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MARÍN
HUMANISMO
PERICIAL
C U A D E R N O S
EMPRESA Y HUMANISMO
I N S T I T U T O
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HIGINIO MARÍN HUMANISMO PERICIAL
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
INDICE
distinta de la medida en la que la comunidad sino que malogra la propia plenitud. También 6
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supone una cierta extensión del ordenamiento ley, es decir, la ciudadanía moral del universo: 9
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retiraron -aún con más ahínco- la aspiración de los individuos que estos pueden aspirar a ver 10
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Vivir, crecer y realizar la humanidad en la como especie, sino que la dinamiza convir- 12
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propia individualidad, esa es la posibilidad que tiéndola en una ascética ontológica por la que
se abrió en esta época según la forma de los se piensa que el hombre está a expensas de
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humaniora o estudios de humanidad. A los llegar a serlo; y que el mero hecho de ser
hombres del Renacimiento no les faltan hombre (de pertenecer al género humano) no
autores clásicos en los que apoyar la idea de es más que la forma de ser de una interpe-
que la humanidad, propiamente dicha, sobre- lación, de una convocatoria que es universal,
viene al hombre por medio de los studia huma- es decir, que alcanza a todo hombre. Esa es la
nitatis; entre todos ellos Cicerón ocupa desde idea de humanitas y esa es la función preemi-
luego un lugar central, quizá porque en él nente de las pericias y saberes que se tienen
dicha tesis es explícita: “aunque los otros por artes ad humanitatem. La humanitas rena-
hombres pueden llamarse tales, sólo lo son centista es también, por consiguiente, un
propiamente los educados en las humani- estado de perfección en el que el homo
dades” 20. humanus acontece según una medida que
Las litterarum se conciben, pues, como el funda la comunidad, aunque ésta no sea ya
método del hombre hacia sí mismo. Decir “lit- una estructura sociopolítica. Ahora bien, en
terarum” es tanto como decir “artes hacia la tanto que estado de perfección la humanidad
humanidad y hacia uno mismo”, de modo que lo es en sentido absoluto sólo respecto del
no resulta difícil imaginar el entusiasmo y la resto de los seres del universo material,
exaltación de la propia vitalidad -del gozo de mientras que en sentido relativo lo es prima-
estar viviendo- que pudo generarse en torno a riamente según la forma de las humanidades.
unas destrezas que, según se piensa, realizan Consiguientemente, los studia humanitatis
la humanidad en el hombre, es decir, lo salvan no son sólo una propedéutica hacia la huma-
de la barbarie. La noción de humanidad como nidad, son también las artes en cuyo ejercicio
especie no significa ya sino convocatoria hacía consiste la libertad; o, de otro modo, son la
la humanitas, hacia la humanización del forma en la que el hombre habita y ejerce la
hombre: ser hombre es estar convocado a humanidad como una nueva forma de ciuda-
llegar a serlo. Propiamente el humanismo no danía: “formar hombres ‘nobles y libres’, (es)
abandona la idea ontológica de humanidad lo que constituye la esencia misma de la huma-
española de imperio acarrea cierto universa- son los que no tienen nombre o su nombre es 15
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lismo religioso), sino que puede también refe- nefasto y “plebeia nomina”. Mientras que
rirse al hombre mismo y constituirse en una de para el “sabio todas las tierras son su patria, lo
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las notas esenciales del modelo antropológico mismo que los mares lo son para los peces. A
con vigencia epocal. Ese es el caso de un donde quiera que vaya me encontraré en mi
tiempo que, como éste, aspira al uomo uni- patria, de forma que ningún lugar podrá
versale y que puede gritar con Dante “¡mi serme ni destierro ni extranjero”, declara el
patria es el mundo!” 29. Las lenguas humanas maestro de Dante, Brunetto Latini que, obvia-
son el hogar donde la singularidad se hace mente, se tenía a sí mismo por sabio.
ocasión y posibilidad de la universalidad; quien
habita una lengua habita el mundo cuya Lo que ahora interesa es, sin embargo, que
primera forma de humanización es el len- sin ley no es posible la ciudadanía que es la sin-
guaje, la palabra. Lo que primeramente hace gularización al tiempo que la realización de la
habitable el mundo para el hombre es la comunidad y de su medida. Ahora bien, si sin
palabra, y de ahí que aquellos que la tienen ley no hay en sentido estricto ciudad ni ciuda-
por su patria, los poetas, sean en cierto sentido danía, sin gramática tampoco hay singulariza-
los primeros pobladores del mundo, y es ciones de la lengua que permitan el reconoci-
ahora, en esta época, cuando reivindican sin miento, esto es, estilos y retórica. Adviértase
ambages esa ciudadanía. Esta es la universa- que “un humanista entendía por gramática no
lidad singular a cuya realización entusiasta se sólo el conocimiento de la morfología y la sin-
aprestan los hombres de un tiempo que taxis de una lengua, sino también su uso por
“dirigió todos sus esfuerzos hacía el ‘hombre medio de la elocuencia -oral o escrita- y la
poeta’, hacia su ‘ciudad’, hacia esa naturaleza poesía. Es este uso el que convierte a la gra-
mundana que por entonces estaba conquis- mática en la reina de las ciencias, en una sabi-
tando” 30. Si urbe y orbe se hacen coincidir en duría” 31. La grammatica no es sólo la regla,
