Armonización con sonidos Fayna Saavedra©

ARMONIZACIÓN CON SONIDOS,

VIBRACIONES SALUDABLES DE LOS
CUENCOS TIBETANOS

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ÍNDICE:
ANÁLISIS DE VOZ ................................................................................................................. 13
CUENCOS TIBETANOS........................................................................................................... 3
EL PODER DE LA INTENCIÓN .............................................................................................. 10
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 2
LA CAMPANA TIBETANA ...................................................................................................... 10
LA INFLUENCIA DE LAS VOCALES ..................................................................................... 13
LAS NOTAS MUSICALES Y SUS APLICACIONES TERAPÉUTICAS................................... 12
ORIGEN E HISTORIA DE LA TERAPIA CON CUENCOS TIBETANOS .................................. 8
PRINCIPIO DE SINCRONIZACIÓN ......................................................................................... 4
TÉCNICAS.............................................................................................................................. 11
TU FRECUENCIA ..................................................................................................................... 9

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INTRODUCCIÓN:
El universo está compuesto por átomos. Lo más maravilloso e increíble del átomo es el
hecho de que algo tan sólido y aparentemente estático como lo es una roca, esté formado
por partículas en continua vibración. Según como se combinen entre si, producirán distintos
tipos de energía vibrante, que se organiza en ritmos y ciclos.

Estamos inmersos en un mundo de energías que se manifiestan ante nosotros de distintas

maneras, esa energía emite diferentes vibraciones. Nuestros receptores pueden decodificar
algunas de esas vibraciones en colores, sonidos, gustos, calor, frío, aromas... y hay otras
que nos atraviesan de todas formas, influyéndonos.

Desde tiempos remotos, la humanidad trató de explicar el orden armónico del universo.
Observó cómo todo se da en ritmos y ciclos, que se repiten en un orden consecutivo y
dinámico, ciclos que involucran el funcionamiento de cada partícula del cosmos.

En el ser humano observamos el ritmo cardíaco, el de la respiración, el digestivo, el del

sueño y la vigilia; o en sentido más amplio: las etapas del nacimiento, crecimiento, madurez,
vejez y muerte. Las divisiones que el ser humano dio al tiempo, desde el segundo, minuto,
hora, día, semana, mes, año, siglo... Las estaciones, etc.

La humanidad observó en la naturaleza, en el crecimiento de las plantas, en el movimiento

de los astros, que se daban estos ciclos, y los llamó de “proporción áurea”.

Se llegó a la conclusión de que somos todos similares, aunque también somos individuos.
Somos proporcionados en nuestras medidas y formas, y esa relación armónica tiene que ver
con nuestra vida.

Después, desde cada disciplina sistemática se dio una explicación y comprobación de la

proporción áurea. En matemáticas, Fibonacci explicó el crecimiento de la naturaleza en
relación armónica a través de la siguiente secuencia numérica: 1-1-2-3-5-8-13-21-... cada
número de la serie es la suma de los dos anteriores.

Desde la geometría se explicó con el “rectángulo mágico”, desde donde nace la forma
perfecta de la elipse.

En arquitectura, los griegos construyeron todos sus edificios y monumentos tomando en

cuenta estas proporciones, ya que basaban su filosofía en la armonía del ser humano con
todo su entorno. Pitágoras creó la escala musical teniendo en cuenta esta proporción áurea,
por lo que se explica cómo es que el sonido y el fenómeno musical influyen en el ser humano
y son ampliamente terapéuticos.

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La mayoría de las personas no se dan cuenta de que cuando escuchan un instrumento (o

canción) tocando/cantando una nota, hay en realidad varias que componen el sonido, que se
llaman armónicos. Lo interesante es que cada uno de estos armónicos son múltiplos
matemáticos de la frecuencia raíz. Esta misma estructura matemática se encuentra en la
distancia entre planetas, en el peso de cada vértebra, en la química, y en el campo etérico
que rodea el cuerpo.

A través de estas correspondencias empezamos a ver el “campo unificado”, donde todos

estamos conectados entre sí, con la naturaleza y con todos los aspectos del universo.
Siempre estamos conectados con este campo unificado. El objetivo es llegar a ser más
conscientes de esta conexión.

