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sagital y con antecedente de migraña basilar, presentaba una cos. Un hecho especialmente interesante es que una visión in-
RM normal. clinada similar podía también provocarse por enfriamiento ce-
Malis et al [36] describieron 23 casos de visión inclinada o rebral a través de la herida craneal.
invertida, de los cuales 17 estaban asociados a trastornos vesti- En lo que sigue trataremos de los trabajos de Justo Gonzalo
bulares periféricos, uno de ellos con inclinación en el plano [51-53], quien estudió con detalle a varios pacientes con visión
sagital; otro caso de visión invertida se asociaba a lesiones inclinada o casi invertida desde los puntos de vista neurofisioló-
isquémicas en el tronco cerebral, tálamo izquierdo y lóbulo oc- gico y neuropsicológico. Gonzalo estudió unos cien pacientes
cipital derecho, demostradas por RM, y otro caso más se debía seleccionados con heridas cerebrales procedentes de la Guerra
a una posible isquemia transitoria. Quedaba sin explicación la Civil española (1936-1939). Veinticinco de ellos presentaban
visión invertida de los cuatro casos restantes. manifestación crónica de visión inclinada o casi invertida en
Otros casos recientes de variada etiología son: un caso de condiciones de estimulación (p. ej., iluminación) mínima: 13
inclinación de 90º de la imagen visual en relación con una neu- casos entre 2-12º, seis entre 12-30º y otros seis entre 30-170º,
ritis del VIII par craneal [21]; dos casos de visión inclinada en en el plano frontal, y algunos pocos también con pequeña incli-
relación con lesiones vestibulares nucleares [37]; un caso de nación en el plano sagital. Doce de ellos con herida cerebral en
visión invertida en paciente con una antigua lesión protuberan- la zona parietooccipital del córtex y especiales rasgos distinti-
cial, en el que el electroencefalograma realizado durante el epi- vos permitieron caracterizar lo que el propio autor denominó
sodio de la inversión no presentaba anomalías en superficie síndrome ‘central’ y proponer una interpretación dinámica de
[38]; un caso de visión inclinada 45º en sentido horario, asocia- ciertos problemas de localizaciones cerebrales. Esto permitió al
do a una lesión en el tálamo posterior izquierdo [39]; un caso de autor explicar los casos de primera mano y otros descritos en la
visión invertida en relación con síndrome de Susac, en el que se bibliografía, y proponer también una interpretación alternativa
sugerían anomalías multifocales o mecanismos de migraña del tan discutido caso Schn descrito por Goldstein et al [54]. Al
[40]; un caso de visión invertida al inicio de ataques epilépticos, presentar también el síndrome central, inversión de la percep-
asociado a una displasia detectada por RM en el córtex parieto- ción táctil y auditiva en casos agudos, el problema de la direc-
occipital izquierdo [41], y finalmente, un caso de visión inclina- ción se abordó de una manera general.
da 22,6º en sentido horario, que presentaba simultáneamente Los detalles acerca de los datos, métodos e interpretación de
alestesia visual (véase más adelante), en relación con una he- resultados se describen extensamente en su libro de dos volúme-
morragia intracraneal en las regiones parietal y parietotemporal nes [51] y de forma resumida en tras dos publicaciones [52, 53].
izquierdas [42]. En este último caso es interesante destacar que Gonzalo desarrolló un modelo funcional de algunos aspectos de
la imagen percibida era débil, sin color y reducida un 20% en el dinámica cerebral, fundamentado en leyes fisiológicas de la ex-
tamaño horizontal. citabilidad nerviosa, expuesto primero pacialmente [51] y más
Algunos autores proponen que la región involucrada en el desarrollado con posterioridad [52,53,55-57]. La repercusión in-
proceso de visión invertida es la zona parietooccipital [41], in- mediata de esta investigación [49,58,59] derivó más tarde hacia
cluso en algunos casos de lesiones en el tronco cerebral que el desarrollo de modelos del procesamiento cerebral [60-65]. Re-
podrían conllevar lesiones en el área parietooccipital [34]. Tam- cientemente han aparecido algunas notas históricas [66,67].
bién se propone una disfunción del córtex vestibular parietoin- A continuación se exponen brevemente algunos fenómenos
sular (multisensorial), o de sus aferencias o de sus áreas cortica- que caracterizan el síndrome central y su interpretación a partir
les de asociación [21,35], o bien un defecto de la integración del modelo funcional que se propuso. En la discusión se esta-
visuoespacial [25,29,42]. En este contexto son de especial inte- blece una comparación con los casos de visión inclinada o in-
rés ciertos estudios [43-45]. vertida descritos en la bibliografía, y en el apartado de conclu-
Los fenómenos anteriormente referidos de inversión visual siones se destacan aspectos relevantes.
deben en principio distinguirse de lo que se denomina aloquiria
o alestesia visual, aunque no se excluye una conexión entre ellos.