la palabra, el destierro del mundo, la extran- sino también su dominio y ejercicio: el discurso
jería y la barbarie no pueden ser sino el des- que es a un tiempo invención y convención. En
tierro de la palabra, el exilio en los “imperite, ese sentido se puede decir que, como apuntó
inelegantesque scripti”. Por ello los nuevos Erasmo, “la precedencia la reclama la gra-
bárbaros -imperite- los bárbaros de la palabra, mática para sí” 32. El reconocimiento de que
curso bajo el título de “gramática” tuvo mática contenga no sólo las reglas sino su uso,
también otros nombres (retórica, elocuencia), o, de otro modo, que el estilo tenga una inevi-
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pero en la actualidad y en castellano quizá se table -aunque variable según grados-
le pueda llamar estilo. En este contexto el dimensión inventiva, implica que bajo la más
estilo aparece como el uso libre de la norma, amplia noción de estilo se puede advertir la
como la clase de realización singular de la aparición de lo que más tarde se ha conocido
norma que permite el reconocimiento, y, por como genialidad: la realización perfectiva al
tanto, que permite también que el autor tiempo que inventiva del individuo y la comu-
pueda ser nombrado, que tenga nombre. Al nidad en una acción nueva que se convierte
poder ser nombrado el autor, el estilo posi- ella misma en regla. El genio, como el estilo, es
bilita que aquel tenga fama y gloria, es decir, una singularización del individuo que no
que el propio nombre y la propia singularidad rompe -al menos definitivamente- la posibi-
se convierta en un topos intersubjetivo, en el lidad del reconocimiento intersubjetivo, sino
lugar para el reconocimiento de la comunidad: que, más bien al contrario, queda pendiente
una realización singular de la perfectibilidad de éste para poder ser tenido como tal. Por eso
contenida en la medida o en la norma común. Heller, por ejemplo, ha podido decir que la
Si esto ocurre, bien puede decirse que el autor aparición de la idea de genio es también la
se ha hecho canónico, ejemplar o paradig- primera forma de ‘gnoseología democrática’:
mático. O de otro modo, que él mismo se ha “El Renacimiento (fue) la primera época que se
constituido en norma, que ha convertido la preocupó seriamente de la idea de genialidad:
forma singular de su realización de la regla en el conjunto de cualidades únicas e irrepetibles
cifra del reconocimiento intersubjetivo que hacían que un individuo se distinguiera de
ampliándolo, intensificándolo, y quizá los demás. (...) El problema de la genialidad -
también inventándolo. Algo semejante, pues, por paradójico que parezca- fue algo así como
a lo que Cicerón describe como la ejempla- el primer brote de antropología y gnoseología
ridad política de un gobernante que puede democrática” 40.
ofrecer “a sus conciudadanos su propia con- Ahora bien, como el estilo, o la retórica y las
ducta como ley” 39. litterarum, no son sólo artes para la pro-
ducción de obras exteriores, sino que son es representante de la especie humana” 42, 19
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autor que no se posee en su propio obrar, y producir la abundancia del pecado 43. La 20
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que, por tanto, puede ser de otro, que es inconmensurabilidad entre retórica y gra-
también la clase de acción que Santo Tomás mática, significa que el estilo no puede ser la
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describe como pecado: un obrar que es realización perfectiva del sujeto y de la norma
poseído por un principio extraño que esclaviza que permite el reconocimiento, esto es, que la
y somete a servidumbre. Es el estilo el medio Iglesia no es una clase de comunidad capaz de
por el que la libertad se amplia y alcanza al auspiciar formas singulares y arquetípicas de
conjunto de la actividad humana, y en esta santidad, porque la santidad no tiene gra-
época, más peculiarmente, a las comunidades mática, no tiene canon, sólo la retórica de un
y ámbitos humanos fundados no ya por la con- Cristo mortalmente opuesto a la Ley. Para
templación sino por la palabra. Lutero “las obras hechas según la ley, las obras
reguladas por norma, tampoco sirven de nada,
porque la norma -toda clase de norma- es ver-
Gramática, estilo y excomunión: la daderamente inútil” 44. Las obras de la ley son
reforma luterana. para Lutero las obras sin Cristo, las obras de un
mundo sin salvación en el que la ley es causa
Quien, como Lutero, denoste y niegue tal del pecado. Tampoco la Tradición y el Magis-
perfectibilidad según posibilidades inéditas terio podrán ser la norma común que funden
como la forma de la naturaleza humana, no el reconocimiento intersubjetivo y la comu-
podrá sino abjurar también de la libertad del nidad de los cristianos en la lectura e interpre-
hombre, de su naturaleza y de sus realiza- tación de los textos: no hay ley ni canon ni
ciones. De servo arbitrio es -contra el eras- medida que pueda mediar en la hermenéutica
miano De libero arbitrio- la proclamación de la particular del Evangelio y, por tanto, tampoco
completa inconmensurabilidad entre libertad hay tradición ni magisterio: “Lutero era per-
y ley, entre retórica y gramática, entre Cristo y fectamente consciente -dice Mateo Seco- del
el Decálogo, entre santidad y mundo, entre giro copernicano que estaba dando (...),
salvación e Iglesia. La inconmensurabilidad colocar la subjetividad como clave herme-
entre ley y libertad supone que la libertad es néutica de lo más sagrado: la palabra de Dios,
inesquivablemente esclava y barbara, y que la por esto rechaza la autoridad de la Iglesia” 45.
