ACTIVE TRANSPRESSIONAL TECTONICS IN THE
ANDEAN FOREARC OF SOUTHERN PERU
QUANTIfiED BY 10BE SURFACE EXPOSURE
DATING OF AN ACTIVE FAULT SCARP
Abstract Our understanding of the style and rate of
Quaternary tectonic deformation in the forearc of the
Central Andes is hampered by a lack of field
observations and constraints on neotectonic
structures. Here we present a detailed analysis of the
Purgatorio fault, a recently recognized active fault
located in the forearc of southern Peru. Based on field
and remote sensing analysis (Pléiades DEM), we
define the Purgatorio fault as a subvertical structure
trending NW-SE to W-E along its 60 km length,
connecting, on its eastern end, to the crustal
Incapuquio Fault System. The Purgatorio fault
accommodates right-lateral transpressional
deformation, as shown by the numerous lateral and
vertical plurimetric offsets recorded along strike. In
particular, scarp with a 5 m cumulative throw is
preserved and displays cobbles that are cut and
covered by slickensides. Cosmogenic radionuclide
exposure dating (10Be) of quartzite cobbles along the
vertical fault scarp yields young exposure ages that
can be bracketed between 0 to 6 ka, depending on
the inheritance model that is applied. Our preferred
scenario, which takes in account our geomorphic
observations, implies at least two distinct rupture
events, each associated with ~3 and ~2 m of vertical
offset. These two events plausibly occurred during
the last thousand years. Nevertheless, an
interpretation invoking more tectonic events along the
fault cannot be ruled out. This work affirms crustal
deformation along active faults in the Andean forearc
of southern Peru during the last thousand years.
1. INTRODUCTION
While the Andean range is cited as a typical example
of an active mountain belt associated with subduction
processes, the mechanics of its growth and
deformation are still subject to ongoing debate [e.g.,
Isacks, 1988; McQuarrie, 2002; Armijo et al., 2015].
Although the style, distribution, timing, and rates of
crustal deformation are well documented in the
subandean domain of the eastern Andean flank [e.g.,
McGroder et al., 2015; Rocha and Cristallini, 2015,
and references therein], the literature contains few
data along the Andean forearc.
TECTÓNICA TRANSPRESIONAL ACTIVA EN EL
ANTEBRAZO ANDINO DEL SUR DEL PERÚ
CUANTIFICADA POR LA EXPOSICIÓN
SUPERFICIAL A 10BE DE UNA ESCARPA DE
FALLA ACTIVA
Resumen Nuestra comprensión del estilo y la
velocidad de la deformación tectónica cuaternaria en
el antebrazo de los Andes centrales se ve
obstaculizada por la falta de observaciones de campo
y las limitaciones de las estructuras neotectónicas.
Aquí presentamos un análisis detallado de la falla del
Purgatorio, una falla activa recientemente reconocida
localizada en el antebrazo del sur del Perú. En base
al análisis de campo y teledetección (Pléiades DEM),
definimos la falla del Purgatorio como una estructura
subvertical que tiende del NW-SE al W-E a lo largo
de sus 60 km de longitud, conectando, en su extremo
oriental, con el Sistema de Falla de Incapuquio de la
corteza terrestre. La falla del Purgatorio se acomoda
a la deformación transpresional derecha-lateral,
como lo demuestran las numerosas compensaciones
plurimétricas laterales y verticales registradas a lo
largo de la huelga. En particular, se preserva la
escarpa con un alcance acumulativo de 5 m y
muestra adoquines cortados y cubiertos por lados
lisos. La datación por exposición a radionúclidos
cosmogénicos (10Be) de los guijarros de cuarcita a
lo largo de la escarpa de falla vertical produce edades
de exposición jóvenes que pueden ponerse entre 0 y
6 ka, dependiendo del modelo de herencia que se
aplique. Nuestro escenario preferido, que tiene en
cuenta nuestras observaciones geomórficas, implica
al menos dos eventos de ruptura distintos, cada uno
asociado con ~3 y ~2 m de desplazamiento vertical.
Estos dos eventos ocurrieron plausiblemente durante
los últimos mil años. Sin embargo, no se puede
descartar una interpretación que invoque más
eventos tectónicos a lo largo de la falla. Este trabajo
afirma la deformación de la corteza a lo largo de fallas
activas en el antebrazo andino del sur del Perú
durante los últimos mil años.
1. INTRODUCCIÓN
Si bien la cordillera andina se cita como un ejemplo
típico de cinturón montañoso activo asociado a los
procesos de subducción, la mecánica de su
crecimiento y deformación sigue siendo objeto de
debate en curso[por ejemplo, Isacks, 1988;
McQuarrie, 2002; Armijo et al., 2015]. Aunque el
estilo, la distribución, el momento y las tasas de
deformación de la corteza están bien documentados
en el dominio subandino del flanco oriental
andino[por ejemplo, McGroder et al., 2015; Rocha y
Cristallini, 2015, y sus referencias], la literatura
contiene pocos datos sobre el antebrazo andino.
In the Central Andean forearc, two opposing models
suggest either (1) a simple subduction interface
between a plunging oceanic slab and a continental
forearc accommodating little to no modern
deformation [e.g., Uyeda and Kanamori, 1979;
Isacks, 1988] or (2) the presence of localized faults
accommodating part of the deformation by active
tectonics that contribute to relief development [Audin
et al., 2006; Hall et al., 2008; Schildgen et al., 2009;
Armijo et al., 2015].
For several reasons, crustal fault activity (<10 mm
yr1) [Hall et al., 2012] in the Andean forearc cannot
be documented by GPSmonitoring [Chlieh et al.,
2011]. The forearc sits above the seismically
coupledmegathrust, implying that present-day crustal
deformation field is dominated by elastic deformation
(10 to 40 mm yr1 along the coast) due to the
subduction seismic cycle; the sole opportunity to
document fault activity at Quaternary time scales is
provided by tectonic geomorphology studies [Audin et
al., 2003; Saillard et al., 2017; Riesner et al., 2017].
Previous studies have argued that records of tectonic
activity are limited to Andean forearc landscape
features of southern Peru [e.g., Sébrier et al., 1985];
however, more recent studies have not only shown
that active structures exist and accommodate relief
growth but have also suggested that rates based on
dated offset geomorphic features should also be
considered in models of recent forearc deformation
[e.g., Hall et al., 2012].
In compressional forearc settings, near-surface fault
expressions are often blind, associated with folded
Quaternary sediments or abrupt changes in
topography. In turn, river incision rates can be
interpreted as fault uplift rates [Hall et al., 2012;
Alvarado et al., 2014], but this requires taking into
account the effects of both climate variations and
transient processes that remain mostly unknown
[e.g., Saillard et al., 2014; Rolland et al., 2017].
Globally, only a few cases exist for which precise fault
slip rates have been successfully determined by
direct dating of a fault scarp [e.g., Jackson et al.,
2002]. In the Andes, despite recent updates of the
active fault maps [e.g., http://neotec-opendata.com;
http://geocatmin.ingemmet.gob.pe/geocatmin], no
direct quantification of the timing of active fault activity
has been proposed.
En el antebrazo andino central, dos modelos
opuestos sugieren (1) una simple interfaz de
subducción entre una losa oceánica que se hunde y
un antebrazo continental que acomoda poca o
ninguna deformación moderna[por ej., Uyeda y
Kanamori, 1979; Isacks, 1988] o (2) la presencia de
fallas localizadas que acomodan parte de la
deformación por tectónica activa que contribuye al
desarrollo del alivio[Audin et al., 2006; Hall et al.,
2008; Schildgen et al., 2009; Armijo et al., 2015].
Por varias razones, la actividad de la falla de la
corteza (<10 mm año 1)[Hall et al., 2012] en el
antebrazo andino no puede ser documentada
mediante el monitoreo GPS[Chlieh et al., 2011]. El
antebrazo se sitúa por encima del empuje sísmico
acoplado, lo que implica que el campo actual de
deformación de la corteza está dominado por la
deformación elástica (10 a 40 mm año 1 a lo largo de
la costa) debido al ciclo sísmico de subducción; la
única oportunidad de documentar la actividad de la
falla en las escalas de tiempo del Cuaternario la
proporcionan los estudios de geomorfología
tectónica[Audin et al., 2003; Saillard et al., 2017;
Riesner et al., 2017]. Estudios anteriores han
argumentado que los registros de actividad tectónica
se limitan a las características del paisaje
antearticular andino del sur del Perú[por ejemplo,
Sébrier et al., 1985]; sin embargo, estudios más
recientes no sólo han demostrado que existen
estructuras activas y acomodan el crecimiento del
relieve, sino que también han sugerido que las tasas
basadas en las características geomórficas de la
desviación de la fecha también deben considerarse
en los modelos de deformación reciente del
antebrazo[por ejemplo, Hall et al., 2012].
En los ajustes compresionales del antebrazo, las
expresiones de fallas cerca de la superficie son a
menudo ciegas, asociadas con sedimentos
cuaternarios plegados o cambios abruptos en la
topografía. A su vez, las tasas de incisión fluvial
pueden interpretarse como tasas de levantamiento
de fallas[Hall et al., 2012; Alvarado et al., 2014], pero
esto requiere tener en cuenta los efectos tanto de las
variaciones climáticas como de los procesos
transitorios que permanecen en su mayor parte
desconocidos[por ejemplo, Saillard et al., 2014;
Rolland et al., 2017]. A nivel mundial, sólo existen
unos pocos casos en los que se han determinado con
éxito tasas precisas de deslizamiento de fallas
mediante la datación directa de una escarpa de
falla[por ejemplo, Jackson et al., 2002]. En los Andes,
a pesar de las recientes actualizaciones de los
mapas de fallas activas[por ejemplo, http://neotec-
opendata.com;
http://geocatmin.ingemmet.gob.pe/geocatmin], no se
ha propuesto una cuantificación directa de la
sincronización de la actividad de las fallas activas.
Figure 1. Active tectonic context of the southern
Peruvian forearc. (a) The Andean forearc along the
Arica Bend (i.e., the coastal flexure) depicting the
major fault systems. The arrow indicates the relative
plate motion of Nazca/South America [Chlieh et al.,
2011]: PF and IFS stand for Purgatorio Fault and
Incapuquio Fault System, respectively. The black
triangles indicate the location of volcanoes. (b)
Structural map of southern Peru with the main faults
including the Purgatorio and the Incapuquio active
fault systems superimposed on a shaded relief
image. The dashed black rectangle shows the
boundary of the Pleiades images shown in Figure 2.
This study focuses on the 60 km long active
Purgatorio Fault (PF), which has been recently
documented in the Andean forearc of southwestern
Peru (Figure 1a) [Audin et al., 2006; Hall et al., 2008].
This transpressive fault is a part of the active flower
structure of the main Incapuquio Fault System (IFS)
(Figure 1b) and disrupts the pediment surfaces within
the arid Atacama landscape. Among the main EW-
striking neotectonic faults of the forearc (Figure 1),
the PF provides the clearest geomorphic evidence of
recent activity [Hall et al., 2008]. In particular, the PF
shows a fresh vertical scarp of up to 5 m high with a
free face, vertically offset alluvial terraces, and
horizontally offset gullies.
Figura 1. Contexto tectónico activo del antebrazo sur
del Perú. (a) El antebrazo andino a lo largo del Codo
de Arica (es decir, la flexión costera) que representa
los principales sistemas de fallas. La flecha indica el
movimiento relativo de la placa de
Nazca/Sudamérica[Chlieh et al., 2011]: PF e IFS son
las siglas de Purgatorio Fault y Incapuquio Fault
System, respectivamente. Los triángulos negros
indican la ubicación de los volcanes. (b) Mapa
estructural del sur del Perú con las principales fallas,
incluyendo los sistemas de fallas activas del
Purgatorio y el Incapuquio superpuestos sobre una
imagen en relieve sombreada. El rectángulo negro
discontinuo muestra el límite de las imágenes de las
Pléyades que se muestran en la Figura 2.
Este estudio se enfoca en la Falla del Purgatorio (FP)
activa de 60 km de largo, la cual ha sido
recientemente documentada en el antebrazo andino
del suroeste del Perú (Figura 1a)[Audin et al., 2006;
Hall et al., 2008]. Esta falla transpresiva es parte de
la estructura floral activa del Sistema de Fallas de
Incapuquio (IFS) (Figura 1b) y altera las superficies
del frontón dentro del árido paisaje de Atacama.
Entre las principales fallas neotectónicas del
antebrazo (Figura 1), el FP proporciona la evidencia
geomórfica más clara de la actividad reciente[Hall et
al., 2008]. En particular, el FP muestra una nueva
escarpa vertical de hasta 5 m de altura con una cara
libre, terrazas aluviales verticalmente desplazadas y
barrancos horizontalmente desplazados.
