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HIGINIO

MARÍN

HUMANISMO
PERICIAL

C U A D E R N O S
EMPRESA Y HUMANISMO
I N S T I T U T O

42
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HIGINIO MARÍN HUMANISMO PERICIAL
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

INDICE

Introducción La pericia como perfección: vir bonus


Barbarie y estados de perfección dicendi peritus.
Gramática contra barbarie: el estilo El estilo y el reconocimiento de la
como ciudadanía en la república de las libertad en los oficios civiles: de la
letras. limosna al mecenazgo.
Gramática, estilo y excomunión: la NOTA BIOGRAFICA
reforma luterana.
El nuevo trivium: retórica, gramática y
lógica.

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Introducción mediante el cuidado de las letras. Armas y 3


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letras frente a lo que se tiene respectivamente


En 1492, a sólo un paso del siglo XVI, Nebrija por barbarie político-religiosa y cívico-lin-
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presenta a los reyes Isabel y Fernando la güística. Nebrija cree, como Valla, que en las
primera “Gramática de la lengua castellana”. lenguas está contenida la fuerza para “redimir
En ese mismo año Juan Luis Vives nace en a los pueblos de la barbarie”, y su gramática
Valencia, Erasmo es ordenado sacerdote, castellana sigue el impulso humanista iniciado
Lutero estudia en Mansfeld, Tiziano aprende ya en su magisterio del latín: “desbaratar por
en Venecia y Miguel Angel en el taller de Chir- donde pudiese la barbaria por todas partes de
landajo, Lorenzo Medicis muere en Florencia, España tan ancha y luengamente derramada”
Colón descubre América y los judíos son expul- 2. Se trata, sin duda, de la naciente convicción
sados de España. Es muy probable que en la en que “el destino humano yace en el poder
agitada corte de los Reyes castellanos que aus- de la palabra” 3, y que el cuidado de las
piciaban reformas eclesiásticas y arriesgadas pericias lingüísticas “logrará alumbrar una
exploraciones marítimas, al tiempo que sos- nueva civilización”4.
tenían ejércitos dispuestos a batallar por toda
Europa, y quizá incluso por el norte de Africa, El castellano era un idioma general y exten-
aquella propuesta para la regularización del samente utilizado, que contaba con no pocos
uso del idioma, no atrajera los entusiasmos monumentos literarios, pero en sentido
populares que muy poco después despertaron estricto carecía todavía de una medida común,
las Indias o las victorias del Gran Capitán. Sin de un canon expreso y objetivado que regula-
embargo, uno y otro son hitos emblemáticos rizara su uso. La cuestión puede parecer secun-
de dimensiones contiguas pero diversas de una daria y accidental en un mundo conmovido
misma época. Gonzalo Fernández de Córdoba por la aparición de continentes geográficos,
es un soldado de la Cristiandad que se curte en políticos, religiosos, artísticos y sociales que
las postrimerías de la reconquista ibérica, en la son en parte efecto, y en parte causa, de una
extensión de los reinos cristianos y la victoria exaltación -y más tarde también de una denos-
sobre el infiel1. Nebrija, en cambio, capitanea tación- de las facultades y de la conciencia de
una reconquista que quiere “desarraigar la sí del hombre como pocas se han dado en
barbaria de los ombres de nuestra nación” nuestra tradición. Sin embargo, en lo que

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Nebrija supuso para el castellano o, en tér- 4


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siones y plantea, de entrada, la siguiente
minos más generales, en lo que los llamados cuestión: ¿de qué modo la grammatica pudo
gramáticos significaron en esta época, es llegar a convertirse en la invocación del homo
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posible que se encuentre cifrada la forma más humanus frente a la barbarie? Para lograr una
característica del humanismo renacentista: contestación que sea, al menos, suficiente, se
Nebrija, como buena parte de los gramáticos y hace preciso -aunque suponga alguna demora-
hombres de letras de su época, “propone una ganar cierta perspectiva histórica sobre la idea
revisión general de la cultura, y armado de los de barbarie.
studia humanitatis, rechaza globalmente la
orientación medieval del saber que por no
poseer debidamente el latín ha degradado la Barbarie y estados de perfección
filosofía, la medicina, el derecho, la teología, Veinte siglos antes, la cultura griega -y muy
en suma, todas las disciplinas”5. especialmente la escultura y la filosofía- se
Con independencia de la dudosa justicia del había debatido en torno a la búsqueda de la
juicio humanista sobre el estado de las ciencias medida de lo humano, del hallazgo del canon
y saberes en el conjunto de la Edad Media, “es que permitiera aprehender y realizar la
indiscutible que los escritores del siglo XV insis- medida de la humanidad en el hombre: cin-
tieron hasta el paroxismo en su rebelión contra celar en piedra o concebir en ideas la cifra que
una situación de barbarie, y en favor de un es el logos (pensamiento y palabra) para la
renacimiento de la humanitas”6. Lo novedoso posesión y manifestación de la especificidad de
de la situación no es, sin embargo, el énfasis de lo humano. Ese es, quizá sobre cualquier otro,
la reivindicación sino que ésta fuera hecha por el anhelo de hombres que disputaron sobre
literatos y gramáticos, y que, por tanto, la bar- cánones de seis, de siete cabezas, o sobre ideas
barie contra la que se agitaban fuera también (eidos), sustancias (ousias) y esencias
y sobre todo una barbarie lingüística. Una y (morphes). Antes incluso, la cuestión de la
otra idea, la de humanitas y la de barbarie, son medida común está presente en la mitología
correlativas, y cada sistema sociocultural es heroica y en la tradición poética griega.
también una versión epocal de ambas. El Aquiles, por ejemplo, es el héroe cuyo cuerpo
Humanismo Pericial es la tercera de esas ver- está poseído de una medida que no es la del

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hombre: la invulnerabilidad. A ella le debe su 5


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Atenas el ateniense no era un ser humano
fama y su excelencia entre los griegos. No obs- auténtico”7 dice Heller. En oposición extrema
tante, en Aquiles la medida de lo humano no al heroísmo y la ciudadanía se halla la bar-
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está rota por esa otra medida ajena. Pese a barie. Bárbaro es el que habla balbuceando -
estar poseído por una medida extraña a la como un ba, ba, ba-, es decir, quien carece de
humanidad, ésta puede reconocerse en él la común medida en el hablar (y en el hacer), o
porque los dedos que lo sostenían impidieron quien no habla griego y está poseído por una
que el talón se sumergiera; y ahí, en ese punto, voz que es extraña, que no se entiende y no
Aquiles como el resto de los hombres también permite el reconocimiento. Quizá sea suficien-
es mortal. En el talón, el cuerpo de Aquiles temente significativa al respecto, la forma en
está sometido a la mortalidad, a la medida de que Herodoto reinterpreta una leyenda
lo humano que, no obstante (y por ello dodonea con el fin de que resultara verosímil.
mismo), se reconoce también y más específica- Contaban los dodoneos que unas palomas les
mente en su superioridad semidivina. Héroe es habían hablado en ‘lengua humana’ para indi-
aquel en quien la cualidad de lo humano está carles la necesidad del oráculo, pero el histo-
trasmutada según una medida que sin ser la de riador cree que esa leyenda tiene que ver con
los hombres, tampoco es su ruptura sino su el rapto de dos mujeres egipcias: “pienso que
realización más cabal: su aletheia, el desvelarse los dodoneos llamaron a las mujeres palomas
de la verdad de lo humano según la perfección porque eran bárbaras, y se les figuraba que
que le conviene. hablaban a semejanza de aves. Dicen que con
el tiempo la paloma habló con voz humana,
En Grecia, la humanidad propiamente dicha esto es, cuando las mujeres les decían cosas
es un estado de perfección -con la forma del inteligibles; mientras hablaban en lengua
héroe aristocrático primero y más tarde del bárbara les parecía que proferían voces a
ciudadano-, en el que la cualidad de lo manera de ave, pues ¿de qué modo si no es así
humano se realiza según una medida que no se puede entender que una paloma llegara a
es la del mero mortal (sino el favor o la pater- hablar con voz humana?”8. Para decirlo con
nidad de algún dios para el héroe), ni la del palabras del romano Ovidio: “bárbaro soy aquí
mero individuo (sino las leyes, la paideia y la puesto que no me entienden”. La barbarie es,
libertad entre iguales para el ciudadano): “Sin pues, estar poseído por una medida extraña y

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distinta de la medida en la que la comunidad sino que malogra la propia plenitud. También 6
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se reconoce y realiza como tal. la ciudadanía es una cierta posesión10: el ciu-


dadano está poseído por la medida que
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Quien aborrece la ley y ejerce su poder al
margen de ella se hace “una bestia como no permite el reconocimiento, y que funda la
cabe imaginar otra más horrorosa ni más intersubjetividad de una sociedad, esto es, por
odiosa para dioses y hombres -dice Cicerón-, la ley que es la medida de la ciudadanía. La
pues, aunque tiene apariencia de hombre, sin barbarie, por el contrario, es precisamente la
embargo, por la inhumanidad de su conducta ausencia y la imposibilidad del reconocimiento
supera a las fieras más monstruosas. Porque, por la falta de dicha medida común. Bárbaro
¿quién llamaría hombre justamente a uno que es, pues, el desposeído de aquello en virtud de
no quiere tener comunidad jurídica, ni lo cual es posible la comunidad.
sociedad humana alguna con sus conciuda- La convicción de que la barbarie consiste en
danos, ni con todo el género humano”9. Estar la falta de ley o de norma, no procede sólo de
poseído por una medida ajena puede llegar la ascendencia grecolatina de nuestra tra-
hasta la monstruosidad cuando lo humano dición, o de lo que era ya la tradición para un
sucumbe y se rompe hecho añicos por la hombre de los siglos XIV y XV. Entre los judíos
medida que lo usurpa. Lo humano roto y la ley cumple una función sociocultural muy
usurpado por una voz extraña que impide o similar: es Moisés, el mismo que libera de la
problematiza gravemente el reconocimiento: esclavitud en Egipto, quien recibe de Dios y
eso es un bárbaro (y eso es probablemente entrega al pueblo elegido el Decálogo, la Ley.
también un “poseído”, el que está roto por la Esas dos acciones -liberar y dar ley- aunque dis-
posesión de lo completamente otro). tintas son estrictamente correlativas. En la
Ahora bien, tanto el héroe como el bárbaro norma se funda y se expresa la identidad inter-
aparecen como unos poseídos; sin embargo, subjetiva que permite el reconocimiento, que
mientras que para el primero la posesión es libera de la barbarie del politeísmo y la ido-
desvelamiento y realización, para el segundo latría, y que traza, en la tradición veterotesta-
estar poseído es tanto como estar ausente de mentaria, la cesura entre los hijos de Abraham
sí mismo y sometido a la esclavitud de una y la gentilidad. Pertenecer a una de las doce
fuerza o un principio extraño, que no cumple tribus de Israel, ser circunciso, es estar

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normado y sellado según una ley que es 7


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ciudadanía se conjugan para hacer consistir la
también expresión de la promesa del excelencia sociocultural (y cristiana, la san-
Redentor; es decir, ser judío es en este con- tidad) en un estado de perfección: para los
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texto, en orden a la encarnación y respecto de monjes eludir la barbarie del mundo y del
la gentilidad, un estado de perfección: la pecado consiste en estar sometidos a norma, o
situación en virtud de la cual el Mesías puede más propiamente, a “la regla”: ella es la que
acontecer. También en la tradición hebrea da la medida del reconocimiento expresado en
encuentran eco las palabras de Homero con las el nombre que se recibe como signo de una
que se señala al que carece de la medida que nueva identidad, la del hombre que habita
permite el reconocimiento: “sin tribu, sin ley, entre iguales según una regla y un abad.
sin hogar”, aunque ahora la tribu sea Israel, la También aquí, pues, el individuo elude la bar-
ley el Decálogo, y el hogar la tierra prometida barie y se hace libre en la medida en que es
de la que mana leche y miel. reconocido y capacitado por la pertenencia a
En la Antigüedad eludir la barbarie es some- una comunidad, cuya constitución y medida
terse a la norma común o a la medida del reco- para el reconocimiento es una ley, una regla.
nocimiento. La ley es el canon que funda la Conviene, sin embargo, advertir que la
comunidad, la medida que permite el recono- noción de estado de perfección puede enten-
cimiento y la capacitación para habitar comu- derse de dos modos. En su acepción relativa
nicativamente entre iguales. Para Cicerón, por estado de perfección significa la situación más
ejemplo, “pueblo (populus) no es todo con- próxima y capaz respecto de la plenitud ter-
junto de hombres reunidos de cualquier minal; un grado de realización próximo al
manera, sino el conjunto de una multitud aso- cumplimiento final. En sentido absoluto, sin
ciada por un mismo derecho, que sirve a todos embargo, estado de perfección significa la
por igual”11. Ser ciudadano en Atenas o ser situación misma desde la que queda abierta la
‘persona’ en Roma son los estados de per- posibilidad de dicha perfección o plenitud.
fección en virtud de los cuales la humanidad Pues bien, lo que en el segundo capítulo se
puede acontecer y ser reconocida en el llamó la índole maquinaria del sistema social
hombre. También durante buena parte de la antiguo implicaba que la ciudadanía tendiera
Edad Media, los rasgos del heroísmo y de la ahí a constituirse como un estado de per-

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fección en sentido absoluto. Mientras que lo es respecto de la posibilidad de que la huma- 8


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que se llamó propensión orgánica del sistema nidad reconozca la universalidad de la


sociocultural medieval connotaba una cierta Redención en la singularidad de la historia del
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relativización de la noción de estado de per- pueblo elegido, lo que el talón de Aquiles es
fección, al menos en tanto que aplicada a las respecto de la posibilidad de que los hombres
formas de vida sociológicamente diferenciadas (los griegos) adviertan su propia medida, la
como religiosas. El monacato, por ejemplo, mortalidad, en la figura del héroe homérico.
pudo tender a constituirse como estado de La idea de naturaleza en tanto que especifi-
perfección en sentido absoluto respecto de la cidad y universalidad con un alcance irres-
santidad en la Iglesia militante, pero no lo fue tricto, que permite pronunciar la palabra
respecto de la santidad como salvación: el con- humanidad como una convocatoria universal a
junto de los fieles cristianos tenían acceso a la la especificidad de lo humano, es el término de
salvación, aunque, eso sí, problematizada por una dinámica que conjuga el contenido arque-
el mundo. típico de las figuras de Aquiles y de Rut, y que
Salvadas las distancias y si se entiende que va a tener probablemente sus primeras expre-
hablamos exclusivamente desde la perspectiva siones socioculturales en la universalidad -
sociocultural, Rut la mohabita es en la genea- catolicidad- del mandato evangélico de pre-
logía de Cristo, lo que el talón en el cuerpo de dicar la salvación, y en la extensión del
Aquiles: el punto en el que la humanidad estatuto de la urbe al conjunto del orbe en la
reconoce su medida común inscrita en un idea misma de imperio12
estado de perfección. Rut es el signo de que Rut es el símbolo de la universalidad de un
tras Cristo la Redención y la Ley alcanzan status sobrenatural que precedió al reconoci-
también a la gentilidad, como el talón es en miento de la universalidad de la condición
Aquiles la señal de que sus proezas son las de humana. Y que en la historia de las ideas cris-
un mortal. Pero además puede decirse que Rut talizó con la forma de la noción de persona en
descubre al pueblo elegido como un estado de la filosofía cristiano-medieval, pero que tiene
perfección absoluto sólo respecto del naci- formulaciones no cristianas tanto en el orden
miento del Mesías, pero no respecto de la efi- de las ideas como en el de los status sociopolí-
cacia de la Redención. En tanto que signo, Rut ticos. La idea misma de Imperio en tanto que

