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Ubi libertas, ibi patria: la doctrina


republicana del patriotismo

El significado originario de la expresión “patriotismo” no conduce


al nacionalismo sino al republicanismo. En un contexto de debates
sobre la ciudadanía, conviene volver a poner las cosas en su
sitio: diferenciar, en definitiva, el discurso nacionalista del
discurso patriótico.

Andrés rosler* nacionalismo xenófobo se fortalece día


tras día, creer que el patriotismo pueda
ser una solución al problema del nacio-
El patriotismo no suele tener nalismo parece ser equivalente a querer
buena prensa. Los cinéfilos recorda- apagar un incendio utilizando material
rán aquella escena de “Paths of combustible. Sin embargo, la recupera- 19
Glory” de Stanley Kubrick (1957) en ción del significado originario de la ex-
la que, en el contexto de la Primera presión “patriotismo” y de su obvia
Guerra Mundial, el General Mireau le referencia (“patria”) en el contexto de
dice al Coronel Dax (interpretado su hábitat natural, el republicanismo
magistralmente por Kirk Douglas) clásico, quizás contribuya a entender
que si bien el “patriotismo puede ser por qué en lugar de ser “el último refu-
anticuado… un patriota es un hombre gio de un canalla”, el patriotismo en-
honesto”. El Coronel Dax le responde tendido apropiadamente como una
que no todo el mundo está de teoría de la ciudadanía puede competir
acuerdo y cita a Samuel Johnson para de igual a igual contra el nacionalismo
quien el patriotismo era “el último e incluso superarlo, sin tener que apelar
refugio de un canalla [scoundrel]”. al cosmopolitismo.
La posición del Coronel Dax es más
que comprensible, ya que en nombre A LA BÚSQUEDA DEL REPUBLICANISMO
del patriotismo —y por lo tanto en PERDIDO EN QUINCE SEGUNDOS
nombre de la patria o peor aún del Todo discurso político cuenta con
Vaterland— se han cometido algunas una teoría acerca de cuáles deben ser
de las peores atrocidades conocidas —y por lo tanto acerca de cuáles no
por el ser humano. deben ser— las grandes ideas rectoras
En una época como la nuestra en la de la acción colectiva. En el caso del
cual —a juzgar por la llegada a la presi- republicanismo clásico, el valor polí-
dencia de Donald Trump en los EE.UU, tico fundamental es la libertad enten-
el Brexit y otras tendencias no menos dida como no dominación, la falta de
preocupantes en el resto de Europa— el interferencia arbitraria en la vida de
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los ciudadanos. Como explica Rous- En tercer lugar, la virtud cívica no


seau: “La libertad consiste menos en impide sino que estimula el debate
hacer nuestra voluntad que en no estar político. En efecto, para el republica-
sometido a la de otro; ella consiste nismo la política es fundamental-
además en no someter la voluntad de mente debate o conflicto ya que en
otro a la nuestra”.1 cuestiones públicas es necesario argu-
Un segundo ingrediente de la receta mentar in utramque partem como
republicana es la virtud cívica. En suele decir la tradición de la oratoria
efecto, si no fuera por ella, muchos republicana, es decir que se trata de
preferirían estar dominados con tal de disputas en la cuales ambas partes
tener un amo gentil o en todo caso cuentan con argumentos atendibles.
poco inteligente —o las dos cosas cier- De ahí que el caso central del des-
tamente—. Para el republicanismo clá- acuerdo político republicano no se
sico, sin embargo, la atrocidad moral deba a la inmoralidad o irracionalidad
de la dominación no proviene del de los involucrados, sino por el con-
hecho de que no existan amos gentiles trario a un conflicto genuino entre
y/o esclavos contentos, sino del simple agentes virtuosos acerca de qué deci-
hecho de que una persona esté ex- sión política hay que tomar. La exis-
20 puesta al arbitrio de otra. tencia del debate explica a su vez el
Por otro lado, la virtud cívica es in- cuarto ingrediente: el imperio de la
dispensable para el republicanismo ya ley. Dado que hay varios caminos a se-
que en una república la actividad po- guir que son objeto del debate y dado
lítica depende de la participación de que la unanimidad es muy difícil de
los ciudadanos. En realidad, habría que lograr siempre hace falta un sistema
decir que en una república los ciuda- institucional con la autoridad sufi-
danos no tienen un sistema político ciente para resolver el conflicto.
sino que son el sistema político. Es la
virtud cívica la que explica, por ejem-
plo, por qué ningún ciudadano y MEMBERS ONLY
menos aún un candidato presidencial Hasta aquí, si se me permite la expre-
de una república genuina busca la sión, somos todos peronistas —o en
ayuda de una potencia extranjera (y todo caso republicanos para evitar ma-
encima muy probablemente enemiga) lentendidos—: la libertad como no do-
para ganar una elección. minación así como la virtud cívica, el
debate y la ley parecen ser lo suficiente
atractivos como para lograr que nos
1 Jean-Jacques Rousseau, Cartas escritas desde
pongamos de acuerdo en que vale la
la montaña, VIII. Si se me permite incurrir en
pena alcanzarlos y promoverlos.
publicidad no convencional, sobre el republi-
Habría que ver sin embargo si el
canismo clásico y su siguiente y muy breve re-
acuerdo permanece una vez que deja-
construcción al lector le puede resultar útil
consultar Andrés Rosler, Razones públicas. Seis mos la discusión sobre la inclusión y
conceptos clave sobre el republicanismo, Bue- exclusión de valores y nos concentra-
nos Aires, Katz Editores, 2016. mos en la inclusión y exclusión de per-
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Ubi libertas, ibi patria: la doctrina republicana del patriotismo / ANDRÉS ROSLER