CUENCOS TIBETANOS
Son unos cuencos metálicos que están realizados artesanalmente (o no) en una aleación de
varios metales, y tienen una forma y un temple que les permite sonar al ser frotados con una
baqueta de madera. Producen una gama de sonidos armónicos o sobretonos (sonido
fundamental del cual se desprenden otros más agudos) que tienen una sonoridad que
perdura por largo tiempo expandiéndose por todo el ambiente, cambiando la vibración de su
entorno.

Todo lo vivo genera movimiento, todo movimiento una vibración, y toda vibración genera un
sonido. Nuestros oídos tienen un rango limitado de frecuencias audibles, pero hay un rango
amplio de vibraciones que están en el medio ambiente y que influyen sobre los cuerpos
físicos, desde una piedra hasta los seres vivos.

Vivimos en un mundo de sonidos, sonidos que se oyen (que somos capaces de oir) y otros
que no, sonidos musicales y caóticos, familiares y extraños, agradables e inquietantes, que
destrozan y que curan. El sonido se genera como un movimiento vibratorio de partículas y de
objetos. Las vibraciones que produce el sonido representan una energía que se encuentra en
toda la naturaleza, no sólo en nuestro mundo (planeta), sino mucho más allá, en las regiones
de los satélites, las estrellas y el universo.

Si tomamos al cuerpo humano desde cada célula, tejido, órgano, hueso, y la cantidad de
líquido que lo conforma, y si sabemos que todo ello es vibración constante, cuando todo vibra
en armonía podemos compararlo musicalmente con una sinfonía. Algo que suena agradable,
que está compuesto por estructuras distintas, con tiempos distintos, pero que son parte de un
todo (y suena bien :D), pero este estado de armonía no es estático, sino totalmente dinámico
e influenciable por el mundo interno (emociones, pensamientos, salud física) y externo (las
vibraciones del resto que lo rodea).

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El concepto del sonido como medio capaz de transformar el espíritu humano a un estado
diferente de conciencia es tan antiguo como la propia humanidad. El cuerpo produce muchos
sonidos: el latido del corazón, la circulación, la digestión... Cada órgano de nuestro cuerpo
tiene una función específica, por lo que su movimiento también lo es, así que emite una
frecuencia vibracional específica, un sonido.

Objetos exteriores al cuerpo también producen sonidos, ya sea por si solos o cuando los
utiliza un ser vivo. Cada uno de los sonidos tiene un efecto específico, que puede poner la
carne de gallina o simplemente producir un sentimiento placentero, hacer aparecer
sentimientos y también imágenes.

Los armónicos aparecen cada vez que se produce un sonido, éstos tienen efectos altamente
beneficiosos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro campo energético. Aunque no podamos
escuchar frecuencias que están fuera de nuestro campo auditivo, ni podamos producir
sonidos o frecuencias que estén fuera de nuestra capacidad, mediante los armónicos
podemos resonar con ellas.

La terapia del sonido se fundamenta en el principio de resonancia en simpatía, o solidaria.

Resonancia es el índice vibratorio de un objeto, y la resonancia solidaria o en simpatía se
produce cuando un objeto vibrante provoca una vibración acompasada en otro objeto; dicho
de otra forma, el índice de vibración de un objeto se iguala al índice de vibración de otro. Así
algunas cantantes de ópera son capaces de romper objetos de cristal con sus voces. La
materia está organizada en forma de ondas y frecuencias. Cuando tenemos dos violines que
están afinados en la misma nota, y tocamos una cuerda de uno de ellos, esa cuerda que
suena produce un campo de vibración que hará que esa misma cuerda empiece a vibrar en
el otro violín, produciendo el mismo sonido. A ésto se le llama resonancia y es un proceso
natural. El principio de resonancia es un principio que afecta a todo, si estamos en contacto
con gente llena de vida, expresando felicidad, el campo de energía de su felicidad traerá
nuestra propia felicidad a flote, por lo que resonaremos juntos. Esto es así tanto en lo positivo
como en lo negativo.