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supone una cierta extensión del ordenamiento ley, es decir, la ciudadanía moral del universo: 9
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de la civitas, contiene también una dinámica la humanidad es un estado de perfección de la


expansiva por la que el orbe terminará convir- naturaleza en el que la ley se hace manifiesta y
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tiéndose en urbe, es decir, por la que los meros funda una ciudadanía que es ahora cosmo-
habitantes podrán aspirar a la condición de polita, universal.
ciudadanos, de hombres libres. Así lo expresó
En la idea de la humanidad como un estado
Rutilo Damaciano dirigiéndose a la ciudad de
de perfección entre los seres naturales con-
Roma con las siguientes palabras: “al ofrecer a
tus vencidos el consorcio de tu propio derecho, vergen tanto la noción cristiana de persona
hiciste una Urbe de lo que era antes un Orbe”. (ens perfectissimun in tota natura, dice Santo
Al final del Imperio Romano, pues, y en los pri- Tomás), como el concepto estoico-romano de
meros siglos de la era cristiana, cuando humanitas. Desde ambas posiciones se puede
Caracala haya extendido la ciudadanía casi a la afirmar, tal y como hizo el humanismo rena-
totalidad de los habitantes -de las gentes-, centista, la comunidad universal de “la huma-
ampliando así también el estatuto de la urbe nidad en el hecho de que todo individuo fuera
al conjunto del orbe romano; y cuando en el un ser humano, (...) único vínculo considerado
círculo de los Escipiones primero, y después por natural” 13. La convergencia de ambas pers-
boca de los estoicos se pronuncie por primera pectivas configura la idea humanista de huma-
vez la palabra humanitas para nombrar -para nitas como un estatuto moral al tiempo que
convocar- a la totalidad irrestricta de los universal. Es cierto que semejante aspiración
hombres, entonces, también la posibilidad de puede encarnarse en la constitución de un
un reconocimiento universal cobrará la forma sistema sociopolítico universal, un nuevo
de hacer coincidir la polis con el cosmos en una imperio, y esa fue, en efecto, la forma que
ley, en una medida común que llaman tomó para hombres como Nebrija o Carlos I.
“natural”: la norma o la medida que rige al Pero la colosal energía que exigía dicha
conjunto del universo, y por ende al hombre, y empresa no hizo sino contribuir a socavar la
que hace del cosmos la polis para los hombres base que la hacía posible: la vieja unidad
sin exclusión. La Humanidad es ahora, a dife- europea en el cristianismo tocaba a su fin. En
rencia del resto de los habitantes del cosmos, tal tesitura, como ocurre siempre que una
la clase de ciudadanía que se hace cargo de la forma del mundo se desmorona, los hombres

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retiraron -aún con más ahínco- la aspiración de los individuos que estos pueden aspirar a ver 10
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universalidad de la exterioridad que implica un reconocida en la totalidad de sus actividades.


sistema sociopolítico, para llevarla a la interio-
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Dicho de otro modo, si bien es cierto que la
ridad del sujeto: he ahí como las armas humanidad misma, la condición humana de los
empiezan a perder su batalla contra las letras. miembros del género humano se concibe
La barbarie no puede ser ya, por consiguiente, ahora como estado de perfección absoluto res-
una extranjería respecto de comunidades pecto del resto de los seres naturales, dicha
humanas particulares (“buena patria será condición es sólo la convocatoria a infinitas
aquella donde cualquier hombre culto fije su posibilidades de realización que constituyen al
residencia” 14), porque la humanitas es la con- homo humanus, esto es, estados de perfección
vocatoria que interpela al conjunto de los relativos entre los que destaca la asimilación
miembros del género humano para que se entre la humanitas y las litterarum, pero que
logren a sí mismos como homo humanus. Con- también alcanza incipientemente al conjunto
siguientemente la idea de barbarie se inte- de las pericias distintivamente humanas. Tales
rioriza y no es ya una extranjería sociopolítica son, por ejemplo, las artes, las técnicas y las
o étnica, ni siquiera religiosa; es la extranjería formulas intersubjetivas de relación. Con
del hombre respecto de sí mismo, respecto de palabras que pueden inducir a equívocos (que
su propia realidad según la forma de la huma- aquí intentamos evitar utilizando el término
nitas. Esa emergencia del individuo respecto “pericial”), esta es también la tesis que Heller
del sistema sociocultural tiene que ver, desde sostiene cuando señala que el Renacimiento es
luego, con la crisis de la unidad cristiana de el acontecimiento de “la aparición del trabajo
Europa, y con que los humanistas fueran - y la producción en el reino de la libertad” 15.
como ha dicho Jacinto Choza- “casi todos ellos
cosmopolitas, y cristianos, que están asistiendo
a la fragmentación de la cristiandad”; y con la
aparición de las lenguas nacionales y el cuarte-
amiento de Europa en estados; pero también,
y quizá sobre todo, con el reconocimiento de
la libertad como una propiedad universal de

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Gramática contra barbarie: el estilo Brunise llaman de humanidades justamente 11


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como ciudadanía en la república de las porque perfeccionan y adornan al hombre”. 55


Repárese, por cierto, en que para esta época
letras. ‘adorno’, es decir, “ornatus, no es un embelle-
Pues bien, lo que aquí se quiere sostener es cimiento extrínseco, sino un medio esencial
que la forma epocal del humanismo renacen- para hacer visible” 17, para sacar a la luz y que
tista consiste primeramente en verter (e inte- se vea la íntima constitución de lo real.
riorizar) las categorías de barbarie y libertad La cuestión es, en definitiva, que la huma-
sobre destrezas periciales y principalmente lin- nitas es ahora concebida sub specie littera-
güísticas, sobre las litterarum. Sin duda, esa turae y “concentrada en un poderoso ideal
reorientación, de haber ocurrido, debió educativo” 18 que no es otro que los studia
implicar que ambos términos -humanitas y lit- humanitatis. Es decir, las litterarum son conce-
terarumperfilaran su significado correlativa- bidas como artes ad humanitatem, como el
mente, conformándose según cierta sinonimia,
método que lleva al hombre hacia sí mismo. Se
tal y como en efecto ocurrió: “El término
trata, para decirlo con palabras de Nebrija, de
Humanitas quería expresar la idea de que el
“las artes que dicen humanidad”, de modo
hombre se hace a sí mismo, se realiza inte-
lectual, moral, religiosa y también física y esté- que las litterarum se constituyen para los
ticamente. En cuanto a litterarum, cuyo campo humanistas en lo que la praxis y la vida fue
semántico es casi exactamente el de Huma- para Aristóteles: “progreso hacia sí mismo y
nitas, representa las disciplinas que nos hacen hacia la perfección”. La humanidad en tanto
más humanos, aquellas que nos permiten que término del proceso de humanización se
alcanzar este modelo antropológico” 16. La asimila ahora a la clase de perfección que es
semejanza entre los campos semánticos de programáticamente posible mediante las litte-
ambos términos, deja ver que dicho modelo rarum que, por eso mismo y en justicia, son lla-
antropológico se ha conformado en torno a las madas studia humaniatis: las disciplinas en y
destrezas y perfecciones propias de unas disci- mediante las cuales el sujeto puede alcanzar
plinas -las litterarum- que vienen a llamarse por sí mismo y de modo progresivo su propia
‘humanidades’: “estos estudios -dice Leonardo plenitud 19.

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Vivir, crecer y realizar la humanidad en la como especie, sino que la dinamiza convir- 12
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propia individualidad, esa es la posibilidad que tiéndola en una ascética ontológica por la que
se abrió en esta época según la forma de los se piensa que el hombre está a expensas de
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humaniora o estudios de humanidad. A los llegar a serlo; y que el mero hecho de ser
hombres del Renacimiento no les faltan hombre (de pertenecer al género humano) no
autores clásicos en los que apoyar la idea de es más que la forma de ser de una interpe-
que la humanidad, propiamente dicha, sobre- lación, de una convocatoria que es universal,
viene al hombre por medio de los studia huma- es decir, que alcanza a todo hombre. Esa es la
nitatis; entre todos ellos Cicerón ocupa desde idea de humanitas y esa es la función preemi-
luego un lugar central, quizá porque en él nente de las pericias y saberes que se tienen
dicha tesis es explícita: “aunque los otros por artes ad humanitatem. La humanitas rena-
hombres pueden llamarse tales, sólo lo son centista es también, por consiguiente, un
propiamente los educados en las humani- estado de perfección en el que el homo
dades” 20. humanus acontece según una medida que
Las litterarum se conciben, pues, como el funda la comunidad, aunque ésta no sea ya
método del hombre hacia sí mismo. Decir “lit- una estructura sociopolítica. Ahora bien, en
terarum” es tanto como decir “artes hacia la tanto que estado de perfección la humanidad
humanidad y hacia uno mismo”, de modo que lo es en sentido absoluto sólo respecto del
no resulta difícil imaginar el entusiasmo y la resto de los seres del universo material,
exaltación de la propia vitalidad -del gozo de mientras que en sentido relativo lo es prima-
estar viviendo- que pudo generarse en torno a riamente según la forma de las humanidades.
unas destrezas que, según se piensa, realizan Consiguientemente, los studia humanitatis
la humanidad en el hombre, es decir, lo salvan no son sólo una propedéutica hacia la huma-
de la barbarie. La noción de humanidad como nidad, son también las artes en cuyo ejercicio
especie no significa ya sino convocatoria hacía consiste la libertad; o, de otro modo, son la
la humanitas, hacia la humanización del forma en la que el hombre habita y ejerce la
hombre: ser hombre es estar convocado a humanidad como una nueva forma de ciuda-
llegar a serlo. Propiamente el humanismo no danía: “formar hombres ‘nobles y libres’, (es)
abandona la idea ontológica de humanidad lo que constituye la esencia misma de la huma-

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nitas renacentista” 21. Ese nuevo estado de 13


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nidad, el procedimiento por el que la libertad
perfección (que es una versión epocal de la se amplia al conjunto de actividades humanas.
humanidad) es relativo porque no se asimila Es en y por las letras y el estilo como primera-
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con ningún sistema sociocultural concreto, mente se gesta esta nueva forma epocal de
sino con un amplio conjunto de perfecciones ciudadanía y humanidad en la que “el hombre
periciales. Se trata, además, de una perfección se (...) reconoce a sí mismo como tal. Igual que
que se erige sobre una idea de la universalidad se erguía antaño el griego frente al
de la condición humana -y de la libertad- que bárbaro”23.
no sólo se postula respecto del conjunto del
género humano (como ya había permitido Esa reorientación tiene como protagonistas
hacer el Cristianismo), sino que también (protoagonistas) a los gramáticos, porque la
empieza a alcanzar al conjunto de las activi- gramática es para las lenguas o para las Litte-
dades del hombre, incluidas aquellas que la rarum lo que la ley para Atenas y Roma, o el
Antigüedad y la Edad Media consideraban Decálogo para los judíos: la medida común
propias de los que no eran nobles ni libres: las que funda el reconocimiento y cuya falta
pericias técnico-productivas y los oficios satis- puede llamarse barbarie o falta de libertad. En
factores de necesidades de la vida. “Es cierto sentido estricto no hay ciudad sin ley, como
que también según el Cristianismo (la libertad) tampoco hay lengua sin gramática (cuestión
correspondía a la humanidad en general, distinta es que la ley o la gramática hayan sido
puesto que todos y cada uno de los descen- o no explicitadas y objetivadas). Ser libre es
dientes de Adán disponían de libre albedrío, estar sometido a ley porque la ley funda el
pero disponían de él sólo en el ámbito de la reconocimiento, porque es la medida común.
ética. Y cuando en esta época se transformó en Vale lo mismo para la lengua: la gramática es
universal no fue sólo porque correspondiera a el sometimiento a norma, esto es, la supe-
la totalidad de los seres humanos, sino ración de la barbarie o de la falta de la medida
también porque correspondía a toda la acti- que impide el reconocimiento y la intersubjeti-
vidad humana” 22. Como se va intentar vidad. Si respecto de la acción humana ha
mostrar es el estilo, o, lo que es lo mismo, la podido decirse que sólo es acción social en
interiorización singularizadora y perfectiva - tanto que normada, del lenguaje puede afir-
creativa- de las reglas que fundan la comu- marse que sólo es tal, es decir, que sólo es

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comunicativo en tanto que se somete a reglas, 14


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humanas, que, según el redescubierto Cicerón,
a medidas comunes de inteligibilidad y reco- es la actividad en la que el hombre se asemeja
nocimiento. Si la libertad y la ciudadanía más a lo divino: “orgulloso de su carácter aris-
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griega, la eleutheria, era la capacidad de vivir tocrático de gramático, Nebrija comunica
de acuerdo con las costumbres, y si en Roma la democráticamente su saber para una utilidad
educación ciudadana tenía como fruto que los de amplitud ciudadana” 27. La gramática es
hombres llegaran a “hacer libremente lo que en el orden lingüístico el derecho común que
las leyes les obligaban a hacer”24, ahora la ciu- convierte a una muchedumbre en populus, en
dadanía de la humanitas es poder hablar, decir pueblo y ciudad.
de acuerdo con los criterios que permiten el Una lengua sin gramática es una lengua
reconocimiento intersubjetivo. barbara, sin ley, sin tribu, sin hogar. Por ello
Bárbaro es ahora aquel en cuya palabra y pudo decir Nebrija que la lengua es la com-
discurso se hace difícil reconocer la libertad del pañera del Imperio, porque al recibir la ley la
hombre; es decir quien habla, dice Erasmo, “en lengua se hace también hogar y tribu y las
una lengua barbara y anormal, que escribe hace germinar con la misma vocación de uni-
una cosa y pronuncia otra, idioma bronco y versalidad semántica que constituye a las
áspero, con articulaciones que apenas parecen lenguas humanas; universalidad que, como es
humanas”25. Si es cierto que “humanitas obvio, Nebrija todavía asimila a la forma del
implicaba siempre un sentido de comunidad, imperio, es decir, a la universalidad de un
una conciencia profunda de ser ciudadano de poder político-militar (y de un sistema socio-
una ciudad, con la obligación de servirla”26, cultural) sucesor del poder y de la lengua de
esa ciudad y esa ciudadanía son ahora las Roma: “La equiparación del castellano con el
letras, las acciones que permiten habitar el latín significará en este contexto la sanción de
propio modo de ser llevándolo a su perfección, la herencia de Roma por España en el continuo
esto es, singularizándolo sin romper el recono- desplazamiento de los imperios hacía el occi-
cimiento intersubjetivo, sino más bien al con- dente” 28.
trario, intensificándolo. Por eso la acción de los No obstante, dicha universalidad semántica
gramáticos entraña una cierta analogía con la no es necesariamente correlativa a una
fundación de ciudades y comunidades estructura políticomilitar (que en la idea

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española de imperio acarrea cierto universa- son los que no tienen nombre o su nombre es 15
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

lismo religioso), sino que puede también refe- nefasto y “plebeia nomina”. Mientras que
rirse al hombre mismo y constituirse en una de para el “sabio todas las tierras son su patria, lo
55
las notas esenciales del modelo antropológico mismo que los mares lo son para los peces. A
con vigencia epocal. Ese es el caso de un donde quiera que vaya me encontraré en mi
tiempo que, como éste, aspira al uomo uni- patria, de forma que ningún lugar podrá
versale y que puede gritar con Dante “¡mi serme ni destierro ni extranjero”, declara el
patria es el mundo!” 29. Las lenguas humanas maestro de Dante, Brunetto Latini que, obvia-
son el hogar donde la singularidad se hace mente, se tenía a sí mismo por sabio.
ocasión y posibilidad de la universalidad; quien
habita una lengua habita el mundo cuya Lo que ahora interesa es, sin embargo, que
primera forma de humanización es el len- sin ley no es posible la ciudadanía que es la sin-
guaje, la palabra. Lo que primeramente hace gularización al tiempo que la realización de la
habitable el mundo para el hombre es la comunidad y de su medida. Ahora bien, si sin
palabra, y de ahí que aquellos que la tienen ley no hay en sentido estricto ciudad ni ciuda-
por su patria, los poetas, sean en cierto sentido danía, sin gramática tampoco hay singulariza-
los primeros pobladores del mundo, y es ciones de la lengua que permitan el reconoci-
ahora, en esta época, cuando reivindican sin miento, esto es, estilos y retórica. Adviértase
ambages esa ciudadanía. Esta es la universa- que “un humanista entendía por gramática no
lidad singular a cuya realización entusiasta se sólo el conocimiento de la morfología y la sin-
aprestan los hombres de un tiempo que taxis de una lengua, sino también su uso por
“dirigió todos sus esfuerzos hacía el ‘hombre medio de la elocuencia -oral o escrita- y la
poeta’, hacia su ‘ciudad’, hacia esa naturaleza poesía. Es este uso el que convierte a la gra-
mundana que por entonces estaba conquis- mática en la reina de las ciencias, en una sabi-
tando” 30. Si urbe y orbe se hacen coincidir en duría” 31. La grammatica no es sólo la regla,
la palabra, el destierro del mundo, la extran- sino también su dominio y ejercicio: el discurso
jería y la barbarie no pueden ser sino el des- que es a un tiempo invención y convención. En
tierro de la palabra, el exilio en los “imperite, ese sentido se puede decir que, como apuntó
inelegantesque scripti”. Por ello los nuevos Erasmo, “la precedencia la reclama la gra-
bárbaros -imperite- los bárbaros de la palabra, mática para sí” 32. El reconocimiento de que

