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Año 2009
Tema 1: Estudio de la célula
1. Introducción
Lo que podemos aprender sobre las células depende de las herramientas que tengamos para observarlas y
estudiarlas. Son pequeñas y complejas, lo que dificulta la observación de su estructura, composición molecular y
funcionamiento.
La biología es una ciencia puramente experimental, y por lo tanto, se fundamenta en el método científico,
entendiéndose como éste al estudio sistemático, controlado, empírico y crítico de proposiciones hipotéticas acerca de
presuntas relaciones entre varios fenómenos.
La primera etapa del método científico es la observación, es decir, la asimilación y descripción del proceso objeto de
estudio. De aquí que el estudio y la comprensión de los nuevos métodos de observación celular y molecular sea de
vital importancia para el desarrollo biológico.
Una buena observación se continúa con la formulación de hipótesis, a saber, posibles causas que expliquen el
fenómeno observado. Éstas deben ser sometidas a experimentación para probarlas o refutarlas, utilizando para tal fin
modelos de experimentación, es decir, conceptos, individuos, procesos, etc. que nos permitan comprender, representar
y concluir sobre el fenómeno de manera sencilla y representativa. En el caso de experimentación biológica sobre
organismos vivos, los modelos más comunes son Arabidopsis thaliana, Mus musculus, Danio rerio, Xenopus laevis,
Drosophila melanogaster.
Los resultados obtenidos en la experimentación deben ser sometidos a análisis, para poder servir en el surgimiento de
nuevas leyes (hipótesis generales confirmadas) o teorías (conjunto de leyes interrelacionadas y más generales) que
alimenten el conocimiento científico y permitan su desarrollo.
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2.1.2. Tinción
En la actualidad existe una gran variedad de colorantes orgánicos para la tinción de componentes celulares
específicos. Por ejemplo, la hematoxilina tiñe moléculas de carga negativa (DNA, RNA, proteínas ácidas).
En la actualidad se busca salvar la falta de especificidad de los colorantes orgánicos, generando tinciones sensibles.
2.2. Microscopía de fluorescencia
Las moléculas fluorescentes absorben luz de una determinada longitud de onda y emiten luz de otra más larga, por lo
que si se ilumina un componente a la longitud de onda de absorción y es visualizado a través de un filtro para luz de
longitud de onda de emisión, el componente aparecerá brillante con un color y brillo característico.
Los colorantes fluorescentes son detectados mediante un microscopio de fluorescencia, similar al convencional con la
excepción de que la luz incidente atraviesa dos filtros: uno para monocromar la luz de llegada a la muestra y otro para
filtrar la luz obtenida desde esta.
Normalmente se acoplan covalentemente colorantes fluorescentes (fluoresceína, rodamina, etc.) a moléculas de
anticuerpo, lo que otorga especificidad y versatilidad, e incluso pueden realizarse dos ensayos específicos sobre la
misma muestra.
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Permite una gran profundidad de foco, y un conjunto de puntos de luz y sombra que le brinda un aspecto
tridimensional notable. No obstante, solo se pueden observar detalles superficiales y baja resolución.
2.5.3. Preparación de muestra
Debido a que las muestras para TEM serán expuestas a un vacío intenso, no pueden estar húmedas, sino que deben
fijarse con glutaraldehído y tetróxido de osmio (une y estabiliza las bicapas lipídicas y proteínas). Luego, seccionadas
en láminas de entre 50 y 100 nm previa deshidratación e inclusión en resinas, con un ultramicrótomo.
En el microscopio electrónico el contraste depende del número atómico de los átomos de la muestra, ya que mayor
cantidad de electrones dispersarán. Para hacer visibles a las moléculas biológicas se contrastan con sales de metales
pesados (osmio, oro, uranio, plomo, etc) que tiñen diferencialmente a distintos componentes celulares.
Para utilizar la SEM, se evapora sobre la muestra una fina película de un metal pesado como el platino, desde un
ángulo oblicuo, para generar capas de distinto espesor (sombreado). En ciertos casos es necesario eliminar la muestra
luego del sombreado, para permitir que los electrones puedan atravesar por la réplica metálica sin problemas.
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Un estudio preciso y completo de éstos, se conseguirá cuando se pueda dilucidar su morfología, función, composición,
génesis y otras características propias y distintivas.
4.1. Ultracentrifugación
Se utiliza para separar orgánulos y macromoléculas grandes. En primer lugar, las células se disgregan por shock
osmótico o vibraciones ultrasónicas, que, aplicados cuidadosamente, dejan intactos ciertos orgánulos como el núcleo,
las mitocondrias, el complejo de Golgi, los lisosomas y los peroxisomas, disueltos en un homogenado.
Estos componentes pueden separarse mediante ultracentrifugación preparativa en la que los preparados de células
rotas se exponen a altas velocidades de giro, lo que hace soportar mayores fuerzas centrífugas a los componentes de
mayor tamaño y densidad, por lo que serán los rimeros en sedimentar.
El orden de sedimentación es fijo y constante, siendo generalmente células enteras, núcleos, mitocondrias, vesículas
cerradas, ribosomas. Las fracciones obtenidas pueden purificarse por diversos métodos, e incluso por nuevas
ultracentrifugaciones.
4.1.1. Sedimentación
La ultracentrifugación constituye el primer paso de la mayoría de los fraccionamientos, pero sólo separa los
componentes de muy diferente tamaño. Si se coloca el homogenado en soluciones de sacarosa que generen un
gradiente de densidad continuo con la zona más densa en el fondo del tubo, cada una de las regiones de la solución
salina utilizada es más densa que cualquier solución superior, lo que evita el mezclado por convección de las
partículas.
Los componentes celulares se separan en bandas recolectables individualmente. Actualmente se puede conseguir
más de 500.000 veces la fuerza de gravedad, por lo que se pueden separar incluso moléculas tan pequeñas como
tRNA y enzimas.
También pueden utilizarse gradientes de densidad discontinuos asimismo generados por sacarosa o cloruro de cesio
en elevada concentración, por los que cada componente celular descenderá hasta llegar a una zona en la que la
densidad de la solución es igual a su propia densidad, en la que flota y no se desplazará más. Esta técnica es tan
sensible que separa macromoléculas que incorporan isótopos pesados.
4.2. Cromatografía
Es uno de los métodos de fraccionamiento proteico más utilizado, y se basa en la retención selectiva de éstas en una
fase estacionaria sólida o líquida sobre la cual es arrastrado mediante una fase móvil gaseosa o líquida.
Existen distintos tipos:
(a) Cromatografía en papel: la fase estacionaria es una tira de papel de filtro de celulosa sobre la que adsorbe agua,
mientras que la fase móvil es una mezcla de solventes que hace ascender la muestra por capilaridad. Luego de seca,
se puede identificar y/o visualizar la muestra específica o inespecíficamente.
(b) Cromatografía en columna de adsorción: la fase estacionaria es un sólido adsorbente o un líquido adsorbido sobre
él y dispuesta en el interior de una columna. La muestra es arrastrada por una fase móvil gaseosa o líquida, y queda
retenida por adsorción.
(c) Cromatografía de intercambio iónico: la fase estacionaria es un sólido cargado positiva o negativamente, que unirá
a las partículas de muestra cargadas arrastradas por una fase estacionaria polar competitiva.
(d) Cromatografía de filtración en gel: la fase estacionaria es una matriz porosa por la cual pueden atravesar las
partículas de muestra según su tamaño. Las más pequeñas serán más retenidas, mientras que las más grandes,
menos retenidas y más fácilmente eluidas por la fase móvil.
(e) Cromatografía de afinidad: la fase estacionaria está recubierta de ligandos por los que tiene afinidad la
macromolécula a aislar. La fase móvil posee una fuerza iónica suficiente para liberarlas de la matriz.
4.3. Electroforesis en gel
Es fundamentalmente un método de separación de macromoléculas, y puede ser utilizado eventualmente en
purificación. Se basa en la distinta movilidad de partículas en geles porosos debido a su tamaño, carga y conformación,
cuando son enfrentadas a un campo eléctrico. De este modo, las partículas cargadas migrarán hacia un polo u otro, en
una determinada extensión que dependerá no solo de su carga e interacción electrostática, sino también de su tamaño
y conformación, ya que deberá hacerlo a través de geles porosos.
Los ácidos nucleicos poseen carga neta negativa, por lo que siempre se mueven hacia el polo positivo, es decir, el
ánodo. Sin embargo, las proteínas poseen cargas variadas. Para evitar la incidencia de la carga en la movilidad y
separarlas sólo gracias a su tamaño, se utiliza un detergente iónico con carga negativa, el dodecil sulfato de sodio o
SDS, que se une a las regiones hidrofóbicas de las proteínas, desplegando sus cadenas polipeptídicas, y de manera
uniforme. De esta manera, la carga de la proteína es negativa y constante, lo que elimina a la carga de las variables de
movilidad en el gel.
4.3.1. Matrices
Los geles utilizados pueden ser de agarosa o de poliacrilamida, dos polímeros entrecruzados. La agarosa en un
polisacárido natural extraído de un alga marina, mientras que la poliacrilamida es artificial y neurotóxico. Los geles de
agarosa se utilizan fundamentalmente para partículas de mayor tamaño, como ácidos nucleicos o proteínas grandes,
mientras que los de acrilamida, para partículas de menor tamaño, como proteínas pequeñas, péptidos y plásmidos.
Otra diferencia notable entre ellos es su forma de armado. Los geles de agarosa se arman horizontalmente (o en
submarino) aplicando un campo eléctrico horizontal, mientras que los de acrilamida se arman verticalmente.
4.3.2. Separación proteica
Las proteínas se separan en electroforesis en geles de poliacrilamida (PAGE), de acuerdo a su carga neta y a su
tamaño hidrodinámico, lo que es llamado PAGE nativo o de Davis. Sirve para diferenciar multímeros de monómeros, y
homomultímeros de heteromultímeros. Además, permite la dilucidación de ciertas estructuras monoméricas, como
estructuras globulares y fibrosas.
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Otra aplicación de la electroforesis es la de Laemmli, en la que se agregan condiciones desnaturalizantes mediante
SDS y/o β-mercaptoetanol (un agente reductor de puentes disulfuro).
4.3.3. Isoelectroenfoque y geles bidimensionales
En una SDS-PAGE solo se puede resolver un número relativamente reducido de proteínas, debido a que las bandas
de separación tienden a superponerse. Para aumentar la sensibilidad del método se utilizan las bondades del
isoelectroenfoque.
La carga de toda proteína varía con el pH de la solución en la que se encuentra, por lo que para cada proteína existe
un pH característico denominado punto isoeléctrico al que la proteína no presenta carga neta y por lo tanto, no migrará
en un campo eléctrico. En un isoelectroenfoque, las proteínas son sometidas a electroforesis en un tubo estrecho de
gel de poliacrilamida en el que se ha establecido un gradiente de pH mediante una mezcla especial de buffers, y
migrarán hasta encontrar un pH igual a su punto isoeléctrico para permanecer inmóviles.
Una vez que esto fue realizado, se puede realizar un SDS-PAGE en dirección perpendicular a la utilizada
anteriormente, para separarlas según su tamaño hidrodinámico. A este tipo de electroforesis se las denomina en geles
bidimensionales y aumenta notablemente la versatilidad preparativa.
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Se necesitó un gran número de desarrollos tecnológicos para alcanzar la aplicabilidad de estos métodos. No obstante,
son cuatro los más significativos:
(a) El conocimiento, manipulación y purificación de las enzimas de restricción
(b) El conocimiento y manipulación de los procesos de replicación y reparación del ADN
(c) El conocimiento y manipulación de la replicación de virus y del material genético bacteriano
(d) La síntesis química artificial de secuencias de nucleótidos.
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cadena en crecimiento. Los didesoxirribonucleósidos se agregan en muy baja proporción con respectos a los
desoxirribonucleósidos trifosfato usuales, para mantener la aleatoriedad. Los fragmentos se detectan mediante un
marcaje (químico o radiactivo) que incorpora o el oligonucleótido o uno de los desoxirribonucleósidos trifosfato.
Utilizando los cuatro didesoxirribonucleósidos sobre el mismo molde, y corriendo los fragmentos en carriles paralelos,
se puede leer la secuencia complementaria al DNA estudiado.
Actualmente se utiliza una versión modificada de éste método, en el que cada didesoxirribonucleósido es fluorescente
a λ distintas. Luego de la reacción, se separan por cromatografía, y se analizan con un espectrofluorímetro de flujo que
detecte simultáneamente las cuatro longitudes de onda. De esta manera, se puede determinar la secuencia
automáticamente.
2.3.3. Determinación del marco abierto de lectura
Cuando se dispone de la secuencia de nucleótidos que codifica una proteína, es bastante sencillo determinar su
secuencia de aminoácidos. Aunque existen seis pautas de lectura posibles para traducir una secuencia de DNA a
proteína (tres en cada hebra), la correcta puede ser reconocida porque no presenta un gran número de codones de
paro. Las secuencias de nucleótidos que codifiquen péptidos mayores son las candidatas a formar parte de exones y
pueden ser traducidas a sus correspondientes secuencias aminoacídicas.
Un método similar permite determinar la presencia de genes en el DNA genómico total de un organismo, buscando las
secuencias entre un codón de inicio y uno de paro, y posean una longitud razonable. En organismos más complejos, la
presencia de intrones dificulta el proceso, pero se puede proceder a partir de mRNA purificados, lo que permite no solo
la localización del gen, sino también la separación entre exones e intrones.
2.4. Footprinting
Es una modificación de las técnicas de secuenciación del DNA, y se utiliza para determinar las secuencias
nucleotídicas reconocidas por las proteínas de unión a DNA, que se encuentran generalmente fuera de las regiones
codificantes.
Se marca con 32P un fragmento puro de DNA por uno de sus extremos y se corta con una nucleasa que produzca
cortes al azar en los enlaces fosfodiéster de la doble hélice del DNA. Los subfragmentos resultantes se separan en un
gel y se detectan por autorradiografía, de forma que se puede comparar el patrón de bandas de un DNA fragmentado
en presencia de una proteína que se una a él, con el del mismo DNA fragmentado en ausencia de la misma. Cuando
esta se encuentra presente, cubre los nucleótidos de la zona del DNA a la que se une, protegiendo la rotura de los
enlaces fosfodiéster, por lo que los fragmentos marcados que contienen el lugar de unión del DNA a la proteína
desaparecerán, dejando un hueco o footprint.
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Ninguno de estos métodos permite determinar sustituciones de pocas bases, sino cambios estructurales más grandes.
3.3. Fusiones a genes reporteros
Es un método muy novedoso y actual. Requiere la manipulación genética del material genético del organismo que se
quiere estudiar, para incorporarle un gen que codifique para una proteína coloreada justo detrás de un gen que
codifique para la proteína en estudio, teniendo en cuenta de que quede dentro del marco de lectura correcto, y se
transcriban juntos. De esta manera, se obtendrá un RNA y una proteína fusionados con un gen o proteína reporteros,
que permitirán observar la localización de los mismos en la célula, el tejido o el organismo entero.
4. Clonación de DNA
Mediante la clonación de DNA, un fragmento de DNA que contiene un gen de interés puede ser insertado en el
genoma de DNA purificado de un elemento genético autorreplicantes (el vector de clonaje, por lo general un virus o un
plásmido). A partir de una única molécula recombinante que infecta a una única bacteria, los mecanismos de
replicación normales del virus pueden producir un gran número de moléculas de DNA vírico idénticas, amplificando el
DNA humana insertado.
Un plásmido es una molécula de DNA circular, mucho más pequeño que el del cromosoma, y que se puede replicar
con independencia a éstos debido a que poseen su propio origen de replicación. Es tratado con la misma enzima de
restricción que el DNA humano de interés, para ser abierto en un sitio específico y poder unirse perfectamente al
fragmento que contiene el gen a clonar.
4.1. Transformación
Se denomina transformación a la incorporación de moléculas de DNA foráneo por una célula bacteriana. Ocurre
espontáneamente en ciertos tipos de bacterias, y puede inducirse artificialmente en otras, mediante modificaciones de
su entorno fisicoquímico.
Este material genético nuevo, será reconocido como propio y podrá replicarse autónomamente. Por lo general,
además del gen en estudio, el plásmido que será incorporado a las bacterias posee un gen que les confiere resistencia
a ciertos antibióticos. De esta manera, tratando los cultivos con el antibiótico en cuestión, se podrán separar a las
bacterias que hayan sido transfectadas de las que no. Y, a partir de ellas, purificar el DNA plasmídico, y por lo tanto el
gen en estudio.
En ciertas ocasiones, la transformación no puede inducirse fácilmente para que ocurra naturalmente. En este caso, se
recurre al uso de transformantes, generalmente organismos: otras bacterias o virus. Los más comunes son los
bacteriófagos (virus que atacan a bacterias), que por transducción, insertan su DNA en el interior de la célula
bacteriana. Modificando el DNA vírico, incorporando el gen deseado, y ensamblando (espontáneamente) el virus con
este material genético modificado, se puede transfectar a la bacteria fácilmente.
4.2. Reacción en cadena de la polimerasa
4.2.1. Retrotranscripción y síntesis de cDNA
El procedimiento de cortar el genoma completo de una célula con una nucleasa de restricción se denomina “método
de la perdigonada”. Esta técnica puede producir muchos fragmentos de DNA que a su vez generarán millones de
colonias de células transfectadas, pero solo algunas contendrán genes enteros mientras que el resto, DNA no
codificante.
Una estrategia alternativa, consiste inicial el proceso seleccionando las secuencias de DNA que se transcriben a RNA
y por lo que probablemente corresponden a genes. Esto se realiza extrayendo el mRNA de las células y haciendo una
copia de DNA complementario (cDNA) de cada una de ellas mediante la catálisis de la enzima transcriptasa reversa o
retrotranscriptasa. Las moléculas de DNA de una sola cadena así sintetizada se pueden transformar en moléculas de
doble cadena mediante DNA polimerasa y cada uno de los clones que se obtienen al transfectar bacterias mediante un
transformador, será un clon cDNA, lo que aumenta la eficacia del proceso.
4.2.2. PCR
La técnica denominada reacción en cadena de la polimerasa o PCR permite amplificar más de mil millones de veces
un DNA obtenido a partir de una región seleccionada de un genoma, siempre y cuando previamente se conozca al
menos una parte de su secuencia de nucleótidos. En primer lugar, se utilizan porciones de la secuencia para diseñar
dos oligonucleótidos sintéticos de DNA, complementarios a cada una de las cadenas de la doble hélice de DNA y que
corresponden a sitios opuestos de la región a amplificar para servir como primers.
El principio de la técnica es el calentamiento del DNA aislado de las células para separar las cadenas
complementarias y la hibridación con los oligonucleótidos sintetizados. Se utilizará una polimerasa especial, aislada de
bacterias termófilas, lo que permite que sea mucho más estable a temperaturas elevadas que la polimerasa común. El
enfriamiento posterior del DNA permite su hibridación con las secuencias complementarias. La mezcla se incuba con
DNA polimerasa y los cuatro desoxirribonucleósidos trifosfato y se recomienza el ciclo.
Estos ciclos duran unos cinco minutos se repite unas veinte o treinta veces para clonar enormemente el gen en
cuestión. Por otra parte, puede utilizarse como un método cuantitativo muy sensible o un método cualitativo rápido para
determinar cantidades traza de RNA en muestras biológicas.
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Las leyes de Mendel, a pesar de haber sido enunciadas previamente al descubrimiento de los mecanismos genéticos
básicos, lejos están de no cumplirse. Se aplican a todos los organismos eucariotas y son el punto de partida para
analizar la segregación y las cruzas de los organismos por los genetistas.
La primera ley asegura que las unidades de la herencia existen en dos copias (alelos), cada una proveniente de uno
de los progenitores, y se segregan en la formación de los gametos. La segunda, que esta segregación es
independiente, es decir, dados dos genes cada uno con dos alelos, la segregación de los alelos de uno es
independiente de la segregación de los alelos del otro.
Los resultados de las cruzas, se representan en cuadros o gráficos de Punnett, donde se le asigna una fila o una
columna a cada alelo participante. También se puede pensar estadísticamente en el proceso, mediante la aplicación de
las reglas de la probabilidad.
Por otro lado, las leyes de Mendel también se aplican a seres humanos. Sin embargo, la moral impone un gran
obstáculo al estudio genético en humanos, ya que no se pueden realizar cruzamientos al azar o completamente
aleatorios. De aquí que su estudio se deba realizar mediante el estudio del linaje o de pedigree, según árboles
genealógicos o de linaje.
2. Interacciones alélicas
En los análisis genéticos mendelianos, siempre se han considerado solamente los pares de alelos que controlasen el
mismo carácter. El alelo predominante en la población es el salvaje (o wild-type) mientras que el otro, era el mutante.
Por otra parte, éstos pueden dar origen a determinadas características no genéticas en el organismo, que constituyen
su fenotipo. Si en presencia de dos alelos distintos para un mismo gen, se expresa el fenotipo de uno de ellos, se dice
que este alelo es dominante y el otro recesivo. Nótese que salvaje y dominante no es lo mismo (incluso puede haber
alelos salvajes recesivos y viceversa), y que una denominación afecta a la proporción genotípica de un alelo, y el otro,
a la determinación fenotípica del mismo.
2.1. Alelismo múltiple
En una población de individuos, sin embargo, puede haber muchos alelos de un gen dado (uno salvaje y el resto
mutantes). Se dice que estos genes poseen alelismo múltiple. Igualmente, cada organismo de la población puede
poseer solo dos alelos del mismo, estableciéndose relaciones de dominancia entre ellos, como en cualquier par de
alelos.
Ejemplos de alelismo múltiple son: los grupos ABO de la sangre o el color de ojos de la Drosophila melanogaster.
2.2. Modificaciones de las relaciones de dominancia
En ciertos casos, se presenta una dominancia total de un alelo sobre otro, por lo que el fenotipo del heterocigota es
igual al del homocigota dominante. Sin embargo, esta dominancia completa no es usual en la naturaleza, sino un
extremo de un rango de relaciones de dominancia.
2.2.1. Dominancia incompleta
Cuando un alelo no es completamente dominante sobre otro, se dice que muestra dominancia incompleta o parcial. De
este modo, el fenotipo heterocigota está entre el de los homocigotas para cada alelo involucrado. Por ejemplo, el
plumaje de los pollos presentan dominancia incompleta, siendo los homocigotas negros y blancos, y el heterocigota,
gris.
2.2.2. Codominancia
Es una modificación de las relaciones de dominancia relacionada con la dominancia incompleta. El heterocigota
exhibe los fenotipos de ambos homocigotas. Los grupos sanguíneos ABO son un buen ejemplo de esto.
3. Interacciones génicas
Ningún gen actúa por si mismo en la determinación de un fenotipo individual. Éste es el resultado de patrones muy
complejos e integrados de reacciones moleculares bajo el control génico.
Los fenotipos determinados por dos pares de alelos que cumplen las leyes de Mendel se encuentran en proporción
9:3:3:1. Cualquier alteración de esta indica que el fenotipo es producto de la interacción de dos o más genes.
Estas alteraciones pueden ser interacciones entre dos genes no alélicos que controlan el mismo atributo fenotípico
general. También pueden ser interacciones de genes no alélicos en las cuales un alelo enmascara la expresión de los
alelos de otro, o epistasis. Ambos tipos pueden suceder en cruzamientos dihíbridos pero es más común que sucedan
con la participación de muchos genes relacionados, haciendo su análisis extremadamente complejo.
3.1. Interacción génica con nuevos fenotipos
Si los dos pares alélicos afectan a la misma característica, hay posibilidades de que el producto de interacción génica
de nuevos fenotipos, y el resultado modifique las proporciones fenotípicas esperadas, dependiendo de la interacción
particular que sucede.
Un ejemplo clásico es la forma de la cresta en gallos. La combinación de los distintos alelos dominantes y recesivos
generan cuatro fenotipos distintos: si ambos son dominantes, tiene forma de nuez, si uno es homocigota recesivo, de
rosa, si lo es el otro, de arveja y si son ambos recesivos, de peine. De aquí vemos que las proporciones no se
modifican.
Otro ejemplo es el de la forma de los zapallos estivales. Ambos genes involucrados provocan el aplanamiento del
fruto, de la misma manera. Es decir, si ambos son dominantes, el fruto es muy plano, y se denomina en forma de disco.
Sin embargo, si uno de ellos es dominante y el otro recesivo (A-/bb o aa/B-), el aplanamiento no es tan fuerte, y el fruto
tiene forma de “esfera” mientras que si ambos son recesivos, el fruto es largo. De esta manera, las proporciones
fenotípicas observadas son 9:6:1.
3.2. Epistasis
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Es una forma de interacción génica en la cual uno de los genes interfiere en la expresión fenotípica de otro, por lo que
el fenotipo está gobernado por el primero y no por el segundo, cuando el primero se encuentra presente en el genotipo.
A diferencia de los casos anteriores, no hay nuevos fenotipos en este tipo de interacción génica, sino que hay
procesos de enmascaramiento. De hecho, el gen que enmascara al otro, se dice epistático, mientras que el que es
enmascarado, hipostático.
La epistasis puede ser causada por la presencia de homocigotas dominantes, recesivos, o incluso en ambas
direcciones siendo ambos genes epistáticos sobre los otros. La determinación del tipo de epistasis proviene de la
modificación de las proporciones fenotípicas.
3.2.1. Epistasis recesiva (o de la acticación)
En este caso, la presencia de un gen con alelos homocigotas recesivos, controlan la expresión de otro. Así, los
individuos cuyo genotipo es aa/B- o aa/bb poseen el mismo fenotipo.
De esta manera, las proporciones fenotípicas serán 9:3:4. Un ejemplo común, es el color del pelo de algunos
roedores, donde los organismos con epistasis son albinos. Esto sucede porque las proteínas que dan color al pelo de
los roedores requieren a la producida por el gen “A” para funcionar, si esta no existe (por la recesividad de los alelos)
cualquiera sea el color determinado por B, el organismo no muestra coloración.
3.2.2. Epistasis doble recesiva (o de la acción génica complementaria)
En este caso, la presencia de cualquiera de los dos genes con alelos homocigotas recesivos, dan un fenotipo
determinado, es decir, existe un fenotipo para los organismos de genotipo A-/B-, y otro para los organismos de
genotipos aa/B-, A-/bb y aa/bb.
De esta manera, las proporciones fenotípicas serán 9:7. Un ejemplo típico es la coloración de las flores del guisante.
Se dice que las flores coloreadas aparecen solo cuando dos alelos independientes son dominantes y están presentes
juntos. La carencia de cualquiera de ellos, o la de ambos, impide la coloración y genera un fenotipo blanco.
3.2.3. Epistasis dominante (o de la inhibición)
En este caso, la presencia de un gen con alelos dominantes (homocigotas o heterocigotos) inhibe la expresión
fenotípica del otro. Así, los individuos cuyo genotipo es A-/B- y A-/bb poseen un fenotipo, mientras que hay dos
fenotipos más, uno para los aa/B- y otro para los aa/bb.
De esta manera, las proporciones fenotípicas serán 12:3:1. Un ejemplo típico es la coloración del zapallo estival,
donde la dominancia de uno de los genes codifica una proteína que inhibe su coloración, generando zapallos blancos.
Si los alelos de este gen son recesivos, la coloración depende de otro, que si es dominante, genera zapallos amarillos
y si también es recesivo, zapallos verdes.
3.2.4. Epistasis doble dominante (o de la dominancia duplicada)
En este caso, la presencia de cualquiera de los dos genes con alelos dominantes (ya sea heterocigota u homocigota),
da un fenotipo determinado, es decir, existe un fenotipo para los organismos cuyo fenotipo es A-/-- y --/B- y otro para
los aa/bb.
De esta manera, las proporciones fenotípicas serán 15:1. Un ejemplo típico es la forma de la bolsa de castor (donde
segrega una cera para impermeabilizar su pelo), que es triangular si alguno de los dos genes involucrados es
dominante, y ovoide si ambos son recesivos. Se presume que este tipo de epistasis se originó como una duplicación de
genes dominantes en el fenotipo en cuestión.
3.2.5. Epistasis doble: dominante y recesiva (de la inhibición complementaria)
En este caso, la presencia de un gen con alelos dominantes (heterocigota u homocigota, en nuestro caso A) o la
presencia del otro con alelos recesivos (en nuestro caso, B), genera un mismo fenotipo, es decir, existe un fenotipo
para A-/B-, A-/bb y aa/bb y otro para aa/B-.
De esta manera, las proporciones fenotípicas esperadas serán 13:3. Un ejemplo común es el color de plumaje de las
gallinas. En éstas, uno de los genes codifica para una proteína inhibidora de la coloración si está dominante. Otro,
codifica para el color del plumaje, pero si es recesivo, genera gallinas albinas. Así, la única forma que las gallinas sean
coloreadas es que el primer gen sea recesivo y el segundo, dominante.
3.3. Otras interacciones
Existen numerosas interacciones de otros tipos, muy comunes. Entre ellas encontramos:
(a) Poligenia: es la variación continua de un carácter fenotípico por la suma del efecto de un gran número de genes. El
color de piel del ser humano se rige por ésta interacción.
(b) Heterosis o vigor híbrido: es la mayor supervivencia de los organismos heterocigotas frente a los homocigotas. En
muchos casos, induce a la poliploidía espontánea, es decir, la duplicación autónoma de la cantidad de material
genético en las células para duplicar la expresión génica de ciertas proteínas.
(c) Pleiotropía: es el control de varios caracteres fenotípicos por un mismo alelo.
(d) Herencia ligada al sexo: cuando los alelos que controlan cierto carácter fenotípico son de un gen que se localiza en
un cromosoma sexual (generalmente en el X), se ven modificaciones de las proporciones fenotípicas esperadas debido
a que éstos aparecerán ligadas al sexo del organismo. La hemofilia, por ejemplo, es una enfermedad ligada al sexo,
cuyo gen se encuentra en el cromosoma X y genera organismos hemofílicos en forma recesiva.
(e) Herencia no nuclear: es la debida al material genético de organelas, como cloroplastos o mitocondrias. Se
encuentra ligada al sexo, ya que proviene solo de la madre, debido a que el óvulo generalmente es el gameto que
aporta todo el citosol al cigoto. Numerosas enfermedades están causadas por herencia no nuclear, como la epilepsia
mioclónica, la oftalmoplejía externa crónica o el Síndrome de Pearson.
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Para los genetistas, esto no es más que la aparición de un nuevo fenotipo: la letalidad, dando origen a alelos letales y
genes esenciales.
Si los alelos letales son dominantes, solo sobrevivirá el homocigota recesivo, mientras que si son recesivos,
sobrevivirán el homocigota dominante y el heterocigota. Un ejemplo común de alelos letales recesivos se da en el color
corporal del ratón, donde el alelo dominante para la coloración amarilla de su pelo es un alelo letal recesivo, es decir,
los homocigotas para este alelo, mueren, mientras que los otros, viven y expresan su coloración, así los A/a son
amarillos y los a/a blancos, lo que genera una proporción fenotípica 2:1.
También se encuentran en humanos, por ejemplo en la enfermedad de Tay-Sachs que genera individuos con carencia
en la hexosaminidasa A, que participa en la degradación de esfingolípidos.
Los alelos letales dominantes son raros, ya que si el organismo muere antes del desarrollo reproductivo, la población
eficazmente reproductiva es muy baja, y la enfermedad termina extinguiéndose. Sin embargo, el alelo letal dominante
que genera la enfermedad de Huntington produce la muerte del organismo luego de su desarrollo reproductivo, por lo
que puede expandirse pero con descendencia que puede continuarla.
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Dados dos genes A y B, con sus respectivos alelos dominantes (A y B) y sus respectivos alelos recesivos (a y b), se
dice que están ligados en acoplamiento si en uno de las cromátides hermanas se encuentran los dos alelos recesivos y
en la otra los dos dominantes. Se dice que están ligados en repulsión si en uno de las cromátides hermanas se
encuentra un alelo recesivo y uno dominante, y viceversa.
1.3. Recombinación homóloga
La recombinación homóloga es una etapa de la meiosis en la que dos cromátides de dos cromosomas homólogos
distintos se entrecruzan en uno (o más) puntos determinados (llamados quiasmas) e intercambian material genético
homólogo. Esto genera la modificación de los alelos de los genes presentes en los cromosomas, pero no de los genes
en sí. De esta manera, las gametas que se generarán, contienen nuevas combinaciones de los genes ligados, y se
denominan recombinantes. Sin embargo, la ordenación parental siempre es más frecuente que la recombinante.
Los sitios de entrecruzamiento pueden ser cualquiera dentro de la zona homóloga, por lo que las secuencias no son
alteradas en el sitio de intercambio, sino sustituidas. No obstante, pueden producirse errores.
La recombinación homóloga es un método para aumentar la diversidad de organismos de reproducción sexual, y
favorecer la continuidad de la especie y la evolución de la población.
1.4. Frecuencia de recombinación
Se denomina frecuencia de recombinación (r) a la cantidad de gametos con recombinación entre dos genes sobre la
cantidad de gametos totales. Cabe destacar que la frecuencia de recombinación solo se refiere a resultados
recombinantes finales, ya que puede suceder que haya dos entrecruzamientos entre ambos genes, por lo que no hay
recombinación neta.
De este modo, la frecuencia de gametos parentales se calculará como (1 – r).
Suponiendo que el ligamiento entre los genes era en acoplamiento, la frecuencia de gametos cuyo genotipo es aB
(recombinante) será r/2, ya que la otra mitad corresponderá a los Ab. Mientras que para aquellos con genotipo AB o ab,
su frecuencia será de (1 – r)/2 para cada uno.
1.5. Grupos de ligamiento y mapas genéticos
Para determinar un grupo de ligamiento, hay que determinar si dos genes que se suponen ligados lo están realmente.
Si así fuera, y éstos no son genes con algún comportamiento anómalo (por ejemplo, genes esenciales o con poligenia),
se estimará r de acuerdo a las observaciones realizadas. Luego, se verificará la viabilidad de ésta estimación mediante
una prueba de χ², y por último se calculará la r correcta y su incerteza. Si fuese aceptable, se averiguará la posición de
ambos genes con respecto a un tercero y se continúa el proceso.
Los grupos de ligamiento son útiles en la creación de mapas genéticos, es decir, en la representación de los genes
que lo componen en el cromosoma que los liga. Para esto, se los ordena según valores de r, ya que se puede
aproximar que la distancia entre dos loci es directamente proporcional al r entre ellos. De hecho, las unidades de
distancia genética (cuya unidad es el Morgan) es el valor en porcentaje del r. Esto se debe a que mientras menos
alejados estén dos loci, menos probable es su recombinación.
Este método es bastante poco efectivo, debido a que a partir de cierta distancia real cromosómica, la frecuencia de
recombinación es uno, debido a que la probabilidad de que se efectúe un entrecruzamiento entre ambos loci
implicados, es casi infinita. En la actualidad, los mapas genéticos se realizan con marcadores, sondas fluorescentes de
DNA específicas para un determinado loci, que permite observar la localización real de éste en el cromosoma.
2. Genética Poblacional
La genética poblacional es la rama de la genética que se ocupa del comportamiento de los alelos de un determinado
gen en una población de individuos, tratando de seguir las leyes de Mendel. Actualmente, junto con la biología
molecular, es uno de los pilares fundamentales que soportan al neodarwinismo, ya que es la demostración fehaciente
de que para que una población evolucione debe existir variabilidad, y ésta está dada por la variabilidad de los alelos
para cada gen de la especie en cuestión. Es decir, demuestra que todo rasgo heredable (carácter de un individuo que
es influenciado por sus genes, al menos parcialmente) forma parte de la evolución del mismo.
2.1. Variabilidad y evolución
El conjunto total de genes de una población en un momento determinado se denomina acervo génico, pool génico o
poza génica. Está constituido por todos los alelos y los loci de los genes de todos los individuos de la población. Solo si
existe un alelo en un locus concreto en una población se dice que está fijo y todos los individuos son homocigotos para
él. Cuando individuos con distintos genotipos a los previamente existentes sobreviven o se reproducen a distintas
velocidades, una población evoluciona.
Existen diversos métodos de selección de los individuos para producir esta supervivencia o los cambios en la
velocidad de reproducción, pudiendo ser tanto naturales (cierto nuevo genotipo genera un fenotipo con una
reproducción más eficaz), como artificiales (cierto nuevo genotipo genera un fenotipo útil para el hombre, y éste lo
reproduce artificialmente de manera masiva). Se dice que un determinado genotipo (o fenotipo) es más eficaz cuando
su contribución reproductiva a las siguientes generaciones es mayor, es decir, cuando hay una mayor proporción de
descendientes provenientes de él que de los provenientes de otros genotipos o fenotipos en la misma población.
Obviamente, una mayor eficacia proviene de una mayor capacidad de sobrevivir y reproducirse de los individuos.
2.2. Teorema de Hardy-Weinberg
2.2.1. Frecuencias alélicas, genotípicas y fenotípicas
Una población se dice mendeliana cuando se cruza entre sí en una región geográfica limitada, sea grande, posea
apareamiento aleatoria, y no exista migración, mutación o selección natural significativa.
Un alelo tiene una frecuencia alélica (o génica) determinada, definida como el número de alelos de este tipo dividido el
número de todos los alelos del gen en cuestión en la población en análisis. Cuando hay dos alelos en una población en
concreto para el gen en estudio, se nota con p la frecuencia de uno de ellos y con q la frecuencia del otro, por lo que p
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+ q = 1. Cabe destacar que la frecuencia alélica no es lo mismo que la frecuencia fenotípica ni que la frecuencia
genotípica, ya que esto depende de la combinación de los alelos en los organismos. Por ejemplo, se puede demostrar
que para las frecuencias genotípicas f(AA;Aa;aa) = (0,45 ; 0,20 ; 0,35) y f(AA;Aa;aa) = (0,225 ; 0,65 ; 0,125), las
frecuencias alélicas son las mismas.
2.2.2. Equilibrio de Hardy-Weinberg
Los acervos génicos se describen mediante el teorema de Hardy-Weinberg que asegura que las frecuencias alélicas y
los genotipos en el acervo génico se mantienen constantes siempre y cuando la población sea mendeliana.
Supongamos dos gametos con dos alelos (A y a) de un mismo gen, y siendo p = f(A) = 0,7, y q = f(a) = 0,3. Si la
población es mendeliana, sin importar cómo se generen los gametos, esta frecuencia se mantendrá, ya que no habrá
pérdida ni ganancia de alelos.
Ahora supongamos un apareamiento aleatorio entre dos organismos de la población. La probabilidad de que el cigoto
se forme por dos gametos que poseen el alelo A es, por regla de la multiplicación, f(AA) = f(A) . f(A) = p.p = p² = 0,49.
Del mismo modo, la probabilidad de que el cigoto sea heterocigota se demuestra igual a f(Aa) = 2.p.q = 0,42, y la
probabilidad de que sea homocigota recesivo f(aa) = q² = 0,09.
Por lo tanto, el equilibrio de Hardy-Weinberg asegura que en una población mendeliana, p² + 2pq + q² = 1.
3. Microevolución
Se denomina microevolución al cambio en la constitución genética de una población de una generación a otra. El
equilibrio de Hardy-Weinberg es la forma rápida de verificación de la microevolución: si no se cumple, la población
evolucionó, o por lo menos microevolucionó. Si tal cambio se mantiene durante las próximas generaciones, sólo
depende de las condiciones a las que se someta.