This setting offers a rare opportunity to understand
how deformation may be localized within the central
Andean forearc and to make observations that allow
potential convergence partitioning to be assessed. To
that end, we performed (1) an along-strike
morphotectonic study based on field mapping of the
structure and remote high-resolution digital elevation
model (DEM) analysis and (2) direct 10Be surface
exposure dating of the fault scarp along a vertical
profile to constrain the fault scarp age and to track
fault slip rate.
2. GEOLOGIC AND TECTONIC SETTINGS
2.1. The Western Andean Forearc
The study area is in southwestern Peru at ~17°S
latitude, within the tectonically active forearc of the
Andean Orogen where ongoing subduction of the
Nazca Plate occurs at a rate of ~63 mm yr1 [Chlieh et
al., 2011]. Quaternary shortening rates of the order of
10 to 15 mm yr1 are estimated across the entire
Central Andes [Sébrier et al., 1988; Hindle et al.,
2002]. Geodetic studies show slower present-day
shortening rates of about 4 to 9 mm yr1 east of the
Altiplano Plateau [Bevis and Martel, 2001]. In the
study region of the southern Peruvian forearc,
Pleistocene uplift rates of 0.2 to 0.4 mm yr1 have
been derived from cosmogenic dating of fluvial and
marine terraces [Saillard et al., 2011; Hall et al.,
2012], while longer term protracted uplift is deduced
from thermochronology [e.g., Schildgen et al., 2009]
or studies of geomorphic evolution [e.g., Audin et al.,
2008; Coudurier-Curveur et al., 2015; Armijo et al.,
2015]. However, no Quaternary or presentday
shortening rates have been reported from this region
of southwestern Peru.
Several geomorphic zones, trending parallel to the
trench, define the forearc region: a Coastal Cordillera,
a low-relief remnant landscape comprising the
Precordillera and longitudinal basin in the pampas
(northern Atacama Desert), and the Western
Cordillera (Figure 1b). A striking characteristic of this
area in southern Peru and northern Chile is the
extreme aridity that has prevailed for several million
years [Dunai et al., 2005]. Due to this long-lived
hyperaridity, the regional landscape experienced
extremely low denudation rates (<0.5 m Ma1), as
supported by several cosmogenic nuclide studies
(Hall et al. [2008, 2012] in southern Peru and Dunai
et al. [2005], Kober et al. [2007], and Placzek et al.
[2010] in northern Chile), allowing long-term
preservation of the geomorphology.
Este escenario ofrece una rara oportunidad para
entender cómo la deformación puede ser localizada
dentro del antebrazo andino central y para hacer
observaciones que permitan evaluar la partición de
convergencia potencial. Para ello, realizamos (1) un
estudio morfotectónico a lo largo de la huelga basado
en el mapeo de campo de la estructura y el análisis
del modelo digital de elevación (DEM) remoto de alta
resolución y (2) la datación de la exposición directa
de la superficie de 10Be de la escarpa de la falla a lo
largo de un perfil vertical para limitar la edad de la
escarpa de la falla y rastrear la tasa de deslizamiento
de la falla.
2. ESCENARIOS GEOLÓGICOS Y TECTÓNICOS
2.1. El Arco Iris Occidental Andino
El área de estudio se encuentra en el suroeste del
Perú a una latitud de ~17°S, dentro del antebrazo
tectónicamente activo del Orógeno Andino, donde la
subducción continua de la Placa de Nazca ocurre a
una tasa de ~63 mm año 1[Chlieh et al., 2011]. Las
tasas de acortamiento cuaternario del orden de 10 a
15 mm año 1 se estiman a lo largo de los Andes
Centrales[Sébrier et al., 1988; Hindle et al., 2002].
Los estudios geodésicos muestran tasas de
acortamiento más lentas en la actualidad, de unos 4
a 9 mm al este de la meseta del Altiplano[Bevis y
Martel, 2001]. En la región de estudio del antebrazo
peruano meridional, las tasas de levantamiento
pleistoceno de 0,2 a 0,4 mm año 1 han sido derivadas
de la datación cosmogénica de terrazas fluviales y
marinas[Saillard et al., 2011; Hall et al..., 2012],
mientras que la elevación prolongada a largo plazo
se deduce de la termocronología[por ejemplo,
Schildgen et al., 2009] o de estudios de evolución
geomórfica[por ejemplo, Audin et al., 2008;
Coudurier-Curveur et al., 2015; Armijo et al., 2015].
Sin embargo, no se han reportado tasas de
acortamiento cuaternario o actual en esta región del
suroeste del Perú.
Varias zonas geomórficas, paralelas a la zanja,
definen la región del antebrazo: una Cordillera
Costera, un paisaje de bajo relieve remanente que
comprende la Precordillera y la cuenca longitudinal
en las pampas (norte del Desierto de Atacama), y la
Cordillera Occidental (Figura 1b). Una característica
llamativa de esta área en el sur del Perú y el norte de
Chile es la aridez extrema que ha prevalecido
durante varios millones de años[Dunai et al., 2005].
Debido a esta hiperaridez de larga duración, el
paisaje regional experimentó tasas de denudación
extremadamente bajas (<0,5 m Ma 1), como lo
demuestran varios estudios de nucleidos
cosmogénicos (Hall et al.[2008, 2012] en el sur del
Perú y Dunai et al.[2005], Kober et al.[2007], y
Placzek et al.[2010] en el norte de Chile), lo que
permitió la preservación a largo plazo de la
geomorfología.
The exceptional preservation of landscape features
allows for the recognition of several discrete
transpressional fault systems affecting the
Precordillera [Audin et al., 2003] (http:// neotec-
opendata.com;
http://geocatmin.ingemmet.gob.pe/geocatmin).
These faults accommodate mainly trenchward-
vergent (~south) motion and connect along strike and
at depth to the NW-SE lithospheric IFS in the east
[Jacay et al., 2002].
2.2. The Purgatorio Fault System
The PF extends for 60 km between the town of Mirave
in the east and the Moquegua valley in the west
(Figure 1b). This area is underlain by Miocene
sedimentary rocks, which are limited to the north-east
by the IFS. Low-relief surfaces within this part of the
Atacama Desert are built upon the late Miocene-
Pliocene indurated conglomerates of the Moquegua
Group [Roperch et al., 2006]. While the PF has a very
youthful morphology, particularly along this segment,
no historical surface ruptures, instrumental seismicity
(Mw > 4), nor historical earthquakes have been
reported [Dorbath et al., 1990].
3. METHODOLOGY
3.1. Field and High-Resolution DEM Analysis
To investigate the tectonic imprint of the PF both at
the regional and local scales, we combine
geomorphic observations based on field data with
analyses of Google Earth images and high-resolution
digital elevation models (DEMs). A new high-
resolution DEM was derived from two stereo images
acquired by the Pléiades satellites on 20/10/2015.
The full resolution of these optical images is 0.7 m,
and their orientation was assessed using the rational
polynomial coefficient provided in their ancillary data.
We generated the DEM using the open source
software Ames Stereo Pipeline developed by NASA
[Broxton and Edwards, 2008] and followed the three-
step procedure described by Lacroix [2016]. First,
each image was first map-projected using the low-
resolution (30 m) Shuttle Radar Topography Mission
DEM. Then the two images were bundleadjusted
based on automatically extracted tie points, before
finding the disparities. The third step involved finding
the intersection of all the rays coming from the
homologous points of the image pair. This step leads
to a point cloud of the surface topography, which is
then converted onto a 2 m resolution grid.
La excepcional preservación de las características
del paisaje permite el reconocimiento de varios
sistemas discretos de fallas transpresionales que
afectan a la Precordillera[Audin et al., 2003] (http://
neotec-opendata.com;
http://geocatmin.ingemmet.gob.pe/geocatmin). Estas
fallas se acomodan principalmente al movimiento
convergente de la zanja (~sur) y se conectan a lo
largo del impacto y en profundidad con el IFS
litosférico NW-SE en el este[Jacay et al., 2002].
2.2. El Sistema de Falla del Purgatorio
El FP se extiende por 60 km entre el pueblo de Mirave
en el este y el valle de Moquegua en el oeste (Figura
1b). Esta zona está sustentada por rocas
sedimentarias del Mioceno, limitadas al noreste por
el IFS. Las superficies de bajo relieve dentro de esta
parte del desierto de Atacama están construidas
sobre los conglomerados indurados Mioceno-
Plioceno del Grupo Moquegua[Roperch et al., 2006].
Aunque el FP tiene una morfología muy juvenil,
particularmente a lo largo de este segmento, no se
han reportado rupturas de superficie históricas,
sismicidad instrumental (Mw > 4), ni terremotos
históricos[Dorbath et al., 1990].
3. METODOLOGÍA
3.1. Análisis de campo y DEM de alta resolución
Para investigar la huella tectónica del FP tanto a
escala regional como local, combinamos
observaciones geomórficas basadas en datos de
campo con análisis de imágenes de Google Earth y
modelos digitales de elevación (DEMs) de alta
resolución. A partir de dos imágenes estéreo
adquiridas por los satélites Pléiades el 20/10/2015 se
obtuvo un nuevo DEM de alta resolución. La
resolución completa de estas imágenes ópticas es de
0,7 m, y su orientación se evaluó utilizando el
coeficiente polinómico racional proporcionado en sus
datos auxiliares. Generamos el DEM utilizando el
software de código abierto Ames Stereo Pipeline
desarrollado por la NASA[Broxton y Edwards, 2008]
y seguimos el procedimiento de tres pasos descrito
por Lacroix[2016]. En primer lugar, cada imagen se
proyectó cartográficamente utilizando el DEM de la
Misión Topográfica del Radar del Transbordador de
baja resolución (30 m). Luego, las dos imágenes
fueron ajustadas en base a puntos de enlace
extraídos automáticamente, antes de encontrar las
disparidades. El tercer paso consistía en encontrar la
intersección de todos los rayos procedentes de los
puntos homólogos de la pareja de imágenes. Este
paso conduce a una nube de puntos de la topografía
de la superficie, que luego se convierte en una
cuadrícula de 2 m de resolución.
Using this high-resolution DEM, we mapped the fault
and identified vertical and horizontal offsets of fluvial
landscape features along the trace (Figure 2a). We
conducted field campaigns to validate the
observations and interpretations made based on our
interpretation of the DEM and to map, sample, and
perform field-based structural measurements along
the exhumed fault scarp.
Figure 2. Topography surrounding the eastern
segment of the Purgatorio Fault derived from the
Pléiades DEM. (a) Hillshade image with fault plane
measurements (stereoplots) located with the red
points along the fault trace. The dashed black lines
highlight examples of cumulative right-lateral offsets
visible along ridge crests and valley flanks. The
yellow stars indicate the location of the cosmogenic
nuclide sampling sites with (a) corresponding to
samples from this study and (b) from Hall et al. [2008]
(see location on Figure 4a also).
Usando este DEM de alta resolución, mapeamos la
falla e identificamos las compensaciones verticales y
horizontales de las características del paisaje fluvial
a lo largo del trazo (Figura 2a). Realizamos
campañas de campo para validar las observaciones
e interpretaciones realizadas en base a nuestra
interpretación del DEM y para mapear, muestrear y
realizar mediciones estructurales de campo a lo largo
de la escarpa de la falla exhumada.
Figura 2. Topografía que rodea el segmento oriental
de la Falla del Purgatorio derivada del DEM Pléiades.
(a) Imagen de sombra con medidas de plano de falla
(stereoplots) localizadas con los puntos rojos a lo
largo de la traza de la falla. Las líneas negras
discontinuas resaltan ejemplos de desvíos
acumulativos a lo largo de las crestas de las crestas
de las cimas y los flancos de los valles. Las estrellas
amarillas indican la ubicación de los sitios de
muestreo de nucleidos cosmogénicos con (a)
correspondientes a muestras de este estudio y (b) de
Hall et al.[2008] (ver ubicación en la Figura 4a
también).
The circled numbers indicate the positions of
topographic profiles shown on Figure 7. (U) and (S)
stand for “Uplifted” (hanging wall) and “Subsided”
(footwall) blocks, respectively. (b) Slope map. As the
fault trace is clearly visible trending west to east
across the center of the image, we have not
highlighted it to allow for an unaltered view of the
image.