sonas. En efecto, existen dos grandes algunos como Simón Bolívar parecen
posiciones al respecto, que vamos a creer que nacionalidades enteras pue-
describir del modo más aséptico posi- den ser coextensivas con valoraciones
ble para evitar que la etiqueta influya morales: “los venezolanos son unos
en la balanza valorativa. Es por eso que santos en comparación con esos mal-
en lugar de hablar de, por ejemplo, na- vados [los peruanos], y los quiteños y
cionalismo y cosmopolitismo, conven- los peruanos son la misma cosa: vicio-
dría hablar de particularismo y sos hasta la infamia y bajos hasta el ex-
universalismo políticos. En efecto, tremo. Los blancos tienen el carácter
mientras que el nacionalismo atraería de los indios, y los indios son todos
toda su mala prensa, el cosmopoli- truchimanes, todos ladrones, todos
tismo podría hacer otro tanto con su embusteros, todos falsos, sin ningún
buena prensa, todo esto antes de que principio moral que los guíe”.3
podamos valorar los méritos del caso Las sospechas sobre el nacionalismo
por sí mismos. se incrementan exponencialmente con
Según el particularismo político, toda tan solo recordar la historia que figura
comunidad política en el fondo es una en la Biblia sobre los galaaditas, quie-
“cosa nostra”, no porque la comunidad nes cerca del año 1200 a.C. no sola-
política sea como una familia mafiosa mente derrotaron a los efraimitas sino 21
—aunque ejemplos no faltan— sino por- que los expulsaron de sus hogares, for-
que representa a un “nosotros”, preci- zándolos a cruzar el río Jordán. Des-
samente a los que pertenecen a ella, y pués de la batalla, sin embargo,
deja afuera a “ellos”, los extranjeros. muchos efraimitas intentaron volver a
Por ejemplo, un liberal confeso y con casa tratando de sortear el control ga-
el carnet al día como Benjamin Cons- laadita del río. De ahí que para poder
tant creía que el particularismo polí- descubrir a los efraimitas que se hacían
tico era inevitable: “Ningún pueblo ha pasar por galaaditas, los galaaditas a
considerado como miembros del Es- cargo del control fronterizo les pedían
tado a todos los individuos residentes, a los viajeros que querían pasar que
de cualquiera manera que fuera, en su pronunciaran la palabra hebrea shib-
territorio”.2 boleth (espiga). De ahí que hoy en día
Ahora bien, salta a la vista que la in- la palabra shibboleth sea usada para re-
clusión y exclusión que dan forma a ferirse a cualquier identificador alta-
las comunidades políticas y sus respec- mente confiable de pertenencia a un
tivas ciudadanías son esencialmente grupo cultural, ya que se trataba de un
contingentes, ya que, por ejemplo, un
río, una batalla o quiénes son los pa-
dres suelen determinar quién es ciuda-
3 Carta de Bolívar a Santander, desde Cuzco, el
dano y quién no. Sin embargo,
9 de enero de 1824, cit. en José Antonio Aguilar
Rivera, Ausentes del universo. Reflexiones sobre el
pensamiento político hispanoamericano en la era
2 Benjamin Constant, Écrits politiques, ed. Mar- de la construcción nacional, México, Fondo de
cel Gauchet, París, Gallimard, 1997, p. 366. Cultura Económica, 2012, p. 157, n. 33.
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test muy simple pero aparentemente puede tirar la primera piedra irónica-
efectivísimo, debido a que el dialecto mente debido a que no le faltan preci-
efraimita antiguo no contaba con el samente esqueletos en su clóset. Así
sonido sh, lo cual impedía que un como al personaje representado por
efraimita pudiera pronunciar la pala- Woody Allen en “Manhattan Murder
bra en cuestión. De hecho, según la Bi- Mystery” cada vez que escucha a Wag-
blia cuarenta y dos mil efraimitas no ner le dan ganas de invadir Polonia, al-
solamente no pudieron pasar la fron- gunos parecen no poder resistir las
tera, sino que además murieron por no ganas de invadir algún país cuando es-
poder pronunciar la sh. cuchan hablar del humanismo o de la
Da la impresión de que el universa- Humanidad en general.
lismo político es el camino a tomar. Hablando de invadir Polonia, Carl
Schmitt creía que “quien dice humani-
el celo all inclusive dad quiere engañar” ya que la “huma-
nidad como tal no puede librar una
del universalismo guerra puesto que no tiene un ene-
conduce a un genuino migo, al menos en este planeta. El con-

