Sunteți pe pagina 1din 108

Estudio-vida de 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester

1 y 2 Crónicas
CONTENIDO
1. MENSAJE UNO: INTRODUCCION
2. MENSAJE DOS: LA REPRODUCCION DE DIOS
3. MENSAJE TRES: LA GENEALOGIA QUE SE EXTIENDE DESDE ADAN HASTA
LAS DOCE TRIBUS DE ISRAEL
4. MENSAJE CUATRO: LA CUMBRE DEL EVANGELIO DE DIOS
5. MENSAJE CINCO: SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE DAVID
6. MENSAJE SEIS: SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE LOS REYES DE JUDA (1)
7. MENSAJE SIETE: APEGARSE FIELMENTE A LA VERDAD Y ANDAR CONFORME
AL ESPIRITU QUE LO ES TODO
8. MENSAJE OCHO: APRENDER DE LOS REYES DE JUDA A CONDUCIRNOS COMO
DIOS-HOMBRES EN NUESTRA VIDA DIARIA
9. MENSAJE NUEVE: SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE LOS REYES DE JUDA (2)
10. MENSAJE DIEZ: SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE LOS REYES DE JUDA (3)
11. MENSAJE ONCE: VIVIR A CRISTO PARA EXPRESAR A DIOS
12. MENSAJE DOCE: CONCLUSION DEL SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE
LOS REYES DE JUDA
13. MENSAJE TRECE: LA SIMILITUD ENTE DIOS Y EL HOMBRE EN IMAGEN
Y SEMEJANZA
Esdras
CONTENIDO
14. MENSAJE UNO: LA NECESIDAD DE VOLVER DEL CAUTIVERIO
15. MENSAJE DOS: INTRODUCCION
16. MENSAJE TRES: EL REGRESO DEL CAUTIVERIO BAJO EL LIDERAZGO REAL
DE ZOROBABEL
17. MENSAJE CUATRO: EL REGRESO DEL CAUTIVERIO BAJO EL LIDERAZGO
SACERDOTAL DE ESDRAS
18. MENSAJE CINCO: SE NECESITAN MUCHOS ESDRAS, PERSONAS VERSADAS
EN LA PALABRA DE DIOS
Nehemías
CONTENIDO
19. MENSAJE UNO: INTRODUCCION DEL LIBRO E HISTORIA DE LA RECONSTRUC-
CION DEL MURO DE LA CIUDAD DE JERUSALEN BAJO EL MANDO DE NEHEMIAS
20. MENSAJE DOS: EL DINAMISMO DE NEHEMIAS
21. MENSAJE TRES: EL RESTABLECIMIENTO DE LOS ELEGIDOS DE DIOS (1)
22. MENSAJE CUATRO: El RESTABLECIMINETO DE LOS ELEGIDOS DE DIOS (2)
23. MENSAJE CINCO: EL LIDERAZGO DE NEHEMIAS EN EL RESTABLECIMIENTO
DE LA NACION DE LOS ELEGIDOS DE DIOS
Ester
CONTENIDO
24. MENSAJE UNO: UNA INTRODUCCION Y EL CUIDADO SECRETO QUE EL DIOS
QUE SE ENCUBRE TIENE DE SUS ELEGIDOS MIENTRAS ESTOS ESTAN
DISPERSOS Y OPRIMIDOS
25. MENSAJE DOS: LA SALVACION MANIFIESTA QUE EL DIOS QUE SE ENCUBRE
EFECTUA EN SECRETO A FAVOR DE SUS ELEGIDOS LOS CUALES SON
PERSEGUIDOS DURANTE EL CAUTIVERIO
26. LA ESCATOLOGIA EN CUANTO A LA IGLESIA SEGUN LA REVELACION DIVINA
HALLADA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE UNO
INTRODUCCION
Lectura bíblica: 1 Cr. 1:1-27
El Antiguo Testamento contiene doce libros históricos. Los tres primeros son Josué,
Jueces y Rut, y los tres últimos, Esdras, Nehemías y Ester. Entre estos dos grupos de
tres libros cada uno, figuran tres pares de libros: 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, y 1 y 2
Crónicas. Con este mensaje damos inicio al estudio-vida de 1 y 2 Crónicas, Esdras,
Nehemías y Ester. El objetivo principal de este estudio se puede expresar en las cuatro
cláusulas siguientes:

1. Dios el Padre, conforme a Su economía eterna, determinó que el Cristo que lo es


todo, quien es tipificado por la buena tierra, sería la porción eterna de los creyentes, a
quienes ha puesto en Cristo para que participen de El (Col. 1:12; 1 Co. 1:30, 9).

2. El disfrute que los creyentes tienen de Cristo depende de cuánto ellos lo busquen y
le sean fieles, y el mayor logro que obtienen en esta búsqueda es reinar juntamente con
El en Su vida divina, por medio de Su abundante gracia (Fil. 3:13-14; Ro. 5:17b, 21b).

3. El cautiverio que sufren los creyentes en manos del enemigo constituye el peor fra-
caso que ellos experimentan en cuanto al disfrute de Cristo, el cual obedece a que no
conocen el poder de Su resurrección ni viven por el suministro abundante del Espíritu
de Jesucristo (Fil. 3:10; 1:19b).

4. El Dios Triuno omnipresente y omnipotente llegó a ser el Dios que se encubre y que
cuida con gran sabiduría y en Su elevada soberanía a Su pueblo escogido, el cual había
sido disgregado y llevado cautivo (Est. 1—10).

La Biblia en esencia habla de una sola cosa: la economía eterna de Dios, la cual brota
de Su beneplácito. Nuestro Dios es magnífico, y sin duda debe tener un beneplácito.
Con base en él, concibió una economía eterna, cuyo centro, meta y realidad es el Cristo
excelente que lo es todo. La Biblia gira exclusivamente en torno a esta economía.

La Biblia consta de dos secciones principales. La primera es el Antiguo Testamento, el


cual contiene muchos cuadros descriptivos. Dios es el mejor autor, y El utiliza muchas
representaciones en los primeros treinta y nueve libros de las Escrituras. Estos libros
están llenos de cuadros y profecías, los cuales incluyen tipos, figuras y sombras. Por
ejemplo, Adán es “tipo del que había de venir” (Ro. 5:14). Algunos tipos también son
profecías, las cuales no se describen con palabras, sino con representaciones. Entre
éstos, el más importante es la historia del pueblo de Israel, que representa al actual
pueblo de Dios. Así que, la historia de Israel contenida en el Antiguo Testamento ofrece
una tipología importante que representa las cosas venideras.

Al estudiar los doce libros históricos no nos debe distraer la historia que ellos presen-
tan. Entonces, ¿a qué debemos prestarle atención en estos libros? Para contestar esta
pregunta, debemos tener presente que toda la Biblia gira en torno a la economía de
Dios, de la cual Cristo es la realidad, el centro y la meta. Al leer los libros históricos,
debemos orar y buscar la interpretación adecuada de todos los tipos y profecías conte-
nidos en ellos. Debemos descubrir el significado intrínseco de todos los tipos, y prestar
especial atención al centro de todos ellos, que es Cristo, el centro de la economía de
Dios. Por consiguiente, en tanto procuramos conocer el significado intrínseco de lo que
relatan los libros históricos del Antiguo Testamento, debemos esforzarnos por relacio-
nar estos libros con la economía de Dios. Esto es lo que pretendemos hacer en este
estudio-vida.

I. EN LAS ESCRITURAS HEBREAS


ORIGINALES, 1 Y 2 CRONICAS
CONFORMAN UN SOLO LIBRO
En las Escrituras hebreas, 1 y 2 Crónicas constituyen un solo libro.

II. EL ESCRITOR
El autor de 1 y 2 Crónicas fue probablemente Esdras (compárese 2 Crónicas 36:22-23
con Esdras 1:1-3a). El hecho de que este pasaje de Esdras se repita en 2 Crónicas, podría
indicar que él, además de escribir el libro que lleva su nombre, redactó también 1 y 2
Crónicas.

III. LA EPOCA
El primer libro comprende aproximadamente cuarenta y un años, desde 1056 hasta
1015 a. de C., sin incluir el tiempo que abarca la genealogía de los padres; el segundo
libro comprende unos cuatrocientos setenta y nueve años, desde 1015 hasta 536 a. de
C.

IV. EL LUGAR
Los dos libros se escribieron probablemente en Jerusalén, después de que Esdras vol-
vió del cautiverio.

V. EL CONTENIDO
Los libros de 1 y 2 Crónicas describen la genealogía de la humanidad, de Adán a
Abraham; la genealogía de los elegidos de Dios, desde Abraham hasta la familia de
Saúl; y la historia de Israel, a partir del rey Saúl hasta que Israel vuelve del cautiverio.
Así vemos que 1 y 2 Crónicas comprenden tres historias: la historia que se extiende
desde Adán hasta Abraham, la cual tiene que ver con el mundo en general; la historia
que abarca de Abraham a Saúl, que gira en torno a los antepasados del linaje israelita,
antes de que se convirtieran en una nación; y la historia del reino de Israel, desde la
época de Saúl hasta que regresaron del cautiverio.

VI. EL PENSAMIENTO CENTRAL


El pensamiento central plasmado en 1 y 2 Crónicas es muy importante.

A. Presenta la cronología completa del mover de Dios en la histo-


ria de la humanidad
El pensamiento central de estos libros es que ellos, al incluir la genealogía que se re-
monta hasta Adán y se extiende hasta Samuel, presentan la cronología completa del
mover de Dios en la historia del hombre. Esto indica que el mover de Dios, que tiene
como fin preparar el camino para que Dios lleve a cabo Su economía eterna en la hu-
manidad, a saber, hacerse hombre para que el hombre llegue a ser Dios, no es algo que
se relaciona únicamente con la historia de los elegidos de Dios, sino que involucra la
historia de todo el linaje humano. El enfoque central de 1 y 2 Samuel y de 1 y 2 Reyes
es los elegidos de Dios, mientras que 1 y 2 Crónicas giran en torno a todo el linaje hu-
mano; por lo cual vemos que es necesario un linaje que no sólo se remonte hasta Sa-
muel, sino hasta Adán, y que se extienda hasta Cristo. Esto corresponde a la genealogía
de Cristo presentada en Lucas 3, y no a la de Mateo 1. El panorama de Mateo 1 es es-
trecho y se limita a Israel; pero el que presenta Lucas 3 es amplio e incluye toda la
humanidad. Esta es una clara evidencia de que al Cristo que venía, quien es la corpori-
ficación de Dios, no sólo le interesaba el linaje escogido, sino también el linaje creado.

Debemos visualizar el mover de Dios en la historia del hombre. ¿Ha oído alguna vez
las palabras: “El mover de Dios en la historia de hombre?” ¿Cree usted que a pesar de
la situación mundial tumultuosa de hoy, Dios sigue obrando en la historia humana?
Debemos creer que El ha obrado y sigue obrando en la historia del hombre, y por medio
de ella. Dios hizo algo en la historia de Adán y obró también en la de Abel. El actuó en
ellos en el aspecto positivo. Dios incluso realizó ciertas cosas en la historia de Caín;
pero fue una obra en el aspecto negativo.

Después de haber observado la situación mundial desde 1918, y haber estudiado las
profecías bíblicas, puedo dar testimonio sin lugar a equivocarme, que Dios ha estado
obrando a lo largo de la historia del hombre. Examinemos por ejemplo el conflicto que
desde hace varios siglos se libra entre judíos y árabes, los cuales reclaman Palestina,
esto es, la buena tierra, como propiedad suya. ¿Quién es el propietario o dueño legal
de la buena tierra? ¿Israel o los árabes? Los judíos afirman que Palestina es la tierra de
sus padres, mientras que los árabes dicen que pertenece a sus antepasados. Este pro-
blema no se ha resuelto, y aún continúan las negociaciones. Los gobernantes involu-
crados son personas insensatas, pues aunque no conocen ni a Dios ni Su Palabra, la
Biblia, siguen discutiendo sobre las cosas de Dios. Dios es el propietario de Palestina,
y sólo El puede resolver el problema relacionado con esa tierra. Pienso que mientras
los gobernantes discuten acerca de quién es el dueño de la buena tierra, el Señor está
en los cielos riéndose de la necedad de ellos (Sal. 2:4). La decisión con respecto a la
buena tierra no la tomarán los gobernantes, sino el que está en los cielos. El Señor
Jesús vendrá pronto y resolverá este asunto. Cuando El aparezca, tal vez dirá a los go-
bernantes del mundo: “Este no es asunto suyo; todo depende de Mí”.

Hemos dicho que la cronología de 1 y 2 Crónicas indica que el mover de Dios en la


historia de la humanidad consiste en hacer los preparativos para que Dios lleve a cabo
Su economía eterna en el hombre, a saber, hacerse hombre para que el hombre llegue
a ser Dios. Si esto no se cumple, no se solucionarán los problemas de la actual situación
mundial. La solución a todos los problemas depende de que muchos hombres lleguen
a ser Dios-hombres, y esto no sólo involucra la historia de los israelitas, los elegidos de
Dios, sino también la de todo el linaje humano.

La situación mundial ha cambiado considerablemente en los últimos cincuenta años.


Durante ese tiempo, Dios ha logrado compenetrar a muchas personas de todas partes
de la tierra. Por ejemplo, a nuestros entrenamientos anuales asisten santos de cin-
cuenta países diferentes. Esto habría sido imposible hace cincuenta años. Sólo Dios
puede compenetrar las naciones de esta manera.

La compenetración producirá miles de Dios-hombres. Por ejemplo, en Rusia, los Dios-


hombres se propagan y aumentan constantemente. El mundo entero recibe el ministe-
rio que tenemos en el recobro del Señor. Nuestro ministerio ha llegado a los seis con-
tinentes, y a menudo recibo cartas de agradecimiento de muchos santos de diferentes
países, lo cual confirma que reciben este ministerio.

Recientemente presenté la cumbre de la revelación de Dios, a saber, que Dios se hizo


hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza (mas sin ser objeto
de adoración), con miras a producir el Cuerpo de Cristo, para que éste lo exprese a El.
Ahora debemos pedir al Señor que nos conceda un nuevo avivamiento, un avivamiento
sin precedente en la historia del hombre. Este avivamiento será algo nuevo, pues surge
del deleite de Dios, de Su beneplácito o deseo. El beneplácito de Dios es hacerse hom-
bre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza. Este es el deseo de Dios,
lo que más le agrada, y El lo llevará a cabo.

Como hemos visto, mientras que la perspectiva de 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes se centra


en el linaje escogido, 1 y 2 Crónicas giran en torno a la humanidad en general. Esto
indica que Dios no sólo se interesa por Israel, sino también por el mundo gentil. La
mayor parte de nosotros no pertenecemos al pueblo de Israel, pero Dios pensó en no-
sotros en la eternidad pasada. Efesios 1:4 dice El nos escogió antes de la fundación del
mundo. Alabamos al Señor por escogernos en Cristo antes de la fundación del mundo.

B. Presenta detalles importantes


de los castigos que Dios
ejerció sobre los reyes de Judá
El pensamiento central de 1 y 2 Crónicas consiste también en presentar algunos de los
detalles más importantes del juicio que Dios ejerció sobre los reyes de Judá, lo cual no
se incluye en 1 y 2 Samuel ni en 1 y 2 Reyes. Muchos estudiosos de la Biblia consideran
que en 1 y 2 Crónicas se repiten muchos pasajes, es decir, que abarcan las mismas cosas
que 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes. Pero debemos ver que al principio de 1 Crónicas se relata
una parte de la historia de la humanidad que no se encuentra ni en 1 y 2 Samuel ni en
1 y 2 Reyes. Además, al final de 1 Crónicas se presenta un suplemento de la historia de
David, y 2 Crónicas complementa la historia de los reyes de Judá. Israel se dividió en
dos naciones: el reino del norte, llamado el reino de Israel, y el reino del sur, llamado
el reino de Judá. Los reyes buenos no estaban en Israel, sino en Judá. El segundo libro
de Crónicas no menciona a los reyes de Israel; sólo habla de los reyes de Judá, e incluye
detalles de los castigos que Dios trajo sobre ellos, así como las razones por las que los
disciplinó. Todo esto no se incluye en los dos libros de Samuel ni en los de Reyes.
C. Presenta una historia completa
del mover de Dios en la historia del hombre
Finalmente, en 1 y 2 Crónicas vemos una historia completa del mover de Dios en la
historia del hombre, desde Adán hasta Abraham, desde Abraham hasta Samuel, y
desde Samuel, quien trajo el reinado, hasta que Israel vuelve de su cautiverio.

VII. LAS SECCIONES


COMPRENDIDAS EN ESTE ESTUDIO
En este estudio-vida no abarcaremos la totalidad de 1 y 2 Crónicas, sino sólo algunas
secciones. Hablaremos principalmente de los segmentos de 1 y 2 Crónicas que comple-
mentan la historia relatada en 1 y 2 Reyes. No se repetirán los detalles que abordan los
estudios-vida de 1 y 2 Samuel y de 1 y 2 Reyes.

Las secciones que abarca este estudio incluyen: la genealogía que va desde Adán hasta
las doce tribus de Israel (1 Cr. 1-9); el suplemento a la historia de David (1 Cr. 22:2-
29:30); y el suplemento a la historia de los reyes de Judá (2 Cr. 11:5-23; 13:1-21; 14:6—
15:15; 17:1-19; 19:1—20:30; 21:12-18; 24:14b-24; 25:5-16; 26:6-21a; 28:8-15; 29:3—
32:8; 33:11-17; 34:3-7; 36:20b-23). Por consiguiente, este estudio abordará tres temas:
la genealogía de la humanidad, el suplemento a la historia de David y el suplemento a
la historia de los reyes de Judá.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE DOS
LA REPRODUCCION DE DIOS
Lectura bíblica: Gn. 1:26; 3:15; 22:18; 2 S. 7:12-14; Jn. 12:24
En este mensaje deseo hablar de un tema extraordinario: la reproducción de Dios.

EL HOMBRE ES CREADO
CONFORME A LA ESPECIE DIVINA
Después de que Dios creó los cielos y la tierra, uno de Sus ángeles, Satanás, se rebeló
contra El y se convirtió en Su enemigo. Esto arruinó la creación original. Luego, Dios
intervino y restauró el universo. Al llevar a cabo esta restauración, creó adicionalmente
billones de seres vivientes y todo género de aves y animales. Sin embargo, ninguno de
estos seres se parecía a El. Entonces, Dios hizo al hombre a Su imagen y semejanza
(Gn. 1:26). Así que, el hombre no fue creado según su propia especie, sino conforme a
la especie divina. Dios no creó el género humano; El creó al hombre conforme a la es-
pecie divina.

Una vez que hubo creado a la primer pareja, Adán y Eva, observó todo lo que había
hecho. Al mirar la tierra y todo lo que en ella había, nada le deleitó tanto como Adán y
su compañera; ellos eran Su deleite. Sólo ellos le satisfacían, porque sólo ellos eran de
Su especie. Cuando Dios miró a Adán, tal vez se dijo: “Me agrada contemplar al hom-
bre. El es mi placer, pues pertenece a Mi especie”. Sin embargo, el beneplácito de Dios
no era completo, pues cuando el hombre fue creado, sólo tenía la imagen y la semejanza
de Dios, pero no tenía Su vida ni Su naturaleza. En otras palabras, el hombre poseía la
imagen de Dios, mas no tenía a Dios mismo.

DIOS SE HACE HOMBRE


De acuerdo con Su plan eterno, Dios tenía que hacerse hombre. Nuestro Dios es todo-
poderoso y omnipotente, pero El nunca actúa a la ligera. En cambio nosotros, tan
pronto tenemos una idea, la realizamos de inmediato. Pero Dios no es así; El tiene mu-
cha paciencia y nunca actúa precipitadamente. El concibió una economía en la eterni-
dad pasada; después, creó los cielos y la tierra; más tarde, restauró la creación que
había sido arruinada; y por último, después de restaurar la creación y de crear muchos
otros seres vivientes, hizo al hombre, el cual es Su deleite. Pero ni aun esto fue Su má-
ximo deleite. Su beneplácito máximo era que un día El mismo se haría hombre.

Nuestro Dios es muy paciente, pues aunque le prometió a Eva, después de la caída, que
El mismo vendría como la simiente de la mujer (Gn. 3:15), esperó miles de años antes
de hacerse hombre. Si yo hubiera sido Su compañero, le habría dicho: “Dios, ya que el
deseo de Tu corazón es hacerte hombre, ¿por qué no lo haces ahora mismo? Le prome-
tiste al hombre caído que vendrías como simiente de la mujer, ¿por qué tienes que es-
perar tanto para cumplirlo?” Si a Dios se le hubieran hecho esta pregunta, El habría
contestado: “Yo no soy tan pequeño como tú. Yo soy demasiado grande, de modo que
para Mí, mil años son como un día”.

Aproximadamente dos mil años después de haber hecho la promesa de Génesis 3:15,
Dios le prometió a Abraham que le daría un descendiente, el cual sería una bendición
para todas las naciones (22:18). Dios parecía decirle: “Abraham, tendrás una simiente;
Yo mismo seré esa simiente; me haré hombre con el fin de ser una bendición para toda
la tierra”. Abraham, no sabiendo esperar, hizo lo que Sara le había sugerido, esto es,
que tuviera un hijo de su criada Agar. Por consiguiente, en lugar de producir la simiente
prometida, Abraham produjo a Ismael, una simiente equivocada. Dios, sin embargo,
siguió esperando hasta que llegara el momento de hacerse hombre.

Mil años después, en la época de David, Dios aún no se había hecho hombre; no obs-
tante, le dijo a David que de él saldría una simiente que sería el Hijo de Dios (2 S. 7:12-
14). Este Hijo sería el propio Dios. Dios profetizó a David acerca de esta simiente; sin
embargo, tampoco vino en forma de hombre durante esa época.

Finalmente, después de otros mil años, esto es, cuatro mil años después de haber sido
creado a Adán, Dios se hizo hombre; fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació
de una virgen humana (Mt. 1:20, 23). Después de esto transcurrieron treinta años más,
y ni aun entonces se dio cuenta la gente que El era Dios hecho hombre, el Dios-hombre.

UN GRANO PRODUCE MUCHOS GRANOS


Un día el Señor Jesús, el Dios-hombre, declaró que El era un grano de trigo que cayó a
tierra para morir y llevar mucho fruto (Jn. 12:24). En realidad, los granos producidos
son los muchos dioses, la multiplicación del único Dios. El primer grano, el primer
Dios-hombre, fue el prototipo, y los muchos granos, los muchos Dios-hombres, que
fueron producidos por el único grano mediante la muerte y la resurrección, son la pro-
ducción en serie. Esta es la reproducción de Dios. Cuando algunos escuchen que Dios
se ha multiplicado, tal vez se escandalicen y declaren que decir esto es una insensatez.
No obstante, esto es lo que revela Juan 12:24.

Lo que más le agrada a Dios es reproducirse en todos los países alrededor del mundo.
Dios es feliz multiplicándose, porque aquellos que El produce se parecen a El, hablan
como El y viven como El. Dios se infunde en Su reproducción, y ésta posee Su vida, Su
naturaleza y Su constitución. ¡Esta es una verdad maravillosa!

DIOS LLEVA A CABO LA OBRA


DE TRANSFORMACION CON PACIENCIA
Aunque somos la réplica o reproducción de Dios, Su deleite aún no es completo, debido
a que muchos, aunque tenemos Su vida, no vivimos por ella. Otros sí viven por la vida
divina, pero no todo el tiempo. Quizás la experimenten por la mañana, pero más tarde
se enojan y viven como escorpiones. Tal vez por la mañana son dioses, pero después
son “escorpiones”. Y es probable que al caer la tarde empeoren, e incluso vivan como
el mismo diablo, Satanás. No exageramos al decir que un creyente puede vivir como
Satanás. Un día el Señor Jesús le dijo a Pedro, quien amaba mucho al Señor: “¡Quítate
de delante de Mí, Satanás!” (Mt. 16:23a). Esto quiere decir que Pedro se había conver-
tido en Satanás, y necesitaba tomar su cruz para clavar en ella al mismo Satanás.

En nuestra vida diaria, es posible que seamos Dios en determinado momento, un es-
corpión en otro momento, y más tarde, aun Satanás. Puesto que ésta es nuestra verda-
dera condición, requerimos ser transformados. ¿Sabe usted lo que nuestro Dios está
haciendo hoy? El está llevando a cabo pacientemente una obra transformadora en no-
sotros.

DARNOS CUENTA DE LO QUE SOMOS


NOS CAMBIA RADICALMENTE
Desde que inicié mi ministerio en los Estados Unidos en 1962, he ministrado una sola
cosa, a saber, que Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y
naturaleza. Pero fue hasta febrero de 1994 que recibí específicamente la visión y la en-
comienda de parte de Dios, de declararle a Su pueblo el hecho de que son Dios en vida
y naturaleza, mas sin ser objeto de adoración.

El hecho de comprender lo que somos y estar conscientes de ello cambia radicalmente


nuestra vida. Tomemos el ejemplo de un hermano que ha vivido como escorpión y que
se da cuenta de que, por ser hijo de Dios, él es Dios en vida y naturaleza. Al ver esto, el
hermano experimentará un cambio radical en su vida , en su entorno y en todo lo rela-
cionado con él. Si todos los cristianos se dieran cuenta de que son Dios en vida y natu-
raleza, el mundo entero sería diferente.

En los últimos diez meses, a menudo me he preguntado a mí mismo: “¿Así se conduce


un Dios-hombre? Dices que los creyentes son Dios en vida, pero, ¿qué acerca de ti, en
tu proceder? ¿Eres Dios u otra cosa?” Mi respuesta ha sido arrepentirme y pedirle per-
dón al Señor porque al menos en algunas ocasiones, no he actuado en El o conforme a
Su vida. Esta comprensión me ha cambiado radicalmente.

EL DETERIORO DEL CRISTIANISMO FUNDAMENTAL


Por una parte, Dios, el Señor del universo, ha propiciado los medios para que las per-
sonas de todas partes del mundo se compenetren. Por otra parte, Dios tiene un recobro
en la tierra, al cual ha dirigido ya por más de setenta y dos años. Durante este tiempo,
El nos ha concedido imprimir miles de mensajes, los cuales están ya en miles de hoga-
res. Muchos países alrededor del mundo han recibido estos mensajes. Muy a menudo
recibo cartas de agradecimiento procedentes de muchas partes. Hace poco alguien me
escribió y me informó que había escuchado cosas difamatorias acerca de nosotros, pero
que al leer el estudio-vida de Gálatas, sus ojos fueron abiertos y pudo ver la realidad de
las cosas. Estas publicaciones han llegado a muchos países, y creemos que el Señor las
usará para obtener lo que desea.

El cristianismo ha existido en la tierra por más de diecinueve siglos, y ha guardado la


fe fundamental y la sigue enseñando, pero dicha fe no toca la cumbre de la revelación
divina, a saber, que Dios se hizo hombre por medio de la encarnación, y que pasó por
el vivir humano, la muerte y la resurrección, con miras a multiplicarse. Debido a que
el cristianismo fundamental no ha conocido esta verdad cumbre, sus enseñanzas se
han deteriorado, y como resultado de ello, muchos hermanos que están en las denomi-
naciones no tienen ninguna meta. Incluso muchos líderes del cristianismo no saben
cómo seguir adelante; no tienen una dirección definida. Si visita las librerías cristianas,
se dará cuenta de la clase de libros que venden allí. Muchos de estos libros están llenos
de enseñanzas fundamentales obsoletas y deterioradas.

Debido a que el cristianismo se ha deteriorado tanto, ha perdido su impacto y eficacia,


al igual que la sal que se vuelve insípida (Mt. 5:13). Entre los creyentes estadouniden-
ses, ¿dónde está hoy la sal? Se supone que la sal mata los gérmenes de la corrupción,
pero ¿dónde está este poder aniquilador entre los cristianos de hoy? En la mayoría de
las comunidades es difícil distinguir quién es cristiano y quién no lo es. Todos actúan
igual.

LA CUMBRE DE LA REVELACION DIVINA


Estoy tan feliz de que en los últimos diez meses el Señor nos haya mostrado la cumbre
de la revelación divina contenida en las Santas Escrituras. Hace poco escribí, en chino,
un himno que habla de que Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios
en vida y naturaleza. Muchos santos exultan cuando lo cantan. No ha sido fácil traducir
este himno al inglés. [A continuación presentamos una traducción literal de dicho
himno al español]:

1. ¡Oh, que milagro tan grande! ¡qué misterio tan profundo!


¡Dios y el hombre se unen y se compenetran en una sola entidad!
Dios se hace hombre y el hombre se hace Dios,
Una economía incomprensible tanto para los ángeles como para el hom-
bre;
Procede del beneplácito de Dios, y la lleva a cabo por amor,
Y así logra Su gran propósito.
2. Dios se encarnó para ser un Dios-hombre,
Para que yo llegue a ser Dios,
En vida y naturaleza, de Su misma especie,
Sin ser objeto de adoración;
Sus atributos llegan a ser mis virtudes,
Su imagen gloriosa se expresa vívidamente por medio de mí.
3. Ya no vivo yo solo,
Dios y yo vivimos juntos;
Coordinados con los santos en Dios
Para ser edificados como la casa universal
De la Trinidad divina.
Y ser el Cuerpo orgánico de Cristo,
Un gran vaso colectivo que lo exprese a El.
4. Finalmente, la ciudad santa, Jerusalén,
La totalidad de las visiones y de las revelaciones,
El Dios Triuno y el hombre tripartito
Serán una pareja que se amarán para siempre;
Humana, y a la vez, divina;
La morada de lo divino y lo humano,
Donde la gloria de Dios resplandecerá radiantemente en el hombre.
Ahora ofrecemos una traducción con rima y métrica de este himno, el cual es el número
500 de nuestro himnario:

1. ¡Milagro tal¡ ¡Misterio es!


¡Que Dios y el hombre uno son!
¡Dios se hizo hombre para que
El hombre llegue a ser Dios!
¡Economía sin igual!
Ni hombre o ángel sondeará
El buen placer de Su amor;
Lo más grandioso logrará.
2. Como un Dios-hombre se encarnó
Para que yo llegue a ser Dios;
Su esencia y vida El me dio
Mas Su Deidad no compartió.
Los atributos que hay en El
Son las virtudes en mi ser;
Su gloria manifestaré,
Su imagen viva expresaré.
3. No solamente vivo yo
Mas vive Dios conmigo hoy;
Y con los santos en unión
En Dios edificado estoy;
Como una casa universal
Su Cuerpo orgánico será,
Un vaso colectivo que
Expresará todo Su ser.
4. Jerusalén, la cumbre es,
De las visiones el total;
Mezclado con el Triuno Dios
El tripartito hombre está.
Co-inherente el hombre y Dios
Son una mutua habitación;
Dios con Su gloria divinal
Brillando en la humanidad.
Este himno revela que la unión y la mezcla de Dios con el hombre es un gran milagro y
un profundo misterio. Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios. Esta
economía es incomprensible tanto para los ángeles como para el hombre. Esta econo-
mía brota del deseo de Dios, y se eleva hasta la cumbre de la meta de Dios.

Finalmente, esta economía producirá la ciudad santa, la Jerusalén, la cual será la tota-
lidad de las visiones y revelaciones contenidas en las Escrituras. El Dios Triuno y el
hombre tripartito conformarán una hermosa pareja por la eternidad, una entidad que
será humana y a la vez divina. Lo divino morará en lo humano y lo humano en lo divino,
y la gloria de Dios se expresará en el hombre de manera radiante y esplendorosa.

Espero que los santos de todas las iglesias de la tierra, sobre todo los colaboradores y
los ancianos, reciban esta revelación, y le pidan a Dios que nos dé un nuevo aviva-
miento, un avivamiento sin precedente en la historia.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE TRES
LA GENEALOGIA QUE SE EXTIENDE DESDE
ADAN HASTA LAS DOCE TRIBUS DE ISRAEL
Lectura bíblica: 1 Cr. 1—9
En este mensaje hablaremos de la genealogía que se extiende desde Adán hasta las doce
tribus de Israel, de la cual tratan los nueve primeros capítulos de 1 Crónicas.

I. LA GENEALOGIA QUE SE EXTIENDE


DESDE ADAN HASTA ABRAHAM
En 1:1-27, tenemos la genealogía que comienza con Adán y se extiende hasta Abraham.
Los principales personajes de esta genealogía son Adán, Enós, Enoc y Noé.

II. LOS DESCENDIENTES DE ABRAHAM


Los versículos 28-34 presentan los descendientes de Abraham. Las figuras principales
en este caso son Abraham, Isaac e Israel.

III. LOS DESCENDIENTES DE ESAU


La genealogía de Esaú (vs. 35-54) no figura en el linaje genealógico de Cristo presen-
tado en Mateo 1:1-17 y Lucas 3:23-38.

IV. LOS DESCENDIENTES DE ISRAEL


Los capítulos del dos al nueve contienen la genealogía de Israel. Israel tuvo doce hijos,
quienes llegaron a ser los padres de las doce tribus. Los capítulos siguientes, hasta el
capítulo nueve, enumeran los descendientes de las doce tribus.

V. LOS DESCENDIENTES DE JUDA


En 1 Crónicas 2:3—4:23 se presenta el linaje de Judá.

A. Los personajes principales


En esta genealogía, las figuras principales son Judá, Caleb, Booz, Isaí, David y Salo-
món.

B. La tribu de Judá es la tribu real


La tribu de Judá es la tribu de la realeza (5:2a), la cual produjo un linaje de reyes, desde
David hasta Cristo. Así, de las doce tribus, sólo los descendientes de Judá figuran en el
linaje de la genealogía de Cristo narrada en Mateo 1 y Lucas 3.

C. Lo más sobresaliente de la genealogía de Judá


En la crónica de los descendientes de Judá, lo más sobresaliente fue que Judá engendró
a Fares de Tamar su nuera (2:4). La Biblia no oculta nada al narrar este suceso.

D. Un descendiente de Judá
ofrece una oración particular
En 4:10 leemos de una oración muy particular que ofreció uno de los descendientes de
Judá: “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensan-
charas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no
me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”. Dios contestó a la oración de Jabes. Espero
que todos ofrezcamos este tipo de oración, pidiéndole a Dios que ensanche el territorio
del disfrute que tenemos de la buena tierra y que extienda la frontera del deleite que
tenemos de Cristo. Todos deberíamos orar así: “Oh Dios, ensancha mi frontera para
obtener más de Cristo y disfrutarlo cada vez más”.

E. Los asuntos incluidos en la crónica


de la genealogía de Judá
En la crónica de los descendientes de Judá se incluyen las genealogías de David y Sa-
lomón.

1. Los descendientes de David


La genealogía de David se describe en 3:1-9. David tuvo seis hijos durante los siete años
y medio que reinó en Hebrón, y le nacieron otros trece hijos durante los treinta y tres
años que reinó en Jerusalén, entre los cuales figura Salomón, quien nació de Bet-súa.
Además, David tuvo una hija, Tamar, y los hijos que tuvo con sus concubinas.

2. Los descendientes de Salomón


Las principales personajes que figuran en la genealogía de Salomón (vs.10-24) son:
Salomón, Asa, Ezequías y Zorobabel.

VI. LOS DESCENDIENTES DE SIMEON


En 4:24-43 se narra la genealogía de Simeón. Lo más destacado de esta tribu fue que
ellos poseían pastizales ricos, espaciosos, tranquilos y serenos, y que derrotaron a los
amalecitas. Nosotros también debemos poseer estos ricos pastizales, lo cual significa
que el disfrute que tenemos de Cristo como nuestra buena tierra debe ser amplio, tran-
quilo y sereno.

VII. LOS DESCENDIENTES DE RUBEN


Después de los descendientes de Simeón, vemos los de Rubén (5:1-10). Rubén fue el
hijo primogénito de Israel; pero por haber mancillado el lecho de su padre, sus dere-
chos a la primogenitura fueron transferidos a los dos hijos de José, a fin de que ellos
heredaran una doble porción de la buena tierra, como si fuesen dos tribus (vs. 1-2).
Esto debe advertirnos del riesgo de perder la primogenitura, es decir, que por causa de
un fracaso, podemos perder el derecho a disfrutar a Cristo.

VIII. LOS DESCENDIENTES DE GAD


La genealogía de Gad se halla en los versículos 11-17.

IX. UNA INSERCION


Los versículos 18-26 constituyen una inserción.

A. Los hijos de Rubén, los gaditas, junto con media tribu de Ma-
nasés, derrotan a sus
enemigos y toman posesión de sus tierras
Los rubenitas, y los gaditas, junto con media tribu de Manasés derrotaron a sus enemi-
gos y los despojaron de sus tierras con la ayuda de Dios, debido a que clamaron a Dios
en la batalla y confiaron en El (vs. 18-23). Este es un buen ejemplo para nosotros hoy.
Nosotros debemos también clamar a Dios, diciéndole que deseamos ganar más de
Cristo, poseer más de El y disfrutarlo aún más.

B. Los hijos de Rubén, los gaditas y la media tribu de Manasés


prevarican contra Dios
Los hijos de Rubén, los gaditas y la media tribu de Manasés, prevaricaron contra Dios
apartándose como rameras en pos de los dioses de los pueblos de Canaán. Entonces el
Dios de Israel levantó a los reyes de Asiria para que los capturaran y los exiliaran lejos
de su tierra (vs. 25-26).

X. LOS DESCENDIENTES DE LEVI


En el capítulo seis se habla de los descendientes de Leví, la tribu sacerdotal.

A. Uno de los hijos de Leví era Coat


Uno de los hijos de Leví fue Coat, cuyo descendiente fue Amram, y los hijos de éste
fueron Aarón, Moisés y su hija Miriam (vs. 1-3). Esta es la genealogía de Aarón, Moisés
y Miriam.

B. Un descendiente de Aarón
es llevado cautivo a Babilonia
Un hijo de Aarón, Josadac, fue llevado cautivo a Babilonia por Nabucodonosor (v. 15).
El hecho de que incluso un descendiente de la tribu sacerdotal fuera llevado cautivo a
Babilonia, fue algo lamentable.

C. El profeta Samuel era descendiente


del famoso rebelde Coré
El profeta Samuel fue descendiente de Coré, quien era un rebelde famoso de la familia
de Coat, hijo de Leví (vs.16-27); y el nieto de Samuel, Hemán, fue cantor y salmista del
templo (v. 33; Sal. 88, véase el título). Coré, su antepasado, fue un rebelde famoso, pero
uno de sus descendientes era Samuel, y otro Hemán. Esto muestra que la misericordia
y la gracia de Dios son ilimitadas.

D. David establece a los descendientes de Coat como cantores en


la casa de Jehová
Después de que David diera reposo al arca del testimonio, él estableció a los descen-
dientes de Coat sobre el servicio del canto en la casa de Jehová; así que ellos ministra-
ban delante del tabernáculo en el canto, hasta que Salomón edificó el templo en Jeru-
salén. Ellos desempeñaron su oficio, y sus hermanos, los levitas, fueron puestos sobre
todo el servicio del tabernáculo en la casa de Dios (1 Cr. 6:31-48). En tipología, esto
representa el servicio de la iglesia, en el que todo debe ser ordenado por el Espíritu.