PRINCIPIO DE SINCRONIZACIÓN
Este principio hace referencia al hecho de que dos cuerpos que están vibrando (se incluyen
todos los cuerpos vivos u objetos compuestos en su esencia de partículas en constante
vibración) con el tiempo terminarán ajustando su vibración, como dos mujeres viviendo
juntas, que terminan sincronizando sus ciclos menstruales, o dos péndulos con diferente
ritmo y velocidad, que terminan sincronizando su movimiento, etc.

Ya se ha demostrado que cada parte del cuerpo y sus campos están vibrando. Es entonces
lógico que cada parte del cuerpo, ya se trate de un órgano o de un chakra, tenga una

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frecuencia (índice de vibración) óptima, sana. Cuando estamos enfermos, se debe a que
alguna parte de nosotros no está vibrando en armonía consigo misma, con las demás partes
o con el entorno. Esta disonancia o enfermedad puede sanarse con sonido y voluntad
(intención).

El sonido de los cuencos tibetanos está en concordancia con la proporción áurea, están
“afinados” según la escala pitagórica. Su sonido y sus armónicos sirven para equilibrar los
planos físico, mental y emocional. Sus sonidos son puros, intensos, y guardan un misterio
particular capaz de transportar a quien los escucha, a una experiencia difícil de explicar con
palabras. Una experiencia para transitar y disfrutar con todo el cuerpo. Actúan despejando la
mente, destrabando bloqueos emocionales. Facilitan a la persona que los vivencia, encontrar
un estado de relajación profunda, poder desprenderse durante ese momento de los
problemas cotidianos, y con ayuda de ejercicios de respiración y con el sonido de los
cuencos, tener la oportunidad de conectar consigo mismo.

Los cuencos tibetanos tienen un inconfundible efecto sobre las personas. Al dirigir el sonido
correcto hacia nosotros mismos, podremos regresar a una vibración óptima sana.

Algunos de los modos en que el sonido puede ayudar a la sanación son:

 Estímulo de la actividad de las ondas alfa o meditación profunda.

 Alivio del estrés y la ansiedad.
 Mejora de la concentración.
 Mejora de la creatividad.
 Equilibrio de los emisferios cerebrales.
 Mejora de la visión (física, mental y espiritual).
 Restablecimiento del equilibrio del sistema endocrino mediante la vibración de la
Hipófisis y de la Pituitaria.
 Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza.
 Aumento de la energía por medio de la estimulación del líquido cefaloraquídeo.
 Equilibrio y limpieza de los chakras y del aura (y de los órganos y glándulas
correspondientes).
 Fácil acceso a la intuición y a la conciencia superiores.
 Limpieza del entorno.
 Rápido logro de una relajación profunda.
 Suave masaje y armonización celular.

La terapia con cuencos tibetanos es un masaje sonoro realizado con estos instrumentos
metálicos, golpeándolos o frotándolos con una baqueta. Además del baño sonoro (escucha
del sonido de los cuencos) hay otra modalidad en el empleo de los cuencos, es el masaje
sonoro o masaje vibracional. Esta es una técnica de armonización natural que actúa sobre
los planos físico, emocional, mental y espiritual. Los tonos de los cuencos crean un balance
energético y sincronizan los hemisferios cerebrales, produciendo un centramiento. Los
sonidos y vibraciones tienen la propiedad de modificar las ondas cerebrales favoreciendo los
estados de relajación y meditación, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia,
haciéndonos más receptivos a la auto-sanación.

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Quien la recibe se tiende en una camilla, cierra los ojos, y sólo se concentra en el sonido que
produce el cuenco tibetano.

El masaje sonoro implica hacer sonar el cuenco muy cerca del cuerpo, o bien apoyarlo sobre
éste, para que llegue más, tanto el sonido como la vibración.

Ya han descubierto científicamente que mediante el sonido se puede conseguir la auto-

destrucción de células cancerosas y la curación de infinidad de enfermedades.

