Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Descripción general
Es normal sentirse nervioso en algunas situaciones sociales. Por ejemplo, tener una cita o dar una
presentación pueden causar esa sensación de tener mariposas en el estómago. Pero en el trastorno de
ansiedad social, también llamado «fobia social», las interacciones de todos los días causan
muchísima ansiedad, temor, inseguridad y vergüenza por miedo al escrutinio o la opinión de los
demás.
En el trastorno de ansiedad social, el miedo y la ansiedad provocan una evasión que puede alterar la
vida. El estrés intenso puede afectar la rutina diaria, el trabajo, el estudio u otras actividades.
Síntomas
La timidez o incomodidad en ciertas situaciones no son necesariamente signos de trastorno de
ansiedad social. El nivel de comodidad en las situaciones sociales varía y depende de los rasgos de
la personalidad y de las experiencias de vida. Algunas personas son reservadas por naturaleza, y
otras son más extrovertidas.
A diferencia del nerviosismo diario, el trastorno de ansiedad social comprende miedo, ansiedad y
evasión, que interfieren en la rutina diaria, el trabajo, u otras actividades.
Síntomas emocionales y conductuales
Los signos y síntomas del trastorno de ansiedad social comprenden la persistencia de lo siguiente:
• Temor a situaciones donde podrías ser juzgado
• Angustia por sentirte avergonzado o humillado
• Temor intenso de interactuar o hablar con extraños
• Temor a que los demás noten que estás ansioso
• Temor a tener síntomas físicos que puedan causarte incomodidad, como sonrojarte, sudar,
temblar o que te tiemble la voz
• Dejar de hacer algunas actividades o dejar de hablar con ciertas personas por miedo a
sentirte avergonzado
• Evitar situaciones donde puedas ser el centro de atención
• Tener ansiedad en los momentos previos a enfrentar una situación o actividad que te da
miedo
• Soportar una situación social con ansiedad o miedo intenso
• Después de una situación social, analizar tu desempeño e identificar fallas en tus
interacciones
• Esperar las peores consecuencias posibles de una experiencia negativa en una situación
social
Los pensamientos que surgen en esas situaciones son similares a algunos de los siguientes:
• “Se me va a notar nervioso”
• “Me voy a poner colorado”
• “Voy a temblar”
• “Mi voz no va a salir de forma adecuada” (me va a temblar, se va a cortar, “me va a salir
demasiado débil”, etc.)
• “No voy a poder hablar de forma adecuada porque me voy a quedar en blanco o me voy
bloquear”
• “Voy a aburrir a todos”. “Se van a sentir incómodos conmigo”
• “Voy a parecer tonto”
• “No se me ocurre nada interesante, van a pensar que soy un aburrido”
• “Van a creer que estoy mirando donde no es correcto”
• “Se me va a poner un gesto raro” (como cara de tonto, sonrisa inadecuada, etc.)
Síntomas físicos
A veces, hay signos y síntomas físicos que pueden acompañar el trastorno de ansiedad social y
pueden ser:
• Rubor
• Latidos del corazón rápidos
• Temblores
• Sudoración
• Malestar estomacal o náuseas
• Dificultad para respirar
• Mareos o aturdimiento
• Sentir que la mente se pone en blanco
• Tensión muscular
Causas
El trastorno de ansiedad social probablemente surge de una interacción compleja entre factores
biológicos y ambientales. Las posibles causas son las siguientes
• Rasgos hereditarios. Los trastornos de ansiedad suelen ser hereditarios. Sin embargo, no
está completamente claro hasta qué punto pueden deberse a la genética o a conductas
adquiridas.
• Estructura del cerebro. Las personas que tienen un núcleo amigdalino hiperactivo pueden
tener una respuesta ante el miedo exacerbada, la cual causa un aumento de ansiedad en
situaciones sociales.
• El entorno. El trastorno de ansiedad social puede ser una conducta adquirida; algunas
personas pueden manifestar esta enfermedad después de una situación social desagradable o
incómoda. Además, puede haber una relación entre el trastorno de ansiedad social y los
padres que copian episodios de ansiedad en situaciones sociales o que son más controladores
o sobreprotectores con sus hijos.
Factores de riesgo
Varios factores pueden aumentar el riesgo de contraer el trastorno de ansiedad social, entre ellos:
• Antecedentes familiares. Si tus padres biológicos o hermanos tienen trastorno de ansiedad
social, tienes más probabilidades de padecerlo.
• Experiencias negativas. Los niños que padecen burlas, hostigamiento, rechazo, ridículo o
humillación pueden ser más propensos a desarrollar el trastorno de ansiedad social. Además,
el trastorno de ansiedad social puede estar relacionado con otros acontecimientos negativos
de la vida, como conflictos familiares, traumatismo o maltrato.
• Carácter. Los niños que son tímidos, retraídos, introvertidos o reservados al enfrentar
situaciones o personas nuevas pueden tener un riesgo mayor.