E. Aarón y sus hijos eran los sacerdotes


Aarón y sus hijos eran los sacerdotes, y moraban en trece ciudades (vs. 49-60).

F. Los levitas moraban en las ciudades,


entre las tribus
En los versículos 61-81 vemos que los levitas vivían en las ciudades de las tribus.

XI. LOS DESCENDIENTES DE ISACAR


En 7:1-5 se habla de los descendientes de Isacar. Las familias de Isacar tenían fama por
el valor de sus hombres. Ellos eran excelentes guerreros.

XII. LOS DESCENDIENTES DE BENJAMIN


La genealogía de Benjamín se describe en 7:6-12 y 8:1-40. Las figuras principales de
esta genealogía fueron Saúl y Jonatán (8:33). Los hijos de Benjamín eran varones de
guerra (7:9, 11; 8:40) y estaban asentados cerca de Jerusalén.

XIII. LOS DESCENDIENTES DE NEFTALI


En 1 Crónicas 7:13 se presenta la genealogía de Neftalí.

XIV. LOS DESCENDIENTES DE MANASES


Los versículos 14-19 hablan de la genealogía de Manasés.

XV. LOS DESCENDIENTES DE EFRAIN


La genealogía de Efraín se halla en los versículos 20-29. El pueblo de Efraín moraba
alrededor de Bet-el.

XVI. LOS DESCENDIENTES DE ASER


En la genealogía de Aser (vs. 30-40), vemos que la tribu de Aser contaba con hombres
de valor y que eran bélicos (v. 40).
XVII. LOS DESCENDIENTES
DE LOS ISRAELITAS QUE REGRESARON
En 9:1-34 se presenta la genealogía de los hijos de Israel que volvieron [a sus tierras].
Los primeros moradores de los hijos de Israel que volvieron a sus ciudades y recobra-
ron sus posesiones, fueron los sacerdotes, los levitas y los sirvientes del templo (v. 2).
Por otra parte, los que habitaron en Jerusalén eran de los hijos de Judá, los hijos de
Benjamín, los hijos de Efraín y los de Manasés (vs. 3-9). Los sacerdotes (vs.10-13) y los
levitas (vs. 14-34) moraban en Jerusalén. Entre los levitas que servían se encontraban
los descendientes de Coré, el que provocó la gran rebelión contra Dios y contra Moisés
(vs. 19, 31; Nm. 16).

XVIII. LOS DESCENDIENTES DE LA CASA DE SAUL


Finalmente, en 1 Crónicas 9:35-44, tenemos la genealogía de la casa de Saúl, quienes
habitaban en Gabaón.

En este mensaje hemos presentado simplemente un bosquejo general de la genealogía


que se extiende desde Adán hasta las doce tribus de Israel. Estoy seguro de que si leen
detenidamente estos capítulos, el Espíritu les mostrará la importancia espiritual de su
contenido.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE CUATRO
LA CUMBRE DEL EVANGELIO DE DIOS
Lectura Bíblica: 1 Ti. 1:4; Gn. 1:26; Jn. 12:24; 1 Co. 10:17; Col. 3:11
En este mensaje, siento la carga de hablar de la cumbre del evangelio de Dios, a saber,
que Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza, mas
sin ser objeto de adoración.

EL GENERO DIVINO Y EL GENERO HUMANO


En la eternidad, el Dios eterno tuvo un “sueño”, el cual manifiesta Su deseo. A fin de
realizarlo, diseño un plan, que el Nuevo Testamento llama la economía de Dios (1 Ti.
1:4; Ef. 1:10; 3:9). Posteriormente, Dios creó el universo, cuyo centro era Adán, quien
satisfacía el deseo de Dios. Dios se deleitaba en Adán porque éste pertenecía a Su pro-
pia especie (Gn. 1:26), y porque él se multiplicaría y llenaría la tierra (v. 28).

Dios hizo al hombre conforme a Su propia especie. Esto significa que antes de la caída
del hombre, no existía el género humano; sólo el divino. A diferencia de las definiciones
de los diccionarios, desde la perspectiva de Dios, la expresión género humano es nega-
tiva, pues no debería existir dicho género, sino un hombre creado por Dios según Su
especie. Sin embargo, una vez que el hombre cayó y se apartó de Dios, se originó el
género humano. Satanás se aprovechó de la caída del hombre y provocó un caos total
en el mundo.

De este mundo caótico y confuso Dios escogió a Abraham, cuyos descendientes forma-
ron la nación de Israel. No debemos pensar que esta nación es una nación más, pues
aunque figura entre las naciones, originalmente no era parte de ellas. La nación de Is-
rael era un pueblo apartado, santo, santificado para Dios. Al elegir al pueblo de Israel,
Dios daba a entender, en tipología, que El obtendría un pueblo para Sí en el futuro,
escogiéndolo de entre todo el género humano caído.

DIOS SE HACE HOMBRE PARA


PRODUCIR EL GENERO DIVINO-HUMANO
Dos mil años después de llamar a Abraham, Dios se hizo hombre, un Dios-hombre, el
cual, mediante Su muerte y Su resurrección, se multiplicó en serie. Originalmente El
era el único grano, y se multiplicó en muchos granos (Jn. 12:24). Ahora, los muchos
granos, al ser molidos y convertirse en harina fina, se mezclan para formar un solo pan
(1 Co. 10:17). El Señor Jesús, el Hijo unigénito de Dios, era el único grano, pero poste-
riormente El hizo de nosotros los muchos granos, Sus “gemelos”, Sus muchos herma-
nos (Ro. 8:29), los cuales se mezclan para formar un solo pan, un solo Cuerpo. Así que,
entre nosotros no existe ninguna diferencia de nacionalidad, raza ni clase social (Col.
3:11). Somos una nueva especie, “la especie de los Dios-hombres”.

Así como se acuñan nuevas palabras para describir los nuevos avances de la cultura
humana, también nosotros necesitamos crear nuevas palabras y expresiones para des-
cribir las verdades de nuestra cultura espiritual. El género divino-humanoconstituye
una de dichas expresiones. En Cristo, Dios y el hombre han llegado a formar una sola
entidad: el Dios-hombre. En la creación no existía el género humano, sólo estaba el
hombre creado según la especie divina. El género humano llegó a existir a consecuencia
de la caída del hombre. Un día, Dios se hizo hombre con el fin de multiplicarse en serie
y producir así una nueva especie. Esta especie no es ni el género divino, ni el género
humano, sino la especie de los Dios-hombres. Ahora nosotros, los creyentes en Cristo,
somos el género divino-humano; somos los Dios-hombres.

DIOS PROPICIA QUE LAS NACIONES DE LA TIERRA


SE MEZCLEN, CON EL FIN DE QUE NOSOTROS,
LOS DIOS-HOMBRES, NOS COMPENETREMOS
CON MIRAS A INTEGRAR EL UNICO CUERPO
Nuestra genealogía muestra que anteriormente estábamos alejados los unos de los
otros. ¿Cómo podríamos así compenetrarnos para integrar el único Cuerpo? Pero
ahora esto es posible debido al gran desarrollo que se ha suscitado en la tierra durante
los últimos cincuenta años. Los modernos medios de transporte y telecomunicaciones
han hecho posible que los pueblos de la tierra se compenetren fácilmente. A nuestros
entrenamientos semi-anuales asisten santos de por lo menos cincuenta países. El
mundo actual se ha vuelto pequeño, lo cual me permite comunicar la Palabra santa a
personas de muchos países.

Desde el día en que fui salvo, le expresé al Señor que de allí en adelante viajaría por
todos las aldeas de China para predicar la Biblia y hablar de Jesucristo. Mi intención
era hablarle solamente a mis compatriotas, y nunca soñé que estaría en los Estados
Unidos, ni mucho menos que hablaría ante santos de cincuenta naciones. En esto ve-
mos que Dios ha acercado los pueblos con el fin de que podamos compenetrarnos y
formemos un solo Cuerpo.
En 1938, recibí una carta de una hermana de Pekín, en la cual enviaba dos cheques. La
hermana me decía en su carta, que ella tenía el sentir que Dios me iba a enviar a los
Estados Unidos, y que uno de los cheques estaba destinado para cubrir los gastos de
mi viaje de ida y vuelta, y el otro, para suplir las necesidades de mi familia mientras yo
estuviera fuera. Le respondí diciéndole que yo no sentía ninguna carga por ir a Estados
Unidos, pero ella insistió que guardara los cheques, ya que tarde o temprano el Señor
me enviaría allí. Veinte años después visité este país, y más tarde, me naturalicé. Esto
fue obra del Señor. Hechos 5:31 revela que el Señor Jesús, en Su ascensión, es el Líder,
el Salvador y el Señor de todos los reyes de la tierra (Ap. 1:5), y fue El quien me envió.

Dios creó la tierra e hizo al hombre según Su especie. Pero el hombre cayó y se convirtió
en el género humano, y de este género caído, Dios escogió a Abraham para que fuese
el padre de otro linaje. Dos mil años más tarde, Dios se hizo hombre y vivió en la tierra
como Dios-hombre. Estoy contento de haberme hecho ciudadano americano, pero es-
toy aún más contento de ser un Dios-hombre. Soy norteamericano por naturalización,
pero la regeneración me ha constituido un Dios-hombre.

¿Sabe lo que Dios desea hoy? Es correcto afirmar que Su deseo es que haya muchos
cristianos, que muchas personas crean en Cristo; pero la realidad es que El desea algo
más, desea obtener un grupo numeroso de Dios-hombres. Estoy seguro de que nuestro
Dios, quien está sentado en los cielos, se pone feliz cada vez que presencia una reunión
de Dios-hombres, sobre todo cuando se reúnen Dios-hombres de cincuenta naciones.
En este tipo de reuniones se puede ver la expresión de los Dios-hombres.

Ahora quisiera que examinásemos el himno 93:

1. En el seno del Dios Padre


Antes de la creación,
Tú estabas en Su gloria,
Unigénito de Dios.
Fuiste dado por el Padre
Como un hombre al mundo, Tú
En Espíritu nos muestras
De Dios Su gran plenitud.
2. Por Tu muerte inclusiva
Y por Tu resurrección
Tú naciste como el Hijo
Primogénito de Dios.
Impartiste así Tu vida
Por la regeneración,
Nos hiciste Tus hermanos,
Muchos hijos para Dios.
3. Eras Tú un solo grano
Que en la tierra se cayó,
Al morir, resucitando
Tu vida se duplicó.
Somos hoy los muchos granos,
Amasados en un pan,
A Tu plenitud llegamos
Para Tu expresión mostrar.
4. Somos Tu expresión, Tu Cuerpo,
Plenitud y habitación,
Tu excedente y Tu Novia,
Tu total reproducción.
Como aumento de Tu vida
Somos Tu propagación;
Eres Tú nuestra Cabeza
Somos Tu continuación.
Este himno declara que hubo un tiempo en el que Cristo, el Hijo unigénito, era el único
grano, y que por medio de Su muerte y resurrección, El nos hizo los muchos granos.
Como tales, somos los muchos hijos de Dios (He. 2:10), los muchos hermanos de
Cristo, Sus muchos “gemelos”. Ahora estos granos se han mezclado en un solo pan, que
es el Cuerpo de Cristo, Su reproducción.

LA DEIFICACION DEL HOMBRE


Entre el segundo y quinto siglos, los padres de la iglesia encontraron tres misterios
profundos en la Biblia: el Dios Triuno o Trinidad divina, el misterio más profundo; la
persona de Cristo; y la deificación del hombre, esto es, que el hombre llega a ser Dios
en vida y naturaleza, mas sin ser objeto de adoración. Sin embargo, después del quinto
siglo, la verdad acerca de este último misterio se fue perdiendo gradualmente. El cris-
tianismo actual, apoyándose en el credo de Nicea, afirma los dos primeros misterios:
el misterio de la Trinidad divina y el de la persona de Cristo. Sin embargo, los cristianos
en su mayoría no ven ni aceptan el tercer misterio, a saber, que Dios se hizo hombre
para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza. Esta enseñanza no existe
entre los cristianos contemporáneos, pero creo firmemente que el Señor la va a reco-
brar. En cuanto a esta verdad se refiere, bien podría ser la última verdad que el Señor
necesita recobrar.

DARNOS CUENTA DE QUE SOMOS


DIOS-HOMBRES NOS CAMBIA RADICALMENTE
Tener presente que somos Dios-hombres, tener esta comprensión, cambia radical-
mente nuestra vida. Por ejemplo, digamos que un hermano se enoja con su mujer y se
acuerda que es un Dios-hombre. Su actitud cambiará radicalmente y de inmediato que-
rrá vivir como Dios-hombre.

Debemos entender que ser parte del género humano es algo negativo. Ante Dios, el
género humano es una expresión negativa que alude al hombre caído. Nosotros, como
creyentes de Cristo e hijos de Dios, no pertenecemos al género humano, sino al género
divino-humano. Darnos cuenta de esto, nos cambia radicalmente. Cuando compren-
damos que hemos llegado a ser Dios-hombres, declararemos: “Señor, Tú eres el primer
Dios-hombre, y nosotros somos los muchos Dios-hombres que te siguen. Tú llevaste
una vida humana, no viviendo por Tu propia humanidad, sino por la vida de Dios, con
el fin de expresarle. Los atributos de El se convirtieron en Tus virtudes. Viviste en la
tierra muriendo diariamente; fuiste crucificado para vivir. Señor, Tú eres mi vida y mi
persona, mi propio ser. Por tanto, yo también debo morir; debo ser configurado a Tu
muerte; debo ser crucificado y morir diariamente a fin de expresar la vida de un Dios-
hombre, es decir, una vida humana que se niegue a sí misma y que viva por la vida
divina, una vida en la que Tu vida y Tu naturaleza sean mi constitución, con miras a
expresarte y manifestar Tus atributos divinos, los cuales se expresan en mis virtudes
humanas”. Esto no sólo nos constituye cristianos o creyentes de Cristo, sino también
Dios-hombres, de la misma especie de Dios. Esta es la verdad cumbre del evangelio de
Dios.
PREGONAR LA VERDAD DE QUE DIOS SE HIZO
HOMBRE PARA QUE EL HOMBRE SE HAGA DIOS EN
VIDA Y NATURALEZA Y VIVIR COMO DIOS-HOMBRES
CON MIRAS A PRODUCIR EL NUEVO AVIVAMIENTO
Y CONCLUIR ESTA ERA
El evangelio revela que nosotros caímos, y que Cristo murió por nosotros. Al creer en
El y recibirlo, obtenemos vida eterna y llegamos a ser hijos de Dios. Los cristianos re-
conocen que todos los que creen en Cristo son hijos de Dios, pero no se atreven a reco-
nocer que los creyentes son Dios. Al final de esta era, enseñamos y predicamos la ver-
dad de que Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios, iguales a El en
vida y naturaleza, mas sin ser objeto de adoración. Es una gran bendición oír esta ver-
dad.

Después de escuchar que Dios desea tener un grupo de Dios-hombres, ¿qué otra cosa
podría satisfacernos?, ¿qué otra cosa nos gustaría ser? ¿Le gustaría seguir siendo un
chino o un norteamericano típicos? ¿Se conformaría con ser simplemente un cristiano
o creyente de Cristo? Debemos declarar que nuestro mayor deseo es vivir como Dios-
hombres. Finalmente, los Dios-hombres saldrán victoriosos; ellos serán los vencedo-
res, el Sión que está en Jerusalén. Esto producirá un nuevo avivamiento sin precedente
en la historia de la humanidad, y llevará esta era a su conclusión.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE CINCO
SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE DAVID
Lectura bíblica: 1 Cr. 22:2-29:30
En 1 Crónicas 22:2—29:30 se presenta un suplemento de la historia de David.

I. DAVID PROVEE MATERIALES EN ABUNDANCIA


PARA LA EDIFICACION DEL TEMPLO DE DIOS
La abundante provisión de materiales para la construcción del templo de Dios por
parte de David tipifica la provisión abundante que Cristo suministra con Sus insonda-
bles riquezas para la edificación de la iglesia de Dios (22:2-5, 14-16a; 29:2-5a). Todas
las riquezas que Cristo provee son El mismo. David, quien peleó las batallas de Israel
y obtuvo la victoria, fue un tipo de Cristo. Cristo es el único calificado para proveer los
materiales con los que se edifica la iglesia de Dios. El estudio-vida de 1 Reyes 5—7 pre-
senta el significado espiritual de todos los materiales provistos por David.

David obtuvo los materiales para el templo a través de muchas aflicciones, tribulacio-
nes y de haber ganado muchas batallas, lo cual tipifica que Cristo obtuvo la rica provi-
sión con la que se edifica la iglesia de Dios, también a través de las pruebas que expe-
rimentó y de la victoria que obtuvo sobre Satanás y sobre las potestades de las tinieblas.
El Nuevo Testamento relata la vida de lucha que Cristo llevó, en la que combatió prin-
cipalmente contra Satanás, el enemigo de Dios. Finalmente, el Señor salió victorioso,
y obtuvo así los materiales para la edificación de la iglesia de Dios.
II. LA COMISION QUE DAVID ENCARGA A SALOMON
En 1 Crónicas 22:6-13 y 16b vemos que David le manda a Salomón que construya el
templo de Dios en paz. David, el padre de Salomón, fue un guerrero que tuvo que luchar
para conseguir las provisiones. En cambio, su hijo Salomón, no fue un guerrero, sino
un rey pacífico. Salomón disfrutó en paz de todos los logros obtenidos por las victorias
de su padre.

III. LA ORDEN QUE DAVID DA


A TODOS LOS LIDERES DE ISRAEL
En los versículos 17-19 David ordena que todos los líderes de Israel ayuden a Salomón
a construir el templo de Dios.

IV. DAVID DISPONE EL ORDEN DE LOS SERVICIOS


DE LOS SACERDOTES Y DE LOS LEVITAS
Los capítulos del veintitrés al veintiséis muestran cómo David delega los servicios de
los sacerdotes y de los levitas. Esto tipifica que Cristo, como Cabeza del Cuerpo, ha
establecido en Su Cuerpo un orden que todos los miembros deben seguir. Debemos
entender que en el Cuerpo de Cristo existe un orden, es decir, que cada miembro ocupa
un lugar determinado en el Cuerpo. Este orden no consiste en tener cierta posición o
rango dentro del Cuerpo, sino en seguir lo que disponga el propio Cristo. Debemos
comprender que todos los miembros del Cuerpo son necesarios y útiles, y estar satis-
fechos con el lugar que Cristo nos ha asignado en Su Cuerpo.

A. Designa a Salomón su hijo rey de Israel


David constituyó a su hijo Salomón rey sobre Israel, lo cual indica que todos los sacer-
dotes y los levitas le estaban sujetos (23:1).

B. Los sacerdotes son distribuidos


en veinticuatro grupos
Los sacerdotes, los hijos de Aarón, fueron distribuidos en veinticuatro grupos o seccio-
nes (24:1-19). Esto alude a que ahora, en la vida de iglesia, servimos en distintas áreas.

C. Las categorías de servicio de los levitas


David también clasificó los servicios de los levitas (23:2-32; 24:20—26:32).

1. Los servicios de los descendientes


de los tres hijos de Leví
Los servicios de los descendientes de los tres hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari, se
describen en 23:2-23. El número de los levitas era de treinta y ocho mil varones, de
treinta años arriba (vs. 2-3). De ellos, veinticuatro mil habían de dirigir la obra de la
casa de Jehová; seis mil serían gobernadores y jueces; cuatro mil porteros; y cuatro mil
debían alabar a Jehová con los instrumentos que había hecho David (vs. 4-5). Las ge-
nealogías de Gersón, Coat y Merari se narran en los versículos 6-23.

2. Los levitas jóvenes servían


junto con los sacerdotes
Los levitas de veinte años arriba servían en el ministerio junto con los sacerdotes, y se
encargaban de los asuntos prácticos del templo de Dios (vs. 24-32). Hoy, en la vida de
iglesia, los creyentes nuevos deben desempeñar su servicio colaborando al lado de los
hermanos más experimentados.

3. Los demás levitas echan


suertes para designar sus deberes
Los demás levitas, tanto viejos como jóvenes, echaron suertes para determinar sus res-
ponsabilidades, tal como lo hacían sus hermanos, los hijos de Aarón (24:20-31). Esto
indica que cada servidor debía guardar un orden determinado.

4. David y los capitanes del ejército


apartan algunos de los hijos
de Asaf, de Hemán y de Jedutún
David y los líderes del ejército apartaron algunos hijos de Asaf, de Hemán (un descen-
diente del vil y rebelde Coré, Nm. 16, y nieto de Samuel, 1 Cr. 6:33), y Jedutún, a quie-
nes el rey David nombró directores para que profetizaran (cantaran) con liras, arpas y
címbalos, y los distribuyeron en veinticuatro grupos (cap. 25). Cantar alabanzas a Dios
constituía la parte principal de la adoración que rendía Israel a Dios (cfr. Ef. 5:19). Hoy
debemos alabar más a Dios con cantos.

5. Los porteros son distribuidos en grupos


Los porteros, algunos de los cuales eran descendientes de Coré, el rebelde, fueron dis-
tribuidos en grupos para que guardaran las puertas del templo en el occidente, en el
norte, en el sur y en el oriente, además de cuidar la puerta de la casa de provisiones (1
Cr. 26:1-19).

6. A una parte de los levitas se le asigna la custodia de los tesoros de la casa de Dios
Una parte de los levitas es designada para custodiar los tesoros de la casa de Dios y los
tesoros de los presentes consagrados por el rey David y los jefes y capitanes, el botín
que habían obtenido en las batallas y que se usaba para reparar la casa de Jehová, y
todo lo que Samuel, Saúl, Abner y Joab habían consagrado (vs. 20-28). Esto muestra
que mientras David preparaba los materiales para la construcción del templo, otros
derrotaban a los enemigos de Israel, los despojaban de sus bienes y ofrecían el botín a
Dios, para el mantenimiento de Su casa. Podemos comparar esto con la etapa que vive
la iglesia actualmente. En cierto sentido, Cristo ya edificó la iglesia mediante Sus após-
toles, y lo que nosotros hacemos ahora es mantener y reparar lo que ya fue edificado.

7. A otros levitas se les asignan deberes exteriores


De entre los levitas, algunos fueron designados para efectuar tareas exteriores, para ser
oficiales y jueces sobre Israel (vs. 29-32).

8. El orden que dispuso David tipifica


al orden que dispone el Espíritu
El orden que David estipuló en cuando a los servicios que Israel rendía a Dios con re-
lación al templo, tipifica la determinación del Espíritu al asignar los servicios de la igle-
sia en el Nuevo Testamento (1 Co. 12:4-11; 14:40).
V. LOS ENCARGADOS DE
ADMINISTRAR EL GOBIERNO DE DAVID
En 1 Crónicas 27 se habla de los oficiales que administraban el gobierno de David.

A. Los oficiales que servían al rey


estaban distribuidos en doce grupos
Los oficiales que servían al rey fueron distribuidos en doce divisiones de veinticuatro
mil cada una, y se ocupaban de los asuntos del rey, una división cada mes, y así a lo
largo del año (vs. 1-15). Esto representó un exceso en el gobierno, y pudo ser el factor
escondido que provocó la rebelión que surgió después del reinado de Salomón. Todo
deleite demasiado lujoso no dura mucho. Aun hoy nadie debe deleitarse en algo que
sea demasiado excesivo y lujoso.

B. Trece capitanes regían a las


doce tribus y a la casa de Aarón
Trece capitanes gobernaron a las doce tribus y a la casa de Aarón (vs. 16-22). Observe-
mos que David no censó a los hijos de Israel que eran menores de veinte años, porque
temía la ira de Dios (vs. 23-24). El censo del pueblo por parte de David había ofendido
a Dios (2 S. 24); así que él no se atrevió a incluir a los más jóvenes.

C. Había oficiales sobre los tesoros del rey


Había oficiales sobre los tesoros del rey y administradores sobre su hacienda (1 Cr.
27:25-31).

D. David tenía consejeros, maestros, amigos


y el capitán de su ejército
David tenía consejeros, maestros, amigos y el capitán de su ejército (vs. 32-34).

E. Esto tipifica la sumisión a la autoridad


de Cristo como Cabeza de la iglesia
El orden gubernamental de la administración de David tipifica la sumisión a la autori-
dad de Cristo, la Cabeza, que existe en la iglesia neotestamentaria (1 Co. 11:3; Ef. 4:15).

VI. DAVID CONGREGA EN JERUSALEN


A TODOS LOS PRINCIPES DE ISRAEL
En 1 Crónicas 28 y 29 se relata que David reunió en Jerusalén a todos los líderes de
Israel.

A. Se dirige a la asamblea
En 28:2-8, David dirige la palabra a la asamblea.

1. Presenta a su hijo Salomón


como constructor del templo de Dios
David presenta a su hijo Salomón como constructor del templo de Dios (vs. 2-7). El
declaró que abrigaba en su corazón el deseo de edificarle casa a Jehová, pero que
Jehová le había dicho que sería Salomón su hijo, y no él, quien le edificaría casa a Su
nombre (vs. 2-3, 6).

2. David les manda que guarden


todos los mandamientos de Jehová
David manda a los líderes que guarden todos los mandamientos de Jehová, para que
sean dignos de poseer la buena tierra y dejarla en herencia a sus hijos (v. 8). Si se com-
portaban debidamente delante de Dios, disfrutarían de la tierra y se la heredarían a sus
hijos.

B. Encarga a su hijo Salomón que sirva


a Dios y edifique el templo de Dios
En los versículos 9-21, David encarece a su hijo Salomón a servir a Dios y edificar Su
templo. Le exhorta a que sirva a Dios con “corazón perfecto y con ánimo voluntario;
porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensa-
mientos” (v. 9). Luego le encarga que edifique el templo de Dios conforme al modelo
que le había sido dado por el Espíritu, teniendo la presencia de Dios, los sacerdotes, los
levitas, los voluntarios que poseían sabiduría para realizar toda forma de servicio, y los
príncipes y todo el pueblo para ejecutar todas sus órdenes (vs. 10-21).

C. David prepara los materiales y sus ofrendas para la edificación


del templo de Dios, lo cual motiva a los líderes de Israel a ofrecer
voluntariamente ofrendas a Dios
La preparación de los materiales por parte de David y su acción de ofrecer sus posesio-
nes para la construcción del templo de Dios motivó a los líderes de Israel a ofrecer
voluntariamente sus posesiones a Dios, para llevar a cabo la edificación de Su templo,
de tal modo que, tanto el pueblo de Israel como el rey David se alegraron mucho (29:1-
9). En esta acción, David y los líderes de Israel fueron uno.

D. David bendice a Jehová


delante de toda la asamblea
En los versículos 10-19 David bendice a Jehová delante de toda la congregación.

1. Alaba a Dios
Primero, David alaba a Dios por Su grandeza, poderío, esplendor, victoria y majestad
(vs. 10-12).

2. Agradece a Dios
Luego, David agradece a Dios porque fue por la mano de Dios que él y todo el pueblo
pudieron ofrecer voluntariamente todas las cosas que habían recibido de El (vs. 13-17).
Ellos habían recibido muchos bienes de parte de Dios, así que, de lo que habían reci-
bido, le devolvieron a Dios para la edificación de Su casa.

3. Hace una petición a Dios


David ruega a Dios que guarde y afirme el corazón de Su pueblo Israel en sano juicio,
y que dé a su hijo Salomón integridad para guardar los mandamientos de Dios, Sus
testimonios y Sus estatutos, para que haga todas las cosas y edifique el palacio, (la casa)
de Dios (vs. 18-19).

E. La respuesta de la asamblea
Los versículos 20-25 presentan la respuesta de toda la asamblea.

1. Bendicen a Jehová
El pueblo bendijo a Jehová, le ofreció sacrificios y le adoró (vs. 20-21).

2. Comen y beben delante de Jehová,


y por segunda vez, confieren la investidura
del reino a Salomón
El pueblo comió y bebió delante de Jehová, y dio por segunda vez la investidura del
reino a Salomón. Todo Israel le obedeció a él junto con todos los príncipes y valientes,
y todos los hijos del rey David se sometieron al rey Salomón. Jehová engrandeció en
extremo a Salomón a ojos de todo Israel y le otorgó majestad real como ningún otro
rey jamás había tenido antes de él en Israel (vs. 22-25).

F. David muere en buena vejez


David murió en buena vejez, lleno de días, riquezas y gloria (v. 28).

Es necesario que conozcamos estos detalles históricos; sin embargo, no siento mucha
carga de hablar de ellos, pues el centro, la realidad y la meta de la Biblia es la economía
de Dios. La economía divina consiste en que Dios llegue a ser hombre y el hombre lle-
gue a ser Dios en vida y naturaleza, mas no como objeto de adoración, y así producir la
Nueva Jerusalén, el aumento y expresión del Dios Triuno por la eternidad. La Nueva
Jerusalén se edifica al forjarse Dios en el hombre y hacerlo así igual a El en vida, natu-
raleza y constitución, con miras a que el hombre y Dios lleguen a ser una entidad co-
lectiva.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE SEIS
SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE LOS REYES DE JUDA
(1)
Lectura bíblica: 2 Cr. 11:5-23; 13:1-21; 14:6—15:15; 17:1-19; 19:1—20:30
Los libros de 1 y 2 Crónicas constituyen un suplemento a los demás libros históricos del Anti-
guo Testamento. En 1 Crónicas se presenta un suplemento a la historia de la humanidad. Esto
se puede apreciar en el hecho de que 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes no incluyen la genealogía del
linaje humano, la cual se narra en 1 Crónicas 1—9. En el mensaje anterior abarcamos el suple-
mento de la historia de David, y en éste, empezaremos a examinar el suplemento de la historia
de los reyes de Judá.
I. LA HISTORIA DE ROBOAM
En 2 Crónicas 11:5-23, se habla acerca del reino de Roboam.

A. Era sagaz y sabio


Roboam era sagaz y sabio (v. 23).

B. No se ocupa de los intereses de Dios


Roboam era capaz y sabio, pero en lugar de laborar por los intereses de Dios, a saber, edificar
el reino de Dios, buscó su propia conveniencia y transmutó el reino de Dios en una monarquía
personal y para sus descendientes (vs. 22-23). Esto le costó la pérdida de la mayor parte de su
reino. El reino de su padre Salomón fue glorioso y espléndido, pero él al poco tiempo de em-
pezar a reinar, lo perdió casi por completo. Esta pérdida fue ocasionada por descuidar los in-
tereses de Dios.

C. Su camino y actitud no eran los correctos


Aunque el reino de Roboam estaba establecido sobre la base de unidad correcta, el lugar que
Dios había escogido (Dt. 12:13-14), y aunque él se apegaba a la verdad y no apostataba, el
camino que siguió y la labor que realizó no eran apropiados. El permaneció en Jerusalén, la
base de unidad correcta, y creyó a las enseñanzas de Moisés y las guardó, las cuales eran acordes
a la revelación de Dios. No obstante, aunque no abandonó la verdad de Dios ni Su oráculo,
cometió el error de laborar únicamente por sus propios intereses, y no por los de Dios.

Los ancianos deben aprender de esta lección. Ancianos, es posible que ustedes honren la base
de unidad y que sean fieles a las verdades bíblicas, pero ¿cuál es su meta al laborar? ¿Laboran
realmente por los intereses de Dios, o por los suyos? Si sólo se ocupan de sus intereses, con-
vertirán la iglesia local en una monarquía, en su pequeño imperio, y no en una parte integral del
reino de Dios.

D. Los sacerdotes y los levitas de Israel abandonan sus heredades


y se
trasladan a Judá y a Jerusalén
Gracias a que el reino de Roboam estaba fundado sobre la base de unidad correcta y a que él
sostenía la fe fundamental, los sacerdotes y los levitas en todo Israel abandonaron sus propie-
dades y fueron a Judá y a Jerusalén. Todos aquellos de las tribus de Israel que propusieron en
su corazón buscar a Jehová, acompañaron a los levitas a Jerusalén para ofrecer sacrificios al
Dios de sus padres. De este modo fortalecieron el reino de Judá y apoyaron a Roboam, hijo de
Salomón, durante tres años, pues tres años anduvieron en el camino de David y de Salomón
(vs. 13-17). El hecho de que Roboam se mantuviera en el lugar correcto, preservando la unidad
del pueblo y guardando la fe fundamental, motivó a los que buscaban sinceramente a Dios a ir
a Jerusalén y unírsele con miras a edificar el reino de Dios. A pesar de esto, a Roboam realmente
no le interesaba el reino de Dios, sino que procuraba su propia monarquía.

E. Roboam se entrega a las lujurias sexuales


Roboam se abandonó a los placeres sexuales y tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas,
engendró a veintiocho hijos y sesenta hijas, y buscó muchas mujeres para sus hijos (vs. 21, 23).
Esto trajo la corrupción a sus hijos, a sus descendientes y a su monarquía. Aunque preservó la
base de unidad correcta y se apegó a la verdad, él llevó una vida entregada a los apetitos carna-
les. No hay duda que su padre, quien tuvo centenares de mujeres y concubinas, influyó mucho
en esto.

II. LA HISTORIA DE ABIAS


En 2 Crónicas 13:1-21 se presenta una crónica del reino de Abías.

A. Abías derrota a Jeroboam, rey de Israel


Abías derrotó a Jeroboam, rey de Israel (vs. 2b-20). En esto, Abías actuó apropiadamente.

1. Proclama la apostasía de Jeroboam


Abías proclamó la apostasía de Jeroboam ante el mismo Jeroboam y ante todo Israel.
Abías y Judá tomaron la debida posición, y Abías aconsejó a Jeroboam que no luchara
contra ellos, porque Jehová estaba del lado de ellos (vs. 4-12). Así vemos que Abías se
mantuvo sobre la base fundamental correcta para hacer su proclamación.

2. Jeroboam y los hijos de Israel son derrotados


Jeroboam y los hijos de Israel fueron derrotados por Abías y los hijos de Judá, y Jehová
hirió a Jeroboam y éste murió (vs. 13-20). Esto indica que Jehová estaba con Abías.

B. Se entrega a los apetitos sexuales


Abías también cayó en los abusos sexuales y tomó para sí catorce mujeres y engendró
veintidós hijos y dieciséis hijas (v. 21).

III. LA HISTORIA DE ASA


En 14:6—15:15 tenemos el relato en cuanto al reino de Asa.

A. Asa edifica ciudades fortificadas en Judá


Asa edificó ciudades fortificadas en Judá, por cuanto había paz en la tierra y no había
guerra contra él en aquel tiempo, pues Jehová le había dado reposo (14:6-8). Asa era
bueno, y Dios se agradó de él.

B. Derrota a los cusitas


Asa derrotó a los cusitas invocando a Dios y confiando en El (vs. 9-15).

C. Otras reformas de Asa


Asa llevó a cabo algunas reformas adicionales (15:1-15). Estas reformas complementa-
ron a las que se mencionan en 14:3-5 y 15:16, 18.

1. Por medio del consejo e instancia


del profeta Azarías
Las reformas adicionales de Asa se llevaron a cabo por medio del consejo e instancia
del profeta Azarías, hijo de Obed (15:1-7).
2. Elimina las abominaciones
de la tierra de Judá y de Benjamín
Asa quitó las abominaciones (los ídolos) de toda la tierra de Judá, de Benjamín y de las
ciudades que había conquistado en la parte montañosa de Efraín, y reparó el altar de
Jehová (v. 8). El pueblo había caído a tal grado que se había olvidado del altar de Dios
y había erigido otros altares para rendir culto a ídolos paganos. Pero Asa acabó con esa
situación.

3. Reúne a todo Judá y Benjamín, incluyendo a los forasteros de Efraín, de Manasés


y de Simeón
Asa reunió a todo Judá y Benjamín, y con ellos a los forasteros de Efraín, de Manasés
y de Simeón (pues muchos de Israel se habían puesto de su lado, al ver que Jehová
estaba con él), y sacrificaron para Jehová parte del botín que habían traído y prome-
tieron solemnemente que buscarían a Jehová y que cualquiera que no hiciera así, que
muriese. Y Jehová Dios les dio reposo por todas partes (vs. 9-15).

Asa era un rey bueno, pero según el capítulo dieciséis, hizo algunas cosas malas.
Cuando Baasa rey de Israel subió contra Judá, Asa concertó una alianza con el rey de
Ben-adad, rey de Siria (16:1-6). Hanani el vidente vino a Asa y lo reprendió por confiar
en el rey de Siria y no en Jehová (vs. 7-9). Entonces Asa se disgustó con el vidente y lo
echó a la cárcel. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo (v. 10). En el
trigesimonoveno año de su reinado, Asa se enfermó severamente de sus pies, “y en su
enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos” (v. 12). Finalmente, murió en el
año cuarenta y uno de su reinado (vs. 13-14).

IV. LA HISTORIA DE JOSAFAT


En 2 Crónicas 17:1-19 y 19:1—20:30 se narra lo referente al reino de Josafat.

A. Se hace fuerte contra Israel


Josafat se hizo fuerte contra Israel y puso tropas en todas las ciudades fortificadas de
Judá, y colocó guarniciones en tierra de Judá y en las ciudades de Efraín que su padre
Asa había tomado (17:1-2).

B. Jehová estuvo con él porque anduvo en los primeros caminos


de David su padre
Jehová estuvo con Josafat porque éste siguió los primeros pasos de David su padre,
desechó a los baales y a los ídolos, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de
en medio de Judá. Todo Judá le rindió tributo, y obtuvo riquezas y honra en abundan-
cia (vs. 3-6). En este relato vemos un principio que Dios confirma: que todo aquel que
se conduce apropiadamente delante de Dios, recibirá de El paz y disfrutará de la buena
tierra.

C. Establece el reino de Dios


Josafat estableció el reino de Dios al enviar a sus oficiales, los levitas y los sacerdotes,
a enseñar el libro de la ley de Jehová a los hijos de Judá (vs. 7-9).
D. Jehová hace que todos los reinos alrededor de Judá teman a
Josafat y le rindan tributo
Jehová hizo que todos los reinos alrededor de Judá temieran a Josafat y le trajeran
tributo, de modo que Josafat se engrandeció sobremanera y formó un gran ejército
constituido de 1,160,000 hombres de guerra muy valientes para resguardar la nación
(vs. 10-19). Esto muestra el poder que adquirió y lo mucho que disfrutó de la buena
tierra durante su reinado.

E. Jehú el vidente amonesta a Josafat


por haber ayudado a Acab
El vidente Jehú amonestó a Josafat por haber ayudado a Acab, el perverso rey de Israel
(19:1-3; cfr. cap. 18).