3.2. Cosmogenic 10Be Dating
Cosmogenic-nuclide-based surface-exposure dating
has been widely applied to determine the style and
rates of tectonic deformation at the Earth’s surface
[e.g., Benedetti and Van Der Woerd, 2014, and
references therein]. The method, based on the
accumulation of cosmogenic nuclides (e.g., 10Be,
36Cl and 3He) within the lattice of minerals (e.g.,
quartz, calcite and pyroxene), allows us to determine
the exposure age of a rock at the Earth’s surface
[Gosse and Phillips, 2001]. Applications to constrain
fault activities are abundant in the literature; they
either focus on direct dating of exhumed fault scarps
[Benedetti et al., 2013] or on geomorphic assessment
of deformation rates by dating tectonically offset
landforms [e.g., Jackson et al., 2002; Chevalier et al.,
2012; Hetzel, 2013]. Generally, studies that focus on
dating fault scarps aim to identify (one or several)
discrete event(s), as with paleoseismological
trenching [e.g., Perea et al., 2003]. Because scarps
often preserve only a few events, it is difficult to
determine long-term tectonic slip rates from these
features; mapping and dating offset geomorphic
markers is a preferred method for establishing slip
rates over longer time scales [e.g., Chevalier et al.,
2012]. Nevertheless, in tectonically active regions
with low deformation rates, the maximum slip rate
compares in general with the rate that may be inferred
from trench data across the fault zones and from the
slip associated with the past Mw > 7 earthquakes
[Baize et al., 2015]. In the case of the PF, datable and
correlated offset geomorphic markers were hard to
find, but its wellpreserved near-vertical scarp (Figure
3) allows in situ dating along a vertical profile
spanning several meters.
Los números marcados con un círculo indican las
posiciones de los perfiles topográficos mostrados en
la Figura 7. (U) y (S) son las siglas de "Uplifted"
(pared colgante) y "Subsided" (pared de pie),
respectivamente. b) Mapa de la pendiente. Como el
rastro de falla es claramente visible de oeste a este a
través del centro de la imagen, no lo hemos resaltado
para permitir una vista inalterada de la imagen.
3.2. Datación Cosmogénica 10Be
La datación de superficies basada en nucleidos
cosmogénicos se ha aplicado ampliamente para
determinar el estilo y las tasas de deformación
tectónica en la superficie de la Tierra[por ejemplo,
Benedetti y Van Der Woerd, 2014, y sus referencias].
El método, basado en la acumulación de nucleidos
cosmogénicos (por ejemplo, 10Be, 36Cl y 3He)
dentro de la red de minerales (por ejemplo, cuarzo,
calcita y piroxeno), nos permite determinar la edad de
exposición de una roca en la superficie de la
Tierra[Gosse y Phillips, 2001]. Las aplicaciones para
limitar las actividades de fallas son abundantes en la
literatura; o bien se centran en la datación directa de
las escarpas de fallas exhumadas[Benedetti et al.,
2013] o en la evaluación geomórfica de las tasas de
deformación mediante la datación de formas del
terreno compensadas tectónicamente[por ejemplo,
Jackson et al., 2002; Chevalier et al., 2012; Hetzel,
2013]. Generalmente, los estudios que se centran en
la datación de escarpas de fallas tienen como
objetivo identificar (uno o varios) eventos discretos,
como en el caso de las zanjas paleosismológicas[por
ejemplo, Perea et al., 2003]. Debido a que las
escarpas a menudo sólo conservan unos pocos
eventos, es difícil determinar las tasas de
deslizamiento tectónico a largo plazo a partir de estas
características; el mapeo y la datación de
marcadores geomórficos offset es un método
preferido para establecer tasas de deslizamiento en
escalas de tiempo más largas[por ejemplo, Chevalier
et al., 2012]. Sin embargo, en regiones
tectónicamente activas con bajas tasas de
deformación, la tasa de deslizamiento máxima se
compara en general con la tasa que se puede inferir
a partir de los datos de zanjas a través de las zonas
de falla y del deslizamiento asociado con los últimos
terremotos de Mw > 7[Baize et al., 2015]. En el caso
del PF, los marcadores geomórficos offset datables y
correlacionados eran difíciles de encontrar, pero su
bien conservada escarpa casi vertical (Figura 3)
permite la datación in situ a lo largo de un perfil
vertical que abarca varios metros.
Figure 3. Sampling of the exhumed fault scarp (see
location in Figures 2 and 4a). (a) Panoramic view with
location of the sampled profile and sample F6
collected for denudation-rate measurement along the
bedrock slope above the fault. Note the person for
scale. (b) Zoom on the fault free-face, showing the
collapse that affected the top of the scarp and
showing how ZE was estimated. (c) Zoom on the fault
scarp where the yellow stars highlight the sampled
cobbles. A hammer, circled in red above sample F3,
provides an additional scale for reference.
3.2.1. Sampling
To our knowledge this study is the first to attempt
direct exposure-age dating of a fault scarp affecting a
bedrock conglomerate. This approach was possible
here because the conglomerates are extremely well
indurated and contain pebbles and cobbles that are
directly cut and striated along vertical surfaces by the
fault, a guarantee that we sampled the original fault
scarp. However, the low abundance of quartz-bearing
cobbles prevented us from sampling at regular
intervals (tens of centimeters) along the scarp, as is
routinely done on calcareous fault scarps [e.g.,
Benedetti et al., 2013]. Instead, we searched for the
most suitable profile exposing a maximum number of
quartz-bearing cobbles with sufficient diameters (>5
cm, Figure 3). We collected five samples along an ~3
m high profile (Figure 3c, see location in Figures 2a
and 4a) by systematically selecting cobbles that were
clearly cut by the fault and covered with tectonic
slickensides on their cut face.
Figura 3. Muestreo de la escarpa de falla exhumada
(ver ubicación en las Figuras 2 y 4a). (a) Vista
panorámica con la ubicación del perfil muestreado y
de la muestra F6 recogida para la medición de la
velocidad de denudación a lo largo de la pendiente
del lecho rocoso por encima de la falla. Fíjese en la
persona para la escala. (b) Zoom en la cara libre de
la falla, mostrando el colapso que afectó la parte
superior de la escarpa y mostrando cómo se estimó
ZE. (c) Zoom sobre la escarpa de la falla donde las
estrellas amarillas resaltan los adoquines
muestreados. Un martillo, marcado con un círculo
rojo sobre la muestra F3, proporciona una escala
adicional de referencia.
3.2.1. Muestreo
Hasta donde sabemos, este estudio es el primero en
intentar determinar la edad de exposición directa de
una escarpa de falla que afecta a un conglomerado
de roca de fondo. Este enfoque fue posible aquí
porque los conglomerados están extremadamente
bien indurados y contienen guijarros y guijarros que
son cortados directamente y estriados a lo largo de
las superficies verticales por la falla, una garantía de
que muestreamos la escarpa original de la falla. Sin
embargo, la baja abundancia de cantos portadores
de cuarzo nos impidió tomar muestras a intervalos
regulares (decenas de centímetros) a lo largo de la
escarpa, como se hace rutinariamente en las
escarpas por fallas calcáreas[p. ej., Benedetti et al.,
2013]. En su lugar, buscamos el perfil más adecuado
exponiendo un número máximo de guijarros de
cuarzo con diámetros suficientes (>5 cm, Figura 3).
Recolectamos cinco muestras a lo largo de un perfil
de ~3 m de alto (Figura 3c, ver ubicación en las
Figuras 2a y 4a) seleccionando sistemáticamente los
guijarros que fueron claramente cortados por la falla
y cubiertos con slickensides tectónicos en su cara de
corte.
Because cobbles from point F2 along the profile
(Figure 3c) were very small, we sampled at two
different points at the same horizontal level and mixed
the two. Cobbles were brought back to the laboratory
and cut with a circular saw to remove the buried
portion and to control sample thickness.
Figure 4. Field evidence for recent activity along the
Purgatorio Fault (see location of photographs on
Figures 1 and 2a). (a) Panoramic view. Here the fault
crosses a fluvial channel (the fault trace is depicted
by a dashed line) where its last activity resulted in an
~1.5 m uplift of the alluvial deposits in the active
channel on the hanging wall (see also Figure 5).
Striking differences in surface morphologies are
visible on the two sides of the fault due to the
differential erosion of the ascending and subsiding
blocks. (b) Zoom on the reverse fault scarp locally
oriented 095/80 N. (c) Slickensides imprinted on a cut
cobble along the fault scarp. Here the rake dips ~55°
toward the west and indicates oblique reverse
movement. (d) Fault plane and anticlinal folds
affecting sedimentary layers of the hanging wall
(Moquegua layers) provide evidence of a
compressional component along the fault (see
location on Figure 1).
Debido a que los adoquines del punto F2 a lo largo
del perfil (Figura 3c) eran muy pequeños,
muestreamos en dos puntos diferentes en el mismo
nivel horizontal y mezclamos los dos. Los adoquines
fueron llevados de vuelta al laboratorio y cortados
con una sierra circular para remover la porción
enterrada y controlar el espesor de la muestra.
Figura 4. Evidencia de campo de actividad reciente a
lo largo de la Falla del Purgatorio (ver ubicación de
las fotografías en las Figuras 1 y 2a). (a) Vista
panorámica. Aquí la falla cruza un canal fluvial (el
rastro de la falla está representado por una línea
discontinua) donde su última actividad resultó en un
levantamiento de ~1.5 m de los depósitos aluviales
en el canal activo en la pared colgante (ver también
Figura 5). En los dos lados de la falla se aprecian
diferencias notables en la morfología de la superficie
debido a la erosión diferencial de los bloques
ascendentes y descendentes. (b) Zoom de la escarpa
de falla inversa orientada localmente 095/80 N. (c)
Laterales deslizantes impresos en un guijarro cortado
a lo largo de la escarpa de falla. Aquí el rastrillo se
inclina ~55° hacia el oeste e indica un movimiento
oblicuo hacia atrás. (d) El plano de falla y los pliegues
anticlinales que afectan las capas sedimentarias de
la pared colgante (capas de Moquegua) proporcionan
evidencia de un componente compresivo a lo largo
de la falla (ver ubicación en la Figura 1).
When sampling, we recorded the distance of samples
(Z) from the top of the scarp using a decameter.
However, the geomorphology clearly shows that
slumps have affected the top of the scarp (Figures 3a
and 3b), implying that the distance Z does not
correspond to the real sample depth below the
surface before they were coseismically exhumed.
Estimation of this preexhumation depth is crucial to
account for inheritance; i.e., the amount of
cosmogenic nuclides that were produced and
accumulated in the samples at depth prior to surface
exposure [Gosse and Phillips, 2001; Zerathe et al.,
2013, 2014]. The preexhumation depth (ZE) was
estimated by interpolating the scarp plane and the
plane of the mean local topographic slope above (see
sketch on Figure 3b). It suggests that about 3 m of the
scarp top has collapsed before being subsequently
exhumed by a tectonic event. The fact that the vertical
scarp height is very consistent along strike (Figure
3a) strengthens the interpretation that the slumps
might predate the most recent exhumation.
To determine the inherited nuclide concentration, we
must constrain the local long-term denudation rate of
the topography. Therefore, a sample (F6) was
collected from the sloping bedrock surface of the
hanging wall, about 10mabove the fault-scarp (Figure
3a). We selected a quartz-bearing cobble extracted
directly from the indurated conglomeratic Moquegua
Fm (~Miocene) bedrock. Three loose cobbles
collected by Hall et al. [2008] from a partially
preserved pediment surface, about 250 m to the
south of our sampling site (Figures 2 and 4a and
Table 1), were also used to derive comparative long-
term denudation rates from the footwall landscape.
3.2.2. 10Be Measurements, Exposure Age, and
Denudation Rate Calculations
Samples were prepared at the Centre Européen de
Recherche et d’Enseignement des Géosciences de
l’Environnement (CEREGE) (Aix-en-Provence,
France) for measurement of in situ produced
cosmogenic 10Be concentrations from the quartz
mineral fraction. We followed routine procedures,
adapted from Brown et al. [1991] and Bourles et al.
[1989], to purify the quartz and extract beryllium. The
10Be concentrations were measured at the French
AMS (accelerator mass spectrometry) national facility
ASTER (Accélérateur pour les Sciences de la Terre,
Environnement, Risques)
Cuando tomamos muestras, registramos la distancia
de las muestras (Z) desde la parte superior de la
escarpa usando un decámetro. Sin embargo, la
geomorfología muestra claramente que los
asentamientos han afectado la parte superior de la
escarpa (Figuras 3a y 3b), lo que implica que la
distancia Z no corresponde a la profundidad real de
la muestra por debajo de la superficie antes de ser
exhumada coseísticamente. La estimación de esta
profundidad de preexhumación es crucial para tener
en cuenta la herencia; es decir, la cantidad de
nucleidos cosmogénicos que se produjeron y
acumularon en las muestras en profundidad antes de
la exposición superficial[Gosse y Phillips, 2001;
Zerathe et al., 2013, 2014]. La profundidad de
preexhumación (ZE) fue estimada interpolando el
plano de escarpa y el plano de la pendiente
topográfica local media por encima (ver esquema en
la Figura 3b). Sugiere que aproximadamente 3 m de
la parte superior de la escarpa se ha derrumbado
antes de ser exhumada posteriormente por un evento
tectónico. El hecho de que la altura de la escarpa
vertical sea muy consistente a lo largo de la huelga
(Figura 3a) refuerza la interpretación de que las
caídas podrían ser anteriores a la exhumación más
reciente.
