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Introducción

la Filosofía moderna y como un filósofo de extraordinaria valía por haber liberado


al pensamiento filosófico de su férrea dependencia de la tradición anterior y, en especial, de
la Filosofía Escolástica. Sin embargo, en este trabajo no se va a hablar de los muy
discutibles méritos que hayan podido hacerle acreedor a tales títulos sino de una serie de
aspectos de su obra que muestran el sorprendente y lamentable uso que hizo de esa razón
que en teoría tanto valoró, defendiendo absurdas doctrinas, que en una gran medida o bien
se correspondían con prejuicios religiosos asumidos por el pensador francés como
consecuencia de su formación en un entorno religioso ligado al catolicismo, o bien eran
razonamientos en círculo
RENÉ DESCARTES
(Biografía)

Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés. Después del
esplendor de la antigua filosofía griega y del apogeo y crisis de la escolástica en la Europa
medieval, los nuevos aires del Renacimiento y la revolución científica que lo acompañó
darían lugar, en el siglo XVII, al nacimiento de la filosofía moderna.
René Descartes

El primero de los ismos filosóficos de la modernidad fue el racionalismo; Descartes, su


iniciador, se propuso hacer tabla rasa de la tradición y construir un nuevo edificio sobre la
base de la razón y con la eficaz metodología de las matemáticas. Su «duda metódica» no
cuestionó a Dios, sino todo lo contrario; sin embargo, al igual que Galileo, hubo de sufrir la
persecución a causa de sus ideas.

René Descartes se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), por entonces uno
de los más prestigiosos de Europa, donde gozó de un cierto trato de favor en atención a su
delicada salud. Los estudios que en tal centro llevó a cabo tuvieron una importancia
decisiva en su formación intelectual; conocida la turbulenta juventud de Descartes, sin duda
en La Flèche debió cimentarse la base de su cultura. Las huellas de tal educación se
manifiestan objetiva y acusadamente en toda la ideología filosófica del sabio.

El programa de estudios propio de aquel colegio (según diversos testimonios, entre los que
figura el del mismo Descartes) era muy variado: giraba esencialmente en torno a la
tradicional enseñanza de las artes liberales, a la cual se añadían nociones de teología y
ejercicios prácticos útiles para la vida de los futuros gentilhombres. Aun cuando el
programa propiamente dicho debía de resultar más bien ligero y orientado en sentido
esencialmente práctico (no se pretendía formar sabios, sino hombres preparados para las
elevadas misiones políticas a que su rango les permitía aspirar), los alumnos más activos o
curiosos podían completarlos por su cuenta mediante lecturas personales.

Años después, Descartes criticaría amargamente la educación recibida. Es perfectamente


posible, sin embargo, que su descontento al respecto proceda no tanto de consideraciones
filosóficas como de la natural reacción de un adolescente que durante tantos años estuvo
sometido a una disciplina, y de la sensación de inutilidad de todo lo aprendido en relación
con sus posibles ocupaciones futuras (burocracia o milicia). Tras su etapa en La Flèche,
Descartes obtuvo el título de bachiller y de licenciado en derecho por la facultad de Poitiers
(1616), y a los veintidós años partió hacia los Países Bajos, donde sirvió como soldado en
el ejército de Mauricio de Nassau. En 1619 se enroló en las filas del Maximiliano I de
Baviera.

Según relataría el propio Descartes en el Discurso del Método, durante el crudo invierno de
ese año se halló bloqueado en una localidad del Alto Danubio, posiblemente cerca de Ulm;
allí permaneció encerrado al lado de una estufa y lejos de cualquier relación social, sin más
compañía que la de sus pensamientos. En tal lugar, y tras una fuerte crisis de escepticismo,
se le revelaron las bases sobre las cuales edificaría su sistema filosófico: el método
matemático y el principio del cogito, ergo sum. Víctima de una febril excitación, durante la
noche del 10 de noviembre de 1619 tuvo tres sueños, en cuyo transcurso intuyó su método
y conoció su profunda vocación de consagrar su vida a la ciencia.

Tras renunciar a la vida militar, Descartes viajó por Alemania y los Países Bajos y regresó a
Francia en 1622, para vender sus posesiones y asegurarse así una vida independiente; pasó
una temporada en Italia (1623-1625) y se afincó luego en París, donde se relacionó con la
mayoría de científicos de la época.

En 1628 decidió instalarse en Holanda, país en el que las investigaciones científicas


gozaban de gran consideración y, además, se veían favorecidas por una relativa libertad de
pensamiento. Descartes consideró que era el lugar más favorable para cumplir los objetivos
filosóficos y científicos que se había fijado, y residió allí hasta 1649.