F. Josafat establece jueces en todas


las ciudades fortificadas de Judá
a fin de que juzgaran las causas del pueblo
Josafat puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá para que juzgaran las
causas del pueblo. Los jueces estaban bajo la dirección del sacerdote Amarías en todo
lo relacionado con Jehová, y bajo las ordenes de Zebadías, príncipe de la casa de Judá,
en todos los asuntos que atañían al rey. Además, puso a los levitas como oficiales (19:4-
11). En todo esto vemos una situación saludable: había un buen sacerdote que atendía
el culto de Dios y un buen príncipe que administraba los asuntos gubernamentales.
Además, los levitas eran leales a Josafat. En esta situación saludable, Josafat disfrutó
de la buena tierra por haber temido a Dios.

G. Derrota el ejército de los hijos


de Amón, de Moab y del monte de Seir,
por haber confiado en Jehová
En 20:1-30 vemos que Josafat, por haber confiado en Jehová, derrotó al gran ejército
de los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir.

1. Dispone su corazón para consultar a Jehová


Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová e hizo pregonar ayuno a todo Judá,
y de todas las ciudades de Judá vinieron a buscar el amparo de Jehová (vs. 3-4). El
pregón del ayuno resultó muy positivo, pues el pueblo dedicó tiempo para orar por su
situación.

2. Ora a Jehová delante de la asamblea


Josafat oró a Jehová delante de la asamblea de Judá y Jerusalén, y ellos trajeron con-
sigo a niños, mujeres e hijos (vs. 5-13).

3. Jehová contesta su oración


por conducto de Jahaziel, un levita
Jehová contestó la oración de Josafat por conducto de Jahaziel, un levita. Josafat y
todo Judá y los moradores de Jerusalén adoraron a Jehová, y todos los levitas alabaron
con fuerte y alta voz a Jehová, el Dios de Israel (vs. 14-19).
4. Jehová destruye y desmenuza a los enemigos
A la mañana siguiente salieron al encuentro del enemigo, alentados por el rey Josafat,
quien dijo: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y
seréis prosperados” (v. 20). Ellos salieron también con los cantores dando gracias en
orden delante del ejército. Entonces Jehová destruyó y desmenuzó a los enemigos; y
Josafat y su pueblo obtuvieron un botín tan abundante que no lo podían llevar, tres
días les tomó para reunirlo. Luego, regresaron a Jerusalén con arpas, liras y trompetas
y entraron en la casa de Jehová. Ciertamente esa fue una celebración triunfante. En-
tonces hubo paz en el reino de Josafat, pues Dios le dio tranquilidad por todas partes
(vs. 21-30).

Los casos relatados acerca de estos reyes muestran que debemos aprender a conducir-
nos apropiadamente. Aunque Dios es grandioso, El presta atención a los detalles pe-
queños. Tal vez nos preocupemos por actuar correctamente en las cosas principales,
pero descuidamos los detalles. No pensemos que las cosas insignificantes no tienen
importancia. En principio, es muy grave errar al blanco, tanto en asuntos grandes como
pequeños. Al leer la crónica de los reyes de Judá, vemos cómo Dios los disciplinó to-
mando en cuenta cada detalle de su conducta, sin importar si el asunto era grande o
pequeño.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE SIETE
APEGARSE FIELMENTE A LA VERDAD Y ANDAR CONFORME AL ESPI-
RITU QUE LO ES TODO
Lectura bíblica: 2 Cr. 11:5, 13-14; Ro. 8:4; Gá. 5:16, 25
En este mensaje, quisiera hablar sobre la necesidad de apegarnos fielmente a la verdad y de
llevar una vida conforme al Espíritu compuesto, vivificante, que lo es todo.

MANTENERSE EN LA BASE DE UNIDAD APROPIADA


Y CEÑIRSE A LA FE FUNDAMENTAL
Le doy gracias a Dios por el relato de 1 y 2 Crónicas, que muestra los detalles de cómo Dios
disciplinó a Su pueblo. Esta disciplina en la vida diaria del pueblo de Dios tenía como fin que
ellos disfrutaran de la buena tierra (Cristo) de una manera apropiada. Los reyes que querían
disfrutar de la buena tierra, debían permanecer en la base de unidad correcta y apegarse a la
verdad guardando la fe que Dios había dado por medio de Moisés.

Pasa lo mismo con nosotros ahora. Honrar la base de unidad de la iglesia es vital, y ceñirnos a
la fe también es de vital importancia. Los cristianos contemporáneos pretenden apegarse a la
verdad, pero lo hacen parcialmente; ellos no aceptan todas las verdades. Al paso de los años
hemos hecho todo lo que hemos podido (por la misericordia y la gracia de Dios) por apegarnos
fielmente a la verdad, es decir, adoptar la verdad de manera íntegra y no sólo parcialmente.

LA VERDAD EN CUANTO A LA SEGURIDAD DE LA SALVACION


Y EN CUANTO A CRISTO COMO VIDA
El hermano Watchman Nee, a quien el Señor levantó hace más de setenta años, leyó toda la
Biblia muchas veces. Los centenares de misioneros que llegaron a China provenientes de Eu-
ropa y Estados Unidos eran fieles en cierta medida, pero no enseñaron claramente a los cristia-
nos chinos la verdad básica en cuanto a la seguridad de la salvación. Estos misioneros traduje-
ron la Biblia, y predicaron y enseñaron acerca de ella, pero no puntualizaron que los creyentes
podían y debían tener la seguridad de su salvación. Después de que el hermano Nee fue levan-
tado por el Señor, él predicó y enseñó la verdad en cuanto a la seguridad de la salvación, y yo
me le uní en esto. Adondequiera que íbamos, preguntábamos a los creyentes si eran salvos.
Cuando hacíamos esta pregunta, los pastores y predicadores se mofaban de nosotros y nos acu-
saban de orgullosos, porque afirmábamos que estábamos seguros de ser salvos. Así fue cómo
el hermano Nee peleó la batalla por la verdad en cuanto a la seguridad de la salvación. En la
actualidad, millones de cristianos chinos por doquier tienen la certeza de su salvación. Saben
que, por el hecho de creer en el Señor Jesús, son salvos y pueden tener la certeza de ello. La
situación actual es muy diferente de la que prevalecía cuando el hermano Nee empezó a luchar
por esta verdad fundamental.

Nuestro hermano Nee siguió luchando por la verdad, y más tarde, presentó la verdad acerca de
que Cristo es nuestra vida y que debemos experimentarlo como tal. Esta fue otra verdad que los
misioneros jamás expusieron ante los creyentes de China. Una vez que los creyentes tenían la
certeza de ser salvos, debían darse cuenta de que Cristo estaba en ellos como vida y que por
ende, debían tomarlo como tal y vivir por El.

LA VERDAD ACERCA DE LA NUEVA JERUSALEN


Durante los pasados setenta y dos años, el Señor ha avanzado en Su recobro y ha recobrado
muchas otras verdades, específicamente, la verdad en cuanto a la Nueva Jerusalén presentada
en Apocalipsis 21 y 22. Muchos expositores de la Biblia no entienden lo que es la Nueva Jeru-
salén. Además, son pocos los maestros bíblicos que han escrito algo sobre su significado espi-
ritual. Entre éstos figura un maestro alemán que vivió hace muchos años, cuyo nombre era
Tersteegen, y otro fue nuestro querido amigo T. Austin Sparks, a quien considero el último de
los maestros que siguieron la línea de la vida interior. Al igual que Tersteegen, T. Austin Sparks
vio que la Nueva Jerusalén no era una ciudad física, sino una señal con un gran significado
espiritual. El hermano Sparks señaló que las cosas espirituales que tienen que ver con Dios,
Cristo y la iglesia, son misteriosas, y que Dios usa señales para revelar la verdad que ellas
encierran. Nosotros adoptamos esta revelación dada por medio de él, y seguimos sosteniéndola.

En el primer versículo del libro de Apocalipsis encontramos la palabra, señales: “La revelación
de Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a Sus esclavos las cosas que deben suceder pronto;
y la declaró en señales enviándola por medio de Su ángel a Su esclavo Juan”. Esto indica que
la revelación de este libro se compone de señales, es decir, de símbolos que poseen significado
espiritual, como los siete candeleros, que representan las siete iglesias, y el Cordero, que repre-
senta a Cristo el Redentor como el único sacrificio que efectúa la obra redentora eterna de Dios.
Incluso la Nueva Jerusalén es una señal, la última y máxima señal de la Biblia, que representa
la consumación final de la economía de Dios. En los pasados cincuenta años, la verdad en
cuanto a la Nueva Jerusalén se nos ha revelado más y más. Esto se ve reflejado en nuestro
himnario, el cual contiene muchos himnos sobre la Nueva Jerusalén.

LA VERDAD EN CUANTO A LA DEIFICACION, A SABER, QUE


DIOS SE HIZO HOMBRE PARA QUE EL HOMBRE LLEGUE A
SER DIOS EN VIDA Y NATURALEZA
MAS SIN SER OBJETO DE ADORACION
Si hemos de ceñirnos a la fe, debemos aceptar toda la verdad. Entre las verdades que constituyen
nuestra fe, figuran tres grandes misterios que los padres de la iglesia descubrieron en el segundo
siglo: el misterio de la Trinidad Divina, el misterio de la persona de Cristo y el misterio de la
deificación del hombre; esto es, que Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios
en vida y naturaleza, mas no como objeto de adoración. Los cristianos han aceptado la verdad
en cuanto al Dios Triuno y en cuanto a la persona de Cristo, pero alrededor del quinto siglo,
empezó a perderse la verdad sobre la deificación. En febrero del presente año, sentí la carga de
dar mensajes sobre esta verdad.

Poco después de que empecé a enseñar que Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a
ser Dios en vida y naturaleza, me enteré de que la Iglesia Católica también comenzaba a pres-
tarle atención a la verdad de la deificación. Hace poco, un hermano me mostró que el Catecismo
de la Iglesia Católica, de reciente publicación, presenta lo siguiente:

ARTICULO 3

“JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU


SANTO Y NACIO DE MARIA VIRGEN”

Párrafo 1. El Hijo de Dios se hizo hombre

I. Por qué el Verbo se hizo carne

460 El Verbo se encarnó para hacernos “partícipes de la naturaleza divina” (2 P 1, 4):


porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del
hombre: para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo, y al recibir así la filia-
ción divina, se convirtiera en hijo de Dios (S. Ireneo, haer., 3, 19, 1). “Porque el Hijo de
Dios se hizo hombre para hacernos Dios” (S. Atanasio, inc., 54, 3) ... (“El Hijo Unigénito
de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para
que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres”) (S. Tomás de A., opusc.
57 in festo Corp. Chr., 1). (Catecismo de la Iglesia Católica, págs. 155-156).

Así vemos que la Iglesia Católica enseña que los creyentes de Cristo pueden llegar a ser Dios.
Además, otro hermano me habló de un libro que escribió un sacerdote católico en el idioma
árabe, el cual declara lo mismo, que el hombre puede llegar a ser Dios. Si hemos de aceptar la
fe completa, debemos entender claramente esta gran verdad, la verdad de que Dios se hizo
hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza, mas no en ser objeto de
adoración.

UNA CONDUCTA CONFORME AL ESPIRITU


Sin embargo, no es suficiente honrar la base de unidad y apegarse a la fe fundamental; también
nuestra forma de vivir y de comportarnos reviste mucha importancia. El pueblo de Dios en el
Antiguo Testamento recibió la ley de Dios por conducto de Moisés, para que se rigieran por
ella. Pero hoy Dios no se relaciona con nosotros conforme a esa ley, sino conforme al Espíritu
compuesto, vivificante, consumado, que mora en nuestro ser. En la época del Antiguo Testa-
mento, el pueblo de Dios debía conducirse de acuerdo con la ley. Pero hoy, el Nuevo Testa-
mento demanda que nos comportemos conforme al Espíritu compuesto, vivificante, que lo es
todo (Ro. 8:4).

Dios disciplinó a todos los reyes buenos de Judá conforme a la ley de Moisés en cada detalle
contenido en ella. Todo aquel que actuaba en contra de la ley, aunque fuera en algo mínimo,
perdía gran parte del disfrute de la buena tierra. Esto significa que hoy debemos conducirnos
conforme a la ley espiritual, y esta ley es el Espíritu mismo, el Espíritu compuesto.

Debemos ser cuidadosos en cada detalle de nuestra vida. Por ejemplo, cuando hablamos con
nuestro cónyuge, debemos hacerlo conforme al espíritu. En todos las cosas debemos andar con-
forme al espíritu (Ro. 8:4). Debemos estar alertas en todo lo que decimos, hacemos, expresa-
mos, en nuestra actitud, nuestro espíritu y nuestras intenciones. Todo debe ser purificado por el
Espíritu vivificante, compuesto, que lo es todo. De lo contrario, perderemos en gran parte el
disfrute que tenemos de Cristo, nuestra buena tierra actual.

Al estudiar los libros históricos del Antiguo Testamento, debemos aprender las lecciones de
todos los detalles narrados en ellos. Consideremos el caso de Asa. El fue un rey bueno e hizo
muchas cosas positivas. Sin embargo, ofendió a Dios al formar una alianza con Ben-adad rey
de Siria (2 Cr. 16:1-6). Además, se enojó con el vidente que lo reprendió por confiar en el rey
de Siria en lugar de confiar en Jehová. Es posible que esta ofensa haya sido el motivo por el
que Asa se enfermara de sus pies, y muriera a causa de ello (vs. 7-10, 12-13).

Los casos narrados en los libros históricos muestran que Dios no sólo es amoroso, sino también
temible. Por ende, como lo declara Pablo en Filipenses 2:12, debemos aprender a ocuparnos de
nuestra salvación con temor y temblor.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE OCHO
APRENDER DE LOS REYES DE JUDA A CONDUCIRNOS COMO DIOS-
HOMBRES EN NUESTRA VIDA DIARIA
Lectura bíblica: 2 Cr. 3:1; 11:5, 13-16; 15:9-10; 2 Co. 3:17-18; Ro. 8:29;
Fil. 3:13-14; Ro. 5:17b, 21b
Oración: Señor, cuánto te agradecemos por esta ocasión, en la que podemos reunirnos contigo
y con los santos de todas partes del mundo. ¡Gracias por la oportunidad de compenetrarnos, no
sólo unos con otros, sino también contigo! ¡Aleluya, qué compenetración tan hermosa, que
nosotros los hombres tripartitos podamos mezclarnos con el Dios Triuno! Señor, danos un co-
razón que valore esta ocasión. No permitas que salgamos de este lugar sin habernos compene-
trado contigo. Creemos que estamos bajo Tu unción, la unción del Espíritu compuesto, vivifi-
cante, que lo es todo, el cual es la consumación del Dios Triuno que mora en nosotros. Señor,
te alabamos por concedernos la dicha de vivir en los días que consumarán esta era y Tú volverás.
Señor, gracias por Tu presencia. Gracias por abrirnos Tu Palabra. Nos sentimos agradecidos de
que no sólo tenemos la Palabra impresa, sino también la Palabra abierta e interpretada. Tú nos
has abierto Tu Palabra, y ahora esperas que la tomemos. Ayúdanos, Señor. Somos débiles; no
somos nada; te necesitamos. Amén.
LOS REYES DE JUDA SE MANTIENEN
EN LA BASE AUTENTICA DE LA UNIDAD
El suplemento de la historia de los reyes de Judá narrado en 2 Crónicas, muestra que estos reyes
se mantuvieron en la base de unidad apropiada, a saber, Jerusalén, el lugar que Dios había
escogido y establecido (Dt. 12:5-18). Deuteronomio 12 muestra claramente que ese lugar fue
la base de unidad que Dios eligió conforme a Su deseo. Debemos estudiar este capítulo con
detenimiento.

Jerusalén fue el lugar que Dios escogió como centro de adoración para toda la tierra. Hoy los
gobernantes y los líderes del mundo debaten sobre quién debe ser el dueño de Jerusalén. Este
debate es una insensatez, y los involucrados no saben lo que dicen, pues no se dan cuenta de
que Dios es el dueño de Jerusalén. Jerusalén, el centro donde se adora a Dios, pertenece al Dios
Triuno.

Podemos afirmar que el hecho de que Dios escogiera a Jerusalén como centro de adoración se
revela por primera vez en las palabras que El dirigió a Abraham en Génesis 22:2. El le pidió a
Abraham que fuera a la tierra de Moriah y ofreciera a Isaac (que tipificaba a Cristo) sobre uno
de los montes que Dios le mostraría. Este lugar, el monte Moriah, donde Abraham ofreció a
Isaac, fue el mismo sitio, el monte de Sion, que Dios escogió para edificar el templo (2 Cr. 3:1;
2 S. 24:25). En realidad, Sion es la cima del monte Moriah. Cuando Salomón se preparaba para
construir el templo, no fue necesario que él escogiera el lugar, pues Dios ya lo había escogido
y ya se lo había dado a conocer a David. Ese sitio fue el lugar mismo donde Abraham ofreció
a Isaac en sacrificio a Dios. Este lugar se escogió por disposición divina.

Los reyes de Judá permanecieron en Jerusalén, la base de unidad que Dios había escogido,
mientras que los reyes de Israel abandonaron dicha base. Jeroboam incluso estableció otros
centros de adoración en Bet-el y en Dan (1 R. 12:29-30). A los ojos del Señor eso fue una
abominación. Los reyes de Judá honraron la base de unidad. La base correcta y única que Dios
escogió, ordenó y estableció, representa la base sobre la cual se debe poner en práctica hoy la
vida de iglesia.

LOS REYES DE JUDA GUARDAN


LA FE EN LA PALABRA DE DIOS
Los reyes de Judá también mantuvieron su fe en la Palabra que Dios les había dado por conducto
de Moisés. En cuanto a la fe, ellos se apegaron a la verdad. Así que, los reyes de Judá hicieron
dos cosas buenas: permanecieron en la base de unidad apropiada y guardaron la fe en la Palabra
de Dios.

ATRAEN A JERUSALEN A LOS SACERDOTES,


LOS LEVITAS Y LOS QUE, DE TODAS LAS TRIBUS, HABIAN
PUESTO SU CORAZON EN BUSCAR A JEHOVA
La base de unidad y la fe fundamental atrajeron a Jerusalén a muchas personas del pueblo de
Dios, particularmente a los sacerdotes y los levitas. Durante el reino de Roboam, los levitas
dejaron sus ejidos y sus posesiones y fueron a Jerusalén (2 Cr. 11:13-14). Además, “acudieron
también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios
de Israel; y vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres” (v. 16).
Los sacerdotes y los levitas, y también aquéllos de otras tribus que habían puesto su corazón en
buscar a Jehová, dejaron sus posesiones y vinieron al centro de adoración en Jerusalén. Más
adelante, durante el reino de Asa, “muchos de Israel se habían pasado a él, viendo que Jehová
su Dios estaba con él” (15:9). Todos ellos fueron atraídos a Jerusalén porque los reyes de Judá
se mantuvieron firmes en la base de unidad apropiada y guardaron la fe fundamental.

Sin embargo, debemos considerar algo más. Ya vimos que los reyes de Judá se mantuvieron en
la base de unidad apropiada, en Jerusalén, y que guardaron la fe fundamental, pero ahora debe-
mos examinar la manera en que se comportaron.

EJEMPLOS RELACIONADOS CON


LA MANERA EN QUE NOS CONDUCIMOS EN
LOS DETALLES DE NUESTRA VIDA DIARIA
En los libros históricos del Antiguo Testamento vemos muchos cuadros diferentes,
pero es posible que no tengamos una interpretación exacta de éstos. En la historia de
los reyes de Judá, narrada en los libros de Crónicas, encontramos la interpretación co-
rrecta de dichos cuadros, que consisten en que estos reyes son ejemplos que muestran
claramente que nosotros, los que amamos a Dios y buscamos a Cristo, no debemos
limitarnos a honrar la base de unidad apropiada y a guardar la verdad fundamental,
sino que también debemos darle importancia a lo que somos y a la manera en que nos
comportamos. Además, debemos prestar atención a nuestros intereses, intenciones,
objetivos, meta, actitud, y a la manera en que hablamos. Por ejemplo, debemos darle
importancia al tono de nuestra voz. A veces nuestro tono de voz se parece al rugido de
un león, y no al tono de voz de un Dios-hombre.

Los libros de 1 y 2 Crónicas nos proporcionan muchos ejemplos de cómo los reyes de
Judá se condujeron en la buena tierra. Estos ejemplos muestran cómo eran ellos, cómo
se comportaban, cómo hacían las cosas, cómo encaraban las diversas situaciones, qué
intenciones tenían, cuáles eran sus intereses y sus metas al fungir como reyes en la
buena tierra. Estos ejemplos reflejan la manera en que debemos comportarnos en
nuestra vida diaria.

Pensemos por un momento en la vida matrimonial que llevamos diariamente. Tal vez
honramos la base de unidad de la iglesia y guardamos la fe, pero, ¿cómo le hablamos a
nuestro cónyuge? ¿Cómo lo tratamos? ¿Cuál es nuestra actitud hacia él? ¿Andamos
conforme al espíritu en nuestra vida matrimonial? ¿Llevamos la vida de un Dios-hom-
bre ante nuestro cónyuge?

Si hemos de vivir como Dios-hombres, tenemos que ser crucificados. Debemos morir
para vivir. Si llevamos una vida crucificada en nuestra vida matrimonial, entonces vi-
viremos como Dios-hombres.

Muchos santos se conducen correctamente en las reuniones de la iglesia y en el servicio


de la misma, pero es posible que en su casa no lleven la vida de un Dios-hombre, sino
la de un “hombre-escorpión”, intercambiando palabras o discutiendo con el cónyuge.
Tal vez haya una pareja que ama al Señor y Su recobro, pero durante la comida, el
marido critica a la mujer por su actitud, y ella lo condena por la manera en que le habla.
Después, ellos asisten a la reunión de grupo vital, pero ¿cómo estos dos “escorpiones”
pueden ser vitales? Esta es la situación que prevalece entre nosotros, y debido a esto es
difícil encontrar un grupo vital genuino. En los grupos vitales lo único que he visto es
muerte, no vitalidad. Todos los miembros vitales deben ser Dios-hombres, personas
cuya vida natural sea crucificada a fin de llevar una vida de Dios-hombre mediante la
vida divina que está en ellos.

LO QUE EL SEÑOR DESEA HOY


En estos mensajes, no siento la carga de enseñar historia bíblica; antes bien, quiero
expresar lo que el Señor desea hoy. El desea que muchos de Sus creyentes sean gra-
dualmente transformados en Dios-hombres. En 2 Corintios 3:17 dice que el Señor es el
Espíritu. El versículo 18 añade: “Mas, nosotros todos, a cara descubierta mirando y
reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria
en la misma imagen, como por el Señor Espíritu”. Esto significa que debemos mante-
ner nuestra cara descubierta y mirar al Señor para ser transformados a Su imagen. La
transformación requiere de un proceso; no sucede de un día para otro. Además, Roma-
nos 8:29 declara que Dios no nos ha predestinado solamente para ser transformados,
sino también para ser hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que El sea el
Primogénito entre muchos hermanos. Mi carga es que nosotros, los que creemos en
Cristo, seamos transformados y conformados gradualmente para que seamos Dios-
hombres.

EL DISFRUTE QUE TENEMOS


DE CRISTO TIENE VARIAS ETAPAS
En el primer mensaje dijimos que el disfrute que tenemos de Cristo tiene varios grados,
dependiendo de cuánto seguimos a Cristo y cuán fiel le somos. El logro más elevado
que se obtiene por seguir a Cristo es reinar con El en Su vida divina y por medio de Su
abundante gracia (Fil. 3:13-14; Ro. 5:17b, 21b). La intensidad con que lo busquemos y
el nivel de nuestra fidelidad hacia El, determina cuánto lo disfrutaremos. Repito, el
mayor logro que podemos alcanzar al seguir a Cristo es reinar con El en Su vida divina.

Los reyes de Judá alcanzaron una posición en la que pudieron disfrutar, en su reinado,
la buena tierra de Canaán. Ellos fueron reyes que disfrutaron de la buena tierra. La
proporción de su disfrute fue determinada por lo que ellos eran, por la conducta que
llevaban, y por las metas, intereses e intenciones que tenían. Debemos aprender de
ellos a llevar una vida de Dios-hombre en todos los detalles de nuestra vida.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE NUEVE
SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE LOS REYES DE JUDA
(2)
Lectura bíblica: 2 Cr. 21:12-18; 24:14b-24; 25:5-16; 26:6-21a; 28:8-15
En este estudio, que presenta un suplemento a la historia de los reyes de Judá, abarca-
mos los detalles complementarios de doce de los veinte reyes de Judá, ya que no se
incluyeron en 1 y 2 Reyes. Además, el suplemento de 1 y 2 Crónicas no incluye a nin-
guno de los reyes de Israel, debido a que ellos abandonaron la base auténtica de unidad,
a saber, Jerusalén, y dejaron la fe fundamental que Dios les había dado por medio de
Moisés. Así que, debido a su apostasía, Dios los abandonó.
En este mensaje, continuaremos estudiando el suplemento de la historia de los reyes
de Judá, mirando los ejemplos de Joram, Joás, Amasías, Uzías y Acaz.

V. LA HISTORIA DE JORAM
En 2 Crónicas 21:12-18 se narra la historia de Joram.

A. Recibe una advertencia del profeta Elías


Joram, descendiente de David y de Salomón, recibió una advertencia de parte del pro-
feta Elías en cuanto a las maldades que cometió delante de Dios y en cuanto al fin mi-
serable que tendría (vs. 12-15). Joram permaneció en la base auténtica de unidad y
guardó la fe fundamental, pero a los ojos de Dios, él era malo. Por esta razón, Elías le
manifestó que su vida acabaría en miseria.

B. Jehová despierta la ira


de los filisteos y de los árabes contra él
Jehová despertó la ira de los filisteos y de los árabes contra Joram, y ellos subieron
contra Judá, invadieron la tierra y tomaron todos los bienes de Joram y a sus hijos y a
sus mujeres; y no le quedó más hijo sino solamente Joacaz el menor (vs. 16-17). Así
perdió Joram el disfrute de la buena tierra en su reinado. ¡Qué final tan miserable! Su
reino debió haber sido glorioso y espléndido, pero resultó desastroso. Sus enemigos
capturaron todo y a todos, incluyendo a sus esposas e hijos, pero el Señor, en Su mise-
ricordia, salvó a su hijo menor, a fin de que siguiera en el trono.

C. Jehová lo hiere con una enfermedad incurable


Después de todo esto, Jehová hirió a Joram con una enfermedad incurable en los in-
testinos (v. 18). Quizás haya sido un cáncer.

VI. LA HISTORIA DE JOAS


En 24:14b-24 se presenta la crónica del reino de Joás.

A. Presencia el buen ejemplo del sumo sacerdote


Joás vio el buen ejemplo del sacerdote principal Joiada, que hizo bien con Israel, con
Dios, y restauró la casa de Dios; y Joiada le había mostrado misericordia al criarlo como
príncipe para que heredara el trono de David (vs. 14b-16, 22a). Esto significa que este
sumo sacerdote protegió la familia real. El hizo lo bueno en tres aspectos: con el pueblo,
con Dios y con la casa de Dios, guardándola durante la rebelión.

B. Hace caso a los capitanes


de Judá y desampara la casa de Jehová
Después de la muerte del sumo sacerdote Joiada, Joás oyó a los príncipes de Judá, a
los líderes del ejército, y desamparó la casa de Jehová, Dios de sus padres, sirviendo a
las imágenes de Asera y a los ídolos, lo cual provocó la ira de Dios en Judá y en Jerusa-
lén (vs. 17-18).

C. Dios envía profetas al pueblo de Judá y a Jerusalén para que se


volviesen a Jehová
Dios, en Su misericordia, envió profetas al pueblo de Judá y a Jerusalén para que los
hicieran volverse a Jehová. El Espíritu de Dios revistió a Zacarías, el hijo del sumo sa-
cerdote Joiada, para que testificara que no prosperaban debido a que quebrantaban los
mandamientos de Jehová. Pero el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada,
padre de Zacarías, le había mostrado, y ordenó a los conspiradores que lo apedrearan
hasta matarlo; esto sucedió en el patio de la casa de Jehová (vs. 19-22).

D. El ejército de Siria sube contra él


A la vuelta del año, el ejército de Siria subió contra Joás, y vinieron a Judá y a Jerusalén
y acabaron con todos los principales del pueblo. Esto sucedió a pesar de que el ejército
sirio era menos numeroso que el enorme ejército de Judá (vs. 23-24a), lo cual provino
de Dios. De este modo, Dios disciplinó a Su pueblo para que aprendieran a disfrutar
las riquezas de la buena tierra y vivieran ahí muchos años en paz.

Por misericordia de Dios, Joás fue el único hijo que se salvó. Fue criado por el gran
sacerdote Joiada, quien lo cuidó con el fin de que fuera príncipe. Al principio de su
reino, Joás era bueno, y recordó lo que Joiada había hecho por él, pero cuando éste
murió, él escuchó a los líderes del poder militar que vinieron a él, los cuales lo some-
tieron y él los siguió en el culto a los ídolos. Finalmente, Joás conspiró para martirizar
a Zacarías, el hijo de aquel que tanto lo había cuidado. Olvidándose de toda la bondad
que se le había mostrado, Joás se unió a los que conspiraron la muerte del hijo de
Joiada. El año siguiente, el ejército sirio atacó, “por cuanto habían dejado a Jehová el
Dios de sus padres. Así ejecutaron juicios contra Joás” (v. 24b).

VII. LA HISTORIA DE AMASIAS


En 25:5-16, vemos el ejemplo de Amasías.

A. Prepara para la guerra


a trescientos mil hombres escogidos
Amasías preparó para la guerra a trescientos mil hombres escogidos y tomó a sueldo a
cien mil hombres valientes de Israel para luchar contra los edomitas (vs. 5-6).

B. Un varón de Dios aconseja a Amasías que no pelee con la


ayuda del ejército de Israel
Un varón de Dios aconsejó a Amasías que no luchara con la ayuda del ejército de Israel,
porque Dios no estaba con Israel. Entonces él permitió que los integrantes del ejército
de Israel regresaran a sus casas, y se enojaron grandemente contra Judá (vs. 7-10).

C. Se fortalece para pelear


contra los hijos de Edom
Amasías se fortaleció para luchar contra los hijos de Edom con su propio pueblo, y los
derrotó, capturando a algunos de ellos (vs. 11-12). Amasías adoptó una postura defi-
nida, y por consiguiente, pudo luchar contra Edom.

D. Los hombres del ejército


de Israel que Amasías había
despedido invaden las ciudades de Judá
Los hombres de Israel, a quienes Amasías había despedido para que no fuesen con él a
la guerra, invadieron las ciudades de Judá, matando a tres mil de ellos y tomando gran
despojo (v. 13).

E. Pone a los dioses de los edomitas


por dioses suyos, y los adora
Después de derrotar a los edomitas, Amasías trajo consigo los dioses de ellos, los puso
por dioses suyos y los adoró. Esta fue la causa de su gran fracaso, lo cual provocó que
la ira de Jehová se encendiera contra él. Entonces Jehová le envió un profeta para que
le amonestara, pero él no quiso escucharlo, así que Dios determinó destruirlo (vs. 14-
16).

VIII. LA HISTORIA DE UZIAS (AZARIAS)


En 2 Crónicas 26:6-21a se halla el relato del reino de Uzías, quien también se llamaba
Azarías.

A. Derrota a los filisteos, a los árabes y a los hijos de Mehunim,


con la ayuda de Dios
Uzías derrotó a los filisteos, a los árabes y a los hijos de Mehunim, con la ayuda de Dios,
y los amonitas le rindieron tributo. Su fama se divulgó hasta la frontera de Egipto. Así
se hizo altamente poderoso (vs. 6-8). Esto muestra que si obedecemos al Dios que ado-
ramos, prosperaremos. De lo contrario, sufriremos.

B. Edifica torres y baluartes en Jerusalén


Uzías edificó torres y fortificaciones en Jerusalén y abrió muchas cisternas para su ga-
nado y su labranza. Contaba con un fuerte ejército y se hizo poderoso con la ayuda
maravillosa de Dios (vs. 9-15).

C. Su corazón se enaltece contra Jehová,


y entra en el templo para quemar incienso
Cuando Uzías se hizo poderoso, su corazón se enalteció y se rebeló contra Jehová y
entró en el templo de Jehová para quemar incienso (v. 16). Tal vez pensemos que no
tenía nada de malo que el rey quemara incienso, pero según lo que ordenó Dios en el
Antiguo Testamento, a los reyes no se les permitía tocar los deberes de los sacerdotes.
La tarea de quemar incienso pertenecía sólo a los sacerdotes, y no a los reyes. Sin em-
bargo, Uzías se enorgulleció y, no queriendo acudir a ninguna persona, él mismo entró
en el templo para efectuar el servicio de un sacerdote. Entonces Azarías el sacerdote,
junto con ochenta sacerdotes valientes, le impidieron quemar incienso delante de Dios.
Por este hecho, Uzías se llenó de ira contra los sacerdotes, y le brotó lepra en la frente
delante de ellos. Debido a la impureza de la lepra, los sacerdotes le hicieron salir apre-
suradamente del templo de Dios y lo pusieron en una casa apartada como leproso hasta
el día de su muerte (vs. 17-21a). En el caso de Uzías, vemos otro ejemplo de un rey que
tuvo un fin miserable.

IX. LA HISTORIA DE ACAZ


En 28:8-15 tenemos la crónica del reinado de Acaz.
A. Jehová lo entrega en manos del rey de Israel
Cuando Jehová entregó a Acaz en manos del rey de Israel, los hijos de Israel tomaron
cautivos de sus hermanos a doscientos mil, mujeres, muchachos y muchachas, y tam-
bién tomaron de ellos mucho botín (vs. 5b, 8).

B. Obed, profeta de Jehová,


aconseja a los hijos de Israel
que devuelvan los cautivos de Judá
Obed, profeta de Jehová, aconsejó a los hijos de Israel que devolvieran los cautivos de
Judá, sus hermanos, porque Jehová estaba airado contra ellos (vs. 9-11). Obed parecía
decir que después de derrotar a Acaz, ellos no debían de haber capturado a tantas mu-
jeres y jóvenes. Dios es un Dios de amor, y El no aprobaría eso. Por consiguiente, Su
enojo estaba encendido contra el pueblo de Israel.

C. Los principales de los hijos de Efraín devuelven los cautivos a


Judá
Los principales de los hijos de Efraín devolvieron los cautivos a Judá de una manera
voluntaria y pacífica, para evitar que se encendiera contra ellos el ardor de la ira de
Jehová (vs. 12-15).

El relato de los libros de Crónicas revela que Dios es justo en cuanto a la disciplina que
le aplica a Su pueblo. No debemos pensar que Dios no se ocupará en disciplinarnos
cuando actuamos indebidamente, aun en detalles pequeños. Dios dispone de mucho
más tiempo que nosotros, y si nosotros tenemos tiempo para cometer un error, El cier-
tamente empleará el tiempo necesario para disciplinarnos.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE DIEZ
SUPLEMENTO A LA HISTORIA DE LOS REYES DE JUDA
(3)
Lectura bíblica: 2 Cr. 29:3—32:8; 33:11-17; 34:3-7; 36:20b-23
En los mensajes anteriores hablamos de nueve reyes de Judá que fueron un ejemplo
en cuanto al disfrute que tenemos de la buena tierra dada por Dios, la cual tipifica al
Cristo que lo es todo. En este mensaje, hablaremos de tres reyes más.

X. LA HISTORIA DE EZEQUIAS
En 29:3—32:8 se narra el reinado de Ezequías, quien fue uno de los mejores reyes,
aunque tenía un defecto escondido. Este defecto no se menciona en 2 Crónicas, pero sí
en 2 Reyes y en el libro de Isaías.

A. Repara la casa de Jehová


Ezequías restauró la casa de Jehová y sacó del lugar santo la inmundicia, esto es, lo
relacionado con el culto a los ídolos (29:3-36); este hecho fue muy importante. La casa
de Dios, Su templo, era el lugar donde Su pueblo escogido le adoraba. Pero antes de
que Ezequías iniciara su reinado, los israelitas introdujeron ídolos en el templo, a los
cuales el versículo 5 les llama “inmundicia”.

1. Exhorta a los levitas y a los sacerdotes


a que santifiquen la casa de Jehová
Ezequías exhortó a los levitas y a los sacerdotes a que santificaran la casa de Jehová
(vs. 4-11). Su mandato indica que después de la devastación del templo, los sacerdotes
y los levitas no tenían nada que hacer. Ezequías les mandó a que quitaran todos los
ídolos, toda la inmundicia, y la echaran lejos de la vista del Dios santo. En el versículo
11 él les dice: “Hijos míos, no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a voso-
tros para que estéis delante de él y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis in-
cienso”.

2. Los levitas y los sacerdotes hacen


conforme al mandamiento de Ezequías
Los levitas y los sacerdotes purificaron el templo, conforme al mandamiento de Eze-
quías (vs. 12-19).

3. Ezequías y los principales de la ciudad


adoran a Dios en la casa de Jehová
Ezequías y los líderes de la ciudad adoraron a Dios en la casa de Jehová (vs. 20-30), lo
cual indica que el templo de Dios había sido abandonado a los ídolos y que en él no se
adoraba a Dios. Ezequías tomó la iniciativa juntamente con los principales de la ciudad
para adorar a Dios en la casa de Jehová. Además, ellos le ofrecieron a Dios el holocausto
y el sacrificio por el pecado, y le alabaron con los instrumentos que hizo David y con
las propias palabras de David y Asaf. El holocausto fue ofrecido para satisfacer a Dios,
y el sacrificio, para el perdón de los pecados cometidos por ellos.

4. Manda a la asamblea del pueblo


que presente sacrificios
y ofrendas de acciones
de gracias a Dios
Ezequías mandó a la asamblea del pueblo ofrecer sacrificios y acciones de gracias a
Dios, y todo el pueblo lo hizo y se regocijó por lo que Dios había preparado para el
pueblo (vs. 31-36). Esta fue una gran restauración, un gran avivamiento.

B. Restablece la Pascua
En 30:1—31:1 vemos que Ezequías restablece la Pascua, la cual había quedado en el
olvido, pues el pueblo ya no la guardaba.