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se está sometido a norma, y que ese someti- 16


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
como Petrarca puedan ser presentadas como
miento es libertad y no esclavitud, se lleva a las obras de quienes han combatido la bar-
cabo mediante el estilo, porque éste no es sino barie y la pérdida de la tradición cultural
55
la apropiación mutuamente perfeccionante de antigua: “defensor y restaurador de la rena-
la singularidad del individuo y de la intersubje- ciente literatura, y de la lengua latina, conta-
tividad de la norma. El estilo es la forma en la minada y casi destruida por unos siglos de
que el sujeto entra en posesión de sus obras horrenda barbarie” 33. Es ante esa ‘barbarie’
haciéndose reconocible mediante ellas, es escolástica cifrada primero en el latín y más
decir, confirmando y quizá también ampliando tarde en la metodología y epistemología
las formas de la intersubjetividad. Tener estilo misma del saber medieval, contra la que se
es tener nombre, habitar las propias obras y no produce la reacción de los gramáticos, que no
‘poder ser de otro’ (que es la definición aristo- tarda mucho en alcanzar al conjunto de los
télica de esclavitud). saberes, incluida la teología: “El ‘gramático’ se
hacía teólogo, y planteaba como preliminar
Si es cierto que la gramática es respecto de para una discusión ulterior el problema de la
la lengua lo que la ley respecto de la ciudad, lengua, del texto, de la traducción con todas
entonces también la ciudadanía (la libertad) y las implicaciones históricas que comportaba”
la barbarie serán concebidas sub specie littera- 34. He aquí, pues, que la comprensión misma
turae. Pero además, como dice Nebrija refi- del texto que era entre todos el más decisivo
riéndose al castellano, la gramática no es sólo de los topos intersubjetivos de la época,
condición de posibilidad del estilo (ciuda- quedaba mediada -¿y principiada?- por el
danía), sino también de la identidad histórica saber gramático. “En el conocimiento de la
de las lenguas (ciudades): la lengua castellana lengua (...) está fundada nuestra religión,
“hasta nuestra edad anduvo suelta y fuera de república christiana”, dice Nebrija que no pre-
regla, y a esta causa ha recibido en pocos siglos tende una reforma eclesiástica o meramente
no pocas mudanzas; porque si la queremos religiosa sino cultural, “para mostrar el
cotejar con la de oi a quinientos años, halla- extravío de unos siglos rebeldes a la cultura
remos tanta diferencia y diversidad cuanta antigua y probar que todas las cosas, humanas
puede ser maior entre dos lenguas”. De ahí y divinas, cobran rostro más verdadero a la luz
que, por ejemplo, las ediciones de autores de la grammatica” 35. De ese modo el huma-

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nismo en tanto que ascética ontológica tiende 17


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
las cosas no se conocen sino por los signos de
incluso a abarcar la perfección religiosa del las voces, el que desconoce la eficacia del len-
sujeto: el hombre perfecto es el hombre cris- guaje a cada paso anda a ciegas en el conoci-
55
tiano, piensa Vives. Pero no se trata sólo de la miento de las cosas, y es fuerza que sufra aluci-
perfección del sujeto, porque la gramática, en naciones y delirios. Te advierto que verás
tanto que medida común y cifra de las propor- menos que los que cavilan sobre palabrillas,
ciones, se convierte también en fuente de ins- con aquellos otros que, con jactancia, pre-
piración para el conocimiento y desarrollo de gonan que no les interesan las palabras, sino
las matemáticas, la geometría y hasta la que van directamente a las cosas” 37. La
música: “la raíz y simiente de la música -dice el palabra es, pues, el ámbito de la manifestación
humanista español Martín de Tapiaestaba de la realidad, de las cosas humanas y divinas,
asentada en la gramática, la cual, pululando, del hombre mismo.
nasciendo y cresciendo, vino a ser música” 36. La gramática retórica antaño sólo una disci-
No se trataba pues únicamente del saber plina ‘trivial’ (del trivium), es ahora la reina de
teológico ni tampoco de que se confundiera la las ciencias porque se afirma que el mundo
gramática y el contenido de los textos, sino comparece para el hombre en y mediante
que se proclamaba que dicho contenido se palabras, y es esa convicción la que lleva a
hacía cabalmente manifiesto sólo en y reordenar los saberes de modo que no pocos
mediante las destrezas periciales que el uso, pensaran con Valla que “en verdad se
traducción y comprensión de las lenguas -y del encuentra la filosofía, al igual que un soldado
lenguaje mismo- requería. Erasmo lo explica o un tribuno, bajo las órdenes de la oratoria,
con sobrada nitidez: “parece que es doble el que es la reina” 38. Estar ausente, por así decir,
conocimiento: de las cosas y de las palabras. El de las palabras, es tanto como estar ausente de
primero es el de las palabras; pero el más las cosas y de uno mismo (poder ser de otro),
importante es el de las cosas. Algunos, porque la palabra es la medida común del
empero, (...) que se apresuran a conocer las hombre con la realidad. La horrenda barbarie
cosas, descuidan el aliño y la policía de las no es otra cosa sino la extrañeza respecto de lo
palabras, toman un atajo barrancoso y sufren real, o, lo que es lo mismo, la desatención y el
quebrantos muy sensibles. Como no sea que uso grosero bárbaro de la palabra.

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La síntesis humanista de las reglas y el dis- Que la concepción humanista de la gra- 18


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

curso bajo el título de “gramática” tuvo mática contenga no sólo las reglas sino su uso,
también otros nombres (retórica, elocuencia), o, de otro modo, que el estilo tenga una inevi-
55
pero en la actualidad y en castellano quizá se table -aunque variable según grados-
le pueda llamar estilo. En este contexto el dimensión inventiva, implica que bajo la más
estilo aparece como el uso libre de la norma, amplia noción de estilo se puede advertir la
como la clase de realización singular de la aparición de lo que más tarde se ha conocido
norma que permite el reconocimiento, y, por como genialidad: la realización perfectiva al
tanto, que permite también que el autor tiempo que inventiva del individuo y la comu-
pueda ser nombrado, que tenga nombre. Al nidad en una acción nueva que se convierte
poder ser nombrado el autor, el estilo posi- ella misma en regla. El genio, como el estilo, es
bilita que aquel tenga fama y gloria, es decir, una singularización del individuo que no
que el propio nombre y la propia singularidad rompe -al menos definitivamente- la posibi-
se convierta en un topos intersubjetivo, en el lidad del reconocimiento intersubjetivo, sino
lugar para el reconocimiento de la comunidad: que, más bien al contrario, queda pendiente
una realización singular de la perfectibilidad de éste para poder ser tenido como tal. Por eso
contenida en la medida o en la norma común. Heller, por ejemplo, ha podido decir que la
Si esto ocurre, bien puede decirse que el autor aparición de la idea de genio es también la
se ha hecho canónico, ejemplar o paradig- primera forma de ‘gnoseología democrática’:
mático. O de otro modo, que él mismo se ha “El Renacimiento (fue) la primera época que se
constituido en norma, que ha convertido la preocupó seriamente de la idea de genialidad:
forma singular de su realización de la regla en el conjunto de cualidades únicas e irrepetibles
cifra del reconocimiento intersubjetivo que hacían que un individuo se distinguiera de
ampliándolo, intensificándolo, y quizá los demás. (...) El problema de la genialidad -
también inventándolo. Algo semejante, pues, por paradójico que parezca- fue algo así como
a lo que Cicerón describe como la ejempla- el primer brote de antropología y gnoseología
ridad política de un gobernante que puede democrática” 40.
ofrecer “a sus conciudadanos su propia con- Ahora bien, como el estilo, o la retórica y las
ducta como ley” 39. litterarum, no son sólo artes para la pro-

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ducción de obras exteriores, sino que son es representante de la especie humana” 42, 19
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

también y sobre todo artes ad humanitatem, porque es la realización de posibilidades


la idea misma de humanidad queda a expensas nuevas que son la esencia del hombre, es decir,
55
de poder ser inventada, alumbrada y realizada es la realización de la libertad según la forma
según posibilidades nuevas abiertas por el de la novedad, del descubrimiento, o, como
poder inventivo del estilo. Esa es la idea huma- ellos mismos dirían, de la inventio.
nista del hombre como artífice de sí mismo, y
El estilo -y la retórica en sentido amplio-
es también la idea de la esencia humana como
conjunto de posibilidades inéditas cuya reali- puede explicarse, pues, como una realización
zación no puede ser otra cosa que invención: perfectiva (y simultánea) de la singularidad del
“las posibilidades del hombre -dice Hellerequi- agente y de la intersubjetividad de la norma.
valían a su esencia antropológica” 41. Con- Carecer de estilo en el hacer o en el hablar es
viene advertir, sin embargo, que la idea de también y a un tiempo la realización torpe de
genio alumbrada en el Renacimiento no tiene la norma y la ausencia del sujeto en su hacer.
todavía la forma moderna en la que genia- La falta de estilo es la distancia que dificulta el
lidad implica secesión del todo social e incapa- reconocimiento entre el autor y sus obras, de
cidad intersubjetiva para reconocer la índole modo que éstas no son manifestación de su
genial de un hombre o una obra. Es cierto que autor sino escasa o precariamente. Obrar sin
esa dificultad es constitutiva del genio, pues estilo es ser autor de obras sin nombre, o con-
éste amplia según formas desconocidas las vertir el propio nombre en algo nefasto. La
posibilidades del reconocimiento intersub- torpeza -o la extrañeza entre un autor y su
jetivo, pero esta época se caracteriza, precisa- obra que no permite el reconocimiento- es la
mente, por la avidez de novedades y por la forma de las obras que no tienen autor, o cuyo
profusión con que las auspicia. Para el Huma- autor es sólo un caput, un agente indiferen-
nismo genio significa estilo, formas nuevas de ciado y sin nombre; algo al menos muy similar
gramática alumbradas en su ejercicio, es decir, a lo que fueron en Roma todos aquellos que
retórica y, por tanto, no secesión y soledad sino carecían de la ciudadanía y del reconocimiento
fundación de comunidades en torno a realiza- de la ley: los que no eran ‘personas’ (en su
ciones singulares que se hacen medida inter- acepción jurídico romana). Un autor de obras
subjetiva. Ese es el sentido en el que “el genio sin nombre, sin estilo, es, en definitiva, un

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autor que no se posee en su propio obrar, y producir la abundancia del pecado 43. La 20
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

que, por tanto, puede ser de otro, que es inconmensurabilidad entre retórica y gra-
también la clase de acción que Santo Tomás mática, significa que el estilo no puede ser la
55
describe como pecado: un obrar que es realización perfectiva del sujeto y de la norma
poseído por un principio extraño que esclaviza que permite el reconocimiento, esto es, que la
y somete a servidumbre. Es el estilo el medio Iglesia no es una clase de comunidad capaz de
por el que la libertad se amplia y alcanza al auspiciar formas singulares y arquetípicas de
conjunto de la actividad humana, y en esta santidad, porque la santidad no tiene gra-
época, más peculiarmente, a las comunidades mática, no tiene canon, sólo la retórica de un
y ámbitos humanos fundados no ya por la con- Cristo mortalmente opuesto a la Ley. Para
templación sino por la palabra. Lutero “las obras hechas según la ley, las obras
reguladas por norma, tampoco sirven de nada,
porque la norma -toda clase de norma- es ver-
Gramática, estilo y excomunión: la daderamente inútil” 44. Las obras de la ley son
reforma luterana. para Lutero las obras sin Cristo, las obras de un
mundo sin salvación en el que la ley es causa
Quien, como Lutero, denoste y niegue tal del pecado. Tampoco la Tradición y el Magis-
perfectibilidad según posibilidades inéditas terio podrán ser la norma común que funden
como la forma de la naturaleza humana, no el reconocimiento intersubjetivo y la comu-
podrá sino abjurar también de la libertad del nidad de los cristianos en la lectura e interpre-
hombre, de su naturaleza y de sus realiza- tación de los textos: no hay ley ni canon ni
ciones. De servo arbitrio es -contra el eras- medida que pueda mediar en la hermenéutica
miano De libero arbitrio- la proclamación de la particular del Evangelio y, por tanto, tampoco
completa inconmensurabilidad entre libertad hay tradición ni magisterio: “Lutero era per-
y ley, entre retórica y gramática, entre Cristo y fectamente consciente -dice Mateo Seco- del
el Decálogo, entre santidad y mundo, entre giro copernicano que estaba dando (...),
salvación e Iglesia. La inconmensurabilidad colocar la subjetividad como clave herme-
entre ley y libertad supone que la libertad es néutica de lo más sagrado: la palabra de Dios,
inesquivablemente esclava y barbara, y que la por esto rechaza la autoridad de la Iglesia” 45.
ley misma no ha sido proclamada sino para En cierto sentido Lutero es la radicalización

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hasta el absoluto de la tesis acerca de la incon- piensa que la perfección misma es esa mutua 21
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

mensurabilidad entre la santidad y el mundo: proporcionalidad y posibilitación entre la ley y


“El libre albedrío, después del pecado, no es la libertad, la comunidad y el individuo, la tra-
55
más que una palabra; y cuando hace lo que dición y la originalidad: “el sabio bueno y el
está en su poder, peca mortalmente” 46. Para principe -dice Erasmo- (...) no es otra cosa sino
el Reformador la esencia humana es una una viva encarnación de la ley”.
retórica sin gramática, o, si se quiere, una Cuando la singularización impide del todo
libertad sin ley, cuyas obras, por tanto, no la posibilidad del reconocimiento, propia-
pueden ser sino pecado y barbarie. mente no se puede hablar de estilo sino de tos-
Ya se ha visto que Nebrija cifraba en la exis- quedad, rudeza, y más radicalmente de cisma,
tencia de la ley la posibilidad de la identidad excomunión, falta de medida común, o, en
histórica de las lenguas y, por tanto, también definitiva, de barbarie. Pero por otra parte, y
de las tradiciones. Pues bien, en la medida que esta es por así decir la cuestión, la acción
Lutero abjura de la ley el Cristianismo se hace humana no esta limitada respecto de la norma
irreconciliablemente opuesto al judaísmo, y la que permite el reconocimiento, no se limita a
Iglesia misma como agente y depósito de la cumplir la norma sino que puede ampliarla,
tradición pierde legitimidad. En Lutero la fe desarrollarla y, más radicalmente, también
pierde sus referentes históricos y sociológicos, inventarla. Lutero es cismático porque no
es decir, se queda sin tradición que la preceda, quiso ser canónico, porque no quiso o no pudo
de modo que su ejercicio es el de una interio- admitir que la ley y la libertad son conmensu-
ridad singular que no se deja expresar u obje- rables en el estilo, o mejor, que el estilo es la
tivar en exterioridad alguna que pudiera con- forma en que la libertad es posibilitada por la
formar una tradición o una obra buena. De ley: sin ley no hay estilo o no hay libertad, o
servo arbitrio es la proclamación de la imposi- ésta es sencillamente esclava y esto es lo que
bilidad del estilo, es decir, de la inconmensura- afirma Lutero. Una libertad esclava es una
bilidad entre ley y libertad 47, entre retórica y libertad poseída por un extraño que usurpa su
gramática. Del mismo modo que, a la inversa, voz, es decir un monstruo y una inesquivable
De libero arbitrio es la posición de alguien que fuente de pecado mortal. Ese es en último
cree en esa conmensurabilidad, es más, que extremo el juicio de Lutero sobre el hombre;

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juicio que es correlativo a la potencia con la las profesiones civiles, donde el humanismo 22
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

que el reformador cree que el Diablo es el renacentista cifra el modelo para la realización
Príncipe del mundo 48. De servo arbitrio de la humanidad en el hombre. Además, quizá
55
puede ser visto como la declaración de que las no se tratara sólo de la realización de la huma-
obras del hombre y de la humanidad en el nidad o de una excelencia natural, sino que tal
mundo están principiadas por Satanás, y de ahí vez tales oficios y destrezas podrían haberse
que Cristo y el libre arbitrio resulten mortal- constituido también en medio y ámbito para
mente opuestos: “el mundo es el reino de la realización de la excelencia cristiana, la san-
Satanás, donde además de la natural ceguera tidad. Ciertamente no fue ese el camino que
contraída por la carne, somos endurecidos en siguieron los acontecimientos. Aunque “el
la misma ceguera por perversísimos espíritus Humanismo, desde Petrarca a Tomás Moro,
que reinan sobre nosotros, y estamos prisio- presencia ese primer brote de Cristianismo de
neros de tinieblas, no sólo humanas, sino perfiles laicos al que la revolución protestante
demoniacas” 49. pondrá fin (...), la Iglesia del siglo XIV, que tan
mala experiencia tenía de los recientes movi-
Lutero describe el libre arbitrio como la clase
mientos de agitación, que habían nacido en las
de libertad que precede a la ley, pero como
ciudades, se negó a admitir la existencia de
una y otra son inconmensurables, esa libertad
una ‘santificación laical’: abrió las puertas para
no puede ser sino esclava y la ley coactiva y
que los laicos participaran, de alguna manera,
causa de la abundancia del pecado: “el pecado
en las formas de vida propias de los ‘religiosos’.
abunda a causa de la ley” 50.
Monasterios y conventos siguieron siendo los
Paradójicamente y a pesar de Hegel (y de su grandes focos de vida religiosa” 52. Con todo,
tesis, por cierto nada luterana, de que santidad resulta difícil imaginar cómo sería posible arti-
y mundo se articulan y realizan en el estado), cular de otro modo que como una forma laical
la Reforma luterana puede ser descrita como de santidad, la convicción de que las litterarum
una radicalización absoluta del contemptus son el ámbito para la realización de la especifi-
mundi o como un “monismo sobrenaturalista” cidad de lo humano, y la convicción no menos
51 frente al empeño humanista y renacentista general entre humanistas como Erasmo, Moro
de articular humanidad y mundo en la cultura. o Vives de que “el hombre perfecto es el cris-
Es ahí precisamente, en los oficios periciales de tiano”.