ley misma no ha sido proclamada sino para En cierto sentido Lutero es la radicalización
hasta el absoluto de la tesis acerca de la incon- piensa que la perfección misma es esa mutua 21
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juicio que es correlativo a la potencia con la las profesiones civiles, donde el humanismo 22
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que el reformador cree que el Diablo es el renacentista cifra el modelo para la realización
Príncipe del mundo 48. De servo arbitrio de la humanidad en el hombre. Además, quizá
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puede ser visto como la declaración de que las no se tratara sólo de la realización de la huma-
obras del hombre y de la humanidad en el nidad o de una excelencia natural, sino que tal
mundo están principiadas por Satanás, y de ahí vez tales oficios y destrezas podrían haberse
que Cristo y el libre arbitrio resulten mortal- constituido también en medio y ámbito para
mente opuestos: “el mundo es el reino de la realización de la excelencia cristiana, la san-
Satanás, donde además de la natural ceguera tidad. Ciertamente no fue ese el camino que
contraída por la carne, somos endurecidos en siguieron los acontecimientos. Aunque “el
la misma ceguera por perversísimos espíritus Humanismo, desde Petrarca a Tomás Moro,
que reinan sobre nosotros, y estamos prisio- presencia ese primer brote de Cristianismo de
neros de tinieblas, no sólo humanas, sino perfiles laicos al que la revolución protestante
demoniacas” 49. pondrá fin (...), la Iglesia del siglo XIV, que tan
mala experiencia tenía de los recientes movi-
Lutero describe el libre arbitrio como la clase
mientos de agitación, que habían nacido en las
de libertad que precede a la ley, pero como
ciudades, se negó a admitir la existencia de
una y otra son inconmensurables, esa libertad
una ‘santificación laical’: abrió las puertas para
no puede ser sino esclava y la ley coactiva y
que los laicos participaran, de alguna manera,
causa de la abundancia del pecado: “el pecado
en las formas de vida propias de los ‘religiosos’.
abunda a causa de la ley” 50.
Monasterios y conventos siguieron siendo los
Paradójicamente y a pesar de Hegel (y de su grandes focos de vida religiosa” 52. Con todo,
tesis, por cierto nada luterana, de que santidad resulta difícil imaginar cómo sería posible arti-
y mundo se articulan y realizan en el estado), cular de otro modo que como una forma laical
la Reforma luterana puede ser descrita como de santidad, la convicción de que las litterarum
una radicalización absoluta del contemptus son el ámbito para la realización de la especifi-
mundi o como un “monismo sobrenaturalista” cidad de lo humano, y la convicción no menos
51 frente al empeño humanista y renacentista general entre humanistas como Erasmo, Moro
de articular humanidad y mundo en la cultura. o Vives de que “el hombre perfecto es el cris-
Es ahí precisamente, en los oficios periciales de tiano”.
un ser fijado en su clase de realidad por una Mirandola suma a su belleza la claridad: “Adan
forma o esencia natural, porque su esencia es (dice Dios), no te he dado un puesto fijo, ni
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precisamente la libertad, cuyo ejercicio, una figura propia (...). La naturaleza deter-
siempre histórico y cultural, conforma su minada de los demás seres está sometida a
propia naturaleza: la lógica de la naturaleza leyes que yo de antemano he establecido. Tú,
en el hombre es la lógica de la libertad, es en cambio, libre de toda barrera, determinaras
decir, poética, retórica, política, histórica. No por ti mismo tu propia naturaleza de acuerdo
se trata de que se abjure de la contemplación, con tu libertad, a cuyo poder te he entregado.
sino de que se la inserta en la vida activa Te he colocado en el centro del mundo (...). No
donde ambas se conjugan con la forma de la te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni
creación, de la inventio en su viejo sentido de inmortal, para que, como libre y soberano
invención y descubrimiento; (sentido con el artífice de ti mismo, te plasmes y forjes según
que, por cierto, asuntos como el descubri- aquella forma que tú mismo elijas. Puedes
miento de América pudieron ser llamados degenerar hasta convertirte en animal, como
invención del nuevo mundo). puedes según tu querer regenerarte hasta
acercarte a lo divino” 60. Es decir, también res-
El nuevo orden de las disciplinas del trivium pecto de la propia naturaleza es antes la
implica la precedencia del ingenium respecto retórica que la gramática y la lógica, y de ahí
de la ratio en orden a la constitución de las que la esencia del hombre que se alcanza por
formas de la realidad y del hombre mismo. la ratio -su definición racional- sea consi-
Para Vives, por ejemplo, es el ingenium y no la guiente y derivada del uso de la propia
ratio “el camino por el que el hombre llega a libertad siempre contextualizada según el aquí
encontrarse a sí mismo y a diferenciarse de los y el ahora. Aunque quizá de modo un tanto
animales”59. Ahora bien, la lógica del crispado por polémico, ese es también el
ingenium no es la de lo necesario según una sentido con el que Valla dice, “me siento libre,
inmutabilidad ahistórica, sino la lógica de la pues no fui educado en la filosofía sino en las
invención, de la novedad generada en la mucho más importantes artes de la retórica y
libertad y del artefacto: la lógica histórica que de la poesía”. Más discreta pero no menos
más propiamente se llama poesía, retórica, ambiciosa es la tesis que Erasmo parece sugerir
Si por estilo puede entenderse la realización logos -razón y discurso-, como los textos cris- 29
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perfectiva y simultánea de la singularidad del tianos en los que se afirma que in principio
agente y de la intersubjetividad de la norma, erat Verbum, y quizá todavía más el pasaje del
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parece claro que el estilo se ha de constituir Génesis donde se relata que la creación fue un
también en el ideal pedagógico: “sobre todo, decir de Dios: “y dijo Dios hágase la luz”.
no olvides jamás (dice Erasmo) que el mejor Desde ahí es posible pensar no sólo que la
maestro y el que mejor instruye es el estilo”. palabra es la forma de la creación, sino que lo
En el estilo, pues, se da la doble condición de creado mismo es palabra de Dios, y que allí
ideal metodológico y pedagógico. Esa doble donde en virtud del hombre -imagen de Dios-
condición quizá sea también la forma en la se hace la palabra, se hace también la luz: la
que el conjunto del saber quedó imbuido de la palabra misma es luz. Por eso exclama Valla
reivindicación y exaltación renacentista de la “¡grande es el sacramento de la lengua!”,
vida activa: si el estilo es a un tiempo peda- porque los hombres renacentistas están per-
gogía y metodología, la clase de saber que se suadidos de haber descubierto que la palabra
desarrolla no es propiamente especulativa, humana que hace luz es un analogado natural
sino práctica; es la clase de saber que funda la del sacramento ya que, a su modo, también
intersubjetividad convocándola al reconoci- produce lo que significa.
miento del discurso como realización per-
fectiva del sujeto y de la especificidad del
hombre. La ‘cosa’ que es el hombre queda La pericia como perfección: vir bonus
mostrada en la ‘palabra’, que es la cifra en dicendi peritus.
torno a la cual se constituye la comunidad.