Para determinar la concentración de nucleidos
heredados, debemos restringir la tasa de denudación
local a largo plazo de la topografía. Por lo tanto, se
recogió una muestra (F6) de la superficie inclinada
del lecho rocoso de la pared colgante, unos 10m por
encima de la cicatriz de la falla (Figura 3a).
Seleccionamos un guijarro de cuarzo extraído
directamente del lecho rocoso del conglomerado
indurado Moquegua Fm (~Mioceno). Tres adoquines
sueltos recogidos por Hall et al.[2008] de una
superficie de frontón parcialmente preservada, a
unos 250 m al sur de nuestro sitio de muestreo
(Figuras 2 y 4a y Tabla 1), también se utilizaron para
derivar tasas de denudación comparativas a largo
plazo del paisaje de la pared de pie.
3.2.2. 10Mediciones Be, edad de exposición y cálculo
de la tasa de denudación
En el Centre Européen de Recherche et
d'Enseignement des Géosciences de
l'Environnement (CEREGE) (Aix-en-Provence,
Francia) se prepararon muestras para la medición in
situ de las concentraciones cosmogénicas de 10Be
producidas a partir de la fracción mineral de cuarzo.
Seguimos procedimientos de rutina, adaptados de
Brown et al.[1991] y Bourles et al.[1989], para
purificar el cuarzo y extraer el berilio. Las
concentraciones de 10Be se midieron en la
instalación nacional francesa AMS (acelerador de
espectrometría de masas) ASTER (Accélérateur pour
les Sciences de la Terre, Environnement, Risques).
[Arnold et al., 2013] at CEREGE laboratory, where
10Be data were calibrated against the National
Institute of Standards and Technology standard
reference material 4325 by using an assigned
10Be/9Be ratio of 2.79 ± 0.03 * 1011 [Nishiizumi et
al., 2007]. Analytical uncertainties include the
counting statistics, the machine stability (~0.5%)
[Arnold et al., 2010], and the blank correction.
To derive denudation rates and exposure ages from
the measured cosmogenic nuclide concentrations,
we used the new MATLAB®-based CRONUScalc
program, developed by Marrero et al. [2016] on the
basis of the Balco et al. [2008] code. This program
has the advantage of a straightforward method of
calculation, approved by the community, and reflects
the currently accepted practices in the field, thereby
facilitating comparison and/or recalculation of results
[Phillips et al., 2016]. We applied a globally calibrated
10Be production rate of 3.92 ± 0.31 atm gr1 yr1 at sea
level and high latitude [Borchers et al., 2016; Phillips
et al., 2016]. This production rate was scaled at the
geographical and altitudinal location of the sampling
site using the LSDn (SA) flux-based and nuclide-
dependent scaling-model of Lifton et al. [2014], which
incorporates past magnetic field fluctuations and
yielded favorable calibration results [Borchers et al.,
2016; Marrero et al., 2016]. Atmospheric pressure at
the sampling site was derived from the ERA-40
atmosphere model [Uppala et al., 2005]. We applied
a density estimate of 2.6 g cm3 for the bedrock
conglomerates and an attenuation length of 160 g
cm2 for the neutron component [Dunne et al., 1999].
We initially calculated long-term denudation rates for
the hanging wall surface based on the nuclide
concentration of sample F6 (this study) and the
footwall surface based on samples PG05-08, PG05-
09, and PG05-19 (recalculated from Hall et al. [2008])
using the code “be10erate” of the CRONUScalc
program (Table 1).
Second, we calculated the expected inheritance
along the sampled fault scarp. Indeed, while the fault
scarp is exposed at the surface at present, we must
take into account that it resided at a shallow depth
prior to fault rupture. During this period, all samples
buried at depth along the future fault scarp were
exposed to cosmic rays passing through the bedrock,
slowly accumulating a cosmogenic nuclide
abundance that is referred to as “inheritance.”
{Arnold et al., 2013] en el laboratorio CEREGE,
donde los datos 10Be fueron calibrados contra el
material de referencia 4325 del Instituto Nacional de
Estándares y Tecnología utilizando una relación
10Be/9Be asignada de 2,79 ± 0,03 * 10 11[Nishiizumi
et al., 2007]. Las incertidumbres analíticas incluyen
las estadísticas de conteo, la estabilidad de la
máquina (~0.5%)[Arnold et al., 2010], y la corrección
en blanco.
Para derivar las tasas de denudación y las edades de
exposición a partir de las concentraciones de
nucleidos cosmogénicos medidas, utilizamos el
nuevo programa CRONUScalc basado en
MATLAB®, desarrollado por Marrero et al.[2016]
sobre la base del código de Balco et al.[2008]. Este
programa tiene la ventaja de ser un método de
cálculo sencillo, aprobado por la comunidad, y refleja
las prácticas actualmente aceptadas en el campo, lo
que facilita la comparación y/o el recálculo de los
resultados[Phillips et al., 2016]. Aplicamos una tasa
de producción de 10Be calibrada globalmente de
3,92 ± 0,31 atm gr 1 año a nivel del mar y a gran
latitud[Borchers et al., 2016; Phillips et al., 2016].
Esta tasa de producción se escaló en la ubicación
geográfica y altitudinal del sitio de muestreo
utilizando el modelo de escalamiento basado en el
flujo LSDn (SA) y dependiente de nucleidos de Lifton
et al.[2014], que incorpora las fluctuaciones pasadas
del campo magnético y produjo resultados de
calibración favorables[Borchers et al., 2016; Marrero
et al., 2016]. La presión atmosférica en el sitio de
muestreo se derivó del modelo atmosférico ERA-
40[Uppala et al., 2005]. Aplicamos una estimación de
densidad de 2,6 g cm 3 para los conglomerados de
roca de fondo y una longitud de atenuación de 160 g
cm 2 para el componente neutrónico[Dunne et al.,
1999].
Inicialmente calculamos las tasas de denudación a
largo plazo para la superficie de la pared colgante en
base a la concentración de nucleidos de la muestra
F6 (este estudio) y la superficie de la pared de pie en
base a las muestras PG05-08, PG05-09 y PG05-19
(recalculadas a partir de Hall et al.[2008]) utilizando
el código "be10erate" del programa CRONUScalc
(Tabla 1).
Segundo, calculamos la herencia esperada a lo largo
de la escarpa de falla muestreada. De hecho,
mientras que la escarpa de la falla está expuesta en
la superficie en la actualidad, debemos tener en
cuenta que residía a una profundidad baja antes de
la ruptura de la falla. Durante este período, todas las
muestras enterradas en profundidad a lo largo de la
futura escarpa de la falla fueron expuestas a los
rayos cósmicos que pasaban a través del lecho
rocoso, acumulando lentamente una abundancia de
nucleidos cosmogénicos que se conoce como
"herencia".
Therefore, the actual measured nuclide
concentrations of the sampled cobbles are
theoretically the sum of both the inherited
concentration and the postexhumation concentration
(accumulated during direct exposure); neglecting the
inherited concentration could introduce bias in the
age results [see Zerathe et al., 2013, 2014].
The inheritance is theoretically a function of (1) the
long-term surface denudation rate that represents
erosion from above, (2) the depth below the surface,
and (3) the material density [Lal, 1991]. This was
estimated using the MATLAB code
“predN1026depth” available in the CRONUScalc
program. We modeled two different surface
denudation scenarios each of which produces a
theoretical depth-concentration curve. In the first
scenario, we applied the local hanging wall
denudation rate of 13 ± 2 mm ka1 derived from this
study (sample F6, Table 1), and in the second, we
used the denudation rate of the footwall (3–5 mm ka1)
calculated from the data of Hall et al. [2008].
Finally, to obtain the concentration corresponding to
a sample’s surface exposure age, the inherited
nuclide concentration modeled for the sampled depth
was subtracted from the sample’s measured 10Be
concentration. Analytical and total uncertainties (1σ)
are reported for each exposure age. Analytical age
uncertainties include uncertainties in the measured
10Be concentration (Table 1), sample thickness (±1
cm), bulk density (±0.2 g cm3), shielding factor
(±0.02), and attenuation length (±10 gr cm2). Total
age uncertainties include contributions from the
analytical method and estimates of production rates
[Marrero et al., 2016]. All results are presented in
Table 1.
Por lo tanto, las concentraciones reales de nucleidos
medidas de los cantos muestreados son
teóricamente la suma de la concentración hereditaria
y la concentración postexhumatoria (acumuladas
durante la exposición directa); descuidar la
concentración hereditaria podría introducir sesgos en
los resultados de edad[véase Zerathe et al., 2013,
2014].
La herencia es teóricamente una función de (1) la
tasa de denudación de la superficie a largo plazo que
representa la erosión desde arriba, (2) la profundidad
debajo de la superficie, y (3) la densidad del
material[Lal, 1991]. Esto se estimó utilizando el
código de MATLAB "predN1026depth" disponible en
el programa CRONUScalc. Modelamos dos
escenarios diferentes de denudación de superficie,
cada uno de los cuales produce una curva teórica de
profundidad-concentración. En el primer escenario,
se aplicó la tasa de denudación local de la pared
colgante de 13 ± 2 mm ka 1 derivada de este estudio
(muestra F6, Tabla 1), y en el segundo, se utilizó la
tasa de denudación de la pared (3-5 mm ka 1)
calculada a partir de los datos de Hall et al.[2008].
Finalmente, para obtener la concentración
correspondiente a la edad de exposición de la
superficie de la muestra, la concentración de
nucleidos heredada modelada para la profundidad de
la muestra fue restada de la concentración medida de
10Be de la muestra. Las incertidumbres analíticas y
totales (1σ) se reportan para cada edad de
exposición. Las incertidumbres de la edad analítica
incluyen incertidumbres en la concentración de 10Be
medida (Tabla 1), el espesor de la muestra (±1 cm),
la densidad aparente (±0,2 g cm 3), el factor de
blindaje (±0,02) y la longitud de atenuación (±10 gr
cm 2). Las incertidumbres sobre la edad total
incluyen contribuciones del método analítico y
estimaciones de las tasas de producción[Marrero et
al., 2016]. Todos los resultados se presentan en la
Tabla 1.
Table 1. Cosmogenic 10Be Data and Field
Parameters (a)
Exposure ages (ka ± 1σ) for different scenarii (e)
(a) Z is the distance of samples from the top of the
scarp. ZE corresponds to an estimation of the sample
depth before the scarp was exhumed (see text for
explanations). S is the topographic shielding factor
from Dunne et al. [1999]. T is the sample thickness.
Sn and Sμ are the scaling factors for the neutrons and
slow/fast muons, respectively.
(b) Internal uncertainties that include the counting
statistics, the machine stability (~0.5%), and the blank
correction whose 10Be/9Be ratio was 2.77 * 10
15 for this session.
(c) Values reported correspond to the inheritance
obtained for surface denudation rates of 13 ± 2 mm
ka 1. Uncertainty of the surface denudation rate has
been propagated in the calculation.
(d) Values reported are means of the inheritance
obtained for surface denudation rates of 3 ± 1 mm ka
1 and 5 ± 1 mm ka 1.
(e) Exposure ages are reported with internal
uncertainties and external uncertainties (in
parentheses), including the propagation of
uncertainties related to the inheritance calculation.
(f) This sample was collected along the eroding
bedrock slope, a few dozen of meters above the top
of the scarp (see location Figures 2b and 3a and 3b)
and is only used to calculate a maximum long-term
denudation rate.
(g) These samples are recalculated from the
database of Hall et al. [2008] to obtain comparative
maximum long-term denudation rates.
Figure 5. Vertical offset of 1.5 m in an active channel
along the Purgatorio Fault. Note that here the
upstream block is uplifted (northern compartment).
See picture location in Figure 4a.