Partimos del principio científico de que todo lo que existe está en constante vibración, que
cada órgano, cada célula del cuerpo, vibra. Por otro lado, una emoción, un estado de ánimo,
un sentimiento o pensamiento implican también una vibración, y dejan una huella en el
cuerpo. Esta huella es la consecuencia de la reacción del cuerpo a esos estados
emocionales, liberando sustancias químicas, reaccionando de forma eléctrica, etc. De esta
forma, si ese estado emocional es negativo y no es liberado, no es sanado (disuelto), el
cuerpo lo guarda en forma de memorias de ese evento, siendo éstas también vibraciones
con una determinada frecuencia en su composición más básica.

Todas estas vibraciones que el cuerpo acumula a nivel físico por estados emocionales
negativos, por enfermedades, por sucesos traumáticos, etc., son vibraciones de baja
frecuencia disarmónicas con nuestro tono y vibración sanos. Los cuencos tibetanos a su vez
poseen vibraciones y ondas fuertes, armónicas y de alta frecuencia. Éstas, en “contacto” con
el cuerpo, hacen que éste recuerde y recupere su frecuencia y vibración natural a través de
los principios mencionados anteriormente.

Nuestra adaptación al medio hace que perdamos el contacto con nuestra esencia. El
desbloqueo de las zonas afectadas hace que la sabiduría acumulada en cada célula del
cuerpo se pueda expresar, y de esa forma se producen cambios positivos que nos permiten
de nuevo retomar el verdadero contacto con nuestras intenciones, metas y deseos,
asumiendo la responsabilidad de nuestros actos para alcanzarlos, sin que nos afecten las
memorias traumáticas de las experiencias anteriores no resueltas. Esta es la belleza del
sonido de los cuencos tibetanos, unos instrumentos que con tanta simplicidad nos permiten
redescubrir el placer de vivir de forma plena, consciente y responsable.

Los cuencos tibetanos son instrumentos de curación, relajación y meditación, ayudándonos a

establecer una vibración saludable en todo nuestro organismo, esto es a nivel físico, mental,
emocional y espiritual. Son un medio maravilloso para equilibrar los chakras y cambiar la
conciencia hacia un estado de paz, relajación y serenidad, elevando nuestra fecuencia
vibratoria. Producen sonidos armónicos, los cuales reducen nuestras tensiones y despiertan
la parte dormida de nuestro subconsciente. Los sonidos de los cuencos armonizan,
principalmente, el sistema nervioso y el cardíaco, elevando las defensas y predisponiendo a
estados profundamente introspectivos beneficiosos para la salud, reduciendo la segregación
de hormonas relacionadas con el estrés y elevando las endorfinas. Para quien practica
meditación, percibir estos sonidos es como escuchar el sonido de la propia mente,

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alcanzando un nivel más alto de desarrollo espiritual, favoreciendo todas nuestras funciones
cerebrales.

Las personas que han experimentado un masaje sónico con cuencos tibetanos perciben
ciertos cambios: mayor claridad mental, aumento de la creatividad, mayor concentración,
visión de futuro y una gran sensación de paz. Se está más centrado, más feliz, sereno,
equilibrado, en paz consigo mismo.

Los cuencos tibetanos nos ayudan a resonar con nuestra verdadera conciencia o yo superior,
y con ese sentimiento de paz y serenidad que todos llevamos dentro.

A nivel físico se utilizan para recargar nuestro sistema energético, aliviar el sufrimiento y el
dolor (emocional), para eliminar inflamaciones, estados de ansiedad, angustia, estrés,
depresión, tristeza, insomnio, hiperactividad.

Hacen que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis

(Homeostasis, homeóstasis u homeostasia es la tendencia de los organismos vivos y otros
sistemas a adaptarse a las nuevas condiciones y a mantener el equilibrio a pesar de los cambios.
Toda la organización y funcional de los seres tiende hacia un equilibrio espectral. Esta característica
de dinamismo, en la que todos los componentes están en constante cambio para mantener dentro de
unos márgenes el resultado del conjunto (frente a la visión clásica de un sistema inmóvil), hace que
algunos autores prefieran usar el término homeocinesis para nombrar este mismo concepto. );
calman la mente y con ello el cuerpo, y tienen efectos emocionales que influyen en los neuro-
transmisores y los neuro-péptidos (neuromoduladores o cotransmisores. Tienen función cerebral
tanto estimulante como inhibidora, produciendo bien sea analgesia, apetito, sueño, etcétera.), que a
su vez ayudarán a regular el sistema inmunitario, el sanador que llevamos dentro.