Pero no sólo el hombre, “las plantas, las Resulta, pues, que al menos en muy buena
piedras, los animales, las estrellas pasan a medida el modelo programático en el que con-
formar parte del discurso del hombre y éste, siste la realización de la humanidad en el
que no sólo ha comprendido su estructura, hombre, se cifra ahora en un estado de per-
sino también su secreta plasticidad, las trans- fección (relativo) que se logra en y mediante
forma” 63. La idea de que en la palabra está la destrezas periciales que, en su conjunto,
realidad mostrada y cumplida no tiene aquí pueden ser consideradas como lingüísticas
como precedente tanto a la noción griega de porque descubren al mundo como interlocutor
del hombre. De ahí que pueda decirse de las Semejante propuesta quizá suene ahora 30
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litterarum que son el signo que comprende a extraña porque la gramática, la lingüística y los
saberes filológicos en general se nos aparecen
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la clase de realidad que es la cultura: lo que es
producto del hacer del hombre tiene también como un saber pericial, artístico o científico, en
la virtualidad de ser el medio para su reali- el que la humanidad no comparece sino según
zación, para su acrecentamiento y mostración, una medida especializada y sectorial. Desde
y no sólo respecto del hombre, también res- nuestra perspectiva histórica es posible eli-
pecto del mundo. Las litterarum son la forma minar nuestra extrañeza -en alguna medida al
cifrada, codificada, en la que el Humanismo se menos- si reparamos en determinados
aspectos de nuestra propia tradición que,
apresta con frenesí entusiasta al descubri-
aunque ya no tienen una vigencia tan defi-
miento de que la cultura, de que aquello de lo
nitiva, fueron atendidos en el Renacimiento
que el hombre es capaz de hacer, es también con una radicalidad que lo caracteriza. En
su aletheia, su manifestarse y hacerse patente primer lugar y como ya sabemos, en Grecia, y
según su propia medida: la virtú en la que tanto en la tradición poética como en la filo-
“para los humanistas no existía dicotomía sófica, la palabra es tenida como el signo de la
entre naturaleza y cultura” 64. Las litterarum clase de realidad que es el hombre; con la
son, pues, la modalización epocal o la forma palabra, dice Aristóteles, el hombre es sociable
concreta con la que en el Renacimiento se pro- de un modo en el que la comunicación y el
clama ‘la realización del hombre en la cultura’ reconocimiento no se produce sólo en la forma
65; y se proclama además como un descubri- del dolor y el placer, sino también mediante la
miento, como una desvelación que es a un expresión y el conocimiento de lo justo y lo
tiempo la del hombre y la del mundo. Las artes injusto. La palabra es la medida del hombre, y
filológicas y literarias -en sentido amplio- son no sólo en el caso del ciudadano, también en
ahora concebidas como la clase de actividad en el del héroe: Aquiles ha nacido para realizar
la que el hombre no sólo puede dar la medida acciones y pronunciar palabras.
de sí mismo, sino que la incrementa y realiza En segundo lugar, y para la Cristiandad, no
hasta su debida perfección, hasta la huma- se trata sólo de que, según el Génesis, la
nitas. primera de las formas en las que Adán cumple
el designio divino de enseñorearse de la cre- Pericial para designar la forma epocal del 31
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manifestación de lo humano, de la medida del algunos como Pico della Mirandola gustan 32
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hombre en el universo. Si Adán se enseñoreo llamar ‘casa’- que resurge latiendo vida y en el
de la creación poniendo nombres, los hombres que ningún elemento del universo es inerte.
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del Renacimiento se enseñorearon del mar en “¿Seremos nosotros (se pregunta el filósofo
las artes de navegación, de las órbitas celestes Ficinio) quienes digamos que el cielo, que
en los cálculos matemáticos, de la materia en difunde por doquier la vida con solo su mirada,
la escultura y la pintura, del espacio en la está privado de vida?”. Es “la vida del universo,
arquitectura, de la naturaleza en la nueva una vida cósmica que cae del cielo y fecunda la
ciencia y en la magia, de la palabra -y con ella tierra en las nupcias de todas las cosas” 67.
del hombre mismo- en las litterarum. La posi- “No ya un mundo inmóvil, definido en todas
bilidad y la conciencia misma de esa posesión sus articulaciones (...), sino obra, actividad,
se traducen en la experiencia de que para su prodigiosa transformación de la totalidad,
realización el mundo está confiado al hombre. riesgo y, en definitiva, virtú. La naturaleza, las
Semejante acontecimiento puede descri- estrellas, el mundo entero se convierten en
birse como una expansión del mundo vital algo vivo, personal y humano” 68. Un mundo
humano, o como una vivificación del mundo cuyo estado de perfección se llama huma-
por parte del hombre que es perito y sabe nidad, porque es en ella, en el hacer y el decir
hacerlo su casa. Es esa capacidad humana la del hombre, donde se desvela y manifiesta: la
que los hombres del Renacimiento no dejaron cultura, la obra del hombre artificioso, es la
de admirar y de expresar con una formula que verdad y el palpitar vivo de la naturaleza.