22 cosmopolitismo en cepto de humanidad excluye el


concepto de enemigo, porque… el ene-
el que todos los seres migo deja de ser un ser humano y, por
humanos forman lo tanto, en eso no existe distinción es-
pecífica alguna”. De ahí que cuando se
parte de la libra una guerra en nombre de la hu-
comunidad política. manidad necesariamente “al enemigo
le es negada la cualidad de ser humano,
En efecto, según el universalismo po- [...] él es declarado fuera de la ley
lítico absolutamente todos los seres (hors-la-loi) y de la humanidad (hors
humanos —y algunos de hecho no l’humanité) y de ese modo la guerra
tendrían problemas incluso en agran- debe ser librada hasta la más extrema
dar el círculo— que se vean afectados inhumanidad”.4 Cabe acotar que si
por una decisión tienen que partici- bien Schmitt comprueba con razón la
par en la toma de dicha decisión con frecuencia del acontecimiento, no ter-
independencia de su nacionalidad. mina de explicar por qué el universa-
Como se puede apreciar, este celo all- lismo político necesariamente conduce
inclusive característico del universa- hacia la criminalización y aniquila-
lismo, llevado hasta su máxima miento del enemigo.
expresión, conduce a un genuino cos- Sin embargo, incluso el caso de
mopolitismo, es decir, a que todos los Erasmo, quien suele ser considerado
seres humanos, por el mero hecho de
ser tales, pertenezcan a una única co-
munidad política. 4 Carl Schmitt, Der Begriff des Politischen, texto
Sin embargo, lamentablemente, el de 1932 con un prefacio y tres corolarios, Ber-
universalismo político tampoco lín, Duncker & Humblot, 1963, pp. 54-55.
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no solamente un paradigma del movi- guntaba retóricamente si el mundo


miento humanista sino además un cristiano iba a aliarse contra Francia,
poster boy del pacifismo, parece con- la parte más floreciente del mundo
firmar la tesis de Schmitt acerca de las cristiano, cuyo lugar privilegiado
dos caras del humanismo. En efecto, entre las naciones católicas se debía
como es público y notorio, Erasmo a que no estaba infectada por “here-
había convocado a todos los cristianos jes, cismáticos de Bohemia, judíos,
a unirse en aras de la abolición de la marranos, semi-judíos”, etc., a dife-
guerra y del establecimiento de la paz rencia de los otros países vecinos de
perpetua y universal y por lo tanto en los turcos.6 De ahí que Erasmo no tu-
contra del ideal republicano del ciuda- viera empacho alguno en recurrir a
dano-soldado, todo esto en nombre la asociación negativa en auxilio de
del requerimiento estoico de conside- la república cristiana: “si la guerra
rar a todos los seres humanos como [...] no es totalmente evitable, ese
hermanos, al punto de identificar a la tipo de guerra sería un mal menor
guerra con el homicidio, o fratricidio que los actuales conflictos impíos y
lisa y llanamente.5 las contiendas entre cristianos. Si el
Pero el pacifismo humanista de amor mutuo no los une, un enemigo
Erasmo es bastante menos pacifista común seguramente los unirá en 23
de lo que parece. Por ejemplo, en su cierta manera, incluso si falta la ver-
manifiesto anti-belicista Dulce Be- dadera concordia”.7
llum Inexpertis (“La guerra es dulce Por el otro lado, a veces el universa-
para el que no la ha experimentado”) lismo político no peca por exceso sino
Erasmo no rechaza la guerra en sí por defecto. En verdad, el universa-
misma, sino la que él considera in- lismo puede adolecer de serios proble-
justificada, esto es la guerra entre mas debido a su propio carácter
cristianos. En efecto, Erasmo defen- abstracto, tal como lo percibieran algu-
dió la cruzada de León X contra los nos pensadores conservadores. Por
turcos a raíz de la caída de Constan- ejemplo, Joseph De Maistre declaraba
tinopla. Asimismo, una vez desig- que “Yo he visto, en mi vida, franceses,
nado consejero del Príncipe Carlos italianos, rusos, etc.; yo sé incluso, gra-
de Borgoña por la facción que defen- cias a Montesquieu, que se puede ser
día la paz con Francia, Erasmo se pre- persa; pero en cuanto al hombre, yo de-
claro no haberlo encontrado en mi
vida; si existe, es bien a mis espaldas”.8