En la aloquiria o alestesia visual, objetos situados en un lado del SÍNDROME CENTRAL: FENÓMENOS DINÁMICOS
campo visual se perciben en el campo visual contralateral, es Gonzalo [51-53] denominó síndrome central del córtex al con-
decir, es un tipo de inversión izquierda-derecha y en general del junto de fenómenos sensoriales asociados a una lesión unilate-
lado sano al lado afectado, ocasionado normalmente por una ral en el córtex parietooccipital, equidistante de las áreas de pro-
lesión cerebral derecha (aunque no siempre). Por ejemplo, algu- yección visual, táctil y auditiva (área ‘central’). En la figura 1 se
nos casos recientes de aloquiria presentaban una lesión en el muestran, como ejemplo, seis casos con síndrome central [53].
lóbulo occipital derecho [46], zona temporooccipitoparietal de- El caso más agudo (M) presentaba casi inversión visual, y otro
recha [47], frontoparietal derecha [48], y parietal y parietotem- caso (T), con herida en la misma zona que M pero de magnitud
poral izquierdas [42]. Este último caso presentaba simultánea- menor y con anomalías menos intensas, se comparaba con M en
mente inclinación de la visión, como ya se ha comentado. las exploraciones. En el caso M, la zona cerebral destruida por
Existe un comentario de Critchley relativo a la visión inver- el paso del proyectil (con orificios de entrada y salida en la con-
tida [49], en el que se cita a Wilder, Hoff, Gonzalo, Penta y vexidad izquierda parietooccipital) correspondía a la zona me-
Klopp. Los trabajos de estos autores, excepto los de Hoff y Gon- dia del área 19 de la nomenclatura de Brodmann, parte anterior
zalo, también se citan en la revisión de Solms et al [1] (donde se del área 18 y la más posterior del área 39. En el caso T, el lugar
hace referencia al comentario de Critchley). Sin embargo, los de la lesión cerebral correspondía sólo al centro del recorrido
trabajos no citados son también relevantes. pero el acceso a del proyectil del caso M, con contusión cortical por hundimien-
ellos puede ser difícil. Hoff [50] describió el caso de un pacien- to óseo, como se demostró por datos neuroquirúrgicos.
te con una herida cerebral en la zona parietooccipital, que pre- El síndrome central se caracteriza por una repercusión poli-
sentaba visión inclinada de unos 30º durante ataques epilépti- sensorial y bilateral simétrica de la afección, una disgregación o
Interpretación y modelo
A partir de muchos casos de primera mano y otros descritos en
la bibliografía, los diversos síndromes se ordenaron según la
posición de la lesión (central, paracentral y marginal) y de su
magnitud. La completa gradación encontrada entre el síndrome
central –en el que la masa neuronal perdida tiene una actividad
fisiológica más bien inespecífica– y un síndrome marginal ori-
ginado por una lesión en el área de proyección donde hay una
destrucción de las vías nerviosas, condujo a la definición de dos
tipos de funciones continuas a través del córtex –denominadas
‘gradientes cerebrales’ [53]–, como se muestra esquemática-
mente en la figura 8. Un tipo comprende las densidades de fun- Figura 7. Dirección percibida por el paciente M, ojo derecho, de la misma
flecha prueba que en la figura 4, en función del esfuerzo muscular (kilo-
ciones sensoriales específicas, de carácter contralateral, con va- gramos sostenidos en las manos).
lor máximo en la respectiva área de proyección y decreciendo
gradualmente hacia áreas más ‘centrales’ y aún más allá, de for-
ma que la disminución final de la densidad de función visual,
por ejemplo, debe alcanzar el área táctil, así como otras áreas.
Para que la función visual sea normal, no basta con la acción de
la zona de mayor densidad, sino que toda la gradación de densi-
dad a través del córtex debe estar involucrada. Este tipo de fun-
ción toma en cuenta y conjuga los factores de posición y magni-
tud de la lesión, ya que cuanto más ‘central’ es la lesión, mayor
debe ser su magnitud para originar la misma intensidad en una
determinada anomalía. El otro tipo de función es de carácter
inespecífico, alcanza el máximo en la región ‘central’ (donde
solapan los decrecimientos de las funciones específicas antes
mencionadas) y tiende a anularse hacia las áreas de proyección.
Representa el efecto polisensorial en las anomalías y la bilatera-
lidad o efecto interhemisférico por acción del cuerpo calloso.