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Tal afirmación entraña la posibilidad de El nuevo trivium: retórica, gramática y 23


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

reducir el cristianismo a humanismo, cierta- lógica. 55


mente, pero quizá sea también el vislumbra-
miento de que la clase de acciones mediante La articulación entre gramática y retórica es
las que ahora se piensa que acontece la reali- probablemente el punto en el que el Renaci-
zación específica y natural del hombre, las lit- miento deja ver su carácter novedoso respecto
terarum y las destrezas periciales, están o de las anteriores formas epocales del huma-
pueden estar comprendidas en la ascética cris- nismo. Cuanto se ha dicho acerca del estilo
tiana hacia la santidad. En ese sentido se está contenido en el pasaje evangélico en el
que Jesús afirma no haber venido para
puede admitir con Hegel que la negatividad abrogar la ley sino para darle cumplimiento.
(abnegación) en el proceso de formación se En cierto sentido, pues, Cristo es la realización
trasladó desde los votos a la educación civil, perfectiva y singularizada de la Ley, no su abo-
pero esa traslación no fue siempre ni inmedia- lición sino su encarnación arquetípica y su
tamente una sustitución que disolviera y trans- cumplimiento. Pero en otro sentido Cristo se
formara lo religioso en lo secular; incluso sobrepone a la Ley y la precede justificándola:
aunque no llegara a ser tampoco una síntesis no es la ley la medida para juzgar sobre Cristo,
poseída pacíficamente. A este respecto en el ni es la ley el principio hermenéutico desde el
Renacimiento todo parece atisbamiento y que Cristo queda comprendido, sino que es
equilibrio inestable, identificaciones y exclu- Cristo el criterio interpretativo y perfectivo de
siones. Pero también la emergencia no forma- la ley. En otros términos, la retórica no es sólo
lizada de la mutua dependencia entre la consiguiente y derivada de la gramática, sino
que en cierto sentido también la precede y la
piedad y las letras, y tanto en orden a la per-
configura. Tal precedencia de la realización
fección cristiana como a la perfección humana. singular de la norma y de su autor respecto de
Eso es al menos lo que sugiere el ideal eras- la norma misma, introduce un sentido de la
miano de educación en el que letras y piedad libertad que no es meramente consiguiente a
(pietas litterata) son dimensiones propias la ley, y que concede al sujeto una prevalencia
tanto de la educación cristiana, como de la -o novedadrespecto de la comunidad, el reco-
humanista 53. nocimiento intersubjetivo y la medida o la

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regla en virtud de la cual aquél se lleva a cabo. 24


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
ponían el trivium en las universidades medie-
Quizá Lutero pensó que esa forma de la vales eran, precisamente, lógica, gramática y
libertad no sólo precedía a la ley sino que era
55
retórica. Pues bien, lo que aquí se quiere
inconmensurable con ella. En tal caso, y en la sugerir es que el humanismo significa una
misma medida que se piense que la libertad y inversión en el orden y jerarquía de las disci-
la ley son incompatibles, tampoco la genia- plinas del trivium, en virtud de la cual la gra-
lidad puede ser canónica, ni la santidad puede mática no se ‘deduce’ de la lógica y la retórica
ser acogida en la Iglesia, sino que es de suyo y de la gramática, sino que retórica y gramática
necesariamente cismática. Pero es esa misma se hacen correlativas y mutuamente prece-
precedencia del sujeto y su libertad respecto dentes respecto de la lógica: “En el marco de
de la comunidad la que en la Edad Media y en los studia humanitatis la gramática y la
el orden sociocultural, se expresó en la forma retórica, en una clase de correspondencia e
de los votos y la vida religiosa, por la que el interacción mutuas, adquieren el papel de dis-
individuo disponía de su propio destino social ciplinas directivas y comprensivas del saber,
con independencia de las prefiguraciones que poniendo de relieve no sólo una determinada
la pertenencia a estamentos imponía; en el teoría de la lengua, sino también una metodo-
Renacimiento -y esta es la novedad- esa logía científica (...) y un ideal de conoci-
libertad social es ampliada hasta los saberes miento” 54. Se trata, pues, de que la consti-
periciales y lingüísticos, las artes técnicas pro- tución de la gramática deja de pensarse en
ductivas -los oficios-, que se conforman como dependencia respecto de la lógica, y pasa a
el ámbito de posibilidad para la expresión y depender de la retórica con la que se articula
realización del sujeto. El Renacimiento entero con la forma de la inventio, del descubri-
está transido de este descubrimiento del sujeto miento. No es que la lógica deje de contener
y de su capacidad de sobreponerse y ampliar y un conjunto de relaciones necesarias, sino que
modificar la norma, la comunidad, la ley y la éstas dejan de ser pensadas como prescriptivas,
tradición, al entrar en interacción productiva para pasar a ser pensadas como alumbradas
con el mundo. (inventadasdescubiertas) por la creatividad
Quizá pueda expresarse de otro modo si humana según las exigencias y posibilidades
reparamos en que la disciplinas que com- de un tiempo y unas circunstancias concretas.

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La gramática deja de ser tenida como 25


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
es lo que hemos llamado estilo, pero puede lla-
derivada de la lógica cuando se cree que “lo marse también retórica: “de hecho (dice Garin)
universal, la ley, (...) no está dada en la natu-
55
en el siglo XV todo es retórica, pero no olvi-
raleza, (sino que) es un hábito, una formación demos que esa “retórica” es humanidad”57.
histórica, una ley civil”55, que no por ello está Ahora bien, ‘humanidad’ no remite ya a la
exenta de verdad aunque su universalidad no inalterabilidad de una esencia o una especie,
sea directamente extrapolable a otros con- sino a la variabilidad histórica de las realiza-
textos históricos y civiles. Si se insiste en que la ciones libres del hombre, de sus innovaciones y
retórica tiene una precedencia conformadora
descubrimientos que son a un tiempo la singu-
respecto de la gramática, y se establecen entre
larización perfectiva del agente y la realización
ambas unas clases de correlaciones fundadas
sobre la historicidad de los productos cultu- de la intersubjetividad de la norma, es decir,
rales, entonces la primera de las consecuencias historia, cultura, creación, estilo, retórica:
es que la gramática deja de ser especulativa “donde el orden siempre está in fieri, donde la
(deja de poder deducirse casi silogísticamente) norma puede renovarse continuamente (...),
y, consiguientemente, la lógica deja de ser un allí reina la retórica”58. Dicho más claramente:
saber racional sobre lo necesario para consti- la esencia humana es la libertad y por eso no
tuirse en una lógica de lo posible, un saber puede ser comprendida y ejercida sino en sus
racional también pero no sobre lo necesario: realizaciones que son históricas, que se llevan
una lógica de la libertad y de sus productos, de a cabo según la red de posibilidades que com-
los artificios y de la artificialidad. Una lógica ponen una situación concreta, y, más general-
primordialmente ética, política y poética, es mente, una época.
decir, retórica. Para los humanistas la gra-
mática no es “grammatica speculativa artificio- Es claro que semejante reestructuración
samente deducida de una reglas, de un sistema tiene, entre otras virtualidades, la capacidad
de analogías, sino el uso real de unos esplén- de romper el fijismo de un mundo acabado e
didos escritores, es decir, el uso de la colecti- inalterable en virtud de sus correlaciones nece-
vidad afinado por los hallazgos personales. No sarias, ante el que la contemplación -en cual-
la teoría, pues, sino la historia”56. El uso de la quiera de sus formas- es la clase de actividad
colectividad afinado por hallazgos personales que el hombre puede desarrollar.

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Un mundo en el que el hombre mismo no es libertad. Al respecto el texto de Pico della 26


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

un ser fijado en su clase de realidad por una Mirandola suma a su belleza la claridad: “Adan
forma o esencia natural, porque su esencia es (dice Dios), no te he dado un puesto fijo, ni
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precisamente la libertad, cuyo ejercicio, una figura propia (...). La naturaleza deter-
siempre histórico y cultural, conforma su minada de los demás seres está sometida a
propia naturaleza: la lógica de la naturaleza leyes que yo de antemano he establecido. Tú,
en el hombre es la lógica de la libertad, es en cambio, libre de toda barrera, determinaras
decir, poética, retórica, política, histórica. No por ti mismo tu propia naturaleza de acuerdo
se trata de que se abjure de la contemplación, con tu libertad, a cuyo poder te he entregado.
sino de que se la inserta en la vida activa Te he colocado en el centro del mundo (...). No
donde ambas se conjugan con la forma de la te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni
creación, de la inventio en su viejo sentido de inmortal, para que, como libre y soberano
invención y descubrimiento; (sentido con el artífice de ti mismo, te plasmes y forjes según
que, por cierto, asuntos como el descubri- aquella forma que tú mismo elijas. Puedes
miento de América pudieron ser llamados degenerar hasta convertirte en animal, como
invención del nuevo mundo). puedes según tu querer regenerarte hasta
acercarte a lo divino” 60. Es decir, también res-
El nuevo orden de las disciplinas del trivium pecto de la propia naturaleza es antes la
implica la precedencia del ingenium respecto retórica que la gramática y la lógica, y de ahí
de la ratio en orden a la constitución de las que la esencia del hombre que se alcanza por
formas de la realidad y del hombre mismo. la ratio -su definición racional- sea consi-
Para Vives, por ejemplo, es el ingenium y no la guiente y derivada del uso de la propia
ratio “el camino por el que el hombre llega a libertad siempre contextualizada según el aquí
encontrarse a sí mismo y a diferenciarse de los y el ahora. Aunque quizá de modo un tanto
animales”59. Ahora bien, la lógica del crispado por polémico, ese es también el
ingenium no es la de lo necesario según una sentido con el que Valla dice, “me siento libre,
inmutabilidad ahistórica, sino la lógica de la pues no fui educado en la filosofía sino en las
invención, de la novedad generada en la mucho más importantes artes de la retórica y
libertad y del artefacto: la lógica histórica que de la poesía”. Más discreta pero no menos
más propiamente se llama poesía, retórica, ambiciosa es la tesis que Erasmo parece sugerir

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en Elogio de la locura, donde la moria es equi- de los principios de la lógica y la ontología: no 27


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parada a la antigua noción de physis porque es es la lógica de la necesidad o de lo necesario,


un crecer y germinar que se hace sin labor 61, sino la lógica de la libertad la que da razón de
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es decir, con la espontaneidad de lo que se la especificidad de lo humano y de su reali-
hace desde sí y por sí: el ingenium que siempre zación. No es la universalidad de la razón, sino
da más de sí mismo y es como un brotar desde la universalidad contenida en la acción sin-
sí y por sí; mientras que la ratio se ajusta a lo gular de sujetos también singulares, la que
necesario, el ingenium germina siempre en precede como su origen a las reglas, y permite
forma nuevas. Ingenium y no genio es la el reconocimiento y la realización de una
palabra con la que los hombres de esta época comunidad en torno a ellas. De ahí que en el
piensan la creatividad humana. Por eso, dice Renacimiento el conjunto de las comunidades
Erasmo en Elogio de la locura, que es el normadas o reguladas para ser el ámbito de
ingenium y no la ratio lo que supera y salva del realización de los individuos singulares, se res-
taedium vitae, del hastío de la vida y de la vida quebrajen dando paso, en la piedad, al ideal
hastiada por las sutilezas de la razón y las dis- ya no de la contemplación monástica (mona-
quisiciones de la escolástica tardía. chatus non est pietas), sino de la devotio
La importancia que se ha concedido a la gra- moderna; en la producción, no a los gremios
mática respecto a la comprensión de la forma sino a los artistas y a los mercaderes; en el
epocal del humanismo en el Renacimiento, saber, no a las universidades sino a los literatti;
puede ahora resultar paradójica y contradic- en la política, no a los estamentos sino a los
toria. Basta, sin embargo, con reparar en que príncipes; y, por último, en la interpretación de
la gramática de los humanistas es una reacción los textos sagrados, no a la tradición o al
expresa contra la barbarie de la vieja gra- magisterio sino a la conciencia individual.
mática especulativa, para poder advertir que La dinámica de cada uno de esos fenómenos
consiste también en una reivindicación del es, desde luego, muy heterogénea, y merece
carácter normativo de los monumentos lite- también estimaciones heterogéneas, pero en
rarios, -esto es, de los ejercicios de estilo-, su conjunto comparten una cierta reacción:
contra la pretensión tardoescolástica de “sólo un salto podía explicar el paso de uno a
derivar -e incluso deducir- las reglas gramáticas otro, de la visión de un ser consumado en su

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realidad al hombre como poeta, es decir, como Si la realidad se hace manifiesta en y 28


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

creador; a ese hombre que ya no se limita a mediante la ‘palabra’ (verbum), entonces el


estilo no es una mera cuestión de perfección
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contemplar un mundo dado, a realizar una
esencia eterna, porque se abre a la configu- formal, sino que la elegancia (Elegantiae se
ración de infinitas posibilidades, y él mismo es titula la obra principal de L. Valla), o la elo-
infinitas posibilidades. Lejos de estar detenido cuencia, se convierte en el método mismo por
entre formas cristalizadas, el mundo puede el que lo real se nos hace accesible: “La elo-
cuencia -dice Petrarca- no es otra cosa que la
ahora plasmarse cada vez de otra manera; no
sabiduría que habla plenamente”. El estilo no
hay necesidad que no se resquebraje ni forma es ahora un requisito de cortesía literaria, sino
que no se transforme -hablar de la libertad una exigencia metodológica en la que se cifra
humana significa referirse a un ser que nunca la cognoscibilidad de la naturaleza y del
tiene un rostro definitivo” 62. Que la persona hombre. Como dice Garin, “Petrarca no habría
no tenga un rostro definitivo significa que es podido ser el maestro de estilo que fue, si no
en cierto modo previa y más radical que cada hubiese sido filósofo”, lo que propiamente
uno de los rostros o de los nombres según los quizá signifique que Petrarca fue tenido por
que resulta reconocida por la comunidad inter- filósofo precisamente en tanto que logró ser
subjetiva. Pero también que el reconocimiento maestro de estilo. La decadencia de los rudus y
sólo es posible mediante tales rostros, respecto la barbarie de los imperite inelegantesque
de los cuales, no obstante, la persona se mani- scripti son los criterios que Petrarca utiliza para
fiesta como más radical al imponer su variabi- denostar de los “plebeia nomina”, de los
autores de nombre nefasto -los nuevos bár-
lidad y mudanza según su capacidad de trans-
baros- cuyos listados son tan del gusto de la
formar, de inventar una regla que se va cons- literatura de la época. Consiguientemente, la
tituir en cifra del reconocimiento. En virtud de “peritia litterarum” no es sólo una destreza
ello Erasmo viajará acogiéndose al mecenazgo literaria y sectorial, sino la posesión y reali-
de príncipes y eclesiásticos y desvinculándose zación de la medida por la que el autor no se
de la vida monacal, o Miguel Angel -y con él ausenta de su obra, ni la realidad se hace
otros tantos- resultará emancipado de su cor- extraña a la palabra, o, en definitiva, por la
poración gremial. que la humanidad no se hace ajena al hombre.