Tabla 1. Datos Cosmogénicos 10Be y Parámetros de
Campo (a)
Edades de exposición (ka ± 1σ) para diferentes
escenarios (e)
a) Z es la distancia de las muestras desde la parte
superior de la escarpa. ZE corresponde a una
estimación de la profundidad de la muestra antes de
exhumar la escarpa (ver texto para explicaciones). S
es el factor de blindaje topográfico de Dunne et
al.[1999]. T es el espesor de la muestra. Sn y Sμ son
los factores de escala para los neutrones y los
muones lentos/rápidos, respectivamente.
(b) Incertidumbres internas que incluyen las
estadísticas de conteo, la estabilidad de la máquina
(~0.5%), y la corrección en blanco cuya relación
10Be/9Be fue de 2.77 * 10
15 para esta sesión.
c) Los valores comunicados corresponden a la
herencia obtenida para las tasas de denudación de
superficie de 13 ± 2 mm ka 1. En el cálculo se ha
propagado la incertidumbre de la tasa de denudación
de superficie.
d) Los valores comunicados son medios de la
herencia obtenida para tasas de denudación de
superficie de 3 ± 1 mm ka 1 y 5 ± 1 mm ka 1.
e) Las edades de exposición se comunican con
incertidumbres internas e incertidumbres externas
(entre paréntesis), incluida la propagación de las
incertidumbres relacionadas con el cálculo de la
herencia.
f) Esta muestra se recogió a lo largo de la pendiente
erosionante del lecho rocoso, a unas decenas de
metros por encima de la parte superior de la escarpa
(véanse las figuras 2b y 3a y 3b) y sólo se utiliza para
calcular la tasa máxima de denudación a largo plazo.
g) Estas muestras se recalculan a partir de la base
de datos de Hall et al.[2008] para obtener tasas
máximas de denudación a largo plazo comparativas.
Figura 5. Desplazamiento vertical de 1,5 m en un
canal activo a lo largo de la Falla del Purgatorio.
Observe que aquí el bloque aguas arriba está
elevado (compartimento norte). Vea la ubicación de
la imagen en la Figura 4a.
4. Results and Discussion
4.1. Geomorphic Evidence of Recent Tectonic
Deformation Along the Purgatorio Fault
Morphologies associated with recent fault activity are
clearly visible in the hyperarid landscapes of this
región of southern Peru (Figure 1). The overall E-W
trace of the fault undulates slightly from NW-SE to
SE-NW (Figure 1). Along its eastern segment, the
fault intersects a dense network of intermittent fluvial
channels, offering abundant evidence of recent
vertical and right-lateral motion (Figure 2 and
supporting information). The well-preserved near-
vertical scarp is observed all along the fault trace in
interfluves and shows a cumulative vertical offset of
at least 5 m (Figures 3 and 4b). This cumulative
vertical offset is certainly underestimated because of
gravitational collapse affecting the upper scarp edge
and accumulation of an unconsolidated colluvial
wedge that covers the footwall (~1 m; Figures 3b and
4b). The fault scarp itself appears indurated and is
sporadically covered by a thin (few centimeters) fault
gouge composed of foliated red clays. It shows
numerous cobbles that have been cut and striated
with tectonic slickensides (Figure 4c).
As revealed by structural measurements (Figure 2a),
the fault dip is always steep but oscillates between
north and south dipping depending on location along
the trace. We observed striations plunging 50 to 60°
to the west, with markers of reverse motion (Figure
4c) coincident with locally folded layers (Figure 4d).
Oscillation of the dip of the subvertical fault plane
from north to south produces local inversions of the
hanging wall and footwall, but in all cases, it
corresponds to reverse faulting. For instance,
between latitudes 70°35030″W and 70°34030″W, the
fault orientation is 095/80 N (strike/dip angle and
direction) (Figures 2a and 4a). Here the northern
block corresponds to the hanging wall, which is
uplifted with respect to the southern side (footwall).
We note a striking difference between the local
footwall erosional morphology with smooth and gentle
slopes, while the hanging wall has a steeper and
rougher topography (Figures 2b, 4a, and 5). Between
latitudes 70°35030″W and 70°37030″W (Figure 2a),
the situation is reversed: the fault orientation is
120/80S, making the local hanging wall the southern
block and the footwall the northern block (Figure 6).
Accordingly, the uplifted southern block is
characterized by a higher degree of surface
roughness (Figures 2b and 6a) that plausibly reflects
a localized dynamic topographic response to the
differential uplift experienced along each side of the
fault.
4. Resultados y Discusión
4.1. Evidencia geomórfica de deformación tectónica
reciente a lo largo de la falla del Purgatorio
Las morfologías asociadas con la actividad de fallas
recientes son claramente visibles en los paisajes de
hiperáridos de esta región del sur del Perú (Figura 1).
La traza general de E-W de la falla ondula
ligeramente de NW-SE a SE-NW (Figura 1). A lo
largo de su segmento oriental, la falla se cruza con
una densa red de canales fluviales intermitentes,
ofreciendo abundante evidencia de movimiento
vertical y lateral derecho reciente (Figura 2 e
información de apoyo). La escarpa casi vertical bien
conservada se observa a lo largo de la traza de la
falla en los interfluves y muestra un desplazamiento
vertical acumulativo de al menos 5 m (Figuras 3 y 4b).
Este desplazamiento vertical acumulativo es
ciertamente subestimado debido al colapso
gravitacional que afecta el borde superior de la
escarpa y a la acumulación de una cuña coluvial no
consolidada que cubre la pared de pie (~1 m; Figuras
3b y 4b). La escarpa de la falla en sí misma aparece
indurada y está cubierta esporádicamente por un
delgado (pocos centímetros) gubia de falla
compuesta de arcillas rojas foliadas. Muestra
numerosos guijarros que han sido cortados y
estriados con slickensides tectónicos (Figura 4c).
Como lo revelan las mediciones estructurales (Figura
2a), el descenso de la falla es siempre pronunciado,
pero oscila entre el norte y el sur, dependiendo de la
ubicación a lo largo de la traza. Observamos estrías
que caían de 50 a 60° hacia el oeste, con marcadores
de movimiento inverso (Figura 4c) que coincidían con
capas plegadas localmente (Figura 4d). La oscilación
del buzamiento del plano subvertical de la falla de
norte a sur produce inversiones locales de la pared
colgante y de la pared de pie, pero en todos los casos
corresponde a la falla inversa. Por ejemplo, entre las
latitudes 70°35030″W y 70°34030″W, la orientación
de la falla es 095/80 N (ángulo y dirección de
golpeo/descenso) (Figuras 2a y 4a). Aquí el bloque
norte corresponde al muro colgante, que se levanta
con respecto al lado sur (muro a pie). Notamos una
diferencia notable entre la morfología erosiva de la
pared de pie local con pendientes suaves y suaves,
mientras que la pared colgante tiene una topografía
más escarpada y áspera (Figuras 2b, 4a, y 5). Entre
las latitudes 70°35030″W y 70°37030″W (Figura 2a),
la situación se invierte: la orientación de la falla es
120/80S, haciendo del muro colgante local el bloque
sur y del muro de a pie el bloque norte (Figura 6). Por
consiguiente, el bloque sur elevado se caracteriza
por un mayor grado de rugosidad superficial (Figuras
2b y 6a) que refleja plausiblemente una respuesta
topográfica dinámica localizada al levantamiento
diferencial experimentado a lo largo de cada lado de
la falla.
While local oscillations in fault plane dip occur along
its ~60 km length, longer lived geomorphic features
suggest that it is a west-vergent oblique (right-lateral)
reverse fault associated with the flower structure of
the Incapuquio Fault System. The Purgatorio Fault,
which bounds the southern portion of an uplifted block
of bedrock, is visible in the morphology as an
abandoned and incised pediment surface stretching
from the Rio Moquegua in the west to the Rio
Locumba in the east and bound to the north by the
Incapuquio Fault System (Figure 1). In the field,
where the fault trace intersects dry channels and
gullies, its polarity is confirmed by a vertical offset of
~1.5 m, which is recorded along the river channels
(Figures 5 and 7a). Indeed, where the fault dips
northward, the northern side of the river channels is
uplifted relative to the southern portions (profiles 1, 2,
and 3 on Figure 5a); the situation is reversed where
the fault dips southward (profile 4 on Figure 5a). The
uplifted alluvial beds near the fault plane were
reincised by subsequent fluvial events, leaving small
abandoned terraces that end abruptly at the fault
scarp (Figures 4a and 5). Only 1 to 2 m of vertical
offset is recorded in the river channels, compared to
a cumulative vertical offset of several meters
elsewhere along the fault trace (Figures 2 and 4b).
This may indicate that the fault activated episodically
and that its geomorphic imprint in the rivers and
gullies was eroded by episodic fluvial erosion
between successive tectonic events. If this
interpretation is correct, the 1 to 2 m of vertical offset
that is still visible in the river channels might represent
the most recent rupture (Figures 2 and 4a).
Mientras que las oscilaciones locales en la caída del
plano de falla ocurren a lo largo de sus ~60 km de
longitud, las características geomórficas de mayor
duración sugieren que se trata de una falla oblicua
(lateral derecha) hacia el oeste asociada con la
estructura floral del Sistema de Falla de Incapuquio.
La Falla del Purgatorio, que limita la parte sur de un
bloque de roca elevado, es visible en la morfología
como una superficie de frontón abandonada e incisa
que se extiende desde el Río Moquegua en el oeste
hasta el Río Locumba en el este y está limitada al
norte por el Sistema de Falla de Incapuquio (Figura
1). En el campo, donde la traza de la falla cruza
canales secos y barrancos, su polaridad es
confirmada por un desplazamiento vertical de ~1.5 m,
que se registra a lo largo de los canales del río
(Figuras 5 y 7a). De hecho, cuando la falla cae hacia
el norte, el lado norte de los canales del río se eleva
en relación con las partes meridionales (perfiles 1, 2
y 3 de la Figura 5a); la situación se invierte cuando la
falla cae hacia el sur (perfil 4 de la Figura 5a). Los
lechos aluviales elevados cerca del plano de la falla
fueron reincididos por eventos fluviales
subsecuentes, dejando pequeñas terrazas
abandonadas que terminan abruptamente en la
escarpa de la falla (Figuras 4a y 5). Sólo se registran
de 1 a 2 m de desplazamiento vertical en los canales
del río, en comparación con un desplazamiento
vertical acumulativo de varios metros a lo largo del
trazado de la falla (Figuras 2 y 4b). Esto puede indicar
que la falla se activó episódicamente y que su huella
geomórfica en los ríos y barrancos fue erosionada
por la erosión fluvial episódica entre sucesivos
eventos tectónicos. Si esta interpretación es correcta,
los 1 a 2 m de desplazamiento vertical que todavía
son visibles en los canales del río podrían
representar la ruptura más reciente (Figuras 2 y 4a).
Figure 6. Imprints of the Purgatorio Fault in the arid
Precordillera landscape. (a) Panoramic view. (b)
Zoom on a vertical offset in an active channel. Note
that here the downstream part is uplifted (southern
compartment). (c) Zoom on the fault scarp. See
zoomed pictures location in Figure 6a.
Recent and small right-lateral offsets of about 3 to 4
m, which displace minor gullies and ridge crests, are
also recorded along the fault trace (Figure 7b). These
recent and easily erodible features are found along
more than 30 km of the fault trace (supporting
information) and are interpreted as cumulated from
the last fault ruptures. Older and larger cumulative
right-lateral offsets are also visible along the main
ridge crests (Figure 2a), indicating a maximum of ~70
m of right-lateral cumulative displacement during the
Holocene.
Figure 7. Offset morphological features along the
Purgatorio Fault trace that are related to the last
activity along the fault. (a) Vertical offsets (ΔH) along
river channels revealed by topographic cross sections
extracted from the Pléiades DEM (2 m resolution; see
location in Figure 2). Profiles 1 and 2 correspond to
sites shown on Figures 5 and 6b, respectively. (b)
Examples of right-lateral offsets (ΔL) of gullies and
interfluves crest lines revealed by high-resolution (70
cm) optical imagery (Google Earth, see location in the
supporting information).
Figura 6. Impresiones de la Falla del Purgatorio en el
árido paisaje de la Precordillera. (a) Vista
panorámica. (b) Zoom en un desplazamiento vertical
en un canal activo. Observe que aquí la parte aguas
abajo se eleva (compartimento sur). (c) Zoom sobre
la escarpa de la falla. Vea la ubicación de las
imágenes ampliadas en la Figura 6a.
Recientes y pequeñas desviaciones laterales
derechas de aproximadamente 3 a 4 m, que
desplazan pequeños barrancos y crestas de cresta,
también se registran a lo largo del trazado de la falla
(Figura 7b). Estas características recientes y
fácilmente erosionables se encuentran a lo largo de
más de 30 km de la traza de la falla (información de
apoyo) y se interpretan como acumuladas desde las
últimas rupturas de la falla. A lo largo de las crestas
de la cresta principal (Figura 2a) también se pueden
ver compensaciones acumulativas laterales
derechas más antiguas y más grandes, lo que indica
un máximo de ~70 m de desplazamiento acumulativo
lateral derecho durante el Holoceno.