5 V., v.g., Quentin Skinner, The Foundations of


Modern Political Thought: I. The Renaissance,
Cambridge, Cambridge University Press, 7 Erasmo de Rotterdam, Querela Pacis, cit. en
1978, pp. 244-245. Richard Tuck, The Rights of War and Peace, op.
6 Erasmo de Rotterdam, carta del 10 de marzo cit., p. 30, n. 42.
de 1517, a Riccardo Bartolini, cit. en Richard 8 Joseph De Maistre, Considérations sur la
Tuck, The Rights of War and Peace, Oxford, Ox- France, París, Librairie Ecclésiastique de Ru-
ford University Press, 2001, p. 30, n. 41. sand, 1829, p. 94.
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Juan Donoso Cortés, por su parte, creía personal aceptable sería la de un su-
que quienes defienden “la perfecta jeto cartesiano cuya única certeza es
igualdad de todos los pueblos en el que piensa y que se muestra comple-
seno de la humanidad” no advierten tamente escéptico acerca del resto de
que de su posición “resulta la negación la realidad que lo rodea, desde su pro-
de la solidaridad política. ¡Insensatos! pio cuerpo personal hasta la comuni-
Ellos ignoran que donde no hay fronte- dad política. Semejante sujeto no
ras no hay patria y que donde no hay solamente no tendría razones para ir
patria no hay hombres, aunque haya al médico si sintiera algún dolor (ya
por ventura socialistas”.9 que no está seguro de si existe su pro-
Los problemas de la abstracción uni- pio cuerpo), sino que además debería
versalista son esencialmente de dos mostrarse igual de escéptico en rela-
clases. Por un lado, según el universa- ción a la existencia de un régimen
lismo, descubrimos cuáles son nues- cosmopolita.
tros deberes a través de la reflexión El universalismo tiene, asimismo, una
abstracta sobre la condición humana y visión curiosa de la motivación ética, ya
sobre qué es lo que los demás pueden que exige que actuemos simplemente a
exigirnos. De ahí que para el universa- partir de la convicción racional de estar
24 lismo, nuestras acciones provienen de haciendo lo que la moralidad requiere,
consideraciones puramente racionales sin permitir que en la decisión influyan
en el sentido más estricto de la expre- nuestros sentimientos. Si así fueran las
sión. Consideraciones sobre nuestra cosas, sería difícil que la convicción ra-
identidad o quiénes somos, de dónde cional pudiera cumplir con el papel que
venimos, o las comunidades a las que le asigna el universalismo en el razona-
pertenecemos, son inexistentes o irre- miento ético, con la muy honrosa ex-
levantes ya que no pueden influir en cepción de un pequeño número de
nuestro razonamiento ético. Sheldon Coopers, capaces de vivir según
Sin embargo, semejante aprehensión consideraciones de puro principio. Para
respecto a la identidad es ciertamente el resto de la humanidad, la vida ética
razonable para el caso de algunas tiene que ser una institución social que
identidades tales como las del na- acomoda sentimientos naturales para
zismo, pero exagerada si con el agua con familiares, conciudadanos, etc., y
sucia del nazismo tiramos además el que apela a motivaciones tales como el
bebé de la identidad personal. Des- amor, el orgullo o la vergüenza junto a
pués de todo, si llevamos al extremo la convicción racional.10
la preocupación racionalista por la
identidad personal, la única identidad

