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Historia del origen de los números

Desde los tiempos primitivos, el hombre ha sentido la necesidad de contar, ya fuera sus piezas de
caza, sus utensilios o el número de miembros de su tribu. En este sentido cabe tal vez interpretar
algunos vestigios antropológicos singulares, como las muescas ordenadas que aparecen incisas en
algunas paredes rocosas o en los útiles prehistóricos.

Sistemas de numeración de las primeras civilizaciones

Desde el Neolítico, los sistemas de cómputo y numeración se fueron complicando y enriqueciendo


progresivamente. Las grandes civilizaciones de la Antigüedad se distinguieron por un importante
desarrollo de la aritmética y la geometría, que desembocó en la creación de sistemas de
numeración sistemáticos. Así, por ejemplo:

 Los primeros signos numéricos egipcios conocidos datan de hace unos 7.000 años. Su
método se basaba en agrupar los elementos de diez en diez, y asignar a cada grupo de diez
un símbolo diferente.

 Los babilonios utilizaban, hacia el año 1700 a. C., un sistema de numeración de base 60,
enormemente complicado por la cantidad de numerales que consideraba.

 La civilización grecolatina utilizó las letras del alfabeto como signos numerales. Su sistema
de numeración contaba de diez en diez.

 En América, la cultura maya usaba desde el siglo IV d. C. un sistema de numeración de


base 20, en el que, por primera vez en la
historia, se utilizó la noción de número
cero.

 En la India, se desarrolló un sistema de


representación de números del que
deriva el actual, que fue transmitido a
Occidente a través de los árabes.

La numeración romana

El Imperio romano difundió en toda Europa, norte de África y Asia occidental su propio sistema de
numeración, que todavía se utiliza en algunos contextos especiales. Este sistema, de base decimal,
utiliza letras como símbolos de varias unidades elementales (I para 1;V para 5; X para 10; L para
50; C para 100; D para 500 y M para 1.000).

El sistema romano resultaba muy práctico para realizar sumas y restas, aunque no multiplicaciones
y divisiones. Por ello, aun cuando se conserva para indicar ciertas cantidades (por ejemplo, años),
desde el Renacimiento fue desplazado por el sistema indo-arábigo.

Símbolos indo-arábigos

La notación numérica usada universalmente en la actualidad procede de sistemas de numeración


hindúes ya existentes hacia el siglo VI d. C. Estos sistemas ofrecían respecto de los utilizados en
Europa dos ventajas sustanciales:
 El concepto del número 0, que, aunque probablemente fue importado de las culturas
mesopotámicas, se integró por primera vez en un sistema decimal junto con las otras
nueve cifras del sistema. (La noción del cero había sido también desarrollada en América
por la cultura maya.)

 La asignación de un valor posicional a cada cifra, de manera que un mismo guarismo tenía
un valor diferente según su posición global en la expresión de la cantidad numérica.

Este sistema fue adoptado por los árabes antes del siglo IX, y popularizado por los escritos de
Muhammad ibn Musa al-Khwarizmi (h. 780-h. 850), autor del primer manual de aritmética
inspirado en el sistema decimal posicional.

En el siglo XIII, las traducciones al latín de las obras de los matemáticos árabes hicieron posible que
los sabios escolásticos medievales conocieran los principios del sistema numeral posicional. No
obstante, fue el italiano Leonardo de Pisa quien, en su obra Liber abaci (1202), ofreció una
exposición de las cifras hindúes en la que
se sitúa el origen del sistema moderno
de numeración.

La grafía de los numerales tomados del


sistema de numeración indo-arábigo
experimentó ciertos cambios desde su
adopción en Europa en el siglo XII hasta
su expresión actual.

El lenguaje universal de los números

Con respecto al sistema romano, el indo-arábigo proporciona indudables ventajas en el plano


práctico y conceptual:

 Se crea a partir de una notación sencilla, basada en el uso de diez guarismos, entre los que
se incluye el cero, y conceptualmente rica, por la idea del valor posicional de los
numerales.

 Permite simplificar de forma muy notable las operaciones aritméticas de multiplicación y


división, sin complicar las de suma y resta.

 Resulta adecuado para los desarrollos de la matemática moderna.

Por todo ello, el sistema indo-arábigo se ha impuesto progresivamente en todas las culturas del
mundo, hasta el punto de que en la actualidad constituye un lenguaje escrito universal
comprendido por todos los seres humanos, que utiliza una misma grafía incluso en idiomas cuyos
alfabetos son diferentes (latino, cirílico, alfabetos orientales, etcétera).

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