Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
TWITTEAR
COMPARTIR
No, los colores que se pueden ver por Internet al buscar el Golfo de
Alaska no se deben al choque "entre dos mares". Pero, alguna
explicación ha de haber, ¿no? Hoy os desgranamos el mito y la realidad
que hay detrás.
Kent Smith
Paseando por Internet puede que te hayas topado alguna vez con una
imagen como la de más arriba. Es una imagen de lo más
impresionante: dos mares, del Pacífico Norte y el Mar de Bering, dos
masas de agua de proporciones colosales luchando la una contra la
otra, sin mezclarse. También ocurriría algo parecido entre el Mar
Báltico y el Mar del Norte, en el viejo continente. Sus diferencias son
tantas que crean una barrera entre sí, visible a simple vista. Es lógico,
¿verdad? No es difícil imaginar que dos mares de procedencia tan
distinta no puedan fundir sus aguas y permanezcan en contacto, pero
diferenciados constantemente durante meses y meses, ¿no? Pues no.
En realidad, el fruto de esta diferencia de masas no está en los dos
mares. Y aunque es cierto que el agua no se mezcla tan fácilmente, al
final, el tiempo lo arregla todo. Hoy destapamos el falso mito del Golfo
de Alaska.