Existen cuatro causas de la microevolución: las mutaciones heredables, el flujo génico, la deriva génica aleatoria y el
apareamiento selectivo. Las mutaciones heredables generan microevolución por generar nuevos alelos a partir de otros
preexistentes. El apareamiento selectivo puede ser artificial (por ejemplo, el generado por Mendel sobre los guisantes)
o natural (por ejemplo, en la autofecundación de ciertas flores).
3.1. Deriva Génica Aleatoria
Se denomina deriva génica aleatoria a las fluctuaciones de las frecuencias alélicas de forma impredecibles debido a
los procesos aleatorios que soporta la población, como ser la reproducción o la esperanza de vida. Existen dos
situaciones que aumentan la probabilidad que la deriva génica tenga un impacto importante en una población: el cuello
de botella y el efecto fundador.
3.1.1. Cuello de botella
Un desastre natural, un aumento de la población, o un flujo desigual, por ejemplo, pueden causar que se reduzca
drásticamente el tamaño de una población, por lo que el acervo génico de los sobrevivientes puede no ser un reflejo
del original: algunos alelos pueden estar en exceso y otros en defecto o incluso ser eliminados. El acervo génico se
modificará durante varias generaciones más hasta llegar a un tamaño suficiente para ser mendeliana.
3.1.2. Efecto fundador
Cuando unos pocos individuos quedan aislados de una población más grande, puede establecer una nueva población
cuyo acervo génico no es un reflejo de la población general, es decir, puede pensarse como un “cuello de botella de
aislamiento”.
3.2. Flujo génico
El flujo génico es el conjunto de adiciones y/o sustracciones de alelos de una población debido al movimiento de
individuos o gametos fértiles. A pesar de que puede romper el equilibrio de una población determinada, si es
suficientemente intenso, puede generar poblaciones más grandes con un acervo génico común.
3.3. Selección natural
La selección natural puede alterar la distribución de las frecuencias de los rasgos heredables de tres maneras, según
cuáles sean los fenotipos favorecidos en una población.
La selección direccional es la más frecuente en ambientes que se modifican o migraciones, ya que desplaza las
frecuencias hacia individuos con características fenotípicas que se desvían del promedio. Por ejemplo, al bajar la
temperatura durante las glaciaciones, los osos negros de mayor tamaño estaban más beneficiados que los pequeños.
La selección disruptiva se produce cuando las condiciones ambientales favorecen a los individuos de ambos extremos
de un rasgo fenotípico sobre los intermedios. Por ejemplo, los pinzones de pico mediano se veían en desventaja frente
a los de pico pequeño y los de pico grande, ya que era ineficaz tanto para romper semillas como para libar flores.
La selección estabilizadora actúa contra los fenotipos extremos y favorece las variantes intermedias. Por ejemplo, la
tasa de mortalidad de niños cuyo peso de nacimiento es menor a 2 kg o mayor a 5 kg aumenta notablemente.
4. Especiación
La especiación es un punto de contacto entre la microevolución y la macroevolución. Puede tener lugar de dos formas
principales, según el modo en que se interrumpe el flujo génico entre las poblaciones.
En la especiación alopátrica, el flujo génico se interrumpe cuando una población se divide en dos subpoblaciones
geográficamente aisladas, ya sea por un acontecimiento geográfico anómalo, como el cambio de cauce de un río, o por
un acontecimiento fundacional, por el que un grupo de individuos de una especie coloniza una región separada de su
lugar de origen para fundar una población nueva.
En la especiación simpátrica, el flujo génico se detiene por ciertos procesos espontáneos en la genética de los
individuos, sin necesidad de una separación geográfica. Por ejemplo, la autopoliploidía o por cambios en el hábitat y en
la selección sexual (por ejemplo, cambios en la alimentación o en el color del plumaje llamativo para la reproducción).
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De cualquier modo, la especiación requiere la formación de alguna barrera que impida la reproducción entre los
individuos separados para generar dos especies distintas.
2. Alteraciones cromosómicas
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Con excepción de las gametas, la mayoría de las células del mismo organismo eucariota poseen característicamente
el mismo número de cromosomas. Además, la organización y el número de genes en los cromosomas de un organismo
también son idénticos. Las aberraciones cromosómicas son las excepciones a esta realidad, ya sea en la estructura o
en el número de cromosomas.
Las mutaciones cromosómicas son más comunes de lo pensado. De hecho mutaciones visibles se dan en seis de
cada mil bebés recién nacidos y uno de cada siete huevos fecundados es abortado espontáneamente debido a
mutaciones letales.
2.1. Detección
Actualmente se han desarrollado numerosos métodos de detección de las alteraciones cromosómicas en humanos, ya
sea en adultos, en bebés o incluso antes del nacimiento. Por supuesto, la detección fenotípica y cariotípica siguen
siendo útiles, aunque los métodos moleculares son los de mayor interés.
Se denomina defecto congénito a toda alteración estructural o funcional presente en el nacimiento y con manifestación
posterior, teniendo o no una causa genética. Es decir, también se considera como defectos congénitos a las
enfermedades causadas por las enfermedades maternas, la mala alimentación prenatal y el consumo de
medicamentos.
Para detectarlos, se utilizan diversos y variados métodos. Entre ellos, las ecografías de alta resolución (para la
observación fenotípica prenatal) y la proteómica de suero por fluorescencia. Por otra parte, también se han
desarrollado métodos más precisos, aunque invasivos, como la amniocentesis (extracción de líquido amniótico) o la
biopsia de vellosidades coriónicas (en los primeros estados de desarrollo).
3. Alteraciones estructurales
Las alteraciones estructurales de los cromosomas involucran cambios en ciertas partes de los cromosomas. Son de
cuatro tipos: deleciones, duplicaciones, inversiones y translocaciones. Algunas son reversibles (todas excepto las
deleciones) pero generalmente no se revierten. Igualmente, pueden ser muy inocuas o muy nocivas, dependiendo de
dónde se produzcan.
Los cuatro tipos de mutaciones se inician por quiebres en el cromosoma, y si éstos ocurren dentro de un gen, las
consecuencias dependen de la función y la expresión del mismo.
3.1. Deleciones
Una deleción involucra la pérdida de un segmento de un cromosoma. El quiebre que inicia la deleción puede ser
inducido por calor, radiación, virus, químicos, errores en la recombinación, etc. Sus consecuencias dependen de los
genes removidos. En organismos diploides, los efectos son menores debido a la presencia de una copia del set de
genes perdido en el cromosoma homólogo, siempre y cuando éstos no sean recesivos.
Las deleciones más graves ocurren cuando se pierde el centrómero, lo que generará una pérdida total del cromosoma
durante la próxima meiosis. También son graves las deleciones de telómeros, ya que disminuye la vida útil de los
cromosomas.
La deleción espontánea se utilizó para determinar la localización física de ciertos genes, en los primeros años de
estudios citogenéticos, fundamentalmente cuando se perdía un gen y se expresaba su alelo recesivo
(pseudodominancia).
Una enfermedad humana causada por deleciones es el Síndrome cri-du-chat (llanto de gato), causada de una deleción
importante en los brazos p del cromosoma 5. Genera un retraso mental importante, llanto muy agudo, debilidad
muscular, microcefalia, hiperactividad y escoliosis. Otra enfermedad es el Síndrome Prader-Willi, causada por la
deleción de una parte del brazo q del cromosoma 15 y genera retraso de crecimiento y dificultades de alimentación
hasta los 6 años, cuando comienza un periodo de apetito severo y compulsivo que puede generar incluso la muerte.
También presentan retraso mental, desarrollo sexual tardío en varones y problemas de comportamiento.
3.2. Duplicaciones
Pueden o no ser letales. El tamaño de los segmentos duplicados puede variar considerablemente, y ser en tándem
(ABAB), en tándem reverso (ABBA) o tándem terminal si se da en el extremo del cromosoma. Sus consecuencias
provienen de la modificación de la expresión génica de las proteínas sintetizadas a partir de los genes duplicados.
Pueden ocurrir por un entrecruzamiento anómalo, que genera tanto una duplicación como una deleción.
Las duplicaciones jugaron un papel importante en la evolución de familias multigénicas, ya que fueron una de las
causas de la aparición de moléculas proteicas con mayor cantidad de monómeros. Por ejemplo, se cree que las dos
copias de las subunidades α y β de la hemoglobina se originaron a partir de una duplicación.
En humanos, el síndrome de Pallister-Killian se debe a una duplicación de una parte del brazo p del cromosoma 12.
Presentan retraso mental, dificultades para el habla, convulsiones, poco pelo y fisonomía tosca.
3.3. Inversiones
Pueden suceder en el centrómero (inversión pericéntrica) o en los brazos del cromosoma (inversión paracéntrica). Las
consecuencias provienen de los sitios de quiebre en los cromosomas y no de la pérdida de material genético. También
puede verse afectado el control de la expresión génica y la meiosis (ya que pierde parte de la homología).
En general, los cromosomas que sufrieron inversión poseen numerosos problemas en la meiosis, ya que para
mantener la homología, por lo general, el cromosoma con inversión generará un lazo, tal como muestra la figura 1.
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De esta manera, una gameta poseerá un set
completo de genes en el orden correcto, otra poseerá a) b)
un set completo con el orden invertido y dos
poseerán sets incompletos de genes, por lo que no
serán viables.
3.4. Translocaciones
Una translocación es una mutación cromosómica en
la que hay un cambio en la posición de ciertos c) d)
segmentos de los cromosomas. No hay ganancia ni
pérdida de material genético en una translocación.
Pueden ser intracromosómicas o intercromosómicas, Figura 1. a) Homología durante la meiosis, b) Durante el
y, por otra parte, pueden ser no recíprocas (si hay crossing over, c) Luego del crossing over, formación del
translocación de un cromosoma a otro, pero no en el cromosoma dicéntrico, d) Separación por tensión
sentido contrario) o recíproca.
Las translocaciones usualmente afectan a los productos de la meiosis, ya que el desbalance entre los cromosomas
tiende a solucionarse mediante duplicaciones y/o deleciones, en la mayoría de los casos inviables. En cadenas
homocigotas, la meiosis casi no se ve afectada, mientras que en cadenas heterocigotas, se ve un crossing over de
cuatro cromosomas que los segrega a cuatro gametas de manera anómala.
Un gran número de tumores humanos han sido asociados a mutaciones cromosómicas, entre ellas, las
translocaciones. Se cree que la causa de esta realidad es que una mutación cromosómica genera más mutaciones con
el tiempo, en un intento celular de volver a su normalidad biológica.
La leucemia mielógena crónica (LMC) es un cáncer fatal de mieloblastos (células madre de los leucocitos). En un 90%
está causada por el cromosoma Philadelphia, un cromosoma 22 que sufrió una translocación recíproca con el
cromosoma 9, que parece activar oncogenes. El linfoma de Burkitt, afecta a las células B y está asociado a una
translocación entre los cromosomas 8 y 14.
Cierto Síndrome de Down (el llamado “heredable”) también es causado por una translocación entre los cromosomas
14 y 21.
4. Alteraciones numéricas
Cuando un organismo o célula posee un set completo de cromosomas o un múltiplo exacto de sets completos, se dice
que es euploide, por ejemplo, los humanos diploides y el trigo haploide.
Ciertas mutaciones cromosómicas afectan el número de sets de cromosomas, pudiendo generar otros organismos
euploides o también organismos aneuploides, es decir, que posee un número de cromosomas que no es múltiplo
exacto del set haploide.
4.1. No disyunción y no división
El origen de las alteraciones en el número de cromosomas se da en los procesos meióticos. El más común es la no
disyunción, es decir, la no separación del material genético (cromosomas homólogos o cromátides hermanas) en la
gametogénesis.
En general, podemos afirmar que una mutación que no mantiene la euploidía se da por una no disyunción en la
meiosis I o en la meiosis II.
Otra causa de estas mutaciones es la falla en las divisiones celulares. Por ejemplo, ciertas plantas sufren errores en
sus procesos mitóticos que generan una autopoliploidía, es decir, una duplicación espontánea de la cantidad de
material genérico en una célula debida a una no citocinesis. De este modo, las gametas producidas también poseerán
el doble de cromosomas (serán 2n).
En general, podemos afirmar que una mutación que mantiene la euploidía se da por una no citocinesis.
4.2. Aneuploidías
En ésta uno o más cromosomas son adicionados o perdidos del set normal. En la mayoría de los casos, son letales en
animales y son una de las principales causas de los abortos espontáneos de fetos. En plantas, en cambio, son
comunes y no letales.
Puede ocurrir debido a la pérdida de cromosomas individuales en mitosis o meiosis, o de la no disyunción de
cromátides hermanas en la mitosis o meiosis, o de los cromosomas homólogos durante la meiosis. Si sucede durante
la meiosis I, se obtendrán cuatro gametas anómalas, dos con n+1 cromosomas y dos con n-1. Si sucede durante la
meiosis II, se obtendrán dos gametas anómalas (una n+1 y una n-1) y dos normales.
4.2.1. Nulisomías
Son la pérdida de un par de cromosomas. Son raras, y se deben generalmente a la no disyunción del mismo
cromosoma tanto en el espermatozoide como en el óvulo.
4.2.2. Monosomías
Son la pérdida de un solo cromosoma. Son mucho más comunes que las nulisomías pero inviables en humanos,
generando abortos espontáneos. Solo se conocen casos de monosomías sexuales viables. Se cree que el resto de los
cromosomas poseen genes letales recesivos, lo que impide las monosomías.
4.2.3. Trisomías
Son la incorporación de un cromosoma extra en un par determinado. Es la aneuploidía más común en humanos,
siendo estos viables pero con graves síndromes.
4.2.4. Tetrasomías
Son la incorporación de un par extra de cromosomas a un par determinado ya existente. En humanos es inviable
excepto en el caso de tetrasomías (e incluso pentasomías) sexuales.
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4.2.5. Aneuploidías somáticas en humanos
Las aneuploidías somáticas más comunes en humanos son las trisomías. De hecho, la única aneuploidía que permite
un desarrollo adulto de los organismos que la poseen es la trisomía 21.
La trisomía 21 o Síndrome de Down es la aneuploidía más común y frecuente. Se encuentra en 1,4 nacidos de cada
mil. Los individuos afectados por ella presentan bajo coeficiente intelectual, pliegues del epicanto (lo que les genera
ojos achinados), manos cortas y rechonchas y baja estatura. La esperanza de vida de los afectados con ella se cree
relacionada a la baja cantidad de genes que posee el cromosoma, debido a su pequeño tamaño. Es notable la relación
entre la edad de la madre y el riesgo de que su hijo posea Síndrome de Down. De hecho, aumenta casi 100 veces
desde una madre de 30 años a una de 45.
La trisomía 13 o Síndrome de Patau ocurre en 2 de cada diez mil nacimientos vivos. Produce labio y paladar leporinos,
ojos pequeños, polidactilia, retraso mental y de desarrollo y anormalidades cardíacas. Mueren antes de los tres años.
La trisomía 18 o Síndrome de Edwards ocurre en 2,5 de cada diez mil nacimientos vivos (en un 80%, mujeres).
Produce un tamaño corporal reducido, malformaciones congénitas, puños cerrados, cráneo alargado, orejas mal
formadas y retraso mental y de desarrollo. Mueren a los 6 meses.
4.2.6. Aneuploidías sexuales en humanos
Existen numerosas aneuploidías sexuales en humanos. De hecho, son las aneuploidías más variables en dar
organismos viables. Las principales se resumen en la tabla siguiente.
4.3. Euploidías
Son letales para la mayoría de los animales, pero bastante toleradas en plantas. Pueden provenir de fecundación
entre gametas provenientes de organismos que han sufrido una autopoliploidía espontánea.
Las monoploidías son vistas en plantas pero nunca en animales, ya que se mantiene la hipótesis de los genes
recesivos letales. Son utilizadas en la biotecnología vegetal para el desarrollo de mutantes.
Las poliploidías (triploidía, tetraploidía, etc) también son más comunes en plantas, aunque existen algunos animales
poliploides, como algunos peces y salamandras. Pueden inducirse experimentalmente. Generalmente, los que poseen
un número par de sets de cromosomas son más viables que los que poseen un número impar, siendo éstos
usualmente infértiles.
En humanos son viables las triploidías, aunque solo en el 1/10000 de los nacimientos vivos, y con una mortalidad casi
segura antes del primer mes de vida. Produce alargamiento de cráneo.
En plantas, hay dos tipos de poliploidías: la autopoliploidía se genera en la misma especie, generalmente por la fusión
de dos gametas anómalas, o al menos, de una anómala y una normal, mientras que la alopoliploidía se genera por el
cruce de dos especies distintas aunque relacionadas.
2. Tejidos
Los animales, en su mayoría, están compuestos por células especializadas organizadas en tejidos, con funciones
diferentes. Éstos se encuentran combinados en unidades funcionales llamadas órganos que trabajan juntos para
formar los sistemas.
Un tejido es un grupo de células asociadas por su estructura y función común. Diferentes tipos de tejidos tienen
estructuras diferentes, apropiadas para sus funciones. Todos los tejidos provienen de la división y diferenciación del
cigoto tras la fecundación, lo que les confiere su funcionalidad y estructura característica.
Existen cuatro tejidos animales fundamentales: el epitelial, el conectivo, el muscular y el nervioso, que entre todos
incluyen a más de doscientos tipos celulares distintos, lo que da cuenta de la complejidad organizativa que pueden
necesitar.
3. Tejido epitelial
El tejido epitelial se forma por células dispuestas en láminas y estrechamente adheridas entre sí, formando
membranas continuas con muy poca sustancia intercelular. Generalmente es rico en terminaciones nerviosas pero no
en vasos sanguíneos. Las células se unen por uniones estrechas lo que les brinda firmeza y resistencia mecánica,
además de una semipermeabilidad selectiva.
El tejido epitelial cubre todo el cuerpo (en forma de piel) y las cavidades internas de órganos huecos y conductos.
También forma las mucosas y las glándulas (en las que adquiere una forma determinada especializada según las
secreciones).
3.1. Clasificación
Los epitelios se clasifican de diversas maneras:
(a) Según el número de capas de células que lo forman, pueden ser simples si tiene una sola capa (como en el
intestino) o estratificado si tiene más de una (como en la piel). También encontramos epitelios pseudoestratificados si
tienen una sola capa pero con células de distinta longitud que le dan apariencia de estratificados.
(b) Según la forma de las células que los conforman, pueden ser planos o escamosos, cúbicos o cilíndricos.
(c) Según la función que cumplen, pueden ser de revestimiento o pavimentoso, si recubre externa o internamente, o
glandulares, si forma parte de las glándulas.
La función de los epitelios está íntimamente relacionada con su estructura. Así, los pavimentosos tienden a ser
simples, y los de protección, estratificados.
3.2. Glándulas
Las glándulas pueden ser endocrinas o exocrinas. Son endocrinas cuando secretan sustancias hacia el torrente
sanguíneo, como por ejemplo, las tiroides, el páncreas endocrino o las glándulas sexuales. Son exocrinas cuando
secretan sustancias hacia el exterior del organismo o hacia alguna cavidad interna, como por ejemplo, las glándulas
sudoríparas, las sebáceas, el páncreas exocrino o el hígado.
Su estructura se compone de una parte excretora, que es el conducto de comunicación con el sitio adonde secretará
sus productos, y una parte secretora, que está compuesta de una o más cavidades de reserva de la secreción. Pueden
clasificarse en simples o compuestas según la cantidad de cavidades de la parte secretora por parte excretora,
poseyendo una o más respectivamente.
3.3. Funciones
Las funciones principales del epitelio son:
(a) Protección contra el daño mecánico y el ingreso de microorganismos.
(b) Regulación de la pérdida de agua por evaporación
(c) Secreción
(d) Absorción
3.4. Características estructurales
Las principales características de los epitelios son:
(a) Cohesión celular con uniones estrechas
(b) Presencia de lámina basal que los sujeta y separa del tejido conectivo. Está formada por colágeno tipo IV y
glicoproteínas, y es tan estrecho (50-80 nm) que es invisible al microscopio óptico.
(c) Avascularidad. Su metabolismo depende de la difusión de oxígeno desde el exterior, y de metabolitos desde los
vasos sanguíneos que irrigan el tejido conectivo de sostén cercano.
(d) Polarización. Las células epiteliales poseen un polo apical cuya superficie está en contacto con el exterior del
cuerpo o la luz del conducto, y tienden a sufrir especializaciones de su membrana plasmática y su citoplasma para
cumplir sus funciones, como por ejemplo, microvellosidades o cilias. También poseen un polo basal que está en
contacto con la lámina basal y sirve de sostén mediante hemidesmosomas. Las superficies laterales se unen mediante
uniones estrechas.
(e) Regeneración. Es continua, debido al desgaste que sufren. De hecho, existen más células madre en el tejido
epitelial que en cualquier otro tejido.
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(f) Semipermeabilidad. Toda sustancia que ingresa o se expulsa de un organismo debe atravesar un epitelio, lo que le
da selectividad y control.
4. Tejido nervioso
Forma los órganos del sistema nervioso y está constituido por células nerviosas y células de soporte (o neuroglía).
4.1. Células nerviosas o neuronas
Son células de forma estrellada y con muchas prolongaciones, especializadas en transmitir impulsos nerviosos. No se
regeneran, y no se reproducen luego de cierto estado en el desarrollo del animal.
Su estructura usual se compone de un cuerpo celular o soma relativamente poco voluminoso, con una gran cantidad
de prolongaciones cortas y muy ramificadas denominadas dendritas. Además, posee una (o a lo sumo dos)
ramificaciones especiales, mucho más extensas y solo ramificadas en su extremo, denominadas axones. Las dendritas
son las encargadas de llevar información hacia el soma, mientras que el axón la comunica desde él hacia otra neurona.
La superficie del axón es lisa y está recubierto por mielina (un lípido) en nódulos (llamados de Ranvier), en cambio, las
dendritas muestran una superficie rugosa y no poseen recubrimiento mielínico.
La estructura de las neuronas varía notablemente de acuerdo a su función y localización. Sin embargo, en todas se
nota una extensa actividad de los sistemas de vesiculización de neurotransmisores desde el soma y por el axón.
4.2. Neuroglía
Son células auxiliares que brindan protección, sostén y alimentación a las neuronas. Por lo general, son ramificadas y
se ordenan en una red fina y estable. Existen en un número 30 veces mayor que las neuronas, en promedio.
Se clasifican en:
(a) Células de la glía central, que se encuentran en el sistema nervioso central, e incluyen a los astrocitos (apoyo y
control del entorno químico), oligodendrocitos (mielinizantes) y la microglía.
(b) Células de la glía periférica, que se encuentran en el sistema nervioso periférico, e incluyen a las células de
Schwann (mielinizantes) y las capsulares.
5. Tejido muscular
Está compuesto por células fibrosas y largas denominadas fibras musculares o miocitos que poseen la capacidad de
contraerse frente a un estímulo nervioso. En su interior, se encuentra un gran número de unidades contráctiles
denominadas miofibrillas compuestas por actina y miosina, dos proteínas especializadas en la contracción. Es el tejido
más abundante en los animales y su contracción representa la mayor parte del gasto energético.
Antiguamente, las células musculares y sus componentes poseían nombres especiales que se continúan utilizando en
la literatura. Las células musculares eran llamadas sarcómeras y su citoplasma, sarcoplasma. Su retículo
endoplasmático (el mayor y más importante orgánulo en su interior), retículo sarcoplásmico y las mitocondrias,
sarcosomas.
El tejido muscular, además de las fibras musculares, se compone de una extensa y abundante red capilar que nutre a
las células y les da suficiente oxígeno como para que lleven a cabo sus funciones altamente energéticas. También se
observa tejido conectivo de sostén y acoplamiento de la tracción; por otra parte, organiza la inervación y la
capilarización del tejido.
5.1. Clasificación
Podemos clasificar a los tejidos musculares:
(a) Según su actividad, en voluntario (si está bajo control de la mente) o involuntario (si no lo está).
(b) Según su estructura, en estriado o liso. El músculo estriado presenta bandas transversales regulares debidas a la
fusión celular y a la presencia de discos intercalados para el contacto entre las células. El músculo liso, no.
(c) Según su función, en esquelético (estriado y voluntario), cardíaco (estriado e involuntario) y liso. El esquelético se
encuentra insertado en huesos y su función es el movimiento; sus células están fusionadas y multinucleadas (con
núcleos externos). El cardíaco se encuentra en las paredes del corazón y de los vasos sanguíneos principales;
presentan uniones intercalares que facilitan la conducción del impulso nervioso en todo el tejido y la contracción con
junta. El liso se encuentra en las paredes de las vísceras huecas y en el resto de los vasos sanguíneos; sus células
son fusiformes y sin estriación ni tubuladuras.
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(b) Tejido cartilaginoso, de sostén y resistente, con células de matriz extracelular es sólida, firme y elástica
(condrocitos).
(c) Tejido óseo, resistente y liviano.
(d) Tejido hematopoyético que origina células sanguíneas
(e) Tejido sanguíneo, fluido y móvil, con células especializadas en el transporte y la defensa.
6.2. Funciones
Entre sus funciones, encontramos al sostén y resistencia mecánica, al sostén metabólico y nutricional, al
almacenamiento energético, a la defensa del organismo, a la reparación de lesiones, etc.
6.3. Generalidades y particularidades
En general, todo tejido conectivo posee ciertos tipos celulares característicos: los fibroblastos (que secretan los
componentes de las fibras extracelulares) y los macrófagos (móviles, que absorben partículas extrañas y células
muertas).
6.3.1. Tejido adiposo
Está compuesto por adipocitos, células especializadas en el almacenamiento de grasa. El protoplasma y el núcleo de
estos quedan reducidos a una pequeña área cerca de la membrana, mientras que el resto es ocupado por una gran
gota de grasa semilíquida compuesta fundamentalmente por triglicéridos. Se encuentra en las capas profundas de la
piel.
Sus funciones son: relleno, soporte estructura, reserva energética, protección, aislamiento térmico, etc. Su crecimiento
puede ser hiperplásico (por proliferación celular) o hiperotrófico (por crecimiento celular).
6.3.2. Tejido óseo
Está compuesto por células y componentes extracelulares rígidos y resistentes a la tracción y la compresión debido a
su calcificación en forma de fosfato de calcio. Se clasifica en hueso esponjoso, cuando recién es formado en el interior
del hueso y posee grandes burbujas de aire, y hueso compacto, cuando la calcificación se completa, eliminando las
burbujas y solo rompiéndose la red rígida por los conductos de Havens donde se sitúan los vasos sanguíneos.
Una característica específica del tejido óseo es su capacidad de renovación y reabsorción dependiendo de las
necesidades de calcio del organismo (de ahí que se lo considere una reserva del mismo). Sus células derivan de las
células osteoprogenitoras ubicadas en las regiones centrales y externas del hueso, además de recubriendo los vasos
sanguíneas, y pueden diferenciarse en osteoblastos que forman tejido óseo nuevo activamente, y se transforman en
osteocitos cuando se recubren de matriz extracelular y detienen esta actividad. Los osteoclastos reabsorben o eliminan
la materia ósea y se sitúan en la parte externa del hueso.
Estas células están inmersas en una matriz extracelular rígida compuesta por proteínas y sales minerales (fosfato y
carbonato de calcio y magnesio).
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animales). Sin embargo, no es inusual que cuando un animal no consigue su comida habitual, consuma alimentos que
no están incluidos en su principal categoría dietética.
La diete adecuada, cualquiera sea, debe satisfacer tres necesidades nutricionales: combustible, materia prima
orgánica y nutrientes esenciales (aquellos que no puede elaborar y necesita para su correcto funcionamiento).
1.1. Mecanismos de alimentación
Son cinco:
(a) La masticación, es el más típico. Consta de dividir el alimento en trozos.
(b) El suspensivorismo, es la separación de pequeñas partículas de alimento del agua mediante estructuras
especializadas de filtración y conducción de las partículas hacia la boca. Por ejemplo, las ballenas son suspensívoras.
(c) El sedimentivorismo, es el consumo del alimento a medida que se lo recorre internamente. Por ejemplo, las orugas
son sedimentívoras.
(d) La fluidofagia, es la succión de líquidos ricos en nutrientes de un organismo vivo. Por ejemplo, los mosquitos y los
colibríes presentan fluidofagia.
(e) La macrofagia, es la alimentación en base de trozos grandes de alimento, requiriendo adaptaciones anatómicas y
fisiológicas como colmillos, garras, tenazas y mandíbulas laxas. Por ejemplo, las pitones son macrófagas.
3. El sistema digestivo
La mayoría de los animales disminuye el riesgo de autodigestión mediante el procesamiento de los alimentos en
compartimentos especializados, ya sea a nivel intracelular, como a nivel extracelular.
3.1. Digestión intra y extracelular
Dentro de las células, las vacuolas alimentarias (orgánulos celulares donde se encuentran las enzimas hidrolíticas)
son los compartimentos digestivos más simples. El alimento es englobado por fago o pinocitosis, y luego de la fusión
con lisosomas, sufren el ataque de las enzimas hidrolíticas.
En organismos superiores, parte de la digestión se produce fuera de la célula, en los compartimentos que se continúan
con el exterior del organismo del animal. Esto permite devorar presas más grandes. Inicialmente, el compartimento
digestivo más simple era la cavidad gastrovascular que digería los alimentos y distribuía los nutrientes en el organismo,
y estaba rodeada de una capa de tejido epitelial que segregaba enzimas digestivas.
La mayoría de los animales, sin embargo, poseen un tracto digestivo completo, es decir, un tubo digestivo que se
extiende entre dos orificios: la boca y el ano, lo que permite una mayor eficacia, ya que la unidireccionalidad del
movimiento del alimento en su interior permite la especialización de las distintas regiones del tubo para la digestión y la
absorción de los nutrientes. Por otra parte, permite una ingestión continua de alimento. Las enzimas hidrolíticas se
segregan por las paredes del tubo o por glándulas anexas conectadas por conductos especiales a él.
3.2. Sistema digestivo humano
El sistema digestivo humano (como modelo en los mamíferos) consta del tracto digestivo y sus glándulas accesorias
(salivales, páncreas, hígado, vesícula biliar). El alimento es empujado a su través mediante ondas rítmicas de
contracción de los músculos lisos en las paredes del canal, denominadas peristaltismo. También posee esfínteres,
anillos musculares que cierran el tubo para regular el paso del material entre las cámaras del canal.
3.2.1. La cavidad oral, la faringe y el esófago
La boca es el inicio del tracto digestivo, donde se produce la digestión mecánica del alimento mediante la masticación,
proceso en el que los dientes (de diversos tipos) rompen y muelen el alimento, para facilitar su deglución y aumentar el
área de superficie.
Esto origina un reflejo nervioso que origina la secreción de saliva por las glándulas salivales. La saliva contiene mucina
(una glicoproteína gelatinosa que protege a la boca de la abrasión y lubrica al alimento para facilitar su deglución),
reguladores de pH (para neutralizar la acidez de los alimentos), agentes antibacterianos y amilasa (enzima hidrolítica
que actúa sobre el almidón y el glucógeno, transformándolos en maltosa y polisacáridos más pequeños, como la
dextrina).
La lengua saborea el alimento, lo manipula, le da forma de pelota (o bolo) y lo empuja hacia el fondo de la cavidad
oral.
La faringe es la unión entre la cavidad oral, el esófago y la tráquea. La deglución se desencadena como un reflejo
cuando el bolo está en la faringe, y baja la epiglotis, una hoja cartilaginosa que conduce el bolo hacia el esófago y no
hacia la tráquea.
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El esófago es un conducto largo que conduce al alimento hacia el estómago mediante peristaltismo. Posee músculo
estriado voluntario en su parte superior, en forma de un esfínter que bloquea o posibilita el paso del alimento. Luego,
posee músculo liso.
3.2.2. Estómago
El estómago es un órgano digestivo que almacena alimentos y realiza pasos preliminares a la digestión enzimática. Es
voluminoso y se sitúa en la cavidad abdominal superior. Puede dilatarse para albergar hasta dos litros de comida y
líquido debido a su elasticidad.
Su epitelio segrega un líquido llamado jugo gástrico que es mezclado con el alimento mediante agitación. Éste está
compuesto por, entre otros componentes, ácido clorhídrico que genera un pH cercano a 2, capaz de romper la matriz
extracelular y destruir a una gran parte de las bacterias alimenticias. El jugo gástrico también contiene pepsina, una
enzima de hidrólisis proteica que actúa en uniones peptídicas específicas y cuyo pH óptimo es notablemente ácido, en
el cual la mayoría de las otras proteínas son desnaturalizadas y por lo tanto, expuestas al ataque enzimático.
La pepsina es segregada como pepsinógeno (su forma inactiva), por las glándulas gástricas. Se llama así a
especializaciones del tejido epitelial compuestas por tres tipos de células: las mucosas (que secretan moco lubricante y
protegen al estómago), las parietales (que secretan ácido clorhídrico) y las principales (que secretan el pepsinógeno).
El ácido clorhídrico activa al pepsinógeno mediante le exposición de su sitio activo, lo que asegura su activación en la
luz del estómago y no en el interior celular. Luego, la pepsina puede activar otras moléculas de pepsinógeno.
A pesar de la protección mucosa, la erosión que sufre la pared estomacal exige una renovación del epitelio gástrico
cada tres días. Ciertas bacterias tolerantes al ácido, lesionan la pared gástrica y generan úlceras gástricas, que
empeoran si la velocidad de ataque de la pepsina es mayor a la de regeneración.
Como resultado de la mezcla del alimento y el jugo gástrico, se obtiene un caldo rico en nutrientes conocido como
quimo ácido. Éste no puede volver al esófago ni seguir su camino hacia el intestino debido a dos esfínteres que
permanecen cerrados durante la digestión gástrica: el cardias en la entrada al estómago y el píloro a su salida. El
quimo saldrá hacia el intestino en forma de chorros a medida que es formado, y desalojará completamente el estómago
entre 2 y 6 horas después de ingresar en él.
3.2.3. Intestino delgado
Es la parte más larga del canal alimentario y donde se realiza la mayor parte de la hidrólisis enzimática y la absorción
de los nutrientes hacia la sangre.
Los primeros 25 cm se denominan duodeno, y es donde el quimo ácido se mezcla con los jugos digestivos del
páncreas, el hígado, la vesícula biliar y las células glandulares de la pared intestinal (un epitelio conocido como ribete
en cepillo). De hecho, las secreciones de los primeros tres se mezclan en un conducto compartido antes de ingresar al
duodeno. La digestión enzimática se completa cuando los movimientos peristálticos desplazan la mezcla a lo largo del
intestino delgado.
La mayor parte de la absorción de los nutrientes se da en el intestino delgado, en todo el sector a continuación del
duodeno: el yeyuno y el íleon. Poseen una elevada superficie de contacto (300 m²) debida a los pliegues circulares del
epitelio que están recubierto de proyecciones epiteliales denominadas vellosidades que a su vez contienen numerosas
células epiteliales con apéndices microscópicos denominados microvellosidades orientados hacia la luz intestinal (de
ahí la denominación de ribete en cepillo). Las vellosidades también poseen una red de capilares sanguíneos y de
vasos linfáticos (vasos quilíferos) en su interior. Los nutrientes atraviesan el epitelio intestinal y el de los capilares y
llegan a la circulación sanguínea. Muchos nutrientes lo hacen por difusión (como los azúcares), mientras que otros lo
hacen por transporte activo (oligopéptidos, aminoácidos, vitaminas, etc). Las grasas, se dividen en glicerol y ácidos
grasos y pasan al torrente linfático donde se unirán a colesterol y proteínas especiales para formar los quilomicrones,
glóbulos miceloides que transportan grasas hacia la sangre.
Los capilares y venas que drenan los nutrientes de las vellosidades convergen en la vena porta hepática, un vaso
sanguíneo que los conduce al hígado, lo que permite que sea éste el primero en surtirse de aminoácidos y azúcares,
ya que es el centro de control metabólico del organismo.
3.2.4. Intestino grueso o colon
Es la continuación del tracto digestivo, que se conecta al intestino delgado mediante una unión en forma de T con un
esfínter. Un brazo de la T es un pequeño saco denominado ciego, que en humanos es pequeño pero en mamíferos
rumiantes es notablemente largo, y sirve de continuación del tracto digestivo para el aprovechamiento de los alimentos
difícilmente digeribles. Posee una pequeña extensión denominada apéndice prescindible y de función defensiva
secundaria.
El colon funciona recuperando el agua que ha ingresado en el canal alimentario como disolvente de los jugos
digestivos (normalmente más que lo que es consumido por ingesta) y no fue absorbida en el intestino delgado. Esto
hace que la masa de desecho que circula por su interior (las heces) se vuelvan más sólidas al moverse por
peristaltismo. La diarrea, es causa de la pobre absorción de agua por algún proceso irritante sobre las paredes del
colon.
En el colon vive una flora rica en bacterias inofensivas que viven de material orgánico no absorbido, y generan gases
metabólicos (como metano y sulfuro de hidrógeno) además de vitaminas esenciales para el ser humano, como biotina,
ácido fólico y vitamina K.
3.2.5. Recto y ano
La porción terminal del colon se denomina recto donde se acumulan las heces hasta que puedan eliminarse. Entre el
recto y el ano (el orificio de salida de las heces) existen dos esfínteres, uno voluntario y uno involuntario.
3.3. Glándulas accesorias y actividad enzimática
El páncreas es una glándula que produce bicarbonato (que se encargará de compensar la acidez del quimo) y
proteasas, segregadas inactivas. Éstas son la tripsina y la quimotripsina pancreáticas, de función similar a la tripsina
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gástrica, la carboxipeptidasa pancreática, que degrada péptidos pequeños a aminoácidos, la lipasa pancreática, que
degrada a las grasas en glicerol y ácidos grasos, la amilasa pancreática, que degrada los oligosacáridos en
disacáridos, y las nucleasas pancreáticas, que degradan los ácidos nucleicos en nucleótidos.
El hígado produce bilis, una mezcla de sustancias anfipróticas (en forma de sales, de ahí la denominación de sales
biliares) que emulsifican las grasas y generan pequeñas gotitas de éstas con más superficie de contacto para la lipasa
pancreática. La bilis también contiene restos de descomposición de hematíes, lo que le otorga su característica
coloración verdosa. Se almacena en la vesícula biliar.
Las células epiteliales del duodeno, segregan disacaridasas, que degradan los disacáridos en monosacáridos,
dipeptidasas, carboxipeptidasas y aminopeptidasas, que completan la degradación completa a aminoácidos, y
nucleotidasas, nucleosidasas y fosfatasas, que completan la degradación completa a bases nitrogenadas, ribosas y
fosfatos a partir de nucleótidos.
3.3.1. Activación
Las secreciones del páncreas se activan de manera diferente a las secreciones gástricas. Una enzima del epitelio
intestinal denominada enteropeptidasa es la encargada de convertir el tripsinógeno en tripsina, lo que la activa. Será
esta la encargada de activar a todas las demás enzimas pancreáticas que a su vez podrán activarse entre sí mediante
una reacción en cadena.
2. Intercambio de gases
El intercambio de gases comprende la captación de oxígeno molecular del ambiente, y la liberación del dióxido
carbono hacia el exterior, procesos necesarios para mantener la producción energética en la respiración celular. El
oxígeno se obtiene de algún medio respiratorio: el aire para los animales terrestres y el agua para los acuáticos, siendo
el primero mucho más concentrado en el mismo (21%).
