árboles y de los bejucos. Así les fue
dicho a los venados y a los pájaros para que hicieran lo
que debían hacer, y todos tomaron sus habitaciones y
sus nidos.
De esta manera los Progenitores les dieron sus habi-
taciones a los animales de la tierra.
y estando terminada la creación de codos los cua-
drúpedos y las aves, les fue dicho a los cuadrúpedos y
pájaros por e! Creador y Formador y los Progenitores:
-Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno se-
gún vuestra especie, según la variedad de cada uno. Así
les fue dicho a los venados, los pájaros, leones, tigres y
serpientes.
-Decid, pues, nuestros nombres, alabadnos a noso-
tros, vuestra madre, vuestro padre. ¡Invocad, pues, a
Huracán, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá, e! Corazón de!
Cielo, el Corazón de la Tierra, e! Creador, el Formador,
los Progenitores; hablad, invocad nos, adoradnos!, les di-
jeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los
hombres; sólo chillaban, cacareaban y graznaban; no se
manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de
manera diferente.
Cuando e! Creador y el Formador vieron que no era
posible que hablaran, se dijeron entre sí: -No ha sido
posible que ellos digan nuestro nombre, e! de nosotros,
sus creadores y formadores. Esto no está bien, dijeron
entre sí los Progenitores.
Entonces se les dijo: -Seréis cambiados porque no
190
se ha conseguido que habléis. Hemos cambiado de pa-
recer: vuestro alimento, vuestra pastura, vuestra habita-
ción y vuestros nidos los tendréis, serán los barrancos y
los bosques, porque no se ha podido lograr que nos
adoréis ni nos invoquéis. Todavía hay quienes nos ado-
ren, haremos otros (seres) que sean obedientes. Voso-
tros, aceptad vuestro destino: vuestras carnes serán tri-
turadas. Así será. Esta será vuestra suerte. Así dijeron
cuando hicieron saber su voluntad a los animales pe-
queños y grandes que hay sobre la faz de la tierra.
Luego quisieron probar suerte nuevamente, quisie-
ron hacer otra tentativa y quisieron probar de nuevo a
que los adoraran.
Pero no pudieron entender su lenguaje entre ellos
mismos, nada pudieron conseguir y nada pudieron ha-
cer. Por esta razón fueron inmoladas sus carnes y fueron
condenados a ser comidos y matados los animales que
existen sobre la faz de la tierra.
Así, pues, hubo que hacer una nueva tentativa de
crear y formar al hombre por e! Creador, el Formador y
los Progenitores.
-¡A probar otra vez! Ya se acercan el amanecer y la
aurora; [hagamos al que nos sustentará y alimentará!
¿Cómo haremos para ser invocados, para ser recordados
sobre la tierra? Ya hemos probado con nuestras prime-
ras obras, nuestras primeras criaturas; pero no se pudo
lograr que fuésemos alabados y venerados por ellos.
Probemos ahora a hacer unos seres obedientes, respe-
tuosos, que nos sustenten y alimenten. Así dijeron.
Entonces fue la creación y la formación. De tierra,
de lodo hicieron la carne (de! hombre). Pero vieron que
no estaba bien, porque se deshacía, estaba blando, no
tenía movimiento, no tenía fuerza, se caía, estaba
aguado, no movía la cabeza, la cara se le iba para un
lado, tenía velada la vista, no podía ver hacia atrás. Al
principio hablaba, pero no tenía entendimiento. Rápi-
191
darnenre se humedeció dentro del agua y no se pudo
sostener.
y dijeron el Creador y el Formador. Bien se ve que
no puede andar ni multiplicarse. Que se haga una con-
sulta acerca de esto, dijeron.
Entonces desbarataron y deshicieron su obra y su
creación. Y en seguida dijeron: -¿Cómo haremos para
perfeccionar, para que salgan bien nuestros adoradores,
nuestros invocadores?
Así dijeron cuando de nuevo consultaron entre sí:
-Digámosles a Ixpiyacoc, Ixmucané, Hunahpú-Vuch,
Hunahpú-U tiú: ¡Probad suerte otra vez! ¡Probad a ha-
cer la creación! Así dijeron entre sí el Creador y el
Formador cuando hablaron a Ixpiyacoc e Ixmucané.
En seguida les hablaron a aquellos adivinos, la
abuela del día, la abuela del alba, que así eran llamados
por el Creador y el Formador, y cuyos nombres eran
Ixpiyacoc e Ixmucané.
y dijeron Huracán, Tepeu y Gucumatz cuando le
hablaron al agorero, al formador, que son los adivinos:
-Hay que reunirse y encontrar los medios para que el
hombre que formemos, el hombre que vamos a crear
nos sostenga y alimente, nos invoque y se acuerde de
nosotros.
-Entrad, pues, en consulta, abuela, abuelo, nuestra
abuela, nuestro abuelo, Ixpiyacoc, Ixrnucané, haced que
aclare, que amanezca, que seamos invocados, que sea-
mos adorados, que seamos recordados por el hombre
creado, por el hombre formado, por el hombre mortal,
haced que así se haga.
-Dad a conocer vuestra naturaleza, Hunahpú-
Vuch, Hunahpú-Utiú, dos veces madre, dos veces pa-
dre, Nim-Ac, Nimá-Tziís, el Señor de la esmeralda, el
joyero, el escultor, el tallador, el Señor de los hermosos
platos, el Señor de la verde jícara, el maestro de la
resina, el maestro Toltecat, la abuela del sol, la abuela
192
del alba, que así seréis llamados por nuestras obras y
nuestras criaturas.
-Echad la suerte con vuestros granos de maíz y de
tzité. Hágase así y se sabrá y resultará si labraremos o
tallaremos su boca y sus ojos en madera. Así les fue
dicho a los adivinos.
A continuación vino la adivinación, la echada de la
suerte con e! maíz y el tzité. -¡Suerte! ¡Criatura!, les
dijeron entonces una vieja y un viejo. Y este viejo era
e! de las suertes de! tzité, e! llamado lxpiyacoc. Y la
'vieja era la adivina, la formadora, que se llamaba Chira-
cán lxmucané.
y comenzando la adivinación, dijeron así: -Jun-
taos, acoplaos! ¡Hablad, que os oigamos, decid, declarad
si conviene que se junte la madera y que sea labrada por
e! Creador y e! Formador, y si éste (e! hombre de ma-
dera) es e! que nos ha de sustentar y alimentar cuando
aclare, cuando amanezca!
Tú, maíz, tú rziré; tú, suerte; tú criatura: ¡uníos,
ayuntaos!, les dijeron al maíz, al tziré , a la suerte, a la
criatura. ¡Ven a sacrificar aquí, Corazón de! Cielo; no
castigues a Tcpeu y Gucumarz!
Entonces hablaron y dijeron la verdad: -Buenos
saldrán vuestros muñecos hechos de madera; hablarán y
conversarán sobre la faz de la tierra.
-¡Así sea', contestaron, cuando hablaron.
y al instante fueron hechos los muñecos labrados en
madera. Se parecían al hombre, hablaban como el hom-
bre y poblaron la superficie de la tierra.
Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvie-
ron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni
entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su
Formador; caminaban sin rumbo y andaban a gatas.
Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso
cayeron en desgracia. Fue solamente un ensayo, un in-
tento de hacer hombres. Hablaban al principio, pero su
193
cara estaba enjuta; sus pies y sus manos no tenían con-
sistencia; no tenían sangre, ni sustancia, ni humedad, ni
gordura; sus mejillas estaban secas, secos sus pies y sus
manos, y amarillas sus carnes.
Por esta razón ya no pensaban en el Creador ni en el
Formador, en los que les daban el ser y cuidaban de
ellos.
Estos fueron los primeros hombres que en gran nú-
mero existieron sobre la faz de la tierra.
Capítulo 111
194
Llegaron entonces los animales pequeños, los anima-
les grandes, y los palos y las piedras les golpearon las
caras. y se pusieron todos a hablar; sus tinajas, sus ca-
rnales, sus platos, sus ollas, sus perros, sus piedras de
moler, todos se levantaron y les golpearon las caras.
-Mucho mal nos hacíais; nos comíais, y nosotros
ahora os morderemos, les dijeron sus perros y sus aves
de corral.
y las piedras de moler: -Eramos atormentadas por
vosotros; cada día, cada día, de noche, al amanecer, todo
el tiempo hadan boli.boli buqui, huqui nuestras caras, a
causa de vosotros. Este era el tributo que os pagábamos.
Pero ahora que habéis dejado de ser hombres probareis
nuestras fuerzas. Moleremos y reduciremos a polvo
nuestras carnes, les dijeron sus piedras de moler.
y he aquí que sus perros hablaron y les dijeron:
-¿Por qué no nos dabais nuestra comida? Apenas
estábamos mirando y ya nos arrojabais de vuestro lado y
nos echabais fuera. Siempre teníais listo un palo para
pegarnos mientras comíais.
Así era como nos tratabais. Nosotros no podíamos
hablar. Quizás no os diéramos muerte ahora; pero ¿por
qué no reflexionabais, por qué no pensabais en vosotros
mismos? Ahora nosotros os destruiremos, ahora proba-
réis vosotros los dientes que hay en nuestra boca: os
devoraremos, dijeron los perros, y luego les destroza-
ron las caras.
y a su vez sus comales, sus ollas les hablaron así:
-Dolor y sufrimiento nos causabais. Nuestra boca y
nuestras caras estaban tiznadas, siempre estábamos
puestos sobre el fuego y nos quemabais como si no
sintiéramos dolor. Ahora probaréis vosotros, os quema-
remos, dijeron sus ollas, y todos les destrozaron las ca-
ras. Las piedras del hogar, que estaban amontonadas, se
arrojaron directamente desde el fuego contra sus cabe-
zas causándoles dolor.
195
Desesperados corrían de un lado para otro; querían
subirse sobre las casas y las casas se caían y los arrojaban
al suelo; querían subirse sobre los árboles y los árboles
los lanzaban a lo lejos; querían entrar en las cavernas y
las cavernas se cerraban ante ellos.
Así fue la ruina de los hombres que habían sido
creados y formados, de los hombres hechos para ser
destruidos y aniquilados: a rodas les fueron destrozadas
las bocas y las caras.
y dicen que la descendencia de aquéllos son los
monos que existen ahora en los bosques; éstos son la
muestra de aquéllos, porque sólo de palo fue hecha su
carne por el Creador y el Formador.
y por esta razón el mono se parece al hombre, es la
muestra de una generación de hombres creados, de
hombres formados que eran solamente muñecos y he-
chos solamente de madera.
Capítulo primero
196
a luz claramente sus decisiones y encontraron y descu-
brieron lo que debía entrar en la carne del hombre.
Poco faltaba para que el sol, la luna y las estrellas
aparecieran sobre los Creadores y Formadores.
De Paxi/, de Cava/á, así llamados, vinieron las ma-
zorcas amarillas y las mazorcas blancas.
Estos son los nombres de los animales que trajeron
la comida: Yac (el gato de monte), Utiú(el coyote), Que/
(una cotorra vulgarmente llamada chocoyo) y Hob (el
cuervo). Estos cuatro animales les dieron la noticia de
las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, les dijeron
que fueran a Paxil y les enseñaron el camino de Paxil.
y así encontraron la comida y ésta fue la que entró
en la carne del hombre creado, del hombre formado;
ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre.
Así entró el maíz (en la formación del hombre) por obra
de los Progenitores.
y de esta manera se llenaron de alegría, porque ha-
bían descubierto una hermosa tierra, llena de deleites,
abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y
abundante también en paraxre y cacao, y en innumera-
bles zapores, anonas, jocores, nances, matasanos y miel.
Abundancia de sabrosos alimentos había en aquel pue-
blo llamado de Paxil y Cayalá.
Había alimentos de todas clases, alimentos pequeños
y grandes, plantas pequeñas y plantas grandes. Los ani-
males enseñaron el camino. Y moliendo entonces las
mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixrnu-
cané nueve bebidas, y de este alimento provinieron la
fuerza y la gordura y con él crearon los músculos y el
vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores, Te-
peu y Gucumatz, así llamados.
A continuación entraron en pláticas acerca de la
creación y la formación de nuestra primera madre y
padre. De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su
carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las
197
piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en
la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que
fueron creados.
Capítulo 11
198
bosques, las rocas, los lagos, los mares, las montañas y
los valles. En verdad eran hombres admirables Balam-
Quirzé , Balam-Acab, Mahucurah e Iqui-Balam.
Entonces les preguntaron el Creador y el Formador:
-¿Qué pensáis de vuestro estado? ¿No miráis? ¿No
oís? ¿No son buenos vuestro lenguaje y vuestra manera
de andar? ¡Mirad, pues! ¡Contemplad el mundo, ved si
aparecen las montañas y los valles! ¡Probad, pues, a
ver!, les dijeron.
y en seguida acabaron de ver cuanto había en el
mundo. Luego dieron las gracias al Creador y al Forma-
dor: -¡En verdad os damos gracias dos y tres veces!
Hemos sido creados, se nos ha dado una boca y una
cara, hablamos, oímos, pensamos y andamos; sentimos
perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que
está cerca. Vemos también lo grande y lo pequeño en el
cielo y en la tierra. Os damos gracias, pues, por haber-
nos creado, ¡oh Creador y Formador!, por habernos
dado el ser, ¡oh abuela nuestra!, [oh nuestro abuelo!,
dijeron dando las gracias por su creación y formación.
Acabaron de conocerlo todo y examinaron los cua-
tro rincones y los cuatro puntos de la bóveda del cielo y
de la faz de la tierra.
Pero el Creador y el Formador no oyeron esto con
gusto.
-No está bien lo que dicen nuestras criaturas, nues-
tras obras; todo lo saben, lo grande y lo pequeño, dije-
ron. y así celebraron consejo nuevamente los Progeni-
tores: -¿Qué haremos ahora con ellos? ¡Que su vista
sólo alcance a lo que está cerca, que sólo vean un poco
de la faz de la tierra! No está bien lo que dicen. ¿Acaso
no son por su naturaleza simples criaturas y hechuras
(nuestras)? ¿Han de ser ellos también dioses? ¿Y si no
procrean y se multiplican cuando amanezca, cuando
salga el sol? ¿Y si no se propagan? Así dijeron.
-Refrenemos un poco sus deseos, pues no está
199
bien lo que vemos. ¿Por ventura se han de igualar ellos
a nosotros, sus autores, que podemos abarcar grandes
distancias, que lo sabemos y vemos todo?
Esto dijeron el Corazón del Cielo, Huracán, Chipi-
Caculhá, Raxa-Caculhá, Tepeu, Gucumatz, los Progeni-
tores, Ixpiyacoc, Ixmucané, el Creador y el Formador.
Así hablaron y en seguida cambiaron la naturaleza de
sus obras, Je sus criaturas.
Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho
sobre los ojos, los cuales se empañaron como cuando se
sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y
sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era
claro para ellos.
Así fue destruida su sabiduría y todos los conoci-
mientos de los cuatro hombres, origen y principio (de la
raza quiché).
Así fueron creados y formados nuestros abuelos,
nuestros padres, por el Corazón del Cielo, el Corazón
de la Tierra.
~apítuIo XI
200
Los pueblos hacían primero sus sacrificios ante Tohil
y después iban a ofrecer sus respetos al Ahpop y al
Ahpop-Camhá. Luego iban a presentar sus plumas ricas
y su tributo ante el rey. Y los reyes a quienes sostenían
eran el Ahpop y el Ahpop-Camhá, que habían conquis-
tado sus ciudades.
Grandes Señores y hombres prodigiosos eran los re-
yes portentosos Gucumarz y Cotuhá, y los reyes porten-
tosos Quicab y Cavizimah. Ellos sabían si se haría la
guerra y todo era claro ante sus ojos; veían si habría
mortandad o hambre, si habría pleitos. Sabían bien que
había donde podían verlo, que existía un libro por ellos
llamado Popo! Vuh.
Pero no sólo de esta manera era grande la condición
de los Señores. Grandes eran también sus ayunos. Y
esto era en pago de haber sido creados y en pago de su
reino. Ayunaban mucho tiempo y hacían sacrificios a sus
dioses. He aquí cómo ayunaban: Nueve hombres ayu-
naban y otros nueve hacían sacrificios y quemaban in-
cienso. Trece hombres más ayunaban, otros trece hacían
ofrendas y quemaban incienso ante Tohil. Delante de su
dios se alimentaban únicamente de frutas, de zapores,
de matasanos y de jocotes. Y no tenían tortillas que
comer.
Ya fuesen diecisiete hombres los que hacían el sa-
crificio, o diez los que ayunaban, de verdad no comían.
Cumplían con sus grandes preceptos, y así demostraban
su condición de Señores.
Tampoco tenían mujeres con quienes dormir, sino
que se mantenían solos, ayunando. Estaban en la casa
del dios, estaban todo el día en oración, quemando in-
cienso y haciendo sacrificios. Así permanecían del ano-
checer a la madrugada, gimiendo en sus corazones y en
su pecho, y pidiendo por la felicidad y la vida de sus
hijos y vasallos y asimismo por su reino, y levantando
sus rostros al cielo.
201
He aquí sus peticiones a su dios, cuando oraban; y
ésta era la súplica de sus corazones:
«[Oh tú, hermosura del día! ¡Tú, Huracán; tú, Cora-
zón del Cielo y de la Tierra' ¡Tú, dador de la riqueza, y
dador de las hijas y de los hijos' Vuelve hacia acá tu
gloria y tu riqueza; concédeles la vida y el desarrollo a
mis hijos y vasallos; que se multipliquen y crezcan los
que han de alimentarte y mantenerte; los que te invocan
en los caminos, en los campos, a la orilla de los ríos, en
los barrancos, bajo los árboles, bajo los bejucos.