• Nuevas exigencias sociales o laborales. Los síntomas del trastorno de ansiedad social, por
lo general, comienzan durante la adolescencia, pero conocer gente nueva, pronunciar un
discurso en público o hacer una presentación importante en el trabajo puede desencadenarlos
por primera vez.
• Tener una apariencia o enfermedad que llame la atención. Por ejemplo, la desfiguración
facial, el tartamudeo o los temblores de la enfermedad de Parkinson pueden aumentar la
timidez y provocar trastorno de ansiedad social en algunas personas.
Complicaciones
Si no se trata, el trastorno de ansiedad social puede controlar tu vida. La ansiedad puede interferir
en el trabajo, el estudio, las relaciones o la capacidad de disfrutar la vida. El trastorno de ansiedad
social puede producir:
• Baja autoestima
• Problemas para actuar en forma asertiva
• Diálogo interno negativo
• Hipersensibilidad a las críticas
• Habilidades sociales deficientes
• Aislamiento y relaciones sociales difíciles
• Logros académicos y profesionales deficientes
• Abuso de sustancias, por ejemplo, beber demasiado alcohol
Prevención
No es posible prever qué causará que una persona presente un trastorno de ansiedad, pero puedes
tomar medidas para reducir el impacto de los síntomas si te sientes ansioso:
• Pide ayuda enseguida. La ansiedad, al igual que muchos otros trastornos mentales, puede
ser más difícil de tratar si no buscas ayuda de inmediato.
• Lleva un diario personal. Llevar un registro de tu vida personal puede ayudarlos a ti y a tu
profesional de salud mental a identificar cuál es la causa del estrés y qué parece ayudarte a
sentirte mejor.
• Establece prioridades en tu vida. Puedes disminuir la ansiedad si administras bien tu
tiempo y tu energía. Asegúrate de pasar tiempo realizando las actividades que disfrutas.
• Evita el consumo de sustancias no saludables. El consumo de alcohol y de drogas, e
incluso de cafeína o nicotina, puede provocar o empeorar la ansiedad. Si tienes una adicción
a estas sustancias, dejarlas puede provocarte ansiedad.
Los criterios del DSM-5 para el trastorno de ansiedad social comprenden:
• Ansiedad o miedo intenso y persistente en situaciones sociales específicas porque crees que
pueden juzgarte, avergonzarte o humillarte
• Evitar situaciones sociales que producen ansiedad o soportarlas con ansiedad o miedo
intenso
• Ansiedad excesiva y exagerada con respecto a la situación
• Ansiedad y angustia que interfieren en tu vida diaria
• Miedo o ansiedad que no puede explicarse mediante otra enfermedad, otro medicamento o
un abuso de sustancias
Tratamiento
El tratamiento depende de la medida en la que el trastorno de ansiedad social afecte tu capacidad de
desenvolverte en la vida diaria. Los dos tipos de tratamiento más frecuentes para el trastorno de
ansiedad social son la psicoterapia (también denominada «asesoramiento psicológico» o «terapia de
conversación») y el uso de medicamentos, o ambos.
Psicoterapia
La psicoterapia mejora los síntomas en la mayoría de las personas con trastorno de ansiedad social.
En la terapia, aprendes a reconocer y a modificar pensamientos negativos acerca de ti y a adquirir
habilidades para ayudarte a ganar confianza en situaciones sociales.
La terapia cognitiva conductual es el tipo de psicoterapia más eficaz para tratar la ansiedad.En la
terapia cognitiva conductual basada en la exposición, trabajas gradualmente hasta enfrentar las
situaciones que más te asustan. Esto puede mejorar tu capacidad de enfrentar desafíos o situaciones
y te puede ayudar a generar confianza para afrontar las situaciones que te producen ansiedad.
También puedes participar en una capacitación sobre habilidades sociales o en juegos de
personificación para practicar tus habilidades sociales, aumentar la comodidad y ganar confianza
para relacionarte con los demás. Practicar la exposición a situaciones sociales es particularmente
útil para hacer frente a tus preocupaciones.
ASERTIVIDAD
La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable,
franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás.
Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros
dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir
lo que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos
descalificamos nosotros mismos.
Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo
que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara.
La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
La asertividad y la ansiedad
El elemento básico de la asertividad consiste en atreverse a mostrar nuestros deseos de forma
amable, franca, etc., pero el punto fundamental consiste en lanzarse y atreverse. Esto nos ayudará a
atrevernos a hacerlo. Pero cuando la ansiedad y el miedo son demasiado grandes hasta el punto de
que nos dificultan o impiden expresar nuestros deseos, hemos de plantearnos una estrategia para
superarla.
Fase de preparación
Para poder conseguir cualquier cosa tenemos que saber como hacerlo y para ello hay que
prepararse. Ir a un encuentro sin tener una mínima guía de comportamiento, cuando, además, no
somos negociadores experimentados, nos expone a no lograr para nada los objetivos que
perseguimos. Por tanto hay que preparar lo que se va a decir y a hacer en la negociación cara a cara
con el otro.
Dentro de la preparación habría que distinguir dos subfases. La primera de preparación personal
para evitar caer en la pasividad o en la agresividad y la segunda de preparación del diálogo que
vamos a plantear al otro.