El intercambio de gases se realiza en una determinada superficie respiratoria en las que (en animales) existe difusión
de los mismos hacia el exterior o el interior del organismo. Suelen ser delgadas y extensas, ya que de esta manera se
aumentan los procesos difusivos. Cabe destacar que estas membranas son epiteliales, y por lo tantos deben estar
húmedas para mantener el medio de vida de las células que la componen. Por lo tanto, los gases deben disolverse en
agua antes de llevar a cabo los procesos difusivos.
2.1. Evolución del intercambio de gases
La extensión de la superficie respiratoria debe ser capaz de suministrar oxígeno a todo el organismo y eliminar todo el
dióxido de carbono, por lo que depende directamente del tamaño del organismo, de su hábitat y de su tasa metabólica.
En organismos unicelulares, el intercambio gaseoso se produce en toda su superficie, mientras que en organismos
pluricelulares simples, la membrana plasmática de cada célula está lo suficiente próxima al ambiente externo como
para producir difusión. Sin embargo, la mayoría de los animales son demasiado grandes, y poseen una superficie
respiratoria especializada: un epitelio húmedo y delgado irrigado por capilares.
Algunos animales utilizan la piel como superficie respiratoria, lo que los obliga a vivir en ambientes húmedos y poseer
una morfología con elevada relación superficie/volumen (generalmente fusiformes o tubulares). Otros, desarrollaron
órganos especializados, plegados o ramificados, lo que permite obtener una gran superficie disponible: las branquias,
tráqueas y pulmones.
2.2. Branquias
Las branquias son extensiones de la superficie corporal suspendidas en el agua, pudiendo estar distribuidas: en la
superficie del cuerpo (como en estrellas de mar), en cada segmento de su cuerpo (como en ciertos gusanos
segmentados), como estructuras plumosas en la cabeza o cola, o localizadas en una parte específica del cuerpo.
El agua como medio respiratorio elimina el inconveniente de mantener húmedas la superficie respiratoria, pero, debe
lidiar con la baja concentración de oxígeno en el agua (y más en aguas cálidas y saladas). Para solucionarlo, los
animales branquiados recurrieron a dos métodos: la ventilación y el intercambio contracorriente.
2.2.1. Ventilación
Es el aumento de flujo del medio respiratorio sobre la superficie respiratoria para eliminar la capa superficial rica en
dióxido de carbono y pobre en oxígeno que se formaría si no existiese un flujo del medio. Es energéticamente costosa
y se dispone de estructuras especializadas para hacerlo.
2.2.2. Intercambio contracorriente
Para reducir el costo energético de la ventilación, se recurrió a una organización especial de los capilares en las
branquias: la sangre fluye en dirección opuesta al movimiento del agua. Esto posibilita el paso constante de oxígeno a
la sangre mediante el intercambio contracorriente, ya que a medida que la sangre se desplaza por el capilar, capta más
oxígeno ya que encuentra agua con mayor concentración de éste que apenas está comenzando a pasar por las
branquias. Es decir, hay un gradiente de difusión de oxígeno que favorece el paso de oxígeno desde el agua a la
sangre.
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Este mecanismo es tan eficaz que permite la extracción del 80% del oxígeno disuelto en el agua.
2.3. Tráqueas
El aire ofrece más ventajas que el agua como medio respiratorio: una concentración mayor de oxígeno, una mayor
velocidad de difusión de los gases, una menor necesidad de ventilación y una mayor facilidad para ventilar (debido a la
menor densidad del aire). No obstante, hay que solucionar el inconveniente de la humedad constante de la superficie
respiratoria.
El sistema traqueal de los insectos se forma por tubos de aire que se ramifican en todo el cuerpo, siendo los más
gruesos (las tráqueas) los que se comunican con el exterior. Las ramas más delgadas se extienden hasta casi todas
las células donde se produce el intercambio gaseoso por difusión sin participación del sistema circulatorio.
En insectos grandes, se requiere ventilación para mantener la respiración celular, y se logra mediante movimientos
corporales rítmicos que comprimen y expanden los tubos aéreos como fuelles (por ejemplo, en el vuelo).
2.4. Pulmones
Los pulmones son órganos respiratorios limitados a una sola ubicación. De esta manera, requiere indefectiblemente de
la participación de un sistema circulatorio para el transporte de gases entre los pulmones y el resto del organismo:
poseen una densa red de capilares por debajo del epitelio que forma la superficie respiratoria.
Los anfibios poseen pulmones muy pequeños, ya que su intercambio gaseoso se basa fundamentalmente en su piel.
Los reptiles, aves y mamíferos, en cambio, poseen pulmones bien desarrollados. Incluso pueden encontrarse en
ciertos peces que habitan en aguas poco oxigenadas.
3. Respiración humana
3.1. Sistema respiratorio de los mamíferos
Se ubican en la cavidad torácica. Un sistema de conductos ramificados transporta aire a los pulmones: entra por las
fosas nasales y es filtrado (por pelos), calentado y humidificado (por irrigación sanguínea epitelial) en la cavidad nasal;
luego es conducido a la faringe, la laringe (reforzada con cartílago para evitar su colapso, y donde se produce la
fonación), la también reforzada tráquea, los dos bronquios (uno para cada pulmón) y sus ramificaciones, los
bronquíolos. El epitelio que reviste las ramas de este árbol está cubierto por cilios y moco, que atrapa el polvo y otras
partículas contaminantes y los desplazan hacia arriba donde es deglutido.
En el extremo, los bronquíolos terminan en un racimo de sacos aéreos denominados alvéolos donde se produce el
intercambio gaseoso (con una superficie respiratoria de unos 100 m² en humanos) ya que están rodeados de una red
de capilares.
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El oxígeno molecular es poco soluble en agua (y por lo tanto, en la sangre), lo que constituye en problema para los
animales que dependen del sistema circulatorio para su suministro. La mayor parte del oxígeno se transporta unido a
ciertas proteínas denominadas pigmentos respiratorios, que circulan en la sangre y aumentan unas 40 veces la
cantidad de oxígeno que puede transportar un mismo volumen de sangre, lo que disminuye notablemente el gasto
cardíaco.
Los artrópodos y moluscos utilizan hemocianina como pigmento, que posee átomos de cobre que se unen o desunen
a oxígeno según las condiciones, y le confieren un color azulado. En vertebrados y algunos invertebrados, el pigmento
utilizado es la hemoglobina, una proteína con cuatro subunidades, cada una con un grupo hemo que posee un átomo
de hierro central que se unirá reversiblemente a una molécula de oxígeno molecular.
La unión de una molécula de oxígeno a un hierro de una subunidad proteica, induce la unión a las otras, en un
fenómeno que se conoce como cooperatividad. Es esto lo que genera perfiles sigmoideos de la relación %O 2 en
hemoglobina vs. presión parcial de oxígeno, llamados curvas de disociación. Éstas poseen un intervalo de gran
pendiente, en el que una leve modificación de l presión parcial de oxígeno, determina que la hemoglobina capte o
libere una importante cantidad de oxígeno, y no es sorprendente que sea justo el intervalo hallado en los tejidos
corporales.
La conformación de la hemoglobina es sensible a varios factores. Uno de ellos es el pH, que cuando disminuye, hace
disminuir la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno según el efecto Bohr. La disminución del pH puede suceder por
la liberación de dióxido de carbono a la sangre, en la que sintetiza ácido carbónico, que se disociará en protones y
aniones bicarbonato. Estos pueden transportarse en la sangre hasta cierta concentración, y el resto se puede unir a la
hemoglobina. Al llegar a los pulmones, la difusión hacia los alvéolos altera el equilibrio y el bicarbonato pasará a
dióxido de carbono y se perderá por la difusión gaseosa.
Algunos animales que requieren gran cantidad de energía rápidamente utilizan una proteína denominada mioglobina,
similar estructuralmente a la hemoglobina para unir oxígeno de reserva, útil cuando la hemoglobina sea incapaz de
ceder la cantidad necesaria del mismo para sus actividades metabólicas. Esto sucede, por ejemplo, en animales
nadadores que permanecen un tiempo considerable sin salir a la superficie para respirar.
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Los leucocitos son un grupo de células cuya función la defensa del organismo contra las infecciones. Entre ellos
encontramos a los monocitos, neutrófilos, basófilos, eosinófilos y linfocitos, en cantidades relativas casi constantes.
2.3.2. Hematopoyesis
Los elementos celulares se desgastan y sustituyen constantemente. Los eritrocitos, leucocitos y las plaquetas
provienen de una fuente común: una población de células madre pluripotenciales del tejido hematopoyético,
fundamentalmente, la médula ósea.
La producción de eritrocitos se controla por retroalimentación negativa sensible a la cantidad de oxígeno que llega los
tejidos corporales a través de la sangre, de acuerdo a los niveles sanguíneos de la proteína renal eritropoyetina.
Las células madres pluripotenciales pueden generar otras células madre que tienen dos tipos de diferenciación:
pueden ser linfoides (de donde se especificarán en linfocitos) o mieloides (de donde se especificarán en cualquier otro
tipo de elemento celular).
3. Sistema linfático
Tanta sangre se desplaza por los capilares que la pérdida de líquido sería un problema gravísimo si no existiesen
mecanismos de recuperación del mismo. Igualmente, más allá que las paredes capilares no son muy permeables a
proteínas, éstas pueden atravesarla en baja proporción debido a la presión oncótica que generan, y en tiempos
considerables, esto representa una grave pérdida de las mismas del torrente sanguíneo.
El líquido y las proteínas que se pierden de la sangre vuelven a ella mediante el sistema linfático, ya que éste penetra
por difusión en capilares linfáticos, diminutos y entremezclados con los del sistema cardiovascular. En éstos, el líquido
se denomina linfa, y su composición se asemeja a la del líquido intersticial. El sistema linfático drena en el circulatorio
cerca de la unión de las venas cavas con la aurícula derecha. Los vasos linfáticos poseen válvulas que evitan el flujo
retrógrado hacia los capilares, al igual que las venas.
Además de éstos, el sistema linfático se compone de ganglios linfáticos, que filtran la sangre y atacan a los
microorganismos patógenos, ya que dentro de cada uno hay una red de tejido conectivo con espacios ocupados por
linfocitos especializados, listos para multiplicarse. De ahí que frente a una infección, los ganglios crezcan en tamaño y
generen dolor.
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El proceso de excreción comienza con la recolección del líquido corporal mediante la filtración a través de membranas
selectivamente permeables formadas por una monocapa de epitelio de transporte que retienen las células, proteínas y
otras moléculas grandes disueltas en ellos, generando lo que se denomina “filtrado”. La filtración no es selectiva, por lo
que se necesitan recuperar las moléculas esenciales pequeñas del filtrado. De ahí que el segundo paso es la
reabsorción selectiva de las mismas mediante transporte activo (para recuperar glucosa, sales, aminoácidos, etc). En
ciertos casos, ciertos productos de desecho o productos en alta concentración se agregan al filtrado mediante
secreción selectiva también por transporte activo. Recién en este punto puede excretarse.
2.2.2. Protonefridios
Es el sistema excretor de los platelmintos. Un protonefridio es una red de túbulos de extremo ciego que carecen de
aberturas internas. Se ramifican en todo el organismo y las ramas más pequeñas están cubiertas por una unidad
celular llamada célula flamígera que posee un mechón de cilios que se proyecta al interior del túbulo y lleva agua y
solutos desde el líquido intersticial al sistema tubular, cooperando en el movimiento de la orina hacia fuera para que se
vacíe en el ambiente externo a través de los nefridioporos. Los tubos absorben la mayoría de los solutos antes de que
la orina salga del organismo.
2.2.3. Metanefridios
Los metanefridios tienen aberturas internas que recogen los líquidos corporales. Se encuentran en los anélidos.
Poseen un poro interno denominado nefrostoma por el que ingresa el líquido y se mueve por el interior de un túbulo
espiralado donde se reabsorben las sustancias de interés. Incorpora una vejiga de almacenamiento.
2.2.4. Túbulos de Malpighi
Los túbulos de Malpighi se encuentran en insectos y otros artrópodos terrestres. Se abren al aparato digestivo y tienen
extremos ciegos sumergidos en la hemolinfa. El epitelio de transporte que reviste los túbulos secreta solutos (entre
ellos, los desechos nitrogenados) a la luz del túbulo, donde se reabsorbe el agua, y se eliminan como ácido úrico sólido
con las heces. Es muy efectivo en la conservación del agua.
2.2.5. Riñones
Están constituidos por túbulos organizados en un órgano compacto no segmentado. Una densa red de capilares
íntimamente asociada con los túbulos es integral de ellos.
3. Excreción en mamíferos
El sistema excretor de los animales se basa en los riñones, los que también actúan en el balance hídrico. Poseen un
par de ellos, en forma de guisante, y de unos diez centímetros de longitud, irrigados por la arteria renal y drenados por
la vena renal. El flujo sanguíneo a través de ellos es muy importante, lo que requiere un sistema de drenaje de filtrado
útil. Éste está compuesto por un conducto llamado uréter que drenan en una vejiga común para los dos. Ésta almacena
la orina hasta que es expulsada por un conducto denominado uretra.
Los riñones tienen dos regiones distintas: una corteza renal, externa, y una médula renal, interna. En ambas se
empaquetan túbulos excretores microscópicos y vasos sanguíneos asociados en unidades funcionales denominadas
nefronas. Una nefrona se compone de un único tubo alargado y un ovillo de capilares en el extremo denominado
glomérulo. El extremo ciego tiene una zona ensanchada con forma de copa conocida como cápsula de Bowman que
rodea el glomérulo.
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Se ocupa de la reabsorción de agua, y posee un epitelio impermeable a las sales y otros solutos pequeños. La
osmolaridad del líquido intersticial se hace cada vez mayor desde la corteza externa a la médula interna, para
promover el paso del agua a la luz del asa.
3.2.3. Rama ascendente del asa de Henle
Contrariamente, en la rama ascendente, el epitelio es permeable a las sales pero no al agua. Posee dos segmentos
especializados: el primero, más angosto, es donde el cloruro de sodio difundirá hacia el exterior del túbulo para
ingresar en el líquido intersticial, lo que incrementa la osmolaridad de la médula; el segundo, más grueso, se ocupa de
la eliminación de la sal por transporte activo.
3.2.4. Túbulo distal
Desempeña un papel fundamental en la regulación del potasio y la concentración de cloruro de sodio de los líquidos
corporales, ya que secreta el primero y reabsorbe el segundo. También regula el pH y reabsorbe bicarbonato.
3.2.5. Conducto colector
Transporta el filtrado a través de la médula hasta la pelvis renal y reabsorbe cloruro de sodio por transporte activo. Es
el último regulador de su concentración en el producto final.
Su permeabilidad está en íntimo control hormonal, que modifica su solubilidad al agua (es permeable). Por otra parte,
no es permeable a las sales, y se hace más permeable a la urea a medida que nos acercamos a su desembocadura.
Por lo tanto, a medida que el filtrado lo atraviesa, se hace más concentrado debido a la pérdida de agua hacia la
médula hiperosmótica. La urea también saldrá del filtrado en el último sector del conducto.
3.3. Gradiente de solutos y conservación del agua
El funcionamiento del riñón permite producir orina hasta 25 veces más concentrada que los líquidos corporales. Esto
sucede por el gradiente osmótico renal que se encarga de concentrar la orina, y la energía gastada en el transporte
activo.
El cloruro de sodio y la urea son los encargados de aumentar la osmolaridad en la médula renal, generando un
gradiente creciente hacia el interior. De hecho, la osmolaridad del líquido intersticial en la corteza (a la altura de los
túbulos proximales y distales) es de 300 mosm/L, mientras que en la médula interna, es de 1200 mosm/L. A medida
que el filtrado circula por el asa de Henle, sólo pierde agua, ya que más allá que se concentra en la rama descendente,
se diluye en la ascendente, por pérdida de sales.
Es recién el conducto colector el que regula la concentración final de la orina, ya que la orina sale isoosmótica con la
región interna del riñón (1200 mosm/L) pero hiperosmótica con respecto a cualquier otro líquido del organismo. De esta
manera, se recupera en un gran porcentaje el agua filtrada.
30
Todos los animales, a excepción de las esponjas, tienen algún tipo de sistema nervioso con diferentes organizaciones.
Todos están compuestos por neuronas, pero es la organización y la disposición de las mismas, lo que determina el
desarrollo del sistema nervioso hasta su mayor expresión evolutiva.
Las hidras poseen redes nerviosas difusas y controlan la contracción y expansión de la cavidad gastrovascular. Los
animales más complejos contienen nervios, haces de extensiones neuronales fibrosas, ya que les permite regular
movimientos más complejos y sensibles. El próximo paso evolutivo fue la cefalización, es decir, la ubicación de centros
neuronales en el extremo frontal del organismo. Esto identificó un sistema nervioso central (SNC) constituido por el
encéfalo y algunos cordones nerviosos longitudinales, y el sistema nervioso periférico (SNP) que lo conecta al resto del
cuerpo por nervios. Ciertos animales poseen más de un encéfalo, siendo estos más pequeños y agrupados, y llamados
ganglios.
1.1. Neuronas
Todo sistema nervioso animal está formado por células nerviosas o neuronas. De acuerdo a su función, existen tres
tipos de neuronas:
(a) Las neuronas sensitivas transmiten información desde los sensores que detectan estímulos externos y condiciones
internas.
(b) Las interneuronas integran, analizan e interpretan las aferencias sensitivas y tienen en cuenta el contexto presente
y pasado. Sus circuitos son extremadamente complejos y la base del funcionamiento del sistema.
(c) Las neuronas motoras se comunican con las células efectoras para generar una respuesta.
La capacidad de transmitir información de una neurona depende notablemente de su forma.
2. El potencial de reposo
Todas las células poseen una diferencia de potencial eléctrico a través de su membrana plasmática, o potencial de
membrana, que se encuentra en un nivel de entre -60 y -80 mV, por lo que el interior es negativo en relación con el
exterior. Este potencial se denomina fisiológicamente potencial de reposo y depende de los gradientes iónicos que
existen a través de la membrana plasmática: una mayor concentración de potasio y aniones intracelulares frente a una
mayor concentración de sodio y cloruros en el líquido extracelular.
2.1. Canales iónicos y potencial de reposo
Los gradientes iónicos y el potencial de reposo se generan por el funcionamiento o de ciertos canales iónicos que
regulan la entrada y la salida de iones al interior celular. Existen bombas de sodio-potasio que funcionan en el
mantenimiento de la concentración interna de estos cationes en el estado de reposo.
Podemos imaginar a la membrana celular como una membrana impermeable a los aniones intracelulares, pero
permeable a un catión, por ejemplo, potasio. Si agregamos una concentración determinada de potasio en el interior
celular, éste tenderá a atravesar la membrana hacia el exterior de la célula por simple potencial químico. Sin embargo,
los aniones intracelulares ejercerán una atracción electrostática, y generarán un potencial eléctrico opuesto al químico.
En determinado punto, se encontrará un equilibrio de movilidad del potasio, denominado equilibrio electroquímico en el
cual se generará un potencial eléctrico fijo entre el exterior y el interior de la célula. Éste puede calcularse por la
ecuación de Nernst, si se conocen las actividades iónicas en el interior y el exterior celular.
En las células, existen dos procesos similares al anteriormente descrito pero opuestos: el potencial debido al potasio, y
el potencial debido al sodio (más concentrado en el exterior). De este modo, habrá una corriente de iones potasio hacia
el exterior y una de iones sodio hacia el interior que se equilibrarán generando un potencial de reposo determinado.
El potencial de reposo real de una célula es de -70 mV, más cercano al del sistema del potasio (-92 mV) que al del
sodio (62 mV), ya que la membrana es más permeable al sodio que al potasio. Sin embargo, si existe alguna causa
que modifique la permeabilidad de la misma frente al sodio, el potencial variará. Es ésta la base de los procesos de
conducción eléctrica en la neurona.
2.2. Canales iónicos regulados
El potencial de reposo se debe a la difusión de potasio y sodio por canales iónicos abiertos: los no regulados. Las
neuronas también poseen canales iónicos regulados, que se abren o cierran en respuesta a estímulos: estiramiento,
unión a ligandos (útiles en la sinapsis) y voltaje. Son éstos últimos los necesarios en la transmisión nerviosa.
3. Transmisión nerviosa
3.1. Potenciales graduados
Se denominan potenciales graduados a los cambios en el potencial de membrana que varían de acuerdo a un
estímulo y cuya magnitud depende de la magnitud del mismo. Son la hiperpolarización y la despolarización.
Se denomina hiperpolarización al aumento de la magnitud del potencial de membrana debido a la apertura de los
canales regulados de potasio, lo que determina que el potencial se aproxime más al potencial de reposo del mismo.
Otros estímulos desencadenan una despolarización, es decir, una reducción de la magnitud del potencial de
membrana debido a la apertura de los canales de sodio regulados, lo que aumenta la permeabilidad de la membrana a
él y hace que el potencial se aproxime más a su potencial de reposo.
3.2. Potenciales de acción
En la mayoría de las neuronas, las despolarizaciones son graduadas hasta cierto voltaje de membrana, denominado
umbral. Un estímulo suficientemente fuerte como para producir una despolarización que alcanza este umbral,
desencadena una respuesta denomina potencial de acción cuya magnitud es independiente de la fuerza del estímulo
desencadenante, y pueden recorrer largas distancias por los axones en muy corto tiempo. Su corta duración permite
que puedan ser producidos en alta frecuencia, y es ésta la que codifica la información.
3.2.1. Potenciales de acción y canales regulados
31
Tanto los canales regulados de sodio como los de potasio participa E
n en la producción de un potencial de acción, ya que ambos se abren por la 3 t
despolarización de la membrana, pero responden de forma independiente y
secuencial: primero se abrirán los de sodio y luego los de potasio. 4
Cada canal de sodio posee dos puertas, una de activación y una de inactivación, y Eumb
ambas deben estar abiertas para que el sodio se difunda por ellos. El potencial de
acción consta de cinco fases, esquematizadas en la figura 1, y explicadas en la tabla 1 2 1
Erep
siguiente. 5
Figura 1
Canales de
Fase Canales de sodio Estado celular
potasio
Puerta de activación cerrada. Concentración de sodio y potasio
1 – Estado de reposo Cerrados
Puerta de inactivación abierta. estable
Puerta de activación parcialmente
Abriéndose Ingreso de sodio a la célula. Potasio
2 – Despolarización abierta. Puerta de inactivación
lentamente estable
cerrándose lentamente.
Puerta de activación totalmente
3 – Fase creciente del Abriéndose Ingreso abrupto de sodio a la célula.
abierta. Puerta de inactivación
potencial de acción lentamente Potasio estable
cerrándose.
Puerta de activación totalmente Salida abrupta de potasio de la
4 – Fase decreciente del
abierta. Puerta de inactivación Abiertos célula. Tendencia a alcanzar el
potencial de acción
cerrada. potencial de reposo del potasio.
Puerta de activación cerrada.
Cerrándose Concentración elevada de potasio
5 – Hiperpolarización Puerta de inactivación abriéndose
lentamente intracelular. Sodio estable.
lentamente.
Nótese que si se desarrolla un segundo estímulo despolarizante durante la fase de caída y la primera fase de la
hiperpolarización, este no podrá desencadenar un potencial de acción debido al cierre de las puertas de inactivación de
los canales de sodio. Este tiempo de inactivación entre dos estímulos que pueden causar un potencial de acción se
denomina periodo refractario.
3.2.2. Conducción
Para que un potencial de acción funcione como una señal de larga distancia, debe viajar sin disminuir desde el soma
hasta las terminaciones sinápticas. Esto lo hace regenerándose en el axón.
El potencial de acción se inicial en el cono axónico. La entrada de sodio en la fase de crecimiento, genera una
corriente eléctrica que despolariza la región vecina de la membrana axónica, que es suficientemente grande como para
alcanzar el umbral, y el potencial de acción se reinicia allí, ingresa sodio, y vuelve a suceder. Esto genera una zona
viajera de despolarización por sodio.
Posterior a ésta, se mueve una zona de repolarización debida a la salida de potasio, donde las puertas de activación
de los canales de sodio siguen cerradas. Por tanto, la corriente de despolarización de la membrana axónica se da
hacia delante y no puede volver, lo que impide la vuelta al soma.
4. Sinapsis
Cuando un potencial de acción alcanza la terminación de un axón se detiene. Sin embargo, la información que porta
debe transmitirse a otras células (neuronas, o células efectoras) y esto se produce por sinapsis. Existen sinapsis
eléctricas por las que la corriente eléctrica fluye hacia la célula postsináptica debido a uniones comunicantes, y es el
método más rápido para la comunicación, utilizado en animales de respuesta rápida. Existen también sinapsis
químicas, que implican la liberación de un neurotransmisor químico por la neurona presináptica (que lo sintetiza y
empaqueta en vesículas sinápticas que se almacenan en las terminaciones sinápticas) a la hendidura sináptica (una
brecha estrecha entre ambas neuronas), y generará una nueva señal en la célula postsináptica.
4.1. Sinapsis química en detalle
La sinapsis química es la más utilizada en organismos complejos evolutivamente, porque permite la adaptación
respuesta-estímulo con el tiempo, lo que es un pilar fundamental en el aprendizaje y la memoria. El funcionamiento de
la sinapsis química deriva de la acción del calcio. Cuando un potencial de acción alcanza una terminación sináptica,
32
despolariza la membrana de la terminación y abre los canales de calcio regulados por voltaje de la membrana. Los
iones calcio se difunden por la terminación sináptica y permite la fusión de algunas vesículas sinápticas a la membrana,
para liberar el neurotransmisor por exocitosis. El efecto de éste sobre la célula postsináptica puede ser directo o
indirecto.
4.1.1. Transmisión sináptica directa
En algunos casos, los canales iónicos regulados por ligando se agrupan en la membrana de la célula postsináptica y
poseen la capacidad de fijar química y reversiblemente al neurotransmisor. La unión de éste a un receptor específico
(receptor ionotrópico), abre el canal y permite la difusión hacia el interior de la célula postsináptica, lo que genera un
potencial postsináptico capaz de inducir respuestas.
En algunas ocasiones, el potencial postsináptico es excitatorio (PPSE), ya que consta de una despolarización (por
ejemplo, por ingreso de sodio), mientras otros son inhibitorios (PPSI), ya que constan de una hiperpolarización (por
ejemplo, por ingreso de potasio o cloruros).
Los potenciales postsinápticos son graduados, su magnitud varía de acuerdo a la cantidad de neurotransmisor
liberado, o la cantidad de electrolito que ingresa en la célula postsináptica. Por otra parte, cuando ésta es una neurona,
no tienen una gran capacidad de transmisión por las dendritas, lo que los convierte en demasiado débiles como para
desencadenar un potencial de acción. Sin embargo, se han desarrollado dos métodos para permitir que los potenciales
postsinápticos generen potenciales de acción:
(a) Suma temporal, cuando un PPSE comienza antes de que la célula regrese al potencial de reposo luego de un
PPSE previo.
(b) Suma espacial, cuando varios PPSE se dan sobre la misma neurona, en distintas dendritas.
Lo mismo ocurre con los PPSI, por lo que existe una notable regulación de las aferencias excitatorias e inhibitorias,
que se integran para generar una respuesta adecuada y multifactorial. El centro integrador en la neurona es el cono
axónico, donde el potencial de membrana representa la suma de todos los PPSE y PPSI detectados por las dendritas.
4.1.2. Transmisión sináptica indirecta
Sucede cuando un neurotransmisor se une a un receptor (metabotrópico) que activa una vía de transducción de
señales que comprende un segundo mensajero. Esto es más lento pero más duradero (hasta varios minutos), debido a
la amplificación de la señal en el proceso.
4.2. Neurotransmisores
Un neurotransmisor es una sustancia química que generan respuestas específicas al unirse a sus receptores. De
hecho, algunos tienen docenas de receptores diferentes que pueden producir efectos distintos. Es importante su
degradación luego de su acción, para evitar una hiperpolarización o una polarización continua (se degrada, reabsorbe
o difunde)
4.2.1. Acetilcolina
Es uno de los más comunes, funcionando como excitatoria o inhibitoria de acuerdo al tipo de receptor con el que
interacciona. Es de notable importancia en la neurotransmisión entre neuronas motoras y células musculares tanto
esqueléticas como cardíacas. Se degrada o reabsorbe luego de ser liberada a la hendidura sináptica. La nicotina es
similar y compite con sus sitios de unión.
4.2.2. Aminas biológicas
Son derivadas de aminoácidos, principalmente de tirosina o triptófano. Entre ellas se encuentran las catecolaminas
(adrenalina, noradrenalina y dopamina) útiles en el SNC y el SNP autónomo. También hallamos a la inhibitoria
serotonina, que junto a la dopamina (excitatoria), afectan al sueño, al estado de ánimo, a la atención y al aprendizaje, y
son el centro de ciertos trastornos nervioso importantes (como Parkinson). Sustancias que se unan a sus receptores
son una fuente fuerte de alucinaciones.
4.2.3. Aminoácidos y péptidos
Entre los primeros, encontramos al ácido gamma aminobutírico (GABA), la glicina, el glutamato y el aspartato, los
primeros dos fuertemente inhibitorios, y los otros dos excitatorios.
También se encuentran péptidos, como la sustancia P (excitatoria) o las metaencefalinas (inhibitorias), un tipo de
endorfina que funciona como analgésicos.
4.2.4. Gases
Los principales son el óxido nítrico (NO) y el monóxido de carbono (CO), que funcionan como reguladores locales. No
se almacenan en vesículas, sino que sintetizan a demanda, difundiendo hacia las células diana. El NO interviene en la
irrigación sanguínea del tejido eréctil del pene, mientras que el CO en la regulación de hormonas hipotalámicas y en la
regulación del músculo liso intestinal.
33
Los axones en el interior del SNC se encuentran en haces cuyas vainas de mielina les proporcionan un aspecto
blancuzco, y se denomina sustancia blanca, que se diferencia de la sustancia gris, externa y formada por dendritas,
somas y axones amielínicos.
5.2. SNP
Transmite información hacia y desde el SN, regulando el movimiento y el medio interno. Consiste en pares de nervios
craneales (12) y espinales (31), los primeros se originan en el cerebro y terminan en los órganos de la cabeza y la
parte superior del cuerpo. Los espinales o raquídeos se originan en la médula y se extienden hacia el resto del cuerpo.
5.2.1. SNP somático
Transmite señales hacia los músculos esqueléticos y desde ellos, en respuesta a estímulos externos. Se considera
voluntario, pero gran parte de la actividad muscular esquelética se controla por los reflejos mediados por la médula
espinal o el tronco encefálico.
5.2.2. SNP autónomo
Regula el medio interno, ya que controla los músculos liso y cardíaco, y los órganos involuntarios de los sistemas
digestivo, cardiovascular, etc.
Posee tres divisiones:
(a) La división simpática corresponde a la generación de energía y al despertar. Por ejemplo, la degradación de
glucógeno o la secreción de adrenalina.
(b) La división parasimpática corresponde a la generación de respuestas opuestas, que promueven la calma y el
retorno a las funciones de automantenimiento. Por ejemplo, disminuye la frecuencia cardíaca.
(c) La división entérica consiste en redes de neuronas en el tracto digestivo y sus glándulas accesorias que controlan
las secreciones de éstos y la actividad de los músculos lisos. Está regulada por las otras dos divisiones, pero puede
funcionar autónomamente.
La interrelación entre estas divisiones mantiene la homeostasis.
5.3. Corteza cerebral
El cerebro está dividido en dos hemisferios que se componen de una cubierta externa de sustancia gris (la corteza
cerebral), la sustancia blanca interna y varios grupos de neuronas denominados núcleos basales más profundos Se
suelen describir cuatro lóbulos en cada lado de la corteza cerebral: frontal, temporal, occipital y parietal. Cada uno
posee áreas funcionales, que incluyen áreas sensitivas primarias (que procesan información sensitiva) y las áreas de
asociación (que integran la información).
Durante la evolución de los mamíferos, se ve un aumento en el tamaño de la neocorteza (la parte más externa de la
corteza) debido fundamentalmente a la expansión de las áreas de asociación y hacen posible un comportamiento un
aprendizaje más complejo.
2. Receptores sensitivos
Un potencial de acción desencadenado por la luz que llega al ojo es igual al desencadenado por el aire que vibra en el
oído. La capacidad para distinguir cualquier tipo de estímulo depende de la parte del encéfalo que recibe los
potenciales de acción. Se denomina sensación a todo potencial de acción que alcanza el cerebro a través de neuronas
sensitivas. Una vez que el cerebro está consciente de éstas, las interpreta y genera la percepción de los estímulos, que
son construcciones formadas en el cerebro y no existen fuera de él.
Las sensaciones y las percepciones comienzan con la recepción sensitiva, la detección del estímulo por los receptores
sensitivos, mayormente neuronas o células epiteliales especializadas que existen aisladas o en grupos en algún
órgano sensorial. Los receptores sensitivos pueden ser exteroceptores o interoceptores según si los estímulos que
detectan provienen del exterior o del interior del organismo.
2.1. Funciones
Todos los estímulos representan formas de energía. La sensación representa su transformación en un cambio en el
potencial de membrana de los receptores sensitivos, lo que produce un cambio en la frecuencia de los potenciales de
acción transmitidos al sistema nervioso central. En este proceso, los receptores desempeñan cuatro funciones:
transducción, amplificación, transmisión e integración.
2.1.1. Transducción sensitiva
Es la conversión de la energía del estímulo en un cambio en el potencial de membrana (o potencial del receptor) de un
receptor sensitivo. Todo potencial del receptor es un potencial graduado, y resultado de la apertura o del cierre de los
canales iónicos de la membrana plasmática.
Es asombrosa la sensibilidad de la detección de muchos receptores sensitivos, que incluso pueden detectar la unidad
física del estímulo más pequeña posible. Esta sensibilidad cambia con las condiciones.
2.1.2. Amplificación
34
Es la intensificación de la energía del estímulo por las células de la vía sensitiva. Parte se desarrolla en los receptores,
y las vías de transducción de señales. También puede tener lugar en las estructuras accesorias de un órgano sensorial
complejo.
2.1.3. Transmisión
Algunos receptores sensitivos son neuronas que pueden producir potenciales de acción y tienen un axón que se
extiende en el SNC. Otros, carecen de axón y no pueden generar potenciales de acción solos, sino que liberan
neurotransmisores en las sinapsis con neuronas sensitivas.
La magnitud del potencial de un receptor afecta a la frecuencia de potenciales de acción que viajan como sensaciones
hasta el SNC.
2.1.4. Integración
Es el procesamiento de la información recibida, mediante la suma de estímulos o la adaptación sensitiva (disminución
de la capacidad de respuesta durante la estimulación continua). La velocidad de adaptación varía, aunque es un
proceso notablemente necesario ya que selecciona la información que llegará al SNC. No existe adaptación de los
receptores de dolor y equilibrio.
2.2. Tipos
En función de la energía que transducen, los receptores sensitivos pertenecen a cinco categorías.
2.2.1. Mecanorreceptores
Detectan la deformación física causada por estímulos como la presión, el tacto, el estiramiento, el movimiento y el
sonido (energía mecánica). La distorsión o el estiramiento de la membrana plasmática de un mecanorreceptor
aumentan su permeabilidad a los iones sodio o potasio, por lo que se mueve su potencial y permite generar impulsos
eléctricos.
Existen notables receptores mecánicos en la piel, ya sea en sus capas superiores (tacto fino por los Corpúsculos de
Meissner) o profundas (presión). También encontramos en ella a los receptores de tacto (para objetos que continúan en
contacto con la piel) o neuronas del folículo piloso. Los receptores para la presión se denominan Corpúsculos de
Paccini.
Otro ejemplo notable de mecanorrecepción es el de posición y estiramiento de los músculos, que informan sobre la
posición de los miembros y las tensiones ejercidas. Se activan por estiramiento y envían información al SNC para
coordinar los movimientos. Los receptores de estiramiento del músculo esquelético se llaman husos musculares,
mientras que en los tendones y ligamentos, encontramos a los órganos tendinosos de Golgi. Éstos están involucrados
en mecanismos reflejo con la médula espinal.
Por último, la audición también depende de la mecanorrecepción, ya que traducen las ondas de presión causadas por
el sonido sobre un medio líquido, mediante el órgano de Corti.
2.2.2. Quimiorreceptores
Son receptores generales que transmiten información sobre la concentración total de soluto de una solución, siendo
específicos a determinados tipos de moléculas. Son responsables del monitoreo de los niveles de ciertas sustancias en
sangre y otros fluidos corporales.
La olfación también es un tipo de quimiorrecepción, cuyos sensores son neuronas incluidas en una capa de células
epiteliales en la parte superior de la cavidad nasal, cuyos axones se proyectan hacia el encéfalo y sus dendritas
terminan en cilios olfatorios en la superficie. Las moléculas del ambiente se unirán a los receptores de éstas cilias,
activarán una proteína G y causará un aumento de un segundo mensajero en la célula sensorial, que producirá, al fin y
al cabo, la apertura de los canales de sodio para despolarizar a la célula.
La gustación, otro tipo de quimiorrecepción, depende de un grupo de células sensoriales llamadas yemas gustativas,
que se agrupan en estructuras más grandes, denominadas papilas. La superficie externa de las papilas posee un poro
que expone las puntas de las células sensoriales, y serán éstas las que se unirán a la molécula diana. Las células
sensoriales no son neuronas, pero liberan neurotransmisores que actúan sobre las neuronas situadas en el otro polo
de las papilas y conducen el potencial hasta el SNC.
35
Todas estas estructuras se disponen en forma de árbol con una gran cantidad de fotorreceptores y una baja cantidad
de células ganglionares, para facilitar la tarea de integrar y transmitir información.
2.2.4. Termorreceptores
Responden a la temperatura y ayudan a regular la temperatura corporal tanto superficial como interna. La mayoría se
organizan como dendritas encapsuladas y ramificadas, o en ciertos casos como dendritas desnudas en ciertas
neuronas sensitivas.
2.2.5. Nocirreceptores
Son receptores del dolor, y forman una clase de dendritas desnudas en la epidermis o en otros órganos. Es una
sensación importante porque produce una reacción de defensa, ya sea inmediata como mediata. Muchos grupos de
nocirreceptores responden a excesos de calor, presión o sustancias químicas liberadas por tejidos dañados o
inflamados (como la histamina o los ácidos).
Las prostaglandinas aumentan el dolor al sensibilizar a los receptores disminuyendo su umbral. El ácido acetilsalicílico
(aspirina) y el ibuprofeno reducen el dolor inhibiendo la síntesis de prostaglandinas.
2. Hipotálamo e hipófisis
2.1. Generalidades
Son dos órganos pequeños que juegan un papel integrador del sistema endocrino en los animales. El hipotálamo
desempeña un papel fundamental en la conexión endocrina-nerviosa de los vertebrados. Es una región del cerebro
inferior que recibe información de nervios de todo el cuerpo y de otras partes del encéfalo, e inicia las señales
endocrinas apropiadas a las condiciones del medio. Contiene dos conjuntos de células neurosecretoras cuyas
secreciones hormonales se almacenan dentro de la hipófisis o regulan su actividad.
La hipófisis es un órgano del tamaño de un guisante localizado en la base del hipotálamo. Posee una parte anterior y
otra posterior, que se desarrollaron en regiones distintas del embrión y desempeñan funciones diferentes.