»Dales sus hijas y sus hijos. Que no encuentren
desgracia ni infortunio, que no se introduzca el engaña-
dor ni detrás ni delante de ellos. Que no caigan, que no
sean heridos, que no forniquen, ni sean condenados por
la justicia. Que no se caigan en la bajada ni en la subida
del camino. Que no encuentren obstáculos ni detrás ni
delante de ellos, ni cosa que los golpee. Concédeles
buenos caminos, hermosos caminos planos. Que no
tengan infortunio, ni desgracia, por tu culpa, por tu he-
chicería.
»Que sea buena la existencia de los que te dan el
sustento y el alimento en tu boca, en tu presencia, a ti,
Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra, Envoltorio de
la Majestad. Y tú, Tohil; tú Avilix; tú, Hacavitz, bóveda
de cielo, superficie de la tierra, los cuatro rincones, los
cuatro puntos cardinales. ¡Que sólo haya paz y tranqui-
lidad ante tu boca, en tu presencia, oh Diosl .
Así (hablaban) los Señores, mientras en el interior
ayunaban los nueve hombres, los trece hombres y los
diecisiete hombres. Ayunaban durante el día y gemían
sus corazones por sus hijos y vasallos y por todas sus
mujeres y sus hijos cuando hacían su ofrenda cada uno
de los Señores.
Este era el precio de la vida feliz, el precio del po-
der, o sea el mando del Ahpop, el Ahpop-Carnhá, el
Galel y el Ahtzic-Vinac. De dos en dos entraban (al
202
gobierno) y se sucedían unos a otros para llevar la carga
del pueblo y de toda la nación quiché.
U no solo fue el origen de su tradición y el origen de
la costumbre de mantener y alimentar, y uno también el
origen de la tradición y de las costumbres semejantes de
los de Tamub e Ilocab y los rabinaleros y cakchique!es,
los de Tziquinahá, de Tuhalahá y U chabahá. Y eran un
solo tronco (una sola familia) cuando escuchaban allí en
el Quiché lo que todos ellos hacían.
Pero no fue sólo así como reinaron. No derrochaban
los dones de los que los alimentaban y sostenían, sino
que se los comían y bebían. Tampoco los compraban:
habían ganado y arrebatado su imperio, su poder y su
señorío.
y no fue así no más como conquistaron los campos
y ciudades; los pueblos pequeños y los pueblos grandes
pagaron cuantiosos rescates; trajeron piedras preciosas y
metales, trajeron miel de abejas, pulseras, pulseras de
esmeraldas y otras piedras y trajeron guirnaldas hechas
de plumas azules, el tributo de todos los pueblos. Llega-
ron a presencia de los reyes portentosos Gucumatz y
Cotuhá, y ante Quicab y Cavizimah, el Ahpop, e!
Ahpop-Camhá, el Galel y e! Ahtzic-Vinac.
No fue poco lo que hicieron, ni fueron pocos los
pueblos que conquistaron. Muchas ramas de los pueblos
vinieron a pagar tributo al Quiché; llenos de dolor llega-
ron a entregarlo. Sin embargo, su poder no creció rápi-
damente. Gucumarz fue quien dio principio al engran-
decimiento de! reino. Así fue e! principio de su engran-
decimiento y del engrandecimiento del Quiché.
y ahora enumeraremos las generaciones de los Se-
ñores y sus nombres, de nuevo nombraremos a todos
los Señores.
203
a
(a) Estela Il, Piedras Negras, el Petén, Guatemala; (b) Estela 14, Pie-
dras Negras; (e) Códice de Dresde; (d) Códice Tro-Cortesiano; (e) Tem-
plo de los Jaguares, Chichén Irzá, México; (f) Templo de los Guerre-
ros, Chichén Itzá,
De SYLVANUS G. MORLEY, «La Civilización Maya»
DE LOS «ANALES DE LOS CAKCHIQUELES»
Manuscrito de Tecpan Atitlan
207
linajes cuando vinieron de Tu/án con nosotros, la gente
Calschiquel, [Oh, hijos nuestros!, como se dice. También
se unieron los de Cagüek, los de Totuma» y los de Xur-
ca] así llamados y procrearon. También se juntaron los
llamados de Quejay, de Loch y x» y engendraron; así
también los de Pak, Te/om, Coxaji/ y Cobakil, y asimismo
engendraron; y los de Ikomag también se unieron; y
estas cuatro divisiones, así mismo unidas, son ahora aquí
las tribus.
4.-Esto también es lo que dijeron Gagagüitz y Zac-
tecau]: éstas son las propias palabras que expresaron Ga-
gagüitz y Zactecau]: "Cuatro clases de gentes vinieron
de Tu/án; en e! sol levante está un 'lulan; uno está en
Xiba/bay; uno está en e! sol poniente (y nosotros vini-
mos de éste, de! que está en e! sol poniente) y uno está
donde está Dios.» Por lo tanto, hay cuatro 'l'ulanes . se-
gún dicen, ¡Oh, hijos nuestros!; de! sol poniente vini-
mos, de Tuld)¡ de! otro lado del mar, y fue en este
T,,/áll cuando al llegar, nacimos nosotros, cuando fui-
mos producidos por nuestras madres y nuestros antece-
sores, según dijeron.
5.-" y entonces fue producida la piedra de obsi-
diana para e! precioso Xiba/bay. para e! glorioso Xiba/-
bav: y e! hombre fue hecho por T'zaleo] y Bitol: fue su
sostén la piedra de obsidiana cuando se hizo al hombre
en la miseria; y cuando se formó a la gente se alimentó
de madera, se alimentó de hojas; no quería más que la
tierra; no podía hablar, no podía caminar; no tenía san-
gre, no tenía carne; así dicen nuestros padres, nuestros
antecesores. ¡Oh, hijos míos! Nada se encontró para
alimentarla, al fin se encontró algo para alimentarla. Dos
bestias sabían que había alimento en el lugar llamado
Paxi/ donde estaban estas bestias, e! Coyote y el Jabalí
de nombre. Aun en los rastrojos Se encontró el ali-
mento; pero entonces la bestia Coyote fue muerta al
separar el maíz, cuando buscaba las semillas para ama-
208
sarlas, por una bestia llamada Gavilán, y de dentro del
mar fue traída por el Gavilán la sangre de la Serpiente y
del Tapir con la cual iba a amasarse el maíz; con lo cual
fue formada la carne de la gente por Tzakol y Bitol; y
bien supieron ellos, Tzakol y Bitol, Alom y Cajolom
quién había nacido, quién había sido engendrado; pues
hicieron a la gente tal como fue hecha, formaron a la
gente tal como la hicieron»; así lo cuentan. «Había trece
hombres y catorce mujeres; hablaban, caminaban, te-
nían sangre, tenían carne. Se casaron y uno tuvo dos
esposas, por tanto la raza se mezcló, esta raza de la
antigüedad, según dicen ¡Oh, hijos nuestros! Ellos pro-
crearon hijas, ellos procrearon hijos, aquellos primeros
hombres. Así se hicieron las gentes, y así se hizo la
piedra de obsidiana para encerrarla en T'uldn; así vini-
mos nosotros a donde estaban los 'I zorziles a las puertas
de T'uld»; al llegar nosotros, al venir, fuimos produci-
dos; al venir dimos el tributo en la obscuridad, en la
noche. ¡Oh, hijos nuestros}. Así hablaban Gagagüitz y
Zactecaa], ¡Oh, hijos míos! y lo que dijeron no ha sido
olvidado. Ellos son nuestros antecesores; éstas son las
palabras con las cuales ellos nos alentaban en la antigüe-
dad.
6.-Entonces nos fue mandado venir junto con
nuestras madres y nuestros padres, a nosotros los de los
trece grupos de las siete tribus, los trece grupos de
guerreros; y llegamos a Tulán en la obscuridad y en la
noche, y al llegar dimos nuestro tributo. Recibieron el
tributo de los guerreros de las siete tribus y fueron ellos
colocados en orden a la izquierda de Tulán, donde se
hallaba el pueblo de las siete tribus; a la derecha de
Tulán, se alinearon los guerreros. Primero se recibió el
tributo de las siete tribus, en seguida se recibió el tri-
buto de los guerreros. Pero éste no era más que jade y
metal, plumas verdes escogidas y juntas, y objetos pin-
tados y esculpidos, y por donativo: flautas, canciones,
209
calendarios de fiesta y de tiempo, cacao fino y ordinario;
sólo estas riquezas se pagaron y las únicas riquezas que
los guerreros llevaron de Tu/á" fueron sus arcos, braza-
letes, rodelas de madera, y fue cuanto sacaron de Tu/áll.
7.-En seguida se mandó a nuestras madres y a
nuestros padres, diciéndoles: «[Vosotros, hijos rníosl,
[vosotras, hijas mías!, he aquí las cargas que sostendréis
y mantendréis!" Así les habló la piedra de obsidiana:
«He allí vuestras colinas y llanuras; he allí, que del otro
lado del mar están vuestras colinas y llanuras. ¡Oh, hijos
míos! Allí es donde vosotros levantaréis vuestros ros-
tros. Estas son las cargas que se os dan, vuestras rique-
zas, vuestra majestad." Así se les dijo a las trece divi-
siones de las siete tribus, a las trece divisiones de gue-
rreros, y en seguida se les dio la madera y la piedra que
engaña; cuando descendían de Tuldn a Xiba/bau se les
dio la madera y la piedra, según relataban nuestros pri-
meros padres y antecesores Gagagüitz y Zactecau]. Es-
tas, en verdad, fueron sus cargas y éstas fueron también
sus propias palabras.
8.-Las siete tribus llegaron primero a Tuldn, según
se dice; y en pos de ellas vinimos nosotros los guerre-
ros, habiéndose recibido los tributos de todos los gue-
rreros de las siete tribus, cuando se abrieron las puertas
de Tu/á".
210
DE «EL LIBRO DE LOS LIBROS
DE CHILAM BALAM»
Versión de Alfredo Barrera Vázquez
y Silvia Rendón
CRüNICA MATICHU
PARTE PRIMERA
211
948-968), 4 Ahau 00.8.0.0.0: 968-987), 2 Ahau
00.9.0.0.0: 987-1007), fue cuando llegó a Chacnabirón
Ah Mekat Tutul Xiu (y los suyos).
U n año faltando para las cinco veintenas estuvieron
a Chacnabirón; éstos son los años: 99 (hasta el último
día del 5 Ahau, 10.14.0.0.0: 1086-1106).
PARTE II
212
Estos son los años: 200.
En el Katun 6 Ahau (9.14.0.0.0: 692-711) fue alcan-
zada la tierra de Chakanputún.
4 Ahau (9.15.0.0.0: 711-731), fue alcanzada la tie-
rra, por ellos, de Chakanputún.
2 Ahau (9.16.0.0.0: 731-751),13 Ahau (9.17.0.0.0:
751-771), 11 Ahau (9.18.0.0.0: 771-790), 9 Ahau
(9.19.0.0.0: 790-810), 7 Ahau (10.0.0.0.0: 810-835), 5
Ahau 00.1.0.0.0: 830-849), 3 Ahau (10.2.0.0.0: 849-
869), 1 Ahau (10.3.0.0.0: 869-889), 12 Ahau
(10.4.0.0.0: 889-909), 10 Ahau 00.5.0.0.0: 909-928), 8
Ahau 00.6.0.0.0: 928-948), fue abandonada Chakanpu-
tún.
Trece veintenas de años reinaron en Chakanputún
los hombres Itzá y vinieron en busca de sus hogares, de
nuevo.
Trece dobleces de karun residieron en Chakanpu-
tún, sus hogares, y perdieron el camino de Chakanpu-
tún.
Este es el katun cuando fueron los Itzaes bajo los
árboles, bajo la maleza, bajo los bejucos sufriendo.
Estos son los años corridos: 260 (692-948).
6 Ahau 00.7.0.0.0: 948-968), 4 Ahau 00.8.0.0.0:
968-987); dos veintenas de años (anduvieron errantes) y
vinieron a establecer sus hogares, de nuevo, después
de que perdieron Chakanputún.
Estos son los años: 40 (948-987).
PARTE III
213
00.10.0.0.0: 1007-1027), 11 Ahau 00.11.0.0.0:
1027-1047),9 Ahau (10.12.0.0.0: 1047-1066),7 Ahau
(10.13.0.0.0: 1066-1086), 5 Ahau 00.14.0.0.0: 1086-
1106), 3 Ahau 00.15.0.0.0: 1106-1125), 1 Ahau
00.16.0.0.0: 1125-1145), 12 Ahau (10.17.0.0.0:
1145-1165), 10 Ahau 00.18.0.0.0: 1165-1185).
Desde que se estableció Ah Suytok Tutul Xiu (y los
suyos) en Uxmal, diez veintenas de años reinaron (diez
veintenas hacía que se habían establecido en Uxmal) en
compañía de los gobernadores de Chichen ltzá y de
Mayapán.
Estos son los años que corrieron cuando esto acon-
teció: 200 años (987-1185)...
8 Ahau 00.19.0.0.0: 1185-1204), abandonó el
gobernante de Chichen Itzá, de los hombres ltzá, Hu-
nac Ceel Cauich, a Chac Xib Chac de Chichen Itzá;
por la traición de Hunac Ceel, gobernante de sus ho-
gares de nuevo, por causa de la traición de Mayapán-
Ichpá.
Cuatro veintenas de años y diez más hace: El dé-
cimo tun de! 8 Ahau 00.18.10.0.0: 1194), fue el año
en que se dispersaron por causa de Ah Sinteur Chan,
Tzonrecurn, Taxcal, Panrernit, Xuchueuet, Itzcuat, Ca-
caltecat. Estos eran los nombres de los individuos, siete
mayapanenses, 7.
En e! mismo 8 Ahau (10.19.0.0.0: 1185-1204) fue-
ron a destruir (los de Mayapán) al Rey Ulmil por sus
banquetes con el Rey Ulil de ltzmal.
Trece dobleces de karun hacía que estaban estable-
cidos (los Itzaes) cuando se dispersaron por causa de
Hunac Ceel, para darles lección a los Itzaes.
6 Ahau (11.0.0.0.0: 1204-1224), cuando se terminó.
Una veintena de años más catorce.
Estos son los años que corrieron: 34.
6 Ahau (11.0.0.0.0: 1204-1224), 4 Ahau (11.1.0.0.0:
1224-1244).
214
Dos veintenas de años; cuando fue apresada la tierra
de Ichpá-Mayapán por los hombres ltzá que salieron de
sus hogares con el Rey Ulmil, y por los de Itzmal, por
causa de la traición de Hunac Ceel.
2 Ahau (11.2.0.0.0: 1244-1263), 13 Ahau
(11.3.0.0.0: 1263-1283), 11 Ahau (11.4.0.0.0: 1283-
1303), (han transcurrido desde que) fue apresada la tie-
rra de Ichpá-Mayapán por los de fuera de la muralla
-por causa del gobierno múltiple en el interior de Ma-
yapán-, por los hombres Itzá y el Rey Ulmil.
Dos veintenas de años más tres años cuando entró
el 11 Ahau (tres tunes del 11 Ahau anterior; 1286),
desde que fue abandonada Mayapán por los extranje-
ros montañeses (que ocupaban) el interior de Mayapán:
43 años.
9 Ahau (11.5.0.0.0: 1303-1323-), 7 Ahau
(11.6.0.0.0: 1323-1342), 5 Ahau 01.7.0.0.0: 1342-
1362), 3 Ahau (11.8.0.0.0: 1362-1382), 1 Ahau
(11.9.0.0.0: 1382-1401), 12 Ahau 01.10.0.0.0: 1401-
1421), 10 Ahau (11.11.0.0.0: 1421-1441), 8 Ahau
(11.12.0.0.0: 1441-1461); fue cuando se abandonó y
destruyó Ichpá-Mayapán por los de extramuros, los de
atrás de la muralla, por causa del gobierno múltiple en
el interior de Mayapán.
6 Ahau (11.13.0.0.0: 1461-1480), 4 Ahau
01.14.0.0.0: 1480),4 Ahau (11.14.0.0.0: 1500-1520).
En el decimotercero tun, el año que corría (1513),
fue cuando primeramente pasaron los extranjeros espa-
ñoles a ver por primera vez nuestra tierra, esta provincia
de Yucatán.
Tres veintenas de años más trece años después que
había sido despoblada Ichpá: 73 años.
215
9 AHAU
216
7 AHAU
217
tiempo de siete días de reinado efímero, de reinado
pasajero, de siete soles de reinado. El aspecto de sus
hombres será de Holil Och, Zarigüeyas-ratones, pero
inútilmente gobernarán disfrazados con piel de jaguar y
Máscara de Venado y Conejo el cuerpo, pues se mani-
festarán sus rostros en los pueblos y provincias en que
reinen éstos de Estera prestada, de Trono prestado, de
Señoría prestada. Así será durante su gobierno que me-
nosprecien a los Halach Uiniques, Jefes de los pueblos,
los codiciosos señores.
Esto es lo que regirá en el 7 Ahau Katun, En el año
de 1896 saldrá el 7 Ahau. Aquí está su cara, al sur
queda en la rueda.
5 AHAU
218
tierra, porque este katun no tendrá sustancia sino desti-
nos de lascivia en las palabras que relajarán la gravedad
de los viejos, que relajarán la gravedad de las viejas del
5 Ahau. Más allá del monte, más allá de las lomas roco-
sas, Thuul Can Chac, El-chac-que-chorrea-serpientes, se
alzará con sequía por todas partes, pero su carga de
hambre no será muy hambrienta porque el agua en ca-
nales dará pan más allá del monte, más allá de las lomas
rocosas. Este tiempo trae hambre espantosa, pero no en
todas partes.