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Si por estilo puede entenderse la realización logos -razón y discurso-, como los textos cris- 29
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

perfectiva y simultánea de la singularidad del tianos en los que se afirma que in principio
agente y de la intersubjetividad de la norma, erat Verbum, y quizá todavía más el pasaje del
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parece claro que el estilo se ha de constituir Génesis donde se relata que la creación fue un
también en el ideal pedagógico: “sobre todo, decir de Dios: “y dijo Dios hágase la luz”.
no olvides jamás (dice Erasmo) que el mejor Desde ahí es posible pensar no sólo que la
maestro y el que mejor instruye es el estilo”. palabra es la forma de la creación, sino que lo
En el estilo, pues, se da la doble condición de creado mismo es palabra de Dios, y que allí
ideal metodológico y pedagógico. Esa doble donde en virtud del hombre -imagen de Dios-
condición quizá sea también la forma en la se hace la palabra, se hace también la luz: la
que el conjunto del saber quedó imbuido de la palabra misma es luz. Por eso exclama Valla
reivindicación y exaltación renacentista de la “¡grande es el sacramento de la lengua!”,
vida activa: si el estilo es a un tiempo peda- porque los hombres renacentistas están per-
gogía y metodología, la clase de saber que se suadidos de haber descubierto que la palabra
desarrolla no es propiamente especulativa, humana que hace luz es un analogado natural
sino práctica; es la clase de saber que funda la del sacramento ya que, a su modo, también
intersubjetividad convocándola al reconoci- produce lo que significa.
miento del discurso como realización per-
fectiva del sujeto y de la especificidad del
hombre. La ‘cosa’ que es el hombre queda La pericia como perfección: vir bonus
mostrada en la ‘palabra’, que es la cifra en dicendi peritus.
torno a la cual se constituye la comunidad.
Pero no sólo el hombre, “las plantas, las Resulta, pues, que al menos en muy buena
piedras, los animales, las estrellas pasan a medida el modelo programático en el que con-
formar parte del discurso del hombre y éste, siste la realización de la humanidad en el
que no sólo ha comprendido su estructura, hombre, se cifra ahora en un estado de per-
sino también su secreta plasticidad, las trans- fección (relativo) que se logra en y mediante
forma” 63. La idea de que en la palabra está la destrezas periciales que, en su conjunto,
realidad mostrada y cumplida no tiene aquí pueden ser consideradas como lingüísticas
como precedente tanto a la noción griega de porque descubren al mundo como interlocutor

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del hombre. De ahí que pueda decirse de las Semejante propuesta quizá suene ahora 30
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

litterarum que son el signo que comprende a extraña porque la gramática, la lingüística y los
saberes filológicos en general se nos aparecen
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la clase de realidad que es la cultura: lo que es
producto del hacer del hombre tiene también como un saber pericial, artístico o científico, en
la virtualidad de ser el medio para su reali- el que la humanidad no comparece sino según
zación, para su acrecentamiento y mostración, una medida especializada y sectorial. Desde
y no sólo respecto del hombre, también res- nuestra perspectiva histórica es posible eli-
pecto del mundo. Las litterarum son la forma minar nuestra extrañeza -en alguna medida al
cifrada, codificada, en la que el Humanismo se menos- si reparamos en determinados
aspectos de nuestra propia tradición que,
apresta con frenesí entusiasta al descubri-
aunque ya no tienen una vigencia tan defi-
miento de que la cultura, de que aquello de lo
nitiva, fueron atendidos en el Renacimiento
que el hombre es capaz de hacer, es también con una radicalidad que lo caracteriza. En
su aletheia, su manifestarse y hacerse patente primer lugar y como ya sabemos, en Grecia, y
según su propia medida: la virtú en la que tanto en la tradición poética como en la filo-
“para los humanistas no existía dicotomía sófica, la palabra es tenida como el signo de la
entre naturaleza y cultura” 64. Las litterarum clase de realidad que es el hombre; con la
son, pues, la modalización epocal o la forma palabra, dice Aristóteles, el hombre es sociable
concreta con la que en el Renacimiento se pro- de un modo en el que la comunicación y el
clama ‘la realización del hombre en la cultura’ reconocimiento no se produce sólo en la forma
65; y se proclama además como un descubri- del dolor y el placer, sino también mediante la
miento, como una desvelación que es a un expresión y el conocimiento de lo justo y lo
tiempo la del hombre y la del mundo. Las artes injusto. La palabra es la medida del hombre, y
filológicas y literarias -en sentido amplio- son no sólo en el caso del ciudadano, también en
ahora concebidas como la clase de actividad en el del héroe: Aquiles ha nacido para realizar
la que el hombre no sólo puede dar la medida acciones y pronunciar palabras.
de sí mismo, sino que la incrementa y realiza En segundo lugar, y para la Cristiandad, no
hasta su debida perfección, hasta la huma- se trata sólo de que, según el Génesis, la
nitas. primera de las formas en las que Adán cumple

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el designio divino de enseñorearse de la cre- Pericial para designar la forma epocal del 31
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ación es poniéndole nombre, utilizando la humanismo en el Renacimiento. Si el hombre


palabra que es también la cifra de la presencia se abre camino a través de sí mismo y del
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del hombre en el mundo: el universo entero se mundo en la palabra, y si en ella se realiza
nombra a sí mismo en y mediante el hombre y también la humanidad, entonces la barbarie
su palabra. además, el conjunto de la Reve- consiste otra vez en carecer de la medida en el
lación y de la historia de la Redención está con- hablar que permite el reconocimiento, y cuya
tenida -aunque no exclusivamente- en un falta cancela el proceso de autorrealización.
texto que es Palabra de Dios, el Texto Sagrado: Pero todavía más, si la forma epocal de con-
un monumento literario en torno al cual la cebir la humanitas se despliega en las des-
comunidad cristiana encuentra las señas de su trezas y saberes que hacen relación a la
propia identidad cifradas en la historia del palabra.
pueblo elegido y, más radicalmente, en la vida, El origen mismo del termino “humanista”
muerte y resurrección de Cristo. está íntimamente ligado al estudio y cultivo de
Y, en tercer lugar, la rescatada y admirada las litterarum, aunque la extensión de uso fue
tradición poética, gramática y retórica de la mucho más tardía: “la palabra latina huma-
literatura romana, en cuyo seno Quintiliano nista aparece en el uso vulgar de las universi-
pudo sostener lo que bien podría ser la divisa dades medievales para designar al gramático
del humanismo renacentista: vir bonus dicendi que se ocupaba de la literatura clásica” 66.
peritus. Si el hombre perito en el decir coincide Ahora bien, no se trata sólo de que el
con la forma del vir bonus, entonces la clase de modelo antropológico, o de que la esencia del
saberes y destrezas periciales que se desa- hombre sea epocalmente concebida según la
rrollan en torno al lenguaje son también la forma de las litterarum. También, y quizá más
clase de actividades en las que la humanidad radicalmente, lo que conforma el sistema
se realiza en el hombre. Es más, los estudios de sociocultural del Renacimiento es la novedad
tales disciplinas habrán de ser los studia huma- consistente en pensar que el hombre se realiza
nitatis, la forma en la que lo humano com- mediante unas destrezas periciales que son
parece en su especificidad. He aquí por qué se correlativas a una afirmación del mundo, y que
ha propuesto la denominación de Humanismo el mundo y la cultura son el ámbito para la

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manifestación de lo humano, de la medida del algunos como Pico della Mirandola gustan 32
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

hombre en el universo. Si Adán se enseñoreo llamar ‘casa’- que resurge latiendo vida y en el
de la creación poniendo nombres, los hombres que ningún elemento del universo es inerte.
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del Renacimiento se enseñorearon del mar en “¿Seremos nosotros (se pregunta el filósofo
las artes de navegación, de las órbitas celestes Ficinio) quienes digamos que el cielo, que
en los cálculos matemáticos, de la materia en difunde por doquier la vida con solo su mirada,
la escultura y la pintura, del espacio en la está privado de vida?”. Es “la vida del universo,
arquitectura, de la naturaleza en la nueva una vida cósmica que cae del cielo y fecunda la
ciencia y en la magia, de la palabra -y con ella tierra en las nupcias de todas las cosas” 67.
del hombre mismo- en las litterarum. La posi- “No ya un mundo inmóvil, definido en todas
bilidad y la conciencia misma de esa posesión sus articulaciones (...), sino obra, actividad,
se traducen en la experiencia de que para su prodigiosa transformación de la totalidad,
realización el mundo está confiado al hombre. riesgo y, en definitiva, virtú. La naturaleza, las
Semejante acontecimiento puede descri- estrellas, el mundo entero se convierten en
birse como una expansión del mundo vital algo vivo, personal y humano” 68. Un mundo
humano, o como una vivificación del mundo cuyo estado de perfección se llama huma-
por parte del hombre que es perito y sabe nidad, porque es en ella, en el hacer y el decir
hacerlo su casa. Es esa capacidad humana la del hombre, donde se desvela y manifiesta: la
que los hombres del Renacimiento no dejaron cultura, la obra del hombre artificioso, es la
de admirar y de expresar con una formula que verdad y el palpitar vivo de la naturaleza.
es casi un tópico en su literatura: Magnum El hombre, mediante unos saberes y des-
miraculum est homo. Que el mundo sea visto trezas que no son las virtudes contemplativas
bajo la perspectiva que suponen las posibili- de los que abrazaban la perfección del Evan-
dades nuevas que abre la acción del hombre, gelio, ni las virtudes activas de la nobleza
es también una vitalización del mundo, medieval, sino saberes periciales, es capaz de
porque esa expansión del mundo de la vida del habitar comunicativamente con el universo
hombre se cumple en la forma de reconocer y vivificándolo, reconociéndolo y descu-
dejar cobrar vida al mundo en todas sus briéndolo como un interlocutor de su hacer,
formas: es el “gran milagro” del mundo -que ahora perito. De ahí que la filosofía se confun-

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diera en algunos autores con la magia: ángeles y bestias; aquí radica la ambivalencia 33
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

encontrar la cifra del universo es también de todo lo humano, y este fue el tema domi-
dejarlo hablar, y en cierto modo también nante con toda suerte de ropajes” 69. En este
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poder someterlo a obediencia con un saber- punto el Renacimiento parece una reposición
hacer (¿sortilegio?) que es vivificante: cristiana de la ambivalencia humana que el
poblador de la naturaleza. Para Giordano mundo antiguo expresó con las figuras del
Bruno “magus significat hominem sapientem héroe y del bárbaro; el hombre semidivino y el
cum virtute agendi”. Mago es el que sabe hombre bestial. También ambos, como ya
nombrar -interpelar- la cifra secreta en la que hemos visto, están poseídos por una medida
se resuelve y se genera la energía que con- ajena aunque plenificante en un caso y des-
forma y despliega al universo. La realidad y sus tructiva en el otro. Ahora bien, propiamente
energías constitutivas seducidas por una inter- no es así, porque ese dualismo no sólo es carac-
pelación del hombre, eso es la magia, el arte terístico de la cultura griega poética, sino
de seducción de la realidad. también de la Edad Media cristiana. Para
ambas, aunque con matices, el mundo de lo
La magia maléfica -como la falsa retórica y divino y de lo demoníaco se oponen en el
la falsa ciencia que tanto preocuparon a los hombre sin que éste constituya por sí mismo
hombres del Renacimiento- es la forma vio- un tercer ámbito con la suficiente autonomía y
lenta de la seducción, el rapto y la violación realidad propia. En ese contexto el ciudadano
que transmuta al hombre y al universo en una griego, en tanto que poseído, es decir, medido
medida que no es la de la humanidad ni la del por la ley, es un cierto término medio entre lo
mundo, sino la de lo monstruoso: el hombre y divino y lo demoniaco que se llama huma-
la naturaleza conjugados dinámicamente nidad, porque la ley civil es eso precisamente:
según un principio operativo extraño y que los la medida de la humanidad aunque sea con la
rompe; lo diabólico. Ahora bien, la oscilante forma de comunidades singulares. Es esta
inestabilidad entre lo divino y lo diabólico no tercera posibilidad la que resurge en el Renaci-
es sólo una característica de las acciones miento correlativamente al redescubrimiento
humanas, sino del hombre mismo precisa- del mundo, del orden natural y al nuevo auge
mente porque su esencia se piensa ahora como de las ciudades. Ciertamente en este ‘renaci-
posibilidad : “el hombre en equilibrio entre miento’ la libertad humana -que es el tercer

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ámbito- no consiste ya sólo en la capacidad de 34


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
para que interaccione con su obrar. Es el
vivir de acuerdo a las costumbres, pero sigue hombre perito que sabe introducir la irreducti-
siendo el foco de un optimismo humano que, bilidad de su ser individual en su acción el que
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sin embargo, no fue tan unánime como podría sabe hablar con el universo y el que resulta ser
parecer. No lo fue, al menos, si la Reforma se un mago. ¿No sabía Miguel Angel que su
quiere tomar como un fruto propio de esta Moisés no podía hablar, y que sus esculturas no
época, porque es precisamente Lutero el que estaban en la piedra? Lo sabía, pero como
niega la posibilidad de ese tercer ámbito al señaló Hegel, “el individuo ya no se conduce
declarar esclava a la libertad del hombre, es con lo sensible que ha recibido la forma del
decir, inesquivablemente poseída por Dios o el arte como con una mera cosa, sino como un
diablo. Para Lutero , dice Mateo Seco, nunca alma con algo animado, con algo espiritual”
“los actos humanos son propios del hombre: 71. “Es la idea (dice Garin) de un universo vivo
esos actos son del diablo o de Dios, pero jamás en cada una de sus partes (...); donde toda
puede responder de ellos el hombre, ya que no cosa, todo ente, toda fuerza es como una voz
es dueño de ellos por carecer de libertad” 70. aún no escuchada, como una palabra sus-
pendida en el aire, (...) donde los astros nos
Aunque la Reforma sea una cierta radicali- hacen señas y se hacen señas entre sí, se
zación (y medievalización), no cabe duda que escuchan y nos escuchan: universo que es una
dicha tensión está presente en no pocos de los conversación inmensa, múltiple y variada (...);
hombres de este tiempo, y que se proyecta al y en medio de ese universo, el hombre, prodi-
nuevo poder que se empieza a descubrir y gioso ser cambiante, capaz de pronunciar toda
ejercer sobre la naturaleza. No obstante, el palabra, recrear toda cosa, inventar todo
Renacimiento todavía está lejos del actual rasgo, responder a toda invocación” 72.
desencantamiento del mundo en el que la También Leonardo da Vinci sabía que el
técnica y el saber del hombre sobre la hombre no está anatómica y funcionalmente
estructura de la naturaleza amenaza con des- dotado para volar; pero no se resiste a
truirlos a ambos. El universo comparece en su encontrar un artefacto que sea la medida
fuerza vital, en su novedad arcana y principial, común entre el cuerpo del hombre y el aire, ni
sólo ante quien sabe hacerse reconocer como otros que permitieran horadar montañas o
su interlocutor, invocándola y seduciéndola aprovechar torrentes, porque también la