La hipófisis posterior (o neurohipófisis) es una extensión del hipotálamo que crece hacia abajo. Almacena y secreta
dos hormonas sintetizadas por el hipotálamo y conducidas hacia ella por axones.
La hipófisis anterior (o adenohipófisis) se desarrolla a partir de un pliegue de tejido en el paladar de la boca
embrionaria, creciendo hacia arriba y pierde su conexión con la boca. Está formada por células endocrinas que
sintetizan y secretan a la sangre al menos seis hormonas distintas. Muchas, tienen a otras hormonas como diana,
llamándose hormonas tróficas, particularmente importantes en la coordinación de la actividad endocrina. Otras, las
hormonas no tróficas, actúan sobre órganos diana, y no sobre hormonas.
Es la hipófisis anterior la regulada por el hipotálamo, pudiendo ser excitada para la liberación de sus hormonas (por las
hormonas liberadoras hipotalámicas) o inhibida (por las hormonas inhibitorias). La comunicación entre el hipotálamo y
la hipófisis anterior se da por vasos porta, capilares sanguíneos directos entre ellos.
2.2. Hormonas del hipotálamo
El hipotálamo sintetiza hormonas reguladoras de la actividad hipofisiaria. Por ejemplo, la hormona liberadora de
tirotrofina (HLT), la hormona liberadora de gonadotrofina (HLG), la hormona inhibitoria de prolactina (HIP), etc. La única
que posee un nombre especial es la somatostatina que inhibe la liberación de hormona de crecimiento y tirotrofina.
2.3. Hormonas de la neurohipófisis
(a) La hormona antidiurética (ADH) actúa sobre los riñones, incrementando la retención de agua y disminuyendo el
volumen de orina.
(b) La oxitocina, induce a la contracción de los músculos uterinos durante el parto, y la secreción de leche durante la
lactancia.
2.4. Hormonas de la adenohipófisis
2.4.1. Hormonas tróficas
36
(a) La hormona folículoestimulante (FSH) es una gonadotrofina (estimula la actividad de las gónadas) que regula la
actividad sexual.
(b) La hormona luteinizante (LH) también es una gonadotrofina que regula el crecimiento del cuerpo lúteo
(c) La tirotrofina (TSH) es una glicoproteína que promueve el desarrollo normal de la glándula tiroides y la producción
de sus hormonas.
(d) La adrenocorticotrofina (ACTH) es una hormona peptídica que estimula la producción y secreción de hormonas
esteroides desde la corteza suprarrenal.
2.4.2. Hormonas no tróficas
(a) La prolactina (PRL) produce una gran variedad de efectos, como el crecimiento de mamas, síntesis de leche,
regulación del metabolismo de las grasas y de la reproducción en aves, retraso de la metamorfosis en anfibios, etc.
(b) La hormona estimulante de melanocitos (MSH) regula la actividad de las células pigmentadas, e inhibe el hambre.
(c) La β-endorfina disminuye la percepción dolorosa.
2.4.3. Hormonas tróficas y no tróficas
La hormona de crecimiento (GH) actúa sobre una gran cantidad de tejidos y tiene efectos tróficos y no tróficos. Entre
los primeros encontramos al envío de señales al hígado para la liberación de factores de crecimiento similares a la
insulina (IGF) que se mueven por el torrente sanguíneo y estimulan el crecimiento óseo y cartilaginoso. Es la causante
del gigantismo, la acromegalia (enfermedad dada en la adultez con un sobrecrecimiento del hueso en ciertos tejidos
diana), el enanismo hipofisiario, etc.
2.5. Regulación
Por lo general, el mecanismo de regulación del hipotálamo y la hipófisis es la retroalimentación negativa, es decir, las
hormonas generadas por las glándulas diana de su cadena trófica tienen un control negativo sobre la acción de ellos.
De hecho, la propia hormona trófica hipofisiaria tiene un control negativo sobre el hipotálamo.
3. Hormonas no hipofisiarias
A continuación se presentan las principales hormonas organizadas según las glándulas que las producen.
3.1. Tiroides
Se compone de dos lóbulos localizados en la cara ventral de la tráquea, aunque en otros animales puede estar
localizada a ambos lados de la faringe.
Produce dos hormonas derivadas de la tirosina: la triiodotironina (T3) y la tetrayodotironina (T4). En mamíferos, la
tiroides se especializa en secretar T4 y son las células diana las que la convierten en T3. Ésta es más útil para la célula
ya que tiene más afinidad por los receptores.
Desempeñan un importante papel en el desarrollo y la maduración de los vertebrados, desde el funcionamiento de
células formadoras de hueso hasta la metamorfosis en los anfibios. También lo es en el desarrollo humano, generando
cretinismo sin funciona mal en edades tempranas. Aumenta el metabolismo de hidratos de carbono a costa del de
grasa.
También tiene funciones homeostáticas, ya que ayudan a mantener la presión normal, la frecuencia cardíaca, el tono
muscular, la digestión y las funciones reproductivas. Tanto la T 3 como la T4 incrementan la tasa de consumo de oxígeno
en el metabolismo celular, por lo que su defecto o exceso pueden provocar enfermedades metabólicas graves:
hipertiroidismo (con alta temperatura corporal, sudoración profusa, pérdida de peso, irritabilidad y elevación de la
presión arterial) o hipotiroidismo (con síntomas opuestos).
Una deficiencia de yodo en la diete puede producir bocio, un agrandamiento de la glándula tiroides, por acumulación
de TSH debido a la incapacidad de regulación negativa contra el hipotálamo y la hipófisis.
La tiroides también sintetiza calcitonina, participante en la homeostasis del calcio.
3.2. Paratiroides
Son cuatro pequeñas estructuras incluidas en la superficie de la tiroides. Secretan la hormona paratiroidea (PTH) que
participa en el control homeostático de la calcemia junto con la calcitonina. Si la concentración de calcio baja, los
músculos esqueléticos comienzan a contraerse convulsivamente (tetania), produciendo la muerte.
La PTH y la calcitonina poseen acciones opuestas: la PTH eleva el nivel de calcemia mediante la descomposición de
hueso por los osteoclastos y la reabsorción de calcio a través de los túbulos renales además de promover la
conversión de la vitamina D a su forma hormonal activa (su forma inactiva se obtiene de los alimentos o se sintetiza por
exposición al sol) para que se absorba más calcio de los alimentos. Por otra parte, la calcitonina disminuye el nivel de
calcio en sangre, ejerciendo efectos inversos a los de la PTH. En cualquier caso, se pretende llegar a una
concentración de calcio en sangre de 10 ppm.
3.3. Páncreas
El páncreas es una glándula tanto exócrina (de bicarbonatos y enzimas digestivas) como endócrina. Las células
endocrinas que lo conforman se agrupan en islotes de Langerhans dispersos en el tejido exocrino del páncreas. Cada
uno posee una población de células α que producen glucagón, y una de células β que producen insulina. Además, se
encuentran ciertas células γ que producen insulina y somatostatina.
La insulina y el glucagón son hormonas proteicas que regulan la concentración de azúcar en sangre, importante en el
metabolismo energético y biosintético. El equilibrio metabólico depende del mantenimiento de la glucemia en 0,9
mg/mL.
Si la glucemia aumenta, se libera insulina que estimula casi todas las células (excepto las cerebrales) para que capten
glucosa desde la sangre, y estimula la generación de glucógeno hepático, además de inhibir los procesos
gluconeogénicos. El glucagón comienza a funcionar incluso antes de que haya un exceso de glucosa en sangre, para
iniciar la degradación de glucógeno y reanudar la gluconeogénesis.
3.3.1. La diabetes mellitus
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La diabetes mellitus es una enfermedad endocrina debida a una deficiencia de insulina o a una respuesta disminuida a
la misma en los tejidos diana. La glucosa sanguínea elevada excede la capacidad de los riñones, y provoca la
excreción de la misma en la orina, lo que genera una mayor liberación de agua, por lo que aumenta la sed. Las grasas
se convierten en el principal combustible y los productos ácidos que se forman en su degradación generan acidosis,
mortal.
Puede ser de dos tipos: (a) La de tipo I es una enfermedad autoinmunitaria en la que el sistema inmunitario destruya
las células β, por lo que se debe dar una dosis diaria de insulina, (b) La de tipo II es una deficiencia de insulina o una
respuesta reducida a la misma, debida a algún cambio en los receptores de la misma. Puede ser hereditaria, aunque
también influyen factores de comportamiento (sedentarismo y sobrepeso).
3.4. Glándulas suprarrenales
Están adyacentes a los riñones, y constituidas por dos glándulas de diferentes tipos, funciones y orígenes: la corteza
suprarrenal externa y la médula adrenal interna. Otros vertebrados disponen de las mismas en otra ubicación.
3.4.1. Médula adrenal
Genera dos hormonas: la adrenalina y la noradrenalina, dos catecolaminas (derivadas de la tirosina) que funcionan
como neurotransmisores y se liberan en situaciones de estrés positivo (adrenalina) o negativo (noradrenalina).
Proporcionan un gran estímulo bioenergético, ya que estimulan la degradación de glucógeno, promueven la liberación
de glucosa por las células hepáticas, y estimulan la liberación de grasas. También incrementan la tasa y el volumen
sistólico, dilatan los bronquiolos (para mayor aporte de oxígeno), contraen músculos lisos para aumentar la irrigación
de sangre al corazón, los músculos esqueléticos y el cerebro.
3.4.2. Corteza suprarrenal
También funcionan en la respuesta al estrés, pero responden a señales endocrinas y no nerviosas. La ACTH inducirá
la síntesis y secreción de corticoesteroides, esteroides modificados.
Los glucocorticoides afectan al metabolismo de la glucosa, aumentando notablemente las tasas de gluconeogénesis
desde grasas y proteínas. El más común es el cortisol, que también actúa como inmunosupresor y antiinflamatorio.
Los mineralocorticoides actúan sobre el equilibrio hídrico. La aldosterona, por ejemplo, estimula la reabsorción de
agua y sodio, elevando la presión arterial y el volumen sanguíneo.
Los esteroides sexuales se liberan en menor cantidad y se sintetizan a partir de colesterol. Intervienen en funciones
desconocidas, aunque se sabe que pueden estar relacionados al placer sexual.
3.5. Gónadas
Las gónadas (ovarios y testículos) producen los mismos esteroides sexuales que la corteza suprarrenal: andrógenos,
estrógenos y progestinas, encontrándose en todos los organismos pero en distintas proporciones en machos y
hembras.
Los testículos producen mayoritariamente andrógenos (el principal es la testosterona) que estimulan el desarrollo y el
mantenimiento del sistema reproductor masculino, induce el desarrollo masculino embrionario y en la pubertad, dando
las características sexuales primarias y secundarias. Son consumidos como suplementos dietarios para aumentar la
masa muscular, pero son más riesgosos que efectivos.
Los ovarios producen estrógenos (el principal es el estradiol) que son responsables del mantenimiento del sistema
reproductor femenino y del desarrollo de las características sexuales femeninas.
Las progestinas (la principal es la progesterona) actúan en la preparación y el mantenimiento del útero que sustenta el
crecimiento y desarrollo embrionario.
3.6. Glándula pineal
Es una pequeña masa de tejido, vecina al centro del cerebro de los mamíferos, que sintetiza y secreta la hormona
melatonina, un aminoácido modificado, y que puede estar controlada por su sensibilidad a la luz que llega a los ojos.
La melatonina regula las funciones relacionadas con la luz y las estaciones, marcadas por cambios en la duración del
día. Además afecta a la pigmentación de la piel y a los ciclos reproductivos.
2. Mecanismos de la transducción
Los mecanismos de la transducción afectan a la respuesta que la célula blanco genera frente a una señal.
2.1. Transducción de señales a través de receptores intracelulares
2.1.1. Gases
Algunos gases disueltos pueden disolverse y ser lo suficientemente hidrofóbicos para atravesar la membrana
plasmática de la célula diana. Una vez en su interior, regulan directamente la actividad de una proteína intracelular.
El ejemplo más importante es el óxido nítrico (NO) que actúa como una molécula señal tanto en animales como en
plantas. La acetilcolina actúa indirectamente induciendo a las células endoteliales vecinas a un músculo liso a liberar
NO, el cual será la señal que hará que las fibras musculares lisas se relajen.
39
El NO se sintetiza mediante la reacción de desaminación de la arginina por la NO sintasa, generalmente luego de una
señal de acetilcolina en el receptor adecuado. El NO difunde a través de la membrana de la célula que lo sintetiza y
entra en las células vecinas (los miocitos) donde se une a un átomo de hierro de la guanilato ciclasa estimulándola
para que produzca GMP cíclico. Éste interviene en una cascada de fosforilación que termina en la relajación de la
célula muscular lisa.
De hecho, se ha utilizado la nitroglicerina (que se transforma en NO) para tratar la angina de pecho, ya que relaja la
actividad del corazón. El Viagra inhibe la degradación de GMP cíclico, lo que aumenta el tiempo de relajación del
músculo liso, y permite una mayor duración de la erección.
El monóxido de carbono (CO) también es un gas que se usa como señal intracelular. Puede actuar de la misma forma
que el NO.
2.1.2. Hormonas hidrofóbicas
Además de los gases, otras moléculas pequeñas e hidrofóbicas difunden a través de la membrana plasmática de las
células diana y se unen a proteínas receptoras intracelulares, como las hormonas esteroideas, los retinoides o la
vitamina D activada. Estas señales se mueven por circulación sanguínea unidas a proteínas transportadoras
específicas. Todas ellas actúan a través de un mecanismo similar: la unión de ellas a sus receptores los activa y éstos
se unen al DNA regulando directamente la transcripción de determinados genes. Estos receptores pertenecen a la
superfamilia de receptores nucleares, existiendo muchos de los que no se conoce sus ligandos.
Algunos receptores intracelulares se localizan en el citoplasma y sólo entran en el núcleo después de unirse al ligando
(como por ejemplo, el de cortisol), mientras que otros se localizan en el núcleo y se unen al DNA incluso en ausencia
de ligando (como los de retinoides y hormonas esteroideas). En cualquier caso, los receptores inactivos están unidos a
complejos proteicos inhibidores que se disocian al unirse la señal por cambios de conformación. La unión de la señal
también provoca que el receptor se una a proteínas coactivadoras que inducen la transcripción génica.
La respuesta transcripcional tiene lugar en dos etapas: una respuesta primaria, en que se generan los productos de
los genes activados por el receptor, y una respuesta secundaria, donde estos productos activan otros, amplificando la
respuesta.
Todo receptor nuclear se compone de tres dominios: uno de activación de la transcripción, uno de unión al DNA y uno
de unión al ligando. En estado inactivo, ciertas proteínas inhibidoras se unen al extremo carboxilo terminal. Cuando el
ligando se une a su dominio, éstas se separan, y el carboxilo terminal se une a proteínas coactivadoras que también se
unirán al dominio de activación de la transcripción. De esta manera, el domino de unión al DNA se expone y puede
unirse al elemento de unión en el DNA, para iniciar la transcripción de los genes a expresar.
2.2. Transducción de señales a través de receptores de superficie
La mayoría de los receptores de la superficie celular pertenecen a una de tres clases que se definen en función del
mecanismo de transducción que utilizan:
(a) Los receptores asociados a canales iónicos o receptores ionotrópicos, participan en la rápida señalización sináptica
entre células excitables eléctricamente. Está mediada por un pequeño número de neurotransmisores que abren o
cierran transitoriamente un canal iónico formado por una proteína a la cual están unidos, alterando brevemente la
permeabilidad iónica de la membrana y modificando la excitabilidad de la célula postsináptica.
(b) Los receptores asociados a proteínas G, actúan indirectamente regulando la actividad de una proteína diana ligada
a la membrana plasmática (una enzima o un canal iónico) y que está separada del receptor. La interacción entre ellas
está mediada por una tercera proteína llamada proteína trimérica de unión a GTP (o proteína G). Todos los receptores
relacionados con proteínas G pertenecen a una gran familia de proteínas homólogas, con una estructura de siete
dominios transmembrana.
(c) Los receptores asociados a enzimas, actúan directamente como enzimas o están asociados a enzimas. La mayoría
de ellos son proteínas cuya estructura presenta un solo dominio transmembrana, con el centro activo en el interior
celular. Son heterogéneos (aunque la mayoría son proteína quinasas).
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receptores asociados a proteína G tienen una estructura similar: están formados por una sola cadena polipeptídica que
atraviesa siete veces la bicapa lipídica y poseen la misma relación funcional con las proteínas G.
3.1. Modo de acoplamiento y función
Cuando las moléculas señalizadoras extracelulares se unen a los receptores, éstos sufren un cambio conformacional
que les permite activar a la proteína G. Éstas están unidas a la cara citoplasmática de la membrana plasmática, donde
actúan como moléculas de transmisión y acoplan funcionalmente estos receptores a sus enzimas diana o a canales
iónicos. Hay diversos tipos de proteínas G, específico para un determinado conjunto de receptores y un conjunto de
proteínas diana.
3.1.1. Estructura de las proteínas G
Están compuestas por tres cadenas polipeptídicas diferentes: la subunidad α, la subunidad β y la subunidad γ. En el
estado no estimulado, la α une GDP, y cuando es estimulada por la unión de la señal al receptor, este GDP es liberado
y reemplazado por un GTP, lo que genera la disociación del trímero en la subunidad α y el complejo β-γ.
La disociación cambia la conformación de la subunidad α y desenmascara un sector del complejo βγ antes unido a la
subunidad α. Tanto la subunidad α como el complejo βγ pueden actuar ahora sobre sus proteínas diana, sin embargo,
el tiempo de actividad depende de la velocidad de hidrólisis de GTP de la subunidad α (una GTPasa), por lo tanto, es
relativamente corto. Luego de que suceda la hidrólisis, la subunidad α vuelve a unirse a un complejo βγ y regresa a su
estdo inactivo.
3.2. Regulación de la producción de cAMP
El AMP cíclico es una molécula señalizadora intracelular en todas las células procariotas y en todos los animales. La
concentración intracelular normal es de alrededor 0,1 μM, pero una señal extracelular puede provocar cambios de más
de veinte veces en ella, tan solo en segundos. Una capacidad de respuesta como ésta requiere una rápida eliminación
del mensajero secundario. Por lo tanto, cumple con los tres requerimientos básicos de todo mensajero secundario: baja
concentración inicial, alta velocidad de cambio de la misma y una degradación rápida y eficiente.
La síntesis del cAMP se lleva a cabo por la adenilato ciclasa, una enzima de la membrana plasmática, que utiliza ATP
como sustrato. Luego, será destruido rápida y continuamente por una fosfodiesterasa de cAMP, que lo hidrolizará a
AMP. Las señales que controlan sus niveles lo hacen aumentando la actividad de la adenilato ciclasa, regulada tanto
por proteínas Gs como por calcio.
3.2.1. Proteína quinasa dependiente de AMP cíclico
Aunque el cAMP puede activar ciertos tipos de canales iónicos, en la mayor parte de las células animales ejerce sus
efectos activando la enzima proteína quinasa dependiente de cAMP (PKA). Ésta, cataliza la transferencia del grupo
fosfato terminal desde el ATP a un residuo específico de serina o treonina de determinadas proteínas diana.
La PKA se encuentra en todas las células animales, y posee una gran variedad de sustratos, por lo que sus efectos
varían en función de las células diana que afecte. En su estado inactivo, la PKA es un complejo formado por dos
subunidades catalíticas y dos subunidades reguladoras (además responsable del anclaje y la compartimentización del
complejo). La unión de cAMP a las subunidades reguladoras, altera su conformación, haciendo que se disocien del
complejo, por lo que las subunidades catalíticas pueden fosforilar moléculas proteicas específicas.
Un ejemplo de su función es la activación de la glucogenólisis en células hepáticas. La PKA actuará sobre fosforilasas
quinasas, que actuarán sobre fosforilasas, y éstas comienzan el proceso de degradación del glucógeno.
Otro ejemplo, que demuestra que el cAMP también puede intervenir en mecanismos de control grueso, se da sobre la
proteína de unión al elemento de respuesta al cAMP (CREB). La PKA activa ingresa al núcleo donde fosforila a CREB,
activándola, y permitiendo su unión a CBP, un coactivador transcripcional adicional, que le permite unirse al elemento
de respuesta al cAMP (CRE), y transcribir el gen diana. Este método es el utilizado para el control de expresión génica
de la somatostatina.
3.3. Regulación de la producción de segundos mensajeros lipídicos
Algunos receptores asociados a proteína G ejercen sus efectos por la activación de la enzima transmembrana
fosfolipasa C-β. Ésta actúa sobre un fosfolípido de inositol, denominado fosfatidilinositol 4,5-bifosfato, poco abundante
en la capa interna de la membrana plasmática.
Los receptores que funcionan mediante esta vía de señalización (llamada de señalización por fosfolípidos de inositol)
activan una proteína Gq, que a su vez activa a la fosfolipasa C-β. Ésta disocia al fosfatidilinositol 4,5-bifosfato en
inositol 1,4,5-trifosfato (IP3) y diacilglicerol.
El IP3 difunde libremente por todo el citosol, y abre los canales liberadores de calcio del retículo endoplasmático,
aumentando la concentración citosólica del mismo. Para acabar la señal, el IP 3 es desfosforilado por fosfatasas, o
fosforilado por quinasas, o se elimina el calcio citosólico por bombeo hacia el exterior.
El diacilglicerol permanece en la membrana plasmática donde puede ser degradado
liberando ácido araquidónico (un mensajero o un precursor de eicosanoides), o
activar una proteína serina-treonina quinasa llamada proteína quinasa C (PKC),
dependiente de calcio (el liberado por el IP3). Ésta fosforila proteínas diana
variables, de manera similar a la PKA.
3.4. El calcio como segundo mensajero
El calcio posee una gran variedad de funciones notablemente importantes para la
vida: es el iniciador del desarrollo del cigoto, el de las contracciones musculares, el de
las secreciones, etc. Su concentración intracelular es baja (0,1 μM) pero en el líquido
extracelular y el retículo endoplasmático es alta (1 mM). De este modo, la apertura de
la membrana plasmática o la del retículo endoplasmático, aumenta notablemente su
concentración en el citosol y permite la generación de respuestas utilizándolo como
segundo mensajero.
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Fosfatidilinositol 4,5-bifosfato
Existen tres tipos de canales de calcio:
(a) Los dependientes de voltaje, en la membrana plasmática, que se abren por despolarización.
(b) Los sensibles a IP3, en el retículo endoplasmático
(c) Los receptores de rianodina, que funcionan en la contracción de las fibras musculares.
La concentración de calcio se mantiene baja en las células por diversos mecanismos: todas las células poseen una
bomba de calcio dependiente de ATP, mientras que algunas otras (neuronas, por ejemplo), poseen bombas
intercambiadoras calcio-sodio. En la membrana del RE también existe otra bomba que permite captar calcio desde el
citosol en contra del gradiente de concentración por transporte activo. La mitocondria también regula los niveles de
calcio celular, ya que lo capta con ayuda del gradiente electroquímico que se genera en ella por la cadena de
transporte de electrones.
3.4.1. Calcio y calmodulinas
En las células animales, la mayoría de las acciones del calcio se producen a través de quinasas dependientes de
calcio-calmodulina. Ésta es una proteína que une calcio y constituye más o menos el 1% de la masa total proteica de la
célula. Posee cuatro lugares de unión con alta afinidad para el calcio, y cuando se activa, sufre un cambio de
conformación que le permite unirse a otras proteínas y será ésta la que posea acción catalítica, es decir, la calmodulina
actúa como un regulador de actividad catalítica, y no como una enzima.
El hecho de que la activación de la calmodulina requiera más de un ión calcio, le permite funcionar como un
interruptor, es decir, funcionando de acuerdo a la magnitud del cambio de concentración de calcio intracelular.
La mayor parte de los efectos del calcio dependen de las proteínas quinasas dependientes de calcio-calmodulina
(CaM-quinasas). Éstas (como la PKA y la PKC), fosforilan residuos de serina o treonina de determinadas proteínas, ya
sea reguladores de la expresión génica, u otros participantes de las cadenas de fosforilación.
El ejemplo mejor estudiado es el de la CaM-quinasa-II. Ésta posee dos propiedades destacables:
(a) Puede actuar como un dispositivo de memoria molecular (permanece activa cuando el nivel de calcio baja), ya que
luego de unirse al complejo calcio-calmodulina se autofosforila (y también funciona como quinasa) lo que le permite
permanecer activa incluso sin calcio, ya que cuando este disminuye de nivel, se desunirá la calmodulina, pero la
proteína fosforilada posee hasta un 80% de actividad, perdiéndola recién al desfosforilarse.
(b) Puede utilizar su dispositivo de memoria para actuar como un decodificador de la frecuencia de las oscilaciones de
calcio, aumentando o disminuyendo la actividad enzimática de acuerdo a un patrón de oscilaciones del nivel de calcio.
3.5. Regulación de canales iónicos
Algunas proteínas G regulan directamente a los canales iónicos, alterando la permeabilidad iónica de las moléculas
diana, y su excitabilidad. Por ejemplo, los receptores sensoriales en los bastones y las células olfativas, poseen
canales de sodio que se cierran al contacto con la luz por la acción de un cambio conformacional de la rodopsina, que
induce a una proteína G a cerrarlos. Esto hiperpolariza la célula y genera un cambio en el potencial de acción que
llegará al cerebro y generará la percepción correspondiente.
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estados conformacionales diferentes: uno activo unido a GTP y uno inactivo unido a GDP.Su actividad está regulada
por dos clases de proteínas señal: las proteínas intercambiadoras de nucleótidos de guanina (GEF) que la activan, y
las proteínas activadoras de GTPasas (GAP) que la inactivan.
Los receptores tirosina-quinasa pueden activar RAS, por activación de una GEF o inhibición de una GAP. La activación
de GEF se da, en animales, por la acción de una proteína enlace llamada Gbr-2, que se une tanto a las fosfotirosinas
de los receptores tirosina-quinasa como a una GEF denominada Sos, por un motivo rico en prolina que ésta posee.
Una vez activadas, las proteínas RAS participan en numerosas vías de activación y control.
4.2.1. Vía de la MAP-quinasa
Las vías de activación de las Ras son muy cortas, por lo que deben convertirse en eventos más duraderos para
mantener la señal y transmitirla hacia el núcleo para regular la expresión génica. Esto sucede por cascadas de
fosforilación se serinas y treoninas, donde intervienen muchas serina/treonina quinasas, siendo una de las más
importantes las MAP-quinasas (o Erk) o proteínas quinasas activadas por mitógenos.
Su total activación requiere la fosforilación de una treonina y una tirosina separadas por un solo aminoácido. Esto se
logra por la acción de la MAP-quinasa-quinasa (o MEK), que a su vez se activa por fosforilación a partir de la MAP-
quinasa-quinasa-quinasa (o Raf). Es Raf la que se activa por la Ras activada.
La MAP-quinasa transmite la señal fosforilando varias proteínas celulares, incluyendo otras proteínas quinasas y
reguladores de la expresión génica.
2. Inmunidad innata
La respuesta inmunitaria adquirida es extremadamente precisa y efectiva, pero muy lenta, ya que necesita más o
menos de una semana para funcionar. Este tiempo, es demasiado largo para ser viable. Por lo tanto, en las críticas
primeras horas y días de exposición a un patógeno, dependemos de nuestra inmunidad innata.
2.1. Epitelios
Tanto la piel como otros epitelios constituyen una barrera física entre el interior del organismo y el mundo exterior. Las
uniones estrechas localizadas entre células vecinas dificultan la entrada de potenciales patógenos. Además, los
epitelios internos están recubiertos por una capa de moco que los protege frente a las agresiones.
Esta capa de moco también contiene productos que matan a los agentes patógenos o inhiben su crecimiento. Entre
los más abundantes, se encuentran ciertos péptidos antimicrobianos denominados defensinas, presentes en animales
y plantas. Son pequeños (hasta 50 aminoácidos), y poseen carga positiva y son antipáticos. Se cree que se insertan en
las membranas de sus víctimas, provocando una discontinuidad en ella, reconociéndolas por su bajo contenido de
colesterol. Luego, sus cargas positivas las hacen unirse a DNA, generando cambios en el metabolismo del patógeno.
Otra proteína antimicrobiana del moco es la lisozima que digiere las paredes celulares de muchas bacterias.
2.2. Fagocitosis
La detección de los patógenos es muy sensible, fundamentalmente por las moléculas inmunoestimulantes, de
diferentes tipos. Por ejemplo, la metionina formulada (el aminoácido de inicio de traducción bacteriano) es una pista
sobre el origen procariota de los péptidos que detecta la célula. También lo son los peptidoglucanos, los flagelos, el
lipopolisacárido de las bacterias Gram(+) (o LPS, siendo reconocidos por receptores TLR), el zimosán, la quitina, etc.
En todos los animales, el reconocimiento de los microorganismos invasores se produce rápidamente y viene
acompañado por la endocitosis de estos por las células fagocitarias. Los macrófagos residen en tejidos de todo el
organismo, siendo abundantes en tejidos diana de infecciones. Son células longevas que rastrean los tejidos del
organismo y detectan la presencia de microorganismos invasores, y son originados por los monocitos sanguíneos. Los
neutrófilos, en cambio, poseen una corta vida, y abundan en la sangre pero no en otros tejidos. Son reclutados a los
lugares de infección por mediación de los macrófagos activados y por moléculas liberadas por los patógenos.
Ambos expresan gran diversidad de receptores que los capacitan para reconocer y endocitar a los patógenos,
estimulando la polimerización de actina alrededor del sitio de unión, lo que induce a cercar al patógeno con la
membrana plasmática de la célula fagocítica, y dirigir al fagosoma que se formará al fagocitarlo.
Dentro de estos fagosomas, la acidez permite el funcionamiento de las enzimas hidrolíticas que volcarán los lisosomas
en él. También incorporan lisozimas, defensinas y un complejo de NADPH oxidasa que cataliza la producción de
compuestos oxidantes. Los macrófagos sobreviven a estos métodos pero no los neutrófilos.
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Cabe destacar que otra manera de que una célula fagocítica detecte a su presa es mediante anticuerpos (que se unen
a ella) o por acción del sistema del complemento.
2.3. Proteínas antimicrobianas
Además de las defensinas y lisozima, existen otras proteínas microbianas, como los interferones y el sistema del
complemento.
2.3.1. Interferones
Normalmente, los inmunoestimulantes asociados a patógenos no se encuentran en la superficie de los virus, ya que
las proteínas víricas son traducidas por los ribosomas del huésped y las envolturas de los virus están formadas por los
lípidos del mismo. La única molécula extraña asociada a los virus es el RNA de doble cadena.
El programa de detección de los virus se realiza en dos etapas: la degradación del RNA de doble cadena en pequeños
fragmentos, que se unirán a cualquier cadena sencilla de RNA presente en la célula huésped con la misma secuencia,
lo que destruye a esta (interferencia de RNA). Luego, el RNA de doble hebra induce a la célula huésped a expresar y
secretar dos citoquinas: el interferón α y el interferón β, que actúan tanto de forma autocrina como de forma paracrina.
Éstos estimulan la transcripción de ciertos genes, lo que activa la ribonucleasa latente que degrada inespecíficamente
RNA de cadena simple, y produce la activación de una proteína del sistema del complemento. Esto inhibe la replicación
vírica evitando su propagación.
2.3.2. Sistema del complemento
Es un conjunto de unas veinte proteínas solubles que interaccionan entre ellas, son sintetizadas por el hígado y
circulan por la sangre y el medio extracelular. La mayoría de ellas se encuentran inactivas hasta que son estimuladas
por una infección, pudiendo funcionar como reconocedoras de inmunoestimulantes asociados a patógenos.
Los componentes tempranos del complemento son los primeros en ser activados, y se distribuyen en tres grupos que
se asocian con las tres vías que se han descrito para la activación del complemento: la vía clásica, la vía de las
lectinas y la vía alternativa.
La vía clásica se activa por anticuerpos (IgG o IgM) unidos a la superficie de un microbio, y recluta a las proteínas C1,
C2 y C4, en una cascada proteolítica que acaba en la escisión de la C3 (el componente central). La vía de las lectinas,
se activa por la lectinas de unión a mananos, una proteína sérica que forma agrupaciones en las paredes de las
bacterias (ya que se une a fructosas y manosas en una disposición característica), y recluta a las roteínas MBL, MASP,
C2 y C4 para lograr la escisión de C3. Por último, la vía alternativa escinde a C3 directamente por la superficie del
patógeno que no posee proteínas que impidan esta reacción (como sí la tienen las células del huésped).
De cualquier manera, el C3 se escinde en C3b y C3d, siendo el C3b el responsable del montaje de complejos de
ataque a la membrana, generando poros que provocan la permeabilidad de la membrana y la lisis.
Nótese que la variedad de proteínas en el sistema de complemento permite la amplificación de la respuesta por
cascadas proteolíticas, ya que la activación de una proteína se da por proteólisis por la anterior. La detención del
proceso se da por proteínas inhibidoras del plasma o por la inestabilidad intrínseca de los componentes.
2.4. Células natural killer
Los interferones también estimulan las respuestas inmunitarias incrementando la actividad de las células citocidas
naturales o células natural killer. Éstas destruyen las células infectadas por virus, induciéndolas a desarrollar el proceso
de apoptosis. Los interferones sirven como estimulantes de su actividad, una vez que las células NK detectan a las
células infectadas vía inmunidad adquirida.
2.5. Respuesta inflamatoria
Cuando un patógeno invade un tejido, casi siempre desencadena una respuesta inflamatoria, caracterizada por dolor,
enrojecimiento, calor e hinchazón que se producen en el lugar de la infección y son causados por los cambios que
tienen lugar en los vasos sanguíneos locales. Éstos se dilatan y se vuelven más permeables a los fluidos y las
proteínas (entre ellas, las proteínas antimicrobianas). Las células endoteliales de los vasos también son inducidas a
expresar moléculas de adhesión que facilitarán la adhesión de leucocitos y macrófagos.
Es inducida por señales moleculares, como las producidas por las prostaglandinas o las citoquinas (algunas generan
fiebre, que colabora en la lucha ya que el sistema inmunitario funciona mejor a altas temperaturas), además de los
fragmentos de los componentes del complemento. También juegan un papel muy importante las células dendríticas que
se ocupan de presentar los antígenos de los patógenos en los ganglios linfáticos donde se liberan los linfocitos
almacenados para colaborar en la respuesta.
3. Inmunidad adquirida
Cualquier molécula capaz de inducir una respuesta inmunitaria adquirida se denomina antígeno. El sistema inmunitario
de los animales es tan sensible que puede distinguir entre antígenos que son muy similares, tanto como los que
difieren en un único aminoácido o dos isómeros ópticos.
Los antígenos se reconocen por linfocitos, células sanguíneas que desencadenan respuestas contra ellos para
inactivarlos y eliminarlos. Un linfocito reconoce una pequeña porción de un antígeno denominada epítope.
3.1. Linfocitos y respuestas
Las respuestas llevadas a cabo por linfocitos se engloban en dos grandes grupos: las respuestas mediadas por
anticuerpos o respuesta humoral, llevada a cabo por linfocitos B, y las respuestas medidas por células o respuesta
celular, llevada a cabo por linfocitos T.
En las respuestas humorales, los linfocitos B son activados para secretar anticuerpos, proteínas llamadas
inmunoglobulinas, que circularán por la sangre y penetrarán en otros fluidos corporales donde se unirán de modo
específico al antígeno extraño que ha estimulado su producción. Esto facilita la destrucción del patógeno ya que facilita
su ingestión por células fagocíticas.
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En las respuestas celulares, los linfocitos T activados reaccionan directamente contra un antígeno extraño que les
presenta una célula huésped en su superficie o producen moléculas señal que activan macrófagos para destruir otros
organismos como los que ya fagocitaron.
Cabe destacar que cada receptor de antígeno de una célula B o T reconoce el mismo epítope.
3.2. Linfocitos y receptores de antígenos
3.2.1. En linfocitos B
Los linfocitos B son los encargados de generar anticuerpos. Estos se unen a los patógenos y reclutan a los leucocitos
y a las proteínas del sistema del complemento para colaborar en el ataque con los patógenos. Son sintetizados en
millones de formas, cada una de las cuales tiene una secuencia de aminoácidos y un lugar de unión al antígeno
diferentes. De hecho, constituyen un 20% del peso proteico total de la sangre.
Las moléculas más sencillas de anticuerpo tienen forma de Y con dos lugares idénticos de unión al antígeno, uno en
cada punta de los dos brazos de la Y, por lo que se denominan bivalentes. Cuando las moléculas de antígeno tienen
tres o más determinantes antigénicos, las moléculas de anticuerpo pueden establecer enlaces cruzados entre ellas
para formar redes que pueden ser fagocitadas y degradadas por los macrófagos.
La unidad estructural básica de una molécula de anticuerpo (o de un receptor de antígeno unido a linfocito B por su
membrana plasmática) consta de cuatro cadenas polipeptídicas: dos cadenas ligeras idénticas (L) y dos cadenas
pesadas idénticas (H), las primeras con 220 aminoácidos de longitud y las segundas con 440 aminoácidos de longitud.
Las cuatro cadenas se mantienen unidas entre sí gracias a una combinación de uniones no covalentes y enlaces
disulfuro. La molécula está compuesta por dos mitades idénticas, cada una de ellas con el mismo lugar de unión al
antígeno, formado tanto por parte de la cadena pesada como parte de la cadena liviana.
De hecho, tres cuartos de las cadenas pesadas y la mitad de las livianas son secuencias constantes de aminoácidos,
mientras que el cuarto o la mitad restantes son secuencias variables y las responsables de la selectividad frente al
antígeno.
3.2.2. En linfocitos T
Los linfocitos T son los encargados de generar respuestas celulares, además de colaborar en la eliminación de los
microorganismos que residen en el interior de las células huésped.
Los linfocitos T son inducidos a proliferar y diferenciarse en células efectoras por un antígeno extraño únicamente si
éste se muestra en la superficie de células presentadoras de antígeno y además si lo hace en órganos linfoides
periféricos, ya que solo reconocen fragmentos de antígenos proteicos parcialmente degradados en el interior de células
presentadoras de antígeno, que son transportados hasta su superficie por las proteínas MHC (complejo mayor de
histocompatibilidad) que exponen el antígeno a los linfocitos T. Por otra parte, los linfocitos T efectores actúan en un
radio limitado: un órgano linfoide secundario o en el lugar de la infección luego de haber migrado hacia ella.
Existen dos clases de linfocitos T: los citotóxicos y los colaboradores. Los primeros, eliminan directamente las células
que han sido infectadas mientras que los otros contribuyen a estimular las respuestas de otras células (macrófagos,
linfocitos B, linfocitos T citotóxicos, etc.)
Los receptores de los linfocitos T solo existen unidos a la membrana plasmática y no son secretados. Son similares a
los anticuerpos, ya que están compuestos por dos cadenas polipeptídicas (α y β) unidas por un enlace disulfuro. Cada
una contiene una mitad constante y una variable.
3.3. Complejo mayor de histocompatibilidad
Son proteínas heterodiméricas transmembrana cuyos dominio extracelulares amino terminales se unen al antígeno
para su presentación a los linfocitos T.
Las proteínas MHC de clase I tienen una cadena α transmembrana y una pequeña proteína extracelular denominada
β2-microglobulina. Son reconocidas por los linfocitos T citotóxicos y se encuentran en la membrana de las células
infectadas.