En este 5 Ahau llegará nuevo poder, nueva palabra a
Ichcaansihó, Faz-del-nacimiento-del-cielo, con otros
hombres. Mutuamente se devorarán Víboras y Jaguares,
mutuamente se devorarán las Zarigüeyas-ratones. Aca-
bado será el poder de los Barabes, Los-del-hacha, ple-
beyos en el 5 Ahau, los hijo de mendigo, los mendigos
de ralea, de gente sin nobleza, los cuerpos muertos que
están frente al 5 Ahau, los de Estera prestada, los de
Trono prestado, los hijos de padres abominables, los de
ojos vendados que no verán cuando estén en la Estera,
cuando estén asentados en el Trono. Cesará su poder
cuando alce el cuello el Jaguar, cuando alce el cuello la
Víbora ponzoñosa al fin del 5Ahau, cuando sea expul-
sada la semilla del Itzá, Brujo-del-agua, el ávido de go-
bernar. Entonces morderán a sus amos los Pek, Perros,
pues no está lejano el día en que sobre ellos se vuelvan,
sobre el que desprecia a su madre, sobre el que despre-
cia a su padre. Discordia en el Trono nuevamente des-
truida con piedras cuando acabe la codicia y sean sofo-
cadas las gargantas y se hagan saltar los ojos al que
gobierna, cuando impere Hahal Ku, Verdadera-deidad.
Esta es la carga: por muerte súbita, violenta, acabarán.
Podrá ser o no podrá ser, sólo Dios (sic) sabe la verdad
de las cosas, si ocurrirá por la furia de las Holil Och,
Zarigüeyas-ratones, así dice el Ah Kin, Sacerdote-del-
culto-solar, Chilam, Intérprete.
219
Ordenanzas se llaman las que dio el llamado Xuch
Ueuet , Primero-Flor, desde el mero principio que vino
cuando llegó. En el año de 1921 saldrá el 5 Ahau.
PROFECIA EN UN 13 AHAU
220
que con el pie, Ah Mucen Cab, El-que-guarda-la miel,
cuando transcurra el 13 Ahau, porque el 13 Ahau es el
tiempo en que se juntarán y coincidirán el Sol y la Luna;
será la noche y al mismo tiempo el amanecer de
Oxlahun Tiku, Trece-deidad, y de Bolon Tiku, Nueve-
deidad. Será cuando cree, haga nacer Itzam Cab Ain,
Brujo-del-agua-tierra-cocodrilo, vida perdurable en la
tierra. Se derrumbará el cielo y se volteará la tierra,
retumbará Oxlahun Tiku, Trece-deidad. Se inundará el
mundo cuando se levante el gran Itzam Cab Ain,
Brujo-del-agua-tierra-cocodrilo. Grandes inundaciones
trae el mensaje del katun a su término, grandes inunda-
ciones vendrán hacia el fin del poder del katun; en los
16 para los 4 cuatrocientos más 17 años entonces es
cuando muere el poder de este karun,
Bolon Tiku, Nueve-deidad, no querrá el degüello
de Itzarn Cab Ain, Brujo-del-agua-tierra-cocodrilo,
cuando se apodere del país llano aquel llamado Ah
Uooh Puc, El-signo-destructor, que arrojará con ímpetu
su nombre teniendo el rostro vendado, durante su rei-
nado.
221
dulces las puntas de sus lenguas y dulces tienen los
sesos estos dos grandes y nefastos murciélagos que vie-
nen a chupar la miel de las Flores: la roja de hondo
cáliz, la blanca de hondo cáliz, la oscura de hondo cáliz,
la amarilla de hondo cáliz, la inclinada, la vuelta hacia
arriba, el capullo, la marchita, la campánula recostada de
lado, la mordisqueada del cacao, la pegajosa flor de pe-
dernal, la flor de hueso, la Macui!xúchit. cinco-flores, la
de corazón colorido, la Ixlaul, flor de laurel, la flor de
pie torcido; a todas éstas vinieron los Ah Con Mayeles,
Los-ofrecedores-de-perfume.
Las madres de las flores serán olidas por el Ah Kin,
Sacerdote-del-culto-solar, por el Ahau, Señor-príncipe,
por el Holean, Soldado, por el Halach Uinic, Jefe. Tal
será la carga del katun florido cuando venga. «Pero no
habrá otro, ya no se verá otro", dijo. No traerá pan en
su carga el karun florido sino flores de cizaña por el
pecado cometido por Balan Tiku, Nueve-deidad. A tres
años aún no llegará la presencia del dios infernal Balan
Dzacab, Nueve-fecundador, cuando se manifestará en
las flores Pizlimtec (Pilzintecuhrli) el infante inmaturo,
cuando se disfrace de colibrí y venga a chupar la miel de
la flor de nueve pétalos, de la flor de nueve corazones.
Entonces querrá marido la flor marchita cuando le
arranquen el corazón.
De cuatro pétalos será el cáliz de las flores cuando
tengan asentada en su centro la presencia del Ah Kin
Xocbil Tun, Sacerdote-del-culto-solar, Xocbil Tun,
Piedra-preciosa-que-se-cuenta, cuando tenga la presen-
cia de Oxlahun Tiku, Trece-deidad, cuando vean cómo
baja el pecado hacia la Estera, cuando hasta allí llegue el
poder de la Flor de Mayo. De Flor de Mayo será la
Estera, de Flor de Mayo el Trono, de Flor de Mayo la
sustancia. De envidia será su asiento, de envidia será su
caminar, de envidia será su plato, de envidia su jícara,
de envidia su corazón, de envidia será su entendi-
222
miento, de envidia su pensamiento, de envidia su boca.
Desvariado de lascivia será el poder en su época cuando
pida a gritos su comida y su bebida, cuando por la comi-
sura de la boca coma su sustento que estará sobre los
dedos de sus pies mientras mordido tenga el palo y
sostenga la piedra. Grande será la lascivia durante la
presencia de Lahun Chaan, Diez-Poderoso. De pecado
será su rostro, de pecado su entendimiento, de pecado
su palabra, de pecado su enseñanza durante su presencia
de pecado su caminar; porque tuvo vendados los ojos su
presencia; peligrosa será su situación en la Estera du-
rante su imperio porque se olvidará de su madre, se
olvidará de su padre, y querrá ignorar al padre que lo ha
engendrado y querrá ignorar a la madre que lo ha pa-
rido; olvidadiza será su voluntad y tendrá orfandad que
ofenderá a su padre y querrá ir en orfandad de madre.
Como de borracho serán sus señales porque perderá el
entendimiento ante su madre y ante su padre y será
falto de virtud, y de bondad despojado estará su cora-
zón y sólo un poco de bondad tendrá en la punta de la
lengua. Ignorará cómo va a acabar e ignorará lo que
habrá al final de su época cuando sea el término del
tiempo de su poder, cuando pesadamente cargue su li-
mosna Balan Tiku, Nueve-deidad, Uuc Satay, Siete-
Muerte, cuando pierda su ánimo y espíritu y sea dego-
llado después que él mismo se haya ahorcado. Pecadora
será la palabra del Ah Bobar, Profeta, pecador será el
Ah Kin, Sacerdote-del-culto-solar, pecador el Ahau,
Señor-príncipe, pecador el Holean, Guerrero.
Terminará su poder embrocando los escudos y colo-
cando las lanzas con la punta para abajo. De diez pétalos
será la enemistad que se levante. Pero no sabrán lo que
viene al final del poder del katun: Holeanes, Guerreros,
que cuando lleguen, colgada traerán del brazo a Ix Tab,
La-de-la-cuerda, Entonces no estará vendado el rostro
del karun sino que pondrán sus pechos para ser alancea-
223
dos por los de la Flor de Mayo y monran por los Ah
Kines, Sacerdotes-del-culto-solar, los sabios, en compa-
ñía de los Ahaues, Señores Príncipes, y de los Holcanes,
Guerreros. Este mensaje sale en otro katun en el no-
veno año tun en cuyo tiempo se establecerán Batabes,
Los-del-hacha, y Ahaues, Señores-príncipes, hijos de Ah
Kinchil Cobá, El-Chachalaca-de-rostro-solar y de Am
Miscit, El-barredor, por el poder de Oxlahun Tiku,
Trece-deidad, antes de que transcurran, según mi en-
tender, tres dobleces, vueltas, duraciones de hombre
sobre la tierra.
En la tercera vuelta del katun será el tiempo de
escalar las montañas por la sequía y los grandes padeci-
mientos del hijo del gran Irzá, Brujo-del-agua. Pero no
acabarán por completo el tiempo de la Flor de Mayo y
los hombres de la Flor de Mayo dentro del cristianismo.
224
trucciones de las albarradas y será resellada la superficie
del tronco de la ce iba. Será entonces cuando se sequen
las fuentes de agua y será entonces cuando Thuul Caan
Chac, El-Chac-que-chorrea-serpientes, se yerga hasta el
fin de las aguas profundas y en los pantanos. Triste es-
tará Ix Dziban Yol Nicré, La-flor-de-corazón-pintado,
durante el transcurso del katun, porque otro poder
vendrá a manifestarse, poder nacido en el cielo. Esto
acontecerá durante el transcurso de! año tun 13 Kan
entre los años de 1593 y 1594.
225
estarán las piedras. Cuando esté presente Ah Uuc
Chuah, El-siete-alacrán, arderá la cara de la tierra, y
croarán las ranas 00 al mediodía en sus pozos. El 4 Kan,
Piedra-preciosa, tomará su palabra cuando venga el otro
poder sobre el Jaguar blanco, sobre el Jaguar rojo, so-
bre Maycuy, Tecolore-venado, cuando en el quinto año
tun del 5 Ahau venga Al Buluc Ch'abran, El-once-
ayunador, a decir la palabra del Sol, la palabra que sur-
girá del signo jeroglífico para que acontezca el llanto de
los grandes Itzaes, Brujos-del-agua. Entonces dirá su
carga, cuando rija el hilo del día y de la noche. Entonces
será cuando se devoren entre sí las Zarigüeyas-ratones,
y los Jaguares, cuando llegue este nuevo poder en el 4
Kan, cuando se mueva el cielo y se mueva la Tierra,
cuando se arrimen entre sí el Sol y la Tierra sobre el
Petén, país llano, ombligo del katun. Cuando llegue,
esto será lo que merezca el tiempo del karun.
226
AÑO (7.0) 6 IX
227
AÑO TUN (12°) 11 cuxuc
228
ANO (17°) 3 KAN
229
días de sed, días de hambre. Faltará el agua, se secarán
los manantiales y las venas de la tierra. Ensangrentados
quedarán los caminos, ensangrentados quedarán los
descansaderos, gritará la gente a la puerta de sus pobla-
dos por causa de Buluc Ch'abran, Once-ayunador. Bu-
luc Chuen, Once-mona-artífice, será el patrono en el
poder. Llorará Ku, Deidad, llorará el mundo; será
cuando recuerden sus linajes maternos y sus linajes pa-
ternos y los tres dobleces de karun pasados desde que
murieron perdidos en los bosques y bajo las malezas
por causa del poder del Sol según sus historias y tradi-
ciones. Así ocurrirá en el decirno-octavo año tun, así
aparecen los signos en el libro de los siete linajes que
vio el Ah Kin, Sacerdote-del-culto-solar, Chilam Balam,
Brujo-intérprete, cuando leyó la rueda de los karunes
en compañía del Ah Kin, Sacerdote-del-culto-solar, Na-
pucrun, Piedra-Iabrada-de-línea-materna-llamada-Puc,
Ah Kim, Sacerdote-del-culto-solar, de Hua Vitzil Chac,
porque iban a entrar Lorencillo y los ingleses allí, el
U no-chac-de-las-monrañas, de Uxma!. Eso fue lo que
dedujo de los signos pintados en el libro, según su en-
tender, el Ah Kin, Sacerdote-del-culto-solar, Ch'el, gran
autoridad. Allí vieron cómo caería la carga según dijo el
Chilam Balam, Brujo-intérprete, que estaba ordenado
por Hunab Ku, U nica-deidad, Oxlahun ti Ku, Trece-
deidades, que caería un año de reyertas y un solo pleito
se oiría, según la explicación que dan los signos pinta-
dos. Podrá ser o podrá no ser lo que ocurrirá sobre los
árboles de Chapar, Ciempiés-escolopendra. Si nos acon-
teciese a nosotros, ocurriría sobre el pan de maíz y so-
bre el agua, porque inmensa es la carga de este karun
según aparece en los signos del libro y del karun, por el
norte y por el sur del mundo. Aquí en Mayapan,
Estandarte-venado, se hará espantable Ah Uuc Chapat,
El-siete-ciempiés-escolopendra, y se hará espantable Ah
U uc Y 01 Sip, El-siete-corazón-ofrenda.
230
EXPLICACION DEL CALENDARIO MAYA
231
cara su presencia, ni se le daba la importancia del primer
día a su imagen, era ya otro al tercer día y no el centro
de la casa; al cuarto día se le colocaba en las afueras de
la casa para que allí le amaneciera; al quinto día se le
echaba para que se fuese. El sexto día entonces que era
el primero, el día cargador del año, en el que se asen-
taba el comienzo del año, del nuevo año y del primer
mes llamado otra vez Poop, Estera.
He aquí las letras mayas escritas para contarse o
leerse los meses como en el calendario de los romanos
cuya cuenta lleva la Santa Madre Iglesia para que se
sepa la cuenta completa de sus días y de sus meses y la
cuenta de los años del calendario de los cristianos. Tres
son las columnas de mi escritura que se encontrarán
aquí abajo con los doce meses del calendario; la primera
parte es en castellano, allí se ven los días que hay en
cada mes; la segunda parte son las figuras de las letras;
los jeroglíficos de cada día que se van contando son las
que tienen punto y rayas detrás. Un punto vale un año;
si son dos, dos años o días; si son tres puntos así tam-
bién se cuenta; si son cuatro puntos se cuentan cuatro
como si son tres puntos así también. Las rayas que están
encima también, si es una raya vale cinco años; si son
dos rayas diez; si la raya que está encima tiene un punto
se cuentan seis; si son dos los que hay sobre la raya, son
siete; si tres puntos hay encima son ocho; si cuatro pun-
tos hay sobre la línea se cuentan nueve; si son dos rayas
con un punto encima son once si es uno; si son dos
puntos, doce; si son tres puntos, trece. La cuarta sección
son las letras que he pintado y que representan los
nombres de los signos de los días de las veintenas mayas
que he copiado. Entendía muy bien estas cosas el señor
Don Juan Xiu de Oxkurzcab. Lo copié yo, Diego Chi,
escribano de la cofradía de aquí de Maní el 16 de julio
de 1689, el día que fueron de Oxkurzcab a Mérida,
porque iban a entrar en Lorencillo y los ingleses allí, el
232
caprran Diego Balan Gobernador, Pedro Puc y Diego
Tuin alcaldes y Pascual Noh el regidor principal.
312 años hay sobre un doblez de katun para que se
asiente en su comienzo de nuevo tal como comenzó.
Estas pinturas que copié no son todas sino solamente la
explicación del transcurso del 8 Ahau que corre parejo
con la carga del cargador del año del Katun 2 Ahau;
transcurrido el octavo año falta aun la carga de trece
para que termine el 4 Ahau en que estamos, pero yo
copié los trece. No es todo, sino solamente el calenda-
rio de ellos que cotejo con el calendario romano que
llevan los cristianos según el nacimiento de nuestro Sal-
vador Jesucristo, dentro del cual caen cuantas festivida-
des se celebran dentro de los días de la cuenta de los
cristianos y de la Santa Madre Iglesia. Hice la separa-
ción de la cuenta de los años y de la de los meses. Lo
ajustarán mis Señores, mis padres y maestros. Que me
perdonen a mi de sus hijos el peor, si no está correcto
como queda explicado; si hay error lo corregirán porque
no es mucha mi inteligencia, por esto es que les pido
que perdonen mis yerros en el nombre de Nuestro Se-
ñor Dios dentro de mi falta de entendimiento.
Hoy al finalizar el mes, 20 Seec en el signo 6 Chic-
chan del año de cargador 9 MuIuc, es 14 de febrero de
1793; fue cuando terminé de aprender a escribir los
meses uinales mayas, del calendario que los antiguos
hombres mayas tenían cuando aún no comenzaba el
cristianismo. Que me perdonen mis yerros mis señores
padres y los altos entendidos maestros, los astrólogos
acéntricos (sic) y los concéntricos (sic), los grandes sa-
bios que saben cómo caminan el Sol, la Luna y las estre-
llas y todas las cosas creadas por nuestro Padre Dios.
233
CULTURA INCASICA
DE «LOS ORIGENES DE LOS INCAS»
de Martín de Moma
237
antes de llegar a ellas, encontró un Indio de los poquis,
y lo mató con cierta arma llamada macana, que llevaba
secretamente, y le abrió y sacó los bofes, los cuales
henchió de viento, y con ellos en la boca toda ensan-
grentada entró en el pueblo, y los indios atemorizados
de verla así, creyendo que comía gente, desampararon
las casas y se fueron huyendo; e pareciendo buen
asiento para poblar y que la gente era doméstica volvió
a donde estaban los hermanos y los trajo, excepto el
hermano mayor, que quiso quedar allí en Apitay, donde
murió, y en su nombre y memoria llamaron aquella sie-
rra y cerro Guanacauri, y luego en llegando fueron
recibidos sin resistencia, y nombraron por conformidad
por principal del pueblo al hermano segundo, Cusco
Huanca, de cuya causa se nombró e llamó este asiento
Cusca, como cosa principal y cabeza del reino, que an-
tes se llamaba Acamama. Muerto éste, que falleció en
Curicancha, le sucedió el tercer hermano llamado el
Gran Mango Cápac, del cual se tratará en el siguiente
capítulo.
238
belicosos, que traían las orejas horadadas, y en los agu-
jeros puestos pedazos de oro, uno de los cuales fue este
gran Mango Cápac, el cual dicen que hizo estirar dos
planchas muy delgadas de plata, y poniéndose una en
los pechos y otra en las espaldas, y diadema, que ellos
llaman canipo en la cabeza, envió a esta ciudad a un
cierto indio, avisando que era hijo del Sol, y que para
que ellos le viesen se mostraría en un cerro alto, donde
salió, y fue visto en la cumbre de él pasearse con las
planchas de plata, que relumbraban con los rayos del
Sol, lo cual viendo los indios le tuvieron por hijo del
Sol y por cosa divina, y así le ofrecieron muchas rique-
zas, y todo lo que quiso; y así se hizo rico y poderoso y
salió después a conquistar algunos pueblos, que están
junto a esta ciudad; así este valeroso y gran señor
Mango Cápac, como primer rey, e Inga que fue de to-
dos, dio culto de religión a los indios adorando el Sol, la
Luna y las estrellas y así hizo el templo de Coricancha
dedicado al Sol.