Tanto si nos relajamos para recibir una armonización, como si colocan sobre nuestro cuerpo
los cuencos, para hacerlos resonar sobre nosotros, el efecto es el mismo: relajación, placer,
elevación, armonía.

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ORIGEN E HISTORIA DE LA TERAPIA

CON CUENCOS TIBETANOS
Según el gran maestro bodhisattva tibetano Gwalwa Karmaza, los cuencos cantores del
Tíbet emiten el sonido del vacío, que es el sonido del universo manifestándose. Son el
símbolo de lo incognoscible (que no se puede conocer), y como aleación datan de la época
del budha histórico Shakyamuni (560 – 480 a.C.)

Tradicionalmente los cuencos tibetanos se utilizaban para la meditación y la sanación en los

monasterios budistas, así como para comer en ellos.

En los monasterios del Tíbet, el uso del cuenco era una práctica habitual para la consecución
de estados meditativos, equilibrio de los hemisferios cerebrales y de la propia polaridad. Los
monjes tibetanos conservaban de esta manera un equilibrio total entre el cuerpo físico y los
cuerpos sutiles. El sonido del cuenco les ayudaba a mantener la salud a nivel físico. Para
este fin practicaban el sonido gutural que llega hasta el nivel celular, haciendo que todas las
células recibieran el sonido único y personal realizado con el instrumento interno que son las
cuerdas vocales y que cada célula reconoce como vibración de bienestar, llevándolas a
sentirse en su día a día en perfecto equilibrio y armonía.

En un principio, al igual que se hacía con las campanas, los cuencos tibetanos se elaboraban
con las proporciones del Bronce Acústico: tres partes de cobre por una de estaño, sumadas
a pequeñas cantidades de otros metales como el plomo o la plata, que se añadían para
conseguir mayor resistencia a la pieza y una pátina más lustrosa. Sin embargo se generalizó
el uso de una aleación de siete metales, pues su sonido poseía más resonancia y riqueza
armónica que el simple bronce. Quizás sea este el dato que más nos haga suponer que lo
que aparentemente fueran unos simples cuencos de uso culinario, fueran construidos en
realidad para unos fines más elevados. Esta aleación tenía además una correspondencia con
los planetas del sistema solar que entonces se conocían:

 oro -----------> Sol

 plata ---------> Luna
 mercurio ----> Mercurio
 cobre --------> Venus
 hierro --------> Marte
 estaño ------> Júpiter
 plomo -------> Saturno

Se ha especulado mucho con el significado de esta correspondencia astrológica, incluso hay

alguna leyenda que asegura que el hierro utilizado provenía de meteoritos caídos en la

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meseta del Tíbet, pero apenas existen datos fiables capaces de explicar su antiguo uso
esotérico o espiritual.

También se dice que tienen relación, además de los 7 metales y 7 planetas, con 7 notas
musicales y 7 chakras principales. Que cada cuenco corresponde a una nota musical, pero
proyecta además cinco sonidos básicos y una serie de armónicos a veces inaudibles.

Actualmente es muy difícil encontrar cuencos elaborados de forma artesanal. Para su

realización los monjes artesanos disponían sobre una plancha la mezcla de los metales
fundidos formando un círculo, y a base de golpes precisos les iban dando forma; por este
motivo los auténticos cuencos del Tíbet y Nepal presentan ese aspecto rudimentario,
notándose los golpes y hendiduras.

Hoy en día se siguen mezclando metales para su elaboración, aunque suelen

combinarse sólo tres: cobre, bronce y hierro, y lógicamente ya no son los monjes
artesanos del Tíbet quienes los fabrican.

Hay cuencos de diferentes tamaños y grosores, cuanto más fina es su estructura más
intenso y rápido será hacerlo cantar, y su sonido dependerá de la resonancia personal.

Sin importar en qué cultura nos encontremos, podremos comprobar que la vibración, el
sonido, el ritmo o la música, están siempre presentes.