Las proteínas MHC de clase II poseen dos dominios en cada monómero, siendo los situados cerca de la membrana,
muy similares a los de inmunoglobulina, y los más alejados completamente variables y los que se unirán al péptido
para presentarlo a los linfocitos T colaboradores.
4. Respuesta humoral
4.1. Clases de anticuerpos
En los mamíferos existen cinco clases de anticuerpo: IgA, IgD, IgE, IgG e IgM, cada uno con su propia clase de
cadena pesada: α, δ, ε, γ y μ respectivamente. A su vez existen diferentes clases de IgG, cada una con cadenas
pesadas γ1, γ2, etc. Las diferentes cadenas pesadas proporcionan una conformación distintita va las regiones de la
bisagra y la cola de los anticuerpos, confiriendo a cada clase unas propiedades características.
4.1.1. IgM e IgD
La IgM es la primera clase de anticuerpo que producen los linfocitos B en desrrollo, aunque posteriormente muchos
pasan a producir otras clases de anticuerpo. Inicialmente, el precursor inmediato de un linfocito B, el linfocito pre-B,
solo fabrica cadenas μ, las cuales se asocian a cadenas livianas sustitutas y se insertan en la membrana plasmática.
Las cadenas ligeras definitivas serán producidas luego y se combinarán con las cadenas μ, formando las moléculas de
IgM. El linfocito así formado se denomina linfocito B virgen inmaduro, y abandonará la médula ósea para producir
moléculas de IgD, convirtiéndose en un linfocito B virgen, quedando relegado en los ganglios linfáticos.
La IgM es la principal clase de Ig secretada a la sangre en las fases iniciales de la respuesta primaria de anticuerpos
frente a la primera exposición al antígeno (lo que no sucede con las IgD). La forma de IgM secretada es un pentámero
compuesto por cinco unidades de cuatro cadenas, de manera que tiene un total de diez lugares de unión para el
antígeno. Cada pentámero contiene una copia de otra cadena polipeptídica llamada cadena J, generadas por los
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linfocitos secretores de IgM. Su principal función es la neutralización de patógenos y la activación del sistema del
complemento
4.1.2. IgG
Es la principal clase de inmunoglobulinas que se hallan en la sangre, ya que se producen en las respuestas
inmunitarias secundarias. Se secretan como monómeros y poseen un sitio de unión a células fagocíticas para que
éstas ingieran a los microorganismos que han sido recubiertos por anticuerpos IgG.
Son los únicos anticuerpos que pueden pasar de la madre al feto a través de la placenta, ya que se emplean los
mismos receptores para este transporte que los utilizados para unión a células fagocíticas. También es secretado en la
leche materna.
4.1.3. IgA
Es la principal clase de anticuerpo de las secreciones. Se libera como un monómero, pero dimeriza en las
secreciones, mientras atraviesa las células epiteliales de secreción mediante un receptor específico, por la adición de
una cadena J.
4.1.4. IgE
Se unen mediante receptores específicos a mastocitos y basófilos. Éstos, secretarán citoquinas e histaminas para
dilatar y permeabilizar los vasos sanguíneos, como primer paso para la respuesta inflamatoria. También participan en
reacciones alérgicas y en los ataques sobre parásitos, por atracción de eosinófilos.
4.2. Regiones constantes y variables
La comparación de las secuencias de aminoácidos de distintas moléculas de anticuerpo reveló una notable
característica: tanto las cadenas pesadas como las livianas tienen una secuencia variable en su extremo amino
terminal y una secuencia constante en su extremo carboxilo terminal. Las cadenas livianas poseen una región
constante de unos 110 aminoácidos, y una variable del mismo tamaño, mientras que en las pesadas encontramos una
región variable también de unos 110 aminoácidos y una constante de 330 o 440. Los extremos amino terminales son
los que se unen para formar el lugar de unión a antígeno, y la variabilidad de sus secuencias de aminoácidos
constituye la base estructural de la diversidad de estos lugares de unión.
La diversidad de las regiones variables, está restringida a tres pequeñas regiones hipervariables, mientras que en las
restantes regiones de sostén, hay una relativa constancia de estructura.
Tanto las cadenas ligeras como las pesadas están formadas por segmentos repetitivos (de una longitud de 110
aminoácidos y un enlace disulfuro intercatenario) que se pliegan independientemente formando unidades funcionales
compactas denominadas dominios de inmunoglobulina. Una cadena ligera consta de un dominio variable y uno
constante, equivalentes a las regiones variables y constantes ya mencionadas. Del mismo modo, las cadenas pesadas
poseen un dominio variable y tres constantes, dos de los cuales contienen a las regiones de unión a mastocitos,
basófilos, transportadores, etc., llamadas regiones Fc.
4.3. Generación de la diversidad de anticuerpos
El organismo humano puede sintetizar más de 1012 moléculas de anticuerpo diferentes incluso en ausencia de
estimulación por antígenos. Sin embargo, los linfocitos B, tras ser estimulados repetidamente por el antígeno, pueden
generar anticuerpos que lo reconozcan con una mayor afinidad (maduración de la afinidad).
Este número de tipos de anticuerpo es imposible de pensar desde el punto de vista molecular, ya que no existen
suficientes genes como para generarlos, incluso mediante la combinatoria de cadenas livianas y pesadas. La respuesta
a este problema fue la combinación de segmentos génicos antes de su transcripción.
4.3.1. Combinación de segmentos génicos
Cada tipo de cadena de anticuerpo (las cadenas ligeras de tipo κ y de tipo λ, y las livianas de tipo α, μ, ε, δ y γ) existe
un conjunto diferente de segmentos génicos y exones. Cada con junto se halla en un cromosoma diferente y contiene
un gran número de segmentos génicos codificantes de la región V de una cadena de anticuerpo y menos segmentos
de la región C. Durante el desarrollo de los linfocitos B, para cada una de las dos cadenas de anticuerpo a sintetizar se
ensambla por recombinación específica de lugar, una secuencia codificante completa. Esto también altera las
posiciones relativas de las secuencias activadoras y silenciadoras que actúan sobre el promotor, por lo que una cadena
completa de anticuerpo sólo se puede sintetizar después de que haya ocurrido una reordenación del DNA. Es este
ensamblaje el que genera la diversidad de anticuerpos.
4.3.2. Proceso de ensamblaje y reordenamiento de DNA
Cada cadena de anticuerpo está codificada por una única región de DNA y cada una de las regiones V se forma por la
unión de dos o más regiones de DNA, una secuencia ensamblada a partir de dos fragmentos génicos (uno V, largo, y
uno J, corto). Cada una de las regiones V de una cadena pesada está codificada por una secuencia de DNA
ensamblada a partir de tres segmentos génicos: uno V, uno J y uno D.
Sin embargo, existen 40 segmentos V y 5 J para cadenas livianas, y 51 V, 27 D y 6 J para las pesadas. Por lo tanto,
considerando las cadenas pesadas, y livianas, se puede lograr una diversidad de hasta 2.600.000 anticuerpos.
4.3.3. Procesos adicionales de diversidad
Además de este proceso fundamental, existen otros que permitirían obtener hasta 10 14 anticuerpos distintos con una
utilización óptima del material genético necesario para lograrlo:
(a) La unión imprecisa de los segmentos génicos. La recombinación entre segmentos V, D y J se da por la
recombinasa V(D)J que reconoce lugares específicos en la cadena de DNA de forma de asegurarse de unir los
segmentos génicos de manera adecuada. La recombinasa se forma por proteínas RAG, y aunque su precisión es muy
buena, en ciertas ocasiones puede incorporar ciertos nucleótidos de más o eliminar otros, en un proceso aleatorio
llamado diversificación de la unión de segmentos, que puede generar mayor variabilidad principalmente en la tercera
región hipervariable. Sin embargo, esto también puede generar numerosas combinaciones improductivas (de hecho,
representan dos tercios del total).
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(b) La hipermutación somática. Es la maduración de la afinidad, que se debe a la acumulación de mutaciones
puntuales específicas en las secuencias codificantes de la región V, tanto de las cadenas pesadas como de las ligeras,
que tienen lugar después de ensamblarse las regiones codificantes, una vez que los linfocitos B han sido estimulados
por el antígeno. Estas mutaciones tienen lugar a una velocidad de una por generación celular, un millón de veces más
rápido que la velocidad de mutación espontánea (de ahí su nombre).
4.3.4. Cambio de clase
Durante el desarrollo, muchos de los linfocitos B pasan de producir una determinada clase de anticuerpo a producir
otra, es decir, sufren un cambio de clase. Todos empiezan sintetizando IgM transmembrana, para luego comenzar a
producir simultáneamente IgD. Luego, al ser estimulados por el antígeno y los linfocitos T colaboradores, algunas de
estas células se activan y secretan IgM de forma de pentámeros. Luego, se induce el cambio (mediante antígenos y
citoquinas) para producir anticuerpos secundarios: IgG, IgE o IgA. Los linfocitos que generan este tipo de anticuerpos
son células de memoria ya que no pueden cambiar su clase.
Como la clase viene determinada por la región constante de su cadena pesada, el hecho de que los linfocitos B
puedan cambiar la clase sin alterar el lugar de unión al antígeno, implica que una misma secuencia codificante de la
región V para la cadena pesada puede asociarse secuencialmente a distintos segmentos codificantes C para la misma.
Esto se realiza mediante la recombinación generadora de cambio de clase, un proceso de corte y empalme que sufre
el DNA del linfocito, al pasar de ser primario (cuando genera IgM y/o IgD) a ser secundario. De esta manera, se
eliminan las regiones codificantes para las cadenas μ, δ y otras dos, siendo la restante la que codificará para el
anticuerpo en cuestión. Este corte depende de la influencia externa.
4.4. Método de acción de los anticuerpos
Los anticuerpos pueden colaborar en la eliminación de antígenos por:
(a) Neutralización y opsonización: es el recubrimiento del virus, bacteria o célula cancerosa diana por anticuerpos. Esto
estimula la fagocitosis por parte de macrófagos.
(b) Aglutinación: es la unión de un polímero de anticuerpos a varios patógenos, lo que también estimula la acción de
células fagocíticas.
(c) Precipitación: es la unión en red de anticuerpos y patógenos. También estimula la fagocitosis.
(d) Activación del complemento: permite la acción del sistema del complemente, generando la lisis del patógeno.
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respuesta inmunitaria secundaria es más rápida y fuerte ya que existen previamente linfocitos de memoria que generan
linfocitos efectores de manera inmediata.
6. Respuesta celular
Se lleva a cabo por los linfocitos T. Éstos pueden ser: citotóxicos, que eliminan células infectadas, o colaboradores,
que ayudan en la activación de otras células defensoras, como macrófagos, linfocitos B o linfocitos T citotóxicos.
6.1. Colaboración innata-adquirida
La inmunidad innata es imprescindible para el funcionamiento de la inmunidad adquirida. De hecho, el proceso más
común de respuesta a infecciones bacterianas involucra a las células dendríticas.
Éstas se especializan simplemente en la exposición de antígenos microbianos que capta en el lugar de la infección, y
conduce hasta un ganglio linfático para activar células T citotóxicas que serán liberadas y migrarán hasta el sitio de
infección para eliminar al agente patógeno.
6.2. Receptores de linfocitos T
Las dos cadenas polipeptídicas que lo conforman se organizan en dos dominios Ig similares, uno variable y uno
constante. Los conjuntos de genes que las codifican se localizan en cromosomas diferentes, y se componen de
segmentos génicos V, D y J para las cadenas pesadas. Sin embargo, no utiliza la hipermutación somática, por lo que
generalmente las afinidades de éstos es menor que en los linfocitos B.
6.3. Células presentadoras de antígeno y complejos mayores de histocompatibilidad
Antes de que los linfocitos T puedan actuar, deben ser inducidos a proliferar y diferenciarse en células efectoras. Esta
activación tiene lugar en órganos linfoides periféricos sobre la superficie de células presentadoras de antígeno. Existen
tres tipos de éstas: las células dendríticas, los macrófagos y los linfocitos B. Las más potentes son las células
dendríticas, ya que es su única función conocida.
Cualquiera sea, muestran en su membrana las proteínas MHC, las proteínas coestimuladoras y las moléculas de
adhesión célula-célula.
Las MHC de clase I están presentes en todas las células nucleadas mientras que las MHC solo en las células
fagocíticas con función de células presentadoras de antígeno (macrófagos).
La afinidad de los receptores del linfocito T por los complejos MHC-péptido es demasiado baja para inducir una
interacción funcional entre las dos células. Así, se requieren receptores accesorios para estabilizar la interacción, ya
que aumentan la fuerza total de la adhesión intercelular. Son invariables.
Cuando éstos adquieren un papel esencial en la activación de los linfocitos T, se denominan correceptores, entre los
que encontramos al CD4 y al CD8, que seon proteínas transmembrana de paso único con dominios extracelulares
homólogos a Ig. Los correceptores reconocen las proteínas MHC pero se unen a regiones invariables de la proteína,
lejos del surco de unión al péptido. El CD4 se expresa en linfocitos T colaboradores y reconoce MHC de clase II,
mientras que el CD8 se expresa en citotóxicos e interacciona con MHC de clase I. En su región intracelular, posee una
proteína quinasa específica de tirosina (Lck) que es la responsable de la activación parcial interna del linfocito T.
6.4. Transporte vesicular del MHC
Luego de la endocitosis de una proteína antigénica, se genera un endosoma que recibirá los productos del aparato de
Golgi, tanto los lisosomas que degradarán su contenido, como vesículas que transportan la proteína MHC de clase II
transmembrana, no unida a ningún antígeno, sino con su surco ocupado por una cadena invariable proteica. Será la
HLA-DM la que catalice la eliminación de la cadena invariable, recién cuando la vesícula se fusione con el endosoma
que contiene los fragmentos proteolíticos de la proteína antigénica. Es en este momento en que la MHC se une a su
antígeno y formará parte de una vesícula que se fusionará con la membrana plasmática para poder exponerse a la
superficie. El resto de la proteína antigénica y los restos de la cadena variable hidrolizada, seguirán su destrucción
mediante la unión de más lisosomas.
6.5. Acción de los linfocitos T citotóxicos
Actúan eliminando las células somáticas antes de que los microorganismos que las infectan puedan proliferar, y salir
de la misma para infectar a otras. Cuando es activado y reconoce un antígeno, dirige su maquinaria secretora hacia la
célula diana, anclándose mediante ciertas proteínas específicas. Esto organiza su citoesqueleto para orientar todo su
sistema vesicular hacia la célula diana.
Luego, comienza la secreción de perforinas, proteínas que generan poros en las membranas de las células a eliminar.
También secreta granzimas, que son enzimas proteolíticas que penetrarán por los poros generados por las perforinas y
destruirán la carga proteica de la célula. Esto causará la apoptosis de la célula diana, lo que impide la reproducción y la
diseminación del patógeno.
6.6. Integración entre la acción de los linfocitos B y T
Luego de la primera exposición al ataque del patógeno, los antígenos que éste produzca seguirán diversos caminos.
Algunos, permanecerán intactos en el organismo y activarán la respuesta humoral por los linfocitos B. Otros, serán
presentados por células dendríticas o macrófagos, y activarán linfocitos T colaboradores, mientras que otros, serán
presentados por células infectadas y activarán linfocitos T citotóxicos.
Lo linfocitos T colaboradores se diferenciarán y dividirán para dar origen a nuevos linfocitos T colaboradores efectores
y de memoria. A su vez, permitirán el desarrollo y diferenciación de nuevos linfocitos B, que originarán linfocitos B de
memoria y linfocitos B efectores que secretarán anticuerpos. Por último los linfocitos T citotóxicos también generarán
linfocitos T citotóxicos de memoria y linfocitos T citotóxicos efectores que causarán la apoptosis de las células
infectadas que encuentren.
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Tema 16: Reproducción I – Sistema reproductor y
gametogénesis
1. La gametogénesis
Las estrategias de la reproducción sexual pueden variar muchísimo de unos organismos a otros. En todo embrión de
vertebrado, durante el desarrollo tiene lugar una selección temprana de células como progenitoras de los gametos.
Éstas se denominan células germinales primordiales, y emigrarán para desarrollar las gónadas. Después de un periodo
de proliferación mitótica, experimentan meiosis y se diferencian en gametos maduros (oocitos o espermatozoides),
para que luego, al fusionarse, comience de nuevo la embriogénesis, con la posterior producción de células germinales
primordiales en el embrión.
De hecho, la gametogénesis (o el proceso de creación de gametos) se compone de cuatro fases: el origen y la
migración de las células germinales primordiales a las gónadas, su multiplicación por mitosis, su división por meiosis y
por último, la maduración final antes de la fecundación.
1.1. Migración de las células germinales primordiales
Un tiempo después de la fecundación, unas 50 células del tejido situado fuera del embrión propiamente dicho son
inducidas por sus vecinas a transformarse en células germinales primordiales. Luego, proliferarán y serán arrastradas
hacia el interior del embrión con la invaginación del intestino posterior, para emigrar por él hacia su destino final: las
gónadas. Es en este punto donde los genes presentes en el cromosoma Y pueden determinar el sexo del embrión, por
varios cambios profundos, entre ellos, la diferenciación de las células de Sertoli, que funcionarán como centro de
desarrollo masculino y bloqueará el desarrollo femenino.
1.2. Los oocitos
Son las únicas células animales capaces de dar origen a un organismo completo luego de ser activado, ya sea por la
activación generada por el espermatozoide durante la fecundación, como una activación artificial en las vías
partenogénicas.
Los oocitos de la mayoría de los animales son células gigantes, con una gran cantidad de reservas de todos los
nutrientes necesarios para el desarrollo inicial del embrión hata que alcanza el estadio en el cual el nuevo individuo es
capaz de alimentarse por sí mismo. En el caso de los animales con desarrollo interno (como los mamíferos), la
existencia de placenta y la posibilidad de un intercambio de nutrientes durante el desarrollo embrionario permite un
menor tamaño del oocito comparado con los de ave o anfibio, de desarrollo externo.
En general, son esféricos y ovoides con un tamaño desde entre 0,1 mm hasta 20 cm. El citoplasma de los oocitos
contiene reservas de nutrientes en forma de vitelo, una masa semilíquida que contiene lípidos, proteínas y
polisacáridos en forma de plaquetas vitelinas, que constituyen hasta un 95% de la masa total. El vitelo se compone de
vitelogenina, una glico-lipoproteína sintetizada en el hígado como respuesta a estrógeno, y que se incorpora al oocito
por pinocitosis.
Además del vitelo, el oocito posee una gran cantidad de mitocondrias y del complejo de metabolización del DNA, como
polimerasas, ribosomas, tRNAs, histonas, dNTPs, precursores para la síntesis de macromoléculas, etc. Por otra parte,
también posee determinantes citoplasmáticos, RNAs y proteínas que especifican tejidos y tamaños del embrión
1.2.1. Oogénesis
Un oocito es un óvulo en desarrollo. Su diferenciación en un óvulo maduro supone una seria de cambios que se
producen coordinados con las etapas de la meiosis, mediante la cual las células germinales experimentan dos
divisiones especializadas. Los oocitos se mantienen en profase I durante un periodo largo de tiempo mientras crecen
en tamaño y, en muchos casos se paran de nuevo en la metafase II esperando la fecundación.
Las células primordiales germinales (PGCs) migran hacia la gónada en formación convirtiéndose en oogonias (unos 7
millones), que proliferarán por mitosis y se diferenciarán en oocitos primarios. En este estadio comienza la división
meiótica: el DNA se replica, los cromosomas homólogos se aparean a lo largo de su eje, y se producen los
entrecruzamientos entre cromátidas no hermanas. La célula se para en la profase de la meiosis I, durante un periodo
de tiempo que hasta puede representar años, según la especie. Durante éste, los oocitos primarios sintetizan la
cubierta vitelina y los gránulos corticales, se acumulan ribosomas, vitelo, glucógeno, lípidos y mRNA.
La maduración de los oocitos (ya existiendo menos de medio millón, y disminuyendo notablemente a medida que la
edad de la hembra aumenta o disminuye su peso; esto sucede mediante apoptosis azarosa) no se produce hasta la
madurez sexual, cuando son estimulados por hormonas para reanudar la meiosis I: se condensa el material genético y
se rompe la envoltura nuclear. Sucede la primera división meiótica, y el citoplasma se divide asimétricamente dando
lugar a dos células de tamaño diferenta: un pequeño corpúsculo polar y un gran oocito secundario. Éste es el precursor
del óvulo, que lo generará luego de la segunda división meiótica, donde generará otro corpúsculo polar haploide.
En la mayoría de los vertebrados, se desarrolla hasta la metafase de la meiosis II, y se detiene hasta la fecundación.
En la oocitación, el oocito secundario se desprende del ovario y madura rápidamente para poder ser fecundado.
Existen dos tipos de ovogénesis: la panoística, en la que el óvulo posee toda la maquinaria propia para su
mantenimiento, crecimiento y diferenciación (como sucede en humanos) o meroística, en la que el óvulo se rodea de
células nodriza que sintetizan las sustancias que necesita para su funcionamiento y las exportan a él previamente a su
diferenciación final.
1.2.2. Mecanismos de crecimiento
Los oocitos necesitan mecanismos especiales para alcanzar su gran tamaño, ya que hay limitaciones espaciales y
temporales que dificultan la eficacia de un crecimiento autónomo. Una estrategia sencilla consiste en disponer de
copias extra de genes, por lo que el oocito retrasa el final de la primera división meiótica, creciendo mientras su
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dotación cromosómica diploide está duplicada. Otros, generan copias extras de DNA para elevar la tasa de expresión
génica de ciertos genes puntuales.
El vitelo es sintetizado en otras células, al igual que parte de la maquinaria propia del oocito, sintetizada en las células
nodriza de los insectos. El ovario también posee células foliculares, presentes en algunos vertebrados e invertebrados,
que se disponen como una capa de células epiteliales alrededor del oocito y se conectan con él a través de uniones
gap, que permiten el intercambio de moléculas pequeñas: precursores de macromoléculas. También intervienen en la
formación de las cubiertas del oocito, algunas son endocitadas por el ovocito en crecimiento, controlan las asimetrías
axiales del mismo, etc.
1.2.3. Folículos
Los folículos son estructuras de producción hormonal y control del desarrollo del ovocito. No obstante, es el ovocito el
que controla la proliferación de las células de la granulosa, su crecimiento, su actividad hormonal y su diferenciación a
células de la teca. Se componen por una variedad notable de células. Cada una, con sus funciones especiales y en
proporción distinta de acuerdo a las necesidades del organismo. Entre los folículos más notables encontramos, por
orden de aparición, a:
(a) Folículos primordiales: son alargados y se presentan rodeando al oocito en una capa de 4 a 8 células (la
pregranulosa).
(b) Folículos primarios: son similares a los primordiales, y rodean al oocito de la misma manera, aunque sus células
poseen forma cuboidal.
(c) Folículos secundarios: tienen más de una capa de células de granulosa, y sobre éstas, las células de la teca. Se
comunican entre ellas por contacto directo, y con el oocito por uniones gap mediadas por ZP-.
(d) Folículos antrales: presentan una cavidad, el antro, entre las células de la granulosa, llena de líquido folicular (rico
en lípidos y proteínas) que terminará rodeando completamente al oocito.
(e) Folículos de Graff: son folículos antrales de gran tamaño. Son los que llegan a la etapa de ovulación.
Las células de la teca son las responsables de la respuesta hormonal a hormona luteinizante, generando progesterona
y testosterona. Esta última será la que permitirá a las células de la granulosa a hacerse sensibles a la hormona folículo
estimulante, y darle su capacidad de generar estradiol.
1.2.4. Cubiertas accesorias de los ovocitos
Los ovocitos poseen cubiertas accesorias que los ayudan a sobrevivir en el medio en el que se desarrollan. Su
composición, morfología y disposición varía notablemente de una especie a otra. Por ejemplo, los oocitos de erizos de
mar y anfibios poseen una cubierta vitelina gelatinosa, que protege mecánicamente al ovocito y sirve como sitio de
unión de los espermatozoides. También poseen una cubierta gelatinosa exterior, que además de protección sirve como
barrera para la entrada de los espermatozoides. Las aves, por su parte, protegen a su ovocito con una cáscara rígida
permeable solo a los gases.
Los mamíferos por su parte poseen dos cubiertas propias: la zona pelúcida y la corona radiata. La primera se forma
por glicoproteínas denominadas ZP- sintetizadas por las células de la granulosa. La ZP3 interviene en la unión del
extremo del espermatozoide, la ZP2 en la unión de la parte lateral del esperamatozoide y la ZP1 entrecruza a ZP2 y
ZP3 manteniendo la integridad de la capa.
La corona radiata se compone de células foliculares que rodean a la zona pelúcida, y poseen funciones protectoras, y
participa en el transporte del óvulo por los oviductos. Además, es la encargada de la secreción de estrógeno y la
formación del cuerpo lúteo que secretará estrógeno y progesterona.
1.3. Espermatozoides
Es la gameta masculina, optimizada para la propagación de los genes paternos utilizando las reservas maternas, ya
que es muy móvil e hidrodinámica, lo que le proporciona velocidad y eficacia. Poseen un potente flagelo que les da
impulso para desplazarse en el medio acuoso, pero no poseen orgánulos citoplasmáticos inútiles en la transmisión de
DNA al oocito. No obstante, posee muchas mitocondrias colocadas estratégicamente para proporcionar eficazmente la
energía que necesita el flagelo para su movimiento.
Están formados por dos regiones, morfológica y funcionalmente distintas, limitadas por una única membrana
plasmática. La cola lo impulsa y ayuda a atravesar la cubierta del oocito, está compuesta por un largo flagelo que se
origina justo debajo del núcleo y mueve gracias a dineína, una proteína dependiente de ATP que lo obtiene por un
cúmulo de mitocondrias que se encuentran en la arte anterior de la cola (o pieza intermedia). La cabeza contiene un
núcleo superempaquetado que impide la transcripción del DNA (además este se une a proteínas positivas
denominadas protaminas, muy compactas), además, posee una vesícula acrosómica, un lisosoma modificado secretor
especializado, cercano a la envoltura nuclear, y que contiene enzimas hidrolíticas útiles en la destrucción de las
cubiertas protectoras del oocito.
1.3.1. Espermatogénesis
En el hombre, la meiosis y la espermatogénesis no empiezan hasta la pubertad y desde entonces se producen de
manera continua millones de espermatozoides en el epitelio que forma la pared de tubos del testículo llamados túbulos
seminíferos. Las PCGs inmaduras, denominadas espermatogonias se localizan alrededor del límite externo de éstos,
junto a la lámina basal, donde proliferarán por mitosis hasta espermatocitos primarios que entrarán en la profase
meiótica, y se dividirán por meiosis I generando dos espermatocitos secundarios haploides. Ambos entran en la
segunda división meiótica generando cuatro espermátidas haploides que se diferenciarán y madurarán en
espermatozoides. Cuando esto sucede, son liberados a la luz del tubo seminífero y serán conducidos por el epidídimo
para ser almacenados en los testículos y madurados completamente.
Las células germinales no completan la citocinesis ni durante la mitosis ni durantes las meiosis, sino que permanecen
conectadas por puentes citoplasmáticos, formando un sincitio. Esto se mantiene hsata la liberación de los
50
espermatozoides maduros al tubo seminífero. Esto se realiza para asegurarse de que la dotación génica de los
cromosomas X e Y sea útil para todas las células hijas.
2. Sistemas reproductores
Para reproducirse sexualmente, los animales deben poseer órganos productores de gametas, más allá que algunos no
poseen gónadas diferenciadas. El sistema reproductor humano, uno de los más complejos, posee además túbulos
accesorios y glándulas anexas que contienen y protegen a las gametas y al embrión.
2.1. Sistema reproductor masculino
Éste produce semen, una mezcla viscosa de espermatozoides y moléculas específicas para su viabilidad, y para lograr
una fecundación eficaz.
Los espermatozoides se generan en los testículos, generalmente localizados externamente, recubiertos por un saco
de piel denominado escroto. Esto se debe a que necesitan una temperatura más baja que la corporal para la
espermatogénesis.
2.1.1. Testículos
Consisten en túbulos seminíferos enrollados, donde ocurre la espermatogénesis. Cada túbulo está revestido por
epitelio estratificado, donde las espermatogonias ocupan la capa más externa, y moviéndonos hacia la luz del tubo, las
células germinativas (protegidas, nutridas y reguladas hormonalmente por las células de Sertoli) van mostrando sus
estadios progresivos de espermatogénesis.
Separando los túbulos seminíferos, se encuentra tejido conectivo y células de Leydig que producen las hormonas
sexuales masculinas.
Las espermátides generadas cerca de la luz del tubo, sufren ciertas modificaciones: pierden gran parte de su
citoplasma, generan un flagelo largo, ubican sus mitocondrias entre el núcleo y el flagelo, y generan un acrosoma
cefálico lleno de enzimas que permitirá su paso a través del óvulo.
2.1.2. Conductos espermáticos
Los espermatozoides se separan de las paredes del tubo seminífero y se dirigen hacia el epidídimo, donde se
almacenan, maduran y se hacen móviles. Luego, mediante el conducto deferente, se mueven hacia la uretra, por la
que saldrán al exterior.
2.1.3. Pene
Es un órgano muscular recubierto de piel indiferenciada, a excepción del extremo o glande, recubierto de piel fina y
sensible que responde a la estimulación sexual. Ésta genera respuestas en el sistema nervioso autónomo,
determinando la erección del pene, es decir, la dilatación de los vasos sanguíneos internos de éste, el llenado e
hinchamiento del tejido esponjoso y el taponamiento de los vasos de salida de sangre. De esta manera, se torna duro y
erecto, lo que facilita su inserción en la vagina.
La culminación del acto sexual propele el semen mediante la emisión (desde el epidídimo a la base de la uretra) y la
eyaculación (desde la base de la uretra hacia el exterior) mediante la contracción de músculos de los conductos
involucrados.
2.1.4. Glándulas accesorias
Secretan sustancias que componen el 60% del volumen total del semen. Entre ellas se encuentran:
(a) Glándulas bulbouretrales: secretan una solución alcalina y mucosa que neutraliza la acidez de la uretra y lubrica la
punta del pene.
(b) Vesícula seminal: secretan un moco proteico y viscoso, que posee fructosa para la alimentación de los
espermatozoides. También segrega la prostaglandina que estimula las contracciones del aparato reproductor femenino,
para ayudar a los espermatozoides a llegar al óvulo
(c) Glándula prostática: secreta una solución de sustancias que “hospitalizan” el medio intrauterino, y coagulan el
semen para hacerlo más viscoso.
2.1.5. Control hormonal masculino
El hipotálamo genera la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH) que estimula a la hipófisis anterior a secretar
hormona luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH). La primera estimula a las células de Leydig para producir
testosterona. Ésta y la FSH estimulan a las células de Sertoli para que realice espermatogénesis, y segregue Inhibina.
Tanto los niveles elevados de Inhibina como los de testosterona, inhiben la acción hormonal del hipotálamo y la
hipófisis anterior.
2.2. Sistema reproductor femenino
2.2.1. Conductos internos
Cuando el óvulo madura, pasa desde el ovario hasta el oviducto (o trompa de Falopio), recubierto de cilias que lo
empujan hasta el útero, una cavidad muscular. En éste se desarrollará si es fecundado.
En la parte inferior del útero se encuentra la vagina, por donde entrarán los órganos accesorios masculinos que
depositarán los espermatozoides y saldrá el feto.
2.2.2. Órganos externos
En la parte externa de la vagina se encuentran los labios menores y los mayores, pliegues de piel coronados por un
bulbo eréctil denominado clítoris que colaboran en la estimulación sexual.
En niñas, la abertura vaginal está obstruida parcialmente por el himen, una membrana delgada protectora.
2.2.3. Fecundación
Los espermatozoides nadan y son impulsados por contracciones vaginales hasta encontrarse con el ovocito
secundario en el oviducto superior. Allí se produce la segunda división meiótica y la fecundación, generándose el cigoto
que prontamente se dividirá y formará el blastocisto. Éste se moverá hacia el útero donde se fija al revestimiento
epitelial o endometrio.
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El blastocisto se implanta en el endometrio, formando la placenta, que se encargará de intercambiar nutrientes y
productos de desecho entre la sangre de la madre y el embrión.
2.2.4. Ciclo ovárico
Es la producción de óvulos y hormonas. Dura aproximadamente 28 días. En la primera parte, un ovocito primario
madura en uno secundario y es expulsado del ovario. En la segunda, ciertas células ováricas desarrollan funciones
endocrinas, que perderán si el óvulo no es fecundado.
La cantidad de ovocitos primarios disponibles, disminuye con el tiempo, hasta que entrando en la menopausia
(alrededor a los 50 años) no queda ninguno.
Por cada ciclo ovárico maduran hasta 12 folículos a la vez, agrandándose sus ovocitos primarios. Sólo uno será el
más grande e inhibirá a los otros para que dejen de crecer. Las células foliculares lo nutrirán para que obtenga todos lo
necesario para alimentarse en el caso de ser fecundado.
Después de dos semanas de crecimiento, el folículo se rompe y el óvulo es liberado (ovulación), quedando las células
foliculares en una masa denominada cuerpo lúteo que funcionará como glándula de producción de progesterona y
estrógenos por dos semanas, si el óvulo no es fecundado.
2.2.5. Ciclo uterino
Crea un ambiente apropiado para el embrión en el caso de la fecundación. Se da paralelamente al ciclo ovárico.
A los 5 días de empezado este, el endometrio crece y se prepara para recibir al blastocisto. Si éste no llega, se rompe,
se descama y se elimina por la vagina (menstruación).
2.2.6. Control hormonal femenino
Desde la pubertad, el hipotálamo secreta la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH) que estimula a la hipófisis
anterior para que secrete hormona luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH). Estas generan secreción de
estrógenos (E) por el ovario.
Algunos días antes de que comience la menstruación, aumenta la secreción de FSH y LH (por la hipófisis), que
generan la proliferación folicular ovárica y la mayor producción de E. Éste estimula el crecimiento del endometrio, e
inhibe la producción de GnRH. A mitad de ciclo, el E incita a la hipófisis y ésta genera un pico de LH y FSH que
producen la ruptura del folículo y la liberación del óvulo.
Las células foliculares forman el cuerpo amarillo que secreta E y progesterona (P). El E y la P mantienen el endometrio
e inhiben la liberación de GnRH.
Si no hay fecundación el cuerpo amarillo se degenera y por falta de P, el endometrio se fisura y comienza la
menstruación. Asimismo, por falta de E, retornan los niveles de GnRH, LH y FSH, comenzando el ciclo nuevamente.
Si hay fecundación, las capas de células que recubren al blastocisto secretan gonadotrofina coriónica humana (hCG)
que mantiene al cuerpo amarillo funcional. Luego de unos días, también producen E y P, impidiendo la secreción de
GnRH, y la repetición del ciclo, para permitir el desarrollo del embrión.
2.2.7. Ciclo éstrico
Se da en ciertos animales y se denomina etapa de celo. Tiene una basa molecular y hormonal similar al ciclo
menstrual pero con dos grandes diferentes: el endometrio no se elimina en forma hemorrágica en la menstruación, sino
que el útero lo reabsorbe. Por otra parte, la receptividad sexual de la hembra se limita a un periodo de tiempo
determinado.
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(a) disminución de la concentración de colesterol (por la albúmina) de la membrana plasmática para aumentar su
fluidez,
(b) pérdida de proteínas unidas a membrana
(c) hiperpolarización y activación de canales de calcio
(d) aumento de la fosforilación de residuos de tirosina
(e) hiperactivación flagelar
1.3. Reconocimiento ovocito-espermatozoide
Se da por la acción de ciertos receptores de membrana de los espermatozoides sobre las glicoproteínas ZP3 de la
zona pelúcida. De hecho, las más comunes en mamíferos son las SED y las GalT, un tipo de galactosidil transferasas
que reconoce n-acetilglicosamina, un componente principal de la zona pelúcida.
1.4. Reacción acrosómica
La proteína ZP3 es crucial no solo por ser el sitio de unión espermatozoide-ovocito, sino también por desencadenar la
reacción acrosómica, es decir la liberación de las enzimas hidrolíticas de la vesícula acrosómica sobre las
glicoproteínas de la zona pelúcida. Comienza con el ingreso de calcio en el citosol del espermatozoide que induce a la
exocitosis del contenido de la vesícula acrosómica.
Al suceder, no solo el espermatozoide penetra hacia el ovocito sino que queda fuertemente unido a moléculas de la
cubierta vitelina de la zona pelúcida.
Cabe destacar que en otras especies existen mecanismos distintos, por ejemplo, los erizos de mar utilizan una
proteína perforadora llamada bindina que genera proyecciones de actina para agujerear la membrana plasmática del
ovocito. Existen diversos métodos de anclaje entre ambas células, incluyendo proteínas similares a integrinas (como la
PH30 o fertilina), receptores con proteínas G, etc.
1.5. Reacción cortical y bloqueo de la polispermia
Los receptores de unión entre las membranas del espermatozoide y el ovocito se encuentran en la región lateral del
espermatozoide, por lo que se observa un ingreso lateral de este hacia la membrana plasmática del ovocito.
Cuando ingresa más de un espermatozoide al óvulo, lo que se denomina polispermia, se forman múltiples husos
mitóticos o husos multipolares, dando lugar a una segregación anormal de los cromosomas, y se detiene el desarrollo.
Por lo tanto, se han desarrollado dos métodos de bloqueo de la polispermia: uno rápido o primario, y uno lento o
secundario.
1.5.1. Bloqueo primario
El bloqueo primario impide un ingreso inmediato de nuevos espermatozoides al ovocito. Esto lo logra abriendo canales
iónicos del mismo, despolarizando la célula. Sin embargo, este efecto no es duradero, por lo que se necesito algún
modo extra para evitar la polispermia.
1.5.2. Bloqueo secundario
El bloqueo secundario está dado por la reacción cortical, iniciada por la fusión entre las gametas, lo que induce un
aumento de calcio intracelular. En el córtex del ovocito (región del citosol cercano a la membrana) se encuentran
vesículas provenientes del aparato de Golgi (los gránulos corticales) que portan enzimas que alteran la estructura de la
cubierta vitelina. El calcio las hace fusionarse con la membrana plasmática y liberar su contenido al espacio
extracelular, endureciendo la cubierta vitelina por degradación de ZP2 y la hidrólisis de los azúcares de ZP3.
1.6. Activación del cigoto
El calcio liberado en el citosol del ovocito aumenta las tasas de respiración y síntesis proteica, de manera rápida. Esto
prepara al sistema para su primera división mitótica, activando procesos transcripcionales y metabólicos debido
además a un cambio en el pH interno.
Los dos núcleos haploides del huevo y el espermatozoide no se fusionan hasta que la mitosis está por comenzar, sino
que se acercan y se interdigitan para mantenerse unidos hasta que esto suceda.
El espermatozoide proporciona un centríolo al cigoto, carente en el ovocito, para generar un centrosoma que será el
que ensamblará el primer huso mitótico para la primera mitosis.
2. Desarrollo animal
Desde la aceptación de la teoría celular, la pregunta de cómo un cigoto puede generar un organismo pluricelular
adulto. En un principio, la hipótesis más aceptada era la de la preformación, que aseguraba que el óvulo o el
espermatozoide contenían un organismo en miniatura que solo crecía durante el desarrollo embrionario. Se
necesitaron muchos años para lograr la aceptación de la teoría epigenética, que asegura que los individuos provienen
de materia no formada y adquieren su forma gradualmente, durante el desarrollo embrionario y no previamente.