239
piedra habló antes que llegasen los Indios con ella a la
dicha fortaleza, diciendo saycunin, que quiere decir,
canséme, y que lloró sangre y que por esta razón tiene
por nombre hoy día la Piedra Cansada.
240
quezas unos a otros y a porfía. Creían que había Dios en
el cielo y que era el Sol y que tenía por mujer a la Luna
y por hijos las estrellas, y así adoraban todo esto, y al
demonio en todos cuantos sacrificios que de continuo
hacían y así lo solía hablar otras cosas.
241
y allá dentro les daban a beber y estando borrachos les
tapaban la boca y los ahogaban, y muertos los enterra-
ban delante, y junto al Sol, los hombres a la mano dere-
cha y las mujeres a la izquierda, juntamente con lo que
así llenaban de oro y plata como dicho está. Así mismo
dicen estos indios que de cuatro a cuatro años y algunas
veces, a siete demás de los sacrificios ordinarios, espe-
cialmente cuando se alzaban por reyes, hacían unos sa-
crificios reales, que llamaban capacocha, que eran gene-
rales en todo el reino; los cuales se hacían siempre en
esta ciudad del Cusco en la casa del Sol, y acabado, se
repartían los dichos sacrificios por todo el reino y les
daba comisión de lo que habían de ofrecer y sacrificar y
eran bultos de oro y plata, ropa a la medida de los
ídolos, de todas suertes, lana, algodón, plum ería, costa-
licos de coca, y de almejas de la mar molido, bultos de
ovejas de oro y plata, y ganados a los cuales sacrificios
llevaban y repartían desde esta ciudad, hasta llegar a los
Llanos y a los postreros de los Andes, todas las cuales
cosas con que sacrificaban, especialmente las del Inga,
iban escogidas y sin falta ninguna, y la leña y paja con
que se hacía, muy escogida, que no oliese mal ni la
hubiesen meado animales; y la chicha era de maíz negro
y blanco y amarillo escogido, y la tenían en unos cánta-
ros de oro y plata, y cuando la habían de sacrificar, el
propio Inga probaba si era buena o no; y que así eran en
general en todo el reino estos sacrificios, y cada uno en
su provincia y pueblo lo hacían como mejor podían,
sacrificando sus huacas, las cuales señaladas cada uno en
su término y puestos nombres, y que lo principal para
que hacían estos sacrificios era, invocando las huacas
para que el Inga fuese siempre mozo y valiente y su
mujer, la Coya, moza y hermosa, y los gobernasen bien
y tuviesen siempre paz y virtud.
Todo esto lo hacían por la falta que tenían de la cruz
y así andaban ciegos. Cápac Yupanqui fue el primero
242
que mandó hacer las casas y templos de Quisuarcancha
donde puso estatua del Hacedor, que en la lengua lla-
maban Pachayacháchic, y era de oro del tamaño de un
muchacho de diez años, y era figura de un hombre
puesto en pie, el brazo derecho alto con la mano casi
cerrada, y los dedos pulgar e índice altos, como persona
que está mandando, y esto por cierta consideración que
este dicho Inga Cápac Yupanqui hizo del movimiento
del Sol, como queda ya dicho en su capítulo, y así
mandó hacer un templo donde le adorasen el Pachaya-
cháchic su dios, pues el Sol no era el verdadero, pues
nunca paraba, y que cualquiera nublado le impedía su
luz y resplandor, no obstante que sus antepasados los
Ingas desde el principio lo tuvieron por dios, aunque
bien sabían había sobre él un Hacedor de todas las cosas
a quien llamaban Tipsiviracochan y le tenían reverencia
y le hacían sacrificio, mas no en tanta veneración como
desde este Inga Cápac Yupanqui.
243
DE LA «SUMA Y NARRAClON DE LOS INCAS»
de Juan de Betanzos
245
dicha; y que esta gente le hizo cierto de servicio á este
Viracocha, y como della estuviese enojado, tornó esta
vez postrera y salió como ántes habia hecho, y á aquella
gente primera y á su Señor, en castigo del enojo que le
hicieron, hízolos que se tornasen piedra luego.
Así como salió y en aquella rnesma hora, como ya
hemos dicho, dicen que hizo el sol y dia, y luna y estre-
llas; y que esto hecho, que en aquel asiento de Tiagua-
naco, hizo de piedra cierta gente y manera de dechado
de la gente que despues habia de producir, haciéndolo
en esta manera: Que hizo de piedra cierto número de
gente y un principal que la gobernaba y señoreaba y
muchas mujeres preñadas y otros paridas y que los ni-
ños tenían en cunas, segun su uso; todo lo cual ansí
hecho de piedra, que lo apartaba á cierta parte; y que él
luego hizo otra provincia allí en Tiaguanaco, formándo-
los de piedras en la manera ya dicha, y como los hobiese
acabado de hacer, mandó á toda su gente que se partie-
sen codos los que él allí consigo tenia, dejando solos dos
en su compañía, á los cuales dijo que mirasen aquellos
bultos y los nombres que les habia dado á cada género
de aquellos, señalándoles y diciéndoles: «éstos se llama-
rán los tales y saldrán de tal fuente en tal provincia, y
poblarán en ella, y allí serán aumentados; y éstos saldrán
de tal cueva, y se nombrarán los fulanos, y poblarán en
tal parte; y ansí como yo aquí los tengo pintados y he-
chos de piedras, ansí han de salir de las fuentes y rios, y
cuevas y cerros, en las provincias que ansí os he dicho y
nombrado; é ireis luego todos vosotros por esta parte
(señalándoles hácia donde el sol sale l, dividiéndoles á
cada uno por sí y señalándoles el derecho que deba de
llevar».
246
EN QUE SE TRATA COMO SALIERON LAS GENTES DESTA
TIERRA POR MANDADO DE VIRACOCHA E f,.SIMESMO DE
AQUELLOS SUS VIRACOCHAS QUE PARA ELLO ENVIABA;
Y COMO EL CON TIC! VIRACOCHA ANSIMESMO SE
PARTIO, E LOS DOS QUE LE QUEDARON, A HACER LA
MESMA OBRA, y COMO SE JUNTO, AL FIN DE HABER ESTO
ACABADO, CON LOS SUYOS, Y SE METIO POR LA MAR,
ADONDE NUNCA MAS LE VIERON
247
para que ansímismo fuesen hacer lo que habian ido los
primeros, y que ansímismo llamasen los indios y natura-
les de la provincia de Condcsuvo; y que lo mismo envió
el otro por la parte y provincia de Andesuyo, que es á la
otra manderecha, puesto en la manera dicha, las espal-
das hácia do el sol sale.
y estos dos ansí despachados, dicen que él ansí-
mismo se partió por el derecho hácia el Cuzco, que es
por el medio desras dos provincias, viniendo por el ca-
mino real que va por la sierra hácia Caxamalca; por el
cual camino iba él ansímismo llamando y sacando las
gentes en la manera que ya habeis oido. Y como llegase
á una provincia que dicen Cacha, que es de indios Ca-
nas, la cual está diez y ocho leguas de la ciudad del
Cuzco, este Viracocha, como hobiese allí llamado estos
indios Canas, que luego como salieron, que salieron ar-
mados, y como viesen al Viracocha, no lo conociendo,
dicen que se venian á él con sus armas todos juntos á le
matar, y que él, como los viese venir ansí, entendiendo
á lo que venian, luego improviso hizo que cayese fuego
del cielo y que viniese quemando una cordillera de un
cerro hácia do los indios estaban. Y como los indios
viesen el fuego, que tuvieron temor de ser quemados y
arrojaron las armas en tierra, y se fueron derechos al
Viracocha, y como llegasen á él, se echaron por tierra
todos; el cual, como ansí los viese, tomó una vara en las
manos y fué do el fuego estaba, y dió en él dos ó tres
varazos y luego fué muerto. Y todo esto hecho, dijo á
los indios cómo él era su hacedor; y luego los indios
Canas hicieron en el lugar do él se puso, para que!
fuego cayese del cielo y de allí partió á rnatalles, una
suntuosa guaca, que quiere decir guaca adoratorio ó
248
ménos, en memoria de este Viracocha y de aquello allí
subcedido; lo cual dicen estar hecha esta guaca desde su
antigüedad hasta hoy.-Y yo he visto el cerro quemado
y las piedras dél, y la quemadura es de más de un cuarto
de legua; y viendo esta admiración, llamé en este pueblo
de Chaca (a) los indios é principales más ancianos, é
preguntéles qué hobiese sido aquello de aquel cerro
quemado, y ellos me dijeron esto que habeis oido. Y la
guaca de este Viracocha está en derecho desra quema-
dura un tiro de piedra della, en un llano y de la otra
parte de un arroyo que está entre esta quemadura y la
guaca. Muchas personas han pasado este arroyo y han
visto esta guaca, porque han oido lo ya dicho á los in-
dios, y han visto esta piedra: que preguntando á los
indios que qué figura tenia este Viracocha cuando ansí
le vieron los antiguos, segun que dello ellos tenian noti-
cia, y dijéronme que era un hombre alto de cuerpo y
que tenia una vestidura blanca que le daba hasta los
piés, y quesra vestidura traia ceñida; é que traia el cabe-
llo corto y una corona hecha en la cabeza á manera de
sacerdote; y que andaba destocado, y que traia en las
manos cierta cosa que á ellos les parece el dia de hoy
como estos breviarios que los sacerdotes traian en las
manos. y esta es la razon que yo deseo tuve, segun que
los indios me dijeron. Y pregunréles cómo se llamaba
aquella persona en cuyo lugar aquella piedra era puesta,
y dijéronme que se llama Con Tici Viracocha Pachaya-
chachic, que quiere decir en su lengua, Dios hacedor del
mundo.
y volviendo á nuestra historia, dicen que despues de
haber hecho en esta provincia de Cacha este milagro,
que pasó adelante, siempre entendiendo en su obra,
como ya habeis oido, y como llegase á un sitio que
agora dicen el Tambo de Úrcos, que es seis leguas de la
ciudad del Cuzco, subióse á un cerro alto y sentóse en
lo más alto dél, de donde dicen que mandó que produ-
249
ciesen y saliesen de aquella altura los indios naturales
que allí residen el dia de hoy. Y porque este Viracocha
allí se hubiese sentado, le hicieron en aquel lugar una
muy rica y suntuosa guaca, en la cual guaca, porque se
sentó en aquel lugar este Viracocha, pusieron los que la
edificaron un escaño de oro fino, y el bulto que en el
lugar desre Viracocha pusieron, le sentaron en este es-
caño; el cual bulto de oro fino, en la parte (a) del Cuzco
que los chripsrianos hicieron cuando le ganaron, (valió ó
250
dia caber saliendo ó entrando á gatas; de la cual cueva,
luego que se abrió, salieron cuatro hombres con sus
mujeres, saliendo en esta manera. Salió primero el que
se llamó Ayar Cache y su mujer con él, que se llamó
Mama Guaco; y tras éste salió otro que se llamó Ayar
Oche, y tras él su mujer, que se llamó Cura; y tras éste
salió otro que se llamó Ayar Auca, y su mujer, que se
llamó Ragua Odio; y tras éstos salió otro que se llamó
Ayar Mango, á quien despues llamaron Mango Capac,
que quiere decir el rey Mango; y tras éste salió su mujer
que llamaron Mama Odio; los cuales sacaron en sus
manos, de dentro de la cueva, unas alabardas de oro, y
ellos salieron vestidos de unas vestiduras de lana fina
tejida con oro tino, y á los cuellos sacaron unas bolsas,
ansí mismo de lana y oro, muy labradas, en las cuales
bolsas sacaron unas hondas de niervos. Y las mujeres
salieron asimismo vestidas muy ricamente, con unas
mantas y fajas, que ellos llaman chumbis, muy labradas
de oro, y con los prendederos de oro muy tino, los
cuales son unos alfileres largos de dos palmos que ellos
llaman topos; y ansí mismo sacaron estas mujeres el
servicio con que habian de servir y guisar de comer á
sus maridos, como son ollas y cántaros pequeños, y pla-
tos y escudillas y vasos para beber, todo de oro tino. Los
cuales, como fuesen de allí hasta un cerro quesrá legua y
media del Cozco, Guanacaure, y descendieron de allí, á
las espaldas deste cerro, á un valle pequeño que en él se
hace, donde como fuesen allí, sembraron unas tierras de
papas, comida deseos indios, y subiendo un d ia al cerro
Guanacaure para de allí mirar y devisar donde fuese
mejor asiento y sitio para poblar; y siendo ya encima del
cerro, Ayar Cache, que fué el primero que salió de la
cueva, sacó una honda y puso en ella una piedra y tiróla
á un cerro alto, y del golpe que dió, derribó el cerro y
hizo en él una quebrada; y ansímismo tiró otras tres
piedras, y hizo de cada una una quebrada grande en los
251
cerros altos; los cuales tiros eran y son, desde donde los
tiró hasta donde el golpe hicieron, segun que ellos lo
fantasean, espacio de legua y media y de una legua.
y viendo estos tiros de honda los otros tres sus
compañeros, paráronse á pensar en la fortaleza desre
Ayar Cache, y apartáronse de allí un poco aparte, y
ordenaron de dar manera como aquel Ayar Cache se
echase de su compañía, porque les parescia que era
hombre de grandes fuerzas y valerosidad, y que los
mandaria y subjeraria andando el tiempo, y acordaron
de tornar desde allí á las cuevas donde habian salido; y
porquellos al salir habian dejado muchas riquezas de
oro y ropa y del más servicio dentro de la cueva, orde-
naron, sobre cautela, que tenian necesidad deste servi-
cio, que volviese á lo sacar Ayar Cache; el cual dijo que
le placía, y siendo ya á la puerta de la cueva, Ayar Cache
entró agatado, bien ansí como habia salido, que no po-
dian entrar menos; y como le viesen los demás dentro,
tomaron una gran losa, y cerráronle la salida y puerta
por do entró; y luego, con mucha piedra y mezcla, hi-
cieron á ésta enroda {entrada?] una gruesa pared, de
manera que cuando volviese á salir, no pudiese y se
quedase allá. Y esto acabado, esruvié ronse allí hasta que
dende a cierto rato oyeron cómo daba golpes en la losa
de dentro Ayar Cache, y viendo los compañeros que no
podia salir, rornáronse al asiento de Guanacaure, donde
estuvieron los tres juntos un año y las cuatro mujeres
con ellos; y la mujer de Ayar Cache, que ya era que-
dado en la cueva, diéronla á Ayar Mango, para que le
srrviese.
252
EN QUE SE TRATA DE COMO INCA YUPANQUI HIZO LA CASA
DEL SOL Y EL BULTO DEL SOL, Y DE LOS GRANDES AYUNOS,
IDOLATRIAS y OFRECIMIENTOS QUE EN ELLO HIZO
253
dor, á quien ellos llaman Viracocha Pachayachachic, que
dice Hacedor de/ 1111111 do, y ellos tienen que éste hizo el
sol y todo lo que es criado en e! cielo y tierra, como ya
habeis oido; caresciendo de letras, y siendo ciegos de!
entendimiento en e! saber, casí muchos varían en esto
en todo y por todo, que unas veces tienen al sol por
hacedor, y otras veces dicen que e! Viracocha; y por la
mayor parte, en toda la tierra y en cada provincia della,
como e! Demonio les traiga ofuscados, y en cada parte
que se les demostraba les decia mil mentiras y engaños,
y ansí los rraia engañados y ciegos, y en los tales lugares
do ansí le vian ponían piedras en su lugar, á quien ellos
reverenciaban y adoraban. Y como les dijese unas veces
que era e! sol, y á otros en otras partes decía que era la
luna, y á otros que era su Dios y Hacedor, é á otros que
era su lumbre que los calentaba y alumbraba, é que ansí
lo verían en los volcanes de Arequipa (a): en otras par-
res decia que era e! Señor que habia dado e! ser al
mundo, y que se llamaba Pachacama, que dice, Dador dI'
ser a/ ""I/U/O: y ansí los rraya, como tengo dicho, enga-
ñados y ciegos.
y volviendo á nuestra historia, este Señor Inca Yu-
panqui, como quisiese hacer casa y adoratorio á quien él
reverenciase y los demás de su pueblo, quirien.Io lo
hacer á reverencia y semejanza de! que habia visto ánres
de su batalla, y considerando él que! que ansí viera, á
quien él llamaba Viracocha, que le vio con gran res-
plandor, segun ellos dicen, y en tanta manera que le
paresció que todo el día era allí delante dél y su lumbre,
lo cual viendo delante de sí, dicen que hubo gran pavor,
y que nunca le dijo quién fuese; considerando él en sí,
cuando esta casa quería edificar. que aquel que viera,
segun la lumbre que en él había visto, que debia de ser
el sol, y que como llegase á él Y la primera palabra que
le dijese «Hijo, no tengas temor», y ansí los suyos,
como la historia os ha contado, le llamaron despues
254
Hijo del Sol; y tiniendo él ansí lo que ya habeis oido,
propuso de hacer esta Casa del Sol.