10 En el último tiempo las neurociencias han


demostrado el papel decisivo que juegan las
9 Juan Donoso Cortes, Ensayo sobre el catoli- emociones en nuestro razonamiento. V.,
cismo, el liberalismo y el socialismo, ed. José v.g., Antonio Damasio, Descartes’ Error: Emo-
Vila Selma, Madrid, Editora Nacional, 1978, tion, Reason, and the Human Brain, Londres,
pp. 279, 281-282. Penguin, 2005.
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Otro argumento a favor del particula- turales facilitan enormemente la coo-


rismo político se concentra en la im- peración, particularmente entre per-
portancia de la cultura para el fomento sonas que pertenecen a grupos más
de la libertad, tal como lo reconocen amplios que el de los círculos sociales
hasta los propios liberales. En efecto, la más íntimos, como el de la familia,
cultura, entendida fundamentalmente amigos, conocidos, etc. Las culturas,
en términos de un lenguaje e historia precisamente, favorecen la identifica-
comunes, es indispensable para proveer ción de quienes suponemos están dis-
a las personas no solamente sus valores puestos a cooperar con nosotros. Es
sino además un contexto para cuestio- por eso que las diferencias arbitrarias
nar o examinar sus creencias sobre como las culturales pueden cumplir
aquello que hace que la vida tenga sen- funciones no arbitrarias.
tido o valor. En rigor de verdad, si no
podemos comprender nuestra cultura,
no podríamos siquiera ser liberales: AND NOW FOR SOMETHING
“Para que sea posible la elección indivi- COMPLETELY DIFFERENT
dual valiosa, los individuos necesitan Da la impresión de que los universa-
no solamente tener acceso a la informa- lismos políticos son o bien proclives
ción, la capacidad de evaluarla reflexi- a cometer verdaderas sinécdoques po- 25
vamente, y la libertad de expresión y de líticas, o bien a colapsar debido a se-
asociación. Ellos también necesitan ac- rios problemas motivadores o de
ceso a una cultura societal”.11 identidad. Ahora bien, si las opciones
De ahí que el particularismo polí- fueran exclusivamente la Escila del
tico tenga claras ventajas comparati- universalismo político y la Caribdis
vas para proteger la cultura y su papel nacionalista, el panorama estaría bas-
en la formación y desarrollo de la li- tante lejos de ser alentador.
bertad. Ciertamente, la tesis no es que De hecho, hoy en día el patriotismo y
sea imposible que una cultura sobre- el nacionalismo suelen ser considerados
viva a menos que cuente con su pro- como términos coextensivos. La confu-
pia comunidad política —el judaísmo, sión entre patriotismo y chauvinismo
por ejemplo, a lo largo de la historia llegó a ser tal que el crítico cultural
de la humanidad muestra claramente Remy de Gourmont pudo decir a co-
que esa tesis es falsa, aunque el na- mienzos del siglo XX que “ningún pa-
zismo en el siglo XX estuvo a punto triotismo me puede hacer creer que la
de refutarla—, sino que una comuni- salvia o la menta reemplazan ventajo-
dad política facilita enormemente la samente el té o que la lectura de Nietzs-
existencia de una cultura. Además, el che se suple por la de M. Alfred Fouillée
particularismo o las identidades cul- o la de Ibsen por la de M. de Curel”.12

11 Will Kymlicka, Multicultural Citizenship. A Li- 12 Remy de Gourmont, Épilogues. Réflexions


beral Theory of Minority Rights, Oxford, Oxford sur la vie 1902-1904, 3ra. ed., París, Mercure
University Press, 1995, pp. 84, 51. de France, 1923, pp. 41-42.
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Sin embargo, el patriotismo y el na- El siguiente juramento de la Liga de