es casi un tópico en su literatura: Magnum El hombre, mediante unos saberes y des-
miraculum est homo. Que el mundo sea visto trezas que no son las virtudes contemplativas
bajo la perspectiva que suponen las posibili- de los que abrazaban la perfección del Evan-
dades nuevas que abre la acción del hombre, gelio, ni las virtudes activas de la nobleza
es también una vitalización del mundo, medieval, sino saberes periciales, es capaz de
porque esa expansión del mundo de la vida del habitar comunicativamente con el universo
hombre se cumple en la forma de reconocer y vivificándolo, reconociéndolo y descu-
dejar cobrar vida al mundo en todas sus briéndolo como un interlocutor de su hacer,
formas: es el “gran milagro” del mundo -que ahora perito. De ahí que la filosofía se confun-
diera en algunos autores con la magia: ángeles y bestias; aquí radica la ambivalencia 33
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encontrar la cifra del universo es también de todo lo humano, y este fue el tema domi-
dejarlo hablar, y en cierto modo también nante con toda suerte de ropajes” 69. En este
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poder someterlo a obediencia con un saber- punto el Renacimiento parece una reposición
hacer (¿sortilegio?) que es vivificante: cristiana de la ambivalencia humana que el
poblador de la naturaleza. Para Giordano mundo antiguo expresó con las figuras del
Bruno “magus significat hominem sapientem héroe y del bárbaro; el hombre semidivino y el
cum virtute agendi”. Mago es el que sabe hombre bestial. También ambos, como ya
nombrar -interpelar- la cifra secreta en la que hemos visto, están poseídos por una medida
se resuelve y se genera la energía que con- ajena aunque plenificante en un caso y des-
forma y despliega al universo. La realidad y sus tructiva en el otro. Ahora bien, propiamente
energías constitutivas seducidas por una inter- no es así, porque ese dualismo no sólo es carac-
pelación del hombre, eso es la magia, el arte terístico de la cultura griega poética, sino
de seducción de la realidad. también de la Edad Media cristiana. Para
ambas, aunque con matices, el mundo de lo
La magia maléfica -como la falsa retórica y divino y de lo demoníaco se oponen en el
la falsa ciencia que tanto preocuparon a los hombre sin que éste constituya por sí mismo
hombres del Renacimiento- es la forma vio- un tercer ámbito con la suficiente autonomía y
lenta de la seducción, el rapto y la violación realidad propia. En ese contexto el ciudadano
que transmuta al hombre y al universo en una griego, en tanto que poseído, es decir, medido
medida que no es la de la humanidad ni la del por la ley, es un cierto término medio entre lo
mundo, sino la de lo monstruoso: el hombre y divino y lo demoniaco que se llama huma-
la naturaleza conjugados dinámicamente nidad, porque la ley civil es eso precisamente:
según un principio operativo extraño y que los la medida de la humanidad aunque sea con la
rompe; lo diabólico. Ahora bien, la oscilante forma de comunidades singulares. Es esta
inestabilidad entre lo divino y lo diabólico no tercera posibilidad la que resurge en el Renaci-
es sólo una característica de las acciones miento correlativamente al redescubrimiento
humanas, sino del hombre mismo precisa- del mundo, del orden natural y al nuevo auge
mente porque su esencia se piensa ahora como de las ciudades. Ciertamente en este ‘renaci-
posibilidad : “el hombre en equilibrio entre miento’ la libertad humana -que es el tercer
técnica es algo así como la métrica que da la dejo la mayor parte de su formación a la 35
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medida de la rima entre el hombre y el mundo: crianza (...) al hombre lo alumbró fofo,
volar es la clase de melodía o de cántico que desnudo, sin defensa (...); el hombre no sabe ni
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puede componer el hombre con el aire y su comer, ni andar ni hablar, si no es enseñado (...)
propio cuerpo. El artefacto volador se con- ¿Qué bestia montesina e inútil no resultará el
vierte así en un ‘instrumento de viento’ en el hombre si no lo forma la instrucción con
que si éste no resulta medido según una desvelo y oportunidad?” 73. En lo que al
armonía musical, sí que resulta ordenado hombre atañe “eficaz es la naturaleza, pero la
según la cifra de su habitabilidad, de su dispo- supera en eficacia la instrucción”74.
nibilidad para el hombre. Pero los hombres del Renacimiento no sólo
Fue Hegel quien señaló que el Renacimiento creen haber descubierto que el hombre es más
estuvo subyugado por el afán de descubrir: capaz de sí mismo por el arte y la instrucción,
inventar un artefacto volador es ‘descubrir’ el por los studia humanitatis; sino que han
aire, como esculpir estatuas -según Miguel podido experimentar que la medida de sus
Angel- es ‘descubrir’ la forma que la piedra facultades se amplia por las obras del
lleva dentro, o como los cálculos astronómicos ingenium. La cultura, los artefactos hacen al
son el descubrimiento de la esfericidad del hombre también más capaz del mundo; y esto
planeta. Descubrir es dejar mostrarse a la natu- resulta especialmente inmediato en la expe-
raleza según una verdad que se hace mani- riencia de unos hombres que no sólo se
fiesta en y mediante el artefacto, el arte, la enfrentan al mundo, sino a un ‘nuevo mundo’:
técnica, la matemática, el estilo y la retórica: el los descubridores y conquistadores. Cuando
verbum del hombre en el mundo. Pero sobre Pizarro o Hernán Cortes entablaron lucha con
todas las demás, el arte de la instrucción y de incas y aztecas debieron experimentar que las
la educación son el desvelamiento y la mos- corazas y los arcabuces, los cañones, la caba-
tración de lo que el hombre es: “La naturaleza llería y la pólvora les prestaban una clase de
madre omnipotente, concedió a los animales semi-invulnerabilidad que en no pocos casos
irracionales mayor auxilio para sus funciones fue interpretada como divinidad por el
genuinas, empero como la providencia divina enemigo. Frente a las tribus precolombinas un
no más que a un ser animado hízolo racional, soldado español enfundado en su armadura y
maban como impropio para la realización del de letras que -como ya hemos visto- luchan 38
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hombre según su forma propia 78. contra otra forma de barbarie. Quien se ha
hecho “alternativa al orden de los bellatores
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Es cierto que el pintor sevillano pretendía
que su actividad le valiera para ingresar en una es el humanista, que asienta en su supremacía
institución que era la objetivación social de un filológica su supremacía cultural, intelectual y
estamento, el de los bellatores. Y que seme- social”80, y al hacerlo ha extendido la libertad
jante aspiración habría y, por tanto, la posibilidad del reconocimiento
social, al ámbito de las realizaciones culturales
resultado impensable dos siglos antes. No y de los oficios civiles.