y como la propusiese, llamó los suyos y los señores
de la ciudad del Cuzco que allí consigo tenia, y díjoles
lo que ansí tenia pensado y que queria edificar esta casa;
y ellos le dijeron que diese la órden y traza del edificio
della, porque tal casa como aquella, ellos, los naturales y
propios de la ciudad del Cuzco la debían edificar é ha-
cer; é Inca Yupanqui les dijo que la casa debía ser
edificada luego, porque él ansí lo tenia pensado. Y visto
por él el sitio do á él mejor le paresció que la casa debia
de ser edificada, mando que allí fuese rraido un cordel,
y siéndole traído, levantáronse del lugar do estaban él y
los suyos, y siendo ya en el sitio do habia de ser la casa
edificada, él mismo por sus manos con el cordel midió y
trazó la Casa del Sol; y habiéndola trazado, partió de allí
con los suyos y fué á un pueblo que dicen Salu (a),
que es casi cinco leguas de esta ciudad, ques do se sacan
las canteras, y midió las piedras para el edificio desra
casa, y ansi medidas, de los pueblos comarcanos pusie-
ron las piedras que les fué señaladas y las que fueron
bastantes para el edificio desra casa; y juntamente con
esto, rrujeron todo lo demás que para el edificio desra
era necesario; y siendo ya allí, pusieron por obra el
edificio della, bien ansí como Inca Yupanqui la habia
trazado y imaginado. Andó él siempre y los demás seño-
res encima de la obra, mirando cómo la edificaban, y
ansí él como los demás, trabajaban en el tal edificio; la
cual obra, como allí tuviese juntos los materiales y me-
nesteres della, que en breve tiempo fué acabada.
y como ya fuese acabada esta otra Casa del Sol que
habeis oido, mandó Inca Yupanqui que luego fuesen
juntas quinientas mujeres doncellas, y como allí fuesen
traidas, ofreciólas al sol, para que allí siempre estas tales
doncellas sirviesen al sol y estuviesen allí dentro, bien
ansí como las monjas son encerradas; y luego, allí, lla-
255
mando á un señor anciano y natural de la ciudad del
Cuzco que á él le pareció que era hombre honesto y de
buen exemplo y fama, que estuviese y regiese allí en la
Casa del Sol, y que fuese mayordomo del sol y de la tal
casa. y luego mandó que allí fuesen entregados doscien-
toS mozos de servicio del sol; y ansímismo en aquella
hora señaló ciertas tierras para el sol, en que sembrasen
estos doscientos yanaconas.
y esto hecho, mandó Inca Yupanqui á los señores
del Cuzco que, para de allí á diez dias, tuviesen apare-
jado mucho proveimiento de maíz, ovejas y corderos, y
ansímismo mucha ropa fina, y cierta suma de niños y
niñas, que ellos llaman Capacocha, todo lo cual era para
hacer sacrificio al sol. Y siendo los diez dias cumplidos y
ésto ya todo junto, Inca Yupanqui mandó hacer un gran
fuego, en el cual fuego mandó, despues de haber hecho
degollar las ovejas y corderos, que fuesen echados en él,
y las demás ropas y maíz, ofreciéndolo todo al sol; y los
niños y niñas que ansí habían juntado, estando bien
vestidos y aderezados, mandólos enterrar vivos en aque-
lla casa, que en especial era hecha para donde estuviese
el bulto del sol; y con la sangre que de los corderos y
ovejas habian sacado, mandó que fuesen hechas ciertas
rayas en las paredes desra casa; todo lo cual hacia y los
sus tres amigos é otros; todo lo cual significaba una
manera de biendecir y consagrar esta casa; en el cual
sacrificio andaba Inca Yupanqui y sus compañeros des-
calzos y mostrando gran reverencia á esta casa y al sol. E
ansímismo con la misma gente [sangre?} el Inca Yupan-
qui hizo ciertas rayas en la cara [á} aquel señor que era
señalado por mayordomo desta casa, y lo mismo hizo á
aquellos señores, sus tres amigos, y á las mamaconas
monjas que para el servicio del sol eran allí. Y luego
mandó que rodas los de la ciudad, ansí hombres como
mujeres, viniesen á hacer sus sacrificios allí á la casa del
sol; los cuales sacrificios que ansí la gente comun hizo,
256
fue quemar cierto maíz y coca en aquel fuego que ansí
era hecho, entrando cada uno desros uno á uno y des-
calzos, los ojos bajos; y al salir que ansí salían, despues
de haber hecho su sacrificio, á cada uno desros por sí
mandó Inca Yupanqui que aquel mayordomo del sol
hiciese la raya misma que habeis oido, con la sangre de
las ovejas, en los rostros destos que ansí salian, á los
cuales les era mandado, que desde aquella hora hasta
que el bulto del sol fuese hecho de oro, rodas estuvie-
sen en ayuno, y que no comiesen carne ni pescado ni
áun guisallo, ni llegasen á mujer, ni comiesen verdura
ninguna, y que solamente comiesen maíz crudo y bebie-
sen chicha, sopena que el que el ayuno quebrantase,
fuese sacrificado al sol y quemado en el mismo fuego. El
cual fuego mandó Inca Yupanqui que siempre estuviese
ardiendo de noche y de dia; la leña del cual fuego
mandó Inca Yupanqui que fuese labrada y quemada
mientras al ídolo se hiciesen en el fuego sacrificios, los
cuales mandó que durante este tiempo hiciesen las ma-
maconas del sol; las cuales ansímisrno estaban en grande
ayuno y lo mismo el Inca Yupanqui y los demás seño-
res.
y esto hecho y proveido, mandó Inca Yupanqui que
viniesen allí los plateros que en la ciudad habia, y los
mejores oficiales, y dándoles todo aparejo allí en las
Casas del Sol, les mandó que hiciese un niño de oro
macizo y vaciadizo, que fuese el tamaño del niño del
altor y proporcion de un niño de un año y desnudo;
porque dicen que aquel que le hablara cuando él se
puso en oración estando en el sueño, que viniera á él en
aquella figura de un niño muy resplandeciente, y que él
vino á él despues, estando despierto, la noche ánres que
diese la batalla á U scovilca, como ya os he contado, que
fué tanto el resplandor que vio que dél resultaba, que
no le dejó ver qué figura tenia; y ansí mandó hacer este
ídolo del tamaño y figura de un niño de edad de un año;
257
el cual bulto se tardó de hacer un mes, en el cual mes
tuvieron grandes sacrificios y ayunos.
y este bulto acabado, mandó Inca Yupanqui que:
aquel señor que habia señalado por mayordomo del sol,
que tomase el ídolo, el cual le tomó con muchas reve-
rencias, y vistióle una camiseta muy ricamente tejida
de oro y lana é de diversas labores, y púsole en la ca-
beza cierta atadura á uso y costumbre de ellos, y luego
le puso una borla segun la dd estado de los Señores, )
encima della le puso una patena de oro, y en los pies le
calzó unos zapatos, tcxutasta ) que ellos llaman, ansí-
mismo de oro. Y estando ansi el bulto, llegó Inca Yu
panqui á do el bulto estaba, el cual iba descalzo, y COIll()
llegase á él, hízolc sus mochas (b) y gran reverencia,
mostrándole gran respeto; é ensí, tomó el bulto del
ídolo en sus manos y llevólo á do era la casa y lugar do l'l
habia de estar; en la cual casa estaba hecho un escaño,
hecho de madera y muy bien cubierto de unas plumas
de pájaros tornasoles de diversas maneras y colores, de
las cuales y con las cuales era muy vistosamente labrado;
en el cual escaño puso Inca Yupanqui el bulto del ídolo
y siendo allí puesto, hizo traer un brasero de oro, \'
siendo encendido en él fuego, mandóle poner delan«
del ídolo, en el cual fuego y brasero hizo echar cicr to-
pajaricos y ciertos granos de maíz, y derramar en el tal
fuego cierta chicha; todo lo cual dijo que comia el sol, "
que haciendo aquello, le daba de comer; y de allí ad«
lanre se tuvo aquella costumbre ordinariamente; lo cual
hacia aquel mayordomo dél, ansí como si fuera person.i
que comiera y bebiera; ansí se tenia especial cuidado ll,
le guisar de comer diversas comidas y maneras de man
jares, y ansí las quemaban delante, á la tarde y á 1.1
mañana en braseros de oro y plata, en la manera que y.1
habeis oido. Y dende allí adelante adoraban en aqu.l
ídolo; y no entraban dentro del ídolo donde estaba, sin.
eran los señores principales, entrando con mucha rcv.:
258
rencia y veneración, los zapatos quitados, y las cabezas
bajas; y el Inca Yupanqui entraba sólo, y él mismo por
su mano sacrificaba las ovejas y corderos, haciendo él
el fuego y quemando el sacrificio. Y cuando él ansí
estaba haciendo el sacrificio, ningun señor osaba entrar
dentro, y todos se quedaban en el patio, y allí hacian
ellos fuera sus sacrificios y sus mochas y adoramientos.
y para en que la gente comun adorasen allí fuera, por-
que no habian de entrar allá dentro si no fuesen seño-
res, y éstos en el patio, hizo poner en el medio de la
plaza del Cuzco, donde agora es el rollo, una piedra de
la hechura de un pan de azúcar, puntiaguda para arriba y
enforrada de una hoja de oro; la cual piedra hizo ansí-
mismo labrar el dia que mandó hacer el bulto del sol, y
esta piedra, para en quel cornun adorase, y el bulto, en
la Casa del Sol, los señores; la cual casa era reverenciada
y tenido en gran reverencia, no solamente el bulto, mas
las piedras della y los sirvientes y yanaconas della eran
tenidos por cosa bendita y consagrada.
y al tiempo que la edificaban, estando asentando
cierta piedra, quebróse de la juntura de la tal piedra un
pedazo como tres dedos en ancho y largo, y mandó Inca
Yupanqui que luego fuese allí derretida cierta plata y
vaciada de tal manera en la piedra y quebrado della, que
viniese al justo de lo que la piedra se quebró; todo lo
cual era de cantería, y la juntura de la tan cantería de
piedra con piedra era tal sotilmenre asentado, que pa-
rescia raya hecha con un clavo en una piedra. En la cual
se enterraban los señores principales en los patios y
aposentos, excepto donde el ídolo estaba; y el dia quel
ídolo se puso en la casa, entraron en la ciudad, que no
lo saben ni pueden inumerarlo, mas que dicen que la
vez que ménos ovejas y corderos allí sacrificaron, que
pasaba de más de quinientos.
259
ORDENES QUE DIO EL INCA YUPANQUI PARA
CONSTITUIR UNA FIESTA AL SOL CON CEREMONIAS Y
SACRIFICIOS
que les regoci ... (b) que en la tal fiesta se hallasen y con
sus prosperidades y mantenimientos le favoreciesen; [él
aunque fuese el que la tal fiesta habia de hacer el más
rico de los deudos, se habia de encomendar á que le
favoreciesen los demás .sus deudos en la tal fiesta y otras
cosas que ansí le subcediesen, con lo que ansí tuviesen;
porque les queria dar á entender, que por prósperos
que fuesen, habian de tener en mucho á los que tenían
no tanto, porque, al fin, podría ser posible que el que al
presente se vía en prosperidad, que podria perderse, y
el otro que no tenia tanto, estar aumentado en bienes y
le podria socorrer; y porque siempre tuviesen una her-
mandad y confederacion, daba aquella órden é aquella
manera. E que de allí adelante, que demás del nombre
260
que de (a) Señor tema, el sobrenombre que ellos y los
demás le nombrasen cada y cuando que con él alguno
hablase, que le nombrasen Huaccba ccuyactb), que dice
«amoroso de los pobres», (e) [de] la cual instirucion, los
demás sus descendientes ansí se intitularan.
y volviendo al caso, díjoles, que, siendo ansí juntos,
señalaran un dia en el cual dia se juntasen las mujeres
de los tales deudos del que ansí habia de ser hecho
orejon, y siendo ansí juntas las tales mujeres, que los
tales padres del mozo trujesen cierta lana negra, la que
bastase para una camiseta para su hijo, y ansí traída, la
repartiesen entre aquellas mujeres; y que otro dia, en
aquel rnesmo sitio, la hilasen é diesen hecha; y que el tal
mozo, aquel dia que la tal camiseta se hiciese, parte de
allí por la mañana y vaya ayunando al campo, y lleve
otros mozos consigo deudos suyos, y él y ellos cojan é
261
ayuno comenzare, los tales parientes le traigan una
moza doncella que no haya conocido á varon, la cual
moza, estando ansímismo en el ayuno, haga cierto can-
tarillo de chicha, el cual cantarillo llamen caliz (a); y esta
moza ande siempre en compañía desre mozo en los sa-
crificios é ayunos que mientras la fiesta durare [hi-
ciere?}, sirviéndole; y esta chicha hecha por la tal moza,
los parientes del novel la tomen y lleven por delante, é
ansírnesrno la moza con él llevando aquel cantarillo de
chicha llamado caliz: y ansí le llevan al tal novel á la
guaca de Guanacaure, que es legua y media de la ciu-
dad, y en una fuente que allí hay, los parientes laven
todo el cuerpo á este novel, y despues del lavado, le
tresquilen el cabello muy tusado, y despues de rusado,
vísranle aquella camiseta que le hicieron aquellas muje-
res primeras, de lana negra, y cálcenle unos zapatos he-
chos de paja, los cuales el mozo haya hecho estando en
su ayuno, para que sepan, que si en la guerra anduviere
y le faltaren zapatos, que los sepa hacer de paja y seguir
los enemigos con ellos; y ansí estos zapatos calzados,
póngale en la cabeza una cinta negra, y encima desta
cinta pónganle una honda blanca, y átenle al cuello una
manta blanca que cuelgue á las espaldas, la cual haya de
ser angosta de dos palmos en ancho que le tome de la
é
262
é siendo ansí en la ciudad, vistan al novel una camiseta
colorada con una lista blanca de abajo arriba por me-
é
263
hacer un gran fuego é ofrezcan á esta guaca é al sol estas
ovejas é corderos, degollándolos primero, con la sangre
de los cuales les sea hecha una raya con mucha reveren-
cia por los rostros, que les tome de oreja á oreja; y
ofrezcan ansímismo á este fuego mucho maíz é coca,
todo lo cual sea hecho con grande reverencia é acata-
miento, ofreciéndolo al sol, y allí le pidan estos noveles,
é cada uno por sí, que le dé prosperidades y le aumente
sus ganados, y los mire y libre de cualquier mal que les
venga. y esto acabado, les sea tomado juramento á cada
uno por sí, delante del ídolo, que ternán cuidado de
siempre acatar y reverenciar al sol y labrarle sus tierras,
y ser obedientes al Inca é siempre tratarle verdad y serle
leal vasallo é no tratarle traición, que cada y cuando
é
264
de poner, nunca se le pueda poner en sus dias. Y que
esto hecho, le hagan tender los brazos al tal novel, que
é
265
sen los noveles allí consigo, é que hincada la alabarda, y
estando ellos en pié, tomasen con las manos la alabarda,
é ansí, tendidos los brazos, los parientes les diesen con
una honda en ellos, para que tuviesen memoria é se
acordasen desra fiesta; y que esto hecho, fuesen de allí á
una fuente que dicen Calixp ucqta» (a), que dice «el
manantial del Calix» (b), y siendo ya allí, que se laven
todos, á la cual fuente han de ir ya que quiera anoche-
cer. E siendo ansí lavados, hánse de vestir otras camisas
preciadas, y ansí vestidos, sus parientes los apedrean
con unas tunas (r), y cada pariente, ansí como le haya
apedreado con las runas, sean obligados á les ofrecer á
los tales noveles ciertas joyas é piezas de ropa, é denle
ansímismo, en fin desro, á cada uno .lcsros noveles, una
honda. Y esto acabado, cada uno destos noveles ha de
volver á su casa, la cual casa ha de hallar muy limpia, é
266
Esta fiesta y las demás que este Señor constituyó,
aunque se las quieran quitar en esta ciudad del Cuzco,
las suelen ellos hacer oculta ó secretamente en los pue-
blecillos que están en torno de la ciudad del Cuzco.
267
menzasen de allí á holgarse y celebrar la otra que ansí
constituía que se habia de hacer al sol por las sirnenre-
ras, á la cual fiesta que ansí comenzaba desde el mes de
mayo hasta fin de junio, como ya habeis oido, llamó é
nombró Yahuarineha avmoray (a J. La cual fiesta mandó
que se hiciese en la plaza do agora es el espiral, en la
ciudad del Cuzco, que es á la salida desta ciudad, do
llaman Rimacpampa; á la cual fiesta habian de salir ves-
tidos los señores de la ciudad de unas camisetas colora-
das que les daba hasta en pies; en la cual fiesta mandó
que se hiciesen grandes sacrificios á los ídolos, do se les
quemase sacrificase muchos ganados comidas ropa,
é é é
268
crificios mandó que se ofreciese mucha ropa y ovejas y
coca, y que de todas cuantas yerbas y plantas que habia
en los campos, rrujesen las flores dellas; todo lo cual
mandó que ofreciesen á las aguas en esta manera: que
tomasen mucha cantidad de ropa y la echasen en aquel
rio del Cuzco en la parte do se juntan los dos rios; que
ansímismo trujesen muchas ovejas corderos é que los
é
RELOJES DE SOL
269
y movimientos que así el sol hace en el año. Erróse el
Inca Yupanqui en el tomar del mes para que vinieran á
una y á nuestra cuenta los meses del año que ansí se-
ñaló, porque tomó de diciembre, habiendo de tomar de
enero; mas, al fin, él supo de entenderse y dar órden á
su república.
270
DE «LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS»
Poemas recogidos por Jesús Lara
Uyariu-ay, Escúchame,
jay ñimúway, Respóndeme.
Yurajvdnay Haz que viva
Pacha leama, Por muchos días,
Ashka p'uncbau kama Hasta la edad en que deba
Kausachíway, Encanecer,
Marq'aríway, Levántame,
jatarichíway; Tórname en rus brazos
271
Saykújtiyri y en mi cansancio
Sh'askichízl'ay Auxíliame,
Maypi kaspapas, Doquiera estés,
W'iraqucha, Padre Viracocha,
(De Fábulas .Y Ritos de los Incas, de CRISTÓBAL DE MOLINA,)
272
W/iraquchan. y de la muerte.