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técnica es algo así como la métrica que da la dejo la mayor parte de su formación a la 35
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

medida de la rima entre el hombre y el mundo: crianza (...) al hombre lo alumbró fofo,
volar es la clase de melodía o de cántico que desnudo, sin defensa (...); el hombre no sabe ni
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puede componer el hombre con el aire y su comer, ni andar ni hablar, si no es enseñado (...)
propio cuerpo. El artefacto volador se con- ¿Qué bestia montesina e inútil no resultará el
vierte así en un ‘instrumento de viento’ en el hombre si no lo forma la instrucción con
que si éste no resulta medido según una desvelo y oportunidad?” 73. En lo que al
armonía musical, sí que resulta ordenado hombre atañe “eficaz es la naturaleza, pero la
según la cifra de su habitabilidad, de su dispo- supera en eficacia la instrucción”74.
nibilidad para el hombre. Pero los hombres del Renacimiento no sólo
Fue Hegel quien señaló que el Renacimiento creen haber descubierto que el hombre es más
estuvo subyugado por el afán de descubrir: capaz de sí mismo por el arte y la instrucción,
inventar un artefacto volador es ‘descubrir’ el por los studia humanitatis; sino que han
aire, como esculpir estatuas -según Miguel podido experimentar que la medida de sus
Angel- es ‘descubrir’ la forma que la piedra facultades se amplia por las obras del
lleva dentro, o como los cálculos astronómicos ingenium. La cultura, los artefactos hacen al
son el descubrimiento de la esfericidad del hombre también más capaz del mundo; y esto
planeta. Descubrir es dejar mostrarse a la natu- resulta especialmente inmediato en la expe-
raleza según una verdad que se hace mani- riencia de unos hombres que no sólo se
fiesta en y mediante el artefacto, el arte, la enfrentan al mundo, sino a un ‘nuevo mundo’:
técnica, la matemática, el estilo y la retórica: el los descubridores y conquistadores. Cuando
verbum del hombre en el mundo. Pero sobre Pizarro o Hernán Cortes entablaron lucha con
todas las demás, el arte de la instrucción y de incas y aztecas debieron experimentar que las
la educación son el desvelamiento y la mos- corazas y los arcabuces, los cañones, la caba-
tración de lo que el hombre es: “La naturaleza llería y la pólvora les prestaban una clase de
madre omnipotente, concedió a los animales semi-invulnerabilidad que en no pocos casos
irracionales mayor auxilio para sus funciones fue interpretada como divinidad por el
genuinas, empero como la providencia divina enemigo. Frente a las tribus precolombinas un
no más que a un ser animado hízolo racional, soldado español enfundado en su armadura y

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protegido por su casco goza de una invulnera- 36


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
hacia la interioridad de continentes inexplo-
bilidad tan semidivina como la de Aquiles rados en el sujeto. Es probablemente también
frente a los troyanos. Un caballo domesticado la fuente de la exaltación del individuo y de la
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es una ampliación muy considerable de las naturaleza que caracterizó al Renacimiento.
capacidades operativas y locomotoras del
cuerpo humano, y lo mismo vale decir de un
arcabuz y de un cañón; los artefactos son una
El estilo y el reconocimiento de la
intensificación del sujeto en tanto que prin- libertad en los oficios civiles: de la
cipio de operaciones, y en ese sentido son limosna al mecenazgo.
también una suerte de sobrenaturaleza: una
ampliación de la potencia operativa de la Vasari cuenta que la familia de Miguel
physis, y, por tanto, también de la libertad del Angel reprendía al joven por su afición al
hombre, que -en el caso de los conquistadores- dibujo creyendo “que aquella actividad era
los elevaba sobre los nativos como si de héroes baja e indigna de su antigua casa” 75. La
(hijos de dioses) entre mortales se tratara. familia del joven italiano no era una excepción
en lo que a la estima social de los oficios
Otro tanto puede decirse de la imprenta; y manuales se refiere. En España y en pleno siglo
no sólo porque permitiera multiplicar el efecto XVII todavía puede encontrarse con toda su
de las propias producciones, sino porque per- vigencia esa convicción social respecto de la
mitió que el sujeto se valiera por sí mismo ante indignidad del oficio de pintor. Para compro-
un texto que no era ya el sustrato de una barlo basta con reparar en algunos aspectos de
lectura común, de un acto social, sino el itine- la composición temática de un cuadro como
rario de un descubrimiento: el de la subjeti- Las Meninas, y de la biografía de Velázquez
vidad que se constituye en sede de una expe- (1599-1660). Es claro que se trata de una
riencia que puede interpretar desde sí misma, pintura singular, en la que el tema no está
y no sólo según los criterios comunitarios que representado de modo convencional, porque
la lectura en voz alta y ante una comunidad lo que se representa es el trabajo del pintor
suscitaba. Esa intensificación del sujeto es como una actividad cortesana a la que asisten
correlativa a la expansión del mundo vital, y no con gusto y entretenimiento miembros de la
sólo hacia nuevos mundos exteriores, sino familia real y su cortejo. El pintor está retra-

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tando a los monarcas en una sala de palacio, 37


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
tración pictórica de que pintar es un oficio
pero es él mismo quien aparece en acción, con libre. Por eso Las Meninas son en cierto sentido
la paleta y el pincel en la mano, un paso atrás una pintura autorreflexiva 77, es decir, un
55
del lienzo y observando a sus modelos. Todo cuadro en el que la acción misma de pintar se
ello ataviado al modo de la hidalguía cor- ha hecho tema, aunque fuera desde el punto
tesana española: embutido en negro y el de vista de su índole cortesana, libre o aristo-
pecho blasonado con una cruz de la Orden de crática.
Santiago que, según parece, el pintor mismo Hasta tal punto llegó el interés del pintor
no pudo dibujar, pues esa aristocracia le por merecer la distinción de ingresar en la
negaba su reconocimiento (el ingreso en la Orden de Santiago, y tal fue la resistencia que
Orden de Santiago), alegando su trabajo era encontró, que Velázquez tuvo que hacer
pintar y se ganaba la vida haciéndolo, es decir, público un escrito en el que afirmaba que no
con sus manos. pintaba para ganarse la vida. No es descabe-
Es cierto que Velázquez se retrata con el llado pensar, pues, que Las Meninas sea una
pincel y la paleta en las manos, es decir, con las narración pictórica en la que el pintor quería
manos ocupadas en una producción, pero en dejar constancia de que su trabajo era un arte
actitud contemplativa un instante antes de liberal que, por su propia dignidad, generaba
ponerse sobre el lienzo y desaparecer del un reconocimiento que el pintor aspiraba a
encuadre de la obra; es ese instante, el que se que tuviera también la forma de los hombres
nos deja ver en Las Meninas, el momento libres: el honor. Bajo semejante aspiración late
reflexivo y, por así decir, directivo, de la acción la idea de que la libertad y el sujeto no
de pintar 76 que Velázquez quiere resaltar. sucumben en la realización de una producción,
Probablemente Velázquez conoció la obra El sino que también en y mediante esa clase de
arte y la pintura en la que su suegro, Francisco acciones puede el hombre dar e incrementar la
Pacheco, elogia la nobleza del arte de pintar. medida de sí mismo. Dicho de otro modo, tras
Es más, la composición misma de Las Meninas un suceso como ése, tan anecdótico como se
hace pensar que se trata de una versión pic- quiera, se advierte que la reivindicación que
tórica de esa misma reivindicación. Las quiere hacer valer la libertad en un ámbito que
Meninas no son un autorretrato, sino la mos- tanto la Antigüedad como la Edad Media esti-

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maban como impropio para la realización del de letras que -como ya hemos visto- luchan 38
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

hombre según su forma propia 78. contra otra forma de barbarie. Quien se ha
hecho “alternativa al orden de los bellatores
55
Es cierto que el pintor sevillano pretendía
que su actividad le valiera para ingresar en una es el humanista, que asienta en su supremacía
institución que era la objetivación social de un filológica su supremacía cultural, intelectual y
estamento, el de los bellatores. Y que seme- social”80, y al hacerlo ha extendido la libertad
jante aspiración habría y, por tanto, la posibilidad del reconocimiento
social, al ámbito de las realizaciones culturales
resultado impensable dos siglos antes. No y de los oficios civiles.
obstante, Velázquez no es un pionero porque
el camino había sido ya abierto por los huma- El tránsito del artesano al artista es la singu-
nistas que hicieron valer su pericia profesional larización de la obra y del autor que se reco-
como un status social libre. Y aún antes esa nocen mutuamente en el estilo: el artista es el
posibilidad se había incubado en la homolo- autor de obras con nombre, y por eso el artista
gación entre las armas y las letras en lo que a gana un nombre para sí mismo en sus obras,
status y reconocimiento social se refiere. Hacía del mismo modo que antes lo habían ganado
tiempo que “poco a poco los títulos acadé- los que llegaban a ser ciudadanos por su ser-
micos, respaldados por disposiciones ponti- vicio a la polis, o por sus hazañas guerreras y
ficias y reales, se equipararon a la nobleza (...); políticas. Esas obras del pintor son ya, por
el máximo grado que la universidad reconocía, tanto, acciones libres que expresan la conve-
el de doctor, daba derecho a usar un anillo de niencia de ese mismo status para su autor, y
oro, como los de la aristocracia” 79. Es más, lo eso es lo que reivindica Velázquez. No se trata,
que resulta un tanto anacrónico respecto de la además, de un fenómeno aislado que
situación en Europa -aunque no en España-, es alcanzara sólo a pintores o humanistas, porque
que Velázquez concibiera que el reconoci- “desde mediados del siglo XV hay un floreci-
miento de su oficio como un arte liberal se miento de todas aquellas artes que la Edad
tenía que llevar a cabo en la forma de ingresar Media había infamado tachándolas de mecá-
en una orden militar: este tiempo tiene ya nicas. Y no se trata sólo de su reflorecimiento,
unos nuevos bellatores que no son los hombres sino de la reivindicación de su dignidad, de
de armas ni sus instituciones, sino los hombres una vitalidad y una capacidad creadora

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propias” 81. Son, en definitiva, los “hombres librio entre contemplación y acción” 84. Sin 39
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

que expresan su orgullo de ser artífices” 82 y embargo, lo que aquí interesa no es si se


tras cuya reivindicación se esconde una sus- rompe o no el aristotelismo -que es una
55
tancial modificación del sistema sociocultural, cuestión que afecta a la historia de las ideas
en el que “el desprecio por las artes mecánicas 85-, sino que lo que nos atañe es que han
va desapareciendo, y el trabajo manual pierde perdido vigencia las versiones epocales de la
su significado de maldición bíblica para humanidad, que tanto la Antigüedad como la
alcanzar una dignidad autónoma y propia. Edad Media habían expresado y supuesto en
También en este sector resulta quebrantada la su constitución como sistemas socioculturales.
autoridad aristotélica, y la oposición for-
mulada por el sabio griego entre episteme y Es claro que lo anterior tiene que ver con el
techne tiende a resolverse” 83. Aunque quizá hecho de que sea el Renacimiento cuando se
más radicalmente sometida a revisión es la extiende la costumbre de firmar las obras de
inconmensurabilidad entre praxis y poiesis, arte que antes tenían más bien por autor a un
entre producción y libertad en las acciones gremio, o a una comunidad fabril relativa-
humanas. En este tiempo, sin embargo, la mente indiferenciada. Para hacerse cargo de la
acción no se entiende todavía reductivamente situación es preciso recordar que los oficios
como producción sino más bien como creación artesanales, entre los que se contaba la
y como inventio. Es cierto que la reivindicación pintura, se podían ejercer en la medida que se
de la vida activa supone una prevalencia de la pertenecía a una comunidad gremial, en la
acción, pero todavía no todos han roto, o no que se aprendían las reglas cuya aplicación
se han roto todas las amarras que vinculan la capacitaban para la labor. El gremio en tanto
actividad a la consideración no transformativa que sistema de organización del trabajo e ins-
de lo real. La acción creativa tiene una titución social guarda una cierta analogía con
dimensión contemplativa aunque ésta no se la comunidades monásticas, a las que el propio
refiera a la inalterabilidad de lo necesario, sino San Benito llamaba “talleres de Dios”. La cos-
a la verdad de lo que puede ser de otra tumbre nada infrecuente de que la incorpo-
manera y está en nuestra mano. En ese sentido ración a los gremios fabriles y artesanos se
quizá sea cierto que en estos tiempos “la hiciera de por vida, y la imposibilidad no
mayor parte de los hombres buscaron un equi- menos general de reconocer en su seno a indi-

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viduos singulares como autores de obras dife- 40


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
para los frailes) un reflejo de la semejanza
renciadas, pone de manifiesto que el sujeto entre el hombre y Dios: “A pesar de todas las
último de las realizaciones, el autor, no era en
55
reglas de arte que tenían que ser aprendidas y
sentido estricto un agente individual, sino una aplicadas, fue en esta época cuando se desa-
comunidad normada por una regla, y que ésta rrolló el concepto de artista de inspiración
era al final el único o el más relevante de los divina, el que a su vez, como el dios en la tierra
códigos de identidad. en el que podía convertirse, creaba obras de
El tránsito del artesano al artista es un cierto arte” 86.
eco del tránsito que desde la formas de vida El estilo no es sólo un código de identidad
monacales habían supuesto los frailes y las individual en la obras que singulariza al autor
órdenes mendicantes: el fraile no necesita una emancipándolo de la indiferenciada perte-
dotación patrimonial para llevar a cabo su nencia a un gremio; es también el medio por
modelo de vida, que tampoco es el cumpli- el que se suscita el reconocimiento social de su
mento de una regla, sino el ejercicio de un
pertinencia y valía. Reconocimiento que puede
oficio divino cuya posibilitación económica
ser tan intenso que promueva las formas de
queda a expensas del reconocimiento social,
esto es, de la limosna. Pues bien, también el subsistencia que lo hacen posible, es decir, que
artista es respecto del artesano gremial el ejer- haga aparecer el mecenazgo y con él la eman-
cicio de un oficio que no se limita al cumpli- cipación socio-económica de las comunidades
mento de unas reglas en las que está cifrada gremiales mediante el estilo. Esa ampliación
una identidad comunitaria, sino que ejerce las tiene como condición de posibilidad que la
reglas del oficio con una libertad que no sólo limosna se ampliara en tanto que posibili-
le identifica, sino que le emancipa de la comu- tación socioeconómica para el ejercicio de un
nidad artesana constituida en torno a ellas. Las oficio -cuya pertinencia es socialmente reco-
obras ya no se deben a comunidades fabriles nocida-, más allá de los oficios divinos a los
que se identifican por sus reglas (como los civiles. Ahora bien, dicha ampliación es
monasterios que son “talleres de Dios”), sino también una transformación -o, si se quiere,
que se deben a la inspiración de una actividad una secularización- por la que la limosna
que es ella misma, (como predicar y enseñar deviene en mecenazgo.

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Es preciso recordar aquí la clase de libertad 41


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
patrimonio que dejar en herencia. Dicho de
de la que la limosna fue expresión durante la otro modo, hay que evitar que el oficio reli-
Edad Media, para poder apreciar cómo el gioso se constituya en una casta o en una
55
tránsito de la limosna al mecenazgo es estirpe, porque se quiere que la determinación
también una ampliación de esa libertad. Por a ejercer ese oficio no preceda al individuo de
‘sociedad de castas’ se entendió aquel sistema ningún modo, es decir, que surja de él con una
en el que la identidad transmitida físicobioló- novedad sin precedencia determinante, o sea,
gicamente determinaba el destino y la iden- libremente, con independencia de su origen
tidad social del individuo. El sistema en el que físico o social. Para lo primero el voto de cas-
la identidad que prefijaba dicho destino no era tidad es una buena solución, para lo segundo
la transmitida física sino sociojurídicamente, es preciso además el voto de pobreza, y si se
de modo que era posible comunicarla y reci- quiere que ambos constituyan un modelo de
birla por adopción, es decir, por un acto perfección entonces es conveniente un tercer
jurídico y no físico, se llamó ‘sociedad de voto, el de obediencia según una regla y un
estirpes’. Si en las castas la identidad se recibía abad. Así se inventó una noción de vocación
por lo que hoy conocemos como el código que se oponía y superaba a la de destino como
genético, en las estirpes dicho código no instancia para determinar la forma de la
puede sino ser de índole sociocultural, es decir, propia biografía. Así fue como se profesaba la
se trata del patrimonio y la fama que acompa- perfección de los consejos evangélicos, y así es
ñaban a un nombre. Pues bien, cuando un como apareció una tercera forma social que
sistema social quiere garantizar que los oficios oponer a la casta y la estirpe: la profesión.
religiosos no sean patrimonializados ni por Desde luego que la idea de vocación tiene ahí
castas, ni por estirpes, es decir, cuando se un componente religioso del que no se puede
quiere que sea el individuo mismo el que eliminar el protagonismo divino. Ahora bien,
tenga disponibilidad en orden a determinarse lo que aquí interesa apreciar no es eso, sino
al ejercicio de dichos oficios, y que éstos no que un sistema social tiene que habilitarse
estén prefijados con antelación a esa disponi- para que los sujetos desplieguen su biografía,
bilidad de sí, entonces lo que hay que hacer es y su destino social, de acuerdo con una invo-
evitar que quienes ejercen tales oficios tengan cación que exige una respuesta que no puede
descendencia física o jurídica mediante un estar prefigurada con potencia determinante