1. Los hijos de Israel, al degradarse, no habían celebrado la Pascua durante mucho


tiempo
Los hijos de Israel se habían degradado y por mucho tiempo habían dejado de celebrar
la Pascua según les había mandado Moisés (30:5b).
2. Ezequías restablece la Pascua
al enviar cartas a todo Israel y Judá
Ezequías restableció la Pascua enviando cartas por todo Israel y Judá, exhortándoles a
venir a Jerusalén y celebrar la Pascua a Jehová (vs. 1-12).

a. Intenta preservar la unidad


de todos los elegidos de Dios
No sólo envió cartas al pueblo de Judá, sino a todo el pueblo de Israel, con el fin de
preservar la unidad de los elegidos de Dios (vs. 1a, 6a). En aquel tiempo, el pueblo de
Dios estaba dividido, así que Ezequías intentó unirlos al convocarlos a celebrar la Pas-
cua.

b. Pide a todo el pueblo de Israel y de Judá


que suba a Jerusalén, a la casa de Dios
Ezequías pidió a todo el pueblo de Israel y de Judá que subiera a Jerusalén, a la casa
de Dios, para celebrar la Pascua, y para recordarles que había un solo lugar para adorar
a Dios en todo Israel (v. 1b; cfr. Dt. 12:5, 11, 13-14). El comprendió que preservar la
unidad agradaba el corazón de Dios.

c. Algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillan y vienen a Jeru-


salén
El pueblo faccioso de Efraín, de Manasés y de Zabulón, se reía y se burlaba de los co-
rreos enviados a ellos, pero algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se hu-
millaron y vinieron a Jerusalén (2 Cr. 30:10-11). Esto tipifica la situación actual. Si in-
vitáramos a las denominaciones a venir y adorar a Dios sobre la base auténtica de uni-
dad en la que se edifica la iglesia, quizás pensarían que eso es correcto, pero tal vez no
estarían dispuestos a humillarse y venir a la base de unidad correcta, pues esto los des-
prestigiaría.

d. La mano de Dios está sobre el pueblo de Judá


Además, la mano de Dios estuvo sobre el pueblo de Judá, y les dio un solo corazón a
fin de que hicieran lo que Ezequías y los príncipes ordenaran conforme a la palabra de
Jehová (v. 12). Ellos escucharon a Ezequías y a los principales, y actuaron conforme a
la palabra y revelación de Dios.

3. Se congrega una gran asamblea


en Jerusalén para celebrar la fiesta
solemne de los panes sin levadura
En el mes segundo, se congregó una gran asamblea en Jerusalén para celebrar la fiesta
solemne de los panes sin levadura (vs. 13-22). Esta fiesta, que duraba siete días, era
una continuación de la Pascua, la cual duraba un día.

a. Quitan de Jerusalén los altares idólatras


Ellos quitaron los altares idólatras y los altares de incienso que había en Jerusalén, y
los arrojaron al torrente de Cedrón (v. 14). En Jerusalén, había altares de ídolos por
todas partes, pero Ezequías y los que se habían congregado para celebrar la fiesta so-
lemne de los panes sin levadura, los quitaron.
b. Los sacerdotes, los levitas
y el pueblo se santifican para Dios
Los sacerdotes, los levitas y el pueblo se santificaron para Dios (vs. 15-17). Los sacer-
dotes y los levitas presentaron holocaustos a la casa de Jehová, y los levitas sacrificaron
por todos los que no se habían purificado, para santificarlos a Jehová.

c. Ezequías ora por los muchos de Efraín,


de Manasés, de Isacar y de Zabulón
Ezequías oró por los muchos de Efraín, de Manasés, de Isacar y de Zabulón que comie-
ron la Pascua sin haberse purificado. Entonces, Dios oyó a Ezequías y sanó al pueblo
(vs. 18-20; cfr. 1 Co. 11:30-31). De entre los que comieron la pascua, algunos no se ha-
bían purificado, y se enfermaron por eso. Este también es un tipo. De nuevo vemos que
la tipología del Antiguo Testamento describe claramente muchos detalles de la econo-
mía neotestamentaria.

d. Los hijos de Israel celebran


en Jerusalén la fiesta solemne
de los panes sin levadura con
gran regocijo y alabanza
Los hijos de Israel que estaban en Jerusalén celebraron la fiesta de los panes sin leva-
dura por siete días con gran regocijo y alabanza; luego, la celebraron con gozo otros
siete días (2 Cr. 30:21-26). ¿Ha disfrutado usted alguna vez la mesa del Señor hasta el
punto de celebrarla nuevamente al día siguiente? ¡Qué bueno sería eso! Después de
que el pueblo celebró nuevamente la fiesta de los panes sin levadura otros siete días,
los sacerdotes y los levitas bendijeron al pueblo, y la voz de ellos fue oída, y sus oracio-
nes subieron al santuario de Jehová, al cielo (v. 27).

4. Todos los de Israel que


moraban en las ciudades
de Judá quiebran los pilares,
cortan las imágenes
de Asera y derriban
los lugares altos y los altares
Después de esto, los de Israel que moraban en las ciudades de Judá quebraron las es-
tatuas, destruyeron las imágenes de Asera, y derribaron los lugares altos y los altares
por todo Judá, Benjamín, Efraín y Manasés (31:1). En esto vemos claramente que Eze-
quías agradaba a Dios.

C. Arregla la distribución
de los sacerdotes y los levitas
En 31:2-21 Ezequías arregló la distribución de los sacerdotes y los levitas. Esto repre-
senta a Cristo, la Cabeza, quien distribuye los servicios que Dios administra en la igle-
sia.

1. Arregla la distribución
de los sacerdotes y de los levitas
Ezequías arregló la distribución de los sacerdotes y los levitas conforme a sus turnos,
para que ofreciesen ofrendas y alabasen dentro de las puertas del templo de Jehová (v.
2).

2. Designa de su propia hacienda


una porción para los holocaustos
Ezequías designó de su propia hacienda una porción para los holocaustos, a mañana y
tarde, y para los holocaustos de los días de reposo, lunas nuevas y fiestas solemnes (v.
3). Esto muestra que él le ofreció a Dios muchas de sus posesiones.

3. Manda que el pueblo que habitaba


en Jerusalén dé la porción para
los sacerdotes y los levitas
Ezequías mandó al pueblo que estaba en Jerusalén que diese la porción correspon-
diente a los sacerdotes y levitas (v. 4), supliendo así para sus necesidades cotidianas.
Esto indica que anteriormente, se había descuidado la necesidad de los sacerdotes y
levitas. Los hijos de Israel dieron muchas primicias a los sacerdotes y levitas, en la dis-
tribución según lo que les correspondía (vs. 5-19). Así, el pueblo asumió la responsabi-
lidad de proveer el sostenimiento de los sacerdotes y levitas.

4. Hace lo bueno, lo recto y lo fiel delante de Jehová Su Dios con todo su corazón
Ezequías hizo lo que era bueno, recto y fiel delante de Jehová su Dios con todo su co-
razón, en todo Judá, según se narra en los versículos 4-19, y fue prosperado (vs. 20-
21). El era la clase de persona que había de prosperar.

D. Establece defensas en preparación


para la invasión de los asirios,
confía en Dios y anima al pueblo a unírsele
Ezequías fortificó una defensa contra la invasión de los asirios (32:1-5), confió en Dios
y alentó al pueblo a hacer lo mismo diciendo: “Esforzaos y animaos; no temáis, ni ten-
gáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay
con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová
nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas” (vs 6-8a). En esto vemos la fe
de Ezequías y su confianza en Jehová, y que el pueblo confiaba en las palabras de Eze-
quías, rey de Judá (v. 8b).

Sin embargo, ni aun Ezequías fue perfecto. Aunque 2 Crónicas no menciona sus defec-
tos, él tenía intereses y deseos egoístas. Esto se ve claramente en 2 Reyes 20:1-19 y en
Isaías 38 y 39.

XI. LA HISTORIA DE MANASES


En 2 Crónicas 33:11-17 se habla de Manasés, hijo de Ezequías, quien reinó durante cin-
cuenta y cinco años.

A. Es disciplinado por Jehová


Manasés fue castigado por Jehová, y los asirios lo capturaron y lo llevaron cautivo a
Babilonia (v. 11).
B. Implora a Jehová su Dios
y se humilla grandemente en la
presencia del Dios de sus padres
Manasés imploró a Jehová su Dios en sus angustias, se humilló grandemente en la pre-
sencia del Dios de sus padres y le elevó oraciones. Dios oyó su súplica y lo restauró a
su reinado sobre Jerusalén. Entonces él reconoció que Jehová era verdaderamente
Dios (vs. 12-13); y esto, debido a la disciplina que Dios le administró.

C. Fortificó la ciudad de David


Manasés fortificó la ciudad de David (Belén) y puso capitanes valientes en todas las
ciudades fortificadas de Judá (v. 14).

D. Quita de la casa de Jehova


los dioses ajenos y el ídolo
Manasés quitó de la casa de Jehová los dioses ajenos y el ídolo y todos los altares que
había edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la
ciudad (v. 15). Esto indica que, después de arrepentirse, eliminó toda la inmundicia del
lugar santo.

E. Restaura el altar de Jehová


y sacrifica sobre él
Manasés reparó el altar de Jehová y ofreció sobre él sacrificios de ofrendas de paz y de
acción de gracias; y mandó a todo Judá que sirviera a Jehová Dios de Israel (vs. 16-17).
Así vemos que Manasés empezó mal, pero terminó bien.

XII. LA HISTORIA DE JOSIAS


En 34:3-7, leemos acerca de Josías, el nieto de Manasés.

A. Desde joven busca al Dios de David su padre


En el octavo año de su reinado, siendo aún un muchacho, Josías comenzó a buscar al
Dios de David su padre (v. 3a). Tenía ocho años de edad cuando se convirtió en rey, y
en el octavo año de su reinado comenzó a buscar a Dios. Esto indica que el hombre
tiene la capacidad de tocar a Dios desde temprana edad.

B. Comienza a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos,


las imágenes de Asera, las esculturas y las imágenes fundidas
A los doce años de su reinado, Josías comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los
lugares altos, las imágenes de Asera, las esculturas y las imágenes fundidas. El pueblo
derribó los altares de los baales delante de él, e hizo pedazos los altares de incienso y
los desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido
sacrificio y quemaron los huesos de los sacerdotes sobre sus altares. (vs. 3b-5).

C. Derriba los altares por toda la tierra de Israel


Por toda la tierra de Israel, Josías, quien era el rey de Judá solamente, derribó los alta-
res, hizo pedazos las imágenes de Asera y las esculturas, y derribó todos los altares de
incienso (vs. 6-7).

XIII. LA DURACION DEL CAUTIVERIO DE ISRAEL


Y LA PROMULGACION DE SU LIBERTAD,
DECRETADA POR CIRO
En 2 Crónicas 36:20b-23 se habla de la duración de la cautividad de Israel, y del decreto
emitido por Ciro, en el cual promulgó su liberación.

A. Los hijos de Israel sirven a los reyes de Babilonia durante se-


tenta años
Los hijos de Israel fueron siervos de los reyes de Babilonia durante setenta años, hasta
que surgió el reino de Persia, el cual cumpliría la palabra que Jehová había dado por
boca de Jeremías (vs. 20b-21).

B. Ciro decreta el regreso de Israel a Jerusalén a fin de que edifi-


caran el templo de Dios
En el primer año de Ciro rey de Persia, Jehová despertó el espíritu de éste para que
decretara por todo su reino, que Israel debía regresar a Jerusalén a fin de edificar el
templo de Dios (vs. 22-23; Esd. 1:1-3).

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE ONCE
VIVIR A CRISTO PARA EXPRESAR A DIOS
Lectura bíblica: Ex. 20:1-17; 25:16; Col. 1:15; Ro. 8:4; Fil. 1:19-21a
En este mensaje veremos que la ley, además de ser el testimonio de Dios y un tipo de
Cristo, tiene que ver con la economía neotestamentaria de Dios.

LA LEY DE DIOS
Al estudiar la historia de los reyes de Judá vemos que Dios buscaba un pueblo sobre la
tierra para poder encarnarse y entrar en la humanidad. Además, necesitaba una tierra
en la cual formarlo como una nación y establecer Su testimonio conforme a Su ley.

Todos debemos entender qué es la ley de Dios. Algunos cristianos afirman que la ley
de Dios consiste principalmente de los diez mandamientos (Ex. 20:1-17), es decir, de
la ley moral. Sin embargo, los diez mandamientos con sus estatutos y ordenanzas sólo
abarcan unos cuantos capítulos de Exodo, a saber, del 20 al 24. Pero la ley completa no
sólo abarca estos capítulos, sino todos los capítulos desde Exodo 20 hasta el final de
Levítico. Entonces ¿de qué consiste el resto de la ley de Dios? Consiste de la ley cere-
monial. En resumen, la ley de Dios comprende la ley moral (Ex. 20—24) y la ley cere-
monial (Ex. 25—Lv. 27).

LA LEY MORAL
La ley moral incluye los Diez Mandamientos con sus estatutos y ordenanzas. Los pri-
meros cinco mandamientos se refieren a la relación que tenemos con Dios y con nues-
tros padres. Los tres primeros están relacionados directamente con Dios; el cuarto, con
el día de reposo; y el quinto, con nuestros padres. Los últimos cinco mandamientos
giran en torno a la relación que tenemos con los demás, y son: no matar, no cometer
adulterio, no robar, no dar falso testimonio contra otros y no codiciar. Estos manda-
mientos o leyes, son breves, pero abarcan la manera de relacionarnos con nuestros se-
mejantes.

Con el tiempo, la ley moral, los diez Mandamientos, ha llegado a ser la base del derecho
civil de muchas naciones. Por ejemplo, la ley romana, que ha sido imitada por todo el
mundo, se basaba en los últimos cinco mandamientos.

EL MANDAMIENTO A NO CODICIAR HACE


FRENTE A NUESTRA CONDICION INTERNA
Hablemos del mandamiento de no codiciar. En Filipenses 3:6 Pablo declara que en
cuanto a la justicia que es por la ley, él era irreprensible. Pero en Romanos 7, reconoció
que no podía guardar el mandamiento de no codiciar. “Porque tampoco conociera la
codicia, si la ley no dijera: ‘No codiciarás’. Mas el pecado, tomando ocasión por el man-
damiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto” (vs. 7b-
8a). Pablo pudo guardar el mandamiento de no matar, el de no cometer adulterio, el
de no hurtar y el de no dar falso testimonio, debido a que estos se relacionan con la
conducta. Sin embargo, él no pudo cumplir el mandamiento de no codiciar, pues éste
tiene que ver con nuestra condición interior. Pablo no pudo evitar la codicia.

¿Podría usted decir que jamás ha codiciado? Tal vez cuando estaba en la escuela haya
visto a un compañero que traía un lapicero muy bonito, e inmediatamente lo codició,
deseó que fuera suyo. Incluso en nuestra vida familiar codiciamos ciertas cosas. Su-
pongamos que una familia numerosa come postre después de la cena, y cada uno de
los hijos recibe un pedazo de pastel de queso. Es posible que uno de los hijos, al mirar
la rebanada de los demás, se queje de que su pedazo es más pequeño, y quizás pregunte
por qué no le dieron una rebanada más grande. Eso se llama codicia. Nadie puede afir-
mar que jamás ha codiciado nada.

LA LEY ES UN RETRATO DE DIOS


A los diez mandamientos se les llamaba el testimonio de Dios (Ex. 25:16). Como tal,
ellos son un cuadro descriptivo o un retrato de Dios. Incluso podríamos decir que la ley
es la fotografía de Dios.

Las leyes por lo general reflejan a las personas que las emiten. Por ejemplo, si los asal-
tantes pudieran emitir leyes, sin lugar a dudas establecerían alguna ley que legalizara
el robo. Asimismo, si se eligieran personas malas en el Senado de los Estados Unidos,
de seguro promulgarían leyes injustas y pecaminosas. Dichas leyes serían un reflejo de
las personas malignas que las hicieron. Por otro lado, la gente buena siempre establece
leyes buenas.

La ley de Dios es el reflejo de Dios. Después de estudiar detenidamente los últimos


cinco mandamientos, hemos visto que éstos se basan en cuatro de los atributos divinos:
el amor, la luz, la santidad y la justicia. Estos atributos son la base sobre la que fue
establecida la ley de Dios. Cuanto más examinamos la ley de Dios, más nos damos
cuenta de que su legislador debe ser una persona llena de amor y de luz, y que debe ser
santo y justo.

Debido a que la ley es el retrato de Dios, Su imagen misma, a ésta se le llama el testi-
monio de Dios; y el arca en la que fue puesta la ley se le llamaba el arca del testimonio
(Ex. 25:22).

LA LEY TIPIFICA A CRISTO


Basados en el hecho de que la ley es el testimonio de Dios, Su propio retrato, podemos
afirmar que la ley tipifica a Cristo. Pero ¿de qué manera lo tipifica? Lo tipifica en el
sentido de que Cristo es el retrato mismo de Dios, el cuadro o imagen del propio Dios
(Col. 1:15).

LA LEY SE RELACIONA CON LA ECONOMIA DE DIOS


Ahora veamos cómo la ley se relaciona con la economía de Dios. Al estudiar los libros
históricos del Antiguo Testamento, debemos relacionarlos a la economía de Dios. En
Su economía, Dios escogió a Israel, lo estableció como pueblo, lo formó como nación y
le dio la ley. ¿Cómo podemos relacionar esto con la economía de Dios? La economía de
Dios consiste en que Dios se hace hombre para que el hombre llegue a ser Dios, en vida
y naturaleza mas no como objeto de adoración, esto con el fin de producir el Cuerpo
orgánico de Cristo, el cual tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén. Cristo es el
centro, la realidad y la meta de la economía divina. Aparentemente, la ley no tiene nada
que ver con esta economía. Entonces, ¿por qué afirmamos que sí está ligada a ella?
Decimos esto porque la ley fue dada como un retrato, un cuadro, una imagen de Dios;
como Su testimonio. Como testimonio de Dios, la ley tipifica a Cristo, quien, por ser la
imagen de Dios, es el retrato de Dios, Su testimonio.

GUARDAR LEY EQUIVALE A EXPRESAR A DIOS


Dios mandó a Israel que guardara la ley. En tipología, guardar la ley equivale a expresar
a Dios. No matar, no cometer adulterio, no robar, no mentir y no codiciar, describe la
vida de un Dios-hombre. Los que viven como Dios-hombres, expresan la imagen de
Dios; son un retrato de Dios, Su réplica.

En la actualidad, la condición del mundo es todo lo contrario a esto. En lugar de ver la


vida de un Dios-hombre, vemos asesinatos, adulterios, fornicación, robos, mentiras y
codicia. ¿Quién habla con la verdad hoy? A menudo vemos que la gente miente en los
tribunales para conseguir más dinero, y luego se jactan de sus mentiras. Otros compi-
ten en los negocios o en las escuelas motivados por la codicia. Todos los que compiten
son codiciosos. Algunos incluso matan para conseguir aquello que codician. Por tanto,
en lugar de estar llena de Dios-hombres, la tierra está llena de “escorpiones”.

LLEVAR UNA VIDA DE DIOS-HOMBRES EN LA


VIDA MATRIMONIAL Y EN LA VIDA DE IGLESIA
Ahora examinemos la situación que existe en el recobro. Todos los que estamos en el
recobro somos creyentes, es decir, creímos en el Señor Jesús, nos arrepentimos, nos
volvimos al Señor y fuimos salvos, incluso en una forma dinámica. Sin embargo, en
nuestra vida diaria tal vez no nos comportemos como Dios-hombres.
Hemos dicho que si los hijos de Israel hubieran guardado la ley, habrían vivido a Dios
y lo habrían expresado. Pero sabemos que esto no fue así. Sucede lo mismo con noso-
tros hoy; por lo general, no reflejamos a Dios en nuestro vida diaria.

También en nuestra vida matrimonial debemos conducirnos como Dios-hombres. Si


un hermano casado viviera de esta manera, ciertamente sería un buen marido, pues
sería un verdadero Dios-hombre que ama a su mujer. De igual manera, si una hermana
casada se comportara como Dios-hombre en su vida conyugal, sin lugar a dudas sería
una buena esposa que se somete a su marido.

Además, debemos vivir como Dios-hombres también en la vida de iglesia, especial-


mente en lo que llamamos los grupos vitales. ¿Cómo podemos tener un grupo vital si
nosotros mismos no somos vitales? Esto es imposible. Supongamos que llega la hora
de cenar, y un hermano y su mujer están molestos e incluso discuten. De pronto se
acuerdan que deben asistir a la reunión de grupo vital. ¿Cree usted que esta pareja
podría ser vital en la reunión? Si no son vitales en su vida matrimonial, en su casa,
tampoco lo serán en la reunión.

NECESITAMOS UN VERDADERO AVIVAMIENTO


Realmente no vivimos como Dios-hombres. Por consiguiente, necesitamos un verda-
dero avivamiento. Los hijos de Israel tenían la ley externa, pero nosotros hoy tenemos
algo mucho más concreto y elevado. Tenemos en nuestro interior al Espíritu vivifi-
cante, compuesto, consumado, que lo es todo, el cual es la superabundante suminis-
tración del Espíritu de Jesucristo (Fil. 1:19). Debemos vivir a Cristo por medio de la
abundante suministración del Espíritu de Jesucristo (vs. 20-21a).

Este Espíritu mora en nosotros, sin embargo, ¿qué expresamos en nuestra vida diaria?
`¿verdaderamente vivimos a Cristo? Tal vez lo vivamos en las reuniones de la iglesia,
pero, ¿lo vivimos en nuestra casa con nuestro cónyuge y con nuestros hijos? Necesita-
mos urgentemente un verdadero avivamiento que nos lleve a vivir como Dios-hombres,
a una vida abnegada en la que somos crucificados a fin de vivir a Cristo y expresar a
Dios.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE DOCE
CONCLUSION DEL SUPLEMENTO
A LA HISTORIA DE LOS REYES DE JUDA
Lectura bíblica: He. 4:12; 5:12-14
En este mensaje presentaremos la conclusión del suplemento a la historia de los reyes
de Judá.

I. INCLUYE SOLAMENTE LOS REYES


DEL REINO DE JUDA
El suplemento de la historia de los reyes presentado en 1 y 2 Crónicas comprende úni-
camente los reyes de Judá; no incluye a ninguno del reino de Israel.
II. PERMANECEN EN LA BASE DE UNIDAD
QUE DIOS ESTABLECIO PARA SUS ESCOGIDOS
A diferencia de los reyes de Israel, los reyes de Judá permanecieron en la base de uni-
dad (Jerusalén) establecida por Dios para Sus escogidos, y guardaron la unidad según
Moisés lo había enseñado.

Tanto el pueblo de Judá como el de Israel ciertamente eran pueblo de Dios. Sin em-
bargo, el pueblo de Israel abandonó a Dios haciéndose igual a los demás pueblos. Como
pueblo elegido por Dios, Israel debió haberse santificado, apartado para el Dios santo;
sin embargo, todos ellos, y en especial los reyes, abandonaron a Dios, se volvieron a los
ídolos y establecieron centros de culto fuera de Jerusalén. Esto ofendió profundamente
a Dios. Israel se condujo de manera semejante a una esposa que abandona a su marido
para ir en pos de otro hombre. Dios, el marido de Su pueblo, no podía tolerar esto.

Los reyes de Judá permanecieron en la base de unidad que Dios había escogido y no
abandonaron a Dios. En esto Dios se agradó de ellos. Aunque la conducta de estos reyes
no era del agrado de Dios, El fue complacido con el hecho de que permanecieran en la
posición correcta y de que guardaran la fe fundamental conforme a la palabra que Dios
les dio por conducto de Moisés. El hecho de que mantuvieran su posición, permitió que
Dios poseyera un pueblo sobre la tierra, el cual permaneció de Su lado y se esforzó por
guardar Su palabra.

III. SU CONDUCTA NO CORRESPONDIA


CON SU POSICION
La condición de los reyes de Judá no correspondía con la posición de unidad que guar-
daban, ni con las creencias que sostenían. La mayoría de ellos estaban mal en cuanto a
sus intenciones, propósitos, deseos y preferencias.

Hasta cierto punto, ésta puede ser la situación que prevalece hoy en algunos lugares en
el recobro. Hay personas que honran la base de unidad y que defienden la fe, no obs-
tante, viven en la carne, en el yo y en el hombre natural. Tales personas son egoístas y
siguen sus propios intereses; buscan recibir gloria y ser exaltados. Peor aún, muchas
veces son personas ambiciosas, lo cual es abominable a los ojos de Dios. La raíz de cada
rebelión que se ha suscitado entre nosotros en los últimos setenta y dos años, ha sido
este horrendo factor llamado ambición.

IV. LA MAYORIA DE ELLOS ABANDONA A DIOS, FUENTE DE


AGUA VIVA, Y VA EN POS DE LOS IDOLOS
La mayoría de los reyes de Judá, tal como hicieron los reyes del reino de Israel, aban-
donó a Dios, fuente de agua viva, y fue en pos de ídolos, cavando para sí cisternas,
cisternas rotas que no retienen agua (Jer. 2:13). Bajo este mismo principio, algunas
iglesias locales han caído en esta condición, al abandonar la fuente de agua viva y seguir
en pos de otras cosas.

V. NINGUNO DE ELLOS PARECIA TENER UN CORAZON PURO


QUE BUSCARA EL REINO DE DIOS
Ninguno de los reyes de Judá parecía tener un corazón puro, que procurara el estable-
cimiento del reino de Dios en la tierra y que viviera para dicho reino; un corazón que
no laborara ni se esforzara por obtener una monarquía para sí mismo ni para sus hijos.
Esto describe la situación actual de algunas iglesias que reclaman ser la iglesia local.

VI. QUEBRANTAN LA LEY DE DIOS


Los reyes de Judá quebrantaban la ley de Dios, que El mismo les había dado por medio
de Moisés a fin de que fueran gobernados por ella y que dicha ley los mantuviera en el
disfrute de la buena tierra prometida por Dios. Dios no sólo les dio la buena tierra y los
sacó de Egipto, trasladándolos a dicha tierra, sino que también les dio la ley para que
los gobernara y los guardara en el disfrute de la buena tierra. Sin embargo, los reyes de
Judá quebrantaron la ley de Dios.

VII. LA LEY DE DIOS, PROMULGADA


POR CONDUCTO DE MOISES,
CONSTABA DE DOS SECCIONES
La ley que Dios promulgó por medio de Moisés en la segunda parte de Exodo, a partir
del capítulo veinte, y que abarca todo el libro de Levítico, constaba de dos secciones, a
saber, la sección moral y la ceremonial.

A. La sección moral
La sección moral (Ex. 20—24) constaba principalmente de los diez mandamientos, de
los cuales, los primeros cinco se referían a la relación del pueblo con Dios y con sus
padres. Así, el mandamiento de honrar a los padres se hallaba en el mismo nivel de
importancia que los que trataban de la relación del hombre con Dios. Los últimos cinco
mandamientos se centraban en la relación que el pueblo de Dios debía tener entre sí.

B. La sección ceremonial
La sección ceremonial de la ley (Ex. 25—Lv. 27) constaba de las leyes en cuanto al ta-
bernáculo, las ofrendas, el sacerdocio y las fiestas. Estas cuatro cosas tipifican a Cristo.

1. Las leyes en cuanto al tabernáculo


El tabernáculo representa a Cristo, quien es la corporificación de Dios (Col. 2:9; Jn.
1:14), y hace posible que el pueblo de Dios tenga contacto con El, entre en El y lo dis-
frute. Cristo fue hecho el tabernáculo, la morada en la que podemos entrar. Esto signi-
fica que podemos entrar en Cristo. Deberíamos adoptar el habito de decir: “Hermanos,
entremos en Cristo, y quedémonos en El”. Permanecer en Cristo equivale a disfrutar a
Dios en Cristo como nuestro tabernáculo.

2. Las leyes en cuanto a las ofrendas


Las ofrendas representan a Cristo como los diferentes sacrificios (He. 10:5-12), que sa-
tisfacen los requisitos de Dios demandados a Su pueblo, y la necesidad de Su pueblo
en cuanto a El.

3. Las leyes en cuanto al sacerdocio


El sacerdocio representa a Cristo como Sumo sacerdote (He. 8:1), quien cuida de los
escogidos de Dios delante de El.

4. Las leyes en cuanto a las fiestas


Las fiestas representan al Cristo que es el disfrute abundante asignado por Dios a Su
pueblo escogido (Col. 2:16-17; Fil. 1:19).

La ley de Dios es Su propio retrato, Su fotografía. Las leyes humanas siempre describen
a las personas que las emiten. Esto puede verse en las leyes que decretan los países. Lo
mismo se aplica a nuestra vida familiar. Las leyes y reglamentos que establecemos en
nuestra casa, nos describen a nosotros mismos. Este principio también se aplica a la
ley de Dios, la cual es Su retrato. La ley de Dios refleja qué clase de Dios es El.

Valoro mucho los mandamientos de no matar, no cometer adulterio, no hurtar, no


mentir y no codiciar. ¡Qué bueno sería que todo el mundo los guardara! Supongamos
que en ninguna parte del mundo se cometieran asesinatos, adulterios, robos, ni se min-
tiera ni se codiciara. Si elimináramos estos cinco problemas, la tierra sería como el cielo
mismo. Sin embargo, la realidad es que por todas partes la gente asesina, comete adul-
terio, roba, miente y codicia.

Israel, el pueblo escogido de Dios, debió ser diferente del resto de las naciones. Ellos
debían haber sido el testimonio de Dios, es decir, Su propia expresión. Si tan solo hu-
bieran vivido conforme a la ley de Dios, ciertamente lo habrían expresado, pues guar-
dar la ley equivalía a expresar a Dios. Los reyes de Judá permanecieron en la base de
unidad que Dios estableció, y guardaron la fe en Su Palabra, pero no le expresaron,
pues no guardaron la ley que El les dio. No vivieron ni se comportaron conforme a
dicha ley.

La ley, como descripción y testimonio de Dios, tipifica a Cristo. Cristo es el fin de la ley
(Ro. 10:4); El es la totalidad y consumación de la ley. Puesto que la ley es la imagen
misma de Dios, guardar la ley equivale a reflejar la imagen de Dios y expresarlo.

Los reyes de Judá permanecieron en la base apropiada de unidad y guardaron la fe


fundamental, pero no guardaron la ley de Dios y por ende, tampoco reflejaron Su ima-
gen. Ellos quebrantaron la ley continuamente, y esto provocó la ira de Dios. Final-
mente, Dios intervino y los echó de la buena tierra, y no les permitió que la disfrutaran
más, pese a que El mismo se las había dado. Esto se debió a que ellos no lo expresaron;
pues en lugar de reflejar a Dios, expresaban a Su enemigo, el diablo.

Hoy Cristo es la buena tierra (Col. 1:12), y nosotros hemos entrado en El, hemos sido
trasladados a El. Por lo tanto, debemos mantenernos en la base apropiada de unidad y
guardar la fe, tal como lo hizo Pablo (2 Ti. 4:7). Además, debemos vivir y andar en
Cristo (Col. 2:6), conducirnos conforme a Dios, y ser Su expresión. Entonces le disfru-
taremos, y de esta manera, se agrandarán los límites del deleite que tenemos de El,
nuestra buena tierra (1 Cr. 4:10).

VIII. DIOS SABIA QUE NADIE ERA CAPAZ DE GUARDAR LOS


DIEZ MANDAMIENTOS, LA SECCION MORAL
DE SU LEY, Y ASI SER JUSTIFICADO POR EL
Dios sabía que nadie era capaz de guardar los diez mandamientos, la sección moral de
Su ley, y así ser justificado (Ro. 3:20). Así que, por Su gracia y conforme a Su economía,
El dio a Su pueblo la parte ceremonial de Su ley, por medio de la cual los pecadores
condenados, aquellos que violaran Su ley moral, pudieran mantener una relación viva
con El y entrar en El para disfrutarlo como su todo. De esta manera, los pecadores
podrían ser justificados por Dios y hechos justos ante El (cfr. Mt. 1:19a; Lc. 1:6, 75;
2:25; 23:50). Sabiendo de antemano que no podíamos guardar Sus mandamientos,
Dios preparó la ley ceremonial a fin de salvarnos y rescatarnos de la condenación que
nos impone la ley moral.

IX. DIOS DECRETO LA LEY CON LA


INTENCION DE MOSTRAR LA CONDICION
DE SU PUEBLO Y CONVENCERLO DE PECADO, VALIENDOSE
DE LA SECCION MORAL DE SU LEY,
CON MIRAS A QUE ELLOS ACUDIERAN A LA SECCION CERE-
MONIAL DE LA MISMA
Dios emitió Su ley a fin de poner de manifiesto la condición de Sus escogidos, y así
convencerlos de pecado, valiéndose de la sección moral de dicha ley, a fin de llevarlos
a la sección ceremonial de la misma, es decir, conducirlos al Cristo que lo es todo, la
corporificación del Dios Triuno, con la finalidad de que obtuvieran redención, salva-
ción y un disfrute abundante y pleno (Gá. 3:23-24) por la eternidad.

X. LOS REYES QUEBRANTAN LA LEY


DE DIOS Y PROVOCAN SU IRA
Debido a que los reyes quebrantaban continuamente la ley de Dios, tanto la sección
moral como la ceremonial, ellos provocaron la ira de Dios, quien se vio obligado a en-
tregar la buena tierra en manos de los gentiles, y a permitir que Su pueblo fuera llevado
cautivo a las naciones paganas. Por consiguiente, perdieron el disfrute de la buena tie-
rra que Dios les había prometido. Este resultado tan lamentable ha perdurado durante
veintisiete siglos.

XI. ESTUDIAR LOS LIBROS HISTORICOS


SIGUIENDO EL PRINCIPIO DE LA VIDA
CONCUERDA CON EL PROPOSITO DE DIOS
Estudiar los libros históricos del Antiguo Testamento según el principio de la vida con-
cuerda con el propósito de Dios, a saber, que estos libros se incluyeron en la revelación
divina para que sirvieran como amonestación e iluminación para nosotros (1 Co. 10:11).
ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 CRONICAS
MENSAJE TRECE
LA SIMILITUD ENTE DIOS Y EL HOMBRE
EN IMAGEN Y SEMEJANZA
Lectura bíblica: Gn. 1:26; 1 Jn. 3:2b; Ap. 4:3a; 21:11b
En este mensaje hablaremos brevemente del parecido que existe entre Dios y el hombre en
cuanto a imagen y semejanza. Tal vez creamos que entendemos perfectamente este asunto, pero
que en realidad sea todo lo contrario. Así que, les animo a estudiar detenidamente los siguientes
puntos. Al hacerlo, es posible que se pregunten si es el hombre el que se parece a Dios o Dios
es el que se parece al hombre.

I. EL GENERO HUMANO NO FIGURA


EN LA CREACION ORIGINAL
Dios no creó el género humano. Génesis 1 revela que Dios creó los peces, las aves, las bestias
y el ganado según el propio género de cada uno de ellos (v. 24-25). No obstante, aunque hizo
esto con relación a todas las demás criaturas, no fue así con el hombre. El linaje humano no
figuró en la creación original.

II. DIOS CREA A ADAN A SU PROPIA IMAGEN


Si en la creación original Dios no creó el género humano, entonces, ¿de qué especie proviene
el hombre? Génesis 1:26 indica que el hombre pertenece a la especie divina. Leamos el ver-
sículo: “Hagamos [esto fue dicho por la Trinidad Divina] al hombre [en hebreo: adam, lo cual
denota barro o arcilla roja) a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. El hombre que
Dios hizo pertenecía a Su propio género, es decir, al género divino. En Génesis 1:26, el texto
hebreo no usa la palabra hombre, más bien, dice que Dios creó a adam, que significa barro rojo.
Dios creó dicha criatura de barro rojo a Su imagen y conforme a Su semejanza. Esta obra de
barro, por cuanto tuvo la imagen de Dios, era semejante a El. Por lo menos podemos afirmar
que este barro tenía la figura de Dios, creada según el género divino. Por consiguiente, perte-
nece a la especie de Dios.

En Génesis 1:26 Dios creó algo conforme a Sí mismo, una réplica de Sí mismo. Si Dios hubiera
hecho diez mil pedazos de barro a Su imagen y conforme a Su semejanza, esas diez mil piezas
habrían sido figuras del propio Dios, la producción en serie de El mismo.

III. TRES HOMBRES SE LE APARECEN A ABRAHAM MUCHO


ANTES DE QUE CRISTO SE ENCARNARA
En Génesis 18:2-13, tres hombres se le aparecieron a Abraham, uno de los cuales era Cristo —
Jehová mismo—, y los otros dos, eran ángeles (19:1). Esta aparición aconteció mucho antes de
la encarnación de Cristo, lo cual implica que, dos mil años antes de que Cristo se encarnara,
Dios se apareció como hombre, cuando visitó a Su amigo Abraham. Abraham preparó agua
para lavarle los pies, y Sara, la esposa de Abraham, preparó un guiso que este hombre comió.
Todo esto es un misterio. ¿Cuándo se hizo hombre Cristo; en el momento de Su encarnación o
antes?
IV. EL ANGEL DE DIOS SE LE APARECE
A MANOA Y A SU ESPOSA
El ángel de Dios (Dios mismo, Jehová, un hombre de Dios: Cristo) se le apareció a Manoa y a
su esposa mucho antes de que Cristo se encarnara (Jue. 13:3-6, 22-23).

V. EL HIJO DEL HOMBRE VIENE


CON LAS NUBES DEL CIELO
Según el libro de Daniel 7:13-14, Daniel recibió la visión de uno semejante a Hijo de Hombre,
que venía con las nubes del cielo hacia el Anciano de días, el Dios de la eternidad, y le hicieron
aproximarse delante de El. Entonces le fue dado dominio, gloria y un reino, para que todos los
pueblos, naciones y lenguas le sirvan; Su dominio es eterno y nunca pasará, y Su reino no será
destruido jamás. Daniel recibió tal visión, en la cual vio a Cristo como Hijo de hombre mucho
antes de Su encarnación.

VI. ADAN TIPIFICABA A CRISTO


Adán fue un tipo o prefigura de Cristo (Ro. 5:14).

VII. CRISTO ES LA IMAGEN DEL DIOS INVISIBLE


Aquella pieza de barro rojo hecha en Génesis 1:26, tipificaba a Cristo, quien es la imagen del
Dios invisible (Col. 1:15).

VIII. EL VERBO SE HACE CARNE


El Verbo (Dios) se hizo carne (Jn. 1:14), es decir, llegó ser carne de pecado, aunque sólo tenía
la semejanza de ella (Ro. 8:3). Dios, el Verbo hecho carne, tomó la apariencia externa de la
carne de pecado, mas no la naturaleza pecaminosa de ésta.

IX. CRISTO ASUME FORMA DE ESCLAVO


Cristo, quien existe en forma de Dios, asumió la forma de esclavo, al encarnarse; es
decir, se hizo semejante a los hombres, y fue hallado en Su porte exterior como hombre
(Fil. 2:6-8).

X. ESTEBAN VE AL HIJO DEL HOMBRE


A LA DIESTRA DE DIOS
Esteban vio los cielos abiertos y al Hijo del Hombre, Cristo, a la diestra de Dios (Hch.
7:56). Esteban tuvo esta visión después de que Cristo había ascendido a los cielos, lo
cual indica que Cristo permanece en los cielos en Su condición de Hijo del Hombre. El
himno #68 dice al respecto:

¡Ved a Jesús sentado en el cielo!


Cristo el Señor al trono ascendió,
Como un hombre fue exaltado,
Con gloria Dios lo coronó.

XI. EL HIJO DEL HOMBRE VIENE


EN LAS NUBES DEL CIELO
En Mateo 26:64, el Señor Jesús declaró: “Veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra
del Poder [Dios], y viniendo en las nubes del cielo”. Esto alude a la segunda venida de
Cristo. Cuando el Señor Jesús regrese, El todavía seguirá siendo el Hijo del Hombre.