Sh'anka V(liraqucha, Dios de las roquedas,
Ajna V(liraqucha, Dios de los rituales,
jatun V(liraqucha, Dios inconmesurable,
Qa.y//a V(liraqucha, Cercano Hacedor,
Túkuy runata Que otorga el don del habla
ja.v níchij, ju ñucbi], y junta a todos los hombres
Uiulli ji na A fin de que aprendan
Yachakullállpaj, Con la fuerza de la luz,
f auapi, ukhupi Dondequiera que vayan,
Purispapas. Por fuera o por dentro.
(lbid.)
OTRA ORACION
273
OTRA ORACION
ORAClON AL SOL
274
VI?iraqJHha Yaya. Padre Soberano,
P'uncbau lnka, Monarca del día,
Killauan tanta Junto con la Luna
QaJilla qbes pilla Otorga tu lumbre
Runa vanaylei En paz y bonanza
MichiJqayktta Al hombre, vasallo
K'anchaviairiy, Por ti preservado,
Ama onqocbispa, Librándole de males
Qasita, pbespit« y conservándole
V(faqavcbaspa, En paz y bienestar.
au«¡
275
ORACION A TODAS LAS W AK'AS
276
Kay uarmi kachun». Varón, y ésta mujer»,
Vfillka ullqa ap«, Señor de la fuente sagrada,
jinantinmi Tú que inclusive tienes
Cbijchiv kámaj. Poder sobre el granizo,
Maypin kanki ¿No me es posible verte?
Manachu rikuykiman ¿Dónde te encuentras?
jananpichu ¿Dónde está: arriba,
Urinpicbu, O abajo,
Kinrayninpirbu O en el intermedio
Qhápa; uSfluyki? Tu asiento de supremo juez?
jay nimulláway Escúchame,
janan qbocbap: Tú que te extiendes
Mant'aráyaj, En el océano del cielo,
o-t» qhochapi y que rambién vives
Tiyákuj. En los mares de la tierra.
Pachakámaj. Gobierno del mundo,
Runa wállpaj, apu Creador del hombre,
lnkaykuna jina Como los señores Inkas
AlIqa nauiyuan Con mis áridos ojos
Rijsryta» manavlei. Ansío conocerte.
Rikújtiy. Cuando yo pueda ver,
Yachá;tiy, y conocer,
U nanchajtiv, y señalar,
jamut'ájtiy y comprender,
RikuU'ankin. Tú me verás
Y'arh au.anb¡», y sabrás de mí.
l ntiqa, Killaqa, El Sol y la Luna,
P'uncbauqa, t utaqa, El día y la noche,
Pu quvqa, chirauqa El otoño y la primavera
Manan vanqbach«, No son en vano;
Kamachisqan puri», Obedecen a un mandato,
U nancbasqa man, De modo previsto
Tupusqamanmi y medido
Cbavamu n Llegan.
Qa» t upavaurita Tú me concediste
Apachimuwarqanki. El cerro imperial.
jay nillauav, Escúchame,
Manarajpas Respóndeme
Sayk'ú;tiy. U'aiiújtiy. Antes de que caiga
Rendido y muerto.
(De Relación de antigüedades deste Revno del Pirú, de lOAN DE SANTA CRUZ
PACHAKUTI YAMKI SALL<.,lAMAYWA.)
277
ORACION DE MANCO QHAPAJ A TUNAPA
278
Ma.ymantapas Desde algún sitio,
Runa u-dllpa], El que hubo creado al hombre,
Apu Tijsi Qhápaj Señor y principio inmanente,
Uvarisunei, Te escuchara,
«Cbav» nisunki qa ntaqa . y te dijera: «Bien.»
Mayñijmalltapas Así, en cualquier lugar
jinátaj ll'i'¡ay páskaj Desatarás felizrnenre
Kamáyujlla kallki. El tiempo infinito.
(lbid.)
279
Vfiraqucha De Viracocha,
Pacbayacbdchi] Educador del mundo,
Y'anan ñisqaqa A vosotros
Chijnisurqanki. Siempre os detestó.
(Ibíd.)
ARAWI CANCION
SEGUNDO ARAWI
280
¿ Maymi, urpi, cbav ñauivlei, -¿Dónde, paloma, están tus
[ojos,
Chal' qhasgoyki mú ua» "'Ú 11ay , Dónde tu pecho delicado,
Cbav su nqovei Ilujllukú"ay, Tu corazón que me envolvía en
(su ternura,
Chal' llanp:« udt u] simi)'ki.J Tu voz que tierna me nombraba?
281
l nt i llojsimun, killa jatarin, El sol asoma, se alza la luna,
V(Ia qaj rikuanku, Me ven sufrir.
Túkuy k'anchanku kusiyninkupi, Dan luz a todos en su ventura,
Ñoqalla mana. Pero no a mí.
Munákuy jina sinrbi] sh'ikiqa No hay en el mundo mayor
[desdicha
Manan kanll/anchu. Que el amar mucho;
Jatun onqovpis u nanrhav ni npa] La muerte misma, para su
[imperio.
Manas sh'ikachu. No basta entonces.
\/?illáu'ay, urpi. ('chay sunqoykiqa Dime, paloma ¿de qué está
[hecho
l mamantdtaj? Tu corazón?
Rumi kaspapis, uiqey Por más que fuera de dura roca,
[lIujllayuan [con tantas lágrimas
Llanp'uyan nransi, . Se ablandaría.
(De la colección Vásquez.)
TAKI
282
DE «HISTORIA DE LOS INCAS»
de Pedro Sarmiento de Gamboa
283
como Viracocha mandase algunas cosas a sus criados, el
Taguapaca fue inobediente a los mandamientos de Vira-
cocha. El cual, por esto indignado contra Taguapaca,
mandó a los otros dos que lo tomasen; y atado de pies y
manos, lo echaron en una balsa en la laguna; y así fué
hecho. E yendo Taguapaca blasfemando del Viracocha
por lo que en él hacía, y amenazando que él volvería a
tomar venganza dél, fue llevado de! agua por el desa-
guadero de la mesma laguna, adonde no fue visto más
por muchos tiempos. Y esto hecho, Viracocha fabricó
en aquel lugar una solemne guaca para adoratorio, en
señal de lo que allí había hecho y criado.
y dejando la isla, pasó por la laguna a la tierra firme,
y llevando en su compañía a los dos criados, que había
conservado, fuese a un asiento, que agora llaman Tia-
guanaco, que es de la provincia de Collasuyo, y en este
lugar esculpió y debujó en unas losas grandes todas las
naciones que pensaba criar. Lo cual hecho, mandó a sus
dos criados que encomendasen a la memoria los nom-
bres quél les decía de aquellas gentes que allí había
pintado, y de los valles y provincias y lugares de donde
los tales habían de salir, que eran los de toda la tierra. Y
a cada uno dellos mandó ir por diferente camino, lla-
mando las tales gentes y mandándolas salir, procrear y
henchir la tierra. Y los dichos criados suyos, obede-
ciendo e! mandamiento de Viracocha, dispusiéronse al
camino y obra, y e! uno fue por la sierra o cordillera que
llaman de las cabezadas de los llanos, sobre e! Mar de!
Sur, y e! otro por la sierra que cae sobre las espantables
montañas que decimos de los Andes, situada al levante
del dicho mar. Por estas sierras iban caminando y a
voces altas diciendo: «[Oh vosotros, gentes y naciones!,
[oíd y obedeced el mandato del Ticci Viracocha Pacha-
yacháchic, e! cual os manda salir, multiplicar y hinchir la
tierra!», Y e! mismo Viracocha iba haciendo lo mesmo
por las tierras intermedias de sus dos criados, norn-
284
brando todas las naciones y provincias por donde pasa-
ban. y a las voces que daban, todo lugar obedeció, y así
salieron unos de lagos, otros de fuentes, valles, cuevas,
árboles, cavernas, peñas y montes, y hinchieron las tie-
rras y multiplicaron las naciones que son hoy en el Pirú.
285
quiere decir «rico»; aunque después usaron dcsre rér
mino para denotar con él al señor príncipe de muchos.
Los nombres de los ocho hermanos son éstos: El
mayor de los hombres y de más autoridad se llamó
Mango Cápac, el segundo Ayar Auca, el tercero Ayar
Cache, el cuarto Ayar Ocho. De las mujeres, la más
anciana se llamó Mama Ocllo, la segunda Mama Guaco,
la tercera Mama Ipacura, o, como otros dicen, Mama
Cura, la cuarta Mama Raua.
286
DE «RELACION ANONIMA INCA»
287
DE LA «LITERATURA INCA»
Poemas recogidos por Jorge Basadre
289
¡Fuérame dado verte,
fuérame dado conocerte,
fuéra»:« dado considerarte,
[uérame dado comprenderte!
¡Oh, dígnate mirarme,
pues tú me conoces.'
El sol y la luna,
el día y la noche,
la primavera y el in rierno
no en vano ordenaste.
¡Oh, Vira-cocha.'
Todos ellos recorren
el camino que les señalaste:
todos ellos llegan
a la meta que les destinaste,
adondequiera que quisiste.
TlI cetro real
portas.
.o», escúchame!
¡Oh, elígeme/
No permitas
que me farigue.
que me muera.
Oh creador de los hombres,
tu sieruo te habla.
Dígnate mirarlo,
oh, acuérdate de él,
del Rey del Cuzco,
a rosotros también os reverencio, T arapacd.
Oh, Tonapa, mirame,
no me olvides.
Oh, tú, noble Creador,
oh, tú, objeto de mis ensueños,
('Será posible que lile oluides
en el trance de la muerte?
('Querrás desdeñar mi plegaria
290
o consentirás en darme a conocer
quién eres?
('Bien puedes ser lo que imagino,
tal vez eres un fantasma,
un ente que inspira terror?
¡Oh, si me fuera dado conocerte!
¡Oh, si quisieras reuelárteme !
Tú, que me sacaste de la tierra
y me hiciste de barro,
[ob, mlrame!
¿Quién eres, oh Creador?
Mira que ya estoy muy viejo.
¡Oh, ten, pues,
grande como los cielos,
amo de la tierra,
gran Causa Primera,
e reador de los hombres.'
Diez veces te adoro:
con los ojos siempre
oueltos a la tierra
y ocultos por las pestañas
te busco ahora.
¡Oh, dígnate mirarme,'
Como a los ríos,
como a las fuentes
cuando jadeo de sed,
te busco.
Aliéntame,
¡ayúdame.'
con toda la fuerza de mt voz
te llamo:
pensando en ti
nos alegraremos
y regocijaremos:
esto diremos
y nada más.
291
De Guamán Poma de Avala, «Nueva Coránica y Buen Gobierno
del Perú"
293
DE LA "NUEVA CORONICA y BUEN GOBIERNO DEL
PERU", DE GUAMA N POMA DE AYALA
295
En la lengua aymará - llamada uanca: dice así:
296
,'han ca sauavlla sauacurimav, Chanca Alcanzadora, sigue alcan-
zando.
zacra uillchayquip- Cinta endiablada,
misactcrimav-pi t icbu 11piqu ip- sigue ganando, Faja-rota,
Nhayro nicavru-apayro apayro Véncela! Gánala!
suyror pini sallsall Suyrur Piñi, sallsall.
uayror pini sallsall Wayrur Piñi, sallsall.
fhiuilloyqui pocoptin, Cuando tu fruta madure,
paya llapas samoncam aun una vieja vendrá;
cbiuiilovqui pocoptin cuando tu fruta madure,
cbicbollapas samoncan aun una preñada vendrá,
chiuillollay chiuillo mi fruta querida'
HAYLLE
el araui y canción lastimosa que cant an las nust as y los mosos tocan el
pingollo:
297
yactcy parallam. p asariua lluvia copiosa me arrastra
chay llidlayquita rvcuvcuspan viendo ésa tu manta,
[hay acsoyquita cauavcuspa. mirando ésa tu saya.
mananam pacbapas cbiciancbo- Aun el día no se aclara,
t uta riccbariptipas. y cuando de noche despierto
mananatacmt pacb« pacarincbo. aun el día no amanece.
camca ¡:'oya camascat ? ¿ Síendo tu reina
mananachi yuyariuanquicho. no te acordarás de mí.
[ay sancav pi pon/atoe micouaptin, Si en este valle león y zorro me
devoraran,
cay pinaspt, uichicascaqui casca si encerrado por ti estoy en
tiapti. esta cárcel, hermosa?
palla
responde el hombre:
yahahaha. yahaha. yahahaha yahaha
cucipatapi adlay. warmi ricoclla sólo el que ve a las escogidas en
la plaza
yaycay patapi, llama pata ricodla, en el lugar de recocijo, sobre la
llama,
yahahaha- yahahaha
298
los vunyas dice: los «yunv«,» dice:
yapup« yapo «yapupu yapo- (ara! ara')
a este tono cantan,
y los labradores cantan dice así:
de esta manera prosigue cada ay/lo hasta quito nobo reino desde el Cusco
cada ayllo sus taqui es y sus arauis llaman - cau«, y de los mosos. catauari
fiestas y músicas.
299
La fiesta de los collasayos desde el cuzco cantan y dansan dice el
curaca principal, quirquiscatan malleo - quirquim capa comi desde -
cauina - quispillacta - pomacanchi. cana. pacaxi, charca choquiuito
- chuquiyapo - y todo hatun colla - urocolla - corniensa tocan el
tanbor y canta las señoras y donzellas dice así:
hauisca mallco- Jefe Elegido,
capaca. colla- Poderoso Jefe,
bauisca hila. Capitán Elegido
collasana- del reino,
capacasana- de la poderosa tierra.
ti apacbat- Que viva
mallcosana- el Jefe,
capaca collasana- el Poderoso Jefe
hila uiri- principal,
mallco uiri- Jefe fuerte,
quirquiscatan mallco- del tiempo antiguo.
aca marcasan- N uesrra tierra
pacbasan- que fértil es
tiusa hunpachitan- nuestra madre
uran sara (P) taycasan hu n Elegido Jefe.
pecbiscin-
basasca maleo Volverá el tiempo
pacb« cut ipan para no tener pena
hanilla quimti en este pueblo.
acamarcasan Algún día el poderoso (volverá)
ycba ur« quirquiscatan- J efe de la tierra Sanchalli
coila» pampa sancballi- el vencedor (?) Saynata Saynara.
responde el hombre:
aao-aao
dice la mujer:
300
responde el hombre:
todos (anta" a este tono luego dice el hombre rbuna responde la mujer:
301
De GUAMAN POMA DE AYALA. «Nueva Corónica y Buen Gobierno
del Perú»
303
Sumak Nusta, Bella Princesa,
turallayquin tu mismo hermano,
puyñuyquita tu cantarillo
paquirkayan lo hace pedazos.
(Del libro Los Comentarios reales de los Incas, por GARCILASO DE LA VEGA,
tomo 1, libro 2°, capítulo XXVI!.)
305
MALLQUIPAK
(A la planta)
YARKAPAK
(A la acequia)
Acequia dilatada
cuyo terso plano,
Pisad'
Llevará sus aguas
a nuestros sembrados,
Pisad!
Pisad le con fuerza,
Pisad!
Repisad con fuerza,
Pisad!
Por ti han de tener
las plantas su flor,
Pisad'
Sus hermosos frucos,
su propagación
Pisad'
306
Pisadle con fuerza,
Pisad'
Repisad con fuerza,
Pisad'
HUACCATAQUl
(Cantar Pastoril)
(Cusca)
Pukuy-Pukuy
307
V(Taynu
(Bolivia)
(Bolivia)
308
Mana munakusqa.ywanqa, Sin mi bien amada,
imapajñata] kausani? ¿para qué vivo?
Ñoqamari rikurqani Yo vi una vez
U] urpi (hhika kka(hata, una hermosísima paloma,
rieuspari mu nasqata y al verla con idolatría,
qbasqoypi uywakurqani; la crié en mi seno.
tukuy sunqoyta qorqani! y le di todo mi corazón'
kunanri pbauiarispa y ahora que se voló,
puriseani ñakkarispa, cuitado vago
khuyay khuyayta u/aqaspa, llorando a mares,
mu nasqaytapas ñakaspa, maldiciendo mi amada
urpiyta cbinearichispa I por haberla perdido'
Aypurasqañas ñawiypas Aún mis ojos se obscurecen
kay chhika uaqasqaymanta, por mis llantos continuos.
qqesacbasqa urpiymanta Miserable de mi paloma
imapajcbus u.aqanipas? ¿por qué lloro?
maña ñoqapicbu kani, Desvariado
kikin sunqoyta ñakani maldigo mi propio corazón
urpiyta cbinearicbisp« al perder mi paloma
manaña rikuyta at ispa y sin poderla ver
mana samiyo] waqani! lloro desventurado'
Kay chhikata maskkaspachus Con tanta búsqueda,
mana urpivta t arisa], ¿acaso no podré hallar mi
[paloma?
imapicbus rikhurisaj? ¿Cómo terminaré?
kkarwayasaj u/aqaspachus, ¿Acaso disuelto en mis lágrimas
Tukukusaj u.añuspacbus ? o en la muerte?
icba yacbaspa uraqanqa, Tal vez me llore cuando sepa
yacbaspari maskkawanqa. y me busque entonces.
Qasin sapay rieburinay, ¿Debo sólo aparecer
qasin samita tartn ay y sólo buscar mi ventura
mana munakusqaywanqa? sin tener a ella?
Urpillay! maypitaj kanki? ¡Mi paloma' ¿Dónde te hallas?
ima wayqqo, ima ballppata], ¿Qué valle, qué pago
ima saccba, ima qaqata] qué árbol, qué risco
chhikata pakapusunki? te oculta tanto?
qanllapi ñoqa yuyan], Pienso en ti siempre
qanman ta u aqaspa kani! y por ti lloro sin cesar'
urpillay l kutimpuyari! Mi paloma! ven, vuelve'
manachus hampunki cbayri, Si no regresas,
imapajñata] kausani? ¿para qué he de vivir?
309
(Bolivia)
Cbeqajcbu urpi ¿Es cierto, paloma,
ripusaj ninki intentas irte
karu lIajtaman a extrañas tierras
mana kutejña? a no volver?