Ensayo
Lo que se ha preparado, preferentemente por escrito, se tiene que ensayar hasta aprendérselo de
memoria. Cuando vamos a un examen nos ponemos nerviosos y se nos olvidan muchas cosas,
puede pasarnos lo mismo en este caso y por eso hay que aprendérselo de memoria.
Si la situación nos causa alguna ansiedad, es una razón más para el ensayo. Cuando nos imaginamos
la situación de la negociación nos estaremos exponiendo a ella en la imaginación y al menos cuando
pensemos en hablar con el otro no nos pondremos nerviosos y comenzaremos nuestra negociación
en mejor posición anímica. Si nos ponemos nerviosos podemos acogernos al diálogo que hemos
preparado en la seguridad de que vamos a expresar nuestros deseos de forma completa. Cuando la
ansiedad es demasiado grande hasta el punto de que nos impide expresar nuestros deseos, hemos de
plantearnos una estrategia para superarla.
Ejecución
En la fase de ejecución hay que tener en cuenta algunas técnicas básicas que nos permiten llevar a
cabo lo que hemos preparado. No hay que olvidar nunca que nuestros objetivos están plasmados en
el diálogo que hemos preparado y que nuestra meta inmediata es decirlo. No se trata de contestar a
todas las digresiones que nos hagan, no es necesario ser rápido y agudo para poder responder de
forma inmediata a todo lo que nos digan. Se trata de emplear la técnica del banco de niebla, que
también se llama aceptar en principio, seguida de la del disco rayado.
La forma de hacerlo es diciendo que “puede que lleves razón; pero...” (banco de niebla) lo que yo
quiero decir es que.. “ y se sigue con el diálogo en el punto en el que fuimos interrumpidos o
repitiéndolo desde el principio (disco rayado.) Puede parecer muy limitado y que vamos a hacer el
ridículo, pero es sorprendente lo efectivo y natural que resulta. Si saca otros temas, también
importantes, no perdamos de vista nuestro objetivo, tenemos que acabar con lo que ha motivado la
negociación para poder seguir más tarde con lo que acaba de plantear: en ningún momento hay que
perder de vista nuestro objetivo, plasmado en el diálogo preparado.
Ejemplos
PRACTICA
Situación 1:
Un amigo acaba llega a cenar, pero una hora más tarde de lo que había dicho. No ha llamado
para avisar que se retrasaría. Estás irritado por la tardanza. Tienes estas alternativas:
1. CONDUCTA PASIVA. Saludarle como si tal cosa y decirle “Entra la cena está en la mesa”.
2. CONDUCTA ASERTIVA. He estado esperando durante una hora sin saber lo que pasaba
(hechos). Me has puesto nervioso e irritado (sentimientos), si otra vez te retrasas avísame (conducta
concreta) harás la espera más agradable (consecuencias).
3. CONDUCTA AGRESIVA. Me has puesto muy nervioso llegando tarde. Es la última vez que
te invito.
Situación 2:
Un compañero de trabajo te da constantemente su trabajo para que lo hagas. Decides
terminar con esta situación. Puedes crear la situación preguntándole como lleva su trabajo o
esperar a que el la cree cuando te pida otra vez a le ayudes haciéndole algo. Las alternativas
podrían ser:
1. CONDUCTA PASIVA. Estoy bastante ocupado. Pero si no consigues hacerlo, te puedo
ayudar.
2. CONDUCTA AGRESIVA. Olvídalo. Casi no queda tiempo para hacerlo. Me tratas como a
un esclavo. Eres un desconsiderado.
3. CONDUCTA ASERTIVA. Muy frecuentemente me pides que te eche una mano en el trabajo
que te asignan, porque no te da tiempo o porque no sabes hacerlo (hechos). Estoy cansado de hacer,
además de mi trabajo, el tuyo (sentimientos), así que intenta hacerlo tú mismo (conductas), seguro
que así te costará menos la próxima vez (consecuencias).
Situación 3
Vas a un restaurante a cenar. Cuando el camarero trae lo que has pedido, te das cuenta de que la
copa está sucia, con marcas de pintura de labios de otra persona. Se trata de llevarse bien con el
camarero para que nos sirva bien, pero eso no es un buen servicio, podrías:
1. CONDUCTA PASIVA. No decir nada y usar la copa sucia aunque a disgusto.
2. CONDUCTA AGRESIVA. Armar un gran escándalo en el local y decir al camarero que
como el servicio es asqueroso nunca volverás a ir a ese establecimiento.
3. CONDUCTA ASERTIVA. Llamar al camarero y, mirándole a la cara y sonriendo, pedirle que
por favor le cambie la copa.
5. Comienza a pensar que las cosas importantes no tienes por qué hacerlas solo. Si crees
que puede ser beneficioso plantéate un proceso de cambio guiado por un profesional de la
psicología. Las ventajas de relacionarte con los demás de forma menos ansiosa son enormes.
Valora el momento propicio para el cambio, y si encuentras un motivo de peso, lánzate a por
ello.