cionalismo son dos discursos políticos Acción Francesa (1905) muestra que los
genealógica y estructuralmente dife- propios nacionalistas están de acuerdo
rentes. Dicha diferencia indica el espa- en que el nacionalismo y el patriotismo
cio lógico que existe para un discurso republicano son enemigos naturales:
particularista no nacionalista, es decir, “Francés de nacimiento y de corazón
un discurso que no caiga en los proble- [...]. Yo me comprometo a combatir
mas que tiene el universalismo, sin todo régimen republicano, la República
por eso ser nacionalista. en Francia y el reino del extranjero. (…
En efecto, mientras que el discurso ). Hay que ofrecerle a la Francia un ré-
del patriotismo había sido utilizado gimen que sea francés. Nuestro único
históricamente por lo menos hasta el futuro es entonces la monarquía tal
siglo XVII para hacer referencia prin- como la personifica el heredero de los
cipalmente a la devoción por ciertas cuarenta reyes que, en mil años, hicie-
instituciones políticas y a la cultura ron la Francia. Solo la monarquía ase-
que sostienen la libertad común de gura la salvación pública y, garante del
un pueblo, es decir el amor por la pa- orden, previene los males públicos que
tria (patriae caritas)13 entendida como el antisemitismo y el nacionalismo de-
26 la república (precisamente, Montes- nuncian”.16
quieu en El espíritu de las leyes recu- Como se puede apreciar, el naciona-
pera el significado original del lismo cuenta con una retórica propia,
concepto al describir la virtud polí- distinta de la republicana, debido a que
tica como “el amor a la patria” y el se trata de un lenguaje sin mediación
“amor a la igualdad”), 14 el discurso racional, es un discurso que intenta per-
nacionalista fue forjado en el siglo suadir pero sin argumentar en sentido
XVIII en defensa de la homogeneidad estricto. El discurso nacionalista suele
cultural, lingüística o étnica de una tener al menos dos grandes característi-
comunidad. De ahí que mientras que cas. Se trata, en primer lugar, de un len-
los enemigos del nacionalismo son la guaje que trata de estimular pasiones
“contaminación cultural, la heteroge- sociales irracionales que despiertan sen-
neidad, la impureza racial, y la des- timientos primitivos de identificación
unión social, política e intelectual”, entre los miembros de un grupo, a ex-
los del republicanismo son “la tira- pensas de otras identidades, sea de los
nía, el despotismo, la opresión y la mismos miembros del grupo o de otras
corrupción”.15 personas. En segundo lugar, los miem-
bros del grupo creen derivar la existen-

13 V. Cicerón, Sobre la república. Sobre las


leyes, ed. de José Guillén, Madrid, Tecnos, 15 Maurizio Viroli, For Love of Country: An
1986, p. 163. Essay on Patriotism and Nationalism, Oxford,
14 V. Montesquieu, Del espíritu de las leyes, Oxford University Press, 1997, pp. 1-2.
traducción de Mercedes Blázquez y Pedro de 16 Cit. en Maurizio Viroli, For Love of Country,
Vega, Madrid, Orbis, 1984, p. 29. op. cit., p. 158, n. 42.
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Ubi libertas, ibi patria: la doctrina republicana del patriotismo / ANDRÉS ROSLER

cia de dicho grupo a partir de una tendrán todo si ustedes forman ciuda-
fuente natural o divina.17 La combina- danos; sin eso ustedes no serán sino
ción de estos dos aspectos da lugar a malos esclavos, comenzando por los
una retórica no solamente nacionalista, jefes de Estado”.18
sino profética, la cual suele generar li- En cuanto al territorio, Hannah
derazgos igualmente nacionalistas. Arendt creía que la “libertad, en
El carácter profético, por no decir donde quiera que existió como una re-
providencial, del liderazgo naciona- alidad tangible, siempre ha estado es-
lista está fuertemente emparentado pacialmente limitada”. Y “la libertad
con los orígenes naturales o divinos en un sentido positivo es posible sola-
del grupo. De ahí que sea asimismo mente entre iguales, y la igualdad
frecuente hablar del “carisma” de di- misma no es en absoluto un principio
chos líderes, palabra que reveladora-
mente deriva del griego charis, que
el discurso
significa “gracia”, la cual sugiere que
los líderes no son simples políticos, nacionalista intenta
sino personas que han sido tocados estimular pasiones
por una mano divina y que cumplen
con un llamado que han recibido de
sociales irracionales 27
una fuente superior de verdad y jus- que despiertan
ticia. Es evidente que semejante retó- sentimientos de
rica no solamente no tiene nada que
ver con la oratoria republicana del de- identificación de un
bate y de la razón pública, sino que grupo a expensas de
además impide comprender que el
otras identidades.
gobernante es un ser mortal que
ejerce la autoridad política en repre-
sentación de la comunidad política universalmente válido sino [...] aplica-
dentro del marco del Estado de Dere- ble solamente con limitaciones e in-
cho antes que un emisario —o a veces cluso dentro de límites espaciales”.19
un empresario— divino con fuertes Ahora bien, mientras que los naciona-
rasgos narcisistas que está completa- listas confunden al territorio con la
mente por encima de los mortales. patria, el republicanismo adopta la
Para un republicano o verdadero pa- misma posición que suscribe en rela-
triota, en cambio, la patria, como dice ción a la cultura. En efecto, mientras
Rousseau, “no puede subsistir sin la
libertad, ni la libertad sin la virtud, ni
la virtud sin los ciudadanos; ustedes
18 Jean-Jacques Rousseau, Sur l’économie po-
litique, en Œuvres Complètes, eds. Bernard
Gagnebin y Marcel Raymond, París, Galli-
17 V. Bryan Garsten, Saving Persuasion. A De- mard, 1964, vol. III, p. 259.
fense of Rhetoric and Judgment, Cambridge 19 Hannah Arendt, On Revolution, Londres,
MA, Harvard University Press, 2006, p. 83. Penguin, 2006, p. 267.
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que para un nacionalista la comuni- guo, al respeto de sí mismo, a la idea de