Pitan saqenki ¿A quién dejas
qanman tupula en tu lugar
sincbi lIakiypi para en mis penas
asuykunaypaj? allegarme?
Rinayki ñanta De tu viaje
qbau-aricbiioay, la vía mosrradrne,
ñauparikaspa, que adelantando,
waqay nillau-ay con mis lágrimas,
chayamuskajta puedo yo allí
suvasunaypa]. esperarte.
Maypachan ñampi Si el calor
ynti rupbau.an, del camino
iwajtiykiri, te fatigare,
mayniykunas con mis respiros,
phuyu tuleusp« cual frío vapor,
lIanthuykusunki. te refrescaré.
Yakumantari Si el agua
sinchin cchakiwan, te faltare,
niwajtiykiri, yo pronto
waqayniykuna con mis lágrimas
para tukuspa cual lluvia fría
uphyachisunki. te mitigaré.
Rumejpa wawan, Mas, roca dura,
katarej uñan, hija de víbora,
imanispataj ¿por qué tú
saqeriwanki? me abandonas?
Nan noqapajqa Para mí
inti t utayan , no hay más sol,
yanay chinkajtin perdido el amor,
musphay purejtin, atribulado voy;
manañan pipas nadie por mí
ala u niwanchu! siente piedad!
Irpallarajmi Aun muy tierna
urpiy karqanki fuiste mi paloma
maypacha noqa cuando yo
intiwan hina en tus reflejos
ñausayarqani gozaba
qhawaykukuspa. contemplándote.
Ñawiykikuna Esos tus ojos
310
phallallaj qoyllur alegres estrellas
lliphipipirqa,' reflejaban;
raqra tutap] en noche lóbrega
illapa hina cual relámpago
musphachiwanku. me desvarían.
Ankaj rtjranta Sus alas el gavilán
mañarikuspa me prestará
watumusqayki: para buscarte;
wayrawan kuska junto al viento
wa.yllukunaypaj para amarte
phawamusqayki. he de correr.
Kausayninchista Nuestras vídas
khipuykurqanchis, bien unimos
Manan uañ uvpas que ni la muerte
raeiu-asuancbu: pod rá separarnos;
hujllana kasun, unidos siempre,
nispa nirqanchis. nos dijimos.
Munasqay urpi, Paloma amada,
phutiy ayqecbe] la que destierras
maypipas kasaj, todas mis penas,
qanllan sunqoyta tú sola re nuevas
paqarichinki y confortas
kausanaykama. a mi corazón.
Misti khahajtin Si del blanco truena
sansatataspa, la cólera,
qampi y uyani: pienso en ti;
maykamañachus hasta dónde
qanrayku cbaya» mi corazón huérfano
ijma sunqoyqa! por ti vagará'
rakiwaswanchu: podrá separarnos;
hujllana kasun, unidos siempre,
nispa nirqanchis. nos dijimos.
Munasqay urpi, Paloma amada,
phutiy ayqechej la que destierras
maypipas kasaj, todas mis penas,
qanllan sunqoyta tu sola renuevas
paqarichinki y confortas
kausanaykama. a mi corazón.
Misti khahajtin Si del blanco truena
sansatataspa, la cólera,
qampi yuyani: pienso en ti,
maykamañachus hasta dónde
qanrayku chayan mi corazón huérfano
ijma sunqoyqa! por ti vagará'
311
El Adiós del Indio
(Ecuador)
312
Pay Apuncbicba rikunga, Dios nos igualará,
paycbari kayta munarka; que su querer será;
paywanmi saeipayani a El yo le encomiendo
ishkay kuripititaka. mi par atesorado.
Luis Cordero
313
Cuando a su consorte pierde
triste tortolilla amante,
en sus ansias tropezando
corre, vuela, torna y parte.
II
III
Perdida ya la esperanza,
y el corazón palpitante,
llora sin intermisión
fuentes, ríos, golfos, mares.
IV
314
VI
La mernorra me maltrata,
cuando a tu adorada imagen
siempre me la representa
muerta flor, helado jaspe.
VII
VIII
IX
Si acordándome de ti
mi espíritu se complace,
no importa que el corazón
sienta, sufra, llore y calle.
315
XI
XII
316
DE LOS «COMENTARIOS REALES»
del inca Garcilaso de la Vega
317
tes, como se ha dicho. También componían en verso las
hazañas de sus reyes, y de otros famosos Incas, y caracas
principales, y los enseñaban a sus descendientes por
tradición para que se acordasen de los buenos hechos de
sus pasados y los imitasen; los versos eran pocos porque
la memoria los guardase; empero muy cornpendiosos,
como cifras. No usaron de consonante en los versos,
todos eran sueltos. Por la mayor parte semejaban a la
natural compostura española, que llaman redondillas.
U na canción amorosa compuesta en cuatro versos me
ofrece la memoria; por ellos se verá el artificio de la
compostura, y la significación abreviada, cornpendiosa
de lo que en su rusticidad querían decir. Los versos
amorosos hacían cortos porque fuesen más fáciles de
tañer en la flauta. Holgara poner también la tonada en
puntos de canto de órgano para que se viera lo uno y lo
otro; mas la impertinencia me excusa del trabajo.
La canción es la que se sigue, y su traducción en
castellano:
318
tres. Escríbelos en iridio, y en latín; son en materia de
astrología: los Incas poetas los compusieron filosofando
las causas segundas que Dios puso en la región del aire
para los truenos, relámpagos y rayos, y para el granizar,
nevar y llover, todo lo cual dan a entender en los ver-
sos, como se verá. Hiciéronlos conforme a una fábula
que tuvieron, que es la que se sigue: Dicen que el Ha-
cedor puso en el cielo una doncella, hija de un rey, que
tiene un cántaro lleno de agua para derramarla cuando
la tierra la ha menester, y que un hermano de ella la
quiebra a sus tiempos, y que del golpe se causan los
truenos, relámpagos y rayos. Dicen que el hombre los
causa porque son hechos de hombres feroces, y no de
mujeres tiernas. Dicen que el granizar, llover y nevar lo
hace la doncella, porque son hechos de más suavidad y
blandura, y de tanto provecho; dicen que un Inca poeta
y astrólogo hizo y dijo los versos loando las excelencias
y virtudes de la dama, y que Dios se las había dado para
que con ellas hiciese bien a las criaturas de la tierra.
319
LOS ESTATUTOS Y EJERCICIOS DE LAS VIRGENES
ESCOGIDAS
320
Al principio de la calleja, que era la puerta del servi-
cio de la casa, había veinte porteros de ordinario para
llevar y traer hasta la segunda puerta lo que en la casa
hubiese de entrar y salir. Los porteros no podían pasar
de la segunda puerta, so pena de la vida, aunque se lo
mandasen de allá dentro; ni nadie lo podía mandar so la
rrusrna pena.
LOS TEMPLOS
321
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322
Contrahacían yerbas y plantas de las que nacen por
los muros, y las ponían por las paredes que parecía ha-
berse nacido en ellas. Sembraban las paredes de lagarti-
jas y mariposas, ratones y culebras grandes y chicas, que
parecían andar subiendo y bajando por ellas. El Inca se
sentaba de ordinario en un asiento de oro macizo que
llaman tida.
En todas las casas reales tenían hechos jardines y
huertos donde e! Inca se recreaba. Plantaban en ellos
todos los árboles hermosos y vistosos, posturas de flores
y plantas olorosas y hermosas que en e! reino había: a
cuya semejanza contrahacían de oro y plata muchos ár-
boles y otras matas menores al natural, con sus hojas,
flores y frutas, unas que empezaban a brotar; otras a
medio sazonar; otras del todo perfeccionadas en su ta-
maño. Entre estas y otras grandezas hacían maizales con-
trahechos al natural, con sus hojas, mazorca, caña, con
sus raíces y flor; y los cabellos que echa la mazorca eran
de oro, y todo lo demás de plata soldado lo uno con lo
otro. Y la misma diferencia hacían en las demás plantas,
que la flor o cualquiera otra cosa que amarilleaba la
contrahacían de oro y lo demás de plata.
También había animales chicos y grandes contrahe-
chos y vaciados de oro y plata, como eran conejos, rato-
nes, lagartijas, culebras, mariposas, zorras, gatos monte-
ses, que domésticos no los tuvieron. Había pájaros de
todas suertes, unos puestos por los árboles como que
cantaban; otros como que estaban volando y chupando
la miel de las flores. Había venados y gamos, leones y
tigres, y todos los demás animales y aves que en la tierra
se criaban, cada cosa puesta en su lugar como mejor
contrahiciese a lo natural.
En muchas casas o en todas, toman baños con gran-
des tinajones de oro y plata en que se lavaban, y caños
de plata y oro por los cuales venía e! agua a los tinajo-
nes. y donde había fuentes de agua caliente natural,
323
también tenían baños hechos de gran majestad y ri-
queza. Entre otras grandezas tenían montones y rimeros
de rajas de leña, contrahechos al natural de oro y plata,
como que estuviesen de depósito para gastar en el ser-
vicio de las casas.
324
sino porque ellos holgaban de hallarse en la solemnidad
de tan gran fiesta; que como contenía en sí la adoración
de su dios el sol, y la veneración del Inca su rey, no
quedaba nadie que no acudiese a ella. Y cuando los
caracas no podían ir por estar impedidos de vejez o de
enfermedad, o con negocios graves en servicio del rey,
o por la mucha distancia del camino, enviaban a ella los
hijos y hermanos, acompañados de los más nobles de su
parentela para que se hallasen a la fiesta en nombre de
ellos. Hallábase a ella el Inca en persona, no siendo
impedido en guerra forzosa o en visita del reino.
Hacía el rey las primeras ceremonias como sumo
sacerdote, que aunque siempre había sumo sacerdote de
la misma sangre, porque lo había de ser hermano o río
del Inca de los legítimos de padre y madre. En esta
fiesta, por ser particular del sol, hacían las ceremonias el
mismo rey, como hijo primogénito de ese sol, a quien
primero y principalmente tocaba solemnizar su fiesta.
Los caracas venían con todas sus mayores galas e
invenciones que podían haber: unos traían los vestidos
chapados de oro y plata y guirnaldas de lo mismo en las
cabezas sobre sus tocados.
Otros venían ni más ni menos que pintan a Hércu-
les, vestida la piel de león y la cabeza encajada en la del
indio, porque se precian los tales descender de un león.
Otros venían de la manera que pintan los ángeles,
con grandes alas de un ave que llaman cuntur. Son blan-
cas y negras, y tan grandes, que muchas han muerto los
españoles de catorce y quince pies de punta a punta de
los vuelos, porque se jactan descender y haber sido su
origen de un cuntur.
Otros traían máscaras hechas aposta de las más abo-
minables figuras que pueden hacer, y éstos son los yun-
caso Entraban en las fiestas haciendo ademanes y visajes
de locos, tontos y simples. Para lo cual traían en las
manos instrumentos apropiados, como flautas, tambori-
325
nos mal concertados pedazos de pellejos con que se
ayudaban para hacer sus tonterías.
Otros caracas venían con otras diferentes invencio-
nes de sus blasones. Traía cada nación sus armas con
que peleaban en las guerras. U nos traían arcos y flechas.
Otros lanzas, dardos, tiraderas, porras, hondas y hachas
de asta corta, para pelear con una mano, y otras de asta
larga para combatir a dos manos.
Traían pintadas las hazañas que en servicio del sol y
de los Incas habían hecho. Traían grandes atabales y
trompetas, y muchos ministros que los tocaban; en
suma, cada nación venía lo mejor arreado y más bien
acompañado que podía, procurando cada uno en su
tanto aventajarse de sus vecinos y comarcanos, o de
todos si pudiese.
Preparábanse todos generalmente para el Raymi del
sol con ayuno riguroso, que en tres días no comían sino
un poco de maíz blanco, crudo, y unas pocas de yerbas
que llaman cbucam yagua simple. En todo este tiempo
no encendían fuego en toda la ciudad, y se abstenían de
dormir con sus mujeres.
Pasado el ayuno la noche antes de la fiesta, los sacer-
dotes Incas, diputados para el sacrificio, entendían en
apercibir los carneros y corderos que se habían de sa-
crificar y las demás ofrendas de comida y bebida que al
sol se habían de ofrecer. Todo lo cual se prevenía, sa-
bida la gente que a la fiesta había venido, porque de las
ofrendas habían de alcanzar todas las naciones, no sola-
mente los curaras y los embajadores, sino también los
parientes, vasallos y criados de todos ellos.
Las mujeres del sol entendían aquella noche en ha-
cer grandísima cantidad de una masa de maíz que llaman
zancu, hacían panecillos redondos del tamaño de una
manzana común; y es de advertir que estos indios no
comían nunca su trigo amasado y hecho pan sino en esta
fiesta y en otra que llamaban Citua, y no comían este
326
pan a toda la comida sino dos o tres bocados al princi-
pio, que de su comida ordinaria en lugar de pan es la
zara tostada o cocida en grano.
La harina para este pan, principalmente lo que el
Inca y los de su sangre real habían de comer, la molían y
amasaban las vírgenes escogidas, mujeres del sol, y éstas
mismas guisaban toda la demás vianda de aquella fiesta,
porque el banquete más parecía que lo hacía el sol a sus
hijos, que sus hijos a él; y por tanto guisaban las vírge-
nes, como mujeres que eran del sol.
Para la demás gente común amasaban el pan y guisa-
ban la comida otra infinidad de mujeres diputadas para
esto. Empero el pan, aunque era para la comunidad, se
hacía con atención y cuidado de que a lo menos la ha-
rina la tuviesen hecha doncellas, porque este pan lo
tenían por cosa sagrada, no permitiendo comerse entre
año, sino en sólo esta festividad, que era fiesta de sus
fiestas.
327
España besar su propia mano, o la ropa del príncipe
cuando le reverencian) le adoraban con grandísimo
afecto y reconocimiento de tenerle por su dios y padre
natural.
Los caracas, porque no eran de la sangre real, se
ponían en otra plaza apegada a la principal que llaman
Cusipata. Hacían al sol la misma adoración que los In-
cas. Luego el rey se ponía en pie, quedando los demás
en cuclillas, y tomaba dos grandes vasos de oro que
llaman aquilla, llenos del brebaje que ellos beben. Ha-
cía esta ceremonia como primogénito en nombre de su
padre el sol, y con el vaso de la mano derecha le convi-
daba a beber, que era lo que el sol había de hacer,
convidando el Inca a todos sus parientes; porque esto
del darse a beber unos a otros era la mayor y más ordi-
naria demostración que ellos tenían del beneplácito de!
superior para con el inferior, y de la amistad del un
amigo con el otro.
Hecho el convite del beber, derramaba el vaso de la
mano derecha, que era dedicado al sol, en un tinajón de
oro, y del tinajón salía a un caño de muy hermosa cante-
ría que desde la plaza mayor iba hasta la casa del sol, como
que él se lo hubiese bebido. Y del vaso de la mano
izquierda tomaba el Inca un trago, que era su parte, y
luego se repartía lo demás por los demás Incas, dando a
cada uno un poco en un vaso pequeño de oro o plata
que para lo recibir tenía apercibido, y de poco en poco
recebaban e! vaso principal que el Inca había tenido,
para que aquel licor primero, santificado por mano del
sol, o del Inca, o de ambos a dos, comunicase su virtud
al que le fuese echando. De esta bebida bebían todos
los de la sangre real cada uno un trago. A los demás
caracas que estaban en la otra plaza daban a beber de!
mismo brebaje que las mujeres del sol habían hecho,
pero no de la santificada, que era solamente para los
Incas.
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Hecha esta ceremonia, que era como salva de lo que
después se había de beber, iban todos por su orden a la
casa del sol, y doscientos pasos antes de llegar a la
puerta se descalzaban todos, salvo el rey, que no se
descalzaba hasta la misma puerta del templo. El Inca y
los de su sangre entraban dentro como hijos naturales, y
hacían su adoración a la imagen del sol. Los caracas,
como indignos de tan alto lugar, porque no eran hijos,
quedaban fuera en una gran plaza que hoy está ante la
puerta del templo.
El Inca ofrecía de su propia mano los vasos de oro
en que había hecho la ceremonia; los demás Incas daban
sus vasos a los sacerdotes Incas que para servicio del sol
estaban nombrados y dedicados, porque a los no sacer-
dotes, aunque de la misma sangre del sol (como a segla-
res), no les era permitido hacer oficio de sacerdotes. Los
sacerdotes, habiendo ofrecido los vasos de los Incas,
salían a la puerta a recibir los vasos de los caracas, los
cuales llegaban por su antigüedad como habían sido re-
ducidos al imperio y daban sus vasos y otras cosas de
oro y plata que para presentar al sol habían traído de sus
tierras, como ovejas, corderos, lagartijas, sapos, cule-
bras, zorras, tigres y leones y mucha variedad de aves.
En fin, de lo que más abundancia había en sus provin-
cias, todo contrahecho al natural en plata y oro, .aunque
en pequeña cantidad cada cosa.
Acabada la ofrenda, se volvían a sus plazas por su
orden; luego venían los sacerdotes Incas con gran suma
de corderos, ovejas machorras y carneros de todos colo-
res, porque el ganado natural de aquella tierra es de
todos colores como los caballos de España. Todo este
ganado era del so!. Tomaban un cordero negro, que este
color fue entre estos indios antepuesto a los demás por
de mayor deidad. Porque decían que la res prieta era en
todo prieta, y que la blanca, aunque lo fuese en todo su
cuerpo, siempre tenía el hocico prieto, lo cual era de-
329
fecro, y por tanto era tenida en menos que la prieta. Y
por esta razón los reyes lo más del tiempo vestían de
negro, y el de luto de ellos era el vellorí, color pardo
que llaman.
