Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Según lo establecido en la Ley de Impuesto a la Renta, a fin de establecer la renta neta de tercera categoría
se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los
vinculados con la generación de ganancias de capital, en tanto la deducción no esté expresamente prohibida.
Por lo que a efectos de ser deducible determinados gastos se debe tener como objeto o motivo el planteado
en la norma tributaria; es decir, la generación de rentas gravadas o el mantenimiento de la fuente generadora
de renta a fin de que tales gastos cumplan con el principio de causalidad aun cuando no se logre la
generación de la renta gravada.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 57° del TUO de la Ley del IR, las rentas de tercera categoría se
considerarán producidas en el ejercicio comercial en que se devenguen. Por lo que según el Tribunal Fiscal
se establece que se considera ingreso devengado a todo aquel sobre el cual se ha adquirido el derecho de
percibirlo por haberse producido los hechos necesarios para que se generen, siendo irrelevante la fecha en
que los ingresos sean percibidos o el momento en que se emita el comprobante de pago que sustente la
operación.
Por su parte, García Mullín establece que en forma genérica, se puede afirmar que todas las deducciones
de gastos están en principio regidas por el principio de causalidad; es decir, que sólo son admisibles aquellos
que guarden una relación causal directa con la generación de la renta o con el mantenimiento de la fuente
en condiciones de productividad.
Con referencia a ello el Dr. Franciso J. Ruiz de Castilla Ponce de León en la segunda quincena de noviembre
de 2009 al abordar algunos apuntes sobre el criterio del devengado establece que para el criterio jurídico no
es relevante si hay o no ingreso o percepción, sino basta que se tenga el derecho de percibir una renta para
que se considere imputada para determinado ejercicio, por lo que si una renta se rige por el principio del
devengado, se puede o no haber recibido el ingreso, pero para efectos tributarios, se va a entender recibida
si se ha cumplido el principio del devengado. Por su parte el principio contable señala que la imputación por
el referido método se produce cuando tanto los ingresos y los costos y los gastos se ganan o se incurren, y
no cuando éstos se cobran o se pagan.
Por lo expuesto, con relación a la aplicación del Principio de Causalidad, se pueden presentar hasta dos
concepciones, conforme veremos:
Criterio Restrictivo
Entendiéndose con este criterio que sólo se permiten la deducción de gastos que sean necesarios e
indispensables.
RTF N° 1828-2-2009/ 556-2-2008
“De acuerdo con la naturaleza del IR, que recoge en materia de gasto el Principio de Causalidad, todo
ingreso debe estar relacionado directamente con un gasto cuya causa sea la obtención de dicha renta,
noción que sin embargo debe analizarse en cada caso particular, considerando los criterios de razonabilidad
y proporcionalidad, atendiendo a la naturaleza de las operaciones realizadas por cada contribuyente, su
volumen, etc., pues puede ser que la adquisición de un mismo bien para una empresa constituya un gasto
deducible mientras que para otra no”.
Criterio amplio
Con referencia a este principio, se permitirían todos aquellos gastos necesarios, incluso aquellos que
indirectamente contribuyen para generar y mantener la renta gravada.
RTF N° 4807-1-2006
“El Principio de Causalidad es la relación de necesidad que debe establecerse entre los gastos y la
generación de renta o el mantenimiento de la fuente, noción que en nuestra legislación es de carácter amplio
pues se permite la sustracción de erogaciones que no guarden dicha relación de manera directa”.
II.- GASTOS LIMITADOS Y GASTOS CONDICIONADOS
Categorización de vehículos
El Reglamento de la LIR ha categorizado los vehículos de acuerdo a los centímetros cúbicos de cilindrada
sin diferenciar si son automóviles o camionetas, por lo que en virtud de la autonomía conceptual del derecho
tributario bastaría conocer la cantidad de cilindrada de un vehículo para identificar su categoría, sin embargo,
la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria mediante la carta Nº 168-2007-SUNAT/200000
ha aclarado que dichas categorías sólo están referidas a vehículos automóviles, teniendo en cuenta el
artículo 10° de la Ley Nº 23741 (30.12.83) Ley de la Industria Automotriz y el artículo 6 de su reglamento el
D.S. Nº 050-84-ITI/ IND. (La carta mencionada se puede ubicar en la propia página web de la SUNAT en la
siguiente dirección electrónica: www. sunat.gob.pe). En tanto que las camionetas están clasificadas dentro
de la categoría B teniendo en cuenta la Ley de la Industria Automotriz y su reglamento mencionados
anteriormente. De acuerdo al reglamento de la Ley del IR las categorías son las siguientes: Categoría A2 de
1,051 a 1,500 cc. Categoría A3 de 1,501 a 2,000 cc. Categoría A4 más de 2,000 cc.