dad política sería impensable sin el sus derechos”.22
territorio original, un republicano Lo que distingue al patriotismo repu-
comparte la necesidad de contar con blicano (expresión que bien entendida
cierto territorio, pero no tiene por qué es redundante) de la versión naciona-
ser necesariamente el territorio origi- lista no es que el republicanismo sea
nal o providencial. Como sostiene Lu- indiferente o deplore la cultura en sen-
cano, “Cuando ardió la ciudadela tido amplio que incluye la historia, el
Tarpeya bajo las antorchas de los galos lenguaje, las tradiciones, etc., sin ex-
y habitaba Camilo en Veyos, allí es- cluir al territorio. Por si hiciera falta,
tuvo Roma. Nunca perdió el orden convendría aclarar que sería clara-
institucional [ordo] sus derechos por mente inexacto decir que el patrio-
haber cambiado de lugar”. En cambio, tismo republicano, a diferencia del
César, que ocupaba el espacio físico de nacionalismo, es pacifista. Al contrario,
Roma luego de haber cruzado el Rubi- existen ocasiones en las cuales un re-
cón, irónicamente solo “posee techos publicano estará dispuesto a empuñar
que cobijan dolor y casas deshabitadas las armas por la patria pero solamente
y leyes que guardan silencio y un foro en caso de que la misma estuviera ex-
28 sin actividad en señal de duelo”.20 puesta a la dominación.
De hecho, hasta Ernst Renan, el padre En realidad, la gran diferencia entre
fundador de la ideología nacionalista, el patriotismo y el nacionalismo se
sostiene que “no es la tierra, más que puede apreciar fundamentalmente en
la raza, lo que funda una nación. La tie- la prioridad que el republicanismo le
rra provee el substratum, el campo de asigna a las instituciones políticas y a
batalla y de trabajo, el hombre provee la forma de vida republicanas por
el alma. El hombre es todo en la forma- sobre el particularismo cultural en
ción de esta cosa sagrada que se deno- sentido estricto. Es por eso, por ejem-
mina un pueblo”.21 No es casualidad plo, que Catón de Útica advertía en el
entonces que según Renan el naciona- Senado a los ciudadanos romanos que
lismo en sentido estricto debe ser repu- “no debían temer a los hijos de los ger-
blicano, ya que según él las “palabras manos y de los celtas, sino al mismí-
patria y ciudadano habían recuperado simo César”.23 Benjamin Constant, a
su sentido” cuando en “el siglo XVIII”
el “hombre había regresado, luego de
siglos de humillación, al espíritu anti-
22 Ibid., p. 46. David Miller, On Nationality,
Oxford, Oxford University Press, 1997, pp.
150-151, también reivindica la (hoy olvidada)
20 Lucano, Farsalia, traducción de Jesús Bar- conexión necesaria entre nacionalismo y re-
tolomé Gómez, Madrid, Cátedra, 2003, p. publicanismo.
343, traducción modificada. 23 Plutarco, Catón menor, LI.2, cit. en Luciano
21 Ernest Renan, ¿Qué es una Nación?, tra- Canfora, Julio César: Un dictador democrático,
ducción de Ana Kuschnir y Rosario González traducción de Xavier Garí de Barbará y Alida
Sola, Buenos Aires, Hydra, 2010, p. 63. Ares, Barcelona, Ariel, 2000, p. 142.
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Ubi libertas, ibi patria: la doctrina republicana del patriotismo / ANDRÉS ROSLER