Algunos sonidos nos llevan a la paz profunda, otros nos conducen a estados mentales de
ensoñación o trance, y también hay sonidos para alegrarnos o entristecernos. ¿Cuál es el
motivo?, los seres humanos poseemos vibración, y por lo tanto tenemos la capacidad de
alterarnos a partir de la audición y percepción de otra vibración o sonido.

TU FRECUENCIA
Cada uno de nosotros tiene su propia raíz o frecuencia del alma. Cuando estamos en
contacto con esa frecuencia nos centramos, sentimos enraizados a la tierra y perfectamente
presentes. Sin embargo, con todos los ruidos que nos rodean (incluido el electromagnético),
fácilmente nos distraemos de nuestra propia frecuencia.

El uso de masajes vibracionales es capaz de ayudarnos a recuperar nuestra frecuencia. No

sólo tenemos una vibración esencial , ya que cada órgano, tejido, músculo, vértebras,
chakras y campo etérico tiene una frecuencia y resonancia también. Cuanto más tomes
conciencia de esta sinfonía dentro de ti, más fácil te puede resultar mantener un flujo
saludable musical dentro de tu sistema en su conjunto.

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LA CAMPANA TIBETANA
Comúnmente utilizada como objeto decorativo o como instrumento ritual y de sanación en el
barroco mundo esotérico, rara vez cuenta con el profundo nivel de significado que por siglos
ha tenido dentro del budismo tibetano.

La campana tibetana, instrumento sagrado, tiene una característica particular y es que

siempre va acompañada por su pareja, el dorje. Mientras que la campana representa el
elemento femenino o sabiduría, el dorje representa el masculino o compasión. Combinando
ambos elementos, femenino y masculino (sabiduría y compasión) se puede alcanzar la
iluminación.

El uso de la campana armoniza las energías yin y yang. Se utiliza para la oración y para
atraer las energias positivas durante las meditaciones. También es útil en prácticas de
concentración. Generalmente las campanas han de estar compuestas por los siete metales
sagrados, como los cuencos tibetanos. El efecto de la suave vibración de la campana es
percibido por todo el cuerpo, de lo cual deriva también su uso para las terapias realizadas
con los cuencos tibetanos. A la campana tibetana se la puede hacer cantar como a los
cuencos tibetanos con la baqueta de madera, emitiendo tonalidades energéticas que llenan
la estancia donde se encuentre.

La campana se toma firmemente con la mano izquierda y el dorje con la mano derecha, de
esta manera se representa la unión inseparable del método y la sabiduría, muy importante
para conseguir la iluminación en el budismo.

La fabricación de las campanas tibetanas es artesanal y son fundidas individualmente. Los

moldes de las campanas externos e internos son realizados con una excepcional técnica de
vaciado de arena. En la base y en la parte superior del mango de la campana tibetana casi
siempre se recrean tres collares de perlas que representan las seis actitudes de largo
alcance como: paciencia, generosidad, moralidad, entusiasmo-perseverancia, concentración
y sabiduría... En las campanas tibetanas encontraremos una gran variedad de símbolos
budistas como los pétalos de loto que representan a los ocho discípulos de Buda y las ochos
silabas del mantra que simbolizan a las ocho consortes.

EL PODER DE LA INTENCIÓN
Como muestra el Dr. Emoto en sus investigaciones, si concentras el amor en el agua, creará
un hermoso patrón geométrico cristalino cuando ésta se congela. Si te centras en cualquier
negatividad (como el odio) el agua formará un patrón discordante, caótico. A través de
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estudios científicos el Dr. Emoto ha demostrado que la intención no sólo afecta a uno mismo
sino que también afecta a los demás. La física cuántica ha demostrado también este mismo
concepto, en pocas palabras, la forma en que percibimos algo afecta a su forma!.

Ahora se sabe que la intención es llevada a través de las ondas de sonido hacia otras
personas. De hecho, si grabas música con una intención específica, ésta será transmitida
cuando se reproduce, como describía la película “Como agua para chocolate” con las
lágrimas de quien cocinaba, que transmitían su tristeza a los que ingerían la comida.