Es el genoma del cigoto el que determinará el desarrollo del embrión, ya que será el que controle el proceso de
diferenciación de las células embrionarias, con el fin de especializarlas en estructura y función. Este proceso se da a la
par de la adquisición de la forma del organismo, o morfogénesis.
Es sorprendente que gran parte de la maquinaria básica del desarrollo animal sea la misma, no solo en vertebrados
sino también en invertebrados. Las moléculas relacionadas evolutivamente definen los tipos celulares especializados,
marcan las diferencias entre las regiones del cuerpo y colaboran en la generación del patrón corporal. Muchas veces
existen proteínas homólogas que hasta son intercambiables funcionalmente entre especies muy diferentes.
2.1. Caracteres anatómicos básicos compartidos
Los caracteres morfológicos básicos de los animales son similares: deben tener una boca, un intestino, músculos,
nervios, piel, etc. No es difícil imaginarse que el esquema básico anatómico primordial sea común a todos los animales.
Un cigoto comienza su desarrollo con la segmentación, dando lugar a numerosas células más pequeñas
(blastómeras) que se unen formando una hoja epitelial orientada al medio exterior. Esto sucede por un ciclo celular que
oscila entre las etapas M y S, sin periodos de crecimiento (G), por lo que no aumenta la masa del cigoto.
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Originará tres capas de células que conforman una estructura esférica hueca (gástrula) La parte externa (o ectodermo)
originará la piel y el sistema nervioso. La media (o mesodermo), será la precursora de los músculos, de los tejidos
conjuntivos y de otros componentes de lo más diversos. Mientras que la interna (o endodermo), originará el tubo
digestivo, sus órganos accesorios y los pulmones.
Esta transformación desde una simple bola o esfera hueca de células a una con intestino, se denomina gastrulación.
2.2. Polaridad
Los ovocitos y los cigotos de muchos animales (aunque no los mamíferos) están polarizados, y esta polaridad está
definida por la distribución del vitelo mayoritariamente localizado en el polo vegetal´(parte inferior). El contenido
citoplasmático del óvulo no está homogéneamente distribuido y se relocalizar luego de la fecundación, por ejemplo, el
ovocito de Xenopus laevis posee distintos mRNAs en sus polos, lo que induce una polarización.
Esto conduce a que distintas células heredan distintos citoplasma, y por tanto generarán estructuras diferentes, al
complementar esto con señales autocrinas y comunicación celular con sus vecinas.
La fecundación también interviene, ya que será la determinante en la determinación del eje animal-vegetal o antero-
posterior. Luego, otras polaridades determinarán los otros dos ejes principales: el dorso-ventral y el mediolateral.
Generalmente es el desplazamiento interno (también inducido por la fecundación) el que determinará el eje dorso-
ventral, debido a los desplazamientos precisos del sistema de actina del córtex y la extensión de la reacción cortical.
En Xenopus laevis este fenómeno se observa fácilmente debido al desplazamiento de los gránulos de pigmentos que
posee en su extremo animal. Cuando sucede la fecundación, el centríolo que trae el espermatozoide reorganiza el
citoesqueleto y los gránulos de pigmento se organizan por la rotación de unos 30º hacia el sitio de ingreso del
espermatozoide. La banda antes pigmentada pero ahora despigmentada se conoce como medialuna gris y es ella la
determinante del eje dorsal.
3. Desarrollo en anfibios
Los anfibios poseen una secuencia de desarrollo muy útil para explicar el desarrollo en vertebrados ya que es la
primera aparición evolutiva de los movimientos celulares como método básico para el modelado del cuerpo del
organismo
3.1. Segmentación y gastrulación
Luego de la segmentación, los determinantes distribuidos asimétricamente en el huevo se reparten en células
diferentes con destinos diferentes. Los rápidos procesos que forman parte de la segmentación impiden la transcripción,
por lo que el embrión segmentado depende casi exclusivamente de las reservas que se acumularon mientras se
desarrollaba como oocito. Luego de unos 12 ciclos de segmentación, los ciclos celulares empiezan a seguir el patrón
estándar, por lo que se llega a una transición a hemiblástula. Luego, se obtendrá una esfera hueca con una cavidad
interna llena de fluido (blastocele), delimitada por células cohesionadas entre sí que forman una sola hoja epitelial: una
blástula.
Un poco más tarde, comienzan los movimientos coordinados de la gastrulación que la convierten en una estructura
pluriestratificada con un tubo digestivo central y una simetría bilateral. Las células del futuro endodermo (que se
desplazarán hacia el interior, dando lugar al intestino primitivo) comenzarán a plegarse hacia el interior desde el polo
vegetal y dorsal (formando el labio dorsal del blastoporo), girando hacia el interior y moviéndose hacia el polo animal,
formando la parte anterior del tubo digestivo. Luego, serán las células que darán origen al mesodermo las que migrarán
hacia la capa media, primero las del eje anterior y luego las del posterior. Por último, las células que darán origen al
ectodermo cubrirán a todas y finalizará el proceso de gastrulación.
Cabe destacar que la cavidad interna no es más el blastocele, sino la cavidad intestinal o arquenterón, cuyas paredes
están formadas íntegramente de endodermo. El plan corporal generado por estas tres hojas embrionarias se
mantendrá durante el crecimiento del embrión.
3.2. La neurulación
La gastrulación no es el único proceso de desplazamiento celular que modela las diferentes partes del cuerpo. Justo
después de esta, el estrato de mesodermo del embrión se divide en dos láminas independientes, una del lado derecho
y otra del lado izquierdo. Es una especialización temprana del mesodermo (la notocorda) la responsable de la
definición del eje central del cuerpo y de esta separación.
La notocorda deriva de células del Organizador de Spemann, como se denomina al labio dorsal del blastoporo. Es una
fina hilera de células con ectodermo por encima, endodermo por debajo y mesodermo a los lados. Luego, en el
desarrollo avanzado, actúa como núcleo alrededor del cual se juntarán finalmente otras células mesodérmicas para
formar las vértebras.
En la hoja ectodérmica superior a la notocorda, se formarán los rudimentos del sistema nervioso: la neurulación. Una
vasta región central de ectodermo (o placa neural) se engruesa y enrolla en un tubo que se desprenderá del resto del
ectodermo: el tubo neural, encargado de originar la médula espinal y el cerebro en el desarrollo avanzado. Corre
paralelo a la notocorda y está cubierto por la cresta neural (una masa fina de células), y por una capa de tejido
ectodérmico de recubrimiento.
3.3. La somitogénesis
Un vertebrado requiere la formación de segmentos en el eje corporal. En cada lado del tubo neural recién formado, se
establece una placa de mesodermo que se fragmenta en bloques separados por hendiduras, los somitos. Éstos se
forman empezando en la cabeza y terminando en la cola, en un número variable según la especie (pudiendo llegar
hasta 300 en serpientes). La somitogénesis se basa en expresión génica diferencial: las células que formarán la parte
anterior del somito expresan ciertos genes, mientras que las que formarán la parte posterior del mismo, expresarán
otros.
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Los somitos darán origen a las células musculares y las separaciones del cuerpo de acuerdo a la disposición de las
vértebras de la columna vertebral.
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Sin embargo, el hito evolutivo principal fue la protección de la semilla por el ovario de la planta, el que dará origen al
fruto, que servirá para esparcirlo y protegerlo: surgen las angiospermas. Constituyen el grupo vegetal dominante en la
actualidad (más de 2.105 especies). Se subdividen a su vez de acuerdo a un conjunto de características anatómicas y
fisiológicas en: (a) Dicotiledóneas (1,7.105 especies), plantas tanto herbáceas (solo tejidos verdes y flojos) como
árboles (con crecimiento secundario), y (b) Monocotiledóneas (6,5.10 4 especies), solo herbáceas.
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Están compuestas por cuatro espirales o verticilios de hojas modificadas denominados órganos florales, separadas por
internodos muy pequeños. Esto son los sépalos, pétalos, estambres y carpelos, y se adhieren a una parte del tallo
denominada receptáculo. Los sépalos encierran y protegen la yema de la flor antes de que se abra, son verdes y tienen
más aspecto de hojas. Los pétalos tienen colores brillantes y hacen a la flor atractiva para los polinizadores.
Los estambres y carpelos son los órganos reproductivos. Los estambres se constituyen por un tallo fino o filamento y
una estructura terminal llamada antera dentro de la cual se produce el polen. Los carpelos poseen un ovario en su
base y un cuello largo y delgado llamado estilo, en cuyo extremo hay una estructura pegajosa llamada estigma que
sirve de plataforma de aterrizaje para el polen. Dentro del ovario hay uno o más óvulos cuyo número depende de la
especie. Los carpelos tienden a fusionare en una estructura única: el pistilo.
2.4.2. Semillas
Una semilla es una especialización del óvulo de la flor para esparcir, proteger y nutrir al embrión en crecimiento. El
embrión se rodea por una reserva de alimentos en forma de cotiledones, endospermo o ambos, adquiriendo un estado
de latencia por deshidratación. El embrión y la reserva de alimento están envueltos por una cubierta dura y protectora
llamada testa que se forma a partir de los integumentos del óvulo.
Las dicotiledóneas poseen semillas con embriones alargados, en forma de Y, siendo los brazos de la misma los
epicotilos, la pata inferior la radícula y el sitio de unión el hipocotilo. En el extremo libre de cada epicotilo nacen hojas
minúsculas. Los cotiledones, poseen almidón. En algunos casos (como en el ricino), los dicotiledones son muy finos y
no reservan alimento, sino que para eso se encuentra un tejido especializado: el endospermo.
Las monocotiledóneas tienen un solo cotiledón denominado escutelo, muy delgado y sin fines de reserva. También
poseen un endospermo rico en alimento. El embrión se recubre de coleóptilo (en el brote) y de coleorriza (en la
radícula).
2.4.3. Frutos
El ovario de la flor se desarrollará en un fruto que encierra y protege a las semillas, además de contribuir a su
dispersión. La pared del ovario se ensanchará en pericarpio. Cuando un fruto madura, se hace más pulposo, suave y
comestible. Las paredes celulares se aflojan y hay un cambio de color, además de aumentar el metabolismo de los
hidratos de carbono para aumentar la dulzura y la producción de sustancias volátiles atrayentes (como aldehídos o
ácidos carboxílicos).
Los frutos se clasifican según la cantidad y el origen de los carpelos que le dan origen:
(a) Los simples provienen de un solo carpelo o de un pistilo de una flor única, pudiendo ser blandos o secos.
(b) Los agregados provienen de varios carpelos separados de una misma flor, como en las frutillas.
(c) Los múltiples consisten en carpelos pertenecientes a más de una flor, que se fusionarán mientras maduran, como
en los ananás.
3. Histología vegetal
3.1. La célula vegetal
Las células vegetales son eucariotas, por lo que poseen una notable compartamentización interna, dada por orgánulos
membranosos que cumplen funciones determinadas. La mayoría de los orgánulos presentes en células animales se
encuentran presentes en células vegetales, con excepción de los peroxisomas. Sin embargo, las células vegetales
cuentan con otras estructuras celulares distintas y que no se encuentran en células animales:
(a) El cloroplasto, es el orgánulo responsable de la fotosíntesis, ya que contiene la maquinaria molecular necesaria
para la captación de la luz y la fijación del carbono. Es donde se almacena la clorofila, el pigmento fotosintético, lo que
le da color verde, y es el que otorga ese color a la célula entera.
(b) Las grandes vacuolas, que aunque pueden estar presentes en células animales, el tamaño y la importancia que
tienen en una célula vegetal son incomparables. Ocupan más del 80% del volumen celular e intervienen en el
crecimiento y la determinación de la forma.
(c) La pared celular, externa a la membrana plasmática y responsable de la protección y el sostén de la célula y la
planta. Se compone de la pared primaria, más externa y puramente de celulosa, y la pared secundaria, más interna y
que contiene lignina que la impermeabiliza y endurece. La separación entre dos células se da por una laminilla media,
de pectina, con consistencia gelatinosa.
(d) Los plasmodesmos, canales de comunicación directa entre las células que facilitan el transporte de nutrientes y la
comunicación celular.
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meristemas laterales o cambiums son tejidos meristemáticos cilíndricos que se ubican a lo largo de las raíces y los
tallos, generando crecimiento secundario, es decir, aumento del grosor. Los cambiums se dan en plantas leñosas, y
pueden ser vasculares (que aporta capas de tejido vascular secundario) o de corcho (que reemplaza la epidermis por
peridermis, más gruesa y rígida).
Las células meristemáticas son pequeñas, con citoplasma denso (por una baja densidad y volumen de vacuolas), solo
paredes primarias y núcleos grandes, ya que su división celular es frecuente. Algunos productos de esta división
quedan en el meristema (células iniciales) y producen nuevas células, mientras que otros, sufren diferenciación y se
incorporan a los tejidos y órganos de la planta en crecimiento (células derivadas).
3.2.2. Parénquima
Poseen solo paredes primarias delgadas y flexibles. El protoplasto posee una gran vacuola central, y no se observa
especialización en estructura o función. Realizan las funciones metabólicas usuales de la planta: síntesis y reserva de
productos orgánicos. Sin embargo su diferenciación es potencial de acuerdo a las condiciones a las que se enfrente.
3.2.3. Colénquima
Sus células se agrupan en cadenas o cilindros y ayudan a sostener las partes jóvenes de los brotes de la planta.
Poseen solo paredes primarias más gruesas y poco uniformes, carentes de lignina, por lo que son rígidas y resistentes
pero flexibles. Se compone de células colenquimáticas angulares y tangenciales.
3.2.4. Esclerénquima
Sus células son mucho más rígidas y funcionan como elementos de sostén, pero debido a la presencia de paredes
secundarias lignificadas, participan en un sostén incapaz de alargarse y presente en zonas con crecimiento detenido.
Muchas de ellas son células muertas, e incluso mueren antes de que termine el crecimiento total, por lo que las
paredes se forman en forma espiralada para poder elongarse como un resorte al alargarse la célula.
Existen dos tipos de células esclerenquimáticas: las esclereidas, más cortas y de forma irregular con paredes muy
gruesas, presentes fundamentalmente en cáscaras, y las fibras, filamentosas, largas, delgadas y fusiformes, muy
resistentes y útiles en la industria.
3.2.5. Epidermis
Sirve de protección del cuerpo secundario de la planta. Está compuesta por diversos tipos celulares, generalmente con
células pequeñas y cuboidales, unidas muy fuertemente entre sí para servir de barrera biológica.
No poseen cloroplastos y pueden especializarse para dar origen a los estomas, útiles en el intercambio gaseoso.
3.2.6. Xilema
Es un tejido especializado en el transporte de agua desde las raíces hacia el sistema aéreo. Está compuesto por dos
tipos de células: las traqueidas y los elementos vasculares. Ambos son células tubulares y alargadas, muertas en su
madurez funcional.
Cuando el protoplasto de una traqueida o un elemento vascular se desintegra, las paredes celulares gruesas de la
célula permanecen y forman un conducto muerto por el que circula agua. Las paredes secundarias normalmente se
ven interrumpidas por hoyuelos, regiones más delgadas en las que solo hay paredes primarias por la que el agua
puede migrar libremente hacia la célula vecina.
Las traqueidas son largas y delgadas con extremos fusiformes, con paredes secundarias lignificadas y rígidas, lo que
evita que colapsen por la presión que soportan y aportan algo de sostén. Los elementos vasculares son más anchos,
cortos y de pared más delgada, sin la forma fusiforme, sino que se alinean uniendo sus extremos perforados, formando
microcanales largos llamados vasos, donde el agua circula libremente.
3.2.7. Floema
Es un tejido especializado en el transporte de productos orgánicos. Son células vivas, denominadas miembros del
tubo criboso, largas y delgadas. Carecen de núcleo, ribosomas y vacuolas, para que los nutrientes atraviesen la célula
con facilidad. Las paredes que conectan a dos miembros del tubo criboso se denominan placas cribosas y poseen
poros que facilitan el paso del líquido de una célula a otra. A los lados de cada miembro del tubo criboso, hay una
célula no conductora llamada célula acompañante conectada a los miembros por plasmodesmos y que los sirven de
nutrientes y metabolitos para sobrevivir, además de ayudar en la carga de los productos orgánicos.
3.3. Sistemas de tejido vegetal
Cada órgano de la planta posee tres sistemas de tejidos. Un sistema de tejidos es una organización de uno o más
tejidos organizados en una unidad funcional que conecta los órganos de la planta. Son el sistema de tejido dérmico, el
de tejido vascular y el de tejido fundamental.
3.3.1. Sistema de tejido dérmico
Es la cubierta protectora externa y forma la primera línea de defensa contra el daño físico o contra agentes patógenos.
Está formado generalmente por una sola capa de células compactadas, la epidermis. En plantas leñosas, también
encontramos al peridermo, más resistente. En la mayoría de las plantas, sobre la epidermis hay una capa cérea
denominada cutícula que ayuda a evitar la pérdida de agua.
Ciertas células del sistema poseen funciones especiales, como por ejemplo, los pelos radiculares absorben agua y
minerales, los tricomas protegen mecánicamente y evitan la pérdida de agua, etc.
3.3.2. Sistema de tejido vascular
Permite el transporte de sustancias a distancias alejadas entre las raíces y los brotes. Está compuesto por el xilema y
el floema. El tejido vascular de una raíz o tallo se denomina estela, y su disposición es variable según la especie y el
órgano. La estela de la raíz es generalmente cilíndrica (el cilindro vascular), mientras que la de los tallos y hojas se
divide en fascículos vasculares.
3.3.3. Sistema de tejido fundamental
Es el que se encuentra en el interior de la planta, realizando las funciones de fotosíntesis, sostén y almacenamiento.
3.4. Organización tisular en los órganos fundamentales
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3.4.1. Hojas
Las hojas poseen características morfológicas puntuales, entre las que encontramos:
(a) La barrera epidérmica de una hoja está interrumpida por estomas, orificios que permiten el intercambio de gases y
agua de las células fotosintéticas parenquimatosas. Está delimitado por dos células guardianas que regulan la apertura
y el cierre del poro.
(b) El tejido fundamental encerrado entre las epidermis se denomina mesófilo, formado por células del parénquima.
Hay dos zonas, la zona del mesófilo en empalizada formado por una o más capas de células alargadas situadas en la
parte superior de la hoja, con una gran densidad de cloroplastos, y la zona del mesófilo esponjoso, que se encuentra
por debajo y las células irregulares se separan entre sí por espacios de aire.
(c) El tejido vascular de cada hoja se continúa con el tejido vascular del tallo. El trazo de la hoja es un pequeño haz
vascular que se extiende desde el tallo a través del pecíolo y se introduce en la hoja. Las venas son los haces
vasculares de la hoja que se subdividan y ramifican. Cada vena está cubierta por una vaina fascicular protectora
formada por células parenquimatosas que le dan sostén y sirven de esqueleto a la hoja.
(d) Ciertas células epidérmicas poseen apéndices de diversa forma, estructura y función denominados tricomas, que
pueden permanecer durante toda la vida de la planta o ser efímeros. Sirven de protección mecánica y disminuyen la
evaporación de agua.
(e) Ciertas células epidérmicas son largas y finas, llamándose pelos simples unicelulares que poseen la misma función
que los tricomas y sirven como fibras textiles en la industria.
(f) La disposición de las venas en una hoja se denomina venación o nervadura. En hojas con venación cerrada, las
venas se ramifican y anastomosan entre sí formando una red que facilita la difusión de líquidos, asegurando la nutrición
de la hoja incluso se es rasgada o herida. Se pueden identificar venas mayores y menores. En hojas con venación
abierta, todas las venas acaban libremente en el interior de las hojas o en sus márgenes, sin presentar anastomosis.
3.4.2. Raíces
Además de la disposición auxonomorfa o fasciculada de las raíces, característica de dicotiledóneas y
monocotiledóneas respectivamente, las raíces diferencian su crecimiento tisular en la disposición interna de sus tejidos
vasculares.
El extremo de la raíz está cubierto por una cofia o caliptra que protege al meristema apical, mientras éste avanza por
el suelo. El crecimiento se produce en la zona contigua al meristema, llamada zona de división celular. Luego, se
observa una zona de elongación, donde las células recién generadas se alargan hasta más de diez veces su longitud
original. Cuando lo logran, comienza la especialización de las células, diferenciándose y adquiriendo su madurez
funcional, esto sucede en la zona de maduración.
En la mayoría de las raíces, la estela es un cilindro vascular central y compacto. El xilema se irradia desde el centro en
dos o más rayos, y en los espacios entre éstos, se ubica el floema. Sin embargo, en algunas monocotiledóneas, existe
un núcleo central de células parenquimatosas (médula) rodeado de anillos alternados de xilema y floema.
El tejido fundamental de las raíces, llena la corteza, la zona ubicada entre el cilindro vascular y la epidermis,
almacenando nutrientes orgánicos y absorbiendo minerales desde el suelo. La capa más interna de la corteza se llama
endodermis, un cilindro de una sola célula de espesor que forma el límite con el cilindro vascular Las raíces laterales se
originan en el periciclo, una capa de células externa a la endodermis.
3.4.3. Tallos
La epidermis los cubre como parte del sistema de tejido dérmico continuo. El tejido vascular se extiende a lo largo de
los tallos en fascículos vasculares, y los brotes laterales se originarán en yemas axilares superficiales.
Los haces vasculares del tallo convergen con el cilindro vascular de la raíz, en una zona de transición cercana al
suelo. En las gimnospermas y en la mayoría de las dicotiledóneas, el tejido vascular está formado por fascículos
vasculares dispuestos en forma de anillo. En cada uno, el xilema se orienta hacia la médula y el floema hacia la
corteza. En muchos casos, luego del floema, cercano a la corteza, hay un haz de fibras de esclerénquima que da
resistencia y sostén al fascículo.
En monocotiledóneas, los haces no forman un anillo sino que se dispersan en todo el tejido fundamental en una
estructura conocida como cara de mono.
3.5. Diferenciación de angiospermas
Los distintos patrones de crecimiento tisular en angiospermas son un buen método de determinar si se trata de una
especie monocotiledónea o dicotiledónea. En la mayoría de los casos, permiten asegurar si una planta es o no
monocotiledónea pero no si es dicotiledónea, ya que las gimnospermas y algunas monocotiledóneas presentan
disposiciones similares.
Los principales parámetros para la determinación son:
(a) Estructuras embrionarias: los embriones de dicotiledóneas, como su nombre lo indica, poseen dos cotiledones,
mientras que los de monocotiledóneas, uno solo.
(b) Nervaduras: las monocotiledóneas son paralelinervadas, mientras que las dicotiledóneas son ramificadas.
(c) Disposición vascular en tallos: en dicotiledóneas, se disponen radialmente, mientras que en monocotiledóneas, se
dispersan por la médula.
(d) Flores: en dicotiledóneas, se observan múltiplos de cuatro o cinco pétalos, mientras que en monocotiledóneas, son
múltiplos de tres.
(e) Polen: en dicotiledóneas, los granos de polen poseen tres poros o hendiduras, mientras que en monocotiledóneas,
solo uno.
4. Crecimiento
El crecimiento de la planta responde a tres principios básicos:
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(a) El cuerpo de las plantas está dividido en módulos
(b) El tallo y la raíz presentan crecimiento indeterminado, ya que se continúa eternamente
(c) Los órganos reproductivos y las hojas poseen crecimiento determinado, ya que se detiene al alcanzar un tamaño
determinado.
4.1. Crecimiento primario
Es el responsable de la formación de nuevos órganos y el aumento de longitud en la planta. Se da por los meristemas
apicales, que están compuestos por sistema de tejido dérmico, vascular y fundamental como cualquier otro órgano.
En la parte externa del meristema, se encuentra el protodermo, una capa de tejido dérmico protector. Luego, al
sistema de tejido fundamental genera el meristema fundamental, donde se da la división propiamente dicha. Por último,
la región central se denomina procambium y es el sector de intercambio de nutrientes ya que se compone de tejidos
vasculares.
4.2. Crecimiento secundario
Es el responsable del engrosamiento del cuerpo de la planta y de los órganos preexistentes. Se da por los meristemas
laterales. Ocurre en las gimnospermas y gran parte de las dicotiledóneas.
4.2.1. Cambium vascular
Es un tejido cilíndrico meristemático entre el xilema y el floema que da nuevos xilemas interiores (xilemas secundarios)
y nuevos floemas exteriores (floemas secundarios). Se desarrolla a partir de células indiferenciadas y de células del
parénquima que recuperan la capacidad de dividirse.
Está compuesto por dos tipos de células: las iniciales fusiformes y las iniciales radiales. Las primeras producen células
alargadas como las traqueidas, los elementos vasculares, fibras del xilema y miembros del tubo criboso, células
acompañantes, parénquima y fibras del floema. Las segundas, son más cortas y se encuentran de forma perpendicular
al eje del tallo o la raíz, produciendo rayos vasculares: filas radiales de parénquima que funcionan en el transporte de
agua y nutrientes entre el xilema secundario y el floema secundario, además de participar en el almacenamiento de
almidón y otros nutrientes orgánicos.
A medida que un árbol envejece, las capas más antiguas de xilema secundario dejan de transportar agua y minerales
(se convierten en duramen), y se ubican cerca del centro del tallo o la raíz. Las capas más externas son las que
transportan savia y se denominan albura. Esto le permite a un árbol sobrevivir aunque el centro de su tronco sea
hueco, además de aumentar el transporte de agua a medida que crece.
Solo el floema secundario más joven, cercano al cambium vascular, funciona en el transporte de azúcar, ya que el más
antiguo se desprende y no se acumula como el xilema.
4.2.2. Cambium de corcho
Durante las primeras etapas del crecimiento secundario, la epidermis se empuja hacia fuera y se divide, se seca y se
desprende del talle o de la raíz, siendo reemplazada por dos tejidos producidos por el primer cambium de corcho,
originados en la corteza externa del tallo y en la capa externa del periciclo de las raíces.
Un tejido, el felodermo, es una capa fina de células parenquimatosas que se forman hacia el interior del cambium,
mientras que el corcho, se acumula hacia el exterior del cambium. A medida que las células maduran, depositan una
sustancia llamada suberina que funcionará como una barrera de protección por la pérdida de agua, el daño físico y la
acción de patógenos.
Sobre el peridermo se observan puntos dispersos, pequeñas áreas elevadas llamadas lenticelas que funcionan en el
intercambio de gases.
Las células del cambium de corcho no se dividen, sino que luego de diferenciarse, se crea una nueva capa de
peridermo hacia el interior. Las capas más antiguas se desprenden continuamente, en forma de una cubierta externa
protectora que rodea a la corteza.
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carpelo se da según la presencia de actividad del gen A, AB, BC o C, respectivamente. Por otra parte, también se ha
determinado, que si falta A, C toma su lugar y viceversa.
2.4.1. Fotoperiodicidad y floración
Los acontecimientos estacionales son críticos para los ciclos vitales de la mayoría de las plantas. La germinación de
las semillas, la floración y el comienzo y la interrupción de la dormancia de las yemas son estados que ocurren en un
momento específico del año. El estímulo ambiental que las plantas utilizan con mayor frecuencia para detectar la época
del año es el fotoperíodo, las duraciones relativas del día y la noche.
Existen dos tipos de plantas, de acuerdo a su fotoperiodicidad. Las plantas de días cortos necesitan un período de luz
más corto que una duración determinada para florecer, y lo hacen al finalizar el verano o en el otoño. Las plantas de
días lagos florecerán solo cuando el período de luz es varias horas más largo, por lo que lo hacen al final de la
primavera o al comienzo del verano. Por otra parte, también existen plantas de días neutros que no están afectadas
por el fotoperiodo y florecen cuando alcanzan cierto estado de madurez.
Más allá que esto sea cierto y la denominación se siga utilizando, el real estímulo no es la duración del día sino el de
la noche. De ahí que las plantas de días largos deberían llamarse plantas de noches cortas y viceversa. La precisión
con que las plantas detectan la duración de la noche es asombrosa, incluso sensibles hasta en un minuto sobre la
duración crítica.
El fotoperiodo también permitió dilucidar la presencia del florígeno. Cuando una planta con señales fotoperiódicas para
florecer se injerta con otra que con señales para no hacerlo, ambas florecen. Esto da la idea de que existe una
sustancia (o conjunto de sustancias) que circula por toda la planta e induce la floración de la misma, y se denomina
florígeno, y parece ser la misma para todo tipo de plantas, sin importar su fotoperiodicidad.
2.5. Desarrollo vegetal versus desarrollo animal
Existen ciertas diferencias notables entre el desarrollo vegetal frente al animal, que se relacionan directamente con la
versatilidad que las plantas deben poseer para una buena adaptación al medio:
(a) Morfogénesis indeterminada: las plantas generan órganos nuevos durante todo su ciclo vital. Más allá que los
órganos sexuales sí están determinados, los órganos vegetativos no lo están.
(b) Plasticidad: las plantas poseen una capacidad continua de cambiar en respuesta a las condiciones del ambiente
que las rodean.
(c) Las células parenquimatosas de las plantas (análogas a las somáticas de los animales) conservan una
potencialidad innata de dividirse y diferenciarse. Es decir, pueden transformarse en totipotenciales solo con una
adecuada ración de nutrientes y hormonas.
3. Reproducción en angiospermas
3.1. Ciclo de vida de las angiospermas
Los ciclos vitales de las plantas están caracterizados por la alternancia de una generación haploide (n) y diploide (2n).
La planta diploide (o esporofito) produce esporas haploides por meiosis. Éstas serán las encargadas de dividirse por
mitosis para generar a los gametofitos, pequeñas plantas haploides masculina y femenina que producen los gametos
masculino y femenino (la célula espermática y la ovocélula). La fecundación produce un cigoto diploide que se dividirá
por mitosis y formará nuevos esporofitos.
En las angiospermas, el esporofito es la generación dominante, ya que es la planta más grande, más conspicua y de
la vida más prolongada. Los gametofitos fueron reduciendo su tamaño y se hicieron totalmente dependientes de la
generación de esporofitos para su nutrición. En angiospermas, están constituidos solamente por unas pocas células.
Los gametofitos masculino y femenino se desarrollan en las anteras y en los óvulos. La polinización transporta el
grano de polen que contiene un gametofito masculino al estigma de una flor. La germinación del polen conduce al
gameto masculino (la célula espermática) hacia un gametofito femenino contenido en un óvulo embebido en el ovario
de una flor. La fecundación se produce dentro de cada óvulo, en el ovario. El óvulo se desarrollará y formará una
semilla, mientras que el ovario se transforma en un fruto.
3.2. Desarrollo del gametofito y polinización
Las anteras y los óvulos poseen esporangios, estructurs donde se producen esporas por meiosis y se desarrollan los
gametofitos.
Los granos de polen están compuestos por un gametofito masculino maduro rodeado por la pared de la espora y se
forman en el microesporangio, o saco de polen.
Un gametofito femenino, productor de ovocélulas o saco embrionario, e forma dentro de cada óvulo.
En las angiospermas, la polinización es la transferencia de polen desde una antera a un estigma. Si es satisfactoria, el
grano de polen produce una estructura denominada tubo polínico, que crece y se introduce dentro del ovario por el
estilo y descarga los gametos masculinos en la vecindad del saco embrionario. El cigoto formado en la fecundación da
origen a un embrión.
3.2.1. Gametofito masculino
Dentro de los microesporangios (o sacos de polen) de una antera, hay muchas células diploides llamadas
microsporocitos o células madre de microsporas, que se dividirá por meiosis para formar cuatro microsporas haploides
que dará origen a un gametofito masculino haploide. Cada microspora se divide por mitosis y citocinesis, produciendo
dos células independientes: la célula generativa y la célula vegetativa. Ambas, junto con la pared de la espora,
constituyen el grano de polen. Durante la maduración, la célula generativa penetra en la vegetativa.
3.2.2. Gametofito femenino
Uno o más óvulos, cada uno de los cuales contiene un megasporangio, se forma dentro del ovario. Una célula del
megasporangio de cada óvulo, el megasporocito (o célula madre de la megaspora), crece y se divide por meiosis,
produciendo cuatro megasporas haploides. En la mayoría de las especies, una megaspora sobrevive, y continúa su
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crecimiento, su núcleo se divide por mitosis tres veces, sin citocinesis, dando una célula enorme con ocho núcleos
haploides. Las membranas dividen esta masa, produciendo un gametofito femenino multicelular: el saco embrionario.
En un extremo del mismo hay tres células, la ovocélula y dos sinérgidas. Éstas flanquean a la ovocélula y atraen al
tubo polínico hacia el saco embrionario. En el extremo opuesto, hay tres células (las antípodas) con función
desconocida. Los dos núcleos restantes, los núcleos polares, no se reparten, sino que comportan el citoplasma de la
gran célula central.
3.3. Fecundación doble
Tras depositarse en un estigma, el grano de polen absorbe humedad y germina: produce un tubo polínico que se
extiende hacia abajo entre las células del estilo en dirección al ovario. El núcleo de la célula generativa se divide por
mitosis y forma dos células espermáticas. El extremo del tubo polínico entra en el ovario, penetra a través del micrópilo
(una hendidura en los integumentos del óvulo) y descarga sus dos células espermáticas cerca o dentro del saco
embrionario.
Una célula espermática fecunda la ovocélula para formar el cigoto. El otro gameto, se combina con los dos núcleos
polares para formar un núcleo triploide, y la célula que lo posee dará origen al endospermo, que almacenará nutrientes.
A este proceso se lo llama fecundación doble, y asegura que el endospermo se desarrollará solamente en los óvulos
donde la ovocélula ha sido fecundada para no malgastar nutrientes.
Como en animales, es el calcio el que actúa en la fusión de los gametos, y además hay métodos similares para
bloquear la polispermia.
3.4. Formación de la semilla
A medida que se desarrolla el embrión a partir del cigoto, la semilla almacena proteínas, aceites y almidón en
cantidades variadas según la especie. Inicialmente, éstos se almacenan en el endospermo, pero en muchas especies,
la función de almacenamiento se traslada en mayor o menor proporción a los gruesos cotiledones del embrión.
El desarrollo del endospermo precede al del embrión. Después de la fecundación doble, el núcleo triploide se divide,
formando una supercélula multinucleada de consistencia lechosa. Esta masa se hace multicelular cuando la citocinesis
divide al citoplasma formando membranas en los núcleos. Luego, estas células producirán paredes celulares y el
endospermo se solidifica.
La primera división mitótica del cigoto es transversal y segmenta al huevo fecundado dando lugar a una célula basal
(que producirá hebras de células que darán origen al suspensor, un fijador del embrión a su progenitor) y a una célula
terminal (que originará la mayor parte del embrión).
El suspensor aporta nutrientes al embrión desde la planta progenitora y desde el endospermo. A medida que se
alarga, empuja también al embrión más profundamente dentro de los tejidos protectores y nutritivos. Los cotiledones
comienzan a formarse como protuberancias sobre el proembrión (desarrollado a partir de la célula terminal). El embrión
toma forma de corazón.
Inmediatamente después de que aparecen los cotiledones, el embrión se alarga, apareciendo un brote apical entre los
cotiledones que incluye el brote del meristema apical. En el extremo opuesto, donde se adhiere al suspensor, se
encuentra el ápice embrionario de la raíz.
3.5. Germinación de la semilla
Cuando una semilla madura, se deshidrata e inicia una fase llamada dormancia, una condición de actividad metabólica
extremadamente baja, con suspensión del crecimiento y del desarrollo. Las condiciones necesarias para interrumpir la
dormancia varían entre las distintas especies de plantas. Algunas germinan tan pronto como se encuentran en un
ambiente adecuado. Otras, hasta que alguna señal ambiental específica ocasiona la interrupción de la dormancia.
La dormancia aumenta las posibilidades de que la germinación se produzca en el momento y lugar más ventajoso.
Muchas lo hacen luego de inundaciones o incendios ya que esto representa ventajas para su desarrollo. El periodo
durante el cual una semilla en fase de dormancia continúa viable y capaz de germinar varía desde unos pocos días
hasta décadas.
La germinación depende de la imbibición, un proceso físico de captación de agua debido al bajo potencial de agua de
la semilla seca, lo que hace que la semilla se expanda, rompa su cubierta y desencadene cambios metabólicos en el
embrión que le permiten continuar su crecimiento. Después de la hidratación, las enzimas digieren materiales
almacenados y los nutrientes se trasladan a las regiones en crecimiento.
El primer órgano que emerge de la semilla es la radícula, la raíz embrionaria. Luego, el extremo debe atravesar la
superficie del suelo, formándose un gancho en el hipocotilo que será el que saldrá a la luz y se enderezará por
estímulos de luz, elevando los cotiledones y el epicotilo. Así, el brote y los cotiledones, son arrastrados hacia arriba en
lugar de ser ellos quienes empujen la tierra. El epicotilo abre sus primeras hojas de follaje que se expenden, se hacen
verdes y comienzan a fotosintetizar. Los cotiledones se retraen y se desprenden de la plántula.
Las monocotiledóneas, en cambio, utilizan el coleóptilo para avanzar hacia arriba, generando un túnel utilizado por el
embrión para generar el brote.
3.6. Reproducción asexual
Muchas plantas presentan reproducción asexual, es decir, la derivación de la descendencia de un solo progenitor sin
recombinación genética, obteniendo un clon genéticamente idéntico. Existen diversos métodos de reproducción
asexual, entre los que encontramos a la fragmentación, es decir, la separación de una planta progenitora en partes que
se desarrollan formando plantas completas, y a la apomixis, la producción de semillas sin polinización o fecundación,
donde el embrión deriva de una célula diploide del óvulo, aunque sí se dispersa mediante las semillas.
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Tema 20: Biología vegetal III – Respuestas a las
señales externas e internas
1. Estímulos y vida sedentaria
Las plantas deben responder a cualquier cambio ambiental que aparezca en su entorno. Todos los organismos reciben
señales específicas del ambiente y responden a ellas mejorando su supervivencia y éxito reproductivo. Las plantas
también poseen receptores celulares que se utilizan para detectar cambios importantes en su ambiente. Para que un
estímulo desencadene una respuesta, ciertas células deben tener un receptor apropiado, una vía de transducción
interna de las señales y algún mecanismo de respuesta.
Un ejemplo claro es la etiolación, un conjunto de adaptaciones morfológicas para el crecimiento en la oscuridad.
Cuando la planta no detecta suficiente luz en su ambiente, genera hojas no expandidas y subterráneas, no desarrolla
un sistema de raíces (para evitar la pérdida de agua por transpiración) y no produce clorofila. Sin embargo, alarga
notablemente los tallos, para quebrar el suelo antes de que las reservas de alimento del suelo se agoten. Cuando la
planta alcanza la luz, se produce la desetiolación, con respuestas morfológicas inversas.
Como todo proceso de respuesta a señales, en la etiolación-desetiolación están involucradas las etapas de recepción,
transducción y respuesta. La recepción se lleva a cabo por proteínas citoplasmáticas que experimentan cambios de
conformación en respuesta a la luz: los fotocromos. La transducción sirve para amplificar la señal recibida mediante
segundos mensajeros, el GMP cíclico y el calcio, que actuarán sobre proteínas quinasas. La respuesta se da como la
regulación de una o más actividades celulares, ya sea por regulación transcripcional de genes que darán origen a
proteínas de respuesta o por la modificación postraduccional de las proteínas (por fosforilación, por ejemplo).