Figura 7. Características morfológicas compensadas
a lo largo de la traza de la Falla del Purgatorio que
están relacionadas con la última actividad a lo largo
de la falla. a) Compensaciones verticales (ΔH) a lo
largo de los cauces de los ríos reveladas por
secciones topográficas extraídas del DEM de
Pléiades (2 m de resolución; véase la ubicación en la
figura 2). Los perfiles 1 y 2 corresponden a los sitios
que se muestran en las Figuras 5 y 6b,
respectivamente. b) Ejemplos de desplazamientos
laterales a la derecha (ΔL) de barrancos e intersticios
de cresta revelados por imágenes ópticas de alta
resolución (70 cm) (Google Earth, véase la ubicación
en la información de apoyo).
4.2. Denudation Rates, Inheritance, and Fault-Scarp
Exposure Ages
4.2.1. Denudation Rates
The long-term denudation rate, calculated for sample
F6 based on the measured 10Be concentration, gives
a maximum estimate for the denudation rate of the
hanging wall (Figure 4a) of 13 ± 2 mm ka1 (Table 1).
For the footwall, maximum long-term denudation
rates have been recalculated using 3 samples from
Hall et al. [2008] (Figure 4a) and range from 3 ± 1 mm
ka1 to 5 ± 1 mm ka1 (Table 1), giving a weighted-
mean of 4 ± 1mmka1, i.e., about 3 times less than the
denudation rate of the uplifted hanging wall. This is
consistent with apparent surface roughness (Figure
2b) and the landscape morphology (Figures 4 and 6),
both of which show higher denudation along the
hanging wall block.
4.2.2. Inheritance Scenarios
Figure 8a shows the inheritance expected at depth,
before scarp exhumation, for two different scenarios
of long-term surface denudation. For comparison, the
10Be concentrations measured at the surface and
along the fault scarp are also plotted on the graph,
according to their estimated depth (ZE;
preexhumation depth).
For scenario 1, applying the local denudation rate
estimated in this study for the hanging wall block (ε =
13 ± 2 mm ka1), the calculated inheritance is found to
be unexpectedly close to the measured 10Be
concentrations (Figure 8 and Table 1). This may imply
very young exposure ages for the fault scarp. In this
scenario, up to 90% of the concentrations measured
along the fault scarp would have existed before
exhumation (Table 1), and thus, only 10% was
acquired by direct exposure. To account for
denudation variability, we propagated the uncertainty
associated with the denudation rate (ε = 13 ± 2 mm
ka1) in the inheritance calculation. Overall, this
uncertainty propagation has only a small effect on the
inheritance, which varies by no more than 5% at the
depth of the samples (Figure 8 and Table 1).
For scenario 2, in which we applied the local footwall
denudation rate (ε = 3–5 mmka1), we found that the
calculated inheritance exceeds our measured 10Be
concentrations (Figure 8 and Table 1). This indicates
that scenario 2 is not realistic.
4.2.3. Exposure Age and Purgatorio Fault Activity
4.2. Tasas de Denudación, Herencia y Edades de
Exposición a la Escarpa de Fallas
4.2.1. Tasas de Denudación
La tasa de denudación a largo plazo, calculada para
la muestra F6 sobre la base de la concentración de
10Be medida, da una estimación máxima de la tasa
de denudación de la pared colgante (figura 4a) de 13
± 2 mm ka 1 (cuadro 1). Para la pared de base, las
tasas máximas de denudación a largo plazo se han
recalculado utilizando 3 muestras de Hall et al.[2008]
(Figura 4a) y oscilan entre 3 ± 1 mm ka 1 y 5 ± 1 mm
ka 1 (Tabla 1), lo que da una media ponderada de 4
± 1 mmka 1, es decir, unas 3 veces menos que la
tasa de denudación de la pared colgante levantada.
Esto es consistente con la rugosidad aparente de la
superficie (Figura 2b) y la morfología del paisaje
(Figuras 4 y 6), las cuales muestran una mayor
denudación a lo largo del bloque de pared colgante.
4.2.2. Escenarios de herencia
La Figura 8a muestra la herencia esperada a
profundidad, antes de la exhumación de la escarpa,
para dos escenarios diferentes de denudación
superficial a largo plazo. Para comparar, las
concentraciones de 10Be medidas en la superficie y
a lo largo de la escarpa de la falla también se
representan en el gráfico, de acuerdo con su
profundidad estimada (ZE; profundidad de
preexhumación).
Para el escenario 1, aplicando la tasa de denudación
local estimada en este estudio para el bloque de
pared colgante (ε = 13 ± 2 mm ka 1), la herencia
calculada se encuentra inesperadamente cercana a
las concentraciones medidas de 10Be (Figura 8 y
Tabla 1). Esto puede implicar edades de exposición
muy jóvenes para la escarpa de la falla. En este
escenario, hasta el 90% de las concentraciones
medidas a lo largo de la escarpa de la falla habrían
existido antes de la exhumación (Tabla 1), y por lo
tanto, sólo el 10% fue adquirido por exposición
directa. Para tener en cuenta la variabilidad de la
denudación, propagamos la incertidumbre asociada
con la tasa de denudación (ε = 13 ± 2 mm ka 1) en el
cálculo de la herencia. En general, esta propagación
de la incertidumbre tiene sólo un pequeño efecto
sobre la herencia, que varía en no más de un 5% en
la profundidad de las muestras (Figura 8 y Tabla 1).
Para el escenario 2, en el que aplicamos la tasa de
denudación local de la pared de pie (ε = 3-5 mmka 1),
encontramos que la herencia calculada excede
nuestras concentraciones de 10Be medidas (Figura
8 y Tabla 1). Esto indica que la hipótesis 2 no es
realista.
4.2.3. Edad de exposición y actividad de la falla del
purgatorio
Considering end-member scenario, the age of the PF
scarp can be formerly bracketed between exposure
ages calculated neglecting inheritance (the oldest)
and exposure ages derived from scenario 1 (the
youngest).
Figure 8. 10Be cosmogenic nuclide concentration
modeling results. (a) The dashed lines show
theoretical evolution of the 10Be inheritance expected
at depth for different surface denudation rates. The
shaded area around the curve of scenario 1 (ε = 13 ±
2 mm ka 1) shows the propagation of denudation rate
uncertainty on the inheritance calculation. The
measured 10Be concentrations of the samples from
the fault scarp (F1 to F5) and the surface (F6) are
plotted for comparison (see the text for details on their
preexhumation depth estimation and inheritance
calculation). (b) Corresponding 10Be exposure ages
obtained along the Purgatorio fault scarp for scenario
1. Note that scenario 2 is unrealistic (see text).
Exposure ages calculated without inheritance are
also reported for comparison.
Exposure ages calculated neglecting inheritance
range from 5 to 6 ka (Table 1). In this interpretation,
the PF might have crept or alternatively ruptured
during multiple earthquakes, with a mean slip rate of
2.2mmyr1 (Figure 8b). However, in our opinion, these
ages should be considered as extreme older bounds
on the scarp age. Indeed, the high 10Be
concentrations measured at the surface (≥1 × 106 at
g1), both here and in previous regional studies [e.g.,
Hall et al., 2008; Placzek et al., 2010], attest to long-
term exposure and lowsurface denudation of these
landscapes, rendering the hypothesis of no
inheritance at such shallow depth mostly unrealistic.
Considerando el escenario de miembro final, la edad
de la escarpa de FP se puede poner entre corchetes
entre las edades de exposición calculadas
descuidando la herencia (la más antigua) y las
edades de exposición derivadas del escenario 1 (la
más joven).
Figura 8. 10Be resultados del modelado de
concentración de nucleidos cosmogénicos. (a) Las
líneas discontinuas muestran la evolución teórica de
la herencia 10Be esperada en profundidad para
diferentes tasas de denudación superficial. El área
sombreada alrededor de la curva del escenario 1 (ε =
13 ± 2 mm ka 1) muestra la propagación de la
incertidumbre de la tasa de denudación en el cálculo
de la herencia. Las concentraciones de 10Be
medidas de las muestras de la escarpa de falla (F1 a
F5) y de la superficie (F6) se representan
gráficamente para su comparación (ver el texto para
obtener detalles sobre la estimación de la
profundidad de preexhumación y el cálculo de la
herencia). b) Las edades de exposición
correspondientes a 10Be obtenidas a lo largo de la
escarpa de falla del Purgatorio para el escenario 1.
Tenga en cuenta que el escenario 2 no es realista
(véase el texto). Las edades de exposición
calculadas sin herencia también se reportan para su
comparación.
Las edades de exposición calculadas sin tener en
cuenta la herencia oscilan entre 5 y 6 ka (Tabla 1).
En esta interpretación, el FP podría haberse
deslizado o roto durante múltiples terremotos, con
una tasa de deslizamiento media de 2,2 mmyr 1
(Figura 8b). Sin embargo, en nuestra opinión, estas
edades deben ser consideradas como límites
extremadamente antiguos en la edad de la escarpa.
De hecho, las altas concentraciones de 10Be
medidas en la superficie (≥ × 106 a g 1), tanto aquí
como en estudios regionales previos[por ejemplo,
Hall et al., 2008; Placzek et al., 2010], atestiguan la
exposición a largo plazo y la denudación de la
superficie baja de estos paisajes, lo que hace que la
hipótesis de que no hay herencia a tan poca
profundidad sea poco realista en su mayoría.
Based on scenario 1, which takes into account the
measured denudation rate of the footwall block and
its calculated associated inheritance and uncertainty
propagation, exposure ages range from 0.2 ± 0.2 to
0.7 ± 0.5 ka (Table 1). The upper 3 m of the scarp
yield exposure ages that are indistinguishable within
their uncertainties, with a weighted mean of 0.7 ± 0.5
ka. The lowermost sample (F1), at the scarp base,
shows a notably lower residual 10Be concentration
that results in a younger exposure age of 0.2 ± 0.2 ka
(Figure 8b). It is important to notice that, under this
scenario, the final ages are calculated from a small
quantitative difference (~10%) between the modeled
inheritance and the measured concentrations (Table
1). This might imply that a small shift of the modeled
inheritance component would considerably change
the final calculated exposure ages. Nevertheless, we
emphasize that (1) the propagation of uncertainty on
the inheritance model does not exceed 5% at the
corresponding sample depths (Figure 8a and Table
1) and that (2) because the denudation rate
measured at the scarp top corresponds to a
maximum value, exposure ages even younger than
those of scenario 1 would be expected in the case of
underestimation of the inheritance.
Globally, these cosmogenic data indicate that the
Purgatorio Fault has been active recently (late
Holocene) or very recently (last few thousands of
years). We admit that from these data alone, we
cannot conclusively differentiate between multiple
seismotectonic events and continuous creep. Indeed,
given the uncertainty associated with the
determination of inheritance, all of the samples could
equally well record the same young age for the scarp.
Nevertheless, geomorphic observations show that at
least 5 m of cumulated vertical scarp are preserved
along the interfluve landscapes, while only 1 to 2 m
are observable across the river channels. This
suggests (1) multiple and distinct tectonic events and
(2) intermittent erosion phases in the rivers. Hence,
coupling all the geomorphic observations with our
preferred scenario 1, we propose an interpretation of
at least two successive events along the PF: (1) ~3 m
of vertical coseismic displacement may have
occurred at ~0.7 ka before being erased by a large
flood event(s), followed by (2) another (most recent?)
vertical offset of ~2 m developed along the fault trace
during a second seismic event.
Basándose en la hipótesis 1, que tiene en cuenta la
velocidad de denudación medida del bloque de la
pared de base y su herencia asociada calculada y la
propagación de la incertidumbre, las edades de
exposición oscilan entre 0,2 ± 0,2 y 0,7 ± 0,5 ka
(cuadro 1). Los 3 m superiores de la exposición a la
escarpa tienen edades que son indistinguibles dentro
de sus incertidumbres, con una media ponderada de
0,7 ± 0,5 ka. La muestra más baja (F1), en la base de
la escarpa, muestra una concentración residual de
10Be notablemente más baja, lo que resulta en una
edad de exposición más temprana de 0,2 ± 0,2 ka
(Figura 8b). Es importante notar que, bajo este
escenario, las edades finales se calculan a partir de
una pequeña diferencia cuantitativa (~10%) entre la
herencia modelada y las concentraciones medidas
(Tabla 1). Esto podría implicar que un pequeño
cambio del componente de herencia modelado
cambiaría considerablemente las edades de
exposición calculadas finales. Sin embargo,
enfatizamos que (1) la propagación de la
incertidumbre en el modelo de herencia no excede el
5% a las profundidades de la muestra
correspondiente (Figura 8a y Tabla 1) y que (2)
debido a que la tasa de denudación medida en la
parte superior de la escarpa corresponde a un valor
máximo, se esperaría que las edades de exposición
fueran incluso más jóvenes que las del escenario 1
en el caso de subestimación de la herencia.