Los cinco primeros años los dedicó principalmente a elaborar su propio sistema del mundo
y su concepción del hombre y del cuerpo humano. En 1633 debía de tener ya muy avanzada
la redacción de un amplio texto de metafísica y física titulado Tratado sobre la luz; sin
embargo, la noticia de la condena de Galileo le asustó, puesto que también Descartes
defendía en aquella obra el heliocentrismo de Copérnico, opinión que no creía censurable
desde el punto de vista teológico. Como temía que tal texto pudiera contener teorías
condenables, renunció a su publicación, que tendría lugar póstumamente.
En 1637 apareció su famoso Discurso del método, presentado como prólogo a tres ensayos
científicos. Por la audacia y novedad de los conceptos, la genialidad de los descubrimientos
y el ímpetu de las ideas, el libro bastó para dar a su autor una inmediata y merecida fama,
pero también por ello mismo provocó un diluvio de polémicas, que en adelante harían
fatigosa y aun peligrosa su vida.

Descartes proponía en el Discurso una duda metódica, que sometiese a juicio todos los
conocimientos de la época, aunque, a diferencia de los escépticos, la suya era una duda
orientada a la búsqueda de principios últimos sobre los cuales cimentar sólidamente el
saber. Este principio lo halló en la existencia de la propia conciencia que duda, en su
famosa formulación «pienso, luego existo». Sobre la base de esta primera evidencia pudo
desandar en parte el camino de su escepticismo, hallando en Dios el garante último de la
verdad de las evidencias de la razón, que se manifiestan como ideas «claras y distintas».

El método cartesiano, que Descartes propuso para todas las ciencias y disciplinas, consiste
en descomponer los problemas complejos en partes progresivamente más sencillas hasta
hallar sus elementos básicos, las ideas simples, que se presentan a la razón de un modo
evidente, y proceder a partir de ellas, por síntesis, a reconstruir todo el complejo, exigiendo
a cada nueva relación establecida entre ideas simples la misma evidencia de éstas. Los
ensayos científicos que seguían al Discurso ofrecían un compendio de sus teorías físicas,
entre las que destaca su formulación de la ley de inercia y una especificación de su método
para las matemáticas.

Los fundamentos de su física mecanicista, que hacía de la extensión la principal propiedad


de los cuerpos materiales, fueron expuestos por Descartes en las Meditaciones
metafísicas (1641), donde desarrolló su demostración de la existencia y la perfección de
Dios y de la inmortalidad del alma, ya apuntada en la cuarta parte del Discurso del método.
El mecanicismo radical de las teorías físicas de Descartes, sin embargo, determinó que
fuesen superadas más adelante.

Conforme crecía su fama y la divulgación de su filosofía, arreciaron las críticas y las


amenazas de persecución religiosa por parte de algunas autoridades académicas y
eclesiásticas, tanto en los Países Bajos como en Francia. Nacidas en medio de discusiones,
las Meditaciones metafísicas habían de valerle diversas acusaciones promovidas por los
teólogos; algo por el estilo aconteció durante la redacción y al publicar otras obras suyas,
como Los principios de la filosofía (1644) y Las pasiones del alma (1649).

 La filosofía de descartes

Descartes es considerado como el iniciador de la filosofía racionalista moderna por su


planteamiento y resolución del problema de hallar un fundamento del conocimiento que
garantice su certeza, y como el filósofo que supone el punto de ruptura definitivo con la
escolástica. En el Discurso del método (1637), Descartes manifestó que su proyecto de
elaborar una doctrina basada en principios totalmente nuevos procedía del desencanto ante
las enseñanzas filosóficas que había recibido.

Convencido de que la realidad entera respondía a un orden racional, su propósito era crear
un método que hiciera posible alcanzar en todo el ámbito del conocimiento la misma
certidumbre que proporcionan en su campo la aritmética y la geometría. Su método,
expuesto en el Discurso, se compone de cuatro preceptos o procedimientos: no aceptar
como verdadero nada de lo que no se tenga absoluta certeza de que lo es; descomponer
cada problema en sus partes mínimas; ir de lo más comprensible a lo más complejo; y, por
último, revisar por completo el proceso para tener la seguridad de que no hay ninguna
omisión.

 Pienso, luego existo

La duda, razona entonces Descartes, es un pensamiento: dudar es pensar. Ahora bien, no es


posible pensar sin existir. La suspensión de cualquier verdad concreta, la misma duda, es un
acto de pensamiento que implica inmediatamente la existencia del "yo" pensante. De ahí su
célebre formulación: pienso, luego existo (cogito, ergo sum). Por lo tanto, podemos estar
firmemente seguros de nuestro pensamiento y de nuestra existencia. Existimos y somos una
sustancia pensante, espiritual.

A partir de ello elabora Descartes toda su filosofía. Dado que no puede confiar en las cosas,
cuya existencia aún no ha podido demostrar, Descartes intenta partir del pensamiento, cuya
existencia ya ha sido demostrada. Aunque pueda referirse al exterior, el pensamiento no se
compone de cosas, sino de ideas sobre las cosas. La cuestión que se plantea es la de si hay
en nuestro pensamiento alguna idea o representación que podamos percibir con la misma
«claridad» y «distinción» (los dos criterios cartesianos de certeza) con la que nos
percibimos como sujetos pensantes.

