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¿Por qué la tusa nos dura más a unos que a

otros? Por fin lo entendimos


Cuando un desamor sin fin nos agobia miramos alrededor y parece que
todos lo superan rápido. ¿Será que el destino nos odia? Nada de eso,
aquí tenemos la explicación.

¿Qué salió mal? ¿Por qué terminó mi relación? Estas preguntas son dos de
las más buscadas en Google en 2016 y que con frecuencia se realizan las
personas, luego de que una relación amorosa termina. En el proceso de
entender lo que pasó, las personas suelen crear historias de su
relación, analizando los eventos que terminaron en la ruptura. En
algunos casos, estas historias pueden ser positivas y ayudan a las
personas a entender lo que acabó la relación. En otras, este proceso
puede terminar siendo negativo, produciendo más dolor en vez de
aliviarlo.

Un estudio realizado por las psicólogas Carol Dweck y Lauren Howe


analizó por qué algunas personas superan las rupturas con facilidad y
otras son agobiadas por los fantasmas de sus relaciones pasadas. A
través de la investigación, las psicólogas documentaron cientos de
historias sobre el fin de las relaciones, muchas de las cuales ofrecen
pistas sobre lo que hace que una persona supere o no las rupturas con
facilidad.

En una etapa del estudio, las investigadoras invitaron a los participantes a


reflexionar sobre un evento de sus vidas en el cual hayan sido
rechazados sentimentalmente. Esto, con el fin de determinar el
significado de este rechazo para algunas personas.

"En algunos casos, las rupturas tienen un efecto a futuro, que define los
comportamientos de las personas involucradas", explica Maria
Antonieta Solórzano, psicóloga y terapeuta de la Universidad
Javeriana.

¿Conces los depechos e infidelidades más famosos de la historia? Aquí te


los dejamos para que compares y veas qué tan grave es el tuyo en este
momento.

Para Solórzano, como para las investigadoras estadounidenses, los


rechazos sentimentales tienen que ver con el descubrimiento de los
defectos por parte de la pareja. "Una vez dentro de una larga
convivencia es más fácil darse cuenta de los defectos de las personas.
Algo que en los inicios de la relación puede ser omitido, regresa con el
paso del tiempo y termina afectando a la relación", explica la psicóloga
colombiana.

“Las cosas iban bien hasta que en un momento me dejó de hablar. No tengo
idea por qué, pero creo que vio que yo era muy caprichosa y eso lo pudo
espantar", escribió una de las participantes.
"Entendí que soy muy sensible y que presiono a la gente para que se aleje
antes de que ellos lo hagan conmigo. Yo sé que es negativo y provoca
que la gente se aleje con facilidad de mí", escribió otra paciente.

Sin embargo, existen ciertos hábitos sexuales que comparten las parejas
felices y que aquí te dejamos para que examines en qué punto te
encuentras.

En este tipo de relatos, los rechazos revelan una falencia escondida, una
que hace que las personas cuestionen su percepción sobre sí mismas y,
comúnmente, se ven como personas tóxicas, con cualidades negativas
que, de alguna manera, aceptan que el rechazo pudo ser merecido.

"El rechazo sentimental es una sensación, en general, de tristeza y tiene


tres fases: la negación, la culpa y la aceptación”, explica Leonardo
Palacios, neurólogo y decano de medicina de la Universidad del
Rosario. "Las manifestaciones de rechazo suelen venir luego de un
largo periodo de convivencia, en el que intervienen diferentes
elementos cerebrales que permiten que la relación se sostenga o se
acabe", añade.

Esto explica entonces por qué es común encontrarse con preguntas como:
¿qué hice mal? ¿Hay algo mal conmigo? Allí está el meollo del asunto,
según Dweck y Howe, pues las rupturas en algunas personas en vez de
fortalecerlas terminan por generarles inseguridades y complejos.

Después de una ruptura, puede ser sano para algunas personas reflexionar
qué aprendieron sobre una relación del pasado con el fin de no
cometer el mismo error en la siguiente. Sin embargo, este hábito puede
hacerse negativo si empiezan a cuestionarse su propio valor.

Te has preguntado alguna vez si podrías tener una relación abierta? Solo
por curiosidad, aquí te dejamos la verdad sobre estas: qué son, cómo
tenerlas y hasta que punto pueden funcionar o no.

De acuerdo con estudios de psicólogos como Arthur Aron, al entrar en una


relación las personas suelen compartir los intereses del otro. Según
Aron, estos comportamientos con el tiempo terminan por confundir la
identidad de las personas involucradas, pues sus intereses se volvieron
propios. Por eso, para algunas personas, el fin de las relaciones
desencadena en una pérdida de identidad de la que se pueden
recuperar muy tarde.

"Las relaciones sentimentales cuando culminan tienden a fragmentar los


gustos de ambos. Entonces, por ejemplo, si una persona adquirió un
gusto con su pareja y la relación termina, esa actividad pierde sentido
para sí mismo, pues está relacionada con los gustos de la pareja. Así la
persona también los disfrutara", explica María Antonieta Solórzano.

De acuerdo con la investigación, al darse este tipo de rupturas hay dos


panoramas. Las personas que construyen a partir de la experiencia y
las que se cuestionan sobre su propia identidad al terminar la relación.
El primer grupo, según las psicólogas, entendió con mayor propiedad
que el rechazo es una condición natural e incontrolable y que a pesar
de que pudo haber sido provocado no tiene que ver con sus fallas. Por
otro lado, las personas que cuestionaron su identidad luego de la
relación continuaron con el dolor de la ruptura. De hecho, de acuerdo
con las expertas, esto explica por qué hay personas que después de
muchos años recuerdan sus relaciones con amargura y rabia.

¿Funcionan las relaciones abiertas?