Globalmente, estos datos cosmogénicos indican que
la Falla del Purgatorio ha estado activa
recientemente (Holoceno tardío) o muy
recientemente (últimos miles de años). Admitimos
que a partir de estos datos por sí solos, no podemos
diferenciar de manera concluyente entre eventos
sismotectónicos múltiples y fluencia continua. De
hecho, dada la incertidumbre asociada con la
determinación de la herencia, todas las muestras
podrían igualmente registrar la misma edad joven
para la escarpa. Sin embargo, las observaciones
geomórficas muestran que se conservan al menos 5
m de escarpa vertical acumulada a lo largo de los
paisajes interfluviales, mientras que sólo se pueden
observar de 1 a 2 m a través de los cauces fluviales.
Esto sugiere (1) múltiples y distintos eventos
tectónicos y (2) fases de erosión intermitente en los
ríos. Por lo tanto, combinando todas las
observaciones geomórficas con nuestro escenario
preferido 1, proponemos una interpretación de al
menos dos eventos sucesivos a lo largo del FP: (1)
~3 m de desplazamiento sísmico vertical pueden
haber ocurrido a ~0.7 ka antes de ser borrados por
un evento(s) de inundación grande(s), seguido por
(2) otro (¿más reciente?) desplazamiento vertical de
~2 m desarrollado a lo largo del rastro de la falla
durante un segundo evento sísmico.
Taking 60 km as the maximum length of the PF, about
60 km, and ~3 m of coseismic slip, a magnitude larger
than Mw 7 could be expected for this area. An
earthquake of this size would pose a significant
hazard to local populations [Wells and Coppersmith,
1994]. An alternative interpretation is to consider
multiple events of scarp exhumation. These would
imply smaller offsets per event (i.e., smaller seismic
magnitude) and a shorter recurrence time between
each fault rupture.
Beyond the most recent activity on the fault,
geomorphic observations permit us to assess its
potential longterm activity. On its western termination,
the PF intersects a shallow-dipping (<5°) abandoned
pediment surface (100 m above the active channel
north of the fault and 10 m above the channel south
of the fault). The pediment surface, which was dated
at ~ 300 ka by Hall et al. [2008], is vertically offset by
at least 40 to 50 m. This value is consistent with the
~70 m of cumulative right-lateral offset recorded
along the ridge crests (Figure 2a). The mean slip
rates over this time span of 300 ka would thus be 0.15
to 0.2 mm yr1 in the vertical and the horizontal
directions, respectively. Both observations indicate
that the PF has accumulated only a small amount of
deformation (<100 m) over the long term, suggesting
that it is a neotectonic structure that was activated at
depth during the last few million years but reached the
surface only in the Pleistocene-Holocene.
4.2.4. Climatic Implications on the Purgatorio Fault
Rupture Chronology
Considering our dating results that formally bracket
the Purgatorio Fault age between 0 and 6 ka, recent
reworking of the river channels (i.e., younger than the
top of the 5 m scarp) must be invoked to explain why
the channels have recorded so little offset compared
to the interfluves areas (see section 4.1). In general,
such reworking seems plausible, as pointed out in
Lamb and Fonstad [2010] or in Storz-Peretz et al.
[2011], who have shown that the incision/erosion of
tectonically uplifted zones in river beds can be
extremely rapid, up to ~1 m/yr or even higher during
a single large flood event. However, the river
networks in the hyperarid Precordillera region are dry
most of the time, except during exceptional El Niño
events [e.g., Keefer and Moseley, 2003]. Thus, an
important question is whether the young age for the
channel deposits, implied by our data, is reasonable.
Tomando 60 km como longitud máxima del FP, unos
60 km, y ~3 m de deslizamiento sísmico, podría
esperarse una magnitud mayor que Mw 7 para esta
área. Un terremoto de este tamaño representaría un
peligro significativo para las poblaciones
locales[Wells and Coppersmith, 1994]. Una
interpretación alternativa es considerar múltiples
eventos de exhumación de escarpa. Esto implicaría
menores compensaciones por evento (es decir,
menor magnitud sísmica) y un menor tiempo de
recurrencia entre cada ruptura de falla.
Más allá de la actividad más reciente sobre la falla,
las observaciones geomórficas nos permiten evaluar
su potencial actividad a largo plazo. En su
terminación occidental, el FP intersecta una
superficie de frontón abandonada de baja
profundidad (<5°) (100 m por encima del canal activo
al norte de la falla y 10 m por encima del canal al sur
de la falla). La superficie del frontón, que fue fechada
en ~ 300 ka por Hall et al.[2008], está verticalmente
compensada por al menos 40 a 50 m. Este valor es
consistente con los ~70 m de desplazamiento lateral
derecho acumulativo registrado a lo largo de las
crestas de la cresta (Figura 2a). Las tasas de
deslizamiento medias durante este período de tiempo
de 300 ka serían, por lo tanto, de 0,15 a 0,2 mm/año
1 en las direcciones vertical y horizontal,
respectivamente. Ambas observaciones indican que
el FP ha acumulado sólo una pequeña cantidad de
deformación (<100 m) a largo plazo, lo que sugiere
que se trata de una estructura neotectónica que se
activó en profundidad durante los últimos millones de
años, pero que sólo alcanzó la superficie en el
Pleistoceno-Holoceno.
4.2.4. Implicaciones Climáticas en la Cronología de
la Ruptura de la Falla del Purgatorio
Considerando nuestros resultados de datación que
formalmente ponen entre paréntesis la edad de la
Falla del Purgatorio entre 0 y 6 ka, se debe invocar el
reciente reprocesamiento de los canales del río (es
decir, más jóvenes que la parte superior de la
escarpa de 5 m) para explicar por qué los canales
han registrado tan poca desviación en comparación
con las áreas de interfluvio (ver sección 4.1). En
general, tal reelaboración parece plausible, como se
señaló en Lamb y Fonstad[2010] o en Storz-Peretz et
al.[2011], quienes han demostrado que la
incisión/erosión de zonas tectónicamente elevadas
en el lecho de los ríos puede ser extremadamente
rápida, de hasta ~1 m/año o incluso más alta durante
una sola inundación de gran magnitud. Sin embargo,
las redes fluviales en la región hiperárida de
Precordillera son secas la mayor parte del tiempo,
excepto durante eventos excepcionales de El
Niño[por ejemplo, Keefer y Moseley, 2003]. Por lo
tanto, una pregunta importante es si la joven edad de
los depósitos del canal, implícita en nuestros datos,
es razonable.
Throughout the hyperarid forearc region, evidence is
found for large floods and debris flows that occurred
during the Pleistocene-Holocene and were
associated with El Niño events. This evidence
includes preserved fluvial terraces and buried
archeological sites [e.g., Goldstein and Magilligan,
2011; Keefer and Moseley, 2003; Manners et al.,
2007; Goldstein and Magilligan, 2011]. Radiocarbon
chronologies from both coastal and Precordilleran
sites suggest recurrence intervals for large El Niño-
driven floods of <2500 years for the late Pleistocene,
<600 years for the early Holocene, and <1500 years
for the late Holocene [Keefer and Moseley, 2003].
Goldstein and Magilligan [2011] and Manners et al.
[2007] found evidence of large floods along Rio
Moquegua, such as the one associated with the
1997–1998 El Niño. These floods may induce
channel widening of ~30 m, with floodplain erosion
rates of 2 ha of land per kilometer of river, and have
a recurrence interval of 50–100 years. Further, they
suggest that in the Moquegua valley, ~80% of the
floodplain has been modified/reworked during the last
550 14C years. This timing of flood recurrence
appears fully consistent with our scenario.
While it is quite reasonable to expect large floods
within the major canyons that are connected to the
precipitation source in the high Andes, such events
should be less common in small catchments within
the hyperarid Precordillera region. However,
Goldstein and Magilligan [2011] also show evidence
for two severe floods in the Rio Muerto, a tributary to
the Rio Moquegua that is not connected to high
Andes precipitation sources. This tributary is located
~40 km west of our study area (see Figure 1) and has
a drainage basin similar in size and catchment
characteristics to those along the Purgatorio Fault
(the highest portions of both catchments are at ~1500
m above sea level (asl)). On this site, Magilligan and
Goldstein [2011] record large flood events associated
with a Mega-Niño at 1300–1400 A.D. (Miraflores
flood) and 700 A.D. It is thus plausible that the flood
associated with the 1300–1400 A.D. Mega-Niño
destroyed the fault scarp associated with the ~700
year rupture in the channels of the Purgatorio area,
preserving evidence only for the most recent rupture
event in the channels. Even this young event has
been modified by subsequent fluvial activity because
the uplifted terraces are abandoned and incised
(Figures 4a and 5).
A lo largo de la región hiperárida del antebrazo, se
encuentran evidencias de grandes inundaciones y
flujos de escombros que ocurrieron durante el
Pleistoceno-Holoceno y que se asociaron con los
eventos de El Niño. Esta evidencia incluye terrazas
fluviales preservadas y sitios arqueológicos
enterrados[por ejemplo, Goldstein y Magilligan, 2011;
Keefer y Moseley, 2003; Manners et al., 2007;
Goldstein y Magilligan, 2011]. Las cronologías de
radiocarbono de los sitios costeros y precordilleranos
sugieren intervalos de recurrencia para grandes
inundaciones provocadas por El Niño de <2500 años
para el Pleistoceno tardío, <600 años para el
Holoceno temprano, y <1500 años para el Holoceno
tardío[Keefer y Moseley, 2003]. Goldstein y
Magilligan[2011] y Manners et al.[2007] encontraron
evidencia de grandes inundaciones a lo largo del Río
Moquegua, como la asociada con El Niño de 1997-
1998. Estas inundaciones pueden inducir un
ensanchamiento del cauce de ~30 m, con tasas de
erosión de las llanuras inundables de 2 ha de tierra
por kilómetro de río, y tienen un intervalo de
recurrencia de 50-100 años. Además, sugieren que
en el valle de Moquegua, ~80% de la planicie de
inundación ha sido modificada/reformada durante los
últimos 550 años 14C. Este calendario de recurrencia
de las inundaciones parece totalmente coherente con
nuestro escenario.
Si bien es razonable esperar grandes inundaciones
dentro de los cañones principales que están
conectados a la fuente de precipitación en los altos
Andes, tales eventos deberían ser menos comunes
en pequeñas cuencas dentro de la región hiperárida
de Precordillera. Sin embargo, Goldstein y
Magilligan[2011] también muestran evidencia de dos
inundaciones severas en el Río Muerto, un afluente
del Río Moquegua que no está conectado a las
fuentes de precipitación de los Andes. Este afluente
se encuentra a unos 40 km al oeste de nuestra área
de estudio (ver Figura 1) y tiene una cuenca de
drenaje de tamaño y características similares a las de
la Falla del Purgatorio (las porciones más altas de
ambas cuencas se encuentran a unos 1.500 m sobre
el nivel del mar (asl)). En este sitio, Magilligan y
Goldstein[2011] registran grandes eventos de
inundación asociados con un Mega-Niño en 1300-
1400 D.C. (inundación de Miraflores) y 700 D.C. Por
lo tanto, es plausible que la inundación asociada con
el 1300-1400 D.C. Mega-Niño destruyera la escarpa
de la falla asociada con la ruptura de ~700 años en
los canales del área del Purgatorio, preservando sólo
evidencia del evento de ruptura más reciente en los
canales. Incluso este joven evento ha sido
modificado por la subsiguiente actividad fluvial
debido a que las terrazas levantadas son
abandonadas e incisas (Figuras 4a y 5).
Recent and smaller fluvial activities are also
consistent with the results of Goldstein and Magilligan
[2011], which record significant reworking of
floodplains in the last 300–350 years. To test the idea
of recent fluvial reworking of the floodplain, additional
sampling of the offset channel deposits for both OSL
dating and 10Be measurements is planned in the
near future.
Overall, this young fault activity, the geomorphic
evidence suggesting erosion of the penultimate
tectonic scarps, and the regional climatic data
suggesting occurrence of exceptional El Niño-driven
flood events indicate that youthful and dynamic
processes modified a generally ancient landscape.