XII. HECHOS CONFORMES


A LA IMAGEN DEL HIJO DE DIOS
En Romanos 8:29 Pablo revela que Dios, a los que antes conoció, también los predes-
tinó, para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, a fin de que El sea el
Primogénito entre muchos hermanos. Este versículo afirma que nosotros, los que cree-
mos en Cristo, seremos transfigurados a la imagen del Hijo de Dios.

XIII. TRANSFORMADOS EN LA MISMA IMAGEN


Leamos 2 Corintios 3:18: “Mas, nosotros todos, a cara descubierta, mirando y refle-
jando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en
la misma imagen, como por el Señor Espíritu”. Romanos 12:2a habla de ser transfor-
mados mediante la renovación de la mente. El es Dios y ha hecho mucho para asumir
la forma y la semejanza humanas. Ahora, El desea transformarnos en la imagen misma
del Hijo de Dios, y configurarnos a ella.

XIV. HIJOS DE DIOS SIN MANCHA


Filipenses 2:15 habla de ser irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en me-
dio de una generación torcida, maligna y perversa, en medio de la cual resplandecemos
como luminares en el mundo.

XV. EL SEÑOR TRANSFIGURARA EL CUERPO


DE LA HUMILLACION NUESTRA PARA QUE SEA CONFOR-
MADO AL CUERPO DE LA GLORIA SUYA
El Señor Jesucristo transfigurará el cuerpo de la humillación nuestra para que sea con-
formado al cuerpo de la gloria Suya, según la operación de Su poder, con la cual sujeta
también a Sí mismo todas las cosas (Fil. 3:21). El tiene el poder necesario para transfi-
gurar nuestro cuerpo de modo que sea conformado al cuerpo de la gloria Suya.

XVI. SEREMOS SEMEJANTES A EL


Sabemos que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a El de una manera to-
tal, perfecta y absoluta, porque le veremos tal como El es (1 Jn. 3:2b).

XVII. EL ASPECTO DE DIOS ES


SEMEJANTE A PIEDRA DE JASPE
Todo esto tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén. Leamos Apocalipsis 4:3: “Y
el aspecto del que estaba sentado [Dios] era semejante a piedra de jaspe”. Esto indica
que la apariencia de Dios, quien estaba sentado en el trono, es semejante a piedra de
jaspe.

XVIII. EL RESPLANDOR DE LA NUEVA JERUSALEN


ES SEMEJANTE A PIEDRA DE JASPE
Según Apocalipsis 21, el resplandor de la Nueva Jerusalén es semejante al de una pie-
dra preciosísima, como piedra de jaspe (v. 11b). El material del muro de la Nueva Je-
rusalén es jaspe, al igual que su primer cimiento (v. 18a, 19). El muro es jaspe, el primer
cimiento del muro también es jaspe, el resplandor de la ciudad es jaspe y el Dios que
está sentado en el trono, también es como jaspe. Finalmente, Dios y el hombre, el hom-
bre y Dios, tendrán la apariencia de jaspe. De esta manera concluye la Biblia.

La consumación de la Biblia es la Nueva Jerusalén, esto es, lo divino mezclado con lo


humano. La divinidad llega a ser la morada de la humanidad, y la humanidad se con-
vierte en el hogar de la divinidad. En dicha ciudad, la gloria de Dios se manifiesta en el
hombre de manera resplandeciente y espléndida. Nosotros estaremos allí; este es nues-
tro destino. Hoy estamos en el proceso de ser hechos “parte de Dios”, a fin de tener la
misma apariencia que El, a saber, el Dios-jaspe.

ESTUDIO-VIDA DE ESDRAS
MENSAJE UNO
LA NECESIDAD DE VOLVER DEL CAUTIVERIO
Lectura bíblica: 2 Cr. 36:14-23; Esd. 1:1-5
En este mensaje llegamos a los tres últimos libros históricos del Antiguo Testamento:
Esdras, Nehemías y Ester.

UN REPASO DE LA HISTORIA DE ISRAEL


En la eternidad pasada, Dios debe de haber determinado que después de la confusión
que ocurriría en Babel, El escogería a un hombre llamado Abraham. En el tiempo de-
signando, Dios lo llamó, e invirtió muchos años para adiestrarlo. Posteriormente,
Abraham tuvo un hijo, Isaac, el cual a su vez engendró dos hijos: Esaú, a quien Dios
aborreció, y Jacob, a quien Dios amó (Mal. 1:2-3; Ro. 9:13). Jacob, quien por muchos
años estuvo bajo la disciplina de Dios, tuvo doce hijos, los cuales llegaron a ser las doce
tribus de Israel.

Cuando Dios llamó a Abraham a salir de Caldea, la tierra de Babel, le prometió la buena
tierra, la tierra de Canaán (Gn. 12:1, 7), a la cual le trajo más tarde. Así que, Abraham
fue el primero de los elegidos de Dios que entró a la buena tierra. Más adelante, las
doce tribus abandonaron la buena tierra y fueron a Egipto, donde permanecieron por
cientos de años (Ex. 12:40-41). Durante todo este tiempo, las doce tribus de Israel se
convirtieron en una nación de aproximadamente dos millones de personas. Allí fueron
usurpados, esclavizados y afligidos por el Faraón, rey de Egipto. Finalmente, clamaron
a Dios, quien envió a Moisés para sacarlos de esa tierra de esclavitud y llevarlos a la
buena tierra. Dios condujo al pueblo de Israel hacia el monte Sinaí, para entrenarlos y
darles Su pacto, Su testamento, que incluía tanto la ley moral como la ceremonial. Al
entregarles la ley, el deseo de Dios era que ellos fueran una nación de sacerdotes.

Cuando el pueblo de Israel estaba por entrar en la tierra de Canaán, Dios les ordenó
por medio de Moisés que mataran a todos los cananitas, y que destruyeran los ídolos y
todo lo relacionado con ellos. Josué obedeció dicho mandato y fue fiel en cumplirlo,
pero no de manera total, pues en lugar de inmolar a todos los cananitas, permitió que
algunos permanecieran en la tierra.

En la ley que Dios les dio en el monte Sinaí, El estipuló la manera en que el pueblo de
Israel debía relacionarse con El y los unos con los otros. Dios no quería que ellos lo
abandonaran a El, fuente de agua viva, y cavaran para sí cisternas (ídolos) rotas que no
retienen agua. Además, Su deseo era que ellos se amaran unos a otros y que no come-
tieran asesinatos, adulterios, robos, ni que mintieran ni codiciaran. Ellos debían preo-
cuparse por su prójimo e incluso devolver las cosas perdidas a su dueño. Esa era la
clase de vida que Dios les ordenó llevar. Era una vida celestial practicada por un pueblo
terrenal. A un pueblo que vivía de esa manera, ciertamente podía llamársele el reino
de Dios.

Sin embargo, una vez que entró en la buena tierra, Israel no fue fiel a Dios. Los israeli-
tas le fallaron y se dividieron en el reino de Judá y el reino de Israel. El reino de Israel
cayó en apostasía, pues abandonó a Dios y estableció otros centros de adoración ade-
más del centro único, el cual estaba en Jerusalén. Finalmente, los asirios capturaron el
reino de Israel, y más tarde el reino de Judá fue capturado por los babilonios. Durante
esa época, la ciudad de Jerusalén fue capturada y no fue devuelta a Israel sino hasta el
año de 1967.

DIOS ENTREGA AL PUEBLO DE ISRAEL Al CAUTIVERIO Y PRO-


METE RESCATARLOS
Al final de 2 Crónicas vemos que la condición de Israel a los ojos de Dios era lamenta-
ble. La tierra había sido usurpada y poseída por pueblos paganos, y Dios había entre-
gado al pueblo de Israel en manos de ellos. Además, el templo había sido quemado y el
muro de Jerusalén, derribado. La buena tierra en su totalidad, la supuesta tierra santa,
había sido asolada.

Cuando Jeremías vio todo esto, sentado en la cumbre del monte de Sión, desde donde
veía hacia abajo, hacia Jerusalén, se lamentó amargamente. Todos sus compatriotas,
príncipes y nobles, habían sido llevados cautivos a Babilonia, y sólo algunos pobres
habían permanecido en la tierra. Con razón Jeremías se lamentó. Finalmente, él tam-
bién fue llevado cautivo a Egipto, donde se le dio muerte. ¡Qué situación más triste!

Esta situación continuó durante setenta años, según el propio Jeremías lo había profe-
tizado. Mientras Jeremías se lamentaba, Dios vino y lo consoló diciéndole que el cau-
tiverio no duraría para siempre, sino por setenta años únicamente (Jer. 25:11). Dios le
aseguró que la miseria en que se encontraba su país, su pueblo, el templo y la ciudad
santa, sólo duraría setenta años. Algunos de los cautivos, como Daniel, vivirían hasta
el final de los setenta años. En el tiempo en que Zorobabel condujo el primer grupo que
volvió de Babilonia a Jerusalén, Daniel aún vivía en Babilonia. Así que, Dios consoló a
Jeremías prometiéndole que, así como había entregado el pueblo al cautiverio, así tam-
bién los haría volver. Sólo que no los haría volver como cautivos, sino como guerreros
triunfantes.
EL REGRESO DEL CAUTIVERIO FUE PROPICIADO
POR EL DIOS QUE SE ENCUBRE Y QUE OBRA SECRETAMENTE
AL CUIDAR A SU PUEBLO
Después de 1 y 2 Crónicas, tenemos los libros de Esdras, Nehemías y Ester. El libro de
Esdras habla de que [el pueblo de Dios] regresa a Jerusalén con el fin de reconstruir el
templo, mientras que el de Nehemías gira en torno a la reparación o reconstrucción de
la ciudad. El libro de Ester, por su parte, muestra cómo el Dios omnipresente y omni-
potente protege ocultamente a Sus elegidos que se hallan cautivos y dispersos.

Dios no hacía nada por Su pueblo de manera descubierta, pues El es el Dios que se
encubre (Is. 45:15). Esta es la razón por la que el libro de Ester no utiliza ningún título
divino para identificar a Dios. No menciona a Dios directamente; de hecho, ni siquiera
usa la palabra Dios. No obstante, este libro muestra que Dios siempre está presente
con Sus elegidos de una manera encubierta, y que El ejerce sabiamente Su soberanía
para protegerlos. A esto se debe que, aunque ellos sufrieron gran persecución durante
su cautiverio, pudieron sobrevivir y multiplicarse de tal manera que un día Dios pudo
traerlos de regreso a la tierra de sus padres.

El primer grupo volvió a la buena tierra bajo el mando de Zorobabel, un descendiente


de David, de la familia real. El fue nombrado gobernador de Judá por el rey Ciro. El
segundo grupo volvió bajo el mando de Esdras, quien era sacerdote y escriba. Como
hemos señalado, este regreso lo propició el Dios que está con Su pueblo de manera
encubierta y que los cuida secretamente mientras ellos se hallan cautivos.

Dios permitió que Su pueblo fuera capturado y esparcido, que la tierra santa fuese
usurpada y ocupada, y que la ciudad de Jerusalén fuera asolada. Aparentemente el Dios
omnipotente y omnipresente no hacía nada por el pueblo de Israel, pero en realidad,
los protegía y preservaba secretamente.

Lo mismo sucede hoy en el medio-Oriente. La decisión en cuanto a Israel no depende


de los políticos ni de los jefes de estado, sino del Dios que obra ocultamente. Un día, el
Dios omnipresente y omnipotente aparecerá en Su condición de Hijo del Hombre y
tomará posesión de la tierra. Ese día El pondrá Su pie derecho sobre el mar y el iz-
quierdo sobre la tierra (Ap. 10:1-2), lo cual indica que el propósito de Su venida es to-
mar posesión de la tierra y del mar. Esta persona es Jesucristo, el Dios-hombre, y
cuando El vuelva, muchos otros Dios-hombres, los vencedores, lo acompañarán.

ISRAEL, EL PUEBLO ESCOGIDO DE DIOS, TIPIFICA


A LOS CREYENTES NEOTESTAMENTARIOS
Debemos recordar que la historia del pueblo de Israel es un tipo de la experiencia de
los creyentes del Nuevo Testamento. Por consiguiente, Israel tipifica a la iglesia. La
iglesia fue establecida en el primer siglo por el Señor, la Cabeza, mediante Sus apósto-
les. No obstante, ya para finales del primer siglo, la iglesia se había degradado. En otras
palabras, la iglesia también fue capturada.

Si aplicamos esto a nuestra experiencia, cada creyente que ha sido derrotado en la vida
espiritual, ha sido capturado, y permanecerá cautivo hasta que se arrepienta. Su arre-
pentimiento propiciará su restauración. Si caemos en cautiverio, perdemos el disfrute
de Cristo, pero nuestro arrepentimiento nos trae de nuevo a El, y lo volvemos a disfru-
tar.

Nuestra actual situación es semejante a la que existía en la época de Esdras. Algunos


ya hemos vuelto, pero otros aún se encuentran en el camino.

LA CONDICION DE TRES ENTIDADES


Debemos conocer la condición del mundo, del cristianismo y nuestra propia condición
en el recobro del Señor. Los imperios mundanos son los usurpadores, y el cristianismo
es nuestro opositor. Así que, nosotros, en el recobro del Señor, no debemos conside-
rarnos poca cosa, pues conocemos la condición del mundo y del cristianismo, y cono-
cemos al Dios que se encubre.

Estoy persuadido de que estamos en las manos del Dios omnipresente y omnipotente,
quien aunque obra secretamente, ejerce Su sabiduría y Su soberanía para protegernos,
guardarnos y salvarnos. Aunque todos se nos opongan o nos persigan, no debemos
preocuparnos. Debemos creer en el Dios que obra secretamente, quien es sabio y sobe-
rano, y ejerce Su autoridad conforme a Su sabia soberanía.

ESTUDIO-VIDA DE ESDRAS
MENSAJE DOS
INTRODUCCION
Lectura bíblica: Esd. 1:1-5
En este mensaje presentaremos una introducción al estudio-vida de Esdras.

I. ESDRAS, NEHEMIAS Y ESTER


CONSTITUYEN LOS ULTIMOS TRES LIBROS
QUE NARRAN LA HISTORIA DE LOS ESCOGIDOS
DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Esdras, Nehemías y Ester figuran después de 1 y 2 Crónicas, y son los últimos tres libros
que narran la historia del pueblo escogido de Dios en el Antiguo Testamento. Estos
libros giran en torno al cautiverio de los escogidos de Dios. Los dos primeros hablan
de cómo regresó el pueblo de Dios de su cautiverio (cfr. Daniel, Hageo, Zacarías y Ma-
laquías), y el último presenta un ejemplo de la manera en que el Dios que se encubre
cuida secretamente a Su pueblo escogido, mientras éste se halla cautivo.

II. EL ESCRITOR
El autor del libro de Esdras fue el propio Esdras, cuyo nombre significa “ayuda” o “ayu-
dador”. El era descendiente de Aarón (7:1-5); además, era sacerdote y escriba, versado
en la ley de Moisés (vs. 6, 11-12). En la Biblia se mencionan tres Esdras: uno era el
sacerdote que regresó con Zorobabel (Neh. 12:1), otro era descendiente de Caleb (1 Cr.
4:15-17), y el tercero fue el que escribió este libro.

III. EPOCA
El contenido de este libro abarca un período de aproximadamente ochenta años, entre
536 y 457 a. de C.

IV. CONTENIDO
Es muy importante conocer el contenido del libro de Esdras. Este libro relata el regreso
del cautiverio de dos grupos de israelitas. El primer grupo lo dirigió Zorobabel, un des-
cendiente de la familia real de David (capítulos 1—6). Zorobabel debía ser el sucesor al
trono de David, mas Ciro lo nombró gobernador de Judá. El segundo grupo lo dirigió
Esdras, sacerdote y descendiente de Aarón (capítulos 7—10).

El hecho de que Zorobabel fuera de la tribu real (Judá), y que Esdras fuera descen-
diente de una familia sacerdotal, reviste gran importancia. Los sacerdotes se encarga-
ban de hablar por Dios, mientras que los reyes, gobernaban por El. Todas las acciones
de Dios dependen de Su oráculo y Su gobierno.

V. PUNTOS CRUCIALES
El libro de Esdras se centra en el regreso de los hijos de Israel de la cautividad. Esto es
crucial en cuatro aspectos.

A. El regreso de los hijos de Israel


de su cautividad restaura el propósito
por el cual Dios los había llamado
Dios había llamado y apartado a los hijos de Israel para que fueran Su testimonio, pero
el cautiverio había anulado este propósito. Sin embargo, Dios los hizo volver de la cau-
tividad y así pudo llevar a cabo Su objetivo.

Como nación, se supone que los hijos de Israel debían ser el testimonio de Dios. Pero
¿de qué manera lo serían? Para contestar esta pregunta debemos ver que la ley que
Dios les dio por medio de Moisés era llamada “el testimonio” (Ex. 25:16, 21), pues ella
era un retrato de Dios. Dios les dio la ley, y ésta retrataba lo que El era. En particular,
los Diez Mandamientos son el testimonio de Dios. Al arca también se le llamaba el arca
del testimonio (25:22; 26:33), y al tabernáculo, el tabernáculo del testimonio (Nm.
1:50, 53).

Los Diez Mandamientos, que fueron inscritos sobre dos tablas de piedra, se dividen en
dos grupos de cinco mandamientos cada uno; así como los diez dedos de nuestras ma-
nos están divididos en dos grupos de cinco dedos cada uno. Cada grupo de cinco man-
damientos consta de cuatro más uno.

En el primer grupo, los tres primeros mandamientos tienen que ver con Dios, y nos
exhortan a no tener ningún otro dios, a no adorar ídolos y a no tomar el nombre de
Dios en vano. En otras palabras, Dios debe ser nuestro único Dios.

El cuarto mandamiento tiene que ver con guardar el Sábado. El verdadero significado
de esta observancia es cesar de toda actividad para dedicarse a Dios. Aquellos que no
guardaban el Sábado, tal vez ganaban un día para ellos, pero perdían a Dios. Este man-
damiento también está relacionado con Dios; así que, los cuatro primeros mandamien-
tos tienen que ver con El.
El quinto mandamiento, el de honrar a nuestros padres, los ubica a ellos al mismo nivel
que Dios y señala a Dios como el origen. Nuestro origen es nuestros padres, y el origen
de nuestros padres es Dios. Cuando los honramos a ellos, honramos al propio Dios. Así
que, honrar a nuestros padres es algo muy importante.

El segundo grupo de cinco mandamientos tratan de las relaciones entre unos y otros.
Estos son los mandamientos que hablan de no matar, no cometer adulterio, no robar,
no mentir y no codiciar. Cuán maravillosa sería nuestra sociedad si no hubiera críme-
nes, adulterio, hurto, mentira, ni codicia. Si todos fuéramos amables, puros, genuinos
y serviciales, ciertamente éste sería un lugar maravilloso. El pueblo que cumpliera es-
tos cinco mandamientos sería un verdadero testimonio de Dios, un pueblo que daría
testimonio de que su Dios es un Dios de amor, pureza, compasión y veracidad. Indu-
dablemente un pueblo como éste sería el pueblo especial de Dios, Sus escogidos, o sea,
un pueblo apartado para Dios y santificado por completo para El.

Después de que el hombre que Dios creó hubo caído, el género humano se degradó
cada vez más, hasta que en Babel se corrompió por completo. Allí Dios abandonó al
linaje creado y más tarde llamó a Abraham, a cuyos descendientes les entregó la ley
como testimonio Suyo. El esperaba que los descendientes de Abraham fueran un pue-
blo cuyo único Dios fuera Jehová, cuyo reposo fuera ser uno con su Dios, que honraran
su origen y que se amaran unos a otros con pureza y honestidad. Este pueblo sería
semejante a Dios en expresión. Sus ciudadanos serían las muchas réplicas de Dios so-
bre la tierra y darían testimonio de que existe un solo Dios en el cielo. Este era el pro-
pósito por el cual Dios había llamado y separado a los israelitas. Sin embargo, los hijos
de Israel le fallaron, quebrantando cada uno de los diez mandamientos, y se degrada-
ron al mismo nivel del resto de la humanidad.

El testimonio de Dios consiste en manifestar que tenemos un solo Dios, que cesamos
de toda actividad a fin de ser uno con El, disfrutándolo y poseyéndolo como nuestro
todo, y que lo honramos como nuestro origen, representado por nuestros padres. En el
caso de Israel, ellos fueron llevados cautivos, y Dios perdió dicho testimonio. Cierta-
mente Dios los había llamado con el fin de que fueran Su testimonio, pero este propó-
sito quedó anulado cuando ellos fueron hechos cautivos. No obstante, el regreso de los
hijos de Israel de su cautiverio recobró el propósito de Dios.

B. Al volver del cautiverio a Jerusalén,


fue restaurada su unidad
Con el fin de tener un testimonio, Dios siempre mantuvo unido a Israel en un pedazo
de tierra específico, y no permitió que llegaran a ser un pueblo muy numeroso. Ellos
eran un pueblo especial que habitaba en un lugar especial, y que permanecía unido.
Sin embargo, el cautiverio los esparció, unos a Asiria, otros a Egipto, y la mayoría de
ellos a Babilonia. Esto los dividió y así perdieron la unidad como nación. Pero su re-
greso del cautiverio a la tierra de Jerusalén (Dt. 12:5, 11-14), restauró su unidad. Sin
embargo, como veremos, en su regreso trajeron consigo algunos elementos del cauti-
verio.

C. Al volver del cautiverio se restaura


el disfrute que tenían de la porción
de la buena tierra de promisión
Dios condujo a los hijos de Israel a la tierra prometida mediante la redención y salva-
ción, a fin de que ellos participaran de dicha tierra y la disfrutaran como porción, con-
forme a la economía de Dios. Pero por causa de su fracaso, ellos fueron llevados cauti-
vos, perdiendo así su porción de la buena tierra. Sin embargo, al volver del cautiverio,
les fue restaurado el disfrute de la porción de la tierra que Dios les había prometido.

En las denominaciones no se enseña ni se recalca que Cristo es nuestro deleite y que


debemos disfrutarlo. Cuando estuve allí nunca disfruté a Cristo. Sólo después de salir
de ellas, empecé a disfrutarlo.

Los que están cautivos se hallan lejos de la buena tierra, alejados de Cristo. Los israe-
litas que fueron llevados cautivos a Babilonia estaban lejos de la buena tierra. De la
misma manera, los cristianos que están en las denominaciones son cautivados por mu-
chas cosas, y alejados del disfrute de Cristo. Ellos poseen el nombre de Cristo, pero no
disfrutan a Cristo mismo. Si desean disfrutar a Cristo, deben salir del cautiverio y vol-
ver a la debida base de unidad, donde está Cristo, nuestra buena tierra.

D. Dios deseaba que se edificara Su casa


y que se estableciera Su reino en la tierra
Dios deseaba que por medio de la participación y el disfrute que Israel tenía de la buena
tierra, Su casa fuera edificada y Su reino establecido. Esto no podía cumplirse si los
hijos de Israel no salían del cautiverio y regresaban a la buena tierra.

¿Dónde están hoy la casa de Dios y Su reino? Satanás, el enemigo de Dios, ha usurpado
la tierra y ha hecho de ella su casa y su reino. Esto ha provocado un gran problema.
¿Por qué necesita Dios un pueblo hoy? Porque desea tener una casa donde El sea el
Padre, y un reino donde El sea el Rey. El necesita obtener Su casa y Su reino para llevar
a cabo Su economía eterna. Esta es la razón por la que Dios necesita que Su pueblo
vuelva del cautiverio. El requiere una casa y un reino, y para ello necesita tener un
recobro.

Todos los puntos cruciales que hasta ahora hemos mencionado son tipos del recobro
actual de la vida de iglesia, que equivale a salir de la gran Babilonia, donde está cautiva
la iglesia (Ap. 17:1-6), y volver a la única base de unidad que Dios escogió.

VI. LAS SECCIONES


El libro de Esdras consta de dos secciones: el regreso del cautiverio bajo el liderazgo
real de Zorobabel (caps. 1—6), y el regreso del cautiverio bajo el liderazgo sacerdotal
de Esdras (caps. 7—10).
ESTUDIO-VIDA DE ESDRAS
MENSAJE TRES
EL REGRESO DEL CAUTIVERIO
BAJO EL LIDERAZGO REAL DE ZOROBABEL
Lectura bíblica: Esd. 1—6
En este mensaje veremos el primer regreso del cautiverio, el cual se efectuó bajo el
liderazgo real de Zorobabel.

I. EL DECRETO DE CIRO REY DE PERSIA


El regreso del cautiverio bajo el liderazgo de Zorobabel fue promulgado por Ciro, rey
de Persia (Esd. 1:1-4; 2 Cr. 36:22-23).

A. En el primer año del rey Ciro


Ciro promulgó este decreto en el primer año de su reinado (Esd. 1:1a).

B. Dios despierta el espíritu de Ciro


Ciro promulgó este decreto debido a que Dios despertó su espíritu (v. 1b), lo cual fue
obra del Dios que se encubre.

C. El decreto dio cumplimiento a la palabra de Jehová hablada


por boca de Jeremías
Este decreto cumplió la palabra que Jehová había dado por boca de Jeremías, según la
cual Israel volvería de su cautiverio en Babilonia después del septuagésimo año (v. 1b).

D. Ciro ordena a los cautivos de Israel que regresen a Jerusalén y


edifiquen la casa de Dios
Al proclamar su decreto, Ciro pidió a los cautivos de Israel que volvieran a Jerusalén y
edificaran la casa de Dios allí (vs. 2-4). Por ser la persona que era, en el libro de Isaías
Ciro es considerado como siervo de Dios que cumple el propósito de Dios (Is. 45:1-4,
13).

II. LA RESPUESTA DE LOS JEFES


DE LAS CASAS PATERNAS DE JUDA
Y DE BENJAMIN, Y DE LOS SACERDOTES Y LEVITAS
En los versículos 5 y 6 leemos la respuesta de los jefes de las casas paternas de Judá y
de Benjamín, y de los sacerdotes y levitas.

A. Dios despierta el espíritu de ellos


Todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios, se levantaron para subir a edificar la casa
de Jehová en Jerusalén (v. 5). Indudablemente esto fue obra de Dios, pues primero El
despertó el espíritu de Ciro para que promulgara tal decreto, y luego despertó el espí-
ritu de los jefes de las tribus de Judá, de Benjamín y de Leví.
B. Todos los que estaban alrededor les ayudan
Todos los Israelitas que estaban a su alrededor, les ayudaron ofrendándoles bienes pre-
ciosos (v. 6).

III. LA COOPERACION DEL REY CIRO


En los versículos 7-11 vemos de qué manera cooperó el rey Ciro. El les devolvió 5,400
utensilios de oro y de plata de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había tomado de
Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses (vs. 7, 11). Entregó los utensilios, des-
pués de contarlos, a Sesbasar (Zorobabel, 2:2), príncipe de Judá, para que los llevara
de regreso a la casa de Dios (1:8-11; 5:13-15).

IV. LA ENUMERACION DE LOS CAUTIVOS


QUE REGRESARON
En 2:1-67 tenemos un relato claro y exacto del número de los cautivos que volvieron
bajo el mando de Zorobabel, príncipe de Judá (1:8), el gobernador del antiguo reino de
Judá (2:2, 63). De los de Judea, de Benjamín, de los sacerdotes, los levitas, los sirvien-
tes del templo y los hijos de los siervos de Salomón (vs. 3-58), el total era de 42,360,
además de sus siervos varones y mujeres y de los cantores y las cantoras (vs. 64-65).
Además, 652 personas comunes y tres casas de sacerdotes que no pudieron demostrar
que la casa de sus padres estaba incluida con aquellos que volvieron bajo el mando de
Zorobabel (vs. 59-63).

V. LAS OFRENDAS VOLUNTARIAS DE


LOS JEFES DE LAS CASAS PATERNAS
Los versículos 68-69 describen las ofrendas voluntarias que hicieron los jefes de casas
paternas, después de su llegada a la casa de Jehová en Jerusalén, para reedificar sus
cimientos. Esto significa que los jefes de casas paternas ofrecieron voluntariamente
bienes preciosos a Dios para reedificar Su templo.

VI. LA REEDIFICACION DEL ALTAR DE DIOS


Esdras 3:1-6a describe la reedificación del altar de Dios.

A. En el séptimo mes
Ellos reconstruyeron el altar en el séptimo mes del año de su regreso (v. 1a).

B. Los hijos de Israel se juntan


como un solo hombre en Jerusalén
Los hijos de Israel vinieron de sus ciudades a Jerusalén y se reunieron como un solo
hombre (v. 1b). No sólo los cautivos que regresaron sino también los judíos que no
habían sido capturados se juntaron en Jerusalén para reedificar el altar.

C. Edifican el altar sobre su base


Josué el sumo sacerdote, sus hermanos los sacerdotes y Zorobabel el gobernador y sus
hermanos, edificaron el altar del Dios de Israel sobre su base, según está escrito en la
ley de Moisés, varón de Dios. Entonces, para satisfacer a Dios, ofrecieron sobre él ho-
locaustos a Jehová, como está escrito en la ley de Moisés (vs. 2-3). En esto vemos que
todo lo hicieron conforme a la palabra de Dios.

D. Celebran la fiesta de los Tabernáculos


Ellos celebraron la fiesta de los Tabernáculos y ofrecieron diariamente holocaustos y
ofrendas de luna nueva y de todas las fiestas solemnes de Jehová (vs. 4-6a). Esto indica
que recobraron la adoración a Dios, que se había perdido por lo menos durante setenta
años.

VII. LA RECONSTRUCCION DE LA CASA DE DIOS


Los versículos 6b-13 describen la reconstrucción de la casa de Dios.

A. Se contrata albañiles y carpinteros


Contrataron albañiles y carpinteros, y daban a los sidonios y tirios las provisiones dia-
rias para que desde el Líbano trajeran madera de cedro a Jope (v. 7).

B. En el segundo mes del segundo año


de su regreso
En el segundo mes del segundo año de su regreso, comenzaron a reedificar la casa de
Dios, y los sacerdotes alababan a Jehová (vs. 8-13). Muchos de los sacerdotes y levitas
y los jefes de las casas paternas, los ancianos que habían visto la primera casa, el templo
original de Dios, lloraban a gran voz al ser puesto el cimiento de la casa, y muchos
daban voces de júbilo (v. 12). El pueblo no podía distinguir entre el grito de júbilo y el
clamor de llanto (v. 13).

VIII. LOS OBSTACULOS


El capítulo cuatro habla de los obstáculos que encararon durante la reconstrucción de
la casa de Dios.

A. Los adversarios de Judá y de Benjamín fingen ayudar en la re-


construcción de la casa de Jehová
Los adversarios de Judá y de Benjamín, es decir, los pueblos que el rey de Asiria había
traído de Babilonia y Asiria para que habitaran en Samaria (2 R. 17:24), quienes imita-
ban fingidamente a Israel en la búsqueda de Dios y hacían sacrificios a El, falsamente
manifestaron deseos de ayudar a reedificar la casa de Jehová, pero fueron rechazados
por Zorobabel, Josué y el resto de los jefes de las casas paternas. Estos enemigos so-
bornaron consejeros para que entorpecieran la reconstrucción durante los días de Ciro
rey de Persia, durante el reinado de Darío rey de Persia, y hasta el comienzo del reinado
de Asuero. Ellos escribieron una acusación contra los habitantes de Judá y de Jerusalén
(Esd. 4:1-6). Esto representa lo que experimentamos hoy en día cuando volvemos al
recobro para edificar la casa de Dios: algunos proponen cosas que en general sólo sir-
ven de obstáculo. Esta es la sutileza de Satanás. En su tiempo, Zorobabel percibió lo
negativo de estas propuestas y las rechazó.
B. Artajerjes hace cesar la construcción
de la casa de Dios con poder y violencia
En los días de Artajerjes, un grupo de los moradores de Samaria y de las tierras del otro
lado del Río (probablemente los mismos adversarios del versículo 1) escribieron cartas
a Artajerjes en contra de Jerusalén, y éste decretó con poder y violencia que hicieran
cesar la reconstrucción de la casa de Dios; y la obra de la casa de Dios se detuvo hasta
el año segundo del reinado de Darío rey de Persia (vs. 7-24).

IX. LA OBRA DE RECONSTRUCCION CONTINUA


La obra de reconstrucción continuó gracias al ánimo y la ayuda de los profetas Hageo
y Zacarías, quienes profetizaron (5:1-2).

X. LA CONFIRMACION DEL DECRETO


DE DARIO REY DE PERSIA
Esdras 5:3—6:12 habla de la confirmación del decreto de Darío rey de Persia. Después
de detenerse la obra, los profetas Hageo y Zacarías alentaron al pueblo a continuar la
reconstrucción. Al mismo tiempo, la obra fue confirmada por el decreto de Darío rey
de Persia.

A. Cuestionan la reconstrucción
y la remiten a Darío
Tatnai, gobernador de la tierra del otro lado del Río (es decir, al poniente de Jordania),
y sus compañeros, inquirieron acerca de la reedificación, y fueron remitidos a Darío
rey de Persia (vs. 3-17).

B. Darío verifica el decreto de Ciro


En 6:1-12 vemos que Darío verifica la veracidad del decreto de Ciro y confirma que la
reconstrucción debe ser acelerada. Después de ser cuestionado acerca de la reconstruc-
ción, Darío verificó y confirmó el decreto de Ciro, enterándose de que Ciro había pro-
mulgado el decreto de liberar a Israel del cautiverio a fin de que regresaran a Jerusalén
y reconstruyeran la casa de Dios. Darío confirmó la existencia de tal decreto, y su con-
firmación animó y aceleró la reconstrucción.

XI. SE TERMINA LA RECONSTRUCCION


DE LA CASA DE DIOS
Los versículos 13-15 describen la terminación de la reconstrucción de la casa de Dios.

A. Prósperamente
La reconstrucción se completó con prosperidad por medio de las profecías emitidas
por los profetas Hageo y Zacarías (vs. 13-14).

B. El tercer día del mes de Adar


La obra de reconstrucción de la casa de Jehová fue terminada el tercer día del mes de
Adar, en el sexto año del reinado de Darío (v. 15).
XII. LA DEDICACION DE
LA CASA REEDIFICADA DE DIOS
Los versículos 16-18 hablan de la dedicación de la casa reconstruida de Dios.

A. Con gozo
La dedicación se hizo con el gozo de los sacerdotes, los levitas y los que habían nacido
en la cautividad (v. 16).

B. Con las ofrendas para la dedicación


y el sacrificio por el pecado
En la dedicación presentaron también ofrendas y un sacrificio por el pecado por todas
las tribus de Israel (v. 17). Esto indica que mientras ofrecían holocaustos para satisfacer
a Dios, no podían olvidarse de su pecado y por tanto, ofrecieron un sacrificio por éste.

C. Se establecen los servicios


de los sacerdotes y los levitas
Finalmente, como parte de la dedicación, fueron establecidos los servicios de los sacer-
dotes en sus turnos y de los levitas en sus grupos, como está escrito en la ley de Moisés
(v. 18).

XIII. LOS HIJOS DE LA CAUTIVIDAD


CELEBRAN LA PASCUA
El relato del regreso de los cautivos bajo la dirección real de Zorobabel concluye con la
celebración de la Pascua por parte de los hijos de la cautividad (vs. 19-22). La Pascua
era algo muy importante.

A. Los sacerdotes y los levitas se purifican


Cuando se celebró la Pascua, los sacerdotes y levitas se purificaron apartándose de toda
contaminación de las naciones en la buena tierra (vs. 20-21).

B. Continúan con la fiesta solemne


de los panes sin levadura
El pueblo continuó con regocijo la fiesta solemne de los panes sin levadura durante
siete días, por cuanto Jehová los había alegrado y había vuelto el corazón del rey de
Asiria hacia ellos, para fortalecer sus manos en la obra de la casa de Dios (v. 22). El rey
de Asiria era Darío de Persia, porque en aquel tiempo Asiria formaba parte de Persia.

En la actualidad muy pocos creyentes se interesan por edificar en su localidad una igle-
sia local apropiada como casa de Dios. Esto significa que Dios se queda sin casa. El
tiene un hogar en los cielos con los ángeles, pero requiere una casa edificada con la
humanidad, que concuerde con Su deseo. Dios anhela esta casa.

A nosotros en el recobro del Señor no nos gusta ver que los santos sean esparcidos. La
intención del recobro es que todos se unan y se edifiquen mutuamente como casa de
Dios en cada ciudad. Por medio de esta casa, Dios obtendrá Su reino.
Debemos anhelar ser librados del yo y de la vida natural para ser edificados con los
demás (véase Himnos, 358). Si queremos ser edificados, debemos ser corregidos, dis-
ciplinados y transformados. Entonces podremos juntarnos y ser edificados como casa
de Dios en cada localidad.

ESTUDIO-VIDA DE ESDRAS
MENSAJE CUATRO
EL REGRESO DEL CAUTIVERIO
BAJO EL LIDERAZGO SACERDOTAL DE ESDRAS
Lectura bíblica: Esd. 7—10
Dios hizo volver a Su pueblo del cautiverio para cumplir la promesa que había dado
por boca de Jeremías, de que el cautiverio sólo duraría setenta años (Jer. 25:11-12; Dn.
9:2), y los hizo volver en dos secciones. El primer grupo regresó bajo la dirección de
Zorobabel, un descendiente de la familia real, mientras que el segundo, bajo el lide-
razgo de Esdras, un sacerdote.

El primer grupo no necesitó el liderazgo sacerdotal de Esdras, sino la dirección real de


Zorobabel, un descendiente de la familia real, que sabía gobernar. Zorobabel gobernó
bastante bien, y tomó la iniciativa de restaurar el altar y el templo. Después de esto, la
necesidad pasó de la familia real al sacerdocio, a Esdras, un descendiente del sumo
sacerdote Aarón. Esdras no sólo era sacerdote sino también un escriba diestro en la ley
de Dios (Esd. 7:6). Ya que tenía esta capacidad, pudo satisfacer la necesidad.

I. EL REGRESO DEL CAUTIVERIO


BAJO LAS ORDENES DE ESDRAS
Los capítulos siete y ocho giran en torno al regreso del cautiverio bajo el mando de
Esdras.

A. El regreso inicia por petición de Esdras al rey


El regreso del cautiverio bajo el mando de Esdras se inició por una petición que éste
hizo ante el rey (7:1-10). Esdras debe de haber acudido al rey pidiéndole que concediera
a muchos judíos de su imperio la libertad de regresar a la tierra de sus padres. Como
veremos, el rey no sólo concedió a Esdras lo que pidió, sino también todo lo que nece-
sitaba.

1. La genealogía de Esdras
La genealogía de Esdras presentada en 7:1-5 indica que él era descendiente de Aarón,
el sumo sacerdote.