2. Hormonas vegetales
Una hormona es un compuesto que se produce (en bajas cantidades) en un sitio del cuerpo de la planta y luego se
transporta a otras partes donde se unirá a un receptor específico y desencadenará respuestas en las células y tejidos
efectores. Su concentración puede cambiar en respuesta a un estímulo ambiental, y participar de manera coordinada
en la regulación de la actividad de la planta
2.1. Descubrimiento
La respuesta de las plantas hacia la luz es muy fácilmente comprobable: presentan tropismos, movimientos corporales
hacia o en contra del estímulo, en este caso, la luz. El fototropismo dirige el crecimiento de las plántulas hacia la luz del
sol, para impulsar su fotosíntesis. Esto se descubrió estudiando las plántulas de la avena, cuyo brote está encerrado en
el coleóptilo que crece hacia arriba si la planta se deja en la oscuridad o si se ilumina de manera uniforme de todos
lados. Si se ilumina desde uno solo, crece hacia la luz, ya que las células en las caras más oscuras se alargan más
rápido que las de la cara más iluminada.
Darwin y su hijo descubrieron que esto sucedía solo si estaba presente el ápice del coleóptilo. Si se lo cubría con una
cubierta opaca la plántula dejaba de crecer, mientras que si se lo cubría con una cubierta transparente, o se cubría la
base, seguía creciendo normalmente. Posteriormente se demostró que el ápice generaba una señal química, ya que si
se cortaba el ápice pero se conectaba con el resto de la plántula mediante un bloque de gelatina que permitía la
difusión de las sustancias químicas, el efecto se continuaba presentando, lo que no pasaba si el bloque era rígido e
impenetrable.
2.2. Clases
Las principales clases de hormonas vegetales son las auxinas, citoquininas, giberelinas, brasinoesteroides, el ácido
abscísico y etileno. Probablemente muchas moléculas de defensa también sean hormonas.
Son generalmente pequeñas y se mueven atravesando las paredes celulares. Afectan al crecimiento y desarrollo
vegetal ya que afectan la división, el alargamiento y la diferenciación celular. Suelen poseen múltiples efectos y se
producen en concentraciones muy bajas, para ser luego amplificadas de alguna manera. La respuesta depende de la
concentración relativa de una hormona con respecto a otras.
2.2.1. Auxina
Se denomina auxina a cualquier sustancia química que promueva el alargamiento de los coleóptilos. La natural es el
ácido indolacético (AIA), y se transporta por el tallo hacia abajo desde el ápice del brote a unos 10 mm/hora, debido a
que lo hace directamente por el tejido parenquimatoso desde una célula a otra. Esto sucede porque la proteína
transportadora de auxina se encuentra en el polo basal de las células del parénquima del xilema, lo que dirige el
movimiento solo hacia abajo.
Una de sus funciones principales es la de estimular el alargamiento de las células dentro de los brotes jóvenes en
desarrollo. El meristema apical de un brote es el sitio principal para la síntesis de auxina. Ésta estimula el crecimiento
de las células al unirse a un receptor en la membrana plasmática, siempre y cuando esté en concentraciones entre 10 -8
y 10-4 M, ya que a concentraciones superiores, puede inhibir el alargamiento al producir etileno. En la región de
alargamiento de un brote, la auxina estimula las bombas de protones de la membrana plasmática, lo que aumenta el
potencial de membrana y disminuye el pH en la pared celular, lo que activa a las expansinas que se encargarán de
romper uniones cruzadas entre las microfibrillas de celulosa y desarman la trama de la pared, lo que ocasiona un
ingreso de iones dentro de la célula y una captación osmótica de agua, con un consiguiente aumento de la turgencia, y
un alargamiento celular.
También altera la expresión de los genes, por lo que se producen rápidamente nuevas proteínas, incluso factores de
transcripción de vida corta, fundamentalmente los involucrados en la fabricación de más material para la pared y el
citoplasma. Esto lo hace estimulando la degradación de un inhibidor de un factor de transcripción.
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Por otra parte, también participa en la ramificación de las raíces, en la diferenciación del cambium vascular, el xilema
secundario, en el crecimiento del fruto, en los tropismos, en la abscisión de la hoja, etc.
2.2.2. Citoquininas
Son formas modificadas de adenina y estimulan la citocinesis (de ahí su nombre). Se producen en tejidos de
crecimiento activo (como raíces, embriones y frutos), estimulando la división celular e influyendo e la vía de la
diferenciación. No actúan de manera independiente, sino que la hacen en conjunto con la auxina para generar
diferenciación celular. Cuando las concentraciones de ambas se encuentran a niveles apropiados, la masa continúa
creciendo pero se conserva un cúmulo de células indiferenciadas denominado callo, que se diferenciará en tallo y
raíces, según si es mayor la concentración de citoquinina o auxina respectivamente.
También interacciona con la auxina en el control de la dominancia apical. El modelo más aceptado es el de la
inhibición directa, en el que se propone que tanto la auxina como la citoquinina tienen efectos directos pero opuestos
sobre las yermas axilares: la auxina apical inhibe su crecimiento, mientras que la citoquinina de las raíces lo estimula.
Cuando el crecimiento primario de la planta es suficiente como para que no llegue suficiente auxina a la yema, será la
citoquinina quien actúe y se desarrollarán las yemas laterales.
Por último, las citoquininas retrasan el envejecimiento de algunos órganos de las plantas, inhibiendo la degradación
proteica, estimulando la síntesis de RNA y proteínas y movilizando los nutrientes desde los tejidos circundantes.
2.2.3. Giberelinas
Las giberelinas se producen en raíces y hojas jóvenes, y estimulan tanto el crecimiento de las hojas como el de los
tallos, pero no el de la raíz. En los tallos, estimulan el alargamiento celular y la división, ocasionando la disolución de la
pared celular por síntesis de enzimas disolventes de la misma.
También es útil en el crecimiento del fruto y en la distancia intermodal, lo que disminuye la infección de las frutas por
levaduras y otros microorganismos.
2.2.4. Brasinoesteroides
Son esteroides similares al colesterol y a las hormonas sexuales que promueven el alargamiento y la división en
segmentos de tallos y semillas a concentraciones muy bajas. Retrasan la abscisión de las hojas y promueven la
diferenciación del xilema.
2.2.5. Ácido Abscísico
Retrasa el crecimiento, antagonizando la acción de las hormonas de crecimiento, para determinar el resultado
fisiológico final. Por otra parte, su nivel puede aumentar unas 100 veces durante la maduración de la semilla, lo que
inhibe la germinación e induce la producción de proteínas de resistencia a la deshidratación. Cuando se elimina o
inactiva, por ejemplo, por agua que lo diluya o calor extremo que lo destruya, la dormancia se interrumpirá y la semilla
germinará.
También tiene una función fundamental en la tolerancia a la sequía, ya que se acumula en las hojas y cierra los
estomas para reducir la transpiración. Esto lo logra abriendo los canales de potasio, lo que conduce a una pérdida
masiva del mismo y una reducción en la turgencia de las células guardianas.
2.2.6. Etileno
Las plantas producen etileno en respuesta a diferentes tipos de estrés (sequía, inundación, presión, etc), durante la
maduración del fruto o la apoptosis. También se genera frente a elevadas concentraciones de auxina.
El etileno sirve en el crecimiento primario de la planta, ya que cuando los sensores de presión mecánica son activados
(por ejemplo, cuando una planta encuentra un obstáculo al crecer hacia arriba en el suelo) se produce una respuesta
triple: se enlentece el alargamiento del tallo, se engrosa el mismo y se curva para crecer horizontalmente. El extremo
se curvará hacia arriba intermitentemente para comprobar que el obstáculo superior sigue existiendo, si no, la
producción de etileno se detiene y se renueva el crecimiento vertical. Se piensa que el etileno produce la inactivación
de una quinasa, lo que permite la síntesis de proteínas requeridas para la respuesta triple.
El etileno también participa en la activación de los procesos metabólicos de la apoptosis, como ser la degradación de
ciertos componentes químicos, la síntesis de otros, etc.
La caída de las hojas en otoño protege a los árboles de la desecación durante el invierno, ya que se recuperan
elementos esenciales de las hojas moribundas para almacenarse en las células parenquimatosas del tallo. Cuando una
hoja se cae, se debe a una capa de abscisión que se desarrolla cerca de la base del peciolo, con células débiles y con
poca pared celular, además de una capa de corcho protectora. Se produce por la disminución de la auxina en la hoja, y
una mayor sensibilidad de la misma al etileno.
El etileno es el responsable de la maduración de los frutos, manteniéndolos verdes y poco apetitosos mientras la
semilla se desarrolla, y haciéndolos carnosos (degradando su pared), dulces (degradando hidratos de carbono) y
llamativos (generando colores y aromas). Esto sucede por una oleada de etileno, que hasta puede transportarse de un
fruto a otro.
3. Respuestas a la luz
La luz es un factor ambiental muy importante en la vida de las plantas, ya que es necesaria para la fotosíntesis y
desencadena episodios clave en el crecimiento y desarrollo vegetal: la fotomorfogénesis. Esto se basa en un sistema
de receptores que no solo detectan la presencia de la luz, sino también su dirección, intensidad y longitud de onda.
De hecho, las plantas poseen una eficacia relativa general mayor frente a luz roja y frente a luz azul. Se realizan
espectros de acción sobre procesos fotodependientes para determinar la eficacia relativa de los mismos a las distintas
longitudes de onda. De esta manera, se pueden agrupar las respuestas de acuerdo a qué fotorreceptores la median.
3.1. Fotorreceptores de luz azul
La luz azul desencadena diversaas respuestas en las plantas, tales como el fototropismo, la apertura de los estomas y
el retraso del alargamiento del hipocotilo inducido por la luz cuando una plántula emerge del suelo. Existen tres
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pigmentos diferentes para detectarla: los criptocromos funcionan en la inhibición del alargamiento del hipocotilo, la
fototropina en el fototropismo y la zeaxantina derivada de carotenoides, en la apertura de los estomas.
3.2. Fitocromos
Son receptores que absorben fundamentalmente luz roja. Intervienen en muchos procesos, entre ellos, en la
eliminación del estado de dormancia de algunas semillas, las que germinan al variar las condiciones de luz. Por
ejemplo, la semilla de lechuga posee un porcentaje de germinación mayor cuando es expuesta a luz roja, mientras que
su porcentaje de germinación decrece cuando es expuesta a la luz roja lejana (730 nm), demostrándose que es el
último destello de luz el que determina la respuesta de las semillas.
El fotorreceptor responsable es un fitocromo, constituido por un componente proteico que se une de forma covalente
con una parte no proteica que funciona como cromóforo. Este cromóforo es fotorreversible, alternando entre dos
formas isoméricas que se convierten una en la otra según el color de la luz que lo estimula. La forma F r absorbe luz
roja y se convierte en la forma Frl, que absorberá luz roja lejana para volver a Fr. La forma Frl es la forma isomérica que
desencadena muchas de las respuestas del desarrollo de la planta inducidas por la luz. Las plantas sintetizan el
fitocromo como Fr y si las semillas se mantienen en la oscuridad, el pigmento se conserva en esa forma. Si la luz del
sol ilumina las semillas, el fitocromo queda expuesto a la luz roja y una gran parte se convierte en F rl. Esto sirve para
detectar la luz del sol.
El sistema de fitocromos también proporciona información sobre la calidad de la luz, ya que esta incluye radiaciones
rojas y rojas lejanas. Durante el día, la fotorreversión alcanza un equilibrio dinámico en el que la relación de ambas
formas indica las cantidades relativas de los tipos de luz, por lo que permite la adaptación a los cambios en las
condiciones de luz. Así, la sombra posee radiación roja lejana pero no roja.
El otro dominio de los fitocromos posee actividad quinasa, por lo que genera directamente respuestas a los
fotoestímulos. La forma Frl puede volver a la Fr po conversión lenta en la oscuridad o es degradado enzimáticamente si
no existe luz roja lejana que catalice su conversión isomérica.
3.3. Luz y relojes biológicos
Muchos otros procesos biológicos oscilan a los largo del día, debiéndose principalmente a los cambios en los niveles
de luz, temperatura y humedad relativa. Sin embargo, la gran mayoría de los mismos no están marcados por variables
ambientales sino que son innatos, y se denominan ritmos circadianos. La luz interviene en los ritmos circadianos
vegetales, debido a las oscilaciones de las cantidades relativas entre las formas F r y Frl de los fitocromos. También
interviene en el control de la floración.
4. Otros estímulos
Las plantas no pueden trasladarse hacia una fuente de agua, ni buscar un refugio, ni recuperar posiciones correctas,
por lo que deben adaptarse mediante mecanismos fisiológicos y del desarrollo para sobrevivir. Existe una gran cantidad
de estímulos externos que ayudan a las mismas para desarrollarlas de manera ventajosa.
4.1. Gravedad
La respuesta a la gravedad o geotropismo, es distinta en raíces y en tallos. Las raíces presentan geotropismo positivo,
ya que se desarrollan a favor de la gravedad, hacia abajo. Los tallos y otros brotes, presentan geotropismo negativo ya
que se desarrollan en contra de la gravedad, hacia arriba buscando la luz del sol.
Esto sucede por la acción de los estatolitos, plástidos especializados que contienen granos de almidón densos, y se
encuentran en las porciones inferiores de las células de la cofia de la raíz. La agregación de los estatolitos en los
puntos inferiores desencadena una redistribución del calcio, que ocasona el transporte lateral de auxina en la raíz. el
calcio y la auxina se acumulan en la cara inferior de la zona de alargamiento de la raíz, lo que inhibe el alargamiento de
las células inferiores, mientras que las superiores siguen alargándose, y curvan a la raíz hacia abajo. Cuando ésta se
encuentra vertical, crecerá hacia abajo.
4.2. Estrés ambiental
Cuando un factor ambiental se modifica con suficiente fuerza como para tener efectos adversos en la supervivencia,
crecimiento y reproducción de una planta, se dice que estamos frente a estrés ambiental. Éste puede ser abiótico o
biótico y las plantas desarrollaron mecanismos de defensa para contrarrestarlos.
4.2.1. Estrés hídrico
Las plantas poseen sistemas de control que les permiten superar deficiencias de agua menos extremos. Algunas de
estas contribuyen a que la planta conserve agua reduciendo la tasa de transpiración, ya sea por el cierre de los
estomas debido a la pérdida de turgencia de las células guardianas, o por el aumento de las síntesis y liberación de
ácido abscísico en la hoja. Se inhibe el crecimiento de nuevas hojas y se induce al enrollamiento de las ya existentes
para exponer una menor superficie al aire. Sin embargo, todos estos métodos disminuyen el rendimiento de la
fotosíntesis.
En la raíz, proliferan las raíces secundarias más inferiores, ya que el suelo se va secando desde arriba hacia abajo, lo
que genera un sistema de raíz notablemente extenso para aumentar la exposición al agua.
4.2.2. Inundación
Una planta con exceso de agua puede sofocarse porque el suelo carece de espacios de aire que proporcionen
oxígeno para la respiración celular. Si esto sucede, se estimula la producción de etileno que causa la apoptosis de las
células de la corteza de la raíz, lo que crea tubos de aire.
4.2.3. Salinidad
El exceso de sales disminuye el potencial de agua de la solución del suelo y disminuye el gradiente del potencial de
agua del suelo a las raíces. Por otra parte, el sodio y otros iones son tóxicos para las plantas en altas concentraciones,
lo que eleva los mecanismos de impermeabilidad de la membrana y se dificulta aún más la captación de agua.
4.2.4. Calor y frío
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El calor excesivo daña a una planta al desnaturalizar sus enzimas. La transpiración es un método de enfriamiento, sin
embargo, colabora a la deshidratación. Por lo que en climas extremadamente cálidos sintetizan proteínas de choque
térmico, chaperonas que contribuyen al buen plegamiento proteico.
El frío modifica la fluidez de las membranas celulares. Las plantas responden alterando la composición lipídica de sus
membranas, aumentando la proporción de ácidos grasos insaturados. Por otra parte, la reducción del agua líquida en
la pared celular causada por la formación de hielo, hace que el agua salga del citoplasma, aumentando la
concentración iónica.
4.3. Defensa contra factores bióticos
Las plantas no existen aisladas sino que interactúan con muchas otras especies, lo que puede ser mutuamente
beneficioso o no. Como productores primarios, las plantas son la base de muchas redes alimentarias, por lo que están
sujetas al ataque de un amplio rango de herbívoros y la infección de patógenos.
4.3.1. Herbívoros
Las plantas se oponen al excesivo herbivorismo con defensas físicas, como las espinas, y con defensas químicas,
como la producción de toxinas. Algunas plantas reclutan animales depredadores que contribuyen a defender al vegetal
contra herbívoros específicos. Por ejemplo, los insectos denominados avispas parasitoides, inyectan sus huevos dentro
de la presa, estos se incuban dentro de las orugas y las larvas comen a sus contendores orgánicos desde dentro hacia
fuera. Una hoja dañada por las orugas libera compuestos volátiles que atraen a las avispas parasitoides.
Otras plantas infectadas liberan sustancias químicas que alertan a otras plantas cercanas para que inicien sus
sistemas defensivos.
4.3.2. Patógenos
La primera línea de defensa de una planta es la epidermis del cuerpo primario y la peridermis del secundario. Una vez
que un patógeno lo traspasa, la planta inicia un ataque químico que se ve favorecido por la capacidad heredad de las
plantas de reconocerlos.
Los patógenos contra los cuales una planta tiene poca defensa específica se denominan virulentos. En ciertos casos,
el agente patógeno gana suficiente acceso a su huésped que le permite perpetuarse sin dañar de modo grave o matar
a la planta, llamándose avirulentos.
La forma más amplia y difundida de resistencia vegetal a la enfermedad es el reconocimiento gen por gen, que incluye
el reconocimiento de moléculas derivadas del patógeno por parte de los productos proteicos de genes específicos de
resistencia a la enfermedad de las plantas. Una proteína de resistencia (proteína R), solo reconoce una única molécula
patógena que es codificada por un gen avirulento (Avr). Muchas proteínas Avr desempeñan un papel activo en la
patogénesis, y reorganizan el metabolismo del huésped en beneficio del agente patógeno. Si la planta huésped carece
del gen R, el patógeno puede invadir y matar a la planta. También lo hace si el patógeno no posee el alelo Avr o ambos.
A diferencia de las interacciones Avr-R específicas, las moléculas denominadas elicitores producen una respuesta
defensiva más amplia. Las oligosacarinas derivadas de celulosa liberada por daño de la pared celular son elicitores.
Estimulan la producción de compuestos antimicrobianos (o fitoalexinas), y de moléculas informantes que se moverán
hacia células vecinas, y causarán la producción de barreras protectoras (lignificadas) para evitar el ingreso del
patógeno a otros sectores de la planta. Esta respuesta es mucho más notable (y se denomina respuesta hipersensible)
si el patógeno es avirulento, y más allá que destruye un órgano de la planta, evita la pérdida de otros.
La respuesta hipersensible también incluye la producción de señales de alarma (generalmente ácido salicílico) hacia
toda la planta, que estimulan la producción de fitoalexinas. Esta resistencia sistémica adquirida no es específica.
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Nótese que la planta no utiliza energía para elevar la savia, ya que es la absorción de la luz solar la que causa la
transpiración.
5. Estomas y transpiración
Por lo general, las hojas poseen una superficie amplia y una relación área-volumen elevada, lo que aumenta la
absorción de luz y al intercambio de gases. El dióxido de carbono se difunde a través de los estomas y entra en un
panal de espacios aéreos formados por el parénquima esponjoso, lo que aumenta la superficie entre 10 y 30 veces. Al
abrir y cerrar los estomas, las células guardianas ayudan a equilibrar la necesidad de la planta de conservar agua con
la de hacer fotosíntesis.
Cerca del 90% de la pérdida de agua de la planta se produce por los estomas, ya que la cutícula cérea limita la
pérdida de agua a través del resto de la superficie de la hoja. Cada estoma está rodeado por un par de células
guardianas de distintas formas en dicotiledóneas y monocotiledóneas (riñón o mancuerna).
La densidad de los estomas está controlada por factores genéticos y ambientales, además de por el desarrollo del
vegetal. Al captar agua de las células vecinas (por ósmosis), las células guardianas aumentan su turgencia y se curvan.
Poseen una orientación y distribución irregular de las microfibrillas de celulosa, lo que les permite que al volverse
turgentes, se curven hacia fuera aumentando el tamaño del poro del estoma. Los cambios en la presión de turgencia
se deben a la captación y pérdida de potasio. La captación hace que el potencial de agua se vuelva más negativo y las
células aumenten su turgencia por entrada de agua por ósmosis. El potasio se almacenará en las vacuolas, y cuando
salga, el estoma se cerrará por la relajación de las células guardianas.
En general, los estamos se abren durante el día y se cierran al anochecer, lo que evita la pérdida de agua en los
períodos en los que la planta no realiza fotosíntesis. La luz participa en la acumulación de potasio mediante receptores
de luz azul). También lo harán la falta de dióxido de carbono en el mesófilo por la fotosíntesis, y los ritmos circadianos
innatos.
7. Nutrición
Autótrofo no significa autónomo. Las plantas necesitan la luz y materas primas en forma de nutrientes inorgánicos para
sintetizar sustancias orgánicas. Las ramificaciones de las raíces y los brotes constituyen una red que permite el
intercambio con estos dos medios portadores de nutrientes inorgánicos.
7.1. Elementos químicos vitales
Las plantas extraen nutrientes minerales del suelo, elementos químicos esenciales en forma de iones inorgánicos,
pero estos no aumentan la masa total de una planta. El 85% de su masa es agua acumulada en las vacuolas centrales
de las células, y suministra los átomos de hidrógeno y oxígeno que se incorporan en las sustancias orgánicas mediante
fotosíntesis. El agua cumple tres funciones: solvente, volumen y turgencia.
La mayor parte de las sustancias orgánicas de una planta no deriva del agua o el suelo, sino del dióxido de carbono
que asimila del aire.
Aunque se han identificado más de 50 elementos químicos entre las sustancias inorgánicas de las plantas, no todos
son esenciales, sino que solo lo son cuando son necesarios para que la planta complete su ciclo de vida y produzca
una nueva generación.
Nueve de los elementos esenciales son macronutrientes, ya que son necesarios en cantidades relativamente grandes:
C, H, O, N, P, S, K, Ca y Mg. Los otros ocho son micronutrientes, y generalmente funcionan como cofactores, siendo el
Fe, Cl, Mn, B, Zn, Cu, Ni y Mo.
7.2. El nitrógeno
De todos los nutrientes minerales, el nitrógeno es el que contribuye en mayor medida al crecimiento y rendimiento de
las plantas. Para que la planta pueda absorberlo, debe convertirse en amonio o nitratos. Éstos no derivan de la
descomposición de las rocas, sino de la descomposición del humus por los microbios (las bacterias amonificantes). El
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amonio (la forma de utilización vegetal) puede convertirse en nitratos (la forma de absorción vegetal) por bacterias
nitrificantes, y el nitrato puede ser absorbido por las plantas o retransformarse en nitrógeno gaseoso por las bacterias
desnitrificantes. Esto indica que debe haber un modo para recuperar el nitrógeno molecular perdido: las bacterias
fijadoras del nitrógeno, que realizan un proceso metabólico en el que se producirá amonio, utilizando grandes
cantidades de ATP mediante la acción del complejo de la nitrogenasa.
7.3. Simbiosis y nutrición
Muchas plantas tienen adaptaciones nutricionales en las que participan otros organismos, hongos y bacterias.
7.3.1. Simbiosis con bacterias
Las relaciones simbióticas con bacterias fijadoras de nitrógeno permiten tener una fuente de nitrógeno fijado, y se da
fundamentalmente en legumbres. Las raíces poseen nódulos, compuestos por células vegetales infectadas por la
bacteria fijadora de nitrógeno. Dentro de éste, las bacterias toman la forma de bacteroides, que se encuentran dentro
de vesículas formadas por células de la raíz. La ubicación dentro de células vivas no fotosintéticas favorece la fijación
de nitrógeno que requiere un medio totalmente anaerobio, también beneficiado por la lignificación y por la presencia de
leghemoglobina una proteína similar a la hemoglobina que regula el oxígeno libre para evitar la obstaculización de la
fijación y permitir la producción de ATP.
Cada legumbre se asocia con una cepa particular de las bacterias Rhizobium, emitiendo una señal química por la raíz
que atrae a las bacterias, las cuales estimularán el alargamiento de los pelos radiculares, un filamento de infección por
invaginación de la membrana plasmática. Las bacterias penetran en la corteza y las vesículas que contienen bacterias
forman brotes que generarán bacterodies. El crecimiento continúa y el bacteroide se fusiona con una masa en
crecimiento en el periciclo, generando el nódulo. Este desarrollará tejido vascular que le suministra nutrientes y
transporta compuestos nitrogenados hasta el sistema vascular.
7.3.2. Simbiosis con hongos
Las micorrizas son raíces modificadas formadas por asociaciones simbióticas entre hongos y raíces. Los hongos se
benefician con el suministro de azúcar, mientras que aumenta la superficie de absorción de agua y absorbe fosfatos y
minerales de manera selectiva. También secretan factores de crecimiento para las raíces y antibióticos.
Las micorrizas pueden ser:
(a) Ectomicorrizas, cuando el micelio (masa de hifas ramificadas) forma una lámina densa (o manto) sobre la superficie
de la raíz, extendiendo sus hifas hacia el suelo. Las hifas también crecen dentro de la corteza, formando una red en el
apoplasto que facilita el intercambio de nutrientes entre el hongo y la planta. No se ven pelos radiculares y se
encuentran en pinos, robles, nogales, y otras especies leñosas.
(b) Endomicorrizas, cuando no poseen un manto denso, sino que las finas hifas del hongo se extienden desde el suelo
hacia dentro de la raíz, y hacia dentro de las células de la raíz, ya que digieren trozos de la pared celular, sin perforar la
membrana plasmática: crece dentro de un tubo formado por la invaginación de la membrana de las células de la raíz.
Ya una vez penetradas, las hifas forman estructuras ramificadas denominadas arbúsculos, importantes zona de
transferencia de nutrientes. Son mucho más frecuentes que las ectomicorrizas (85% de los casos).
7.4. Otras adaptaciones nutricionales
(a) Epífitas: son plantas de alimentación autónoma pero de crecimiento sobre otras plantas (generalmente ramas o
troncos). Absorben agua y minerales de la lluvia por sus hojas.
(b) Parásitas: son plantas que absorben azúcar y minerales de sus huéspedes, aunque pueden ser fotosintéticas.
Muchas poseen raíces que funcionan como haustorios, proyecciones que absorben nutrientes que penetran en la
planta huésped.
(c) Carnívoras: son fotosintéticas pero obtienen nitrógeno y minerales de insectos y otros animales pequeños que
ingieren mediante hojas modificadas con glándulas que secretan enzimas digestivas.
7.5. Suelo
La textura y la composición del suelo son factores importantes en la determinación del buen crecimiento de una planta.
Se origina por el desgaste de rocas debido a su congelamiento o ataques químicos. Esto genera la capa superficial,
compuesta por una mezcla de partículas derivadas de rocas, de organismos vivos y de humus (formado por restos de
sustancias orgánicas en descomposición).
La textura de la capa superficial depende del tamaño de sus partículas, desde granos de arena hasta partículas de
arcilla microscópicas. Los más fértiles son los formados por la misma cantidad de arena, limo (de tamaño intermedio) y
arcilla, llamados suelos francos. Éstos retienen agua y minerales que se adhieren a las partículas, además de espacios
de aire. Si el suelo no drena, las raíces se ahogan o son atacadas por mohos.
El suelo tiene componentes orgánicos y minerales. La capa superficial alberga una enorme cantidad y variedad de
organismos, cuya actividad afecta a las propiedades físicas y químicas del suelo, por ejemplo, su aireación, humedad,
unión, pH, composición mineral, textura, etc. el humus evita que la arcilla se compacte y forma un suelo que retiene
agua para es poroso como para airearse y drenar, además de ser un reservorio de nutrientes producidos por
microorganismos
El agua es retenida entre los grandes espacios del suelo por la atracción que ésta ejerce sobe las superficies de carga
negativa de la arcilla y otras partículas. Pare se adhiere tan fuertemente que no puede ser absorbida por las plantas. El
agua realmente absorbida es una solución de suelo que contiene minerales disueltos en formas de iones. Estos
minerales deben liberarse de las partículas del suelo hacia la solución del suelo. Los aniones no están unidos
fuertemente y se liberan con facilidad, mientras que los cationes se unen a las superficies de las partículas del suelo y
son menos filtrables. Estos pueden absorberse cuando entran en la solución de suelo luego de ser desplazados por
protones generados por las propias raíces. De hecho, éstas liberan dióxido de carbono generado por su respiración
celular, para que reaccione con el agua del medio, generando anión bicarbonato y protones reactivos.
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Tema 22: Diferenciación celular I – Mecanismos
de control de la expresión génica
1. Desarrollo y diferenciación
Es sorprendente el hecho de que una única célula pueda dar origen a un organismo completo, con tejidos, órganos y
células completamente diferentes. El desarrollo embrionario se compone de tres procesos distintos, importantes y
complementarios que suceden en distintas etapas:
(a) El crecimiento es el aumento de tamaño del embrión, ya sea por división celular o por expansión celular.
(b) La morfogénesis es la creación de la forma de un organismo, ya sea completo, como de cada uno de sus órganos y
estructuras. Las células se organizarán en tejidos y órganos de acuerdo a patrones preestablecidos, que controlarán su
dirección y división, además de movimiento, crecimiento y cambio de forma. La morfogénesis hace uso de la apoptosis
y genera notables cambios a nivel molecular.
(c) La diferenciación celular es la especialización de las células para cumplir funciones determinadas. Es esta la etapa
en la que las diferencias bioquímicas de las células permiten generar más de 200 tipos celulares a partir de una única
célula común: el cigoto.
3. Control transcripcional
La transcripción de cada gen está controlada por una región de DNA próxima al lugar donde se inicia. Algunas regiones
reguladoras son sencillas y actúan como interruptores activados por una sola señal. Otras, son complejas y actúan
como minúsculos microprocesadores. Sea como sea, requieren de dos componentes: secuencias de DNA definidas y
cortas (los elementos en cis) y proteínas de unión, factores de transcripción (los elementos en trans).
3.1. Los elementos en cis
Un gen no solo se compone de los exones a copiar, sino también de otros elementos genéticos que cumplen funciones
determinadas y puntuales. Entre los más comunes encontramos a:
(a) Los promotores, son secuencias responsables de la unión de la RNA polimerasa y se localiza treinta pares de
bases antes que el inicio de la transcripción.
(b) La secuencia casquete, es el sitio de comienzo de la transcripción
(c) El sitio de comienzo de la traducción, con la secuencia ATG característica para metionina.
(d) La UTR 5’, es la región comprendida entre el inicio de la transcripción y el de la traducción.
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(e) Los intrones
(f) La UTR 3’, es la región comprendida entre el sitio de finalización de la traducción y la secuencia AAUAAA que da
origen a la poliadenilación.
(g) Los enhancers, regiones de unión de reguladores de la expresión génica que actúa sobre la maquinaria de
transcripción.
Las proteínas reguladoras han de reconocer secuencias específicas del interior de esta estructura, y lo hacen sin
acceder a los enlaces de hidrógeno situados entre los pares de bases en el interior de la doble hélice. El borde de cada
par de bases está expuesto en la superficie de la doble hélice, presentando un patrón característico de aceptores y
dadores de enlaces de hidrógeno y parches hidrofóbicos reconocibles por proteínas tanto en el surco mayor como en el
menor. Solo en el mayor, los patrones son únicos e irrepetibles para cada uno de los cuatro apareamientos de bases,
por lo que son el sitio de unión de la gran mayoría de las proteínas reguladoras.
3.2. Los elementos en trans
Una proteína de regulación génica reconoce una secuencia de DNA específica porque su superficie es
complementaria a la otra. En la mayoría de los casos, la proteína establece un gran número de contactos con el DNA,
incluyendo enlaces de hidrógeno, enlaces iónicos e interacciones hidrofóbicas. Aunque cada uno de los contactos es
débil, la mayor cantidad de los mismos actúa asegurando una interacción altamente específica y fuerte.
La mayor parte de estas proteínas contienen un motivo estructural de unión a DNA, que utiliza hélices α o láminas β
para unirse al surco mayor del DNA.
Entre los motivos más comunes encontramos a:
(a) Hélice-giro-hélice: consta de dos hélices α conectadas por una corta cadena de aminoácidos (el giro), que las
mantiene en un ángulo determinado. Una de ellas (generalmente la más cercana al extremo carboxilo) se denomina
hélice de reconocimiento y se adapta primeramente al surco mayor.
(b) Homeodominio: es muy similar al hélice-giro-hélice y se encuentra en las proteínas sintetizadas por los genes
homeóticos. De hecho, es un motivo hélice-giro-hélice con una secuencia de aminoácidos extra que le otorga un
ambiente constante lo que permite una funcionalidad similar.
(c) Dedos de zinc: se caracterizan por tener un átomo de zinc que mantiene unidas dos estructuras secundarias.
Generalmente forman polímeros de motivos que permiten una interacción mucho más específica con el DNA.
(d) Lámina β: pueden utilizarse láminas β de dos hebras para el reconocimiento ya que poseen la suficiente estrechez
como para penetrar en el surco mayor del DNA.
(e) Cremallera de leucina: son dos hélices α unidas formando un corto sobreenrollamiento, debido a interacciones entre
las cadenas laterales hidrofóbicas de leucinas que se extienden desde un lado de cada hélice. Ambas hélices se
separan formando una estructura de Y lo que permite a sus cadenas laterales entrar en contacto con el surco mayor de
DNA. Su ventaja recae con la facilidad de dimerizar dos monómeros distintos para generar una nueva proteína con una
nueva especificidad y sin necesidad de poner en marcha nuevos mecanismos traduccionales complicados.
3.3. Interacción cis-trans
3.3.1. Ensayo de movilidad en gel
El aislamiento de proteínas de regulación génica de los vertebrados tuvo que esperar al desarrollo de aproximaciones
exerimentales relacionadas a la detección de una proteína de unión a una secuencia de DNA específica en un extracto
celular determinado.
Una molécula de DNA esta fuertemente carga negativamente, por lo que cuando se somete a un campo eléctrico se
desplaza con rapidez hacia el electrodo positivo. La presencia de proteínas unidas al DNA provocará un
desplazamiento más lento del DNA a través del gel, dependiendo del tamaño de la molécula unida.
Esto permite analizar hasta trazas de proteínas, ya que se utilizan fragmentos cortos de DNA, de longitud y secuencia
determinadas, marcados radiactivamente y mezclados con un extracto celular. La mezcla se carga en un gel de
policacrilamida y se analiza por electroforesis.
Si además se realiza una técnica cromatográfica, se pueden separar los fragmentos de DNA de acuerdo al tipo de
proteína unida a él.
3.3.2. Cromatografía de afinidad al DNA
Cuando se conoce la secuencia de DNA que es reconocida por una roteína reguladora, es posible utiliza un método de
purificación potente, denominado cromatografía de afinidad de DNA. Por métodos químicos se sintetiza un
oligonucleótido que se une a una matriz porosa insoluble, la que se utilizará para construir una columna que unirá
selectivamente las proteínas que reconozcan la secuencia de DNA. Esto es capaz de purificar suficiente proteínas
como para secuenciar una parte que permita identificar el gen que la codifica en el genoma del organismo.
3.3.3. Determinación del elemento cis
Algunas proteínas reguladoras fueron descubiertas antes de conocerse la secuencia de DNA a la cual se unían. Esto
permitió la identificación de los genes codificantes de estas proteínas. Para hacerlo, fue usar la proteína purificada para
seleccionar, a partir de un amplio conjunto de oligonucleótidos, los que se unen fuertemente a ella. Tras varios ciclos,
se pueden establecer las secuencias de los oligonucleótidos fuertemente unidos y formular una secuencia de consenso
o de reconocimiento capaz de encontrar secuencias genómicas y genes candidatos. Este método no es infalible y sus
resultados deben ser comprobados.
3.3.4. Inmunoprecipitación de la cromatina
En general, una proteína reguladora de genes no ocupa al mismo tiempo todos sus lugares potenciales de unión al
DNA en el genoma, ya que puede no estar sintetizada o esté inactiva. Un método para la determinación empírica de los
lugares del DNA ocupados por una proteína reguladora de genes en unas condiciones determinadas se denomina
inmunoprecipitación de la cromatina. Las proteínas se unen covalentemente al DNA en células vivas, se lisan las
células y se rompe el DNA en pequeños fragmentos, luego se utilizan anticuerpos contra una proteína reguladora
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determinada para purificar el DNA que se encontraba unido a ella debido a su estrecha proximidad con el DNA en el
momento de la unión. Se utiliza formaldehído para entrecruzar el DNA a las proteínas.
3.4. Estrategias alternativas de control
Existen estrategias de control transcripcional alternativas que inducen o inhiben la transcripción génica por acción de
asociación o disociación proteica.
El control negativo reprime la transcripción, mediante la acción de represores transcripcionales, proteínas de diversa
estructura y función. Los dos mecanismos más comunes de control negativo son: la unión de proteínas represoras a
los factores de transcripción inhiben su funcionamiento por despegue del DNA, o la eliminación de las proteínas ligando
unidas al factor de transcripción lo que inactiva su función.
El control positivo activa la transcripción, mediante la acción de proteínas activadoras de la transcripción. Los dos
mecanismos más comunes son: la activación debida a un cofactor necesario para cumplir la función transcripcional o la
debida a la eliminación de la actividad inhibidora de una molécula al desunirse su ligando.
3.4.1. Complejidad de la regulación transcripcional
La regulación de la transcripción en eucariotas difiere de la procariota en tres aspectos fundamentales:
(a) Muchas proteínas reguladoras actúan incluso cuando se encuentran unidas al DNA a miles de nucleótidos de
distancia del promotor que regulan.
(b) La RNA polimerasa II no puede iniciar la transcripción por si misma, sino que requiere de ciertas proteínas
denominadas factores generales de transcripción que han de ensamblarse con el promotor previamente.
(c) El empaquetamiento del DNA eucariota en forma de cromatina genera un nuevo tipo de regulación.
3.4.2. Enhancers
Los eucariotas utilizan proteínas reguladoras de genes, pero de una forma distinta: las regiones del DNA a las que se
unen, se denominan enhancers ya que su presencia incrementaba la tasa de transcripción enormemente. Estas
proteínas pueden unirse a miles de nucleótidos de distancia del promotor, y pueden influir en la transcripción por
uniones tanto en dirección 5’ como en dirección 3’.
Se han propuesto varios métodos para la acción a distancia, pero el más aceptado es el que propone que el DNA
existente entre el enhacner y el promotor se doblaría de tal manera que las proteínas unidas al enhancer interactúen
con proteínas unidas al promotor.
3.4.3. Proteínas activadoras génicas (PAGs)
La mayoría posee un diseño modular que consta de al menos dos dominios, uno capaz de reconocer una secuencia
reguladora en el DNA y otros (los dominios de activación) que entran en contacto con la maquinaria de transcripción y
aceleran la frecuencia de su inicio.
Los diferentes mecanismos de aceleración actúan de forma concertada sobre un mismo promotor, atrayendo,
ubicando y modificando los factores generales de transcripción y la RNA polimerasa de forma que la transcripción
pueda iniciarse, tanto por acción directa sobre la maquinaria de transcripción como por modificaciones en la estructura
de la cromatina.