TÉCNICAS
Todos los instrumentos acústicos poseen una amplia gama de armónicos que por naturaleza
dan masaje al campo áurico. El instrumento más poderoso de todos es la voz. Usando tu
intención, y simplemente confiando en que el “espíritu” producirá el sonido apropiado para
esa sanación, tienen lugar con frecuencia curaciones sorprendentes. Otra técnica más
común consiste en enseñar a la gente a resonar su cuerpo con su propia voz. Cantar y
entonar son técnicas para hacer vibrar las diferentes áreas del cuerpo a través del canto.
Esto no sólo proporciona un conocimiento más profundo de cómo el sonido resuena de una
forma natural en todo el cuerpo, sino que también es mucho más barato :D

Los cuencos de cristal de cuarzo ayudan a llegar a una liberación y un reposo profundos, y
tienen un efecto de arrastre en el cerebro en diferentes estados de ondas (alfa, theta y delta).
Cuencos tibetanos, didjeridu, gongs, tamburas, monocordio... hay un sinfín de instrumentos
que se pueden utilizar.

Los tambores no sólo ayudan con las habilidades motoras básicas, ahora se utilizan en el
mundo corporativo para liberar estrés y crear conciencia de equipo. En una experiencia
chamánica llevan a la gente a estados alterados de conciencia (flipe total).

La musicoterapia se ha utilizado durante años para ayudar a relajar y poner en un mejor

estado de ánimo.

Se ha demostrado que cuando alguien libera la tensión y se relaja, su sistema inmunológico

se beneficia. Hay numerosas clínicas en el mundo que están utilizando la investigación del
Dr. Tomatis para estimular el cerebro y el sistema nervioso (El Dr. Tomatis ha demostrado
que modificando las facultades auditivas de un sujeto se obtenían transformaciones en el
comportamiento y el lenguaje).

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LAS NOTAS MUSICALES Y SUS

APLICACIONES TERAPÉUTICAS
Para mejorar el funcionamiento de una parte determinada del cuerpo, cantar o mantrear en la
nota correspondiente, y exponerse a música y sonidos basados en dicha nota.

DO: sentido del olfato, huesos, músculos de la parte baja de la espalda, nervio ciático,
caderas, nalgas, bajo vientre, piernas, tobillos, pies, próstata, hemoglobina. Corrige la
pérdida de egocentricidad, mala circulación, anemia por falta de hierro y otros desórdenes de
la sangre, parálisis, hinchazón de tobillos y pies fríos, lumbago, articulaciones anquilosadas,
estreñimiento o diarrea, dificultades urinarias y melancolía. Se refleja sobre el colon, el
cuello, las rodillas y la nariz.

RE: sentido del gusto, líquidos corporales, riñones y vejiga, sistema linfático, sistema
reproductor, depósitos de grasa, piel, une las energías físicas y mentales. Trata el asma,
bronquitis, gota, cálculos biliares, obesidad, apatía y letargo. Estimula la purificación y
eliminación de toxinas y venenos. Se refleja sobre los pechos, órganos reproductores,
perineo, pies y lengua.

MI: sentido de la vista, nervios y energías musculares, hígado e intestinos, plexo solar, bazo,
riñones. Estimula la actividad intelectual, la renovación celular. Trata el estreñimiento,
indigestión, flatulencia, desórdenes hepáticos y gastrointestinales, tos, dolores de cabeza,
problemas de la piel, aburrimiento, pereza. Se refleja sobre cabeza, ojos, plexo solar, región
umbilical y muslos.

FA: sentido del tacto, corazón y pulmones, hombros, brazos, manos, pituitaria y otras
glándulas hormonales, sistema inmunológico, procesos automáticos como la sudoración. Es
un antiséptico natural y un tranquilizador emocional. Para las fiebres del heno, alergias y
catarros, traumas y conmociones, cólicos, agotamiento, úlceras, insomnio, irritabilidad,
presión sanguínea alta, dolores de espalda, piel seca. Se refleja sobre los riñones y
glándulas suprarrenales, hombros, pecho, colon y pantorrillas.

SOL: sentido del oído, cuello y garganta, sangre y circulación, columna vertebral y sistema
nervioso, metabolismo y control de la temperatura, oídos, sistema inmunológico, renovación
de tejidos. Estimula la extraversión, trata la laringitis, anginas e infecciones de garganta,
dolores de cabeza, problemas oculares, desórdenes y picores cutáneos, vómitos, espasmos
musculares, dolores menstruales, fiebres, centra la atención y tranquiliza. Se refleja sobre el
sistema reproductor, la saliva y el pelo.