Este primer sacrificio del cordero prieto era para
catar los agüeros y pronósticos de su fiesta. Porque to-
das las cosas que hacían de importancia, así para la paz
como para la guerra, casi siempre sacrificaban un cor-
dero para mirar y certificarse por el corazón y pulmones
si era acepto al sol, esto es, si había de ser feliz o no
aquella jornada de guerra, si habían de tener buena co-
secha de frutos aquel año. Para unas cosas tomaban sus
agüeros en un cordero, para otras en un carnero, para
otras en una oveja estéril, que cuando se dijere oveja,
siempre se ha de entender estéril, porque las parideras
nunca las mataban, ni aun para su comer, sino cuando
eran ya inútiles para criar.
Tomaban el cordero o carnero y ponianle hacia el
oriente; no le ataban las manos ni los pies, sino que lo
tenían asido tres o cuatro indios; abríanle vivo por el
costado izquierdo, por do metían la mano y sacaban el
corazón con los pulmones y todo el gazgorro, arrancán-
dolo con la mano y no cortándolo, y había de salir en-
tero desde el paladar.
330
de las otras dos que quedan, con las cuales daremos fin a
las fiestas; porque contar las ordinarias que se hacían
cada luna, y las particulares que se celebraban en haci-
miento de gracias de grandes victorias que ganaban, o
cuando alguna provincia o reino venía de su voluntad a
sujetarse al imperio del Inca, sería cosa muy prolija y
aun penosa; baste saber que todas se hacían dentro en el
templo del sol, a semejanza de su fiesta principal, aun-
que con muchas menos ceremonias y menos solemnidad
sin salir a las plazas.
La tercera fiesta solemne se llamaba Cusquieraimi.
Hacíase cuando ya la sementera estaba hecha y nacido el
maíz. Ofrecían al sol muchos corderos, ovejas macho-
rras y carneros, suplicándole mandase al hielo no les
quemase el maíz porque en aquel valle del Cozco y en
el de Sacsahuana y otros comarcanos, y en cualesquiera
otros que sean del templo de aquéllos, es muy riguroso
el hielo por ser tierra fría, y daña más al maíz que a otra
mies o legumbre; y es de saber, que en aquellos valles
hiela todo el año, así de verano como de invierno como
anochezca raso, y más hiela por San Juan que por Navi-
dad; porque entonces el sol más apartado de ellos.
Viendo los indios a prima noche el cielo raso sin nubes,
temiendo el hielo pegaban fuego a los muladares para
que se hiciesen humo, y cada uno en particular procu-
raba hacer humo en su corral; porque decían que con el
humo se excusaba el hielo, por-que servía de cobija
como las nubes para que no helase. Yo vi esto que digo
en el Cozco; si lo hacen hoy no lo sé, ni supe si era
verdad o no que el humo excusase el hielo que como
muchacho no curaba saber tan por extenso las cosas que
veía hacer a los indios.
Pues como el maíz fuese el principal sustento de los
indios y el hielo le fuese tan dañoso, rerníanle mucho; y
así, cuando era tiempo de poderles ofender, suplicaban
al sol con sacrificios, fiestas y bailes y con gran bebida,
331
mandase al hielo no les hiciese daño. La carne de los
animales que en estos sacrificios mataban, toda se gas-
taba en la gente que acudía a la fiesta, porque era sa-
crificio hecho por todos, salvo el cordero principal que
ofrecían al sol, y la sangre y asaduras de todas las demás
reses que mataban; todo lo cual consumían en el fuego y
lo ofrecían a su dios el sol, a semejanza de la fiesta
Raymi.
332
Preparados todos en general, hombres y mujeres
hasta los niños, con un día del ayuno riguroso, amasaban
la noche siguiente el pan llamado zanca .. cocíanlo hecho
pelotas en ollas en seco, porque no supieron qué cosa
era hacer hornos: dejábanlo a medio cocer hecho masa.
Hacían dos maneras de pan, en el uno echaban sangre
humana de muchachos y niños de cinco años arriba y
diez abajo, sacada por sangría y no con muerte. Sacá-
banla de la junta de las cejas encima de las narices; y
esta sangría también la usaban en sus enfermedades. Yo
las vi hacer. Cocían cada manera de pan aparte, porque
era para diversos efectos; junrábanse a hacer estas ce-
remonias por sus parentelas. Iban a casa del hermano
mayor los demás hermanos; y los que no los tenían a
casa del pariente más cercano mayor en edad.
La misma noche del amasijo, poco antes del amane-
cer, todos los que habían ayunado se lavaban los cuer-
pos y tomaban un poco de la masa mezclada con sangre,
y la pasaban por la cabeza y rostro, pecho y espaldas,
brazos y piernas, como que se limpiaban con ella para
echar de sus cuerpos todas sus enfermedades. Hecho
esto, el pariente mayor señor de la casa untaba con la
masa los umbrales de la puerta de la calle, y la dejaba
pegada a ellos en señal que en aquella casa se había
hecho el lavatorio y limpiado los cuerpos. Las mismas
ceremonias hacía el sumo sacerdote en la casa y templo
del sol, y enviaba otros sacerdotes que hiciesen lo
mismo en la casa de las mujeres del sol y en Huana-
cauri, que era un templo, una legua de la ciudad, que
tenían en gran veneración, por ser el primer lugar
donde paró el Inca Manco Capac cuando vino al Cozco,
como en su lugar dijimos. Enviaban también sacerdotes
a los demás lugares que tenían por sagrados, que era
donde el demonio les hablaba haciéndose dios. En la
casa real hacía las ceremonias un tío del rey el más
antiguo de ellos, había de ser de los legítimos.
333
Luego, en saliendo el sol, habiéndole adorado y su-
plicado mandase desterrar todos los males interiores y
exteriores que tenían, se desayunaban con el otro pan
amasado sin sangre. Hecha la adoración y el desayuno,
que se hacía a hora señalada, porque todos a una adora-
sen a e! sol, salía de la fortaleza un Inca de la sangre
real, como mensajero del sol, ricamente vestido, ceñida
su manta al cuerpo, con una lanza en la mano guarne-
cida con un listón hecho de plumas de diversos colores,
de una tercia en ancho, que bajaba desde la punta de la
lanza hasta el regatón, pegada a trechos con anillos de
oro (la cual insignia también servía de bandera en las
guerras), salía de la fortaleza y no de! templo del sol,
porque decían que era mensajero de guerra y no de paz,
que la fortaleza era casa de! sol para tratar en ella cosas
de guerra y armas, y e! templo era su morada para tratar
en ella de paz y amistad. Bajaba corriendo por la cuesta
abajo de! cerro llamado Sacsahuaman, blandiendo la
lanza hasta llegar en medio de la plaza principal, donde
estaban otros cuatro Incas de la sangre real con sendas
lanzas en las manos como la que traía el primero, y sus
mantas ceñidas como se las ciñen todos los indios siem-
pre que han de correr o hacer alguna cosa de importan-
cia, porque no les estorbe. El mensajero que venía to-
caba con su lanza las de los cuatro indios y les decía que
el sol mandaba que como mensajeros suyos desterrasen
de la ciudad y de su comarca las enfermedades y otros
males que en ella hubiese.
Los cuatro Incas partían corriendo hacia los cuatro
caminos reales que salen de la ciudad, y van a las cuatro
partes del mundo que llamaron Tauanrinsuyu: los veci-
nos y moradores, hombres y mujeres, viejos y niños,
mientras los cuatro iban corriendo, salían a las puertas
de las casas y con grandes voces y alaridos de fiesta y
regocijo, sacudían la ropa que en las manos sacaban de
su vestir y la que tenían vestida, como cuando sacuden
334
el polvo; luego pasaban las manos por la cabeza y rostro,
brazos y piernas, y por todo el cuerpo como cuando se
lavan, todo lo cual era echar los males de sus casas para
que los mensajeros del sol los desterrasen de la ciudad.
Esto hacían no solamente en las casas por donde pasa-
ban los cuatro Incas, mas también en toda la ciudad
generalmente. Los mensajeros corrían con las lanzas un
cuarto de legua fuera de la ciudad, donde hallaban aper-
cibidos otros cuatro Incas, no de la sangre real, sino de
los de privilegio, los cuales tomando las lanzas corrían
otro cuarto de legua, y así otros y otros hasta alejarse de
la ciudad cinco y seis leguas, donde hincaban las lanzas
como poniendo término a los males desterrados para
que no volviesen de allí adentro.
335
Hecha la guerra y desterrados los males a hierro y a
fuego, hacían por todo aquel cuarto de la luna grandes
fiestas y regocijos, dando gracias al sol porque les había
desterrado sus males. Sacrificábanle muchos corderos y
carneros cuya sangre y asaduras quemaban en sacrificio,
y la carne asaban en la plaza y la repartían por todos los
que se hallaban en la fiesta. Había aquellos días y tam-
bién las noches muchos bailes y cantares, y cualquiera
otra manera de contento y regocijo, así en las casas
como en las plazas, porque el beneficio y la salud que
habían recibido era común.
Yo me acuerdo haber visto en mis niñeces parte de
esta fiesta. Vi salir el primer Inca con la lanza, no de la
fortaleza que ya estaba desierta, sino de una de las casas
de los Incas que está en la falda del mismo cerro de la
fortaleza; llaman al sitio de la casa Collcampata; vi co-
rrer los cuatro indios con sus lanzas; vi sacudir la ropa a
toda la demás gente común y hacer los demás adema-
nes. Viles comer el pan llamado zancu. Vi los hachos
llamados pancuncu. No vi la fiesta que con ellos hicie-
ron de noche, porque fue a deshora, y yo estaba ya
dormido; acuérdome que otro día vi un pancuncu en el
arroyo que corre por medio de la plaza; estaba junto a
las casas de mi condiscípulo en gramática] uan de Cello-
rico; acuérdorne que huían de él los muchachos indios
que pasaban por la calle; yo no huí porque no sabía la
causa, que si me la dijeran también huyera, que era niño
de seis a siete años.
336
DE LA «HISTORIA GENERAL DE LAS INDIAS»
de Francisco López de Gómara
337
chacama que estaba cerca de Lima, famosísimo en aque-
llas tierras y muy visitado de todos por su devoción y
oráculos, pues el diablo se aparecía y hablaba con los
sacerdotes que allí moraban. Los españoles que fueron
allá con Fernando Pizarro, tras la prisión de Atabaliba,
lo despojaron del oro y plata, que fue mucha, y después
de sus oráculos y visiones, que cesaron con la cruz y el
sacramento, cosa para los indios nueva y espantosa. Di-
cen asimismo que llovió tanto una vez, que anegó todas
las tierras bajas y todos los hombres, excepto los que
cupieron en algunas cuevas de unas sierras muy altas,
cuyas puertas pequeñitas taparon de forma que no les
entrase el agua, metiendo dentro muchas provisiones y
animales. Cuando no sintieron llover, echaron fuera dos
perros, y como regresaron limpios, aunque mojados,
comprendieron que las aguas no habían menguado.
Echaron después más perros, y como regresaron enlo-
dados y enjutos, comprendieron que había cesado, y
salieron a poblar la tierra; y el mayor trabajo que para
ello tuvieron, y el mayor estorbo, fueron las muchas y
grandes culebras, mas al fin las mataron y pudieron vivir
seguros. También creen en el fin del mundo; sin em-
bargo, lo precederá primero una grandísima seca, y se
perderán el sol y luna, que adoran; y por esto dan gran-
des alaridos, y lloran cuando hay eclipses, sobre todo de
sol, temiendo que se vayan a perder él y ellos y todo el
mundo.
338
BIBLIOGRAFIA
CULTURA AZTECA
Fr. Bernardino de Sahagún: Historia General de las Cosas de Nueva
España, versión de A. M. Garibay. Editorial Porrúa. México, 1956.
Recopilación de Fr. Bernardino de Sahagún: Veinte Himnos Sacros
de los Nabuatls. Estudio de A. M. Garibay. U. N. A. M., Instituto de
Historia, Seminario de Cultura Nahuatl. México, 1958.
Fr. Diego Durán: Historia de las Indias de Nueva España e Islas de
Tierra Firme. Edición preparada por A. M. Garibay. Editorial Porrúa.
México, 1967.
Recopilación de Miguel León Porrilla: Los Antiguos mexicanos a
través de sus crónicas y cantares. F. C. E. México, 1961.
Recopilación y estudio de A. M. Garibay: Poesía nabuati. U. N. A. M.,
Instituto de Historia. México, 1964 (Contiene: Romances de los se-
ñores de la Nueva España, Relación de Juan Bautista Pomar y Cantares
mexicanos).
Juan de Torquemada: Monarquía indiana y un Libros Rituales. Edi-
ción preparada por M. León Porrilla. U. N. A. M. México, 3." edi-
ción, 1975.
CULTURA MAYA
Fr. Diego de Landa: Relación de las cosas de Y'ucatdn, Introducción
de A. M. Garibay. Editorial Porrúa. México, 8" edición, 1959.
Anales de los Cakchiqueles: Memorial de Solold, Traducción del origi-
nal, introducción y notas de Adrián Recinos. F. C. E., México, 1."
edición, 1950.
Recopilación de Dernerrio Sadi: La literatura de los mayas. Ed.
Joaquín Mortiz. México, 2." edición, 1970.
Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché. Traducción del texto
original, recopilación y nocas de Adrián Recinos. F. C. E., México, 5."
reimpresión, 1968.
339
El libro de los libros de Chilam Balam. Traducción de Alfredo Ba-
rrera Vázquez y Silvia Rendón. F. C. E., México, 2. a reimpresión,
1969.
CULTURA INCASICA
Martín de Morúa: Historia del origen y genealogía de los reyes incas
del Perú. Introducción, notas y arreglos de Constantino Bayle. C.
Bermejo. Biblioteca Missionalia Hispánica. Madrid, 1946.
Juan de Beranzos: Suma y narración de los incas y Segun:!a parte de
la crónica del Perú. Biblioteca Hispano-Ultramarina, Madrid, 1880.
Jesús Lara: La literatura de los quechuas, ensayo y antología. Cane-
las, Cochabamba, 1961.
Pedro Sarmiento de Gamboa: Historia de los incas. Emecé edito-
res, Buenos Aires, 2 a edición, 1943.
Jorge Basadre: Literatura inca. Editorial Desclée de Brower, Pa-
rís, 1938.
Inca Garcilaso de la Vega: Comentarios reales, Barcelona, 1968.
Francisco López de Gómara: Historia general de las Indias. Calpe,
Madrid, 1932.
340
INDICE
INTRODUCCION 7
CULTURA AZTECA
De la «Historia General de las cosas de la
Nueva España», de Fray Bernardino de
Sahagún . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . . 17
De los «Himnos de los Dioses», recogidos
por Sahagún, versión de A. M. Garibay . . 47
De la «Historia de las Indias de Nueva
España», de Fray Diego Durán . . . . . . . . . . 63
De «Los antiguos mexicanos a través de
sus Crónicas y Cantares». Poemas recogidos
por Miguel León Portilla 71
De los «Cantares mexicanos», versión de
Angel María Garibay 79
De «Los 21 libros rituales y monarquía in-
diana», de Juan de Torquemada . . . . . . . . . 105
De la «Relación», de Juan Bautista de
Pomar 113
De los «Romances de los señores de la
Nueva España», versión de Angel María
Garibay 123
343
CULTURA MAYA
De la «Relación de las cosas de Yucaran»,
de Fr. Diego de Landa , 141
De «La literatura de los mayas», poemas re-
cogidos por Dernetrio Sodi 157
Del «Popal Vuh,> «Las antiguas historias
del Quiché», versión de Adrián Recinos.. 187
De los «Anales de los Cakchiqueles», ma-
nuscrito de Tecpan Atitlan . . . . . . . . . . . . .. 207
De «El libro de los libros de Chilam Ba-
lam», versión de Alfredo Barrera Vázquez
y Silvia Rendón. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 211
CULTURA INCASICA
De «Los Orígenes de los incas», de Mar-
tín de Morua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 237
De la «Suma y narración de los incas», de
Juan de Betanzos 245
De «La literatura de los Quechuas», poemas
recogidos por Jesús Lara o. 271
De «Historia de los Incas», de Pedro Sar-
miento de Gamboa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 283
De «Relación anónima inca» 287
De la «Literatura inca», poemas recogidos
por Jorge Basadre o. 289
De los «Comentarios reales», del inca Gar-
cilaso de la Vega 317
De la «Historia general de las Indias», de
Francisco López de Górnara .. , . . . . . . . . . .. 337
344
VOLUMENES PUBLICADOS
345
17. LOJ caballistas, Rafael Torres.
18. Obra poética completa, Curros Enríquez (edición bilingüe).
Traducción y estudio de Ce Iso Emilio Ferreiro.
19. Poética de Mallarmé, Edison Simons.
20. Momtruorum /srtifex, Alascok-Ish de Luna.
21. Di as por la tierra, Carmen Conde.
22. LOJ cuatro libros cardinales, Aquilino Duque.
23. Aristáteles, Horario. Boilea«, Aníbal González Pérez.
24. Conciencia y lenguaje en la obra de Jorge Guillén, José Ma-
nuel Polo de Bernabé.
25. Poesia en seis tiempos, Juan Bernier.
26. Meghaduta. Kalidasa. Edición preparada y traducida por
F. Villar Liébana.
27. Poetas italianos contemporáneos. Edición bilingüe prepa-
rada por Antonio Colinas.
28. Ardiendo en ira, Antonio Aparicio.
29. Antología. Carlos Alvarez.
30. Una poética activa. La poesia norteamericana desde 1910-
1975, Kevin Power.
31. Canciones completas, Guillermo IX Duque de Aquitania y
Jaufré Rudel. Edición bilingüe a cargo de Luis Alberto
de Cuenca y Miguel Angel Elvira.
32. Antología de Alvaro de Campos, Fernando Pessoa (edición
bilingüe), por). A. L1ardent.
33. Nuevo MeJter de Clerecía. Edición preparada por Florencio
Martínez Ruiz.
34. La poesia de Neruda, Luis Rosales.
35. Discurso poético, Juan de Jáuregui.
36. El mundo poético de Juan JOJé Domencbina, C. G. Bellver.
37. Textos de cronistas de india] y poemas precolombinos, Ro-
berto Godoy y Angel Olmo.
346