En el caso de afectarlos por acción directa, por lo general la regulación se debe a la formación de la holoenzima RNA
polimerasa II, un complejo multiproteico que interacciona con el promotor, conteniendo a factores de transcripción, la
RNA polimerasa y un complejo proteico enorme (el mediador) que será el encargado de unirse al activador, haciendo
más favorable energéticamente su ensamblaje con un promotor cercano. No obstante, el efecto es más complejo, por
ejemplo, por ensamblaje secuencial de factores generales de trascripción, reordenación de los mismos, aceleración de
la unión de ciertos factores faltantes, etc.
Otro efecto que generan las PAGs es el de modificar la estructura local de la cromatina, en zonas de regiones
reguladoras y en los promotores. Esto lo hacen mediante la modificación covalente de las histonas (principalmente, su
acetilación, metilación, fosfatación o ubiquitinación), reclutando HATs (histona acetil transferasas) y complejos
remodeladotes de cromatina dependientes de ATP. Esto aumenta la accesibilidad al DNA y también pueden favorecer
indirecta o directamente al ensamblaje de factores generales de transcripción.
En general, cuando distintos factores actúan en conjunto incrementando una velocidad de reacción, el efecto conjunto
no suele ser la suma de los incrementos producidos por cada factor individual, sino su producto, es decir, presentan
sinergia transcripcional.
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pueda participar en más de un tipo de complejo regulador. Las proteínas que no se unen al DNA sino a las proteínas
reguladoras se denominan coactivadores (o correpresores) que pueden presentar varias funciones, como interaccionar
con los complejos de remodelación de la cromatina, con las histonas acetilasas, con la holoenzima RNA polimerasa,
etc.
Otro proceso común es que la unión al DNA modifica la conformación proteica y afecta la actividad transcripcional,
incluso utilizando el mismo factor para activar o reprimir la transcripción. En algunos casos, se forma una estructura
DNA-proteínas más elaborada denominada enhanceosoma, en la que participan proteínas arquitectónicas que curvan
el DNA en un ángulo determinado para facilitar el ensamblaje de otras proteínas del complejo.
3.4.6. Regiones de control en mamíferos
La red que controla la expresión génica es impresionantemente compleja. Cada gen viene regulado por un conjunto de
proteínas, que son el producto de un que a su vez está regulado. Varios grupos de proteínas reguladoras pueden
actuar conjuntamente influyendo sobre un promotor. Además, las propias proteínas reguladoras están reguladas por
señales procedentes del exterior celular.
Esta regulación externa se da por numerosos mecanismos, entre los que encontramos:
(a) Regulación traduccional, solo podrá funcionar cuando es sintetizada, o cuando se inhiben sus enzimas proteolíticas
reguladoras.
(b) Unión a un ligando, que active o desactive su actividad.
(c) Modificación covalente, generalmente, fosforilación.
(d) Adición de una segunda subunidad, con un dominio de activación.
(e) Enmascaramiento y desenmascaramiento, de un dominio de activación por la regulación sobre la proteína
enmascarante.
(f) Estimulación de la entrada al núcleo, por eliminación de una proteína inhibidora de gran tamaño.
(g) Liberación desde la membrana, por proteólisis regulada.
3.4.7. Secuencias aislantes
Los elementos aislantes son secuencias de DNA que unen proteínas especializadas y que tienen dos propiedades
específicas: evitan los efectos represores de la heterocromatina sobre los genes y pueden bloquear la acción de los
incrementadotes, siempre y cuando se sitúa entre éste y el promotor del gen diana.
Se considera que la distribución de aislantes en el genoma lo divide en dominios independientes de regulación génica
y de estructura de cromatina. Se desconocen los mecanismos mediante los cuales actúan los aislantes.
3.5. Control génico especializado
Aunque todas las células utilizan los mecanismos de control génico transcripcional antes presentados (llamados
genéricamente interruptores génicos, ya que pueden activar y desactivar genes), las células de los organismos
pluricelulares desarrollaron un conjunto organizado de tipos celulares diferenciados. Esto implica la “memoria celular”
de un cambio bioquímico que debe mantenerse: se debe eliminar la temporalidad del cambio.
Existen numerosísimos métodos de control génico especializado. Entre los más comunes e importantes, encontramos
a los explicados a continuación.
3.5.1. Control génico combinatorio
Ya hemos visto cómo pueden actuar de modo combinado varias proteínas reguladoras para controlar la expresión
génica de un gen, sin embargo, los genes no solo están regulados por la acción de numerosas proteínas sino que cada
una de ellas participa en el control de muchos otros. Aunque algunas proteínas reguladoras son específicas de un solo
tipo celular, es más frecuente que estén activas en varios tipos celulares y en diferentes momentos de su desarrollo.
El control génico combinatorio permite generar una gran complejidad biológica con un número relativamente pequeño
de proteínas reguladoras. Su acción se basa en permitir que una proteína reguladora no tenga una función única y
claramente definida, sino que es la combinación adecuada de las mismas la que contiene la información necesaria
para especificar un proceso de regulación génica, cooperando en la tasa final de transcripción.
La adición de una proteína reguladora nueva a una célula dependerá de la historia anterior de la célula, lo que
determina qué proteínas reguladoras se encuentran ya presentes en la célula. En el desarrollo, por ejemplo, la decisión
de qué proteínas sintetizar puede provenir de la posición relativa celular. Así, a partir de una célula primigenia, una
proteína reguladora fundamental A se podrá sintetizar o no de acuerdo si la célula se encuentra a la derecha o a la
izquierda del embrión. Luego, las B y C surgirán del mismo modo, en cada célula hija. Luego de varios procesos, cada
célula poseerá un arsenal de proteínas reguladoras específico, que permitirá el control de una red proteica
intrarregulada que dará origen a la diferenciación en distintos tipos celulares.
3.5.2. Inactivación del cromosoma X
Los estados de la cromatina pueden ser heredables y pueden ser utilizados para establecer y preservar patrones de
expresión génica a lo largo de grandes distancias en el DNA, durante muchas generaciones. En mamíferos, una
alteración en la estructura de la cromatina de un cromosoma completo se utiliza para modular los niveles de expresión
de todos sus genes: la inactivación del cromosoma X.
Los mamíferos han desarrollado un mecanismo de compensación de dosis para equilibrar la dosis de productos
génicos del cromosoma X entre machos y hembras, mediante la inactivación de la transcripción de uno de los
cromosomas X (elegido aleatoriamente) en las células somáticas femeninas. Esto se logra condensándolo en un tipo
de heterocromatina, denominándoselo corpúsculo de Barr, localizado en la membrana nuclear. Esto altera y diferencia
la expresión génica de ambos cromosomas X.
Una vez inactivado, el cromosoma X elegido se mantiene silencioso a lo largo de todas las divisiones celulares
posteriores y en toda su progenie. La inactivación se inicia en un solo lugar del centro del cromosoma X: el centro de
inactivación del cromosoma X (XIC) y a partir de él se extiende por todo el cromosoma. De aquí que el XIC pueda
considerarse un gran elemento regulador, codificando una molécula rara de RNA: el XIST RNA, que solo se expresa a
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partir del cromosoma X inactivo, y no se traducirá a proteína sino que permanece en el núcleo, recubriendo el
cromosoma X inactivo, expandiendo el silenciamiento y formando la heterocromatina especial, que además posee
histonas modificadas (hipoacetiladas o metiladas), histonas especiales (un tipo de 2A) y DNA metilado.
3.5.3. Metilación del DNA
Aunque la gran mayoría de la regulación génica se da por la acción de proteínas, el propio DNA puede modificarse
covalentemente para transformarse en regulatorio. En vertebrados, la metilación de la citosina distingue genes activos
de inactivos. La 5-metilcitosina tiene la misma relación con la citosina que la timina con el uracilo, y no pierde el
apareamiento.
La metilación del DNA está restringida a citosinas en secuencias CG (palindrómica), lo que permite su herencia, ya
que la enzima metiltransferasa de mantenimiento, reconoce las secuencias CG de las hebras hijas, y metila las
citosinas según si en la secuencia GC de la hebra madre están metiladas o no. De este modo, el patrón de metilación
se mantiene con el tiempo a través de la replicación del DNA.
Por otra parte, los patrones de metilación del DNA son dinámicos en el desarrollo de los vertebrados, ya que poco
tiempo después de la fecundación hay un proceso global de desmetilación del conjunto del genoma, y se volverán a
mutilar en un patrón totalmente nuevo, luego de que el embrión se implanta en la pared uterina.
En los vertebrados, la metilación del DNA se halla en regiones silenciosas del genoma, existiendo una familia de
proteínas que se unen al DNA metilado, e interactúan con los complejos de remodelación de la cromatina y con histona
desacetilasas para condensar la cromatina. Sin embargo, se ha demostrado que la metilación del DNA es un método
refuerzo de la represión transcripcional, y sirve para asegurar el mantenimiento (la memoria) de dicho estado.
El silenciamiento transcripcional en los genomas de vertebrados también es muy importante para inhibir la
proliferación de elementos transponibles, ya que los metila y suprime su transcripción, manteniendo la integridad del
genoma.
3.5.4. Impronta genómica
Se han encontrados algunos casos en los que la expresión de un gen depende de si se ha heredado del padre o de la
madre, lo que se denomina impronta genómica.
Durante la formación de las células germinales, los genes sujetos a impronta se marcan mediante metilación de
acuerdo con su presencia en el óvulo o en el espermatozoide, y como los genes marcados no se hallan afectados por
la oleada de desmetilación que ocurre al poco tiempo de la fecundación, este marcaje permite recordar el origen
parental y regular su expresión de acuerdo a ello. En general, la metilación del DNA permite la unión de un elemento
aislante proteico.
Cabe destacar que en algunos casos, la impronta puede activar la expresión de un gen, incluso si se hace con
metilación. La impronta genómica es un cambio epigenético, es decir, de cambio heredable del fenotipo que no resulta
de un cambio en la ecuencia nucleotídica del DNA. En vertebrados se haya restringido a mamíferos placentarios, y los
genes están generalmente implicados en desarrollo fetal.
3.5.5. Islas CG
Los residuos de citosina metilados del genoma tienden a ser eliminados durante la evolución. La desaminación
accidental de una citosina no metilada da lugar a uracilo, base extraña en el DNA, por lo que es eliminada y la
reemplaza por una citosina. No obstante, la desaminación de una 5-metil citosina genera una timina que no se puede
diferenciar de otras.
Durante la evolución, más de tres de cada cuatro CG se han perdido, dejando a los vertebrados con una deficiencia
remarcable de esta secuencia, mientras que las que existen, están distribuidas desigualmente por el genoma en
regiones de 1000 a 2000 pares de bases de longitud, y en densidad hasta 20 veces mayores que lo normal. A estas
regiones se las denomina islas CG y parecen mantenerse no metiladas en todos los tipos celulares, y rodean los
promotores de genes constitutivos (esenciales para la vida) y de genes específicos de tejidos.
La distribución de las islas CG puede explicarse si se asume que la metilación CG fue adoptada como un mecanismo
de inactivación transcripcional. Las mutaciones de metil-C a T solo se transmitirán si se producen en la línea germinal,
y gran parte de las secuencias CG metiladas de estas regiones inactivas se han ido perdiendo por desmetilación
espontánea, por lo que los promotores de genes que permanecen activos en las líneas celulares germinales se
mantienen en estado desmetilado, y sus desaminaciones pueden ser corregidas adecuadamente. Por otra parte, una
mutación que se de sobre una secuencia CG que destruya la función o la regulación de un gen en el adulto, sufrirá
selección negativa.
A menudo, se utilizan para identificar genes dentro de la secuencia del DNA de los genomas de vertebrados.
4. Control post-transcripcional
La forma predominante de regulación de la mayoría de los genes son los controles de la iniciación de la transcripción
génica, aunque también existen controles posteriores que actúan sobre el transcripto primario. A pesar de su baja
frecuencia, su acción es crucial.
4.1. Atenuación de la transcripción
En bacterias, la expresión de ciertos genes es inhibida por la terminación prematura de la transcripción, es decir,
sufren de atenuación de la transcripción. En algunos casos, se debe a la estructura que toma el transcripto a medida
que es codificado. Cuando se necesita el producto, ciertas chaperonas son codificadas, y ayudan al pliegue del
transcripto.
4.2. Maduración alternativa del RNA
Los transcritos de muchos genes eucariotas son recortados por el proceso de maduración del RNA por splicing, donde
se eliminan los intrones del precursor del mRNA. Una célula puede madurar distintamente el transcrito primario, por lo
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que desde un mismo gen se pueden obtener polipéptidos finales diferentes: sufren una maduración alternativa del
RNA.
Esto da la idea de que la complejidad de un organismo puede estar muy por encima de la cantidad de genes que
posee. En algunos casos, la maduración alternativa del RNA ocurre porque existe una ambigüedad de intrón, por lo
que el espliceosoma (el complejo ribonucleoproteico de corte y empalme) no puede distinguir entre dos o más
apareamientos alternativos, de tal modo que la unión es fortuita y aleatoria, generándose varias versiones de proteínas
codificada por el gen en todas las células en la que éste se expresa.
En muchos otros casos, la maduración alternativa está regulada, ya que podrá diferenciar proteínas funcionales de
otras no funcionales, dependiendo de los exones que las codifiquen, o también, podrá generar distintas versiones de
una proteína en distintas líneas celulares. La maduración alternativa puede regularse tanto negativamente (evitando la
llegada de la maquinaria a la secuencia de RNA) como positivamente (dirigiéndola hacia la secuencia diana).
4.2.1. Tipos de maduración alternativa
Existen distintas formas para lograr la maduración alternativa, entre ellas:
(a) Exón alternativo: cierto exón puede ser eliminado o no.
(b) Sitios de corte alternativos: el corte puede darse en dos sitios cercanos, entre los cuales hay un exón. Dependiendo
de dónde se haga, se determinará si el exón será eliminado o no.
(c) Retención de intrón: puede resguardarse un intrón en el transcripto maduro.
(d) Exones mutualmente excluyentes: el transcripto maduro poseerá uno u otro, pero nunca ambos.
(e) Promotor alternativo: de acuerdo al promotor que actúe, habrá dos transcriptos distintos, según el exón inicial
optado.
(f) Exón de finalización alternativo: de acuerdo al exón escogido, el transcrito maduro podrá ser más o menos largo,
debido a una aparición más o menos próxima de la cadena de poli-A.
4.2.2. Aplicación de la maduración alternativa
Un ejemplo típico de regulación sobre la maduración alternativa en el desarrollo, es la determinación del sexo en
Drosophila. En ésta, si la cantidad de cromosomas X es igual a la de las series de cromosomas autosómicos, el
organismo es hembra, mientras que si es la mitad, es macho.
Tres productos génicos cruciales están implicados en la transmisión de la información sobre esta relación a muchos
otros genes que especificarán los rasgos propios masculinos y femeninos. Esto se da por una cascada de regulación.
En machos, la relación de cromosomas genera que la regulación de la maduración alternativa genera RNAs Sxl y tra
no funcionales, mientras que el dsx, elegirá un exón más largo sobre otro, generando la proteína Dsx que inhibe la
diferenciación en hembra.
En hembras, la relación de cromosomas activa la traducción de una proteína Sxl funcional, que ayuda a la producción
continua de más proteína Sxl y a la de proteína Tra. La proteína Tra será la que se unirá a Tra-2 para inducir a que el
RNA dsx opte por el exón más corto frente al más largo, dando una proteína Dsx que inhibe la diferenciación en
macho.
4.3. Maduración combinatoria
La maduración combinatoria permite producir un gran número de formas diferentes de proteína a partir de un mismo
gen, que posee un determinado número de exones, cada uno con un número determinado de alternativas posibles. De
este modo, la maduración alternativa elegirá una alternativa de cada opción, generando un número de proteínas tan
grande como el producto entre las alternativas de cada exón. Esto es utilizado en la síntesis de inmunoglobulinas.
4.4. Poliadenilación alternativa
El extremo 3’ de una molécula de mRNA está determinado por una reacción de rotura del RNA catalizada por otros
factores mientras el transcrito se está alargando.
El control de este proceso, genera distintos extremos carboxilo terminal de la proteína resultante. Esto se utiliza por
ejemplo, en la secreción de anticuerpos, donde el la maduración alternativa del RNA, elimina o mantiene un intrón del
transcrito primario que posee un codón de paro. Si lo mantiene, se traducirá una proteína corta que dará origen a un
anticuerpo secretado, mientras que si lo elimina, se traducirá una proteína más larga, que agrega una serie de
aminoácidos hidrofóbicos capaces de unirse a la membrana plasmática. La regulación de este proceso se da por una
proteína denominada CStF que es generada por la unión de anticuerpos libres a la membrana celular del linfocito en
desarrollo.
4.5. Edición del RNA
Este proceso altera la secuencia nucleotídica de los transcritos de mRNA luego de que hayan sido transcritos. En
ciertos casos, se insertan uno o más nucleótidos U de regiones específicas de un transcrito, lo que modifica la pauta de
lectura original y la secuencia. En algunos genes, la edición es tan extensa que hasta la mitad de la secuencia son U
insertados.
Esto depende de la acción de RNA guía con un extremo 5’ cuya secuencia es complementaria a la de un extremo de
la región del transcrito que se ha de editar, y luego, existe una secuencia que especifica el conjunto de nucleótidos que
se han de insertar, más una serie de nucleótidos U que serán los insertados.
La edición está regulada, por lo que es utilizada en orgánulos (como mitocondrias) o en bacterias que carecen de tales
regulaciones en sus mecanismos genéticos básicos. También ocurre en mamíferos, por ejemplo, en la desaminación
de adenina a inosina lo que modifica el patrón de maduración o cambia el significado de los codones, ya que la inosina
se aparea con citosinas y no con timinas o uracilos. Esta acción la llevan a cabo las enzimas ADAR, o desaminasas de
acción sobre RNA, que reconocen estructuras de doble cadena del RNA. También existen ediciones en mamíferos que
transforman citosinas en uracilos.
4.6. Exportación selectiva desde el núcleo
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De todo el pre-mRNA sintetizado, solo una pequeña fracción será de utilidad para la célula. Ésta lo identifica mediante
la unión de ciertas proteínas al RNA mientras ésta se está modificando, entre ellas el complejo de la caperuza, las
proteínas SR, las de unión a poli-A, etc. Es la combinación de éstas la que indica cuándo un mRNA está listo para
exportarse al citosol, ya sea porque estén unidas a él o porque ya no lo estén.
El mRNA será guiado a través de los complejos del poro nuclear, ya que las proteínas unidas a él reaccionan con las
del poro, actuando como factores de exportación.
4.7. Localización citoplasmática del mRNA
Cuando una molécula de mRNA eucariota entra en el citosol, interacciona con los ribosomas y se traduce a una
cadena polipeptídica. Si el mRNA codifica una proteína destinada a ser secretada o de expresión en la superficie
celular, se dirigirá al ER gracias a una sola señal localizada en el extremo amino terminal. En el resto de los casos,
toda la proteína se sintetiza en los ribosomas libres del citosol, y son las señales de la cadena polipeptídica completa
las que pueden dirigirla a su lugar de destino.
Algunos mRNA son dirigidos como tales a lugares específicos dentro de la célula antes de que se inicie la traducción,
lo que permite situar un mRNA cerca del lugar donde la proteína producida ejercerá su función. Las señales que dirigen
la localización del mRNA suelen estár en la 3’-UTR.
Este es un mecanismo común y se da por varios métodos. Los más comunes son el transporte directo por el
citoesqueleto y el posterior anclaje, la difusión libre y su captura, y la degradación selectiva del RNA no anclado a
proteínas.
4.8. Cambios en la estabilidad del mRNA
La mayoría de los mRNA de una célula bacteriana son muy inestables (viven unos 3 minutos), lo que permite una
rápida adaptación al ambiente. Los eucariotas, son más estables, llegando a vivir hasta 10 horas, aunque la mayoría
no pasa la media. Los mRNA inestables codifican proteínas reguladoras cuyos niveles han de cambiar rápidamente.
Las vías de degradación de mRNA en la célula son dos: el acortamiento gradual de la cola de poli-A (unos 200
nucleótidos, que al llegar a 30 inducen la destrucción total por la eliminación de la caperuza) a velocidad variable y
regulada por las 3’-UTR, y la acción de endonucleasas específicas que eliminan la cola de poli-A de un solo paso, al
reconocer señales específicas en la 3’-UTR.
La traducción a proteína sólo se inicia cuando se han finalizado todos los pasos de producción de mRNA, por lo que si
cualquiera de las etapas previas no funcionara correctamente, el RNA puede ser degradado en el núcleo. Los
eucariotas poseen además la capacidad de eliminar el mRNA sin sentido, que actúan sobre mRNA aberrantes antes de
que puedan ser traducidos. Este mecanismo sucede cuando el mRNA contiene algún codón de paro antes de la última
unión entre exones. La forma de detectar esto, es adhiriendo alguna proteína en cada sitio de unión exón-exón durante
la maduración en el núcleo. Cuando el mRNA pasa al citosol, el ribosoma (y otras proteínas) realizan una prelectura del
mRNA, y si detectan un codón de paro antes de la última proteína en un sitio de unión exón-exón, induce la
degradación del mRNA por eliminación de su caperuza.
5. Control traduccional
Existen métodos diversos y sencillos de control de expresión génica a nivel traduccional.
5.1. Controles mediados por hierro
Es uno de los más importantes en células eucariotas. Su acción se da por la participación de la aconitasa citosólica,
que puede unirse al 5’-UTR del mRNA que codificará la ferritina (una proteína de unión al hierro extra) o al 3’-UTR del
mRNA que codificará la transferrina (una proteína que importa hierro desde el exterior celular). De esta manera, si está
unida, no sintetiza ferritina ya que el ribosoma es incapaz de unir al mRNA, y sintetiza transferrina, ya que evita la
degradación del mRNA que la genera, al unirse a su 3’-UTR regulador.
Cuando se eleva la concentración de hierro citosólico, éste se unirá a la aconitasa, produciendo un cambio
conformacional que la separará de ambas UTR. Así, se sintetizará ferritina, y se degradará el mRNA que sintetizaba
transferrina, logrando una disminución de los niveles de hierro intracelular.
5.2. Poliadenilación citoplasmática
En algunos casos, en el citosol se pueden alargar las colas de poli-A de determinados mRNA para activarlos. En
algunos casos (como en gametas), los mRNA se adenilan unas 20 veces, lo que impide su traducción ya que no son
reconocidos por los ribosomas. Cuando se produce la fecundación, la poliadenilación citosólica los activa y los vuelve
activos.
5.3. Micro-RNAs
Son moléculas de RNA de hasta 25 bases, que sirven para el control génico, ya que al unirse a moléculas de mRNA
en el citosol, lo silencian o inducen a su degradación, de acuerdo si el apareamiento es perfecto o no.
6. Controles post-traduccionales
La modificación covalente de ciertas proteínas (su fosforilación, acetilación, metilación, glicosilación, etc) o su escisión
específica son métodos para modificar su destino tanto funcional como espacial en la célula.
Por otra parte, también su degradación específica sirve para esto. Una forma de degradar una proteína es su
ubiquitinación, es decir, la unión de lisinas de éstas al extremo carboxilo de la ubiquitina, una proteína pequeña (76
AA), mediante la acción de la enzima activadora de ubiquitina, que se unirá a ella mediante hidrólisis de ATP en AMP, y
la transferirá a la ubiquitina ligasa, la responsable de transferirla a la proteína diana mal plegada. En ciertos casos,
pueden unirse cadenas de multi-ubiquitina para hacer la detección y posterior degradación de la proteína diana mucho
más eficaz y rápida.
La degradación proteica toma un lugar preponderante en la eliminación de proteínas estables, bajo acción de
estímulos externos. Para esto, puede recurrirse a la fosforilación de ciertos tipos especiales de ubiquitina ligasa, a su
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unión a ciertos ligandos o a subunidades activadoras. Otras formas de activación de los métodos degradativos, es la
fosforilación, desenmascaramiento o ruptura covalente de ciertos sitios proteicos que serán reconocidos por la
ubiquitina ligasa, y transformarán a la proteína diana en degradable.
La tarea final de eliminar a una proteína marcada recae sobre una proteasa llamada proteasoma, dependiente de ATP
y muy abundante en el citosol, en el núcleo y el ER. Consiste en un cilindro central hueco formado por varias
subunidades proteicas ensambladas en una columna de cuatro anillos heptaméricos, cuyos centros activos están
dispuestos hacia la cámara interna y tienen actividad proteolítica. En las tapas del cilindro, existen seis subunidades
que pliegan las proteínas de tal manera que ingresen por el canal central, además de la tarea de reconocimiento de las
proteínas a degradar.
2. Especificación celular
La especificación celular es un paso fundamental en la diferenciación celular. Sin este estímulo primario, la
irreversibilidad del cambio jamás sería posible.
Existen distintos métodos de especificación que se desarrollaron a medida que la evolución requería variaciones en la
velocidad y en la profundidad de los cambios.
2.1. Especificación autónoma
La especificación autónoma se da fundamentalmente en invertebrados, y se basa en los gradientes de concentración
de ciertas proteínas y RNA citoplasmáticos del ovocito o del cigoto. La formación de blastómeras debido a la
segmentación, no modifica el contenido citosólico ni el tamaño celular, por lo que las células cada vez más pequeñas
que se formarán, recibirán dosis diferentes de estas macromoléculas especificantes.
Así, las diferencias bioquímicas esenciales de las blastómeras dirigirán la diferenciación posterior de sus linajes en
grupos de células especializadas, sin participación alguna de los movimientos celulares posteriores.
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El inconveniente de este tipo de especificación, es que si existen errores en los ciclos celulares de las blastómeras, no
hay posibilidad de “corregir” los errores del desarrollo que se generan, ya que la eliminación o el agregado de
blastómeras no genera cambios generales en el desarrollo de las otras.
Una forma sencilla de comprobar esta especificación, es la división externa de las blástulas en crecimiento en distintos
planos, comprobando las diferencias en el desarrollo de los embriones generados.
2.2. Especificación condicional
La especificación condicional surgió en invertebrados avanzados y es casi exclusiva en vertebrados. La interacción
entre las células, fundamentalmente por cuestiones posicionales, es la que genera la especificación celular, lo que
permite que el proceso de diferenciación sea regulado constantemente, y pueda cambiar a medida que sucede, lo que
soluciona el inconveniente de la corrección de errores.
Por otra parte, los movimientos masivos de células toman importancia, ya que al modificar la posición relativa, también
se modifica su destino y su especificación, permitiendo adquirir diferentes funciones y afinando las características.
El método más común de especificación condicional es la inducción secuencial, es decir, la acción de una célula sobre
otra, mediante alguna sustancia externa, con el fin de que se divida en dos células diferentes, de acuerdo a la ración de
esta “sustancia modificante”. Luego de que las células prosiguen su desarrollo propio, el proceso puede suceder de
nuevo, y generar nuevos tipos celulares muy fácilmente.
Existen numerosas comprobaciones científicas de este tipo de especificación. Por ejemplo, en bástulas tempranas de
anfibios, la extracción del tejido sobre el blastocele genera tejido ectodérmico, la del tejido bajo el blastocele genera
tejido endodérmico, pero el cultivo de ambos tejidos juntos, genera una masa amorfa de tejido mesodérmico, lo que da
señal que es una combinación de señales superiores e inferiores lo que induce la diferenciación del mesodermo.
Otra prueba fehaciente de este tipo de especificación, es la reorganización de las masas citosólicas o celulares luego
del ingreso del espermatozoide en el óvulo de anfibios, o cuando comienza la gastrulación.
Estudios posteriores, mostraron que en la medialuna gris de las blástulas, las células poseían una proteína específica
(la Dishevelled) ausente en cualquier otro tipo de células, mientras que las células del polo vegetal, podían sintetizar
Xnr, otra proteína regulatoria propia. Cuando la proteína Xnr difundía hacia el blastocele, originaba una diferenciación
de cuatro sectores celulares: el que no poseía ni Xnr ni Dishevelled (que daría origen al ectodermo), el que poseía solo
Xnr externo (que daría origen al mesodermo), el que sintetizaba Xnr (que daría origen al endodermo) y el que poseía
Xnr y Dishevelled (que daría origen a la notocorda). De esta manera, con solo dos proteínas, se dirigía de manera
sencilla dos de los procesos más complejos del desarrollo animal: la gastrulación y la neurulación.
Se ve que la interacción inductiva entre las células, entonces, se restringe a una señal limitada en el tiempo y el
espacio, por lo que solo adquieren el carácter inducido un subgrupo de células cercanas a la fuente de la señal.
Igualmente, en estadios más avanzados del desarrollo, la comunicación puede darse a distancia, mediante transmisión
de señales.
Cualquier tipo de molécula señal puede actuar como inductora, aunque comúnmente son familias de proteínas señales
muy específicas. En muchos casos, las respuestas están graduadas de forma mucho más fina, en relación a la
concentración de las moléculas señal, o la recepción específica de las mismas por distintos tipos de receptores. En
muchos casos, se nota una especificación por difusión, lo que genera respuestas graduales y sutiles de acuerdo a la
concentración. Una molécula señal que impone un patrón a un campo de células se denomina morfógeno.
2.3. Especificación sincitial
Se da en la mayoría de las clases de insectos. El huevo sufre una serie de divisiones nucleares sincrónicas y
extremadamente rápidas, que generan una nube de núcleos que migrarán hacia la periferia, formando una monocapa
llamada blastodermo sincitial. Después de otra serie de divisiones, la membrana plasmática crece desde la superficie
hacia el interior del huevo englobando cada uno de los núcleos, convirtiendo el blastodermo sincitial en un blastodermo
celular formado por unas 6000 células individualizadas.
Luego de la celularización, la especificación condicional es lo observado entre las células, ya que una población de
células (unas quince) se segregan hacia el polo del huevo, y son las células polares precursoras de la línea germinal.
Tanto las células de un polo como las del otro, generarán señales específicas que difundirán hacia el polo contrario, lo
que permitirá dividir al huevo en cinco zonas: los dos polos, las zonas que reciben la señal de una proteína polar, y la
zona central que recibe ambas señales. De este modo, y continuando el proceso, surgirán “anillos” de células que se
especificarán condicionalmente.
3. Determinación celular
La determinación celular requiere que se pueda mantener eternamente en las células especificadas. Esto necesita de
algún método capaz de sobrevivir a las divisiones celulares y las posteriores modificaciones del desarrollo que sufrirá el
organismo. A esta memoria celular se la consigue mediante la modificación bioquímica del entorno celular, y se basa en
la modificación de la expresión génica diferencial de la célula.
Existen diversos mecanismos de mantenimiento de la memoria celular. Entre ellos:
(a) La memoria celular citoplasmática se da por la activación de factores de transcripción específicos. Por lo general,
una molécula señal proveniente de la especificación condicional es la que generará una vía de transducción de señales
que activará un factor de transcripción. Este dirigirá su autotranscripción, además de la de otros genes específicos de
su tipo celular, lo que mantendrá la respuesta a la señal inicial durante toda la vida celular. Por ejemplo, el factor de
transcripción MyoD de los mioblastos usa este mecanismo para diferenciar las células musculares.
(b) La memoria celular autócrina se da por células del mismo tipo vecinas. Así, una señal celular de la especificación
condicional puede amplificarse rápidamente, ya que sus células dianas colaboran en la transmisión en células vecinas.
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(c) La memoria celular parácrina se da por señalizaciones extracelulares entre células de distinto tipo, aunque vecinas.
Se observa comúnmente en el desarrollo de tejidos acordes pero distintos, por ejemplo, el desarrollo de cartílago y
hueso. También permite la segmentación de los embriones de Drosophila en anillos, por acción de los ya existentes.
(d) La memoria celular nuclear se da por cambios en el material genético, que regula la expresión génica. Por ejemplo,
la metilación del DNA o la inactivación del cromosoma X forman parte de este tipo de memoria. A estos cambios, se los
denomina epigenéticos.
4. Diferenciación celular
Luego de que el proceso de determinación celular haya terminado, el estado diferenciado de las células debe
mantenerse, ya que el tiempo que requiere generar células diferenciadas suele ser demasiado grande como para
generar nuevas células de novo. La mayoría de los tejidos de un organismo pluricelular sufren renovaciones celulares
constantes, algunos por mitosis de las preexistentes (como los hepatocitos) y otros por células indiferenciadas o
células madre (como la epidermis y el músculo).
No obstante, ciertos tejidos no sufren renovación, sino que sus núcleos se especializan en la renovación del material
citoplasmático (como las neuronas, el músculo cardíaco o las células sensoriales).
4.1. Potencialidad
Se denomina potencialidad de una célula a su capacidad de generar los tejidos diferenciados del organismo que le da
origen. Por lo tanto, las células que poseen mayor potencialidad son las que pueden generar una mayor variedad de
tejidos diferenciados a partir de su propia diferenciación y división.
De acuerdo a su potencialidad, las células pueden ser:
(a) Totipotentes: pueden generar todos los tipos celulares, tanto los que constituyen al embrión como los que permiten
su crecimiento (los tejidos extraembrionarios). En animales, la única célula totipotente es el cigoto. En vegetales, de
acuerdo al entorno, casi todas las células son totipotentes.
(b) Pluripotentes: pueden generar múltiples tipos celulares y tejidos embrionarios. Existen una gran variedad de éstas,
y un intervalo continuo de potencialidades.
(c) Unipotentes: pueden generar un solo tipo celular o linaje.
4.2. Células madre
Las células madre (o stem cells) son células indiferenciadas capaz de dividirse por mitosis, generando una célula hija
diferenciada (o diferenciable) y otra célula madre, por lo tanto, puede autoperpetuarse.
Existen diversos tipos de células madre, con diferencias en potencialidad y origen:
(a) Las células madre embrionarias (ES cells), son pluripotentes y se obtienen de embriones de mamíferos en estado
de blastocisto. Pueden cultivarse indiferenciadas, o pueden diferenciarse artificialmente mediante el tratamiento en un
determinado medio. De hecho se conocen los medios para transformarlas desde a un adipocito, hasta a una neurona.
(b) Las células madre germinales (EG cells) también son pluripotentes pero son obtenidas de células germinales de
fetos de mamíferos. Están especificadas, por lo que no pueden ser cultivadas en el laboratorio como no diferenciadas
por un tiempo indeterminado.
(c) Las células madre adultas (AS cells) son unipotentes, y derivan de células indiferenciadas que se encuentran en
forma aislada en ciertos tejidos diferenciados que sufren renovación continua, como por ejemplo, dérmicas o hepáticas.
Sin embargo, es difícil mantenerlas indiferenciadas en el laboratorio.
4.2.1. Terapia génica
La investigación actual sobre células madre se orienta sobre todo a la terapia génica, es decir, a la producción de
tejidos diferenciados a partir de células madres para reemplazar tejidos dañados en humanos por enfermedad o
accidentes. Las investigaciones actuales siguen dos corrientes fundamentales: la del transporte directo, por la que se
insertan las células madre en el tejido afectado tratando de que así puedan regenerarlo correctamente, o la del
transporte basado en células, por la que se modifican genéticamente las propias células del paciente, para
transformarla en células pluripotenciales, disminuyendo así la respuesta inmune.
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(b) Biotecnología Moderna: aplicada en la obtención de seres vivos capaces de resolver problemas diversos,
fundamentalmente en la Industria, Agropecuaria y la Medicina, aplicando técnicas de Ingeniería Genética.
De hecho, la aplicación actual de la Biotecnología se extiende a numerosísimos campos, tales como la producción de
biocombustibles, la producción industrial masiva de biomoléculas, la remediación del medio ambiente o la
indumentaria.
4. Clonación
La clonación se define como la generación de individuos genéticamente idénticos por transplante de núcleos entre
células. Como los núcleos tienen una totipotencialidad eterna, la transferencia de un núcleo desde una célula somática
a un óvulo activado para desarrollarse como cigoto, permite generar organismos idénticos.
5. Agrobiotecnología
Es la aplicación de la Biotecnología en el mejoramiento de los cultivos vegetales. Es la rama de la Biotecnología con
más desarrollo en los últimos veinte años, probablemente impulsado por las grandes búsquedas económicas al
respecto.
Las innovaciones principales recaen en la generación de plantas transgénicas con características de otros organismos
(bacterias u hongos), que las hagan ventajosas con respecto a las naturales. Por ejemplo, el maíz Bt posee un gen
bacteriano (proveniente de Bacillus thuringiensis) que mata a las larvas de un insecto que normalmente destruyen sus
cultivos.
Otras aplicaciones, además del desarrollo de plantas resistentes a enfermedades, son el desarrollo de granos
alimenticiamente completos (como el Golden rice que expresa enzimas específicas para transformar parte de su
contenido metabólico en beta caroteno, un precursor de la vitamina A), la resistencia a herbicidas (como la soja al
glifosato), resistencia a estrés biótico (como la resistencia a las bajas temperaturas), etc.
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5.1. Agrobacterium tumefaciens
La modificación genética en vegetales, es mucho más sencilla que en animales debido a la utilización de la bacteria
Agrobacterium tumefaciens, que actúa ingresando por las heridas en la corteza vegetal, e intercambiando material
genético con las células vegetales, para inducirlas a replicarse de forma incontrolada: le genera tumores. Si se inserta
el gen de interés dentro del material genético que se transferirá a la célula vegetal, éste podrá ser insertado en ésta de
una forma notablemente sencilla.
5.2. Otros métodos
Además de la utilización de la bacteria A. tumefaciens, se han desarrollado otros métodos más generales para la
implantación de material genético en células. Se ha utilizado además de en plantas, en bacterias, protozoos, algas,
hongos, células animales, y hasta en organismos vivos. Consta de un “arma” de disparo de proyectiles pequeños
cubiertos con DNA. La fuerza generada por el cañón, y el pequeño tamaño, permite la penetración al núcleo celular y la
modificación genética del organismo diana. La biobalística se convirtió en el primer método para transformar organelas
celulares.
También se ha desarrollado la electroporación, por la cual se ponen en contacto las células diana (generalmente
protoplastos vegetales) y el material genético a insertar. Brindando un campo eléctrico lo suficientemente potente, la
permeabilidad de la membrana celular aumenta y el material genético puede incorporarse a la célula.
6. Biotecnología y medicina
La principal aplicación de la Biotecnología en la Medicina es la producción de vacunas. Además de utilizar las
herramientas de la Biotecnología Moderna, la Medicina está buscando cambiar las vías de aplicación de las vacunas,
por ejemplo, mediante el surgimiento de vacunas comestibles, en ciertos vegetales como la banana o el tomate. Esto
evitaría los altos costos de producción y mantenimiento, además de los de aplicación y desarrollo.
Los vegetales escogidos deben poder ser consumidos fríos y ser ricos en proteínas, además de servir como buen
objeto de modificación genética, ya que puede propagarse y ser fácilmente transformable. Por otra parte, debe ser
masiva y de amplia extensión de cultivo.
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Bibliografía
- Campbell, N.A. y Reece, J.B. (2007) Biología 7ª Edición. Editorial Medica Panamericana
- Alberts B, D Bray, J Lewis, M Raff, K Roberts, JD Watson (2002) Biología Molecular de
la Célula. 4° Ed. Ediciones Omega. Barcelona.
- Material editado por la cátedra de Biología, Año 2009
- Russell, P.J. (1994) Fundamentals of Genetics. Editorial Harper Collins College. (1994). Reino Unido.
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