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en el orden biológico ni cultural. Es decir, una como la libertad se afirmaba a sí misma y se 42


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

respuesta que exige de quien decide que sea hacía valer en el orden social porque suscitaba
dueño de sí con la radicalidad precisa para su propia provisión (o condiciones iniciales).
55
decidir el propio destino. En nuestra tradición, Sin duda que esa nueva forma era viable sólo
la habilitación del sistema social para dar en la medida que hubiera ciudades. Ahora
cabida una libertad de esa clase se produjo bien, durante la Edad Media la libertad no
primera vez con la forma de la perfección ganó para sí misma nada más que el orden de
evangélica de la vida religiosa mediante los los oficios religiosos, y consiguientemente se
votos. limitó a ser la forma peculiar de constitución
de un estamento en una sociedad que era ella
No obstante, y como ya se vio, el sistema misma estamental. Es más, desde esta pers-
precisó rectificaciones porque, como el voto de pectiva bien puede decirse que la sociedad
pobreza no afectaba a las instituciones, éstas medieval es una subordinación mixta del
se fueron asimilando a las estirpes con patri- sistema de castas y estirpes para abrir la posibi-
monios raíces que se regían por las formas feu- lidad de las profesiones, aunque, eso sí, exclu-
dales del señorío y la servidumbre, de modo sivamente religiosas: el mundo antiguo se
que, socioeconómicamente al menos, se difu- abría por el cristianismo a la principialidad de
minaba la distinción entre las estirpes civiles y la libertad que constituirá al mundo moderno
las comunidades monásticas, en las que como una sociedad de profesiones, en la que,
también se entraba a formar parte en virtud por ejemplo, la idea de vocación también tiene
de una adopción por la que se pasaba a tener un sentido civil y profesional. Aquí es donde, a
un padre, un abad. Una de esas rectificaciones mi juicio, el Renacimiento resulta epocalmente
vino en la forma de las Ordenes Mendicantes. inteligible como el momento de la ampliación
En ellas el fraile no ejercía ya su oficio en de la libertad a las actividades civiles y produc-
virtud de un patrimonio institucional que toras constituyéndolas en profesiones, cuya
garantizara el ocio contemplativo del pericia se tiene también como el método del
monacato; sino que el ejercicio de dicho oficio hombre hacía sí mismo, hacia su realización.
quedaba perentoria y constantemente pen- Esa ampliación se lleva a cabo en la extensión
diente de que la comunidad civil lo auspiciara del sistema de las profesiones a los oficios
con limosnas. Así, mediante la limosna, es civiles: el transito de la limosna al mecenazgo.

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El mecenazgo cumple la misión que respecto religioso desde el voto de pobreza y, más con- 43
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

del oficio divino y en el caso de las órdenes cretamente, según la forma que tomó en las
mendicantes cumplió la limosna en la Edad órdenes mendicantes, en las que el ejercicio de
55
Media. Pero ahora no se trata de predicar y tales oficios divinos quedaba a expensas de la
ejercer los ministerios de Dios, sino de oficios limosna. Al extenderse dicho modelo -aunque
que son realizados como tales y que a una des- sea incipientemente- a las pericias civiles se
treza pericial suman la originalidad de un llama mecenazgo, y, más tarde, cuando se
estilo, o mejor, en los que tales destrezas son extienda a la totalidad de los ámbitos sociales
ejercidas desde la singularidad irreductible de se servirá del salario y producirá la actual
un sujeto y no desde la norma reguladora de forma de la sociedad de profesiones. Desde
una comunidad artesanal o docente. La clase luego que todo ello ocurrió gradualmente, con
de ampliación que el mecenazgo supone res- distintos ritmos según los distintos ámbitos, y
pecto de la limosna es, en términos socioeco- también que el salario ya existía, pero lo que
nómicos, la incipiente ampliación de la se intenta señalar no es que se inventara el
libertad al conjunto de las actividades salario, sino que éste se convirtiera en la estra-
humanas que pueden configurarse así como tegia social para la sustentación de oficios que
profesiones, ocupaciones libres: actividades se tienen por libres y que, por tanto, confi-
que suscitan su propia provisión o condición guran un sistema social.
inicial de posibilidad económica. Lo crucial aquí es que la singularización del
Que sea el mecenazgo y no todavía el salario estilo en sujetos individuales significa que la
la forma socioeconómica que puede dar razón obra queda adscrita a la irreductibilidad de un
de la peculiaridad epocal del Renacimiento es sujeto individual de la que es realización y
la razón por la que se apuntó antes que la apa- manifestación, y que el sistema sociocultural se
rición del trabajo en el reino de la libertad es reajusta para la extensión de esa posibilidad.
en esta época sólo incipiente y programática. Dicho de otro modo, se empieza a concebir la
De ese modo, bien puede decirse que la posibilidad de que la clase de actividad que es
extensión de la libertad a las pericias civiles se un hacer pericial y productor (poiesis) pueda
lleva a cabo al rebufo de la movilidad y ser expresión adecuada de una subjetividad
libertad social que supuso el ejercicio del oficio individual que, por ello mismo, se realiza

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según la especificidad de lo humano en un contra la posibilidad de que lo uno sea 44


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

producir que ya no se lleva a cabo según la también lo otro.


medida de la necesidad, sino la de la libertad
55
Del mismo modo que los jóvenes aprendices
(praxis). Se trata de “el reconocimiento de la
de pintor o escultor ya no necesitan ingresar
presencia del hombre en todas las facetas de
en un gremio para aprender y cumplir las
su actividad; porque, ya sea matemático,
reglas de su oficio, sino que se arremolinan en
médico, soldado o sacerdote, siempre y ante
torno a maestros de los que aprenden imi-
todo, es hombre e imprime el sello de su
humanidad a todas sus obras expresándolas, es tando su estilo y aprendiendo sus técnicas, así
decir, revistiéndolas de la lux orationis” 87. Ese también frente al cumplimiento monacal de
es, en mi opinión, el punto donde el Renaci- una regla, la devotio moderna impuso la imi-
miento lleva a cabo una ruptura sustancial con tación (imitatio) como el eje de la piedad cris-
los sistemas socioculturales de la Antigüedad: tiana 88. Que la imitación se simultanee y se
la realización del hombre según su propio sobreponga al cumplimiento de reglas como
telos, la praxis, es ya posible en y mediante propedeútica existencial hacia la perfección, es
actividades productoras y periciales. En esa el correlato social de un fenómeno que tuvo su
tesitura el ocio meramente contemplativo, sin génesis en el ámbito de las litterarum. Fue
haber perdido todavía toda legitimación, primero en las pericias lingüísticas donde la
tiende a presentarse como una posibilidad imitación de autores clásicos se impuso como
muy particular, incluso quizá mortalmente método hacia la perfección. En las litterarum
insuficiente, y no sólo desde el punto de vista “la imitatio se sostenía necesariamente sobre
epistemológico, o respecto de la realización un concepto de auctoritas, que exigía el esta-
del telos específico del hombre, sino también blecimiento de modelos, y éstos sólo podían
como programática ascética en orden a la sal- obtenerse del cultivo artístico de la lengua
vación y la santidad. Monacatus non est pietas, según normas o mediante el estudio de
dice Erasmo, que todavía, no obstante, tiene a autores precedentes, para extraer de ellos sus
las formas de vida monacales como un camino rasgos distintivos, aquellos que los hacían
abierto para la imitación de Cristo, y que dignos de ser imitados y convertidos en
parece pugnar más contra la identificación modelos de perfección en el uso” 89. Si se
unívoca entre monacalidad y piedad, que advierte que es en esta época cuando emergen

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definitivamente buena parte de las lenguas dores recolectores, sólo que ahora no es la 45
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

romances, y que éstas no son fundadas por los espontaneidad de la tierra lo que les dota de
gramáticos del trivium escolástico, sino por alimento, sino que es la espontaneidad social
55
autores como Dante y Lutero, o por tradiciones suscitada por el ejercicio de alguna pericia la
compuestas de monumentos literarios, se verá que hace surgir los frutos (la limosna, el mece-
que en tales casos la imitación no puede sino nazgo o las dádivas del público) en el nuevo
imponerse como el método casi exclusivo para humus de la sociedad occidental: las ciudades.
la perfección en el uso de los nuevos idiomas. El auge del Humanismo Pericial es, en
Pero esa ampliación de la independencia efecto, impensable fuera del contexto de una
respecto de las comunidades normadas para civilización urbana, en la que una naciente
cumplir una misión no alcanzó sólo a las élite social ejercía -o, al menos, sustentaba-
formas de piedad o a los oficios artísticos, sino unas actividades como nuevo modelo de per-
a buena parte de las distintas esferas de la vida fección que sancionara y justificara su estatus
social. “Los profesores solían llevar la misma de privilegio, más allá de las simples condi-
vida errante que los actores” 90 y que los ciones fácticas de dominio. El desarrollo del
frailes predicadores, cabe decir, porque las tres nuevo patriciado es correlativo con la pro-
son formas de vida que se llevan a cabo sin gresiva disolución del sistema feudal, la for-
dotación patrimonial que la posibilite, sino por mación de las ciudades, el desarrollo del
el reconocimiento social de la pertinencia de comercio, de los intercambios de toda índole y
su ejercicio allí donde se realiza. Llevar una la aparición de las profesiones civiles. La
vida errante no es una cuestión tan secundaria ligazón de todos esos hechos es un nuevo
como puede parecer, porque implica que se sistema social que tiene la forma objetivada de
trata de los nuevos nómadas, esto es, de los las instituciones -y, sobre todo, de las ciudades-
que no tienen bienes raíces o raíces 91, y , y la forma subjetiva de las ideas. No es infre-
sobreviven sólo en virtud de que el nuevo con- cuente que los filósofos denuncien de la escasa
texto social les permite recoger aquí ahora y densidad filosófica del humanismo, es decir, de
allí más tarde lo que precisan para subsistir. que esa forma subjetiva de una nueva época
Profesores, saltimbanquis, actores y frailes pre- no se constituyera según la objetividad de la
dicadores son la nueva versión de los caza- teoría en un sistema filosófico. Podría contes-

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tarse que la nueva objetivación del saber que 46


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
a la emergencia de un nuevo sistema sociocul-
responde a esta época no es una filosofía, sino tural, en el que la unidad sólo es posible sobre
las nuevas ciencias que pululan en torno a la la tolerancia o conjugación de la heterogénea
55
revalorización de la experiencia. Pero, antes variedad de las ciudades, de sus distintas situa-
todavía, ha sido la retórica y su nueva luz sobre ciones económicas, políticas, culturales, reli-
el poder creativo de las acciones humanas lo giosas. La unidad del mundo ya no está obje-
que estos hombres quisieron expresar y rea- tivada en un sistema sociopolítico, sino que se
lizar. Por otra parte, la objetivación de la construye desde dentro de los sujetos, pero
retórica no tiene como ideal la constitución de sólo de aquellos que pueden gritar con Dante
una ‘síntesis conceptual’, sino la realidad cul- que su patria es el mundo, es decir, con los que
tural de las comunidades intersubjetivas, de las han construido la humanidad en sí mismos, los
instituciones y, sobre todo, de las ciudades: es que viajan y se dejan alojar sin sucumbir en la
“la actividad humana que se desarrolla en la variedad de las formas de lo humano. Como ha
construcción de la ciudad, la que constituye el dicho Jacinto Choza, “se trata de hombres que
dominio propio del hombre que es artífice (...). están viviendo una fragmentación; lo saben,
Su valor distintivo no se manifiesta en la con- pero no se les ocurre proponer una estructura
templación de algo dado, sino en la acción” unificante y totalitaria, ni creen que debe
92. haberla (.../...) Ellos no quieren transformar el
Son las ciudades, y no el imperio o la Cris- mundo en una unidad política; quieren saber
tiandad, la objetivación del nuevo sistema de qué va, pero con serias dudas de poder ave-
sociocultural en el que se desarrolla el Huma- riguarlo. Probablemente no sabían cómo uni-
nismo Pericial, y que éste contribuye a confi- ficar todo eso en una síntesis conceptual, y
gurar; el humanismo de unos hombres cuya mucho menos en un sistema político. No
idea de humanidad no se deja -ni precisa- tenían esas pretensiones. Por eso eran tole-
expresar ni realizar en la unidad de un sistema rantes. Por eso parecían escépticos, hombres
sociopolítico. El Humanismo Pericial es corre- con poco celo. Por eso eran amantes de la
lativo a la crisis de la idea de imperio, a la libertad” 93.
ruptura de la unidad lingüística de Europa en Pues bien, desde esta perspectiva, la forma
el latín, a la fragmentación de la Cristiandad y epocal del humanismo renacentista aparece

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como el inicio del movimiento de ampliación Todo ello, en efecto, contiene en germen las 47
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

del sistema de profesiones en tanto que formas de un mundo y de sistemas sociocultu-


modelo de perfección, más allá y fuera del rales que son una ruptura respecto del mundo
55
seguimiento de los consejos evangélicos; es antiguo. No obstante, dicha ruptura no se
decir, su incipiente extensión desde las formas consuma en este tiempo, en el que las nove-
de vida religiosas (y religioso-militares) a las dades conviven con las formas antiguas sin
civiles, a los oficios y profesiones del mundo, a desplazarlas todavía. Al respecto puede servir
las destrezas periciales que constituyen la este texto de Erasmo, en el que se aprecia que
comunidad política, económica y productiva el sistema de las profesiones todavía no se ha
de las ciudades. Esto significa también que la hecho valer contra las formas de los antiguos
ascética religiosa pierde su exclusividad en sistemas socioculturales hasta abolirlas: “debe
tanto que paideia en y mediante la cual la concederse todo el honor que merecen las pro-
especificidad de lo humano se realiza en el fesiones honradas, y no conceder la ociosidad
hombre. Como ya se ha dicho siguiendo a a título de nobleza, por tocar siquiera de
Hegel 94, el momento de la negatividad en la soslayo este delicado asunto. No es que yo pre-
instrucción pasó de los votos y la ascética reli- tenda quitar este honor a los bien nacidos
giosa a la educación civil y a la perfección en siempre que se mantengan dignos de las imá-
las destrezas periciales que conforman las pro- genes de sus mayores, y descuellen en aquellas
fesiones. De ahí que los studia humanitatis virtudes que les valieron la nobleza” 96.
pretendieran ser “antes que nada, una Esa ruptura no se llevará a cabo hasta bas-
paideia, una institutio o educación desde los tante tiempo después y no sin las violentas
fundamentos” 95. Esa ampliación se produjo convulsiones que conocemos por el nombre de
con la forma de una sustitución sólo en las revolución. Es cierto que, como hemos visto, en
formas más extremas del Renacimiento y en la otros órdenes algunas de esas revoluciones
Reforma luterana, pero más que la sustitución como la Reforma, o la fundación de las nuevas
se perseguía una nueva síntesis entre lo sobre- ciencias, ya se han llevado a cabo en parte. Sin
natural y lo natural redescubierto según su embargo, será necesaria todavía su consoli-
propio valor y autonomía que se exalta con dación y su expresión en revoluciones análogas
entusiasmo. en el orden político, y económicoproductivo.

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La historia de Europa no terminó con los cierto, de la que los hombres del Renacimiento 48
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42

hombres de esta época, ni el Humanismo habrían podido vislumbrar.


Pericial es el último de los humanismos de
55
nuestra tradición, que todavía nos ha ofrecido
alguna otra versión de la humanidad. Por de NOTA BIOGRAFICA
pronto las ciudades de Europa se agruparán -
Higinio Marín, es doctor en Filosofía y pro-
algunas ya lo están- en una nueva forma de
fesor Adjunto de Antropología Filosófica en la
unidad política que conjuga la pluralidad de
sujetos de su misma clase con dificultad, y que Universidad de Navarra. Ha sido becario del
podrá tomar a su cargo la empresa de construir Seminario Permanente de Empresa y Huma-
nuevos imperios, nuevas cristalizaciones en un nismo y miembro de su Departamento de
sistema sociopolítico unitario de lo que es ser Investigación. Autor del libro “La Antropo-
verdaderamente humano: los estados. En ellos logía Aristotélica como Filosofía de la Cultura”
otra vez la ratio, la nueva razón ilustrada y y de varios artículos, en la actualidad desa-
científica se constituirá en el principio y la rrolla su trabajo en el área de Filosofía de la
forma de una naturaleza humana universal. Cultura, y está llevando a cabo un estudio de
Pero esa es otra historia, bien distinta, por las formas epocales de Humanismo.