2. El rey accede a la petición de Esdras


El rey concedió lo que pidió Esdras, escriba diligente en la ley de Moisés (v. 6).

3. Llegan a salvo a Jerusalén


Esdras, junto con algunos de los hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas, los cantores,
los porteros y los servidores del templo salieron de Babilonia el primer día del primer
mes, en el séptimo año del rey Artajerjes, y llegaron a salvo a Jerusalén el primer día
del quinto mes, gracias a la buena mano de Dios.

El libro de Esdras no habla del Espíritu de Dios, pero sí menciona la mano de Dios en
varias ocasiones (7:6, 9, 28; 8:31). ¿Cuál es la diferencia entre el Espíritu de Dios y la
mano de Dios? Cuando el Espíritu de Dios labora interiormente, El es el Espíritu; y
cuando lo hace exteriormente, es la mano de Dios.

4. Esdras había dispuesto su corazón para inquirir y cumplir la ley de Jehová


Esdras dispuso su corazón para inquirir y cumplir la ley de Jehová y enseñar Sus esta-
tutos y ordenanzas (7:10). Debemos ver la diferencia que existe entre los estatutos y las
ordenanzas. Los Diez Mandamientos constituyen los elementos principales de la ley,
pero estos mandamientos tienen ciertos estatutos, que dan todos los detalles. Por ejem-
plo, el cuarto mandamiento tiene que ver con la observancia del día de reposo. Pero los
detalles de este mandamiento se hallan en los estatutos. Las ordenanzas son estatutos
a los que se han agregado juicios. Cuando se agrega un juicio a un estatuto, éste se
convierte en ordenanza. En cuanto al mandamiento de guardar el día de reposo, no
sólo hay estatutos que proporcionan los detalles con respecto al mandamiento, sino
también ordenanzas que enuncian el juicio que les acontecerá a los que lo quebranten.
Esdras no sólo había dispuesto su corazón para inquirir y cumplir la ley de Jehová, sino
también para enseñar Sus estatutos, con los detalles, y Sus ordenanzas, con los vere-
dictos y juicios.

B. El decreto de Artajerjes rey de Persia


Los versículos 11-28 hablan del decreto que Artajerjes, rey de Persia, dio a Esdras el
sacerdote y escriba.

1. Permite que los hijos de Israel, los sacerdotes


y los levitas vuelvan a Jerusalén
El rey permitió que los hijos de Israel, los sacerdotes y los levitas volvieran a Jerusalén
si quisiesen, con plata y oro y vasos (vs. 12-19). Esto significa que se les permitió ir
libremente con todas sus riquezas

2. Permite que se tome lo necesario


para la casa de Dios
El rey también permitió que la provisión necesaria para la casa de Dios, se tomara de
la casa de los tesoros del rey (v. 20).

3. Ordena a todos los tesoreros que concedieran prontamente todo lo que les pidiera
el sacerdote Esdras para la casa de Dios
El rey ordenó a todos los tesoreros que estaban al otro lado del gran río, el Eufrates,
que suministraran al sacerdote Esdras con todo lo que les pidiese para la casa de Dios
(vs. 21-23).

4. Ordena a los tesoreros que no


impongan tributo, contribución ni renta
Luego, el rey pidió a los tesoreros no imponerles tributo, contribución ni renta a los
sacerdotes, levitas, cantores, porteros y los servidores del templo, ni a los que sirven en
la casa de Dios (v. 24).

5. Autoriza a Esdras para que designe


a magistrados y jueces
Según los versículos 25-26, el rey autorizó a Esdras para que pusiera magistrados y
jueces que gobernaran al pueblo, que enseñaran las leyes de su Dios, y que ejecutaran
juicio según la ley de Dios y la ley del rey. En esto vemos que el rey hizo algo para
satisfacer sus propios intereses. Sin un hombre como Esdras, ¿quién estaría calificado
para mantener un orden apropiado entre el pueblo en la buena tierra? Al autorizar a
Esdras para que nombrara jueces y gobernadores, el rey de Persia mostró su inteligen-
cia, porque él sabía que las personas que Esdras nombraría no sólo ejecutarían juicio
según la ley de Dios sino también según la ley del rey.

6. Esdras bendice a Dios


Los versículos 27-28 relatan la bendición que Esdras dirige a Dios. El bendijo a Dios
por haber puesto el designio en el corazón del rey para honrar la casa de Jehová en
Jerusalén, declarando que Dios había inclinado hacia él su misericordia delante del
rey, y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Entonces Esdras
declaró que él fue fortalecido por la mano bondadosa de Jehová su Dios sobre él. Lo
que el rey hizo por Esdras, lo hizo por la mano de Jehová. Hasta cierto punto, el rey,
los consejeros y los príncipes poderosos, tal vez se dieron cuenta de que Dios estaba
con los judíos. La mano de Dios estaba allí, controlando todo soberanamente para el
beneficio de Sus elegidos.

C. El registro genealógico
En 8:1-20, vemos la genealogía de los que regresaron del cautiverio a Jerusalén.

D. Esdras proclama un ayuno


Esdras proclamó ayuno antes de salir de Babilonia, a fin de humillarse delante de Dios
para pedir un camino recto, y así no solicitar de parte del rey ni tropas ni jinetes que
les defendieran del enemigo en el camino (vs. 21-23). En lugar de pedir tropas, que el
rey habría proporcionado, Esdras puso su confianza en la buena mano de Dios.

E. Esdras aparta a doce hombres principales


de entre los sacerdotes
Esdras apartó a doce principales de los sacerdotes para que se encargaran de las ofren-
das de plata, oro y utensilios de la casa de Dios y para que trajeran todo esto a la casa
de Dios en Jerusalén (vs. 24-30). Era una responsabilidad importante, porque suponía
riesgo y peligro durante el viaje de Babilonia a Jerusalén.

F. El viaje y la llegada de los cautivos


que volvieron de la cautividad
Los versículos 31-34 describen el viaje y la llegada de los cautivos que volvían de la
cautividad.
1. Parten del río Ahava
Ellos partieron del río Ahava el duodécimo día del primer mes, y la mano de su Dios
estaba sobre ellos, y los libró de mano del enemigo y de emboscadas en el camino (v.
31).

2. Llegan a Jerusalén y entregan toda la plata,


el oro y los utensilios
Ellos llegaron a Jerusalén y entregaron toda la plata, el oro y los utensilios a la casa de
Dios después de pesarlos (vs. 32-34). Esto indica que entregaron estas riquezas con
mucho cuidado.

G. Los cautivos que regresan


traen ofrenda a Dios
El versículo 35 habla de las ofrendas que presentaron a Dios los hijos de la cautividad,
los que regresaron. En cuanto llegaron, ofrecieron holocaustos y un sacrificio por el
pecado.

H. Los cautivos que volvieron


entregan el decreto del rey
Los hijos de la cautividad, los que regresaron, entregaron los decretos del rey a sus
sátrapas y a los gobernadores del otro lado del río, los cuales sostuvieron al pueblo y la
construcción de la casa de Dios (v. 36).

II. LOS CAUTIVOS QUE REGRESARON SE PURIFICAN DE LA


CONTAMINACION DE LAS ESPOSAS EXTRANJERAS
Los capítulos nueve y diez relatan cómo los cautivos que regresaron se purificaron de
la contaminación engendrada por las esposas extranjeras. Dios había exhortado a los
hijos de Israel, cuando entraron en la buena tierra, a que no contrajeran matrimonio
con los pueblos de aquel país. Pero en el tiempo de Esdras, no sólo la gente común sino
también los sacerdotes y los levitas tenían esposas extranjeras.

A. Iniciada por los oficiales


de los cautivos que regresaron
Esta purificación la iniciaron los oficiales de los cautivos que volvieron (9:1-2). Ellos
acusaron al pueblo de Israel, a los sacerdotes y a los levitas de no haberse separado de
los pueblos de aquellas tierras y de haber tomado las hijas de las naciones para sí y para
sus hijos, mezclando así el linaje santo con pueblos abominables. Así, acusaron a los
príncipes y a los gobernadores de haber sido los primeros en ser infieles a Dios.

B. La reacción de Esdras
Los versículos 3-15 describen la reacción de Esdras.

1. Rasga sus vestidos


Esdras rasgó sus vestidos y arrancó pelo de su cabeza y su barba, y se sentó angustiado,
rodeado de los que temblaban a las palabras del Dios de Israel (vs. 3-4). Los que temían
las palabras de Dios eran los fieles.
2. Hace una confesión completa de las iniquidades de los hijos de Israel
Esdras confesó todas las iniquidades de los hijos de Israel desde los tiempos de sus
padres hasta sus días, declarando que por sus iniquidades sus reyes y sacerdotes fueron
entregados en manos de los reyes de la tierra, al cautiverio y a la vergüenza (vs. 5-7).

3. Agradece a Dios por haber dejado


un remanente libre
Esdras agradeció a Dios por haber preservado un remanente libre, por haber dado un
lugar seguro en su santuario, y por la misericordia que les concedió delante de los reyes
de Persia, para reavivarlos, levantar la casa del Dios de ellos, y darles un muro en Judá
y en Jerusalén (vs. 8-9).

4. Confiesa que se han contaminado


Esdras confesó que ellos se habían contaminado con la inmundicia y las abominaciones
de los cananeos, al buscar paz y prosperidad, perdiendo así el derecho a disfrutar de la
buena tierra de la promesa y a entregarla como herencia a sus hijos para siempre (vs.
10-15). Esdras confesó que al tomar esposas extranjeras, el pueblo despreció y descuidó
su derecho a disfrutar de la buena tierra y como resultado, Dios los entregó a la cauti-
vidad.

C. La reacción de la congregación
En 10:1-5, vemos cómo reaccionó la congregación.

1. Lloran amargamente
por su infidelidad hacia su Dios
El pueblo reaccionó llorando amargamente por su infidelidad hacia su Dios al contraer
matrimonio con las mujeres de los pueblos circunvecinos (vs. 1-2).

2. Hacen pacto con su Dios


Ellos también hicieron pacto con su Dios, por el cual despidieron a sus esposas extran-
jeras y a los nacidos de ellas, según les aconsejó Esdras y aquellos que temblaban ante
el mandamiento de su Dios (v. 3).

3. Animan a Esdras a ser fuerte y responsable


El pueblo alentó a Esdras a ser fuerte y asumir sus responsabilidades. Entonces ellos
juraron que harían conforme a este acuerdo (vs. 4-5).

D. La decisión final
Esdras 10:6-44 relata la decisión final. Se proclamó a todos los hijos de Israel por toda
Judá y Jerusalén que debían reunirse en Jerusalén dentro de tres días (vs. 6-9). Luego
decidieron separarse de los pueblos de aquella tierra y de las mujeres extranjeras (vs.
10-14, 16-17). Sin embargo, algunos se opusieron a tal decisión, apoyados por un levita
(v. 15). Finalmente, se estableció una lista de todos los hombres que habían contraído
matrimonio con mujeres extranjeras (vs. 18-44).
Hemos visto que Esdras da mucho énfasis al asunto de la mano de Dios. Por Su mano,
Dios entregó a los hijos de Israel a la cautividad; y también por Su mano, los sacó de
su cautiverio y los volvió a la tierra de sus antepasados. Así vemos que el mismo Dios
hizo dos cosas diferentes: entregó Su pueblo en manos de sus enemigos como cautivos,
y luego los liberó del cautiverio y los devolvió a su patria. Esdras, un hombre sabio,
entendía esto perfectamente.

Esdras se dio cuenta de que el primer regreso no fue perfecto, ni completo, y que se
necesitaba alguien versado en la ley de Dios para que ayudara al pueblo a conocer a
Dios no sólo de manera general, sino conforme a lo que Dios había hablado. Esdras
tenía tal capacidad, y se ofreció para presentarse ante el rey y solicitar de él un decreto
que les permitiera a los judíos hacer todo con libertad.

El capítulo uno de Esdras revela que Dios despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia,
para que proclamara la reconstrucción de la casa de Dios (vs. 1-2). Este capítulo mues-
tra también que Dios despertó el espíritu de los jefes de las casas paternas de Judá y de
Benjamín, de los sacerdotes, y de los levitas para que subieran a Jerusalén y edificaran
la casa de Dios (v. 5). Dios se mantuvo oculto, pero al final de los setenta años, vino y
despertó el espíritu de Ciro. Ciro debe de haber estado contento de que el gran imperio
de Babilonia estuviera en sus manos, y con respecto a los judíos, él pudo haber querido
hacer algo opuesto a lo que los babilonios habían hecho. En términos humanos, Ciro
tomó la iniciativa de promulgar el decreto. Pero en realidad, Dios mismo inició esto de
una manera oculta. Por consiguiente, fue Dios quien inició el primer regreso de Babi-
lonia a Jerusalén.

El segundo regreso lo inició Esdras, sacerdote y escriba diligente en la Palabra de Dios.


Esdras se presentó ante el rey para que le concediera su solicitud (7:6). Así vemos que,
a veces Dios despierta personalmente nuestro espíritu para que hagamos algo por El.
No obstante, a menudo Dios permanece en secreto, pues se da cuenta de que es mejor
que hagamos algo porque tenemos la capacidad, como la tenía Esdras. En estas cir-
cunstancias, Dios se hace responsable de lo que hacemos. El estará en las cosas que
iniciemos nosotros o que El mismo inicie, extendiendo Su mano en todo para ayudar-
nos.

ESTUDIO-VIDA DE ESDRAS
MENSAJE CINCO
SE NECESITAN MUCHOS ESDRAS,
PERSONAS VERSADAS EN LA PALABRA DE DIOS
Lectura bíblica: Esd. 7:6, 10; 1:7-11
La Biblia es única, y todo lo que contiene reviste gran importancia. Al comienzo de ésta
vemos que Dios creó a Adán como una criatura según Su especie (Gn. 1:26). Adán per-
tenecía al género divino en imagen y semejanza, mas no en vida, naturaleza ni consti-
tución. Pero el anhelo de Dios era que Adán fuese de Su especie no sólo en semejanza,
sino también en vida, en naturaleza y aun en constitución.

DIOS DESEABA QUE ISRAEL FUESE SU TESTIMONIO


En Génesis 3:15 Dios prometió que El vendría a ser la simiente de la mujer. Posterior-
mente profetizó que El también sería la simiente de Abraham, y que sería la bendición
para todas las naciones (22:18). Finalmente, Dios mismo se encarnó como hombre. Sin
embargo, El primero llevó a cabo una labor continua durante más de mil años para
producir y formar la nación de Israel como un tipo importante.

En primer lugar, Dios escogió a Abraham, cuyos descendientes cayeron en Egipto. Des-
pués, envió a Moisés para que los sacara de allí como una gran nación de aproximada-
mente dos millones de personas, y él los trajo al monte de Sinaí, donde permanecieron
casi un año siendo educados por Dios. Dios deseaba que Israel fuera Su testimonio,
pero la cultura egipcia en la que habían estado sumergidos, los convertía más bien en
un testimonio de Egipto. Por esta razón, Dios los mantuvo en el monte de Sinaí para
darles los Diez Mandamientos, los estatutos de los Diez Mandamientos, las ordenanzas
de los estatutos, el tabernáculo con todo su mobiliario y todas las ofrendas, el sacerdo-
cio, y todas las fiestas; todo esto con miras a forjar en ellos una constitución celestial y
divina, en lugar de la constitución egipcia que tenían.

EN TIPOLOGIA, LA NACION DE ISRAEL


ESTABA FORMADA DE DIOS-HOMBRES,
LOS CUALES, AL FINAL, SE DEGENERARON
Como resultado de ese tiempo de educación y entrenamiento, la nación de Israel no
sólo se convirtió en un ejército bien formado y organizado, sino que también adquirió
una constitución divino-humana, humano-divina. Por tanto, en tipología, los Israelitas
eran Dios-hombres, y todo lo que se relacionaba con ellos, aun su entorno con relación
a la columna de nube de día y a la columna de fuego de noche, era la expresión misma
de Dios. Su salida era la salida de Dios (Sal. 68).

Sin embargo, al poco tiempo, los hijos de Israel ya no expresaban a Dios, y El los dejó
morir en el desierto. Entonces Dios levantó la segunda generación, y fueron ellos quie-
nes cruzaron el río Jordán mediante un gran milagro. Como un ejército celestialmente
constituido, llegaron a Jericó. Así que, cuando gritaron, la ciudad de Jericó cayó. Este
era el testimonio de Dios, Su mover en la tierra, la vida de los Dios-hombres, era Dios
mismo avanzando. No obstante, cuando llegaron a la ciudad de Hai, uno de ellos los
hizo fracasar. Desde aquel momento, los israelitas sólo conocieron la degradación. Dios
envió profetas para que les advirtiera y los hiciera volver a Dios, pero ellos se negaron.
Finalmente, Dios trajo a los babilonios para que conquistaran la buena tierra y llevaran
al pueblo de Israel cautivo a Babilonia, a fin de que fuesen disciplinados y castigados.

EL REGRESO DEL PUEBLO DE DIOS BAJO ZOROBABEL


Dios no podía olvidarse de la buena tierra, la tierra prometida, la tierra de Emanuel (Is.
8:8). La buena tierra debe ser la tierra de los Dios-hombres, quienes constituyen el
testimonio de Dios. Hubo un primer regreso bajo la dirección de Zorobabel, un des-
cendiente de la familia real. Le correspondía a él tomar la delantera en el primer re-
greso del cautiverio, pues él tenía la capacidad de administrar y gobernar. Así que, él
fue un gobernador fuerte, quien condujo al pueblo en la reconstrucción del templo y el
altar.

SE NECESITABA UN ESDRAS
Sin embargo, el pueblo seguía desobedeciendo a Dios, porque su constitución era ba-
bilónica. Por ende, se requería un Esdras, un sacerdote que sirviera a Dios y que fuera
un escriba, es decir, un erudito versado en la Palabra de Dios, experto en la ley de Moi-
sés (Esd. 7:6, 11). El poseía la constitución y cultura celestial y divina. Esdras reunió al
pueblo y no sólo confesó su propio pecado, sino también el de todo Israel, y se propuso
volverlos a la Palabra de Dios.

LOS ANCIANOS TIENEN LA RESPONSABILIDAD DE ENSEÑAR


LAS VERDADES A LOS SANTOS
En la vida de iglesia hoy, la responsabilidad principal de los ancianos consiste en ense-
ñar las verdades a los santos. La Biblia declara que un anciano debe ser apto para en-
señar (1 Ti. 3:2). Pablo revela que ciertos ancianos pueden dejar sus empleos y dedi-
carse a laborar “en la predicación y en la enseñanza” y ser apoyados por la iglesia (5:17-
18). Sin embargo, he observado que algunos ancianos tienen deficiencias en el conoci-
miento de la verdad y ni siquiera saben los temas que forman parte de la ella.

Tomemos por ejemplo la invocación del nombre del Señor. Invocar al Señor, ¿es una
verdad? No, no lo es, es una práctica. Invocar el nombre del Señor es necesario, y de-
bemos practicarlo a diario, pero no constituye una verdad. Asimismo, el bautismo, el
presbiterio, el lavamiento de los pies y el orar-leer, no son verdades. Por otra parte, la
justificación por la fe sí es una verdad. La regeneración, la santificación, la renovación,
la transformación, la conformación, la transfiguración, el ser hechos Dios en vida y
naturaleza mas no objeto de adoración, sí constituyen verdades.

Algunos ancianos hablan de las prácticas de vida, tales como invocar al Señor, orar-
leer, orar sin cesar, no apagar al Espíritu y no menospreciar las profecías, pero no saben
enseñar las verdades a los santos. Por ejemplo, si se les pregunta acerca de la santifi-
cación, tal vez sólo contesten que ser santificado significa ser separado para Dios. Si se
les pregunta en cuanto a la diferencia entre la santificación y la renovación, quizás no
sepan contestar. Por consiguiente, vuelvo a decir que todos los ancianos deben conocer
las verdades y tener la capacidad de enseñarlas a los demás.

Los ancianos deben dedicar mucho tiempo a estudiar las verdades. Este es su deber, su
responsabilidad. Todo aquel que acepta el nombramiento de anciano, debe cumplir
esta responsabilidad. Como Esdras, todos los ancianos y colaboradores deben ser ver-
sados en la Palabra de Dios.

UNA GRAN HAMBRE POR TODA LA TIERRA


Por toda la tierra existe una gran hambre de la Palabra de Dios. En el cristianismo
actual, tanto en el catolicismo como en el protestantismo, se enseña muy poco de la
verdad. En muchos lugares, en vez de impartir la verdad, se siguen supersticiones y
paganismos. Por ejemplo, en toda América latina hay muy poca verdad; yo diría que
ésta es la razón por la que nuestras publicaciones, las cuales están llenas de la verdad,
sean tan aceptadas allí. En América Latina, la gente que ama a Dios también valora
nuestras publicaciones. Estas publicaciones abarcan toda la Biblia, desde la primera
página hasta la última.
SE NECESITAN LOS ESDRAS QUE PRODUZCAN
UN PUEBLO CONSTITUIDO
DE LAS VERDADES CELESTIALES
El hermano Nee y yo mismo dedicamos mucho tiempo a versarnos en la Palabra. Mu-
cho de lo que hemos aprendido se ha publicado. Prácticamente hemos terminado el
estudio-vida de toda la Escritura, y hemos empezado lo que llamamos el estudio de
cristalización. Hoy no sólo se necesitan los Zorobabeles, sino principalmente los Es-
dras. Sería indecoroso que un anciano tomara ciertas decisiones y esperara que los
santos las siguieran, pero que no los visitara para enseñarles las verdades. La función
principal de los ancianos no consiste en ejercer autoridad, sino en visitar a los santos
para pastorearlos, alimentarlos y cuidar de ellos, trasmitiéndoles las verdades. Hoy ne-
cesitamos Esdras que enseñen al pueblo, que los eduquen y que forjen en ellos las ver-
dades celestiales.

TIPOS DE LAS RIQUEZAS DE CRISTO


Le doy gracias al Señor porque a pesar de nuestras carencias en muchos aspectos, El,
por Su propio bien, ha extendido Su recobro, con Sus riquezas, a más de dos mil ciu-
dades a través de toda la tierra. Cuando los Israelitas regresaron a Jerusalén, fueron
despertados, se levantaron y trajeron 5,400 utensilios de oro y de plata (Esd. 1:7-11).
Eran los utensilios que Nabucodonosor había saqueado de Jerusalén y había colocado
en la casa de sus dioses. Durante el primer regreso del cautiverio, todos estos utensilios
fueron devueltos a Jerusalén. Dichos utensilios eran tipos de las riquezas de Cristo.
Después de llegar a este país, presenté mensajes sobre las inescrutables riquezas de
Cristo, y escribí también un himno que habla de ellas (Himnos, 254). En Efesios 3:8,
Pablo habla no sólo de las riquezas de Cristo, sino de las riquezas inescrutables de
Cristo. Hoy disfrutamos las riquezas de Cristo por medio de Su palabra.

EL SEÑOR OBRA EN SU RECOBRO


POR MEDIO DE SU PALABRA
En Su recobro, el Señor obra mediante Su palabra, por medio de la verdad. Su palabra
está en la Biblia, pero la Biblia debe ser interpretada debidamente, y esta interpretación
se encuentra en los estudios-vida. Si los colaboradores y los ancianos estudian todas
nuestras publicaciones, se levantarán muchos Esdras en el recobro del Señor, los cua-
les producirán un pueblo constituido de las verdades celestiales.

ESTUDIO-VIDA DE NEHEMIAS
MENSAJE UNO
INTRODUCCION DEL LIBRO E HISTORIA DE LA RECONSTRUCCION
DEL MURO DE LA CIUDAD DE JERUSALEN BAJO EL MANDO DE
NEHEMIAS
Lectura bíblica: Neh. 1—7
Con este mensaje empezamos el estudio-vida de Nehemías.

I. INTRODUCCION
A. El libro de Nehemías relata la historia de
la reconstrucción del muro de la ciudad
de Jerusalén
El libro de Esdras narra la historia del regreso de Israel de su cautividad y la recons-
trucción de la casa de Dios, como inicio del recobro que Dios lleva a cabo entre Sus
elegidos, quienes son Su testimonio en la tierra conforme a Su economía. El libro de
Nehemías habla de la reconstrucción del muro de la ciudad de Jerusalén, lo cual cons-
tituía la continuación de dicho recobro, el cual hace posible que Dios obtenga Su testi-
monio y cumpla así Su economía.

B. El escritor
El autor de este libro es Nehemías, cuyo nombre significa “el consuelo de Jehová”. El
era copero del rey (1:11b). El libro describe la confianza que Nehemías tenía en Dios en
medio de las pruebas y los ataques de sus enemigos.

C. La época
El contenido del libro abarca un período de aproximadamente doce años, entre 446 y
434 a. de C.

D. El contenido
El contenido de este libro es la reconstrucción del muro de la ciudad de Jerusalén, que
había sido destruida por los enemigos de Israel, y el subsecuente recobro del servicio y
la adoración de Israel a Dios. En estos mensajes, emplearé la palabra constitución para
definir dos asuntos: el servicio y la adoración. El servicio más la adoración equivalen a
la constitución.

E. El énfasis
El énfasis del libro de Nehemías es que la ciudad de Jerusalén tenía como fin servir de
salvaguardia y protección para la casa de Dios, que se ubicaba en ella. Esto significa
que la casa de Dios, Su morada y hogar en la tierra, requiere que Su reino se establezca
como un dominio o esfera para salvaguardar Sus intereses sobre la tierra, con miras a
Su administración, esto es, para llevar a cabo Su economía. La reconstrucción de la
casa de Dios tipifica que Dios recupera la iglesia degradada, y la reconstrucción del
muro de la ciudad de Jerusalén habla de que Dios recupera Su reino. Vemos que la
edificación de la casa de Dios y la edificación de Su reino van juntos (Mt 16:18-19). La
casa de Dios sobre la tierra requiere que el reino de Dios la guarde, y lleve a cabo Su
economía eterna.

F. Las secciones
El libro de Nehemías consta de dos secciones, que son: la reconstrucción del muro de
la ciudad de Jerusalén bajo el mando de Nehemías (caps. 1-7) y el restablecimiento de
los escogidos de Dios (caps. 8-13).

II. LA RECONSTRUCCION DEL MURO DE JERUSALEN BAJO EL


MANDO DE NEHEMIAS
A. El informe de la condición en que
se hallaba Jerusalén
En 1:1-3, tenemos un informe sobre la condición en que se hallaba Jerusalén. Según
este informe, el remanente de los que volvieron de la cautividad se encontraba en una
condición terrible y en afrenta (v. 3a). El muro de Jerusalén estaba derribado y sus
puertas quemadas (v. 3b).

B. Nehemías ayuna y ora


En su ayuno y oración (vs. 4-11), Nehemías primero alabó a Dios por lo que El es, lo
alabó por guardar Su pacto y por Su benignidad para con los que le aman y guardan
Sus mandamientos (v. 5). Luego, confesó los pecados de los hijos de Israel (vs. 6-7) y
pidió a Dios que recordara Su promesa dada a Moisés, de que volvería del cautiverio a
Su pueblo, aun desde los confines del cielo, al lugar de Su morada (v. 8-9). Nehemías
se basó en la palabra de Dios y oró conforme a ella. Así que, Dios estaba comprometido
por Sus propias palabras. Nehemías pidió a Dios que oyera su oración y la de los que
se deleitaban en temer Su nombre, y que lo prosperara y le concediera hallar gracia
delante de Artajerjes rey de Persia (vs. 10-11a).

C. El rey favorece a Nehemías


concediéndole permiso
En 2:1-8, vemos que Nehemías obtiene el favor del rey quien le concede permiso.

D. Nehemías viaja a Jerusalén


y observa personalmente la situación
Los versículos 9-16 relatan el viaje de Nehemías a Jerusalén y sus observaciones per-
sonales acerca de la condición en la que se hallaba el muro de la ciudad. A los líderes
de los moabitas y los amonitas les disgustó que Nehemías procurara el bien de los hijos
de Israel (v. 10). Los moabitas y los amonitas, descendientes de los hijos de Lot, odia-
ban y despreciaban a los hijos de Israel.

E. La reconstrucción del muro de Jerusalén


Nehemías 2:17-20 describe la reconstrucción del muro de Jerusalén. Los principales de entre
los moabitas y los amonitas hicieron escarnio de los hijos de Israel, les despreciaron y les pre-
guntaron si se iban a rebelar contra el rey al hacer esto (v. 19). Nehemías contestó: “El Dios de
los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque
vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén” (v. 20). Esta respuesta indica que
Nehemías era una persona determinada. Ciertamente él no era un cobarde. Un cobarde no puede
ser siervo de Dios.

F. Una crónica de la construcción del muro


en sus diferentes secciones
El capítulo tres relata consecutivamente la construcción del muro, llevada a cabo por los hijos
de Israel, los sacerdotes y los levitas.

G. Los obstáculos presentados por el enemigo


El capítulo cuatro describe los estorbos que interpuso el enemigo.
1. Los enemigos de Israel se enojan
Los enemigos de Israel se enojaron mucho, se enfurecieron en gran manera y se burlaron de los
judíos, menospreciando su edificio (vs. 1-3).

2. Nehemías confía en Dios


Nehemías confió en Dios pidiéndole que les quitara la afrenta de sobre ellos; así que, los judíos
edificaron el muro, el cual fue terminado hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo
ánimo para trabajar (vs. 4-6), diciendo: hoy, por mucho que se burlen de nosotros y nos menos-
precien, debemos tener ánimo para edificar y hacerlo con ahínco.

3. Los enemigos se enardecen al saber


que la construcción avanzaba
Los enemigos se encolerizaron mucho porque la construcción avanzaba, y conspiraron todos a
una para oponerse a Jerusalén (vs. 7-8).

4. Los judíos oran a su Dios


y ponen guardas en contra de los enemigos
Los judíos oraron a su Dios y, siguiendo las instrucciones de Nehemías, pusieron guardias en
contra de los enemigos día y noche, listos para luchar con armas, y alentados por Nehemías a
recordar al Señor, grande y temible, y a pelear por sus familias; y la mitad de los siervos de
Nehemías trabajaban en la obra, y la otra mitad tenía las armas estando listos para combatir.
Unos edificaban el muro y otros acarreaban, con una mano edificando y con la otra sosteniendo
el arma. El que tocaba la trompeta estaba junto a Nehemías, a fin de reunirlos para la batalla, y
confiaban que su Dios pelearía por ellos. Esto indica que, como comandante en jefe, Nehemías
tomó la delantera en vigilar. Así que, ellos estaban dedicados por completo a la obra, y la mitad
de ellos llevaba lanzas desde el alba hasta que salían las estrellas, y ni Nehemías ni sus hermanos
ni sus siervos, ni los hombres de la guardia se quitaban su vestido; cada uno tenía su arma en
su diestra (vs. 9-23).

Por una parte, los hijos de Israel se preparaban para pelear; pero por otra, confiaban en que Dios
lucharía por ellos. También en esto eran diligentes. Los cobardes pueden argumentar que no
hay necesidad de hacer nada porque Dios lucha por ellos, pero la realidad del caso es que Dios
ayuda a los que se ayudan. Si usted no se ayuda a usted mismo, Dios no le ayudará. La historia
muestra que Dios no ayuda a los cobardes. Las personas diligentes fueron las que recibieron
ayuda de parte de Dios.

H. Se resuelve el problema interno


El capítulo cinco gira en torno a la solución del problema interno. A menudo, mientras lucha-
mos exteriormente, enfrentamos problemas internos.

1. La queja del pueblo


El pueblo se quejó de que los nobles y los gobernadores cobraban impuesto (vs. 1-5).

2. Nehemías les reprende y toma una resolución


Los versículos 6-13 hablan del reproche y de la resolución de Nehemías. El convocó una gran
asamblea contra los nobles y oficiales y les reprendió por no andar en el temor de su Dios, y
que eran oprobio de las naciones enemigas (vs. 7-9). Ellos debían temer a Dios por causa del
oprobio y la oposición de las naciones.

Nehemías, sus hermanos y sus siervos habían dado ejemplo al prestar gratuitamente dinero y
grano a los demás, así que ordenó a los nobles y los oficiales que dejaran de cobrar interés (vs.
10-11). Los nobles y los oficiales respondieron que harían lo que Nehemías había determinado.
Entonces Nehemías convocó a los sacerdotes y les hizo jurar solemnemente, advirtiéndoles que
Dios despojaría de su casa y de sus posesiones al hombre que no cumpliere esta promesa (vs.
12-13a). La asamblea respondió: “¡Amén!” alabando a Jehová y actuaron conforme a lo pro-
metido (v. 13b).

3. El buen ejemplo de Nehemías


En los versículos 14-19, vemos el buen ejemplo de Nehemías.

a. No comió del pan asignado al gobernador


Durante doce años ni él ni sus hermanos comieron del alimento asignado al goberna-
dor, a causa del temor de Dios (vs. 14-15).

b. Se dedicó a la obra del muro de la ciudad


Nehemías se dedicó a la obra del muro de la ciudad, él, sus hermanos y sus siervos,
quienes se reunieron allí para la obra, no adquirieron tierras. Esto indica que no reci-
bieron ninguna clase de pago. Por el contrario, él alimentó con abundancia a ciento
cincuenta judíos y oficiales, además de los que venían a él de las naciones circunveci-
nas, sin exigir el pan asignado al gobernador, pues la servidumbre del pueblo era grave
(vs. 16-18).

c. Pide a Dios que se acuerde de él para bien


Nehemías pidió a Dios que se acordara de él para bien, y tuviera presente todo lo que
hizo por este pueblo (v. 19). El tenía la posición para pedirle eso a Dios.

Debemos observar que Nehemías, el gobernador, en la posición de rey, era un hombre


que tenía un corazón puro, interesado únicamente en reconstruir el muro de Jerusalén,
para que se realizara la economía de Dios, sin egoísmos, y sin intereses personales ni
concupiscencias, de lo cual estuvieron llenos todos los reyes, incluyendo a David; de
modo que estaba calificado para disfrutar la mejor porción, el reinado en la buena tie-
rra que Dios había prometido a Sus elegidos. En lugar de mirar por sus propios intere-
ses, él alimentó a los demás con el propósito de edificar el muro. En la historia de la
humanidad, él podría ser el único líder de una nación que se condujo de esta manera.
Por eso, Dios lo pudo usar.

I. Otro obstáculo puesto por los enemigos


Nehemías 6:1-14 describe otro obstáculo puesto por los enemigos. Primero, hacen un
acuerdo fraudulento con el fin de conspirar para matar a Nehemías (vs. 1-4). Ellos pro-
firieron calumnias y amenazas para debilitar sus manos en la obra; pero Nehemías pi-
dió a Dios: “Ahora, pues, oh Dios, fortalece mis manos!” (vs. 5-9). Finalmente, el
enemigo actuó con alevosía, sobornando falsos profetas y a una falsa profetisa, para
que Nehemías pecara y que eso le sirviera de mal nombre, con miras a infamarle. Pero
Nehemías oró a Dios, pidiéndole que recordara lo que ellos hacían (vs. 10-14).
J. Se concluye la edificación
En 6:15—7:4, vemos que se concluye la reedificación. La construcción fue terminada el
día veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días (6:15). Todos los enemigos y
todas las naciones circunvecinas temieron y se sintieron humillados a los ojos de ellos,
pues sabían que esta obra se había hecho con la ayuda de Dios (v. 16). Los versículos
17-19 hablan de la intimidación por parte de Tobías, quien estaba emparentado con los
judíos que se habían casado con mujeres extranjeras. En 7:1-4, Nehemías encargó a su
hermano Hanani y al jefe de la fortaleza la vigilancia de Jerusalén. Hanani era “varón
de verdad y temeroso de Dios, más que muchos” (v. 2). Por último, Dios puso en el
corazón de Nehemías que empadronara a los cautivos que habían regresado, según sus
respectivas genealogías, para incrementar la población de Jerusalén (vs. 5-73; cfr. Esd.
2:1-70).

Nehemías recibió ayuda de Dios para llevar a cabo con gran éxito la obra de reconstruir
el muro de la ciudad de Jerusalén. Vale la pena que nosotros hoy en día, sobre todo los
responsables en las iglesias, consideremos bien su ejemplo.

ESTUDIO-VIDA DE NEHEMIAS
MENSAJE DOS
EL DINAMISMO DE NEHEMIAS
Lectura bíblica: Neh. 1:1—2:8, 17-20
En este mensaje hablaremos del dinamismo de Nehemías y de la necesidad de experi-
mentarlo en el recobro actual del Señor.

TRES SECCIONES DE LA OBRA


RELACIONADA CON LA CASA DE DIOS
Y EL REINO DE DIOS
Los libros de Esdras y Nehemías describen el regreso de los cautivos, de Babilonia a
Jerusalén, para reconstruir el templo y restaurar el muro con miras a establecer la casa
de Dios y el reino de Dios. Se requería una obra en tres etapas para que Dios pudiera
obtener una casa y un reino sobre la tierra. Primero, algunos cautivos debían regresar
de Babilonia, ir a Jerusalén y echar los cimientos para formar de nuevo la nación. Esto
requería de un gobierno y una administración sólidas. Segundo, se necesitaban la en-
señanza y la educación para introducir al pueblo en una cultura conforme a Dios. Esta
cultura no tenía nada que ver con las culturas egipcia, cananea, ni babilónica; por el
contrario, era una cultura que pertenecía al género divino, una cultura que expresaba
a Dios. Esta cultura requería de mucha educación. Tercero, era necesario forjar la na-
ción con una constitución orgánica. Esta sección de la obra tenía que ver con la consti-
tución intrínseca del pueblo de Dios.

La palabra constitución es ambigua. Según su uso general se refiere a un documento


escrito, que es la constitución de un país, por ejemplo, la constitución de los Estados
Unidos de América. Esta manera de entender la constitución es demasiado superficial.
En nuestro uso, la palabra constitución se refiere a algo orgánico que tiene muchos
elementos. Si el gobierno de un país está constituido no sólo de manera constitucional
sino también orgánicamente, ese gobierno no estará inanimado; más bien, será un go-
bierno vivo y orgánico.

El liderazgo de Zorobabel
Al final de los setenta años del cautiverio babilónico, el Dios omnipotente y soberano
se movió de manera secreta y despertó en el rey Ciro la determinación de liberar a los
cautivos israelitas para que volviesen a su propia tierra y edificaran el templo de Dios
(Esd. 1:1-4). Además, el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Dios, que Nabucodo-
nosor había tomado de Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses (v. 7). Dichos
utensilios fueron devueltos a Jerusalén (v. 11). Este regreso del cautiverio se efectuó
bajo la dirección real de Zorobabel, un descendiente de la familia real de David (2:1-2).
Si estudiamos con detenimiento la crónica bíblica, veremos que él era un gobernador
firme y muy capaz para dirigir al pueblo.