 Obras de René Descartes

1628, Reglas para la dirección del Espíritu

1630, El mundo o tratado de la luz

1637, Discurso del Método

1641, Meditaciones Metafísicas

1642, La búsqueda de la verdad mediante la razón natural

1644, Principios de la Filosofía

1649, Las pasiones del alma

 Algunas frases de René Descartes

Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro.

Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás.

La matemática es la ciencia del orden y la medida, de bellas cadenas de razonamientos,


todos sencillos y fáciles.

Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en
aprender.

Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas.
 Epistemología

Rama de la filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean la teoría del
conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conceptos
relacionados, de las fuentes, los criterios, los tipos de conocimiento posible y el grado con
el que cada uno resulta cierto; así como la relación exacta entre el que conoce y el objeto
conocido.

Estos sistemas son los de Platón y Aristóteles, Descartes y Leibnitz, Kant y Hegel ya que
en todos ellos hallaremos una inclinación en la universalidad, una orientación en la
totalidad objetiva por ejemplo: el ser, la esencia, el conocimiento.

En los principios de la edad moderna retomamos los caminos del concepto Aristotélico
(tiene como centro una ciencia universal del ser). Los sistemas de Descartes, Spinoza y
Leibnitz, presentan la misma orientación que caracteriza al Estagirita, ya que todos tienden
al conocimiento del mundo objetivo. Kant por el contrario revive el estilo Platónico
(procura elevar la vida, con todos sus conceptos a la conciencia filosófica).

Es verdad que Kant en su primera manifestación surge como una teoría del conocimiento o
como base crítica del estudio científico. Pero no se detiene en el ámbito teórico sino que
avanza a formular la base crítica de todos los campos conocibles. Al lado de la Crítica de la
razón pura, se encuentra la Crítica de la razón práctica, que aborda el tema de la
valorización moral, y la Crítica del juicio, cuyo objetivo son las investigaciones críticas
de los valores estéticos. Así pues, en Kant aparece la filosofía como una reflexión universal
del pensamiento sobre sí mismo, como una reflexión del hombre estudioso sobre
los valores de su conducta.

La supresión de todos los principios materiales y objetivos, los cuales existen


indudablemente en Kant, de manera que la filosofía asume un carácter puramente formal y
metodológico. Ésta postura intelectual provoca una reacción que forja un
nuevo movimiento en el pensamiento filosófico, el cual vuelve a inclinarse a lo material y
objetivo, constituyendo una renovación del carácter aristotélico.
 Teoría Epistemológica

Se dio cuenta de que todo el conocimiento lo había aceptado por medio de alguna autoridad
por lo que decidió dudar de todo.

Probó la confiablidad de los sentidos y llego a la conclusión de que debía confiar en sus
sentidos.

Después aplico la duda a la realidad, comparándola con sueños sin encontrar una forma
clara de distinguir entre los dos.

También examinó las matemáticas cuestionando el fundamento de nuestra certeza. No


tenemos forma de saber si es verdad o no. Así que se debe de dudar de las verdaderas
matemáticas.

Descartes se dio cuenta de que estaba eliminando todo lo que creía “conocimiento”, pero
llego a la conclusión de que, sin duda, dudaba. Lo que significa que piensa y por lo tanto
existe.

“Yo pienso, por lo tanto yo existo.” Cogito. Solipsismo: creencia de que sólo las mentes
y sus contenidos existen"

Descartes usó a Dios para dar validez al mundo. Para dar existencia de Dios concluyó que
solo Dios puede ser la fuente de la idea de Dios en Descartes, porque cualquier otra fuente
presentaría la paradoja de que el ser inferior es la fuente del ser superior.

Descartes asumió que algunas ideas son innatas. Una vez que Descartes demostró que
Dios existía, pudo confiar en las percepciones de su propio cuerpo y del mundo reveladas
por sus sentidos, porque un Dios bueno no sería un”engañador”.

Descartes hizo una distinción entre mente y a sustancia llamada materia.


Realidad Se compone de dos sustancias opuestas Mente: sustancia pensante y compacta y
Materia: No piensa y es extendida. Materia Sujeta a las leyes de la física. Mente Libre de
actuar independientemente, libre albedrio.
Colusión

Quedar libre de sus obligaciones militares, se dedicó a viajar a través de Alemania, y más
tarde se alistó en el ejército de Maximiliano de Baviera.5 Su regimiento estuvo acantonado
a orillas del Danubio y luego fue movilizado a Bohemia y Hungría. Finalmente, en no-
viembre de 1620, cerca de Praga, el ejército de Maximiliano fue dispersado por los checos.
Era el comienzo de la guerra de los Treinta Años. Descartes salió sano y salvo del conflicto
y regresó a Francia. Su padre había fallecido, dejándole sus tierras y demás posesiones por
herencia.

La filosofía moderna, de la mano de Descartes, aparece con un propósito aparentemente


modesto: conocer cuál es el camino que se puede seguir para llegar al conocimiento y a la
verdad
Bibliografía:
http://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/hf/soff_mo_7.html
https://www.monografias.com/trabajos/epistemologia2/epistemologia2.shtml

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