Estas funciones son una mera abstracción de los hechos obser-
vados, que dan cuenta de la continuidad funcional y heteroge-
neidad fisiológica del córtex y permiten ordenar e interpretar
los diferentes síndromes.
La inversión espacial se consideró como un hecho general y
esencial en el problema de la organización sensorial. Este pro-
blema se abordó generalizando el concepto de ‘campo’ sensorial
a todos los sistemas sensoriales de naturaleza espacial y propo-
niendo un desarrollo en espiral de los campos sensoriales [51-
53]. Una señal sensorial en un área de proyección es sólo un
esbozo invertido y constreñido que debe elaborarse (magnificar-
se, reinvertirse…) por medio de un proceso de integración a tra- Figura 8. Abajo: campos visuales y sensibilidad táctil de casos ordenados
vés de toda la región del córtex donde se extiende la densidad de según la posición y magnitud de la lesión. El grado del defecto es mayor
función específica correspondiente, incluyendo en particular la en las regiones más oscuras. Arriba: esquema de gradaciones funciona-
les específicas (visual y táctil) y gradación funcional inespecífica que re-
zona ‘central’. La magnificación se debería al aumento de masa presenta el efecto polisensorial y bilateral (adaptado de la figura 5 de [55],
cerebral reclutada, y la reinversión, a un efecto de plasticidad ce- con permiso de The MIT Press).
rebral, siguiendo un crecimiento en espiral similar al de la figura
3. En el sistema visual, la reinversión y bilateralización tendrían
lugar en las áreas secundarias 18 y 19 (terminología de Brod- nerviosa que conduciría a un déficit de integración a través del
mann), donde la representación sensorial está ya reinvertida. Un córtex, determinado por la magnitud de la lesión (masa neuro-
resultado notable es, por ejemplo, la significativa participación nal perdida). Este déficit da lugar, según las experiencias reali-
del córtex ‘extravisual’ en el ‘mantenimiento’ del campo visual. zadas, a la disgregación o descomposición de la percepción nor-
Cuando hay una lesión en la zona ‘central’, más bien ines- mal en sus diversas componentes y cualidades, de tal forma que
pecífica, la principal consecuencia es un déficit de excitabilidad las cualidades más complejas, que requieren mayor excitabili-
dad nerviosa, se pierden o se ‘retrasan’ en mayor grado que las ción era crónica, y la inversión o inclinación percibida podía
más simples (que requieren menor excitación). Sensaciones con- provocarse en condiciones de estimulación umbral y estado
sideradas usualmente como elementales pueden pues descom- inactivo. En estos casos había una degradación de la percepción
ponerse en varias funciones, siendo una de ellas la función junto con la inclinación: disminución de tamaño y pérdida de
dirección. Ya en el sujeto normal, hay diferencias muy pequeñas forma y colores, como ya se ha expuesto. En este sentido, el
en la excitación de diferentes cualidades (en los colores, por caso reciente antes mencionado [42] muestra rasgos parecidos.
ejemplo) y esas diferencias crecen considerablemente en el sín- Sería interesante saber si en algunos de los casos referidos en la
drome central. bibliografía podría darse un comportamiento similar al descrito
El sistema cerebral resultante de una lesión ‘central’, una vez en el síndrome central, bajo exploraciones similares a las reali-
que se alcanza el nuevo equilibrio dinámico, se consideró una zadas en dicho síndrome. Gonzalo describió también casos de
reducción a escala del sistema cerebral normal, puesto que la visión invertida o inclinada transitoria, principalmente durante
depresión funcional que se origina mantiene, no obstante, la auras epilépticas, que eran más parecidos a los casos descritos
misma organización cerebral que en el caso normal. Esto puede en la bibliografía; sin embargo, en algunos de ellos se detectó
apreciarse en la reducción concéntrica del campo visual y su también una afección crónica como la ya explicada.
perfil de sensibilidad, manteniendo ambos aproximadamente la En casi todos los casos referidos en la bibliografía y los des-
misma forma que en el caso normal, pero con menor tamaño. critos con síndromes central o paracentral, la rotación de la ima-
También las curvas umbrales de excitabilidad y luminosidad, gen tenía lugar en el plano frontal. En uno de los casos de River
así como la de la agudeza visual, sólo sufren un descenso gene- et al [34] se especifica que el sentido era antihorario para el
ral de sus valores manteniendo la misma forma que en el caso campo visual izquierdo, como en los casos referidos en el apar-
normal [51-53]. Se aplicó entonces el concepto de similitud di- tado anterior. Cuatro casos [6,7,23,34] presentaban rotación en
námica, según el cual las partes o componentes de un sistema el plano sagital y alguno de ellos, además, rotación en el plano
dinámico varían de manera diferente ante un cambio del tamaño frontal, como en el caso T. En otros pocos casos [3,35], la ima-
del sistema. En particular, en el crecimiento biológico, los ta- gen aparecía rotada en el plano horizontal, originando inversión
maños de dos partes (digamos x e y) del sistema biológico se visual izquierda-derecha.