El liderazgo de Esdras
Más adelante, hubo un segundo regreso del cautiverio, que se llevó a cabo bajo el lide-
razgo sacerdotal de Esdras, un descendiente de la familia sacerdotal. Esdras no era un
oficial de alto rango en Persia; él era un sacerdote y un escriba versado en la ley de
Moisés (7:6). A pesar de no tener una posición elevada, fue muy valiente, fuerte y di-
námico cuando presentó la petición al rey de Persia. Y el rey le concedió todo lo que
pidió.

En realidad, quien inició la petición no fue Dios, sino Esdras. Con esta iniciativa, él
mostró que confiaba en Dios y que era uno con El. Ciertamente Esdras era versado en
la Palabra de Dios y conocía el corazón de Dios, Su deseo, Su economía. Debido a esto,
era una persona de excelente carácter y gozaba de buena reputación delante del rey. Si
no hubiera sido así, el rey no habría permitido que nombrara gobernadores y jueces (v.
25).

El liderazgo de Nehemías
Nehemías, hijo de Hacalías, no era ni consejero del rey ni capitán del ejército. El era
un simple copero, es decir, el que servía vino al rey, pero su vida y su conducta deben
de haber sido ejemplares, pues se ganó el respeto del rey. Nehemías nunca había estado
triste en presencia del rey (Neh. 2:1), y un día, éste le preguntó: “¿Por qué está triste tu
rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón” (v. 2). Nehemías
era muy dinámico y aprovechó esta oportunidad, diciendo: “Para siempre viva el rey.
¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres,
está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?” (v. 3). El rey le preguntó que cuál
era su petición, y Nehemías le pidió al rey que le enviara a Judá para reconstruir la
ciudad de sus padres (v. 5). Nehemías añadió que se le dieran cartas para los goberna-
dores para facilitarle el paso. Además, pidió una carta para Asaf, guarda del bosque,
para que le diera madera (vs. 7-8). Y el rey concedió a Nehemías todo lo que había
pedido.

EL DINAMISMO Y LA DETERMINACION DE NEHEMIAS LO HI-


CIERON ENTREGARSE VOLUNTARIAMENTE A CUMPLIR LA
CARGA QUE SENTIA
No vemos que Dios haya despertado a Nehemías. Por el contrario, según 1:1-2, él pre-
guntó a uno de sus hermanos y a algunos varones de Judá por los judíos que habían
escapado, los que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. A lo que le contes-
taron que el pueblo estaba en gran mal y afrenta, que el muro de Jerusalén estaba de-
rribado y sus puertas quemadas a fuego (v. 3). Cuando Nehemías oyó este informe,
lloró, lamentó, ayunó y oró (v. 4). El no convocó ninguna reunión de oración ni pidió a
los que le dieron el informe que orasen por aquella situación. Antes bien, el oró solo
motivado por una carga auténtica.

En principio, estos tres aspectos: el gobierno, la educación y la constitución, han estado


presentes en el recobro del Señor a través de los siglos. Dios levanta y despierta a unos,
y otros se ofrecen por sí mismos. Algunos ocupan altas posiciones, y otros son gente
común, pero todos deben ser valientes, de carácter firme y dinámicos. Todos los que
Dios ha usado en la historia han sido personas dinámicas. Por ejemplo, Pablo y Martín
Lutero eran muy dinámicos. El hermano Nee era todo un caballero, pero era también
muy dinámico.

No hay duda que Nehemías era una persona dinámica. El se ofreció a sí mismo, en
cierto sentido no a Dios, sino a su carga. El sentía la carga de reconstruir la ciudad de
Jerusalén, y Dios usó mucho su dinamismo.

Ciertamente hoy en el recobro del Señor hay muchos santos íntegros, pero la mayoría
carece de dinamismo. Si entre nosotros hubiera al menos cinco mil hermanos dinámi-
cos, afectaríamos a todo el mundo. Si tan solo hubiera setecientas personas dinámicas
en cada continente, avanzaría mucho la economía de Dios.

Cuando leemos el libro de Nehemías, debemos prestar atención al dinamismo de Nehe-


mías. El era un hombre común, un sirviente del rey, pero fue muy resuelto para entre-
garse a Dios y a su carga en cuanto a la edificación de la ciudad. Además, actuó con
mucha determinación cuando dio a conocer su petición al rey. Cuando el rey le pre-
guntó por qué estaba triste su cara, él habló al rey con denuedo y determinación acerca
de su carga por la ciudad de Jerusalén. Es muy importante que veamos esto en la Pa-
labra.

LAS VIRTUDES Y CAPACIDAD NATURALES


DEBEN PASAR POR LA CRUZ
Y SURGIR EN RESURRECCION
Ahora debemos estudiar un asunto importante en la tipología del Antiguo Testamento
y en el cumplimiento de ésta en el Nuevo Testamento. En tipología, muchas personas
fueron usadas temporalmente por Dios, según sus capacidades y virtudes naturales,
para representar algo espiritual. Vemos un ejemplo de esto en la persona de Nehemías
y en su dinamismo, que era una virtud de su conducta humana. Mientras que en tipo-
logía Dios usó temporalmente las cosas naturales, en el cumplimiento en el Nuevo Tes-
tamento, toda virtud y capacidad natural debe pasar por la cruz. Estas deben ser cru-
cificadas y reemplazadas.

Muchos pensamos que llevar algo a la cruz quiere decir eliminarlo. En cierto sentido,
esto es correcto. Sin embargo, según el verdadero significado de la cruz de Cristo, la
cruz no significa solamente que se le pone fin a algo, sino que se elimina lo natural para
que resurja en resurrección. La cruz de Cristo le da muerte a todas las cosas naturales
y las sepulta, pero la Biblia enseña que la sepultura es seguida por la resurrección. Por
tanto, la sepultura es el umbral de la resurrección. Todo lo sepultado, resucitará. Según
Juan 12:24, un grano de trigo cae en la tierra, muere y queda solo, pero éste no es su
fin, pues después de que es sepultado, algo brota en resurrección.

El ejemplo de Moisés
Veamos el ejemplo de Moisés. Yo diría que Moisés tuvo un carácter firme y que, en su
constitución natural, él era más dinámico aun que Nehemías, pues a la edad de cua-
renta años se ofreció con determinación a salvar a Israel de la mano de Faraón, rey de
Egipto, pero Dios intervino para limitarlo, permitiendo que fracasara y se desanimara.
Entonces Moisés fue “sepultado” en el desierto durante cuarenta años. Finalmente, el
Dios que resucita intervino y lo “resucitó” (Ex. 3:2-6).

El Ejemplo de Pedro
Dios nos creó y nos concedió ciertas virtudes y capacidades en nuestra constitución
natural. Mateo 25:15 dice que los “talentos” son dados de acuerdo con nuestra “propia
capacidad,” es decir, nuestra capacidad natural, la cual se compone de lo que somos
como seres creados por Dios y de nuestro aprendizaje. A esta capacidad debe ponérsele
fin y ser introducida en la resurrección.

Esta fue la experiencia de todos los apóstoles capaces, como Pablo y Pedro. Pedro, por
ejemplo, estuvo en la “tumba” durante tres años y medio. Cada vez que se salía de su
“tumba”, el Señor Jesús lo devolvía a ella. La noche en que el Señor fue traicionado,
Pedro fue tan audaz y resuelto, que dijo al Señor: “Aunque me sea necesario morir con-
tigo, de ninguna manera te negaré!” (Mr. 14:31). Además, aseguró que aunque los de-
más lo abandonaran, él nunca lo haría. ¡Cuán audaz fue! ¡Qué gran dinamismo! Pero
el Señor dijo a Pedro: “De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes de que el gallo
haya cantado dos veces, me negarás tres veces” (v. 30). Una vez más, Pedro fue puesto
en la cruz y sepultado.

Entrar a la resurrección
Si nuestra capacidad, habilidades y virtudes naturales no son eliminadas, nos causarán
muchos problemas y originarán errores graves. Pero si permitimos que ellas sean pues-
tas en la cruz y mueran, ciertamente resucitaremos, y en resurrección, esta capacidad,
habilidades y virtudes serán de mucha más utilidad que lo que eran según la vida na-
tural. Estos talentos todavía nos pertenecen, pero después de pasar por la muerte y la
sepultura, están ahora en resurrección. Esto significa que nosotros mismos, con nues-
tra capacidad, habilidades y virtudes, hemos entrado en resurrección. Ciertamente se-
guimos existiendo, pero nosotros, juntamente con nuestra capacidad natural, hemos
sido introducidos en la resurrección.

La realidad de la resurrección es el Espíritu, y el Espíritu es el Dios Triuno consumado.


Por consiguiente, la resurrección es el propio Dios Triuno consumado. Nuestra capa-
cidad, habilidades y virtudes naturales deben ser trasladadas, por medio de la muerte
y de la sepultura, de nuestra vida natural al Dios Triuno consumado. Nosotros somos
naturales, pero al ser trasladados de nosotros mismos a Dios, quien es la resurrección,
entramos en tal resurrección.
Un principio importante
Este es un principio muy importante que nos permite interpretar los tipos y su cumpli-
miento. Si no aplicamos este principio, toda nuestra capacidad, habilidades y virtudes
naturales que no hayan pasado por la crucifixión, serán como “fieras” entre nosotros.

Esta ha sido la situación con muchas personas capaces que entraron en el recobro y
que se quedaron algún tiempo. Ellos se dieron cuenta finalmente de que en el recobro
no había ninguna oportunidad para usar su capacidad natural. Finalmente, abandona-
ron el recobro y establecieron una obra aparte según sus propios intereses. Ellos no
estaban dispuestos a aceptar la crucifixión y la sepultura, que les hubiera permitido
entrar en la resurrección. No quisieron tomar la cruz. Por esta razón, algunas personas
capaces que han entrado en el recobro, no han permanecido.

Dios necesita personas preparadas. Por ejemplo, necesitó a alguien como Moisés,
quién fue “enseñado en toda la sabiduría de los egipcios” (Hch. 7:22). Si Moisés no
hubiera sido una persona preparada, Dios no habría podido usarlo para dar la ley. No
obstante, no debemos confiar en nuestra sabiduría ni educación naturales. Es muy pe-
ligroso poner nuestra confianza en estas cosas. Por el contrario, debemos ser uno con
Dios, y si lo somos, pondremos nuestra sabiduría y educación naturales en la cruz.
Cuanto más hagamos esto, más estaremos en resurrección.

El hecho de sembrar la “semilla” de nuestra capacidad natural en la tierra, nunca nos


traerá pérdida. De hecho, cuando sembramos una semilla, la perdemos temporal-
mente, pero finalmente obtenemos una cosecha en resurrección.

NEHEMIAS VIVE EN RESURRECCION


Nehemías vivía no en su hombre natural sino en resurrección. El era muy dinámico,
pero su dinamismo era acompañado por otras características. Primero, él amaba a
Dios; no hay duda al respecto. El nació en la cautividad y fue designado para ser el
copero del rey, pero él amaba a Dios. El también amaba la tierra santa (que representa
a Cristo), el templo santo (que representa a la iglesia), y la ciudad santa (que representa
al reino de Dios). Nehemías amaba a Dios y, en tipología, amaba a Cristo, a la iglesia y
el reino. Como persona que amaba a Dios, tenía contacto con El. Vemos en varias oca-
siones que Nehemías oró a Dios (Neh. 1:4; 2:4b; 4:4-5, 9). Además, confiaba en Dios al
grado que se hizo uno con El.

En sí mismo, el dinamismo de Nehemías era natural, pero en Dios, estaba en resurrec-


ción. El era una persona dinámica que amaba a Dios, la tierra santa, el templo santo y
la ciudad santa; él tenía contacto con Dios, tenía comunión con Dios, confiaba en Dios
y era uno con El. Como resultado de ello, llegó a ser el representante de Dios en ese
tiempo. Debemos entender esto si queremos comprender el significado intrínseco de
la tipología, según el discernimiento que proporciona el Espíritu.
ESTUDIO-VIDA DE NEHEMIAS
MENSAJE TRES
EL RESTABLECIMIENTO
DE LOS ELEGIDOS DE DIOS
(1)
Lectura bíblica: Neh. 8—10
III. LOS ELEGIDOS DE DIOS SON
RESTABLECIDOS COMO NACION
En este mensaje veremos que la nación que Dios había escogido es restablecida (caps.
8—13).

A. Regresan a Dios al volverse


a Su ley, Su palabra
Si queremos ser restablecidos, debemos regresar a Dios volviendo a Su ley, es decir, a
Su palabra (cap. 8). Supongamos que una persona caída desea regresar a Dios. Para
hacerlo, primero debe volver a la palabra de Dios. Nadie puede regresar a Dios sin vol-
ver a Su palabra.

La palabra de Dios nos restablece. Todos tenemos nuestra propia manera de ser, nues-
tros propios hábitos, pero Dios puede restablecernos por medio de Su palabra. Por eso
necesitamos leer la Biblia. La palabra de Dios cambia gradualmente nuestra mente,
nuestra manera de pensar. La palabra de Dios está unida al Espíritu (Ef. 6:17). Cuando
la palabra obra en nosotros, el Espíritu obra por medio de ella, impartiendo espontá-
neamente en nosotros la naturaleza de Dios con el elemento divino. Tal vez ni estemos
conscientes de esta impartición; pero esta es la manera en que somos restablecidos.

La mayoría de los que volvieron a Jerusalén, de los que salieron de la cautividad de


Babilonia, no nacieron en Israel, sino en Babilonia, y fueron criados allí. Así que, el
elemento babilónico se había forjado en ellos, y formaba parte de su constitución. Por
consiguiente, después de regresar a la tierra de sus padres para ser los ciudadanos de
la nación de Israel, necesitaban que un nuevo elemento se forjara en ellos. Esdras fue
muy útil en esto, pues por medio de él, el pueblo recibió un nuevo elemento constitu-
tivo, mediante la palabra de Dios.

La constitución de una persona proporciona la base para forjar una nación. Una nación
apropiada no es solamente una organización sino también una constitución. Pasa lo
mismo con el ejército de un país. Por ejemplo, el ejército de los Estados Unidos está
constituido de muchos elementos, los cuales permiten que los soldados a nivel indivi-
dual reciban los elementos que los constituyen como parte del ejército. De modo que,
el ejército es una constitución y no solamente una organización.

El deseo de Dios en cuanto a Israel era tener en la tierra un pueblo que poseyera una
constitución divina, a fin de que fuera Su testimonio. El pueblo de Dios, para ser Su
testimonio, debía recibir la palabra de Dios. Así, mediante Esdras y Nehemías, el pue-
blo de Israel, que volvió de la cautividad, fue restablecido colectivamente por Dios y
con El, mediante Su palabra, con el fin de formar una nación que llevara el testimonio
de Dios.

1. Se reúne todo el pueblo de Israel como


un solo hombre y piden a Esdras que trajese
el libro de la ley de Moisés y se los leyese
Según Nehemías 8:1-8, todo el pueblo de Israel se juntó como un solo hombre en la
plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras que trajese el libro
de la ley de Moisés y se los leyese. Esdras lo hizo así y bendijo a Jehová, Dios grande, y
todo el pueblo contestó: “¡Amén! ¡Amén!”, alzando sus manos; y adoraron a Jehová
postrados en tierra. Esto indica que la palabra que Dios había hablado por medio de
Moisés había convencido y sometido plenamente al Israel rebelde.

La palabra de Dios es la base sólida sobre la cual el Espíritu de Dios, quien es Dios
mismo, nos imparte el elemento divino y forja a Dios en nosotros. Debemos experi-
mentar esto día tras día. Cuando nos reunimos, debemos leer la palabra de Dios; al
hacerlo, gradualmente se forjará en nosotros la constitución divina.

Si deseamos que se forje en nosotros una nueva constitución, debemos leer muchas
veces los sesenta y seis libros de la Biblia. Yo he leído la palabra por más de sesenta y
cinco años, y puedo testificar que tengo otra constitución, gracias a que leo la palabra
todos los días. Cada día crece en mí este nuevo elemento.

2. Nehemías, Esdras y los levitas exhortan al pueblo a santificar ese día para
Jehová su Dios
Nehemías el gobernador, Esdras el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al
pueblo, exhortaron a todo el pueblo a santificar ese día para Jehová su Dios y a no
lamentarse ni llorar, porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley. Nehe-
mías les exhortó que celebraran no con tristeza, sino con gran gozo y alegría. Al pueblo
le resultó difícil hacer esto, ya que habían sido convencidos y sometidos por la palabra,
y se dieron cuenta de que eran pecaminosos (vs. 9-10a). Nehemías les dijo: “No os en-
tristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” (v. 10b). Entonces “todo el
pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría”
(v. 12).

3. Los jefes de las casa paternas, los sacerdotes


y los levitas se reúnen con Esdras buscando entender las palabras de la ley
Al día siguiente, las cabezas de las familias, los sacerdotes y los levitas se reunieron con
Esdras el escriba buscando entender las palabras de la ley (v. 13). Actualmente muchos
leen la Biblia sin entenderla. ¿Quién entiende verdaderamente la palabra de la Biblia?
En el versículo 13, “entender” alude al significado intrínseco. Todos necesitamos ser
ayudados para comprender el significado intrínseco de la palabra de la Biblia.

Los versículos 14-18 afirman que se halló escrito en la ley, que Jehová había mandado
a los hijos de Israel que habitaran en tiendas durante la fiesta solemne del mes séptimo
(la fiesta de los tabernáculos) y que anunciaran y pregonaran en todas sus ciudades y
en Jerusalén, que subieran al monte y trajesen ramas de olivo y de otros árboles para
hacer tabernáculos; y toda la asamblea lo hizo así por siete días con gran regocijo, y
cada día Esdras leía en el libro de la ley de Dios. Al octavo día hubo una solemne asam-
blea, según estaba ordenado. Esto indica que lo hicieron todo conforme a la ley, con los
mandamientos, los estatutos (los suplementos a los mandamientos), y las ordenanzas
(incluyendo los juicios). De modo que tuvieron un gran avivamiento y llegaron a ser
una nueva nación, forjada por medio de la palabra y con ella.

B. Confiesan todos sus pecados a Dios


y hacen un pacto firme con El
En los capítulos nueve y diez, el pueblo confesó sus pecados pasados a Dios e hicieron
un pacto firme con El.

1. Los descendientes de Israel


se apartan de todos los extranjeros
Los descendientes de Israel se separaron de todos los extranjeros y estando en pie,
confesaron sus pecados y las iniquidades de sus padres, y leyeron el libro de la ley de
Jehová (9:1-4).

2. Alaban a Jehová como el único Dios


El pueblo alabó a Jehová como el único Dios, quien creó los cielos de los cielos, la tierra,
los mares, y todo lo que en ellos hay, quien escogió a Abraham, lo sacó de Caldea e hizo
pacto con él, prometiéndole que le daría a él y a su descendencia la tierra de Canaan
(vs. 5-8). Ellos conocían a Dios de esta manera y así lo alabaron.

3. Enumeran todo el bien que Dios


había hecho a sus padres
Luego, enumeraron todo lo bueno que Dios había hecho a sus antepasados, sacándolos
de Egipto y llevándolos por el desierto hasta introducirlos en la buena tierra y dándoles
la ley a pesar de la arrogancia y terquedad de ellos y su rebeldía contra Sus manda-
mientos (vs. 9-25). ¿Qué puede vencer nuestra arrogancia, nuestra terquedad y nuestra
rebeldía contra los mandamientos de Dios? Sólo la palabra de Dios puede eliminar es-
tas cosas. La palabra de Dios puede anular nuestra arrogancia y terquedad, y hacernos
dóciles a los mandamientos de Dios.

4. Además confiesan su desobediencia y rebeldía


Después de eso, confesaron su desobediencia y rebeldía (vs. 26-37). Ellos confesaron
que, por su terquedad, echaron la ley de Dios tras sus espaldas y mataron a Sus profe-
tas. Así que, provocaron la ira de Dios, quien los entregó en mano de las naciones y los
llevó cautivos a tierras extranjeras. Como resultado de esto, desde los días de los reyes
de Asiria hasta ese día, ellos habían estado en gran angustia.

5. Hacen un firme pacto por escrito


Por todo eso, hicieron una promesa fiel por escrito, y sobre el documento sellado esta-
ban los nombres de sus príncipes, sus levitas y sus sacerdotes (9:38-10:27).

6. El resto del pueblo


hace juramento bajo maldición
El resto del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los sirvientes
del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de aquellas tierras a la
ley de Dios, se reunieron para hacer un juramente bajo maldición (v. 28-39). Para ellos,
el hecho de efectuar este juramento significaba que se maldecirían a sí mismos si no
guardaban el pacto. Para el pueblo de Israel, jurar significaba que no podían retractarse
del pacto que habían hecho.

a. Prometen andar en la ley de Dios


En los versículos 29-31 vemos que el juramente consistía en que andarían en la ley que
Dios les había dado mediante Moisés, que guardarían todos los mandamientos de
Jehová su Dios, y asimismo Sus ordenanzas y estatutos, que no darían sus hijas a los
pueblos extraños de la tierra, ni tomarían a las hijas de ellos para sus hijos, que guar-
darían el día de reposo y en él no negociarían, y que dejarían descansar la tierra el año
séptimo. Dejar descansar la tierra significa dejarla por sí misma. Según lo que Dios
había instituido en Su ley, en el séptimo año, debían cesar de sembrar y segar para que
la tierra tuviera reposo. Entonces la tierra daría fruto por sí misma, el cual sería para
los pobres y los menesterosos. Esta ley acerca del séptimo año revela que Dios, el dador
de la ley, está lleno de amor, que cuida de las viudas, los huérfanos, los necesitados y
los forasteros.

Además, el pueblo también estaba de acuerdo en remitir toda deuda, y a no obligar a


los demás a pagar sus deudas. Así que, en el séptimo año, no se les permitía usufructuar
la tierra, ni exigir el pago de las deudas. El rico tenía que prestar al pobre y luego remitir
la deuda si los pobres no podían pagarla. Para los que no estaban dispuestos a prestar
a los pobres, Dios tenía muchas maneras de equilibrar los bienes entre ricos y pobres.
En Su sabiduría y amor, Dios equilibra la riqueza de Su pueblo. Este asunto también
está relacionado con el restablecimiento de la nación escogida de Dios.

b. Se impone la obligación de ofrecer a Dios


el producto de la tierra para los sacrificios
Además, ellos se impusieron a sí mismos el cargo de contribuir con los productos de la
tierra para los sacrificios que se ofrecían a Dios y para mantener el servicio del templo
(vs. 32-39).

Todos estos asuntos tienen que ver con el restablecimiento del pueblo de Israel. El Is-
rael “salvaje” asimiló una constitución divina, lo cual lo designó como un pueblo sepa-
rado, particular, santificado, como testimonio de Dios sobre la tierra.
ESTUDIO-VIDA DE NEHEMIAS
MENSAJE CUATRO
El RESTABLECIMIENTO DE
LOS ELEGIDOS DE DIOS
(2)
Lectura bíblica: Neh. 11—13
Los libros de Esdras y Nehemías tienen un significado intrínseco para el recobro actual
del Señor. No debemos pensar que el Antiguo Testamento no tiene nada que ver con
nosotros. La Biblia se escribió en dos secciones: el Antiguo Testamento y el Nuevo Tes-
tamento. La primera sección contiene cuadros, y la segunda, el cumplimiento de lo que
ellos representan. Si uno no entiende intrínsecamente la tipología del Antiguo Testa-
mento, difícilmente entenderá el cumplimiento neotestamentario de la economía de
Dios.

En este mensaje, seguiremos estudiando el restablecimiento de la nación de los elegi-


dos de Dios.

C. Se determina el asentamiento del pueblo


y se nombran los oficiales para
el servicio levítico y los asuntos civiles
El restablecimiento de la nación escogida de Dios incluía muchos aspectos. En Nehe-
mías 11, vemos que involucraba el asentamiento del pueblo y el nombramiento de los
oficiales para el servicio levítico y los asuntos civiles.

1. Los jefes del pueblo moran en Jerusalén


Los jefes del pueblo moraron en Jerusalén, la ciudad santa, y el resto del pueblo echó
suertes para escoger uno de cada diez para que morase en Jerusalén. El pueblo bendijo
a todos lo que voluntariamente se ofrecieron para morar en Jerusalén (vs. 1-2).

En aquel tiempo, morar en Jerusalén representaba una verdadera carga. Con la ame-
naza constante de una invasión extranjera, pocos estaban dispuestos a vivir allí. Por
tanto, el método que se empleó para escoger a los moradores era echar suertes. De lo
contrario, no habría suficientes habitantes que morasen en la ciudad de Jerusalén. A
aquellos que les tocaba vivir en Jerusalén, se les exigía mudarse allí. Sin embargo, al-
gunos se ofrecieron voluntariamente a emigrar a Jerusalén, y todo el pueblo los ben-
dijo. Hoy los que se ofrecen voluntariamente a servir de tiempo completo serán bende-
cidos por todos los demás.

2. Una crónica de la distribución


y los nombramientos
En los versículos 3-36, tenemos un relato detallado de la distribución que se dispuso y
de los nombramientos.

D. Se hace un registro de los sacerdotes y levitas


Nehemías 12:1-26 constituye un registro de los sacerdotes y levitas. Los servidores
principales en la adoración a Dios, que es lo más importante en el reino de Dios, no
eran los reyes. La función de éstos no era adorar a Dios sino gobernar al pueblo. Los
servidores responsables de la adoración a Dios eran los sacerdotes y sus servidores, los
levitas.

1. Los que suben con Zorobabel y Josué


Los versículos 1-21 mencionan a los fieles que salieron de Babilonia y subieron a Jeru-
salén con Zorobabel y Josué.

2. Los que sirven en los días


del sacerdote Joiacim
Los versículos 22-26 mencionan a los que sirvieron en los días del sacerdote Joiacim,
del gobernador Nehemías y del sacerdote y escriba Esdras. Todos moraron en Jerusa-
lén.

E. La dedicación del muro reconstruido


El restablecimiento de la nación también incluyó la dedicación del muro reconstruido
(vs. 27-43).

1. El pueblo busca a los levitas


de todos sus lugares
El pueblo buscó a los levitas de todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, a fin de
hacer la dedicación con regocijo y acción de gracias y cantando con címbalos, salterios
y cítaras (vs. 27-29). El servicio principal de los levitas consistía en cantar alabanzas a
Dios. Para nosotros hoy, el cantar himnos en las reuniones es una necesidad esencial.
El canto abre los cielos y nos introduce en ellos. Debemos dedicar tiempo para cantar
cada vez que nos reunimos.

2. Los sacerdotes y los levitas se purificaron


Durante la dedicación del muro, los sacerdotes y los levitas se purificaron, y también
purificaron al pueblo, las puertas y el muro (v. 30). Todo quedó purificado, porque no
podían dedicarle a Dios algo que fuese impuro.

3. Nehemías designa dos coros grandes


Nehemías designó dos coros grandes para que dieran gracias a Dios, y fueran en pro-
cesión y se pararan con él en la casa de Dios (vs. 31-42).

4. Sacrifican numerosas víctimas


Ellos sacrificaron numerosas víctimas aquel día y se regocijaron con sus mujeres e hi-
jos, pues Dios les había recreado con grande contentamiento; y el alborozo de Jerusa-
lén fue oído desde lejos (v. 43). Hoy nuestros vecinos deben saber que somos creyentes
que cantan, que somos adoradores de Dios.
F. El nombramiento de los servicios
de los sacerdotes y levitas,
y el suministro para sus necesidades
El restablecimiento del pueblo también incluyó el nombramiento del servicio de los
sacerdotes y levitas, y el suministro para sus necesidades (vs. 44-47). Nehemías no sólo
puso a los servidores levitas y a los sacerdotes en su función; también suministró para
sus necesidades diarias. Anteriormente, nadie se había ocupado adecuadamente de
este asunto.

G. Israel se purifica como pueblo elegido de Dios


Nehemías 13:1-30a describe la purificación de Israel como pueblo elegido de Dios.
Hubo muchas purificaciones. Esta resolución también formaba parte del restableci-
miento de la nación de los elegidos de Dios.

1. Separan de Israel a la multitud mezclada, según la ley


Primero, apartaron de Israel a todos los que se habían mezclado con extranjeros, con-
forme a la ley (vs. 1-3). Cuando el pueblo oyó lo que declaraba la ley en cuanto a los
amonitas y los moabitas, que jamás deberían entrar en la asamblea de Dios, separaron
de Israel a la multitud mezclada.

2. Purifica las cámaras de la casa de Dios


En los versículos 4-9, Nehemías purificó las cámaras de la casa de Dios, pues habían
estado ocupadas malignamente por un pariente del sacerdote encargado de ellas. El
sacerdote Eliasib preparó para su pariente, Tobías el amonita (2:10; 4:3; 6:1) una gran
cámara en los atrios de la casa de Dios donde anteriormente habían puesto las ofren-
das, el incienso y los utensilios (13:5, 7). Cuando Nehemías supo del mal que Eliasib
había hecho por consideración a Tobías, le dolió en gran manera y no pudo soportar
esa situación. Así que, arrojó todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara
y ordenó que ésta se limpiase. Entonces Nehemías devolvió a la cámara los utensilios
de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso (vs. 8-9). En este asunto hubo una purifi-
cación completa.

3. Elimina la negligencia en cuanto


a las necesidades de los levitas
Según los versículos 10-13, Nehemías cuidó de las necesidades de los levitas. El descu-
brió que las porciones destinadas para los levitas no les habían sido dadas, y reprendió
a los oficiales al respecto. Entonces todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del
aceite, a los almacenes. Así atendió Nehemías todas las necesidades cotidianas de los
levitas.

4. Aparta del pueblo la profanación


del santo día de reposo
Nehemías también acabó con la profanación del día de reposo (vs. 15-22a). Los tirios
traían sus mercancías a Jerusalén y las vendían allí en día de reposo. Nehemías eliminó
esta profanación. El ordenó que se cerrasen las puertas de Jerusalén antes del día de
reposo y que no las abrieran hasta después de ese día (v. 19). Además, ordenó a los
levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del
reposo (v. 22a).

5. Se limpia todo el pueblo y especialmente


los sacerdotes, de la contaminación contraída
por los matrimonios con las naciones
En los versículos 23-30a, el pueblo, y sobre todo los sacerdotes, se limpiaron de la con-
taminación que contrajeron al casarse con mujeres de las naciones. Nehemías exigió
que los que se habían casado con las mujeres extranjeras de Asdod, Amón y Moab, se
separaran de ellas. En este asunto, él limpió al pueblo de todo extranjero (v. 30a).

H. Asigna los deberes a los sacerdotes


y a los levitas, para la ofrenda
de la leña y para las primicias
Por último, Nehemías asignó deberes a los sacerdotes y a los levitas, para la ofrenda de
la leña en los tiempos señalados, y para las primicias (vs. 30b-31a). Todas estas dispo-
siciones eran parte del restablecimiento de Israel. Antes de Nehemías, la situación es-
taba confusa. Los deberes de los sacerdotes y de los levitas no estaban definidos, y no
había arreglo apropiado para la ofrenda de la leña y para la ofrenda de las primicias de
los productos de la tierra todos los años. Indudablemente hoy se necesita el restableci-
miento que llevó a cabo Nehemías.

Una vez que Nehemías realizó todas estas cosas, pidió a Dios que se acordara de él y
que lo perdonara según la grandeza de Su misericordia (13:14, 22b, 31b).

ESTUDIO-VIDA DE NEHEMIAS
MENSAJE CINCO
EL LIDERAZGO DE NEHEMIAS
EN EL RESTABLECIMIENTO DE LA
NACION DE LOS ELEGIDOS DE DIOS
Los líderes de los que volvieron de la cautividad fueron Zorobabel, de la familia real,
Esdras, de la familia sacerdotal, y Nehemías, de una familia común. Entre todos los
líderes de la historia de Israel, estos tres fueron los más prominentes. Nehemías era
una persona ordinaria, sin rango. No hay ningún indicio de que su familia tuviera una
posición elevada en la sociedad, y él mismo no tenía una profesión sobresaliente. El
servía en el palacio del rey de Persia, pero no era más que un sirviente de la casa.

A pesar de ser una persona ordinaria, sin ninguna posición, Nehemías fue elevado a un
puesto muy importante, el cual implicaba una relación estrecha con el rey, pues era su
copero (Neh. 1:11b). Cuando el vino estaba delante del rey, Nehemías lo tomaba y lo
servía al rey (2:1a). Finalmente, el rey nombró gobernador de Judá a este copero.

LAS CARACTERISTICAS PARTICULARES DE NEHEMIAS


Como uno de los líderes de los cautivos que volvieron, Nehemías tenía algunas carac-
terísticas particulares y especiales.

Era una persona amable con una actitud


y conducta íntegras
Como copero del rey, Nehemías debe de haber sido una persona amable y agradable,
siempre íntegro en su actitud y conducta. El nunca estaba triste en presencia del rey (v.
1b). Si Nehemías no hubiera sido una persona agradable, que cumplía las ordenes del
rey, éste no le habría permitido ser su copero por largo tiempo.

Una persona que amaba a Dios y se preocupaba por los intereses


de Dios sobre la tierra
Nehemías amaba a Dios y se preocupaba por los intereses de Dios con respecto a Su
economía. Estos intereses incluían la buena tierra, el templo y la ciudad de Jerusalén,
las cuales eran muy queridas para Nehemías. A pesar de ser una persona ordinaria, sin
el rango de rey o de capitán en el ejército, él cuidó de los intereses de Dios sobre la
tierra.

Uno que oraba buscando


la comunión con Dios
Nehemías siempre oraba a Dios para tener comunión con El. Cuando oyó que el pueblo
sufría en Jerusalén y que el muro de Jerusalén estaba derribado y sus puertas quema-
das, él lloró, se lamentó, ayunó y oró (1:2-4). En el versículo 11, Nehemías ora, decla-
rando: “Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la
oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen
éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón”. Nehemías oraba para hallar
gracia delante del rey. Cuando el rey le preguntó cuál era su petición, Nehemías “oró al
Dios del cielo” (2:4).

Una persona que confiaba en Dios


y era uno con El
Además, Nehemías era una persona que confiaba en Dios y era uno con El. Dios puso
encomiendas sobre sus hombros, y él confió en Dios para realizarlas. Nehemías sabía
que la mano buena de Dios estaba sobre él (vs. 8, 18), así que le pidió que se acordara
de él (5:19; 13:14, 31), lo cual indica que confiaba en Dios y era uno con El.

No fue fácil para Dios obtener una persona como Nehemías. Aunque su rango y profe-
sión eran inferiores, él amaba a Dios y se preocupaba por Sus intereses; de tal modo
que oraba por ellos, tenía comunión con Dios, confiaba en Dios y llegó a ser uno con
El. Estas son las características particulares de Nehemías en su relación con Dios.

Totalmente generoso
En su relación con el pueblo, Nehemías era una persona generosa. En él no había am-
bición. Aunque logró una posición elevada, la de gobernador de Judá —en realidad él
desempeñaba la función de rey de Judá, representando al rey de Persia— él nunca am-
bicionó nada para sí mismo. En Nehemías no había ningún interés propio. El estaba
siempre dispuesto a sacrificar lo suyo por el pueblo y por la nación. El era el goberna-
dor, pero no se aprovechó de las ventajas de su oficio durante doce años, porque se dio
cuenta que la construcción del muro representaba una carga pesada para el pueblo
(5:14-18), y no quiso aumentar la carga sobre ellos. En lugar de recibir beneficios, él
mismo proveyó las necesidades cotidianas de más de ciento cincuenta hombres.

Nehemías se encontraba siempre entre los que estaban dispuestos a luchar contra el
enemigo y él mismo participó en la vigilia nocturna (4:17-23). No simplemente delegó
estos asuntos a otros, sino que participó en ellos.

No se entregó a la concupiscencia
Es interesante observar que no se menciona nada del matrimonio de Nehemías. Yo
creo que, en contraste con los jueces y los reyes, Nehemías tuvo una sola esposa. El no
se entregó a los placeres sexuales. David y Salomón cayeron ambos en eso. La concu-
piscencia sexual fue el factor principal de la degradación de la familia de David y el
factor principal y latente que llevó a David y a sus descendientes a perder el reino.
Nehemías, sin embargo, era totalmente diferente.

Pienso que en los seis mil años de historia humana, no ha habido otro como Nehemías.
El pueblo nunca se quejó de él. Todos lo apreciaron y le expresaron su gratitud. Pode-
mos declarar que Nehemías fue un anciano sobresaliente, el mejor ejemplo de lo que
debe ser un anciano hoy en la iglesia. Desearía que todos los ancianos de las iglesias
fueran como Nehemías.

NEHEMIAS SOLICITA LA AYUDA DE ESDRAS


PARA EL RESTABLECIMIENTO
DE LA NACION DE ISRAEL
Aunque Nehemías era líder, príncipe de una nación, él no tenía ninguna ambición per-
sonal. Vemos esto en el hecho de que reconoció que necesitaba a Esdras. Al llevar a
cabo el restablecimiento de la nación, Nehemías se dio cuenta de que él no conocía la
palabra de Dios. Pero aún vivía Esdras, quien era famoso por su conocimiento de la
Palabra de Dios, y Nehemías buscó su ayuda. Muchos líderes de hoy no buscarían
ayuda de esta manera. Por su ambición, se aferrarían a su posición y no solicitarían la
ayuda de un Esdras. Pero Nehemías no tenía ambición alguna, y por esta razón trajo a
Esdras. El sabía que sin Esdras no podía restablecer el pueblo de Dios.

EL RESTABLECIMIENTO REQUIERE
UNA NUEVA EDUCACION
El restablecimiento del pueblo de Dios exige que ellos sean educados con la palabra
que sale de la boca de Dios, la cual expresa a Dios. Esto significa que restablecer al
pueblo de Dios equivale a educarlos con la palabra de Dios, hasta que sean impregna-
dos de ella.

Los israelitas habían estado en Egipto por lo menos cuatrocientos años, durante los
cuales deben de haber asimilado la educación egipcia. Más adelante, fueron llevados
cautivos a Babilonia durante setenta años. Zorobabel, Esdras y Nehemías nacieron y
fueron criados entre los babilonios. Después de volver de Babilonia, el pueblo de Israel
se mezcló con los cananitas. De este modo, se alojaron en los israelitas las culturas
egipcia, babilónica y cananita. No obstante, ellos regresaron para ser el testimonio de
Dios. Pero ¿cómo podía un pueblo impregnado de las culturas egipcia, babilónica y
cananita ser el testimonio de Dios, la expresión del Dios-hombre? Ese no era un pueblo
de Dios-hombres. ¿Cómo podían ellos expresar a Dios? Si habrían de ser el testimonio
de Dios, Su expresión, necesitaban ser reeducados en la palabra de Dios.

LOS ISRAELITAS QUE REGRESARON


LLEGARON A SER EL TESTIMONIO DE DIOS
Además de ser reeducado, el pueblo de Israel necesitaba ser criado, tal como los padres
crían a sus hijos. Los padres no sólo educan a sus hijos, sino que se imparten a sí mis-
mos en ellos espontánea e inconscientemente; les infunden prácticamente todo su ser.
Los padres infunden lo que son y lo que piensan en sus hijos. Finalmente, esto se im-
parte a ellos y los constituye sus réplicas. Esto es precisamente lo que necesitaban los
hijos de Israel.