obstante, Velázquez no es un pionero porque
el camino había sido ya abierto por los huma- El tránsito del artesano al artista es la singu-
nistas que hicieron valer su pericia profesional larización de la obra y del autor que se reco-
como un status social libre. Y aún antes esa nocen mutuamente en el estilo: el artista es el
posibilidad se había incubado en la homolo- autor de obras con nombre, y por eso el artista
gación entre las armas y las letras en lo que a gana un nombre para sí mismo en sus obras,
status y reconocimiento social se refiere. Hacía del mismo modo que antes lo habían ganado
tiempo que “poco a poco los títulos acadé- los que llegaban a ser ciudadanos por su ser-
micos, respaldados por disposiciones ponti- vicio a la polis, o por sus hazañas guerreras y
ficias y reales, se equipararon a la nobleza (...); políticas. Esas obras del pintor son ya, por
el máximo grado que la universidad reconocía, tanto, acciones libres que expresan la conve-
el de doctor, daba derecho a usar un anillo de niencia de ese mismo status para su autor, y
oro, como los de la aristocracia” 79. Es más, lo eso es lo que reivindica Velázquez. No se trata,
que resulta un tanto anacrónico respecto de la además, de un fenómeno aislado que
situación en Europa -aunque no en España-, es alcanzara sólo a pintores o humanistas, porque
que Velázquez concibiera que el reconoci- “desde mediados del siglo XV hay un floreci-
miento de su oficio como un arte liberal se miento de todas aquellas artes que la Edad
tenía que llevar a cabo en la forma de ingresar Media había infamado tachándolas de mecá-
en una orden militar: este tiempo tiene ya nicas. Y no se trata sólo de su reflorecimiento,
unos nuevos bellatores que no son los hombres sino de la reivindicación de su dignidad, de
de armas ni sus instituciones, sino los hombres una vitalidad y una capacidad creadora
propias” 81. Son, en definitiva, los “hombres librio entre contemplación y acción” 84. Sin 39
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
respuesta que exige de quien decide que sea hacía valer en el orden social porque suscitaba
dueño de sí con la radicalidad precisa para su propia provisión (o condiciones iniciales).
55
decidir el propio destino. En nuestra tradición, Sin duda que esa nueva forma era viable sólo
la habilitación del sistema social para dar en la medida que hubiera ciudades. Ahora
cabida una libertad de esa clase se produjo bien, durante la Edad Media la libertad no
primera vez con la forma de la perfección ganó para sí misma nada más que el orden de
evangélica de la vida religiosa mediante los los oficios religiosos, y consiguientemente se
votos. limitó a ser la forma peculiar de constitución
de un estamento en una sociedad que era ella
No obstante, y como ya se vio, el sistema misma estamental. Es más, desde esta pers-
precisó rectificaciones porque, como el voto de pectiva bien puede decirse que la sociedad
pobreza no afectaba a las instituciones, éstas medieval es una subordinación mixta del
se fueron asimilando a las estirpes con patri- sistema de castas y estirpes para abrir la posibi-
monios raíces que se regían por las formas feu- lidad de las profesiones, aunque, eso sí, exclu-
dales del señorío y la servidumbre, de modo sivamente religiosas: el mundo antiguo se
que, socioeconómicamente al menos, se difu- abría por el cristianismo a la principialidad de
minaba la distinción entre las estirpes civiles y la libertad que constituirá al mundo moderno
las comunidades monásticas, en las que como una sociedad de profesiones, en la que,
también se entraba a formar parte en virtud por ejemplo, la idea de vocación también tiene
de una adopción por la que se pasaba a tener un sentido civil y profesional. Aquí es donde, a
un padre, un abad. Una de esas rectificaciones mi juicio, el Renacimiento resulta epocalmente
vino en la forma de las Ordenes Mendicantes. inteligible como el momento de la ampliación
En ellas el fraile no ejercía ya su oficio en de la libertad a las actividades civiles y produc-
virtud de un patrimonio institucional que toras constituyéndolas en profesiones, cuya
garantizara el ocio contemplativo del pericia se tiene también como el método del
monacato; sino que el ejercicio de dicho oficio hombre hacía sí mismo, hacia su realización.
quedaba perentoria y constantemente pen- Esa ampliación se lleva a cabo en la extensión
diente de que la comunidad civil lo auspiciara del sistema de las profesiones a los oficios
con limosnas. Así, mediante la limosna, es civiles: el transito de la limosna al mecenazgo.