relacionan por una ley aproximadamente potencial, y = a xn, Como ya se ha expuesto, la facilitación intersensorial y la
siendo la potencia n distinta para diferentes partes (y1, y2…) del sumación temporal son mecanismos importantes en la mejora
sistema, que cambian por tanto de forma diferente, es decir, alo- de la percepción, evaluados cuantitativamente en el síndrome
métricamente. Gonzalo aplicó estas leyes de escala al creci- central. En particular, la facilitación por fuerte contracción mus-
miento sensorial (ligado éste a la masa neuronal y la excitación cular era especialmente eficiente. Hay también algunos casos en
nerviosa) y propuso una variación alométrica de las diversas la bibliografía en los que ciertos estímulos como cerrar los ojos,
cualidades sensoriales. Para el conjunto de casos explorados cambios en la posición del cuerpo, mover la mano, mirar una
con síndrome central de diferente magnitud se encontró que la llama o agarrar un objeto fijo, corregían y reinvertían la visión
agudeza visual (digamos y1) y la dirección visual percibida (di- [1,6,7,9,21,31,34].
gamos y2), por ejemplo, seguían aproximadamente leyes alomé- En cuanto al trastorno ortogonal en el síndrome central, en
tricas potenciales con respecto a la amplitud del campo visual el que objetos derechos e invertidos se perciben como iguales
(digamos x), cada una con un exponente diferente [56]. Estas sin notar diferencia alguna, un fenómeno relacionado con ello
leyes darían la diferente variación de cada cualidad o función parece ocurrir en el caso referido por Solms et al [1].
sensorial tanto en el crecimiento como en el decrecimiento sen- Según Gonzalo [51], el trastorno en la función dirección
sorial, describiendo así cuantitativamente la disgregación de las visual no es un síndrome autónomo, sino relacionado con el res-
cualidades sensoriales. to de las funciones visuales, y podría estar presente en casos con
En el síndrome central, el nivel sensorial puede crecer inten- lesiones cerebrales en diferentes lugares, siempre que exista al-
sificando el estímulo, por sumación temporal iterativa del estí- gún tipo de afección de las funciones visuales. Según los ‘gra-
mulo y por facilitación sensorial. El mejor ejemplo es el caso dientes cerebrales’, las densidades de funciones específicas se
extremo M, que podía aproximarse al nivel fisiológico y senso- extienden en gradación a través del córtex, por lo que no habría
rial del caso T por medio de una fuerte contracción muscular, una localización particular para tal afección. A este respecto,
siguiendo una ley de tipo de crecimiento biológico [57]. Para dicho autor destacaba sus observaciones de diferentes grados de
una intensidad muy alta del estímulo, la percepción puede ser visión inclinada en casos con lesiones en la zona parietooccipi-
casi normal. Las anomalías son pues muy relevantes sólo en el tal izquierda, o derecha, en el polo occipital y también lejos del
caso de intensidad muy baja del estímulo y estando el paciente área occipital (p. ej., zona parietotemporal muy anterior), mos-
libre de facilitación sensorial y sumación temporal. trando que la anomalía no ocurre sólo en el síndrome central,
sino también en la gran variedad de síndromes llamados para-
centrales. De hecho, los casos descritos en la bibliografía se
DISCUSIÓN asocian a lesiones cerebrales de diverso tipo.
En los casos referidos en la bibliografía, la experiencia de vi- Respecto a la inversión táctil y auditiva en el síndrome cen-
sión inclinada o invertida se describe generalmente como un tral (con leyes similares a las de la inversión visual), no se han
fenómeno transitorio y paroxístico sin pérdida de la forma y descrito, que se sepa, fenómenos análogos. Este tipo de inver-
tamaño del objeto percibido o de la escena visual, excepto en un sión táctil debe en principio considerarse diferente de la aloqui-
caso reciente de visión inclinada combinada con alestesia vi- ria táctil (alestesia táctil), descrita frecuentemente. Análoga-
sual, en el que la imagen percibida carecía de color y se había mente a la aloquiria o alestesia visual, este fenómeno consiste
reducido un 20% en la dirección horizontal [42]. En los casos en que la localización de un estímulo táctil es contralateral, en
estudiados de síndrome central o paracentral [51-53], la afec- general simétrica y desde el lado sano al afectado (p. ej. [68,69]).
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