Antes de que Nehemías viniera a Jerusalén, la nación de Israel era un caos. No se sabía
cuáles eran los deberes de los sacerdotes, y nadie cuidaba de los levitas ni de los sir-
vientes. Los cantores estaban por allí, pero nadie los había preparado para cantar ni
formado en coros. Sin embargo, Nehemías, con la ayuda de Esdras, restableció total-
mente la nación. Entonces Israel se convirtió en una nación especial, santificada y se-
parada para Dios, una nación que expresaba a Dios. El pensamiento de Dios, los in-
tereses de Dios y todo lo que El es, se infundieron en ellos, constituyéndolos en la ré-
plica de Dios. Por medio de esta impartición divina, todos llegaron a ser Dios en vida y
naturaleza, y como resultado, se convirtieron en una nación divina, que expresaba el
carácter divino. Así, se forjó en ellos una nueva constitución, tanto a nivel personal
como colectivo, y esto los constituyó el testimonio de Dios. Los cautivos que regresaron
se convirtieron en el testimonio de Dios, mediante el restablecimiento que dirigió
Nehemías.

La idea central y crucial de los libros que hablan del recobro, que concluyen con Nehe-
mías, es una cuestión que se centra en el liderazgo apropiado. La crónica del liderazgo
que encontramos en los libros de Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, y 1 y 2 Crónicas es
algo oscura, pero en Esdras y Nehemías, el liderazgo es luminoso. En los libros de Es-
dras y Nehemías se mencionan tres líderes: Zorobabel, Esdras y Nehemías. Todos eran
excelentes líderes, pero entre ellos el mejor y más destacado fue Nehemías. El fue un
líder perfecto, el mejor líder en la historia de la humanidad. Sólo bajo el liderato de
personas como Zorobabel, Esdras y Nehemías, Israel pudo ser restablecido para con-
vertirse en el testimonio de Dios, la expresión misma de Dios sobre la tierra, un pueblo
completamente diferente de las naciones gentiles. Esta es la tipología acerca de lo que
Dios desea hoy para la iglesia.
ESTUDIO-VIDA DE ESTER
MENSAJE UNO
UNA INTRODUCCION
Y EL CUIDADO SECRETO QUE EL DIOS
QUE SE ENCUBRE TIENE DE SUS ELEGIDOS
MIENTRAS ESTOS ESTAN DISPERSOS Y OPRIMIDOS
Lectura bíblica: Est. 1—2
Con este mensaje empezamos el Estudio-vida del libro de Ester. Este libro es muy agra-
dable, y abarca como tema central, el cuidado secreto y la salvación manifiesta que el
Dios que se encubre brinda a Su pueblo cautivo. Dios es omnipresente y omnipotente,
pero El permanece oculto; nadie sabe dónde está.

El pueblo de Israel fue esparcido durante su cautiverio. Probablemente ellos testifica-


ron a los gentiles, en medio de los cuales vivían, que su Dios era Jehová. Los gentiles,
sobre todo los gobernadores, tal vez preguntaron a los israelitas: “¿Dónde está vuestro
Jehová? ¿Es El el Dios verdadero y viviente? En ese caso, ¿por qué estáis vosotros aquí
en el cautiverio como esclavos?” Durante los años del cautiverio de Israel, Dios perma-
neció escondido, y El sigue escondido todavía. Aun ahora, en la era de la iglesia, Dios
permanece encubierto. Para los hijos de Israel como para nosotros hoy, pareciera que
en este universo no existe Dios. Debemos darnos cuenta de que ciertamente Dios vive
y es verdadero, pero permanece escondido. El es un Dios que se encubre (Is. 45:15).

La degradación y bajeza en que cayó el pueblo de Dios condujeron a Dios a disciplinar-


les y castigarles, entregándoles como esclavos a las naciones gentiles, pero en Su seve-
ridad, hay misericordia (Ro. 11:22). Mientras el pueblo de Israel estaba en la dispersión
y en el cautiverio, Dios los cuidaba de una manera escondida, y en el momento opor-
tuno, obró abiertamente para salvarlos. Incluso cuando los cautivos de Israel se encon-
traban en una situación deplorable, “tocando fondo”, Cristo estaba entre ellos, su-
friendo juntamente con ellos (Zac. 1:7-17).

Por una parte, Dios usó a las naciones gentiles como instrumentos para disciplinar a
Su pueblo. Pero por otra, el Dios que trabaja en lo secreto estaba con el pueblo de Israel,
cuidando de ellos. Finalmente, Dios usó el imperio medopersa para derrocar al imperio
babilónico. Ciro, rey de Persia, fue llamado el pastor de Dios, aquel que cumple Su de-
seo (Is. 44:28), y Su ungido, uno que sirve al propósito de Dios (45:1-4). Así vemos que
el Dios que se esconde hizo muchas cosas por Israel de una manera secreta.

I. INTRODUCCION
Consideremos ahora algunos asuntos introductorios.

A. El autor
El autor del libro de Ester fue probablemente Mardoqueo (Est. 9:20, 23). Como primo
de Ester, él fue quien la crió.

B. La época
El contenido de este libro abarca por lo menos un período de diez años, durante el
reinado de Asuero (486-465 antes de Cristo).

C. El contenido
El libro de Ester nos presenta un relato vívido de cómo el Dios de Israel, el Dios que se
encubre, cuidó secretamente a Sus elegidos oprimidos durante su dispersión, y cómo
los salvó abiertamente durante su cautiverio.

D. El énfasis del libro


El énfasis de Ester es que Dios mismo, quien escogió a Israel, a los descendientes de
Abraham, quienes eran Sus elegidos, después de llevarlos cautivos a las naciones gen-
tiles, los cuidó secretamente y los salvó abiertamente (Is. 45:15). Esta es la razón por la
que este libro no menciona el nombre de Dios, ni siquiera cuando El debería ser men-
cionado (Est. 4:3, 16). Puesto que este libro presenta a un Dios escondido, no menciona
el nombre de Dios en ninguna ocasión.

E. Las secciones
El libro de Ester consta de dos secciones: (1) el cuidado confidencial del Dios que obra
en lo secreto, viendo por Sus elegidos oprimidos en su dispersión (caps. 1—2) y (2) la
salvación abierta del Dios que opera en secreto para cuidar a Sus elegidos perseguidos
durante su cautiverio (caps. 3—10).

II. EL CUIDADO SECRETO QUE EL DIOS QUE SE ENCUBRE


MUESTRA A SUS ELEGIDOS OPRIMIDOS DURANTE SU DIS-
PERSION, COMO LO VEMOS EN ESTER
Los capítulos uno y dos revelan el cuidado secreto que el Dios que se encubre brinda a
Sus elegidos oprimidos, como lo vemos en Ester.

A. Establece un rey supremo en el mundo gentil


Primero, el Dios que obra encubiertamente estableció un rey supremo en el mundo
gentil con gran prosperidad, poder, y gloria sobre un gran imperio que se extendía
desde la India hasta Etiopía (Africa) (1:1-2).

B. Hace que el rey supremo repudiara a la reina porque ésta des-


obedeció a su orden
Luego, el Dios que opera en lo secreto hizo que el rey supremo dejara a la reina porque
ésta desobedeció a su orden en el gran banquete que ofreció a sus oficiales de alto rango
(vs. 3-22). El rey había ordenado que la reina se presentara ante él llevando la corona
regia, para mostrar su belleza a los asistentes del banquete. Sin embargo, la reina se
negó a obedecer la orden del rey, y como resultado, fue repudiada, y el puesto de reina
quedó vacante.

C. Crió a una virgen huérfana judía,


que el rey coronaría como su reina
Finalmente, bajo Su cuidado secreto, el Dios que se encubre crió a Ester, una virgen
huérfana judía, a quien el rey coronaría como reina (2:1-18). Posteriormente, Ester
salvó al rey de un asesinato, hablándole en nombre de Mardoqueo de los que planeaban
asesinarle (vs. 19-23).

Nuestro Dios es omnipresente, omnipotente, misericordioso y perdonador. No obs-


tante, El es también el Dios que obra en lo secreto. Debido a que El es un Dios que se
esconde, tal vez algunas persona nos pregunten: “¿Dónde está vuestro Dios, y dónde
está Su reino?” Cuando nos pregunten eso, podemos contestar de la siguiente manera:
“Mi Dios está escondido. No puedo verlo, ni usted tampoco, pero debe darse cuenta de
que tarde o temprano, mi Dios escondido vendrá y hará algo por mí, y disciplinará a
los que no creen en El”.

Puedo testificar de eso por experiencia. Hace más de cuarenta y cinco años, varios de
mis colaboradores y yo, fuimos arrestados y encarcelados por un pequeño ejército
chino que traicionó a China y laboraba para la policía militar japonesa. Toda la comu-
nidad cristiana de aquella ciudad estaba aterrada, porque sabían que nos podían eje-
cutar fácilmente, como lo hicieron con otros chinos que habían caído en manos del
ejército invasor japonés. No sabíamos lo que nos aguardaba, pero el Dios que se encu-
bre intervino de una manera maravillosa, usando a una persona especial como Ester.

La esposa del capitán del ejército chino bajo el mando de la policía militar japonesa
había sido esposa de un condiscípulo mío que había muerto de tuberculosis. Cuando
éste estaba agonizando, su esposa me pidió que lo visitara, y tuve una conversación
íntima con él. Finalmente él murió, y después de cierto tiempo, ella se volvió a casar.
Después de mi arresto y encarcelamiento, un médico que se reunía con nosotros y con
otros cristianos se enteró de mi situación, y habló con aquella mujer, quien se había
casado con el capitán de ese ejército chino. Los dos eran amigos íntimos, y el doctor
que se reunía con nosotros le dijo a la mujer que algunas personas y yo estábamos en
la cárcel y que ella debía pedirle a su marido que nos soltara. Ella habló de nosotros a
su marido ese mismo día. El la amaba mucho y estuvo dispuesto a cumplir su deseo.

Esa misma noche, el capitán vino con el fin de tomar una decisión en cuanto a nuestro
caso. Nos sacaron de nuestras celdas y comparecimos ante él para ser juzgados. Yo fui
el primero en ser examinado. El me miró, y me preguntó mi nombre; después me dijo
que todo estaba bien, que estaba libre de volver tranquilamente a mi casa. El dijo lo
mismo a los otros que habían sido arrestados conmigo. En ese momento, ninguno de
nosotros sabía lo que había sucedido detrás de las circunstancias. Después me di
cuenta que, en Su sabiduría secreta, el Dios que obra secretamente nos había prepa-
rado una Ester. El había levantado a una viuda china, para que se casara con el hombre
que juzgaría nuestro caso. Así como el rey de Persia escuchó a Ester e hizo lo que ella
le pidió a causa del amor que le tenía, así también este hombre escuchó a su esposa y
nos liberó de la prisión. Indudablemente éste fue el cuidado del Dios que obra en lo
secreto.

Hoy debemos darnos cuenta de que el Dios omnipotente que servimos todavía se es-
conde, sobre todo para ayudarnos. No podemos verlo, y al parecer El no hace nada por
nosotros. Pero en realidad, El está continuamente con nosotros y, de una manera es-
condida, hace muchas cosas por nosotros.
ESTUDIO-VIDA DE ESTER
MENSAJE DOS
LA SALVACION MANIFIESTA QUE EL DIOS
QUE SE ENCUBRE EFECTUA EN SECRETO
A FAVOR DE SUS ELEGIDOS LOS CUALES SON
PERSEGUIDOS DURANTE EL CAUTIVERIO
Lectura bíblica: Est. 3—10
En este mensaje, abarcaremos los capítulos del tres al diez.

III. LA SALVACION MANIFIESTA QUE EL DIOS QUE SE ENCU-


BRE EFECTUA EN SECRETO A FAVOR DE SUS ELEGIDOS LOS
CUALES SON PERSEGUIDOS DURANTE EL CAUTIVERIO,
COMO LO VEMOS EN MARDOQUEO
Estos capítulos giran en torno a la salvación pública que el Dios que obra en secreto
efectúa a favor de Sus elegidos perseguidos durante el cautiverio, como lo vemos en
Mardoqueo.

A. Amán hace un complot contra


todos los judíos en Media y en Persia
En el capítulo tres, vemos que Amán hace un complot contra todos los judíos en Media
y en Persia.

1. Un agagueo llamado Amán es puesto sobre todos los príncipes que estaban con el
rey
Los agagueos eran enemigos de Dios. Dios había ordenado a Saúl que matara a todos
los agagueos, pero él no obedeció y eso ofendió a Dios.

Un agagueo llamado Amán fue ascendido (sin lugar a dudas por las maniobras de Sa-
tanás, el adversario de Dios) al puesto más elevado sobre todos los príncipes que esta-
ban con el rey. El rey había ordenado a todos sus siervos que se arrodillaran y se incli-
naran ante Amán, pero Mardoqueo no se arrodillaba ni se humillaba, por causa de su
creencia judía en el Dios único (vs. 1-4). El creía en un solo Dios y se negaba a arrodi-
llarse ante nadie que no fuese Dios mismo.

2. Amán se llena de ira y hace un complot para matar a Mardoqueo y para destruir
a todos
los judíos que había en el imperio
Amán se llenó de ira y creó un complot para matar a Mardoqueo, quien se negaba a
inclinarse ante él, y también acordó destruir a todos los judíos que había en el imperio.
El logró que el rey enviara un decreto a toda provincia de su imperio con el fin de des-
truir a todos los judíos, jóvenes y mayores, hijos y mujeres, en un mismo día, el deci-
motercero día del duodécimo mes, y de apoderarse de sus bienes (vs. 5-15). Así que,
Amán tenía la maligna intención de destruir a todos los judíos y apoderarse de sus
bienes.
B. Mardoqueo confronta el complot de Amán valiéndose de la re-
lación de Ester con el rey
En 4:1—8:2 vemos que Mardoqueo confronta a Amán valiéndose de la relación de Ester
con el rey.

1. Ayunan todos los judíos junto con Ester


Cuando los judíos y Ester se enteraron de lo que Amán planeaba, y de que el rey había
promulgado un decreto para cumplir las intenciones de Amán, ellos ayunaron (4:3, 16).
Ayunaron suplicando a Dios, pero contrariamente a lo que podríamos esperar, el ver-
sículo 16 no menciona el nombre de Dios. Mientras Ester y todos los judíos ayunaban,
Amán, bajo la influencia de su esposa y sus amigos, preparó la horca para colgar a Mar-
doqueo (5:9-14).

2. El rey encuentra un informe que afirma


que Mardoqueo lo había salvado
El rey no pudo dormir, y pidió que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que
se las leyeran en su presencia (6:1). El rey encontró en los archivos el informe que des-
cribía la manera en que Mardoqueo lo había salvado del asesinato que planeaban dos
de sus eunucos, y él decidió honrar a Mardoqueo. Mientras el rey consideraba esto,
Amán entró en el patio para pedir al rey que hiciese colgar a Mardoqueo (vs. 2-6). El
rey pensaba honrar a Mardoqueo, y Amán quería colgarlo. Cuando el rey le preguntó a
Amán lo que se debía hacer con un hombre que el rey deseaba honrar, Amán contestó:
“Traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la
corona real que está puesta en su cabeza; y den el vestido y el caballo en mano de alguno
de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y
llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al
varón cuya honra desea el rey” (vs. 8-9). Entonces, el rey le ordenó a Amán que tomara
la túnica real que llevaba el rey y la pusiera sobre Mardoqueo, y lo condujera a caballo
por la plaza de la ciudad, y pregonara delante de él: “Así se hará al varón cuya honra
desea el rey” (vs. 10-11). Después de hacer eso, Amán se dio prisa para irse a su casa,
apesadumbrado y cubierta su cabeza (v. 12).

3. Ester señala al rey que Amán era


el adversario y enemigo impío que
conspiraba para matar a todos los judíos
En su fiesta con el rey y Amán, la reina Ester señaló que Amán era el adversario y
enemigo impío que conspiraba para matar a todos los judíos. Así que, El rey sentenció
inmediatamente a muerte a Amán, y ordenó a sus hombres que lo colgaran en la horca
que él mismo había preparado para Mardoqueo. Ese mismo día, el rey dio la casa de
Amán, enemigo de los judíos, a la reina Ester y se quitó su anillo, que él había recogido
de Amán, y lo dio a Mardoqueo, haciéndole el segundo en importancia en todo el im-
perio (7:1—8:2).

C. La victoria de los judíos sobre sus enemigos


En Ester 8:3—10:3, vemos la victoria pública de los judíos sobre sus enemigos; la sal-
vación pública que el Dios que obra secretamente efectuó para rescatarlos de sus per-
seguidores.
1. El rey promulga un edicto mediante Mardoqueo
El rey promulgó un edicto mediante Mardoqueo, autorizando a los judíos a destruir a
todos sus enemigos en todo su imperio, desde la India hasta Etiopía, en ciento veinti-
siete provincias (8:3-14).

2. Los judíos tienen luz,


alegría, gozo y honra
Mardoqueo salió de delante del rey con vestido real de azul y blanco y una gran corona
de oro y un manto de lino fino y púrpura. Y la ciudad capital Susa, se alegró y se rego-
cijó, y los judíos tuvieron luz, alegría, gozo y honra. En toda provincia y ciudad donde
llegó el mandamiento del rey, los judíos se alegraron, se gozaron, y celebraron ban-
quete y día de placer. Y muchos de entre los pueblos de la tierra (los paganos) se hacían
judíos, porque el temor de los judíos había caído sobre ellos (vs. 15-17).

3. Los judíos destruyen a todos


sus enemigos en el imperio
Los judíos destruyeron a sus enemigos en todo el imperio bajo el reinado del rey
Asuero, y bajo la influencia de la reina Ester y de Mardoqueo, el apoderado del rey (9:1-
16). Todos los príncipes de las provincias, los sátrapas, y los gobernadores y oficiales
del rey, ayudaron a los judíos porque temían a Mardoqueo, pues él era grande en la
casa del rey y su fama iba a través de todas las provincias, y él se iba engrandeciendo
más y más (vs. 1-4). En Susa, la capital, en dos días, los judíos destruyeron ochocientos
enemigos, y colgaron a los diez hijos de Amán en la horca (vs. 5-15). En las provincias,
los judíos se congregaron y destruyeron a setenta y cinco mil contrarios, y descansaron
de sus enemigos (v. 16).

4. Los judíos triunfantes designan


y establecen los días de Purim.
Los judíos triunfantes designaron y establecieron los días catorce y quince del mes de
Hadar como días de Purim, para celebrar su triunfo sobre sus enemigos (vs. 17-32). De
esta manera la fiesta de Purim se estableció entre los judíos para recordar y celebrar
los dos días durante los cuales destruyeron a sus enemigos en todo el gran imperio
Persa. Estos días debían ser días de banquete y de regocijo, en el cual debían enviar
porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres (vs. 17-19, 22). Estos días debían
ser recordados y guardados por muchas generación, y cada familia, provincia y ciudad,
juntamente con su descendencia, no debían dejar de celebrarlos (vs. 26-28). La reina
Ester y Mardoqueo el judío, suscribieron por carta con plena autoridad el estableci-
miento del Purim (vs. 29-32).

5. Mardoqueo fue el segundo después del rey Asuero, y llegó a ser grande entre los
judíos
Mardoqueo fue hecho el segundo después del rey Asuero, y llegó a ser grande entre los
judíos y estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el bienestar de su
pueblo, es decir, de todos los hijos de Israel (10:1-3).

IV. CONCLUSION
A. Un factor crucial y escondido
La historia del libro de Ester constituye un factor escondido y crucial para el cumpli-
miento del llamamiento que Dios hizo a Abraham con relación a la tierra, la descen-
dencia (un pueblo), y la bendición a todas las naciones (Gn. 12:1-3; 22:17-18).

B. El cumplimiento de la promesa hecha a Moisés


El relato de este libro también muestra el cumplimiento a la promesa hecha a Moisés,
según la cual Dios cuidaría a Israel después de entregarlo a la cautividad (Dt. 4:27-31).

C. El cumplimiento de la oración de Salomón


Además, el relato del libro de Ester corresponde con la oración que ofreció Salomón el
día de la dedicación del templo, según la cual Dios cuidaría de Sus elegidos durante el
cautiverio (1 R. 8:46-53).

D. Se conserva el linaje de la genealogía de Cristo


Además, el relato del libro de Ester también muestra cómo fue preservado el linaje de
la genealogía de Cristo, al sobrevivir Israel el cautiverio, permitiendo así que Cristo
viniese por el linaje humano. Si todos los judíos hubieran sido destruidos, no habría
quedado linaje genealógico para que Cristo entrara a la humanidad.

E. Se guarda un pueblo que poseyera la tierra santa, con miras al


reino venidero de Cristo
Finalmente, la historia del libro de Ester presenta cómo fue guardado un pueblo que
tomase posesión de la tierra santa con miras al reino venidero de Cristo. El pueblo for-
mado por los elegidos de Dios, quienes volvieron de la cautividad, era pequeño en nú-
mero, pero ocupó y poseyó por lo menos una porción de la tierra santa. Esto fue muy
importante, porque la tierra había sido usurpada por Satanás, y parecía que no queda-
ría nada para el Dios del cielo y de la tierra. Sin embargo, Dios devolvió a un remanente
de Su pueblo para que poseyera la tierra santa, como base para que Cristo regresara y
estableciera Su reino sobre la tierra.

ESTUDIO-VIDA DE ESTER

MENSAJE TRES

LA ESCATOLOGIA EN CUANTO A LA IGLESIA


SEGUN LA REVELACION DIVINA HALLADA
EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS
Lectura bíblica: Ap. 17:1-6, 16; 14:8; Mt. 13:37-42; 1 Co. 3:9b-15; Ap.
21:1-11, 18-21
Debemos saber que no sólo existe la escatología en cuanto al mundo, es decir, el estudio
del fin de la situación mundial, sino también una escatología referente a la iglesia.
Nuestro estudio sobre este tema se basa en la revelación divina presentada en las Es-
crituras. Como creyentes, no sólo estamos en el mundo, sino también en la iglesia. La
iglesia genuina existe dentro del cristianismo, el cual es considerablemente grande y
comprende principalmente la Iglesia Católica y la Iglesia Protestante. Estas dos no
existían durante la época del apóstol Pablo; lo que sí existía en aquel entonces era la
iglesia original y recobrada. Hablar de la iglesia recobrada es hablar de la iglesia origi-
nal.

En su primera epístola a los corintios, Pablo reprende a los creyentes porque ellos pre-
tendían dividir a Cristo. En Corinto existían diferentes partidos. Unos afirmaban: “Yo
soy de Pablo”; otros: “Yo de Apolos”; y aun otros: “Yo de Cefas”. Incluso habían algunos
que, creyéndose más espirituales, decían: “Yo [soy] de Cristo” (1:12-13a). Así vemos
que había cuatro divisiones. La iglesia de Corinto ciertamente era parte de la iglesia
original, pero se había degradado; había perdido algo. A estas alturas, Pablo les escribe
sus epístolas, las cuales pueden considerarse libros de recobro; pues ellos restauraron
la iglesia de esa ciudad.

Al leer la segunda epístola que Pablo escribió a Timoteo, podemos ver que para la época
de Pablo, la iglesia ya se había degradado. Algunos habían abandonado la fe; otros,
como Alejandro el calderero, se oponían rotundamente al apóstol (4:14). No obstante,
Pablo declaró que él había guardado la fe (v. 7). Así vemos que 2 Timoteo también es
un libro de recobro. La iglesia original existió durante aproximadamente medio siglo.
Los apóstoles la habían establecido en un período de no más de cincuenta años. Sin
embargo, mientras aún vivían Pedro, Juan y Pablo, la iglesia cayó de su estado original,
se degradó, se deformó; hasta podemos decir que se transmutó. Por esta razón se es-
cribieron las epístolas. Después de escribirse las primeras epístolas, las demás que se
escribieron (2 Pedro, 2 y 3 Juan, 2 Corintios, etc.) todas fueron epístolas de recobro;
pues estaban destinadas a restaurar la iglesia, la cual se había degradado.

Durante la época de Juan ya había algunos que negaban que Cristo hubiera venido en
la carne (1 Jn. 4:2-3; 2 Jn. 7). Otros afirmaban que originalmente Cristo no era Hijo de
Dios, sino que llegó a serlo (1 Jn. 2:22-23). La iglesia en general se había degradado, se
había transmutado, había sufrido un cambio de naturaleza. Por esta razón escribió
Juan a los creyentes, para restaurarlos. Durante la época de los apóstoles, existía tanto
la iglesia original como la iglesia recobrada.

La iglesia recobrada surge poco después de establecerse la iglesia original, la cual en


realidad duró muy poco. La primera iglesia nació en una situación poco saludable.
Cuando el Espíritu Santo envió al apóstol Pablo de Antioquía a Asia, para que predicara
el evangelio y estableciera iglesias, los judíos opositores se infiltraron para estorbarle.
Después de establecer las iglesias, los gnósticos también intervinieron y le causaron
problemas. Así vemos que tanto el judaísmo como el gnosticismo contribuyeron en la
enfermedad de la iglesia. La iglesia original no duró tanto tiempo; sin embargo, Dios
no la abandonó, sino que hizo algo para restaurarla. Con este propósito, el Señor, la
Cabeza del Cuerpo, encargó a Pedro, Juan y Pablo, que escribieran sus epístolas pos-
treras, las cuales estaban destinadas a restaurar la iglesia. Debemos darnos cuenta de
que el recobro comenzó desde finales del primer siglo. Y en los siglos subsecuentes, el
Señor levantó a muchos “Esdras” y “Nehemías” para que restauraran la iglesia, para
que la restablecieran.

Durante los primeros cinco siglos, sólo existió la iglesia original y la iglesia recobrada.
Luego, para fines del sexto siglo, surge la Iglesia Católica. Durante ese tiempo, se reco-
noció al papa como la máxima autoridad de la iglesia Católica. La Iglesia Protestante
brota en los tiempos de Martín Lutero, cuando se da inicio a la Reforma, en el siglo
dieciséis. Estas tres clases de iglesias existen hasta el día de hoy.

El recobro siempre toma el camino estrecho, y los que participan en él aprenden las
lecciones elevadas de la vida cristiana, tales como conocer a Cristo, conocerse a uno
mismo y conocer la carne. Aprenden a experimentar la cruz para vivir como Dios-hom-
bres. Todos los miembros de la iglesia recobrada deben ser Dios-hombres, es decir,
personas deificadas. La verdad cumbre de que Dios se hizo hombre para que el hombre
llegue a ser Dios en vida y naturaleza mas sin ser objeto de adoración, la descubrieron
los padres de la iglesia en el segundo siglo. Esta fue una gran verdad que el Señor re-
cobró. Entre nosotros, el recobro comenzó en China hace setenta y dos años. Podemos
decir que en la actualidad existen tres clases de iglesias: la Iglesia Católica, la Iglesia
Protestante y la iglesia original recobrada. Debemos estar en esta última, pues ésta es
la iglesia auténtica.

LA VERDADERA CONDICION DE
LA IGLESIA CATOLICA Y SU FINAL
La verdadera condición de la Iglesia Católica y su final se revelan claramente en Apo-
calipsis 17; los primeros seis versículos describen su condición, y los últimos tres, su
final. Para describir su condición se emplea la figura de un cáliz de oro (v. 4). Un cáliz
representa algo que se ofrece a una persona para que beba de él y sacie su necesidad.
El cáliz de oro da a entender que en apariencia la iglesia Católica apóstata tiene algo de
Dios. La Iglesia Católica reconoce que Cristo es Dios, que nació de una virgen, que mu-
rió por los pecados de los pecadores y que resucitó. En el catecismo publicado recien-
temente, incluso se afirma que Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser
Dios. Por otro lado, las iglesias protestantes de hoy, por ejemplo, los modernistas, no
creen que Cristo es Dios, ni que nació de una virgen ni que murió en la cruz como Re-
dentor. Ellos tienen a Cristo simplemente como un mártir, pero no creen que El resu-
citó.

En Apocalipsis 17, a la Iglesia Católica se le llama: “MISTERIO, BABILONIA LA


GRANDE” (v. 5). Incluso algunos eruditos católicos han reconocido que la Gran Babi-
lonia de Apocalipsis 17 se refiere a la Iglesia Católica. En Mateo 13 el Señor asemeja a
esta iglesia con una mujer que toma levadura y la esconde en harina (v. 33). Entre los
expositores de la Biblia, una gran parte afirma que la harina alude a Cristo como ali-
mento para Dios y el hombre, y que la levadura representa cosas malignas (1 Co. 5:6,
8), doctrinas malignas (Mt. 16:6, 11-12). Incluye cosas tan negativas como las herejías,
la idolatría y el adulterio. Por tanto, vemos que la Iglesia Católica es una mixtura.

Aunque el cáliz que la mujer sostiene en su mano es de oro, está lleno de abominaciones
y de las inmundicias de la fornicación de ella (Ap. 17:4). En figura, el oro representa la
naturaleza de Dios. Por ende, la iglesia apóstata tiene algo de Dios, pero al mismo
tiempo está llena de maldades, tales como herejías, prácticas paganas, fornicación es-
piritual y aun física. El hecho de que una mujer practique la fornicación significa que
tiene muchos maridos. La iglesia genuina debe estar unida a Cristo y a la verdad con-
tenida en la Biblia, pues no sólo Cristo es el Marido, sino también lo es la verdad, es
decir, la Palabra de Dios. La Palabra de Dios y Cristo son uno. Es verdad que la Iglesia
Católica acepta a Cristo y la Palabra de Dios, pero también abriga muchas herejías e
ídolos. Esto la ha constituido una fornicaria espiritual.
Las catedrales católicas están llenas de ídolos. G. H. Pember señala que la Iglesia Ca-
tólica Romana tiene como uno de sus santos a Buda (véase el estudio-vida de Apoca-
lipsis, mensaje 51, pág. 569). En Manila, a la entrada de una catedral, se halla una es-
tatua, supuestamente de Jesús, cuyos pies la gente ha tocado y besado tanto que están
completamente desgastados. Esto es idolatría, aunque esté en un “cáliz de oro”.

Un joven, miembro de una familia católica, recibió al Señor Jesús y fue a sus padres
para contarles que ahora el Señor Jesús vivía en él. Ellos, señalando a un cuadro del
supuesto Jesús, le respondieron que ya tenían a Jesús. Para ellos, tener aquel cuadro
era tener a Jesús. En 1937, mientras viajaba en el interior de China, me presentaron un
caso en el que una mujer había sido poseída por un demonio. Les expresé que en prin-
cipio esto obedecía a que en la casa de ella había pecado, ídolos o imágenes. Más tarde,
me di cuenta que en la pared de su casa ella tenía un cuadro del supuesto Jesús, y le
recomendé que lo quemara. Desde el momento que lo hizo, el demonio la dejó. La Igle-
sia Católica está llena de ídolos, herejías y toda índole de prácticas paganas. Esto des-
cribe la verdadera condición que prevalece dentro ella.

Apocalipsis 17 también habla del final de la Iglesia Católica. Al fin de esta era, el Anti-
cristo hará un pacto con los judíos por siete años. A la mitad de este período, quebran-
tará el pacto (Dn. 9:27) y se exaltará a sí mismo “sobre todo lo que se llama Dios o es
objeto de culto” (2 Ts. 2:4). Entonces perseguirá a todas las religiones, la primera de
las cuales será la Iglesia Católica. Esto se debe a que tanto el Anticristo como la Iglesia
Católica estarán situados en Roma. Apocalipsis 17:16 declara: “Y los diez cuernos que
viste, y la bestia, aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán
sus carnes, y la quemarán con fuego”. Esto significa que el Anticristo y sus diez reyes
perseguirán a la Gran Babilonia y la quemarán. Este será el final de la Iglesia Católica.

LA CONDICION GENERAL DE LA IGLESIA PROTESTANTE


En la Iglesia Protestante, por otra parte, abundan los falsos creyentes (Mt. 13:37-42).
En Mateo 13 el Señor dice que el reino de los cielos es semejante a un hombre que
sembró buena semilla en su campo, y que su enemigo vino y sembró cizaña entre el
trigo. Los esclavos de este hombre le preguntaron si quería que recogieran la cizaña.
Pero su respuesta fue: “Dejad que ambas crezcan juntas hasta la siega; y al tiempo de
la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para
quemarla; pero recoged el trigo en mi granero” (v. 30). El Señor declaró que en la con-
sumación de este siglo El enviará a Sus ángeles para que recogieran toda la cizaña,
refiriéndose a los creyentes falsos y nominales que estén en cualquier iglesia, y la echen
en el lago de fuego (vs. 40-42). Ellos serán lanzados directamente al lago de fuego; no
habrá necesidad de que pasen por ninguna especie de juicio. Su fin será el mismo que
el del Anticristo y el falso profeta, los cuales también serán arrojados al lago de fuego
directamente, sin necesidad de pasar por ningún tribunal (Ap. 19:20).

LA CONDICION GENUINA DE LA IGLESIA


ORIGINAL RECOBRADA, Y SU FINAL
La iglesia original recobrada es la iglesia genuina. La iglesia de Corinto ciertamente era
una iglesia genuina. Pablo les dijo: “Vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios” (1
Co. 3:9). Lo que quería decirles era que ellos eran creyentes genuinos, creyentes ver-
daderos que habían recibido al Señor Jesús, que habían sido regenerados y que estaban
en proceso de ser santificados, renovados, transformados, conformados y glorificados.
Por una parte, ellos eran la labranza de Dios que cultiva a Cristo; por otra, aún debían
ser transformados de la vida botánica a minerales. Debían crecer y ser transformados
en oro, plata y piedras preciosas, que son los materiales con los que se produce el edi-
ficio de Dios. Pablo puso el fundamento, que es Cristo, pero el progreso de los creyentes
dependería de cuánto ellos crecieran y fueran edificados sobre dicho fundamento. Si
edificaban con madera, heno y hojarasca, estos materiales serían quemados (vs. 10-
13).

Cuando el Señor regrese, El juzgará y disciplinará no solamente a la Iglesia Católica y


a la Iglesia Protestante, sino también a la iglesia original y recobrada. El remitirá a
todos los verdaderos creyentes de cualquier iglesia a su tribunal (2 Co. 5:10; Ro. 14:10;
1 Co. 4:5) para que sean juzgados y disciplinados por El. En ese juicio, El determinará
si ellos han edificado con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y hoja-
rasca. La obra realizada con madera, heno y hojarasca será consumida, y todo aquel
que haya trabajado con esos materiales inservibles, todavía “será salvo, aunque así
como pasado por fuego” (1 Co. 3:15). Por otra parte, los que hayan edificado con oro,
plata y piedras preciosas, que son los materiales que constituirán la Nueva Jerusalén
en el milenio, llegarán a su consumación en la Nueva Jerusalén, en el cielo nuevo y la
tierra nueva.

Al regreso del Señor, los vencedores que hayan sido transformados en oro, plata y pie-
dras preciosas, obtendrán como galardón el estar en la Nueva Jerusalén, en el reino
milenario. El libro de Apocalipsis revela que la Nueva Jerusalén será el Paraíso de Dios
para los vencedores durante esos mil años (2:7). Pero la obra de los que produzcan
madera, heno y hojarasca, será quemada cuando el Señor regrese, y ellos mismos serán
salvos, aunque así como pasados por fuego. El Señor los disciplinará por mil años, a la
postre, mediante la paciencia del Señor, ellos también serán perfeccionados y transfor-
mados en materiales preciosos para el edificio de Dios. Cuando hayan concluido los
mil años, ellos también participarán en la consumación de la Nueva Jerusalén. Esto
describe la condición genuina de la iglesia original recobrada, y su final.

Actualmente nos toca a nosotros escoger. ¿Tomaremos la senda de la Iglesia Católica,


la senda de la Iglesia Protestante o la senda de la iglesia original y recobrada? Si opta-
mos por la iglesia original y recobrada, ¿cómo la tomaremos? ¿Lo haremos con una
actitud negligente? Apocalipsis enseña que de entre los creyentes genuinos, sólo aque-
llos que como Pablo luchen por seguir a Cristo hasta el fin, lo obtendrán y lo disfruta-
rán. Ellos serán los vencedores. Tal vez muchos estemos en la iglesia original y reco-
brada, pero ¿en qué condición nos encontramos? ¿Estamos esforzándonos por ser los
vencedores que llevarán esta era a su consumación? Dicho de otra manera, ¿nos esta-
mos esforzando por llevar una vida de Dios-hombres, en la que continuamente nos
aplicamos la cruz a nosotros mismos y a nuestra carne para vivir por la vida divina y
expresar a Cristo? Si es así, entonces podremos proclamar: “Porque para mí el vivir es
Cristo. Yo vivo de una manera que magnifica a Cristo, o por vida o por muerte, me-
diante la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo”.

Debemos ser los vencedores que continuamente viven a Cristo y lo magnifican. Debe-
mos ser los que siguen a Cristo a cualquier precio; los que dejan el pasado atrás y se
extienden para ganar a Cristo. De hecho, ganar a Cristo es vivirlo y magnificarlo. Vivi-
mos y magnificamos a Cristo llevando una vida crucificada con relación a nosotros mis-
mos, nuestra carne, nuestra vida natural y todo lo que no sea Cristo. Tomamos la cruz
en cada oportunidad a fin de vivir a Cristo, por la abundante suministración del Espí-
ritu de Jesucristo. De esta manera, no sólo le vivimos, sino que también le magnifica-
mos. Cuánto de El obtengamos depende de cuánto le magnifiquemos. De esta manera
viven los Dios-hombres, los vencedores.

No debemos declarar a la ligera que somos Dios-hombres, pues esto no es algo super-
ficial. Es correcto alabar al Señor por habernos revelado la cumbre de la revelación
divina, que Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y natura-
leza mas sin ser objeto de adoración. Pero además de esto, debemos decir: “Señor, ne-
cesito Tu misericordia y Tu abundante gracia. De otro modo, ¿cómo podré llegar a ser
Dios en vida y naturaleza? Cada día necesito llevar una vida crucificada para ganar y
magnificar a Cristo”.

LA NUEVA JERUSALEN ES LA CONSUMACION


FINAL DEL PROPOSITO ETERNO DE DIOS
Finalmente, estaremos en la consumación final del propósito de Dios: la Nueva Jeru-
salén (Ap. 21:1-11). La Nueva Jerusalén está constituida de tres clases de materiales:
oro, perlas y piedras preciosas (vs. 18-21). El oro representa a Dios en Su naturaleza
divina, las perlas representan al Cristo que nos redime y regenera, y las piedras precio-
sas representan al Espíritu que nos transforma. Esta es la Trinidad divina consumada,
la cual se forja en nuestro ser y nos hace oro, perlas y piedras preciosas, con el fin de
obtener un agrandamiento, con miras a Su expresión eterna, la Nueva Jerusalén.

S-ar putea să vă placă și