su modo, también nos provee de una tanto se aplica al viejo eslogan republi-
distinción entre el patriotismo y el na- cano: “allí donde hay libertad, ahí está
cionalismo: “una cosa es defender la mi patria” (ubi libertas, ibi patria).
patria, otra cosa es atacar los pueblos Ciertamente, habría que tener asi-
que también tienen una patria para de- mismo en cuenta que si bien hoy no está
fender. El espíritu de conquista busca atravesando su mejor hora, la Unión Eu-
confundir estas dos ideas”.24 ropea sigue concitando elogios debido a
El patriotismo, además, puede a veces su perfil cosmopolita. Sin embargo, no
ser casi tan demandante como el univer- debemos olvidar que se trata de una co-
salismo, tal como lo muestra el Elogio munidad política particular, i.e. que se
de la ciudad de Florencia (Laudatio flo- rige según criterios de inclusión y exclu-
rentinae urbis) de Leonardo Bruni, es- sión. Para decirlo al revés, no todo ser
crito en 1403/4. En efecto, Bruni
sostiene en toda república “en primer la gran diferencia
lugar ha sido provisto con todo cuidado
que el derecho sea considerado santí-
entre el patriotismo
simo, sin el cual ni puede existir la ciu- y el nacionalismo
dad ni tampoco puede ser llamada una
se puede apreciar en 29
ciudad; por lo tanto, que exista la liber-
tad, sin la cual este pueblo jamás esti- la prioridad que
maría para sí mismo que debe vivir”. Es el republicanismo le
precisamente por eso que Leonardo sos-
tiene famosamente que dado que Flo-
asigna las instituciones
rencia era una república, “mientras que políticas y a la forma
la ciudad de los florentinos sobreviva, de vida republicana.
nadie realmente pensará que carece de
patria”:25 Florencia entonces no es sola-
mente una patria para los florentinos, humano es ipso facto miembro de la UE,
sino para todos los que son víctimas de lo cual la transforma automáticamente
la dominación. O como sostiene el his- a su vez en un régimen político particu-
toriador griego Apiano: “todos los que larista. En efecto, la idea republicana es
razonan correctamente consideran a la que existan varias repúblicas —que bien
libertad, dondequiera que ellos se en- pueden ser uniones regionales— de tal
cuentren, como a su patria”.26 Otro forma de poder combinar las aspiracio-
nes morales del universalismo con las
ventajas psicológicas del particularismo,
todo esto sin perjuicio de que existan a
24 Benjamin Constant, Écrits politiques, op.
la vez organizaciones internacionales de-
cit., p. 156.
dicadas a cuestiones de alcance eviden-
25 Cit. en Maurizio Viroli, Machiavelli, Oxford,
temente global tales como la pobreza
Oxford University Press, 1998, p. 223.
26 Apiano, Historia romana, traducción de
estructural, el medio ambiente, etc.
Antonio Sancho Royo, Madrid, Gredos, 1985, En conclusión, merced a su valor su-
vol. II, pp. 214-215, traducción modificada. premo de la libertad como no domina-
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NUEVA REVISTA SOCIALISTA #2

ción, junto al énfasis en la virtud cívica,


el debate político y el imperio de la ley * Andrés rosler es Abogado (UBA),
—ingredientes que confluyen todos in- Doctor en Derecho (Oxford). Profesor
exorablemente en la noción republicana de Filosofía del Derecho (UBA), Inves-
tigador del CONICET. Vicedirector de la
de “patria”—, el republicanismo cuenta
Maestría en Ciencia Política (FLACSO).
con los anticuerpos necesarios para
Algunas publicaciones de sus princi-
mantenerse alerta contra la asociación
pales publicaciones son Political Au-
negativa y el imperialismo —y llegado el
thority and Obligation in Aristotle
caso auto-depurarse—. De ahí que se (Oxford University Press); Civic virtue:
pueda decir que el patriotismo republi- citizenship, ostracism, and war, en The
cano no solamente cuenta con un perfil Cambridge Companion to Aristotle's
universalista sino que además tiene Politics (Cambridge University Press);
prácticamente todas las ventajas del par- Odi et Amo. Hobbes on the State of Na-
ticularismo sin caer en ninguno de sus ture, Hobbes Studies; Reasonableness,
defectos más peligrosos, particularmente thy Name is Nature, Jurisprudence. Ha
el personalismo político y la xenofobia. publicado el libro Razones públicas:
Seis conceptos básicos sobre la repú-
No está nada mal por ser un discurso po-
blica (Katz Editores, 2016)
lítico que ya cuenta con unos dos mil
30 quinientos años de historia.

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