LA: Intuición, todos los sentidos, respuestas musculares, control y coordinación, dolor y
control del dolor, desórdenes de la sangre. Para todas las enfermedades nerviosas,
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convulsiones, obsesiones, desequilibrios, hemorragias, dificultades respiratorias,

hinchazones y parálisis, herpes zóster. Tiene efectos sedantes. Se refleja sobre el hueso
sacro.

SI: equilibrio en la sangre y en los líquidos de potasio y sodio, calcio, fósforo, hierro, yodo y
otros minerales. Estimula el bazo y ayuda en la meditación. Para la neuralgia, retortijones y
dolores inflamatorios, desequilibrio glandular, deficiencias inmunológicas, problemas de
asimilación vitamínica, bocio, desórdenes nerviosos, devuelve el amor propio y se refleja
sobre todo el cuerpo.

LA INFLUENCIA DE LAS VOCALES

A: sonido sereno, actúa en la parte superior de la garganta, pulmones y todo el cráneo.
Despierta los chakras pulmonares, que nos dan el poder de recordar vidas pasadas

E: sonido grave, tonifica la glándula tiroides. Despierta el “oído oculto”.

I: sonido alegre, reconforta y aporta paz a nuestro cuerpo físico y espiritual. Despierta la
clarividencia. Situada en la glándula pituitaria.

U: penetra más profundamente en tórax y vientre. Despierta el centro telepático, situado

sobre el ombligo.

O: este sonido va hasta el fondo del abdomen. Despierta la intuición. Es bueno acabar con él
cualquier secuencia de canto, repitiéndolo tres veces.

M y S también se consideran vocales.

El Dr. Krumm Heller (coronel y dr. Que prestó su mayor atención al ocultismo, esoterismo,
espiritismo, teosofía, martinismo e iluminación espiritual. Máximo masón y arzobispo
supremo de la iglesia gnóstica) aconsejaba a sus discípulos una hora diaria de vocalización.
Decía que se debería vocalizar en el siguiente orden: I-E-O-U-A. Aconsejaba llevar el sonido
de cada vocal, desde la cabeza hasta los pies.

ANÁLISIS DE VOZ
Hay varios sistemas que utilizan el sonido de la voz para que nos de una idea de lo que está
pasando en el interior del cuerpo. A través de diversas investigaciones se sabe que las
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frecuencias de la voz son un mapa de la totalidad del bienestar físico, mental, emocional y
del cuerpo espiritual.

Según las características de la voz se pueden percibir posibles problemas, por ejemplo:

Voz apagada, tono descendente durante una frase u oración, tono de banda estrecha,
carente de los altibajos propios de la expresión. Puede reflejar agotamiento en todos los
niveles, físico, mental y emocional.

Voz triste, con frecuencia al borde de las lágrimas sin motivo aparente. Puede reflejar
desequilibrios relacionados con el sistema respiratorio, como infecciones nasales, de
garganta o pulmonares.

Voz airada, sin motivo aparente. Desórdenes hepáticos, de la vesícula y del bazo.

Voz temerosa y angustiada, temblorosa e indecisa. Problemas de vejiga y de orina.

Timbre pastoso, voz somnolienta, lenta. Jaquecas, náuseas.

Inflexiones cantarinas exageradas. Preocupaciones por el pasado, fantasías o

sentimientos de superioridad.

Voz bloqueada o estrangulada. Humillación en el trabajo, pérdida del amor propio o silencio
forzado por los demás.

Pérdida temporal de la voz. Conmoción, pérdida de un ser querido, trauma sexual,

sensación de cautiverio emocional.

Voz forzada, en tensión, con habla rápida y a saltos, consonantes “explosivas”, con
demasiado énfasis. Síntomas de desórdenes circulatorios, hipertensión, hiperactividad.

Estamos comenzando a recuperar nuestro poder y ser capaces de curarnos a nosotros

mismos. No lo olvides ;)

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