El mecenazgo cumple la misión que respecto religioso desde el voto de pobreza y, más con- 43
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
del oficio divino y en el caso de las órdenes cretamente, según la forma que tomó en las
mendicantes cumplió la limosna en la Edad órdenes mendicantes, en las que el ejercicio de
55
Media. Pero ahora no se trata de predicar y tales oficios divinos quedaba a expensas de la
ejercer los ministerios de Dios, sino de oficios limosna. Al extenderse dicho modelo -aunque
que son realizados como tales y que a una des- sea incipientemente- a las pericias civiles se
treza pericial suman la originalidad de un llama mecenazgo, y, más tarde, cuando se
estilo, o mejor, en los que tales destrezas son extienda a la totalidad de los ámbitos sociales
ejercidas desde la singularidad irreductible de se servirá del salario y producirá la actual
un sujeto y no desde la norma reguladora de forma de la sociedad de profesiones. Desde
una comunidad artesanal o docente. La clase luego que todo ello ocurrió gradualmente, con
de ampliación que el mecenazgo supone res- distintos ritmos según los distintos ámbitos, y
pecto de la limosna es, en términos socioeco- también que el salario ya existía, pero lo que
nómicos, la incipiente ampliación de la se intenta señalar no es que se inventara el
libertad al conjunto de las actividades salario, sino que éste se convirtiera en la estra-
humanas que pueden configurarse así como tegia social para la sustentación de oficios que
profesiones, ocupaciones libres: actividades se tienen por libres y que, por tanto, confi-
que suscitan su propia provisión o condición guran un sistema social.
inicial de posibilidad económica. Lo crucial aquí es que la singularización del
Que sea el mecenazgo y no todavía el salario estilo en sujetos individuales significa que la
la forma socioeconómica que puede dar razón obra queda adscrita a la irreductibilidad de un
de la peculiaridad epocal del Renacimiento es sujeto individual de la que es realización y
la razón por la que se apuntó antes que la apa- manifestación, y que el sistema sociocultural se
rición del trabajo en el reino de la libertad es reajusta para la extensión de esa posibilidad.
en esta época sólo incipiente y programática. Dicho de otro modo, se empieza a concebir la
De ese modo, bien puede decirse que la posibilidad de que la clase de actividad que es
extensión de la libertad a las pericias civiles se un hacer pericial y productor (poiesis) pueda
lleva a cabo al rebufo de la movilidad y ser expresión adecuada de una subjetividad
libertad social que supuso el ejercicio del oficio individual que, por ello mismo, se realiza
definitivamente buena parte de las lenguas dores recolectores, sólo que ahora no es la 45
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
romances, y que éstas no son fundadas por los espontaneidad de la tierra lo que les dota de
gramáticos del trivium escolástico, sino por alimento, sino que es la espontaneidad social
55
autores como Dante y Lutero, o por tradiciones suscitada por el ejercicio de alguna pericia la
compuestas de monumentos literarios, se verá que hace surgir los frutos (la limosna, el mece-
que en tales casos la imitación no puede sino nazgo o las dádivas del público) en el nuevo
imponerse como el método casi exclusivo para humus de la sociedad occidental: las ciudades.
la perfección en el uso de los nuevos idiomas. El auge del Humanismo Pericial es, en
Pero esa ampliación de la independencia efecto, impensable fuera del contexto de una
respecto de las comunidades normadas para civilización urbana, en la que una naciente
cumplir una misión no alcanzó sólo a las élite social ejercía -o, al menos, sustentaba-
formas de piedad o a los oficios artísticos, sino unas actividades como nuevo modelo de per-
a buena parte de las distintas esferas de la vida fección que sancionara y justificara su estatus
social. “Los profesores solían llevar la misma de privilegio, más allá de las simples condi-
vida errante que los actores” 90 y que los ciones fácticas de dominio. El desarrollo del
frailes predicadores, cabe decir, porque las tres nuevo patriciado es correlativo con la pro-
son formas de vida que se llevan a cabo sin gresiva disolución del sistema feudal, la for-
dotación patrimonial que la posibilite, sino por mación de las ciudades, el desarrollo del
el reconocimiento social de la pertinencia de comercio, de los intercambios de toda índole y
su ejercicio allí donde se realiza. Llevar una la aparición de las profesiones civiles. La
vida errante no es una cuestión tan secundaria ligazón de todos esos hechos es un nuevo
como puede parecer, porque implica que se sistema social que tiene la forma objetivada de
trata de los nuevos nómadas, esto es, de los las instituciones -y, sobre todo, de las ciudades-
que no tienen bienes raíces o raíces 91, y , y la forma subjetiva de las ideas. No es infre-
sobreviven sólo en virtud de que el nuevo con- cuente que los filósofos denuncien de la escasa
texto social les permite recoger aquí ahora y densidad filosófica del humanismo, es decir, de
allí más tarde lo que precisan para subsistir. que esa forma subjetiva de una nueva época
Profesores, saltimbanquis, actores y frailes pre- no se constituyera según la objetividad de la
dicadores son la nueva versión de los caza- teoría en un sistema filosófico. Podría contes-
como el inicio del movimiento de ampliación Todo ello, en efecto, contiene en germen las 47
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
La historia de Europa no terminó con los cierto, de la que los hombres del Renacimiento 48
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
25. ERASMO, De cómo los niños deben ser 36. Cfr., MARTIN DE TAPIA, Vergel de 51
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
respecto del Renacimiento. Ahora bien, 53. Cfr. ERASMO, De como los niños han de 52
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
aunque la oposición entre ley y libertad sea ser precozmente iniciados en la piedad y en las
sólo un aspecto parcial del luteranismo, eso no
55
buenas letras, en Obras Escogidas, Aguilar,
quiere decir que no sea esencial, o, al menos, Madrid 1964.
eso es precisamente lo que el propio Lutero le
dice a Erasmo, con quien ya había entrado en 54. GONZALEZ, G., Dialéctica escolástica y
franca beligerancia: “lo que yo estimo, lo que lógica humanista, Edic. Universidad de Sala-
alabo en ti, es que fuiste el único que tocaste manca, Salamanca, 1987, p. 133.
el punto neurálgico de la disensión: el libre 55. GARIN, E., op. cit., p. 105.
albedrío. Tú no me fatigas con cuestiones acce-
sorias, Sólo tú diste en el nudo. Sólo tú me 56. RICO, F., El sueño del humanismo. De
pusiste el puñal en la garganta. Gracias Erasmo Petrarca a Erasmo. Alianza Universidad,
(...)”. Madrid, 1993. p. 43.