Para algunas parejas la monogamia un mito. Por eso se prometen una vida
juntos llena de amor... y de amantes. ¿Qué tanto funciona este pacto?

Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre se denominaban el uno al otro su


“amor necesario”. Sus otros romances solo alcanzaban la categoría de
“amores contingentes”. Ese acuerdo les sirvió para permanecer juntos
por más de medio siglo, un logro que avergonzaría a alrededor de la
mitad de matrimonios franceses que terminan en divorcio y que solo se
soportan, en promedio, 13 años. El aguante de las parejas
estadounidenses escasamente supera los 8 años.

Valeria Schapira, experta en vínculos del portal Match.com comenta que la


premisa de los que reivindican las uniones libres es que “es difícil
mantener el interés en una sola persona a lo largo del tiempo, y
alternar con otros los ayuda a seguir al lado de aquel a quien aman,
pues sienten que en la variedad está el placer. Sostienen que su opción
solo evita la inexorable infidelidad en que cae el grueso de las parejas”.

A la hora de permitirse tal flexibilidad deben considerarse las siguientes


pautas.

Qué son y qué no son

“Una pareja abierta no es una pareja infiel, ya que hay un consenso previo
de los dos integrantes”, argumenta Schapira. Darse el permiso de
satisfacer sus deseos sexuales por fuera de la “relación de base”, es
para sus seguidores más honesto y realista. Una encuesta realizada por
la firma YouGov determinó que el 13 por ciento de los norteamericanos
tienen una relación liberal o han estado en alguna en el pasado, y un 14
por ciento manifestó que les gustaría flexibilizar la que tienen. Sobra
decir que los celosos deben abstenerse. El solo hecho de proponer este
tipo de acuerdos, aunque no se lleven a cabo, puede hacer que el otro
sienta desconfianza. “Nos enseñaron que la seguridad en nuestras
relaciones reside en tener la atención exclusiva de un compañero
perfecto en el amor y el sexo. Pero uno puede aprender a estar
tranquilo y feliz en diferentes tipos de enlaces”, expresó a FUCSIA
Dossie Easton, autora de Ética promiscua.

Aunque no parezca, tienen límites

Cada contrato de pareja es único y, por tanto, sus reglas, particulares.


¿Cuántas veces está permitido salir con una misma persona? Están
quienes piensan que es mejor no repetir para que no se genere un
vínculo fuerte con alguien externo a la relación titular. Los amigos
mutuos y los viejos amores suelen quedar excluidos. Algunos
establecen que su cama es sagrada y están las que solo permiten el sexo
con otros, si ambos se encuentran presentes en la escena. Y no hay que
obviar las normas para tener relaciones sexuales seguras.

Las verdaderas motivaciones

¿Se trata de una filosofía de vida?, ¿es cuestión de curiosidad? “No me


canso de subrayar que nunca es una buena idea aceptar este tipo de
contratos para tratar de cambiar la forma de pensar de alguien”, aclara
Schapira. “Hay personas que dicen que no les importa compartir con
otros, solo como un anzuelo para enganchar a quien les interesa”.
Tampoco es aconsejable utilizar esta opción como un pretexto para
retrasar una ruptura, cuando las cosas andan mal.

¿Es necesario contarlo todo?

El calificativo de “abierta” implica que no hay secretos. “Los que acuerdan


narrarse con el otro sus encuentros sexuales con un tercero, sostienen
que eso los excita e incentiva su vida íntima”, cuenta Schapira. La
honestidad no solo aplica para la pareja sino que también incluye a los
demás involucrados. Un asunto de cuidado es cómo manejar la
información con el resto de la familia. Si bien es cierto que a nadie
tiene que importarle la vida sexual de un matrimonio, cuando hay hijos
el tema no es tan sencillo: “Prefiero que los niños estén informados
acerca de las diferentes posibilidades. Aun así las sociedades son muy
tiránicas al insistir que solo hay una manera correcta de amarse, de
modo que cada pareja debe decidir qué es lo mejor para los pequeños”,
concluye Easton.

La pareja es lo primero

Hay dos protagonistas, comprometidos emocional y espiritualmente... Los


demás son personajes secundarios con los que se tiene sexo. Una
relación abierta no es excusa para que se descuiden el uno al otro y
haya un sentimiento de abandono, así que no es buena idea cancelar un
plan en pareja por una aventura. Quienes valoran al máximo su
libertad sexual la ponen por encima del riesgo imperante de que
alguno de los dos se enamore de un tercero.

Verificación constante

Las personas cambian y los acuerdos pueden ser replanteados. Por eso hay
quienes pasan de la monogamia a la apertura y viceversa. Si afloran
sentimientos de culpa, o alguno se siente incómodo, la experiencia
pierde la gracia. Lo ideal sería hacer el mismo balance de Simone de
Beauvoir, quien describía su relación con Sartre como “el único éxito
indiscutible” de su vida.

Algunas herramienta sútiles para conocer la “no monogamia”:D

Libros:

Ética promiscua: una guía práctica para el poliamor, las relaciones


abiertas y otras aventuras, de Dossie Easton y Janet W. Hardy.
Opening up: una guía para crear y mantener relaciones abiertas, de Tristan
Taormino.

Web:

Openminded.com Angela Jacob Bermudo, portavoz de la página, mencionó


a FUCSIA algunas de las tendencias de sus usuarios:1. Dos tercios de
las parejas que han acudido a Openminded.com reportaron que la
mujer de la relación fue la que primero mencionó vivir a la
monogamish, un término que se refiere a un compromiso entre ambas
partes aunque en lo sexual haya apertura.2. De los 191.000 miembros
del sitio web, el 54 por ciento son parejas en busca de experiencias con
otras personas. El resto son solteros.

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