4.3. Insights for the Active Deformation of the
Peruvian Forearc
The present morphology of the Western Cordillera of
the Central Andes is characterized by a large bend in
the orogen, referred to as the Arica Bend. In the
Central Andes, the thrusting propagated toward the
western flank along the Western Cordillera during the
Oligocene [Victor et al., 2004; Farías et al., 2005;
Roperch et al., 2006; Armijo et al., 2015]. In southern
Peru, the present-day deformation front along the
Western Cordillera is represented by a large
compressive flower structure that includes (1) left-
lateral transpressional faults such as the Incapuquio
Fault System [Jacay et al., 2002] and (2) right-lateral
transpressional faults, west-vergent thrusts, and blind
thrusts marking the boundary between the western
edge of the incised Precordillera and the low-relief
Longitudinal Basin [McCaffrey, 1996; Hall et al.,
2012]. This study provides new evidence that this
second type of contractile tectonic deformation was
active in the Holocene and located in the Precordillera
of the Western Cordillera. Our detailed analysis of a
high-resolution DEM coupled with field mapping and
new chronologic data demonstrates its youth, its
transpressive right-lateral kinematics, its west-
vergent geometry, and its eastern along-strike
connection to the Incapuquio Fault System.
In the northern Chilean forearc, previous studies
attributed reverse faults and folds to a flower structure
that accommodates Andean contractional
deformation on its western flank [Victor et al., 2004;
Armijo et al., 2015]. At the Quaternary time scale, in
contrast to the pure compression in Chile, a clear
oblique component is distributed in the southern
Peruvian forearc along the Purgatorio and Sama-
Calientes faults [Audin et al., 2008].
Las actividades fluviales recientes y más pequeñas
también son consistentes con los resultados de
Goldstein y Magilligan[2011], los cuales registran un
reordenamiento significativo de las planicies de
inundación en los últimos 300-350 años. Para poner
a prueba la idea de la reciente reelaboración fluvial
de la llanura de inundación, en un futuro próximo se
planifica un muestreo adicional de los depósitos de
los canales de compensación tanto para la datación
por OSL como para las mediciones de 10Be.
En general, esta joven actividad de falla, la evidencia
geomórfica que sugiere la erosión de las penúltimas
escarpas tectónicas, y los datos climáticos regionales
que sugieren la ocurrencia de eventos excepcionales
de inundación provocados por El Niño, indican que
los procesos juveniles y dinámicos modificaron un
paisaje generalmente antiguo.
4.3. Perspectivas para la deformación activa del arco
iris peruano
La morfología actual de la Cordillera Occidental de
los Andes Centrales se caracteriza por una gran
curva en el orógeno, conocida como la Curva de
Arica. En los Andes centrales, el empuje se propagó
hacia el flanco occidental a lo largo de la Cordillera
Occidental durante el Oligoceno[Victor et al., 2004;
Farías et al., 2005; Roperch et al., 2006; Armijo et al.,
2015]. En el sur del Perú, el actual frente de
deformación a lo largo de la Cordillera Occidental
está representado por una gran estructura floral
compresiva que incluye (1) fallas transpresionales
laterales izquierdas como el Sistema de Falla de
Incapuquio[Jacay et al., 2002] y (2) fallas
transpresionales laterales derechas, empujes
convergentes hacia el oeste y empujes ciegos que
marcan el límite entre el borde occidental de la
Precordillera incisa y la Cuenca Longitudinal de
bajorrelieve[McCaffrey, 1996; Hall et al., 2012]. Este
estudio proporciona nueva evidencia de que este
segundo tipo de deformación tectónica contráctil
estaba activa en el Holoceno y localizada en la
Precordillera de la Cordillera Occidental. Nuestro
análisis detallado de un MED de alta resolución, junto
con el mapeo de campo y nuevos datos cronológicos,
demuestra su juventud, su cinemática transpresiva
lateral derecha, su geometría convergente oeste y su
conexión oriental con el Sistema de Falla de
Incapuquio.
En el antebrazo norte de Chile, estudios previos
atribuían fallas y pliegues inversos a una estructura
floral que acomoda la deformación contraccional
andina en su flanco occidental[Victor et al., 2004;
Armijo et al., 2015]. En la escala temporal del
Cuaternario, a diferencia de la compresión pura en
Chile, un claro componente oblicuo se distribuye en
el antebrazo sur del Perú a lo largo de las fallas del
Purgatorio y de Sama-Calientes[Audin et al., 2008].
Similarly, the largest rotations derived from GPS data
are observed in the forearc of southern Peru [Bevis
and Martel, 2001; Weiss et al., 2016]. Based on the
comparison of real-time GPS data with
paleomagnetic data, Allmendinger et al. [2005]
proposed that some of the interseismic deformation
field reflects permanent and long-term deformation of
the upper plate. However, until this study, no data
were available to interpret tectonic deformation during
the Quaternary. Our results are compatible with strain
partitioning in the southern Peruvian forearc resulting
from increasing obliquity of plate convergence north
of the Arica Bend [Allmendinger et al., 2005].
In addition, our study is the first to provide direct
quantitative constraints on the rate of deformation
accommodated by a crustal-scale surface-breaking
fault in the southern Peruvian forearc. Given the
young ages presented here the limited amount of
vertical deformation accommodated by the
Purgatorio Fault during the late Quaternary
(potentially <100mduring the last 300 ka) supports a
neotectonic component of uplift along the Western
Andean front [Madella et al., 2016]. More regionally,
longer (~2 Ma duration) forearc uplift rates of ~0.1–
1mmyr1 were proposed by Hall et al. [2012, and
references therein], but we demonstrate here that
localized, meter-scale vertical and horizontal
deformations occurred along individual reverse faults
in the forearc during the last thousand years. Such
results contrast with the first-order hypothesis of
previous geodetic and modeling studies that
assumed that tectonic strain of the forearc was time
invariant and entirely elastic [Villegas-Lanza et al.,
2016]. To the contrary, in light of our findings, a
significant amount of Holocene deformation could be
accumulated on discrete faults within the forearc. This
deformation should be taken in account in models of
interseismic tectonic deformation across the Andean
range (e.g., GPS coupling) [Weiss et al., 2016].
5. CONCLUSIONS
Identification and description of active faults is
needed to address seismic hazard issues and to
understand the relationships between tectonic activity
and relief generation. This applies especially to the
Andean forearc of southern Peru, where the tectonic
deformation has previously been investigated using
only geological and structural mapping (Neotec Open
database; http://neotec-opendata.com).
De manera similar, las mayores rotaciones derivadas
de los datos del GPS se observan en el antebrazo del
sur del Perú[Bevis y Martel, 2001; Weiss et al., 2016].
Basándose en la comparación de datos GPS en
tiempo real con datos paleomagnéticos,
Allmendinger et al.[2005] propuso que parte del
campo de deformación intersísmica refleja la
deformación permanente y a largo plazo de la placa
superior. Sin embargo, hasta este estudio, no había
datos disponibles para interpretar la deformación
tectónica durante el Cuaternario. Nuestros resultados
son compatibles con la partición por deformación en
el antebrazo del sur peruano como resultado de la
creciente oblicuidad de la convergencia de las placas
al norte de la curva de Arica[Allmendinger et al.,
2005].
Además, nuestro estudio es el primero en
proporcionar restricciones cuantitativas directas
sobre la tasa de deformación acomodada por una
falla de ruptura de superficie a escala de la corteza
en el antebrazo del sur del Perú. Dadas las jóvenes
edades aquí presentadas, la limitada cantidad de
deformaciones verticales acomodadas por la Falla
del Purgatorio durante el Cuaternario tardío
(potencialmente <100mdurante los últimos 300 ka)
apoya un componente neotectónico de
levantamiento a lo largo del frente andino
occidental[Madella et al., 2016]. Más regionalmente,
Hall et al.[2012, y sus referencias] propusieron tasas
de elevación del antebrazo más largas (~2 Ma de
duración) de ~0.1-1mmyr 1, pero aquí demostramos
que deformaciones verticales y horizontales
localizadas a escala de medidor ocurrieron a lo largo
de fallas inversas individuales en el antebrazo
durante los últimos mil años. Estos resultados
contrastan con la hipótesis de primer orden de
estudios geodésicos y de modelado previos que
asumían que la cepa tectónica del antebrazo era
invariable en el tiempo y totalmente elástica[Villegas-
Lanza et al., 2016]. Por el contrario, a la luz de
nuestros hallazgos, una cantidad significativa de
deformación del Holoceno podría acumularse en
fallas discretas dentro del antebrazo. Esta
deformación debe tenerse en cuenta en los modelos
de deformación tectónica intersísmica a lo largo de la
cordillera andina (por ejemplo, el acoplamiento
GPS)[Weiss et al., 2016].
5. CONCLUSIONES
La identificación y descripción de las fallas activas es
necesaria para abordar los problemas de
peligrosidad sísmica y para comprender las
relaciones entre la actividad tectónica y la generación
de socorro. Esto se aplica especialmente al
antebrazo andino del sur del Perú, donde la
deformación tectónica ha sido previamente
investigada usando sólo mapas geológicos y
estructurales (base de datos Neotec Open;
http://neotec-opendata.com).
In this paper, we present a detailed analysis of the
Purgatorio Fault, an important active fault bounding
the Precordillera of southwestern Peru. Based on
field mapping, a high-resolution Pléiades digital
elevation model (DEM), and direct cosmogenic
radionuclide exposure dating (10Be), we reach the
following conclusions:
1. The Purgatorio Fault is a 60 km long right-lateral
reverse fault oriented NW-SE to W-E, mainly
subvertical at the surface but likely dipping east at
depth and on it eastern end where it connects to the
Incapuquio fault system.
2. Geomorphic evidence such as a free face,
cumulated scarps, and multiple offsets of recent
geomorphic features (gullies, river channels, and
topographic crests) indicate that the fault was active
in the recent past (thousands of years) and may have
triggered historical earthquakes.
3. Cosmogenic radionuclide exposure ages obtained
along a vertical profile formally date the exhumation
along the fault scarp between 0 and ~6 ka depending
on the inheritance model that is applied. Combining
our preferred scenario of exposure with the
geomorphic evidence, we propose an interpretation
of at least two rupture events, each with ~3 and ~2 m
of vertical offset, which may have occurred during the
last thousand years. Based on the fault length, such
ruptures may plausibly have caused a >Mw 7 seismic
event [Leonard, 2010]. Nevertheless, given the
resolution of the method, an alternative sequence of
multiple smaller events cannot be excluded.
4. The limited length of the long-term cumulative
offsets recorded suggests that the Purgatorio fault is
a neotectonic structure. We suggest that it was active
only in the Quaternary or still later.
En este trabajo presentamos un análisis detallado de
la Falla del Purgatorio, una importante falla activa que
limita la Precordillera del suroeste del Perú. A partir
de la cartografía de campo, del modelo digital de
elevación (DEM) Pléiades de alta resolución y de la
datación por exposición directa a radionúclidos
cosmogénicos (10Be), llegamos a las siguientes
conclusiones:
1. La Falla del Purgatorio es una falla inversa de 60
km de longitud, orientada NW-SE a W-E,
principalmente subvertical en la superficie pero que
probablemente se sumerge hacia el este en
profundidad y en su extremo oriental donde se
conecta con el sistema de fallas del Incapuquio.
2. Evidencia geomórfica como una cara libre,
escarpas acumuladas y múltiples compensaciones
de características geomórficas recientes (barrancos,
canales de ríos y crestas topográficas) indican que la
falla estuvo activa en el pasado reciente (miles de
años) y puede haber desencadenado terremotos
históricos.
3. Las edades de exposición a radionúclidos
cosmogénicos obtenidas a lo largo de un perfil
vertical datan formalmente la exhumación a lo largo
de la escarpa de la falla entre 0 y ~6 ka dependiendo
del modelo de herencia que se aplique. Combinando
nuestro escenario preferido de exposición con la
evidencia geomórfica, proponemos una
interpretación
de al menos dos eventos de ruptura, cada uno con
~3 y ~2 m de desplazamiento vertical, que pueden
haber ocurrido durante los últimos mil años. Basado
en la longitud de la falla, tales rupturas pueden haber
causado un evento sísmico de >Mw 7[Leonard,
2010]. Sin embargo, dada la resolución del método,
no puede excluirse una secuencia alternativa de
múltiples eventos menores.
4. La duración limitada de las compensaciones
acumuladas a largo plazo registradas sugiere que la
falla del Purgatorio es una estructura neotectónica.
Sugerimos que fue activo sólo en el Cuaternario o
aún más tarde.