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HIGINIO MARÍN HUMANISMO PERICIAL

*Este trabajo es el tercero de los estudios 49


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
española del Renacimiento’ bien distinta, por
que componen un proyecto de investigación cierto, de la que autores como Burckhardt
sobre Las formas epocales del humanismo. Las sugieren. Sobre el Renacimiento en España
55
dos primeras, a las que aquí se hacen fre- puede verse Gramática y Humanismo (Perspec-
cuentes referencias, pueden encontrarse publi- tivas del Renacimiento español), Ed. de Ruiz
cadas en esta misma colección con los números Pérez, P., Ediciones Libertarias, Madrid, 1993.
33 y 34. 2. Cfr., RICO, F., Nebrija frente a los bárbaros,
1. Así es, en efecto, hasta 1492, aunque muy Universidad de Salamanca, Salamanca, 1978.
poco después será ya oficial del ejército de un 3. GRASSI, E., La Filosofía del Humanismo,
naciente estado europeo que lucha contra Anthropos, Barcelona, 1993, p.72.
ejércitos cristianos de reyes cristianos y en
plena Europa, para defender intereses dinás- 4. RICO, F., El sueño del humanismo. De
ticos y territoriales de sus monarcas. El Gran Petrarca a Erasmo, Alianza Universidad,
Capitán es ‘cruzado’ y militar profesional casi Madrid, 1993, p. 18.
sin solución de continuidad, como casi también 5. RICO F., Nebrija contra los bárbaros, edic.
sin solución de continuidad la Cristiandad se cit., p. 49.
convierte en un agregado de estados emer- 6. GARIN, E., Medioevo y Renacimiento,
gentes, o como el latín deja paso a las lenguas Taurus, Madrid, 1981, p. 77.
romances. En el ámbito de las Letras Nebrija es
una figura muy similar porque de humanista 7. HELLER, A., El Hombre del Renacimiento,
latino se convierte en gramático de una lengua Península, Barcelona 1980, p. 447. Esta es
nueva. Ambos están situados en un quicio además la tesis que se expone en el primer
entre épocas que es centro de una época de capítulo, y que he trabajado por extenso y
transito. Aunque no se trata de un simple desde la perspectiva que abre la noción aristo-
paralelismo entre dos figuras preeminentes, télica de naturaleza en La antropología aristo-
sino que ambas figuras arrojan luz sobre la télica como Filosofía de la Cultura, EUNSA,
peculiar índole de un tiempo histórico, es Pamplona, 1993.
cierto que encarnan, quizá paradigmática- 8. HERODOTO, Los nueve libros de historia,
mente, lo que podría llamarse la ‘versión Lib II, 57.

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9. CICERON, Sobre la República, II, 48. 50


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 42
14. Cfr. Codri Urcei Vita en el prólogo a sus
Opera. Citado por Burckhardt, J., en La cultura
10. En el diálogo Critón, Sócrates se llama a 55
sí mismo hijo y esclavo de las Leyes cuando del Renacimiento Italiana, Akal, Madrid, 1992
simula ante su interlocutor lo que éstas le (primera edic. 1860).
dirían si, dejándose llevar por sus consejos, elu- 15. HELLER, A., op. cit., p. 436.
diera la sentencia que le condena a muerte:
16. VAZQUEZ DE PRADA, V., Renacimiento.
“¿no te dimos nosotras (las Leyes) la vida, pues
por nosotras tomó tu padre a tu madre y te Reforma, Expansión europea. (Historia Uni-
engendró? (...) ¿no gobernábamos bien al versal, Tomo VII), EUNSA, Pamplona, 1985, p.
ordenar a tu padre que te educara en la 80.
música y la gimnasia? (...) Pues entonces, si 17. GRASSI, E., La filosofía del humanismo,
gracias a nosotras naciste y fuiste criado y Anthropos, Barcelona 1993, p. 82.
educado, ¿puede caber en ti ni por un
18. RICO, F., Nebrija frente a los bárbaros,
momento la idea de que no eras hijo y aun
ed. Univ. de Salamanca, Salamanca, 1987, p.
esclavo nuestro, tú y tus progenitores?”.
22.
Critón, 50 d-e.
11. Cfr., CICERON, Sobre la República, I, 39. 19. Cfr., ARREGUI, J. V., Choza, J., Filosofía
En Gredos, Madrid, 1984, puede verse también del hombre, Rialp, Madrid 1990, p. 65.
el prólogo de Alvaro D´Ors, pp. 19-21. 20. CICERON, Sobre la República, I, 29.
12. Fenómenos como el de las cruzadas y las 21. GARIN, E. Medioevo y Renacimiento,
confusiones y complicaciones entre el poder Taurus, Madrid, 1981, p. 88.
temporal y el espiritual, o la institución misma
22. HELLER, A., op. cit., p. 436.
del Sacro Imperio, sugieren que la idea
medieval de la Christianitas como unidad 23. BURCKHARDT, J., La cultura del Renaci-
sociopolítica de los fieles y los ciudadanos, se miento en Italia, Akal, Madrid, 1992, p. 141.
generó precisamente en la asimilación de cato- 24. Ese es el fruto que Jenócrates decía que
licidad e imperio. tendrían los que siguieran sus enseñanzas, y que
13. HELLER, A., op. cit. p. 448. Cicerón hace suyo en Sobre la República, I, 3.

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25. ERASMO, De cómo los niños deben ser 36. Cfr., MARTIN DE TAPIA, Vergel de 51
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iniciados en la virtud y las buenas letras, en música, Cap. XIII.


Obras Escogidas, Aguilar, Madrid, 1964, p. 939.
55
37. ERASMO, Plan de Estudios, en Obras
26. DRESDEN, S., Humanismo y Renaci- Escogidas, Aguilar, Madrid, 1964, p. 445.
miento, Guadarrama, Madrid, 1968, p. 231.
38. GRASSI, E., op. cit., p. 133.
27. PRIETO, A., “El saber humanista”, en
39. CICERON, Sobre la República, I, 52.
Gramática y Humanismo. (Perspectivas del
Renacimiento español), Ed. de Ruiz Pérez, P., 40. HELLER, A., op. cit., p. 408.
Ediciones Libertarias, Madrid, 1993, p. 90. 41. HELLER, A., op. cit., p. 433.
28. RUIZ PÉREZ, P. “La cuestión de la lengua 42. HELLER, A., op. cit., p. 408.
castellana: aspectos literarios y estéticos en los
siglos XV y XVI”. en Gramática y Humanismo. 43. “Cumplir la ley -según Lutero- no es otra
(Perspectivas del Renacimiento Español), ed. cosa que pecar” dice Mateo Seco, F. L., Martín
de Ruiz Pérez, P, Ediciones Libertarias, Madrid, Lutero. Sobre la libertad esclava, E.M.E.S.A.,
1993, p. 125. Madrid, 1978.
29. DANTE, De vulgari eloquio, lib. 1, cap. 6. 44. MATEO SECO, F. L., op. cit., p. 192.
30. GARIN, E., y otros, op. cit., p. 9. 45. MATEO SECO, F. L., op. cit., p. 218.
31. GARCIA ESTÉBANEZ, E., Renacimiento: 46. LUTERO, tesis XIII, WA, t. I, pp. 359-360.
Humanismo y sociedad, Cincel, Madrid 1986, p. 47. Puede objetarse, y no sin razón, que la
34. oposición entre ley y libertad en el luteranismo
32. ERASMO, Plan de Estudios, en Obras se está aquí destacando porque resulta cohe-
Escogidas, Aguilar, Madrid, 19 , p. 445. rente con nuestro punto de partida, pero que
33. GARIN, E. y otros, EL hombre del Renaci- hay otros muchos aspectos de la Reforma que
miento, Alianza, Madrid, 1990. dejan ver su coherencia con alguno de los pre-
supuestos básicos de esta época. Sin duda es
34. GARIN, E., y otros, op. cit., p. 174. así; aquí hemos elegido esa cuestión porque
35. RICO, F., op. cit., p. 72. ‘rima’ bien con la tesis que se quiere sostener

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respecto del Renacimiento. Ahora bien, 53. Cfr. ERASMO, De como los niños han de 52
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aunque la oposición entre ley y libertad sea ser precozmente iniciados en la piedad y en las
sólo un aspecto parcial del luteranismo, eso no
55
buenas letras, en Obras Escogidas, Aguilar,
quiere decir que no sea esencial, o, al menos, Madrid 1964.
eso es precisamente lo que el propio Lutero le
dice a Erasmo, con quien ya había entrado en 54. GONZALEZ, G., Dialéctica escolástica y
franca beligerancia: “lo que yo estimo, lo que lógica humanista, Edic. Universidad de Sala-
alabo en ti, es que fuiste el único que tocaste manca, Salamanca, 1987, p. 133.
el punto neurálgico de la disensión: el libre 55. GARIN, E., op. cit., p. 105.
albedrío. Tú no me fatigas con cuestiones acce-
sorias, Sólo tú diste en el nudo. Sólo tú me 56. RICO, F., El sueño del humanismo. De
pusiste el puñal en la garganta. Gracias Erasmo Petrarca a Erasmo. Alianza Universidad,
(...)”. Madrid, 1993. p. 43.
48 Contra la desdramatización de las tesis 57. GARIN, E., op. cit., p. 89.
luteranas sobre el dominio del Diablo sobre el 58. GARIN, E., op. cit., p. 96.
mundo se queja Oberman, H. A., autor de una
de las más recientes biografias sobre el refor- 59. GRASSI, E., La filosofía del Humanismo,
mador: Lutero, Un hombre entre Dios y el Anthropos, Barcelona 1993, p. 115.
Diablo, Alianza, Madrid 1992, pp. 124-129. 60. PICO DELLA MIRANDOLA, De hominis
49. LUTERO, De servo arbitrio, WA, t. XVIII, dignitate, ed. de Garin E., (Florencia, 1942).
658 13-16. Puede encontrarse una traducción castellana
50. LUTERO, op. cit., WA, 738, 35-739, 1) en Humanismo y Renacimiento, selección de
textos de Santidrián, P. R., Alianza, Madrid,
51. CRUZ, A. La ambigüedad del Renaci- 1986.
miento, inédito.
61. Cfr., GRASSI E., op. cit., p.147.
52. SUAREZ, L., Humanismo y Reforma
Católica, Palabra, Madrid 1986, 62. GARIN, E., op. cit., p. 32.
p. 58. 63. GARIN, E., op. cit., p. 26.

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64. DRESDEN, S., Humanismo y Renaci- 75. VASARI, G., Vidas de pintores, escultores 53
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miento, Guadarrama, Madrid, 1968, p. 232. y arquitectos famosos, El Ateneo, Buenos


Aires, 1945, p. 395.
55
65. La expresión es de Jacinto Choza y sirve
de título a su libro La realización del hombre 76. No interesa aquí discutir la implícita con-
cepción de la actividad creativa que se trasluce
en la cultura, Rialp, Madrid, 1990. tras la disociación entre el momento reflexivo
66. D’ORS, A., Sistema de las Ciencias, vol. I, y el activo en la acción de pintar. Nos basta con
EUNSA, Pamplona, 1969, p. 37. reparar en que Velázquez reivindica su pre-
sencia, aunque mediante esa reivindicación se
67. GARIN, E. y otros, EL hombre del Renaci- pretenda un reconocimiento en términos de
miento, Alianza, Madrid, 1990, p. 180. estatus social, que es, precisamente, lo que
aquí interesa.
68. GARIN, E., Medioevo y renacimiento,
Taurus, Madrid, 1981. p. 34. 77. Quizá sea éste el primer atisbo de la
autorreferencialidad que ha caracterizado a
69. DRESDE, S., op. cit., p. 228. buena parte del arte moderno, y que, como ha
70. MATEO SECO, F. L., op. cit., p. 174. sugerido Gombrich, si bien tiene causas especí-
ficamente estéticas, éstas no se desarrollaron
71. HEGEL, G. W. F., Lecciones sobre la filo- al margen de condiciones sociales tales como
sofía de la historia universal, Alianza Univer- que los artistas dejaron de trabajar por
sidad, Madrid, 1989, p. 649. encargo, para pasar a vender sus obras libre-
mente en mercados compuestos por un
72. GARIN, E., op. cit., p 115. público ávido de obras de autor.
73. ERASMO, De cómo los niños han de ser 78. Esta es también la tesis que Heller sos-
precozmente iniciados el la piedad y las tiene al respecto, aunque con la equivocidad
buenas letras, en Obras Escogidas, Aguilar, que implica la amplitud del término “trabajo”
Madrid, 1964, p. 923. y sobre la que ya se ha llamado la atención del
lector: “cuando se hablaba de los frutos de
74. ERASMO, op. cit., en Obras Escogidas, trabajo (en el Renacimiento), de la grandeza,
Aguilar, Madrid, 1964, p. 923. de la dignidad del trabajo humano, no se dis-

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tinguía entre el trabajo intelectual y el pectivamente sobre la articulación mutua- 54


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mecánico, el intelecto de las manos”. Heller, mente posibilitante entre praxis y poiesis y
A., op. cit., p. 402.
55
episteme y techne. Sin duda la reivindicación
79. SUAREZ, L., op. cit., p. 24. del valor de la experiencia para el conoci-
miento es casi un tópico de la época, pero
80. RUIZ PÉREZ, P., “La cuestión de la lengua
castellana: aspectos literarios y estéticos en los sobre todos destaca, quizá, la encendida
siglos XV y XVI”, en Gramática y Humanismo. defensa de la experiencia que lleva a cabo Leo-
(Perspectivas del Renacimiento español), Edi- nardo da Vinci, que llegó a decir que su saber y
ciones Libertarias, Madrid, 1993, p. 129. sus obras habían “nacido por la sencilla y pura
experiencia, que es maestra verdadera”. Un
81. ROMANO, R., Y TENETI, A., Los funda-
estudio introductorio sobre la posición de Leo-
mentos del mundo moderno, Siglo XXI,
Madrid, 1986, p. 164. nardo en este punto puede encontrarse en
Mondolfo R., Figuras e ideas de la filosofía del
82. Idem., p. 165. Renacimiento, Icaria, Barcelona, 1980, pp. 9-
83. Idem., p. 166. 36. Los correlatos sociológicos entre la nueva
84. VAZQUEZ DE PRADA, V., op. cit., p. 64. forma de ciudadanía y el estatuto epistemo-
lógico de la nueva ciencia se estudiarán en el
85. Conviene no pasar por alto, sin capítulo cuarto de este trabajo.
embargo, que la revisión de la distinción aris-
totélica entre praxis y poiesis es correlativa a la 86. DRESDEN, S., op. cit., p. 234.
puesta en tela de juicio de la distinción entre 87. GARIN, E., p. 90.
episteme y techne. Si hay un cierto correlato
entre la condición de ‘ciencia libre’ de la meta- 88. Cfr., SUAREZ, L., op. cit., p. 69
física, y el estatuto de hombre libre del ciu- 89. RUIZ PÉREZ, P., “Otra mirada sobre el
dadano aristotélico (cfr. capítulo primero), Renacimiento español”, en Gramática y Huma-
justo es señalar que ese mismo correlato se
nismo (Perspectivas del Renacimiento español),
establece en este tiempo entre la nueva clase
Ediciones Libertarias, Madrid, 1993, p. 18.
de ciudadanía que se está configurando, y la
nueva ciencia: uno y otra se constituyen res- 90. BURCKHARDT, J., op. cit., p. 195.

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91. Al respecto no deja de ser significativo 93. CHOZA, J. “El humanismo judío”, en Los 55
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que sea en este tiempo cuando aparecen for- otros humanismos, en prensa.
mulas jurídicas para defender y regular una
55
94. HEGEL, G. W. F., Lecciones sobre la filo-
nueva clase de propiedad que hoy conocemos
sofía de la historia universal, Alianza Univer-
por intelectual: “Ya desde mediados del siglo
sidad, Madrid, 1989, p. 655.
XV se afianza la idea de propiedad intelectual
y (...), en 1474 una ley veneciana para defender 95. RICO, F., Nebrija frente a los bárbaros,
los intereses de ‘los agudísimos ingenios aptos Universidad de Salamanca, Salamanca, 1978, p.
para pensar y encontrar varios ingeniosos arti- 38.
ficios’”. Romano, R., y Teneti, A., op. cit., p. 96. ERASMO, Educación del príncipe cris-
165. tiano, en Obras Escogidas, Aguilar, Madrid,
92. GARIN, E., op. cit., p. 147. 1964, p. 329.

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