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La planificación urbanística no debería ser un fin arquitectónico en sí, sino que debería
concebirse como salvaguarda de los intereses de aquellos que son “consumidores” de un
medio ambiente nuevo y transformado. Para satisfacer este requerimiento son necesarios el
inventario y el análisis de los fenómenos socioeconómicos generales y de los referentes a la
estructura de la población, el conocimiento de para quién se planifica puede reducir
considerablemente el riesgo de la “experimentación y equivocación”. De ahí que, desde hace
aproximadamente diez años, la sociología y la economía se hayan incluido en la planificación
urbanística. Los análisis de planeamientos equivocados del pasado inmediato seguramente
han contribuido a que la planificación se realice en la actualidad de forma multidisciplinaria, lo
cual, mientras tanto, ya se ha fijado legalmente.
Por lo general, los datos disponibles se han extraído de comprobaciones estadísticas generales,
por lo cual la actualidad de dichas informaciones suele ser bastante dudosa. Por lo tanto, se
debe tener en cuenta que algunas conclusiones para la planificación, basadas en las
informaciones adquiridas, deben poder revocarse. A continuación, se resume el contenido del
potencial informativo mencionado.
Se recogen aquí los datos sobre la población residencial de las distintas demarcaciones, como
barrios, distritos, manzanas y partes de manzanas. Las informaciones se refieren a:
- Densidad de población.
- Número de viviendas.
- Estructura de las edades.
- Estructura de las nacionalidades.
- Estructura de la población activa.
- Estructura de la educación.
Las deducciones que pueden extraerse de este tipo de informaciones son una ayuda útil para
evaluar las necesidades de la infraestructura micro espacial (como concesiones de superficies
para los lugares de recreo), la planificación de la estructura deseada de la población (grupos
sociales, edad, nacionalidad) y del número de viviendas. Los datos mencionados pueden
conseguirse normalmente, sin dificultad alguna, en los centros de estadística de las metrópolis.
La situación es más problemática en las ciudades menores o en los municipios pertenecientes
a un partido, ya que no disponen sistemáticamente de dichas informaciones por medio de la
EDV.
CENSO DE INMUEBLES Y VIVIENDAS 1968
Los datos abarcan de forma especial la información necesaria para el análisis sobre
saneamiento y modernización. Las informaciones existentes, importantes a la hora de preparar
la planificación son, en concreto:
Sin embargo, a veces estas informaciones están aún menos actualizadas que las de la
Demografía y censo de población activa (1970). Aunque la existencia de los edificios pueda
seguir comprobándose con relativa facilidad, a través de las estadísticas de la actividad
constructora, las transformaciones que se han llevado a cabo en el interior del edificio
(instalaciones sanitarias, ampliaciones, cambios de uso) se escapan casi por completo a las
posibilidades estadísticas. Igualmente deberán de corregirse o completarse los informes del
Censo de Inmuebles y Viviendas para aquellas zonas que hayan experimentado
transformaciones importantes en los últimos años, a fin de poder evaluar el número real de las
viviendas. La comprobación de los datos micro espaciales se realiza de forma parecida a la de
la Demografía y censo de la población activa, o sea por medio de centros estadísticos en las
ciudades exentas de distrito, en los distritos y municipios.
Resulta casi imposible elaborar una lista general de los costes, que pueda servir de modelo.
Pueden establecerse, por ejemplo, los precios de urbanización generales, pero normalmente
no son transferibles a las características concretas del lugar. Más problemática aún es la
clasificación de los usos, que se crean a través del planeamiento para el “círculo de
consumidores”. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que hasta las informaciones
incompletas son útiles para el planificador, ya que tanto éste como las instancias encargadas
de la planificación se ven obligadas a salirse de sus ideologías particulares urbanísticas y
dejarse estimular por sugerencias externas, que en la forma en que puedan adquirirse
tampoco pueden aplicarse universalmente.