48 Contra la desdramatización de las tesis 57. GARIN, E., op. cit., p. 89.
luteranas sobre el dominio del Diablo sobre el 58. GARIN, E., op. cit., p. 96.
mundo se queja Oberman, H. A., autor de una
de las más recientes biografias sobre el refor- 59. GRASSI, E., La filosofía del Humanismo,
mador: Lutero, Un hombre entre Dios y el Anthropos, Barcelona 1993, p. 115.
Diablo, Alianza, Madrid 1992, pp. 124-129. 60. PICO DELLA MIRANDOLA, De hominis
49. LUTERO, De servo arbitrio, WA, t. XVIII, dignitate, ed. de Garin E., (Florencia, 1942).
658 13-16. Puede encontrarse una traducción castellana
50. LUTERO, op. cit., WA, 738, 35-739, 1) en Humanismo y Renacimiento, selección de
textos de Santidrián, P. R., Alianza, Madrid,
51. CRUZ, A. La ambigüedad del Renaci- 1986.
miento, inédito.
61. Cfr., GRASSI E., op. cit., p.147.
52. SUAREZ, L., Humanismo y Reforma
Católica, Palabra, Madrid 1986, 62. GARIN, E., op. cit., p. 32.
p. 58. 63. GARIN, E., op. cit., p. 26.
64. DRESDEN, S., Humanismo y Renaci- 75. VASARI, G., Vidas de pintores, escultores 53
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
mecánico, el intelecto de las manos”. Heller, mente posibilitante entre praxis y poiesis y
A., op. cit., p. 402.
55
episteme y techne. Sin duda la reivindicación
79. SUAREZ, L., op. cit., p. 24. del valor de la experiencia para el conoci-
miento es casi un tópico de la época, pero
80. RUIZ PÉREZ, P., “La cuestión de la lengua
castellana: aspectos literarios y estéticos en los sobre todos destaca, quizá, la encendida
siglos XV y XVI”, en Gramática y Humanismo. defensa de la experiencia que lleva a cabo Leo-
(Perspectivas del Renacimiento español), Edi- nardo da Vinci, que llegó a decir que su saber y
ciones Libertarias, Madrid, 1993, p. 129. sus obras habían “nacido por la sencilla y pura
experiencia, que es maestra verdadera”. Un
81. ROMANO, R., Y TENETI, A., Los funda-
estudio introductorio sobre la posición de Leo-
mentos del mundo moderno, Siglo XXI,
Madrid, 1986, p. 164. nardo en este punto puede encontrarse en
Mondolfo R., Figuras e ideas de la filosofía del
82. Idem., p. 165. Renacimiento, Icaria, Barcelona, 1980, pp. 9-
83. Idem., p. 166. 36. Los correlatos sociológicos entre la nueva
84. VAZQUEZ DE PRADA, V., op. cit., p. 64. forma de ciudadanía y el estatuto epistemo-
lógico de la nueva ciencia se estudiarán en el
85. Conviene no pasar por alto, sin capítulo cuarto de este trabajo.
embargo, que la revisión de la distinción aris-
totélica entre praxis y poiesis es correlativa a la 86. DRESDEN, S., op. cit., p. 234.
puesta en tela de juicio de la distinción entre 87. GARIN, E., p. 90.
episteme y techne. Si hay un cierto correlato
entre la condición de ‘ciencia libre’ de la meta- 88. Cfr., SUAREZ, L., op. cit., p. 69
física, y el estatuto de hombre libre del ciu- 89. RUIZ PÉREZ, P., “Otra mirada sobre el
dadano aristotélico (cfr. capítulo primero), Renacimiento español”, en Gramática y Huma-
justo es señalar que ese mismo correlato se
nismo (Perspectivas del Renacimiento español),
establece en este tiempo entre la nueva clase
Ediciones Libertarias, Madrid, 1993, p. 18.
de ciudadanía que se está configurando, y la
nueva ciencia: uno y otra se constituyen res- 90. BURCKHARDT, J., op. cit., p. 195.
91. Al respecto no deja de ser significativo 93. CHOZA, J. “El humanismo judío”, en Los 55
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que sea en este tiempo cuando aparecen for- otros humanismos, en prensa.
mulas jurídicas para defender y regular una
55
94. HEGEL, G. W. F., Lecciones sobre la filo-
nueva clase de propiedad que hoy conocemos
sofía de la historia universal, Alianza Univer-
por intelectual: “Ya desde mediados del siglo
sidad, Madrid, 1989, p. 655.
XV se afianza la idea de propiedad intelectual
y (...), en 1474 una ley veneciana para defender 95. RICO, F., Nebrija frente a los bárbaros,
los intereses de ‘los agudísimos ingenios aptos Universidad de Salamanca, Salamanca, 1978, p.
para pensar y encontrar varios ingeniosos arti- 38.
ficios’”. Romano, R., y Teneti, A., op. cit., p. 96. ERASMO, Educación del príncipe cris-
165. tiano, en Obras Escogidas, Aguilar, Madrid,
92. GARIN, E., op. cit., p. 147. 1964, p. 329.